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FERNANDO VELASQUEZ V.

Profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana

MANUAL
DE
DERECHO PENAL
PARTE GENERAL

Segunda edición

<«£=©) (9=3P)

EDITORIAL TEMISS. A.
Bogotá - Colombia
2004
PELIGRO
LA
FOTOCOPIA
MATA EL LIBRO

ANTES QUE EL LIBRO CIENTÍFICO MUERA

El libro científico es un organismo que se basa en un delicado equilibrio. Los elevados costos
iniciales (las horas de trabajo que requieren el autor, los redactores, los correctores, los ilustradores)
solo se recuperan si las ventas alcanzan determinado número de ejemplares.
La fotocopia, en un primer momento, reduce las ventas y por este motivo contribuye al aumento del Para el profesor Nódier Agudelo Betancur,
precio. En un segundo momento, elimina de raíz la posibilidad económica de producir nuevos libros, como reconocimiento a su invaluable tarea docente y
sobre todo científicos.
De conformidad con la ley colombiana, la fotocopia de un libro (o de parte de este) protegido por a su magisterio profesional; por sus constantes
derecho de autor (copyright) es ilícita. Por consiguiente, toda fotocopia que burle la compra de un muestras de amistad, apoyo y generosidad.
libro, es delito.
La fotocopia no solo es ilícita, sino que amenaza la supervivencia de un modo de transmitir la ciencia.
Quien fotocopia un libro, quien pone a disposición los medios para fotocopiar, quien de cualquier
modo fomenta esta practica, no solo se alza contra la ley, sino que particularmente se encuentra en
la situación de quien recoge una flor de una especie protegida, y tal vez se dispone a coger la última
flor de esa especie.

© Fernando Velásquez V., 2004.


© Editorial Temis S. A., 2004.
Calle 17. núm. 68D-46. Bogotá.
correo e l e c : editorial@temis.com.co
www.editorialtemis.com

Hecho el depósito que exige la ley.


Impreso en Editorial Nomos S. A..
Carrera 39 B, núm. 17-85. Bogotá.

ISBN 958-35-0471-8
2121 200400055200

Queda prohibida la reproducción parcial o total de este


libro, sin la autorización escrita de los titulares del co-
pyright, por medio de cualquier proceso, comprendidos
la reprografía y el tratamiento informático.
Esta edición y sus características gráficas son propiedad
de Editorial Temis S. A.
NOTA A LA SEGUNDA EDICIÓN

La gran acogida brindada al texto en los círculos académicos y profesionales, ha


hecho indispensable la preparación de una nueva versión del mismo. La obra ha sido
revisada de forma integral, no solo para corregir erratas detectadas y actualizar el mate-
rial bibliográfico y jurisprudencial, sino para hacer las adaptaciones legislativas per-
tinentes a raíz de los últimos cambios normativos, propios de un sistema penal en perma-
nente inflación y con evidentes tentaciones autoritarias.
De nuevo, quiero dar las gracias a todos aquellos que han contribuido para que
este trabajo, mejorado, vea de nuevo la luz, en particular al profesor ALFONSO CADAVID
QUINTERO, quien lo ha revisado de forma minuciosa enriqueciéndolo con atinadas e inte-
ligentes sugerencias; y, por supuesto, al Dr. ERWIN GUERRERO P., en quien se confun-
den las calidades de amigo generoso y editor. También, por supuesto, a mi familia —en
especial a mi padre, ANTONIO JOSÉ, quien presto a cumplir sus setenta y ocho años de
vida, sigue guiándome con su prudente y acertado consejo; a ADRIANA MARÍA, mi es-
posa, con su acostumbrada dulzura y comprensión; y a ANTONIO JOSÉ, mi hijo— sobre
la cual, como ya es usual cuando se emprenden este tipo de empresas, han recaído las
privaciones y los sacrificios.

FERNANDO VELÁSQUEZ V.
Medellín, 30 de marzo de 2004.
PROLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN

Un texto dirigido a quienes se inician en el aprendizaje del derecho penal o re-


quieren de una ayuda ágil para la actividad profesional, esto es, un manual o libro de
estudio que permita abordar de manera didáctica los diversos asuntos que la materia
plantea, es una herramienta fundamental para la docencia universitaria. Desde luego,
con la pretensión de llenar tales exigencias y con motivo de la reciente puesta en vi-
gencia del nuevo Código Penal (ley 599 de 2000), entrego hoy al público especializa-
do este trabajo que busca no solo presentar de forma más abreviada los contenidos
correspondientes, sino empezar a agitar la discusión en tomo al derecho positivo aho-
ra vigente.
La obra no contiene pies de página y prescinde al máximo de las referencias de
derecho comparado; las investigaciones recomendadas en cada capítulo han sido ob-
jeto de una selección rigurosa, sin perjuicio de incluir una lista básica de los trabajos
de la parte general en la bibliografía final. Así mismo, se introduce un anexo —publi-
cado por separado, para hacer más fácil su manejo— dedicado al estudio de casos y
problemas clasificados por temas, llamado a servir como instrumento de labores al
momento de abordar las diversas unidades, lo cual hace aconsejable que el estudioso
lea primero el material correspondiente y después, debidamente asistido por el docen-
te, intente solucionar aquellos.
Obvio es decirlo, en el seno de una sociedad cambiante y hundida en una profun-
da crisis institucional, un adecuado proceso de formación académica requiere no solo
un cambio de mentalidad sino una transformación profunda de las relaciones entre el
profesor y el alumno, con el consiguiente alejamiento de la tradicional cátedra auto-
ritaria que solo ha posibilitado el atraso, el escepticismo, y mucho desconcierto entre
las nuevas generaciones, para dar paso a una Universidad abierta, crítica, polémica y
creadora. En otras palabras: urge impulsar una educación humanista e integral, para
que el joven educando incursione con propiedad en estas disciplinas, y pueda jalonar
la construcción de una nueva organización social en la cual sea viable, por fin. convi-
vir de manera armónica y civilizada.
Para culminar, agradezco a todos aquellos que con su colaboración han contribuido
para que este texto vea la luz, en especial a mis incontables alumnos —aquellos de carne
y hueso, que desde las sillas universitarias han escuchado mis explicaciones durante
todos estos años, gran parte de ellos al servicio de la Universidad Pontificia Bolivaria-
na— a quienes se deben muchas de las sugerencias aquí plasmadas; y, de manera muy
especial, al Doctor ERWIN GUERRERO P., alma y nervio de l;i Iditorial Temis que, como
siempre, le ha brindado una calurosa acogida a esta inician va académica.

FERNANDO VF.LÁSQUEZ V.
Medellín, 31 de enero de 2002.
ÍNDICE GENERAL
CAPÍTULO PRIMERO

LA DOGMÁTICA PENAL
Y LOS SABERES PENALES

PÁG.

I. Precisiones iniciales 1
II. El derecho penal y el control social 2
III. La ciencia penal integrada 4
IV. La dogmática penal 6
A) Ubicación 6
B) Concepto 7
C) Características 8
D) Método 8
E) Leyes fundamentales 9
F) Funciones 10
G) Relaciones con la criminología y la política criminal 12
V. La criminología 13
A) Ubicación 13
B) Noción 14
VI. La política criminal 17
Vil. La criminalística y otras ciencias 18

CAPÍTULO SEGUNDO

EL DERECHO PENAL SUBJETIVO


Y SUS LÍMITES

I. Introducción 22
II. La potestad punitiva del Estado 24
A) Concepto 24
B) Titular 25
C) Fundamentos 25
a) Material 25
b) Político o formal 26
III. Origen del título i 28
IV. Norma rectora y principio rector 29
ÍNDICE GENERAL XV
XIV ÍNDICE GENERAL

PÁG.
PÁG.

V. Los límites materiales al ejercicio del "ius puniendi" 31 III. Las diversas fuentes 91
A) Principio de dignidad de la persona humana 31 A) La costumbre 91
B) Principio de igualdad material ante la ley penal 33 B) La jurisprudencia 93
C) Principio de proporcionalidad 36 C) La doctrina 95
D) Principio de razonabilidad 38 D) El proceso legislativo penal 95
E) Principio de la necesidad de intervención 41
F) Principio de la teleología de las sanciones penales 44 CAPÍTULO QUINTO
G) Principio del acto 45
H) Principio de lesividad 48 LA NORMA PENAL
I) Principio de culpabilidad 55
VI. Los límites formales al ejercicio del "ius puniendi" 57 I. La teoría de la norma penal 102
A) El principio de legalidad de los delitos y de las penas 57 A) Naturaleza 102
B) Principio de taxatividad 62 B) Ubicación de la norma y estructura del sistema jurídico 104
C) Principio de prohibición de extraactividad de la ley penal 67 C) Génesis de la norma 105
D) Principio de prohibición de la analogía 68 II. Estructura lógica 106
E) Principio del debido proceso legal 69 III. Elementos integrantes 109
F) Principio del juez natural 71 A) El supuesto de hecho 109
G) Principio de la prohibición de la doble incriminación 73 a) El delito 109
b) La contravención penal 110
CAPÍTULO TERCERO B) La consecuencia jurídica 110
a) La pena 110
EL DERECHO PENAL OBJETIVO b) La medida de seguridad 121
IV. Funciones 123
1. Concepto 75
CAPÍTULO SEXTO
II. Caracteres 76
A) Público 76
LA INTERPRETACIÓN DE LA NORMA PENAL
B) Vigencia con marcado carácter judicial 77
C) Finalista o teleológico 77
I. Concepto 127
D) Liberal 79
E) Garantizador 79 II. Clases de interpretación 128
F) Valorativo y normativo 80 III. Reglas que rigen la interpretación 136
G) Monista 80
CAPÍTULO SÉPTIMO
H) Independiente en sus efectos 81
I) Fragmentario 82
LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ
III. Divisiones del derecho penal 82
DE LA NORMA PENAL
A) Clasificación tradicional 83
B) El derecho penal sustantivo y sus especies 84
I. Ámbito de validez temporal 139
C) El derecho penal y el derecho administrativo 87
A) Concepto 139
CAPÍTULO CUARTO B) Principios generales 140
C) Casos 141
LAS FUENTES DEL DERECHO PENAL D) El postulado de irretroactividad y el derecho vigente 142
E) Determinación de la ley más favorable o benigna 143
I. Noción 89 F) Tiempo de realización de la conducta punible 144
G) La ley intermedia. Leyes temporales y excepcionales 146
II. Clasificación 90
XVI ÍNDICE GENERAL ÍNDICE GENERAL XVII

PÁG. PÁG.

II. Ámbito de validez espacial 147 C) El neokantismo 183


A) Concepto 147 D) El irracionalismo nacionalsocialista 184
B) Principios generales 147 E) El finalismo 186
C) El principio de territorialidad y el derecho vigente 148 F) El funcionalismo normativista 188
a) La porción del espacio 149 VII. El derecho penal en Colombia 192
b) El conjunto de cosas 149 A) La época precolombina 192
c) Excepciones del derecho internacional 151 B) La época de la conquista 193
D) Lugar de comisión de la conducta punible 152 C) La época de la colonia 194
E) La extraterritorialidad de la ley penal 153 D) La época de la república 195
F) La sentencia extranjera 155 a) La legislación penal entre 1817 y 1837 196
III. Ámbito de validez personal 156 b) El Código Penal de 1837 197
A) Concepto 156 c) El Código Penal de 1873 197
B) Excepciones a la aplicación igualitaria de la ley penal 157 d) La regeneración y las normas provisionales 198
C) Los fueros 158 e) El Código Penal de 1890 199
IV. La extradición 159 f) El fracasado Código de 1922 199
A) Concepto 159 g) El Código Penal de 1936 200
B) Clases 159 h) El Código Penal de 1980 201
C) Principios en esta materia 160 i) El Código Penal de 2000 202
E) La doctrina penal en Colombia 206
CAPÍTULO OCTAVO
CAPÍTULO NOVENO
LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL
LA TEORÍA DEL DELITO
I. La época primitiva 164
II. La Edad Antigua 165 I. El concepto de delito 210
A) El derecho hebreo 165 A) Precisiones terminológicas 210
B) El derecho romano 165 B) Delito y contravención 211
III. La Edad Media 167 C) Diversas nociones 213
A) El derecho germánico 167 a) Formal y material 213
B) El derecho canónico 167 b) Legal, jurídica y extrajurídica, política 213
C) El derecho hispánico 168 c) Dogmática 214
D) Los glosadores y los prácticos 170 II. La teoría del delito 215
IV. La Edad Moderna 171 A) Sentido, método y estructura 215
A) La Recepción en Alemania 171 B) Evolución de la moderna teoría del delito 216
B) El Humanismo 171 a) Antecedentes 216
C) El pensamiento de Cesare Beccaria 172 b) El concepto clásico /. 217
V. La Ciencia penal italiana 173 c) El concepto neoclásico 219
A) Introducción 173 d) El concepto finalista 222
B) La escuela clásica 173 C) La teoría del delito en el derecho positivo 225
C) La escuela positiva 175
D) La llamada "terza scuola" 178 CAPÍTULO DÉCIMO
E) La dirección técnico-jurídica 179 LA CONDUCTA
VI. La dogmática penal en Alemania 181
A) Orígenes 181 I. Precisiones iniciales 232
B) El positivismo : 182 II. Funciones del concepto de conducta 234
XVIII ÍNDICE GENERAL ÍNDICE GENERAL XIX

