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Cómo es posible establecer el orden social según Marx? No es una pregunta sencilla
de responder dada la complejidad del autor que aquí nos convoca pero intentaré dar
alguna respuesta. Vimos la crítica radical, ahora es momento de exponer el modo de
superación y la posibilidad de establecer un orden social nuevo. Pero cómo? Con la
desaparición del sistema capitalista. Sin la desaparición de este sistema económico es
imposible la posibilidad de instaurar un orden nuevo. Porque en las democracias
burguesas el Estado no sirve a los intereses de todos los ciudadanos porque el mismo
poder económico se lo impide consecuencia de la división social y sus respectivos
intereses contrapuestos. Para terminar con la desigualdad es necesario que el sistema
capitalista desaparezca, que por otro lado está destinado a desaparecer, según nuestro
autor, producto de sus propias contradicciones. Para instaurar la igualdad la sociedad
debe avanzar hacia el comunismo pero antes habrá de pasar por una fase intermedia que
el autor llama: la dictadura del proletariado o control democrático del estado y la
sociedad para luego poder dar lugar a una sociedad sin clases. En Marx, este recorrido
histórico es necesariamente inevitable porque la historia está regida por leyes que
permiten el avance de la misma por medio de sus contradicciones hasta la síntesis o
telos final: la sociedad comunista. De esta manera, partiendo de la crítica radical, se
desplaza Marx, a la posibilidad de establecer un nuevo orden social.
DURKHEIM
Para Durkheim, el orden social constituye un orden moral establecido como una
realidad fundamental de la vida en sociedad: "el hombre es un ser moral porque
vive en sociedad" (Durkheim, 1993: 104); "Toda sociedad es una sociedad moral"
(Durkheim, 2008: 228). Este orden moral posee para los actores un carácter
exterior y coercitivo, a la vez que se presenta como un ideal que ejerce atracción
para aquellos sobre quienes se ejerce. En relación con nuestro tema, es importante
reconocer que el orden moral no se reduce ni al control ni a la integración de la
acción, es decir, no refiere a reglas que determinen la conducta (Hilbert, 1986: 3). De
hecho, el autor reconocerá que tanto la desviación como la conformidad absoluta
con él no pueden ser entendidas por fuera del orden moral como tal. 10 En otros
términos, la desviación y la conformidad son comprensibles desde y en el marco de
un orden moral determinado. Por ejemplo, Durkheim (1992) menciona:
Cuando se opone la sociedad ideal a la sociedad real como dos cosas antagónicas
que nos arrastrarían en direcciones contrarias, se está realizando y oponiendo
abstracciones. La sociedad ideal no está por fuera de la sociedad real, sino que
forma parte de ésta. Lejos de que estemos repartidos entre ellas como se está en
frente de dos polos que se rechazan, no se puede pertenecer a la una sin
pertenecer a la otra, pues una sociedad no está constituida tan sólo por la masa de
individuos que la componen, por el territorio que ocupan, por las cosas que utilizan,
por los actos que realizan, sino, ante todo, por la idea que tiene sobre sí misma. Y
es indudable que llega a dudar sobre cómo debe concebirse: la sociedad se siente
arrastrada en direcciones divergentes. Pero cuando estos conflictos estallan, no se
desarrollan entre el ideal y la realidad, sino entre ideales diferentes (Durkheim, 1992: 394).
Así, el orden social como orden moral no es más débil en las sociedades modernas
que en las tradicionales. En ambos casos, la experiencia moral resulta de una
determinada experiencia social. En esta dirección, no es posible entender a la
sociedad moderna como una sociedad en donde el orden social se debilita, sino que
es más preciso comprenderla como una nueva forma moral. "Incluso allí donde la
sociedad descansa de una manera más completa sobre la división del trabajo, no se
resuelve en una polvareda de átomos yuxtapuestos" (Ibíd., 2008: 227).
