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Duvan Guzmán Ortiz.

B83699
Primer trabajo voluntario. Derecho Privado. Carlos Estrada
La confesión ficta
La confesión se diferencia del testimonio ya que es una declaración sobre un asunto
determinado que hacen las partes de un proceso, mientras que la segunda es una declaración
que hacen terceros no involucrados directamente en la controversia. De manera más precisa,
la confesión es un reconocimiento de la exactitud del hecho o afirma lo que se produjo de
otro modo, esta puede tener valor, aunque no contenga una confesión, y en último momento
forma un elemento que de ser considerado aun cuando no encierre un cargo contra su autor.
Esta deberá manifestarse a través de un proceso formal. Debe ser rendida ante juez
competente, de manera explícita, y que contenga la contestación pura y llana de los hechos
preguntados. Este medio formal incorpora al proceso una verdad real, práctica o un conjunto
de hechos, y se constituyen por lo tanto en verdades procesales. Con esto se reconoce un
hecho o un derecho determinado y es desfavorable al declarante.
La confesión ficta, en materia civil, no carece de eficacia, cuando al contestar la demanda la
parte quien se declara confesa ha negado expresamente los hechos materia de la confesión.
Ese hecho produce un efecto jurídico de arrojar sobre el actor la carga de la prueba de todos
los elementos de su acción, y entre esas se haya la confesión ficta, cuya eficacia no se puede
desconocer por la circunstancia de que la demanda haya sido negada. Cuando no se
comparece sin justa causa la persona que haya de absolver posiciones incurre en violación
del deber de contestar el interrogatorio formulado por su adversario, y ello no se pude
interpretar salvo prueba en contrario, sino admisión de los hechos que son objeto del
interrogatorio. El no comparecer viene a probar que carece de valor para presentarse a admitir
un hecho y un pretexto para no reconocer una verdad que redunda en su perjuicio; en efecto,
dicho silencio del interrogatorio se atribuye a la conciencia de no poder negar un hecho ante
presencia judicial y bajo protesta de decir verdad, esto porque la confesión es un fenómeno
contrario a la naturaleza del hombre, que siempre esté puesto a huir de lo que lo dañe. Como
al negar la demanda no se enfrenta al dilema de mentir o aceptar la verdad ante el juez bajo
protesta, solo persigue el propósito de obligar al contrario que pruebe sus aseveraciones,
dicha negativa no puede ser una presunción contraria a los hechos admitidos como ciertos
por virtud de la confesión ficta
No obstante, la confesión ficta o tácita es una excepción a la regla general de que la confesión
debe ser expresa y terminante, con lo que se considera que no debe existir dudas sobre la
declaratoria misma y el contenido hecho por el confesante. Se limita esta cuando se dice que
los jueces darán a la confesión tácita el valor de prueba, según las circunstancias que hayan
rodeado el acto.
En relación con la confesión ficta, hay dos elementos que provocan preocupación. Esto
porque la voluntad de confesar y el animus confidenti, y el requisito de que la confesión debe
ser expresa no existen en esta, por lo que el legislador le da un carácter de prueba solo en los
casos en los que las circunstancias que hayan rodeado el acto de la confesión lo ameriten.
Además, esta puede tener un valor probatorio como sanción para el confesante ausente, aquel
que se niegue a responder o no lo realizara de forma oscura o limitada. No obstante, no se
toma en la norma un criterio que permita a juez dar un carácter de prueba según las
circunstancias que rodean el acto que ha generado una contradicción jurisprudencial.
Relacionado con esto, la Sala Constitucional Costarricense en su Resolución N.º 11900 –
2005 habla sobre la confesión ficta y sus efectos. El art.343 CPC reconoce de manera
potestativa la confesión en rebeldía ya que al no haber una declaración expresa de parte del
confesante, no puede estimarse que se constituye en plena prueba, de modo que el juez tiene
la posibilidad de conferirle valor, pero en atención a otros elementos de prueba que consten
en los autos y si existe prueba en contraria contra esta, la misma pierde valor. Por lo que la
Sala Primera reconoce que la confesión ficta es una presunción iuris tantum, y como tal,
admite prueba en contrario, toda vez que la confesión ficta es una ficción, relativa y no
absoluta, por lo cual siempre, frente a la contestación afirmativa en rebeldía, el juicio
debe abrir a pruebas y facultar al demandado a ofrecer la descarga conta lo tenido por
contestado en forma afirmativa. Posee un valor relativo y debe ser apreciada en armonía
con las demás pruebas del expediente Esta descansa en una presunción de verdad por lo que
es susceptible de ser combatida.
Siguiendo la idea anterior, dicho fundamento lógico se da por la imposibilidad del juzgador
a atribuir a la parte declaraciones contrarias a las auténticas ofrecidas por él dentro del
proceso. Por lo tanto, los efectos probatorios están supeditados a un proceso de comprobación
y probanza, no propios de un proceso sumario, esto porque no logra acreditar la existencia
de la obligación, como tampoco su monto, contenido y naturaleza del título ejecutivo, ello
hace que no se le pueda otorgar, en tanto que los efectos requieren un proceso valorativo que
es más propio de realizarse en un proceso ordinario y no ejecutivo

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