PÁG.
CAPÍTULO DUODÉCIMO

III. Teorías sobre la conducta 236


LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN
A) El concepto científico natural 236
DE LA CONDUCTA PUNIBLE
B) El concepto final 237
C) El concepto social 239
PÁG.
D) El concepto negativo 240
E) El concepto de la evitabilidad individual 241
F) El concepto personal 242 I. El tipo en las conductas de comisión imprudentes 308
G) La renuncia al concepto de conducta 243 A) Ubicación 308
IV. Titular 244 B) Aspecto objetivo 310
V. Causas de exclusión 246 a) El sujeto 311
b) La acción 311
CAPÍTULO UNDÉCIMO c) El resultado 312
d) El nexo de causalidad (imputación objetiva) 312
LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS e) La violación al deber de cuidado 313
DE COMISIÓN DOLOSA f) La relación de determinación 316
g) Otros elementos 318
I. Precisiones iniciales 254 C) Aspecto subjetivo 318
II. Evolución de la teoría del tipo penal 257 a) El componente volitivo 318
A) Orígenes del concepto 257 b) El componente cognoscitivo 318
B) La concepción objetiva y sus desarrollos 257 c) Clases de imprudencia 319
C) La concepción del "tipo de injusto" 258 D) Causas de atipicidad 321
D) La negación que de la teoría hace la escuela de Kiel 260 a) La ausencia de elementos objetivos 321
E) La concepción desde la posguerra hasta hoy 260 b) La ausencia de previsibilidad y el error de tipo invencible 322
III. Estructura del tipo 262 c) La ausencia de dañosidad social 322
A) Ubicación 262 II. El tipo en las figuras de carácter especial 322
B) Aspecto objetivo 262 A) Ubicación 323
a) El sujeto 263 B) El tipo preterintencional 323
b) La acción 265 C) El tipo calificado por el resultado 325
c) El resultado 267
III. El tipo en las conductas de omisión dolosa 326
d) El nexo de causalidad (imputación objetiva) 268
A) Ubicación 326
e) El bien jurídico 278
f) Los medios 279 B) Aspecto objetivo 328
g) El momento de la acción 279 a) El sujeto 329
h) El lugar de la acción 280 b) La situación típica 334
i) El objeto de la acción 280 c) La no realización del mandato ,• 335
j) Otros componentes 281 d) La posibilidad de realizar la acción ordenada 335
C) Aspecto subjetivo 282 e) La causalidad hipotética 335
a) El dolo 282 f) El resultado 337
b) Los elementos subjetivos distintos del dolo 288 g) Otros elementos 337
D) Clasificación de los tipos penales 289 C) Aspecto subjetivo 337
E) Causas de atipicidad 294 a) El dolo 337
a) La ausencia de elementos objetivos 294 b) Los elementos subjetivos distintos del dolo 338
b) La ausencia de elementos subjetivos 295 D) Las causas de atipicidad 338
c) La ausencia de dañosidad social 301 IV. El tipo en las conductas de omisión imprudente y la atipicidad 339
XX ÍNDICE GENERAL ÍNDICE GENERAL XXI

CAPÍTULO DECIMOTERCERO PÁG.

LA ANTIJUR1DIC1DAD H) El estado de necesidad justificante 378


a) Concepto y naturaleza jurídica 378
PÁG. b) Fundamento 381
c) Requisitos 381
I. Precisiones iniciales 341 I) El exceso en las causas de justificación 385
II. Evolución del concepto de antijuridicidad 343
IV. La antijuridicidad en las otras formas de aparición de la conducta punible 387
A) La antijuridicidad objetiva 343
B) La antijuridicidad subjetiva 344 CAPÍTULO DECIMOCUARTO
C) La antijuridicidad formal y la material 345
D) La antijuridicidad y la teoría de los "elementos subjetivos del injusto" 345 LA CULPABILIDAD
E) La antijuridicidad y la teoría del "injusto personal" 346
III. El aspecto negativo de esta categoría: las causas de justificación 347 I. La culpabilidad y el principio "nulla poena sine culpa" 390
A) Nociones básicas 347 A) El enfoque tradicional y su crítica 390
a) Naturaleza jurídica 347 B) El abandono del principio de culpabilidad 391
b) Fundamento 347 C) Balance y conclusiones 393
c) Las fuentes 348 II. Evolución del concepto de culpabilidad 397
d) Los elementos subjetivos 349 A) Orígenes 397
e) Las consecuencias jurídicas 350 B) La concepción psicológica 398
B) El estricto cumplimiento de un deber legal 351 C) La concepción personalizada 398
a) Concepto y naturaleza jurídica 351 D) La concepción psicológico-normativa 399
b) Fundamento 352 E) La concepción normativa 400
c) Requisitos 353 F) La concepción vigente 401
C) El cumplimiento de orden legítima de autoridad competente 354 III. El aspecto negativo de esta categoría: las causas de inculpabilidad 403
a) Concepto y naturaleza jurídica 354 A) Apuntes previos 403
B) El error de prohibición 405
b) Fundamento 355 a) Ubicación sistemática 405
c) Requisitos 355 b) Teorías 406
D) El legítimo ejercicio de un derecho subjetivo 359 c) Clases de error de prohibición 407
a) Concepto y naturaleza jurídica 359 d) El error de prohibición en la ley penal 410
b) Fundamento 361 C) El estado de necesidad y otros supuestos 411
c) Requisitos 361 a) El estado de necesidad excluyen te de la culpabilidad 411
E) El legítimo ejercicio de una actividad lícita 363 b) Otras hipótesis 413
a) Concepto y naturaleza jurídica 363 D) La inimputabilidad 416
b) Fundamento 364 a) Concepto 416
c) Requisitos 364 b) Ubicación sistemática 417
F) El legítimo ejercicio de un cargo público 365 c) Las fórmulas legales • 417
a) Concepto y naturaleza jurídica 365 d) La inimputabilidad en la ley penal 418
b) Fundamento 366 e) El trastorno mental preordenado 425
c) Requisitos 366 IV. La culpabilidad en las otras formas de aparición de la conducta punible 427
G) La legítima defensa 368 CAPÍTULO DECIMOQUINTO
a) Concepto y naturaleza jurídica 368
b) Fundamento 369 LA TENTATIVA
c) Requisitos 369 I. Concepto 429
d) La presunción legal de la legítima defensa 377 II. Fundamento de punición 430
XXII ÍNDICE GENERAL ÍNDICE GENERAL XXIII

PÁG. PÁG.

III. Elementos 432 VI. Principios en esta materia 469


A) Componente subjetivo 432 VIL La comunicabilidad de circunstancias en la ley penal 470
B) Comienzo de ejecución de la conducta típica 433
C) Idoneidad de los actos 436 CAPÍTULO DECIMOSÉPTIMO
D) Univocidad de los actos 436
E) Falta involuntaria de consumación 437 LA UNIDAD Y LA PLURALIDAD
IV. Clases de tentativa 437 DE CONDUCTAS TÍPICAS
A) Simple 438
B) Frustrada 438 I. Precisiones iniciales 475
C) Desistida 439 II. Casos de no concurrencia de tipos penales 479
D) Inidónea 443 A) El delito continuado 479
V. Punición de la tentativa 444 B) El concurso material 483
C) El concurso aparente 485
CAPÍTULO DECIMOSEXTO III. La concurrencia de tipos penales: el concurso ideal 488
IV. La unidad y la pluralidad de conductas típicas en la ley penal 489
EL CONCURSO DE PERSONAS
EN LA CONDUCTA PUNIBLE
CAPÍTULO DECIMOCTAVO

I. Precisiones iniciales 447


LA PENA
II. La distinción entre autoría y participación 449
III. Eventos que no constituyen concurso de personas 452
I. Concepto 496
IV. La autoría 453
A) La autoría en sentido estricto 453 II. Características 497
B) La autoría mediata 453 A) Humana 497
a) Concepto 453 B) Legal 498
b) Requisitos 453 C) Determinada 498
c) Casos 454 D) Igual 499
d) Casos de exclusión de la autoría mediata 455 E) Proporcional 499
C) La coautoría 456 F) Razonable 500
a) Noción 456 G) Necesaria 500
b) Requisitos 456 H) Judicial 501
c) Casos de exclusión de la coautoría 457 I) Individual 502
D) La autoría en las conductas imprudentes 458 J) Irrevocable 502
E) La autoría en la ley penal 458 K) Pública 503
V. La participación 460 III. Clasificación de las penas 504
A) Fundamento de punición 461 IV. Las penas en el derecho positivo .' 505
B) La instigación 462 A) Las penas principales 506
a) Concepto 462 a) La prisión 506
b) Requisitos 462 b) La pecuniaria de multa 508
c) Formas 463 c) Las penas privativas de otros derechos previstas en la parte especial 513
C) La complicidad 464 B) Las penas sustitutivas 515
a) Concepto 464 a) La pena de prisión domiciliaria 515
b) Requisitos 464 b) El arresto de fin de semana 517
c) Formas 465 c) El arresto continuo o ininterrumpido 520
D) Las formas de participación en la ley penal 465 d) El trabajo en asunto de interés estatal o social 520
XXIV ÍNDICE GENERAL ÍNDICE GENERAL XXV

PÁG. PÁG.

C) Las penas accesorias 524 C) El método de penas flexibles sin enunciación de criterios generales . 555
a) La inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públi- D) El régimen de tabulación de circunstancias con penas relativamente
cas, como pena obligatoria 524 rígidas 555
b) Penas discrecionales 526 E) El patrón de penas flexibles sin enunciación de criterios generales,
c) Otras penas accesorias 532 con atenuantes genéricas no especificadas 555
D) ¿Penas imponibles a las personas jurídicas? 533 F) Las fórmulas de criterios generales o sintéticas con penas flexibles .. 555
IV. El modelo legal de determinación de la sanción penal 556
CAPÍTULO DECIMONOVENO A) El primer nivel: la determinación del marco penal aplicable a partir
de las modificaciones específicas y genéricas 556
LA MEDIDA DE SEGURIDAD a) Las modificaciones específicas para agravar o atenuar el marco de
punibilidad 556
I. Introducción 535 b) Las modificaciones genéricas para agravar o atenuar el marco de
II. Clases de medidas de seguridad 536 punibilidad 557
A) Según el fundamento 536 c) Las reglas para la determinación de los límites 563
B) Según el bien jurídico afectado 537 B) El segundo nivel: la averiguación del marco penal concreto 566
C) Según el destinatario 537 C) El tercer nivel: la individualización judicial propiamente dicha 569
a) Apuntes generales 569
D) Según el tiempo 537
b) Los criterios de determinación 570
E) Según la finalidad objetiva 537
c) Conclusión 579
F) Según su relación con las penas 538
D) El cuarto nivel: las rebajas sobre la pena final 580
G) Según su importancia 538
a) La sentencia anticipada 581
III. Las medidas de seguridad en la ley penal 538
A) La internación en establecimiento psiquiátrico o clínica adecuada.... 538 b) La confesión 581
c) Los beneficios por colaboración eficaz 582
B) La internación en casa de estudio o de trabajo 540
E) La determinación de la pena pecuniaria 583
C) La libertad vigilada 541
F) La determinación de las medidas de seguridad 584
D) Otras medidas 542
a) Ubicación 585
IV. El abono del tiempo cumplido, el control y la extinción de las medidas de
b) Criterios de determinación 585
seguridad; la restricción de otros derechos 542
A) El abono de la detención preventiva 543
CAPÍTULO VIGESIMOPRIMERO
B) El control judicial 543
C) La sustitución de la medida de seguridad 544
LA DETERMINACIÓN JUDICIAL
D) La suspensión condicional y la cesación de la medida de seguridad.. 544
DE LA SANCIÓN PENAL (II)
E) La restricción de otros derechos 546
I. Introducción 587
CAPÍTULO VIGÉSIMO II. Las penas sustitutivas 588
A) La pena de prisión domiciliaria ' 588
LA DETERMINACIÓN JUDICIAL B) El arresto de fin de semana y el arresto ininterrumpido 589
DE LA SANCIÓN PENAL (I) C) El trabajo no remunerado en asunto de inequívoca naturaleza e inte-
rés estatal o social 590
I. Introducción 550 III. Las penas potestativas 591
II. Conceptos básicos 551 A) Ubicación 591
III. Los sistemas usuales en el derecho comparado 553 B) Criterios de determinación 591
A) El sistema de tabulación de agravantes y atenuantes con penas fijas. 554 a) Relación de causalidad entre la transgresión a la ley penal y la san-
B) El modelo de tabulación con señalamiento de criterios generales de ción 591
tasación, seguido de atenuantes y agravantes con penas flexibles 554 b) La necesidad de imposición 592
ÍNDICE GENERAL XXVII
XXVI ÍNDICE GENERAL

PÁG.
PÁG

IV. Los mecanismos sustitutivos de la pena privativa de libertad 592 III. El sistema adoptado por la ley penal 637
A) Concepto 592 A) Observaciones generales 637
B) Clases 593 B) La prohibición de enajenar bienes sujetos a registro 638
a) La suspensión condicional de la ejecución de la pena 594 C) Los titulares de la acción indemnizatoria 639
b) La libertad condicional 601 a) Por activa 639
c) La reclusión domiciliaria u hospitalaria por enfermedad muy grave 605 b) Por pasiva 640
d) El aplazamiento de la ejecución de la pena 606 D) El objeto de la responsabilidad civil derivada de la conducta punible 642
e) La suspensión de la ejecución de la pena 608 a) La restitución 642
f) Las redenciones de pena por trabajo, estudio, enseñanza y otras ac- b) El resarcimiento del daño 643
tividades: la remisión 609 E) La prescripción de la acción civil 645
g) La suspensión condicional de la ejecución de las medidas de segu- F) El comiso 645
ridad 610
CAPÍTULO VIGESIMOCUARTO
CAPÍTULO VIGESIMOSEGUNDO
EL MÉTODO DEL CASO
CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA PRETENSIÓN
PUNITIVA DEL ESTADO I. Introducción 649
1. Causas de extinción de la "acción penal" 613 II. Guía para la solución de casos 650
A) La muerte del sindicado 614 A) Precisiones iniciales 650
B) El desistimiento 614 B) Pasos para la solución del caso 653
C) La amnistía propia 615 1. Validez de la ley penal 653
D) La prescripción de la "acción penal" 617 2. La conducta humana (comisiva u omisiva) 654
E) La oblación 618 3. La tipicidad 654
F) El pago en diversas hipótesis 619 4. La antijuridicidad 659
G) La indemnización integral en algunas figuras delictivas 619 5. La culpabilidad 659
H) La conciliación 622 6. La tentativa 660
I) La retractación 623 7. El concurso de personas en la conducta punible 661
J) Las causas de exención de punibilidad previstas en la ley 624 8. Unidad y pluralidad de conductas típicas 661
K) Otras hipótesis 625 9. Las consecuencias jurídicas derivadas de la conducta punible 662
II. Causas de extinción de la sanción penal 626 III. El análisis de providencias judiciales 662
A) La muerte del condenado 626 IV. Lectura de textos fundamentales 663
B) El indulto 626 V. Problemas y casos para el estudio de la parte general 664
C) La amnistía impropia 627 A) La dogmática y los saberes penales 664
D) La prescripción de la ejecución de la pena 628 B) El derecho penal subjetivo y sus límites 664
E) La rehabilitación de la sanción penal 631 C) El derecho penal objetivo 666
D) Las fuentes del derecho penal ,'. 667
CAPÍTULO VIGESIMOTERCERO E) La norma penal 668
F) Interpretación de la norma penal 669
LA RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA G) Los ámbitos de validez de la norma penal 669
DE LA CONDUCTA PUNIBLE
H) La historia del derecho penal 670
1. Precisiones iniciales 633 I) Teoría del delito 674
II. La responsabilidad penal y la responsabilidad civil 634 J) La conducta 675
A) Las relaciones entre conducta punible y daño 634 K) La tipicidad en las conductas de comisión dolosa 676
B) Las diferencias entre la acción penal y la civil 636 L) La tipicidad en otras formas de aparición de la conducta punible 677
C) La naturaleza jurídica de la obligación de restituir y de reparar 637 M) La antijuridicidad 679
XXVIII ÍNDICE GENERAL

PÁG.

