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ISSN: 2027-5137 No.

2 Año 2011

1
Historia y MEMORIA
Publicación semestral editada por el Doctorado en Historia de la Facultad Ciencias de la Educación de la
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, dirigida a la comunidad de historiadores, cuyo propósito
es dar a conocer los avances y procesos investigativos y críticos de la sociedad en el tiempo.

Editora – UPTC Comité Cientíico


Olga Yanet Acuña Rodríguez, Ph.D. Miryam Báez Osorio, Ph.D
Dirección Editorial – UPTC Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
Antonio E. de Pedro Robles, Ph.D. Diana Inés Bonett Vélez, Ph.D.
Universidad de los Andes, Colombia
Comité Editorial Matthew David Brown, Ph.D.
Javier Guerrero Barón, Ph. D. – Uptc University of Bristol, Inglaterra
Santiago Alfredo Castro Gómez, Ph.D.
Maria Celia Bravo, Ph.D.
Instituto Pensar. Pontiicia Universidad Javeriana, Colombia
Universidad Nacional de Tucumán, Argentina Manuel Chust, Ph.D.
Maria Victoria Dotor Robayo, Ms. – Uptc Universita Sant Jaume, España
Juan Marchena Fernández, Ph.D Jesús García Ruiz, Ph.D.
Universidad Pablo de Olavide, España Instituto Pensar. Pontiicia Universidad Javeriana, Colombia
Luís Wiesner Gracia, Ms. – Uptc Jorge Daniel Gelman, Ph.D.
José María Miura, Ph.D. Instituto Ravignani, Universidad de Buenos Aires, Argentina
Universidad Pablo de Olavide, España José Jesús Hernández Palomo, Ph.D.
Lina Adriana Parra Báez, Ph.D. – Uptc Consejo Superior de Investigaciones Cientíicas CSIC, España
Javier Ocampo López, Ph.D.
GUSTAVO ORLANDO ALVAREZ ALVAREZ Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
Rector María Luisa Ortega Gálvez, Ph.D.
ORLANDO VERGEL PORTILLO Universidad Autónoma de Madrid, España
Vicerrector Académico Carlos Rincón, Ph.D.
GILBERTO FORERO Freie Universitat Berlín, Alemania
Josué Mario Villavicencio Rojas, Ph.D.
Decano Facultad de Ciencias de la Educación
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México
Gonzalo Sánchez Gómez, Ph.D.
Universidad Nacional de Colombia

EVALUADORES INVITADOS PARA ESTA EDICIÓN


Olga Yanet Acuña Rodríguez ,Uptc-Colombia José Pascual Mora García,
Universidad de los Andes Táchira-Venezuela
Álvaro Acevedo Tarazona, Universidad Industrial de Santander-Colombia Francisco Alejandro García Naranjo,
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo- México
Nubia Agudelo Cely, Uptc-Colombia Lina Adriana Parra Báez, Uptc-Colombia
Miryam Báez Osorio, Uptc-Colombia Edda Otilia Samudio, Universidad de los Andes-Venezuela
Javier Guerrero Barón, Uptc-Colombia Hugues Sánchez Mejía, Universidad del Valle-Colombia
Margoth Guzmán Munar, Universidad Distrital Francisco José
de Caldas-Colombia Jorge Tomás Uribe, Uptc- Colombia
Antonio E. de Pedro Robles, Uptc-Colombia Alonso Valencia Llanos, Universidad del Valle-Colombia
Yenny Paola Martínez Acero, Asistente Editorial
Leidy Carolina Plazas Díaz, Asistente Editorial
Traducción Abstract
Información y Correspondencia: Karen Eliana Ramírez Saavedra
Doctorado en Historia
Estudiante de Maestría en Docencia
Facultad de Ciencias de la Educación
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia de los Idiomas
Ediicio Administrativo – Piso 2
Tunja - Boyacá – Colombia Correctora de Estilo
Doris Lilia Torres Cruz, Ph D.
coordinación.rhm@gmail.com
doctoradohistoria@uptc.edu.co
Telefax: 0057-87400683
Historia y Memoria / Doctorado en Historia, Facultad
de Ciencias de la Educación, Universidad Pedagógica y
Canje: Tecnológica de Colombia. – Vol.2, No.2 (2011)- Tunja:
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc) Uptc, 2011.
Semestral
BIBLIOTECA CENTRAL ISSN 2027-5137
Carretera Central del Norte 1. Historia - Publicaciones Periódicas.
Tunja - Boyacá - Colombia 2. UPTC.
CDD 980

Impresión:
Búhos Editores
Diag. 57 N° 7 – 34
Tunja - Boyacá - Colombia

Las opiniones expresadas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores
Se permite la reproducción parcial o total citando siempre la fuente.
INDICE
PRESENTACIÓN
SECCIÓN ESPECIAL

ARTÍCULOS

EN TORNO AL SIGNIFICADO DE LA INDEPENDENCIA


Josep Fontana Lázaro ............................................................................................... XXX

LO REAL Y LO IMAGINARIO EN LA CONSTRUCCIÓN EN LA


PRIMERA ETAPA DE LA REPÚBLICA COLOMBIANA
Justo Cuño Bonito...................................................................................................... XXX

PULPEROS, PARDOS E INDEPENDENCIA EN VENEZUELA. 1812-1814


Jaika Tejada Soria ..................................................................................................... XXX

LA JUNTA SUPREMA DE CARACAS DE 1810: NACION, AUTONOMIA E


INDEPENDENCIA.
Reinaldo Rojas ............................................................................................................ XXX

EL PROCESO DE MILITARIZACIÓN EN TUCUMÁN DURANTE LA


PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX: EXPERIENCIAS E IDENTIDADES DE
LOS SECTORES POPULARES
Marisa Davio ...............................................................................................................XXX

INDEPENDENCIA, HISTORIA Y DERECHO


Jorge Tomas Uribe Ángel .......................................................................................... XXX

ZONA LIBRE
PARTIDOS Y DIRECTORIOS, FORMAS DE SOCIABILIDAD POLÍTICA EN
BOYACÁ 1930 – 1953. ESCENARIOS DE CONSTRUCCIÓN DE NACIÓN
Olga Yanet Acuña Rodríguez. .................................................................................... XXX

RESEÑAS Y DEBATES
REFLEXIONES: EL JUNTISMO HISPANOMERICANO Y EL IDEAL
REPUBLICANA DE LOS CRIOLLOS
Miryam Báez Osorio.................................................................................................. XXX

REFLEXIONES EN TORNO AL SISTEMA MUNDO DE IMMANUEL


WALLERSTEIN
Abel Fernando Martínez Martín ............................................................................... XXX

RESEÑAS DE LIBROS ........................................................................................... XXX


INFORMACION AUTORES Y NORMAS PARA PUBLICAR .......................... XXX

3
CONTENT
PRESENTATION

SPECIAL SECTION

ARTICLES

AROUND THE INDEPENDENCE´S MEANING


Josep Fontana Lázaro ..........................................................................................

THE REAL AND THE IMAGERY IN THE BUILDING OF THE FIRST


STAGE OF THE REPUBLIC OF COLOMBIA
Justo Cuño Bonito .................................................................................................

PULPEROS , PARDOS AND INDEPEENDENCE IN VENEZUELA.


1812-1814
Jaika Tejada ..........................................................................................................

THE SUPREME MEETING OF CARACAS OF 1810:


NATION, AUTONOMY AND INDEPENDENCE.
Reinaldo Rojas ......................................................................................................

THE MILITARIZATION PROCESS IN TUCUMÁN DURING THE


FIRST HALF OF THE 19TH CENTURY: EXPERIENCES AND
IDENTITIES OF THE POPULAR GROUPS “
Marisa Davio ........................................................................................................

INDEPENDENCE, HISTORY AND LAW


Jorge Tomás Uribe Angel ......................................................................................

FREE ZONE

PARTIES AND DIRECTORIES, WAYS OF POLITICAL


SOCIABLENESS IN BOYACÁ 1930 - 1953.
CONSTRUCTION OF NATION STAGES
Olga Yanet Acuña Rodríguez ................................................................................

REVIEWS AND DEBATES DISCUSSIONS


PRESENTACIÓN

Estimados lectores, es para nosotros una gran satisfacción


presentarles el número 2 de la revista Historia Y MEMORIA. En
esta ocasión, contamos con la colaboración de un grupo destacado
de investigadores que nos ofrecen diversos trabajos producto de
sus relexiones e investigaciones.

En nuestra Sección Especial contamos con los trabajos


de destacados historiadores internacionales, comenzando
con el trabajo: “EN TORNO AL SIGNIFICADO DE LA
INDEPENDENCIA”, del reconocido historiador catalán Josep
Fontana. El profesor Fontana relexiona en relación con los
distintos discursos historiográicos que se han dado en torno a
la Independencia Americana; destacando que existe un fuerte
vacío en relación con el papel jugado por las masas populares
en dicho proceso. Sin duda, el texto del profesor Fontana resulta
muy pertinente en momentos especialmente signiicativos para la
construcción de una memoria histórica de los marginados por la
historiografía tradicional y oicialista, subsanando los olvidos y
silencios que esta ha producido.

El profesor español Justo Cuño, se centra en su texto, “LO


REAL Y LO IMAGINARIO EN LA CONSTRUCCIÓN EN LA
PRIMERA ETAPA DE LA REPÚBLICA COLOMBIANA”,
en una relexión en torno a como lo simbólico histórico ha sido
utilizado por las elites colombianas para aianzarse en el poder
durante el siglo XIX. Y como los sectores populares se relación
con este mundo simbólico durante el proceso de Independencia.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 1. Año 2010 5


Historia Y MEMORIA

En la misma línea de reivindicación del papel de los sectores


populares en los procesos de independencia americana, aunque
haciendo hincapié en los aspectos raciales del conlicto bélico,
se encuentra el interesante artículo: “PULPEROS, PARDOS
E INDEPENDENCIA EN VENEZUELA, 1812- 1814”, de
la profesora venezolana Jaika Tejada. La autora airma que la
independencia venezolano estuvo marcada por “un conlicto
racial” que determino, en gran medida, la propia conformación del
ejército patriota, y tuvo una marcada incidencia en el desarrollo
de la guerra frente a España.

Sin salirnos del ámbito de la independencia venezolana, el


historiador Reinaldo Rojas, nos propone un estudio en relación
con: “LA JUNTA SUPREMA DE CARACAS DE 1810: NACION,
AUTONOMIA E INDEPENDENCIA”. El profesor Rojas se
pregunta sobre cómo se organizo esta Junta, y si esta constituye
la primera expresión independentista. El texto de Reinaldo Rojas
aporta algunos aspectos interesantes y originales en relación
con un tema que ya ha sido muy debatido por la historiografía
venezolana y latinoamericana.

Cierran esta Sección Especial dos textos muy interesantes.


El primero, trata: “EL PROCESO DE MILITARIZACIÓN EN
TUCUMÁN DURANTE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO
XIX: EXPERIENCIAS E IDENTIDADES DE LOS SECTORES
POPULARES”; que –como en casos anteriores- revitaliza y
restituye el papel de los sectores populares en la Independencia
Americana; en este ocasión, estudiando el proceso en la región
argentina de Tucumán. En este sentido, la profesora Marisa Davio
se adentra en el estudio de los cambios sociales que afectan a los
sectores populares de esa región, y como dichos cambios afectan
las formas de vida cotidiana, así como a los roles de identidad
socio-política.

El segundo texto, con el que se cierra esta Sección Especial,


viene de la mano del historiador colombiano Jorge Tomas Uribe:

6
Historia Y MEMORIA

“INDEPENDENCIA, HISTORIA Y DERECHO”. Teniendo


presente el paradigma modernidad/colonialidad, desarrollado por
autores como Walter Mignolo, Enrique Dusel y Aníbal Quijano,
el profesor Uribe caracteriza el signiicado de lo histórico en
relación con la llamada “generación de la independencia” en la
Nueva Granada; y subrayando el culto de los criollos hacia un
constitucionalismo de corte eurocentrista, en el que el proyecto de
nación fuese acogido en el marco del referente del pensamiento
occidental.

Nuestra Zona Libre contiene un artículo de la profesora


colombiana Olga Acuña, en relación con: “PARTIDOS Y
DIRECTORIOS, FORMAS DE SOCIABILIDAD POLÍTICA EN
BOYACÁ 1930 – 1953. ESCENARIOS DE CONSTRUCCIÓN
DE NACIÓN”. Enmarcado dentro de la historia regional social
y política, Acuña estudia el complejo mundo de los partidos
políticos en el Departamento de Boyacá durante la primera
mitad del siglo XX, caracterizado por el hecho de que partidos y
directorios políticos, “se convirtieron en espacios de articulación
electoral favoreciendo que la población asumiera el sentido de la
participación, de la representación y de la política”.

En nuestra sección de Reseñas y Debates presentamos dos textos


que están escritos a modo de relexión: el primero, de la profesora
colombiana Miryam Báez: “REFLEXIONES: EL JUNTISMO
HISPANOMERICANO Y EL IDEAL REPUBLICANA DE LOS
CRIOLLOS”; y, el segundo, del profesor también colombiano
Abel Martínez: “REFLEXIONES EN TORNO AL SISTEMA
MUNDO DE IMMANUEL WALLERSTEIN”. Asimismo,
incluimos la reseña realizada por el profesor Jorge Tomas Uribe
sobre la reciente obra (2010) de la Dra. Olga Acuña Rodríguez:
Elecciones y poder político en Boyacá 1930-1950, de la editorial
de la Universidad del Valle.

Por último, y a modo de homenaje póstumo, queremos ofrecer


la reseña realizada en su momento por nuestra recientemente

7
Historia Y MEMORIA

compañera desaparecida, Yenny Aída Caicedo Nossa, sobre la


conocida obra de James Henderson, (1985) Las ideas de Laureano
Gómez, de Ediciones Tercer Mundo, Bogotá.

Ph.D. Antonio E. de Pedro Robles


Dirección Editorial

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Sección Especial

9
EN TORNO AL SIGNIFICADO DE LA
INDEPENDENCIA
1
Josep Fontana Lázaro
Universitat Pompeu Fabra de Barcelona

Recepción: 24/11/2010
Evaluación: 10/12/2010
Aceptación: 28/01/2011
Artículo de Reflexión.

RESUMEN

El presente artículo de relexión hace un análisis sobre los


discursos historiográicos que se han construido sobre el proceso
de independencia. Estos explican la participación de los actores
sociales y de las masas populares. La pregunta es: ¿cómo se generó
el proceso de independencia, y de qué forma se han articulado los
diversos actores sociales?.

Palabras clave: independencia, nación, masas populares,


poder político.

AROUND THE INDEPENDENCE´S MEANING


ABSTRACT

Josep Fontana Lázaro


Universitat Pompeu Fabra de Barcelona

This relective article does an analysis about the historic-graphics


discourses which have been built on the independence process.
1
Doctor en Historia, Universidad de Barcelona. Licenciado en Filosofía y Letras de
la Universidad de Barcelona. Director del Institut d’Història Jaume Vicens Vives de la
Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Miembro del Consejo editorial Sin Permiso.

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Josep Fontana
Historia Lázaro
Y MEMORIA

These explain the participation of the social actors and the popular
masses. The question is: How does the independence process
generated, and what way the social actors are related?.

Keywords: independence, nation, masses, political power.

INTRODUCCIÓN

El proceso de independencia de las colonias hispanoamericanas


en primer lugar, debe analizarse a partir del caso concreto de
cada uno de los países y en segundo lugar, se plantea cómo este
proceso lo hicieron unos pocos a nombre de todos, para satisfacer
sus propios intereses. De esta manera se deja de lado la acción de
diversos actores sociales que al parecer fueron indiferentes ante
la causa independentista.

Son muchos los tonos utilizados por los historiadores para


analizar este proceso; otro aspecto es si hubo o no una guerra civil,
lo que implica que hubiera participación de la gran masa popular.
En este texto de historia social se relexiona sobre el contexto en
que se genera la independencia, como fue la quiebra del sistema
español, también se hace alusión a diversas manifestaciones-
protestas de los grupos sociales en varias regiones; se analiza cómo
la construcción de los nacientes estados implicó deinir fronteras
de orden territorial y en ocasiones crear poderes centrales con
proyectos locales distintos, lo que generó fuertes tensiones.

Finalmente, se invita al lector a analizar la forma como cada


estado construyó su nacionalidad, ya por las movilizaciones,
guerras civiles, por la legislación o por la participación de los
diversos sectores sociales; en general se puede evidenciar que el
proyecto de construcción de nación es una realidad inconclusa.

La “revolución de las vastas colonias que la España poseía


en el continente americano”, para decirlo en los términos que usó
José Manuel Restrepo, colaborador de Bolívar, en su Historia de
la revolución, comprende una serie de procesos muy complejos,

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En Torno al Signiicado de laYIndependencia
Historia MEMORIA

que deberían estudiarse a partir del análisis concreto de cada


uno de los países. Pero en una aproximación breve, como ésta,
es obligado limitarse a los factores de carácter más general, que
afectan al conjunto de las colonias. Si hay algo que hoy comienza
a admitirse de manera general, rompiendo con la vieja retórica de
la legitimación nacionalista, es que la tal “revolución” la hicieron
unos pocos en nombre de todos, pero para su propio provecho.
Esto no sólo lo airman en estos mismos días los participantes
en un Congreso indígena mexicano que reúne a diez “pueblos”,
tribus o naciones distintos, como ustedes quieran llamarlos, que
rechazan la celebración del bicentenario de la independencia
y denuncian que “la historia actual de nuestros pueblos es una
2
historia de despojos y represión” , sino que son muchos los
historiadores que expresan sus dudas acerca del signiicado
de la independencia. Así se puede ver en el tono general que
adoptan los especialistas que el colombiano Marco Palacios ha
reunido en un libro de relexiones sobre el bicentenario , o en 3

la interpretación del historiador chileno Sergio Grez, quien nos


dice que “el sentimiento nacional no aloró espontáneamente en
la población que quedó viviendo al interior de las imprecisas y
muy cambiantes fronteras de la República de Chile en el siglo
XIX. Durante las guerras de la Independencia (que tuvieron un
verdadero carácter de guerra civil) la reacción mayoritaria de la
4
gran masa popular fue el indiferentismo, la huida y la deserción”.
Para comprobar este carácter de guerra civil basta considerar la
escasa presencia de tropas procedentes de la metrópoli entre las
fuerzas “realistas” que combatieron contra los “patriotas”.

2
Acuerdos de la XXVII Reunión ampliada del Congreso Nacional Indígena en
la Región Centro Pacíico, Mezquital, Durango, 28 de marzo de 2010.
3
Palacios, Marco. Las independencias hispanoamericanas. Interpretaciones
200 años después. Bogotá: Norma, 2009.
4
Grez Toso, Sergio. “Bicentenario en Chile. La celebración de una laboriosa
construcción política”, en: Grez, Sergio Jaime. ¿Qué bicentenario? Santiago
de Chile: Editorial Aún creemos en los sueños, 2010; pp. 7-25. También León,
Leonardo. “Reclutas forzados y desertores de la patria: el bajo pueblo chileno
en la guerra de la independencia, 1810-1814”, en: Historia Santiago, Vol. 35
(2002), pp. 251-297.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 11 - 32 13


Josep Fontana
Historia Lázaro
Y MEMORIA

No debería sorprendernos tanto, si hubiésemos leído con más


atención las fuentes. Así, para volver al mismo texto de Restrepo,
tras describirnos la situación de atraso, sujeción e ignorancia en que
vivía sumida la América colonial, que sería la causa fundamental
que legitimaba la “revolución”, no olvida añadir que “a principios
del siglo XIX aún no se hallaba preparada la generalidad del pueblo
de la Nueva Granada y de Venezuela para hacer la revolución; lo
estaba solamente una pequeña parte de más ilustración, la que tenía
algunas riquezas y bastante inlujo”. “La ignorancia de los pueblos
y sus envejecidos usos y costumbres”, añade, hacían ilusoria
la esperanza de que el resto de los habitantes de estas tierras,
divididos además en “castas de negros esclavos, indios y mulatos”,
fuesen a seguir los pasos de la minoría politizada -esto es, de la que
integraban quienes tenían “algunas riquezas y bastante inlujo”-
cuando ésta inició la revolución. El proceso revolucionario que
se pusiera en práctica debía tomar en cuenta estas circunstancias
para introducir los cambios necesarios, de modo que pudieran ser
aceptados por “la generalidad del pueblo”, sin perturbar el orden
social establecido, ya que los revolucionarios no tenían propósito
alguno de modiicar las reglas que lo regían.

Una clara comprensión de las independencias americanas


exige, por ello, ir más allá de la épica tradicional que se centra
en la actuación de los próceres y los libertadores, y sobre todo
del mito legitimador que procede como si las nuevas naciones
estuviesen ya contenidas en forma embrionaria en las viejas
estructuras coloniales, de modo que la independencia se habría
limitado simplemente a libertarlas de las cadenas del imperio.

“Poder político, orden social: éstas eran las exigencias básicas


5
de los criollos”, ha escrito John Lynch. El resentimiento de los
criollos ante el poder metropolitano y su voluntad de airmarse
como “americanos” no eran hechos nuevos, y apuntaban a una
ruptura inevitable en algún momento del futuro, alentada por las
5
Lynch, John. Las revoluciones hispanoamericanas, 1808-1826. Barcelona: Ariel,
1976; p. 35.

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Historia MEMORIA

nuevas ideas de la ilustración. Este momento llegó cuando, con la


metrópoli en quiebra, los americanos se vieron empujados a tomar
la iniciativa de un proceso de independencia en que lo más fácil
era emanciparse del imperio, cuya debilidad militar era evidente
en los momentos en que se produjo la ruptura. Lo realmente
difícil iba a ser, en cada caso, mantener el orden social: ijar las
bases para establecer un estado, y después, sobre todo, construir
en estos límites unas naciones nuevas, que no tenían nada que ver
6
con las identidades de los pueblos originarios colonizados. Unas
naciones que había que construir resolviendo el complejo proceso
de lo que Flores Galindo ha deinido como “la imbricación entre
7
situación colonial, explotación económica y segregación étnica”.

La diicultad de realizar el tránsito a la independencia sin


riesgo de fractura del orden social existente explica, por ejemplo,
el hecho de que fuesen los centros máximos del poder colonial,
México y Perú, los que tardasen más en independizarse. Es verdad
que era en estos centros donde tenían mayor peso los estamentos
que se beneiciaban del sistema colonial, cuyos intereses estaban
estrechamente asociados al poder político representado por los
funcionarios de la monarquía. Puesto que hay que tener en cuenta,
si queremos entender cómo funcionaba realmente el imperio, que
la corrupción era una de las bases del gobierno de las colonias.

La venta de cargos, que en la metrópoli se hacía de forma más


o menos disimulada, se convertía en un mercadeo descarado en el
caso de los destinados al gobierno y administración de las Indias,
que se anunciaban públicamente. Se vendían cargos de corregidor,
de gobernador, de presidente de una audiencia o de capitán
general, e incluso de virrey. Las investigaciones de Francisco
6
Los lirteos incaicos de algunos libertadores duraron poco y es posible que fuesen
resultado de una inluencia europea más que indígena, puesto que los incas estuvieron de
moda en el siglo XVIII europeo, en especial entre los isiócratas, a quienes apasionaban
los imperios despóticos, cuanto más exóticos mejor. Lluch, Ernest. “Acaecimientos
de Manuel Belgrano isiócrata, y su traducción” En: Quesnay, François. “Máximas
generales del gobierno económico de un reyno agricultor”. Madrid: Ediciones Cultura
Hispánica, 1984.
7
Flores Galindo, Alberto. Aristocracia y plebe 1760-1830. Lima: Mosca Azul,
1984.

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Josep Fontana
Historia Lázaro
Y MEMORIA

Andújar han sacado a la luz la amplitud de estas ventas, que eran


tan numerosas que, cuando no quedaban más cargos disponibles
que llevar al mercado, se vendían plazas de supernumerarios o
“futuras”, esto es, se vendía el derecho de obtener la plaza cuando
cesase el que la ocupaba, hasta el punto de negociar incluso
“terceras futuras”. La corrupción implícita en el procedimiento
resulta patente cuando advertimos que se pagaban por algunos
cargos sumas enormes, que no se hubieran podido compensar con
los salarios oicialmente asignados a los mismos, lo cual indica
8
que se esperaba obtener otro tipo de ganancias.

La connivencia en América entre los funcionarios que


habían comprado sus cargos para hacer negocio con ellos y los
comerciantes de los consulados de Lima y de México implicó
toda una serie de condicionamientos, como el que se limitase
el volumen del comercio con la metrópoli, con el in de que
quienes lo controlaban se asegurasen el máximo beneicio, o que
se estableciese el reparto forzoso de mercancías importadas, para
colocar incluso las invendibles. Por poner un solo ejemplo, hacia
1770 el corregidor de Chichas pretendía vender a “sus indios” la
9
Ciropedia de Jenofonte y las obras completas del padre Feijó.

No fue, sin embargo, la conservación de estos intereses lo que


explica el retraso de la independencia en estos territorios, porque
a ines del siglo XVIII estaba ya claro que este sistema tenía sus
8
Andújar Castillo, Francisco. Necesidad y venalidad. España e Indias, 1704-1711.
Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2008.
9
Golte, Jürgen. Repartos y rebeliones. Túpac-Amaru y las contradicciones de la
economía colonial. Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1980; Tord, Javier y Lazo,
Carlos. Hacienda, comercio, iscalidad y luchas sociales (Perú colonial). Lima:
Biblioteca peruana de historia, economía y sociedad, 1981; Sempat Assadourian,
Carlos. El sistema de la economía colonial: mercado interno, regiones y espacio
económico. Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1982. Tandeter, Enrique. Trabajo
forzado y trabajo libre en el Potosí colonial tardío. Buenos Aires: Cedes, 1980;
Tandeter, E. Coacción y mercado. La minería de la plata en el Potosí colonial, 1692-
1826, Sudamericana, Buenos Aires, 1992 y “Población y economía en Los Andes (siglo
XVIII)”, En: Revista Andina, 15 (1995), Nº 1, pp. 7-42; Escandell, Neus. Producción y
comercio de tejidos coloniales. Los obrajes y chorrillos del Cusco, 1570-1820. Cusco:
Centro Bartolomé de las Casas, 1997; O’Phelan Godoy, Scarlett. “Las reformas iscales
borbónicas y su impacto en la sociedad colonial del Bajo y el Alto Perú”, En: Historia
y cultura, Lima, Nº 16. Vol. 128 (1983), pp. 113.

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En Torno al Signiicado de laYIndependencia
Historia MEMORIA

horas contadas, y con él las tenía un Imperio que se sostenía


de la participación en sus beneicios. Los propios gobernantes
españoles lo sabían, y usaban esta previsión para estimular el
saqueo de las Indias, como lo relejan las palabras que el conde de
Aranda escribía en 1785 a Floridablanca: “Nuestros verdaderos
intereses son que la España europea se refuerce con población,
cultivo, artes y comercio, porque la del otro lado del charco
océano la hemos de mirar como precaria a años de diferencia.
Y así, mientras la tengamos, hagamos uso de lo que nos pueda
ayudar, para que tomemos sustancia, pues en llegándola a perder,
10
nos faltaría este pedazo de tocino para el caldo gordo”.

La debilidad de los vínculos del imperio resultó sobre todo


evidente a partir de 1808, cuando se produjo la quiebra del estado
español, que sus súbditos americanos comenzaron observando con
cierta simpatía, reimprimiendo en las prensas locales los textos en
que la Junta central se ofrecía a corregir los males producidos por
“una tiranía de veinte años, ejercida por las manos más ineptas
que jamás se conocieron, [que] había puesto a nuestra patria
en la orilla del precipicio”, mientras esperaban de las nuevas
11
autoridades el remedio prometido.

Pero cuando la Junta central se disolvió y el poder político


pasó en España a una regencia, era lógico que los súbditos
americanos de la monarquía reivindicasen el mismo derecho que
los de la Península habían asumido de decidir los asuntos públicos
en órganos surgidos de sus propias sociedades. Así empezó un
camino que había de conducir inalmente a que unos grupos
dirigentes que habían aceptado hasta entonces los costes del

10
Delgado, Josep M. “América en la teoría y la praxis política de José María de Moñino
y Redondo, conde de Floridablanca”, En: Hacienda Pública Española, Nº 107-108.
1987; p. 145. Fontana, Josep. “El tocino y el caldo: una relexión sobre el imperio
español”, En: Ruggiero Romano y Massimo Ganci, eds., Governare il mondo. L’impero
spagnolo dal XV al XIX secolo, Società Siciliana per la Storia Patria. 1991, Palermo;
pp. 463-472.
11
Sobre la recepción en América de los acontecimientos de 1808 en la
Península. En: Chust, Manuel. Coord., 1808. La eclosión juntera en el mundo
hispano. México: Fondo de Cultura Económica, 2007.

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Josep Fontana
Historia Lázaro
Y MEMORIA

imperio como el precio necesario para legitimar el modelo social


de la colonia, pensasen que merecía la pena tomar la iniciativa,
llevando estas sociedades hacia una forma de independencia
nacional promovida por las capas propietarias criollas, que
pudiera ofrecer a los de abajo una esperanza de libertad y de
mejora, en una fuga hacia delante, donde la prosperidad de todos
debía basarse en la supresión de la carga del mantenimiento de la
monarquía española, por una parte, y en el crecimiento económico
que parecía prometer la integración en el mercado mundial, por
otra.

Esto sucedía en momentos en que el viejo sistema de tráicos


estaba en un claro retroceso, y en que los centros comerciales de
las colonias habían aumentado considerablemente sus relaciones
con un mundo exterior que llamaba a sus puertas y que parecía
prometerles un futuro de prosperidad que no podía esperarse de
la continuidad de su vinculación con el Imperio español. Que el
sueño de futuro de la integración en el mercado mundial resultase
engañoso y que las independencias acabasen conduciendo a una
primera e imprevista crisis postcolonial, como fue la provocada por
el desequilibrio en los intercambios regionales latinoamericanos,
que explica que haya podido decirse, ante el caos que se produjo
en la vida económica de los nuevos países, que “mal que bien, el
12
orden imperial español era un orden” , era algo que no podían
adivinar quienes tomaron el camino de la ruptura con la metrópoli.

En el caso concreto de México, además, había sido la propia


corona española la que acabó de arruinar la relación mutua en
1805 con la imposición de la Consolidación de vales reales, esto
es de la desamortización de Godoy, que, como ha dicho Gisela
von Wobeser, “era la gota que derramaba el vaso del malestar
acumulado durante décadas por las presiones económicas a las que
había estado sujeto el reino novohispano para contribuir a sostener
12
Macera, Pablo. “Las plantaciones azucareras andinas, 1821-1875”, En: Trabajos de
historia. Lima: Instituto Nacional de Cultura, 1977. V, cita de p. 41. Sobre esta cuestión
véanse los trabajos de Gelman, Jorge; sobre los casos del Río de La Plata y Perú.

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Historia MEMORIA

13
la frágil tesorería del imperio español”. Esta desamortización, al
incidir sobre los bienes de las comunidades eclesiásticas, dañó
seriamente los mecanismos de inanciación de una economía que
estaba articulada en unos circuitos que enlazaban -a través del
capital de los miembros del consulado de la ciudad de México- la
circulación del comercio de mercancías importadas (de España
y de Asia), la producción agrícola de las haciendas, la industrial
de los obrajes y la minería, puesto que agricultores, ganaderos,
mineros y comerciantes dependían en buena medida del crédito
14
que podían obtener de catedrales, conventos y cofradías.

¿Por qué, pues, la emancipación se retrasó especialmente


tanto en este caso como en el de Perú? Para entenderlo tal
vez nos convenga considerar, en una primera aproximación,
que tanto Perú como México fueron los escenarios de las más
amenazadoras insurrecciones indígenas en las décadas anteriores
a la independencia.

En Perú las cosas comenzaron con la gran revuelta de los


campesinos indígenas en 1780-1781, con la que inicialmente
simpatizaron muchos mestizos, algunos clérigos y ciertos sectores
urbanos, que compartían el malestar ante los abusos de que
eran víctimas. Hasta que, al tomar la revuelta unas direcciones
15
amenazadoras, se produjo una grave alarma entre los criollos.
13
Von Wobeser, Gisela. “La desamortización de bienes eclesiásticos y seculares
mediante la Consolidación de Vales Reales, Nueva España, 1805-1809”, En: Bodinier,
B; Congost, R. y P.F. Luna, eds., De la Iglesia al Estado. Las desamortizaciones
de bienes eclesiásticos en Francia, España y América Latina. Zaragoza: Prensas
Universitarias de Zaragoza, 2009; pp. 129-148. No hago, sin embargo, esta cita sobre el
texto impreso, sino sobre el de la comunicación presentada originalmente por la autora
en el coloquio internacional celebrado en Gerona en 2008. Sobre la situación de México
a comienzos del siglo XIX resultan interesantes las relexiones de Jiménez Codinach,
Guadalupe. México, su tiempo de nacer 1750-1821. México: Banamex, 1997.
14
Jiménez-Pelayo, Águeda. “El impacto del crédito en la economía rural de la Nueva
Galicia”, En: Hispanic American Historical Review, Nº 3, pp. 501-529.
15
O’Phelan Godoy, Scralett. “Rebellions and Revolts in Eighteenth century Perú and
Upper Perú, Böhlau, Colonia, 1985; Rebeliones andinas anticoloniales. Nueva Granada,
Perú y Charcas entre el siglo XVIII y el XIX”, En: Anuario de estudios americanos,
XLIX (1993), pp. 395-440 y La gran rebelión en Los Andes: De Túpac Amaru a Túpac
Catari, Centro Bartolomé de las Casas. Cusco: 1995; Moreno Yáñez, Segundo E.
Sublevaciones indígenas en la audiencia de Quito, desde comienzos del siglo XVIII
hasta inales de la colonia. Quito: Universidad Católica, 1985/3.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 11 - 32 19


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Y MEMORIA

Una alarma que tenía sobre todo que ver con los primeros
signos de que las masas indígenas pensaban en subvertir el orden
establecido de la sociedad criolla en un aspecto tan fundamental
como el de discutir la legitimidad de las apropiaciones de tierras
efectuadas desde la conquista. Los campesinos que asaltaron
Oruro en 1781 se proponían “suprimir las pensiones a las que
estaban sometidos y apropiarse, para el común, de haciendas,
16
minas e ingenios, y arrasar con la villa y sus pobladores”. Lo
cual permite explicar que los núcleos de criollos y mestizos que
inicialmente habían simpatizado con los rebeldes acabaran dando
pleno apoyo a la represión.

Un miedo semejante se dio en la Nueva Granada ante el


17
movimiento de los comuneros y, con nuevos matices y con un
desfase de treinta años, se repitió en Nueva España. Aquí también
la insurrección de Hidalgo acabó pareciendo tan amenazadora
para el orden colonial criollo como la de Túpac Amaru en Los
Andes, ya que daba entrada a un componente de reivindicación
de las tierras de las comunidades indígenas “usurpadas” por los
propietarios españoles o criollos, lo que permitió a las autoridades
metropolitanas presentar el movimiento como una explosión de
odio racial del indígena contra el criollo de sangre europea. Como
ha señalado Eric Van Young, la insurgencia popular de los años
1810-1821 en México tenía que ver sobre todo con un “proceso
de resistencia cultural de las comunidades indígenas”, y muy
18
poco con la pretensión de alcanzar la independencia de España.

16
Cajías, Fernando. “Los objetivos de la revolución indígena de 1781: el caso de
Oruro”, Revista Andina, I (1983), nº 2, pp. 407-428 (cita de p. 424).
17
Phelan, John L. El pueblo y el rey. La revolución comunera en Colombia, 1781.
Bogotá: Carlos Valencia, 1980.
18
Van Young, Eric. La otra rebelión. La lucha por la independencia de México, 1810-
1821. México: Fondo de Cultura Económica, 2006 (cita de p. 867); John Tutino, From
Insurrection to Revolution in México: Social Bases of Agrarian Violence, Princeton
University Press, Princeton, 1986; Romeo R. Flores Caballero, La contrarevolución
en la independencia. Los españoles en la vida política, social y económica de México,
1804-1838, El Colegio de México, México, 1973; Pedro Pérez Herrero, Plata y
libranzas, El Colegio de México, México, 1988.

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Historia MEMORIA

Que en ambos casos haya pesado para frenar la ruptura con


la metrópoli la amenaza que signiicaba la posibilidad de una
nueva revuelta “indígena” -déjenme que ponga este adjetivo
entre comillas- parece razonable. No eran lugares donde fuera
prudente remover la sociedad con propuestas revolucionarias. El
caso de Cuba nos ofrece un útil ejemplo comparativo. Aquí fue
el miedo a una posible rebelión de los esclavos africanos, nacido
del terror engendrado por las matanzas de colonos franceses en
Haití, lo que resultó decisivo para inhibir cualquier tentativa
independentista que pudiera alterar el orden social. En Cuba, la
sociedad colonial se aisló deliberadamente de las conmociones
políticas que se producían en la metrópoli. El paso del liberalismo
al absolutismo en 1823, por ejemplo, se produjo allí pacíicamente.
Una comunicación de La Habana, publicada por la Gaceta de
Madrid en enero de 1824, cuando la Península vivía en medio
de la violencia represiva de la “década ominosa”, dice: “Aquí
gozamos tranquilidad gracias a las disposiciones y actividad
de este gobernador (...) y demás autoridades para que esta isla
conserve siempre su unión con la madre patria, a pesar de las
tentativas de algunos hijos desnaturalizados, que no conocen el
riesgo que corremos todos los blancos entre la multitud de gentes
19
de color que nos rodea”.

El retraso de la emancipación de México y de Perú no debe


verse, sin embargo, como un caso aparte, basado en criterios
étnicos, sino como un ejemplo extremo de algo común en todos
estos procesos, donde la independencia estaba estrechamente
condicionada por la voluntad de preservar el orden social
establecido, y en especial la estructura de la propiedad de la
tierra. Lo cual había de resolverse con la construcción de unos
estados que otorgaban a las clases propietarias locales la gestión
directa del poder. “El nacionalismo -se ha dicho- surgió como
una ideología para defender órdenes sociales desiguales, pero
sólo cuando las estructuras imperiales dejaron de ser capaces de
controlar los conlictos dentro de la forma estatal del imperio”. 20

19
Gaceta de Madrid, Madrid, 27 de enero, 1824, p.52.
20
Cooper, Frederick, y Burbank, Jane. Empires in World History. Princeton:

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 11 - 32 21


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Historia Lázaro
Y MEMORIA

Este era el caso de la América española después de 1808.

Los estados surgidos de la quiebra del imperio colonial


nacieron con fronteras extrañas, ni culturales, ni físicas. La
legitimación de sus fronteras residía en las de las antiguas
audiencias, de límites mal deinidos, lo que explica algunos de
21
los litigios territoriales que siguen existiendo en la actualidad. A
lo que se unió muy pronto la necesidad de ocupar efectivamente,
dentro de estas fronteras, unos territorios que habían quedado
hasta entonces al margen de la colonización, habitados por gentes
a quienes había que integrar de una u otra forma, a costa casi
22
siempre de una parte considerable de sus tierras.

Construir los nuevos estados centralizados obligaba, además,


a combinar y equilibrar territorios dominados por poderes locales
con intereses distintos. El caso de la asociación entre Sierra
y Costa en Ecuador es relativamente sencillo, porque exige
relacionar sobre todo dos centros de poder: Quito y Guayaquil.
Pero hay también que explicar casos más complejos, analizando
las tensiones entre centralismo, federalismo y secesión, para
entender cómo se ha formado el estado mexicano, por qué fracasó
la formación del centroamericano, o la articulación de los de Perú,
Argentina o Colombia. Este tipo de tensiones internas explica
también la fragmentación de las grandes unidades coloniales,
lo cual vale tanto para entender el fracaso de la Gran Colombia
bolivariana, como la desintegración del virreinato de Perú, donde
los chilenos, por ejemplo, tenían viejos agravios hacia el poder
23
político y económico de Lima.
Princeton University Press, 2010; p. 245.
21
Bonilla, Heraclio “El peculiar nacionalismo de los países andinos”, leído en el IX
Congreso de Historia de Colombia celebrado en Tunja, mayo de 1995.
22
Resultan interesantes, en este terreno, los estudios acerca de la extensión de la frontera
Argentina al sur de Buenos Aires realizados por Jorge Gelman y por su discípula María
Sol Lanteri, de quien he utilizado aquí “Estado, tierra y poblamiento en la campaña sur
de Buenos Aires durante la época de Rosas. La frontera del arroyo Azul”, En: Anuario
de Estudios Americanos, 62 Nº 2. 2005; pp. 251-283.
23
Sobre las limitaciones a que el control de los comerciantes peruanos sometía las
actividades económicas de Chile, Ramírez Necochea, Hernán. “Antecedentes
económicos de la independencia de Chile”, En: Obras escogidas. Santiago de Chile:
Lom II, 2007, pp. 68-73 y 100-110.

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Historia MEMORIA

Sin embargo, el problema más complejo no era el de integrar


los territorios, sino las sociedades que habitaban en ellos: o sea, el
de construir naciones que legitimasen estos estados, incorporando
el conjunto de la población al proyecto de las “clases ilustradas”.

No era una tarea fácil. Que las guerras de independencia


acabasen dejando a menudo el poder “en las manos de las mismas
24
familias que habían estado a la cabeza de las jerarquías coloniales” ,
no signiica que la participación de las capas populares, que eran
las que habían de integrar los ejércitos patriotas, no estuviera
movida por objetivos propios, que los historiadores han tendido a
ignorar, con el in de mantener la suposición de una unanimidad
25
inexistente.

Para lo cual se comienza marginando del relato a lo que


solemos llamar los “indios”, con un argumento étnico difícilmente
justiicable, puesto que, como ha dicho Martínez Peláez, los
indios “son un producto del régimen colonial, un resultado de
26
la opresión y la explotación de los nativos”. Parece claro que
la de indígena era mas bien una categoría social y cultural, y
tal vez pudiera decirse que sobre todo iscal, que étnica. De tal
modo la entendían también, a la inversa, los llamados “indios”.
Como Tomás Callisaya, lugarteniente de Túpac Catari, que en
1781 daba orden de pasar a cuchillo a “toda persona que parezca
ser española o que, a lo menos, esté vestida a imitación de tales
27
españoles”. Se trataba, en suma, de algo parecido a lo que ocurre
en la actualidad en los Estados Unidos, donde, para legitimar las
campañas contra la inmigración, se considera sistemáticamente
24
McFarlane, Anthony. “La caída de la monarquía española y la independencia
hispanoamericana”, en el libro ya citado de Palacios, Marco coord. Las
independencias hiapanoamericanas. cita de p. 57.
25
Flores Galindo, Alberto. Buscando un inca: identidas y utopía en Los Andes,
La Habana: Casa de las Américas, 1986; p. 281, señalaba, reiriéndose a
las fuentes, “carecemos de testimonios en que los mismos campesinos sean
quienes se expresen directamente”.
26
Martínez Peláez, Severo. La patria del criollo. Costa Rica: Editorial
Universitaria Centroamericana, 1979; p. 570.
27
Lewin, Boleslao. La rebelión de Túpac Amaru y los orígenes de la
emancipación americana. Buenos Aires: Librería Hachette, 1957; p. 492.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 11 - 32 23


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Historia Lázaro
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que los “latinos” no son “caucásicos”, o blancos, si lo quieren


dicho con más propiedad.

En teoría, la nación independiente debía haber hecho


desaparecer al indígena para convertirlo en ciudadano, pero
en el Perú el “tributo de indígenas” colonial se convirtió, entre
1826 y 1854, en la “contribución de indígenas”, y en Bolivia
la “contribución indigenal” se mantuvo hasta los umbrales del
28
siglo XX. Lo que los nuevos estados no olvidaron hacer fue
“modernizar” la propiedad de la tierra, lo que les llevó a eliminar
la propiedad colectiva en un proceso que implicó casi siempre el
29
despojo de los campesinos.

Pero si las “castas”, para seguir con el lenguaje de Restrepo,


podían quedar por el momento al margen, no sucedía lo mismo
con los amplios grupos formados por las capas populares
urbanas y agrarias. El proceso que había de “nacionalizarlos” fue
complicado y tuvo fases cambiantes.

Por ejemplo, tanto en México como en Perú hubo unos primeros


momentos en que los grupos subalternos sacaron provecho de la
nueva situación. En algunas regiones mexicanas los campesinos,
desaparecidas las “repúblicas de indios”, lograron acceder a
los ayuntamientos y participar desde ellos en la vida política,
30
negociando la aplicación de las leyes dictadas desde la capital.

Esta situación iba a cambiar muy pronto. En Perú hubo tres


décadas, tras la independencia, en que los campesinos se vieron

28
Sánchez-Albornoz, Nicolás. Indios y tributos en el Alto Perú. Lima: Instituto
de Estudios Peruanos, 1978; Platt, Tristan. Estado boliviano y ayllu andino.
Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1982 y Sanz Ovando, Jorge Alejandro.
El tributo indígena en las inanzas bolivianas del siglo XIX. La Paz: Comité
Ejecutivo de la Universidad Boliviana, 1985.
29
Una visión comparada de este proceso puede encontrarse en “Liberals,
the Church and Indian peasants” En: H.Jackson, Robert. ed., Corporate
Lands and the Challenge of Reform in Nineteenth-century Spanish America.
Albuqueruque: University of New México Press, 1997.
30
Guardino, Peter F. Peasants, politics, and the Formation of Mexico’s National
State, Guerrero, 1800-1857. Stanford: Stanford University Press, 1996.

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Historia MEMORIA

favorecidos por las nuevas condiciones y las comunidades


tuvieron lo que Nils Jacobsen ha llamado “un breve intervalo de
extensión de su autonomía”. Pero esta mejora no tuvo continuidad.
La sierra peruana fue quedando marginada en una economía
que se orientaba cada vez más hacia la costa y, abandonada
gradualmente su población al poder local de los gamonales, se
rompió la relación del estado con sus súbditos (la protección de
las comunidades a cambio de tributo) y éstos se convirtieron
legalmente en campesinos, sujetos individuales ante la ley y el
impuesto, mientras se los condenaba socialmente a seguir siendo
indios. Como ha escrito Jacobsen, “la redeinición de los indios
de colectivo histórico corporativo a grupo racial intrínsecamente
diferenciado, y fuera del confín de la civilización, vino a formar
la base de la relación neocolonial entre el campesinado y la élite
31
provincial”.

Crear una conciencia nacional que sirviese para cimentar el


consenso que había de servir de base al nuevo orden social fue un
proceso largo y difícil, sostenido muchas veces por la violencia
represiva de los nuevos estados. Sergio Grez nos muestra que
hubo en Chile una secuencia de movimientos populares de
protesta en las primeras décadas de la independencia: actos de
reivindicación de los gremios y huelgas de los obreros portuarios
contra la política librecambista impuesta por las élites dirigentes,
32
rebeliones mineras.

En algunos casos se conservaron las instituciones represivas


de la colonia, como sucedió en Argentina con la “papeleta de
conchabo”, que habían de tener todos los hombres sin oicio ni
propiedad, si no querían ser castigados. Según las leyes de Tucumán
31
Jacobsen, Nils. Mirages of Transition. The Peruvian Altiplano, 1780-1930.
Berkeley: University of California Press, 1993; p. 333. Para la actitud de los propios
campesinos, Degregori, Carlos. “Cultura andina y problema nacional”, En: Ideología
(Ayacucho),1985; pp. 37-41. Sobre los argumentos para racionalizar la segregación del
indígena. Demelas, Marie-Danièle. “Darwinismo a la criolla: el darwinismo social en
Bolivia, 1880-1939”, En: Historia Boliviana, Vol. 4, Nº 2, 1984; pp. 55-82.
32
Grez Toso, Sergio. De la “regeneración del pueblo” a la huelga general. Génesis
y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890) Santiago: Ril
Editores, 2007; pp. 457-495.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 11 - 32 25


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Historia Lázaro
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la policía podía obligar a quienes no tuvieran ocupación “a tomarla


en negocios por su cuenta, o en servicio de un propietario industrial
conocido, castigando a los reincidentes con trabajos públicos
forzados”. El código rural de Buenos Aires de 1865 preveía para
los que fuesen útiles, servicio de armas por tres años y un año de
trabajos públicos forzados para los demás. La regla se mantuvo
incluso en los albores de la industrialización: cuando la expansión
de la producción azucarera necesitó brazos para unos trabajos
duros y mal pagados que los inmigrantes europeos rechazaban,
puesto que preferían trabajar en la construcción de los ferrocarriles,
donde se conseguían mejores sueldos, los propietarios de ingenios
se valieron de este mecanismo, de modo que hacia 1890 había más
33
de 40.000 “peones de conchabo” en Tucumán.

La nacionalización tuvo, además, muchas quiebras, como


puede verse en una historia que está llena de guerras civiles y de
subhistorias de cimarrones, montoneros, cangaceiros y hasta de
repúblicas campesinas, de las que la historiografía oicial preiere
olvidarse. Lo cual permite entender que pueda decirse aún hoy en
Colombia, que “el proyecto de construir la nación sigue siendo
todavía una realidad inconclusa, atravesada por toda clase de
conlictos culturales”. 34

Florencia E. Mallon nos ha explicado, por ejemplo, la sorpresa


de quienes, investigando en Perú, encontraron en los archivos
de Huancayo documentos olvidados que hablaban de grupos de
guerrilleros organizados autónomamente en la época de la guerra
33
Campi, Daniel. Captación forzada de mano de obra y trabajo asalariado en Tucumán,
1856-1896. Tucumán: Instituto de Estudios Socioeconómicos, 1993, y “La crisis del
sistema de la ‘papeleta de conchabo’ en Tucumán. Una propuesta de interpretación”,
En: 5º Congreso Nacional de Estudios del Trabajo, Aset, 2001.
34
Munera, Alfonso. El fracaso de la nación. Región, clase y raza en el Caribe
colombiano, 1717-1821. Bogotá: Banco de la República, 1998; p. 223. Sobre
estas cuestiones. Chiaramonte, José Carlos. Ciudades, provincias, estados:
orígenes de la nación argentina, 1800-1846. Buenos Aires: Ariel, 1997;
Costeloe, Michael P. Response to Revolution. Imperial Spain and the Spanish
American Revolutions, 1810-1840. Cambridge: University Press, Cambridge,
1986; Andrade Arruda, José Jobson de. “Mercado nacional e mundial entre
o estado e a naçâo: Brasil da colônia ao império”, En: Actas dos 3os. Cursos
Internacionais de Cascais, Cámara Municipal de Cascais, Cascais, 1997, III,
pp. 195-206.

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Historia MEMORIA

del Pacíico, que fueron perseguidos al acabar la contienda por


haber robado cabezas de ganado de las haciendas locales, lo cual
los llevó a rebelarse y a crear una “federación independiente”,
una especie de república campesina autónoma que sobrevivió
casi veinte años, hasta comienzos del siglo XX.

CONCLUSIONES

Pienso que el campo de investigación más prometedor dentro del


estudio de las independencias americanas va a ser el que se reiere
al proceso de formación de estos estados-nación, que nos ofrecen
ejemplos que por su misma complejidad pueden enriquecer
considerablemente los modelos simplistas que suelen aplicarse en la
historia europea al estudio de la etnogénesis. La investigación sobre
la construcción de estas naciones puede ser un terreno privilegiado
que nos permita nuevos avances en nuestra comprensión de la
articulación de los poderes políticos y de la pugna entre formas
diversas de conciencia colectiva. Y nos ayudará, además, a entender
mejor muchos problemas actuales de las naciones de América,
que tienen por delante la tarea de construir sociedades en que las
capas populares, y en especial los campesinos, no necesariamente
indígenas, dejen de ser marginados y accedan por in a esa condición
de ciudadanos de pleno derecho que la independencia les prometió y
que todavía no han alcanzado plenamente.

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Nacional Indígena en la Región Centro Pacíico, Mezquital,
Durango, 28 de marzo de 2010.

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en Actas dos 3os. Cursos Internacionais de Cascais, Cámara
Municipal de Cascais, Cascais, 1997, III, pp. 195-206.

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LO REAL Y LO IMAGINARIO
EN LA CONSTRUCCIÓN EN LA
PRIMERA ETAPA DE LA REPÚBLICA
COLOMBIANA
1
Justo Cuño Bonito
Universidad Pablo de Olavide-España

Recepción: 15/08/10
Evaluación: 06/10/10
Aceptación: 10/02/011
Artículo de Reflexión

RESUMEN
El presente artículo pretende hacer una relexión sobre cómo
la historia ha sido un medio de aianzamiento de las élites en
la sociedad colombiana; a pesar de los diversos procesos de
desarrollo del conocimiento histórico, este escenario sigue
latente. Pareciera que los historiadores no se han preocupado por
la incidencia que tiene el conocimiento en la conformación de
un ideario de nación. Así se han centrado las visiones sobre el
bicentenario en que no se hace una relexión profunda, sino se
han intentado aportar elementos para disfrazar la realidad social.
En esta visión es importante analizar de qué manera lo simbólico
es utilizado para aianzar las relaciones de poder. Por ende,
conceptos como el de soberanía que se vieron materializados
en las constituciones iban orientados a un pequeño grupo que
1
Doctor en Historia de América por la Universidad Pablo de Olavide, Licenciatura en
Filosofía y Letras (Geografía e Historia) Universidad de Alcalá de Henares, Madrid.
Coordinador del programa Doctorado en Historia de América “Mundos Indígenas”
Universidad Pablo de Olavide-España.

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cumplía ciertos requisitos, lo que dejaba a gran número de


población excluida, generando fuertes conlictos entre las élites
regionales y locales. Las relexiones planteadas en este artículo
se centran en analizar cómo la población y particularmente los
sectores populares participaron en los ejércitos y de esta forma se
hicieron parte activa de proceso de construcción de nación.

Palabras Clave: Sectores populares, nación, independencia,


bicentenario, relaciones de poder.

THE REAL AND THE IMAGERY IN THE BUILDING OF


THE FIRST STAGE OF THE REPUBLIC OF COLOMBIA

Justo Cuño Bonito


Universidad Pablo de Olavide-España

ABSTRACT

The present article a relection about how the history has been a
improvement means of the elites in the Colombian society; in spite of
the various processes of historic knowledge, this scenery is still alive.
It seemed that the historians were not concerned for the incident that
it has the knowledge in the conformation of an ideology of nation.
This way they have centered the visions on the bicentenary that
where there was not a deep relection to itself, but elements have
tried to be contributed to disguise the social reality. In this vision
is very important to analyze how the symbolic is used to reinforce
the relationships of power. Thus, concepts like that of sovereignty
that met materialized in the constitutions were focused on a small
group that was fulilling certain requirements, which was stopping
to a great number of excluded population, generating strong conlicts
among the regional and local elites. The relections raised in this
article are focused on analyzing how the population and particularly
the popular sectors took part in the armies and in this way they have
become active part in the construction of nation processes.

Keywords: Popular areas, nation, independence, bicentennial,


power relations.

