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EL BARCO

DE VAPOR

Dos leyendas aztecas


Los huesos sagrados
El nuevo sol
Versiones de ludy Goldman

Ilustraciones de
Ángel Campos

sm
Goldman, Iudy
Dos leyendas aztecas I Judy Goldman ; iluso Ángel Campos - 2a. ed. -
México: Ediciones SM, 2016 [reimp, 2018]
42 p. : il. ; 19 x 12 cm. - (El barco de vapor. Azul; 45)

ISBN: 978-607-24-2235-3

1. literatura mexicana. 2. Leyendas - Adaptaciones - literatura infantil. 3.


Mitología azteca - literatura infantil. 1. Campos, Ángel, il. 11.t. 11I. Ser.
A mispadres,
Dewey M863 G56
Bert y Evelyn Goldman,
con todo mi amor
y agradecimiento

Ilustraciones y cubierta: Ángel Campos


Diagramación: Magali Gallegos Vázquez

Segunda edición, 2016


Tercera reimpresión, 2018
D. R. © SM de Ediciones, S. A. de C. V., 2012
Magdalena 211, colonia del Valle,
03100, Ciudad de México
Tel.: (55) 1087 8400
www.ediciones-sm.com.mx

ISBN: 978-607-24-2235-3
ISBN: 978-968-779-176-0 de la colección El Barco de Vapor

Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana


Registro número 2830

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Impreso en México I Printed in Mexico


LOS HUESOS SAGRADOS

..
LOS HUESOS SAGRADOS

HACE MUCHO tiempo, tanto que no se pue-


den calcular los años, los dioses crearon a los
ho~bres y a las mujeres para poblar estas
tierras. Lo intentaron cuatro veces, pero en
cada ocasión una catástrofe natural se encargó
de destruidos.
Así, la primera vez que los dioses formaron .
a las personas, unos enormes jaguares las de-
voraron y desaparecieron de la tierra.
La segunda vez, el viento sopló con tal fuerza
que arrastró todo cuanto encontró a su paso, y
los hombres y mujeres seconvirtieron en monos.
La tercera vez que los crearon, una intensa
lluvia de fuego quemó la tierra, y los seres
humanos se convirtieron en aves.

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DOS LEYENDAS AZTECAS

En la última ocasión llovió tanto que la


tierra se inundó, y hombres y mujeres se con-
virtieron en peces.
Cuando dejó de llover, la tierra quedó cu-
bierta de agua y sin ningún ser humano.
Un día el agua empezó a bajar y poco a poco
se asomaron las montañas y después las extensas
zonas de los bosques, valles y campos.
Los dioses, al ver de nuevo las maravillas
de la tierra, decidieron crear nuevos animales
para que vivieran en ella.
Así, hicieron espléndida criaturas, como
conejos, ranas, tapires, venados, chapulines,
jabalíes y muchas más.
Luego crearon guacamayas, colibríes, loros
y otras aves multicolores para que poblaran
el cielo.
Finalmente, plantaron semillas para que
crecieran plantas y árboles que dieran flores
y frutos.

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Sin embargo, a pesar de todo esto, la tierra
seguía estando vacía, pues faltaba la presencia
de los humanos.

Entonces, los cuatro dioses de la creación se


reunieron para hablar.
-La tierra está lista para que habiten en ella
el hombre y la mujer -dijo Huitzilopochtli,
dios del sol.
-Pero ¿cómo lo haremos? -dijo Tezcatli-
poca, dios de la noche-o Hasta ahora no hemos
tenido buenos resultados con los que hicimos
anteriormente.

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DOS LEYENDAS AZTECAS LOS HUESOS SAGRADOS

