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Aguilar García – Ontología cyborg

La confluencia entre cuerpo y tecnología en esta nueva sociedad tecnológica.


Cyborg, se impone cuando hoy hablamos del cuerpo, abriendo una encrucijada antológica en la que
se sitúa el ser humano de este segundo milenio.
Debido a la incisión en la carne de las nuevas tecnologías, su ontología tuvo un cambio radical y
cuestiona conceptos como alienación o humanidad, además de volver obsoletas la categoría de sexo
y género.
La biotecnología y la tecnología de la información son hoy herramientas sofisticadas que construyen
el cuerpo humano y sobre el cual han provocado profundos cambios.
Ejes cyborizadores del cuerpo:
 El cuerpo textual del mapa genético
 Las posibilidades de la bio ingeniería
 El mundo virtual de internet donde se diluye el cuerpo físico o el no cuerpo de la filosofía
transhumanista
Esta neo filosofía, propone la transferencia (transbiomorfosis) de la conciencia del individuo al chip
de un ordenador o viendo el cuerpo.
Estos cambios tecnológicos provocan: Tendencias tecnófobas y tecnófilas invitan a una discusión
sobre el binomio naturaleza-cultura.
En la actualidad, la biología identifica cuerpo con texto, tras haber librado una lucha abierta desde
los albores ver apertura quirúrgica inicial del cuerpo. en dicha identificación, la tecnología actúa
revelando la naturaleza definitivamente textual del cuerpo, que al mismo tiempo es tecnológica. La
historia del cuerpo está irremediablemente unida a la del texto, pero antes fue necesario acceder al
interior Anatómico del cuerpo y después codificarlo en el mapa de su estructura biológica a
mediados del siglo XX, cuando Watson y Crick describieron la estructura helicoidal del ADN, hasta
el siglo XXI, cuando al fin desveló el código genético completo, momento en el que el texto accede
al interior del cuerpo para conformarlo realmente. El texto como representación, como acto
explicador de lo que está fuera de él mismo, elemento mediador entre las palabras y las cosas, ha
desaparecido en el interior de la cosa misma que pretendía explicar, constituyéndose el mismo en
objeto constituido. En tal hecho está implicada la idea de naturaleza enfrentada a cultura. Este
enfrentamiento ha quedado disuelto, la escritura y la carne son la misma cosa.

Dicotomía sujeto-objeto desaparece.


 El ser humano es objeto porque tiene cuerpo, pero está bien sujeto porque tiene conciencia.
Denunciado por el marxismo: La conversión del ser humano en cosa a través de la mercantilización.
También el existencialismo y la fenomenología denunciaron el peligro inminente de la conversión
del sujeto en objeto, y más concretamente del cuerpo en objeto a cargo de las Ciencias.
El cuerpo humano ha vuelto a apropiarse de la tecnología; el cyborg es ya una antología del cuerpo
objeto, ir a superación efectiva de la dicotomía sujeto/objeto.
El arte contemporáneo, plantea interesantes propuestas que implican hibridación del humano con la
tecnología y su nueva situación ontológica como perspectiva de cambio, y ofrece un planteamiento
filosófico desde perspectivas no académicas. Las performances de artistas multimedia ticas
constituyen una acerba crítica del sistema social en el que se desarrollan las sociedades occidentales
y las explican profundamente desde un planteamiento que supera el mero ámbito artístico. La
propuesta del cuerpo obsoleto de Stelarc, fue en evidencia la insuficiente infraestructura o
equipamiento del cuerpo biológico en el medio ambiente tecnológico y su necesaria implementación
técnica para poseer un cuerpo posbiológico. Por su parte, el arte biosemiótico de Eduardo Kac
conecta la biología con el arte y la ética, resaltando el papel de la comunicación entre humano y
máquina o denunciando los posibles abusos de una futura eugenesia controlada.
Concluimos que de esa inevitable confluencia entre el cuerpo y la tecnología de nuestros días surge
una criatura híbrida por la que los conceptos de naturaleza y cultura deben ser examinados a la luz de
nuevo estatus ontológico del cuerpo objeto.

