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Jorge Adán Cárdenas Sánchez

Análisis: Sentencia de apelación de acción constitucional de amparo dentro del


expediente 244-2015.

En el presente caso, se analiza la sentencia dictada por la Corte de Constitucionalidad


con fecha doce de mayo del año dos mil quince, a través de la cual se resuelve en
apelación la acción de amparo interpuesta por Kimberly-Clark Worldwide, Inc. Dicha
sentencia fue dictada dentro del expediente 244-2015, siendo declarada la apelación de la
acción constitucional de amparo con lugar, revocando lo resuelto por la Sala Quinta de
Apelaciones del ramo Civil y Mercantil, de conformidad con los hechos y análisis que se
mencionan a continuación:

1. Expediente 244-2015:
a. Antecedentes procesales:

Respecto del fondo de la Litis, la misma versa sobre una controversia derivada dentro de
un juicio oral de cancelación de marca. Dicho juicio oral fue promovido por la entidad
Kimberly-Clark Worldwide, Inc contra Papelería Istmeña, S.A. El proceso fue promovido
ante el Juez Séptimo de Primera Instancia Civil del departamento de Guatemala para la
cancelación por falta de uso del registro marcario ciento diecinueve mil cuatrocientos
treinta y tres (119433), folio doscientos (200) del tomo doscientos cincuenta y seis (256)
de Marcas, el cual consistía en la marca “Maxi Roll”.

De conformidad con las normas que regulan el trámite del juicio oral dentro del Código
Procesal Civil y Mercantil, se señaló para la celebración de la primera audiencia el uno de
julio de dos mil catorce. En representación de la entidad demandada, acudió el abogado
Mynor Gilberto Valdez Pineda, lo cual acreditó con la representación legal
correspondiente.

Tras la celebración de la audiencia, la amparista (Kimberly-Clark Worldwide, Inc) aduce


que fue de su conocimiento que el documento que acreditó la representación de la
entidad Papelería Istmeña, S.A. adolecía de vicios y defectos, toda vez que no cumplió
con los requisitos señalados por la legislación para la validez de documentos provenientes
del extranjero.

Es importante mencionar que esto fue percatado por la amparista tras la celebración de la
audiencia. En consecuencia, la amparista interpuso el recuro de nulidad por violación de
ley y vicio de procedimiento en contra de la resolución dictada dentro de la primera
audiencia. Dichos recursos fueron rechazados para su trámite por la autoridad
denunciada.

De tal forma, la entidad amparista plantea una acción constitucional de amparo en contra
del Juzgado Séptimo de Primera Instancia Civil del departamento de Guatemala, toda vez
que bajo su criterio es “ilegal e improcedente” dicho rechazo de sus recursos de nulidad.
Menciona que, de conformidad con el artículo 614 del Código Procesal Civil y Mercantil, la
nulidad puede interponerse en la misma audiencia o diligencia, o bien dentro del término
de tres días de conocida, siendo entonces interpuestos los recursos en tiempo.
Jorge Adán Cárdenas Sánchez

Dicha acción constitucional de amparo fue conocida por la Sala Quinta de la Corte de
Apelaciones del Ramo Civil y Mercantil, constituida en Tribunal de Amparo, quien resolvió
lo siguiente: “(…) El Tribunal considera que la aplicación de las normas relativas a la
nulidad, establecidas del artículo seiscientos trece al trescientos dieciocho del texto
procesal civil, sí son aplicables al juicio oral, en tanto, como se dispone en el artículo
doscientos de la misma ley, no se opongan a lo regulado en el título dos romanos,
capitulo uno romanos, del Código Procesal Civil y Mercantil. En tal sentido, al analizar el
segundo párrafo del artículo doscientos siete del cuerpo de leyes mencionado, la
presentación de una nulidad dentro del juicio oral, tiene un procedimiento preestablecido
que indica que ante su planteamiento se oirá por veinticuatro horas a la otra parte. Y, en
relación a su relación, debe resolverse inmediatamente, si fuere el caso o, en su defecto,
dada la naturaleza, si no se puede o no se debe resolverse inmediatamente, se resolverá
en sentencia (…) Por consiguiente, el Tribunal, en el carácter con que actúa,
considera que lo resuelto por la autoridad recurrida en la literal a) del numeral (II)
romanos de la resolución de fecha tres de julio de dos mil catorce, no se ajusta a la
ley ni al procedimiento establecido para la substanciación del juicio oral (…)” (El
subrayado es propio)

De tal forma, la entidad Papelera Istmeña, Sociedad Anónima apeló dicha sentencia de
amparo aduciendo que no se encuentra apegada a Derecho. Resolviendo la Corte de
Constitucionalidad como se expondrá a continuación.