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Lo Real y lo Imaginario en la Construcción en la Primera EtapaHistoria
de la República Colombiana
Y MEMORIA

INTRODUCCIÓN

El presente artículo parte de una relexión historiográica que


permite ubicar la ausencia de análisis históricos que den cuenta
de la participación de los sectores populares en la vida política y
particularmente en la construcción del Estado-Nación colombiano.
Así se cita algunos aportes que se han hecho para comprender
mejor las relaciones sociales que permiten ubicar este artículo.

Resalta cómo las constituciones concebían al ciudadano


y excluían a la mayor parte de la población, a pesar de las
orientaciones como en el caso de la Constitución de Tunja en
que se proclamaba como “popular y representativo”, mientras
la de Cundinamarca era más excluyente por cuanto resaltaba la
libertad, de la que gozaba solamente un pequeño grupo de la
población. Pero esta exclusión fragmentó las relaciones entre los
grupos sociales y los llevó a generar conlictos permanentes en el
entorno regional.

El presente texto hace una relexión desde la Nueva Historia


en que se pretende hacer un análisis de la totalidad, es decir, de
esa compleja relación de las élites hacia los sectores populares y
viceversa. Para su análisis se acude a relexiones historiográicas
y a fuentes documentales, entre éstas, las constituciones,
documentos del Fondo José Manuel Restrepo, Fondo Notarías
del Archivo Regional de Boyacá y otros documentos que me
permiten comprender el papel de los diversos actores sociales en
la construcción de un proyecto de Nación.

Desde el primer estructuralismo de Annales, un mal


entendido marxismo estático y su desdén hacia la política y
hacia las opiniones y voluntades como factores transformadores
de primer orden dentro del proceso histórico, emergió poco a
2 3
poco, quedamente, la historia política de Burke , Yves Dèloye o

2
Burke, Peter. Formas de hacer Historia. España: Alianza, 2003
3
Déloye, Yves. SOCIOLOGÍA HISTÓRICA DE LO POLÍTICO. Santiago:
LOM Ediciones, 2004

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4
Pierre Lèvêque. El sujeto y la sociedad en su conjunto asumían
de nuevo, un protagonismo en la ciencia histórica que los
5
fenómenos de largo recorrido le habían escamoteado: Hobsbawn
6
o E.P. Thompson refrendaron el cambio metodológico a favor
de una historia de los excluidos quienes, en mayor o menor
medida, se convertían en protagonistas de una acción política
transformadora y no simplemente culturalista. De este modo, los
sectores populares asumieron en la ciencia histórica un lenguaje
político propio o ajeno y lo adaptaron a su contexto político y
socioeconómico. Fuera, o no fuera auténtico u original, el nuevo
discurso político era una elaboración propia, genuina y producto
de unas circunstancias objetivas que el historiador también debía
analizar. La historia social, política y cultural se aunaba para abrir
el panorama explicativo en el convencimiento de que sólo tender
hacia una historia total nos puede permitir entender la complejidad
de un hecho histórico determinado. De este modo, una historia
de los sectores populares no permite excluir una historia de
las élites en tanto que ambos grupos están inextricablemente
reunidos, aunque discordes, en un proceso político y/o social
que explica a ambos como conformadores de la totalidad del
problema fundamental para cualquier historiador. De igual forma,
lógicamente, estudiar la historia sólo a través de sus élites, ofrece
como resultado análisis que excluyen a un 90% de la población.
Esta visión no es nada nueva (aunque en el postmodernismo en
el que estamos instalados, a veces, lo novedoso sea esta manera
de construir historia): ya en 1923 Lukacs indicó en “Historia y
7
Conciencia de Clase” que la mayor aportación del materialismo
histórico al análisis histórico no era su acento en lo económico
sino en la totalidad.

Sin embargo, lejos del análisis de la totalidad, muchos


historiadores han optado por la parcialidad de la postmodernidad.
No sólo se han abandonado, (contra lo que ya había prevenido
4
Lèvêque, Pierre. El Mundo Helenístico. Barcelona: Paidós, 2005.
5
Hobsbawn, Eric. Revolución y Democracia en Gramsci, Fontamara, 1981, p. 148 y ss.
6
Thompson, E.P. Tradición, Revuelta y Conciencia de Clase. Estudios sobre la crisis de
la sociedad preindustrial. Crítica, 1984, XIII y ss.
7
Luckacs, George. Historia y Consciencia de Clase. Madrid: Sarpe, 1984, pp. 49-89

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E.P. Thompson) términos como “clase”, “burguesía”, “feudal”


o “capitalista” a favor de otros más limpios de carga ideológica
como “preindustrial”, “tradicional” o “modernización” sino que
también se ha sustituido la consistencia del análisis histórico
por el análisis lingüístico, la antropología cultural y el nuevo
historicismo. En los nuevos análisis históricos, donde ya no
se investigan las fuentes primarias, las elucubraciones nunca
olvidan a Foucault, Guha o Bordieu y la sociología ha pasado de
ser una ciencia auxiliar de la historia a ser la referencia primordial
en la interpretación del hecho histórico. De este modo, en vez
de explicar cómo actúan los sujetos históricos, se crean nuevos
corsés ideológicos para tratar de discernir por qué los sujetos no
actúan como indicaban los modelos sociológicos que deberían
haberlo hecho.

Ni qué decir tiene que en estas cavilaciones se pierde la


referencia a la conciencia social de los sujetos y a su propia
existencia material. Simples revisiones culturales incompletas en
limitadas historias locales constituyen el todo de la investigación
y a menudo, las representaciones simbólicas explican, por sí
mismas, la evolución social.

Generalmente, en la historiografía colombiana y, lo que es


más preocupante, en los nuevos historiadores colombianos, los
fundamentos del estudio histórico se aproximan más a las enseñanzas
postmodernas que al planteamiento de una historia de la totalidad.
En virtud de la urgente necesidad de una historia de consumo y del
requerimiento insoslayable de la canonización de los orígenes patrios,
la historia del bicentenario es, sigue siendo, una historia insuiciente,
heredera de José Manuel Restrepo, incompletamente crítica con sus
orígenes y escasamente audaz en su desarrollo.

Las disquisiciones sociológicas de la modernidad, siguen


penetrando todo el discurso histórico que, lejos de la totalidad,
abarca y sigue abarcando la misma parte del problema y da el
protagonismo al mismo sector social. Las élites continúan
triunfante y exitosamente, siendo responsables únicas de la

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construcción de la Nación y sus complejos discursos, mil veces


analizados, fundamentan la emersión de una nueva sociedad
alejada de los viejos anacronismos que envolvían el derrotado
absolutismo colonial. La visión teleológica de los análisis no
admite discusión: se trata de un proceso incontenible e inevitable
que engarza sucesos históricos hacia un inal glorioso: la
independencia de la Nación.

¿Pero de qué nación hablamos? ¿De qué naciones?

Al igual que el resto de los demás grupos sociales, los


sectores populares, en el devenir histórico, no son, sino que están
permanentemente siendo. La modiicación de las estructuras
sociales modiica las relaciones dinámicas entre los distintos
grupos pero el viejo resabio de lo que se fue, nunca se llega a perder
del todo y sirve para interpretar e interpelar en la nueva realidad.
Tanto los sectores populares como las élites valoran la realidad
en virtud de lo aprendido en el viejo régimen y las soluciones
parten de los viejos conceptos. Veremos en este trabajo que las
élites, procedieran de donde procedieran, manejaron parecidos
discursos y parecidas formas de actuar.

Pero en el desarrollo de la independencia colombiana, veremos


que tan importante como el uso de los medios de fuerza fue,
refrendando a Weber, que el poder siempre procurase despertar la
fe en su legitimidad. En un período tan particularmente peligroso
para que la élite criolla asentara deinitivamente su dominación,
debía establecer políticamente un consenso básico entre
dominadores y dominados. Al tiempo, no sólo debía asegurar los
medios de poder y producción, sino también la primacía sobre
8
el mundo simbólico: controlar, según Gramsci , la reproducción
de una ideología que explicase y legitimase las relaciones de
poder existentes al tiempo que propusiera nuevas fórmulas
que refrendasen esta dominación. Magistralmente, Alexis de
Tocqueville en El Antiguo Régimen y la Revolución, ya indicó
que:
8
Gramsci, Antonio. La Política y el Estado Moderno. México: Premiá, 1978, p. 66 y ss.

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En un país donde no es imposible que el pobre llegue a


gobernar el Estado, siempre resulta más fácil apartar a
los pobres del gobierno que en aquellos en que no se les
ofrece la esperanza del poder, pues la idea de esa grandeza
imaginaria, a la que puede un día ser llamado, se sitúa
constantemente entre él y el espectáculo de su miseria
reales. Es un juego de azar en el que la grandeza de la
posible ganancia atrae su alma a pesar de las probabilidades
de pérdida.9 Le gusta la aristocracia del mismo modo que
la lotería.

La máxima expresión de este juego político que las élites


ofertaban a los sectores populares se materializó en las primeras
constituciones que se elaboraron en el territorio de la Nueva
Granada.

La Constitución de Tunja del 9 de diciembre de 1811


proclamó que la soberanía residía “originaria y esencialmente en
el pueblo”, que era “una, indivisible, imprescriptible e inajenable”
(sección preliminar, capítulo I, art. 18) y que cada ciudadano tenía
un derecho igual de concurrir, “mediata o inmediatamente a la
formación de las leyes, y al nombramiento de los representantes
o funcionarios públicos” (sección preliminar, capítulo I, art.
23). El gobierno de la provincia se anunciaba como “popular y
representativo” (sección preliminar, capítulo IV, art. 1) y para ser
miembro de la Cámara de Representantes se debía tener residencia
y casa abierta en la provincia lo menos un año, veinte años de edad
y un oicio honesto donde se mantenga por sí (sección primera,
capítulo I, art. 5). Los únicos impedimentos eran: tener menos de
20 años, ser mendigo o pordiosero, loco, sordo, mudo, demente
o fatuo, el ebrio de costumbre, el deudor declarado moroso al
Tesoro público, el perjuro, el falsario o el acusado de cohecho o
intriga en las elecciones de los pueblos (sección primera, capítulo
10
I, art. 7).

9
Tocqueville, Alexis De. El Antiguo Régimen y la Revolución. Madrid: Guadarrama,
1969, pp. 12 y ss.
10
Pombo, Manuel Antonio, y Guerra, Joaquín. Constituciones de Colombia,
Tomo II. Bogotá: Banco Popular, 1986.

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Historia Bonito
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Sin embargo, en la Constitución de Cundinamarca del 4


de abril de 1811, más conservadora y restrictiva, se expuso en
su título III art. 8, que para ser miembro de la representación
nacional “se requiere de edad de veinticinco años cumplidos,
dueño de su libertad, que no la tenga empeñada por precio, y si
lo estuviere por voto se considerará absolutamente impedido para
la parte ejecutiva y judicial”. Tampoco podían ser miembros de
la representación nacional los que tuvieran menos de seis años
de vecindad “ni los que hubieran dado muestras positivas de ser
opuestos a la libertad americana y transformación de nuestro
gobierno ni los que se hallan baldados o lisiados (título III,
artículo 8) o los de causa criminal pendiente, que hayan sufrido
pena infamatoria, los fallidos voluntarios o alzados con hacienda
ajena, los deudores del Tesoro, ni los sordo-mudos, dementes
o mentecatos, ni los que sin justa causa están separados de sus
mujeres, ni los que estando a servicio de otro, viven de ajenas
expensas, ni los vagos y transeúntes (título XI, artículo 2).

Si resultaba que ni los analfabetos, ni los sirvientes, ni


las mujeres, ni los pobres en general podían participar en las
decisiones políticas, la nación quedaba constreñida a un 5% de la
población. Precisamente, el conlicto de ese 5% conformado, entre
otras, por las distintas élites provinciales, condujo irremediable y
progresivamente al conlicto civil que estalló abiertamente el 4 de
octubre de 1812 tras el Congreso celebrado en Villa de Leiva. Pasto
contra Quito, Cali contra Popayán, Cartagena contra Mompox y,
Santa Marta y Cundinamarca contra todos en un conlicto civil
provocado directamente por esos conspicuos representantes
elegidos indirectamente por un ignorante pueblo llano que sufragó
las guerras civiles y conformó los ejércitos provinciales.

La disolución del modelo político colonial hasta entonces


imperante conllevó la fragmentación de los dominios territoriales
y la multiplicación de los poderes autónomos. La pugna entre los
modelos centralista y federalista fue uno, aunque no el menor,
de los conlictos suscitados en los territorios del virreinato
neogranadino. El poder real, secuestrado, perdía deinitivamente su

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Lo Real y lo Imaginario en la Construcción en la Primera EtapaHistoria
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capacidad para sostener todo el andamiaje colonial. Sin embargo,


al tiempo que se derrumbaba con decrépito toda su estructura, los
proyectos emergentes chocaban entre sí con estrépito. El territorio
se fragmentó como si estuviese conformado por numerosas
placas tectónicas en un inestable océano de magma. El devenir
de los acontecimientos y el ansia de prevalencia sobre el resto de
territorios, hizo que las placas colisionasen entre sí en la intención
de despuntar sobre el resto.

El conlicto de todos contra todos acabó evolucionando


en favor de la pugna entre el centro y la periferia. El estado de
Cundinamarca, su élite, contra el resto y toda esta élite (centralista
o federalista) apoyada en unos sectores populares excluidos
mayoritariamente de la conformación de los nuevos proyectos
estatales, ajenos al juego político pero rehenes de su resultado.

Al principio de estallar el conlicto, las erogaciones


extraordinarias se dirigieron a los ciudadanos y de entre éstos
sólo a los más ricos. Desde Tunja, el 22 de noviembre de 1813,
el federalista Francisco Javier Cuevas advirtió que las rentas
ordinarias ya no eran suicientes para levantar ejércitos y defenderse
de los peligros internos y externos. Efectivamente no era justo,
decía, “que se arranque al infeliz que nada tiene que perder el
escaso pan que ha regado con sus lágrimas”. Los ciudadanos más
pudientes eran “a quienes más protege el estado y deben ser por lo
mismo los más interesados en su defensa”. Sin embargo, de hecho,
los más pudientes desplazaron su responsabilidad económica a
los miembros de sus redes clientelares, sectores populares que
11
fueron quienes sostuvieron auténticamente el esfuerzo bélico.

A inales de 1814 lejos de amainar, el conlicto interno creció


en intensidad. Ni siquiera la derrota de Nariño en Pasto sirvió
para lograr el consenso. La guerra estaba servida. Los decretos
del congreso fueron insistentes. En diciembre de 1814 se reclamó
a las provincias un esfuerzo contributivo generalizado y extensivo
también por decreto a todos los sectores y estamentos porque:
11
Archivo Regional de Boyacá (ARB), Fondo Notarías

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[…] cuánto es más activa y cruel la guerra que nos hacen


nuestros enemigos, tanto más dispendiosa deberá ser la
que nosotros les hagamos: que no bastando al efecto los
fondos ordinarios de la unión, es preciso echar mano de
medios
12
y arbitrios extraordinarios para cubrir el déicit
[…].

Desde lo imaginario de la construcción política de las nuevas


repúblicas, a lo real del esfuerzo y del sacriicio individuales y
colectivos.

Bolívar entró en Santa Fe el 12 de diciembre de 1814 con


la comisión civil del Congreso de las Naciones Unidas: Camilo
Torres, Antonio Baraya y José María Castillo recibieron los
juramentos de la capital tomada por la fuerza de las armas,
mientras en el exterior las tropas saqueaban casas y haciendas
y asesinaban a algunos españoles peninsulares. Bolívar decretó
un donativo voluntariamente forzoso a españoles y americanos
bajo la pena, a los primeros de la vida y a los segundos, de ir a
la vanguardia del ejército en caso de negativa. A continuación
13
embargó los almacenes y tiendas de la ciudad.

Desde septiembre de 1815 las solicitudes de ayuda emanadas


directamente del congreso fueron ya incesantes. Con el comercio
paralizado y el incontenible avance de los realistas desde el sur, se
solicitó un nuevo subsidio de guerra. Por otra parte, las difíciles
circunstancias no recomendaban reavivar el conlicto interno ni
invitar a la desafección de las provincias a favor de las tropas
realista. Por ello, la contribución se pidió suavemente y sin
imposición:

[…] todo se deja a vuestra buena fe. Ninguna inquisición


odiosa se hará de vuestros bienes. Ningún pesquisidor
inoportuno se presentará a vuestras puertas. Nadie
examinará si vuestra fortuna está en quiebra o prosperidad;
12
Archivo General de la Nación (AGN), Fondo José Manuel Restrepo, Caja 5, Fondo 1.
13
Archivo General de Indias (AGI), Santa Fe, 747

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Lo Real y lo Imaginario en la Construcción en la Primera EtapaHistoria
de la República Colombiana
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si debéis más de lo que los pertenece; ni14 en qué género de


industria esté empleado vuestro caudal.

Pero la pugna interna continuaría y nuevamente ganarían los


partidarios de una acción iscalizadora más directa y que implicase
a toda la población: de este modo, sólo un día más tarde, el 10 de
septiembre, el congreso decretó una contribución forzosa para todos
los individuos y comunidades de ambos sexos con caudal superior
a 50 pesos, incluidos eclesiásticos, capellanías, cofradías e indios.
En el artículo 17 del decreto, los comisionados y sus subdelegados
deberían establecer un acuerdo “con los venerables curas para
que éstos franqueasen y facilitasen los padrones exactos de sus
feligresías y tengan cumplido efecto la colectación del subsidio”.
Además, tres vecinos de la mejor reputación vigilarían que los
paisanos contribuyesen según su patrimonio y los peritos dirimirían
la resolución de disputas. En el artículo 47 se dejaba claro que los
comisionados se deberían manejar con toda moderación y cordura y
15
que la exacción no debería tener nada de estrepitosa ni ser violenta.

Pero además de las contribuciones dinerarias, desde el 26 de


octubre de 1815 el gobierno general estableció la organización
militar para la defensa y seguridad de las Provincias Unidas de
la Nueva Granada. Todos los ciudadanos fueron considerados
“soldados natos de la patria” (artículo 4) y quedaron obligados
a entrar en los alistamientos de milicias entre los 16 y los 50
años. Los vagos y malentretenidos no quedaban dispensados del
servicio y el reglamento, explícitamente, en su artículo 9, deinió
a éstos como:

[…] aquellos hombres a quienes su pobreza y desaplicación


los hacen servir de una carga pesada a sus conciudadanos
y a la sociedad en general, y su holgazanería promoviendo
la de otros destruye el espíritu de actividad e 16industria,
fomenta el juego, la embriaguez y demás vicios.

14
Archivo General de la Nación (AGN), Fondo José Manuel Restrepo, Caja 5, Fondo 1.
15
Archivo General de la Nación (AGN), Fondo José Manuel Restrepo, Caja 5, Fondo 1.
16
Archivo General de la Nación (AGN), Fondo José Manuel Restrepo, Caja 5, Fondo 1.

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Justo Cuño
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El proyecto de organización militar se completaría el 29 de


noviembre de 1815 con la organización de tropa permanente o
cuerpos veteranos, de milicias o Guardia Nacional activa y de
milicias o Guardia Nacional local que quedó compuesta “por todos
los hombres con la robustez necesaria para tomar las armas”
(artículo 1º). Nuevamente, los vagos, mal entretenidos y casados
perturbadores y de mala conducta fueron destinados al servicio
veterano sin entrar en sorteo, y servirían por el mismo tiempo
que los demás (artículo 26). “En una palabra, - se indicaba en el
Tratado Quinto- , se destinarán a los que no tengan profesión u
oicio útil, y no sirvan de apoyo a su familia y a todo soltero no
exceptuado”.

Pero la patria que esta élite neogranadina quería construir


exigía esos sacriicios. Tal y como recalcaba a inales de
noviembre Camilo Torres, presidente de las Provincias Unidas
de la Nueva Granada, todo ello aseguraría la consecución de
la gloria y la felicidad que los ciudadanos se merecían porque,
decía, el jefe que habéis puesto al frente de vuestros negocios sin
arrojarse jamás un mérito, tendrá sólo el deber de confesar que
17
todo se deberá a vuestro patriotismo y a vuestras virtudes [...].

Por ello, recalcamos, la ruina no sólo llegó con Morillo: Los


empréstitos obligados y las levas forzosas antecedieron a éste y
juntos, devastaron lo poco que quedaba aún en pie.

Las instrucciones dadas en Madrid al general Morillo, le


autorizaron a exigir empréstitos, a buscar fondos, víveres y
efectos para pagar las tropas de su majestad y empleados. A su
llegada, en Caracas ya fue solicitado un empréstito forzoso de
200.000 pesos y desde entonces se instauró también una Junta de
Secuestros que, posteriormente, se implantó en la Nueva Granada
y que quedó encargada de apoderarse de los bienes de todos los
que hubiesen participado en los movimientos relacionados con la
causa de la libertad.

17
Archivo General de la Nación (AGN), Fondo José Manuel Restrepo, Caja 5, Fondo 1.

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Lo Real y lo Imaginario en la Construcción en la Primera EtapaHistoria
de la República Colombiana
Y MEMORIA

Como ejemplo de la actuación de la junta de secuestros


podemos destacar el expediente abierto en el pueblo de Santo
Tomás, en el actual departamento del Atlántico, el 20 de enero de
1816. Ese día fueron efectuadas las diligencias correspondientes
a la subasta de los bienes de los insurgentes Joaquín Navarro,
Josef Antonio Zapata, Josef Méndez y D. José María del Castillo;
haciendo las veces de juez comisionado don Gabriel Pacheco,
alcalde. Con ello se daba cumplimiento a la superior orden del
Excmo. Sr. Virrey y capitán general del Reino de fecha 25 de
noviembre de 1815, referida a poner en pública subasta todos los
bienes embargados de los Insurgentes. Como correspondía, se
nombraron avaluadores para establecer el justiprecio de los bienes
embargables. Así, se nombraron diferentes personas para que
cada uno en su clase, estableciera los precios de las casas, obras
de carpintería y labranzas. Los avaluadores, vecinos de la misma
localidad fueron nombrados con todo el rigor que precisaba la
circunstancia.

Cumpliendo escrupulosamente la normativa, el alcalde D.


Gabriel Pacheco, día tras día, a veces dando varios pregones en
un solo día, fue invariablemente anotando que no aparecía postor
alguno. El 2 de enero de 1816, sin embargo, tras haber dado el
correspondiente pregón y no aparecer postor, se dio otro y resultó,
que la señora Rosa María Angulo hizo postura a ocho silletas
exactamente por sus avalúos en seis pesos.

Siguieron pasando los días y los pregones sin que apareciera


otro postor. Hasta que el 4 de enero Doña María Jesús de Fuentes
hizo postura a una butaca en 20 reales.

Sin más novedad se concluyeron los treinta pregones previstos


en el término legal y se procedió al remate haciéndose la citación
para el día 8 del mismo mes. Ese día el alcalde asociado de
testigos, pasó a la casa que fue de Josef Antonio Zapata y estando
en ella, se pusieron de maniiesto todos los bienes que habían
sido inventarios para el remate. Habiendo citado a los postores
se inició el remate. Apareció entonces doña María de Jesús de

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Justo Cuño
Historia Bonito
Y MEMORIA

Fuentes que hizo postura a la casa de Joaquín Navarro en 50


pesos y a la cómoda vieja por su avalúo de 2 pesos. Otros bienes
fueron rematados a Dª. Isidora Almeida que hizo postura a la casa
de D. Joaquín Navarro que se le remató en cantidad de 60 pesos.

La sorprendente exclusividad en la asistencia de mujeres


a la subasta y remate, queda perfectamente explicada por una
posterior diligencia del alcalde. En ésta, además de dar cuenta
al gobernador de haber concluido las diligencias practicadas, le
hizo presente que una de las mujeres que había pujado, había sido
Isidora Almeida, “concubina del insurgente Joaquín Navarro”,
que había conducido 3 esclavas de la pertenencia de éste en pago
de los bienes subastados: De manera efectiva había existido una
complicidad de todos los vecinos para no pujar por los bienes de
los emigrados y dejar que sus mujeres retuvieran sus bienes hasta
18
su regreso.

Como indicábamos arriba, el ejército expedicionario, vivió a


costa de un país que después de reducido a la obediencia de su
majestad, tuvo que sufrir “contribuciones exorbitantes impuestas
por el general Morillo”: 30.000 pesos a la provincia del Chocó;
20.000 a la de Antioquia; otro tanto a la del Socorro y Popayán,
según avisos de sus gobernadores, además de muchos donativos
de caballos y dinero para vestuarios, y de las multas pecuniarias
a diferentes individuos ricos de Santa Fe y otras partes, “de que
estaban llenas las carpetas de aquella capital” según se quejó
el virrey Francisco de Montalvo. Todo ello pasó a la tesorería
del ejército expedicionario junto con el producto de las rentas
provinciales, que se mandaron a la capital.

Además de todo ello, los generales Morillo y Enrile


comunicaron a los coroneles Warleta y Sánchez Lima que los
pueblos de Antioquia debían costear, “los gastos que se causasen
por los alojamientos de tropas, sus marchas y manutención,
acarreos de víveres, conducciones de pertrechos, apertura de
caminos y cuantos gastos se hubiesen hecho desde su entrada”.
18
Archivo General de Indias (AGI), Cuba, 707.

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Lo Real y lo Imaginario en la Construcción en la Primera EtapaHistoria
de la República Colombiana
Y MEMORIA

Los jefes subalternos hicieron lo propio con los alcaldes y cabildos


19
y éstos con los habitantes.

El bloqueo de Cartagena quedó establecido desde el 22 de


agosto de 1815. Ese mismo mes el criollo Juan de Dios Amador,
gobernador de la Cartagena independiente, también lanzó una
proclama a los habitantes de la plaza. Se solicitaron 40.000 pesos
a repartir entre todos los departamentos del estado de Cartagena.

Tras la entrada en Cartagena del ejército expedicionario


después de un asedio de tres meses, también reclamó el ejército
expedicionario: fue preciso sostener a cerca de 10.000 hombres
que acabaron agotando los últimos restos de ganados y caballerías
en el abastecimiento de raciones, vestuarios, bagajes y buques a
las tropas estacionadas en la plaza y a aquellas otras encargadas
de ocupar las provincias del centro. A esto se añadió el empréstito
forzoso exigido a la plaza de 100.000 pesos.

En la ciudad, en su gran mayoría, sólo quedaron los pobres y


menesterosos famélicos después de 6 meses de bloqueo y aquellos
que no tenían la exorbitada cantidad de plata que los piratas
extranjeros, quienes habían prestado sus barcos para la evacuación,
exigían a los pasajeros. Uno de los conspicuos representantes de
la élite cartagenera, D. Lino de Pombo, relató cómo “los medios
disponibles por mi condición acomodada le hicieron disfrutar de
un pequeño camarote en la goleta” y cómo aún después del largo
bloqueo se pudo permitir el lujo de transportar al cinto algunas
onzas de oro y en un bolsillo “una libra de chocolate para roer
de que me había provisto la muy venerable matrona Sra. María
Amador de Pombo” quien viajaba con su numerosa familia de
20
seis hijos, una nuera, una hermana, un nieto y una nieta.

19
Montalvo, Francisco. “En Los últimos Virreyes de Nueva Granada: Relación de
Mando del Virrey Don Francisco Montalvo y Noticias del Virrey Sámano sobre la
pérdida del Reino (1803-1819)”. Editorial América, Madrid, 1916. Revista Historia de
la Educación Latinoamericana: Vol. 14. 2010, UPTC; pp. 298-300.
20
De Pombo, Lino. Reminiscencias del Sitio de Cartagena, 1862.

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Justo Cuño
Historia Bonito
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Nuevamente, el 22 de enero de 1816 el general Morillo


dirigió un oicio al virrey para que éste, ante las “degradantes
privaciones” que sufría la oicialidad y la tropa, en el momento en
que iban a emprender una nueva marcha, solicitara un empréstito
forzoso o contribución, según le pareciera, de 100.000 pesos que
sería posteriormente reembolsada a sus dueños haciendo uso de
los bienes secuestrados.

En abril de 1819 el virrey solicitó un nuevo empréstito de


8.000 pesos para las atenciones de un buque que mandaba
salir de urgencia en solicitud de fuerzas marítimas ante el
previsible ataque del general escocés Gregor MacGregor.
El empréstito, en caso de que no se recogiera entre los
comerciantes de la plaza de forma voluntaria, se ejecutaría
forzosamente.

De igual modo que las justicias recaudaban, y no paraban de


exigir contribuciones, los comisarios de barrio hacían lo propio
en todas las localidades bajo control realista: calle a calle fueron
exigiendo la parte correspondiente a los últimos empréstitos
decretados y entregando las cantidades en la tesorería de real
hacienda.

Por todo ello, no nos puede resultar extraño que los naturales
de Tolú Viejo (indios en su mayoría) se levantaran contra la
justicia de su pueblo.

Según la declaración de varios testigos, el primer tumulto se


organizó a consecuencia de las órdenes que el alcalde ordinario
de Tolú, Manuel Tacón, había dado al alcalde pedáneo de San
José de Tolú Viejo, Florentino Flores para que aprehendiera al
indio Juan Bautista Rebolledo, haciéndole responsable Tacón a
Flores si no veriicaba su apresamiento.

Todo se había iniciado el 25 de diciembre. Ese día el capitán


de San José de Tolú Viejo, Silverio Ribera, hacía su habitual ronda
de cobro de tributos entre los naturales por recomendación del

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Lo Real y lo Imaginario en la Construcción en la Primera EtapaHistoria
de la República Colombiana
Y MEMORIA

recaudador de ese derecho y por ser ese uno de los días indicados
para hacerlo. Para hacer el cobro se tocaba una caja o tambor
para que los naturales acudieran al pago y cuando lo ejecutó el
capitán pudo oír con claridad que algunas voces cercanas de
hombres decían “¡Estos escándalos de caja los causa el capitán
de mierda!” con lo que Ribera se asomó a la puerta observando
que el comentario había salido de la boca de Manuel Dolores
Rebolledo y Manuel Carpintero, ambos armados con machetes
desenvainados que acometieron inmediatamente al capitán sin
lograr herirlo al no poder capturarlo en su huída.

Ribera huyó a casa de un vecino desde cuyo corral saltó a su


casa y se refugió. Al rato observó que se había reunido un tumulto
de más de 50 naturales armados todos con lanzas, machetes,
piedras y palos y se dirigían a casa del alcalde ordinario Florentino
Flores, y que a la cabeza del tumulto iban Manuel Dolores y
Manuel Carpintero.

Dolores acometió con el machete que llevaba y el alcalde


Flores se defendió con el suyo al tiempo que los que acompañaban
a Dolores entraron en la sala defendiéndose todos los que ya se
encontraban allí como pudieron. Dolores, herido, se dispersó y
con él todo el tumulto que regresó después de un rato en número
de más de 200 personas con “lanzas, machetes, piedras y tizones
encendidos llevados por las mujeres que también iban y un indio
viejo”. Los que estaban en la casa del alcalde se atrincheraron y
un hermano de Flores sacó una pistola y la cargó sólo con pólvora
y disparó por la ventana. Pero la multitud no se arredró y acometió
con todas las armas hasta que tiraron la puerta y una ventana ante
lo cual el alcalde acabó soltando al indio.

El segundo tumulto se inició cuando nuevamente, Manuel


Tacón, alcalde ordinario de Tolú llegó a Tolú Viejo. Cuando entró
en el pueblo el destacamento de 100 hombres enviado desde
Cartagena para ayudarle, encontraron su cadáver a unas 400 ó 500
varas de distancia del pueblo, arrojado sobre la tierra y “amarrado
de pies y manos y por la mitad del cuerpo a una caña gruesa en que

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 33 - 52 49


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Historia Bonito
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lo habían conducido allí en palanca, dicho cadáver tenía la cabeza


casi desbaratada a cuchilladas, una grande que cogía desde la boca
hasta la oreja izquierda, rajada por la otra parte la boca, arrancada
de raíz la lengua, cortada enteramente la mano derecha por su
muñeca que pendía de una tira del cutis, el brazo izquierdo partido
y en la misma disposición que la mano, los ojos punzados con
instrumentos como lanzas o lechas, los muslos deshechos a golpes
de instrumento cortantes y los pies rajados por entre el primero
y segundo dedo hasta el empeine, inalmente todo el cuerpo y la
espalda lleno de golpes y lanzazos”. Se recogió el cadáver y dio
sepultura en aquella iglesia con las formalidades debidas.

Don Manuel Tacón al llegar al pueblo se había encontrado


con otra algarada armada. Un testigo que por motivo del tumulto
se había asomado a la puerta de su casa, relató que vio cómo un
grupo de más de 40 indios armados de machetes, lanzas, palos
y piedras acometieron a dicho Tacón, a Francisco González,
Ignacio del Monte, Betancur, Antanportalatinar y Francisco
Peña quienes desde la llegada de Tacón se habían reunido a él.
El testigo identiicó a la cabeza del tumulto a Manuel Esteban
Rebolledo con un fusil y a Juan de la Cruz Mendoza que mandaba
el tumulto. Así acometieron al alcalde y a su compañía con las
voces “¡Arrepechen!... ¡Acá pendejos ya es tiempo, arrepechen!”.
Por delante de su puerta pasaron corriendo algunos y éstos llegaron
a la puerta de la casa de María Concepción Sánchez y la abrieron
a golpes diciendo en alta voz que buscaban a Tacón. Al tiempo la
iglesia se puso a tocar para sacar al santísimo sacramento y aplacar
así aquel lance pero uno de los que iban en el grupo protestó que
“qué campana ni qué carajo que vayan a rezar las mujeres que
nosotros vamos a buscar a Tacón”. Y encontraron a Tacón en la
casa en que lo buscaban, la de Concepción Sánchez, escondido
donde se escuchó un “¡Aquí está este puñeta, acá muchachos!” y
a continuación varias voces que decían “dale en esa mano con que
21
castiga a los indios”, otras “¡Mátalo!” y otras “¡Ya está muerto!”.

21
Archivo General de Indias (AGI), Cuba, 889A

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de la República Colombiana
Y MEMORIA

CONCLUSIONES

Después de esta compleja relexión sobre cómo se estructuró


el Estado Colombiano y quienes participaron, cómo las élites
regionales participaron en el proceso, ya con la normatividad o
con el diseño de proyectos, se concluye que los sectores populares
también construían la nación ¿O acaso debemos conformarnos con
la visión de la historiografía que otorga en exclusiva el milagro de
la forja de la nación a las élites que, como Don Lino de Pombo, se
pudieron alejar del conlicto, tranquilamente, royendo chocolate?

Mientras todo era sistemáticamente asolado, no olvidemos


que en el sanguinario período de Morillo se iluminaba, pese al
olvido secular de la historiografía colombiana, la construcción
de un proyecto de nación heterogéneo, creído y pensado por unos
sectores populares que ya percibían a los españoles como “otros”,
con distintos, ajenos y opuestos intereses y que cargaron con la
más pesada carga en todo el conlicto de la independencia de
Colombia.

FUENTES DOCUMENTALES

Archivo General de Indias (AGI), Cuba, 707

Archivo General de Indias (AGI), Cuba, 889A

Archivo General de Indias (AGI), Santa Fe, 747

Archivo General de la Nación (AGN), Fondo José Manuel


Restrepo, Caja 5, Fondo.

Archivo Regional de Boyacá (ARB), Fondo Notarías.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 33 - 52 51


Justo Cuño
Historia Bonito
Y MEMORIA

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Ediciones, 2004.

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1978.

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Lèvêque, Pierre. El Mundo Helenístico. Barcelona: Paidós, 2005.

Luckacs, George. Historia y Consciencia de Clase. Madrid: Sarpe,


1984.

Montalvo, Francisco. “En Los últimos Virreyes de Nueva Granada:


Relación de Mando del Virrey Don Francisco Montalvo y Noticias
del Virrey Sámano sobre la pérdida del Reino (1803-1819)”.
Editorial América, Madrid, 1916. Revista Historia de la Educación
Latinoamericana: Vol. 14. 2010, UPTC; pp. 298-300.

Pombo, Lino. Reminiscencias del Sitio de Cartagena, 1862.

Pombo, Manuel Antonio, y Guerra, Joaquín. Constituciones de


Colombia, Tomo II. Bogotá: Banco Popular, 1986.

Tocqueville, Alexis De. El Antiguo Régimen y la Revolución. Madrid:


Guadarrama, 1969.

Thompson, E.P. Tradición, Revuelta y Conciencia de Clase.


Estudios sobre la crisis de la sociedad preindustrial. Crítica,
1984.

52 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 33 - 52


PULPEROS, PARDOS E
INDEPENDENCIA EN VENEZUELA.
1812-1814
1
Jaika Tejada Soria
Universidad Católica Andrés Bello-Venezuela

Recepción: 12/09/2010
Evaluación: 23/02/011
Aceptación: 28/02/011
Artículo de Reflexión.

Pero cuando el virtuosísimo pueblo; cuando, destituida la autoridad


y rotas las disciplinas que lo sujetaban, las pasiones brutales se
desborden, la sociedad se desmigaja, y los capataces, los
contrabandistas, los pulperos aparezcan a la cabeza de las montoneras
sublevadas (…) entonces ¡ay!,
entonces ¡el despertar será espantoso!...
Laureano Vallenilla Lanz- Cesarismo Democrático

RESUMEN

El objetivo de este ensayo es analizar de qué manera los blancos,


indios, pardos y mulatos se incorporaron en el proceso de
Independencia en la provincia de Caracas; en este sentido, se hace
alusión a un conlicto de razas. Un caso particular es tratar de
establecer que las milicias de pardos y negros, debían mantenerse
separada de las de los blancos; esto también se evidencia en los
pagos, puesto que los blancos pagan más que los negros y los
pardos. De hecho, se mantenía la diferencia entre pardos y blancos.
1
Licenciada en Historia Universidad Central de Venezuela. Magíster en Historia
Universidad Católica Andrés Bello.

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Jaika Tejada
Historia Soria
Y MEMORIA

Estas fueron la base de un primer pronunciamiento contra la élite


por parte de los pardos, que puede verse como conlicto de clase.

Palabras clave: Independencia, blancos, pulperos, conlictos,


gobierno republicano.

PULPEROS , PARDOS AND INDEPEENDENCE IN


VENEZUELA. 1812-1814

Jaika Tejada Soria


Universidad Católica Andrés Bello-Venezuela

ABSTRACT

This essay aims to analyze how the whites, indigenous, duns and
mulattos took part in the processes of independence of Caracas;
in this respect, allusion is done to a conlict of races. A particular
case is to try to consolidate that blacks and duns militias should be
apart from the whites; this also is demonstrated in the payments,
since the whites pay more than the blacks and the dun ones. In
fact, the difference was kept between dun and white. These were
the base of the irst pronouncement against the elite on the part of
the dun ones, which it can turn as conlict of class.

Keywords: Independence, white store owners, conlicts,


republican government.

INTRODUCCIÓN

Entre 1812-1814 se suscitaron en el hoy territorio venezolano,


una serie de enfrentamientos sumamente violentos entre los
partidarios del sistema colonial español y los simpatizantes del
establecimiento de un sistema de gobierno republicano. Pardos,
negros, indios y algunos peninsulares que se consideraban criollos
― particularmente los llamados “blancos de orilla”―, se enfrentan
por espacio de dos años a otro sector elitesco criollo de la población,
al que se le denominaba Mantuano o “grandes cacaos”.

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Venezuela.
Pulperos, Pardos e Independencia enHistoria 1812-1814
Y MEMORIA

El escritor venezolano Laureano Vallenilla Lanz (1870-1936)


en su obra titulada Cesarismo Democrático, consideró que este
enfrentamiento entre criollos de dos estratos sociales tan distantes,
fue una guerra civil, y si escudriñamos un poco más acerca de
este período de la historia venezolana, podríamos concluir que
Laureano Vallenilla no estaba equivocado en su planteamiento.
Ahora bien, ¿qué factores intervinieron para que se dieran las
condiciones de enfrentamiento entre los dos estratos sociales?
¿Por qué los pardos, indios, negros y algunos peninsulares e
isleños se enfrentan a la élite criolla? ¿La participación de pardos,
negros e indios fue un acto de idelidad a la Corona española o
un enfrentamiento bélico hacia las élites de la entonces Capitanía
General de Venezuela?

Antecedentes

El 1796 los miembros del Ayuntamiento de Caracas envían un


informe al Rey de España en el que exponen su descontento hacia
la Real Cédula del 10 de febrero de 1795, mejor conocida como
la Cédula de “gracias al sacar”. En este documento de gran valor
histórico, se puede observar cuál era el pensamiento de la época en
donde el honor, la desigualdad y las jerarquías prevalecían como
fundamentos para el orden de la sociedad colonial. Por ejemplo,
en este informe se establece el por qué había una diferencia entre
blancos y pardos: […] la inmensa distancia que separa a los
Blancos y Pardos: la ventaja y superioridad de aquellos y la bajesa
2
y subordinación de éstos […]. Para la élite era inconcebible que
un pardo se igualara a ellos. Esta supuesta igualdad ofendía el
honor de los Mantuanos criollos y además estremecía el orden
jerárquico de esta sociedad:

[…] los vecinos y naturales blancos de esta Provincia


elevan á V.M. el sumo dolor y sentimiento que les ha

2
Blanco, José Félix, y Azpúrua, Ramón. Documentos para la historia de la vida
pública del Libertador. “Informe que el Ayuntamiento de Caracas hace al Rey de
España referente a la Real Cédula del 10 de febrero de 1795”. Caracas: Bicentenario de
Simón Bolívar, Tomo I, 1978. pp.267.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 53 - 67 55


Jaika Tejada
Historia Soria
Y MEMORIA

causado ver en la Real Cédula citada abierta la puerta para


su deshonor y lo que es más digno de llanto franqueada
la ocasión para que entren a inluir en el gobierno público
unos hombres de infame y torpe linaje, faltos de educación,
fáciles de moverse á los más horrendos excesos y de cuya
iereza propia de sus mismos principios y de su trato, solo
pueden esperarse movimientos escandalosos y subversivos
3
del orden establecido[…].

El sector aristocrático caraqueño le correspondía velar


por el orden de la sociedad por ser ellos descendientes de los
Conquistadores españoles, además hacían hincapié en defender
sus derechos de notabilidad en los lugares públicos y se mantenían
vigilantes para que el orden establecido no se violentara en lo que
respecta al honor y a las costumbres; no se podía permitir que los
pardos y otros hombres de “baja condición” rompieran el orden
colonial tradicional.

Sin embargo, con la declaración de la Independencia el 19 de


abril de 1810, la actitud excluyente y jerárquica de la aristocracia
criolla no cambia. La Junta Patriótica establece que las milicias
de pardos y negros, debían mantenerse separada de las de los
blancos. En los batallones de negros, los dos oiciales mayores
debían ser blancos y la paga era diferenciada: los blancos ganarían
más que los pardos y los negros. En el llamado alistamiento
militar del 13 de julio de 1811, se mantenía el distanciamiento
entre blancos y pardos: los blancos debían reunirse al frente de
la Iglesia en la plaza de la Trinidad, los pardos lo harían al este
y los morenos al sur; los esclavos deberían mantenerse bajo las
órdenes de sus amos, en sus casas, hasta que el gobierno emitiera
una orden contraria.

Estos elementos, sumados a la poca popularidad de las ideas


republicanas, permiten que los pardos y los negros se sumen a
3
Blanco, José Félix, y Azpúrua, Ramón. Documentos para la historia de la vida
pública del Libertador. “Informe que el Ayuntamiento de Caracas hace al Rey de
España referente a la Real Cédula de 10 de febrero de 1795”. Caracas: Bicentenario de
Simón Bolívar, Tomo I, 1978 pp. 268-269.

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Venezuela.
Pulperos, Pardos e Independencia enHistoria 1812-1814
Y MEMORIA

principios de marzo de 1812, al ejército del Capitán de Fragata


Domingo de Monteverde (1772-1832). Por ejemplo, el indio
Reyes Vargas, quien se rebela contra los patriotas en la población
de Siquisique, se une al ejército de Monteverde el cual ve
aumentada su tropa y gracias a ello, toma la ciudad de Carora,
controlada por los patriotas a principios del mes de abril de 1812.
Con la deserción de Reyes Vargas y el terremoto del 26 de marzo
de 1812, la región centro-occidental de Venezuela, queda en
manos de los realistas.

La Conjura de los Pardos

En abril de 1810, una conspiración contra la Junta Suprema


se lleva a cabo. En efecto, un pardo llamado Fernando Galindo
y un comerciante de origen canario, Juan Díaz Flores son los
cabecillas de una conjura de los pardos en contra de la élite. Su
objetivo era colocar en puestos claves gubernamentales a canarios
y peninsulares. Este movimiento fracasa por no contar con el apoyo
mayoritario de la población parda e isleña de Caracas. Sin embargo,
en la ciudad de Valencia, pardos, peninsulares y criollos partidarios
del rey se unen para oponerse a las ideas republicanas. A través de
proclamas y promesas de libertad, los simpatizantes de la Corona
logran sumar a su conjura un gran número de esclavos y pardos.
El clero valenciano, funcionarios españoles y algunos pardos que
ahora eran catalogados de blancos, por hacer uso de la Real Cédula
de “gracias al sacar” utilizan a las llamadas castas para oponerse
a lo que la Historiografía venezolana llamó la Primera República.

La conjura de los Pardos en Valencia es el inicio de un


enfrentamiento violento entre pardos, negros e indios contra la
élite criolla. Desde ese momento, según el Regente Heredia:
“…quedó arraigado en Valencia el odio mortal entre blancos y
pardos, que tan funesto ha sido allí y en toda la provincia por
4
donde se propaga…”. A partir de 1812 la lucha que se desata no

4
Heredia, José Francisco, Memorias sobre las revoluciones de Venezuela. Caracas:
Edime, 1959 pp. 30-31.

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Historia Soria
Y MEMORIA

es por una supremacía ideológica, es en realidad una lucha entre


dos estratos sociales: por un lado los blancos, y por el otro pardos,
indios y negros. En efecto, un malestar social se inicia en el año
1812 debido a diferentes elementos: las disensiones entre quienes
apoyaban el movimiento republicano, luchas internas entre los
promotores de la Independencia por los prejuicios de clase y la
imposibilidad de sostener económicamente al nuevo gobierno;
además de las malas políticas inancieras que establecieron los
gobernantes de la recién naciente república que, de alguna u
otra forma, afectaron al comerciante, al pulpero, a los dueños de
haciendas y a otros sectores de la población.

Pulperos, pardos y negros en la Emancipación de


Venezuela

No todo peninsular e isleño era partidario del rey. Por ejemplo Diego
Jalón, oicial que incursionó en las ilas republicanas era español.
Por otro lado, un número respetable de peninsulares y canarios,
participaron activamente en el conlicto bélico en contra de las ideas
republicanas durante el período 1812-1814, particularmente aquellos
que ejercían oicios muy cercanos a las masas populares. Los
pulperos eran comerciantes menores que vendían diversos productos
en los pueblos de las provincias, intervienen como líderes de las
montoneras sublevadas, al menos cuatro de ellos son personajes
relevantes en la historia de la Emancipación venezolana: Francisco
Tomás Morales (¿1781?-1845), José Tomás Boves (1782-1814),
Francisco Rosete (1775-1816) y José Yánez (¿? - 1814). Este cuarteto
ejerció el oicio de pulperos: Morales en Píritu, Boves en Calabozo,
Rosete en Taguay y Yánez en Guasdualito, respectivamente. Estos
pulperos eran españoles: Morales, Yánez y Rosete eran isleños y
Boves asturiano. Ahora bien, ¿qué elementos sociales intervienen
para que estos hombres que además de españoles, eran blancos y
ejercieran una enorme inluencia entre pardos, negros e indios?
En primer lugar, los pulperos eran el puente entre el pueblo y los
dirigentes de la población. Cuando un mayordomo de un hato tenía
un problema, acudía al pulpero para algún consejo. Algunos negros

58 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 53 - 67


Venezuela.
Pulperos, Pardos e Independencia enHistoria 1812-1814
Y MEMORIA

que escapaban de las haciendas recurrían a estos comerciantes


menores para que éstos lo escondieran por un tiempo o los ayudaran
a escapar al alto llano, donde podían vivir con cierta libertad en las
llamadas “cumbes” o “rochelas”. En segundo lugar los pulperos, en
su mayoría, eran prestamistas y vendían en algunos casos, productos
provenientes del contrabando, lo que permitían ser adquiridos por un
precio menor al que vendían las tiendas. Es importante señalar que
las tiendas vendían productos provenientes de Castilla, mientras que
en las pulperías géneros de abasto.

Por ejemplo, José Tomás Boves no sólo era pulpero, también


era vendedor de ganado y de caballos, lo cual hizo de él un
prestigioso comerciante en el Alto Llano Venezolano (Calabozo,
Ospino, Ortiz, Villa de Cura, Píritu y San Carlos, respectivamente.).
Este tipo de actividad comercial y comunitaria – para la época–,
permitía que los pulperos mantuvieran contacto permanente no
sólo con latifundistas y terratenientes, también con negros, indios
y pardos, lo cual trajo como resultado un indiscutible liderazgo a
la hora de conformar tropas para la causa realista.

En tercer lugar las pulperías además de ser centro de


abastecimiento de alimentos, vestuario, herramientas y demás
efectos para los sectores sociales medios y bajos desde el punto
de vista social, eran centro de reunión para la conversación,
dispersión y entretenimiento. Durante los siglos XVIII y XIX, las
pulperías eran en realidad lugares de encuentros sociales.

La pulpería constituía el lugar de reunión casi exclusivo de la


población parda. Allí circulaban las noticias y los “chismes”; se
cultivaba la amistad y se “limaban” diferencias. Algunas pulperías
rurales se les llamaban guaraperías por ser establecimiento de
venta de guarapo fermentado de caña y venta de caldos (vinos de
baja calidad, licores provenientes de las Islas Canarias y otro tipo
de aguardientes). Las guaraperías fueron motivos de vigilancia
de las autoridades coloniales por efectuarse en ellas, riñas y peleas
que muchas veces culminaban en homicidios.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 53 - 67 59


Jaika Tejada
Historia Soria
Y MEMORIA

Los pulperos en la pirámide social y comercial de la


Venezuela colonial

Los pulperos eran considerados gente de “baja condición” a


pesar de ser blancos y españoles. Quien ejercía este oicio era
catalogado de inmoral y hasta de licencioso. Entre 1771 y 1777 la
persecución a los pulperos fue continua. En efecto, el Gobernador
y Capitán General de la Provincia de Venezuela, Brigadier José
Carlos de Agüero, ordena la inspección constante y permanente
de las pulperías y de sus dueños, porque estos establecimientos
eran centros de escándalos públicos y actividades clandestinas de
juegos de envite y azar. Además, emitió un bando donde prohibía
a todo soltero ejercer la profesión de pulpero. Para la época, un
hombre que se mantuviera soltero a una edad casamentera, se le
catalogaba de promiscuo y hasta de estrupador, motivo por el cual
los pulperos solteros eran muy mal vistos por la élite colonial,
donde el honor era primordial.

José Tomás Boves, según algunos de sus biógrafos, pretendió


casarse con una mantuana de San Sebastián de los Reyes, pero
no se le permite esta unión matrimonial por su condición de
pulpero, además fue rechazado por la élite de San Carlos cuando
ofrece una cantidad considerable de caballos para ser usados por
el ejército republicano que se opondría al avance del Coronel
español Eusebio Antoñanza (1780-1813) hacia esta ciudad
llanera. Este rechazo no sólo fue por su condición de pulpero,
también porque ser pulpero era sinónimo de pardo. Por otro lado,
Francisco Rosete, pulpero en la localidad de Taguay (Valles del
Tuy), Domingo de Monteverde lo nombra Teniente de Justicia
de Taguay, Gobernador de Camatagua y Jefe de los Ejércitos del
Rey en los Valles del Tuy. Luego de este nombramiento, Rosete
logra conformar un ejército heterogéneo con hombres oriundos
de Camatagua, San Sebastián, Orituco y San Casimiro. El
antes vendedor de manteca, quesos, papelón; de vinos y caldos
españoles, gracias a su relación comercial con la gente de “baja
condición, de infame y torpe linaje y faltos de educación” lideriza

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Venezuela.
Pulperos, Pardos e Independencia enHistoria 1812-1814
Y MEMORIA

un ejército que ocasiona continuas derrotas a los patriotas en el


pie de monte llanero.

Un comerciante inglés de apellido Robinson, escribió a un


paisano suyo lo siguiente, respecto a las tropas de Boves y Rosete:

[…] Boves y Rosete tenían bajo sus órdenes al menos siete


u ocho mil hombres, dentro de los cuáles no había más
de cincuenta blancos o españoles europeos, y mil de color
5
libre, el resto era de esclavos, de negros y sambos […].

Los pulperos según la Real Cédula ereccional del Real


Consulado de Caracas de 5 de septiembre de 1795, no
consideraba a los pulperos como comerciantes. Esto se debe a
que los pulperos constituían un gremio aparte. Las autoridades
coloniales estimaban que los pulperos vendían productos
provenientes del contrabando, además este gremio no estaba
directa ni indirectamente en relación con el tráico marítimo; no
pagaban derechos de aduana que se cobraban por la introducción
de mercancías al territorio. Como los pulperos eran personas de
poco caudal, generalmente adquirían la mercancía a los llamados
mercaderes. Estos, aunque vendían en la mayoría de los casos al
detal, ofrecían algunas veces al pulpero productos al mayor, tales
como cajas de botijas, jamones, lienzos, ropa, loza, etc.

Debido a que un gran número de estas tiendas se encontraban


apartadas de los centros urbanos, los pulperos, aunque no
de manera oicial, eran considerados como personas de gran
inluencia comercial, aun por encima de los grandes propietarios
criollos, dueños de los latifundios agrarios y de los mayores
hatos, al menos hasta la primera década del siglo XIX, justamente
cuando una serie de cambios políticos van a suscitarse y que van
a derivar en la llamada Guerra de Emancipación.

5
Robinson, William. “Remarques sur les Desastres des Provinces de Caracas”. En:
Uslar, Juan. Historia de la rebelión popular de 1814. Caracas; Madrid: Edime, 1962.

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Y MEMORIA

¿Fidelidad al Rey?