Cyborg
Fue definido por primera vez por Clynes y Kline en 1960 al intentar describir un individuo mejorado
capaz de sobrevivir en el espacio, y por Haraway (1995: 253) como “organismo cibernético, un
híbrido de máquina y organismo, una criatura de la realidad social y también de ficción” el cyborg
(cybernetic organism).
la estética remite a la encrucijada del interfaz humano/máquina como text ó para leer el estatus
humano y maquínico del sujeto del siglo XXI, así como a la superación de un estadio evolutivo
antropocéntrico y a la interpretación de nuestra cultura ya desde presupuestos no exclusivamente
esencialistas o humano. el cyborg es el texto hecho carne que denuncia la escritura no como un
proceso inocente interpretación remite al logos y al origen, sino como textos de su versión de la
escritura misma.

La escritura es, sobre todo, la tecnología de los cyborgs.


La política de los cyborgs es la lucha por el lenguaje y contra la comunicación perfecta, contra el
código único que traduce a la perfección todos los significados, el dogma central del
falogocentrismo. (Haraway 1995: 302).
El cyborg quiero una presencia física y está al mismo tiempo una metáfora, es lenguaje.
Son literalmente monstruos.
Haraway explica cómo los monstruos han definido siempre en los límites de la comunidad a través
del imaginario propio de Occidente, por ejemplo, en la Grecia clásica los centauros y las Amazonas
rompían con el canon del ser humano masculino griego.
El cyborg sería la consecuencia de lógica de un pensamiento occidental cuyo imaginario se basa en
la construcción de un ente fusionado con una otredad exterior Asimismo y cuyas acciones y
existencia ponen en entredicho lo canonizado como humano. Nosotros somos un código escrito, un
lenguaje, me escucha lectura e interpretación depende la práctica ética de las sociedades del código
genético.
La naturaleza nos libera de raza, género y clase como pautas identitarias de un sujeto moderno
insostenible el aire a cibernética.
La actitud cyborg en la era de la informática de la dominación es una política contra el código único,
así que al mismo tiempo reconoce la posición del individuo como otro componente o subsistema
sujeto a las leyes probabilísticas que son el modo de operación del sistema. La traducción del mundo
a un problema de códigos.
Una vez que el sujeto ha sido reducido un código, a una escritura, entonces pasó a ser componente
biótico. En último extremo somos información.
La política cyborg, considerándolos como << los hijos bastardos del capitalismo blanco>> que
reniega del origen, pretende subvertir el orden de ese tardocapitalismo poniéndole una liquidez que
navega entre los límites impuestos por el logos occidental.
Es un ataque contra la identidad occidental. La revolución consiste en la fusión de los límites, la
pérdida de identidad de lo humano, de lo que era reconocible como tal, el organismo idéntico a sí
mismo, o en la creación de identidades fluidas.

El cyborg es un constructo imaginario y una metáfora de salvación por la tecnología.


El cyborg es texto, máquina, cuerpo y metáfora, todos teorizados e inmersos en la práctica en
términos de comunicaciones,
La visión que David Cronenberg tiene del cyborg, a diferencia de Haraway, es pesimista y aún
depende del concepto de alienación que se mantiene en la idea del control que ejercen los mass
media sobre los ciudadanos.
el cyborg de Haraway, además de ser una promesa y una metáfora, tiene un componente de
esperanza y optimismo. la alianza humana con la tecnología es liberadora y no alienante, puede
convertirse en revulsivo para romper el orden establecido. La cyborgización de Cronenberg, en
cambio, es un proceso degenerativo en el que el sujeto al final se autodestruye físicamente
orgánicamente, a favor de una existencia sin carne.
La es producto de la alienación de la pantalla, la tecnología finalmente es culpable de la muerte
Orgánica del sujeto, pues al entrar en contacto con ella de manera simbiótica consigue que su mente
se incline por la existencia exclusivamente como mente, considerando el cuerpo inútil y la carne de
que estamos hecho ahora, inservible. así se crea la carne como metáfora, porque la nueva carne
eterna en realidad no será más carne humana, sino pura imagen.
Cronenber presenta la cyborgización como producto de una alineación que está en la base de un
poder panoptizado que invade la mente y el cuerpo del sujeto tal y como Foucault explicó, un efecto
multiplicado ahora por el avance tecnológico.