N) La culpabilidad 683
Ñ) La tentativa 684
O) El concurso de personas en la conducta punible 686
P) La unidad y la pluralidad de conductas típicas 687 CAPÍTULO PRIMERO
Q) La pena 688
R) La medida de seguridad 689 LA DOGMÁTICA PENAL
S) La determinación judicial de la sanción penal (1) 689
T) La determinación judicial de la sanción penal (II) 690 Y LOS SABERES PENALES
U) Causas de extinción de la pretensión punitiva del Estado 691
V) La responsabilidad civil derivada de la conducta punible 692 Bibliografía básica: BACIGALUPO, ENRIQUE: "Sobre la dogmática penal y la criminología",
en Revista Nuevo Foro Penal, núm. 12, Bogotá, Edit. Temis, 1982, páginas 396 y ss.; BA-
Bibliografía 693 RATÍA, ALESSANDRO: Criminología crítica y crítica del derecho penal, traducción de Alvaro
índice de autores 697 Bunster, México, Edit. Siglo XXI, 1986; BUSTOS RAMÍREZ, JUAN/ELENA LARRAURI PIJOAN: Vic-
índice de disposiciones , 703 timología: presente y futuro, 2a edición, Bogotá, Edit. Temis, 1993; CARBONELL MATEU, JUAN
a
CARLOS: Derecho penal: Concepto y principios constitucionales, 3 edición, Valencia, Ti-
rant lo Blanch, 1999; CID MOLINÉ, JOSÉ/ELENA LARRAURI PIJOAN: Teorías criminológicas,
Barcelona, Bosch, 2001; GARCÍA PABLOS DE MOLINA, ANTONIO: Criminología. Una intro-
ducción a sus fundamentos teóricos, 4a edición, Valencia, Tirant lo Blanch, 2001; id.: De-
recho penal. Introducción, Madrid, Servicio de Publicaciones Facultad de Derecho, Uni-
versidad Complutense de Madrid, 2000; GIMBERNAT ORDEIG, ENRIQUE: Estudios de derecho
penal, 3a edición, Madrid, Edit. Tecnos, 1990; id.: Concepto y método de la ciencia del dere-
cho penal, Madrid, Edit. Tecnos, 1998; HASSEMER, WINFRIED/FRANCISCO MUÑOZ CONDE: Intro-
ducción a la criminología y al derecho penal, Valencia, Tirant lo Blanch, 1989; HURTADO
Pozo, JOSÉ: "El principio de legalidad, la relación de causalidad y la culpabilidad: reflexio-
nes sobre la dogmática penal", en Revista Nuevo Foro Penal, núm. 39, Bogotá, Edit. Temis,
1988, páginas 11 y ss.; LARENZ, KARL: Metodología de la ciencia del derecho, traducción
de Marcelino Rodríguez Molinero, Barcelona, Edit. Ariel, 1994; LARRAURI PIJOAN, ELENA: La
herencia de la criminología crítica, Madrid, Siglo XXI de España Editores, 1991; MUÑOZ, JESÚS
ANTONIO: "El objeto de la criminología para América Latina y para Colombia", en NFP, núm.
33, Bogotá, Edit. Temis, 1986, páginas 323 y ss.; SILVA SÁNCHEZ, JESÚS MARÍA: Aproxima-
ción al derecho penal contemporáneo, Barcelona, J. M. Bosch Editor, 1992;TIEDEMANN,
KLAUS: "Estado actual y tendencias de la ciencia jurídico-penal y de la criminología en la
República Federal alemana", traducción de Juan Terradillos Basoco, en Cuadernos de Po-
lítica Criminal, núm. 14, Madrid, Edersa, 1981, páginas 265 y ss.; ZAFFARONI, EUGENIO RAÚL:
Criminología. Aproximación desde un margen, Bogotá, Edit. Temis, 1988; ZIPF, HEINZ: In-
troducción a la política criminal, traducción de Miguel Izquierdo, Madrid, Edersa, 1979;
a
ZUGALDÍA ESPINAR, JOSÉ MIGUEL: Fundamentos de derecho penal, 3 edición, Valencia, Ti-
rant lo Blanch, 1993.

I . PRECISIONES INICIALES

Como la disciplina estudiada en esta obra se denomina "derecho penal",


es necesario indicar que tal expresión se emplea en el lenguaje académico
para designar tres contenidos distintos: el conjunto de normas o derecho po-
sitivo (en sentido objetivo); la facultad del Estado para ejercer el derecho de
castigar (en sentido subjetivo), y la disciplina que estudia ese derecho posi-
tivo de manera sistemática (ciencia o dogmática juridicopenal).
2 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA DOGMÁTICA PENAL Y LOS SABRES PENALES 3

Desde luego, si el estudioso aborda la locución en el primer sentido, se conjunto la totalidad de las normas colectivas, las autoridades y los poderes
encontrará ante una parcela del ordenamiento jurídico como cualquiera otra sociales —de todos los niveles y de diversas maneras—, reguladores de la
(civil, comercial, laboral, administrativa, etc.), aunque se distingue de las conducta humana en sus aspectos o resultados exteriores.
demás ramas de ese plexo normativo atendidas las especiales consecuencias No obstante, de manera más clara, se entiende por control social el con-
jurídicas imponibles a quienes trasgreden sus mandatos y prohibiciones: las junto de medios, precisamente sociales o con repercusiones de esa índole,
penas, de donde deriva su nombre, y las medidas de seguridad—verdaderas para ordenar y regular el comportamiento humano externo en muy diver-
penas en sentido amplio (cfr. E. R. ZAFFARONI/A. ALAGIA/A. SLOKAR)—. sos aspectos; el control social, pues, no solo establece los límites de la liber-
tad, sino que también es un instrumento llamado a socializar a sus miembros.
A este conjunto normativo, lo que también es válido cuando se piensa
Naturalmente, para saber cómo operan esos mecanismos, es indispensable
en la disciplina que se ocupa de él, adviértase, no solo se le conoce como "de-
precisar cuál es la sociedad en la que ellos se manifiestan y el contexto his-
recho de las penas" o "penal" —según se acaba de decir—, sino que también
tórico en el que actúan.
recibe otras designaciones en el ámbito doctrinario: derecho criminal—de-
nominación en desuso, porque comprende también el derecho procesal pe- El control social puede ser ejercido por diversos medios: de manera di-
nal—, derecho punitivo, derecho represor o represivo, derecho transgresio- fusa, creando hábitos colectivos de conducta (hábitos sociales, usos, costum-
nal, derecho protector de los criminales, derecho de la lucha contra el delito, bres, creencias, convicciones); mediante organismos institucionales, como
derecho determinador, derecho sancionador o restaurador, etc. Por supues- la familia, las asociaciones privadas, las agrupaciones religiosas (por ejem-
to, la expresión "derecho penal" es la más tradicional y es utilizada, incluso, plo, la Iglesia católica); y mediante las instituciones públicas, como el Es-
por quienes la han criticado, porque no abarca las medidas de seguridad. tado, los organismos gubernamentales, etc. Así mismo, por los establecimien-
tos educativos en todos sus grados (escuelas, colegios, universidades); en fin,
Ahora bien, de manera provisional, para delimitar esta parcela jurídica
por los medios de comunicación (prensa, radio, televisión). En síntesis, di-
de otras, se puede afirmar que el derecho penal positivo es el conjunto de nor- chos mecanismos pueden ser clasificados como sigue: formales e informa-
mas jurídicas que al delito como presupuesto (conducta punible) asocian pe- les, voluntarios e involuntarios, conscientes e inconscientes, concretos y
nas y/o medidas de seguridad o de corrección a título de consecuencia jurídica; difusos, externos e internos.
es esta la noción estática o formal, por oposición a la dinámica o sociológica
de la cual se ocupa el apartado siguiente. Obvio es decirlo, dentro del conjunto de instrumentos y técnicas diri-
gidos a presionar a los individuos, para obtener de ellos la conformidad de
Teniendo en cuenta que el texto se refiere solo a la parte general del de-
su comportamiento con ciertas reglas de conducta y proteger los intereses fun-
recho penal, esta exposición busca responder a las tres preguntas fundamen-
damentales para la convivencia en comunidad —bienes jurídicos— (los me-
tales en torno a las que se aglutinan los problemas básicos que permiten cons-
canismos de control social), se encuentra el derecho, y, por ende, el derecho
truir esta parcela del saber como disciplina, esto es: qué es el derecho penal,
penal; ello no es casual, pues las sanciones penales son las más drásticas de
qué es la conducta punible y cuáles son las consecuencias jurídicas deriva-
que dispone el orden social, y los comportamientos a los que vienen apare-
das de la conducta punible. Sin embargo, para darles un adecuado tratamien-
jadas son los más intolerables para la convivencia humana en sociedad; por
to a tales cuestiones es preciso llevar a cabo una tríada de elaboraciones, apa- eso, a la norma penal se le asigna una función de motivación. No obstante,
reciendo así —en su orden— la teoría de la ciencia del derecho penal, la en las sociedades industriales avanzadas se observa una tendencia, cada vez
teoría del delito, y la teoría de las consecuencias jurídicas del delito. más marcada, que clama por una reducción notable de la función específica
del derecho como medio de control social; ello se debe a dos tipds de razo-
II. EL DERECHO PENAL Y EL CONTROL SOCIAL nes: por un lado, porque de forma paralela a los controles coactivos como el
derecho, se han introducido mecanismos persuasivos (tal es el caso de los
Como lo enseña la sociología contemporánea, una de las condiciones medios masivos de comunicación); y, por el otro, puesto que es evidente la
básicas para asegurar la supervivencia de las modernas organizaciones es- transformación del derecho en vehículo preventivo, antes que en instrumento
tatales es la presencia del control social. Dicho concepto suele entenderse de represión.
de diversas maneras: como cualquier influencia que la sociedad ejerce so-
En el ámbito del derecho penal, obsérvese, se lleva a cabo el control
bre un individuo (sentido amplio); como la planificación y dirección cons-
social de dos formas distintas: por un lado, mediante el llamado control social
cientes de los procesos económicos (sentido estricto). Incluso, designa en
4 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DOGMÁTICA PENAL Y LOS SABRES PENALES 5