¿Eran los pardos, negros y “blancos de orilla” partidarios del


rey Fernando VII? ¿Podían los pulperos, zapateros, albañiles,
carpinteros, plateros, sastres, carniceros y tenderos entre otros ser
partidarios de un sistema que por siglos, los mantuvo al margen
por considerarlos inferiores? En realidad, estos actores sociales
no comprendían ― en su mayoría―, los ideales republicanos. Un
esclavo de un hato llanero y analfabeta, ¿podía saber en realidad
lo que representaba el rey Fernando VII? Cuando los negros de las
haciendas adyacentes a Caracas que se sublevan en junio de 1812
dan vivas al rey y pasan a cuchillo a un gran número de blancos,
¿luchaban por la continuación de un sistema monárquico? Este
sector de la sociedad colonial tenía como principal objetivo ser
libre de un sistema excluyente, buscaba hacer justicia por sus
propios medios de los maltratos y vejaciones a los que fueron
sometidos por siglos. Este resentimiento es utilizado por algunos
protagonistas de este movimiento emancipador. Francisco de
Miranda (1750-1816) explota el odio de los esclavos hacia los
blancos criollos, con sus discursos y proclamas. Juan Uslar en
su libro Historia de la rebelión popular de 1814, expone que
la primera arma que Miranda utiliza en sus discursos ante la
Sociedad Patriótica es […] explotar el odio de la gente de color
6
y exaltar los rencores escondidos bajo la opresión […]. De igual
manera en 1810, José Félix Ribas (1775-1815) trató de sublevar
a los negros contra la élite criolla. Esta conspiración le vale ser
7
desterrado a Curazao por la Junta Patriótica.

La oportunidad que se presentó en aquel momento permite


de alguna forma, “cobrar” la exclusión que por años sufrió este
sector de la pirámide colonial. De allí que los pardos liderizaran
a esa montonera sublevada de hombres contra los designios
mantuanos.
6
Uslar, Juan. Historia de la rebelión popular de 1814. Caracas; Madrid: Edime, 1962;
p.18.
7
Urquinaona y Pardo, Pedro. Memorias de Urquinaona (Comisionada de la regencia
española para la paciicación del Nuevo Reino de Granada) pp. 340-345.

62 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 53 - 67


Venezuela.
Pulperos, Pardos e Independencia enHistoria 1812-1814
Y MEMORIA

A nuestro parecer, la incursión de Boves en la causa realista


se debe básicamente a dos razones: a) por un fuerte resentimiento
y un deseo de venganza hacia los mantuanos que en su mayoría,
incursionaban en el bando republicano, y b) por el menosprecio que
fue víctima por su condición de pardo y pulpero, mucho más que por
el hecho de ser español. Julián Llamozas, un mantuano de Calabozo
cuenta que Boves era visto “…con odio por las familias notables
8
por sus modales groseros e inmoralización…” ; por otro lado, José
Tomás Boves simpatizó con la causa republicana pero fue rechazado,
como se expuso anteriormente, por ser un hombre de baja condición.

Intervención de negros, pardos e indios en la guerra


de emancipación, entre 1812-1814

Entre 1812-1814, el ejército realista estaba conformado por negros,


pardos e indios. Algunos hombres que pertenecían a este estrato
de la pirámide social colonial, tuvieron de alguna u otra forma,
protagonismo en este período de la guerra de emancipación.

Manuel Machado, conocido como el “mulato Machado”


fue Comandante de los Valles de Barlovento y dirigió una tropa
de zambos, negros y mulatos que se encargó de perseguir a las
familias caraqueñas en su camino hacia el Oriente de Venezuela.
En efecto, Machado fue en un principio mayordomo de Fernando
Ignacio Ascanio de Monasterios, Conde de la Granja, uno de los
linajudos hombres de la sociedad caraqueña. Manuel Machado,
se une a las tropas del pulpero José Tomás Boves, al parecer en
1813. Logra obtener la conianza del caudillo astur y es nombrado
lugarteniente de Boves. Manuel Machado interviene en las
batallas de Santa Catalina (23-09-1813) y La Puerta (15-06-1814)
donde sale derrotado el ejército patriota. Es interesante acotar que
cuando Boves planea entrar a Caracas, envía a dos tropas. Una bajo
el mando de un canario de nombre Ramón “Chepito” González y
otra, bajo la dirección de Manuel Machado. El primero, emprende

8
Llamozas, Julián. Acontecimientos políticos de Calabozo. Boletín de la Academia
Nacional de Historia N. 16, junio, 1921. pp. 26.

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por la ruta de La Victoria a los Teques y el segundo, se dirige a


Caracas por el camino de los Valles del Tuy. Los habitantes de
Caracas, huyen atemorizados hacia el Oriente y de esta forma,
Boves logra entrar a Caracas triunfante el 16 de julio de 1814.

Entre 1813 y 1814 las tropas de Yánez, Rosete, Boves y


Morales, logran conformar un ejército de aproximadamente 4000
jinetes. Es interesante señalar que el exterminio de personas
blancas entre 1812-1814 logra atemorizar a las personas de esta
raza, tanto del bando realista como del bando republicano. El
asesor de la Intendencia de Venezuela, J.M. Oropesa escribe a un
español realista, lo siguiente:

El riesgo que corremos es inminente. Sólo la consideración


de que defendemos una causa en que se interesa la
religión, el rey y nuestra propia tranquilidad y quietud
pudiera darnos valor para ver de cerca, sin huir, un riesgo
y un peligro que nos va a traer una escena más inhumana
y trágica que la que sufrimos. Está ya al presentarse a
cara descubierta, pues está en ejecución con embozo. Los
9
blancos somos el Objeto.

De igual manera, cuando Pablo Morillo (1775-1837) arriba a


Venezuela en el año de 1815 con la inalidad de “paciicar” a las
tropas realistas, comenta lo siguiente:

La mortandad y la desolación que una guerra tan cruel ha


ocasionado va disminuyendo, de un modo conocido, la
raza de los blancos, y casi no se ven sino gentes de color,
enemigos de aquéllos, quienes ya han intentado acabar con
10
todo (…) es una guerra de negros contra blancos […].

9
Uslar, Juan. Historia de la rebelión popular de 1814. Caracas; Madrid: Edime, 1962;
p. 99.
10
Uslar, Juan. Historia de la rebelión popular de 1814. Caracas; Madrid: Edime,
1962; p. 192.

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Venezuela.
Pulperos, Pardos e Independencia enHistoria 1812-1814
Y MEMORIA

CONCLUSIONES

Resentimiento, venganza, odios profundos fueron las pasiones


que impulsaron al parecer a los pardos, negros e indios a
incursionar en una guerra violenta ente 1812-1814 contra los
designios mantuanos. Esta guerra civil que enfrenta a dos sectores
sociales no buscaba establecer las ideas de libertad, ni desvincular
al ahora territorio venezolano del “yugo español” como lo ha
enseñado la historiografía patria. En un principio, los mantuanos
no tenían como meta romper los lazos con la Corona, mas bien
su objetivo era reairmarlos y mantener el orden tradicional de la
sociedad. Este deseo de preservar el orden social se ve relejado
cuando no se permite la incursión de pardos, negros e indios en
las tropas republicanas. Y este rechazo se convierte en venganza
cuando la élite es afectada en su honor y observa con estupor
cómo el pulpero, Francisco Rosete, somete al escarnio público a
los nobles de San Sebastián y Camatagua; cuando el “grosero e
inmoral” Boves iniere derrotas a Bolívar y a Bermúdez y hace
que los mantuanos huyan a Oriente el 6 de julio de 1814, sumidos
en el miedo y terror que Boves, trasmitía a sus enemigos. Este
éxodo trajo como consecuencia la muerte de muchos miembros
de notables familias caraqueñas y culmina con una matanza de
blancos en Cumaná por parte de las tropas de Boves el 15 de
octubre de 1814.

En el Informe que los patricios caraqueños hacen al rey en


contra de la Real Cédula del 10 de febrero de 1795, expresan
una especie de profecía, es decir, este grupo de hombres tales
como Juan José de Barastegui, El Márquez de Toro, Cayetano
Montenegro entre otros, predicen lo que sucedería a partir de
1812: […] y vendrán los tristes días en que España por medio
de la fuerza se vea servida de Mulatos, Zambos, y Negros, cuya
sospechosa idelidad causará conmociones violentas […] No 11

queremos decir con esta airmación que un sector de la élite


11
Uslar, Juan. Historia de la rebelión popular de 1814. Caracas; Madrid: Edime,
1962; p. 271.

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Y MEMORIA

caraqueña de aquel entonces poseía dotes de adivinación. Lo que


queremos exponer es que este grupo de hombres tuvieron quizás
la capacidad de analizar la sociedad del momento y comprender
que al dársele atribuciones a un sector social que era considerado
de baja condición, podría traer consecuencias funestas por el
resentimiento que habían acumulado por espacio de tres siglos. Y
como se pudo observar, el reino de España tuvo que servirse de
las llamadas “castas” para defender por un tiempo su supremacía
imperial.

FUENTES DOCUMENTALES

Azpurua, Ramón, y Blanco, José Félix. “Informe que el


Ayuntamiento de Caracas hace al Rey de España referente a la
Real Cédula de 10 de febrero de 1795”. En: Documentos para la
historia de la vida pública del Libertador. Caracas: Ediciones de
la Presidencia de la República, Tomo I, 1978.

BIBLIOGRAFÍA
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la Independencia venezolana. Caracas: Tipografía Vargas, C.A.,
1963.

Betancourt Ruiz, Armando. Jefes realistas en la Independencia.


Bejuma: 1983.

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Separata del Boletín de la A.N.H. Tomo LVI, octubre-diciembre,
1978.

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Venezuela. 1777-1830. Madrid: Editorial Tecnos, 1979.

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Llamozas, Julián. “Acontecimientos políticos de Calabozo”. En: Boletín


de la A.N.H. Caracas, N° 71.

Mayo, Carlos. Pulperos y pulperías de Buenos Aires (1740-1830).


Buenos Aires: Editorial Biblos, 2000.

Urquinaona y Pardo, Pedro. Memorias de Urquinaona. Caracas:


Ediciones de la Facultad de Humanidades y Educación U.C.V,
1965.

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1962.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 53 - 67 67


LA JUNTA SUPREMA DE
CARACAS DE 1810:
NACIÓN, AUTONOMÍA E
INDEPENDENCIA.

1
Reinaldo Rojas
Universidad Pedagógica Experimental Libertador-Venezuela

Recepción: 09/02/11
Evaluación: 14/03/11
Aceptación: 01/04/11
Artículo de Reflexión

RESUMEN

El presente texto se pregunta por la forma en que se organizó


la Junta Suprema de Caracas, que se convirtió en la primera
forma de autonomía gubernamental y en una expresión
independentista. Aunque estas Juntas pretendían defender los
derechos de Fernando VII, en la práctica se convirtieron en el
primer mecanismo de expresión política de los criollos, puesto
que posteriormente se transformaron en juntas de gobierno
autónomas que paulatinamente proclamaron la independencia y
consolidaron los primeros proyectos constitucionales.

1
Profesor Titular jubilado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
Doctor en Historia. Premio Nacional de Historia (1992), Premio Continental de
Historia Colonial de América “Silvio Zavala”, México, IPGH (1995) y Premio a la
Labor Investigativa UPEL 2004. Actualmente es Coordinador del Consejo Consultivo
Nacional de Postgrado del Consejo Nacional de Universidades (CNU) y Coordinador
del Centro de Investigaciones Históricas y Sociales Federico Brito Figueroa, de la
UPEL, con sede en Barquisimeto.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 69 - 91 69


Historia
ReinaldoY MEMORIA
Rojas

Palabras claves: Gobierno, Juntas de gobierno, autonomía,


independencia, poder político, criollos.

THE SUPREME MEETING OF CARACAS OF 1810:


NATION, AUTONOMY AND INDEPENDENCE.
2
Reinaldo Rojas
Universidad Pedagógica Experimental Libertador-Venezuela

ABSTRACT

The present text wonders about the way in which the Supreme
Meeting of Caracas was organized, it became into the irst form
of governmental autonomy and into an independence expression.
Though these Meetings were trying to defend the rights of
Fernando VII, in the practice they turned into the irst mechanism
of political expression of the creoles, since later they transformed
in autonomous meetings of government that gradually proclaimed
the independence and consolidated the irst constitutional projects.

Keywords: Government, Boards of government, autonomy,


independence, political power, Creole.

INTRODUCCIÓN

La autonomía gubernamental en la provincia de Caracas, se inició


con la conformación de las Juntas Suprema de Gobierno, lo que
paulatinamente incidió en que la élite criolla tomara conciencia
sobre su papel político y la necesidad de fomentar un gobierno
autónomo. Una de las primeras manifestaciones fue el 19 de
abril 1810, en que la élite criolla caraqueña toma el poder y se
2
Profesor Titular jubilado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
Doctor en Historia. Premio Nacional de Historia (1992), Premio Continental de
Historia Colonial de América “Silvio Zavala”, México, IPGH (1995) y Premio a la
Labor Investigativa UPEL 2004. Actualmente es Coordinador del Consejo Consultivo
Nacional de Postgrado del Consejo Nacional de Universidades (CNU) y Coordinador
del Centro de Investigaciones Históricas y Sociales Federico Brito Figueroa, de la
UPEL, con sede en Barquisimeto.

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La Junta Suprema de Caracas de 1810: Nación, Autonomía e Independencia
Historia Y MEMORIA

constituyó en un gobierno autónomo en el contexto de la crisis


monárquica, para tratar de llenar el vacío político dejado por el
poder monárquico, aunque parecía un acto de lealtad al rey.

A partir de esta organización se pudieron apreciar acciones


para convocar y adherir poblaciones venezolanas a la causa
gubernamental; asimismo se produjeron comunicados de
apoyo de otras regiones más apartadas. Es de resaltar que en
la conformación de esta junta se pudo apreciar la expresión de
la democracia como elemento representativo y orientador de la
política caraqueña. En muy corto tiempo se produjo la declaración
de independencia, lo que nos permite inferir cómo se produjo esa
transformación de proyectos políticos de la autonomía, a través de
la cual se debía lealtad al rey, a la proclamación de independencia
que signiica una ruptura con el gobierno español.

El presente trabajo de historia social y política, parte de una


relexión historiográica sobre los trabajos que han abordado la
conformación de las Juntas Supremas de Gobierno, detectando
un gran vacío en la estructuración, proyección y articulación de
provincias a este proceso político.

El fenómeno “Juntista” de 1810: autonomismo e


independencia

Uno de los “nudos historiográicos” que ha permanecido vigente


hasta nuestros días al analizar la naturaleza de los procesos de
independencia en Hispanoamérica tiene que ver con la caracterización
de los actos que llevaron a la conformación de las Juntas Defensoras
de los Derechos de Fernando VII en las principales capitales
hispanoamericanas entre 1809 y 1810, y su transformación en juntas
de gobierno autonómicas que dieron inalmente paso a la declaración
de independencia y aprobación de las primeras constituciones
3
republicanas, con las que se funda el nuevo Estado. En términos
3
A este respecto puede consultarse: Mineiro Scatamecchia, María Cristina y Enríquez
Solano, Francisco (Editores) América. Contacto e Independencia. México: Instituto
Panamericano de Geografía e Historia. 2008.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 69 - 91 71


Historia
ReinaldoY MEMORIA
Rojas

conceptuales, se trata de la diferenciación entre autonomismo e


independencia, nociones que se utilizan indistintamente al referirnos
a un proceso que la historia patria ha simpliicado, desconociendo su
complejidad.

Esta diferenciación es clave a la hora de abordar el debate


historiográico centrado en la cuestión de si el 19 de Abril de 1810
debe considerarse como la fecha inicial o no de la Independencia
venezolana, tema recurrente alrededor del cual han opinado
la mayoría de los estudiosos de este período y sobre lo cual la
Academia Nacional de la Historia en 1909 elaboró un Acuerdo,
en el cual se expresa que el 19 de Abril debe considerarse como el
“movimiento inicial, deinitivo y trascendente de la emancipación
de Venezuela”, deiniendo el reconocimiento de los Derechos de
4

Fernando VII que acompaña la formación de la Junta Suprema


como un “hecho icticio”. Este Acuerdo tiene el propósito de
5

dar a conocer la opinión oicial de esta institución del Estado


venezolano ya que tanto ayer como hoy, el 19 de Abril ha venido
ocupando en la memoria colectiva el lugar simbólico que le
corresponde al 5 de julio de 1811 como nuestra principal fecha de
6
la Independencia.

En el balance que sobre la historiografía venezolana de la


7
independencia elabora Inés Quintero en artículo reciente, no
se aprecia la importancia de este tema entre los historiadores,
aunque la autora señala – a partir de sus estudios sobre la conjura
4
Instituto panamericano de Geografía e Historia. El 19 de Abril de 1810. Caracas:
IPGH. Comisión de Historia. Comité de Orígenes de la Emancipación. Publicación No.
11. 1957; p. 7.
5
Instituto panamericano de Geografía e Historia. El 19 de Abril de 1810. Caracas:
IPGH. Comisión de Historia. Comité de Orígenes de la Emancipación. Publicación No.
11. 1957; p. 4.
6
Rojas, Reinaldo. “El 19 de Abril de 1810 y su construcción simbólica como fecha
patriótica en Venezuela”. Cuadernos Americanos: Vol. 134. Publicación trimestral del
Centro de Investigaciones sobre América Latina (CIALC). Nueva época. Año XXIV.
Octubre-diciembre de 2010. Universidad Nacional Autónoma de México; pp. 36-50.
7
Quintero, Inés. “Historiografía e independencia” En: Chust, Manuel, y Serrano José
Antonio (Eds.) Debate sobre las independencias iberoamericanas. Madrid: AHILA –
Iberoamericana – Vervuert, 2007.

72 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 69 - 91


La Junta Suprema de Caracas de 1810: Nación, Autonomía e Independencia
Historia Y MEMORIA

mantuana de 1808 – la “falsa percepción de una temprana


8
vocación independentista por parte de la élite criolla”, por lo que
se pone en cuestión:

la versión convencionalmente difundida de que era


un proyecto largamente acariciado por los mantuanos
caraqueños, insertando los sucesos
9
en el contexto de la
crisis política de la monarquía.

En este sentido, el 19 de Abril, siendo un acto formal de


idelidad al Rey cautivo, viene a ser en la práctica de los hechos
un acto de toma del poder político por parte de la élite criolla
caraqueña, constituyendo un gobierno autónomo en el contexto de
la crisis monárquica y el vacío de poder dejado por la ocupación
francesa de España.

Ahora bien, si esta es la dimensión “positiva” del debate


acerca del contenido real y efectivo de aquel acontecimiento, en
el orden simbólico nos encontramos con un fenómeno no menos
interesante para el estudioso de la Nación, como es el proceso de
construcción, en el ámbito de los imaginarios colectivos, de un
acontecimiento de lealtad al Rey, es decir, regalista y monárquico,
en fecha patria por excelencia, en competencia con el acto formal
de declaración de independencia del 5 de julio de 1811 en Caracas.
Este hecho, más que el resultado de una manipulación consciente o
de confusión temporal, es el producto del proceso de simbolización
que acompaña la construcción de la Nación como una comunidad
imaginada, lo cual se aprecia más claramente en los códigos que le
dan su signiicación a los emblemas nacionales. Después de todo
aquel debate llevado a cabo entre los historiadores del siglo XIX en
1930, el escudo nacional institucionaliza como principales fechas
patrias el “19 de Abril de 1810 – INDEPENDENCIA” y el “20 de
8
Quintero, Inés. “Historiografía e independencia” En: Chust, Manuel, y Serrano José
Antonio (Eds.) Debate sobre las independencias iberoamericanas. Madrid: AHILA –
Iberoamericana – Vervuert, 2007; pp. 232.
9
Quintero, Inés. “Historiografía e independencia” En: Chust, Manuel, y Serrano José
Antonio (Eds.) Debate sobre las independencias iberoamericanas. Madrid: AHILA –
Iberoamericana – Vervuert, 2007; p. 235.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 69 - 91 73


Historia
ReinaldoY MEMORIA
Rojas

febrero de 1859 – FEDERACIÓN”, con lo cual el 19 de Abril


10

pasa a ser la fecha inicial de nuestra independencia. La fecha del 20


de febrero conmemora el acto de proclamación de la Federación en
Coro, el 20 de febrero de 1859, por el General Tirso Salavarría, con
la cual se da inicio a la Guerra Federal. Estas fechas son ratiicadas
en la Ley de Bandera, Escudo e Himno Nacional de 1954 y
en la vigente de 2006. Hay pues, coherencia cronológica entre la
Historia Patria y los Emblemas como dimensiones del discurso de
la Nación.

De esta circunstancia surgen dos ejes de estudio del problema.


Como realidad que fue, que debe ser restaurada o restituida por el
historiador social; y como fecha simbólica y iesta de la nación,
lo cual nos coloca en el terreno de los imaginarios políticos. En
esta oportunidad, nos interesa abordar el proceso político real,
entre autonomía e independencia, en búsqueda de descubrir la
complejidad de aquel proceso histórico.

El 19 de abril de 1810

Es evidente que los criollos hispanoamericanos fueron los


grandes promotores de la creación de las Juntas, junto o en contra
de las altas autoridades españolas, siguiendo con ello el ejemplo
de la formación de las juntas provinciales que se constituyeron
en la Península tras la abdicación de Fernando VII en Bayona,
y que luego se reúnen para conformar la Junta Central Suprema
Gubernativa del Reino, el 25 de septiembre de 1808 en Aranjuez,
bajo la presidencia del Conde de Floridablanca. Se discute aún si
los criollos tenían claro el panorama independentista o no. Pero
lo cierto es que la constitución de las Juntas fue el primer paso
a la autonomía gubernativa frente al dominio napoleónico de
España, generando con ello la opción independentista, asumida
progresivamente por la mayoría de las antiguas colonias españolas
en América, claro, con sus excepciones.
10
Quintero, Inés. “Historiografía e independencia” En: Chust, Manuel, y Serrano José
Antonio (Eds.) Debate sobre las independencias iberoamericanas. Madrid: AHILA –
Iberoamericana – Vervuert, 2007; p. 127.

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La Junta Suprema de Caracas de 1810: Nación, Autonomía e Independencia
Historia Y MEMORIA

En este sentido, las declaraciones de independencia no solo


fueron diferentes en el tiempo sino que encontraron rechazo
o duda en el propio liderazgo criollo, por lo que la autonomía
viene a ser una especie de puente entre la situación colonial
anterior y la independencia. La complejidad de esta situación se
aprecia mejor al profundizar en aquellos acontecimientos, lo que
permite superar las simpliicaciones a que nos ha acostumbrado
la tradicional historia patria, centrada en la igura del héroe y
la esquemática pugna entre patriotas y realistas que no permite
comprender los conlictos sociales, políticos e ideológicos que
estuvieron presentes en aquel momento estelar de nuestra historia.

Para ello es conveniente deinir claramente los términos de


nuestro análisis. Por un lado nos encontramos con el autonomismo,
que es la libertad de gobernarse por sus propias leyes y que exige
como condición la independencia política. La emancipación
que es la capacidad de gobernarse por sí mismo, sin tutelaje y
servidumbre alguna. Y la independencia como el estatus que se
alcanza de autonomía para gobernarse, cuando ya no se es ni
tributario ni dependiente de otro. En el vocabulario de la época,
estos términos se confunden y en el discurso historiográico
posterior se solapan hasta hacerse sinónimos. Sin embargo, el
autonomismo criollo, como derecho a gobernarse, venía de una
larga lucha a través de los cabildos, que nunca habían puesto en
discusión la idelidad al rey ni menos la separación de España. La
crisis de gobierno en la Península, la emergencia de una nueva
atmósfera ideológica liberal que ponía en cuestión la vigencia de
la monarquía absoluta como el modelo político a resguardar y
los procesos republicanos que iniciados en los Estados Unidos
habían alcanzado su clímax con la Revolución Francesa, le abrían
a los criollos la opción de que ese autonomismo se transformara
en verdadera independencia, la condición en meta a conquistar.

Mientras la noción de emancipación nos remite al vocabulario


de la Ilustración, tal como lo reiere el propio Inmanuel Kant al
responder a la pregunta ¿Qué es la Ilustración? En su criterio:

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 69 - 91 75


Historia
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Rojas

La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable


minoría de edad. La minoría de edad signiica la
incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la
guía de otro. (…) Sapere aude! Ten valor de servirte de 11
tu
propio entendimiento! He aquí el lema de la Ilustración.

En este sentido, la introducción del concepto de Emancipación


Hispanoamericana obedece más a un referente individual de
superación de la persona a través de la educación y la participación
política, que se traslada a la nación como sujeto de la modernidad
ilustrada. Empecemos, seguidamente, por ubicar el fenómeno
juntista en su correspondiente dimensión histórica.

Por “juntismo” nos referimos al proceso de constitución de


las Juntas Defensoras de los Derechos de Fernando VII, tanto
en la España peninsular como en América, como resultado de la
constitución, el 25 de septiembre de 1808, en Aranjuez, de la Junta
Suprema Central y Gubernativa del Reino, conformada por los
representantes de las Juntas Provinciales, bajo la presidencia del
conde de Floridablanca, con 35 miembros en total. Esta Junta, en
ausencia del monarca, asumió los poderes ejecutivo y legislativo
del Reino, mientras se restauraba la autoridad del monarca y se
desconocían las abdicaciones de Bayona, que llevaron al poder
a José Bonaparte. El conocimiento de la evolución histórica de
la Junta Central es de fundamental importancia para comprender
la actuación de las autoridades españolas frente a la crisis y el
comportamiento e iniciativas tomadas por las élites criollas ante
esta circunstancia.

La Junta Suprema Central estuvo vigente hasta el 30 de


enero de 1810, dando paso al Consejo de Regencia de España
e Indias, el cual hace frente a la ocupación, suple al Rey y
convoca las Cortes en Cádiz, las cuales redactan la Constitución
de 1812, mientras el pueblo español desencadena una Guerra de
Independencia que culmina con la expulsión de los franceses
11
Kant, Immanuel. “¿Qué es la Ilustración? En: Erhard, J. B. y otros. ¿Qué es la
Ilustración? 2002; p. 17.

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La Junta Suprema de Caracas de 1810: Nación, Autonomía e Independencia
Historia Y MEMORIA

en 1814, lo que permite el retorno de Fernando VII al trono


de España. Aquí la historia se bifurca puesto que, mientras en
América las Juntas dan paso a la Independencia e instauración
de modelos republicanos, en España la restauración de Fernando
VII va a signiicar el restablecimiento de la Monarquía, con todos
sus fueros, la anulación de la Constitución de 1812, la disolución
de las Cortes y la represión al movimiento liberal que se había
organizado alrededor de la defensa de la soberanía española y
la conservación de los derechos del Rey cautivo. Recordemos,
que al regresar Fernando VII de su cautiverio en Francia, en su
decreto de 4 de mayo de 1814, borraba, de un plumazo, toda la
historia anterior a su abdicación con estas palabras:

[…]declaro que mi Real ánimo es, no solamente no jurar


ni acceder a dicha institución, ni a decreto alguno de las
Cortes Generales y Extraordinarias ni de las Ordinarias
actualmente abiertas, a saber: los que sean depresivos
de los derechos y prerrogativas de mi real soberanía
establecidas por la Constitución y las leyes en que de largo
tiempo la Nación ha vivido, sino el de declarar aquella
Constitución y aquellos decretos nulos y de ningún valor
ni efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no hubiesen
pasado jamás tales actos y se quitasen de en medio del
tiempo, y sin obligación en mis pueblos y súbditos 12de
cualquiera clase y condición a cumplirlos y guardarlos.

Efectivamente, en Hispanoamérica se desarrolla un proceso


socio-político e ideológico que pasa por tres etapas: Instalación de
las Juntas, declaración de la Independencia y, frente a la reacción
española de restablecer la monarquía y el imperio, el desarrollo
de guerras nacionales de independencia, todo en un periodo
que se desenvuelve, en términos generales, entre 1810 y 1824,
con diferentes temporalidades, agudezas del conlicto militar y
organización del poder republicano interno que, en la mayoría de
los casos, dio lugar a una continuidad de las estructuras coloniales
anteriores; en otros, forjó un nuevo poder político organizado

12
Artola, Miguel. (Ed.) Las Cortes de Cádiz. Madrid: Marcial Pons Historia. 2003;
pp. 64 y 65.

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Historia
ReinaldoY MEMORIA
Rojas

alrededor de los actores de la guerra y en otros llegó hasta ensayar


salidas imperiales como en el caso de México.

La razón fundamental que motoriza estas acciones “juntistas”


está vinculada con la crisis española y la reacción de las elites
criollas establecidas en las principales capitales provinciales.
Como no hay monarca, se trata de activar la “soberanía interina”
que recae en el pueblo representado en su gran mayoría por la
institución del Cabildo, sin que ello signiique una ruptura con
la obediencia al Rey y una separación de la unidad imperial. En
todo caso, la convocatoria a Cabildo es un acto muy hispánico y
forma parte de las tradiciones castellanas recogidas, inclusive, en
las Leyes de Indias.

En el caso de la Provincia de Venezuela, ya en 1560, Felipe


II otorga a los Alcaldes Ordinarios, por Real Cédula fechada en
Toledo, la facultad de que:

[…] gobernasen (…) cada uno en su jurisdicción ó como


la mi merced fuese (…) cuando acaeciere fallecer el nuestro
Gobernador de la dicha provincia de Venezuela, antes de
haber Nos proveído otro en su lugar, 13
gobiernen en cada una
de las ciudades y villas de ella […].

Esta prerrogativa es conirmada en 1676, y más tarde, en


1693, cuando se le concede al Cabildo de Caracas suplir las
faltas temporales del Gobernador de la Provincia, “…sin disputa
14
ni réplica alguna” por parte de cualquier otra autoridad real
de la Provincia, quedando con ello reconocida la capitalidad
de Caracas en esa gobernación. Había en consecuencia, una
tradición de autoridad de la institución del Cabildo a falta del
Gobernador, lo cual se extendió en 1810 a la ausencia del Rey.
Por ello, en otras oportunidades, hemos señalado que el acto del
19 de Abril se inscribe en la más pura tradición hispánica y por
13
Rodulfo Cortés, Santos. Antología documental de Venezuela 1492-1900. Caracas:
1971; pp. 90.
14
Rodulfo Cortés, Santos. Antología documental de Venezuela 1492-1900. Caracas:
1971; pp. 120.

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La Junta Suprema de Caracas de 1810: Nación, Autonomía e Independencia
Historia Y MEMORIA

tanto, diferenciándolo de un acto de independencia, debe ser


considerado, en nuestro calendario de efemérides nacionales,
como el día del Cabildo:

[…] en la medida que fue en esta fecha en que esta institución


colonial asumió la soberanía popular y, por tanto, tomó en
sus manos, prácticamente,
15
las riendas del gobierno de la
Provincia de Venezuela.

Ahora bien, este proceso se inicia en nuestro caso,


tempranamente, en 1808, cuando un importante sector de los
criollos caraqueños, motivados por la solicitud hecha el 27 de
julio de aquel año, por el entonces Capitán General don Juan de
Casas al Cabildo caraqueño, de constituir una junta semejante
a las que se habían establecido en la península, da pie a un
interesante movimiento de opinión que propone tanto al Capitán
General como a las autoridades del Cabildo, en carta fechada el
22 de noviembre de ese mismo año de 1808, “…la formación de
una junta suprema, con subordinación á la soberana de Estado
que ejerza en esta ciudad la autoridad suprema, mientras regresa
16
al trono nuestro amado rey Fernando VII.” . Aquí, se señala
un hecho muy importante en relación a la gobernabilidad de la
Provincia. Dicen los irmantes que para,

[…] precaver todo motivo de inquietud y desorden, juzgamos


que el medio más conveniente es de elegir y constituir
representantes del pueblo que traten personalmente con el Sr.
Presidente, gobernador y capitán general
17
de la organización
y formación de dicha junta suprema.

Claro, estos “representantes del pueblo” están encabezados


por los condes de Tovar, San Javier y la Granja, los marqueses
del Toro y Mijares, y las iguras de don Antonio Fernández
15
Rojas, Reinaldo. El 19 de Abril de 1810. Venezuela: Universidad Pedagógica
experimental Libertador. 2005; p. 89.
16
Rodulfo Cortés, Santos. Antología documental de Venezuela 1492-1900. Caracas:
1971; p. 240
17
Rodulfo Cortés, Santos. Antología documental de Venezuela 1492-1900. Caracas:
1971; p. 240

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Historia
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Rojas

de León, don José Vicente Carguera y don Fernando Key,


prominentes iguras de la aristocracia municipal caraqueña, según
la denominación que le diera Alexander von Humboldt.

Esta temprana iniciativa de promover la creación de una


Junta, que asumiera el gobierno de la Provincia, alertó a las
autoridades españolas quienes, por medio de la Real Audiencia,
procedieron mas bien a encarcelar a sus promotores. En febrero de
1809, la decisión de coninamiento fue levantada desde España. 18

Pero estamos, en este caso, frente al antecedente más cercano del


19 de Abril de 1810 en la ya Capitanía General de Venezuela.
¿Qué había pasado, entonces, para que la Junta Defensora de
los Derechos de Fernando VII, con participación de los llamados
“blancos criollos” caraqueños, se materializara en 1810?

En la península, el levantamiento popular del 2 de mayo de


1808 en Madrid, había dado inicio a la guerra de independencia
contra la ocupación francesa. Pero sabemos que para inicios de
1810, el territorio peninsular estaba prácticamente dominado por
las tropas napoleónicas, excepto Lisboa, algunas regiones de
Galicia, Cádiz, donde se reúnen las Cortes a partir de enero, y
la España insular. Se disuelve la Junta Suprema y se instala el
Consejo de Regencia, mientras sesionan las Cortes en Cádiz. La
reacción a estos acontecimientos no se hace esperar en Caracas.
Veamos lo que sucede ese 19 de abril.

La junta de caracas de 1810

En primer lugar, es en el Cabildo de Caracas donde se van a


congregar los sectores representativos de aquella sociedad: clero,
notables y letrados, miembros del cuerpo de veteranos y de las
milicias, altos funcionarios peninsulares, junto a los alcaldes
del cabildo, Martín Tovar y Ponte y José de las Llamosas. Allí
están presentes el Gobernador y Capitán General de la Provincia,

18
Magallanes, Manuel Vicente. Historia Política de Venezuela. Caracas: Centauro,
1990; p. 53.

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La Junta Suprema de Caracas de 1810: Nación, Autonomía e Independencia
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Vicente de Emparan, el Intendente Vicente Basadre y quienes


como “diputados del pueblo” van a ser factores fundamentales en
la decisión que se va a tomar esa tarde: el impetuoso Francisco
Salías, el letrado Juan Germán Roscio, el mantuano José Félix
Ribas y el sacerdote chileno José Cortés de Madariaga, canónigo
entonces de la Catedral de Caracas.

Frente a la crítica situación que se vivía en España, y luego


del debate llevado a cabo entre aquellos que pensaban que se
debía esperar el desenlace en la península y los que proponían
avanzar hacia la constitución de una Junta que diera autonomía
al gobierno provincial, la decisión tomada inalmente fue muy
clara: Las altas autoridades españolas, encabezadas por el Capitán
General, entregan sus cargos y se constituye una Junta Defensora
de los Derechos de Fernando VII, en la misma línea de acción de
las juntas que ya se habían creado en la península.

Pero, en nuestro caso, es el Cabildo caraqueño la institución


que asume la “soberanía interina” a falta del Rey y asume el
gobierno de la Provincia por la renuncia al mando que hace el
propio Capitán General Emparan. El Acta levantada en aquella
memorable jornada, es la mejor evidencia de los propósitos que
se perseguían en aquella coyuntura histórica: en primer lugar,
atender a la salud pública de un pueblo que se encuentra:

en total orfandad, no sólo por el cautiverio del Señor Don


Fernando Séptimo, sino también por haberse disuelto
la Junta que suplía su ausencia en todo lo tocante a la
seguridad y defensa de sus19dominios invadidos por el
Emperador de los Franceses.

En ese sentido, la Junta de Caracas asume el mando,


desconociendo el Consejo de la Regencia,

[…]porque no ha sido constituido por el voto de estos ieles


habitantes, cuando han sido ya declarados no colonos sino
19
Pérez Vila, Manuel. (Com.) Acta del 19 de Abril / Documentos de la Suprema Junta
de Caracas. Caracas; Tecnicolor, 1984; p. 45.

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Historia
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partes integrantes de la Corona de España, y como tales


han sido llamados al ejercicio de la Soberanía
20
interina, y a
la reforma de la constitución nacional[…].

Por otro lado, ya en el campo del aseguramiento de la paz


interior, en el Acta se destaca la necesidad de erigir en el seno
mismo de estos Países un sistema de Gobierno que supla las enunciadas
faltas ejerciendo los derechos de la Soberanía que por el mismo hecho
han recaído en el Pueblo conforme a los mismos principios de la sabia
Constitución primitiva de la España, y á las máximas que ha enseñado y
publicado en innumerables papeles la Junta Suprema extinguida.

Otro hecho signiicativo es el que se corresponde con el


nombramiento, según se señala en el Acta, de diputados del
clero y del pueblo, que es el caso de los doctores José Cortés de
Madariaga, Francisco José Ribas, Juan Germán Roscio y Félix
Sosa, el Rector del Seminario Dr. Juan Antonio Rojas Queipo, los
frailes Bernardo Lanfranco, Felipe Mota y Marcos Romero; así
como los vecinos José Felis (sic) Rivas, Francisco Xavier Uztáriz,
Nicolás de Castro y Juan de Ayala, quienes suscriben el documento
histórico. Estos representantes, conjuntamente con las autoridades
del ayuntamiento, conforman la Junta Suprema que se constituye
ese 19 de abril, la cual se asume como Gobierno Provisional “en
el Real nombre del Señor Don Fernando Séptimo” y procede a
organizarse inmediatamente como gobierno, según el Auto del
27 de abril de 1810, de la siguiente manera: la Junta Suprema
compuesta por 23 personas, encabezadas por los alcaldes José de
las Llamosas y Martín Tovar Ponte. Un cuerpo de Secretarios, a
saber: de Relaciones Exteriores: Juan Germán Roscio; de Gracia y
Justicia: Nicolás Anzola; Hacienda: Fernando Key Muñoz; Marina
y Guerra: Lino de Clemente; Chanciller (sic): Carlos Machado.
Un Tribunal de Apelaciones, siendo su Presidente, el Marqués
de Casa León. Un Tribunal de Policía, siendo su Juez Bartolomé
Blandain. Y el Gobierno Militar, a cargo del Coronel Fernando
Toro con dos Comandantes Generales: Nicolás de Castro y Juan
20
Pérez Vila, Manuel (Com.) Acta del 19 de Abril / Documentos de la Suprema Junta
de Caracas. Caracas; Tecnicolor, 1984; p. 45.

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La Junta Suprema de Caracas de 1810: Nación, Autonomía e Independencia
Historia Y MEMORIA

Pablo Ayala, en su mayoría, apellidos pertenecientes al sector de


los llamados mantuanos o blancos criollos.

El nuevo gobierno, el día 20, destituye a las antiguas autoridades


y dirige su primera alocución “A los habitantes de Venezuela”. Allí,
después de presentar la situación en la que se encuentra la […]
nación española, después de dos años de una guerra sangrienta
y arrebatada para defender su libertad e independencia […]”, y
dando a conocer la disolución de la Junta Suprema y constitución
en Cádiz de un Consejo de Regencia que no:

[…] reúne en sí el voto general de la nación, ni menos el


de estos habitantes que tienen el legítimo e indispensable
derecho de velar sobre su conservación y seguridad como
partes que son de la monarquía española”, pasa a informar
de lo acontecido en Caracas el 19 de Abril. “Este es el
voto de Caracas”, dice la alocución, y llama a la unión
y confraternidad […] con que nos llaman unos mismos
21
deberes e intereses.

Y aparece, una nueva deinición de la antigua provincia


colonial, cuando se señala:

[…] y os llamamos oportunamente a tomar parte en el


ejercicio de la suprema autoridad con proporción al mayor
o menor número de individuos de cada provincia. Este
es poco más o menos, la deliberación que por pronto os
22
proponemos en el Departamento de Venezuela.

Apoyos y reacciones a la actuación de la junta de Caracas

La reacción interna a los acontecimientos caraqueños está aún por


estudiarse a profundidad, de manera global, crítica y documental.
Sin embargo, sabemos que a través de la Gazeta de Caracas
se recoge la incorporación de muchos pueblos y ciudades del

21
Pérez Vila, Manuel. (Com.) Acta del 19 de Abril / Documentos de la Suprema Junta
de Caracas. Caracas; Tecnicolor, 1984. p. 82
22
Pérez Vila, Manuel. (Com.) Acta del 19 de Abril / Documentos de la Suprema Junta
de Caracas. Caracas; Tecnicolor, 1984; p. 84 (Subrayado nuestro)

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Historia
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interior del país a las acciones asumidas por la nueva Junta de


Caracas, a partir del No. 98 del 18 de mayo, donde empiezan
a aparecer las actas de adhesión de los cabildos de Barcelona,
23
Cumaná, Margarita, Puerto Cabello y La Guaira así como
informaciones de apoyo de otras ciudades como Barquisimeto y
Valencia. Tulio Febres Cordero, en 1910, dio a conocer las Actas
de adhesión de las ciudades de Mérida, Trujillo, La Grita y San
24
Cristóbal y parroquias de Bailadores y San Antonio del Táchira ,
donde aparece información, además, de la instalación de la Junta
Suprema de Barinas, y en el Virreinato de la Nueva Granada, de
25
las Juntas de Santa Fe de Bogotá, Pamplona y el Socorro.

Prosiguiendo su actividad de difusión y búsqueda de apoyo,


la Junta Suprema de Caracas se dirige “A los Cabildos de las
capitales de América” el 27 de abril, pidiéndoles:

Encontrar imitadores en todos los habitantes de la


América, en quienes el largo hábito de la esclavitud no
haya relajado todos los muelles morales; y su resolución
debe ser aplaudida por todos los pueblos que conserven
26
alguna estimación a la virtud y el patriotismo ilustrado.

El 3 de mayo se dirige a la Regencia, donde señala que la


Junta Central había considerado a los americanos como parte
integrante de la monarquía española y, sin embargo,

“América no vio ni pudo ver esta declaratoria como fuente


de unos derechos que siempre ha debido gozar, y nunca
han podido disputársele sin injusticia; sino como una
confesión solemne del despotismo con que hasta entonces
27
había sido tiranizada”.

23
Academia Nacional de la Historia. Gazeta de Caracas 1808-1810, Volumen I. 1939.
24
Febres Cordero, Tulio. Actas de Independencia Mérida, Trujillo y Táchira en 1810.
Mérida: El Lápiz, 2007; p. 31.
25
Febres Cordero, Tulio. Actas de Independencia Mérida, Trujillo y Táchira en 1810.
Mérida: El Lápiz, 2007; p. 34.
26
Pérez Vila, Manuel. (Com.) Acta del 19 de Abril / Documentos de la Suprema Junta
de Caracas. Caracas; Tecnicolor, 1984; p. 93.
27
Pérez Vila, Manuel (Com.) Acta del 19 de Abril / Documentos de la Suprema Junta
de Caracas. Caracas; Tecnicolor, 1984; p. 96

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La Junta Suprema de Caracas de 1810: Nación, Autonomía e Independencia
Historia Y MEMORIA

En síntesis, Caracas reclamaba que los americanos, como


ciudadanos españoles, debían ejercer una inluencia proporcional
a su importancia y población tanto en la Junta Central como
en las Cortes. Mientras tanto, las acciones de gobierno iban en
crecimiento, y el 11 de junio de 1810, con la irma de José de
las Llamosas, Presidente, Martín Tovar Ponte, Vicepresidente,
y Juan Germán Roscio, Secretario de Estado, la Junta Suprema
de Caracas convoca a elecciones de diputados para darle mayor
representatividad a la Junta Capitular de Caracas. El principio
democrático representativo es claro y aparece en el propio
documento: “El ejercicio más importante de los derechos
del Pueblo es aquel en que los trasmite á un corto número de
28
individuos, haciéndolos árbitros de la suerte de todos” , pero
siempre “baxo el ojo vigilante de un Pueblo zeloso (sic) de sus
derechos y enemigo de la tiranía.” Se daba un paso capital,
en doble sentido: Hacia la república, como futuro modelo de
estado, y hacia la independencia, como su necesaria condición
de existencia. El texto de la convocatoria es muy clara a este
respecto, cuando declara: “Habitantes de Venezuela! Sin una
representación común, vuestra concordia es precaria y vuestra
29
salud peligra”.

Del autonomismo a la nación. Hacia el 5 de julio de 1811

El 11 de junio de 1810, la Junta Suprema de Caracas lanza su


histórica “Convocatoria a elecciones de Diputados y Reglamento
de las mismas” para las provincias que conformaban la Capitanía
General de Venezuela y el 2 de marzo de 1811, entre tradición y
modernidad, defendiendo los derechos de Fernando VII así como
el misterio de la concepción de la Virgen María, pero ejerciendo
la soberanía que emana de la elección popular de cada uno de
los representantes allí presentes, como diputados provinciales, se
instala en Caracas el Congreso Constituyente de 1811.
28
Pérez Vila, Manuel. (Com.) Acta del 19 de Abril / Documentos de la Suprema Junta
de Caracas. Caracas; Tecnicolor, 1984; p. 152
29
Pérez Vila, Manuel (Com.) Acta del 19 de Abril / Documentos de la Suprema Junta
de Caracas. Caracas; Tecnicolor, 1984; p. 151

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Historia
ReinaldoY MEMORIA
Rojas

En el Acta de Instalación se puede leer:

Bajo los auspicios de la paz, de la unanimidad, de


sentimientos, y de la tranquilidad pública se han instalado
las primeras Cortes que ha visto la América; más libres,
más legítimas y más populares, que las que se han fraguado
en el otro hemisferio para alucinar, y seguir encadenando
30
la América.

Este es el congreso que declara la independencia absoluta de


Venezuela del Imperio español el 5 de julio de 1811.

Como se puede apreciar, es corto el tiempo que transcurre entre


los sucesos autonomistas del 19 de Abril de 1810 y la declaración
independentista del 5 de julio de 1811. Si el 2 de marzo, en el
Acta de Instalación del Congreso de Diputados Provinciales se
declara en alta voz que “Venezuela ha instalado ya por la gracia
de Dios el cuerpo conservador de sus derechos y los del Señor don
Fernando VII.”, en el Acta del 5 de julio se aprecia claramente
el cambio signiicativo del vocabulario monárquico anterior a la
nueva nomenclatura republicana, cuando se exclama:

Nosotros, los representantes de las Provincias Unidas de


Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona, Mérida,
y Trujillo, que forman la Confederación americana de
Venezuela en el continente meridional, reunidos en
Congreso, y considerando la plena y absoluta posesión de
nuestros derechos, que recobramos justa y legítimamente
desde el 19 de Abril de 1810 (…) a nombre y con la
voluntad y autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de
Venezuela, declaramos solemnemente al mundo que sus
Provincias Unidas son, y deben ser desde hoy, de hecho
y de derecho Estados libres, soberanos e independientes
y que están absueltos de toda sumisión y dependencia de
la Corona de España o de los que se dicen o dijeren sus
31
apoderados o representantes […].

30
Congreso de la República. Congreso Constituyente de 1811-1812. 1983. Tomo I. p. 2
31
Congreso de la República. Congreso Constituyente de 1811-1812. 1983. Tomo I. pp.
273-276.

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La Junta Suprema de Caracas de 1810: Nación, Autonomía e Independencia
Historia Y MEMORIA

Con ello, no sólo se declara la independencia, sino que se


recobra, con sentido liberal, la soberanía popular para crear
una república y se establece la primera fecha simbólica del
nuevo calendario republicano, el 19 de Abril, como el momento
en el que Venezuela, que nace como idea de Nación en el
discurso de aquellos representantes, recobró su soberanía, justa
y legítimamente.

En otro estudio que hemos dedicado a indagar acerca de este


proceso de cambios en el universo de las representaciones sociales
y en los imaginarios políticos que se aprecian en esta conjoncture
32
temporal que va del 19 de abril de 1810 al 5 de julio de 1811 ,
hemos destacado el papel jugado por la prensa y la importancia
de la fundación de las primeras formas de organización política,
como la Sociedad Patriótica y el Club de los sin camisa, etapa en
la que se destaca Francisco de Miranda como organizador y, con
sus escritos, promotor de la conformación de una opinión pública
favorable a la independencia.

Por ejemplo, La Gazeta de Caracas, además de reproducir


semanalmente todas las incidencias de la ocupación francesa
de España, dando a conocer los documentos más importantes
del momento, a partir de los sucesos de abril de 1810 se va
transformando en el órgano periodístico de la Junta Suprema,
aportando a sus lectores los argumentos que dieron base a la
decisión tomada el 19 de abril y contribuyendo a la constitución
de una “opinión pública moderna, producto de la discusión y del
33
consenso de sus miembros”, como rasgo distintivo de esa nueva
modernidad que va a acompañar el proceso de independencia
hispanoamericano.

En esta tarea, se suman a La Gazeta, El Semanario de


Caracas, fundado por Miguel José Sanz y José Domingo Díaz
32
Rojas, Reinaldo. “Venezuela 1811: Crisis del Antiguo Régimen, Imaginario Político
y Nación” en Guzmán Pérez, Moisés (Compilador). Guerra e imaginarios políticos en
la época de las independencias 2007, p. 139.
33
Guerra, François Xavier. Modernidad e independencias. Madrid; Mapfre 1993. p. 23.

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ReinaldoY MEMORIA
Rojas

en noviembre de 1810, El Patriota de Venezuela, órgano de


la Sociedad Patriótica, a partir de enero de 1811, El Mercurio
Venezolano, fundado por Francisco Isnardi en febrero de 1811,
y más tarde El Publicista de Venezuela, órgano del Congreso de
1811, también dirigido por Isnardi. Todos estos periódicos son
los que ayudan a preparar las condiciones ideológicas favorables
a la decisión del 5 de julio de 1811, ya que en sus páginas
empiezan a circular públicamente las ideas más radicales de la
revolución francesa y empiezan a difundirse públicamente los
principios ilosóicos de la Ilustración y del Liberalismo. Veamos
el siguiente testimonio que sobre este “clima intelectual” nos
aporta El Patriota Venezolano, en su segundo número de febrero
de 1811:

[…] empezó a formarse en Caracas la opinión pública:


los amantes de la libertad eran otros tantos prosélitos que
no dejaban de sembrar la simiente que algún día debía
fructiicar. El pueblo oía con gusto las desgracias de los
españoles (a raíz de los sucesos de Aranjuez y Bayona, y
la invasión napoleónica), porque conocía ya que en ellas
estaba su libertad; prestaba atención a las razones de la
ilosofía…En estas circunstancias el pueblo de Caracas,
oprimido más que nunca por las manos de los antiguos
funcionarios, llegó a comprender la necesidad de ilustrarse
34
[…].

Sin embargo, en una visión de longue durée, hay que


señalar que Caracas era la capital no ya de la antigua Provincia
de Venezuela, creada por disposición de Carlos V en la
Capitulación de 1528 con los Welser, en la cual se señalan sus
términos territoriales, sino de la Capitanía General de Venezuela,
conformada desde 1777, por las Provincias de Venezuela,
Cumaná, Guyana y Maracaibo e islas de Trinidad y Margarita,
agregadas “en lo gubernativo y militar á la Capitanía General de
35
Venezuela” Ese proceso de integración proto-nacional se inicia
34
Ratto-Ciarlo, José. Libertad de prensa en Venezuela. Venezuela, 1971. p. 18.
(Subrayado nuestro)
35
Rodulfo Cortés, Santos. Antología documental de Venezuela 1492-1900. Caracas:
1971; p. 169

88 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 69 - 91


La Junta Suprema de Caracas de 1810: Nación, Autonomía e Independencia
Historia Y MEMORIA

con la fundación de la Real y Pontiicia Universidad de Santiago


de León de Caracas en 1721, la Intendencia de Ejército y Real
Hacienda en 1776, la Real Audiencia de Caracas en 1786, el Real
Consulado en 1793 y el Arzobispado en 1803. En 1808, se instala
la primera imprenta en la ciudad de Caracas, de donde saldrá
impresa La Gazeta de Caracas, y aparece nuestro primer libro
impreso, Calendario Manual y Guía Universal de Forasteros en
Venezuela para el año de 1810 redactado, según investigaciones
36
de Pedro Grases, por el joven Andrés Bello.

En la Universidad de Caracas se formará una pléyade de


intelectuales como Baltasar de los Reyes Marrero, Felipe Tamariz,
Juan Germán Roscio, Ramón Ignacio Méndez, Felipe Fermín Paúl,
Félix Sosa, Andrés Bello, Mariano Talavera, José Ángel Álamo,
José Sata y Bussy, José Rafael Revenga, José María Vargas, Pedro
37
Gual, entre otros, que van a ser de fundamental importancia en
la formulación de un pensamiento moderno, republicano y de
emancipación nacional, que estará presente en los primeros años
de fundación de la República y en cuyos hombros se va a levantar
el ediicio jurídico del nuevo estado.

CONCLUSIONES

En términos generales, este proceso político le dio participación a


los Criollos; a su vez los motivó a conformar un proyecto político
para defender, no solamente la autonomía, sino a consolidar un
proyecto político independiente del gobierno español. En este
sentido, es importante ver de qué manera se involucró la élite
criolla caraqueña, las diversas tendencias que se conformaron
al interior de la élite criolla y que motivaron a crear espacios
de participación; asimismo es importante analizar cuál era el
proyecto de participación que tenían y cómo incorporaron a los
diversos actores sociales.
36
Grases, Pedro. El primer libro impreso en Venezuela. Caracas; ministerio de
Educación, 1952.
37
Universidad Central de Venezuela. Egresados 1725 – 1995. 1996. Tomo I, pp. 246
y ss.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 69 - 91 89


Historia
ReinaldoY MEMORIA
Rojas

FUENTES DOCUMENTALES

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del Libertador Simón Bolívar, 2 tomos, 1983.

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Táchira en 1810. Mérida: Edición conjunta de Biblioteca Nacional-
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Erhard, J. B. y otros ¡Que es la Ilustración? Madrid: Editorial Tecnos,


2002.

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América Latina (CIALC) de la Universidad Nacional Autónoma
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Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 69 - 91 91


EL PROCESO DE MILITARIZACIÓN
EN TUCUMÁN DURANTE LA
PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX:
EXPERIENCIAS E IDENTIDADES DE
LOS SECTORES POPULARES
1
Marisa Davio
Universidad Nacional de Tucumán-Argentina

Recepción: 31-03-11
Evaluación: 01-04-11
Aceptación: 05-05-11
Artículo de Reflexión

RESUMEN

El trabajo analiza el impacto de la militarización de la sociedad a


partir de los cambios políticos experimentados con la Revolución
de Mayo de 1810 en Buenos Aires y sus repercusiones en Tucumán.
El proceso de institucionalización de la fuerza militar repercutió
en el ámbito interpersonal en los individuos que formaron parte
de las milicias y el ejército regular durante la primera mitad del
siglo XIX. Los sectores populares, en su mayoría miembros de las
tropas, experimentaron cambios en sus formas de vida cotidiana,
en sus roles e identidades dentro del ámbito socio-político, que
llevaron a su participación en el espacio público y a la puesta en
práctica de una serie de “tácticas” y formas de resistencia ante las
exigencias emanadas desde el poder político.
1
Licenciada en Historia. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de
Tucumán. Doctora en Ciencias Sociales. Instituto de Desarrollo Económico y Social
(IDES)- Universidad Nacional del General Sarmiento (UNGS) Buenos Aires. Instituto
Superior de Estudios Sociales, Tucumán, Argentina. Becaria Posdoctoral CONICET.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 93


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

Palabras clave: Sectores populares - militarización -


experiencias - identidades – Tucumán.