El Tecnocuerpo o cyborg de Cronenberg, es un estado transitorio, una metamorfosis hacia un modo


de existencia superior, dirían los transhumanistas, la de información pura, pura imagen. Cronenberg
desestabiliza de los limites existenciales entre cuerpo y tecnología, cuerpo y mente.

Pensamos con el cuerpo, o sin él no podemos pensar, idea que vendría a corroborar la hipótesis
planteada por Cronenberg en Videodrome y eh refutaría la división cartesiana entre los dominios del
cuerpo y los del alma.

La hermenéutica de Haraway práctica en los textos de escritoras negras me proporciona una


interpretación del cyborg como de aquel ente capaz de subvertir las dominaciones de raza, sexo y
clase, un monstruo ciborgánico y plural. Los cyborgs de la ciencia ficción feminista ponen en tela de
juicio el Estatuto de humano en tanto que representante dime una raza, uno entiende igual y un
cuerpo. Los personajes estas ficciones rompen con el mito del héroe de raza blanca y sexo masculino
pertenecientes a la civilización occidental, subvirtiendo sus fundamentos, y en su lugar llevan el
lenguaje hasta límites fronterizos que rompen para hibridarse con seres insospechados de géneros
ambivalentes.
La ciencia ficción sirve a los deseos del individuo liberarse de la tiranía de los esquemas científicos
y, al mismo tiempo, revela la fascinación de nuestra civilización por la tecnología, tal y como ha
explica Dorfles. En esta doble ambivalencia se construye el imaginario de la técnica también en la
ciencia ficción cinematográfica, de mayor alcance que el éxito literario; así, lo visual y lo técnico se
constituyen en una pareja indisoluble que está formando nuestra cultura.
La tecnología no es otra cosa que la naturaleza; la tecnología, la máquina, somos nosotros mismos,
dice Haraway. Nos sirve para liberarnos de nuestro ser humano, ser idéntico, fijo, estático,
reproductor de orden es la realidad injustos.
Para Haraway ciencia y tecnología son medios para una satisfacción humana plena, tal y como eran
entendidos por Marcuse en Eros y civilización, <<puede sugerir una saida del laberinto de
dualismos>> (Haraway, 1995: 311).

“Liberarnos finalmente de nuestra condición humana como la forma suprema de liberación del
humano”

La frase de Foucault es una premonición “El hombre está próximo a desaparecer”.


Sí, para Foucault, los cuerpos habían estado sujetos a la política y al poder, era porque aún no se
habían constituido en cuerpos legibles, de los que pudiera extraerse una lectura que no estuviera en el
plano de la representación. El descubrimiento del código genético nos revela que somos escritura, y
tu escritura está en un espacio constituyéndolo. Para Haraway el poder liberador se encuentra en esos
espacios que somos y que pueden reescribirse, reinventarse, como dijo Foucault.
La biopolítica de Foucault se revela insuficiente en la era cyborg: la medicalización y la
normalización ya no son dominantes que funcionen, ahora se crean redes y comunicaciones.

Se vuelve a la palabra cuando el cuerpo habla por sí mismo de su presente y su futuro, de su


longevidad y sus efectos. Las enfermedades son lacras eliminables en la sociedad tecnológica, los
cuerpos jamás fueron tan manipulables como ahora ni el destino pudo ser intercambiado de tal
forma.

Sin duda, el objetivo principal hoy no es descubrir, sino rechazar lo que somos. Nos es preciso
imaginar y construir lo que podríamos ser (Foucault, 2000: 24)

Foucault y Haraway Pone el acento en la idea de un sujeto construido a través de la forma epocal en
la que se ubica, Episteme concreta, pero al mismo tiempo vislumbran la posibilidad de transformar
esa sucesión de epistemes, la historia, mediante lo que Foucault llamó las “tecnologías del yo”, como
aquellas operaciones en el sí mismo que permitirían alterar las condiciones de poder existentes por
medio de operaciones efectuadas sobre el propio cuerpo y alma con el fin de alcanzar cierto grado de
felicidad, de establecer las condiciones de posibilidad de lo que aún no somos: situación que, para
Haraway, es también fundamental para aceptar las nuevas identidades. Y así afirma:

Quizás podamos aprender de nuestras fusiones con animales imaginas cómo no ser un hombre, la
Encarnación del logos Occidental (Haraway, 1995: 297)

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