b. Del análisis del fondo de la decisión de la Corte de Constitucionalidad en


sentencia:

La Corte de Constitucionalidad revoca la sentencia de primer grado, pronunciándose


respecto a que no se ha vulnerado el derecho de defensa, seguridad jurídica, petición
legalidad y tutela judicial efectiva. De tal manera, menciona:

“Es improcedente el amparo cuando la actuación reclamada carece de efecto agraviante,


por haber sido emitida por la autoridad reprochada conforme las facultades que le
son propias, sin afectar derechos fundamentales…” (El subrayado es propio) En este
sentido, la Corte de Constitucionalidad se pronuncia respecto de su propia jurisprudencia
relativa a la necesidad de existencia de agravio para el planteamiento de la acción
constitucional de amparo. Sin agravio, menciona, no existe legitimación activa para la
amparista de solicitar una acción constitucional de amparo en caso que la actuación haya
acaecido conforme facultades propias. En otro orden de ideas, cuando una decisión
judicial se encuentra ajustada las facultades preestablecidas legalmente, no existe
agravio.

En este sentido, es menester traer a colación la importancia que la Corte de


Constitucionalidad le ha brindado a la existencia del agravio como medida de
cumplimiento del presupuesto procesal de legitimación activa. El expediente 1400-2004
menciona: “El amparo es un proceso de carácter extraordinario cuya procedencia está
sujeta a la concurrencia obligada de requisitos procesales, entre ellos, la legitimación
activa del postulante. Para lograr el otorgamiento de la protección   que el amparo
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conlleva, es presupuesto necesario demostrar la existencia de agravio personal y


directo, dado que la legitimación activa corresponde a quien tiene interés en el asunto.”

A través de la sentencia de fecha 12 de mayo de 2015, la Corte establece que dicho


agravio es inexistente cuando la actuación judicial reclamada ha sido emitida por la
autoridad reprochada conforme facultades establecidas legalmente. Como consecuencia,
de manera tácita se manifiesta sobre la supuesta vulneración al principio legalidad
aducido por la amparista. No existe violación al principio de legalidad toda vez que la
actuación judicial ha sido acatando las reglas preestablecidas por el Código Procesal Civil
y Mercantil, así como la Ley del Organismo Judicial.

Asimismo, menciona la Corte de Constitucionalidad que: “Carece de efecto agraviante la


decisión del órgano jurisdiccional de rechazar para su trámite impugnaciones de nulidad
por violación de ley y por vicio de procedimiento, considerando que por la naturaleza del
juicio oral, la nulidad en cuestión se debió interponer en la audiencia correspondiente y no
posterior a consentir y convalidar la demandante, la continuación del juicio oral
promovido” En este sentido, la Corte hace referencia las reglas establecidas en el Código
Procesal Civil y Mercantil. El recurso de nulidad se encuentra regulado del artículo 613 al
618 del Código Procesal, específicamente en el Libro Sexto de Impugnaciones. Sin
embargo, dentro de las normas relativas al juicio oral, el artículo 207 menciona lo
siguiente: “Todos los incidentes que por su naturaleza no puedan o no deban resolverse
previamente, se decidirán en sentencia. En igual forma se resolverán las nulidades
que se planteen. En todo caso se oirá por veinticuatro horas a la otra parte, salvo
que el incidente o nulidad que se plantee deba resolverse inmediatamente…” (El
subrayado es propio)

Es menester mencionar que de conformidad con la Ley del Organismo Judicial, en su


artículo 13, establece: “Las disposiciones especiales de las leyes, prevalecen sobre las
disposiciones generales de la misma o de otras leyes.” Esto hace referencia al principio
lex specialis, el cual significa que la aplicación de la norma deberá ser aquella que se
encuentre mayormente delimitada a la situación en concreto. Si bien la Corte de
Constitucionalidad no alude a esta disposición de la Ley del Organismo Judicial, lo hace
de manera implícita pues concluye que, existiendo dos disposiciones en torno a un mismo
recurso, se debe aplicar la que se encuentra prevista específicamente para la nulidad del
juicio oral.

