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Las ciencias sociales y la salud:


un diverso y mutante campo teórico

The social sciences and health:


a diverse and changing theoretical field

Roberto Briceño-León 1

Abstract The article examines the creation of Resumen El artículo estudia la formación del
the social science and health subdiscipline from campo disciplinar de las ciencias sociales y la
the time of its pioneers in the early 19th Cen- salud, desde sus pioneros en los inicios del siglo
tury, discusses the formation of the theoretical 19, plantea el momento relevante de forma-
field in the mid-20th Century, and describes its ción del campo teórico a mediados del siglo 20
three basic approaches: explanation of the med- y formula los tres abordajes fundamentales; la
ical dimension by the social one and explana- explicación de lo médico por lo social y la expli-
tion of disease by social conditions, with two cación de la enfermedad por lo social, que tie-
variants – the individualist perspective and the ne dos vertientes, la perspectiva individualista
structural-collective one. It concludes with a y a visión estructural y colectiva. Finaliza con
discussion of the type of linkage that should una discusión sobre el tipo de vínculo que de-
exist between the social sciences and health, as be establecerse entre las ciencias sociales y la
a basis for the creation of a new theoretical field salud con el fin de crear un nuevo campo teóri-
called the social science of health. co denominado las ciencias sociales de la salud.
Key words Social science, Health, Disease, Palabras-claves Ciencias sociales, Salud, En-
Social history, Theory fermedad, Historia social, Teoría

1 Laboratorio de
Ciencias Sociales,
Apartado 47.795,
Caracas,Venezuela.
bricenoleon@lacso.org
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Las ciencias sociales involucradas con la salud publicado en Estados Unidos en 1893, los cua-
son un campo relativamente reciente en la his- les constituyen los textos pioneros del siglo 20
toria de la ciencia. Su conformación como área (Nunes, 1999). Ya en los inicios del siglo 20 cir-
disciplinar y dominio teórico pueden ubicarse cularon dos libros con el mismo título de Medi-
en la posteridad de la Segunda Guerra Mundial, cal sociology, uno de Elizabeth Blackwell y otro
pues es a partir de los años cincuenta del siglo de James Warbase publicados en 1902 y 1909
20 que se define su orientación y práctica, a respectivamente. Es interesante que el primero,
pesar que sus origines pueden ser rastreados el publicado en 1902, fue escrito por una mujer,
mucho antes, pero exclusivamente en el mundo quien, a su vez, fue la primera mujer que se gra-
médico y sin impacto específico en las ciencias duó de médico en una universidad de los Esta-
sociales. dos Unidos de América. En la antropología los
El uso de los conocimientos sociales por estudios médicos habían encontrado un peque-
parte de los médicos puede trasladarse mucho ño eco y se habían establecido una área reciente
antes del siglo 20, pero el desarrollo de las cien- (Canesqui, 1994, 1995). Y en la psicología para
cias sociales era muy escaso y tenía una muy esos mismos años se daba el inicio del psicoa-
precaria formalización. A inicios del siglo 20, las nálisis, Freud había publicado al inicio del siglo
ciencias sociales existían en las universidades de su Intepretación de los sueños y El Chiste y su re-
unos pocos países de Europa y en Estados Uni- lación con el inconsciente, pero de manera rele-
dos (Wallerstein, 1996); los desarrollos teóricos vante había analizado la histeria con el famoso
eran muy escasos; uno no encuentra referencias caso de Dora y había interpretado la tos y la
importantes a la medicina o a la salud en los es- afonia de esa joven con explicaciones culturales
critos de los iniciadores de las ciencias sociales, y psicológicas y no fisiológicas (Freud, 1901),
casi nada entre los sociólogos, algo entre los an- todo lo cual marca una nueva orientación de la
tropólogos y por supuesto más en la psicología, medicina en relación a la mente humana, que
pero en ese tiempo ésta era un área propiamen- echó las bases para lo que Habermas (1976)
te médica. considera fue la creación de una nueva “ciencia
Sin embargo, el interés por las condiciones humana” basada en la autorreflexión. Pero este
sociales y ambientales que podían dar lugar a la dominio permaneció en el mundo médico y si
enfermedad existía en la preocupación de mu- bien tuvo gran influencia en la antropología (en
chos médicos, quienes usaban los informes mé- Lévi-Strauss,por ejemplo) y en la sociología (en
dicos o sus propias experiencias, para construir Parson, por ejemplo), se mantuvo como algo
una explicación que fuese más allá de lo bioló- distinto de las ciencias sociales y la salud o la
gico. Es importante destacar que este interés es- medicina.
taba asociado al poco desarrollo de la medicina Pero el desarrollo científico de este tiempo
y de la tecnología médica, es decir, ese médico estuvo muy marcado por las décadas de la guer-
humanista o con un perfil epidemiológico más ra y entre guerra y no vino a consolidarse como
completo, que se ocupaba de lo social, lo hacía tal y adquirir importancia sino hasta después de
tanto por la sensibilidad que iba asociada al concluida la Segunda Guerra Mundial, cuando
compadecerse del sufrimiento del otro enfer- se establecen las bases teóricas y se establece
mo, como por las propias limitaciones que te- como campo de ejercicio profesional por la im-
nía en el tratamiento médico. Esta preocupaci- portante contratación que hacen los gobiernos
ón disminuye con la aparición de los antibióti- en sus ministerios de salud al personal de las
cos, los insecticidas y la fabulosa tecnología ciencias sociales. Ahora, ¿no sucedió nada du-
médica, y quedó más reservada a los médicos rante este periodo? No, si hubo algunos avances,
dedicados a la salud pública quienes han teni- pero estuvo dominado por el personal médico.
