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Conforme al primer párrafo del artículo 110 del Código Procesal Constitucional, el conflicto
que puede dar lugar a un proceso competencial ‒contemplado en el artículo 202, inciso 3, de
la Constitución‒ «se produce cuando alguno de los poderes o entidades estatales [...] adopta
decisiones o rehúye deliberadamente actuaciones, afectando competencias o atribuciones que
la Constitución y las leyes orgánicas confieren a otro»
Esta votación del Congreso de la República determina, entonces, que la pretensión haya sido
sustraída del ámbito jurisdiccional, por lo que la demanda debe declararse improcedente, de
conformidad con el artículo 321, inciso 1, del Código Procesal Civil, ya citado.
La posibilidad de establecer esa «relación de identidad» entre una y otra Moción de Orden del
Día en el presente proceso competencial, carece de sustento normativo en nuestro
ordenamiento procesal constitucional.
Más aún, que este Tribunal se pronuncie por la Moción de Orden del Día 12684 del 20 de
octubre de 2020, agraviaría el derecho al debido proceso del demandado, pues es una decisión
no demandada en el presente proceso, adoptada casi un mes después de corrido traslado al
emplazado con la demanda de autos (30 de setiembre de 2020), razón por la cual éste no ha
podido ejercitar su derecho de defensa (derecho de contradicción).
Sólo una nueva demanda competencial contra la Moción de Orden del Día 12684, del 20 de
octubre de 2020, habría permitido al Tribunal Constitucional pronunciarse sobre ésta
Actuar de otra manera implicaría que este Tribunal entra de oficio a resolver sobre un acto no
demandado, lo cual no sólo agravia el derecho de defensa del emplazado, sino que es
imposible a la luz de los procesos constitucionales contemplados en nuestra Ley fundamental,
que siempre operan a pedido de parte, nunca de oficio. Por estas consideraciones, nuestro
voto es por declarar IMPROCEDENTE la demanda.