En la sentencia de fecha 12 de mayo de 2015, menciona la Corte lo siguiente: “ (…)


previo a emitir una resolución en el presente caso, señalar lo que establece el artículo 207
del Código Procesal Civil y Mercantil, en cuanto a la interposición de incidentes y
nulidades dentro del juicio oral “ …salvo que el incidente o nulidad que se plantee deba
resolverse inmediatamente…”, norma que a juicio de esta Corte es la que debe
prevalecer para la interposición de las nulidades en esta clase de juicios…” Esta es la
preponderancia analizada anteriormente. La Corte decide que, siendo la nulidad del
artículo 207 diseñada específicamente para la tramitación del juicio oral, no es aplicable la
norma del artículo 614. Esto tiene sentido, pues siendo la infracción al procedimiento algo
que, según la amparista, versaba en torno a la representación legal del demandado en el
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juicio oral de cancelación de marca, era indispensable que fuera dilucidado en la propia
audiencia.

El juicio oral es el juicio de conocimiento que refleja la celeridad procesal por


antonomasia. A tal punto, que su estructura consiste en audiencias orales, para tener una
justicia pronta y efectiva. Es razonable que deba interpretarse que, conforme al artículo
207 del Código Procesal Civil, si la amparista no se percató del error en la representación
legal del abogado de la contraparte, no puede acudir a recursos posteriores a la
preclusión procesal correspondiente. La Corte menciona esto mismo: “…Al realizar el
estudio correspondiente del expediente de mérito esta Corte no comparte el criterio del
Tribunal a quo, en cuanto a otorgar la protección constitucional solicitada, porque se
advierte que el acto reprochado no genera el agravio denunciado por la postulante,
puesto que por la naturaleza del juicio oral, el cual tiene como finalidades tanto la
celeridad como la economía procesal en la dilucidación del litigio, debiendo las partes
procesales ajustarse a las normas especiales que aplican al juicio en mención, en tal
razón el vicio que reclama el amparista debió ser percibido en la audiencia respectiva
y alegado en esta, pues al no ser impugnado en el momento oportuno este fue
consentido y no procedía interponer posteriormente nulidad con el objeto de dejar sin
efecto etapas procesales que ya precluyeron…” (El subrayado es propio).

En este sentido, la Corte menciona la naturaleza célere del juicio oral. Si bien hubiera
existido un vicio interno en el documento que acreditaba la representación legal del
abogado de la entidad demandada en el juicio de cancelación de marca, la amparista
debió notarlo en la propia audiencia y hacérselo saber al juez, de tal manera que pudiese
resolverse de manera expedita. Esto es lo que también mencionó la Corte con
anterioridad haciendo referencia al artículo 207 del Código Procesal Civil y Mercantil,
haciendo énfasis en la parte “…salvo que el incidente o nulidad que se plantee deba
resolverse inmediatamente…”. En este caso, debía efectivamente resolverse la cuestión
inmediatamente, eso dado que sin representación legal suficiente la parte demandada no
concurre con el presupuesto procesal de personería. Su actuación en la audiencia no
sería válida y no representaría en lo absoluto a la persona jurídica representada (en este
caso Papelería Istmeña, Sociedad Anónima).

Finalmente, la Corte menciona que a la amparista no se le ha vulnerado derecho


constitucional alguno, pues el Juez Séptimo de Primera Instancia Civil ha actuado según
el marco de facultades establecido por el Código Procesal Civil y Mercantil y la Ley del
Organismo Judicial. Menciona: “…En conclusión, esta Corte considera que la autoridad
reclamada no ha hecho sino aplicar los procedimientos establecidos en la ley de la
materia, en ejercicio de sus facultades también reconocidas legalmente, bajo su
responsabilidad y con el razonamiento respectivo, por consiguiente, debe declararse con
lugar el recurso de apelación y revocarse el fallo venido en alzada…”

De tal manera, la sentencia dictada en el expediente 244-2015 sienta jurisprudencia


importante relativa a la aplicación de normas particulares de cada juicio de conocimiento
frente a normas generales para los procesos. Claro está, que el análisis que realiza la
Corte es mayormente de origen civil procesalista, mencionado solo de manera implícita
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cómo los derechos constitucionales de la amparista fueron respetados por el Juez


Séptimo de Primera Instancia Civil.

2. Principios constitucionales relevantes dentro del expediente 244-2015.

En el presente caso, la amparista aduce que se ha vulnerado su derecho de defensa,


tutela judicial efectiva, seguridad jurídica, petición, debido proceso y legalidad.

Tal y como se analizó anteriormente, la Corte de Constitucionalidad dictó con lugar la


apelación a la acción constitucional de amparo promovida, pronunciándose respecto de la
legalidad de la actuación del Juez Séptimo de Primera Instancia Civil de conformidad con
la normativa procesal civil.

No obstante, es menester mencionar qué consideraciones ha tenido la Corte de


Constitucionalidad para determinar la violación de estos derechos.