Sin embargo, lo anterior no implica que el orden moral se presente como un orden
integrado en donde no tiene cabida la desviación o el conflicto. Lejos de poner a un
lado el desorden, Durkheim lo observa como una parte esencial de la producción
del orden moral. Esto explica que la desviación no constituya un problema para la
tematización del orden moral sino que, al contrario, sea evidencia de su misma
presencia. Por ejemplo, menciona: "El crimen es necesario; está ligado a las
condiciones fundamentales de toda vida social y por eso mismo, es útil, ya que esas
condiciones de las que es solidario son ellas mismas indispensables para la
evolución normal de la moral" (Durkheim, 2003: 82).
Lo dicho se puede vislumbrar en el tratamiento que hace el autor del suicidio y sus
distintas formas, el cual no es una acción que constituya en sí misma una
desviación. Esta atribución sólo es comprensible desde un orden social
determinado. Durkheim (2003; Durkheim y Mauss, 1992) refiere recurrentemente al problema de
sustantivizar determinados comportamientos. En Las formas elementales de la vida
religiosa (1992), Durkheim menciona que las ideas no están fundadas en las cosas
sino en la naturaleza de la sociedad; es ésta la que suministra el marco para la
evaluación de determinados contenidos. Desde este lugar, el carácter que asuma el
suicidio dependerá del tipo de organización social en el que se produzca. El suicidio
es un fenómeno más o menos regular a lo largo de la historia, no obstante, la
valoración del mismo se modifica de acuerdo con la sociedad en la que suceda. "El
suicidio depende esencialmente de determinados estados del medio social" (Durkheim,
2004: 129 12
). Desde este lugar, podemos interpretar a los distintos tipos de suicidio
como en consonancia con diversas valoraciones propias de un contexto social.
El suicidio egoísta es aquel que se observa en contextos donde la integración social
es menor (por ejemplo, en el contexto de división del trabajo de la sociedad
moderna). El egoísmo es el "estado en el que el yo individual se afirma
excesivamente frente al yo social y a sus expensas, podemos llamar egoísta a un
tipo particular de suicidio que resulte de una individuación social desmesurada"
(Ibíd., 2004: 219). El suicido altruista, en cambio, propio de las sociedades
primitivas, 13 involucra lo opuesto al egoísmo en tanto es el que se produce por una
excesiva integración social que lleva a la indiferenciación del yo con respecto a la
colectividad. Es la muerte por la colectividad. En esta dirección, tenemos dos tipos
de suicidios que remiten a dos órdenes morales distintos. Para la solidaridad
mecánica, el suicido es conceptualizado como una acción altruista; para la
solidaridad orgánica, en cambio, aparece como una acción egoísta. En ambos casos
el suicidio se conceptualiza en conexión con el orden social del que forma
parte. 14 En ninguno de los dos casos, tanto por conformidad como por desviación,
estamos ante una ausencia del orden social.
necesaria para desenvolverse en su medio, acorde al orden establecido. Por otro lado,
revolucionaria.
interacción social.
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hacia la que se pretende transitar. Quiero decir que el sistema educativo tiene un
conducción de la sociedad.
educación. Hablar de educación como la panacea del desarrollo sin una mirada crítica
páginas es, en primer lugar, revisar estas ideas de Marx en torno a la educación y al
En la visión de Marx, dejar la instrucción escolar en manos del Estado y pensar que
con ello se educará a una generación para el cambio social, es absurdo. Cuando analiza
escribe, “la educación en general depende del nivel de las condiciones de vida y lo que
la burguesía pretende por educación moral burguesa refuerza los principios burgueses”
(Marx & Engels, 1976). Se subraya que, si bien para el modelo burgués la enseñanza
origen social, en los hechos se reproducen, para el futuro, las condiciones de saber y
planteamiento vertido por el Partido Obrero Alemán en torno a una educación popular
Eso de “educación popular a cargo del Estado” es absolutamente inadmisible. ¡Una cosa
es determinar, por medio de una ley general, los recursos de las escuelas públicas, las
condiciones de capacidad del personal docente, las materias de enseñanza, etc., y velar
por el cumplimiento de estas prescripciones legales mediante inspectores del Estado,
como se hace en los Estados Unidos, y otra cosa, completamente distinta, es nombrar al
Estado educador del pueblo! Lejos de esto, lo que hay que hacer es substraer la escuela a
toda influencia por parte del gobierno y de la Iglesia. …donde es, por el contrario, el
Estado el que necesita recibir del pueblo una educación muy severa.