punitivo institucionalizado, que se ejerce sobre la base de la existencia de un un tratamiento separado de los aspectos sociológico y jurídico del delito, por
conjunto de agencias estatales denominado sistema penal; y, por el otro, me- considerar que representaba una idea incompleta y anticuada de los fenóme-
diante un control social no institucionalizado, parainstitucional o subterrá- nos jurídicos que —desde este punto de vista— eran considerados como
neo, efectuado por medio de conductas ilícitas, tal como sucede en los paí- meras manifestaciones sociales, habida cuenta de que se partía del presupues-
ses latinoamericanos con la operancia de grupos guerrilleros, paramilitares to de que el derecho y la sociedad eran términos inseparables y equivalen-
y de justicia privada. Como es obvio, el control social punitivo se encuentra tes; de allí, entonces, que se considerase como único el orden de los fenóme-
regulado por un conjunto de normas legales de diversa índole, entre las cuales nos criminosos, y como unitaria la ciencia que debía estudiar sus causas,
deben mencionarse las de corte represivo, en torno a las cuales gira el dis- condiciones y remedios.
curso juridicopenal producido por los juristas teóricos, que aparece al lado Por otro lado, la escuela sociológica alemana (F. VON LISZT) —con base
de otras elaboraciones asentadas en normatividades de índole constitucional, en los planteamientos comtianos y de R. VON IHERING—, a partir del positi-
procesal, civil, laboral, militar, etc. El derecho penal, pues, debe también ser vismo, tanto en su variante naturalista (la realidad empírica como objeto)
aprehendido en este contexto, aunque —como se mostrará luego— dicha como en la normativista (el derecho penal positivo), reunió todas las disci-
tarea incumbe a una disciplina penal de tanta trascendencia como la moder- plinas atinentes al saber penal en la denominada ciencia total del derecho pe-
na criminología, profundamente influida por las elaboraciones sociológicas. nal {gesamte Strafrechtswissenschaft); dentro de ella se agrupaban la dog-
mática juridicopenal (el derecho penal como ciencia), la sociología y la
antropología criminal (la criminología o estudio empírico del fenómeno
III. LA CIENCIA PENAL INTEGRADA
criminal en sus causas y efectos). Ello, sin perjuicio de hablar de la política
Como el derecho penal no es el único saber que se ocupa del estudio de criminal (que suministra el criterio de apreciación del derecho vigente y revela
la criminalidad, del delincuente y del derecho positivo, pues existe un número cuál regulación jurídica debe regir).
plural de disciplinas que lo hacen integralmente y con cometidos uniformes, De esta manera, entonces, fue posible deslindar las explicaciones po-
suele hablarse del modelo integrado de ciencia penal para referirse al estu- lítica, jurídica y sociológica del delito, y darles lugar a otras tantas discipli-
dio conjunto de ellas, como se muestra en seguida. nas, a las que se intentó señalarles métodos, objetos, e incluso postulados
En efecto, después del auge del movimiento positivista a mediados del generales diferentes, sin perjuicio de su integración. Naturalmente, esta re-
siglo xix en Europa, con su pretensión de construir una ciencia universal unión de disciplinas heterogéneas, que hacen sobre todo hincapié en la aglu-
denominada Sociología —precedido de la tentativa enciclopedista de media- tinación de dos de ellas en lo atinente al objeto del conocimiento (la norma
dos del siglo xvm y de las exposiciones de los grandes filósofos del idealis- penal para la ciencia penal, la fenomenología criminal para la criminología)
mo alemán (I. KANT y F. HEGEL)—, solo se podrá hablar de ciencia para o al método (normativo-deductivo en el primer caso, empírico-inductivo en
referirse a las disciplinas que estudian el método experimental, que partien- el segundo), solo fue posible en cuanto la criminología positivista se convirtió
do de la observación y dejando de lado la imaginación, volcaba toda la aten- en un saber auxiliar y dependiente de la ciencia penal.
ción sobre el saber positivo y declaraba proscrita toda metafísica. Se trans- Con fundamento en tales directrices, independientemente de si se aco-
formó, de esta manera, todo el panorama del saber después de la segunda gía o no una de estas dos concepciones, los estudiosos le asignaron a ese con-
mitad del siglo xix e incidió —como es obvio— en aquella parcela del co- junto de saberes nombres diversos: enciclopedia de las ciencias penales, en-
nocimiento humano relacionada con los delitos, las penas y el delincuente. ciclopedia criminológica, cuadro de las disciplinas criminológicas, ciencia
Surgieron, así, dos tentativas distintas (verdaderos modelos integrados general de la criminalidad, ciencia general del derecho penal, ciencias del cri-
de la ciencia penal) encaminadas a darles un nuevo rumbo a las disciplinas men, e incluso —de manera confusa— "criminología". Por supuesto, como
atinentes a los fenómenos criminales: por un lado, la escuela positivista ita- era de esperar, esta tentativa enciclopedista entró en profunda crisis una vez
liana del derecho penal (E. FERRI, R. GAROFALO, C. LOMBROSO) pretendió reu- el positivismo cumplió su papel histórico y la ciencia jalonó nuevos desa-
nir todo el saber penal en una sola ciencia a la que denominó sociología cri- rrollos, gracias a los que ya no era posible hablar de una disciplina sin mé-
minal, dentro de la cual incluyó —como meros acápites— el derecho penal, todo ni objeto únicos, tal como aconteció hacia el decenio del año treinta del
la antropología y la estadística criminales, e hizo hincapié en un positivismo siglo xx cuando se replantearon las relaciones entre los distintos saberes pe-
naturalista que atendía a la realidad empírica. De esta manera, se rechazaba nales.

2. VELÁSQUEZ V., 2«
\

6 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DOGMÁTICA PENAL Y LOS SABRES PENALES 7

Ahora bien, en la actualidad suelen darse dos explicaciones diferentes "ideología", hasta los que pretextan su carácter de ciencia; incluso, desde esta
de las relaciones que involucran las diversas disciplinas penales, que siguen última perspectiva, son diversos los enfoques y las posturas metódicas. Una
en alguna medida los dos modelos ya expuestos. En primer lugar, se afirma de ellas es la concepción dogmática, vigente en casi todos los países occi-
la interacción necesaria entre dogmática penal y teoría sociológica de la cri- dentales, salvo en los anglosajones, originada por la influencia del derecho
minalidad, pues se considera que en el estado actual de cosas el atraso enor- romano a partir de la escuela de la exégesis francesa y la jurisprudencia de
me de aquella ante esta es insuperable, y es tarea prioritaria enfrentar de ma- los conceptos alemana, que tiene su máximo sistematizador en R. VON IHE-
nera distinta las relaciones entre la dogmática y la criminología. Por ello, se RING (1818-1892), quien, paradójicamente, renegó de ella para postular, en
postula que la dogmática se convierte —al mismo tiempo— en objeto o parte vez de una jurisprudencia dogmática, una jurisprudencia pragmática de
idel objeto de la sociología criminal, en la medida que es apenas uno de los contenido sociológico.
componentes del comportamiento de los órganos de control social. De ahí Desde un punto de vista literal, dogmática significa ciencia de los dog-
se concluye que las relaciones entre la nueva criminología y el derecho penal mas, esto es, de las normas jurídicas dadas como verdades ciertas e indiscu-
solo pueden ser fragmentarias, no de ciencia a ciencia, sino de ciencia a téc- tibles. Por ello, en términos generales, y desde la perspectiva de un enfoque
nica, pues el investigador solo puede ser considerado como tal cuando lle- tradicional, esta disciplina estudia un determinado derecho positivo y tiene
gue a ser un científico social y sostenga con la ciencia su obra de técnico, fun- por finalidad reproducir, aplicar y sistematizar la normatividad jurídica, para
damentalmente porque para elaborar una nueva estrategia politicocriminal, tratar de entenderla y descifrarla, construyendo un sistema unitario y cohe-
las disciplinas jurídicas están confiadas a lo social. Se afirma, pues, de nuevo, rente; su objetivo, pues, es integrar el derecho positivo sobre el que opera con
el predominio del estudio sociológico de la criminalidad (así, A. BARATTA conceptos jurídicos, fijando después los principios generales o dogmas que
y algunos criminólogos críticos). señalan las líneas dominantes del conjunto. Desde este punto de vista, la
En segundo lugar, otra nutrida tendencia de la doctrina penal —salva- dogmática es ciencia, pues posee un objeto (el derecho positivo), un método
dos diversos matices— plantea la búsqueda de una ciencia penal totalizado- (el dogmático) y unos postulados generales o dogmas.
ra que comprenda, de manera global, el fenómeno delictivo y cuya misión Por supuesto, semejante concepto es insostenible en la actualidad! en
sea transformar los conocimientos para o metajurídicos en exigencias poli- la medida que se abstiene de indagar la justificación y valoración de las nor-
ticocriminales y estas —a su vez— en reglas jurídicas, en un enfoque que mas jurídicas desde el punto de vista de la justicia social; por ello, las elabo-
destaque las relaciones internas entre norma, contenido y valor. De este raciones contemporáneas añaden como tarea adicional de dicha disciplina
modo, se rechaza la sustitución de la ciencia penal por disciplinas no jurídi- la introducción de valoraciones en el sistema normativo, planteando una dog-
cas como el desprecio que hacia estas muestran los juristas y, de manera mática crítica. Así las cosas, una dogmática que se contentara con la mera
categórica, se afirma que el moderno derecho penal no es concebible sin la formación de tales conceptos y con la explicación de sus relaciones lógicas,
permanente y estrecha colaboración de todas las disciplinas que integran la aportaría muy poco a la solución de los problemas jurídicos (véase a K.
ciencia total del derecho penal (por ejemplo, en la actualidad, C. ROXIN). LARENZ).
Con base en los planteamientos anteriores, y en procura siempre de
ubicar el derecho penal dentro de los saberes penales, se exponen a continua- B) Concepto
ción unos lincamientos básicos sobre dicho asunto. La dogmática juridicopenal —o dogmática del derecho penal— es el
saber que estudia el derecho penal positivo, que averigua el contenido, los
IV. LA DOGMÁTICA PENAL presupuestos y las consecuencias de las normas punitivas, las cuales desa-
rrolla y explica en su conexión interna; que ordena el material jurídico en un
Esta equivalencia del concepto de derecho penal que hace referencia a
sistema, en el que tienen cabida las elaboraciones de los tribunales y de la
la disciplina que —en principio— se ocupa de ese derecho positivo.
doctrina, e intenta, en fin, hallar nuevos caminos de desarrollo conceptual y
A) Ubicación sistemático. Además, retomando las diversas perspectivas jurídicas —pues
se remite a todo el ordenamiento jurídico— y extrajurídicas —acude a la cri-
En torno al carácter científico o no del derecho se ha discutido mucho, minología y a la política criminal—, emprende la crítica del derecho penal
yendo desde quienes lo conciben como una simple "técnica" o "arte", o una vigente y logra que las aportaciones criminológicas se traduzcan en exigen-
8 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA DOGMÁTICA PENAL Y LOS SABRES PENALES 9

cias politicocriminales, las que, a su vez, se tornen en normas jurídicas, com- mediante la observación) toma los datos (normas penales), los analiza, es-
pletando así una ciencia penal totalizadora. tablece sus similitudes y diferencias y reduce lo que impera igual en un con-
Queda entonces claro que su objeto de estudio es el derecho penal obje- cepto único, unidades o dogmas (fase de la interpretación). Con estas últi-
tivo, sea que se le entienda en sentido material (la materia sobre la que versa mas elabora una construcción lógica (teoría), en la que cada una de ellas
dicho saber) o formal (el punto de vista desde el que se analiza). No obstan- encuentra su cabal explicación; luego, plantea hipótesis para determinar si
te, en épocas recientes se afirma que el objeto rebasa el derecho positivo y la teoría funciona acorde con el texto legal en su conjunto y no se contradi-
se desplaza hacia las cuestiones jurídicas del derecho penal o a las opiniones ce, o sea, la verificación (fase de la sistematización).
científicas emitidas por la doctrina juridicopenal o teoría científica, con lo Finalmente, incorpora las elaboraciones criminológicas y politicocri-
que se empieza a abandonar el objeto acuñado a partir del positivismo nor- minales a su sistema, y emprende el análisis del derecho penal vigente y la
mativista tradicional. construcción de una ciencia total del derecho penal, sea que ello se lleve a
cabo de forma intrasistemática o extrasistemática. La primera procede del
C) Características mismo sistema jurídico y trata de precisar si la técnica legislativa empleada
por el codificador ha sido utilizada debidamente, considerados los fines
Como atributos más destacados de la ciencia del derecho penal, dife- perseguidos que no pueden ser otros que los plasmados en la Constitución.
rentes de los asignados a su objeto (el derecho objetivo), se pueden señalar La segunda, en cambio, obliga al estudioso a situarse por fuera del ordena-
los siguientes: en primer lugar, es un saber práctico, porque, a diferencia de miento jurídico, buscando sustituir los criterios valorativos en los que este
las ciencias teoréticas, no formula leyes universales e inmutables ni somete se asienta por los propios (aportaciones personales), y de esta manera cues-
sus proposiciones a un criterio intersubjetivo y seguro de verdad, que se tiona los valores del ordenamiento. En síntesis, esta es la fase del perfeccio-
desarrolla a lo largo del tiempo de manera rectilínea y progresiva; en segun- namiento del sistema penal (fase crítica).
do lugar, es una ciencia del deber ser o del espíritu, pues se compadece con Los anteriores son los pasos lógicos del método dogmático. Esto no im-
las características propias de dichos conocimientos, dado que también estu- plica que desde una perspectiva temporal se sucedan en dicho orden, pues
dia la conducta humana desde un plano valorativo. Así mismo, en tercer lugar, —generalmente— la interpretación y la construcción sistemática van acom-
es cultural, pues su objeto ha sido extraído del mundo de la cultura, como ya pañadas de observaciones críticas de aquellos aspectos que aparecen como
se dijo; en cuarto lugar, es normativa, dado que se expresa por medio de pro- defectuosos en el derecho positivo, por lo que las tres fases terminan con-
posiciones cuya corrección o incorrección deriva de su confrontación con las fundiéndose, sobre todo cuando se trata de resolver los casos de la vida real.
valoraciones contenidas en las disposiciones legales, que se constituyen en Ahora bien, el estudioso del derecho penal precisa tanto de la lógica formal
"dogmas" para el intérprete; además, en quinto lugar, es hermenéutica, pues como de la material para poder llevar adelante su tarea metódica, pues no basta
el dogmático se enfrenta a un texto legal cuyo sentido debe establecer a partir para formar el concepto y el sistema con las reglas conforme a las cuales debe
de sus orígenes y antecedentes, del entorno en que surge y de su tenor literal. producirse la argumentación jurídica, sino que, además, requiere herramien-
En sexto y último lugar, como sucede con toda dogmática, es una ciencia tas que le permitan argumentar a partir de los valores protegidos por el or-
comprensiva, dado que procura interpretar de determinada manera su obje- denamiento. Así las cosas, el jurista debe utilizar diversos métodos de tra-
to de estudio, que se encuentra delimitado por unos ámbitos de validez, y al bajo que se integran en el dogmático, en general: los métodos en materia de
que —pese a que varía con el tiempo— le corresponde un especial signifi- interpretación de la ley; el inductivo, cuando toma el dato y avanza hasta la
cado: es expresión, muestra vinculante de la idea del derecho que perdura a formulación de principios generales; el deductivo, en el momento que con-
lo largo del tiempo. fronta esos datos con el caso concreto; y, por supuesto, las reglas propias de
la lógica (formal y material), como ya se dijo, e, incluso, el llamado "méto-
D) Método do comprensivo", propio de las ciencias del espíritu.
Es el dogmático, que se desarrolla en tres momentos íntimamente co- E) Leyes fundamentales
nectados: interpretación, sistematización y crítica. Por ello, el penalista (que,
como cualquier científico, trabaja con un conjunto de proposiciones que Como es obvio, un método así concebido tiene que respetar unas pre-
reciben el calificativo de verdaderas o falsas, y acude a su verificación misas determinadas, de tal manera que su aplicación sea rigurosa y confine
10 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DOGMÁTICA PENAL Y LOS SABRES PENALES 11