do siempre unas preocupaciones por las condi- Si uno toma un ejemplo como el de la Tripano-
ciones ambientales y sociales y por las ingenie- somiasis americana, uno encontrará que desde
rías que procuran modificarlas. el artículo inicial de Carlos Chagas en 1909 hay
Los primeros escritos que pueden encon- un esfuerzo por describir la situación social de
trarse en sociología médica fueron escritos por la enfermedad, lo mismo puede encontrarse en
médicos y no por sociólogos, quizás los más an- los sucesivos estudios y escritos de Emmanuel
tiguos son los artículos publicados en Francia Diaz sobre las condiciones sociales en Minas
por Jules Guèrin en 1848 sobre la medicina so- Gerais; en Argentina, Mazza convierte sus estu-
cial y el texto de Charles McIntire sobre la im- dios e interpretaciones de la enfermedad de
portancia del estudio de la sociología médica Chagas en un asunto subversivo para la estruc-
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tura agraria latifundista dominante en su tiem- cias sociales, la salud y la medicina, y abrió un
po; y Romaña – también en Argentina –; o Tor- novedoso terreno para las investigaciones y es-
realba y Gabaldón, en Venezuela, se dedican a tudios en las universidades y, de manera muy
analizar las condiciones sociales de la vivienda especial, en las carreras de sociología. A partir
y la transmisión de la enfermedad. Pero, por su de ese momento no se trataba de un asunto so-
manera de abordarlo no pretenden establecer cial tratado por médicos en las escuelas de me-
un campo teórico, sus escritos más bien son una dicina, sino que tenía legitimidad propia para
demanda, un llamado de urgencia por la nece- abrir cursos y propiciar investigaciones en los
sidad de unos saberes que ellos no disponían departamentos de ciencias sociales.
por formación y que solo su grandeza humana Este proceso se desarrolla durante los años
y científica los llevaba a invocar y requerir. cincuenta y ocurre de manera paralela con una
importante expansión del mercado de trabajo
en las oficinas de los gobiernos, en los ministe-
El aporte inicial de definición rios de salud o en oficinas locales con responsa-
del campo bilidad sanitaria como alcaldías y gobernacio-
nes, así como en las universidades (Cockerman,
Quizá el aporte central en la definición de este 2000). La expansión del empleo que ocurre en
campo teórico lo constituyó el análisis que hi- los años cincuenta, como resultado de la expan-
zo T. Parsons de la relación entre el médico y el sión capitalista del momento, permitió emplear
paciente como una estructura social. Este capí- una gran cantidad de sociólogos, antropólogos,
tulo de su libro El sistema social (1951) tiene un psicólogos y geógrafos dedicados a la salud, y
gran impacto tanto por la difusión y relevancia es así que a fines de la década de los cincuenta
que el propio libro tiene en la sociología, como había una comunidad importante de científi-
por ser una construcción teórica desde el cam- cos sociales dedicados a este dominio y que re-
po de la sociología y no desde la perspectiva quería una expresión que tiene lugar a inicios
médica. Ciertamente este capítulo se funda en de la década siguiente con el reconocimiento
un estudio previo hecho por un médico, L. J. del campo teórico por parte de las asociaciones
Hederson, a quien el propio Parsons reconoce gremiales que agrupaban, por ejemplo, a los so-
al inicio del texto, pero Parsons lo ubica en su ciólogos, y es así que en 1962 se forma el grupo
teoría de los roles y la desviación para mostrar de sociología médica en la Asociación America-
como ser paciente o ser médico son unos roles na de Sociología; en 1964, el grupo de sociolo-
sociales que tienen un conjunto de comporta- gía médica de la Asociación Británica de Socio-
mientos expectados por la sociedad y que se le logía; y en 1966, el Comité de Investigación Nú-
imponen a los individuos, en particular como mero 15 de la Sociología Médica en la Asocia-
el rol del enfermo que libera al paciente de sus ción Internacional de Sociología. Este impacto
responsabilidades sociales y no lo culpabiliza de fue menor y retrasado en América Latina, pues
sus faltas u errores y, al mismo tiempo, le im- no había suficientes profesionales ya que la gra-
pone un conjunto de obligaciones como desear duación de profesionales en carreras como so-
mejorar, buscar a quien lo cure y seguir cuida- ciología, antropología y psicología comenzó
dosamente las indicaciones dadas por el médi- realmente en esa década.
co. Por otra parte es la sociedad, a través del A partir de los años cincuenta es que es po-
médico, quien está en capacidad de darle una sible entonces establecer lo que ha sido la cons-
legitimidad a ese rol, pues no se trata de estar trucción del campo teórico y nos parece que es
enfermo físicamente, sino de ser socialmente posible a partir de allí identificar tres tenden-
reconocido como tal por una decisión del siste- cias sobre las cuales se ha construido este do-
ma médico. Este mismo hecho es interpretado minio: el primero es una derivación del campo
por Parsons en su visión de la desviación en la pionero de estudios sobre la medicina, y lo lla-
sociedad: el rol paciente es un rol desviante y al maríamos la explicación de lo médico por lo
igual que las otras desviaciones cumple una social. Este campo dio entrada a una otra di-
función social importante pues refuerza los mensión del campo teórico y es la explicación
comportamientos prescritos, los no-desviantes de la enfermedad por lo social, ya no se trata de
de la sociedad. comprender o explicar la medicina o el rol mé-
Este análisis de la relación médico-paciente dico, sino la etiología social de las dolencias. En
publicada a inicios de los años cincuenta cam- tercer lugar, está la aplicación del conocimien-
bió la situación del campo teórico de las cien- to social a la salud, si bien esta dimensión prác-
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tica es históricamente previa a la formación del se llevaron a cabo estudios sobre los pacientes
campo teórico, es lógicamente una derivación y los médicos pero con una perspectiva propia
de lo anterior y tiene, como veremos, un desar- del relativismo cultural que intenta romper con
rollo paralelo al cognitivo. Finalmente nos re- las visiones universalizantes (y etnocéntricas) de
feriremos a los cambios que ocurrieron en los algunos estudios sociológicos. El estudio de A.
