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LENGUAJE II
Sesión 06
TEXTOS
ARGUMENTATIVOS
Dra. Liliana Paz Ramos
lpazr@upao.edu.pe
Leamos y analicemos:
¿Maestros o tecnología?
A lo largo de los años, el hombre ha desarrollado mejores formas de vivir, aprender y trabajar. Hemos alcanzando la Luna y ahora soñamos con vencer nuevas
fronteras siderales. Nos comunicamos, nos relacionamos e incluso nos educamos mediante innovadores y variopintas aplicaciones informáticas. Vivimos en la
era del Internet, el Wifi y la teleconexión. Algo que solo deja patente nuestra cada vez mayor dependencia tecnológica. A pesar de esto, estoy firmemente
convencida de que por mucho que lo tecnológico impacte en nuestros estilos de vida, la tecnología es incapaz de sustituir a la figura del maestro como
algunos defensores de la era del código binario creen vislumbrar. En las siguientes líneas, estimado lector, ahondaré y explicaré las razones de mi postura.
La tecnología posee un gran potencial para mejorar la educación. Puede conectar con facilidad a personas alrededor del planeta y permitir a los
estudiantes ser testigos del mundo de maneras que antes no eran posibles. Puede ofrecer oportunidades de aprendizaje a aquellos que están en lugares
remotos. Y su contribución a la expansión y masificación del conocimiento es innegable. Pero esto no es suficiente para afirmar que la tecnología, finalmente,
tomará el lugar de los maestros.
Schleicher (2015), autor del prefacio de Estudiantes, Computadoras y Aprendizaje, señala que “la tecnología puede amplificar la buena enseñanza, pero
no puede reemplazar la mala enseñanza”. Y, sería oportuno añadir, que tampoco podrá reemplazar a un buen educador.
Los profesores –así como otros profesionales–, hemos dependido siempre de una variedad de herramientas para hacer mejor nuestro trabajo. Libros,
lápices, papel y pizarrón son solo ejemplos de estas herramientas. Las tecnologías para la comunicación y la información se han convertido en la última
herramienta para los educadores, herramienta que ciertamente puede multiplicar el aprendizaje. Pero la tecnología no deja de ser un mero instrumento. O,
como Dunn y Dunn (2013) elocuentemente manifiestan, “la tecnología no es la lección, está ahí para realzar la lección”.
Podríamos agregar que la tecnología no es el maestro, está ahí para asistirlo. Insistir en que la tecnología podría reemplazar a los docentes sería
equivalente a decir que el martillo –o cualquier otra herramienta sofisticada–, puede reemplazar al carpintero. Es cierto que una máquina es capaz de armar
un mueble de manera estandarizada mucho más rápidamente que cualquier carpintero. Pero los niños y los jóvenes no son muebles, producidos
masivamente y de manera estandarizada (aunque a muchos les gustaría que así fuera). Nuestros estudiantes necesitan el toque artístico de la conexión
humana para alcanzar su potencial único. Y eso lo da un maestro, un padre, o ambos.
Referencias bibliográficas
Trucano, M. (2015). Will technology replace teachers? No, but… Banco Mundial.
Wright, P. (2013). Why new technologies could never replace great teaching.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en WISE EdReview.
Traducido y adaptado por Paz Ramos, L. (2020).
EL ENUNCIADO DE UN PROBLEMA O
SITUACIÓN QUE ADMITE POSICIONES A
PLANTEA FAVOR O EN CONTRA DE UNA TESIS
(OPINIÓN QUE SE DEFIENDE).
DISCUTE
TEMAS CONTROVERSIALES.
Argumentar es, por tanto, aportar razones para defender una opinión.
Contextualiza, delimita
Planteamiento y anticipa
Los textos
argumentativos basan
parte de su efectividad
en la buena organización
de las ideas con las que
se pretende convencer o Exposición de la Reflexión personal
persuadir. tesis clara
Manifiesta síntesis de
Conclusión los argumentos
¿Maestros o tecnología?
