Está en la página 1de 1

Dimensiones de un conflicto

A lo largo de la historia, el fenómeno del conflicto se ha abordado desde diferentes puntos de vista y
disciplinas. Y aunque vivimos en una sociedad desarrollada, los conflictos están cada vez más
presentes. Por eso, el objetivo de este trabajo consiste en reflexionar sobre dicho problema, realizando,
por una parte, un estudio teórico sobre el fenómeno del conflicto, y por lo tanto, conociendo el origen,
los tipos de conflicto, las teorías, los mecanismos de activación y de desarrollo, las variables
desencadenantes y los factores psicosociales. Y por otra, tomando como punto de partida el análisis de
algunas situaciones conflictivas, dar a conocer las posibles alternativas de intervención para
resolverlos.
La desigualdad es una variable fundamental para entender la conflictividad social tanto en el Perú
como en el mundo. Esta tiene varias dimensiones (económicas, sociales, políticas, culturales, etc.),
manifestándose de manera conjunta sus consecuencias e influjos sobre el desencadenamiento y la
trayectoria de los conflictos.
En los enfoques que han comenzado a predominar en los últimos años, la idea de que los conflictos
están asociados a la ausencia del Estado, la exclusión, la pobreza y la percepción de amenaza ante la
expansión de las industrias extractivas es ampliamente aceptada. Del mismo modo, se suele aceptar
que, en gran medida, estos están ligados a la existencia de desigualdades más o menos acentuadas y de
distinta índole. Se habla así de desigualdades económicas, sociales, políticas o culturales, o una
combinación de varias (o todas) de estas.
Las dimensiones de un conflicto se dan a base de las diversas diferencias que pueda presentar una
sociedad antes un mismo conflicto o situación que se presente si nos basamos en un conflicto desde
una dimensión ética desde la perspectiva de muchos nos ayudan a analizar posiciones sobre un
conflicto social como por ejemplo entorno a las opiniones de los demás, toda instancia moral tiene
siempre un horizonte (personal y social); por ende la ética social esta aplicada para reflexionar sobre
las normas morales que rigen a la sociedad.
Si nos fijamos en la dimensión legal de un conflicto, estaríamos hablando de derechos, sobre todo de
los derechos que son vulnerados fácilmente por intereses políticos o económicos, es fundamental que
reconozcamos que el sistema legal para legitimar la defensa de derechos es una especie de “campo de
batalla”. Hay leyes que, como ahora sabemos, podrían sostenerse en marcos éticos defendidos por
unos, pero cuestionados por otros. Implica que no toda ley, por importante que sea, se sostiene en un
marco de legitimidad.
Lamentablemente hoy en día no existen enfoques coherentes que consideren el impacto de medidas
como estas sobre la cohesión social. No se suele prever impactos diferenciales en función del perfil de
la población, ni tampoco se prevé que no todos mejoran o reciben los beneficios por igual. Algunos
actores lograrán aprovechar en función de su dotación personal de activos y capitalizarse, mientras que
otros quizá no.
Aun así, las soluciones planteadas para superar los conflictos pueden sin duda ayudar a resolver las
diferencias, aunque también pueden contribuir a su rebrote (más adelante), a generar otro tipo de
conflicto (no necesariamente de la misma clase ni con los mismos actores) y/o a desencadenar otros
procesos sociales complejos no buscados (mayor diferenciación social, mayor acaparamiento de
activos como la tierra, aumentar la migración, entre otros).
Es por ello que es importante que el abordaje de los conflictos sociales desde el Estado y otros actores
esté dotado de enfoques e instrumentos que permitan visualizar adecuadamente las desigualdades de la
sociedad, previendo los posibles impactos de las medidas adoptadas para encararlos y superarlos.
Desafío pendiente para el presente período.

También podría gustarte