la disciplina dentro de unos moldes estrictamente científicos, so pena de fundamentales de la persona humana ante el poderío estatal, que si no es ob-
convertirse en un caos conceptual. Por ello, las centenarias construcciones jeto de control, puede desembocar en la arbitrariedad y en el terror.
dogmáticas responden normalmente al imperio de tres leyes básicas, sin las En segundo lugar, posibilita una aplicación segura y calculable del de-
que no habría sido posible entenderlas como se hace en el mundo contem- recho penal. En efecto, la dogmática no solo averigua el contenido del de-
poráneo: primera, la construcción doctrinal debe aplicarse al derecho po- recho penal positivo y determina sus presupuestos, sino que también preci-
sitivo, pues ella se desarrolla sobre un derecho dado cuyo contenido debe res- sa dónde termina un comportamiento impune y cuándo comienza el punible;
petar, aunque tiene plena libertad de formas; segunda, es inherente a esta así mismo, señala límites y define conceptos, lo que permite sustraer el de-
disciplina la unidad sistemática o falta de contradicción, pues la ciencia recho de la irracionalidad, la arbitrariedad y la improvisación, posibilitando
jurídica no puede entrar en contrariedad consigo misma, aunque sí romper el cometido aquí examinado.
con las nociones y principios admitidos con anterioridad. Y, tercera: la ley En tercer lugar, racionaliza y torna igualitaria la administración de jus-
de la belleza jurídica o de la estética, dado que la elaboración teórica debe ticia penal. Hace previsibles las decisiones de los tribunales e impide que
ser armoniosa o artística. la condena o la absolución dependan de factores incontrolables, de tal ma-
Pero como no se trata solo de llevar a cabo una elaboración coherente nera que la actividad de administrar justicia sea una tarea meticulosa y or-
a partir de un determinado derecho positivo, sino también de ofrecer pers- denada que no dependa del capricho o la improvisación; así mismo, evita que
pectivas valorativas apropiadas, todos los principios que presiden la políti- las decisiones judiciales sean cuestión de lotería. De este modo es posible
ca criminal democrática deben servirle de pauta y límite al jurista (piénsese resolver los casos que el fiscal o el juez deben afrontar en la vida judicial de
en los postulados de Estado de derecho, dignidad de la persona humana, cul- manera coherente, armoniosa, no contradictoria, y hace posible indicar de an-
pabilidad, legalidad, de acto, de lesividad, proporcionalidad, entre otros). temano cuál es el tratamiento que la hipótesis concreta debe recibir; aunque
Desde luego, no se trata de afiliar la dogmática a una determinada concep- eso no significa que las soluciones ofrecidas por las normas sean unívocas,
ción política, puesto que ella puede aplicarse a la interpretación de leyes con pues —a diferencia de las leyes físicas y matemáticas— son producto del con-
distintos cometidos ideológicos, y puede calificarse de "ciencia neutra", pero senso y admiten variaciones, son discutibles. Así las cosas, la dogmática se
sí de que respete la seguridad jurídica, de manera tal que no se ponga al ser- convierte en un valioso e imprescindible auxiliar que mucho puede aportar
vicio de posiciones totalitarias. al fortalecimiento de la rama jurisdiccional del poder público y del Estado
Se pretende, pues, construir una teoría del derecho penal que guarde ar- de derecho.
monía con los dictados propios del Estado social y democrático de derecho Otra de sus ventajas, en cuarto lugar, es que mantiene la unidad del sis-
y que posibilite la convivencia de amplias masas populares en sociedades tema penal. No solo desde el punto de vista teórico, sino también del prác-
abiertas y participativas; en fin, erigir una organización estatal que lleve a la tico, asegura una misma línea de pensamiento y argumentación, que posibi-
realidad el programa ideológico promovido por la actual comunidad de na- lita una contribución uniforme de todas las personas vinculadas al sistema
ciones, concretado en los pactos mundiales de derechos humanos. Se requie- penal: jueces, policías, fiscales, agentes del ministerio público, abogados en
re, pues, como marco de cualquier construcción dogmática, un derecho penal ejercicio, doctrinantes, etc. Gracias a ese edificio teórico, entonces, es po-
de los derechos fundamentales y para los derechos fundamentales de la per- sible que todo el aparato penal discurra por cauces comunes y evita desper-
sona humana. diciar recursos e incurrir en esfuerzos inútiles.
F) Funciones En quinto y último lugar, permite construir una ciencia total del dere-
cho penal, abierta, de orientación crítica. Ello es posible gracias al ingreso
La dogmática penal cumple importantes cometidos que se traducen en dentro del edificio penal de elaboraciones politicocriminales y criminológi-
ventajas de diversa índole (funciones positivas); sin embargo, también pre- cas; le da, pues, cabida a un derecho penal cambiante, crítico (en la medida
senta diferentes desventajas o inconvenientes que deben ser destacados (fun- que el dogmático lo sea), encaminado a velar por las transformaciones so-
ciones negativas). Dentro de aquellas se tienen las siguientes: ciales en beneficio de la colectividad. Por ello, la dogmática le ofrece no solo
En primer lugar, les brinda seguridad jurídica a los ciudadanos. A ella una orientación al ordenamiento jurídico mismo, sino que, además, lo dota
se le ha encomendado uno de los más importantes cometidos que un Estado de fundamentos teóricos y permite un perfeccionamiento del derecho de ma-
democrático pueda conferirle al derecho, o sea, el de garantizar los derechos nera creativa.
12 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DOGMÁTICA PENAL Y LOS SABRES PENALES 13

No obstante, la dogmática trae aparejados diversos peligros, desventa- conexos; por el contrario, se impone la interdependencia, la íntima conexión
jas o funciones negativas: de la ciencia penal con lo político y lo social, sin volver a las épocas en que
En primer lugar, el olvido de la justicia en los casos particulares. Como el positivismo posibilitó una relación de sumisión. Desde luego, si se parte
producto de la excesiva teorización y el apego a formulaciones abstractas, de otras direcciones metódicas, como las que claman por la construcción de
esta disciplina ha permitido el sacrificio de la justicia material cuando de una "sociología penal", tal tipo de relaciones no sería posible, pues los
resolver casos concretos se trata, para darles primacía a las construcciones mentados saberes apenas serían objetos parciales de estudio de una única dis-
teóricas; esto, justamente, es lo que ha sucedido en países de gran tradición ciplina; por supuesto, ese no es el planteamiento del que parte esta exposi-
dogmática como Alemania. ción.
Así mismo, en segundo lugar, reduce las posibilidades de solución de En fin, de manera sintética, puede decirse que la dogmática penal, la
los problemas. Como las decisiones terminan automatizándose, se pierden política criminal y la criminología —y hoy la victimología—, tienen sus pro-
de vista otras concepciones que pueden contribuir a un mejor esclarecimien- pios objetos, métodos y postulados generales, pero ello no significa que sean
to de aquellos. ciencias autónomas e inconexas; por el contrario, se trata de disciplinas in-
También, en tercer lugar, ha permitido la desviación del sistema del de- terdependientes que se aglutinan dentro de un modelo integrado de ciencia
recho penal sin tener en cuenta los efectos sociales de su aplicación. Como penal, en los términos ya explicados. Por ello, es válido plantear que la crimi-
producto de las disputas teóricas entre las diversas concepciones, se posibi- nología sin la política criminal es ciega y corre el riesgo de ser manipulada
lita la imposición de soluciones que sacrifican los aportes críticos generados por las clases dominantes, y la política criminal ofrece la respuesta a la ne-
por la política criminal, muchas veces de espaldas a la realidad. cesidad sentida por la dogmática penal de transformar el derecho penal,
Y, para terminar, en cuarto lugar, ha multiplicado la utilización de con- aunque pasando por el filtro verificativo y crítico de la criminología e inclu-
ceptos abstractos. La proliferación de nociones genéricas y vagas ha torna- so de la victimología.
do inasible el edificio teórico dogmático —ahora apto solo para verdaderos
iniciados, si se piensa en el discurso contemporáneo— y ha dificultado la tarea
V. LA CRIMINOLOGÍA
de sus cultores, como sucede con las complejas construcciones imperantes
en naciones de gran desarrollo dogmático que —a la hora de la verdad— solo
contribuyen a sembrar confusión e impiden que esta disciplina se acerque y Buscando continuar con la ubicación de las diversas ciencias penales,
se compenetre con la realidad. debe exponerse, ahora, este saber cuya importancia para el derecho penal con-
temporáneo no es necesario resaltar.
La existencia de ventajas y desventajas, en los términos señalados, pone
de presente la necesidad de construir una dogmática emanada de la realidad A) Ubicación
sociopolítica, de tal manera que no sea sacrificada la justicia material y que
ofrezca un grado de abstracción mínimo, para que pueda ser aprehendida por No es posible ocuparse de esta disciplina desde una sola perspectiva, si
todos los sujetos vinculados al sistema penal. se tiene en cuenta que, históricamente, ha estado sometida a diversas elabo-
raciones. Esto —como podrá suponerse— ha incidido en la manera de con-
G) Relaciones con la criminología y la política criminal
ceptuarla, el objeto de estudio, el método y los postulados generales asigna-
El excesivo desarrollo basado en el pensamiento lógico-sistemático dos. El panorama actual, por ejemplo, permite observar la superaejón parcial
condujo a esta disciplina a una crisis que ha permitido la irrupción del pen- del enfrentamiento entre la criminología denominada tradicional (que agrupa
samiento problemático. Del sistema se ha pasado al problema; de las elabo- en su seno diversas corrientes) y la nueva criminología o crítica, cuyos aportes
raciones de lógica abstracta se ha llegado a los cuestionamientos propios de han sido recogidos por aquella, que los ha integrado en sus estudios.
las disciplinas sociales y se ha permitido la injerencia de los desarrollos po- Sea como fuere, también parece claro que el continente latinoamerica-
liticocriminales y criminológicos. De esta manera, se ha configurado la de- no es receptor del saber criminológico vigente en Europa y en Estados Unidos,
nominada "ciencia total del derecho penal" acorde con el modelo ya expuesto. los llamados "países centrales", por lo que carece hasta ahora de una exposi-
Por ello, no es válido predicar que entre estas tres disciplinas se inter- ción teórica original; sin embargo, el cotidiano acontecer politicosocial —para
pongan barreras que hagan de cada una de ellas saberes independientes e in- el caso, el colombiano— es todo un escenario que invita a abordar el fenóme-
14 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DOGMÁTICA PENAL Y LOS SABRES PENALES 15

no criminal desde diferentes perspectivas. Como es obvio, ello se explica ser, táctica, inductiva, en la que predomina la observación sobre el análisis
por las condiciones de dependencia imperantes, que —por cierto— se han normativo y el método.deductivo, abstracto, propio de otros saberes; por ello,
extendido a lo largo de los últimos quinientos años, y por el empleo como puede decirse, es una "ciencia de la naturaleza" por cuanto estudia el crimen
herramienta política que las clases dominantes en los países del sur del con- como un fenómeno real; y es una "ciencia cultural", porque el actuar desvia-
tinente le dan a la concepción más tradicional y retardataria de la crimino- do solo se explica en un determinado contexto sociocultural.
logía, siempre sumisa a cumplir los dictados del poder: el positivismo. En tercer lugar, es de carácter interdisciplinario. En ella confluyen co-
Sin embargo, no debe olvidarse la aspiración, por demás ilusa, de algu- nocimientos de diversas áreas: antropológicos, psiquiátricos, psicológicos,
nos teóricos que han pretendido pensar la problemática imperante acudiendo sociológicos, etc., y su tarea es seleccionar de las ciencias empíricas que tienen
a categorías propias de las naciones dominantes, desechando un postulado trascendencia para ella aquellos datos útiles e integrarlos a sus propios mé-
fundamental según el cual la criminalidad no responde a unas categorías gene- todos y elaboraciones. La criminología, pues, aparece como la instancia su-
rales, válidas en todo lugar y momento, sino que depende de las cambiantes perior donde confluyen diversas cogniciones sectoriales procedentes de las
condiciones históricas, sociales y políticas. Por ello, debe saludarse con be- distintas disciplinas interesadas en el fenómeno delictivo, sin que por ello pue-
neplácito la saludable propuesta de elaborar una "criminología periférica" da confundirse con dichas parcelas del conocimiento humano.
(E. R. ZAFFARONI). También, en cuarto lugar, estudia el delito como un hecho individual y
Ahora bien, sin desconocer la pluralidad de corrientes criminológicas, social. Parte no solo de la noción de delito suministrada por el derecho penal
debe ahora examinarse cómo la conciben quienes suscriben un planteamiento (concepto legal), sino también de aquella que le brindan otras disciplinas (con-
tradicional en el seno de la discusión vigente en los países centrales. cepto material), lo que, sin duda, es de gran utilidad para el estudioso, pues
le va mostrando las conductas socialmente desvaloradas en el medio y la
B) Noción conveniencia de mantenerles o suprimirles la criminalización. El estudio del
delito puede estar orientado tanto a la averiguación de los factores que lo
Se entiende por criminología una ciencia empírica de carácter interdis- desencadenan (etiología criminal), como a la descripción de las formas de
ciplinario que estudia el delito como un hecho individual y social, la perso- su aparición (fenomenología criminal). La moderna criminología, a diferen-
nalidad del delincuente, la de la víctima y el control social del comportamiento cia de la positivista, no se preocupa tanto por las causas del delito (endóge-
desviado. Esto es, el conjunto ordenado de saberes empíricos sobre el de- nas y exógenas, esto es, disposición y medio ambiente) como por los facto-
lito, el delincuente, el comportamiento socialmente negativo y sobre los res o conexiones que inciden en aquel, a partir del contexto social. Hoy, a
controles de esa conducta; se alude, pues, a una parcela del saber que se ocupa diferencia del pasado, esta disciplina no está atada al concepto de delito su-
del delito, el delincuente, el control del delito, el estudio de la víctima y la ministrado por el derecho penal, sino que trabaja también con otras nocio-
prevención del fenómeno criminal. nes, según las finalidades de la investigación criminológica.
Descomponiendo la anterior noción, se tiene lo siguiente: en primer lu- Ahora bien, como la criminalidad es más un fenómeno social que indi-
gar, es una ciencia, pues posee un objeto (el delito, el delincuente, la vícti- vidual, producto de factores socioeconómicos y de una estructura social in-
ma, la criminalidad y el control social), un método (el propio de las ciencias justa, lo que se refleja en la normatividad penal, debe abordarse como fenó-
naturales e, incluso, el de las ciencias normativas) y unos postulados gene- meno colectivo empleando las técnicas de las ciencias sociales (la sociología),
rales (o sea, un cuerpo de conocimientos propios, fiables, obtenidos durante para explorar el medio social del delincuente y observar el lugar en que habita,
más de un siglo de evolución). De manera más precisa, puede afirmarse que su familia, su trabajo, sus amistades, sus lugares de diversión, su ubicación
esta parcela es científica, pues contribuye con un núcleo de conocimientos social, etc., para lo que se acude a la entrevista, a la encuesta, etc. Por eso,
comprobados y sistematizados y —como tal— refuta o afirma las hipótesis el método estadístico es un gran auxiliar del criminólogo, pues por medio de
y teorías que le otorgan rigor y credibilidad. él puede apreciar las manifestaciones de criminalidad en el medio social,
En segundo lugar, es empírico-cultural. Utiliza el método experimen- sobre todo valiéndose de las estadísticas de masas (judiciales o policiales),
tal, basado en la observación, aunque también le da cabida a la opinión den- no así de las de casos individuales o análogos.
tro de su contexto, pues el delito es una forma de conducta humana que debe Con base en tales datos se obtiene la cifra o tasa de criminalidad (nú-
ser valorada acorde con el método comprensivo. Es, pues, una disciplina del mero de delitos por cada cien mil habitantes), la curva de criminalidad (re-
16 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DOGMÁTICA PENAL Y LOS SABRES PENALES 1/