THE MILITARIZATION PROCESS IN TUCUMÁN


DURING THE FIRST HALF OF THE 19TH CENTURY:
EXPERIENCES AND IDENTITIES OF THE POPULAR
GROUPS
Marisa Davio
Universidad Nacional de Tucumán-Argentina

ABSTRACT

The work analyzes the impact of the militarization of the society


from the political changes experienced with the Revolution of
May, 1810 in Buenos Aires and their repercussions in Tucumán.
The process of institutionalization of the military force
reverberated in the interpersonal area in the individuals who took
part in the militias and the regular army during the irst half of
the 19th century. The popular groups, most of them members
of the tropes, had changes in their daily life, in their roles and
identities in the socio-politic ield. That led to their participation
in the public space and practice series of “tactics” and resistance
ways faces up the requirements come from the political power.

Keywords: Popular sectors - militarization - experiences -


identities - Tucumán.

O PROCESSO DE MILITARIZAÇÃO EM TUCUMÁN


DURANTE DA PRIMEIRA METADE DO SÉCULO XIX:
AS EXPERIÊNCIAS E AS IDENTIDADES DOS SETORES
POPULARES

Marisa Davio
Universidad Nacional de Tucumán-Argentina

RESUMO
O documento analisa o impacto da militarização da sociedade
a partir das mudanças políticas na Revolução de maio de 1810

94 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124


El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

em Buenos Aires e Tucumán implicações. A institucionalização


da força militar afetou o nível interpessoal nos indivíduos que
faziam parte da milícia e do exército regular durante a primeira
metade do século XIX. Os setores populares, na sua maioria
membros das tropas, passou por mudanças em sua vida diária, em
seus papéis e identidades no contexto sócio-político que levou
à sua participação no espaço público ea implementação de uma
série de “táticas” e formas de resistência às exigências emanadas
do poder político.

Palavras-chave: setores populares - a militarização -


experiências - identidades – Tucumán.

INTRODUCCIÓN

En esta investigación, planteamos introducirnos en el universo de


los sectores populares con el objeto de ampliar el espectro sobre
el proceso de construcción en la nueva cultura política que fue
forjándose tras la inserción de estos sectores sociales en el proceso
2
de militarización experimentado en la primera mitad del siglo XIX.

Se estudiará en primera medida, la manera en que estos sectores


sociales se involucraron en los sucesos políticos y militares de
acuerdo con los cambios surgidos a raíz de la militarización de la
sociedad.

Partimos de la premisa que los sectores populares, pese a su


heterogeneidad, compartieron un grado de subordinación con
respecto a las élites y recibieron diferentes denominaciones de
3
acuerdo al tiempo y al espacio estudiado. Al mismo tiempo,
2
Este trabajo forma parte de mi tesis doctoral denominada, “Sectores populares
militarizados en la cultura política tucumana. 1812-1854”, Tesis doctoral inédita,
Buenos Aires, IDES- Universidad Nacional de General Sarmiento, 2010.
3
Según los postulados de Luis Alberto Romero, nos estaríamos reiriendo a “sectores
populares”, reconociendo diferentes terminologías que para ellos han utilizado los
actores contemporáneos y que denotan una condición de subordinación con respecto
a las élites: “plebe”, “bajo pueblo”, “vulgo”. Ver, Leandro Gutiérrez y Luis Alberto
Romero, Sectores populares, cultura y política. Buenos Aires: Sudamericana, 1995,
pp. 23-44.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 95


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

se constituyeron en miembros activos de los cuerpos militares


formados por los gobiernos locales y extra locales o por
líderes políticos o militares, y fueron convocados en momentos
conlictivos en los que se hizo necesario incrementar el número
de tropas.

En relación con las formas de participación política, Pilar


González Bernaldo sostiene que a partir de la Revolución de
Mayo, los cafés y tertulias aparecieron como las nuevas formas
de sociabilidad política del espacio rioplatense, aunque limitadas
a un reducido grupo de las élites e incluso, dentro de la dirigencia
revolucionaria. No obstante, ello no implicó que los sectores
populares quedaran ajenos a la politización, surgida por medio de
4
otros canales, como la acción guerrera.

Las identiicaciones con las causas políticas perseguidas


por las élites dirigentes, plantean un problema en torno a la
asimilación y concepción de las nociones de “Patria”, asumidas
por los sectores populares. Asimismo, se analizarán las
5
experiencias de militarización de estos sectores sociales ante el
constante reclutamiento, así como los roles asumidos dentro de la
jerarquía militar.

Para este tipo de estudio resultó imprescindible la utilización de


diferentes tipos de fuentes que permitieron proporcionar una mirada
más amplia y profunda sobre los actores, para entrecruzar datos y
miradas sobre una misma realidad. En tal sentido, la metodología
empleada se basó en el entrecruzamiento de la información
proveniente de la tradición oral, documentos oiciales y expedientes
judiciales, con el in de contrastar la información recopilada y ampliar
la perspectiva de enfoque sobre el universo de los sectores populares,
en base a sus propias experiencias de militarización.
4
González Bernaldo, Pilar. La Revolución Francesa y la emergencia de nuevas
prácticas de la política: La irrupción de la sociabilidad política en el Río de La Plata
(1810-1815). Buenos Aires: Boletín del Instituto de Historia y Pensamiento Argentino:
Dr. Emilio Ravignani, Tercera Serie, Número 3, 1991; pp. 7-27.
5
Sobre el valor de la experiencia, ver Edward Thompson, Las peculiaridades
de lo inglés, “Historia Social” Número 18, (invierno 1994), ps. 9-62; Joan
Scott, Experiencia, “Hiparquía”, X, 1, (Julio 1999), ps. 63-76.

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El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

Los relatos orales traducidos en forma escrita, han quedado


registrados en canciones y relatos hallados en la Encuesta
Nacional del Folklore de 1921 y las recopilaciones de Fernández
Latour y Alfonso Carrizo. La citada encuesta, fue realizada por
directores de escuelas y maestros de la Argentina en el año 1921 y
tuvo por objeto la recopilación de tradiciones populares relatadas
por hombres y mujeres mayores de 60 años - es decir, todos
contemporáneos al siglo XIX- con el in de conocer las tradiciones
e identidades políticas y las posibles recurrencias culturales
6
halladas en las diferentes provincias. De esta encuesta, se han
analizado documentos referidos especíicamente a Tucumán,
que contienen información sobre acontecimientos políticos y
militares sucedidos en la provincia en un marco espacial mayor
evidenciando el recuerdo de acontecimientos sucedidos en la
época en cuestión. Estas fuentes han sido utilizadas para el estudio
de las experiencias facciosas y de militarización de estos sectores
sociales.

Las canciones, coplas, narraciones encontradas, dejan traslucir


en sus versos numerosas temáticas relativas al pasado histórico
de sus interlocutores -donde la memoria colectiva e individual
juegan un importante rol- pero también las costumbres sobre la
vida cotidiana, el hogar, los juegos y divertimentos, los ritos y
religiosidad popular, canciones infantiles, medicina popular, entre
otras. Para este análisis, se centra la atención en las narraciones y
6
Ariel de la Fuente, ha trabajado este tipo de fuentes de tradición oral en su estudio
sobre los gauchos seguidores de Facundo Quiroga y el “Chacho” Peñaloza en La Rioja
y sus identiicaciones políticas con estos líderes. Como ha señalado este autor, la cultura
oral del siglo XIX estaba fuertemente politizada y circulaba por las distintas provincias,
poniendo en contacto a la gente de distintas regiones con la política y sus protagonistas.
Su obra ha recibido algunos comentarios sobre la utilización de la Encuesta del Folklore
de 1921, en función de la lejanía de las fuentes utilizadas con el contexto de estudio.
Sin embargo, concordamos con este autor, que los cantos y relatos recopilados en la
Encuesta, fueron recitados por personas mayores a 60 años, lo que la mayoría de los
encuestados fueron testigos directos o indirectos de la cultura política del siglo XIX,
y aún pervivían en ellos muchos de los recelos y opciones políticas propios de ese
siglo. De la Fuente, Ariel. Hijos de Facundo. Caudillos y montoneras provincia de La
Rioja durante el proceso de formación del Estado Nacional Argentino (1853-1870).
Buenos Aires: Prometeo, 2007; p. 157. Además, existen evidencias de que este tipo
de tradiciones circulaban entre los actores contemporáneos, pues las Memorias, los
documentos oiciales y los relatos de viajeros hacen mención a este tipo de tradiciones
orales.

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Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

cantos históricos referidos a la época de Rosas en Tucumán, pues


representan los recuerdos más cercanos de los encuestados con
la época en estudio –y por cierto, los más abundantes– Ellos nos
han permitido comprender –junto con otras fuentes– el recuerdo
sobre hechos, personajes y visiones sobre los procesos políticos
y de militarización experimentados en la primera mitad del siglo
7
XIX, compartidos por diversos sectores sociales.

Dicha información fue recopilada posteriormente a la época


en estudio, pero las referencias, acontecimientos y experiencias
vividas demuestran la pervivencia de recuerdos aún presentes en la
memoria colectiva de los actores o de sus descendientes y, señalan
la pertenencia a un mismo grupo generacional que experimentó
la política y el proceso de militarización de la primera mitad del
8
siglo XIX. En este sentido, el papel de la memoria colectiva
juega un rol esencial a la hora de reconocer los recuerdos de los
acontecimientos políticos y militares o personajes célebres que
subsistieron en la memoria de los actores y que de alguna manera
continuaron inluyendo en sus percepciones políticas y sociales.
7
Para Carlo Ginzburg, las culturas populares son abordables por medio de la aceptación
de una “circularidad entre los niveles culturales”, es decir, la aceptación de una
mutua inluencia e intercambio de patrones culturales entre los sectores dominantes y
subalternos (circulación de conocimientos e ideas de un sector a otro). Ginzburg, Carlo.
El queso y los gusanos. El cosmos según un molinero del siglo XVI. Barcelona: Crítica,
2002.
8
Los aportes de Maurice Halbwachs, permiten comprender la permanencia de
recuerdos en la memoria de los actores que los identiican como un mismo grupo, a
pesar del paso de los años. Por deinición, no excede los límites de ese grupo. Cuando
un período deja de interesar al período que sigue, no es un mismo grupo el que olvida
una parte de su pasado: existen, en realidad dos grupos sucesivos. VER, A. Lasen
Díaz, “Nota de introducción al texto de Maurice Halbwachs, “Memoria colectiva y
memoria históric”, REIS N° 69, 1995. 209-219 [en línea] www.reis.cis.es/REISWeb/
PDF/REIS_069_12.PDF. Mientras Halbawchs enfatiza en la distinción entre
memoria colectiva e historia, análisis posteriores relativos al estudio del
pasado reciente, basado en experiencias traumáticas, han resaltado el lazo
indisoluble entre memoria e historia, donde el discurso escrito es siempre
imagen del pasado “vivo”, como también la función de los “olvidos” y los
“huecos” en la construcción del testimonio. Ver: Ricoeur, Paul. La memoria,
la historia, el pasado. México, FCE, 2004; Carnovale, Vera, Lorenz,
Federico y Pittaluga, Roberto (compiladores) Historia, memoria y fuentes
orales. Buenos Aires: CeDInci editores, 2006, ps. 91-110; Jelin, Elizabeth.
“Testimonios personales, memorias y verdades frente a situaciones límite”,
En: Gayol, Sandra y Madero, Marta. Formas de Historia Cultural. Buenos
Aires: Prometeo, 2007; pp. 373-392.

98 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124


El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

Como airma Beatriz Sarlo, “la narración inscribe la


experiencia en una temporalidad que no es la de su acontecer
(amenazado desde su comienzo por el paso del tiempo y lo
irrepetible) sino la de su recuerdo. La narración también funda
una temporalidad que en cada repetición y en cada variante
9
volvería a actualizarse”.

El relato de sus propias experiencias de vida dentro de este


proceso de militarización, permitieron a estos sectores sociales la
expresión de sus perspectivas y sus desavenencias con el sistema
político. Su análisis, ha dejado traslucir las miradas sobre la
militarización y los cambios políticos del momento.

Las experiencias de militarización

La historiografía argentina ha intentado responder al estudio de


las experiencias de militarización y politización de los sectores
populares en base a sus propias perspectivas: cómo veían los
cambios producidos a lo largo de la primera mitad del siglo XIX,
si estaban politizados, sus experiencias de militarización y las
costumbres o prácticas sociales y culturales -iestas, religiosidad,
tradiciones- que se vieron afectadas a raíz de los cambios
políticos y militares. Como hemos sostenido, la utilización de
fuentes literarias y orales ha planteado a los historiadores nuevos
desafíos metodológicos y nuevos cuestionamientos sobre las
diferentes perspectivas de la historia, que han ido solventándose y
complementándose con otras fuentes de uso más tradicional, pero
que indudablemente han permitido una ampliación del horizonte
histórico e historiográico.
10

En este sentido, los cambios producidos a partir de la


Revolución de Mayo plantearon una nueva experiencia política
en los actores, que fue modiicando con el correr del tiempo los
9
Sarlo, Beatriz. Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Buenos Aires:
Siglo XXI editores, 2005; p. 29.
10
Ejemplos sobre estos enfoques, De la Fuente, Ariel. Hijos de Facundo…cit;
Jaime Peire -compilador- Actores, representación e imaginarios. Homenaje a
François- Xavier Guerra. Buenos Aires: EDUNTREF, 2007.

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Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

conceptos y nociones de soberanía, representación o los poderes


políticos instituidos. En un canto recopilado por Alfonso Carrizo,
se mencionan sucesos que marcaron un punto de inlexión en la
memoria de los actores, en relación con los triunfos obtenidos
por el ejército revolucionario- como el caso de las contiendas
11
en Tucumán y Salta - y la supuesta “deshonra” y sentimiento
de derrota sufridos por el General a cargo del ejército realista,
Pío Tristán. Además, se mencionan en ella los jefes militares
que actuaron decisivamente en dichas batallas incentivando a
la población a su participación: “Ahí te mando, primo, el sable/
No va como yo quisiera/ De Tucumán es la vaina/ Y de Salta, la
12
contera”.

Los personajes que participaron en las citadas batallas eran


Manuel Belgrano y Bernabé Aráoz, ambos encargados de la
organización del ejército y de las milicias. Ambos se destacaban
como los decisivos impulsores de la participación de la población
en las contiendas, en defensa del territorio local:

Los hijos de estas llanuras tienen valor admirable Belgrano,


grande y afable a mí me ha juramentado Y, pues, todo
está acabado. Ahí te mando, primo, el sable. Cada jefe,
testimonio dio de ser un adalid Díaz Vélez, más que el Cid
Rodríguez, como un demonio Aráoz, por patrimonio (…)
y cantan como malditos
13
Que es de Tucumán la vaina y de
Salta, la contera.

11
Las Batallas de Tucumán en 1812 y Salta en 1813, modiicaron la estrategia
militar de los grupos dirigentes revolucionarios de Buenos Aires, en pos de la
defensa de la frontera norte del territorio rioplantense y el freno del avance
realista.
12
Estas glosas parecen remitirse a la respuesta de Pío Tristán, General al
mando del ejército realista, derrotado en las Batallas de Tucumán y Salta a
su primo Goyeneche, narrándole su derrota. En esta carta Goyeneche pedía
a Tristán, le hiciese poner vaina a un sable que le enviaba. La glosa relata la
contestación de Tristán y fue escrita al parecer, luego de la victoria de Salta.
Ver Carrizo Antonio. Cancionero popular de Tucumán. Buenos Aires: Baiocco
y Cía, 1937.
13
Carrizo, Antonio. Cancionero popular de Tucumán. Buenos Aires: Baiocco y Cía,
1937.

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El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

La presencia de Belgrano resulta signiicativa en otro canto


que alude a la capacidad de este jefe para incentivar e identiicar
a la población con la causa de la Revolución en las provincias del
norte: “Manuel me dio una cinta/Belgrano me dio un cordón/ por
14
Manuel doy la vida/ por Belgrano el corazón.”

La experiencia de la guerra y la militarización eran recordadas


también como experiencias caóticas y de constante abastecimiento
y contribución a la causa iniciada contra el enemigo español,
“Desde el día de la Patria/ Nada cuento garantido/ Ni el padre
15
cuenta con hijos/ Ni la mujer con marido.”

Además, las continuas exigencias de la guerra llevaban al


abandono de las labores cotidianas y al sometimiento a una rigurosa
disciplina militar destinada al control de las insubordinaciones o
desobediencias, tal como lo transmitían los versos de aquellos
tiempos.

Desde la Patria se dijo nada contamos seguro


Sólo trabajos y apuros a cada instante nos tienen.
Los comisarios que vienen siempre con rigor nos tratan,
Vacas, caballos y plata, todo nos quieren quitar 16
¡No nos dejan trabajar desde el grito de la Patria!

Las experiencias facciosas

En la primera mitad del siglo XIX, pertenecer a una facción


política determinada suponía lealtad en todos los aspectos de la
vida cotidiana.

14
Legajo 339. Diente de Arado, Santiago del Estero. En: Fernández Latour,
Olga. Cantares históricos de la tradición argentina. Buenos Aires: Instituto de
Investigaciones Folklóricas, 1960; p. 13.
15
Legajo 296. Fiambalá. Catamarca. Informante: Belisario Ferrano, de 64
años en 1921, En: Fernández Latour, Olga. Cantares históricos de la tradición
argentina. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Folklóricas, 1960; p. 9.
16
Fernández Latour, Olga. Cantares históricos de la tradición argentina.
Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Folklóricas, 1960; p. 9.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 101


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

Era considerado sospechoso, todo aquel que pretendiera


“seducir gente” para sus ines políticos y esta atracción de
amigos se observaba no sólo dentro de las relaciones intra- élites
sino también, se constituyó en uno de los pilares claves de las
relaciones con sus subordinados, que también podían llegar a
resistirse, adherirse, o “ser seducidos” por otros sectores que
pretendieran el poder. La lucha facciosa se dispersaba por y hacia
todo el entramado social, en pos de una estabilidad política.

Frecuentemente, los individuos que no formaban parte de las


élites, se enfrentaban a la autoridad, expresaban sus discrepancias
con el poder y utilizaban en el momento justo, un vocabulario
apropiado y conciente de sus cometidos. En un juicio por asesinato
llevado a cabo por el soldado Xavier Salazar encontramos el
testimonio de su padre, que intentaba de todas formas desligarlo
de cualquier culpa, negando la participación y culpabilidad de su
hijo, y poniéndose del lado del gobierno de turno.

José Salazar (…) ante Vsia, digo que hace dos meses que 17
un hijo mío Xavier Salazar anduvo en el ejército del orden
contra mi gusto, y habiendo sido derrotado dicho ejército
por el bando expedido por Vsia […] no se le dio ningún
resguardo y ha resultado que por orden del Sr. General le
han traído preso y se halla en la cárcel pública; yo creo
irmemente que mi hijo no ha dado 18el más mínimo motivo,
que lo haga acreedor de su prisión.

En una causa fechada en 1824, también puede observarse


una situación similar: se acusaba a Leandro Albornoz, por haber
desobedecido al comandante -y alcalde- de la localidad del
“Bañao de Quilmes”. Los testigos declararon que Albornoz había
desconocido la autoridad del superior porque “era puesto por Don
17
Con esta terminología se hace referencia al Ejército formado por el anterior gobierno
de Don Bernabé Aráoz, quien por medio de una revolución efectuada en 1820 entró al
poder e instaló una República de corta duración en Tucumán y en las otras provincias
que formaban parte de la misma jurisdicción, como Catamarca y Santiago.
18
Archivo Histórico de Tucumán (AHT); Archivo Judicial del Crimen (AJC), Tucumán,
Caja 18, Expediente 13, 1823.

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El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

Bernabé, ya derrocado del gobierno y, por esta razón, lo había


19
insultado con “palabras denigrativas de bernabelista”.

En ocasiones, los pobladores se veían sometidos a cierto tipo


de obligaciones con la facción política imperante y podían recibir
castigos si se los advertía simpatizantes de otra facción: este fue
el caso del oicial del Ejército N°1, Don Monico Monzón quien
debía manifestarse a favor del gobierno de Celedonio Gutiérrez
y por lo tanto de la “causa federal” identiicada con el gobierno
de Juan Manuel de Rosas en Buenos Aires. Dicho oicial
20

había reprendido a unos peones del vecino Manuel Osores de la


localidad de Lules por llevar puestas las divisas de los federales
cuando aún éstos no habían triunfado en la provincia.

No obstante, Monzón remarcó que había emitido esas palabras


a los peones de Osores, antes del triunfo de las armas federales en
la provincia y no después como habían señalado varios testigos:

Que le dijo (Monzón) a un peón, dos cuñaditos de Osores


cuando estos se retiraron al monte en tiempos que el ejército
federal se hallaba en las inmediaciones de esta ciudad, dijo
que habiéndoles encontrado (…) vio que tenían la divisa
federal y les dijo, muchachos bárbaros, como se ponen la
divisa federal, todavía no han triunfado las armas federales
aquí (…) están los correntinos y pueden degollarlos”.

Al testigo Jerónimo Medrano, se le preguntó “si es cierto que


después que pasó el ejército federal por la ciudad fueron al monte
el declarante y su hermano”. Medrano respondió que en dicho
lugar habían visto a Monzón y que éste les había dicho: “vos ya
vas cargando divisa, pero yo les enseñaré cómo se carga la divisa.”

Uno de los peones de Osores, Juan de Dios González, también


declaró que las palabras de Monzón fueron dichas después de
la acción en Monte Grande y no antes como airmaba Monzón.
19
Archivo Histórico de Tucumán (AHT); Archivo Judicial del Crimen (AJC), Tucumán,
Caja 18, Expediente 14, 1824.
Archivo Histórico de Tucumán (AHT); Archivo Judicial del Crimen (AJC),
20

Tucumán 1842, Folios. 1-5.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 103


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

Según sus palabras:

[…] después que el ejército federal ya estaba en la ciudad,


el que declara se fue al Monte acompañado de Jerónimo
y Vicente Medrano y que en dicho Monte encontraron a
Monico Monzón con Doña Petrona Palma y que, viéndolos
dicho Monzón al que declara y sus compañeros con divisas
federales que el General Garzón dio al patrón les dijo: ya
habiendo cargado la Federación yo les enseñaré a ustedes
cómo se carga (…) como Monico Monzón era oicial no le
contestaron nada y pasaron adelante.

De acuerdo con estas declaraciones, la discusión en torno a si


Monzón había emitido las palabras referidas al gobierno federal,
21
antes o después de la mencionada batalla de Monte Grande ,
resultaban esenciales para juzgar su persona como contraria
o no a la causa federal, identiicada con el gobierno de Rosas.
Aún siendo Monzón oicial del ejército, había sido reprendido
por haber abusado de su autoridad y ser sospechoso además, de
simpatizar con la facción opositora.

Los relatos encontrados en la Encuesta Nacional del


Folklore, nos muestran recuerdos sobre las experiencias militares
y políticas vividas por la población, como la referencia a líderes
militares que actuaron en las contiendas especialmente ocurridas
durante la época de Rosas en Tucumán. En ellos se observan
posibles exageraciones que pueden provenir de “los juegos de la
memoria”, que selecciona información en base a los recuerdos o
22
a sus convicciones personales o grupales.
21
La Batalla de Famaillá o Monte Grande, se libró el 18 de Septiembre de 1841 y
permitió la derrota deinitiva de la llamada “Coalición del Norte” y el ascenso de
Celedonio Gutiérrez al poder provincial.
22
Para María Clara Medina, la memoria es considerada como un proceso constructivo en
el cual entran en juego diferentes tipos de factores, como lo formal (convencionalidad),
lo social, lo identiicatorio (grupal), lo narrativo (pragmático- discursivo) y la noción de
representación. Las producciones de la memoria -los recuerdos- son representaciones
dinámicas, mutables y contextualizables socio-históricamente, y están compuestos por
una mezcla de información empírica, subjetividad individual (deseos, represiones y
emociones) convenciones sociales y por último, una estructura narrativa, retórica y
emocional, propia del grupo al que pertenece “el que recuerda”. En base a ello, tanto
los “recuerdos”, como los “olvidos” tienen una lógica interna, que subraya aquello
que quiere volver a hacerse presente, en relación con las vivencias pasadas y tomar,
una posición frente a ellos. Medina, María Clara. “La memoria y la reconstrucción
histórica”, Revista de la Junta de Estudios Históricos”. Tucumán, 1999.

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El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

La experiencia del reclutamiento durante la época de Rosas,


puede observarse en algunos relatos en los cuales se hallan
implícitos elementos cargados de emotividad y misticismo,
en la manera en que algunos individuos lograron darse a la
fuga y escapar de la “tiranía” impuesta por Rosas en toda la
Confederación. En la narración, se cuenta la prisión sufrida por
este hombre durante la época de Rosas, los servicios prestados a
dicho gobernador, su posterior fuga y los “cuidados” que debió
atender para no ser tomado como opositor del gobierno, en su
marcha hacia Tucumán.

Contada también por Celina Juárez de Burgos, que le pasó su


padre, Félix Juárez en el año 1838:

[…] Después de 12 años de ausencia en Tucumán, lejos


de su familia y aprovechando el servicio que tenía, salió
a dar de beber a sus caballos […] y emprendió la fuga.
Cuenta que después de muchos días (…) encontró a un
anciano que le dijo: - tenga cuidado amigo, en marchar
lo más lento posible, pues de lo contrario, lo tomarán por
sospecha como contrario del gobierno (…) así lo hizo y
detuvo su marcha en unos huesos de cuerpo humano (…)
hizo una bolsa en una alforja que traía y los guardó allí;
hízole la promesa que si lograba llegar hasta el pueblo,
lo haría enterrar y rezar23 un novenario (…) cumplió su
promesa religiosamente.

En otro relato, se narran las hazañas que debió enfrentar el


General Don Pedro Pascual Castillo en su lucha contra el poder
“tiránico” del gobernador de Buenos Aires y de Gutiérrez en la
24
provincia de Tucumán. La narración fue contada por una mujer
que conocía por medio de su madre, “Doña María Petrona Pavón
de Zelaya”, los sucesos ocurridos durante la época de Rosas
en Tucumán, y también por “algo que ella misma había visto”.
23
Encuesta Nacional del Folklore, 1921. Instituto Nacional de Antropología y
Pensamiento Latinoamericano. Buenos Aires.
24
De Albarracín, Inés C. H. Encuesta Nacional del Folklore, 1921. Instituto Nacional
de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. Buenos Aires, Escuela 234.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 105


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

En la memoria de la relatora, parece haber subsistido la igura


de un líder militar que actuó en contra de las fuerzas federales
en la provincia, el General Pedro Pascual Castillo. Es posible
encontrar exageraciones en la información, como la referencia
a que Castillo derrotó “varias veces” a gobernantes aliados de
Rosas en la provincia y sobre todo a Gutiérrez, el proclamarse
el mismo Castillo como gobernador y la época en que éste
25
realizó las incursiones. Además, la mención de que “su abuelo
lo había escondido por diez años”, defendiéndolo de las fuerzas
federales. Los datos y la caracterización de este líder militar como
“montonero” y “analfabeto”, muestran que la identiicación entre
26
estos dos términos, no era exclusiva de la facción “federal”.

En el momento de confección de esta encuesta, aún


persistían recelos políticos entre los antiguos grupos “unitarios” y
“federales”. Era un pasado aún reciente, que arrastraba tendencias
políticas más acordes con el ideario liberal triunfante después de
Caseros. En este sentido, en los relatos se destaca la presencia
de los grupos facciosos “unitarios” y “federales” y sus continuas
25
Pedro Pascual Castillo, nacido en el departamento de Río Chico, en la campaña
tucumana, realizó varias incursiones en la provincia, pero recién a partir del año 1853,
es decir, durante la última etapa de gobierno de Gutiérrez. En una oportunidad, el
Comandante de Leales, Ramón Rosa Juárez, comunicaba a Gutiérrez “haber tenido
noticia que Castillo está con bastante gente en el Tobar […] marcharemos a pelearle
al indio y hacerle recular hasta la otra provincia donde se asilan todos los enemigos
del gobierno, sabemos también que en el Río Hondo están rehaciéndose para invadir
la provincia”. Archivo Histórico de Tucumán (AHT), S.A. 27 de Enero de 1853, Vol.
75, Fs. 178. También en, S.A. Vol. 75, Fs 186, 212, 216, 217, 321, 372, 379, 385, 441,
577, 1853.
26
El signiicado de “federalismo” fue sufriendo modiicaciones a lo largo de la primera
mitad del siglo XIX. Desde la etapa revolucionaria, los federales eran identiicados por
su defensa de las autonomías provinciales, la oposición al centralismo y la apelación
a lo popular, a la vez que eran asociados a la anarquía y a la ingobernabilidad. Una
vez derrocado el poder central por las fuerzas federales del Litoral en 1820, comenzó
a desplazarse la imagen del federalismo hacia otra que lo presentaba como una
alternativa más de organización constitucional, opuesta a la centralista y unitaria. Sin
embargo, el ascenso de Rosas fue identiicando el federalismo como un partido, en
oposición al “unitarismo”. El avance del Estado Nacional –y federal– encontró ciertas
resistencias en algunas provincias, que en nombre del federalismo buscaron limitar su
avance. Esta última imagen asumió, en este nuevo contexto, los mismos rasgos que
habían identiicado en la etapa anterior, a los unitarios con la “barbarie” y la “tiranía”.
Ternavasio, Marcela. Prólogo. Claves del Bicentenario. El pensamiento de los federales.
Buenos Aires: Editorial El Ateneo, 2009, ps.10-11.

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El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

luchas por el poder político a nivel local. Al igual que en los


cantos, prevalecen las identiicaciones con el grupo “unitario”, es
decir, con la facción política opuesta al poder de Rosas liderado
desde Buenos Aires. En un relato referido a un conlicto en la
27
localidad de Monteros, se menciona la manera en que toda la
población del lugar estuvo acuciada por el avance de los federales,
comúnmente denominados “mazorqueros”, que provocaban toda
clase de destrucciones, “vandalismos” y muertes. Asimismo, se
menciona la invasión del “Chacho Peñaloza” a la provincia, quien
28
habría generado varios tumultos, recordados por la población.

En general, la entrada de los “federales” a la provincia,


era recordada como un período negativo. En este sentido, cabe
mencionar el mal recuerdo dejado en la memoria tucumana ante la
entrada de Quiroga en la provincia en el año 1831 y la imposición
de Heredia como Gobernador.

En las fuentes referidas a la provincia de Tucumán, se observa


una tendencia a denunciar los abusos y horrores sufridos durante
la época de Rosas. Es decir, la identidad con la facción “unitaria”-
y luego liberal- prevaleció sobre la federal. Ello probablemente
tendría relación con los idearios liberales difundidos a raíz del
proceso de organización nacional. De los treinta y cuatro cantos
y relatos referidos especíicamente a líderes políticos y militares
y acontecimientos políticos sucedidos en Tucumán, veinticinco
se reieren a batallas o sucesos producidos contra los “federales”,
ensalzando las iguras de Lamadrid, Crisóstomo Álvarez o Marco
Avellaneda. El gobernador Gutiérrez, representa el único “federal”
29
al que dedican glosas a favor y en contra de su persona. Los
líderes que se mencionan con una clara intención reprobadora son
27
Riarte de Palomares, Felisa. Encuesta Nacional del Folklore, 1921. Instituto
Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. Buenos Aires,
Escuela 265.
28
Las fuentes muestran varias revueltas lideradas por “el Chacho” (Peñaloza) en
Tucumán y en otras provincias, junto a los denominados “unitarios”, durante la década
de 1840. AHT, S.A., Vol. 59, 1843, Fs. 77 y S.A., Vol. 68, 1849, Fs. 10. Es de destacar
que el “Chacho” en este período de gobierno de Celedonio Gutiérrez, es identiicado
con la facción “unitaria”.
29
Las glosas sobre Gutiérrez fueron analizadas en el capítulo IV.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 107


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

Juan Manuel de Rosas –salvo en escasas excepciones– Facundo


Quiroga, Manuel Oribe y el “Chacho” Peñaloza.

Dicha tendencia resulta signiicativamente diferente a la


encontrada en los relatos referidos a La Rioja, donde el marcado
federalismo liderado por caudillos como Facundo Quiroga o
el Chacho Peñaloza, se encuentra plasmado en la información
30
recopilada y sirve como eje articulador de la identidad partidaria.

El comienzo del proceso de organización nacional, fue


marcando notablemente en la memoria individual y colectiva
de los actores, los recuerdos de personajes políticos que jugaron
un rol signiicativo contra la facción “federal”, cuyo máximo
31
exponente era Juan Manuel de Rosas. Ello lleva a reconocer que,
en el momento de confección de la Encuesta, aún persistían en la
memoria de los actores estos recelos políticos que se traducirían
luego, dentro del ámbito historiográico, en la elaboración de la
versión histórica revisionista ensalzando la igura del General
Rosas.

Así, las facciones políticas en Tucumán habrían estado


basadas en el personalismo de sus líderes y en la relación
emocional e intercambios recíprocos con sus subordinados. Ello
habría sido posible debido a las diferentes signiicaciones que
fueron adquiriendo los vocablos “unitario” y “federal” en base a
las facciones políticas hegemónicas y a la relación política amigo/
enemigo existente en un contexto dado.
30
De la Fuente, Ariel. Hijos de Facundo; p. 252. Una reseña al libro de la Fuente
realizada por Seth Meisel, señala que el autor ha realizado un pormenorizado análisis
del federalismo riojano como una visión muy personalista de la política, que unía
el vínculo emocional de los campesinos con sus líderes y caudillos militares, como
Facundo Quiroga o el Chacho Peñaloza. Sin embargo, su análisis no deja claro el
fracaso del federalismo en la institucionalización del poder en las cuatro décadas de
dominación en la provincia riojana, corriendo el riesgo de romantizar el movimiento.
VER, Seth Meisel, “De la Fuente Ariel, Children of Facundo. Caudillo and Gaucho
insurgency during the Argentine State-formation Process (La Rioja, 1853-1870)”
Hispanic Americal Historical Review, 83, 4, November 2003.
31
Esta última acepción de los federales sería la que probablemente se referían las glosas
y relatos encontrados en la Encuesta para la provincia de Tucumán, difundida por la
ideología liberal post-rosista. Es decir, la que asimilaba lo “federal” a lo “bárbaro”,
“salvaje” y “tiránico”, contraria a la causa “nacional”.

108 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124


El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

Las experiencias de guerra

¿Cuáles fueron las experiencias de guerra de los sectores


populares? ¿Cuáles fueron sus propias visiones sobre el proceso
de militarización de la sociedad luego de la lucha independentista?
Para aclarar esta cuestión, las fuentes de tradición oral contribuyen
una vez más a la comprensión de la misma.

Los cantos recopilados en la Encuesta de 1921, proporcionan


datos sobre las experiencias de guerra y militarización de estos
sectores sociales como las desventuras que debieron enfrentar los
antiguos soldados que habían actuado en la etapa revolucionaria.
En una poesía recitada por un hombre de 97 años, se observa
la intención del autor de destacar la situación de los soldados
que habían participado en las contiendas militares sucedidas
durante la época de la Revolución y la condición miserable en
que se encontraban. Ellos pues, eran merecedores de compasión y
apego, al encontrárseles en las calles peticionando “una limosna,
32
por Dios”.

La militarización experimentada en estos años era recordada


como un período adverso para muchos de los que participaron en
él, tanto para la tropa como para los oiciales. Además, se destacaba
la situación de miseria y engaños en que habían desembocado los
sectores más pobres, en pos del enriquecimiento y grandeza de los
más poderosos que habían alcanzado la grandeza y gloria militar.

A ines del siglo XIX, la percepción de la guerra y la


experiencia militar a la que se vio sometida la población en general,
eran poco alentadoras y evidenciaban el grado de destrucción y
pobreza de todos los testigos de esas experiencias, en especial
de los sectores más bajos de la escala social. La sensación de
haber experimentado pocos cambios y estar sometido a duras
exigencias, quedó plasmada en la percepción sobre la guerra y en
los pocos incentivos otorgados a los sectores sociales más bajos
32
Brusín, Elvira. Encuesta Nacional del Folklore, 1921. Instituto Nacional de
Antropología y Pensamiento Latinoamericano. Buenos Aires, Escuela nº 2, La narró
Donato Baruega, de 97 años.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 109


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

que habían sido los más perjudicados después de su servicio a la


causa de la “Patria”.

Se han cambiado las personas, la situación es lo mismo.


(…) La guerra es contra el pobre porque no tiene descanso,
tiene que vivir descalzo porque no merece un cobre. (…)
Van marchando como quiera por medio del patriotismo
haciendo dos mil perjuicios con leyes adulteradas33
pero
adonde nos demandan, la situación es lo mismo.

El balance luego de la experiencia de la guerra y la


militarización, ponía en relieve la situación de los “más pobres” y
las injusticias cometidas por los gobiernos decimonónicos:

Quisiera que diga el orbe y todos los gobernantes que


la soga más tirante la han de poner para el pobre. (…) A
ines de este siglo, ha reinado la malicia, 34
va siguiendo la
injusticia abrazando el mundo entero […].

En otras glosas, un capitán de milicias se quejaba de los


pocos incentivos que había logrado durante su servicio dentro del
35
ejército:

Veintiún años hi servido de Capitán de milicia ni de


lienzo una camisa en mi vida he merecido. (…) Como
peón jornalero, veintiún años hi servido. También el año
cuarenta marchamos a Tucumán no36 merecí un piazo i pan
como que a Dios daré cuenta […].

33
Fernández Latour, Olga Cantares históricos de la tradición argentina. Buenos
Aires: Instituto de Investigaciones Folklóricas, 1960; p. 25.
34
Legajo 12, Malbrán, Santiago del Estero. Informante: Jesús María Alcorta de 50 años,
en 1921. En: Fernández Latour, Olga. Cantares históricos de la tradición argentina.
Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Folklóricas, 1960; p. 25.
35
Carne, ropa y trabajo, remuneración en dinero, eran las motivaciones de los gauchos
para seguir a los caudillos. También, a largo plazo, se buscaba protección u otras formas
cotidianas de clientelismo y por la identiicación cultural, personal y partidaria existente
entre los gauchos y el caudillo. De la Fuente, Ariel. Hijos de Facundo. p. 280.
36
Encuesta…cit, Legajo 135, El Quimil, Tucumán. Poesía cantada por Enrique
Ordóñez, natural de Santiago, de 70 años. Alfonso Carrizo también la oyó cantar a
otros cantores tucumanos. Fernández Latour, Olga. Cantares históricos de la tradición
argentina. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Folklóricas, 1960.

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El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

Por último, un periódico local de la década de 1870, revelaba


la situación vivida por el soldado de línea por aquellos años, quien
luego de tantas luchas ofrecidas a favor de la defensa de la Patria,
era usualmente desconsiderado y menospreciado por el resto de la
37
sociedad, que lo consideraba como un mendigo o posible criminal.
Así, el soldado representaba un individuo de mala reputación y su
destino seguro era la pobreza, la mendicidad o la muerte: “el soldado
de línea de la República es una cosa que se utiliza mientras falta,
después que pasó ese momento, es un hombre sospechoso, que
se vuelve insociable, que pertenece sólo a su cuartel, donde está
clasiicado al lado de los criminales”. Según el relato, muchos de estos
soldados vagaban por las calles en busca de alguna limosna, inválida
y digna de sentimientos de lástima y compasión. En deinitiva, las
experiencias y recuerdos de la militarización, mostraban escasas
retribuciones a largo plazo, como también exiguos reconocimientos
por las labores ofrecidas a la defensa de la “Patria”.

La identiicación con la(s) Patria(s)

Desde sus inicios, el proceso revolucionario rioplatense enfrentó


necesidades y alternativas en base al campo de acción heredado por las
sociedades tardo- coloniales. Esto impulsó a las élites a la necesidad de
formular un proyecto basado en criterios y prácticas políticas orientadas
a la difusión de los ideales revolucionarios y republicanos, por medio de
la implementación de diversos mecanismos que permitieron la difusión
de los rituales cívicos. En este sentido, las ceremonias constituyeron
una de las formas más tradicionales de vivir lo político y sirvieron a
las élites dirigentes revolucionarias como canal privilegiado para la
38
difusión de mensajes vinculados a la nueva legitimidad política.
37
El Nacionalista, Tucumán,7 de Abril, 1870, Número 48.
38
Sobre el papel de las ceremonias podemos citar, entre otros trabajos, Garavaglia, Juan
Carlos. “El teatro del poder: ceremonias, conlictos y tensiones en el Estado colonia”,
en Boletín de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 3º Serie, Nº 14,
Buenos Aires, 1996, pp.7-30 ; Juan Carlos Garavaglia, “A la Nación por la iesta: Las
iestas mayas en el origen de la Nación en el Plata”, en Boletín del Instituto de Historia
Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 3ª Serie, Nº 22, Buenos Aires, 2ª semestre
de 2000, pp. 73-100; Silvina Correa, “Notas sobre representaciones, cultura política y
ceremonias cívicas. Tucumán 1812-1820”, en Irene García de Saltor, y Cristina del
Carmen López, Representaciones, sociedad y política en los Pueblos de la República.
Primera mitad del siglo XIX., Tucumán, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad
Nacional de Tucumán, 2005, ps. 325-341.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 111


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

En el caso del patriotismo criollo, desde el siglo XVII fue


fortaleciéndose una identidad propia diferente a la Monarquía
39
española. A lo largo de los años, se fue construyendo un discurso
jurídico que argumentó a favor de los criollos la ocupación de
oicios públicos y magistraturas en América.
40

¿Existió algún tipo de identiicación de los sectores populares


con las sucesivas guerras en las cuales debieron participar?; ¿Por
qué o en nombre de qué pelearon?; ¿Qué concepto -o conceptos-
de “patria” tenían y con cuáles se identiicaban y justiicaban su
participación en las guerras?

La historiografía reciente se encuentra analizando la cuestión


del impacto de las guerras de independencia y la militarización
en la conformación de las identidades políticas más amplias que
41
las estrictamente locales. Dentro de estos análisis, los estudios
de caso se han vuelto imprescindibles para la comprensión de
39
Para el caso español, el concepto de Patria también sufrió modiicaciones que fueron
desde su primera identiicación con el territorio de origen a las acepciones que la
identiicaban con los “sentimientos nacionales”, la progresiva militarización de su
signiicado como consecuencia de la apropiación del sentimiento patriótico por parte
de un sector del ejército y su relación con algunas gestas bélicas de gran resonancia
popular, origen del patriotismo lírico- marchas, coplas, zarzuelas- y la identiicación de
Patria con la Monarquía y el Catolicismo, Fernández, Javier y Fuentes, Juan Francisco.
Diccionario político y social del siglo XIX español. Madrid, Alianza, 2003, ps. 512-523.
40
A través de una serie de textos centrados en el caso mexicano, Carlos Garriga analiza
cómo la condición natural de un criollo, otorgaba un derecho preferente para el acceso
a las magistraturas en América, basada en la excepcionalidad natural de la geografía
americana. En tal sentido, América se construyó como la patria común de los españoles
americanos. VER Carlos Garriga, “El patriotismo criollo en Nueva España y México”,
en Clara García Ayluardo y Francisco J. Sales Heredia, -editores- Relexiones en
torno a los centenarios: Los tiempos de la independencia. México, Fundación 2010.
Conmemoraciones, Centro de Estudios Sociales y de la opinión pública, 2008, ps. 45-
82.
41
Para citar algunos, Thibaud, Clement, “Formas de guerra y mutación del Ejército
durante la guerra de independencia en Colombia y Venezuela, en Jaime Rodríguez
-coordinador- Revolución, Independencia y las nuevas naciones en América. Madrid,
Fundación Mapfre/ Tavera, 2005; Raúl Fradkin, ¿Y el pueblo dónde está? Contribuciones
para una historia política popular de la Revolución de Independencia en el Río de
la Plata. Buenos Aires, Prometeo, 2008; Raúl Frankin y Jorge Gelman, Desafíos al
Orden. Política y sociedades rurales durante la Revolución de Independencia. Rosario,
Prohistoria ediciones, 2008; Gabriel Di Meglio, ¡Viva el bajo pueblo! La plebe urbana
en Buenos Aires y la política entre la Revolución de Mayo y el Rosismo. Buenos Aires:
Prometeo, 2006.

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El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

las identiicaciones de los espacios locales con los gobiernos


revolucionarios a partir de las críticas coyunturas políticas y
42
militares que debieron afrontar en sus territorios.

Para Tucumán, la identiicación con la guerra de independencia


y el incremento de la participación de la población en las
contribuciones y el ámbito militar, se acentuó a partir de 1812
con la batalla de Tucumán y la posterior presencia del Ejército
Auxiliar del Perú en la provincia desde 1815 hasta 1819.

En cuanto a las identiicaciones que los sectores populares


adoptaron con la causa perseguida, podemos decir que éstas eran
en primera medida, más acordes con el lugar de nacimiento o
residencia de ellos o sus familias, con el cual se identiicaban
43
y actuaban en defensa de sus patrimonios. Previo al proceso
revolucionario, resultó difícil –al menos en el caso tucumano– la
identiicación de la población en general con las batallas libradas
en espacios ajenos a su jurisdicción, manifestando resistencia a
las mismas, sumado a la ausencia de consenso y negociación con
las autoridades gubernamentales o jefes militares.

Para Di Meglio, la “Patria” conservó durante el siglo XIX


la identiicación con el lugar de pertenencia u origen de una
persona o grupo social, acepción que perduraba desde los tiempos
coloniales. A la vez, también fue gestándose una noción de patria
con un contenido espacial y social más amplio, así como una
directa referencia sentimental, principalmente desde el proceso
44
revolucionario y la disolución del Virreinato del Río de La Plata.
42
Para Sara Mata y Beatriz Bragoni los años 1814 y 1815 fueron esenciales para el
fortalecimiento de las identiicaciones políticas de espacios locales como Salta y Cuyo,
con la causa revolucionaria dirigida desde Buenos Aires, por una serie de situaciones
críticas que llevaron a apoyar e incentivar la participación de la población en la guerra
y la militarización, ante el eminente avance realista. Mata, Sara y Bragoni, Beatriz
“Militarización e identidades políticas en la revolución rioplatense”, Anuario de
Estudios Americanos, 65, 1, Sevilla- España; Enero- Junio 2007, ps. 221-256.
43
Para Hobsbawm, la pertenencia a algún grupo humano es siempre cuestión de
contexto y deinición social. Hobsbawm, Eric Identidad, RIFP, Nº 3, 1994, pp. 5-17.
44
Di Meglio, Gabriel. “Patria”. En: Goldman, Noemí (editora). Lenguaje y revolución.
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2008. ps. 115-129.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 113


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

En este sentido, la difusión de la liturgia revolucionaria a través


de las iestas cívicas y religiosas y las conmemoraciones públicas,
adquirió un papel signiicativo a la hora de trasmitir los valores
y deberes patrios. Los primeros gobiernos revolucionarios se
encargaron de difundir en iestas y conmemoraciones públicas, la
identiicación de la causa revolucionaria con la causa de la Patria,
45
obteniendo un gran apoyo popular.

Como ha señalado Francois Xavier Guerra, las élites


intelectuales fueron las encargadas de exaltar los sentimientos
e identiicaciones con la Patria, fundados en las experiencias
e historias comunes de toda la población durante las guerras
de independencia y la identiicación de amplios sectores de la
población con una causa más amplia, es decir, por encima de las
46
identidades locales rurales y urbanas.

Pese a los cambios introducidos a partir de la Revolución y la


identiicación de la misma con la causa de la “patria”, en algunas
ailiaciones de los soldados reclutados puede observarse que
interpretaban el concepto de patria como el de su lugar de origen
o residencia que en ocasiones, se circunscribía a una localidad
especíica dentro de la jurisdicción.
47

En las peticiones de derechos derivados de la participación


militar, solicitadas por miembros de la oicialidad y de la tropa,
usualmente se mencionaba el servicio prestado a la “Patria” como

45
Di Meglio, Gabriel, “Las palabras de Manul. La plebe porteña y la política en los
años revolucionarios”, En Fradkin, Raúl ¿Y el pueblo dónde está? Contribuciones para
una historia política popular de la Revolución de Independencia en el Río de La Plata.
Buenos Aires: Prometeo, 2008. p. 92.
46
Guerra, François Xavier. “Las mutaciones de la identidad política en la América
Hispana”. En Annino, Antonio, Dusek, Von y Guerra, François Xavier (coordinadores).
Inventando la Nación: Iberomérica en el siglo XIX. México: FCE, 2003, pp. 185-220.
47
Como consecuencia de la deserción del tambor Avelino Palacios, se procedió a una
iliación para su reconocimiento: él mismo expresó su pertenencia al batallón de cívicos
de Córdoba, su “Patria” Buenos Aires, de 20 años, color blanco, ojos pardos, lampiño,
boca grande pelo negro crespo y hoyoso de viruelas. Archivo Histórico de Tucumán
(AHT) S.A., Vol. 60, Fs. 468, 1844; o la iliación del soldado José Ignacio Ramos, hijo
de padre no conocido y Lorenza Ramos; natural del Potrero, de la Provincia de Salta,
asesinado en su “Patria” a la edad de 17 años. AHT, S.A. Vol. 47, 1837, Fs. 252.

114 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124


El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

justiicativo para obtener la retribución que consideraban justa.


48

En estas peticiones, se alude a la “Patria” como causa política a


la cual había servido. En 1821, el teniente Don Antonio Correa
solicitaba al gobierno de Tucumán un terreno por sus servicios
militares, justiicando su actuación en el ejército desde la época
de la independencia. Según su testimonio, donde “el pueblo de
Buenos Aires” había instalado la “Patria”, él había servido como
maestranza, componiendo los cañones del ejército y sin recibir
sueldo alguno. Esta razón lo llevaba a solicitar unas cuadras de
tierras baldías, como retribución a sus labores efectuadas años
49
atrás. Con este ejemplo, también es posible observar la alusión a
la “Patria” como causa o ideal político identiicado con el gobierno
revolucionario de Buenos Aires y la alusión a un territorio más
amplio que el lugar de origen o pertenencia.

El servicio a la “Nación” –identiicado con la “Patria” –


50

también era mencionado por un soldado cívico en 1827, para


solicitar las retribuciones correspondientes por haber sido herido
51
en un combate.

En dos poesías anónimas halladas en el Archivo General de


la Nación, también hemos podido percibir la presencia de las dos
48
Por ejemplo, el soldado Manuel Salgado del primer batallón del regimiento N° 6, al
solicitar la baja por invalidez, expresó al General Belgrano: “que en la acción de Salta,
del día 20 de Febrero, salí herido de la pierna derecha, imposibilitado para el servicio
de la Patria”. Archivo General de la Nación (AGN), Sección Ejército Auxiliar del Perú,
3-10-3.
49
Archivo Histórico de Tucumán (AHT), S.A., Vol. 28, Fs. 221. 1821.
50
En un análisis centrado en los usos del término Nación en el lenguaje político de la primera
mitad del siglo XIX, Chiaramonte señala que a mediados del siglo XVIII el término Nación
tenía diversos signiicados. Por un lado, remitía al lugar de origen o pertenencia, por otro,
a una población caracterizada por una serie de rasgos étnicos y por último, para designar
poblaciones que respondían a un mismo poder y las mismas leyes. Si bien con la Revolución
de Mayo subsistieron los dos usos de nación, el étnico y el político, éste último fue cobrando
mayor relevancia, hasta la conjunción de ambos usos en uno solo, en el llamado principio de
nacionalidades, paralelamente al desarrollo del Romanticismo. Chiaramonte, Juan Carlos.
Nación y Estado en Iberoamérica. El lenguaje político en los tiempos de la Independencia.
Buenos Aires: Sudamericana, 2004, p. 50; Souto, Nora, y Wasserman, Fabio “Nación”, En
Goldman, Noemí. Lenguaje y revolución. Conceptos políticos clave en el Río de La Plata,
1750-185. Buenos Aires: Prometeo, 2008. pp83-98.
51
Archivo Histórico de Tucumán (AHT) Soldado del batallón de cívicos, Raimundo
Molina Tucumán, 27 de marzo de 1827. S.A., Vol. 33, Fs. 108, 1827.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 115


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

acepciones del término Patria a que nos hemos estado reiriendo: la


primera, hallada en los legajos del año 1812 del Ejército Auxiliar
del Perú, fue realizada muy posiblemente luego de la Batalla de
Tucumán. Ella alude a la noción de Patria como identidad local y
a la vez, a la Patria como ideal o causa a perseguir para libertarse
de la “opresión”:

Que Viva la Patria bravos oiciales paisanos y tropa guerreros


marciales. Viva Nuestra Patria no ya con opresión y ella sólo ocupe
nuestro corazón. Que viva eternamente paisanos y hermanos, los del
52
Tucumán cantemos unidos nuestra libertad.

La segunda, encontrada en los legajos correspondientes al


año 1813, alude a la “Patria” referida mas bien al lugar de origen,
es decir, al abandono del territorio propio para marchar junto
al ejército a defender la causa revolucionaria. Sin embargo, la
existencia de la “patria chica” dependía de la libertad de la “patria
grande”, es decir, se estaba construyendo una idea de patria como
53
causa, no solo como territorio.

Además de la defensa del territorio “de origen”, también


existió la asimilación del concepto de “patria” con un signiicado
más amplio, gestado desde la Revolución de Mayo. Era la Patria
la que pedía bienes y servicios para la guerra, la que llamaba,
la causa que se debía defender y que constituía el principio de
54
identidad colectiva por excelencia luego de la Revolución.
Por lo tanto, esta Patria sugería un territorio más amplio que el
estrictamente local.

52
Archivo General de la Nación (AGN). Ejército Auxiliar del Perú, 3-10-4, 1812.
53
“Adiós mi Patria querida/ Yo os prometo con verdad/ Defender la libertad/ Aunque
me cueste la vida”. Despedida de soldados que han caminado a Potosí. Archivo General
de la Nación (AGN). Ejército Auxiliar del Perú, 3-10-5, 1813.
54
Di Meglio, Gabriel. ¡Viva el bajo pueblo! La plebe urbana en Buenos Aires y la
política entre la Revolución de Mayo y el Rosismo. Buenos Aires, Prometeo, 2006; pp.
119-20.

116 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124


El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

La “Patria” también era concebida como sinónimo de libertad


55
una vez iniciado el proceso revolucionario.