-He pensado mucho en esto -contestó y tendría que pasar muchas pruebas antes de
Quetzalcóacl, la serpiente emplumada-. Si llegar a su destino.
queremos crear seres inteligentes, fuertes y Cruzó ríos embravecidos sobre el lomo de
creativos, necesitamos formarlos con los res- un perro, pasó por extensos campos donde
tos de los huesos sagrados que se encuentran el viento soplaba con tal fuerza que nada se
en Mictlán, el lugar de los muertos. Todos mantenía firme y escaló resbalosas montañas
sabemos que Mictlantecuhtli, dios del infra- de obsidiana.
mundo, los cuida, y uno de nosotros deberá Finalmente, después de algunos años y de
ir por ellos. todas estas pruebas, llegó a una enorme cueva.
Tan pronto como oyeron esto, los demás Era la entrada al Mictlán.
dioses se alarmaron. Quetzalcóatl se aventuró en la cueva y des-
-¿No hay otra manera f -preguntó Xipe cendió hasta llegar a una enorme gruta en la .
Totec,dios de la primavera-o Nadie ha regresa- que sehallaban las entrañas de la tierra misma.
do del Mictlán con vida, pues Mictlantecuhtli Ahí encontró al temible dios de los muertos.
es un dios engañoso y caprichudo. Estaba sentado en un trono de huesos y rodeado
-Es la única manera -contestó Quetzal- de cientos de murciélagos, búhos y arañas.
cóatl-, pero no se preocupen, yo iré por los -¿Qyé buscas aquí? -preguntó Mic-
huesos sagrados. tlantecuhtli con voz tenebrosa.
Decidido,Quetzalcóatl emprendió el camino -He venido por los huesos sagrados que
hacia el Mictlán. Sabía que su viaje sería largo resguardas -contestó Quetzalcóatl.

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-¿Y qué vas a hacer con ellos? -replicó
Mictlantecuhtli.
-Formaremos a los hombres y a las mujeres
que poblarán de nuevo la tierra -respondió
Quetzalcóatl.
-Te los daré ... a cambio de que hagas todo
lo que yo te pida -vociferó Mictlantecuhtli.
Quetzalcóarl asintió con la cabeza.

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DOS LEYE DAS AZTECAS LOS HUESOS SAGRADOS

Soltando una carcajada, el dios de los muertos Los huesos estaban apilados, amarrados y
sentenció: ordenados en dos montones junto al trono del
-Si no haces sonar el caracol, nunca te daré dios de los muertos. Una pila tenía los hue-
los huesos. sos para crear al hombre; la otra, los huesos
Quetzalcóatl sabía que era su única oportu- para crear a la mujer. Quetzalcóatl los tomó
nidad y que no había tiempo que perder. con cuidado, los envolvió en su manta y se
Puso el caracol en el suelo, se arrodilló apresuró a salir.
ante él y empezó a cantar una rara melodía. En eso,Mictlantecuhtli gritó a sus criaturas:
Entonces salieron del suelo dos gusanos cafés . -¡Deténgan10! ¡He cambiado de opinión!
que subieron al caracol en cuanto percibie- ¡~e devuelva los huesos sagrados!
ron la melodía. Rápidamente lo perforaron, Ante esta orden, Quetzalcóatl empezó
dejándole varios hoyos por.toda la superficie. a correr. Corrió tan rápido que tropezó;
Una vez terminada su tarea, desaparecieron. perdió el equilibrio y los huesos cayeron,
Querzalcóatl recogió el caracol y,elevándolo se rompieron y terminaron revolviéndose
a sus labios, sopló y tocó una bella melodía. con la tierra.
-Yo ya he cumplido con tu petición; Rápidamente, Quetzalcóatl se incorporó y
ahora debes darme los huesos sagrados -dijo recogió los huesos con desesperación.
~etzalcóatl. Cuando oyó acercarse a las criaturas de Mict-
Muy molesto, Mictlantecuhtli repuso: 1antecuht1i, supo que solo tenía unos segundos
-Supongo que tendré que dártelos. para escapar.

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Corrió con los huesos entre los brazos , Quetzalcóatl suspiró aliviado, envolvió los
sintiendo en el cuello el roce de las alas de los huesos y emprendió el viaje de regreso.
murciélagos y de los búhos, y las patas de las Al llegar con los otros dioses, puso los huesos
arañas cerca de los tobillos. sobre el piso y dijo:
Cuando estaban a punto de alcanzado, Quet- -Aquí están los huesos, pero están rotos y
zalcóatl salió de la oscura cueva del Mictlán. se revolvieron con la tierra.
En ese momento, las horribles criaturas se -Entonces -preguntaron los dioses-,
quedaron dando vueltas en la entrada de la ¿có~o podremos formar al hombre y la mujer
cueva, pues no soportaban la luz del día. si no sabemos qué huesos les corresponden?

DOS LEYENDAS AZTECAS

Quetzalcóatl extendió los huesos y estudió


con detenimiento cada uno hasta colocarlo en
un montón o en otro. Después molió el primer
montón hasta que obtuvo un polvo fino, lo
colocó en un recipiente de barro, le agregó un
poco de agua y mezcló hasta obtener una pasta
espesa, y con ella formó al hombre. Hizo lo
mismo con el otro montón de huesos y formó
a la mujer.
Finalmente se pinchó con una espina de
maguey, derramó unas gotas de su sangre sobre
el hombre y sobre la mujer, y los despertó.
Al ver la creación de Quetzalcóatl, los otros
dioses contemplaron con satisfacción que es-
tos nuevos seres eran fuertes, inteligentes y
creativos.
Desde entonces, hombres y mujeres pobla-
ron la tierra.