Respecto del derecho de defensa, ha manifestado la Corte que: “(…) Comprende que se
garantice que las personas puedan acudir a los tribunales, asimismo que se cumpla con
el debido proceso y que la resolución que soluciona el caso se encuentre fundamentada
en Derecho y debidamente motivada (…)” (Expediente 6254-2017). Así como que: “(…) El
juez debe dar exhaustiva respuesta a lo solicitado por las partes, para lo cual debe ser
congruente con lo evidenciado en las actuaciones procesales…” (Expediente 5828-2016)

Del mismo modo, dicho derecho se encuentra inextricablemente unido al derecho de


tutela judicial efectiva, a través del cual se comprende el derecho a que las personas
puedan acudir a los tribunales, cumpliéndose con el debido proceso y que la resolución
del caso se encuentre fundamentada en Derecho y debidamente motivada. También
garantiza que las resoluciones emitidas por los órganos jurisdicciones puedan recurrirse
mediante las vías que señala la ley y finalmente que el fallo emitido sea efectivo de forma
definitiva (Expediente 4136-2016). A su vez, la Corte se ha pronunciado mencionando
que: “(…) El hecho de que lo resuelto por el juzgador no sea favorable a los recurrentes,
no implica violación a la tutela judicial efectiva, siempre y cuando la resolución contenga
un razonamiento lógico y jurídico de la evidencia portada y se apegue a la normativa
legal.” (Expediente 3947-2018).

De tal manera, se puede decir que en el expediente analizado anteriormente, no existió


una violación al derecho de defensa y de tutela judicial efectiva para la amparista. Esto,
toda vez que la función judicial fue efectuada de conformidad con los parámetros
establecidos por el Código Procesal Civil y Mercantil. Específicamente, el artículo 207, en
el cual establecía que el recurso de nulidad debió interponerse en la audiencia
propiamente y no de manera ulterior. A la luz de la jurisprudencia en temas de derechos
humanos procesales, el solo hecho que la resolución sea contraria a los intereses del
litigante no implica una violación a sus derechos. Siendo establecido por la Corte de
Constitucionalidad que el Juez Séptimo de Primera Instancia Civil actuó conforme
derecho, la amparista carece de agravio alguno para promover la acción constitucional de
amparo.
Jorge Adán Cárdenas Sánchez

La seguridad jurídica, menciona la Corte de Constitucionalidad, consiste en “(…) la


confianza que tiene el ciudadano en que el ordenamiento jurídico garantizará sus
derechos” (Expediente 1258-2000; 2158-2001; 2836-2012) Así como que: “(…) Se viola el
principio de seguridad jurídica cuando se le permite a la autoridad actuar con
discrecionalidad pero no se regula el ámbito de actuación de la entidad pública”
(Expediente 290-2013). Esta última definición del derecho de seguridad jurídica guarda
relación con el principio de legalidad en materia procesal. Los jueces, como parte de la
relación jurídico procesal tripartita, actúan exclusivamente en torno a las facultades que le
son conferidas por la ley en la dilucidación del litigio. En otro orden de ideas, su actuación
es legal en cuando se acople los poderes definidos por el legislador.

En el caso que atañe, se puede concluir que dichos derechos y principio son debidamente
salvaguardados. Esto, toda vez que no fue una actuar arbitrario el fungido por el juzgado
ante el cual se promovió el juicio oral de cancelación de marca, sino un poder
previamente esbozado por el legislador para su aplicación en el trámite respectivo.

Conclusión:

En el presente caso, a través de la sentencia de fecha doce de mayo de dos mil quince,
la Corte de Constitucionalidad resuelve en apelación el expediente 244-2015. Dicho
expediente versaba sobre la supuesta ilegalidad cometida por el Juez Séptimo de Primera
Instancia Civil, el cual rechazó in limine los recursos de nulidad planteados por la
amparista en un juicio oral de cancelación de marca. Tras analizar la sentencia a
profundidad, se concluye que la Corte de Constitucionalidad se encuentra en lo correcto
tras mencionar que el recurso de nulidad en el juicio oral regulado en el Código Procesal
Civil y Mercantil tiene normas específicas que deben ser observadas por los litigantes
(artículo 207). En este caso, por ejemplo, que una inconsistencia en la representación
legal del demandado es algo que debe conocerse de inmediato en la audiencia y no
posteriormente dentro de tres días como regula el apartado de nulidad el libro de
impugnaciones.

Se menciona que no existe agravio, presupuesto procesal esencial para la interposición


de una acción constitucional de amparo, pues no ocasiona agravio las consecuencias de
un acto judicial apegado a Derecho. Por lo que fueron respetados todos los derechos
procesales de la amparista.

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