sultante de la comparación de las cifras de los diferentes años) y la densidad veísidad, la opinión pública, la profesión, la Iglesia, la ciencia, los partidos
de la criminalidad (el número de delitos por la extensión del territorio). Los políticos, etc.), las estrategias utilizadas (la prevención, la represión, la so-
delitos que no figuran en las estadísticas de masas conforman la llamada zona cialización), sus sanciones (positivas: los ascensos, las distinciones; y nega-
oscura de criminalidad (dark number), que les ha permitido a los estudio- tivas: los tratamientos clínicos, las penas pecuniarias o privativas de liber-
sos concluir que la criminalidad real es superior a la registrada oficialmente; tad, las medidas de seguridad, etc.) y, finalmente, los destinatarios, según sus
así mismo, que la cifra oscura es mayor en la criminalidad menos grave. Tam- diversos estratos sociales (privilegiados, deprimidos, etc.).
bién, que su magnitud depende del tipo de hecho punible y que la posibili- Desde luego, si se quieren destacar las más importantes notas de la cri-
dad de que un delito quede dentro de la cifra oscura, depende de la clase social minología contemporánea, puede decirse lo siguiente: es una ciencia in-
a la que pertenezca el delincuente y aun la de la víctima; en fin, que el incre- terdisciplinaria, porque agrupa un núcleo de conocimientos comprobados
mento o la disminución de la zona oscura está también condicionada por la y sistematizados provenientes de diversas disciplinas, que le permiten refu-
calidad e intensidad de la persecución penal, los medios científicos emplea- tar las hipótesis y teorías que le otorgan rigor y credibilidad, o reafirmarlas.
dos, la idoneidad del personal, etc. Es empírico-cultural, porque, al aglutinar diversos saberes provenientes de
En quinto lugar, se ocupa de la personalidad del delincuente. Para ello distintas áreas, utiliza un número plural de métodos de trabajo, que le per-
acude a diversas técnicas: la medicina en general y la psiquiatría en particu- miten —al mismo tiempo— ser una disciplina del ser, láctica, inductiva, en
lar, las exploraciones psicológicas, las técnicas de grupo, la entrevista, la ob- la que predomina la observación sobre el análisis normativo y el método de-
servación, los experimentos, los tests, los métodos sociométricos, etc. No ductivo, abstracto, propio de otras parcelas del conocimiento. Un saber mixto:
obstante, la criminología actual ha desplazado a un segundo plano el examen ciencia de la naturaleza, pues estudia el crimen como fenómeno real; y ciencia
del infractor, que tanto protagonismo alcanzó en la época del positivismo, y cultural, porque solo se explica en un determinado contexto histórico-social.
en su lugar ha volcado su interés sobre la conducta delictiva misma, sobre la Como ha sufrido gran influencia de la disciplina que se ocupa en las condi-
víctima y el control social. ciones de existencia y desenvolvimiento de las sociedades humanas, también
De la misma manera, en sexto lugar, estudia la personalidad de la víc- puede ser calificada como una ciencia sociológica.
tima. Se habla, por ello, de la "victimología", disciplina iniciada por II. VON
HENTIG (1887-1974) y M. B. MENDELSOHN, que contaron con las contribucio-
VI. LA POLÍTICA CRIMINAL
nes posteriores de H. ELLENBERGER y de M. E. WOLFGANG. Indaga, pues, por
las relaciones entre el delincuente y la víctima, por el origen, la personali- Es esta, al lado de la criminología y la dogmática penal, la otra discipli-
dad, el sexo, el carácter, la edad, las características familiares, profesionales na penal que completa el conjunto de disciplinas que le dan forma al modelo
y sociales de la víctima, etc., y trata de dejar en claro tanto su papel en la si- integrado actualmente vigente. En un sentido amplio, puede entenderse la
tuación precriminal como su contribución a la génesis del crimen. El estudio política criminal como la política jurídica en el ámbito de la justicia penal.
de la víctima ha cobrado en el mundo contemporáneo tal trascendencia — Y, en sentido estricto, como la ciencia que estudia cómo configurar el dere-
inclinación que todavía se observa tras la irrupción del nuevo milenio—, que cho penal de la forma más eficaz posible para que pueda cumplir con su tarea
gran parte de las elaboraciones juridicopenales han dirigido su atención hacia de protección de la sociedad; se fija, por ello, en las causas del delito e inten-
él y se clama por una nueva ciencia: la victimología, llamada a engrosar el ta comprobar la eficacia de las sanciones penales, pondera los límites hasta
modelo de ciencia penal integrada, como ya se dijo. donde puede extender el legislador el derecho penal para coartan lo menos
En séptimo lugar, aborda el control social del comportamiento desvia- posible la libertad y las garantías ciudadanas; además, discute cómo deben
do. Esto es, la criminología estudia los mecanismos mediante los cuales la redactarse los tipos penales de manera correcta y comprueba si el derecho
organización social ejerce su supremacía sobre los miembros que la integran, penal material se halla construido de tal manera que pueda ser verificado y
y consigue que estos acaten sus normas, en especial las de índole penal. Por realizado en el proceso penal.
tanto, entonces, forman parte del objeto de esta zona del saber los diversos Lo anterior no significa, entonces, que el político criminalista pueda
medios o sistemas normativos del control social (piénsese en la ética, la moral, llevar sus controversias hasta extremos insospechados, pues debe respetar
la religión, los usos sociales, las costumbres, el derecho, etc.), los portado- unos postulados precisos que —a manera de principios limitantes— se cons-
res de ellos y las instituciones que los ejercen (la familia, la escuela, la uni- tituyen en barreras de contención: los principios de Estado de derecho, digni-
18 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DOGMÁTICA PENAL Y LOS SABRES PENALES 19

dad de la persona humana y culpabilidad, entre otros, que actúan también el esclarecimiento de los delitos, la convicción y entrega del autor y la con-
como controles al ius puniendi del Estado; o sea, no puede rebasar los dere- secución y aseguramiento de medios de prueba fidedignos para el adelanta-
chos fundamentales de la persona humana que en el mundo contemporáneo miento de un procedimiento judicial regular; como de forma preventiva, me-
han sido elevados al rango de declaraciones programáticas, hacia las que diante la elaboración de medidas, técnica o tácticamente adecuadas, de
—se supone— la humanidad dirige su lucha por una sociedad mejor. aseguramiento contra formas de comisión de delitos ya conocidos o previ-
En lo atinente al método de la política criminal puede decirse lo siguiente. sibles. Así las cosas, se trata de un saber empírico por excelencia, de carác-
El político criminalista usualmente cumple su tarea en tres fases distintas: ter interdisciplinario, que engloba dentro de su objeto de estudio el de otras
en primer lugar, orienta al legislador en la tarea de creación del derecho penal disciplinas parciales, tales como la dactiloscopia, la medicina forense, la
positivo y de las nuevas instituciones llamadas a luchar contra la criminali- toxicología, la química y la física forenses, la pericia caligráfica, el estudio
dad, sea que parta o no de un determinado derecho positivo. Así mismo, en de las huellas, la psicología del testimonio y las diversas técnicas de interro-
segundo lugar, una vez configurado el derecho penal, contribuye —tal como gatorio, etc., que conforman un amplio espectro que le permite al crimina-
ya se mostró— a su elaboración dogmática. En tercer lugar, critica el dere- lista especializado cumplir de manera cabal con su labor.
cho vigente partiendo de los resultados obtenidos por la labor dogmática y Al lado de la parcela del conocimiento humano acabada de mencionar
formula propuestas de enmienda y reformas legales. y de los saberes penales expuestos más arriba, pueden incluirse otras disci-
Así las cosas, parece evidente que este saber tiene las siguientes carac- plinas que también se ocupan del derecho penal en diversos ámbitos. Pién-
terísticas: es una ciencia crítica, pues tiene asignado un cometido altamente sese en la penología, el derecho penitenciario, la victimología —que, como
innovador, en la medida que propone reformas legislativas o sociales valién- ya se indicó, empieza a abandonar la criminología para tomar sus propios
dose de las mismas herramientas que le brinda la dogmática; valorativa, rumbos, al punto de que hoy se habla de la victimodogmática o disciplina ba-
porque trabaja con categorías extractadas de los valores predominantes en sada en el principio de la corresponsabilidad de la víctima por la protección
una comunidad dada, en un momento histórico determinado y, más concre- de sus propios bienes jurídicos—, el derecho penal de jóvenes, la medicina
tamente, los propios de una organización social democrática. En fin, se le legal, la psiquiatría, la historia del derecho penal, la filosofía penal, el dere-
puede asignar esta última nota porque cumple con una imprescindible tarea cho penal comparado, la psicología y la sociología jurídicas, la estadística,
cuestionadora, no solo de los valores jurídicos, sino también de su realiza- etc. Incluso, la ciencia del derecho procesal penal, que tantos vínculos po-
ción social, y contribuye a la creación y modificación del derecho penal, e see con la dogmática penal.
incluso, a su elaboración dogmática.
También es una parcela del conocimiento humano del deber ser, como
lo denota la característica anterior y el empleo de los métodos propios de estas,
aunque sin descartar la utilización de las herramientas propias de las disci-
plinas empíricas (ciencias sociales, criminología, psicología, etc.); además,
puede ser entendida como un saber independiente, porque tiene sus propios
objeto, método y postulados generales, lo que no le impide trabajar en com-
pleta armonía con la dogmática penal y la criminología.