En un sumario iniciado a pedido del gobernador Heredia para


el esclarecimiento de una acusación contra el capitán de batallón
de boltíjeros Don Gervasio Paz, se le preguntó a un testigo la
causa de la agresión efectuada por el oicial. Éste expresó que
el sargento, luego de haber sido insultado por el capitán, había
contestado que él “no era un guacho del ajo, sino un hombre mejor
56
que él porque había servido a la Patria”. Aquí también el término
“Patria” a que hacía alusión el sargento, no era precisamente el
lugar de origen sino la defensa de una causa reconocible que había
defendido y servido durante muchos años, y cómo esta misma
servía como justiicativo para enfrentarse a su superior y defender
su posición y su honor, tras el insulto.
57
Ésta “Patria militarizada” a la cual se debía defender y
estar pronto para combatir en los regimientos y batallones, era
usualmente insinuada en las arengas y bandos pronunciados por
los jefes militares, en los discursos y decretos de las autoridades
gubernamentales y en las “exhortaciones” de los intermediarios.
Además, como hemos visto, se remitía a los servicios prestados
a la causa de la “Patria” en las peticiones de los cabos, sargentos
o soldados efectuadas al gobierno y en los cantos recitados en
diferentes ámbitos. De esta forma puede airmarse que en lo
concreto, estos sectores pelearon en defensa de sus territorios más
58
cercanos a su lugar de origen y de sus bienes o familias , pero
también en defensa de un territorio mayor, que podía disgregarse
si no tomaban parte en la lucha a la cual eran convocados.
55
Para el caso de las milicias rurales salteñas durante la época de Güemes, la “Patria”
era la tierra donde habían nacido, y por lo tanto debían defender. A su vez, era sinónimo
de libertad, no sólo para la plebe movilizada, sino también para los ilustrados dirigentes
criollos y representaba la posibilidad de reconocimiento, ascenso social o reivindicación
de derechos. Mata, Sara “Conlicto social, militarización y poder en salta durante el
Gobierno de Martín Miguel de Güemes”, En: Herrero, Fabián Revolución. Políticas
e ideas en el Río de La Plata durante la década de 1810. Buenos Aires: Ediciones
cooperativas, 2004, pp. 145-146.
56
Archivo Histórico de Tucumán (AHT), Vol. 51, Fs. 83, 1838.
57
Noción de Patria utilizada por Javier Fernández Sebastián y Juan Francisco Fuentes.
58
Lo cual explicaría su resistencia a intervenir en territorios considerados ajenos a su
jurisdicción.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 117


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

Es decir, esta acepción de “Patria” como la causa política


a defender, era conocida y apropiada por los miembros de las
tropas. Sin embargo, pudieron identiicarse con la misma siempre
y cuando los sectores dirigentes cumplieran las promesas y
concesiones que las tropas consideraban legítimas. De tal forma,
las tropas recurrieron a la retórica de la “Patria” toda vez que
la consideraron necesaria la defensa de sus propios intereses y
“derechos”.

CONCLUSIONES

El estudio de las experiencias de militarización de los sectores


populares, nos muestra que las mismas resultaron generalmente
negativas debido a los constantes reclutamientos, gastos,
contribuciones y pérdidas materiales que debieron afrontar dichos
actores. No obstante, su identiicación con las causas políticas y
la defensa de la “Patria”, sirvieron como justiicativo para generar
la necesaria conexión entre los objetivos políticos de las élites
dirigentes y los suyos propios, siempre y cuando los primeros
elaboraran estrategias efectivas para incorporarlos a sus ilas -que
lógicamente implicaron la implementación de políticas basadas
en consensos y negociaciones con los sectores populares.

En general, las experiencias de militarización manifestaban la


desilusión y el desánimo de los actores y las escasas retribuciones
conferidas sobre todo a los estratos inferiores de la sociedad. Además,
dichas experiencias expresadas en los cantos y narraciones, también
dejaron entrever las relaciones de lealtad y seguimiento hacia los
jefes y líderes militares, basadas en el cumplimiento de promesas y
garantías que aseguraban el seguimiento y la identiicación con los
líderes y facciones imperantes.

Las facciones políticas frecuentemente utilizaban las


mismas prácticas de adhesión para asegurar el seguimiento de
sus subordinados. Tal como se advierte en los cantos y relatos
de la tradición oral y en los expedientes judiciales analizados,
se vislumbra una mayor identiicación con la facción política

118 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124


El Proceso de Militarización en Tucumán Durante la Primera Mitad del Siglo
Historia
XIX: Experiencias e Identidades de Y MEMORIA
los Sectores Populares

“unitaria” concordante con los principios liberales difundidos


después de Caseros. Ello nos permitió pensar en el recuerdo e
identiicación de los actores con esta facción política y, a la vez,
considerar que el seguimiento a estas facciones no sólo dependía
59
de las estrategias políticas perpetradas por cada una de ellas ,
sino de las identiicaciones de los actores con los líderes y
caudillos, en base al uso del poder y la autoridad de éstos, como
al cumplimiento de retribuciones para las tropas.

El conjunto de valores, sentimientos, creencias y actitudes que


constituyeron la cultura política, pudo expresarse en las diferentes
formas en que los actores -en este caso, los sectores populares-
interpretaron lo “político”, por medio de su identiicación con las
causas ideadas desde los ámbitos de poder, que en muchos casos
llevó a modiicar los objetivos de los sectores dominantes, en función
de sus propias experiencias de guerra e intereses puestos en juego.

Las intenciones e intereses políticos emanados desde las


élites, fueron de alguna manera resigniicados por los sectores
populares al identiicarse con la causa de la Patria, en función de
sus intereses y experiencias vividas. A partir de la Revolución,
la “Patria” no sólo era el lugar de origen o nacimiento, sino la
causa política a la cual se debía defender y a la cual podía apelarse
cuando los derechos y retribuciones implícitos en el reclutamiento
no estuvieron considerados.
60
Los sectores populares supieron elaborar “tácticas” y todo
61
tipo de “resistencias ocultas” que aseguraron su inserción
59
Los mismos fueron frecuentemente intercambiables de acuerdo al sector
social hegemónico en cada contexto político.
60
Para Michel de Certeau, la estrategia supone un espacio propio y un acto racional en
el individuo que la lleva a cabo. La táctica, se reiere al cálculo que no puede contar con
un lugar propio, sino que depende del tiempo, necesita jugar con los acontecimientos
para hacer de ellos “ocasiones”. Michel de Certeau, La invención de lo cotidiano, I.
Artes de hacer, México, Universidad Iberoamericana, 1996, p. 54
61
De acuerdo con James Scott, existen otros tipos de “resistencias ocultas” que recurren
a formas indirectas de expresión, como el chisme, el rumor, los cuentos populares,
el refunfuño. Ellos conforman la llamada “infrapolítica”, responsable de construir
los cimientos de las posteriores acciones políticas más complejas. Scott, James. Los
dominados y el arte de la resistencia. México: Era, 2000; pp. 218-37.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124 119


Historia Y MEMORIA
Marisa Davio

dentro del proceso de militarización y la política del momento,


en base a sus necesidades y expectativas. Pese a la coerción y
compulsión a la que estuvieron sometidos, también pudieron
expresar sus desavenencias y resistencias, peticionar “derechos”
y concesiones, como identiicarse con la causa política y militar
a seguir. De acuerdo con ello, asistieron a la construcción de una
cultura política desde sus propias experiencias físicas, materiales
62
y simbólicas.

En deinitiva, la cultura política de la primera mitad del


siglo XIX experimentó un cambio signiicativo desde el proceso
revolucionario, basado en la aparición y participación en el
espacio público de sectores populares de manera inédita por su
magnitud, extensión y compromiso con la causa política.

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124 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 93 - 124


INDEPENDENCIA, HISTORIA Y
DERECHO
1
Jorge Tomás Uribe Ángel
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

Recepción: 15/08/2010
Evaluación: 06/10/2010
Aceptación: 05/05/2011
Artículo de reflexión

RESUMEN

El artículo, dentro del paradigma de la modernidad/colonialidad,


empieza por indagar el signiicado que asumió la historia para la
generación de Independencia y se remonta a examinar el papel que
le correspondió a la tendencia de los llamados constitucionalistas
históricos en los reclamos que formularon los criollos como
respuesta a la crisis suscitada en España a partir de 1808. Subraya
el culto de los criollos hacia la legalidad, y recoge la tradición
constitucional colombiana, la cual se inscribe, como en el resto
de Latinoamérica, en la falta de compromiso con la historia y
en la adopción de modelos provenientes de otras latitudes,
especialmente de Francia y de Estados Unidos. Finalmente
se plantea una relexión acerca de la posible adopción de una
“colonialidad del recordar”.

Palabras Clave: Paradigma, modernidad, colonialidad,


historia, criollos, constitucionalidad, colonialidad del recordar.
1
Doctor en Ciencias de la Educación. Universidad Pedagógica y Tecnológica de
Colombia. Magíster en Investigación Interdisciplinaria de la Universidad Distrital
“Francisco José de Caldas”. Derecho de la Pontiicia Universidad Javeriana.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 125 - 143 125
Jorge Tomás
Historia Uribe Ángel
Y MEMORIA

INDEPENDENCE, HISTORY AND LAW

Jorge Tomás Uribe Ángel


Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

ABSTRACT

The article, within the paradigm of colonial modernity, begins to


investigate the signiicance of history taking for the generation of
Independence and goes back to examine the role that corresponded
to the trend of so-called historical constitutional claims raised in
the Creole in response to the crisis created in Spain since 1808.
Emphasizes the worship of the natives to the law, and includes
the Colombian constitutional tradition, which is inscribed, as in
the rest of Latin America, lack of commitment to history and the
adoption of models from elsewhere, especially France and the
United States. Finally, a relection on the possible adoption of the
“coloniality of remembering.”

Keywords: paradigm, modernity, colonialism, history,


creoles, constitutionality, coloniality of recall.

INTRODUCCIÓN

Esta relexión comienza a indagar en el signiicado que asumió la


historia para la dirigencia criolla del estamento criollo de Santafé
que participó en el proceso de Independencia hasta la declaratoria
del 20 de julio de 1810, se enmarca dentro del paradigma de la
modernidad colonialidad, y culmina con un análisis acerca de
la posibilidad de partir, cada vez que se anuncia la instauración
de un orden nuevo, de empezar otra vez sin tener en cuenta el
compromiso con la historia.

Se pretende, de esa manera, señalar el comienzo de una


tendencia a través de la cual se quiere establecer el valor que
está llamada a asumir la memoria en una relexión acerca de una

126 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 125 - 143
Independencia, Historia
Historia y Derecho
Y MEMORIA

posible “colonialidad del recordar” e insertar esta relexión dentro


de los interrogantes que plantea la celebración del Bicentenario
de la Independencia.

Historia y derecho

En esta relexión se ha intentado establecer una relación en


Colombia, entre dos disciplinas que tradicionalmente han tenido
un desarrollo autónomo, la historia y el derecho. Así, mientras la
generación ilustrada de Independencia se desentendía de la historia
como disciplina, la transición entre el viejo orden monárquico
y el republicano presenció la connivencia de diferentes órdenes
normativos, cada uno de los cuales, al verse amenazado, se negó
a perder la vigencia que había alcanzado en su momento. El
legado jurídico español- el derecho metropolitano y el indiano-
subsistieron de alguna manera hasta ines del siglo XIX. La
normatividad liberal, en consecuencia, tardó en imponerse del
todo. En medio de esa confusión normativa, el cambio sucesivo
de constituciones alimentó la idea, recurrente en esta relexión, de
que la vara mágica de una nueva constitución podía instaurar un
orden inédito, basado en modelos extranjeros, sin comprometerse
con el pasado.

Esa incertidumbre normativa persistió durante el siglo XIX,


mientras la historia se aferró a los moldes tradicionales que
aprestigiaban la gesta independentista pero que no eran capaces
de incorporar efectivamente el pasado como una experiencia que
permitía analizar el presente y encauzar el futuro.

Así, una historiografía en cuya producción habían intervenido


algunos abogados, y mientras eran abogados también quienes
participaban en la redacción de la cascada constitucional, la
construcción de la historia del derecho en Colombia es, en gran
parte, una labor que está por adelantarse.

Por ello se insiste, la relación entre historia y derecho es


aún un diálogo inconcluso que, sin embargo, resulta útil para la

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 125 - 143 127
Jorge Tomás
Historia Uribe Ángel
Y MEMORIA

formación de esa conciencia criolla que ha permitido perpetuar


el esquema de colonialidad en esta parte del mundo. De todas
maneras, es necesario situar las particularidades de ese diálogo en
el contexto complejo al que pertenece.

El paradigma modernidad /colonialidad y la


formación de la conciencia criolla

El paradigma modernidad/colonialidad parte del principio


de que no se puede concebir la modernidad sin su contraparte
de la colonialidad. De alguna manera, ésta ha alimentado la
modernidad y ésta, a su vez, se ha apoyado en la colonialidad
para expandirse. Se considera que la modernidad se inicia con el
descubrimiento de América, con el cual, asimismo, se abre para
Europa la posibilidad de emprender la colonización de América y
también de África y de Asia.

En el paradigma se distingue que la “colonización” es aquel


proceso en virtud del cual, una metrópoli se apodera de unos
territorios para explotarlos “el colonialismo tiene diferentes
ubicaciones geográicas e históricas”. “La colonialidad, en
2

cambio, es la matriz subyacente de poder colonial que siguió


existiendo en Estados Unidos, América del Sur y el Caribe después
de la Independencia; la matriz colonial de poder cambió de manos
3
pero siguió en pie” o, en otras palabras, “la colonialidad es la
lógica del dominio en el mundo moderno-colonial que trasciende
al hecho de que el país imperial/colonial sea España, Inglaterra o
4
Estados Unidos”. En tal sentido, si el proceso de colonización,
en gran medida, culminó con las declaraciones de Independencia
de principios del siglo XIX, no terminó con la colonialidad,
deinida como la actitud que ha permitido a un grupo privilegiado
continuar sometiendo a los demás grupos sociales.
2
Mignolo, Walter. La idea de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial.
Barcelona: Gedisa Editorial, 2005; p. 92
3
Mignolo, Walter. La idea de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial.
Barcelona: Gedisa Editorial, 2005; p. 92.
4
Mignolo, Walter. La idea de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial.
Barcelona: Gedisa Editorial, 2005; p. 93.

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Historia y Derecho
Y MEMORIA

Por ello, si bien el grupo criollo jalonó el proceso de


Independencia en virtud del cual, con la desmembración de los
Imperios español y portugués, se formaron las actuales repúblicas
latinoamericanas, la colonialidad prosiguió, en la medida en que el
grupo criollo continuó sojuzgando al resto de los grupos sociales;
“los criollos y latinoamericanos no pudieron o no quisieron cortar
5
su dependencia subjetiva de Europa”.

Ahora bien: la colonialidad, en el caso de los criollos era la


expresión de una conciencia que se había venido sedimentando
desde que los descendientes de los españoles que se establecieron
en las Indias Occidentales fueron construyendo una identidad
que les permitió diferenciarse de los peninsulares. Esa identidad,
empero, es ambigua. “La conciencia criolla era, mas bien, una
doble conciencia: la de no ser lo que se suponía que debían ser (es
decir, europeos). Ese ser que es en verdad un no-ser, es la marca
6
de la colonialidad del ser”.

No se pretende establecer, desde luego, una cronología que


indique, con fechas precisas, como se formó esa identidad. La
rebelión de los encomenderos, la pujanza lograda por el estamento
criollo en algunas de las circunscripciones administrativas en
que se dividió el Imperio, la inluencia ejercida por las reformas
borbónicas en la medida en que éstas obstaculizaron el acceso de
los criollos a la burocracia, etc., son hitos que han sido señalados
en varias oportunidades como procesos que contribuyeron a forjar
esa conciencia.

Sin embargo, no hay duda que el factor más importante


que en el período colonial puso a prueba la consistencia de la
conciencia criolla fue, como lo veremos, la situación vivida en el
Imperio como resultado de la invasión napoleónica al territorio de
la metrópoli en 1808.

5
Mignolo, Walter. La idea de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial.
Barcelona: Gedisa Editorial, 2005; p. 91.
6
Mignolo, Walter. La idea de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial.
Barcelona: Gedisa Editorial, 2005; p. 87.

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Y MEMORIA

Por lo pronto, examinaremos cuál había sido la actitud del


estamento criollo en relación con la historia, teniendo en cuenta
que, “aunque no sufrieron la misma marginación que los indios o
los africanos, los criollos tampoco formaban parte de la historia,
pues fueron un grupo que quedó ubicado entre los límites de lo
humano-más allá de los cuales estaban los indios y los africanos- y
7
la humanidad propiamente dicha representada por los europeos”,
como consecuencia principalmente, de la formación recibida
bajo el inlujo del movimiento ilustrado. Esta actitud nos servirá
para comprender el desarrollo de la tendencia constitucionalista
histórica entre los criollos de Santafé.

Es de advertir inalmente, que en la conformación de esa


conciencia criolla, la colonialidad permitió el desarrollo de una
tradición de carácter constitucional en cuya creación los grupos
8
marginados quedaron excluidos o estaban escasamente representados.

Los criollos ilustrados y la historiografía

La historia no hizo parte de los saberes que cultivaron con


asiduidad la generación ilustrada. Sin embargo, hasta la primera
mitad del siglo XVII la crónica había sido tratada asiduamente.
“Sus postreras manifestaciones, que van hasta la primera mitad
de dicho siglo, corresponden a la continuación, esporádica como
en el siglo anterior, de una crónica religiosa predominantemente
9
de carácter local”.
7
Mignolo, Walter. La idea de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial.
Barcelona: Gedisa Editorial, 2005; p. 30.
8
En la redacción de la constitución de 1991 hubo representantes de grupos
tradicionalmente excluidos. En el texto de carta se reconoció en varios artículos por
ejemplo en el 7, el 13, el 70, el 72 la participación de esos grupos.
9
Zambrano, Bernardo. La colonia en la historiografía colombiana. Medellín: Ecoe;
1990; p. 57. Algunos de los textos donde se cultivó la historia son los siguientes: Fray
Alonso de Zamora (1635-1717), sacerdote español que escribió en 1701 Historia de
la Provincia de San Antonio del Nuevo Reino de Granada. Barcelona, Imprenta de
Joseph Llopis. Juan de Rivero, S.J. (1681-1736), sacerdote español, escribió en 1736
Historia de las Misiones de los Llanos del Casanare y los Ríos del Orinoco y Meta. José
Cassani, (1673-1750), sacerdote jesuita italiano, quien en 1741 escribe Historia de
la Provincia de la Compañía de Jesús del Nuevo Reino de Granada. Joseph Gumilla
(1686-1750), sacerdote jesuita, escribió en 1741 Historia natural. Civil y geográica
de las naciones situadas en las riberas del Río Orinoco. Se publicó en Barcelona,

130 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 125 - 143
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Historia y Derecho
Y MEMORIA

En la biblioteca de Nariño son numerosos los títulos dedicados


a la historia. Efectivamente, de acuerdo con el análisis efectuado
por Ruiz Martínez, de 700 títulos, 58 están consagrados a obras
10
de historia. Ninguna otra materia ocupa mayores títulos y las
biografías ocupan el 10.14 %. En cambio en la de Camilo Torres,
la carencia es maniiesta: de 141 títulos, solo hay cinco de
11

carácter historiográico. 12

Torres ejempliica mejor que Nariño la actitud de la generación


de Independencia frente a la historia. Es de observarse que
Nariño, en su formación de autodidacta, fue un caso excepcional.
En cambio el comportamiento de Torres se ajusta mejor a sus
compañeros de generación formados como él, en los Colegios
Mayores. Además, como lo advierte Tovar Zambrano:

Imprenta de Carlos Gibert y Tutó, 1791, 2 v. Jorge Juan y Santacilla (1713-1773) y


Antonio de Ulloa (1716-1795) cientíicos españoles escriben en 1748 Relación
histórica del viaje de América Meridional hecho de Orden de su Majestad para
medir algunos grados de meridiano terrestre y venir por ellos la verdadera magnitud
de la tierra. Noticias secretas es publicada en 1826. Pedro Murillo Velarde, (1696-
1753) sacerdote jesuita español, en 1752 escribe “Geografía histórica de América”.
Vicente de Oviedo Pedro Basilio (1699-1774) escribió en 1761 Cualidades y riquezas
del Nuevo Reino de Granada. Giandomenico Coleti (1727-1798), sacerdote jesuita
italiano escribe entre 1757 y 1773 Diccionario histórico y geográico de la América
meridional. Von Nicolás Jacquin (1727-1817), austriaco, escribe en 1773 Selectarum
stirpium Americanarum Historia. Antonio Caulin, (1719-1802) español, escribe en
1779 Historia Corográphica, natural y evangélica de la Nueva Andalucía. Juan de
Velasco (1727-1792) sacerdote jesuita ecuatoriano, escribe en 1785 Historia del reino
de Quito en la América meridional. Antonio Julián (1722-1790), sacerdote jesuita
español, escribe en 1787 La perla de la América, Provincia de Santa Marta: reconocida,
observada y expuesta en discursos históricos. Diccionario histórico y geográico de
la América meridional. Von Nicolás Jacquin (1727-1817), austriaco, escribe en 1773
Selectarum stirpium Americanarum Historia. Antonio Caulin, (1719-1802) español,
escribe en 1779 Historia Corográphica, natural y evangélica de la Nueva Andalucía.
Juan de Velasco (1727-1792) sacerdote jesuita ecuatoriano, escribe en 1785 Historia
del reino de Quito en la América meridional. Antonio Julián (1722-1790), sacerdote
jesuita español, escribe en 1787 La perla de la América, Provincia de Santa Marta:
reconocida, observada y expuesta en discursos históricos.
10
Ruiz Martínez. La librería de Nariño. Bogotá: Planeta Editorial Colombiana. S. A.
1990; p. 71.
11
La biblioteca de don Camilo Torres. Revista Bolívar. No. 46. Agosto 1957 pp. 109-
113.
12
La biblioteca de don Camilo Torres. Revista Bolívar. No. 46. Agosto 1957. Ellos
son: Noticias Americanas de Ulloa; Historia de la literatura de Andrés; Colón;
Jenofonte, Diccionario de Hombres Ilustres.

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Con la excepción de algunas crónicas religiosas locales, a


la sociedad de este siglo no parece preocuparle demasiado
la historia. Otras son sus preocupaciones. En verdad, lo
que comienza a inquietarla es el presente y quizás el futuro.
En la mitad del siglo XVIII, las descripciones de la
actualidad, los informes administrativos, los proyectos,
los relatos de viajes, y inalmente, las críticas al
establecimiento colonial, en las postrimerías del
13
régimen,
como las de Antonio Nariño y Camilo Torres.

La reticencia de la generación ilustrada a cultivar la historia


con asiduidad, impidió integrar la tradición de los cronistas al
trabajo que se estaba desarrollando para reconocer el territorio
neogranadino y sus riquezas. El cultivo de la historia, a la luz
de los postulados ilustrados, hubiera signiicado una ruptura
con el estilo de crónica que se cultivaba en la Nueva Granada,
de inspiración eclesiástica, a favor de una historiografía de
tendencia secularizante. En su lugar, se abrió un vacío que, en
términos generales y a pesar de algunas excepciones, solo vino a
ser llenado después de la Independencia.

A pesar de que en las descripciones se menciona la historia


“como un factor, entre muchos otros, que contribuye a explicar la
14
situación actual”, ésta no absorbe la atención de los intelectuales
ilustrados, los cuales realizan sin embargo, algunas incursiones
en ese campo: Zea, por ejemplo, escribe una Introducción a las
Memorias para la Historia del Nuevo Reino de Granada.

Las preocupaciones por los acontecimientos históricos de


ordinario se concentraban en la recolección de informes, obtenidos
a través de la prensa y de la correspondencia de los acontecimientos
15
que sacudían el Imperio, y a partir de la Revolución Francesa,
13
Tovar Zambrano, Bernardo. La colonia en la historiografía colombiana. Medellín:
Ecoe, 1990; p. 58
14
Tovar Zambrano, Bernardo. La colonia en la historiografía colombiana. Medellín:
Ecoe, 1990; p. 59.
15
El padre de Camilo Torres se entera de la muerte de Carlos III, de acuerdo con carta
escrita en Popayán fechada el 4 de abril de 1789. Ver Archivo Histórico Javeriano
(AHJ). Fondo Camilo Torres. Carpeta 112. Folio 59.

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cuyos excesos se conocieron especialmente mediante el Papel


Periódico de Manuel del Socorro Rodríguez aceleraron la crisis:
la Revolución Francesa, la guerra con Inglaterra, Trafalgar, la
invasión de Napoleón.

De lo que ocurría a este lado del Atlántico interesaban las


noticias relativas a la corte virreinal y a las altas autoridades
16
eclesiásticas; sólo cuando, a partir de 1808, las repercusiones
que causó la invasión napoleónica en las otras circunscripciones
territoriales especialmente en Caracas y Quito se pusieron a la
orden del día, las noticias americanas empezaron a interesar
17
vivamente a las criollas.

Lo que sí se cultivaba asiduamente era la memoria genealógica.


Todos los que aspiraban a ingresar a los colegios mayores, y
que después harían parte del estrecho círculo que posteriormente
habrían de organizar el movimiento, poseían un claro conocimiento
de sus orígenes familiares. Estos, o bien se remontaban a los
conquistadores- los criollos de Popayán se envanecían de descender
18
del fundador de la ciudad, Sebastián de Belalcázar, o lo que era más
prestigioso aún, de provenir de los hidalgos que habían expulsado a
los musulmanes en la Reconquista.

De alguna manera, el hecho de restringir el cultivo de la historia


a la memoria genealógica, obstruía el proceso de construcción de
su propia historia de los grupos que no pertenecían al estamento
criollo. ¿Si estos sólo poseían un conocimiento precario de sus
orígenes familiares, como podían cimentar su propia historia?

16
En carta del 5 de noviembre de 1804 Mariano Grijalva le comenta a Camilo Torres
acerca de la elección del señor Sacristán como arzobispo de Bogotá. Ver Archivo
Histórico Javeriano (AHJ). Fondo Camilo Torres. Carpeta 114 f. 7.
17
Antonio Arboleda informa a Camilo Torres, en carta fechada el 20 de marzo de 1812,
que “las tropas francesas que han pasado por Irún desde 1808 hasta marzo de 1811
pasan de 500.000 y que los españoles prisioneros son más de 48.000”. Ver Archivo
Histórico Javeriano (AHJ). Fondo Camilo Torres. Carpeta 14. F. 97.
18
Por ejemplo, Camilo Torres y Francisco José de Caldas descendían de Sebastián
de Belalcázar. Ver Academia Colombiana de Historia. Fondo Camilo Torres. Rollo 06
folio 831.

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Como puede apreciarse, a las puertas del proceso de


Independencia, los criollos no se habían comprometido, sino
precariamente, con los tres siglos que habían transcurrido desde
que se había abierto el proceso de la modernidad/colonialidad.

Por otra parte, no puede dejar de llamar la atención la


circunstancia de que las celebraciones del Bicentenario,
conmemoración de un hito histórico por antonomasia, versen
sobre personas que no se preocupaban por la historiografía como
la expresión de un proceso colectivo propio.

Mil Ochocientos ocho y los constitucionalistas


históricos

Como se verá, esa actitud explica al menos parcialmente, y


siempre dentro de un contexto complejo, lo que ocurrió después
cuando los constitucionalistas históricos, asumieron la defensa
de las pretensiones de los criollos ante el vacío de poder que se
originó como consecuencia de los sucesos acaecidos en Bayona.

Por lo pronto, como se recuerda con la jura de Fernando VII


celebrada en Santafé el 11 de septiembre de 1808, la adhesión de
los diversos estamentos a la monarquía es unánime en un evento
que se repite en diversos puntos de este lado del Atlántico. En
ese momento, los criollos insistieron en proclamar su calidad de
súbditos de Su Majestad, tan españoles como los nacidos en la
península.

A partir de la jura, sin embargo, los criollos santafereños


empiezan a asumir las posiciones que los irán distanciando de
las autoridades virreinales, y que les servirán para asimilar esa
posición con la de aquellos que abogaban por constituir un
gobierno autónomo, iel a los derechos del monarca legítimo, a
semejanza de cómo había ocurrido en España y en otros lugares
de España. Antes que este proceso cristalizara en los sucesos del
20 de julio, ya se había realizado el debate que culminó con la
elección del representante ante la Junta Central de Sevilla y que

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girará en torno a la equidad que buscaban los criollos en relación


con su participación en esa junta, la cual abandona Sevilla y es
sustituida el 29 de enero de 1810 por el Consejo de Regencia.

En reclamo de esos derechos, Camilo Torres escribió el


19
célebre Memorial de Agravios, concebido dentro del más
riguroso acatamiento a la legalidad. Hasta 1810, los argumentos
esgrimidos por los adalides del movimiento, abogados en su gran
mayoría, serán de tipo jurídico, aptos para justiicar en cada
20

momento, los pasos que se iban dando. Como lo anota Justo Cuño,
“entre los grupos de la oligarquía criolla existía una verdadera
21
veneración por el orden jurídico”.

Ahora bien: la invocación a los argumentos de legalidad, visto


que todavía no se habían roto los vínculos con la metrópoli, solo
podían presentarse dentro de la estructura jurídica que preservaba
el orden monárquico, frente al cual se habían desarrollado tres
tendencias: por una parte, la representada por los absolutistas,
partidarios del absolutismo monárquico en Santafé leales al
virrey; en segundo lugar, la de los llamados constitucionalistas
22
históricos, deseosos de un cambio que interpretara los intereses
autonomistas de los criollos y, inalmente, la de los revolucionarios,
futuros liberales, que por lo pronto no podían intervenir empleando
argumentaciones que ponían en tela de juicio los fundamentos del
orden establecido. Más tarde, a medida que el proceso avanzaba,
varios de los constitucionalistas mutarán al orden liberal.

19
En el memorial, Torres destaca la condición de los criollos como descendientes de
don Pelayo, igura histórica española con la cual se inició el proceso de la Reconquista,
para expulsar a los musulmanes de la Península.
20
Sobre abogados en el período ver: Uribe Uran, Víctor Manuel. Abogados, políticos
y estado en Nueva Granada de 1790-1850. Bogotá: Pittsburg University of Pittsburgh.
Informe inal presentado al Banco de la República; 1992.
21
Cuño, Justo. La Independencia en América. Sevilla: Artículo inédito. 2000.
22
Además de Camilo Torres fueron en su momento constitucionalistas históricos,
entre otros, Frutos Joaquín Gutiérrez de Caviedes, con sus Cartas de Suba, hoy
desaparecidas. Ver: Gómez Hoyos, Rafael. La revolución granadina de 1810. Tomo II.
Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica: p. 82. Y el documento de Ignacio
de Herrera del 1 de septiembre de 1809. Relexiones de un americano. Instrucción al
Diputado de este Reino.

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Y MEMORIA

Por lo tanto, quienes llevaron la voz cantante en las


deliberaciones fueron los constitucionalistas históricos, abogados
que emplearon en sus argumentaciones todos los recursos
disponibles que les ofrecía el derecho español. A esto se sumaba
el hecho de qué:

[…] los vínculos entre el constitucionalismo histórico y los


ambientes universitarios habían aumentado gracias a las
reformas que habían introducido en los estudios jurídicos,
no solamente el derecho natural, sino también el estudio
de la legislación del reino, lo que explica el extraordinario
conocimiento de la legislación medieval que tienen los
23
hombres de la época revolucionaria.

El derecho real se enseñaba en ese momento en los colegios


mayores de Santafé, donde también al parecer, se estaba formando
una corriente de opinión alimentada por los catedráticos de
jurisprudencia, si hemos de creer en el testimonio de Francisco
24
de Paula Santander.

Si se enseñaba derecho real, lo jurídico era que se estuviera


dictando de acuerdo con la novísima recopilación de 1805. Si tal
fue la reglamentación que se enseñaba, y la que debía aplicar los
abogados en sus argumentaciones jurídicas, no hay duda de que
esa regulación fue la que inspiró los alegatos que se produjeron
en la crisis de 1808.

Sin embargo, esas argumentaciones giraron alrededor del


problema del pacto que, según la antigua tradición jurídica
española, se había celebrado entre el monarca y el pueblo, pacto

23
Guerra, Francois Xavier. Las revoluciones hispánicas. Independencia americana y
liberalismo español. Madrid: Editorial Complutense; p. 37.
24
Santander, Francisco de Paula. Apuntamientos para las Memorias sobre
Colombia y la Nueva Granada. Bogotá: Imprenta de Lleras, 1837; p. 2. Yo
seguía la carrera de estudios en uno de los colegios de Santa Fe de Bogotá,
cuando llegó el memorable 20 de julio de 1810: de derecho real del catedrático
doctor felizmente estaba bajo la conveniencia y necesidad de que estos países
sacudieran la dominación española. Con tan útiles lecciones no solo adherí a la
causa de la Independencia, sino que presté el 20 de julio y siguientes aquella
cooperación que cabía en mi edad de 18 años y como estudiante.

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que no debía merecer mayor atención en la Recopilación de 1805


inspirada en el absolutismo, basado en el origen divino de los
reyes. Por tanto, en sus argumentaciones los juristas no tenían
por qué acudir a la Novísima Recopilación, sino abrevar en
fuentes más antiguas como en las llamadas Leyes Fundamentales
del Reino, propuestas por Gaspar Melchor de Jovellanos,
cuerpo normativo secular que cimentaba el funcionamiento de
la monarquía española. Era la búsqueda de una Edad de Oro de
cara al pasado la que buscaba revivir el pacto entre los súbditos
y el rey. Se trataba de un proyecto ideológico de la Ilustración
Española de “reformar el presente y reformar el porvenir a partir
25
del pasado”.

Esa invocación a un pacto que se remontaba a las instituciones


medievales con el in de resaltar la unión entre el monarca y sus
vasallos y que echaba por tierra el origen divino del monarca,
fundamento del absolutismo monárquico, fue sobre todo, un
recurso de carácter jurídico empleado por quienes defendían
el proceso autonomista y que no solamente fue utilizado en
Santafé sino en España y en América. La idea era exorcizar en la
Península esos tres largos siglos durante los cuales, el despotismo
monárquico había desconocido la vigencia del pacto, período que
en el caso de América se tradujo en los largos tres siglos del yugo
26
español.

No obstante, si bien este no dejó de ser un recurso de carácter


jurídico, denota nuevamente que en el proceso los criollos, como
ya lo vimos, no asumieron el compromiso histórico que suponía
hacerse cargo de ese período que había transcurrido desde 1492.

Constitucionalismo y pasado

A pesar de su nombre, la labor desarrollada por los


constitucionalistas históricos no hace parte de la historia del
25
Dufour, Gerard. De la utopía ilustrada a la realidad liberal. 1991; p. 127.
26
La referencia a esos trescientos se utilizó de manera recurrente. Todavía se empleaba
después de 1819. Konig, Hans-Joachim. En el camino hacia la nación. Bogotá: Banco
de la República. 1994; pp. 340-341.

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constitucionalismo colombiano y solo sería un antecedente. Al


in y al cabo, la labor desarrollada por ellos se enmarca dentro
de las pretensiones de los criollos por mejorar su situación en el
marco del Imperio Español.

La historia del constitucionalismo colombiano se desarrolla a


partir de la implantación del modelo liberal, con las constituciones
provinciales y el Acta de Federación. Los proyectos liberales no
necesitaban apelar a una Edad de Oro anclada en el pasado para
justiicar una postura determinada. Vale la pena destacar que una
constitución se sitúa en la pirámide normativa de los estados
nacionales, y es la norma que da validez a todas las normas que
parte del supuesto o la hipótesis de que “debes comportarte como
ordena el legislador constituyente originario”.

Las constituciones llenaron el vacío dejado por la legislación


española, con modelos traídos de Francia y de los Estados Unidos.
Si esos modelos funcionaban adecuadamente en sus países de
origen, ¿por qué no podían utilizarse aquí cuando lo que se trataba
27
era de olvidar los tres siglos de opresión española?

Por lo pronto, cuando se impuso el orden liberal durante


la Primera República, en el bando centralista, por ejemplo, se
quiso convocar a los indígenas, tal como quedó consignado en
28
símbolos y monedas. Así como los constitucionalistas históricos
pretendieron retroceder a las viejas instituciones medievales para
rescatar el carácter pactista de la monarquía, durante la Primera
República se quiso rescatar el espléndido pasado indígena
para conjurar el ominoso pasado de tres siglos de dominación
española. Pero esa luna de miel con el pasado indígena no volvió
a emplearse.
27
Con respecto a la tradición constitucional anglosajona, especialmente la de Inglaterra
y los Estados Unidos, vale la pena destacar con respecto al primero de los países
nombrados, que la tradición constitucional inglesa recoge la experiencia histórica que
se hunde en la Edad Media, con la Carta Magna, y que en Inglaterra no hay constitución
escrita. En cuanto a los Estados Unidos, donde solo se ha expedido una constitución, su
tradición institucional recogió los avances logrados en Inglaterra.
28
Konig, Hans Joachim. En el camino hacia la nación. Bogotá: Banco de la República;
1994; pp. 234-265.

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En lo sucesivo bastará con la evocación de la participación


criolla en el proceso de Independencia, para rememorar la historia
propia. El esplendor de la gesta evocada, al parecer, no bastaba
para que cada vez que las circunstancias políticas se hacían
inmanejables, cada nueva constitución intentara arrancar de cero,
o por lo menos inspirada en la eicacia de las directrices foráneas.
Así, de nuevo, como había ocurrido con aquellos que participaron
en esos años cruciales que culminaron con la declaración de
Independencia, el compromiso con el pasado no contaba, y se
podía enfrentar impunemente el futuro.

En lo sucesivo, durante el siglo XIX los proyectos


constitucionales partían de la base de un futuro promisorio, que
por lo general hacía caso omiso del pasado, por cuanto ese pasado
29
podía ser objeto de olvido. No solamente por cuanto no valía la
pena rescatarlo, sino porque en el mejor de los casos era necesario
restañar las heridas que se habían causado los bandos en pugna
que acudían a la cita para celebrar una paz que no tardaba en
romperse. Ello cuando, se repite, la nueva constitución resultaba
de un acuerdo entre contrarios, y no como la imposición de un
bando que deseaba imponer, de manera hegemónica, una visión
30
propia.

En el caso colombiano se habla de una tradición institucional


en el sentido de que, como lo advierte Eduardo Posada Carbo,
pese a las diicultades por las que ha atravesado el país, existe
un manejo de la política que permite controlar sus excesos. Esa
tradición se fundamenta en la insistencia que se le otorga al
discurso y que ha hecho suponer el arribo a las ventajas de la
modernidad. Sin embargo, siempre ha quedado, dada la carencia
de prácticas que desarrollan las ventajas prometidas en el discurso:

29
Uribe Vargas, Diego. Las constituciones de Colombia. Madrid: Ediciones Cultura
Hispánica; 1977.
30
Las constituciones del siglo XIX dan cuenta de que la pugna entre centralistas
y federalistas, funesta para la Primera República, siguió perpetuándose. Hubo
constituciones de carácter centralista en 1830 y 1832. En la de 1853 empezó a limitarse
el poder central. Las constituciones de 1858 y 1863 fueron federalistas. El esquema
centralista revivió en la de 1886. Entre 1830 y 1886 hubo siete constituciones.

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[…] la idea de que se puede empezar de nuevo,


minimizando el compromiso con el pasado. En la lógica
de la colonialidad se inscribe esa ilusión, que estimula la
conciencia criolla en su pretensión
31
de perpetuar el esquema
de dominación imperante.

Se puede objetar que, de todas maneras, inmediatamente


después de la Independencia, se fue construyendo un acervo
historiográico que signiica que, de todas maneras, sí se ha
32
tomado en cuenta el pasado.

En todo caso se podría objetar que, frente a la producción


historiográica del siglo XIX, la fronda constitucional resulta más
consistente y que la idea de empezar de nuevo a partir de nada
siguió prevaleciendo. Sin embargo, se dirá que en el siglo XX esa
realidad cambió. Efectivamente, en pocos países latinoamericanos
se registra el caso de una constitución centenaria, como ocurrió
con la de 1886. Además, la carta que sustituyó ésta última, la de
1991, proveyó los cimientos para construir una nueva sociedad.
Por otra parte, el desarrollo de la historiografía permite abrigar
la idea de que inalmente se tuvo en cuenta la historia, como
conciencia crítica de la memoria, para la redacción de esa pieza
constitucional.

Sin embargo, el problema no es, y nunca lo ha sido, el


de la elaboración de un discurso. De lo que se trata es que, a
través de las prácticas que implican un diálogo, y por lo tanto,
el intercambio de discursos- se establezca que, al asumir un
compromiso mediado por el pasado, ya no es posible comenzar

31
Posada Carbo, Eduardo. La nación soñada. Bogotá: Grupo Editorial Norma; 2006;
p. 282-283.
32
Mientras, como vimos, en un período de 56 años hubo siete constituciones-más de
una cada diez años, los títulos destacados de la producción historiográica fueron mucho
menores. De acuerdo con Jorge Orlando Melo Historiografía colombiana. Realidades
y perspectivas (http bibliotecavirtual.antioquia.ude a. edu.co) vale la pena destacar a
José Manuel Restrepo (Historia de la Revolución en la República de Colombia. 1827),
Joaquín Acosta (Compendio histórico del descubrimiento y colonización de la Nueva
Granada hasta el siglo XVI. 1848), José Antonio de Plaza (Memorias para la historia
de la Nueva Granada desde su descubrimiento hasta el 20 de julio de 1810. 1850), José
Manuel Groot (Historia eclesiástica y civil de la Nueva Granada. 1869).

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Independencia, Historia
Historia y Derecho
Y MEMORIA

de nuevo a partir de nada. Por ello, en la perspectiva decolonial,


es urgente que, al lado de las colonialidades ya consagradas- la
del conocer, la del pensar, la del mirar- se examine la posibilidad
de sumar otra nueva, la colonialidad del recordar.

A propósito de la colonialidad del recordar, si esta relexión


se ha circunscrito a los criollos y de su resistencia a aceptar el
compromiso con la historia, ¿qué se puede decir acerca de los
demás grupos, cohibidos para asumir el curso de su pasado?

CONCLUSIONES

En la perspectiva del paradigma de la modernidad colonialidad


se examina el desarrollo de la conciencia criolla en sus relaciones
con la historia y con el derecho y se concluye que a raíz de los
sucesos acaecidos a partir de 1808, la élite criolla santafereña,
dentro de la tendencia del constitucionalismo histórico, se sumó
a la opinión de carácter pactista que abogaba por el retorno a las
fuentes del derecho medieval español, olvidando los tres siglos
transcurridos desde la Conquista.

En ese proceso de menosprecio por la propia historia, los


redactores de las constituciones posteriores se inspiraron en
modelos europeos, creando la ilusión, con cada constitución que
se promulgaba, de abrir un comienzo que no se comprometía con
el pasado.

Se pregunta si, con ocasión de la celebración del bicentenario de


la Independencia, no se hace necesaria, en la medida en que ya no
es posible evocar un nuevo comienzo, abrir un debate para que,
al lado de las colonialidades del saber, del conocer, del mirar, se
33
construya la colonialidad del recordar.

33
Castro-Gómez, Santiago; y Grosfoguel, Ramón Edit. El giro decolonial. Relexiones
para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Universidad
Central. Pontiicia Universidad Javeriana; 2007.

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Jorge Tomás
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PARTIDOS Y DIRECTORIOS,
FORMAS DE SOCIABILIDAD
POLÍTICA EN BOYACÁ 1930 – 1953.
ESCENARIOS DE CONSTRUCCIÓN DE
NACIÓN

1
Olga Yanet Acuña Rodríguez
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

Recepción: 24/08/2010
Evaluación: 06/10/2010
Aceptación: 09/02/2011
Artículo de reflexión

RESUMEN

Los directorios y partidos políticos se convirtieron en un medio de


articulación electoral signiicativa que transformó las relaciones
sociales y políticas al convocar a electores de diversa procedencia
social a participar en los comicios electorales. Los partidos tenían
una permanencia en el tiempo, mientras los directorios aianzaban
sus redes en periodos preelectorales; de esta forma se dinamizó
el sistema político en Boyacá, que no fue ajeno a otras regiones
del país.

Los partidos y directorios políticos fueron la base fundamental


del sistema político, que en teoría pretendía ser un régimen
pluralista, para garantizar la expresión libre del ciudadano

1
Lic. Ciencias Sociales. Magíster en Historia Universidad Pedagógica y Tecnológica
de Colombia, Doctora en Historia de la Universidad Pablo Olavide “España”. Directora
Académica Doctorado en Historia “UPTC”.

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Olga Yanet
Historia Y Acuña Rodríguez
MEMORIA

y favorecer la intervención de la población en el escenario


público. Lo que podría desarrollarse como dirigente en la esfera
organizativa, como seguidor en el escenario burocrático, como
elector o tal vez como antagónico. De esta manera, los directorios
y partidos políticos se convirtieron en espacios de articulación
electoral favoreciendo que la población asumiera el sentido de
la participación, de la representación y de la política. Estos se
convirtieron en escenarios centrales de sociabilidad política que
motivaban a la población a asumir una posición política.

Palabras clave: directorios, partidos políticos, sistema


político, sociabilidad, asociación, participación, representatividad.

PARTIES AND DIRECTORIES, WAYS OF POLITICAL


SOCIABLENESS IN BOYACÁ 1930 - 1953.
CONSTRUCTION OF NATION STAGES

Olga Yanet Acuña Rodríguez


Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

ABSTRACT

The directories and political parties turned into a way of


electoral signiicant joint that transformed the social and political
relationships to call to electors of diverse social origin for taking
part in the electoral assemblies. The parties had permanence in
the time, while the directories were reinforcing their nets in pre-
electoral periods; in this way the political system was stirred into
action in the political system of Boyacá, which was not foreign to
other regions of the country.

The parties and political directories were the fundamental


base of the political system, which theoretically was trying to be
a pluralist regime, to guarantee the free expression of the citizen
and to favor the intervention of the population in the public
stages. It should develop as leader in the organizational sphere,

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Partidos y Directorios, Formas de Sociabilidad Política en Boyacá
Historia 1930 – 1953
Y MEMORIA

like follower in the bureaucratic stage, like an elector or maybe as


antagonistic. Hereby, the directories and political parties turned
into spaces of electoral joint giving importance that the population
was assuming the sense of the participation, of the representation
and of politics. These become into central political sociability
stages which were motivating the population for assuming a
political position.

Keywords: directories, political parties, political system,


sociability, association, participation, representation.

INTRODUCCIÓN

Las formas de asociación constituyen un campo signiicativo de


análisis, en cuanto son espacios que construyen los grupos sociales
como procesos inmersos o alternativos, en que paulatinamente se
vinculan los diversos sectores para defender el tradicionalismo o
proponer alternativas. Desde el punto de vista de la modernidad
política, la sociabilidad ha sido una forma de organización que
lleva a que los diversos grupos sociales se articulen para defender
proyectos y procesos conjuntos. Por tanto, el abordar el tema de
la sociabilidad nos permite ver de qué manera los directorios y
partidos políticos se organizaron y articularon electores, lo que
contribuyó a transformar las relaciones y prácticas políticas.
Asimismo esto contribuyó a que los diversos sectores sociales
asumieron una noción sobre política, que partió desde la
concepción de gobernabilidad, participación y representatividad
hasta promover proyectos alternativos. En este sentido la
modernidad está ligada a un proyecto político que responde a un
concepto de Nación propio de una sociedad en perspectiva de
cambio.

Sobre sociabilidades políticas se han desarrollado algunos


trabajos historiográicos que analizan esta problemática como
expresiones de la modernidad, con las que los diversos grupos
sociales han tratado de organizar y expresar su pensamiento;
algunos de estos autores se han centrado en la organización y en

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Historia Y Acuña Rodríguez
MEMORIA

el pensamiento político. Marcos González lo analiza como una


forma de expresión de la modernidad que incidió en la forma
de asociación y pretendió fomentar una propuesta política a
mediados del siglo XIX, con las que se pretendían obtener otras
formas de expresión de la política a las que paulatinamente se
vincularon los sectores populares. Hilda Sábato, se reiere a la
sociabilidad política que consolidan los partidos políticos al
convertirse en una base política y electoral, que lleva a que los
diversos actores sociales asuman nociones de participación,
2
representatividad y en general sobre política. Pilar González se
reiere a la representación política como elemento central de la
construcción de los Estados modernos y se centra en ver cómo los
clubes electorales contribuyeron a legitimar los nuevos poderes.
Estos clubes fueron el medio fundamental para movilizar electores
3
y se convirtieron en las primeras formas de asociatividad política.
4
Isabel Marín analiza cómo los movimientos sociales en Murcia
contribuyeron a fomentar la noción democrática, en el proceso de
transición del franquismo a la democracia; resalta el autor cómo
se generó un asociacionismo voluntario, lo que motivó al autor a
indagar por las motivaciones que llevaban a consolidar un tejido
asociativo.

Por su parte, Jorge Iván Marín, hace alusión a las formas de


sociabilidad que emergieron en la segunda mitad del siglo XIX en
Cundinamarca y las deine como parte de la modernidad política;
sin embargo, resalta que en este escenario se generaron formas
de hibridación entre tradición y modernidad. Precisamente, en
Cundinamarca se generó un proceso de modernidad a partir del
establecimiento del liberalismo republicano. Según el autor, se

2
Sábato, Hilda. La Política en las Calles. Entre el voto y la movilización. Buenos
Aires1862 – 1880. Buenos Aires: Sudamericana, 1998.
3
González, Pilar “Los Clubes electorales durante la sucesión del Estado de Buenos Aires
(1852- 1861): La Articulación de dos Lógicas de Representación política en el seno de
la Esfera Pública Porteña.” En: Sábato, Hilda. Ciudadanía Política y Formación de
las Naciones. Perspectivas Históricas de América Latina. México: Fondo de Cultura
Económica, 1999.
4
Marín Gómez, Isabel. Asociacionismo, Sociabilidad y movimientos sociales en el
Franquismo y la transición a la democracia. Murcia 1964 – 1986. Murcia: Universidad
de Murcia, 2007; pp. 21 – 540.

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Partidos y Directorios, Formas de Sociabilidad Política en Boyacá
Historia 1930 – 1953
Y MEMORIA

generaron nuevas formas de sociabilidad formal e informal y de


5
reconocimiento de la esfera pública. Estos trabajos han sido clave
para conocer como se organizan y dinamizan los grupos con una
proyección asociativa para logar ines comunes, de igual forma
cómo las asociaciones llevan a que los diversos actores sociales
asuman una posición política.

Durante el período en estudio 1930 – 1953, los directorios


y partidos políticos constituyeron un escenario central en la
formación de cultura política, contribuyeron a formar una esfera
pública, que se convirtió en una instancia de mediación entre la
sociedad civil y el Estado, lo que estimuló una amplia participación
6
política de diversos sectores de la población; podríamos señalar
que estos espacios contribuyeron a fortalecer la soberanía popular.
Estas formas de asociación, a la vez, fomentaron la interrelación
política, que estuvo acompañada por redes clientelistas y de
dependencia social y económica, que se convirtieron en base
fundamental de control y dominación de la sociedad civil.

Esta forma de sociabilidad implicó cambios signiicativos


en la forma de hacer política y en el desarrollo de prácticas
electorales, que hacían parte de la modernidad política, lo que
motivó a dirigentes políticos y militantes a incorporar votantes y
a establecer redes organizativas en períodos preelectorales. Pero si
esto no funcionaba, las elecciones se convertían en un terreno de
enfrentamiento faccioso que llevó a ser violento y que, inalmente,
7
el acceso al poder se resolvía en el viejo terreno de las armas.

Es de resaltar que en el desarrollo de la política se combinaron


formas tradicionales y modernas de hacer política, es decir, lo
electoral como expresión de la democracia y de la modernidad;
y la utilización de la fuerza y la violencia como parte de la
5
Marín Tobarda, Jorge Iván. Conlicto, sociabilidad y práctica política en Cundinamarca
en el período de transición 1810 – 1830. Ponencia presentada en el marco del II
Seminario de Historia de Cundinamarca, lo público y lo privado, s.f.
6
Sábato, Hilda. La Política en las Calles. Entre el voto y la movilización,
Buenos Aires1862 – 1880. Buenos Aires: Sudamericana, 1998; pp. 12.
7
Sábato, Hilda. La Política en las Calles. Entre el voto y la movilización, Buenos
Aires1862 – 1880. Buenos Aires: Sudamericana, 1998; pp. 18.

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Olga Yanet
Historia Y Acuña Rodríguez
MEMORIA

tradición. Así, la captura de votos implicó el establecimiento


de una estructura piramidal que suponía jerarquías laborales y
políticas, donde los trabajadores y votantes formaban la base y los
gamonales, hacendados o líderes políticos locales, los escalones
intermedios. Para el aianzamiento de estas redes se acudió a una
articulación previa: familiar, barrial, política o laboral que aianzó
las bases y lealtades electorales. Esta se convirtió en una forma de
asociación primaria que ponía al elector en contacto directo con
el medio en el cual se desenvolvía.

Otras formas de asociación secundaria o indirecta fueron las


movilizaciones, manifestaciones y marchas. Es de resaltar que
la participación de las masas en las marchas, manifestaciones y
movilizaciones, se convirtió en un medio central que le permitió a
los sectores populares conocer sobre la vida pública y acercarse a la
política. Para los dirigentes políticos, además de ser un espectáculo,
fue un medio para acercarse al público y generar formas de
sensibilización político – electoral. Las marchas, asociaciones
y manifestaciones se convirtieron en parte fundamentales de la
formación de un espacio público y de una conciencia política.
Estos escenarios fueron fundamentales aunque en ellos hubo
prácticas de violencia, fraude y clientelismo, contribuyeron a
construir una noción de integración y de diferenciación frente a
las relaciones entre Estado y sociedad.

Los periódicos se convertían en medio para convocar


a la población a participar en las diversas movilizaciones y
manifestaciones. Asimismo era el canal propagandístico partidista;
informaban, opinaban e interpretaban sobre la actividad electoral
para sus lectores y para la opinión pública. Otro aspecto en que se
centraba la prensa era en la descripción del evento, reiriéndose a los
asistentes – las multitudes, los desiles, las cabalgatas y en general
a los diversos asistentes e involucrados; inalmente se centraba
en la descripción de los discursos, el recorrido detallado de la
8
manifestación y en la descripción del clima general del encuentro.

8
Sábato, Hilda. La Política en las Calles. Entre el voto y la movilización, Buenos
Aires1862 – 1880. Buenos Aires: Sudamericana, 1998; pp. 157.

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Historia 1930 – 1953
Y MEMORIA

A continuación haremos alusión a los directorios políticos


y los partidos como formas de asociación política en Boyacá,
que lograron capturar un número signiicativo de población
y contribuyeron a aianzar conceptos sobre participación y
representatividad.

Directorios políticos

Los directorios políticos fueron estructuras organizativas que


se encargaban de orientar las acciones político-electorales de
un partido y estimular la participación de votantes, seguidores
y militantes. Para hacer pública su convocatoria se organizaron
juntas directivas en los Departamentos, en los municipios y en
las veredas, los cuales constituyeron redes de poder con el in
de controlar al electorado y promover la imagen del partido. Los
directorios establecieron un vínculo institucional, consolidaron
un orden jerárquico a partir del cual se tomaban y ejecutaban
decisiones, que involucraran a la población y favorecían los
9
intereses del partido.