años ochenta que llevaron a cambiar el énfasis Kleinman (1980) en China sobre los pacientes
de la medicina a la salud y que han abierto la y los sanadores en el contexto de la cultura in-
discusión sobre la constitución de este campo troduce importantes conceptos, pero permite
teórico. una visión distinta del sistema de salud. En una
orientación igualmente antropológica y más
recientemente, Good y Good (1993) llevaron
La explicación de lo médico un estudio sobre la manera cómo se aprendía
por lo social medicina en la Universidad de Harvard y cómo
se aprendían muchas otras cosas en la evolu-
Una primera aproximación de construcción del ción entre las fases “pre-cínica” y “cínica” de la
campo teórico estuvo muy marcada por el es- carrera.
tudio de la profesión médica y sus distintas fa- Pero en otros casos el estudio del sistema
cetas en tanto construcción del rol de médico médico lo que procura es saber como la forma-
como de la manera por la cual los estudiantes ción del médico y la estructura del sistema de
de medicina se iban adaptando a las nuevas exi- salud lo que puede es impedir el adecuado tra-
gencias de su desempeño, por un lado con los tamiento que debe proporcionar el médico, y
vínculos sociales que debían establecer con los como en estudio realizado sobre detección tem-
pacientes y sus familiares, como con el resto de prana de casos de lepra en Cuba, era saber có-
personal médico y paramédicos y, por el otro, mo esos determinantes psicosociales del médi-
con sus propios sentimientos, es decir, con las co o del paciente podían ser la explicación pa-
insensibilidades que debían desarrollar para no ra el retraso en el diagnóstico (Rojas et al., 1993;
sucumbir ante el sufrimiento ajeno (Zola, 1972; 1994).
Garcia, 1963; Rhodes, 1990; Good, 1994; Llovet, Otra manera de ver la relación entre los pa-
1999; Lolas, 1999). cientes y los médicos y el sistema de salud ha es-
Un estudio inicial en esta área fue llevado a tado muy marcada por la “teoría del etiqueta-
cabo por Robert K. Merton, junto a G. Reader do”, la cual se desarrolló a partir de los años se-
y P. Kendall sobre los mecanismos de socializa- senta en los Estados Unidos en lo que se consi-
ción de los estudiantes de medicina (The stu- deró era una continuidad de la escuela socioló-
dent-physician, 1957), en el cual se aplicó todos gica de Chicago. Lo singular de esta aproxima-
los desarrollos que la teoría funcionalista que ción fue que cambió la perspectiva sobre la cual
el propio Merton había desplegado. Esta tradi- se enfocaban los estudios al modificar el centro
ción continuó con un muy importante estudio de atención del enfermo (o del delincuente, co-
llevado a cabo por Howard Becker, junto a B. mo fue el diseño original) por el del sistema de
Geer, E. Hughes y A. Strauss sobre el mismo te- salud que lo consideraba tal.
ma, pero con una metodología completamente Para inicios de los años sesenta H. S. Becker
distinta, pues se trataba de utilizar la observa- publicó su libro Outsiders (1985) dedicado al
ción participante en un contexto teórico de los estudio de la sociología de la desviación, la cual
inicios del interaccionismo simbólico: Boys in tenía un componente explicativo y uno predic-
white (1961) representó un importante avance tivo del comportamiento de los individuos. En-
tanto por la fuerza de su descripción como por- tre sus premisas básicas estaba el considerar
que echo las bases a desarrollos teóricos y me- que la desviación no era un acto en sí mismo,
todológicos de gran relevancia para las ciencias sino que era el resultado de una calificación so-
sociales. Anselm Strauss se convirtió en un im- cial que exitosamente definía tal o cual com-
portante teórico al escribir junto con B. Glazer portamiento como desviante, como mal o en-
el texto fundacional de la “Grounded theory”, fermo. Esta perspectiva de relativismo social
del construccionismo que hasta la actualidad tiene sus origenes en las consideración de Dur-
tiene gran peso tanto en la sociología como en kheim quien en Las reglas de método sociológico
la psicología social. (1999) había escrito que una conducta era deli-
Esta tradición se mantiene y con un esfuer- to no porque violase unas leyes, sino porque se
zo mucho más culturalista en la antropología habían hecho unas leyes que la definían como
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tal. Es decir, movía el campo de interés a una cault en su libro sobre el nacimiento de la clíni-
perspectiva más genética, más explicativa de sus ca (1973), o como hizo Ivan Illich en su Néme-
orígenes que de la simple descripción de su fun- sis médica. Hay otros estudios que han procu-
cionamiento. El segundo componente, que es el rado comprender los múltiples aspectos del sis-
más conocido, destacaba el hecho que al etique- tema médico y de los hospitales. Un estudio an-
tar a un individuo su comportamiento tendería tropológico reciente, por ejemplo, de M-J. Good
a reproducir o, inclusive, aumentar la conducta (1995), se dedica con una fundamentación et-
desviada que había dado origen a la etiqueta, nográfica a intentar comprender las posibilida-
pues, al fin y al cabo, si ya era considerado “ma- des y limitaciones que tiene la medicina en Es-
lo” podía continuar siéndolo igual o más que tados Unidos para poder ser capaces y mostrar
antes. competencia en un medio marcado por una cre-
A partir de esta organización teórica tuvo ciente tecnología y un creciente también temor
lugar un buen número de estudios que lleva- por las demandas legales que pueden derivarse
ron al área de salud los ejemplos que sobre los de la mala práctica médica. Otro abordaje fue el
fumadores de marihuana o los músicos de dan- de un estudio etnográfico previo, llevado a cabo
za había explicado Becker en su libro. Quizá el por E. Goffmann (1970), quien a mediados de
ejemplo más notable fue el de E. Goffmann con los años cincuenta se dedicó a observar la vida
su libro sobre el estigma (1963), quien estudia a de los pacientes en un hospital psiquiátrico de
los paralíticos, ciegos, deformes con labios le- Washington y poder así describir la vida de los
porinos, y analiza el comportamiento de estos internos de esa institución social.
