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Título: Incumplimiento del contrato de seguros


Autor: Chevallier — Boutell, Juan Pablo
Publicado en: RDCO 279, 22/08/2016, 181
Cita Online: AR/DOC/4651/2016
Sandra Pamela Toledo y Gabriel Alejandro Villar demandaron a La Caja de Seguros S.A. por cumplimiento
de contrato de seguro. No fue cuestionada la vigencia de la cobertura, la ocurrencia del siniestro, la oportunidad
de la denuncia ante la aseguradora y tampoco la calificación de "pérdida total" del vehículo amparado por el
contrato de seguro celebrado con La Caja de Seguros S.A.
El juez de primera instancia rechazó la demanda por cuanto consideró que los asegurados no habían dado
cumplimiento a las cargas que les impuso las condiciones de la póliza, omitiendo arrimar la totalidad de la
documentación que permitiera la adecuada liquidación del siniestro y en su caso el pago de la indemnización.
La cuestión debatida y que resulta del fallo es si la omisión de dar cumplimiento a la carga del asegurado de
suministrar al asegurador todos los antecedentes necesarios para la liquidación del siniestro, genera a cargo del
asegurador alguna obligación en orden a su cumplimiento. En este caso particular se persigue lo necesario para
que el asegurador disponga de los restos del bien asegurado, que al haber sido declarado como de "pérdida
total", pagada la indemnización, pasan a ser de propiedad del asegurado, previa cesión del titular del interés
asegurado.
La carga no cumplida por el asegurado y que es la razón de la postura asumida por el asegurador, fue la de
no obtener el certificado a que se refiere el decreto 744/2004 que deberá expedir el Registro de la Propiedad del
Automotor y que se incluye entre los recaudos a cumplir conforme resulta de la cláusula CG CO 3.1 de las
Condiciones Contractuales del Seguro (conforme resolución general nro. 36.100 de la Superintendencia de
Seguros de la Nación).
Lo cierto es que los asegurados no dieron cumplimiento a esa carga que le impuso el contrato de seguro y
esa fue la razón de la postura asumida por La Caja de Seguros S.A. La mora del asegurado quedó configurada
con la falta de presentación del certificado a que se refiere la cláusula CG CO 3.1 citada.
El pronunciamiento de segunda instancia, no asigna la relevancia que entiendo debe asignarse a las cargas
que impone a los asegurados el contrato de seguro. La carga en el contrato de seguro es un presupuesto cuyo
cumplimiento, permite al asegurador asumir cabal y adecuadamente las obligaciones asumidas en el contrato de
seguro. Es que el asegurador que asume riesgos, debe contar con todos los medios que hagan previsible esa
capacidad de asumir riesgos, con su contraprestación en la prima pagada por el tomador. La falta de
cumplimiento de cargas establecidas en los contratos de seguro, puede generar un desequilibrio que conspira
contra la buena práctica aseguradora.
La doctrina ha sostenido que las cargas deben cumplirse de buena fe (presupuesto esencial en el contrato de
seguro), los usos comerciales y las posibilidades del asegurado. Respecto de este último aspecto vale destacar
que el artículo 36 de la Ley de Seguros consagra la regla que se debe reprochar el incumplimiento culposo o
negligente de las cargas asumidas por el asegurado en el contrato de seguro.
En el caso en análisis, los asegurados sabían la extensión y calidad de las cargas asumidas que resultaban del
contrato de seguro. No obstante, no obtuvieron en certificado que debía expedir el Registro de la Propiedad del
Automotor, y aún así pretendieron por parte del asegurador el cabal cumplimiento de sus obligaciones. Agrego
que en el caso de los seguros de automóviles, las condiciones contractuales son uniformes e impuestas por la
Superintendencia de Seguros de la Nación, lo cual si bien no significa que no puedan ser observadas, otorgan un
margen de legitimidad adicional a aquellas pólizas propuestas para su aprobación a la autoridad de control por
los aseguradores.
La Ley de Seguros 17.118 incluye en los artículos 49 siguientes normas relativas a la liquidación del
siniestro. De ellas vale tener presente el segundo párrafo del artículo 51 que dice así: "Cuando la demora
obedezca a omisión del asegurado, el término se suspende hasta que éste cumpla las cargas impuestas por la ley
 

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y el contrato". En este caso particular, la carga fue incluida en las condiciones contractuales del contrato, pero
no por capricho del regulador, sino por imposición del decreto 744/2004, reglamentario de la ley 25.761
(Régimen Legal de Desarmado de Automotores y Venta de Autopartes).
Es claro que los asegurados no justificaron la omisión de la obtención del certificado razón por cual hay
suficientes argumentos para sostener que la mora se había configurado. Configurada la mora quien incurrió en
ella debe cargar con sus consecuencias.
En la especie se dan los requisitos para la mora: i) retardo imputable a quien debe cumplir la obligación, los
asegurados. Si bien el sistema no establece plazo, su incumplimiento releva al asegurador de la presentación en
caso de siniestro; ii) factor de atribución el retraso en este caso es exclusivamente imputable a los asegurados.
Es culpa exclusiva de quienes debían cumplir con la carga de la obtención del certificado.
No obstante el fallo de segunda instancia consideró que la demanda debía prosperar, otorgando a los
asegurados el derecho a accesorios a la obligación de indemnizar, accesorios que se generaron pura y
exclusivamente por causa de la mora de los asegurados.
Del contexto del fallo se advierte un conocimiento parcial de las normas aplicables a la actividad
aseguradora, situación que deriva en pronunciamientos que, a mi entender, no son conforme a derecho.

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