El laberinto de la choledad
Argumento de autoridad
• Schleicher (2015), autor del prefacio de Estudiantes, Computadoras y Aprendizaje, señala que
“la tecnología puede amplificar la buena enseñanza, pero no puede reemplazar la mala
enseñanza”. Y, sería oportuno añadir, que tampoco podrá reemplazar a un buen educador.
O, como Dunn y Dunn (2013) elocuentemente manifiestan, “la tecnología no es la lección, está
ahí para realzar la lección”.
• Los profesores –así como otros profesionales–, han dependido siempre de una
variedad de herramientas para hacer mejor su trabajo. Libros, lápices, papel y
pizarrón son solo ejemplos de estas herramientas. Las tecnologías para la
comunicación y la información se han convertido en la última herramienta para los
educadores, herramienta que ciertamente puede multiplicar el aprendizaje.
Argumento de definición
• Podríamos agregar que la tecnología no es el maestro, está ahí para asistirlo. Insistir
en que la tecnología podría reemplazar a los docentes sería equivalente a decir que el
martillo –o cualquier otra herramienta sofisticada–, puede reemplazar al carpintero.
Es cierto que una máquina es capaz de armar un mueble de manera estandarizada
mucho más rápidamente que cualquier carpintero. Pero los niños y los jóvenes no
son muebles, producidos masivamente y de manera estandarizada (aunque a muchos
les gustaría que así fuera). Nuestros estudiantes necesitan el toque artístico de la
conexión humana para alcanzar su potencial único. Y eso lo da un maestro, un padre,
o ambos.
• Bill Gates usa relojes Yamato… deben ser los mejores relojes del mercado.
• Debe ser una película estupenda, porque hay unas colas enormes en la
taquilla
• Por último, muchos podrían argumentar que la tecnología ha reducido la necesidad de educadores. Después de
todo, gran parte del conocimiento acumulado en el mundo está ahora a solo un clic de distancia. Pero ¿somos
capaces de encontrarlo? ¿Podemos reconocer lo valioso y verdadero entre lo irrelevante o inútil? ¿Podrán hacerlo
los estudiantes, si los dejáramos a sus propios recursos? Y lo que esto implica ¿son los maestros responsables
solamente de la transmisión del conocimiento e información, que pueden ser ahora tan “fácilmente” alcanzados?
Si necesitas aprender una nueva habilidad u obtener conocimiento sólido acerca de algo, contar con un mentor
competente y cálido puede hacer toda la diferencia. Contar con un maestro y con la tecnología podrían
incrementar el aprendizaje aún más. Entonces, ¿qué preferirías, un gran maestro de quien aprender o la más alta
tecnología a tu alcance para el mismo fin? ¿Maestros o tecnología? Estas preguntas son irrelevantes porque en
realidad no es necesario elegir.
En cuanto a las ya citadas güisqui y cederrón, veamos: el nombre de la bebida aparece escrito en su forma
inglesa en casi un millón de sitios en castellano, mientras que apenas 5.970 prefirieron la forma "castiza"
güisqui, nacida de la creatividad de la RAE, al mismo tiempo que el obsoleto y anglicado CD-ROM figura en el
buscador, con casi dos millones de casos, contra solo 15.500 del primoroso y casi desconocido cederrón
(Obviamente, todas las búsquedas se hicieron en modo avanzado, seleccionando exclusivamente textos en
castellano).
A pesar de que muchas lenguas cuentan con sus academias para analizar los usos y definir las normas que de él
se derivan, el castellano debe ser la única cuyos hablantes son tratados como niños de corta edad a quienes la
autoridad lingüística debe enseñar la forma "correcta" de hablar y de escribir, inventando, cuando lo juzgare
pertinente, palabras "más correctas" que las que el uso estableció.
Soca, R. (2009). La RAE tan prescriptiva como en 1713. Recuperado el 15 de marzo de 2016, de
http://www.elcastellano.org/ns/edicion/2009/marzo/rae.html
PAZ, L, y TÁVARA, J. (2016). Claves para una correcta redacción. Fondo Editorial
UPAO.
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