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--

EL NUEVO SOL
EL NUEVO SOL

HACE TANTOS años que ya no se pueden contar,


los dioses crearon al sol cuatro veces, pero en
cada ocasión había sido destruido, y casi todo
había desaparecido.
Ahora el mundo estaba en tinieblas.
En Teotihuacán, los dioses estaban reunidos
alre~edor del fuego divino. Alimentadas con
ramas y hojas secas, las llamas devoradoras
atrajeron a otros seres -coatíes, armadillos,
cacomixtles, jaguares, zorras, conejos, águilas,
colibríes y lechuzas-, que poco a poco se
acercaron a la luz y al calor de las flamas.
-¿~ién hará que amanezca, quién será el
nuevo sol que alumbrará la tierra? -preguntó
Quetzalcóatl a los ahí congregados.
-Un dios debe arrojarse a la hoguera divina
para elevarse al cielo -dijo Xipe Tótec.
-Solo uno de nosotros puede cumplir con
esa tarea tan difícil e importante -añadió
Tezcatlipoca.

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>

DOS LEYE DAS AZTECAS

Los dioses murmuraron y se miraron el


uno al otro, pero nadie se atrevía a hacer tal
cosa.
Pasaron varios minutos hasta que, cerca de
la orilla del círculo de dioses, se oyó una voz:
-Yo 10 haré.
Tláloc dijo:
-Pasa al frente para que veamos quién es el
valiente que se sacrificará por el bien de todos.
Los dioses formaron una valla para dejar
pasar a un dios viejo, deforme y con el cuerpo
cubierto de costras y pú tulas supurantes. El
dios se acercó a paso lento hasta que se detuvo
donde las llamas del fuego 10 iluminaron.
-¡Es Nanahuatzin! -clamaron los dioses.
Entonces Tecuciztécatl, un dios joven, muy
apuesto y fuerte, pasó al frente y exclamó:
-¡Detente, Nanahuatzin! Un ser tan in-
digno como tú no puede convertirse en el sol.
¡Lo haré yo!

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EL NUEVO SOL

Los otros dioses cuchichearon entre sí hasta


que Tezcatlipoca los mandó callar y dijo:
-An'lbos lo harán.
Los dioses construyeron dos grandes pirá-
mides, una para Nanahuatzin y otra para Tecu-
ciztécatl. Cuando cada uno alcanzó la cima, se
puso a meditar y ayunar durante cuatro días y
sus noches, pues para arrojarse al fuego sagrado
habia que prepararse en cuerpo y alma.
. Aunque separados por la distancia, los dos dio-
sestuvieron pensamientos similares: ¿quépasaría
cuando el fuego tocara su cuerpo? ¿Aguantaría el
dolor? ¿~é vendría después ? ¿Y si las cosas .
no salían bien ? ¿Valdría la pena el sacrificio?
Por fin llegó el momento y los dioses se reu-
nieron de nuevo. Avivaron la hoguera, echándo-
le más y más leña, hasta que las llamas crecieron
que parecieron rozar la bóveda del cielo.
DOS LEYENDAS AZTECAS EL NUEVO SOL

Tecuciztécatl, ricamente arropado con una se retiró. Cuatro veces 10 intentó pero no 10
vestimenta hecha del algodón más fino y lucien- consiguió,
do un gran penacho de plumas, fue el primero Al ver esto los dioses ahora clamaron:
en presentarse. En las manos llevaba plumas de -¡Arrójate al fuego, Nanahuatzin!
quetza1, bolas de oro, copa1, piedras preciosas Sin titubear, el viejo se aventó al corazón de
y coral para ofrecer. las llamas.
Nanahuatzin, en cambio, estaba vestido E} fuego se avivó.
con ropa hecha de corteza de árbol, y en la El fuego chirrió.
cabeza portaba un tocado de papel amate. Lo . Nanahuatzin desapareció.
que llevaba como ofrenda eran cañas verdes, Al ver la valentía de Nanahuatzin, Tecucizté-
bolas de heno, espinas de maguey y, en vez catl se sintió tan avergonzado que se arrojó al
de copa1, pastillas hechas-con las costras de fuego, perdiéndose de vista en él.
sus granos. En ese momento, un águila y un jaguar tam-
Los dos se detuvieron cerca del fuego.Cuan- bién se lanzaron al fuego. Un momento después,
do, a la luz de las llamas, los dioses vieron a el águila batió sus fuertes alas,ahora quemadas y
Tecuciztécatl tan bellamente vestido y tan apto oscuras, y voló hacia el cielo, y la piel del jaguar,
para ser el nuevo sol, 10 animaron: que corrió hasta perderse en la oscuridad, quedó
-¡Échate al fuego! -le decían. chamuscada y llena de manchas claras y oscuras.
El joven se acercó a la hoguera pero, al sentir Entonces los dioses se sentaron a esperar
el terrible calor de las llamas, no pudo más y que saliera el sol, y así estuvieron un largo rato.