individuos en el contexto de las colectividades en Los sistemas de salud han sido objeto de un
las cuales viven. Esta investigación marcó una estudio diferente y ha sido más propio de la
tendencia que aun se mantiene de una manera ciencia política y de la economía. Realmente an-
muy importante en los estudios de hanseniases tes de los años ochenta y que se iniciara el pro-
y leishmaniases muco-cutanea (Castés et al., ceso de reforma del estado, eran pocos los estu-
1992), enfermedades que pueden producir de- dios sobre el sistema de salud en una perspecti-
formaciones y que con independencia de la gra- va institucional distinta a las descritas en el pár-
vedad de la lesión obliga a los individuos a una rafo anterior. Es decir, ya no se trataba más de
muerte de la vida social mucho antes de la mu- interpretar la institución social, o las relaciones
erte física del enfermo, pues el estigma los inha- sociales – de poder y sumisión como las más im-
bilita socialmente aun y cuando pudieran con- portantes, que en ella se daban, sino de ubicar-
tinuar llevando una vida normal desde el punto las en el contexto del Estado, sus limitaciones y
de vista de su salud. Inclusive, en algunos caos su posibilidades.
el estigma se concretó en el aislamiento de las Es asi que un estudio del sistema de salud,
personas, como ocurrió con los pacientes de le- encargado del control de la malaria en Tailan-
pra, pero una vez que se decidió eliminar los sa- dia, encontró que la principal oposición a un
natorios donde vivían dichos pacientes, muchos eficiente control de malaria lo representaba el
de ellos no querían regresar a la vida normal, personal encargado de controlar la malaria, y
tanto por el miedo a la normalidad como por no por una dimensión cultural sino de la ma-
perder los beneficios secundarios que les pro- nera cómo se había organizado el servicio de
porcionaba su condición de enfermos recluidos salud que conspiraba contra la eficiencia en el
(Romero y Rujano, 1995; Ortega y Puga, 1994; tratamiento. Algo similar ocurrió en Venezuela
Lorena, 1995) cuando se cambió un contrato salarial que mo-
Lo que es muy valioso es que estos estudios dificaba la cláusula que decía que debía pagarse
cambiaron el foco de interés del paciente o de viáticos cuando se saliera del lugar de trabajo a
su relación específica de éste con el médico, pa- cuando se saliera de la oficina del Ministerio,
ra el estudio de todo el sistema de salud que, co- por lo cual se incrementaron los costos de tal
mo los hospitales, permitía comprender como manera, que fue necesario restringir las inspec-
una persona, con algunos problemas de con- ciones entomológicas y los rociamientos con
ducta podía convertirla en enfermo mental la insecticidas.
institución médica.
Las ciencias sociales también se han ocupa-
do de los hospitales y del sistema de salud, y las
perspectivas han sido muy diversas. Hay críti-
cas muy frontales como las que desarrolló Fou-
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La explicación de la mación muy grande pero con unas buenas ac-


enfermedad por lo social titudes para incorporarlas, tal es el caso de mu-
chas poblaciones rurales que no disponían de
A partir de los años setenta se cambia el énfasis información sobre algunos cadenas de transmi-
en los estudios y las ciencias sociales se dedican sión de las enfermedades o sobre la relevancia
a trabajar de manera más marcada en la com- de algunos vectores, y que al recibir la informa-
prensión de las enfermedades desde el punto de ción, ésta podía ser fácilmente asimilada, pues
vista social, con una perspectiva que privilegia eran débiles los conocimientos previo al respec-
su etiología social aunque tomando en conside- to. Pero no sucede así con otras poblaciones que
ración – en algunos casos más y en otros menos tienen una saturación de informaciones, múl-
– los factores biológicos. Las diferencias que se tiples y a veces contradictorias, y donde la nue-
encuentran en dichos estudios y que muestran va información va a entrar en competencia con
los distintos abordajes de las ciencias sociales los conocimientos y prácticas previas.
radican tanto en el peso que se le otorga a las La falla importante en esta perspectiva nos
causas naturales, a lo biológico, cómo al tipo de parece que radica en dos aspectos. El primero
perspectiva que se asuma en la explicación so- es la creencia en lo que P. Freire llamaba la con-
cial, es decir, si el acento es colocado en el com- cepción bancaria de la educación, es decir, que
portamiento individual o en las condiciones de la ignorancia es un vacío que como una olla se
la sociedad que se convierte en productora de llena con nuevos contenidos, cuando, en reali-
enfermedades (Barata, 1997). dad, es siempre una olla llena cuyo contenido
debe ser transformado. Y, la segunda, es la cre-
La enfermedad a través del encia que las informaciones deben conducir a
comportamiento individual las prácticas, a las acciones, y esto es muy evi-
dente que no es así. Muchos encargados de po-
La explicación por el comportamiento in- líticas de salud han creído en esta línea de cau-
dividual tuvo mucho éxito pues se trata de una salidad, pero en general porque se aplica a las
explicación individualista que es fácilmente poblaciones pobres y poco educadas, a los otros
aceptada por las autoridades de salud y por el inferiores, pero la refutación mayor a esta cre-
personal médico, pero, al mismo tiempo generó encia son los propios médicos fumadores quie-
un conjunto de críticas tanto por quienes creen nes, disponiendo de los conocimientos, no los
en una interpretación colectiva o social, como traducen en actitudes ni en el abandono de la
por aquellos que consideran que se trata de un práctica de fumar. Los estudios culturales y de
reduccionismo que distrae el foco de atención. representación social de la enfermedad han
La más importante o al menos la más difun- procurado superar esta perspectiva limitada de
dida de las interpretaciones individualistas tu- los KAP (Lépine, 1992; Dobles-Ulloa y Perriad,
vo su expresión en lo que se llamaron los estu- 1994; Rozemberg, 1994; Méndez, 1995; Alvez y
dios KAP (Knowledge, Attitudes and Practices), Rabelo, 1998).