La organización de los directorios constituía la primera etapa


del proceso electoral, lo que garantizaba la presencia y la actividad
del partido en la zona. Tanto liberales como conservadores
realizaron Convenciones Nacionales y Regionales en las que
participaban delegaciones departamentales y municipales
respectivamente; lo anterior, con el in de señalar directrices y
emprender acciones electorales. Uno de los objetivos era designar
los candidatos a las diversas corporaciones, elegir dirigentes de
los directorios e iniciar las diversas acciones propagandísticas de
movilización y proyección electoral.

Los directorios políticos constituyeron la base de la


organización electoral: establecieron redes de control a nivel
nacional, departamental, municipal y veredal, para consolidar sus
bases de apoyo e incidir en la decisión de los electores. En Colombia
los directorios políticos los conformaban los personajes de mayor
9
Botana, Natalio. El Orden Conservador. Buenos Aires: Hyspamerica, 1985; p. 40

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Historia Y Acuña Rodríguez
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10
prestigio social y económico . La designación se realizaba en
convenciones nacionales, seccionales y locales cada cuatro años
y la junta directiva se ratiicaba en períodos pre – electorales, para
garantizar la efectividad de las campañas. Esta labor comenzaba con
la elección de candidatos, seguida de las comitivas y posteriormente
la programación de actividades a desarrollar.

La élite que organizaba o que hacía parte de las directivas


posteriormente ocupaba los cargos públicos; con este tipo de
sistema se consolidó una burocracia que se encargaba de la
administración del poder que, además de controlar al electorado,
hacía parte de la administración de las instituciones del Estado. De
esta forma se garantizaba también la continuidad de una hegemonía
política en el poder. Al respecto citamos los planteamientos de
Max Weber que son fundamentales para comprender la dinámica
política y electoral en nuestro contexto. La burocracia es un
simple instrumento, que está al servicio de aquellos órganos
11
políticos a quienes correspondía tomar decisiones. Generalmente
la designación de los miembros y dirigentes de las organizaciones
locales son escogidos exclusivamente de la lista de hombres de
conianza establecida por la organización local o regional. Así, la
distribución de los cargos públicos se convirtió en un fundamento
para controlar el poder, esto generó unas marcadas relaciones
clientelistas, construidas en la misma base social gamonalista.

Los directorios políticos tenían una estructura organizacional


en forma de círculos concéntricos, el núcleo estaba conformado
por líderes y dirigentes. Otro sector lo integraban los
simpatizantes, entre ellos funcionarios públicos y miembros
de comités y actividades electorales; el tercer sector o espacio
externo lo conformaba la población que podía convertirse en un
fortín electoral. Los integrantes de los círculos del centro eran
10
Le Grand, Catherine. “Perspectivas para el Estudio Histórico de Política Rural y el
Caso Colombiano: Estudio Panorámico”. En: Fals, Orlando; Fajardo, Darío; Gaitán
Gloria; Restrepo, Laura. Once Ensayos sobre Violencia. Bogotá: Centro Gaitán, 1985;
p. 395.
11
Ferrari Murillo, Francisco. Estudios de Sociología Política. Madrid: Técnos, 1963;
p. 260.

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Partidos y Directorios, Formas de Sociabilidad Política en Boyacá
Historia 1930 – 1953
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los encargados de organizar y dinamizar la actividad electoral;


pero a su vez tenían una estructura jerárquica con la cual se
pretendía controlar y orientar los diversos escenarios de la
política. Así, El Directorio Nacional era el organismo central del
que dependían los directorios departamentales y municipales;
éste era el encargado de emitir los lineamientos y actividades para
la realización de la campaña. Los directorios departamentales
eran intermediarios, coordinaban las campañas en las capitales;
12
así mismo, orientaban la labor de los directorios municipales.
En las veredas operaba una junta o un juez de vereda, encargado
de ejecutar las labores propagandísticas, tenían un censo de los
habitantes y sabían quienes pertenecían a tal o cual partido. De
13
esta forma, se consolidó un tipo de “jerarquía política” donde se
vincularon elemento territorial y social; en este caso particular,
el ámbito territorial fue el regulador del espacio político, el cual
estaba mediado por grandes, medianos y pequeños notables, y
estos a su vez, se encargaban de establecer interrelaciones con los
electores.

En este tipo de estructura, las relaciones de dependencia


jugaron un papel signiicativo porque a través de éstas se
articularon los electores. Encontramos dos tipos de dependencia
social: por parentesco y por vinculación laboral. Con respecto
a la primera nos referimos a las relaciones familiares y de
consaguinidad, igualmente a las relaciones de parentesco que
generan vínculos a partir de un ritual cristiano y público, en que el
compadre y el ahijado se convertían en seudoparientes o parientes
espirituales, a lo que podríamos denominar “estrategia ritual del
14
poder”. Con respecto a las relaciones laborales o clientelistas, es
de anotar que el gamonal y el cacique aianzaron estos vínculos
12
Los comités municipales realizaban reuniones para acordar las estrategias a seguir
en cada localidad y su dirección estaba a cargo de una junta integrada por 5 miembros
elegidos popularmente; conformada la junta, se enviaba a la dirección nacional algunos
datos: cómo quedaba constituida esta junta, quiénes representaban al partido en el
concejo, quiénes eran los miembros principales y suplentes del jurado electoral y
quiénes habían sido nombrados para integrar las juntas de tesorería, censo y propaganda.
13
Carmagnani, Marcelo. “Élites políticas, sistema de poder y gobernabilidad en
América Latina”, Revista Metapolítica: Volumen 2. 1998, México.
14
Montes del Castillo, Ángel. Simbolismo y Poder. Barcelona: Antropos, 1989; p. 231

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 147 - 174 155
Olga Yanet
Historia Y Acuña Rodríguez
MEMORIA

en los municipios. Por ejemplo, los Figueroa, dueños de la


hacienda chulavita, vincularon a los trabajadores en la defensa de
las pretensiones conservadoras, mientras la hacienda tabacalera
de Tipacoque, bajo la orientación de los Caballero y los Calderón,
favoreció la articulación de los trabajadores en defensa del
liberalismo, más por lealtad que por convicción.

Así, tanto gamonales como caciques se convirtieron en


agentes políticos manipuladores de votos y elecciones, fueron
interventores de favores y jueces de pleitos rurales; de esta forma
vinculaban y controlaban a la población en los municipios y
veredas. Este fue el enlace jerárquico mediante el cual los partidos
consolidaron una especie de alianza para mantener el control
burocrático en los diversos espacios geográicos. Asimismo, los
funcionarios públicos fueron bases de apoyo a esos gamonales,
ya que su cargo lo habían obtenido por lealtad partidista, lo que
les generó lazos de dependencia por intercambio de favores;
entonces, policías, alcaldes, jueces y demás empleados quedaron
a órdenes de estos agentes políticos. De esta forma, se consolidó
un tipo de estructura política basada en las relaciones económicas
y sociales, en la que hacendados, terratenientes y burócratas
organizaban y controlaban su clientela; y los favores de trabajo,
15
de bienes y servicios se pagaban con votos . Estas redes de poder
sostenidas a través de los hacendados y jefes políticos veredales,
constituyeron la base fundamental del control político partidista
en Boyacá.

Como se ha señalado en la sociedad boyacense durante el


período 1930 – 1953 fue crucial la orientación de caciques y
gamonales. Estos personajes en cada localidad se disputaban la
conquista del poder, que el pueblo les cedía a cambio de protección
o beneicios materiales o simbólicos.

Los directorios liberal y conservador diseñaron tácticas


distintas para generar opinión pública, el liberalismo acudió

15
Hermet, Guy, y Rouquie, Alain. Para qué Sirven las Elecciones? México: Fondo de
Cultura Económica, 1982; p. 72.

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Historia 1930 – 1953
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a las manifestaciones públicas en plazas y sitios públicos, con


la participación de candidatos y líderes políticos en contacto
directo con las masas, lo que se apreciaba como un rompimiento
con la forma tradicional de hacer política, que se reducía a los
recintos cerrados y al púlpito. Por su parte, el conservatismo
acudió a la tradicional relación iglesia-estado, a la designación
de dirigentes militares como el general Luis Suárez Castillo, a
quien la convención Nacional Conservadora, efectuada en Socha
en 1931, nombró para coordinar las actividades propagandísticas
y electorales, que se constituía en medio central de asociación de
electores en torno a un candidato y un partido.

Una vez organizados los directorios o juntas directivas, se


iniciaban las giras o movilizaciones por las diferentes regiones,
las cuales deberían realizarse trimestralmente con el in de
mantener la expectativa eleccionaria. La conformación de juntas
electorales tenía un doble propósito: de una parte promover el
ejercicio de la soberanía popular mediante la emisión del voto,
y por otra, mantener un control a nivel nacional, departamental
y municipal, estableciendo una relación directa con las juntas
directivas, haciendo más sólido el control del electorado.

La labor de los directorios políticos adquirió mayor


importancia en períodos electorales y preelectorales, tanto
liberales como conservadores que tenían la visión de fortalecer
el poder local y regional. El control del poder local adquirió gran
relevancia para los partidos, desde allí, los agentes políticos o
intermediarios consolidan fuerzas electorales, respaldadas por
clientela tradicional o por grupos en proceso de conformación,
16
los cuales están en contacto, hacen parte del gobierno municipal
o desempeñan ciertos cargos de prestigio, convirtiéndose en
intermediarios entre el gobierno y la población.

16
González Alcantud, José A. El Clientelismo Político. Barcelona: Antropos, 1997; pp.
50.

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Partidos políticos

Los factores centrales de la estructuración de los partidos, durante


1930 – 1953 en Boyacá, fueron la base gamonalista y caciquista, las
que contribuyeron a consolidar “estructuras piramidales” basadas
principalmente en el intercambio de votos a cambio de la obtención
de beneicios, lo que daba la apariencia de protección. Este tipo de
relaciones generó formas de dependencia personal, ligadas a la
satisfacción de necesidades básicas como el trabajo, la tierra y ciertas
formas de intercambio social y económico. “A tal punto las estructuras
sociales, provocaron la emergencia de nuevos patronos o por lo
menos indujeron a actitudes clientelistas hacia las nuevas autoridades
sociales”. Lo que en términos generales contribuyó a aianzar la
17

identidad partidista en veredas y municipios en el departamento de


Boyacá. Pero si las prácticas clientelistas no generaban el impacto
esperado, para obtener el poder, se acudió a prácticas de violencia,
fraude, al favor administrativo o la coacción al votante.

Las relaciones gamonalistas y caciquistas aianzaban la


iliación política a través de la extensión de la familia espiritual,
18

que se ratiicaba con los sacramentos; así, el compadre, el padrino


y el ahijado establecieron formas de dependencia social que eran
fundamentales para consolidar redes de poder en el contexto local.
Es de resaltar que el tradicionalismo cultural fue la base para la
estructuración de un proyecto de modernización de la política,
que se traduce en la consolidación y proyección de los partidos.

Los partidos se constituyeron principalmente por hombres


que tenían ciertas orientaciones que los llevó a construir una
visión estructural del Estado, pero que necesitaban legitimarse a
través de la representatividad obtenida con el número de votos; por
consiguiente, las masas se convirtieron en escenario fundamental
de acción política, era la fuerza electoral predominante.
17
Hermet Guy, y Rouqué, Alain. Para qué sirven las elecciones? México: Fondo de
Cultura Económico, 1982; pp. 72.
18
Garrido Martín, Aurora. “Electores y Distritos electorales en España (1874 – 1936),
en Carlos Malamud”, Partidos Políticos y Elecciones en América Latina y la Península
Ibérica, 1830 – 1930. febrero de 1996; p. 46.

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Partidos y Directorios, Formas de Sociabilidad Política en Boyacá
Historia 1930 – 1953
Y MEMORIA

Este fue un período de agitación política y de gran


controversia partidista, se vivió una marcada incidencia de
ideologías internacionales en el componente político colombiano.
Sin embargo, al interior de los partidos liberal y conservador
se generaron tendencias que pretendían dar respuesta a las
perspectivas nacionalistas que marcaron las relaciones políticas
en los diversos escenarios. A continuación haremos alusión a las
facciones que se generaron al interior del conservatismo y del
liberalismo en el período 1930 – 1953.

Facciones desde el conservatismo

Desde comienzos de la década de los años treinta se aianzó la


división conservadora, de una parte, la juventud conservadora
que estaba permeada por las ideas nacionalistas europeas
fascismo italiano y falangismo español, hablaban con propiedad
de una violencia ofensiva y revolucionaria. La otra tendencia
estaba relacionada con el conservatismo tradicional. En cuanto
a este segundo grupo desde 1933 resaltaron la importancia de
responder a la violencia con violencia, planteando una política de
autodefensa.

La tendencia de los jóvenes o conservatismo de ultraderecha


se identiicó básicamente con las doctrinas fascistas, falangista o
nazistas y se reconocía con el establecimiento de una política hacia
el establecimiento del orden institucional y social, para lo cual se
debía acudir a la utilización de la violencia como estrategia para
defenderse del adversario. Se declaró enemiga de la democracia,
de las ideas republicanas y del comunismo. En Colombia
pretendió establecer un gobierno nacionalista que reivindicara el
patriotismo y la expansión del proyecto bolivariano.

El grupo de Jóvenes, conocidos como “Los Leopardos”,


encabezado por Silvio Villegas, José Camacho Roldán, Augusto
Ramírez Moreno y Eliseo Arango, que en su proclama se
declaraban: “católicos, nacionalistas y reaccionarios”, lo que se
desarrolla más en el texto “No hay enemigos a la Derecha”, en

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 147 - 174 159
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Historia Y Acuña Rodríguez
MEMORIA

que reivindican: “La propiedad, la familia y la patria; la autoridad


crea el orden, causa del progreso, y mantiene la disciplina, base
del perfeccionamiento, y la unidad espiritual, que es la unidad
19
religiosa”. En estos principios se fundamentaban la proyección
nacionalista a través de las cuales se planteaba rescatar el
sentido de la tierra como forma de producción y estructuración
de la sociedad, además pretendía consolidar la unidad nacional
a través de la unidad religiosa. Este movimiento en Colombia
estaba inspirado en “la doctrina social del catolicismo y en el
20
pensamiento político del libertador”, lo que representaba un
tipo de socialismo cristiano. Buscaban en las ideas de Bolívar la
concepción de sociedad y de Estado. Según ellos, Bolívar tenía
la idea de consolidar “una república aristocrática, atemperada
o conservadora”, inspirada en la visión política aristotélica
en la cual se fundamentaba el gobierno en los principios de la
21
aristocracia y de la democracia; de ahí que la visión de gobierno
era “republicana”, aristocrática y autoritaria.

Esta tendencia política en Boyacá se manifestó a través de


periódicos como “La Opinión”, publicado en Chiquinquirá,
que denunciaba la situación de violencia liberal desatada en
la provincia de occidente, ponía en tela de juicio el gobierno
republicano y planteó una posición anti norteamericana y
particularmente anticapitalista. Al respecto se publicó:

La opinión está llamada a crear una conciencia nacionalista


en el partido conservador de Boyacá en el campesino
melancólico e irredento es precisamente donde alienta
la mayor fuerza terrígena de la Republica. Con este
conservatismo heroico y abnegado 22se vivió empresas
heroicas de las que no olvidan nunca .

19
Villegas, Silvio. No hay enemigos a la Derecha. Manizales: Editorial Arturo Zapata,
1937; p. 230.
20
Azula Barrera, Rafael. De la Revolución al Orden. Bogotá: Nelly, 1956; p. 88.
21
Villegas, Silvio. No hay Enemigos a la Derecha. Manizales: Arturo Zapata, 1937;
pp. 45.
22
Villegas, Silvio. “La opinión está llamada a crear una conciencia nacionalista”, La
opinión, 5 de abril de 1932, Tunja.

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Partidos y Directorios, Formas de Sociabilidad Política en Boyacá
Historia 1930 – 1953
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Este pronunciamiento estaba irmado por la Juventud


conservadora, que pretendía encontrar adeptos en todos los
rincones del departamento.

A través del periódico “El Sagitario”, publicado en Sogamoso,


que se publicó desde 1932, hacían alusión a las acciones políticas
y religiosas y a la necesidad de instituir la juventud conservadora;
enfatizaban en la trayectoria de los héroes como “la meritoria
vida que consagraron al servicio de la patria”. Adicionalmente
se referían a la Iglesia Católica como la sociedad más grande
del mundo, la mejor organizada, la más numerosa de secular
23
existencia. Por la trascendencia con los héroes y la relación con
la Iglesia católica sus propuestas se acercaban más al falangismo
español.

En las elecciones de 1937, mientras el tradicionalismo defendía


la abstención, los conservadores de ultraderecha planteaban la
necesidad de que el conservatismo participara en los comicios
para Concejo a efectuarse en octubre. Según los reformistas,
era una estrategia para medir la imparcialidad y las garantías
ofrecidas por el gobierno. El programa de gobierno para Tunja,
expuesto por la facción conservadora del totalitarismo encabezada
por Azula Barrera, planteó fomentar la higienización tanto de la
ciudad como de las habitaciones de los obreros. Este proyecto
incluiría la construcción de un ediicio para matadero, baños,
inodoros y lavaderos públicos; además servicio de salud para los
sectores menos favorecidos; igualmente, promover cooperativas
de construcción para mediar el problema de vivienda, creación
de espacios de cultura física y recreación. Además, se declaraban
en contra los planteamientos del materialismo “IREMOS contra
todo lo que tenga que ver con lucha de clases y estimularemos
la cooperación de todas ellas en la prosperidad del municipio, el
fomento del orden y el rescate de la tradición”. Es esta tendencia
de orientación fascista en la que se aprecia la reivindicación de las
tradiciones y la preservación del orden, así como el aianzamiento

23
Lozada, Santiago F. “Modelo de la juventud”, El Sagitario, 19 de julio de 1932,
Sogamoso.

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MEMORIA

de jerarquías políticas y sociales que a la vez permitiría tener un


control de la sociedad. Para poderlo lograr era necesario recurrir
a la estructura familiar.

La facción conservadora moderada o conservatismo


tradicional cercana a la iglesia, estaba bajo la dirección de la élite
conservadora tradicional, defendían la abstención electoral como
estrategia de protesta contra los abusos del liberalismo. También
se negaban a participar en actividades político- electorales como
ser jurados electorales y de votación, precisamente para las
elecciones presidenciales de 1937, en señal de protesta por la
violencia y abusos del liberalismo. El Directorio Conservador de
Boyacá resaltaba:

[…] no concurriremos por ningún motivo a ocupar los


cargos para los cuales se nos ha designado, como una
protesta contra la total ausencia de garantías a que no se
halla sometido,
24
para vergüenza de Colombia, el partido
conservador.

Por su parte, Silvio Villegas de tendencia ultra conservadora,


planteó: “yo no condeno la violencia. Al contrario, creo que es
el único camino que nos queda en ciertos departamentos, ante la
25
insensibilidad moral del régimen” y al concepto de patria como
26
fundamentos de la estructura y concepción de la sociedad.

En 1939 y básicamente a partir de la masacre de Gachetá se


articularon estas dos tendencias bajo la dirección de Laureano
Gómez; a partir de estos hechos se transformó el discurso hacia la
falange y en contra de la República. En uno de sus planteamientos
se hizo presente la consigna de la “autodefensa armada”; de esta
forma se motivó a líderes locales a consolidar pequeños ejércitos
para defenderse y dar respuesta a los frecuentes atentados del
24
“Los conservadores bailotean a los jurados de votación”, El Vigía, Tunja, 2 de abril,
1937.
25
Villegas, Silvio. No hay enemigos a la Derecha. Manizales: Arturo Zapata, 1937; pp.
212.
26
“Programa de acción conservadora para el próximo cabildo de Tunja”, El Vigía,
Tunja, 1 de octubre, 1937.

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Historia 1930 – 1953
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liberalismo como los hechos de Gachetá. Como reacción a estos


hechos, Laureano Gómez proclamó “la tesis de la legítima defensa
27
colectiva”. A partir de esta articulación el líder político Laureano
Gómez inició una intensa campaña, a través del periódico El Siglo,
en contra del liberalismo social orientado por Alfonso López
28
Pumarejo y como consigna planteó el hacer invisible la República.

Así, el conservatismo moderado radicalizó su discurso y


amenazó con la utilización de la violencia, lo que los acercó a
la tendencia de ultraderecha y polarizó el discurso de amigos y
enemigos con las facciones del liberalismo. Es de resaltar que
durante 1938 y 1939 se consolidaron, en todo el país, varios
movimientos falangistas, siendo Alzágui Avendaño uno de los
líderes más fuertes; el planteamiento central era cooptar las
masas del conservatismo de la vieja doctrina y consolidar un gran
movimiento nacionalista. De esta forma, no solamente la élite
política transformó su discurso, también las masas introdujeron
prácticas de violencia y beligerancia para contrarrestar al enemigo
político y para aianzar el poder en las localidades.

Facciones dentro del liberalismo

El liberalismo durante este período consolidó una hegemonía que


permaneció en el poder durante 16 años (1930 - 1946), en que
se apreciaron tres tendencias: liberalismo moderado, liberalismo
social y gaitanismo.

El Liberalismo moderado tenía como planteamiento central


el establecer acuerdos gubernamentales con sus opositores, esta
era básicamente la tendencia del inicio de la hegemonía, con una
orientación de coalición. El primer gobierno al respecto se generó
con Olaya Herrera, particularmente con la propuesta de gobierno
de “Concentración Nacional”; desde la campaña presidencial
proclamó un gobierno con la intervención de dirigentes de todas
las colectividades políticas para tratar de mantener el orden social.
27
Azula Barrera, Rafael. De la Revolución al Orden. Bogotá: Kelly, 1956; p. 116
28
“La Política”, Revista Semana: No. 141, 1941, Bogotá; p. 6.

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En la campaña presidencial el candidato liberal recibió


varias adhesiones de conservadores de gran renombre, entre ellos
29
Alfredo Rivadeneira y Gustavo Vergara, que hacían ver en la
propuesta del Candidato liberal una transformación política, con
la cual se convocaba a toda la población, solamente así podría
pensarse en el establecimiento de un gobierno coalicionista.

El programa de Concentración Nacional se hizo efectivo en


términos ministeriales y tal vez de designación de gobernadores,
pero en Boyacá a pesar de tener mayoría conservadora en 1931
se nombró al liberal Carlos Pérez, quien proyectó seguir las
instrucciones del gobierno nacional en términos de la coalición,
para lo cual nombró al conservador José Herrera Acosta secretario
de gobierno. Una vez posesionado el gobernador en solamente
cuatro meses inició acciones de remoción de cargos a personajes
de iliación conservadora, especialmente a los funcionarios de la
policía; además, el cambio de guardias se hizo en vísperas del
desarrollo de los comicios dejando entrever que se trataba de
30
una maniobra política más que de una acción de Estado. Este
hecho fue visto por los conservadores como una acción sectaria
y en señal de protesta los funcionarios del gobierno de iliación
conservadora presentarán su renuncia.

La presidencia de Eduardo Santos, 1938 – 1942, signiicó


el retorno del liberalismo tradicional y el acercamiento al
conservatismo. Durante este gobierno se estancaron los proyectos
reformistas por la pretensión de consolidar un gobierno moderado
y de tolerancia con el adversario, se trataba de una táctica de
conciliación liberal – conservadora, bajo el planteamiento sobre
la convivencia pacíica. Esta tendencia le devolvió la conianza
a la élite política y la seguridad de la no implementación de las
reformas. En este sentido la conciliación se vivió desde las élites
29
Corresponsal, “Los obreros boyacenses se hayan unidos en torno al Dr. Olaya Herrera”,
El Tiempo, Bogotá, 10 de enero, 1930. Corresponsal, “Prominentes conservadores
doctrineros adhieren a Olaya Herrera”, El Tiempo, Bogotá, 21 de enero, 1930.
30
“El Dr. Carlos Pérez traza las bases de su administración en Boyacá”, El Tiempo,
Bogotá, 9 de enero, 1931. “El Gobernador de Boyacá está al servicio de los caciques”,
El Tiempo, Bogotá, 8 de mayo, 1931.

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Historia 1930 – 1953
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y no desde las bases electorales, lo que generó desconcierto en


los sectores populares, que alimentaban una esperanza de cambio.

El liberalismo social - López Pumarejo

El primer gobierno de Alfonso López Pumarejo (1934 – 1938),


planteó una serie de reformas que controvertía con la élite tradicional
del liberalismo y del conservatismo. Entre sus planteamientos
estaba el revisar el concordato sobre las relaciones entre Iglesia y
Estado, pero su principal programa era sin duda “La Revolución
en Marcha” y la consolidación de la “República Liberal”. La
proyección de “Revolución” en términos políticos puso en tela de
juicio el tradicionalismo político y religioso y propuso un proyecto
de modernización institucional y social. Mientras para la élite
tradicional, los planteamientos revolucionarios eran asociados
básicamente con el comunismo y con las transformaciones que
se estaban desarrollando simultáneamente en otros estados,
donde se adoptaban tendencias socialistas o de orientación liberal
republicana. Estas propuestas generaron fuertes polémicas con la
élite conservadora y con el clero, quienes iniciaron una campaña
de desprestigio y cuestionamiento a la República liberal y a los
planteamientos de la Revolución en Marcha.

Fue notoria la inluencia de la Segunda Guerra Mundial, puesto


que aianzó las divisiones ideológicas, de una parte, la revolución
española era fundamento de inspiración para el liberalismo
de izquierda o reformista. Uno de los puntos de encuentro era
el profundo rechazo al clero y al orden clerical, igualmente la
defensa de la reacción popular frente al establecimiento de un
gobierno falangista.

El movimiento antirrevolucionario estaba orientado por


tendencias europeas como el falangismo, con ciertos rasgos
nazistas que se organizó entre 1940 – 1944 aproximadamente. En
este movimiento participaban Laureano Gómez, Guillermo León
Valencia y José de Vega. La noción contrarrevolución los había

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centrado en una ideología antilopista, pues asociaban a éste con


31
el anticristo y con las políticas anarquistas.

El partido liberal en Boyacá se dividió previo a las elecciones


de 1941; en la circunscripción del centro encabezaba la lista de
diputados lopistas Pinzón Saavedra, parlamentario de izquierda;
32
la lista anti-lopista era encabezada por Calixto Pinzón. En todas
las provincias el liberalismo había escogido dobles listas de
diputados y se esperaba también la intervención conservadora.
Las divergencias en el concepto sobre las reformas sociales
fueron la causa de la división interna del partido liberal, entre
quienes respaldaban al gobierno de Santos y los candidatos que
respaldaban el ideario de López. Después de varias polémicas
y negociaciones se llevó a cabo la unión del liberalismo; por
su parte, los conservadores se pronunciaron: “Mendoza Neira
y Salazar Ferro pidieron la unión liberal a base de la sangre
33
conservadora”; esta unión se consolidó con un vergonzoso pacto
basado en el reparto de las curules en la cámara y en la Asamblea
entre lopistas y anti-lopistas.

Plinio Mendoza Neira y Armando Solano, dos liberales


doctrinarios, plantean más un liberalismo cultural que un
liberalismo político. Infortunadamente, ese proyecto de
liberalismo cultural, más realizable que deinible, tenía que sufrir
las contingencias de un período de nuestra historia en extremo
convulsionado, política y socialmente. Más que un analista crítico
de la violencia, el periódico “Sábado” se convirtió en el órgano
34
que denunciaba la ola de violencia regional.

Por consiguiente, el segundo gobierno de López Pumarejo,


1942 – 1945, que antes de implementar las reformas se dedicó a
defenderse de las acusaciones del adversario y atender situaciones
31
Vernon Lee, Fluharty. La danza de los millones. Régimen militar y revolución social
en Colombia (1930 - 1956). Bogotá: Banco de la República, 1987; p. 78.
32
“La División Liberal en Boyacá se Intensiica”, El Siglo, Bogotá, 5 de marzo, 1941.
33
En El Siglo, No. 1887, Bogotá, 1941 s.f.
34
Torres Duque, Oscar. “Catorce Años de Silbados Críticos”, Boletín Cultural y
Bibliográico, Volumen XXVIII, Número 27. 199.

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Historia 1930 – 1953
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particulares, mientras los conlictos sociales y la crisis interna


del país crecían, al igual que la polarización de los partidos, los
que asumieron el debate internacional como parte de la política
interna.

El Liberalismo Populista

Tiene sus raíces en el partido Unirista creado en la década de


35
los años treinta en el que se pretendía. Este “partido” unirista –
Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria UNIR – retomaba
ideas del socialismo lo cual lo separaba del liberalismo tradicional.
El partido Unirista le permitía, a Jorge Eliécer Gaitán, actuar
políticamente pero independiente de otros políticos; la creación
fue también una forma de obtener prestigio y reconocimiento
tanto de sus copartidarios, como de los adversarios y de una masa
electoral que estaba a la expectativa de los cambios sociales.

La UNIR fue uno de los primeros movimientos con tendencias


reformistas que logró penetrar en el lenguaje popular por su
sentido social, se constituye en un movimiento político con una
orientación populista al margen del partido liberal. El contenido
de los discursos hacía énfasis al reconocimiento social del pueblo,
al rechazo a las desigualdades sociales, a la reivindicación del
pueblo como factor central de la construcción de la nación, estos
temas lograron cautivar la atención de la clase media: sindicatos,
36
campesinos, trabajadores y demás sectores populares.

Gaitán durante un tiempo se retiró de la administración


pública y se dedicó al ejercicio de su profesión de abogado, aunque
no ejerciera cargos públicos hacia un constante seguimiento a la
política nacional e internacional, por lo tanto supo aprovechar
la profunda división del liberalismo aparecería paulatinamente
35
Se trataba de un grupo de intelectuales seguidores de las ideas marxistas, pero que no
tenían claro un proyecto político. Hacían parte de este grupo: Gerardo Molina, Eduardo
Garzón Rangel, Gonzalo Buenahora, Rafael Nieto Arteta, entre otros. Gerardo Molina,
Las Ideas Socialistas en Colombia. Bogotá: Tercer Mundo, 1987; p. 273.
36
Pecaut, Daniel. Política y sindicalismo en Colombia. Bogotá: La Carreta, 1973; p.
125.

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una tercera fuerza dentro del liberalismo; su presentación se hizo


mediante una aislada conferencia en el teatro Municipal.

La organización del liberalismo gaitanista fue el retorno


del unirismo de la década del treinta, pero este movimiento se
perilaba más maduro y con mayores proyecciones reformista,
proyectó una política de cambio social independientemente de la
visión partidista que había imperado en la política nacional. Una
vez lanzó su candidatura y su programa de gobierno, la prensa
liberal permaneció ajena y asumió una posición silenciosa para
tratar de mantener oculta su imagen ante la opinión pública.

Costa Pinto presenta el movimiento Gaitanista de la década de


los años cuarenta como la extensión del populismo en Colombia,
haciendo énfasis en que este movimiento fue fallido en varios
países latinoamericanos, mientras que en Colombia “se nutre del
37
ambiente político característico de las democracias relativas”,
incursionando en el formalismo representativo.

El gaitanismo como movimiento político, constituyó


una de las más fuertes movilizaciones populistas creadas en
Colombia en la década de los años cuarenta. A este tipo de
movimientos se incorporaron diversos grupos sociales en la
vida política. Fue una transformación del sistema caudillista del
siglo XIX, pues mientras en este último se producía un ascenso
representativo al poder, el populismo era más un fenómeno de
masas. Según el historiador norteamericano John Green, “los
movimientos populistas aparecieron a medida que las naciones
latinoamericanas experimentaron la industrialización para
instituir los productos importados dejando de lado la economía
38
agrícola que experimentaban”.

37
Costa Pinto, Luis de Aguilar. Voto y Cambio Social: El Caso Colombiano en el
Contexto Latinoamericano. Bogotá: Tercer Mundo, 1971; p. 67.
38
Green, John. “Nuevas interpretaciones del populismo latinoamericano y el caos del
Gaitanismo en Colombia”, Revista Ciencias Administrativas y Sociales: 1998, Bogotá,
Universidad Nacional.

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Historia 1930 – 1953
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Jorge Eliécer Gaitán quien era uno de los líderes que


luchaba contra los intereses de clase, era un conductor de masas
que se convirtió en uno de los políticos más populares con sus
discursos enfocados a la redención social y económica. Este tipo
de programa se contraponía al tradicional sistema electorero. Su
formación académica, el planteamiento sobre cuestión social,
planteaba un cambio de mentalidad en el tratamiento de los
39
problemas públicos. Así orientó sus discursos a los trabajadores,
a los campesinos, y en general a todos los sectores populares,
además la semántica discursiva hacía que estas agremiaciones se
vieran identiicadas y se sintieran protagonistas de un cambio.

En Boyacá, mientras las masas seguían a Gaitán, la élite


política decidió apoyar la candidatura presidencial de Gabriel
Turbay en 1945. La Asamblea de Boyacá (inalizada la cesión
del 19 de junio de 1945) decidió apoyar la candidatura de Gabriel
Turbay, por considerar que este candidato lograría uniicar
al liberalismo y de esta manera se evitaría el surgimiento de
tendencias totalitarias: fascista, nazista o falangista, que habían
desatado una serie de levantamientos en contra del gobierno,
convirtiéndose en un movimiento antidemocrático que pretendía
mantener el orden desdibujando las garantías constitucionales.

En las elecciones presidenciales de 1946, Gaitán le dio la orden


a los líderes boyacenses para que votaran por los conservadores
para garantizar la efectividad del sufragio, lo anterior teniendo en
cuenta que Gaitán había consolidado una coalición con Ospina,
mientras el oicialismo liberal apoyaba la candidatura de Turbay.
Los lopistas estaban prácticamente sin apoyo político, veían
caer al partido aunque le solicitaba a los seguidores acudir a las
urnas; de esta manera aunque dividido el partido tendría una base
electoral fuerte.

La división del liberalismo que se venía perilando desde


1942 y que se aianzó con tres tendencias en 1944, llevó a la
pérdida de la hegemonía en 1946. Finalmente, la unión del
39
Azula Barrera, Rafael. De la Revolución al Orden. Bogotá: Nelly, 1956; p. 61.

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liberalismo se disputó en los comicios electorales de 1947 y,


según los resultados electorales de las elecciones del 14 de julio
de 1947, el gaitanismo, “el partido liberal como partido del
pueblo”, obtuvo las mayorías en los resultados electorales para
Senado, Cámara y Asamblea, por lo tanto este resultado le otorgó
la dirección del liberalismo. Esto signiicó para el liberalismo un
redireccionamiento en sus componentes estructurales, puesto que
no solamente la élite tendría acceso al partido, también harían
parte los sectores populares; así mismo se reorientó la elección de
candidatos y los programas del liberalismo.

El Comunismo

Logró trascender en áreas donde era menor la presencia del Estado,


por ejemplo en áreas de colonización, en los sindicatos agrarios y
en las organizaciones campesinas, en general –“liga campesina”,
de donde se tomaba la noción de lo social – demócrata; en áreas
como Viotá, Sumapaz, Cauca y otras regiones del país.

Se ha señalado como los movimientos sindicales las


organizaciones de campesinos, que se convirtieron en uno de
los focos fundamentales de extensión comunista, puesto que
encontraban en estos grupos un foco de necesidades y un grupo
de gente dispuesta a trabajar por un bien común, pues de una
parte sus prácticas de solidaridad y apoyo facilitaban el recibir
las orientaciones. De otra, el sentirse en desventaja con quienes
mantenían el poder hacía que se proyectaran otras acciones en
torno a la lucha contra el opresor, aumento de salario, mejorar las
condiciones del trabajador, para lo cual se planteó la organización
de “frentes populares”, resalando la experiencia de este tipo de
organizaciones en otros estados como Rusia, España, México,
Holanda, entre otros.

En Tunja se constituyó a través de un periódico denominado


40
“Juventud”, en el cual se hacían denuncias sobre hechos de
violencia y se publicaba alguna información sobre la situación
40
Garzón, Hernando. “El comunismo”, Juventud, Tunja, noviembre, 1948.

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nacional e internacional, haciendo énfasis a la relación entre el


comunismo y la Iglesia; se hacían frecuentes denuncias contra los
dueños del capital y se resaltaba la labor del obrero.

CONCLUSIONES

A nivel de conclusión se puede establecer cómo se consolidaron


las tendencias partidistas en Boyacá durante 1930 y 1953, lo que
se convirtió en estrategia de asociación que motivó la adhesión de
diversos sectores sociales en defensa de unos principios partidistas,
con los que paulatinamente se construyó la identidad partidista.
Es de resaltar que estas tendencias retomaron la tradición de los
partidos políticos nacionales, así como los discursos y prácticas
de orientación nacionalista que polarizaron las relaciones políticas
en el escenario internacional.

Los partidos y directorios políticos se convirtieron en


estrategias de sociabilidad que contribuyeron a aianzar principios
políticos y electorales signiicativos, en los que se combinaron
prácticas de la cultura tradicional y propuestas de modernidad
política, por lo que no se generó un cambio profundo en la forma
de hacer política; de esta forma, los diversos actores sociales
participaron en los escenarios públicos y asumieron el sentido de
la participación y de la representatividad.

Las diversas tendencias partidistas dan cuenta de la


incidencia de planteamientos ideológicos nacionalistas en la
política colombiana y particularmente en Boyacá. Es de resaltar
que los discursos y programas se convirtieron más en programas
electoreros que en propuestas de cambio social. Sin embargo, la
situación interna que incidió en la forma de construir al enemigo
político, en la utilización de prácticas de autodefensa contra la ola
de violencia, aianzaron los conlictos regionales que, aunque no
fueran de orientación partidista, lograron polarizar las relaciones
sociales entre amigos y enemigos.

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Reseñas y Debates

175
REFLEXIONES: EL JUNTISMO
HISPANOAMERICANO Y EL IDEAL
REPUBLICANO DE LOS CRIOLLOS
1
Miryam Báez Osorio
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

INTRODUCCIÓN

La inestabilidad social y política


vivida en España a partir de 1808
por la ausencia del poder del
Monarca, permitió que en aquel
país, los centros de poder como la
Junta de Sevilla, la Junta Central,
el Consejo de Regencia y las
distintas Juntas de las Provincias
españolas cumplieran un trabajo
político que llenó el vacío de poder
dejado por el Rey Fernando VII,
se constituyeran en guardianas del
poder de la Monarquía y a la vez se convirtieran en modelo para
América. Sin embargo y a pesar de la aparente amplitud política
expuesta por España a través de las Juntas de Gobierno no logró
retener las colonias y por el contrario, el modelo de Juntas de
gobierno sirvió para que los americanos comenzaran un fuerte
1
Doctora. En Historia de la Educación Latinoamericana. Miembro de Número y
Vicepresidenta de la Academia Boyacense de Historia. Catedrática Doctorado Historia
de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 1.


2. Año 2010,
2011, pp. 159
177 - 177
210 177
Miryam Y
Historia Báez Osorio
MEMORIA

trabajo en bien de la independencia y de la conformación de las


Repúblicas hispanoamericanas.

El patriotismo de los criollos y en general de la población,


se relejó en las juntas de Gobierno que se fueron creando en
América, lo que indujo a un nacionalismo que concluiría con la
organización de las repúblicas. Los criollos en actitud beligerante
frente a la Metrópoli española, exhortaron a los pueblos para
que asumieran papel protagónico fundamental y de ahí que los
dirigentes movilizaran a las masas populares con gran fervor
político.

De esa forma, el patriotismo se concibió como un accionar


de tipo sentimental frente al país, como un momento previo a
la formación de la conciencia nacional y del nacionalismo que
de hecho conducía a la conformación de las Repúblicas. En
la Nueva Granada y demás provincias de Hispanoamérica el
patriotismo, como conciencia y actitud social de hecho, condujo
a la coniguración de una identidad política que pronto produjo
aislamiento de España.

El surgimiento de las Juntas de Gobierno

La creación de Juntas de Gobierno en España y las colonias,


desde 1808 fue la forma de ejercer el poder y la manera de ijar las
condiciones para administrar y orientar la vida de los pueblos en
ausencia del Rey. Como se recuerda en aquel año, el Emperador
de Francia Napoleón Bonaparte, hizo que el Rey de España
Fernando VII abdicara del poder y colocara allí a su hermano José
Bonaparte, lo cual dio pie a los españoles para que organizaran
Juntas de gobierno en diferentes partes de la Metrópoli. Estas
Juntas debieron cumplir un doble papel, como: asumir funciones
gubernamentales a nivel local, regional, nacional y por otra parte,
hacer frente a los invasores franceses. Sin embargo, poco a poco
se fueron perfeccionando y uniicando las Juntas en España hasta
llegar a conformar La Junta Suprema Central de Sevilla como una
de las máximas autoridades de la Metrópoli.

178 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210
Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
MEMORIA

En esa perspectiva se puede considerar el pensamiento Juntista,


desde distintos tipos de pensamiento, motivados por intereses
sociales como diría Terry Eagleton, entender la organización de
Juntas de Gobierno en América y observar la constitución de
la Junta Suprema en la Nueva Granada hasta introducirse en la
conformación de Juntas de Gobierno en las distintas provincias,
como respuesta al pensamiento de identidad y al ideal político del
movimiento.

Las juntas de gobierno de España eran ingeniosas en la


concepción y la construcción del Estado nacional español ya
que fueron apareciendo como elemento de poder; como expresa
Antonio Moliner Prada, fueron instrumento de socialización
política a través de las cuales se iba creando una opinión pública
desligada de los canales tradicionales, dentro de un proceso
complejo que condujo a una redistribución del poder político y
a iniciar un proceso de otras construcciones sociales dentro de la
administración pública.

El desarrollo del movimiento Juntero en España se consolida


a partir del año 1808, como ya se ha expresado, debido a la
invasión francesa a sus territorios y al vacío de poder que llevó
a cambios en el gobierno de la Monarquía. Sobre el particular y
más tarde debido a lo acontecido en las Cortes de Cádiz, el autor
Antonio Moliner Prada expresa lo siguiente:

“El proceso político abierto fue complejo y lleno de


tensiones; ciertamente no fue lineal y culminó en la
convocatoria de las Cortes y la Constitución de 1812.
Los - patriotas - tuvieron que inventar de alguna manera
un nuevo régimen que no existía antes para solucionar la
crisis política que no tenía precedentes. Esta revolución
patricia de 1808, que posibilitó el control del poder por
las oligarquías locales, no condujo al reforzamiento de las
instituciones tradicionales ni a una revolución social, sino
a una redistribución del poder político entre quienes ya lo
detentaban. Las Juntas serán los verdaderos artesanos de
la construcción del Estado nacional. Las Juntas aparecen
como instrumentos de socialización política a través de

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 179
Miryam Y
Historia Báez Osorio
MEMORIA

los cuales se fue creando una opinión pública desligada de


los canales tradicionales, base y fundamento de la nueva
legalidad que se conigurará después en el régimen liberal.
La patria deviene ahora nación, que a través de la
Constitución convirtió a los españoles en ciudadanos libres,
sujetos de derecho y de deberes. La libertad de imprenta
a partir de 1810 coniguró un nuevo espacio público que
posibilitó el reconocimiento de actividad política como
2
instancia de cambio” .

Con ese carácter y con otras perspectivas que surgieron de


momento, el ideal Juntista llegó de inmediato a América. La
inestabilidad social y política de la Monarquía española debido
a la ausencia del poder del Rey Fernando VII, llevó a que en
tierras americanas se suscitaran movimientos revolucionarios
propiciados por líderes criollos. Los dirigentes de la época,
revestidos de sueños y con mentalidad abierta y de lucha, se
encargaron de estudiar no solo la información enviada de España
por distintos canales y con apreciaciones diferentes, si no las
propuestas de los criollos y los pueblos de las provincias, lo cual
llevó también a la organización de Juntas patriotas o de Gobierno
en muchos lugares de las colonias americanas. De todas formas,
se produjo desconcierto en la Real Audiencia, en los cabildos
y entre las distintas autoridades coloniales; por eso la mayoría
de las juntas, aunque en principio reconocieron la autoridad del
rey, enfocaron su trabajo a reclamar autonomía, lo que condujo
inmediatamente a procesos de independencia en las provincias.

La Junta Central de España y las demás Juntas se constituyeron


en depositarias de la soberanía del Rey y su propósito principal
fue asumir una condición de tutela del poder y de administración
gubernamental en el ejercicio público. Era un nuevo ente
político con funciones administrativas y constitucionales que los
españoles utilizaron en aquel momento de crisis por la caída del
poder Monárquico de su imperio en manos de los franceses.
2
Moliner Prada, Antonio. “El Juntismo en la primera mitad del Siglo XIX como
instrumento de Socialización Política.” En: Demange, Christian. Sombras de Mayo.
Mitos y Memorias de la Guerra de Independencia en España (1808 - 1908). Madrid:
Casa de Velázquez, 2007; p. 70.

180 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210
Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
MEMORIA

Total, fue un acto y un momento crucial para las colonias y en


general para los pueblos americanos que lo pudieron sortear con la
constitución de Juntas patrióticas o Juntas de Gobierno de distinto
nivel y en lugares diferentes de la geografía Hispanoamericana.

Juntas de gobierno en España

Napoleón Bonaparte, en calidad de emperador de Francia,


proclamó a nombre propio, Rey de España y de las Indias, a su
hermano José Bonaparte, argumentando que lo hacía por solicitud
de la Junta de Estado y del Consejo de Castilla que pedían con
insistencia se pusiera in al vacío de poder que existía. De ahí que
Napoleón suscribió una proclama por medio de la cual convocó
a una asamblea integrada por españoles que, transformada en
Corte, elaboró la Constitución de Bayona; por ésta razón, José
Bonaparte, presentó juramento de su cargo el 8 de julio de 1808.
Asunto que trajo como consecuencia el cautiverio de Fernando
VII, en el castillo de Valençay de Francia, obligándole a jurar
idelidad al nuevo monarca de España; que además de irmar tuvo
3
que felicitarlos .

Sin embargo, antes de partir hacia Boyona, Fernando VII


había organizado en Madrid una Junta Suprema de Gobierno,
organismo que sirvió de medio para que se produjeran movimientos
populares en esta ciudad; de ahí que el historiador Mario Jaramillo
al referirse al movimiento del 2 de mayo escribiera: “Los franceses
ordenaron reprimir el levantamiento y bajo sus balas cayeron una
decena de españoles entre muertos y heridos. A ello sucedió una
violenta reacción popular, maniiesta en ataques a los franceses
que se hallaban en las calles. Los episodios obligaron a Murat
a desplazar a 30.000 hombres para enfrentar a los madrileños
sublevados, que alcanzaron rápidamente cifra de 20.000 y los
sangrientos choques quedaron retratados para la posteridad
en las obras de Goya, en las que se observa cómo comenzó el
3
Moliner Prada, Antonio. “El Juntismo en la primera mitad del Siglo XIX como
instrumento de Socialización Política.” En: Demange, Christian. Sombras de Mayo.
Mitos y Memorias de la Guerra de Independencia en España (1808 - 1908). Madrid:
Casa de Velázquez, 2007; pp. 23 - 24.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 181
Miryam Y
Historia Báez Osorio
MEMORIA

levantamiento contra los franceses y cómo España comenzó su


4
propia guerra de independencia” .

Luego en el mismo mes de mayo, el Consejo de Castillo hizo


una serie de debates y se planteó el problema de las abdicaciones
de Carlos IV y de Fernando VII, sin interesar los motivos que
llevaron a esos hechos y bajo la presión de los franceses, el
Consejo terminó proclamando a José Bonaparte, Rey de España.
Mientras esto sucedía, las capitanías generales, las audiencias y
algunas poblaciones se sumaron a los levantamientos de Madrid,
dado que para ellos era claro que ante todo debían defender su
propia soberanía.

De todas formas, la Junta Suprema de Gobierno de España


y el Consejo de Castilla, que se habían creado recientemente,
eran inoperantes ante la situación vivida en España y frente a
los hechos populares del 2 de mayo en Madrid que realmente
fueron reprimidos de manera violenta por los franceses. De igual
manera, las Audiencias y capitanes generales, no hicieron sentir su
autoridad y voz de protesta ante los abusos de los franceses, total
al único que consideraron los españoles en ese momento como
su salvador, fue a su rey Fernando VII, cuya igura imaginaria
se extendió por todo el imperio como defensor y salvador de
los pueblos de la Metrópoli española. De ahí que el historiador
Antonio Moliner Prada al referirse a la igura de Fernando VII
de aquella época diga lo siguiente: “Esta imagen que mitiica al
monarca cautivo, se extendió rápidamente por todos los pueblos
y ciudades de España, y las mismas juntas la difundieron en sus
bandos y proclamas. La igura de Fernando VII se exalta y se
encumbra en todos los textos:”nuestro amado”, “legítimo”,
“católico”, “idolatrado monarca”, “soberano rey”, “su sagrada
persona es un premio de Dios”, “arrancado del seno de su iel

4
Moliner Prada, Antonio. “El Juntismo en la primera mitad del Siglo XIX como
instrumento de Socialización Política.” En: Demange, Christian. Sombras de Mayo.
Mitos y Memorias de la Guerra de Independencia en España (1808 - 1908). Madrid:
Casa de Velázquez, 2007; p. 22.

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Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
MEMORIA

nación por la traición de un tirano”, “debe ser restituido en los


corazones y restablecido en su trono” .
5

Como consecuencia de los levantamientos de Madrid, de


distintos motines, de la situación anárquica de la Península,
además de otros hechos trascendentales en la vida de España, se
vio la necesidad de buscar un camino político que le permitiera
a España salir de la crisis y por eso consideró indispensable la
creación de Juntas de Gobierno en las diferentes ciudades y
Provincias. Así se organizaron por ejemplo, 18 Juntas provinciales
que representaron la voluntad popular y que se convirtieron en el
medio de defensa del pueblo español. La organización de juntas,
además de ser un hecho sin precedentes en la historia de España,
fue una muestra de la lucha que emprendió el pueblo español, por
lograr su independencia de Francia.

El objeto principal de las Juntas en España era defender su


autonomía, retener el poder frente a la invasión de los franceses,
conservar su independencia, controlar la euforia popular y
preservar el modelo de autoridad monárquica. El autor español
Antonio Moliner, al referirse a la conformación de juntas en toda
España, se expresa de la siguiente manera: “la constitución de las
juntas estuvo precedida o acompañada de movimientos populares
de rechazo contra el invasor francés y de protesta por la difícil
situación por la que atravesaba el país. Fue esa presión popular
la que movilizó a las fuerzas vivas y élites locales a conformar
las juntas patrióticas, como en Oviedo, Sevilla, Jaén, Granada,
Badajoz, Zaragoza, Tortosa, Gerona, Manresa, Vic, Vilafranca
del Panadès, Mallorca, Valencia, Alicante, Puente La Reina,
Salamanca, León, Valladolid, La Coruña, etc.”

La creación de las distintas Juntas de Gobierno de España, se


aprecia desde cuando se pidió el 12 de agosto de 1808, al Real
Consejo de Indias que se proclamara al Rey Fernando VII y que se
considerara nula la renuncia de éste a favor de su padre y la de Carlos
5
Moliner Prada, Antonio. “El movimiento Juntero en la España de 1808.” En: Chust,
Manuel (coordinador). La Eclosión Juntera en el mundo hispano. México, D.F.: Fondo
de Cultura Económica, 2007; p. 53.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 183
Miryam Y
Historia Báez Osorio
MEMORIA

IV a favor de Napoleón Bonaparte, así como la proclamación de


José I y todos los dominios que hubieren sido tenidos en cuenta.
En razón de la búsqueda de unidad nacional en España, el 25 de
septiembre del año 1808 se constituyó la Junta Central, asunto
que prácticamente arremetió contra las pretensiones federalistas
de algunas provincias. De ahí que surgieron diferentes propuestas
para alcanzar esa unión y por doquier se hicieron ofrecimientos y
planes para que todas las Juntas vieran la necesidad de tener una
Junta Central conformada por Diputados provinciales que dieran
directrices políticas y tuvieran funciones de máxima autoridad
de la nación, y con el compromiso de mantener el orden público
a toda costa. Sin embargo, la Junta Central que tuvo sede en
distintas ciudades de España, fue más allá y limitó los poderes de
las Juntas Provinciales y les prohibió una serie de funciones que
traían con respecto a la creación de cargos civiles y eclesiásticos
y pasaron a ser organismos intermedios, sin mayor trascendencia.

La Junta Central de España, creó otros organismos con el in


de adelantar un plan de gobierno uniforme y poder administrar las
Provincias con un carácter centralista. Al respecto, un historiador
español dice que: “Las actuaciones de la Junta Central fueron
claramente contra revolucionarias. Mantuvo al Consejo de
Castilla en sus funciones aun en contra de la opinión de las juntas
provinciales; reestructuró el Consejo y Tribunal Supremo de
España e Indias a pesar de la oposición de las juntas; suspendió
la venta de bienes de obras pías y nombró al Obispo de Orense
6
inquisidor general .

Ese hecho les restó credibilidad y popularidad a las juntas,


se puso en evidencia la idea de crear un Consejo de Regencia.
Además, la Junta Central convocó a reunión de Cortes, el 25 de
mayo de 1810, logrando crear comisiones para trabajar en beneicio
de las reformas que consideraba necesarias en los campos de la
administración, la economía, la legislación, la educación y otras
6
Moliner Prada, Antonio. “El movimiento Juntero en la España de 1808.” En: Chust,
Manuel (coordinador). La Eclosión Juntera en el mundo hispano. México D.F. Fondo
de Cultura Económica, 2007; p. 74.

184 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210
Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
MEMORIA

áreas. Después de numerosos debates y de distintas posturas, en


enero de 1810 inalmente, se conformó el Consejo de Regencia.
En principio, las Juntas conservaron su estructura, pero luego
consideraron que era fundamental proponer algunos cambios
que de cierta manera les restaba autoridad. Después de un estudio
al respecto, el 18 de marzo de 1811 las Cortes aprobaron un
reglamento provisional en donde se consideraba a las Juntas
Instituciones con funciones ejecutivas y de enlace o soporte del
Consejo de Regencia.

Recuérdese que Napoleón Bonaparte, en calidad de emperador


de Francia, en el año de 1808, tras haber obligado a abdicar al Rey
de España Fernando VII, invadió el país y puso a su hermano
José Bonaparte como soberano del Reino español, monarca
impopular entre los españoles, quienes respondieron organizando
juntas patrióticas, instituciones que además de asumir funciones
gubernamentales, se encargaron de la resistencia armada contra
los invasores. Tales juntas, ante tanta presión de los franceses,
terminaron uniicándose en una sola junta, o sea la Junta Suprema
Central de Sevilla.