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y morado las montañas y de azul los ríos, los
lagos y los mares.
De repente, Tezcatlipoca miró al cielo y
exclamó:
-¡También Tecuciztécatl está ascendiendo!
Era cierto. Una enorme y brillante esfera iba
pisándole los talones a Nanahuatzin.

Pasó tanto tiempo que hubo uno que otro que


dudó que fuera a aparecer. '
Hasta que sucedió un cambio.
Primero el cielo se puso rosa; después, amari-
110, Ypoco a poco, al oriente empezó a asomarse
una gran esfera.
-¡Es el sol! -gritaron los dioses.
Nanahuatzin, convertido en el sol, empezó a
subir al cielo, y al hacerla, sus rayos iluminaron
la tierra, cubriendo de verde los árboles, de café

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DOS LEYENDAS AZTECAS

Los dos soles se detuvieron en el cielo. Quet-


zalcóatl dijo:
-No es correcto que él brille igual que
Nanahuatzin.
Entonces tomó un conejo, 10 hizo girar varias
veces y 10 aventó hasta que cayó en la cara de
Tecuciztécatl, opacando su luz y convirtiéndolo
en la luna.
Pero Nanahuatzin seguía en el mismo lugar
y su luz era tan brillante que los dioses ni si-
quiera 10 podían ver.
Tezcatlipoca sentenció: '
-No podemos dejar al sol fijo en el cielo,
pues la tierra se quemará y todo 10 que hizo
Nanahuatzin será en vano. Esto requiere un
sacrificio de todos nosotros.
Uno a uno, los dioses seacercaron a la hoguera
sagrada, se picaron las orejas, los brazos y los
muslos con una espina de maguey y derrama-
ron algunas gotas de su sangre en las llamas.

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De la nada brotó un fuerte viento que empujó
al sol y 10 movió. La luna 10 siguió hasta que
los dos desaparecieron en el horizonte.
Desde entonces, el sol sale para anunciar el
día, y cuando se oculta, aparece la luna para
alumbrar la noche. TE .CUENtO QUE JUDY GOLDMAN ...
... nació en la Ciudad de México, en 1955. Estudió la carrera
de comunicación y tiene estudios en edición de libros. Ha
desarrollado varios proyectos editoriales y, entre otros,
adaptado cuentos de tradición oral y leyendas mexicanas
para ,difundirlos en el mercado internacional. Ha traba-
jado como traductora y promotora de lectura. Su obra
comprende varios cuentos para niños en inglés y español.

El libro que acabas de leer fue seleccionado para el pro-


grama de Bibliotecas de Aula de la SEP.

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TE ~UENTO QUE ÁNGEL CAMPOS ••.
... descubrió en la niñez que dibujar era como un juego.
Pasabahoras creando personajes con su lápiz y un cuaderno
de hojas blancas. No imaginaba que ese juego estaría con
él toda la vida. Su secreto para ilustrar es volver a ser ese
niño que encontraba alivio en el dibujo.

Estudió la Licenciatura en Diseño Gráfico. en la Escuela


Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Ha desarrollado
un extenso trabajo como ilustrador y diseña dar en los más
diversos ámbitos. desde editoriales que hacen libros para
niños hasta instituciones gubernamentales.

Con Ediciones SM ha ilustrado ta mbién Octavio Paz: cuenta


y canta la higuera y Olivia. el bosque y las estrellas.
Dos
impresionantes
historias que invitarán
a los niños a echar un
vistazo a este mundo antiguo
y su forma de concebir
la vida.

175667

ISBN 978-607-24-2235-3

9 786072 422353

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