que fueron utilizados ampliamente por los Este tipo de explicación ha encajado muy
científicos sociales y luego por el personal mé- bien con las acciones médicas por su carácter
dico que consideraba que de esta manera podía individual y, en ese sentido, la psicología y el
cubrir los requisitos sociales de un proyecto de trabajo social han sido muy aceptados por los
investigación o justificar una posible interven- ministerios de salud de los países, pues se ha
ción. Estos estudios se fundaban en la creencia tratado de hacer más aceptables y eficientes las
que los conocimientos que una persona podía intervenciones médicas sin cambiar las condi-
tener acerca de una enfermedad, sus causas y ciones sociales, pero sí modificando las con-
sus modos de prevención, generaban unas acti- ductas de los individuos. Dos tipos de estudios
tudes que luego se ponían en práctica en cier- han sido muy importante en este dominio aun-
tos comportamientos que ayudaban o no su di- que con orientaciones diferentes. Uno es lo que
fusión. La visión es cognitivista y presume que los americanos han llamado estudios de “com-
si la persona actúa mal es porque no tiene la in- pliance”, es decir, al mundo médico le ha inte-
formación adecuada, porque tiene esa caren- resado saber porque alguna gente le hace caso y
cia, ese vacío, pero que una vez cubierto, permi- sigue la posología y las indicaciones del profe-
tira cambiar radicalmente la situación epide- sional y otros lo hacen a media o, simplemente,
miológica. Esta ecuación podía tener algún sus- no lo hacen. Los estudios de compliance son en
tento en poblaciones con una carencia de infor- el fondo unas investigaciones de apego o no a
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las normas y al poder, pero desde la perspecti- siempre están determinados por las condicio-
va del poder. Lo singular es que se ubican por nes sociales y, al final, siempre son estrictamen-
lo general en el contexto de una cultura que in- te individuales. Uno de los aspectos relevantes
terpreta la salud, la enfermedad y el tratamien- en esta sutil y compleja diferenciación puede en-
to curativo de una manera distinta, con valora- contrarse en los estudios sobre los llamados “es-
ciones diferentes, bien sea porque son comple- tilos de vida”, conceptualización que es muy we-
tamente inadaptadas a esas circunstancias (Me- beriana por demás. Según esta visión el origen
néndez y de Alba, 1992), como cuando se le pi- de muchas enfermedades se encuentra en el es-
de al paciente que no tiene reloj que se tome la tilo de vida que llevan muchos individuos: en la
pastilla cada cuatro horas, o porque entran en manera cómo se alimentan, el tipo de actividad
el mundo de las creencias culturales, como los física que realizan, las presiones a las cuales se
individuos que creen que el tratamiento pre- encuentran sometidos. El punto de difícil abor-
suntivo de la malaria produce impotencia se- daje es cómo se interpreta ese estilo de vida, ¿es
xual y prefieren el riesgo de la enfermedad al de acaso una forma individual de vida? O, por el
quedar mal delante de su mujer en la próxima contrario, ¿es ese estilo de vida una consecuen-
oportunidad. cia de ciertas imposiciones sociales? El asunto
Una perspectiva distinta ha sido la de los es- no es sencillo, pues congrega ambas dimensio-
tudios de las razones para la búsqueda del tra- nes, pero mucha de la orientación norteameri-
tamiento médico, es decir, los investigadores se cana, por ejemplo, tiende a considerar que es un
han preguntado por qué algunas personas acu- asunto personal exclusivamente y de los malos
den al consultorio antes que otros, y porque al- hábitos de los individuos (Knowles, 1977), lo
gunos otros ni siquiera nunca asisten. Las ex- cual puede ser verdad a lo interno de un grupo
plicaciones han sido variadas, pero casi siem- social, pero los pobres latinoamericanos no pue-
pre tienden a ser individuales y psicológicas a den escoger libremente el tipo de alimentación
pesar de tratarse en algunos casos de colectivi- que desearan tener, ya que la pobreza les im-
dades, como por el factor género, ya que las pone cantidad de limitaciones que restringen
mujeres buscan el cuidado médico más y antes su libertad de elección, y por lo tanto debe con-
que los hombres. Una de las explicaciones, por siderarse como un asunto colectivo y no indi-
ejemplo, refiero al proceso mental que en el psi- vidual.
coanálisis se conoce como negación, y en el cual
la persona niega la existencia de la enfermedad La enfermedad a través
y no asiste al médico porque tiene la sospecha de las condiciones sociales
de que puede estar enfermo, entonces niega lo
que quiere afirmar, y lo niega ya que teme mu- Como asunto colectivo la enfermedad ha si-
cho a la enfermedad y le resultaría muy terrible do tratada desde muy diversos ángulos. Todos
aceptarlo. Lo paradójico en este tipo de com- insisten en que no se trata de lo que hace o deja
portamiento es que se fomenta lo que se quiere de hacer un individuo, sino de las condiciones
evitar, es decir, el retraso en el diagnóstico o en en las cuáles esa persona se encuentra lo que de-
el tratamiento contribuye a hacer más difícil su termina la salud y la enfermedad. Las diferen-
curación. cias radican en cómo se entiende la situación,
De las múltiples críticas a esta perspectiva, la escala en la cual se trabaja y, por supuesto, las
nos parece que la más relevante es que la ha maneras cómo se interpreta lo social.