VII. LA CRIMINALÍSTICA Y OTRAS CIENCIAS

Además de los saberes integrantes de la "ciencia total" del derecho pe-


nal hasta ahora examinados, debe abordarse en esta sede la criminalística y
hacerse referencia a otras disciplinas íntimamente ligadas con lo penal.
En un sentido estricto, la criminalística tiene como cometido el estudio
de la técnica y la táctica criminales, mediante las que adelanta su tarea prin-
cipal: la lucha contra el crimen, lo que logra tanto de forma represiva mediante
CAPÍTULO SEGUNDO

EL DERECHO PENAL SUBJETIVO


Y SUS LÍMITES
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de la norma penal", en Cuadernos de Derecho Público, número 5, septiembre-diciembre
1998, Madrid, 1998, páginas 159 y siguientes; LUZÓN PEÑA, DIEGO MANUEL: "La relación
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MARÍA SILVA SÁNCHEZ: Fundamentos de un sistema europeo del derecho penal, Libro-
Homenaje a Claus Roxin, Barcelona, Bosch, 1995, páginas 115 y siguientes; MARTOS NÚÑEZ,
22 MANUAL DE DERECHO PENAL
EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 23

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1987, páginas 99 y siguientes; MIR PUIG, SANTIAGO: Introducción a las bases del derecho toras de la ley penal colombiana", que no solo son plasmación de los límites
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derecho penal, Madrid, Universidad Complutense, 1984; ROMANO, MARIO: "«Merecimien-
al ejercicio del iuspuniendi, sino que también constituyen el venero de donde
to de pena», «necesidad de pena» y teoría del delito", en JESÚS MARÍA SILVA SÁNCHEZ: se nutre el derecho penal positivo y a partir del cual los estudiosos pueden
Fundamentos de un sistema europeo del derecho penal, Libro-Homenaje a Claus Roxin, formular sus propuestas de elaboración teórica, acordes con los dictados pro-
Barcelona, Bosch, 1995, páginas 139 y siguientes; RUDOLPHI, HANS JOACHIM: "Diferentes pios de la filosofía liberal que está en la base de dicha regulación.
aspectos del concepto de bien jurídico", traducción de Enrique Bacigalupo, en Revista Nuevo
Pensamiento Penal, Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1975, páginas 329 y siguientes; SÁN- Como es obvio, la evocación que de estos apotegmas hace el legislador
CHEZ GARCÍA, ISABEL: "El principio constitucional de proporcionalidad en el derecho penal", no garantiza su absoluto respeto y la inmediata construcción de un modelo
en La Ley, número 4, Madrid, Edilex, 1994, páginas 1124 y siguientes; SILVA SÁNCHEZ, JESÚS de derecho penal garantista, minimalista, como el que se deduce de todo el
MARÍA: Aproximación al derecho penal contemporáneo, Barcelona, J. M. Bosch Editor, entramado legislativo y constitucional. Se manifiesta lo anterior porque, aho-
1992; id.: La expansión del derecho penal. Aspectos de la política criminal en las socie-
dades posindustriales, Madrid, 2a edición, Edit. Civitas, 2001; VALENCIA RESTREPO, HERNÁN:
ra más que nunca, es una verdad irrefutable aquella según la cual la riqueza
Nomoárquica, principialística jurídica o los principios generales del derecho, 2a edición, de principios de un ordenamiento está determinada no solo por los valores de
Santa Fe de Bogotá, Edit. Temis, 1999; ZAFFARONI, EUGENIO RAÚL: En busca de las penas justicia sustancial por él incorporados en el plano legal, sino también por el
perdidas, Buenos Aires, Ediar, 1989; ZAGREBELSKY, GUSTAVO: El derecho dúctil. Ley, dere- trabajo científico realizado por los juristas y por la jurisprudencia (L. FERRA-
chos, justicia, traducción de Marina Gascón, Madrid, Edit. Trotta, 1997; ZUGALDÍA ESPINAR, JOLI), obligados a luchar por la vigencia real de las conquistas que se infie-
a
JOSÉ MIGUEL: Fundamentos de derecho penal, 3 edición, Valencia, Tirant lo Blanch, 1993.
ren de previsiones como las contenidas en dichas "normas rectoras", de tal
manera que catálogos de axiomas como el del título i del Código no se con-
I. INTRODUCCIÓN viertan en una más de las declaraciones simbólicas a las que suelen acudir
los legisladores, cuando —más animados por el culto a las formas, al estilo
Como cualquier sector del saber que pretenda un mínimo de coheren- de lo que hizo la burguesía cuando proclamó los Derechos del Hombre y del
cia y rigor conceptuales, el derecho penal está orientado por un cúmulo de Ciudadano tras la revolución de 1789— solo buscan ocultar tras de tal fa-
postulados fundamentales que posibilitan su interpretación, sistematización chada sus verdaderos intereses de clase y la negativa a democratizar realmen-
y crítica y que permiten predicar de él su carácter de disciplina científica; por te el sistema penal.
supuesto, esas verdades fundantes de este sector del conocimiento jurídico
En otras palabras: pese a que no cabe duda en el sentido de que el Código
se erigen, a su vez, cuando el constituyente y el legislador las incorporan al
ordenamiento jurídico, en límites o controles a la actividad punitiva del Esta- Penal de 2000 y la Carta Política de 1991 consagran el marco ideal para de-
do cuando este —prevalido de la soberanía— ejerce la potestad punitiva, sarrollar una legislación punitiva a tono con los postulados del Estado social
acorde con los cauces demarcados por el modelo de Estado social y democrá- y democrático de derecho, también es cierto que ello no es suficiente para
tico de derecho que preside todo el andamiaje de la organización social. que el modelo de derecho penal que se levante a partir de ese diseño pueda
ser efectivamente llevado a la realidad, pues ello solo será posible a medida
Desde luego, esos apotegmas no han surgido de la noche a la mañana, que el programa de trabajo que ellos conforman sea desarrollado por el le-
sino que son el fruto de un largo proceso de gestación durante muchos siglos gislador, los jueces y los estudiosos.
de barbarie, derramamiento de sangre y luchas del género humano, en busca de
consolidar unos axiomas sobre los que pueda descansar el derecho represivo En síntesis: en un país caracterizado por la cotidiana violación de los
en las modernas sociedades civilizadas. En la historia del hombre, se ha dicho, más elementales derechos humanos, es obligación de los estudiosos del de-
no ha habido ningún derecho fundamental que haya descendido del cielo o recho penal continuar con la difusión de estos postulados y luchar porque el
haya nacido en una mesa de despacho, ya escrito y redactado en los textos sistema penal venidero los haga realidad, pues no basta con las consagracio-
constitucionales, pues todos son fruto de conflictos, a veces seculares, y han nes legislativas para lograr un sistema más o menos coherente de principios,
sido conquistados con revoluciones y rupturas, al precio de transgresiones, sino que se requiere el trabajo académico, la jurisprudencia e incluso la lu-
represiones, sacrificios y sufrimientos; en fin, son el fruto de opciones y la cha política. Por supuesto, lo anterior muestra a las claras la importancia de
expresión de necesidades históricamente determinadas y, sobre todo, el re- esta materia, sin cuya debida comprensión es imposible abordar con rigor la
sultado de luchas y procesos largos, disputados y trabajosos (L. FERRAJOLI). exposición del derecho punitivo vigente, de tal manera que su ideario filoso-
24 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 25

fico se vierta en todos y cada uno de los desarrollos llevados a cabo y se co- borrado de los textos sobre la materia. Al contrario: a medida que la socio-
rresponda con la unidad que debe inspirar todo el sistema penal. logía demuestra que el derecho es un instrumento para disciplinar a los ciu-
dadanos (un mecanismo de control social), se torna indispensable examinar
este aspecto, referido más a temas políticos que filosóficos, lo cual indica que
II. LA POTESTAD PUNITIVA DEL ESTADO es una cuestión previa ligada al ordenamiento constitucional, además de que
evidencia cómo el derecho penal objetivo no es otra cosa que la materializa-
Para una mejor comprensión de este problema, es pertinente plantear- ción del ius puniendi del Estado, en un lugar y en un momento histórico de-
se cuatro interrogantes distintos, cada uno de los cuales demanda una res- terminados. El penalista, pues, sobre todo en países como los de Latinoamé-
puesta: ¿qué es el derecho penal en sentido subjetivo?, ¿quién es su titular?, rica, debe ponerle toda su atención al origen del derecho positivo que estudia
¿en qué se funda la potestad punitiva del Estado? Y, para culminar, ¿dentro y aplica en una convulsionada realidad práctica.
de qué límites puede ser ejercido?
B) Titular
A) Concepto
En las organizaciones políticas modernas —como acontecía ya en el
El ius puniendi—también denominado derecho penal subjetivo, rela- derecho romano— el sujeto que posee la potestad punitiva es la entidad es-
ción punitiva o subjetivización de la norma penal, como lo llama la doctrina tatal, aunque este poder tiene orígenes privados; en otras palabras: el Esta-
italiana— es la potestad radicada en cabeza del Estado en virtud de la cual do, como organización política, es un orden que regula, monopolizándolo,
este, revestido de su poderío e imperio, declara punibles determinados com- el uso de la fuerza, de donde se desprende la facultad de acuñar los delitos
portamientos que por su especial gravedad atenían contra la convivencia co- y fijar las penas. En principio, tal atributo es absoluto e indelegable, pues lo
munitaria y les impone penas o medidas de seguridad, o ambas, a título de ejerce la organización social por intermedio de los órganos expresamente
consecuencia jurídica. Por supuesto, tal despliegue de fuerza implica el ejer- asignados para cumplir dicho cometido (legisladores y jueces, bien en el
cicio institucionalizado de la violencia (legítima) circunscrita al ámbito pe- ámbito de la criminalización primaria, o bien en el de la secundaria); no
nal, de tal manera que el Estado de derecho le posibilite al individuo su pro- obstante, tal facultad es relativa cuando no se logra ejercer el monopolio de
tección "no solo mediante el derecho penal, sino también del derecho penal". la fuerza, como sucede en comunidades que —de manera preocupante— han
Esto significa que "el ordenamiento jurídico no solo ha de disponer de mé- visto renacer grupos de justicia privada u organizaciones armadas que inter-
todos y medios adecuados para la prevención del delito, sino que también ha namente les disputan a los órganos mencionados esa potestad y les hacen
de imponer límites al empleo de la potestad punitiva, para que el ciudadano perder la legitimidad; piénsese en la sociedad colombiana actual.
no quede desprotegido y a merced de una intervención arbitraria o excesiva
del «Estado Leviatán»" (véase a C. ROXIN). C) Fundamentos
Ahora bien, el contenido de tal categoría no coincide con la de derecho Interesa precisar aquí en qué se basa el poder del Estado, gracias al que
subjetivo que suele ser utilizada en la teoría general del derecho y se la asi- puede ejercer la potestad punitiva, cuál es su principio o cimiento. Para mejor
mila a la de facultad jurídica (noción estricta), o a relación jurídica (noción comprensión, el asunto se puede reducir a dos preguntas: en primer lugar,
amplia). Como es apenas obvio, con este entendimiento del asunto sería ab- ¿por qué se puede castigar o imponer sanciones penales (penas o medidas
surdo hablar de un derecho subjetivo radicado en cabeza del organismo estatal de seguridad)?; y, en segundo lugar, ¿por qué puede el Estado" hacerlo?
que le permitiera ejercer la potestad punitiva restringiendo de manera grave Responder a la primera cuestión conduce al campo del fundamento material;
los más elementales derechos de los asociados. No se trata, pues, de un "de- y, a la segunda, al del fundamento político o formal.
recho subjetivo" en tal sentido, pero sí de una potestad estatal, trasunto del
ejercicio soberano del poder que varía en su configuración —según la for- a) Material
ma de organización política vigente en cada comunidad— y cuyos análisis No existe una respuesta única sobre el primero de los interrogantes plan-
y esclarecimiento son de suma trascendencia. teados, en torno al cual concurre un conjunto muy amplio de posiciones sus-
Por ello —a diferencia de lo que creen algunas concepciones autorita- ceptibles de ser reducidas a tres enfoques: el primero considera que se pue-
rias en el ámbito penal—, no se trata de un problema estéril destinado a ser de castigar por la necesidad de realizar la justicia por medio de la pena, como
26 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 27

creen las llamadas teorías absolutas; el segundo sostiene que se sanciona por la función punitiva en defensa de la sociedad, tanto de las garantías del po-
la necesidad de proteger a la sociedad, como postulan las llamadas teorías sible delincuente como de los probables delitos que pudieran cometerse, los
preventivas; y el tercero afirma que se hace para realizar la justicia y salva- cuales debían ser prevenidos para salvaguardar los bienes jurídicos.
guardar a la sociedad, esto es, las teorías mixtas. Se trata, pues, de las con- Por ello, para los voceros más destacados del derecho penal de la épo-
cepciones de la pena, que determinan el fundamento del derecho penal sub- ca, la pena no era el medio más seguro para erradicar el delito, y, de consi-
jetivo a partir de lafunción atribuida a las sanciones penales (penas y medidas guiente, debía ser complementada con las medidas de seguridad y la pena-fin,
de seguridad), que varían según la concepción adoptada; por ello, pues, se como lo propuso en Alemania F. VON LISZT; O, en la misma línea de pensa-
habla de un fundamento funcional o material. miento, aunque adoptando una concepción contrapuesta, mediante la intro-
ducción de las medidas de seguridad, en opinión del suizo C. STOOSS. La
b) Político o formal
degeneración sufrida por la concepción liberal intervencionista durante los
Para responder a la segunda cuestión tampoco existe una explicación regímenes autoritarios de comienzos del siglo xx, para los que el Estado se
unívoca, pues el sostén que se le ha dado al derecho de castigar ha evolucio- encarnaba en su jefe y el derecho era un mero instrumento de sus designios,
nado históricamente, según la concepción política del organismo estatal im- llevó a un extremo ejercicio del ius puniendi, y retornó así a la concepción
perante en un momento determinado y de la estructura socioeconómica que absolutista, con unos efectos políticos desastrosos que todavía se manifies-
lo sustente. tan en los países de la periferia aun en los albores del nuevo milenio.
En efecto, en el Estado absolutista, dada su configuración, todo el poder Así mismo, bastante desdibujada aparece la potestad punitiva en el
y el control eran ejercidos de manera omnímoda por el Estado a través del Estado social y democrático de derecho, surgido tras la hecatombe propi-
rey o monarca, representante de Dios en la Tierra; el derecho de castigar se ciada por la segunda guerra mundial y que planteó el renacimiento de los
justificaba porque la entidad estatal era la depositaría de la voluntad divina postulados del Estado de derecho —en Alemania e Italia, básicamente—, que
que le confería, por ende, la potestad de reprimir el mal, de donde el ius pu- configuró una organización política en la cual se mezclaban concepciones
niendi daba origen al iuspoenale (derecho penal objetivo). Se trataba, pues, neoliberales, intervencionistas, corporativistas, etc., cuyo cometido era fijarle
de una potestad punitiva de índole metajurídica y divina. límites claros a la intervención estatal, profundizando en los derechos huma-
En el Estado liberal clásico, una organización política no intervencio- nos y legitimando su acción sobre una base democrática y participativa y re-
nista, meramente guardiana, mínima, cuya única función era evitar la lucha conociéndole una finalidad garantista al derecho penal. No obstante, en este
de todos contra todos y garantizar un hipotético contrato social y resguardar modelo de Estado, el fundamento del derecho de castigar radicaba en la re-
el orden social, se concebía de manera distinta la facultad de castigar: en virtud gulación de la vida social mediante el afianzamiento de los principios con-
del contrato social (J. J. ROUSSEAU, TH. HOBBES, CH. L. DE SECONDAT BARÓN sagrados en la Constitución, aunque parece evidente que, según este punto
DE LA BRÉDE Y DE MONTESQUIEU, J. LOCKE), el organismo estatal estaba legi- de partida, el derecho penal —así esté rodeado de límites y garantías— si-
timado para punir; solo el legislador podía imponer penas, pues era el único gue conservando una intrínseca brutalidad que hace problemática e incierta
que poseía la representación de todos los hombres unidos por ese pacto. Por su legitimidad moral y política, y la pena sigue siendo una segunda forma de
ello, se trataba de un iuspuniendi de carácter metajurídico, eticosocial, bien violencia paralela al delito (L. FERRAJOLI).
se explicara a partir del derecho natural, del utilitarismo, o bien con base en Ya en los inicios del siglo xxi, con la aparición del llamado Estado cons-
categorías racionales absolutas; pero, a diferencia de la época anterior, el dere- titucional (así denominado porque, en medio del pluralismo que lo caracte-
cho de castigar nacía del derecho penal objetivo. Como es obvio, el pensa- riza, el imperio de la ley le cede su lugar a la primacía de la Carta Fundamen-
miento de la Ilustración dominaba toda la escena. tal) en el seno de las modernas y complejas sociedades posindustriales o de
En el Estado liberal intervencionista, esto es, una organización políti- riesgos, caracterizadas por la globalización —fenómeno que propende por
ca que abandonó su posición de mero guardián del orden e intervino en to- la eliminación de las restricciones a las transacciones y el fomento a la
dos los procesos de disfunción social —que reguló el mercado en busca de ampliación de los mercados—y la integración supranacional—manifesta-
la salvaguardia de la sociedad estructurada en torno a él y persiguió la pro- ción que busca conseguir un mercado común de los países, fomentando el
tección del conglomerado—, se concibió desde otra perspectiva el derecho tráfico libre de las personas, los capitales, los servicios y las mercancías, con
de castigar. Para tal modelo, el organismo estatal estaba obligado a ejercer la consiguiente eliminación de las barreras arancelarias internas y otros
28 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 29