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Cuando hace alusión al costo de la educación pública, Marx observa que si bien para
la pequeña burguesía puede resultar una molestia, sobre todo por las consecuencias
fiscales, la burguesía progresista sabe que es una inversión, en tanto que se educa para
promover los valores y saberes necesarios que garanticen la asimilación del orden
instituido:
La burguesía progresista calcula que este gasto –ciertamente indeseable, pero inevitable
para convertirse en un ‘gran poder’– se vería compensado en gran medida por el aumento
responde a las críticas recibidas de que los comunistas intentaban destruir a la familia
¿Acaso vuestra propia educación no está también influida por la sociedad, por las
condiciones sociales en que se desarrolla, por la intromisión más o menos directa en ella
de la sociedad a través de la escuela, etc.? No son precisamente los comunistas los que
popular, ser hombres de ciencia ellos mismos, no más proxenetas con prejuicios de
clase, parásitos del Estado en la búsqueda de buenos lugares y aliados al capital, sino en
los agentes libres de la mente. La ciencia no puede desempeñar su verdadero papel más
propia del modelo capitalista, y dejar que la religión se entrometiera en las escuelas,
limitada, quien
la burguesía sin embargo, ha creado para su propio bien y por su propia defensa!...
negligencia. Ella no tiene derecho a quejarse si los trabajadores ignoran esta moral
y no la tiene en cuenta.
Ahora bien, esta contradicción se explica en la necesidad del control. Los burgueses
británicos, dice Marx, con mayor visión de negocios que los alemanes, concedieron “a
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peticiones hechas del movimiento cartista en 1838. Pero ante el riesgo de que el
religión actúa como contención ideológica. En este tenor, la escuela en general no solo
necesarios para el desarrollo, sino como aparato opresor cuando se requiere controlar y
contener las ideas. La educación libre puede ser “perjudicial”, porque en sí, a decir de
La educación posible
Marx considera que la educación básica para todos es un acierto y otorga ventaja a un
país; en este sentido escribe: “Prusia tuvo, sobre otras grandes potencias, la ventaja de
dos buenas instituciones: el servicio militar obligatorio y la educación básica para
todos” Marx & Engels, 1976); no obstante, al mismo tiempo, esta idea no puede
dad a los obreros, era considerada por Marx como restringida e influida por la religión.
¿Educación popular igual? ¿Qué se entiende por esto? ¿Se cree en la sociedad actual
(que es de la que se trata), la educación puede ser igual para todas las clases? ¿O lo que se
exige es que también las clases altas sean obligadas por la fuerza a conformarse con la
económica, no sólo del obrero asalariado, sino también del campesino? (Marx, 2000).
Crítica la educación que promueve la división del trabajo, dado es una de las bases que
productiva, pero en forma diversificada, para dar oportunidad a los jóvenes de conocer
producción, con el fin de que estén en estado de pasar sucesivamente de una a otra
Vinculada a la idea anterior, para algunos, tal vez escandalosa, manifiesta que los
niños deben trabajar, además de estudiar, pues abolir totalmente el trabajo infantil
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significa excluirlo del sistema de producción y del aprendizaje práctico. De lo que se
sentido para que los niños no sean incluidos como instrumentos de producción.
Este señalamiento de Marx corresponde a una visión particular del trabajo, como
… esencia distintiva del género humano, como relación entre el hombre –sujeto- y
instrucción pública y gratuita, la “prohibición del trabajo infantil en las fábricas bajo
su forma actual
con la enseñanza desde una edad temprana es uno de los más potentes medios de
Esta cuestión me recuerda el debate del trabajo de los niños migrantes en los campos
de Sinaloa. Sin duda estoy de acuerdo en que es necesario eliminar las prácticas de
explotación y de riesgo en que estos niños se integran al trabajo agrícola junto con sus
padres y hermanos mayores. Pero, al mismo tiempo, separarlos del todo implica
excluirlos de una actividad que es parte de la vida familiar, además de contribuir, tal
Desde una perspectiva marxista, Ponce (2005), por ejemplo, desde el pensamiento