apuntado a sostener que una interpretación in- Las escalas pueden moverse desde el ámbito
dividualista de la enfermedad tiende a culpabi- microsocial, como sería la familia o la vivienda,
lizar a la víctima de las dolencias, a hacerlas res- pasar por la organización en clases de una so-
ponsables de una situación de la cual ellos son ciedad, hasta llegar a la formas de división in-
víctimas, son consecuencia y no causa. ternacional del trabajo y las condiciones mate-
Lo que sucede es que en la vida social no es riales del capitalismo periférico. Pero, en todos
muy fácil diferenciar lo individual de lo colec- los casos, la variable explicativa es de tipo co-
tivo. Por supuesto uno pudiera tomar una pers- lectivo o estructural, nunca individual, y por
pectiva extrema como la que sostiene Boudon eso fueron más propias de la sociología y de la
(1979) a partir de Weber (1963) al afirmar con antropología, en unos casos; o de la geografía y
éste que la sociedad no existe como entidad in- politología, en otros.
dependiente y que solo hay una suma de indi- Una dimensión microsocial muy importan-
viduos. Pero los comportamientos individuales te fue el estudio de la vivienda como un factor
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social que determinaba la transmisión de cier- La consecuencia de estos cambios es un resur-


tas enfermedades como la malaria, la enferme- gir de las enfermedades transmisibles, y es asi
dad de Chagas o la leishmaniases. En estos casos que a comienzos de los años noventa se tenía
son las condiciones de la vivienda, sus cualida- más de sesenta mil casos de dengue en América
des o sus carencias lo que permite u obliga a la Latina y a fines de la década eran algo más de
exposición al riesgo de contraer la enfermedad. seiscientos mil casos, el cambio había sido bru-
En una zona endémica de malaria se encontró tal y, para muchos, la explicación a este tipo de
que las familias de las viviendas que no tenían cambio epidemiológico hay que buscarla en la
WC dentro de la vivienda tenían más casos de reforma neoliberal que ha empobrecido a la po-
malaria que aquellas que sí la tenían y, en parti- blación y deteriorado sus condiciones sanitarias
cular, en las mujeres había más casos que en los (Farmer, 1999). Este tipo de razonamiento pue-
hombres. En apariencia ninguna de estas varia- de aplicarse a muy distintas áreas, al resurgir de
bles estaba directamente relacionada con el pa- la oncocercosis (Ortega y Miranda, 1993), o las
ludismo, pero el estudio encontró que al no te- condiciones de trabajo o a la reforma de la se-
ner WC las personas debían salir fuera de las guridad social (Laurell, 1997; 2000).
viviendas para hacer sus necesidades fisiológi- En otros casos se procura una interpreta-
cas y entraban en contacto con el mosquito vec- ción a una escala menor, es decir, no se busca en
tor de la enfermedad, pero, además, las mujeres, la organización macrosocial directamente, sino
por razones de pudor y a fin de evitar ser vistas en la división social que ella produce. En mu-
fácilmente, salían de noche y se internaban más chos de estos casos el esfuerzo es esencialmente
en el bosque, con lo cual aumentaban sus posi- descriptivo, pero no por eso tiene menos vigor,
bilidades de ser picadas por el anófeles transmi- pues, bien por el contrario, es muy contunden-
sor de la malaria (Velásquez y Pérez, 1994). te en sus resultados. Este podemos decir es el
Algo similar puede encontrarse con los es- caso del importante Black report sobre las con-
tudios sobre la enfermedad de Chagas y la vi- diciones de salud en Gran Bretaña que mostró
vienda, las cuales al tener techo de palma o paja como la aparición de enfermedades e incapa-
y no tener cubiertas las grietas de las paredes, cidades estaba determinada por la clase social
permitían la presencia del vector de la enferme- de pertenencia, y la calidad de la vida saludable
dad entre los sectores campesinos pobres (Ze- crecía al mejorar la condición social (Wilkin-
ledón y Vargas, 1984; Dias, 1985). son, 1986). Este tipo de estudios dio lugar a to-
La duda aquí ha sido cómo interpretar las da una corriente de estudios sobre la desigual-
condiciones en las cuales estaba la vivienda, dad social en salud que continúan hasta la ac-
¿podía pensarse que no tenían WC a lo interno tualidad y que muestran la relación entre las di-
de la casa, o tenían techo de palma porque las ferencias en el ingreso y las condiciones de sa-
personas carecían de recursos financieros para lud de una población (Candiotti, 1989; Mercer,
cambiar estas condiciones, o era porque en su 1999; Minayo, 2000; Kawachi, 2000).