En España, la Junta Suprema Central de Sevilla terminó


convirtiéndose en un importante medio para convocar a las Cortes
Constitucionales cuya función principal era de carácter legislativo,
o sea, una Asamblea Constituyente. Dichas cortes inalmente se
reunieron en la ciudad de Cádiz entre 1810 y 1814, por lo cual se
les llamó Cortes de Cádiz. Estas Cortes contaron con delegados de
la península y con representantes de los dominios de ultramar, tanto
de Asia como de América. Aunque una parte de las provincias de la
Nueva Granada ya habían declarado su independencia de España,
otras aún se mantenían ieles a la corona.

En América, ante la debilidad y ausencia del poder del


Rey, también se organizaron juntas de gobierno en las diversas
provincias de los dominios de la corona española, al modelo de
las de la Península. Algunas de estas juntas reclamaron para sí
grados cada vez mayores de autonomía, lo que en muchos casos

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 185
Miryam Y
Historia Báez Osorio
MEMORIA

terminó desembocando en un proceso independentista de las


provincias, en particular después del año de 1810, en donde tanto
los criollos como los españoles nacidos en América, lideraron los
procesos para bien de los pueblos hispanoamericanos.

Las juntas de gobierno en Hispanoamérica

Los acontecimientos políticos de la metrópoli española, a partir


del año 1808, por la invasión de los franceses que como efecto
inmediato, se produjeron levantamientos populares y diferentes
confrontaciones de hecho, impactaron en distintos lugares,
produjeron resultados y consecuencias sociales y políticas de
notable trascendencia. Así, las repercusiones en todo el imperio
español y en particular en América no se hicieron esperar e
inluyó en el surgimiento de las juntas revolucionarias, declaradas
como guardianes de los derechos del Rey Fernando VII, hasta su
restauración en el trono.

El Consejo de Regencia de España e Indias envió un comunicado


a los americanos, el 14 de febrero del año 1810 en donde les
comunicó que su destino ya no dependía ni de los ministros, ni de
los virreyes, ni de los gobernadores, si no que quedaba en sus manos
emprender acciones que defendieran el gobierno de la Monarquía y
que como las colonias americanas tenían serios problemas, por el
hecho de la ausencia del monarca legítimo y la invasión francesa en
la metrópoli, era indispensable enfrentar con vigor las diicultades
y asumir los ideales que respondieran al momento histórico y a las
7
circunstancias de la época .

Ahí estaba el motivo para que en América se comenzara a


hablar de la inexistencia de un gobierno legítimo y de la realidad
que vivía España, ante el vacío de poder político por la abdicación
del Rey y ante la incertidumbre, por lo cual era importante tomar
el camino que respondiera a sus preocupaciones y expectativas.
Esto llevó para que al igual que en España, se organizaran juntas

7
Ocampo López, Javier. Historia Básica de Colombia. Bogotá: Plaza & Janés, 2000;
p. 195.

186 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210
Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
MEMORIA

patrióticas o juntas de gobierno y que se programaran cabildos


abiertos en distintos lugares, en donde se pudo alcanzar buena
participación popular.

Esa fue la causa para que entre los años 1808 y 1811, se
adelantaran movimientos juntistas en las colonias americanas
y actos de juramento de idelidad al rey Fernando VII. De ahí
que fue también el momento de mostrar un movimiento juntista
autonomista en contra de las autoridades españolas, lo que
condujo a producir actas de instalación o las actas de revolución
o de independencia que se dieron en los diferentes países.

Luego, la oleada y constitución juntista de América, se dio a


imitación de las juntas de gobierno de España. Unas juntas eran
partidarias de la soberanía del Rey de España en las colonias
americanas y acataron las decisiones de la Junta Central, de
la Regencia del Reino y de las Cortes Españolas. Otras juntas
fueron autonomistas, partidarias de una autonomía de los
gobiernos provisionales de España y guardadoras de los derechos
de Fernando VII. De igual manera, hubo también, juntas que
se manifestaron independientes, partidarias de una revolución
radical y de la desvinculación de España para conformar un
gobierno autónomo, independiente y libre, con el ideal de una
8
democracia republicana .

Sin embargo, la arremetida de Napoleón en contra de las


ciudades españolas que no había logrado someter como el caso
de Sevilla, debilitó aun más a España, de tal manera que muchas
de las Juntas existentes, se disolvieron a favor del recién creado
Consejo de Regencia. Esta situación planteó de nuevo el tipo
de relaciones que debían sostener las colonias con la metrópoli,
aunque en el fondo ya había reconocimiento a la nueva autoridad
española. Por eso, el historiador Jaime Humberto Borja Gómez,
expresa lo siguiente: “Los criollos independentistas ganaron
terreno y los autonomistas perdieron poder. El resultado fue un

8
Ocampo López, Javier. Historia Básica de Colombia. Bogotá: Plaza & Janés, 2000;
pp. 195 - 196.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 187
Miryam Y
Historia Báez Osorio
MEMORIA

nuevo impulso hacia la libertad política, y a partir de 1810 se


comenzaron a sustituir las viejas juntas por nuevas, compuestas
en su mayoría por criollos. Caracas, cabeza de la capitanía
general de Venezuela y territorio dependiente del virreinato de
la Nueva Granada, fue la primera en conformar una junta propia
9
que depuso al capitán general” .

En España, las instituciones que se crearon ante la abdicación


del Rey en Bayona y los graves hechos del 2 de mayo de 1808
en Madrid que fueron reprimidos con crueldad por los franceses,
como la Junta Suprema de Gobierno y el Concejo de Castilla,
no respondieron a las expectativas y solo se limitaron a dar
orientaciones pacíicas para hacer frente a los invasores. Debido
a la falta de liderazgo de las autoridades españolas, el pueblo se
sintió depositario de la soberanía y la igura del rey Fernando VII,
se mostró ante ese pueblo su defensor.

Por eso, la igura del rey se exalta de todas formas, ahí fue
cuando abiertamente se indujo a crear las Juntas en distintas
ciudades y provincias de España. Al respecto maniiesta la autora
Virginia Guedea que: “la ausencia de un monarca legítimo y el
sometimiento de buena parte de las autoridades a los franceses,
llevaron al establecimiento, en nombre del rey, de juntas de
gobierno en toda la península. La legitimidad de dichas juntas
se basaba en el principio de la soberanía de la nación y en que
se convirtieron en el principal instrumento de esa revolución. Su
ejemplo fue seguido en América donde, para hacer frente a la
crisis y conservar las posesiones del rey, surgieron numerosas
propuestas de formar en su nombre juntas de gobierno,
formuladas casi todas por los sectores que desde tiempo atrás
10
abrigaban sentimientos autonomistas” .

9
Borja Gómez, Jaime Humberto. “Un Territorio Imaginado del Nuevo Reino de
Granada a la Gran Colombia (1740 - 1830)”. En: Historia de Colombia. Todo lo que
hay que saber. Bogotá: Taurus, 2006; pp. 145 - 146.
10
Guedea, Virginia. “La Nueva España”. En: Chust, Manuel (compilador). La Eclosión
Juntera en el Mundo Hispánico-1808. México: Fondo de Cultura Económica, 2007; p.
84.

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Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
MEMORIA

Como consecuencia de tantos hechos y acontecimientos en


España, al lado del movimiento juntero que se produjo como era
de esperarse, en América se dieron situaciones similares y por
eso, en distintos lugares de las colonias se aprecia el ideal juntero
que conllevaba la organización de Juntas Patrióticas o Juntas de
Gobierno, como por ejemplo: México, Guatemala, Argentina,
Chile, Uruguay, Perú, Ecuador, Venezuela y Nueva Granada,
entre otras.

La “Nueva España” en América, tomó la iniciativa de seguir


el ejemplo de la Península entre julio y septiembre de 1808,
dirigidos por el regidor Juan Francisco de Azcárete y por el síndico
procurador, Francisco Primo Verdad, haciendo saber al virrey que
la voluntad de esta circunscripción era sostener los derechos del
rey a como diera lugar. Sin embargo, se da un proceso bastante
complejo que desemboca en un acuerdo para organizar una junta
permanente representativa del reino que declaraba a Iturrigaray,
la autoridad suprema, lo cual llevó a reacciones diversas; hubo
enfrentamientos entre la Audiencia y el Ayuntamiento por sus
posiciones diferentes. De todas formas, Iturrigaray convocó a la
organización de Juntas generales y por eso pudieron asistir más
de ochenta delegados a la junta general del 9 de agosto de 1808,
entre quienes se encontraban, el virrey, el arzobispo, la Audiencia,
el Ayuntamiento, empleados, gobernadores, nobles, canónigos
y muchos otros sectores de la población. En esta reunión, se
debatieron distintos aspectos y al inal, se acordó aceptar que el
Virrey era el legítimo representante del rey y como tal se debía
11
reconocer su autoridad, situación que aceptó Iturrigaray .

El movimiento Juntista de Nueva España fue bastante


complejo y en las distintas Juntas se dieron importantes debates,
porque un sector deseaba que la región permaneciera unida a la
metrópoli y otro, obedecía al ideal de obtener su independencia
de España. Los sentimientos autonomistas inquietaron bastante
a la población y a comienzos de 1810, se organizaron en ciudad
11
Guedea, Virginia. “La Nueva España”. En: Chust, Manuel (compilador). La Eclosión
Juntera en el Mundo Hispánico-1808. México: Fondo de Cultura Económica, 2007;
pp 88 - 103.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 189
Miryam Y
Historia Báez Osorio
MEMORIA

de México juntas clandestinas para discutir la independencia y


la instalación de sus propias cortes; lo cierto es que las juntas
de España, fueron su modelo, pero al inal en México tomaron
rumbo distinto.

La capitanía general de Guatemala por su parte, con


jurisdicción sobre los gobiernos de Costa Rica, las intendencias
de Chiapas, Honduras, Nicaragua y El Salvador y otros
territorios, respondió de una manera muy particular, a los sucesos
de la Metrópoli española por la invasión francesa de 1808 y la
abdicación de sus reyes Carlos IV y Fernando VII. Por eso a través
de sermones eclesiásticos, bandos de gobernadores, actas de los
cabildos, y proclamas, sentó su posición; aspecto que la autora
Dym Jordana, registra así: “En 1808, el Cabildo de Guatemala
Ciudad (Asunción de Guatemala) comisionó el panleto
“Guatemala por Fernando VII”, y a principios de 1809 intentó
imprimir una proclama patriótica para celebrar sus “vínculos
estrechos con la metrópoli” y distribuirla, junto con un acta de la
Suprema Junta Central, a los demás pueblos del reino. El cabildo
de San salvador, la Universidad de San Carlos (Guatemala) y
el Consulado de Comercio (Guatemala) pidieron permiso para
acuñar y portar medallas “en señal de felicidad y vasallaje” a
Fernando VII y la Suprema Junta Central en 1809” .
12

Una de las demostraciones de idelidad a la Monarquía de


parte de los centroamericanos fue con el apoyo económico que
lograron recaudar, entre los habitantes de los diferentes pueblos y
que enviaron a la península para contribuir en la restauración del
poder y expulsar a los franceses. En un comienzo, el Cabildo de
Guatemala mostró mucho respeto hacia las autoridades españolas
y entre 1810 - 1811, el capitán general Antonio González Saravia,
impulsó la innovación en el reino de diversa manera, por eso,
mediante Real Acuerdo del 13 de agosto de 1808 convocaron a
una Junta General. El hecho de convocar a una Junta General y
12
Dym, Jordana. “Soberanía Transitiva y Adhesión condicional: lealtad e Insurrección
en el Reino de Guatemala, 1808 – 1811”. En: Chust, Manuel (compilador). La eclosión
Juntera en el Mundo Hispánico- 1808. México: Fondo de Cultura Económica, 2007;
p.108.

190 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210
Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
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de incluir en ella al Cabildo, estaba dando muestras de soberanía,


pero ante la prolongada incertidumbre frente a la circunstancia
de quien asumía el mando en la Península, se entendió que se
estaba disolviendo la autoridad de la Monarquía, dado que el 5 de
septiembre de 1808, se conoció la declaratoria de guerra a Francia,
hecha por la junta de gobierno de Sevilla que daba instrucciones
al Ayuntamiento de Guatemala y demás autoridades, de embarcar
los bienes de los franceses, prohibir embarcaciones extranjeras
y vigilar los registros de barcos aun de origen español. Lo que
llevó al alcalde primero, Antonio Juarros a asumir el liderazgo
del Reino. De ahí en adelante se dieron muchos acontecimientos
y poco a poco las instituciones locales, como el Cabildo fueron
obteniendo más derechos, pero la prolongación de la guerra de
Francia con España y la invasión casi total a la península, brindó
la oportunidad para que se hicieran motines, levantamientos
13
populares, revoluciones e insurrecciones .

En Guatemala, cada capital de provincia, orientó el


movimiento de distinta manera: los cabildos de Guatemala,
Comayagua, y Tegucigalpa enfatizaron en una gran participación
de su lealtad mediante escritos de tutela al rey y orientaron su
apoyo a la Monarquía a través de los Cabildos. Los cabildos
de San Salvador, Tegucigalpa y Granada, adaptaron el modelo
Juntista de la Península para lograr reconocimiento de España y
para que se les diera mayor participación en la Junta Central del
Gobierno de la Metrópoli. Además, un hecho que caracterizó en
aquel momento a Guatemala, fue el mostrar soberanía desde la
ciudad, desde la Junta revolucionaria y desde las distintas clases
populares, cuestión que le dio una particularidad muy signiicativa
en el contexto americano.

En el caso de Perú, entre los años 1808 y 1810, se dieron las


mayores expresiones de idelidad a la Monarquía española, de
tal suerte que se expresaron apreciaciones de diferente forma y
13
Dym, Jordana. “Soberanía Transitiva y Adhesión condicional: lealtad e Insurrección
en el Reino de Guatemala, 1808 – 1811”. En: Chust, Manuel (compilador). La eclosión
Juntera en el Mundo Hispánico- 1808. México: Fondo de Cultura Económica, 2007;
pp. 124 - 135.

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Miryam Y
Historia Báez Osorio
MEMORIA

se hicieron consideraciones de distinto tipo, por eso el escritor


Víctor Peralta Ruiz, al referirse al asunto dice lo siguiente:
“Los análisis historiográicos más recientes han deinido
el idelismo político de la élite criolla peruana como
oportunistas y acomodaticio, ya que este grupo fue uno
de los principales afectados por las reformas borbónicas
del siglo XVIII. Según esta interpretación, tal pasividad
también explicaría el absoluto acatamiento de la autoridad
del virrey José Fernando de Abascal y de la Junta Central
como depositaria de la soberanía real. Por último, la élite
criolla aliada a la peninsular proporcionó a Abascal los
medios económicos para convertir al Perú en el bastión
de la contrarrevolución americana. Tal interpretación
cuestionó la visión de la historiografía oicial, que
proclamaba la existencia de un sentimiento separatista
que se remontaba a la época de la rebelión del cacique
indio Túpac Amaru II en el Cuzco en 1780” .
14

Sin embargo y a pesar de las muestras de idelidad del Perú


hacia la Junta Central de Gobierno y al Consejo de Regencia,
las provincias optaron por organizar sus Juntas de Gobierno con
el argumento de que el pueblo debía autogobernarse mientras
el Rey de España retomaba el poder. Así, por una parte, asumió
una posición de idelidad al rey, y por otra, de autonomismo pero
con sentido de guardián del poder de la monarquía. A partir de
junio de 1808, se suscitaron una serie de acontecimientos que
culminaron con el reconocimiento a la Junta Central de Sevilla y
las mayores muestras o expresiones de idelidad al Rey Fernando
VII que además de organizar actos religiosos y sociales, enviaron
un signiicativo donativo económico para la defensa de los
peninsulares por la invasión de los franceses.

Se produjeron otros acontecimientos y hechos con respecto a


la organización de Juntas de gobierno, debates relacionados con
el pensamiento de los peruanos en aquel momento de crisis, por
el vacío de poder en España y el nombramiento del representante
del Perú ante la Junta central en el año 1809 cuya designación
14
Peralta Ruiz, Víctor. “Entre la Fidelidad y la Incertidumbre. El Virreinato del Perú
entre 1808 y 1810”. En: Chust, Manuel (compilador). La eclosión Juntera en el Mundo
Hispánico- 1808. México: Fondo de Cultura Económica, 2007; p.138.

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Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
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recayó en el rector de la Universidad de San Marcos, el señor José


Silva y Olave.

De todas formas entre 1808 y 1810, el Perú llevó una dinámica


revolucionaria, entre defender a la Monarquía española y tomar
posiciones en contra de Napoleón, auspiciada especialmente por
el Virrey José Fernando de Abascal con el ideal de mantener la
idelidad al rey Fernando VII. Ante todo se buscaba dar tranquilidad
a los criollos con el hecho de reconocer la autoridad de la Junta
Central de España, pero muchos escritos que se publicaron no
obedecían a la realidad y por ello se acrecentó la desconianza entre
la élite peruana que anhelaba otras cosas. Sin embargo, Abascal
logró mantener con la Junta de Gobierno algunos intereses de
los criollos peruanos y por eso, pudo convertir el virreinato en el
centro de la contrarrevolución de América.

De otro lado, antes de referirnos a las Juntas Patrióticas


de Quito, se pueden mencionar varios acontecimientos que de
alguna forma, fueron pretexto para que los líderes del Ecuador
con alto sentido patriótico, comenzaran su trabajo independentista
y prácticamente fueron todos aquellos hechos que dieron lugar al
debilitamiento del poder monarquista de España. La península
había entrado en anarquía a partir de 1808 debido a la invasión
francesa y a la abdicación de los reyes españoles, como lo
menciona en sus escritos el prócer colombo ecuatoriano Juan de
Dios Morales. Varios dirigentes quiteños se vieron comprometidos
en los hechos relacionados con la idelidad que debía guardar
el Ecuador al Monarca español como el caso del abogado José
Mateo Silva quien fue considerado contrario a este ideal, por el
hecho de haber comentado en una cafetería que se podía organizar
una Junta de Gobierno en Lima como sede del virreinato del Perú.

Por esa circunstancia, el autor Víctor Peralta Ruiz, referencia


diversos hechos o entretejidos políticos auspiciados por José
Manuel Millán, Pedro Verdugo, José Mateo Silva, Antonio María
Pardo, Juan Sánchez, Pedro Zorrilla, José Bernardo Manzanares
y Felipe Gamonal, a quienes les ordenó detención el Virrey

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MEMORIA

José Fernando de Abascal y Sousa * acusados por intento de


1516

sublevación y deseos de constitución de un sistema de gobierno


revolucionario, y agrega que:

“resulta sorprendente la extrema rapidez con que la sala


del crimen de la Audiencia de Lima, que presidía Juan Bazo
y Berri, a instancias del virrey, inició el procesamiento
de los prisioneros al ordenar aquel que las instructivas
comenzaran un día después de producirse dichas capturas.
El procesamiento de los conspiradores comenzó el 26 de
septiembre de 1809, y la remisión al virrey del expediente
inalmente compuesto por cinco cuadernos con 628 folios
útiles, está fechada del 29 de octubre de 1809. Los oidores
y el iscal basaron su estrategia en probar la demanda de
Millán de que los conspiradores tenían la intención de
“cortar las cabezas” del virrey, de los miembros de la
Audiencia y de algunos componentes del Cabildo y luego
proclamar la independencia y el libre comercio”.

Los implicados negaron las distintas acusaciones que se


les hicieron y trataron de defenderse por diversos medios y de
diferente manera. El proceso contra José Mateo Silva mostró los
espacios por donde se habían iniltrado las informaciones sobre
los distintos acontecimientos políticos de España, la Paz y por
supuesto Quito. Sin embargo, al señor Silva se le acusó de delitos
que no había cometido y la única verdad en aquel momento era
que lo que existía era propaganda idelista del gobierno al Rey de
España y la incertidumbre de las gentes por la posibilidad de que
de un momento a otro, se manifestara una rebelión autonomista
en aquellos lugares.

Prácticamente, las tensiones políticas y sociales del Reino


de Quito, de inales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX,
aumentaron considerablemente, especialmente por la pérdida de
estatus de los sectores económicos. Además, la muerte del barón
15
José Fernando Abascal y Sousa, posesionado como Virrey en el Virreinato del Perú
desde julio de 1806.
16
Peralta Ruiz, Víctor. “Entre la Fidelidad y la Incertidumbre. El Virreinato del Perú
entre 1808 y 1810”. En: Chust, Manuel (compilador). La eclosión Juntera en el Mundo
Hispánico- 1808. México: Fondo de Cultura Económica, 2007; p. 151.

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Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
MEMORIA

de Carondeler, señor Francois-Louis Héctor, quien era presidente


de la Audiencia de Quito, hombre ilustrado, progresista y justo,
contribuyó al surgimiento de un ambiente de desconianza y
preocupación en todo el Reino y también, porque quien lo
sucedió no llenaba las expectativas de los quiteños y la Audiencia
solo había quedado reducida a tres oidores orgullosos que no se
interesaron en los problemas de la región.

Las variadas y complejas noticias sobre el dominio francés,


la decadencia de la Junta Central de Madrid, y en general los
problemas de las autoridades españolas, hicieron que la provincia
de Guayaquil, se mostrara bastante dinámica y que los habitantes
del Reino de Quito, respondieran a la crisis de la monarquía
con irmeza y gran patriotismo. De ahí que la Junta de Quito
desempeñó un papel destacado, pues hizo reformas económicas
importantes y variadas celebraciones públicas. “Redujo algunos
impuestos a la propiedad, abolió todas las deudas y suprimió los
monopolios del tabaco y el aguardiente. Y si bien los cambios
estaban dirigidos a las masas, en realidad se beneició a las
élites. Las propiedades que pertenecían a las clases altas estaban
gravadas por numerosos y elevados impuestos, y los monopolios
eran considerados por todos como una carga irrazonable sobre
17
los productores y consumidores” .

Al lado de aquel fenómeno económico, la Junta de Gobierno


de Quito, adelantó un trabajo político signiicativo y así dentro de
su labor revolucionaria logró convencer a otras provincias para
que siguieran sus pasos, como por ejemplo: Pasto, Popayán, Loja.
Guayaquil y Cuenca, pero como en realidad no había claridad
en el asunto y sus objetivos eran complejos, esto permitió que
muchos se fueran en contra suya y así se facilitó el inicio de la
guerra civil en el Reino de Quito, entre los años 1810 y 1812.

Con respecto a Buenos Aires, se puede anotar que el Virrey


Abascal en principio, ocultó mucha información relacionada
17
Rodríguez O. Jaime E. “El Reino de Quito 1808 - 1810.” En: Chust, Manuel
(Coordinador). La Eclosión Juntera en el mundo hispano- 1808. México: Fondo de
Cultura Económica, 2007; p. 180.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 195
Miryam Y
Historia Báez Osorio
MEMORIA

con todos los sucesos políticos de la península con el objeto de


guardar la calma entre los pueblos. Sin embargo, el 8 de agosto
de 1810 dio a conocer la conformación del Consejo de Regencia
de España, presidido por el Obispo de Orense Pedro Quevedo y
Quintanilla y sobre la llegada de los ejércitos franceses a Cádiz,
asuntos que motivaron la organización de Juntas en América.
Estos acontecimientos originaron el movimiento revolucionario
de Buenos Aires que se produjo el 22 de mayo de 1810 que,
mediante cabildo abierto, se decidió el traspaso de la soberanía
popular a una Junta de Gobierno que asumió el poder y se
comprometió con un movimiento autonomista.

Posteriormente, el virrey Abascal tomaba la decisión de


combatir a la Junta de Buenos Aires de distintas formas y lugares.
“Entre éstas destacaba la conformación de un ejército competente
que hiciera frente al que había enviado hacia el Alto Perú dicha
Junta en julio de 1810. Pero los problemas se multiplicaron para
el Virrey del Perú al arribar en las siguientes semanas las noticias
de que en Chile se había destituido al gobernador Francisco
Antonio García Carrasco con la anuencia de la Audiencia, y que
en Quito había estallado una segunda revuelta Juntista. El virrey
atribuyó la causa fundamental de tales revoluciones políticas a los
sucesos que desencadenó en la península ibérica la desaparición
18
de la Junta Central…”

Otro aspecto importante fue el hecho de que Abascal


comunicó al Secretario de Estado de España, en octubre 22 de
1810, aspectos de la revuelta que estalló en Cochabamba, a favor
de la Junta de Buenos Aires y lo más que preocupaba al virrey
era que el Alto Perú se hiciera lo mismo y así, el ideal idelista se
debilitara, aunque anunció medidas para contrarrestar la euforia
revolucionaria. Lo cierto fue que el movimiento Juntista de
Cochabamba, siguió a Oruro y Tarija, acompañado con diversos
maniiestos revolucionarios que era muy difícil controlar. Todo
esto condujo a numerosos hechos que implicaron a importantes
18
Rodríguez O. Jaime E. “El Reino de Quito 1808 - 1810.” En: Chust, Manuel
(Coordinador). La Eclosión Juntera en el mundo hispano- 1808. México: Fondo de
Cultura Económica, 2007; p. 155.

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Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
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líderes y tanto rumores como panletos y acontecimientos de


hechos condujeron el quiebre del idelismo peruano. De ahí que
Abascal se vio obligado a reconocer que el establecimiento de la
Junta de Gobierno de Buenos Aires era un hecho trascendental
que provocó la caída del ideal idelista en el Perú y el mayor
avance hacia la revolución de independencia.

La Audiencia de Charcas - Bolivia el 25 de mayo de 1809,


declaró sobre el hecho de gobernarse así misma, en ausencia del
Rey, lo cual desembocó en la conformación de la Junta de Gobierno
de Charcas. Mucho se ha hablado de la actitud de la Audiencia, lo
cual obedeció a un plan de los llamados “Doctores de Charcas”
que previeron, de manera soterrada, una organización particular
para liderar el movimiento independentista de América del Sur. La
importancia de aquel grupo de intelectuales, se desprende de una
identidad sociocultural que trascendió el espacio de Charcas que
generó un movimiento independentista, autónomo y de soberanía
con ideas más concretas en los contextos de Charcas y Buenos
Aires; aunque en la respectiva acta de los doctores, dejaron
consignados sus ideales que concretaron en: amor, idelidad y
19
obediencia a Fernando VII .

De aquellas ideas, se desataron diversos comentarios y


confrontaciones que llevaron a distintas peticiones a la Audiencia,
a la Junta de Gobierno y al virrey para que no se permitiera
ninguna propaganda que estuviera relacionada con esa postura.
Lo cierto fue que la Audiencia consideró que la defensa del rey,
era equivalente a la defensa de los intereses propios de Charcas;
esto como una manera de asegurar la paz y de hacer respetar
la autoridad. De esa forma, se defendió el ideal patriota y se
aseguraron los derechos populares y aún los peninsulares.

De igual manera, se dieron otras tantas Juntas en


Hispanoamérica como los casos de la “Junta Tuitiva de la Paz”,
19
Irurozqui, Marta. “El Acta de los Doctores al Plan de Gobierno las Juntas en la
Audiencia de Charcas (1808 - 1809).” En: Chust, Manuel (Coordinador). La Eclosión
Juntera en el mundo hispano-1808. México: Fondo de Cultura Económica, 2007; pp.
204 - 209.

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Miryam Y
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MEMORIA

que debido a la revuelta del 16 de julio de 1810, se organizó un


Cabildo abierto, en donde se conformó la Junta de Gobierno con
los regidores antiguos, más los señores Gregorio García Lanza
y Juan Basilio Catacora, en donde declararon idelidad al rey,
defensa de la patria, defensa de los derechos de la Iglesia y de la
Corona española; así mismo redactaron un plan de gobierno y se
ijó la Constitución de la Junta de Tuitiva que ante todo, contenía
20
un ideal regional de autogobierno .

Una vez constituida la Junta Gubernativa del Río de La Plata


en el mes de mayo del año 1810, se desconoció al Consejo de
Regencia de España y se negó a enviar delegados a las Cortes
de Cádiz, con el pretexto de que era desigual la representación
de las provincias americanas frente a las españolas. El trabajo lo
orientó la Junta hacia la parte constitucional y así, se dedicó a
redactar reglamentos, estatutos y proyectos de constituciones que
permitieran organizar un Estado-nación independiente, labor que
a la larga, se le frustró, pero fue una experiencia interesante y que
tal vez la adelantó debido a la invasión de que fue objeto Buenos
21
Aires, por parte de los ingleses entre 1806 y 1807 .

En el año 1808 había sido nombrado Virrey del Río de La


Plata, el señor Santiago de Liniers, de origen francés y quien
fue acusado por los portugueses e ingleses de estar de parte de
los invasores a la península; claro que aquellos países estaban
interesados en impulsar la independencia de las colonias
españolas en América y no dudaron en molestar al virrey. Al lado
de la convocatoria que hizo a los cabildos de los pueblos para
que eligieran sus Diputados a la junta central de gobierno, obtuvo
como resultado que la mayoría envió el mensaje de trabajar por
la soberanía popular y no el pacto de sujeción. Asunto que llevó a
20
Irurozqui, Marta. “El Acta de los Doctores al Plan de Gobierno las Juntas en la
Audiencia de Charcas (1808 - 1809).” En: Chust, Manuel (Coordinador). La Eclosión
Juntera en el mundo hispano-1808. México: Fondo de Cultura Económica, 2007; pp.
210 - 220.
21
Goldman, Noemí. “Crisis del Sistema Institucional y de desconocimiento de las
Cortes de Cádiz en el Río de La Plata.” En: Chust, Manuel (Coordinador). La Eclosión
Juntera en el mundo hispano - 1808. México: Fondo de Cultura Económica, 2007; pp.
227 - 238.

198 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210
Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
MEMORIA

la Junta a adoptar el principio de soberanía popular y el régimen


representativo, dentro de sus proyectos.

La primera Junta de Gobierno de Montevideo se instaló como


consecuencia de la movilización popular que se dio en los días 20
y 21 de septiembre de 1808 y gracias a las tendencias expansivas
de imperios rivales, además de distintos conlictos regionales que
se daban en aquel momento. De ahí que se considere que dicha
junta es de tendencia nacionalista orientada a la formación del
Estado Uruguayo. Con la Junta se fortaleció el Cabildo y otras
instituciones de carácter político administrativo, aunque tuvo
serios problemas especialmente con la Junta de Buenos Aires,
debido a rivalidades, especialmente ante la Corona española por
la lucha de privilegios.

Además, para la instalación de la Junta de Montevideo hubo


algunas argumentaciones en los campos ideológico y político,
como dice la autora Ana Frega: “En el plano ideológico, las
justiicaciones recurrieron a la antigua constitución del reino
y al desarrollo natural a la conservación, aunque también a
la igualdad entre españoles europeos y españoles americanos.
En el plano político, la Junta expresó las características de la
organización imperial española, ediicada sobre la base de
distintos cuerpos territoriales y administrativos con apelación
directa a la corona, cuyas jurisdicciones se superponían en una
22
suerte de múltiples controles y competencias por privilegios” .

A pesar de ello, hubo diversas posturas en las personas y


grupos que impulsaron la creación de la Junta de Montevideo
porque allí se sintetiza la tendencia del pueblo a legitimar un
derecho, a crear un nuevo orden, aunque también a preservar
ideales de la monarquía. Además, a extender en la región un
sistema de alianzas, especialmente en la parte comercial y en la
obtención de recursos, lo mismo que el mejoramiento del puerto
y de la ciudad.
22
Frega, Ana. “La Junta de Montevideo de 1808.” En: Chust, Manuel (Coordinador). La
Eclosión Juntera en el mundo hispano-1808. México: Fondo de Cultura Económica,
2007; p. 252.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 199
Miryam Y
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MEMORIA

La primera Junta de gobierno que se estableció en Santiago


de Chile, fue el 18 del mes de septiembre de 1810, debido a
la debilidad del gobernador Francisco Antonio García Carrasco
quien además, era considerado un funcionario corrupto. La
Junta de diferente manera, expresó su idelidad a Fernando VII
y por eso a través de proclamas, procesiones, sermones, actos
de juramento y otros, organizó para que tanto españoles como
criollos manifestaran su lealtad al Rey y rechazaran a Napoleón
Bonaparte.

Sin embargo, es importante aclarar que la Audiencia en


un comienzo logró impedir la instalación de la Junta de Chile,
“apelando a sectores moderados y ofreciendo a cambio la
renuncia de Carrasco, la medida no aplacó a quienes venían
sosteniendo que ésta era la única salida posible al entuerto; es
decir, persistió la pugna entre las dos instancias gubernativas,
Cabildo y Audiencia, que hacía rato se disputaban la dirección
23
de la coyuntura” .

A pesar de tantas vueltas y hechos que se dieron para la


instalación de la primera Junta de Chile, una vez posesionada
logró legitimar la autonomía política producida por la crisis de
la Monarquía, organizó la administración a nivel local, tomó
medidas económicas, reorganizó las milicias y decretó la libertad
de comercio, entre muchas otras medidas que consideró necesarias
y urgentes, como el hecho de poner in a la Audiencia, al Cabildo
y dando paso al Congreso, corporación bastante amplia para dar
mayor participación.

De todas formas, la existencia de la Junta de Chile se dio


como un ideal revolucionario de la población con un sueño
independentista, pero sin fraccionar la estructura tradicional del
poder que a pesar de las distintas tendencias que se pudieron
presentar, solo se buscaba una solución política ante los hechos
sociales del momento. La Junta vista como un remedio político,
23
Holt, Letelier, Alfredo Jocelyn. “El Escenario Juntista Chileno, 1808 - 1810.” En:
Chust, Manuel (Coordinador). La Eclosión Juntera en el mundo hispano-1808. México:
Fondo de Cultura Económica, 2007; p. 276.

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Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
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muestra una tentativa de independencia de tendencia liberal. Como


expresa Alfredo Joselyn -Holt, puede ser que “la Junta haya
servido como una solución institucional, meramente transitoria
justiicadora de situaciones de hecho; así y todo, la Junta es el
primer caso que se presenta en que hay que congeniar soluciones
coyunturales con intentos de legitimación política, cuidando de
24
no alterar los equilibrios de poder establecidos” . No se puede
negar que el movimiento Juntista estuvo relacionado con la
solución al vacío de poder que se produjo en toda Hispanoamérica
como consecuencia de la invasión de Napoleón Bonaparte a
España y por supuesto a la Abdicación del poder de los Reyes.

En otra circunstancia, la conformación de la Junta de Gobierno


de Caracas, se entiende a partir de los hechos que se suscitaron
en aquella ciudad el 9 de mayo de 1808, cuando llegó la noticia
sobre la abdicación de Carlos IV a favor de su hijo Fernando VII,
que impulsó celebraciones de distinto orden. De ahí en adelante,
se producen una serie de acontecimientos, especialmente por las
noticias que llegan de España de acuerdo al desenvolvimiento de
distintos hechos sociales y políticos.

En atención a las circunstancias y debido a tantas opiniones


y discrepancias entre los venezolanos, el capitán general, decidió
promover la conformación de una junta al modelo de la de Sevilla,
proyecto que quedó redactado el 29 de julio con el nombre de
Junta Suprema de Estado y Gobierno con la responsabilidad
de lograr la paz y la seguridad. La propuesta contemplaba que
tuviera 18 vocales, como expone la autora Inés Quintero: “el
presidente gobernador y capitán general de la provincia, el
ilustrísimo arzobispo de la metrópoli, el regente y el iscal de la
real audiencia, el superintendente general intendente de ejército
y real hacienda, el subinspector del real cuerpo de artillería, el
comandante del cuerpo de ingenieros, el síndico procurador de la
ciudad, el señor Dean y cabildo eclesiástico, dos representantes
del Ayuntamiento de la ciudad y un representante a ser designado
24
Holt, Letelier, Alfredo Jocelyn. “El Escenario Juntista Chileno, 1808 - 1810.” En:
Chust, Manuel (Coordinador). La Eclosión Juntera en el mundo hispano-1808. México:
Fondo de Cultura Económica, 2007; p. 283.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 201
Miryam Y
Historia Báez Osorio
MEMORIA

por cada uno de los cuerpos legítimamente constituidos: el cuerpo


de cocheros, el de comerciantes, la Real Pontiicia Universidad,
el Colegio de Abogados, el clero secular y regular, un diputado
por la nobleza y otro por el pueblo, que no fuesen miembros del
Ayuntamiento. La presidiría el capitán general” .
25

Se aprecian allí varios aspectos relevantes, por una parte el


interés del Ayuntamiento por buscar un camino que facilitara dar
un orden a la capitanía general y por otro lado, la conformación de
la Junta que previó dar participación a la mayoría de estamentos
de la población, pero realmente era difícil poder reunir ese tipo
de Junta por cuanto algunos de sus miembros no podían estar
allí. Sin embargo, fue muy signiicativo aquel acontecimiento
para el contexto regional y aunque el proyecto en su totalidad
no prosperó, sí mantuvieron tertulias y centros de discusión sobre
aspectos políticos como el caso de la soberanía.

Más tarde, el oidor honorario de la Real Audiencia, señor


Antonio Fernández de León, se reunió con don Francisco Rodríguez
del Toro quien era un criollo muy importante y acaudalado, los dos
acordaron retomar el proyecto de conformar la junta de gobierno
en Caracas, que había sido propuesta por el Ayuntamiento, pero
ahora con otras particularidades. Así propiciaron reuniones con
los sectores más prestigiosos de la sociedad, debatían sobre la
suerte de la provincia de Venezuela y otros temas de carácter
político. Cada vez el grupo tuvo más consistencia y asistían
mayor número de representantes prestigiosas de Caracas, de lo
cual resultó un documento con la propuesta de la conformación de
la Junta de Gobierno, el papel que debía desempeñar y en general
las funciones que debía cumplir. Aunque, la nueva propuesta
tuvo sus altibajos por discrepancias de algunos participantes que
generaron discordias, se presentó ante las instancias respectivas
como dice la historiadora Inés Quintero:

“El día 23 de noviembre, el marqués del Toro y Vicente


25
Quintero, Inés. “La Junta de Caracas”. En: Chust, Manuel (Coordinador). La Eclosión
Juntera en el mundo hispano-1808. México: Fondo de Cultura Económica, 2007 p. 341.

202 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210
Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
MEMORIA

Ibarra presentaron el documento a Tomás Cipriano de


Mosquera, regente visitador de la Real Audiencia. La
respuesta del alto funcionario fue contundente: Han tenido
un momento desgraciado en pensar en semejante asunto.
Le comunicaron, entonces que desistirían del proyecto…
El día 24 de noviembre llegó inalmente a manos de don
Juan de Casas el documento en cuestión, precedido de una
nota anexa irmada por el conde de Tovar, el marqués del
Toro y Antonio Fernández de León. La nota tenía como
propósito llevar a cabo era el mismo plan que se había
adelantado en España para impedir las aspiraciones del
emperador de los franceses, defender al rey y asegurar
la conservación de sus dominios bajo su única autoridad,
y recordarle la solicitud hecha por éste al Ayuntamiento
para que elaborase
26
un proyecto de junta en julio de ese
mismo año” .

Después de numerosos debates, la respuesta de las autoridades


a la iniciativa de creación de la junta de Caracas fue apresar a los
participantes y someter a los líderes a procesos judiciales que en
cierta manera va a culminar con el fallo absolutorio que produjeron
los iscales Francisco de Berríos y Francisco Espejo, el 20 de
abril de 1809. Pero en ningún momento, se puede desconocer
la actividad juntera de los caraqueños que impactó en la Nueva
Granada, no solo como un fenómeno de protesta sino como un
hecho trascendental para el proyecto político independentista.

Además de las Juntas patrióticas referenciadas hubo otras


tantas en diferentes lugares, tales como: Cuba, Puerto Rico y
otras que expresaron sus ideales regionales. De allí se desprende
que en el contexto hispanoamericano, y como consecuencia del
movimiento juntero, hubo una transformación social, política e
intelectual, que llevó a conlictos de competencias institucionales
y de autoridades jurisdiccionales. En general, las juntas nacieron
con el ideal de preservar la autoridad de la Monarquía y tuvieron
metas regionales y nacionales lo que signiicó una motivación
revolucionaria que las impulsó de un momento a otro a tomar el
26
Quintero, Inés. “La Junta de Caracas”. En: Chust, Manuel (Coordinador). La
Eclosión Juntera en el mundo hispano-1808. México: Fondo de Cultura Económica,
2007 pp. 145 - 146.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 203
Miryam Y
Historia Báez Osorio
MEMORIA

camino que más les convenía como fue optar por la lucha de la
independencia.

En el caso de la Nueva Granada, el movimiento Juntero se


produjo a partir del año de 1810, en distintos lugares del Nuevo
Reino. Los criollos liderados por Camilo Torres defendieron el
derecho de los españoles americanos a participar en el gobierno,
a gozar de igualdad de derechos como todos los súbditos de la
corona y a participar en la decisión del destino de la Monarquía,
sobre la base de las realidades sociales, por lo cual pidieron la
representación en la Junta Central de Gobierno de España. Fue
así que como consecuencia del movimiento revolucionario del
20 de julio de 1810 en Santafé de Bogotá, se constituyó la Junta
Suprema del Nuevo Reino de Granada con los vocales aclamados
por el pueblo.

Dicha Junta se hizo reconocer bajo la fe del juramento por


algunos funcionarios del antiguo régimen y asumió la organización
de un ejército, exigió obediencia a sus órdenes, desconoció al
Consejo de Regencia de España y más tarde, dividió la junta
en varias secciones para distribuir funciones y asumir mejor la
responsabilidad del gobierno. La Junta Suprema de Gobierno del
Reino, se constituyó luego, con diputados de todas las provincias,
pues, debía velar por la seguridad de la Nueva Granada y defender
la soberanía del pueblo en la persona de Fernando VII, con la
condición de que viniera a gobernar en este territorio y con una
constitución política que le diera el pueblo, quedando en aquel
momento el nuevo gobierno sujeto al consejo de Regencia y a
nombre del Rey cautivo, mientras existiera esa circunstancia en
España. De todas maneras, la Junta buscaba restablecer el orden,
prohibir reuniones conspiradoras y considerar traidores a quienes
desobedecieran sus órdenes.

La Junta de Santafé fue una Junta revolucionaria que


desconoció la autoridad de José Bonaparte en España y las
colonias. Además, siguiendo el ejemplo de las juntas de España
juró idelidad al Rey Fernando VII. El líder José Acevedo y

204 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210
Relexiones: El Juntismo Hispanoamericano y el Ideal Republicano
Historia Y de los Criollos
MEMORIA

Gómez, se distinguió en aquella jornada del veinte de julio como


el revolucionario que supo ganarse la conianza del pueblo, por
su carisma de un hombre irme en sus decisiones y como un
ciudadano moderado en sus actuaciones. Sin embargo, la Junta
Suprema del Nuevo Reino de Granada, además de reconocer
al Rey Fernando VII, consigna en el acta de independencia su
compromiso de defender la religión católica y la libertad en el
Reino.

En Santafé de Bogotá, la Junta Suprema de Gobierno,


convocó el Primer Congreso Nacional y organizó las ramas de
la administración en las áreas de: hacienda, diplomacia, fuerzas
de guerra, negocios eclesiásticos y de gobierno. Dicho congreso
se reunió el 22 de diciembre de 1810 con asistencia de algunas
pocas provincias de las quince que existían en aquel momento y
aunque no logró reunir a la mayoría de Provincias, causó impacto,
fue el comienzo para organizar el gobierno nacional de la futura
república de Colombia.

Toda esa actividad Juntista impactó en distintos lugares de


Hispanoamérica e impulsó el movimiento autonomista con sus
propias características que condujo a diferentes hechos sociales,
políticos, económicos y culturales para alcanzar más tarde la
independencia deinitiva de España y construir sus democracias
republicanas, como era el ideal de los criollos.

El ideal republicano de los criollos

El período colonial caracterizado por una dinámica histórica desde


la Metrópoli Española, creó en la población Hispanoamericana un
ambiente transformador e hizo acumular diferentes ideales entre
los criollos que miraban desde su origen, las libertades, la igualdad,
el patriotismo, la independencia, el futuro, las relaciones con las
otras regiones del continente, la organización política para sus
Estados y todas aquellas ideas que permitieran la conformación de
una democracia republicana particular.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 205
Historia Y MEMORIA

Los criollos vieron encendida su vida entre los intereses de la


revolución, la ciencia, la cultura, el movimiento independentista,
la política, la economía y la sociedad, además, entre la Monarquía
y la república, entre la Colonia y la independencia. Todo ello se
fue mirando en contextos de tertulias que les permitió crear un
ambiente intelectual y subversivo que trascendió y repercutió en
el proceso emancipador y de luchas libertarias.

La aristocracia Americana de principios del Siglo XIX, tenía


una visión bastante acertada de la realidad colonial, de la situación
coyuntural de España, de su carácter clasista y gran madurez
jurídica, lo que le permitió crear un pensamiento político con
plena claridad de deberes y derechos que los condujo a emprender
la búsqueda de la justicia para sus pueblos. Es por ello que el
historiador Hugo Rodríguez Acosta al hacer alusión al Memorial
de Agravios de Camilo Torres comenta sobre la representación
de los americanos en la Junta central de España que como se
anotaba en aquel documento debía ser equitativa y no como
se había dispuesto en la Junta Suprema de Sevilla que eran 36
representantes por España y 9 delegados por América, lo que
signiicaba la arrogancia política de España y la poca importancia
que se daba a Hispanoamérica para que acudiera a contribuir en la
27
búsqueda de soluciones a los problemas de la Monarquía .

Es bueno considerar que el fenómeno del poder en toda


agrupación humana, se maniiesta utilizando vínculos complejos
que facilita la organización del Estado o cualquier otra Institución
política. De ahí que los criollos americanos, partidarios de la
independencia pensaran desde un comienzo en la forma de
concebir el Estado mediante un sistema de democracia republicana
que agrupara y organizara la población de la mejor manera posible,
en donde se partiera teniendo elementos adecuados al momento
histórico, a la forma como consideraría Mauricio Duverger, un
Estado–nación que fuera una agrupación humana, una comunidad
que se distinguiera de las otras por ciertos criterios como: los

27
Rodríguez Acosta, Hugo: Elementos Críticos para una Nueva interpretación de
Historia Colombiana. Bogotá: ediciones los Comuneros, sf .pp. 95 – 135.

206 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210
Historia Y MEMORIA

lazos de solidaridad que fueran particularmente intensos y una


organización potente. La diferencia entre el Estado y las otras
28
agrupaciones humanas es más de grado que de naturaleza .

De todas formas en las agrupaciones juntistas de América se


deinieron claramente dos grupos con sus respectivas posiciones:
los realistas o colonialistas que defendían la Monarquía y el
régimen colonial, y por otra parte, los independentistas o patriotas
partidarios de la emancipación absoluta de la Metrópoli española
para lo cual lucharon por el logro de la libertad y la justicia
social. Aunque esa diferencia de posiciones creó un ambiente
de indecisión política, los criollos plantearon la necesidad de
participar en igualdad de condiciones en el gobierno, asunto
que llevó a inconformismos entre ellos mismos. Sin embargo,
la última agrupación humana orientó su trabajo y todas sus
acciones políticas al logro de sus objetivos en razón de luchar
a como diera lugar para organizar sus estados mediante un
sistema democrático republicano, ideal que defendieron con gran
sentimiento, entusiasmo y sin tregua, en medio del fervor popular
de un destacado sector de la población.

CONCLUSIONES

La consolidación del Estado y el cumplimiento de las leyes en


Hispanoamérica que promovieron los dirigentes criollos para
alcanzar la unidad, la gloria, la prosperidad y el bien de toda la
nación, desde el momento que comenzaron a organizar las juntas
de gobierno, fue su mayor ideal político y su interés republicano
junto con sus propósitos sociales y culturales que les permitió
conigurar un sistema de atención al ciudadano.

La utilización del término de ciudadano y la inclusión de


sus deberes en las constituciones y en todos sus maniiestos
autonomistas, obedeció de cierta manera, a la inluencia de la

28
Duverger, Maurice. Instituciones Políticas y Derecho Constitucional. Barcelona:
ediciones Ariel, 1970; pp. 44-47.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210 207
Historia Y MEMORIA

Constitución de Cádiz que impactó en estas tierras, pero que a


pesar de que con ella se creía, se atraería al pueblo Americano,
simplemente lo que hicieron fue ambientar para que la población
asumiera su soberanía y recobrara sus derechos como ciudadanos
libres y de acuerdo a sus propios intereses. Como maniiesta
el historiador alemán Hans-Johachim Kônig, la libertad y
la igualdad que los criollos reclamaban como garantía de las
mismas posibilidades en el sector político y económico frente a la
potencia colonial estuvieron comprendidas en el título y el status
del ciudadano.

Las Juntas simbolizaron la revolución popular porque éstas se


constituyeron gracias a levantamientos populares y fueron el motor
del cambio político y social tanto en España como en América. El
movimiento Juntista de Hispanoamérica se identiicó con el ideal
de la soberanía de los pueblos y la legitimidad gubernamental que
debieron encausar para hacer frente a los problemas suscitados
debido al vacío de poder, dejado por la autoridad colonial a causa
de las diicultades políticas de España.

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210 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 177 - 210
REFLEXIONES EN TORNO AL
SISTEMA MUNDO
DE IMMANUEL WALLERSTEIN . 1

Abel Fernando Martínez Martín


MD. Ms Historia
Profesor Asociado Escuela de Medicina UPTC

Immanuel Wallerstein

De familia judía austriaca que emigró a Alemania y luego a Estados


Unidos, nace en 1930 en Nueva York. Estudios en la Universidad
de Columbia donde se gradúa en 1951. Obtuvo la maestría en 1954
y el doctorado en 1959. Profesor de sociología 1976-1999; director
del Centro Fernand Braudel de estudios económicos, sistemas
históricos y civilización; Director de estudios asociados en la Escuela
de Altos Estudios en Ciencias Sociales en París; Presidente de la
Asociación Sociológica Internacional 1994-98 y Presidente de la
Comisión Gulbenkian para la restauración de las ciencias sociales.
Su obra más importante, El moderno sistema-mundo aporta a la
ciencia histórica un nuevo modelo teórico-interpretativo. Apareció
en tres volúmenes 1974-1980-1989. Wallerstein tiene inluencia
intelectual de Marx, Braudel, de la Teoría de la dependencia y de
la experiencia práctica en África post-colonial. Otras obras: 1991
- Raza, nación y clase. 1996 - Abrir las ciencias sociales. 1998 -
Impensar las Ciencias Sociales 2007 - Geopolítica y geocultura:
ensayos sobre el moderno sistema mundial. A los 80 años sigue
produciendo.
1
Este texto fue presentado por el autor para su discusión, en el Seminario Permanente
del Doctorado en Historia de la UPTC, en el mes de marzo de 2011.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 211 - 220 211
Abel Fernando
Historia Martínez Martín
Y MEMORIA

Estas relexiones se hacen en base a la lectura de cuatro textos


de Immanuel Wallerstein:
1- Wallerstein, I. (1997) A world-system perspective on the
social sciences. The capitalist world-economy, Cambridge,
Cambridge University, pp. 152-164, publicado por primera
vez en 1979.
2- Wallerstein, Immanuel, (1979) El moderno sistema mundial.
La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-
mundo europea en el siglo XVI, Madrid, Siglo Veintiuno
Editores.
3- Wallerstein, Immanuel (2005) Análisis de Sistemas-Mundo.
Una introducción. México, D. F., Siglo Veintiuno Editores.
4- Wallerstein, I. (1999). Impensar las ciencias sociales (S.
Guardado, Trans. Segunda ed.). México, D.F. Siglo Veintiuno
Editores.

En el s. XIX y principios del XX se organizaron las estructuras


de las ciencias del hombre de hoy. En 1800 las categorías (o
disciplinas) hoy normales -historia, economía, sociología,
ciencias políticas, antropología- no existían ni la mayor parte de
los conceptos y no constituían la base de grupos diferenciados de
maestros e investigadores (Wallerstein, I. 1997 p. 1) Wallerstein
hace un llamado a la constitución de una ciencia social histórica
holística, (Wallerstein, I. 2005 p. 4) y habla de la urgente necesidad
de reconigurar y replantear la estructura parcelada de las ciencias
sociales a una perspectiva unidisciplinar y no un punto de vista
multidisciplinario. (Wallerstein, I. 2005 p. 71) (Wallerstein, I.
1979 p. 10).

El trabajo de Wallerstein no implica el estudio de grupos


sino el estudio de sistemas sociales. Al estudiar un sistema
social las líneas de división clásicas entre las ciencias sociales,
construcciones de nuestra imaginación más que de la realidad,
carecen de sentido. Lo que la universidad denomina disciplinas—
son un obstáculo y no una ayuda en la comprensión del mundo
(Wallerstein, I. 2005 p. 3). El proceso da lugar a grandes debates

212 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 211 - 220
Relexiones en Torno al Sistema Mundo Historia
de Immanuel Wallerstein
Y MEMORIA

metodológicos. El más inluyente fue entre el conocimiento


nomotético y el conocimiento idiográico, entre la posibilidad
e imposibilidad de generalizaciones sobre la conducta humana,
entre los universalizadores y los particularizadores (Wallerstein,
I. 1997 p. 1).

Idiográico – Nomotético son términos inventados en


Alemania a ines del siglo XIX para describir la batalla de los
métodos entre los cientíicos sociales, que relejaba la división del
trabajo académico en dos Culturas. Los cientíicos nomotéticos
insistían en métodos reproducibles, objetivos (preferentemente
cuantitativos) y buscaban leyes generales que explicaran la realidad
social. Los académicos idiográicos utilizaban datos cualitativos,
narrativos, se consideraban humanistas y preferían los métodos
hermenéuticos. Su preocupación principal era la interpretación no
las leyes, sobre las que eran escépticos. Idiográico es diferente
de ideográico. Idio es un preijo griego que signiica especíico,
individual, propio; idiográico signiica relativo o perteneciente
a descripciones particulares. Ideo es latín y signiica pintura,
forma, idea; se relaciona con la escritura no alfabética, como los
caracteres chinos (Wallerstein, I. 2005 p. 67).

Los universalizadores se asignaron los departamentos de


economía, sociología, y ciencias políticas, y los particularizadores
los departamentos de historia y antropología (Wallerstein, I. 1997
p. 1). En la segunda mitad del siglo XIX y en la primera mitad del
XX, seis nombres fueron aceptados como los que se ocupaban de
la realidad social: historia, economía, ciencia política, sociología,
antropología y orientalismo. Existían tres líneas divisorias: la
primera dada entre el estudio del mundo occidental “civilizado”
y el estudio del mundo no moderno; la segunda marcada dentro
del mundo occidental entre el estudio del pasado y del presente; y
la tercera tenía lugar entre el presente occidental que la ideología
liberal había designado como las tres áreas diferenciadas de
la vida social civilizada y moderna: el mercado, el estado y la
sociedad civil. En términos epistemológicos, las ciencias sociales

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Abel Fernando
Historia Martínez Martín
Y MEMORIA

se ubicaban entre las ciencias naturales y las humanísticas. Lo


que sucedía era que los tres estudios del presente occidental
(economía, ciencias políticas y sociología) habían sido
transferidos en su mayoría al campo cientíico y consideradas
disciplinas nomotéticas. Las otras tres —historia, antropología y
orientalismo—tendieron a considerarse disciplinas humanísticas
o ideográicas (Wallerstein, I. 2005 p. 67). Este cuadro tiene
que ser caliicado teniendo en cuenta la variación regional. Su
descripción trabaja mejor para el centro angloamericano del
sistema mundo. Los alemanes se irritaron con las deiniciones
británicas de conocimiento social y dieron nacimiento a un cruce,
las Ciencias del estado. Algún francés irritado con el fracaso de
otros franceses llevó al nacimiento de la Escuela de Annales. Y
las clases obreras europeas occidentales se irritaron en general
con el sistema, y nutrieron fuera de la academia una perspectiva
crítica el Marxismo (Wallerstein, I. 1997 p. 2).

