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Said Caballero Cantillo

Colombia Contemporánea

05/06/2020.

La república liberal
López Pumarejo: la Revolución en Marcha

El 6 de noviembre de 1933, ante una multitud que llenó la plaza de toros de Bogotá, Alfonso López
Pumarejo aceptó la candidatura presidencial que le ofrecía el partido liberal. Desde ese momento,
primero como candidato y luego como presidente en el período del 7 de agosto de 1934 hasta la misma
fecha de 1938, el país, con estupor en unos, con rechazo en otros y con la aceptación mayoritaria de la
población, iría a escuchar un nuevo lenguaje presidencial y presenciaría una serie de cambios
institucionales que por fin, ya pasado un tercio del siglo XX, enrutarían a Colombia por una senda
moderna.

Y en verdad que cumplió, al intentarlo con su reforma tributaria, su política agraria, la reforma
constitucional que «quebró una vértebra» al estatuto conservador de 1886, su política educativa y de
reforma universitaria, su reivindicación del poder civil frente a los desuetos privilegios de que gozaba la
Iglesia desde los tiempos de la Regeneración, su política laboral, su política internacional de
independencia y buena vecindad, su política modernizante del sector judicial y de los códigos, como lo
atestiguan la ley 45 de 1936, que contribuyó a limar odiosas distinciones entre los llamados hijos
legítimos y naturales, o los códigos penal y de procedimiento penal, que con un criterio moderno de
prevención, más que punitivo, concurrieron al tratamiento del delito.

Lo cierto es que una administración tan removedora de las estructuras mentales y sociales tenía
necesariamente que suscitar una profunda oposición del partido conservador, en la que la abstención
sólo fue un preludio. Esta estrategia, que en un momento llegó a crear cierta suspicacia entre algunos
liberales, se apoyaba, además, en el hecho de que persistía la amistad personal entre Laureano y López,
la cual sólo vino a romperse ante los despiadados ataques, incluso de índole personal, que el primero
lanzó sobre el segundo una vez que el conservatismo pasó a la oposición total. este panorama
bipartidistas suscito que partidos como La APEN, la UNIR y el partido comunista En realidad, fueran los
principales detractatores del gobierno de López durante los primeros meses y que a pesar de ser
organizaciones con poco peso electoral impugnaron su gestión y sus propósitos de cambio desde la
extrema derecha, la izquierda y la extrema izquierda.

La APEN
Fue una formación de extrema derecha, con carácter bipartidista, que se creó para impugnar la política
reformista de López. Su ideólogo era José Camacho Carreño, del grupo conservador de los Leopardos, y
en sus filas figuraban antiguos generales liberales de la guerra de los Mil Días. Dos semanas después de
la posesión de López, se creó en la sede de la Sociedad de Agricultores, en Bogotá, la Liga Nacional para
la Defensa de la Propiedad, con el objeto de hacer oír la voz de los propietarios. Un grupo de
terratenientes, miembros del Sindicato de Propietarios, dirigió una comunicación al presidente López en
la que le solicitaba la intervención oficial por los medios represivos, como era la costumbre inveterada,
en contra de campesinos que estaban enfrentados a los terratenientes.

el gobierno pediría la reforma de la Constitución y de la ley para poder intervenir en una forma diferente
a como, según las leyes vigentes, estaba obligado a hacerlo. Luego vino el roce por la política tributaria
del gobierno. Para defender ésta, López se dirigió al país por radio y dio datos que mostraban lo poco
que tributaban los grandes capitalistas y las grandes empresas.

el Sindicato de Propietarios se constituyó en agrupación política con el nombre de APEN. El día 7 de


marzo de 1935, en las oficinas de la Federación de Cafeteros de Cundinamarca, se transmitió por radio
su manifiesto constitutivo que tenía como propósito revisar el sistema tributario, eliminar de la vida
política a los técnicos electoreros y propender por la conciliación entre el capital y el trabajo. Así las
cosas, el grupo terminó disolviéndose y sus integrantes volvieron a sus partidos de origen para desde allí
oponerse a las reformas, bien como conservadores o como parte activa de la derecha liberal. Papeleta de
sufragio por Alfonso López para la presidencia de la República.

En las elecciones de 1934, López obtuvo 938.808 votos y hubo 3.401 en blanco. CANDIDATO DEL
PARTIDO LLa UNIR Monseñor Ismael Perdomo Borrero, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, el
presidente Enrique Olaya Herrera y Alfonso López Pumarejo, presidente electo, durante un banquete en
honor de éste último, febrero 14 de 1934. Gaitán, cuya tesis de grado había versado sobre las ideas
socialistas, al igual que otras gentes de la izquierda liberal, estaba defraudado por el poco impulso
transformador del gobierno de Olaya. De allí que intentara por fuera del partido liberal esta empresa
popular. a partir de estas eleccciones tiempos después, Se comenzó entonces una política de transición
que llevó de la oposición cerrada al gobierno de López a la colaboración y apoyo dentro de los
lincamientos del Frente Popular. El Frente Popular le sirvió de apoyo eficaz al gobierno cuando éste tuvo
que enfrentarse a la cerrada oposición del conservatismo y de la Iglesia y a la obstrucción que
internamente representó la derecha liberal. Pero fue en el año 1936 cuando el enfrentamiento se dio
con todo su vigor debido a que en ese año, ademásde la pérdida de los cargos públicos, se agregó a los
conservadores la percepción del auge transformador del régimen liberal en el campo ideológico, legal y
constitucional. Desde el siglo XIX existía una profunda relación entre el partido conservador y la Iglesia
católica, hasta el punto de que esta última se constituyó en maquinaria electoral de este partido. Como
se verá, la Iglesia, en connivencia con el partido conservador, desarrolló una fuerte oposición que
abarcaba desde el campo doctrinario hasta eventos multitudinarios como el Congreso Eucarístico de
Medellín, que terminó en un acto político. Cuando se llevaba adelante la discusión de la reforma
constitucional, el 18 de marzo de 1936, la opinión pública conoció sendas comunicaciones del Directorio
Nacional Conservador y de la jerarquía eclesiástica en las que se manifestaba que se desconocería la
Constitución en caso de ser aprobada.El complot no prosperó porque estaba mal preparado y porque
muchos dirigentes conservadores, reacios a la táctica conspirativa, no quisieron darle su apoyo. La
situación española también fue utilizada por el partido conservador como elemento de oposición.La
situación española de enfrentamiento era aducida por los conservadores a manera de ejemplo de lo que
acá iba a suceder con el régimen liberal. La circunstancia de que en agosto de 1930, en Colombia llegara
al poder el primer gobernante liberal en casi medio siglo y que en España a principios del año siguiente
se proclamara la República, creó ciertas similitudes y el influjo de la política española fue muy grande en
Colombia. Por ejemplo, una de las inspiraciones más fuertes que tuvieron los constituyentes de 1936, en
Colombia, fue la Constitución española de 1931 y los debates que ella había dado lugar.

El Parlamento colombiano aprobó reiteradas mociones de apoyo a las autoridades de la República


española, la prensa liberal mostró su simpatía hacia ese campo y el gobierno mantuvo su política de
reconocer como legítimas a las autoridades republicanas y se negó a dar el status de beligerantes a los
insurrectos, tal como lo solicitaba el gobierno de Uruguay en agosto de 1937.

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