cultura ambas situaciones eran consideradas Pero las condiciones macrosociales no tie-
normales? Las repuestas son múltiples, los hay nen porque interpretarse como desigualdad pa-
quienes creen en una, en la otra o en ambas, pe- ra que tengan que incidir en las enfermedades,
ro siempre hay un condicionamiento producto pues hay otras circunstancias también de ori-
de una circunstancia que es material y social al gen macro que afectan por vía de las moviliza-
mismo tiempo (Briceño-León, 1990). ciones de población el cuadro epidemiológico
Pero hay explicaciones que son macroso- de una sociedad. Estas movilizaciones de pobla-
ciales por definición, es decir, procuran una in- ción pueden tener su causa en una guerra que
terpretación de las enfermedades como el re- obliga a los individuos a trasladarse como sol-
sultado de un proceso social amplio, como, por dados o refugiados a otros territorios o migra-
ejemplo, los procesos de reforma neoliberal, ciones de tipo económico que llevan a las per-
que ha sufrido los países latinoamericanos co- sonas a buscar trabajo en áreas distintas a las
mo producto del llamado Consenso de Wash- cuales han habitado. La guerra entre Irak e Iran,
ington, y de las tesis que era necesario reducir el por ejemplo, movilizó cientos de miles de sol-
tamaño del Estado y, que en consecuencia, han dados a una zona endémica en leishmaniases y
limitado o eliminado los programas sociales y provocó una expansión de la enfermedad en
sanitarios de control de muchas enfermedades Iran cuando los militares regresaron a sus ho-
y restringido la atención médica que antes se gares, o los refugiados de Kampuchea, que se
ofrecía (Kim et al., 2000; Heggenhougen, 1999). calcula fueron para inicios de los setenta en cer-
41

ca de medio millón de personas, contribuyeron Por esta necesidad de considerar aspectos


a la difusión del parásito de la malaria P. falci- tan variados en el análisis de una situación epi-
parum que era resistente a la cloroquina, la dro- demiológica han surgido unas visiones holistas
ga que se utiliza en el tratamiento de la malaria, que procuran combinar las variables macroso-
a través del sudeste asiático (Meek, 1989). Estos ciales con las microsociales. Una de estas visio-
refugiados llegaron primero a Tailandia, pero nes que ha tenido relevancia en las ciencias so-
luego, por razones laborales en la explotación y ciales es la de la ecología humana dedicada a la
comercio de la minería de piedras preciosas, se salud, la cual es una fusión entre la antropolo-
trasladaron a Burma y Vietnam, para posterio- gía médica y la sociología de la salud. Para al-
mente regresar a trabajar en la construcción de gunos autores esta perspectiva tiene tres carac-
las carreteras en Tailandia. La difusión del pa- terísticas que la hacen singular: la primera es la
rásito resistente se expandió aun más por las perspectiva propiamente ecológica que consi-
migraciones laborales y políticas que viajaron a dera a las personas como unos seres que forman
Bangladesh y la India (Prothero, 1989; Singha- parte de una medio ambiente y que pueden ser
netra-Renard, 1993). Pero algo similar puede dañados por los cambios que se produzcan en
decirse de la diseminación de la malaria y los el ecosistema, inclusive en por aquellos que son
movimientos migratorios de guerrilla y refu- obra de los propios humanos. La segunda es la
giados entre Nicaragua y Costa Rica, Venezuela comprensión de los patrones locales de salud
y Colombia o con los movimientos migratorios existentes en cada comunidad humana y que
del poblamiento del Amazonas en Brasil. pueden ser muy diversos y, el tercero son los
Esta perspectiva de tipo macro toma en cu- cambios macrosociales que ocurren en el mun-
enta la población y el territorio y ha sido un do ligados a los procesos de urbanización, mo-
punto de confluencia entre la geografía y la de- dernización y globalización (Foller et al., 1999).
mografía, pero en una escala macrosocial que
escapa a la voluntad de los individuos aislados,
aunque es un producto de las fuerzas sociales. Las ciencias sociales y la salud
El estudio de la evolución de la Enfermedad de o las ciencias sociales de la salud
Chagas en el Estado de São Paulo muestra có-
mo se relaciona la expansión de la enfermedad La diversidad y riqueza de este campo teórico,
con los cambios que se dan en las relaciones aun en proceso de formación y establecimien-
sociales de trabajo y la organización y ocupa- to, pueden encontarse en la discusión que du-
ción del espacio de la caficultura (Silva, 1999) e rante los últimos diez años ha tenido el Foro In-
igualmente sucede con la población indígena ternacional de Ciencias Sociales y Salud. El vín-
que originalmente sufría la enfermedad en el culo entre los dos componentes del nombre: las
territorio que hoy es Bolivia y que luego se ex- ciencias sociales por una parte y la salud, por la
pandió hacía el resto del continente (Schofield, otra, ha sido el objeto de las discusiones, pues
1988). algunos sostienen que la preposición conjunti-
Ahora bien, hay muchos tipos de movi- va “y” es demasiado débil para describir una re-
mientos poblacionales que pueden tener efecto lación interdisciplinaria tan rica como la exis-
sobre la situación de la salud de la población y tente y brevemente ejemplificada en las pági-
que son diarios, semanales o estacionales (Pro- nas anteriores. Otros sostienen que debiera uti-
thero, 1989) y que, en algunos casos, están muy lizarse la preposición “para” y se diría entonces
relacionados con hechos culturales. En una zo- “las ciencias sociales para la salud”, pues de este
na endémica de malaria en Venezuela se encon- modo se mostraría la vocación teorica y empí-
tró que los protestantes sufrían más la enferme- rica de esta práctica profesional. Sin embargo,
dad que los católicos, la preferencia de los mos- algunos consideran que en este caso se sigue
quitos por determinada religión no podía ser la viendo la relación como algo externo y que de-
razón, y lo que se encontró fue que los protes- bería modificarse radicalmente este plantea-
tantes debían asistir cada noche al culto religio- miento y debiéramos afirmar la existencia de un
so y por lo tanto desplazarse diariamente desde nuevo campo teórico que en inglés se llamaría
sus viviendas hasta la iglesia y en el recorrido health social sciences y que en las lenguas latinas
de ida y retorno eran picados por los transmi- pudieras construirlo como “las ciencias socia-
sores de la enfermedad, mientras que los cató- les de la salud” (Higginbotham et al., 2001).
licos se encontraban protegidos en la sala de su Estas distinciones ya fueron formuladas ha-
casa viendo la telenovela. ce cincuenta años cuando Strauss (1957) plan-
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teó la diferencia entre la sociología en la medi- do en las páginas anteriores es que esta es un
cina y sociología de la medicina, para subrayar área de una gran diversidad y con cambios per-
la diferencia entre quienes trabajaban en las es- manentes en su enfoque, en sus áreas de estu-
cuelas de medicina y hospitales, y quienes ha- dio y en su conceptualización. Esta variedad
cían sociología de la ciencia o de las profesiones cambiante muestra por un lado la riqueza y fe-
y se ocupaban de la medicina como su campo cundidad de este campo teórico, y por el otro,
de estudio, pero que no les interesaba el asunto su juventud y casi su inmadurez. Es realmente
en sí mismo sino la práctica profesional. Algo un campo donde es necesario aun mucho es-
similar ocurre con la antropología donde se di- fuerzo teórico que sea capaz de construir una
ferencian la antropología médica de la antropo- teorías que permitan agrupar y darle coheren-
logía de la salud (Minayo, 1998). Esta utilización cia y sentido a las experiencias de investigación
del “de” para señalar el carácter de estudio so- e intervención.