Detrás de la institucionalización dominante de la gran división


metodológica, universalizadores versus particularizadores,
resultó un consenso oculto, pero muy importante, el concepto de
la sociedad del individuo como unidad básica de análisis. Todos
parecíamos estar de acuerdo que el mundo estaba compuesto de
múltiples sociedades. No estaban de acuerdo si la sociedad en
cuestión tomó la forma de un “estado” o una “nación” o un “pueblo”,
en cualquier caso, era una unidad político-cultural (Wallerstein, I.
1997 p. 2). El período después de la II Guerra Mundial vio la
culminación de estas tendencias intelectuales en la elaboración de
una perspectiva que podemos llamar ‘el desarrollismo’, que para
la mayoría de sus devotos fue de la mano con ‘el conductismo’.
Supone que todos los estados se dedicaban a vivir “en desarrollo”
(que para muchos signiica “convertirse en naciones”), que su
progreso se podría medir cuantitativa y sincrónicamente, y que
sobre la base de los conocimientos derivados de tales medidas,
los gobiernos podrían acelerar el proceso. Todos los estados eran
capaces de alcanzar los resultados deseados (Wallerstein, I. 1997
p. 2). La plausibilidad de ‘el desarrollo’ como matriz de análisis

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Relexiones en Torno al Sistema Mundo Historia
de Immanuel Wallerstein
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reinaba suprema hasta la mitad de los 1960s, cuando tropezó en


una realidad económica y dos desarrollos políticos. La realidad
económica es que, a pesar de todas las teorías, la ‘brecha’ entre los
países “desarrollados” y “en desarrollo” crecía más (Wallerstein,
I. 1997 p. 2).

La noción de desarrollo comenzó a ser utilizada desde 1945,


estaba basada en una teoría de estadios. Presuponía que las unidades
individuales “sociedades nacionales” se desarrollaban todas de la
misma manera (satisfaciendo la demanda nomotética) pero a ritmo
distinto. Tarde o temprano, todos los estados terminarían siendo
más o menos lo mismo. Este truco de ilusionismo implicaba que el
estado más desarrollado podía ser modelo para los estados menos
desarrollados. (Wallerstein, I. 2005 p. 53).Wallerstein rechaza la
noción de “Tercer Mundo”, airmando que hay solo un mundo
conectado por una compleja red de relaciones de intercambio
económico. Los dos desarrollos políticos eran inalmente una
relexión de esta realidad económica. Uno era la emergencia de
movimientos de liberación nacionales a lo largo del mundo este
mismo levantamiento político afectó los países comunistas.

Como ‘el desarrollismo’ no explica la realidad social que


vivimos, varios autores, buscaron una alternativa de explicación
‘la perspectiva del sistema mundo. (Wallerstein, I. 1997 p. 3).
Wallerstein abandona la idea de tomar como unidad de análisis
tanto el Estado como el concepto aún más vago, de sociedad
nacional. Decide que ninguno de los dos es un sistema social
y que solamente podía hablar de cambios sociales en los
sistemas sociales. El único sistema social es el sistema mundial.
(Wallerstein, I. 1979 p. 6). El sistema-mundo es una creación
social, con una historia, con orígenes que deben ser explicados,
mecanismos presentes que deben ser delineados y cuya inevitable
crisis terminal necesita ser advertida. (Wallerstein, I. 2005 p. 3).

Es importante mirar de un nuevo modo no solo cómo funciona


el mundo en que vivimos, sino cómo hemos llegado a pensar

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Abel Fernando
Historia Martínez Martín
Y MEMORIA

acerca de este mundo. Los analistas del sistema-mundo se ven


como participantes de una protesta fundamental contra los modos
en los que hemos pensado que conocíamos el mundo. Este modo
de análisis es un relejo, una expresión, de la protesta concreta
contra las profundas desigualdades del sistema-mundo de nuestro
tiempo. (Wallerstein, I. 2005 p. 4). El guión en sistema-mundo,
intenta señalar que se hace referencia no a sistemas, economías
o imperios de (todo) el mundo, sino sobre sistemas, economías e
imperios que son un mundo (posiblemente y de hecho, usualmente,
sin ocupar la totalidad del globo). En “sistema-mundo” estamos
frente a una zona espaciotemporal que atraviesa múltiples
unidades políticas y culturales, una zona integrada de actividad
e instituciones que obedecen a reglas sistémicas. (Wallerstein, I.
2005 p. 15).

Los sistemas históricos permanecen iguales a lo largo del


tiempo, pero no son idénticos de un minuto a otro. Esta es una
paradoja, no una contradicción. La habilidad para lidiar con esta
inevitable paradoja, es la principal tarea de las ciencias sociales
históricas. El mundo en el que vivimos, el sistema-mundo
moderno, tuvo sus orígenes en el siglo XVI. Este sistema mundo
estaba localizado en una parte del globo, principalmente en
parte de Europa y de América. Con el tiempo, se expandió hasta
abarcar todo el mundo. (Wallerstein, I. 2005 p. 19). La diferencia
entre un desarrollista y una perspectiva del -sistema mundo está
en el punto de salida, la unidad de análisis. Una perspectiva
desarrollista asume que la unidad dentro de la acción social
ocurre es una unidad político-cultural - el estado, nación, o las
personas - y busca explicar las diferencias entre estas unidades,
incluyendo por qué sus economías son diferentes. Una perspectiva
del sistema mundo- asume, que la acción social tiene lugar en una
entidad dentro de la que hay una división continua del trabajo,
y busca descubrir empíricamente si tal entidad se uniica o no
política o culturalmente, mientras pregunta las consecuencias
de la existencia o no-existencia de tal unidad teóricamente
(Wallerstein, I. 1997 p. 4).

216 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 211 - 220
Relexiones en Torno al Sistema Mundo Historia
de Immanuel Wallerstein
Y MEMORIA

La perspectiva usada en el estudio de los sistemas- mundo es


intrínsecamente histórica y posee tres ejes articuladores principales,
en primer término, un sistema económico integrado a nivel
mundial de naturaleza polarizadora con una lógica de cadenas de
mercancías que poseen una forma centrípeta. En segundo término
un sistema político basado en estados soberanos independientes
jurídicamente pero vinculados a través de un sistema interestatal
donde las diferencias se hacen patentes. Y por último, un sistema
cultural que es capaz de dar coherencia y legitimidad– conocido
como geocultura (Wallerstein, I. 1979 p. 9).

Para entender el análisis de sistemas-mundo se necesita


“impensar” mucho de lo aprendido de la escuela primaria en
adelante, reforzado cotidianamente por los medios masivos de
comunicación (Wallerstein, I. 1999). Un modo, históricamente
el primero, es el modo de linaje recíproco. Se basa en la
especialización limitada y elemental de tareas en las que los
productos se intercambian recíprocamente entre los productores.
El recurso productivo principal es el trabajo humano (Wallerstein,
I. 1997 p. 5). Estos sistemas son de pequeño alcance físico, las
fronteras económicas son idénticas a las fronteras políticas
y culturales. Minisistemas parece un nombre razonable. Son
pequeños en el ámbito físico y de corta duración histórica (seis
generaciones más o menos) (Wallerstein, I. 1997 p. 4). Hasta ahora,
han existido dos formas básicas de sistema-mundo. Dado que en
una forma del prototipo es el sistema político uniicado, vamos a
llamar a este tipo “imperio mundial”, se diferencia de otro tipo
que se deine precisamente por la ausencia de la unidad política
como, “economía-mundo”. La economía-mundo (es una gran
zona geográica dentro de la cual existe una división del trabajo y
por lo tanto un intercambio signiicativo de bienes esenciales así
como un lujo de capital y trabajo. Característica deinitoria de
una economía-mundo es que no está limitada por una estructura
política unitaria. Por el contrario, hay muchas unidades políticas
dentro de una economía-mundo, tenuemente vinculadas entre sí
en nuestro sistema mundo moderno en un sistema interestatal.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 211 - 220 217
Abel Fernando
Historia Martínez Martín
Y MEMORIA

Una economía-mundo comprende muchas culturas y


grupos (múltiples religiones, múltiples idiomas y diferentes
comportamientos cotidianos). Esto no signiica que no hayan
desarrollado algunos patrones culturales comunes, una geocultura.
Ni la homogeneidad política ni la cultural debe ser esperable en
una economía-mundo. Lo que uniica con más fuerza la estructura
es la división del trabajo (Wallerstein, I. 2005 p. 19). Nos
encontramos en un sistema capitalista solo cuando el sistema da
prioridad a la incesante acumulación de capital. Solo el sistema-
mundo moderno ha sido un sistema capitalista. Las personas y las
compañías acumulan capital a in de acumular más capital, proceso
continuo e incesante. Existen mecanismos estructurales mediante
los cuales quienes actúan con otra motivación son castigados y
eliminados de la escena social, mientras que quienes actúan con
la motivación apropiada son recompensados y, de tener éxito,
enriquecidos (Wallerstein, I. 2005 p. 5). Tales ‘imperios-mundo
“han existido desde la Revolución Neolítica, y hasta tiempos muy
recientes. El número es grande, pero no “innumerable”. La vida
de estos sistemas varía según su tamaño, su aislamiento, su base
ecológica, y así sucesivamente. El ciclo de expansión y contracción
implicó la incorporación permanente y la liberación de ‘unidades’
que, fuera del “imperio mundial”, forman minisistemas, estos dos
modos de producción coexistieron en la tierra durante miles de
años (Wallerstein, I. 1997 p. 5-6).

Economía-mundo, imperio-mundo, sistema-mundo son


términos relacionados. Un sistema mundo no es el sistema del
mundo sino un sistema que es un mundo y que puede ser, y
con mucha frecuencia, ha estado ubicado en un área menor a la
totalidad del planeta. El análisis de sistema-mundo arguye que
las unidades de realidad social dentro de las que operamos y
cuyas reglas nos constriñen, son, en su mayoría, tales sistemas-
mundo (distintos que los ahora extintos y pequeños minisistemas
que alguna vez existieron sobre la Tierra). Solo han existido dos
variedades de sistema-mundo; economías-mundo e imperios-
mundo. Un imperio-mundo (el Imperio romano o la China de Han)

218 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 211 - 220
Relexiones en Torno al Sistema Mundo Historia
de Immanuel Wallerstein
Y MEMORIA

es una enorme estructura burocrática con un centro político y un


eje de división de trabajo pero culturas múltiples (Wallerstein, I.
2005 p. 64-65).

La “economía-mundo” es un tipo fundamentalmente


diferente de sistema social de un “imperio mundial” y, a fortiori
de un minisistema, tanto en la estructura formal y como modo
de producción. Como estructura formal, una economía-mundo se
deine como una sola división del trabajo dentro de los cuales se
encuentran múltiples culturas - no tiene estructura política general.
La combinación de la libertad y la falta de libertad que resulta es
la característica deinitoria de una economía-mundo capitalista.
Esta ambivalencia impregna su política, su cultura, sus relaciones
sociales. No hay ningún límite social a los ines de lucro, sólo el
límite del mercado (Wallerstein, I. 1997 p. 6). Históricamente, las
economías mundo- eran instituciones frágiles cuya vida abarca
menos de un siglo y por lo tanto había pocas oportunidades de
convertirse en un capital permanente, la expansión del sistema.
Carecían de las estructuras políticas para evitar la retirada de las
regiones del sistema y por lo tanto, las economías del mundo-que
surgieron a menudo se desintegraron (Wallerstein, I. 1997 p. 7).

Es notable en el mundo moderno el surgimiento de una


economía mundial capitalista que sobrevivió. De hecho hizo
más que sobrevivir: ha lorecido, ampliado para abarcar toda la
tierra (elimina todos los minisistemas restantes y los imperios
del mundo), y provocó una explosión tecnológica y ecológica
en el uso de los recursos naturales (Wallerstein, I. 1997 p. 2).
La génesis se encuentra en el proceso de “disminución” de un
determinado mundo redistributivo del sistema, el de la Europa
feudal, que parece haber “agotado su potencial” en su gran racha
socioeconómica de 1.100 a 1.250. En la “crisis” de la contracción
de los siguientes dos siglos, el ingreso real de los sectores
dominantes parecía tener una caída real. Una de las razones fue
el aumento de los salarios reales de los productores, resultado
de los desastres demográicos. La segunda fue la destrucción a

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 211 - 220 219
Abel Fernando
Historia Martínez Martín
Y MEMORIA

causa de las revueltas campesinas generalizadas (consecuencia


del nivel exagerado de explotación) y la guerra intestina de los
sectores dominantes). La perspectiva era el derrumbamiento
(Wallerstein, I. 1997 p. 8). La génesis del capitalismo no estaba
en el triunfo de un nuevo grupo, los burgueses urbanos sobre la
nobleza terrateniente feudal. Más bien debe considerarse como la
reconversión de los señoríos en el productor capitalista, continuidad
esencial de las familias gobernantes (Wallerstein, I. 1997 p. 8).
El mecanismo por el cual el sistema capitalista resuelve sus crisis
cíclicas es la expansión (Wallerstein, I. 1997 p. 9).

Estos procesos históricos a gran escala no son aún discutibles,


si se utiliza la entidad político-cultural (el “estado”) como la
unidad de análisis. Sólo mediante el reconocimiento de que se trata
de los sistemas-mundo, sostiene Wallerstein, podemos empezar a
encontrar los datos de la historia moderna, los “universales” y los
“particulares”, dentro del proceso de las estructuras sociales del
mundo, visto a lo largo del tiempo histórico (Wallerstein, I. 1997
p. 9).

220 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 211 - 220
ACUÑA RODRÍGUEZ, Olga Yanet (2010):
Construcción de Ciudadanía en Boyacá durante la
República Liberal 1930-1946, UPTC
ISBN 978-958-660-153-5

Todos los regímenes políticos,


cualesquiera que ellos sean,
requieren de legitimidad, la cual
podemos deinir como la convicción
de los asociados de que quien
gobierna es quien debe gobernar.
En las sociedades tradicionales,
los problemas de legitimidad se
articulaban alrededor de la sucesión
al trono. A la muerte del monarca,
era su primogénito quien debía
reemplazarlo. Cuando no ocurría así,
se suscitaban una serie de conlictos
que podían arrastrar a gran parte de
la población, pero que por lo general se resolvían al interior de los
círculos aines al poder. En el caso de las sociedades modernas,
el elemento legitimador de la democracia lo constituye el poder
electoral. O sea que quien sale elegido en unas elecciones, se
supone que goza de legitimidad, es decir, que en el ánimo del
cuerpo social produce la impresión de que ese elegido es quien
debe gobernar.

En Colombia, desde la instauración del modelo liberal en la


época de la Independencia, el sistema electoral ha manifestado
una lenta evolución hasta constituir un engranaje de voto directo,
universal, al cual pueden concurrir todos los ciudadanos. Es

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 221 - 224 221
Jorge Tomás
Historia Uribe Angel
Y MEMORIA

decir que la normatividad contempla un ideal que es necesario


profundizar para que la legitimidad que se produzca pueda crear
la convicción en los asociados de que el gobierno de turno es,
efectivamente, el que debe gobernar. Sin embargo, uno es el ideal
plasmado en el orden constitucional y otro fenómeno es el de las
prácticas electorales.

Si en Colombia la intención de plasmar un sistema electoral


idóneo se está llevando a cabo, las prácticas electorales han
tenido una trayectoria más accidentada. En la no muy nutrida
producción historiográica sobre las elecciones, se da cuenta de
este recorrido. Y mientras el sistema electoral se sustenta en una
normatividad de carácter general, las prácticas electorales, por
su parte, identiican un manejo regional y local que es diferente
para cada uno de las circunscripciones electorales del país. Allí
justamente radica el principal mérito que destacamos en el trabajo
de Olga Acuña.

Se muestra así cómo si para algunos, los dieciséis años de la


república liberal constituyeron para ciertas secciones del país un
período donde se produjo una transformación en la vida social
que trajo consigo una modernización en las prácticas electorales,
el caso del Departamento de Boyacá es más problemático. El
texto nos recuerda, entonces, que en el período analizado en esta
sección del país se “vivió una etapa de violencia política que
incidió en la transformación de las relaciones de poder y en el
papel político del elector”. Y esa violencia política, subraya la
autora, se orquestó a través del “desarrollo de procesos electorales
en los cuales tomaban parte activa los partidos, la Iglesia, los
electores y el Estado mediante la fuerza pública”.

A su vez las prácticas electorales daban lugar a diversas


formas de fraude, violencia y clientelismo, que eran denunciados
por los grupos a quienes esas prácticas no habían beneiciado en su
momento para obtener la victoria en las urnas. Pero si la ocurrencia
de esas prácticas era preocupante, más lo era la frecuencia como

222 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 221 - 224
Reseña Libro “Construcción de Ciudadanía en Boyacá durante la República
HistoriaLiberal 1930-1946”
Y MEMORIA

se presentaban, como que el elector era convocado a elecciones


una o tres veces por año.

Una vida política tan intensa como la que resulta de examinar


el proceso electoral en detalle supone una destreza caliicada para
manejar los procesos históricos y las fuentes que lo alimentan.
En este aspecto, la habilidad de la autora del texto es digna de
subrayarse. Olga Acuña se vale de archivos, de estadísticas,
de mapas, de entrevistas, de literatura secundaria, de cuanto
recurso sea valedero para defender sus puntos de vista. Adopta la
estrategia de dividir el proceso en cuatrienios, correspondientes
a los gobiernos centrales de turno, y esta estrategia le permite
analizar cada una de las épocas e identiicarlas. Así, por ejemplo,
luego de analizar de manera general las elecciones y el sistema
político, en el capítulo segundo nos recuerda que entre 1930 y
1934, con la transición entre la llamada hegemonía conservadora
y el régimen liberal se produce un gobierno coalicionista. En el
capítulo tercero, en el cual se examina el proceso conocido como
la Revolución en Marcha, el reformismo se traduce en Boyacá,
en unas elecciones que oscilan entre la tradición y las nuevas
opciones que ofrece el partido en el poder. El apartado cuarto,
que examina el período transcurrido entre 1938 y 1942, por su
parte, nos muestra cómo las tensiones existentes se pretenden
resolver a través de un clima que deja atrás el reformismo y evoca
la convivencia. El in de la república liberal, durante el segundo
gobierno de Alfonso López, presencia el ocaso de la hegemonía,
y la formación de una crisis política que habrá de cerrarse a
través de la renuncia del presidente, y del retorno del partido
conservador al poder, iniciándose así un nuevo ciclo durante el
cual en Boyacá el clima electoral se desenvolverá en medio de
terribles conlictos.

De esa suerte, si por un lado se nos plantea un ideal electoral


de rango constitucional que aspira a consolidar un concepto de
ciudadanía cada vez más amplio, por otra parte, la dura realidad
política nos muestra que en las prácticas electorales se combinan

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 221 - 224 223
Jorge Tomás
Historia Uribe Angel
Y MEMORIA

intereses de diverso orden y costumbres que revelan la lucha


encarnizada por el poder y sus ventajas. Es por ello que resulta
apasionante el ejercicio que nos propone Olga Yaneth Acuña
Rodríguez en ese texto riguroso que recomiendo leer titulado
“Construcción de ciudadanía en Boyacá durante la República
Liberal 1930-1946”. Felicitaciones y gracias.

Jorge Tomas Uribe Ángel


Universidad Pedagógica y Tecnológica

224 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 221 - 224
HENDERSON, James D. Las ideas de Laureano
Gómez. Bogotá: Ediciones Tercer Mundo, 1985.
Primera edición. Colección Ensayos Políticos.

Descripción

El libro está compuesto de dos


grandes partes que dan cuenta de
la vida y pensamiento del político
conservador colombiano Laureano
Gómez.

Contenido

La introducción de libro hace referencia al contenido y el


tema del libro, a la vida de Laureano Gómez, a la relación entre la
situación nacional y mundial que le tocó vivir a este personaje y
inalmente se detiene para exponer sus ideas centrales.

La nota del autor aclara que el libro hace un análisis


del pensamiento de uno de los políticos conservadores más
importante de América Latina pero que su enfoque es delimitado
y no pretende hacer una interpretación general del tema, pues
el estudio de las ideas de Gómez no constituye sino uno de los
medios de explorar su personalidad.

El autor expone que en este texto se expresan las ilosofías


sociales más importantes de esta época y su interacción ya que
a Laureano Gómez le tocó luchar contra el liberalismo, contra el
socialismo y contra el fascismo, como conservador hispánico del
siglo XX.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237 225
Historia Y MEMORIA
Yenny Aída Caicedo Nossa

A Laureano Gómez, Henderson, lo presenta como uno de los


líderes políticos colombianos más importante del siglo XX pero
al mismo tiempo uno de los más incomprendidos de la historia
de Colombia, considerando estos dos fenómenos como un
impedimento para poder analizar el sentido del proceso histórico
del siglo veinte. También lo presenta como una víctima cuando
airma que ¡El hombre que dedicó todas las ibras de su ser a la
causa política entre 1909 y 1965, el individuo que, por seguir
ese camino de la política, sufrió tres destierros además de la
destrucción de su hogar, sus posesiones y su empresa familiar, se
empeñó durante toda su vida en sostener que él no era un político!
(p.16). En este sentido expone que Gómez se consideraba a sí
mismo como un político inepto a pesar de haber tenido una carrera
política larga, de atacar a los miembros del Partido Liberal y a los
de su propio partido el Conservador, especialmente a Marco Fidel
Suárez, de ser jefe de su partido en el decenio 1930-1940.

El autor justiica este estudio porque a pesar de que Gómez no


se consideraba un político sino un luchador por un ideal religioso
armónico, fue un hombre que actuó y vivió de acuerdo con sus
ideas y fue un líder de un número signiicativo de colombianos
que pensaban como él y que lo siguieron durante un período
importante de la historia nacional.

La relación entre la historia nacional y la situación política


mundial de ese momento, es analizada por el autor, no desde una
óptica derecha-izquierda, sino la presenta como una lucha mundial
entre el liberalismo y el marxismo-leninismo quedando las ideas
de Laureano Gómez, conservadoras de estilo neo-Tomista, por
fuera de ese contexto mundial de la guerra fría. Sin embargo, sitúa
estas ideas más cerca de las ideas de Lenin, Trosky y los demás
líderes de extrema izquierda en la lucha contra el liberalismo,
ya que la industrialización, base de la economía europea, había
acarreado a las clases más bajas de la sociedad sufrimientos y
miseria profundizando el abismo entre ricos y pobres al igual
que la consolidación de los Estados naciones que permitió el

226 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237
Reseña Libro “Las ideas de Laureano
Historia Gómez.”
Y MEMORIA

colonialismo europeo y el surgimiento de grandes problemas por


la búsqueda permanente de nuevos mercados.

Plantea también, en relación con este tema, como el desarrollo


tecnológico, por la imposibilidad de prever el futuro, generó un
sentimiento de inseguridad en los liberales del siglo XIX, y que
las dos guerras mundiales pusieron in a la dominación de la
asolada Europa.

En algunos países de América Latina, pero especialmente


en Colombia se da, según el autor, la “conservatización del
liberalismo” a inales del siglo XIX, encarnada por Rafael Núñez
el cual mediante su movimiento de “Regeneración” instauró
el régimen presidencial, debilitó los cuerpos representativos y
restauró los privilegios de la Iglesia católica.

La tercera parte de esta introducción del libro, Henderson, la


dedica a describir las convicciones de Laureano Gómez no sin
antes exponer que es un error considerar a este personaje como
un hombre en desacuerdo con su tiempo, en llamarlo medieval u
oscurantista o clasiicarlo como “anacronismo humano”, ya que
fue un hombre conocedor de los grandes debates de la época y
de su literatura. El problema es que a él no le gustaba vivir los
tiempos que le tocó vivir por la secularización creciente de la
sociedad.

En este sentido, el autor plantea como puntos esenciales


de la ilosofía de Gómez: la crisis de la sociedad occidental
por la destrucción de la unidad cristiana y por crecimiento del
individualismo y el materialismo; la salvación del hombre es la
adhesión a la philosophia perennis de la Iglesia Católica Romana,
en ella se encuentran las verdades eternas y el único método para
armonizar la sociedad humana; cualquier acto o medida que no
esté estrictamente de acuerdo con la Iglesia es por deinición
inaceptable, malo; Colombia, desde la independencia, se ha
visto perjudicada por buscar solución a los problemas nacionales
aplicando medidas ajenas que han favorecido a los enemigos

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237 227
Historia Y MEMORIA
Yenny Aída Caicedo Nossa

extranjeros que quieren explotar nuestro país para lograr sus


propios objetivos; los ciudadanos que no están de acuerdo con
estos puntos, además de estar errados son peligrosos para la patria.

El autor anota un sexto punto dentro de estos principios,


y es el apoyo al Frente Nacional para poner in a la violencia,
pero es un punto coyuntural, al inal de su vida, tal vez por la
situación del país. Es un punto contradictorio, que según el autor
Gómez insistió en que ello no implicaba que hubiera renunciado a
sostener las convicciones expuestas en los cinco primeros puntos.

La primera parte del libro titulada “Las ideas de Laureano


Gómez” está compuesta por siete apartados en los cuales analiza
su pensamiento a través de sus discursos en el Senado y sus
escritos especialmente las editoriales del periódico “El Siglo”,
fundado por él mismo en 1936, heredero del impreso que veinte
años antes se llamaba “La Unidad”.

El primer apartado hace un análisis de los discursos y de


algunos escritos, principalmente las editoriales, a la par que va
describiendo los cargos desempeñados y los viajes de estudio a
Europa. Inicia su relexión exponiendo los factores que inluyeron
en la formación moral e ideológica de Laureano Gómez, situando
uno de ellos en las fuerzas ideológicas que se enfrentan en las
dos guerras civiles de inales de siglo XIX y principios del XX,
entre el pensamiento social y político del catolicismo contra las
ilosofías modernas y seculares.

Otro factor de gran importancia son sus estudios en el Colegio


de San Bartolomé con los padres Jesuitas, los cuales le dieron una
armadura espiritual y le proporcionaron una formación ideológica
base para el resto de su vida. Según Henderson, los principios
emanados por esta comunidad se fundan en que la ilosofía
cristiana del hombre y de la sociedad es la única verdadera,
situando las fuentes en las obras de Tomás de Aquino, Suárez,
Balmes, Soto y Vittoria, para los cuales la libertad proviene de
Dios no del contrato social, el Estado es de naturaleza orgánica

228 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237
Reseña Libro “Las ideas de Laureano
Historia Gómez.”
Y MEMORIA

y sus obligaciones están estipuladas en una Ley orgánica divina


y las libertades y prerrogativas del hombre están sometidas a
limitaciones, con el objeto de proteger el Bien Común.

En el Colegio de San Bartolomé es donde recibe su educación


religiosa contrapuesta al materialismo que corrompe y destruye
a los hombres. Para los padres jesuitas la formación del carácter
es el objetivo primordial de la educación. Es en este Colegio
donde el Padre Jauregui le propone la dirección del periódico “La
Unidad” con el in de defender al clero. En él Laureano Gómez
dura siete años como director.

En las notas editoriales y en los artículos del periódico


“La Unidad”; Henderson describe las temáticas trabajadas por
Laureano Gómez así: mantener la pureza ideológica del Partido
Conservador; advertencias sobre las amenazas extranjeras
principalmente de Estados Unidos y Gran Bretaña, aunque
durante la I Guerra Mundial presenta su apoyo a Alemania ya que
pensaba que el triunfo de esta nación favorecería los ideales de
autonomía de los países suramericanos; otra temática era el anti-
liberalismo en los dos sentidos: condenando al Partido Liberal y a
sus miembros y criticando al liberalismo ilosóico, defendiendo
la moralidad cristiana como elemento que proporciona bienestar
social y condenando la doctrina liberal como meras “seudo-
convicciones” de moral racionalista que permite el placer y el
goce físico.

Otros temas trabajados, en este periódico jesuita, por Gómez,


son los principios conservadores con alabanzas al conservatismo
como ilosofía social y política, censurando al sindicalismo, a los
movimientos de masas, a la liberación femenina, a la masonería y a
la revolución por ser nocivas para la sociedad. Y paradójicamente
otras editoriales de tono liberal condenando las dictaduras,
respaldando los programas sociales del gobierno, alabando a los
gobiernos republicanos y representativos y airmaciones de su
creencia en la idea de progreso. Estas editoriales más sus ataques
a los miembros de su mismo partido y a los mismos protectores

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237 229
Historia Y MEMORIA
Yenny Aída Caicedo Nossa

eclesiásticos, hacía que los líderes liberales admiraran su audacia


y por ello lo llamaron “el hombre tempestad”.

Este primer apartado hace referencia también al primer


discurso de Laureano Gómez en el Teatro Municipal el 5 de junio
de 1928, en el cual, entre otros temas, habló sobre la desventaja
de la situación geográica de Colombia pero que gracias a las
alturas de Los Andes había sido sede de una “verdadera cultura”.
Sobre los recursos naturales dijo que unos no estaban explotando
y que el petróleo se explotaba para beneicio extranjero. Sobre la
población colombiana airmó que era el relejo de la consecuencia
desafortunada de mezclas raciales. Este discurso causó gran
revuelo tanto en sus copartidarios como en los contrarios.

Otro discurso doctrinal, que retoma el autor, es el titulado


“Nuestro Idearium”, pronunciado en Chía el 11 de septiembre de
1932. En él, Gómez, recuerda que el “genuino conservador” hace
de la patria el segundo de los sentimientos afectivos. “Deséala
civilizada y por eso es enemiga de la barbarie; la quiere libre y
detesta la opresión; acata el orden constitucional porque abomina
de la dictadura; repudia la violencia y las vías de hecho y se
hace servidor de la ley; ama la igualdad contra los privilegios;
la justicia contra los abusos del poder o del oro o de las castas
y jerarquías basadas en la iniquidad; execra el absolutismo, con
cualquier título con que sea ejercido. Y se reposa en la garantía de
las leyes como base de una sociedad de hombres dignos y no de
temblorosos idiotas”. (p.56-57).

Plantea el autor, que en sus escritos hay artículos anti-


liberales que sostienen que el liberalismo es nocivo para el
hombre moderno y para su mundo, siendo el conservatismo el
único camino para la salvación nacional; otros escritos sobre arte
moderno como ilustrativo de la decadencia de la civilización de
occidente; otros de carácter histórico por lo general a la historia
europea, atribuyendo, por ejemplo, que la caída de Francia se debe
a los pecados liberales cometidos bajo la Tercera República. Sobre

230 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237
Reseña Libro “Las ideas de Laureano
Historia Gómez.”
Y MEMORIA

historia de Colombia, por ejemplo muchos editoriales titulados


“El mito de Santander” en los cuales atacaba a sus opositores
argumentando que el hombre a quien los liberales colombianos
reverenciaban como el fundador histórico de su partido no era
ningún liberal. Y otros escritos literarios en los cuales criticaba la
moralidad de los liberales.

Airma Henderson, que Laureano Gómez entre 1946 y 1953,


cuando retoma el poder en Colombia el Partido Conservador, se
movió más hacia la derecha y coloca como ejemplo que: atribuyó
la violencia a funcionarios liberales que luchaban por mayorías
electorales fraudulentas, culpando al mismo Partido Liberal y
que argumentó qué elementos subversivos extranjeros eran los
responsables de los males que sufría Colombia y que comunistas
extranjeros y nacionales estaban conspirando para hacer la
revolución con colaboración de los miembros del Partido Liberal.
Gómez siente la necesidad de salvar la civilización colombiana
siendo él su salvador.

Mientras que para otros autores el discurso de LG fue el que


incitó la violencia de mediados de siglo, Henderson presenta a
un Gómez preocupado por la democracia y horrorizado por las
atrocidades que cometían sus compatriotas contradiciendo los
principios que habían orientado a Ospina y a él mismo en sus tareas
de conductores de la nación. Sin embargo, este autor reconoce
la violencia ejercida por los conservadores sobre los liberales
cuando airma que por ello no participaron en las elecciones que
permitieron que LG fuera presidente de la República.

Nuevamente en este apartado vuelve a retomar la posición


de LG en cuanto al Frente Nacional, ya que menciona el discurso
en la posesión de Lleras, en donde por primera vez en su carrera
política aceptó que el espíritu del partido, que había encontrado
durante cuarenta años su más perfecta expresión en él mismo,
constituía un error y propuso matar el sectarismo para alcanzar la
armonía y la paz.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237 231
Historia Y MEMORIA
Yenny Aída Caicedo Nossa

El segundo apartado de esta primera parte hace referencia a


la historia del Conservatismo en Europa y su extensión a Norte
y Sur América durante el siglo XIX. De la historia de este
movimiento en Colombia, comenta el autor, que en 1849 Mariano
Ospina Rodríguez y José Eusebio Caro, fundaron el periódico
“La civilización” como vocero del nuevo Partido Conservador,
inspiración además de Sergio Arboleda y José Manuel Marroquín,
los cuales fundaban sus principios en que como Colombia era
católica y el católico cree que la ley de Dios es superior a la ley del
hombre, la sociedad debe organizarse de acuerdo con la ilosofía
del Estado tal como lo plantea la Iglesia, en ella de acuerdo con
la posición en la jerarquía social, brinda su aporte a la sociedad y
recibe de ella, a su vez, beneicios. La justicia sería de naturaleza
distributiva y sería fundada en la evaluación de las desigualdades
humanas. Lo contrario conduciría a la anarquía. Así, todos los
actos sociales deben realizarse teniendo en cuenta el bien común
principalmente en el campo económico por los principios que
provienen de Dios.

Con base en estos principios, José Eusebio Caro y su hijo


Miguel Antonio, se dedicaron a demostrar que la ilosofía
utilitarista de Bentham constituía una puerta abierta a un
relativismo peligroso y a un egoísmo socialmente destructivo;
que su sensualismo era nocivo, porque además de rebajar la razón
humana y de desvalorizar el aspecto espiritual de la vida, negaban
la capacidad que tiene el hombre de lograr su perfección personal
por medio de la utilización del libre albedrío. Igualmente Miguel
Antonio Caro y el sacerdote Rafael María Carrasquilla atacaron
el positivismo de Comte argumentando que la fe en las promesas
de la ciencia y la tecnología era poco realista, porque rechazaba
la teología y la metafísica y porque pretendía encontrar “leyes”
deterministas que gobernaban las diferentes etapas del desarrollo
humano.

Finalizando esta parte se expone sobre la efímera vida del


Partido Nacionalista mientras vivió Núñez y la división del
Partido Conservador en Históricos y Nacionalistas; manteniendo

232 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237
Reseña Libro “Las ideas de Laureano
Historia Gómez.”
Y MEMORIA

el ala Histórica los principios conservadores estrictos y la


mentalidad absolutista y los Nacionalistas abiertos a los Liberales
y criticados por el debilitamiento de sus convicciones religiosas.
Por supuesto, Gómez demostró ser del ala histórica principalmente
en su lucha contra Marco Fidel Suárez. Esta división desaparece
cuando Laureano Gómez, en el decenio del 30, asumió la jefatura
única del Partido Conservador.

En la tercera sección de esta primera parte del libro, el autor


se dedica a analizar como las ideas políticas de Laureano Gómez
pertenecen a la idiosincrasia política presentada en Colombia en
donde desde mediados del siglo XIX ha sido un país polarizado
políticamente y en el cual cada bando ha intentado imponer una
visión utópica originando con ello la violencia y las repetidas
guerras civiles.

Sostiene con base en esta hipótesis, que Laureano Gómez


luchó durante su vida entera para imponer en Colombia un plan
idealizado e ideado por él, y que su pensamiento se puede ubicar
dentro de una mente “clásica” ya que percibe el universo en
términos de verdades armoniosas y eternas.

En cuanto a su postura ética, el autor airma que, Gómez tenía


la convicción de que el hombre tiene la capacidad de acercarse a la
perfección moral por medio del ejercicio de su racionalidad y que
son virtuosos los que conocen la ley de Dios que si la acatan y la
obedecen se aproximan a la santidad, mientras los demás moran
en las capas más bajas de la sociedad. Con base en esto, Gómez
argumenta, por ejemplo, que la causa de algunos acontecimientos
de la II Guerra Mundial, es la pérdida de la “unidad espiritual”
de los pueblos. Este pensamiento metafísico de Gómez ha sido
caliicado por los liberales dentro de una mentalidad medieval,
incapaz de ajustarse a la realidad moderna, en in un pensamiento
desequilibrado.

El cuarto apartado lo dedica el autor a describir las


contradicciones del pensamiento de Laureano Gómez: compartía

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237 233
Historia Y MEMORIA
Yenny Aída Caicedo Nossa

con los liberales la fe positiva en el progreso, que Colombia


estaba destinada a seguir su camino siempre hacia adelante por
medio de la aplicación meditada de principios cientíicos, según
la visión positivista del hombre del siglo XX. Tanto impactó su
discurso que hasta el liberal Milton Puentes, por ejemplo, se
refería a él como un protaestandarte en la marcha del país hacia
una transformación nacional. De todas maneras, para el autor,
estas ideas no las considera contradictorias con su formación
jesuítica ni con su pensamiento dogmático.

Airma el autor, que a través de sus conferencias, se


puede develar claramente la forma como se compenetraba su
“liberalismo” y su conservatismo. Coloca como ejemplo, la
búsqueda de los orígenes nacionales dentro de un contexto
antropológico, concibe la raza como factor dominante en el
desarrollo nacional y que la causa primordial de la pobreza y el
atraso nacional es la viciada educación que se da a la juventud, ya
que la considera especulación pura, abstracción, que solamente
produce mundos imaginarios y es esclava de la rutina. Plantea
por tanto la necesidad de preparar a nuestros compatriotas para la
urgencia del momento de poder competir con el mundo extranjero
a través de la enseñanza mecánica y química. Sin embargo, su
reforma constitucional de 1953 fue caliicada por los liberales de
totalitaria, antidemocrática y hasta de nazi-fascista-falangista.

El quinto apartado analiza el pensamiento de Laureano


Gómez como ideología. Plantea que, por ejemplo, la historia
demostró ser el más útil de todos los instrumentos de que dispuso
Gómez para defender con argumentos su posición, para realzar
su visión del presente y para robustecer la fe de sus compañeros
de ideología. Gómez veía la historia como una progresión hacia
ines que el hombre no podía conocer con certidumbre, pero que
podía interpretar y comprender a través de los preceptos morales
contenidos en la doctrina cristiana. Con la historia quería demostrar
que el cristianismo fue el gran civilizador de la humanidad, que
uniicó a los pueblos de Europa y les dio a los salvajes del mundo
algo para lo cual valía la pena vivir. Por consiguiente, Gómez

234 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237
Reseña Libro “Las ideas de Laureano
Historia Gómez.”
Y MEMORIA

concebía que las ideas de la Ilustración causaron grandes estragos


tanto en España como en América española ya que socavaron el
imperio espiritual y disminuyeron los grandes valores humanos
de nuestra cultura.

Así, el autor describe con ejemplos cómo Laureano Gómez


analiza los acontecimientos históricos tanto de Europa como de
Colombia con base en esta particular mirada. Por ejemplo, airma
que entre 1821 y 1886 los colombianos de ideas sanas lucharon
para preservar sus creencias tradicionales frente a la subversión
liberal inspirada en ideas extranjeras y que todos los problemas
de la nación aparecen como producto de la peridia liberal.

En este apartado también se expone sobre los contenidos de


los discursos doctrinarios de Gómez, para los miembros de su
partido, con la intención de mantener su coherencia ideológica.
En ellos Gómez señalaba los peligros del extremismo de las
dictaduras de derecha como las de Mussolini y Hitler ya que
abolían la libertad humana igual que las dictaduras de izquierda.
Para ello defendió la Declaración de los Derechos del Hombre
proclamada por la Revolución Francesa, pues consideraba que
tenía el respaldo de una “sana ilosofía” por supuesto con las
limitaciones racionales del derecho social. También atacó a
todos los grupos que consideraba conspiradores activos contra la
civilización como los masones los judíos y los comunistas. Son
fuentes de malestar que aquejan a la humanidad.

Consideraba, entonces, que los masones eran anti-religiosos,


subversivos y deberían declararse ilegales en Colombia. En
ocasiones ligaba la masonería con el comunismo internacional
ya que sus doctrinas liberales resultaban útiles al comunismo. De
los judíos denunciaba su posición rebelde de la visión católica
del mundo, su egoísmo y exclusivismo, su codicia implacable y
cruel y su pretensión de apartar a los cristianos de sus creencias
religiosas. Su preocupación por los comunistas fue en aumento
ya que estas ideas ganaron popularidad durante el siglo XX y los
denominó “hidra totalitaria”.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237 235
Historia Y MEMORIA
Yenny Aída Caicedo Nossa

Más adelante, Henderson, retoma la idea de democracia de


Gómez cuando empieza su fuerte batalla contra el liberalismo
en los años treinta, pues sus orígenes están en el liberalismo
que aborrecía. Consideraba que los liberales habían abusado
de ella y que en vez de permitir ser una fuerza liberadora la
habían convertido en un elemento destructivo que llenaba a las
masas de pasión comunista. Su concepción estaba ligada a la
del conservador español Vásquez de Mella quien airmaba que
“la democracia triunfará siempre, pero en forma de democracia
jerárquica no de democracia igualitaria” (p.161).

En el apartado seis se hace referencia a algunas incongruencias


del pensamiento de Gómez, reconociendo que algunas de sus
ideas eran fantásticas y quiméricas y otras provenían de un
razonamiento defectuoso o sofístico, discutible y erróneo.
Airma que estas incoherencias provienen del hecho de que él no
era un determinista, aunque en ocasiones se inspiraba en dichas
ideas, las rechazaba con su visión lineal de historia, la doctrina
católica del libre albedrío y la creencia de que los hombres hacen
la historia. Como ejemplos de sus ideas erróneas el autor expone
la concepción de Gómez de que, en la URSS, la situación de los
trabajadores bajo los Soviets era igual a la de los esclavos del
mundo antiguo y la creencia de que la conspiración del 9 de abril
fue de origen comunista.

Finalizando la primera parte del libro, en el apartado siete,


se expone, por el contrario, que Gómez trasciende los límites
de Colombia para pasar a ocupar un lugar entre los demás
ilósofos - políticos del siglo XX. Que sus ideas se inspiraban
en ideas compartidas con muchos pensadores de Europa y de las
Américas y que tanto él como muchos otros intentaron proponer
alternativas viables que no fueran ni el mundo capitalista burgués
1
ni la solución ofrecida por los socialistas .

La segunda parte del libro la titula “Fuentes de las ideas de


Laureano Gómez”. En ella insiste en que Gómez fue un hombre
1
Llama la atención cómo el autor cuando hace referencia al comunismo o al socialismo
no expone en qué consisten estas ideas.

236 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237
Reseña Libro “Las ideas de Laureano
Historia Gómez.”
Y MEMORIA

difícil de comprender por la mayoría de los colombianos por: la


densidad de su pensamiento, su inclinación al ataque personal, la
forma en que utilizaba la exageración y las metáforas dramáticas,
sus razonamientos sofísticos, su lógica en ocasiones incoherente,
sus comparaciones históricas imaginativas pero a veces quiméricas
y el temor que su personalidad inspiraba tanto a sus amigos como
a sus enemigos políticos.

Esta incapacidad de los colombianos para percibir a Gómez


con un grado mínimo de objetividad, según el autor, hace que no se
vea sino oscuramente una parte importante de la historia reciente
o simplemente que se invisibilizar en hechos históricos. Además
airma, que al no poseer una obra de historiadores imparciales
que haya estudiado la persona y los acontecimientos importantes,
los colombianos estamos repitiendo nuestra propia historia. Pero
dice que el mismo Laureano Gómez tiene la responsabilidad de
la confusión que rodea su igura histórica por: su falta de lógica
coherente, por el uso casuístico de las palabras que levantaban un
obstáculo que eliminaba toda posibilidad de comprensión ya que
hacía uso de la terminología de las cruzadas para servirse en el
debate político.

Más adelante insiste nuevamente en el discurso contradictorio


de Laureano Gómez, por ejemplo en el Senado, en donde emitía
mensajes liberales como la defensa de la libertad individual, en
contradicción con mensajes conservadores como su aspiración a
que los conservadores practicaran la Religión Católica, pero les
negaba ese derecho a los Liberales.

Plantea el autor, que así Gómez hubiera tenido un discurso


coherente no lo habían escuchado los liberales por la polarización
política de este país, por el clientelismo, la burocracia, un espíritu
partidista exclusivista y una visión limitada por la ideología. Por
lo tanto invita a estudiar a Laureano Gómez.
2
Yenny Aída Caicedo Nossa
2
Esta Reseña se incluye en este número como homenaje póstumo a nuestra compañera

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 225 - 237 237
INFORMACIÓN DE AUTORES

Josep Fontana Lázaro


UNIVERSITAT POMPEU FABRA DE BARCELONA.
Doctor en Historia
Universidad de Barcelona.
Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona.

Justo Cuño Bonito


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE
Doctor en Historia de América
Universidad Pablo de Olavide
Licenciatura en Filosofía y Letras (Geografía e Historia)
Universidad de Alcalá de Henares, Madrid
jcubon@admon.upo.es

Jaika Tejada Soria


UNIVERSIDAD CATÓLICA ANDRÉS BELLO-VENEZUELA
Magíster en Historia Universidad Católica Andrés Bello.
Licenciada en Historia Universidad Central de Venezuela.
jaites962@hotmail.com

Reinaldo Rojas
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL
LIBERTADOR-VENEZUELA
Doctor en Historia.
Magíster Scientiarum en Historia
Premio Nacional de Historia (1992), Premio Continental de Historia
Colonial de América “Silvio Zavala”, México, IPGH (1995) y
Premio a la Labor Investigativa UPEL 2004.
reinaldoeneal@gmail.com

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 239 - 240 239
Información
Historia de autores
Y MEMORIA

Marisa Davio
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN-ARGENTINA
Doctora en Ciencias Sociales. Instituto de Desarrollo Económico
y Social (IDES)- Universidad Nacional del General Sarmiento
(UNGS) Buenos Aires.
Licenciada en Historia. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad
Nacional de Tucumán.
Becaria Posdoctoral CONICET
marisadavio@hotmail.com

Jorge Tomas Uribe Ángel


UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE
COLOMBIA
Doctor en Ciencias de la Educación. Universidad Pedagógica y
Tecnológica de Colombia.
Magíster en Investigación Interdisciplinaria de la Universidad
Distrital “Francisco José de Caldas”.
Derecho de la Pontiicia Universidad Javeriana.
jorgeturibe@hotmail.com

Olga Yanet Acuña Rodríguez


UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE
COLOMBIA
Doctora en Historia de la Universidad Pablo Olavide “España”.
Magister en Historia Universidad Pedagógica y Tecnológica de
Colombia
Licenciada en Ciencias Sociales.
olgayanet@gmail.com

240 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 239 - 240
HISTORIA Y MEMORIA.
Es la Revista de Historia
de la Universidad Pedagógica y
Tecnológica de Colombia, que
se presenta a investigadores,
lectores como medio de relexión
y socialización de experiencias
investigativas en el campo de la
Historia. También se busca que
las páginas de Historia y Memoria
sean un espacio de diálogo
permanente, de intercambio
de opiniones, de relexiones
historiográicas, epistemológicas
y críticas que consoliden y
fortalezcan una comunidad
académica.

La Historia se reiere al diálogo permanente entre pasado y


presente, cambio y permanencia, duración y acontecimiento, lo
lineal y lo cíclico, lo diacrónico y lo sincrónico, al pensamiento
que da cuenta de la sociedad en el tiempo. Por su parte, la memoria
es uno de los campos que coniguran nuestro pasado próximo en
el que convergen prácticas, representaciones sociales, imaginarios
colectivos y las formas como la población se identiican en un
contexto.

Historia y Memoria se propone divulgar ensayos y artículos


inéditos de resultados de investigación en cualquier campo
historiográico.

1. Tipo de artículos
Los artículos aceptados para la revista Historia y Memoria son
de tres tipos, vinculados a procesos de investigación, así:

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1.1 Artículo de investigación cientíica y tecnológica. Este tipo


de artículo debe presentar resultados originales de proyectos
de investigación; su estructura debe contener cuatro apartes:
introducción, metodología, resultados y conclusiones.

1.2 Artículo de relexión. Este artículo debe presentar resultados de


investigación desde una perspectiva analítica, interpretativa o
crítica del autor, sobre un tema especíico, su desarrollo debe
basarse en fuentes originales.

1.3 Artículo de revisión. Artículo resultado de una investigación


donde se analizan, sistematizan e integran los resultados de
investigaciones publicadas o no publicadas, sobre un campo en
ciencia o tecnología, con el in de dar cuenta de los avances y
de las tendencias historiográicas. Se caracteriza por presentar
una cuidadosa revisión bibliográica de por lo menos 52
referencias.

1.4 Los artículos y demás textos deben ser enviados al correo


electrónico doctoradohistoriauptc@gmail.com
2. Contenidos del artículo

El artículo debe contener: Resumen Analítico, Palabras clave,


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y bibliografía.

Resumen Analítico: En este texto se deben presentar los


objetivos del artículo, su contenido y sus resultados, cuya extensión
máxima será de 150 caracteres, en español y en otro idioma distinto
al inglés. La revista introducirá un resumen en inglés a todos los
artículos presentados.

Palabras clave: son las palabras que describen el contenido del


documento, se colocarán entre 4 y 6; deben presentarse en español y
en otro idioma distinto al inglés. La revista introducirá las palabras
clave en inglés.

- Los artículos no deben superar las 18 páginas en formato carta, a


espacio sencillo y letra Times New Roman, Número 12.

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para Autores

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colocarse en formato de cita larga, a espacio sencillo, tamaño
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[...] estos hombres -decía- son los más tenaces, más obstinados
[…] la voluntad del pueblo está contra nosotros, pues habiéndoles
leído aquí mi terrible intimación, exclamaban que primero pasarían
sobre sus cadáveres, que los españoles los vendían y que preferían
morir a ceder […]

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deben aparecer referenciados y explicados en el texto. Deben
estar, así mismo, titulados, numerados secuencialmente y
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imágenes se entregarán en formato digital de buena calidad.
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- Al inal del artículo deberá ubicarse la bibliografía citada en el


texto, escrita en letra Times New Roman tamaño 11.
3. Proceso de evaluación de los artículos

3.1 Una vez recepcionado el artículo, el Comité Editorial evalúa


si cumple con los requisitos básicos exigidos por la revista, así
como su pertinencia temática para igurar en una publicación
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3.2 Los artículos serán sometidos a la evaluación de dos árbitros


anónimos, quienes pasarán su concepto al Comité Editorial
para su aprobación. El resultado de las evaluaciones será
comunicado al autor, tanto si es aprobado sin modiicaciones,
con modiicaciones o denegado deinitivamente.

3.3 Las observaciones de los evaluadores, así como las del Comité
Editorial, deberán ser tomadas en cuenta por el autor, quien hará
los ajustes solicitados. Estas modiicaciones y correcciones al
manuscrito deberán ser realizadas por el autor en el plazo que
determine el Comité Editorial.
3.4 Luego de recibir el artículo modiicado, se le informará al autor
acerca de su aprobación y publicación.

4. Indicaciones para los autores

- El texto debe entregarse en un archivo digital sin el nombre del


autor preferiblemente con carta remisoria, en Word 93 – 97. Las
imágenes y cuadros deben estar en JPG. Debe enviarse al correo
electrónico: coordinación.rhm@gmail.com
- En una hoja anexa: Resumen del currículum.
- Una vez aprobado el texto para su publicación, el o los autores
del texto autorizan, mediante la irma del ‘Documento de
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utilización de los derechos patrimoniales de autor (reproducción,
comunicación pública, transformación y distribución) a la
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incluir el texto en la Revista Historia y Memoria (versión
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Dos Autores:
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Ciudad: Editorial, año.

Cuatro o más autores:


Apellidos, Nombre; Apellidos, Nombre; Apellido, Nombre y
Apellido, Nombre. Titulo completo. Ciudad: Editorial, año.

Capitulo de libro:
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Bibliografía
Apellido, Nombre. “Titulo del capítulo” En: Apellido, nombre
(editor – es). Titulo completo. Ciudad: Editorial, año.

Artículo de revista:
Apellido, Nombre. “Titulo del artículo”, Titulo de la revista:
Vol. Año, lugar; pp.

Artículo de prensa:
Apellido, nombre, “Titulo del artículo”, Titulo del periódico,
ciudad, día y mes, año, pp.

Tesis:
Apellido, Nombre, “Titulo tesis” (tesis pregrado/ Ph.D/ Maestría,
Univ; año, pp.)
José Orlando Ávila Rodríguez, y Carlos Eduardo Torres Cortés,
“La violencia en el occidente de Boyacá durante el gobierno de
la concentración nacional”. (Trabajo de grado para optar el título
de Licenciatura en Ciencias Sociales, Universidad Pedagógica y
Tecnológica de Colombia, Chiquinquirá, 1986). 45, 50, 102

Fuentes de archivo:
Nombre completo del archivo (sigla), Ciudad-País, Sección,
Fondo, vol./leg./t., año.

Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 241 - 246 245
Normas para
Historia Autores
Y MEMORIA

Archivo General de la Nación (AGN), Sección República,


Fondo Ministerio de Gobierno, leg.5, Bogotá, 14 de abril de
1934

Entrevistas:

Entrevista a Apellido(s), Nombre, Ciudad, fecha completa.

Entrevista a María Emma Mejía, Ministra de Educación


Nacional de Colombia. Bogotá D.C., 5 de febrero de 2005.

Publicaciones en Internet:

Nombre Apellido(s) y Nombre Apellido(s), eds., Título completo


(Ciudad: Editorial, año),http://press-pubsuchicago.edu/founders
(fecha de consulta).

Revista de las Indias [online]. Universidad de Salamanca, 2005


[cited 15 enero 2005]. Available from internet: <htpp://us.es.

Nota: Luego de la primera citación se procede así: Nombre


Apellido, dos o tres palabras del título, 45-90.

- No se utiliza ni Ibíd. o ibidem, ni op. cit.

OLGA YANET ACUÑA RODRIGUEZ


Editora Revista Historia y Memoria

246 Revista Historia Y MEMORIA, Vol. 2. Año 2011, pp. 241 - 246
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CESIÓN DE LOS DERECHOS DE AUTOR


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ISSN: 2027-5137

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de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.
La Revista Historia y Memoria tiene como inalidad poner a su disposición
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