cial de la ciencia y la profesión puede crear con- La aplicación de estas investigaciones ha si-
fusión con su uso en la traducción del health so- do igualmente variada y disímil, pues la apli-
cial sciences, como ciencias sociales de la salud, cación es un correlato de lo que se ha escogido
pues lo que se propone este nuevo campo teó- como procedimiento para recortar y construir
rico es algo completamente distinto, se trata de el objeto de estudio. Tenemos así que mucho de
crear un campo subdisciplinar que algunos lle- los estudios de sociología de la medicina han
gan a sostener que debe incluirse en las faculta- contribuido a mejorar los curricula de las es-
des de salud como una escuela de estudios simi- cuelas de medicina en Colombia o en Estados
lar a las otras allí existentes: medicina, bioanáli- Unidos (Castro et al., 1999). Los estudios sobre
sis, enfermería... y ciencias sociales de la salud. “compliance” han contribuido de manera im-
Por otro lado estas orientaciones también portante a mejorar la aceptación de los progra-
reflejan los cambios en el énfasis en las asocia- mas preventivos y curativos entre la población;
ciones profesionales, en la Asociación Interna- los estudios de relación médico-paciente y de
cional de Sociología, por ejemplo, el comité de género ha permitido el desarrollo de todo un
investigación que se había creado en 1966 bajo movimiento de fortalecimiento de los derechos
la denominación de “sociología de la medici- de la mujer y de los enfermos y de lo que se ha
na”, veinte años más tarde, en 1986, cambió su dado en llamar con el anglicismo del empode-
nombre a la “sociología de la salud”, como una ramiento de los pacientes. También, de mane-
muestra del énfasis que quiere darse a su utili- ra importante, ha contribuido tanto ha apo-
zación e impacto sobre la salud de la población. yar como a criticar las ideas de la participación
Otro cambio interesante que muestra las comunitaria en los programas de salud (Brice-
nuevas tendencias ha sido la ubicación reciente ño-León, 1994, 1998; Valla y Stotz, 1993; Valla,
que han tenido la investigación en ciencias so- 2000). En el nivel macrosocial hay un área que
ciales dentro del programa TDR de la Organi- ha tenido un peso muy importante en los últi-
zación Mundial de la Salud. Este grupo surgió mos años, quizá demasiado, es el análisis econó-
en 1974 con el nombre de investigación social y mico de la “carga de la enfermedad” (burden of
económica y en su última parte estuvo ubica- disease) que establece cuántos años saludables
do en la sección denominada applied field re- de vida (DALYs) se pierden por cada una de las
search, antes de desaparecer. Pero, recientemen- enfermedades y se orientan hacia allí las inver-
te, fue refundado por su nuevo director bajo el siones en salud porque resulta más costo-efec-
nombre de investigación social, economica y tivo prevenir o tratar tal o cual enfermedad y no
del comportamiento, pero, y he allí lo novedo- la otra (Murray y López, 1996; Akhavan, 2000;
so, fue ubicado en la división de investigación Diaz Polanco y Maingon, 1999), pero también, y
“básica”, no en la de aplicada. Lo cual implica dependiendo de las posturas teóricas e ideológi-
una consideración muy importante acerca del cas de las personas involucradas, ha sido posible
rol que debe cumplir las ciencias sociales en la una reflexión y un movimiento político y sani-
promoción de la salud. tario que postule de una manera más amplia y
humanista la necesidad de la salud como una
premisa para el desarrollo (Bonilla et al., 1991;
Conclusión Cardona, 1993; Sen, 1999) o, entre los radicales,
el cambio y la revolución social como una pre-
Lo que puede concluirse de los ejemplos de in- condición para obtener mejores y sostenibles
vestigaciones que brevemente hemos presenta- condiciones de salud. La diversidad es evidente.
43

Una importante contribución que han te- nea tienden a “medicalizar” toda la vida social,
nido las ciencias sociales de la salud en la últi- es decir, a interpretar y tratar muchos actos de
ma década ha sido el hacer visible y legitimo el la cotidianidad y todos los problemas de la so-
uso de las técnicas cualitativas de investigación. ciedad y de la persona como si fueran enfer-
Las técnicas cualitativas han tenido un amplio medades. Pero, en el esfuerzo de construir este
uso en las ciencias sociales (Minayo, 1994), pe- campo, se corre el riesgo de irse al extremo con-
ro hace veinte años no tenían ningún prestigio trario e intentar convertir en social o psicológi-
en el mundo de la medicina o la epidemiología, co todas dolencias que afectan a los cuerpos y
hoy en día la situación ha cambiado, y gozan de las mentes. Una visión hipersocializada de la
un respeto y validez importante. Por supuesto enfermedad no contribuye a que se pueda com-
que hay estudios cualitativos de muy poco ri- prender y tratar mejor a los problemas. El cam-
gor, pero también ocurre lo mismo con los es- po de las ciencias sociales de la salud debe ser
tudios cuantitativos, por lo tanto lo que se ha integrador y comprensivo, y mostrar un balan-
ganado es una apertura a juzgar las investiga- ce y una virtud que se midan no solo por la ele-
ciones por su valor intrínseco y no apriorísti- gancia y armonía de sus teorías, sino por su ca-
camente por la metodología que utilizan. pacidad de contribuir a hacer mejor la vida de
Finalmente este campo teórico enfrenta a los pueblos.
las tendencias que en la sociedad contemporá-

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