obstáculos al libre cambio—, el fundamento de la potestad punitiva tampo- ciales. a partir de 1811; la Declaración Universal de Derechos Humanos, adop-
co aparece del todo claro, a medida que ese poder ya no es monopolio del tada y proclamada por la Asamblea General de la ONU en su resolución 217
Estado, que ha enajenado su soberanía en organismos supranacionales o en A (m), de 10 de diciembre de 1948; el Pacto Internacional de Derechos Ci-
grupos de poder alternativos (campos económico, político, cultural y religio- viles y Políticos (1966) y la Convención Americana sobre Derechos Huma-
so). Así las cosas, ello ha posibilitado que una corriente de pensamiento jurí- nos (1969), entre otros. Nota común a estas compilaciones es la consagración
dico penal plantee la necesidad de introducir un derecho penal incondicio- de los principios de dignidad de la persona humana, legalidad y culpabilidad
nado e ilimitado (por ende, máximo) que permita velar por los intereses del como directrices del sistema punitivo y fuentes de donde emanan los diver-
conglomerado social para, con base en dicha herramienta, combatir la mo- sos postulados.
derna criminalidad económica que supera las fronteras de los Estados, el Dentro de los segundos, se debe señalar la Declaración de Principios del
terrorismo y, en general, toda la delincuencia organizada; mientras que otra Proyecto de Código Penal Tipo Latinoamericano, elaborado a partir de 1963;
dirección, asentada en las ideas de racionalidad y de certeza, afirma la nece- así mismo, los diversos "títulos preliminares" contenidos en el Anteproyec-
sidad de perseverar en un derecho penal mínimo, de garantías, para el logro to de 1974 y en los Proyectos de 1976, 1978 y 1979 prevén una enumera-
de tales cometidos. En ambos casos, el paradigma no es ya la criminalidad de ción de principios similar a la contenida en el derogado Código Penal de 1980
los desposeídos, sino la de los poderosos y la de las empresas. (artículos I o a 12) y cercana a la prevista en el título i del actual estatuto repre-
sor. Ahora bien, muchos de esos axiomas ya eran derecho positivo —inclu-
De lege data el fundamento constitucional o político del ius puniendi so antes de expedirse el Código de 1980—, pues aparecían en la Carta Fun-
no puede ser otro que el propio de un "Estado social de derecho, organizado damental de 1886 que consagraba —entre otros— los principios de legalidad
en forma de república unitaria, descentralizada, con autonomía de sus enti- (artículos 23, 26 y 28), lesividad (artículo 16), debido proceso legal y juez
dades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el natural (artículos 26 y 28), aplicación extraactiva de la ley penal en casos de
respeto de la dignidad humana..." (confróntese Constitución Política, artículo favorabilidad (artículo 26), culpabilidad (artículo 20), etc. De igual forma,
Io), con lo que parecen desecharse aquellas corrientes que pretenden funda- en las leyes 74 de 1968 —que incorporó al ordenamiento el Pacto Jurídico
mentar la potestad punitiva acudiendo a posturas maximalistas. de Nueva York de 1966, vigente desde el 23 de marzo de 1976— y 16 de 1972
Ahora bien, si se quieren clasificar los distintos postulados consagra- —contentiva de la Convención de San José de Costa Rica de 1969, en vigor
dos por el legislador como límites al ejercicio de la potestad punitiva del desde el 18 de julio de 1978—; incluso, el Código Penal de 1936 y el Código
Estado en el título i del Código Penal, puede afirmarse que son controles de Procedimiento Penal de 1971 vertían algunos, aunque de manera desor-
derivados del fundamento material, puesto que miran con el contenido mis- denada y asistemática.
mo del ius puniendi, los principios de dignidad de ¿apersona humana, igual- El modelo que en su momento adoptó el legislador de 1980 —continua-
dad material ante la ley, proporcionalidad, razonabilidad, necesidad de do por el codificador de 2000— ha servido para que otras codificaciones
intervención, teleología de las sanciones penales, acto, lesividad y culpa- regulen de manera amplia tales postulados: el Código de Procedimiento Penal
bilidad. Así mismo, son límites derivados del fundamento formal, pues de 1991 (decreto 2700); el Código Penitenciario y Carcelario (ley 65 de 1993);
atienden a los presupuestos y a las condiciones para el ejercicio de la potes- el Código Penal Militar (ley 522 de 1999; también el derogado decreto 2550
tad punitiva del Estado, los axiomas de legalidad, taxatividad, prohibición de 1988) que consagra una doble regulación sustancial y procesal; y, por
de extraactividad de la ley penal, prohibición de la analogía, debido proce- supuesto, la Carta Fundamental de 1991 en el Preámbulo y en los títulos i y
so legal, juez natural y prohibición de la doble incriminación. ii. Es más, tal patrón ha incidido en el Código Penal peruano de 1991, con
precedentes en el Proyecto de 1984-1986, y en el Anteproyecto de Código
III. ORIGEN DEL TÍTULO I Penal ecuatoriano de 1981.

El catálogo de axiomas en examen tiene dos tipos de antecedentes: unos, IV. NORMA RECTORA Y PRINCIPIO RECTOR
de orden remoto o general; y, otros, de carácter próximo o particular. Sin
duda, dentro de los primeros deben situarse la Declaración de los Derechos Los conceptos principio y norma rectora, que para efectos prácticos se
del Hombre y del Ciudadano (1789), concreción de la filosofía iluminista, suelen utilizar como sinónimos, tienen un alcance diferente desde el punto
traducida por A. NARIÑO (1794) e incorporada a las constituciones provin- de vista teórico, que es bueno dilucidar. En efecto, en primer lugar, los pos-
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tulados inspiradores de una determinada disciplina son ciertos enunciados doctrinaria como judicial, sobre todo si se tiene en cuenta su rango consti-
admitidos como condición o base de validez de las demás afirmaciones de tucional. Por eso, se designa a tales normas con el calificativo de "rectoras",
ese ámbito del saber, los que equivalen —en sentido lógico— a las "verda- pues están destinadas a regir y a orientar todo el sistema juridicopenal, de tal
des fundantes" de dicho sistema de conocimientos, admitidas como tales por manera que los diversos desarrollos guarden plena coherencia con el punto
su evidencia y previa comprobación; o, en otras palabras: los principios en de partida; en fin, porque constituyen el marco hermenéutico para la inter-
derecho constituyen la cabeza del ordenamiento o las primeras normas del pretación y aplicación de la ley penal. Fruto de ello, justamente, es la con-
conjunto de este. Por supuesto, también la ciencia jurídica está gobernada sagración vertida en el artículo 13 del Código Penal, con la que el legislador
por unos axiomas básicos sin los que carecería de sentido cualquier intento ha querido recordarle al intérprete cuál es el alcance del título i: "Ixis nor-
de elaboración teórica con validez general; por ello, puede hablarse de la exis- mas rectoras contenidas en este Código constituyen la esencia y orientación
tencia de "verdades supremas del derecho in genere'", es decir, aquellos ele- del sistema penal. Prevalecen sobre las demás e informan su interpretación".
mentos lógicos y éticos del quehacer jurídico que por su carácter racional y Ahora bien, cabe preguntar: ¿hasta dónde pueden calificarse dichos
humano son virtualmente comunes a todos los pueblos. enunciados como "normas"? Si se parte de la estructura lógica de la regla
Ahora bien, aplicando esas precisiones a este ámbito del conocimiento penal, la denominación no parece del todo acertada, pues esa noción se uti-
jurídico, se entiende por principios generales del derecho penal aquellos axio- liza para designar aquellas prescripciones jurídicas que constan de un supues-
mas fundamentales forjados por el hombre desde tiempo inmemorial que, to de hecho (tipo penal) y una consecuencia jurídica o sanción; esto es, normas
convertidos en patrimonio común de los pueblos civilizados, permiten orien- completas. Sin embargo, como existen también reglas jurídicas que no
tar y encauzar el derecho represivo por senderos de justicia y seguridad ju- expresan propiamente un precepto o una prohibición y sirven únicamente para
rídica; le posibilitan, además, a un nutrido cuerpo de doctrina, llevar este sis- complementar disposiciones de tal índole, como ocurre con las llamadas
tema de conocimientos al elevado grado de racionalización y sistematización normas incompletas, no cabe duda que las "normas rectoras" contenidas en
teórica y práctica, con el que cuenta en la actualidad. En la doctrina contem- el título i son de este carácter.
poránea son cada vez más reivindicados los principios: ellos, dice un agudo
estudioso del tema,*sirven no solo para crear el derecho, sino también para
V . LOS LÍMITES MATERIALES AL EJERCICIO DEL "lUS PUNlENDl"
interpretarlo e integrarlo; por tanto, constituyen la suprema garantía para que
la creación, interpretación e integración del derecho no queden libradas al
En el título i del Código Penal aparecen los siguientes controles atinen-
arbitrio subjetivo de quienes las ejercen, sino a la inatacable objetividad en
tes al contenido mismo del poder punitivo del Estado, que han sido fruto de
que ellos consisten (confróntese H. VALENCIA R.).
importantísimos desarrollos por la Corte Constitucional.
Así mismo, estas "verdades fundantes" dotan de armonía y coherencia
todo el orden juridicopenal, de tal manera que, retomando planteamientos más A) Principio de dignidad de la persona humana
generales sobre el asunto, la congruencia intrínseca de las componentes del
sistema resulta "demostrada y confirmada en cada momento, confrontando Se trata, sin duda, del más importante límite material al ejercicio de la
las normas particulares entre sí, y también con los principios generales que potestad punitiva en el seno del moderno Estado social y democrático de
con ellas se relacionan; solo de este modo podrá el jurista adueñarse del espí- derecho que, desde el punto de vista histórico, ha sido considerado como el
ritu interno del sistema y proceder de acuerdo con él en las aplicaciones par- motor que ha posibilitado la racionalización del derecho penal y la evolución
ticulares, evitando errores a que fácilmente le conduciría la consideración ais- por él experimentada en el curso de los siglos, primordialmente porque todo
lada de esta o aquella norma" (G. DEL VECCHIO). el avance del derecho en general —y del penal en particular— está ligado,
En segundo lugar, un alcance distinto tienen las normas rectoras. En ineluctablemente, al reconocimiento de la dignidad de los seres humanos. Por
efecto, con tal expresión se designan las disposiciones jurídicas que incor- eso, no siempre con la precisión deseable, se le denomina como principio de
poran al derecho positivo los postulados básicos del conocimiento jurídico; dignidad humana, principio de dignidad de la persona humana, principio
son, pues, los mismos principios inspiradores de esta parcela del saber ver- de humanidad y salvaguardia de la dignidad humana, principio de huma-
tidos en los textos legales respectivos, que los dota de obligatoria e impera- nidad de las penas, o principio de humanidad a secas, como prefieren otros
tiva observancia para el intérprete o administrador de justicia, tanto en su labor estudiosos; no obstante —lo cual ratifica que no existe unanimidad ni en las
32 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 33

denominaciones ni en los contenidos—, no falta quien distinga los axiomas por supuesto, la prohibición de sanciones penales (penas y medidas de se-
de humanidad de las penas y de dignidad de la persona, como límites a la guridad) y de tratos crueles, inhumanos y degradantes; la proscripción de la
duración y ejecución de las sanciones. desaparición forzada; la erradicación de los apremios, las coacciones, las
Ahora bien, enunciado en términos generales, puede decirse que este torturas, etc.; la lucha frontal contra las penas privativas de la libertad de
apotegma implica tanto la prohibición de utilizar al ser humano para efectos duración excesiva y la pena de muerte, etc. El valor de la persona, pues, se
juridicopenales como la proscripción de las sanciones punitivas que pugnen erige en un límite fundamental al ejercicio del poder punitivo, que no puede
con su dignidad, por lo cual vincula no solo al legislador, sino también a los ser rebasado, gracias al cual se busca impedir que el Estado pisotee al ciu-
administradores de justicia; además, téngase en cuenta, se trata de un axio- dadano, pierda su legitimidad y se ponga al mismo nivel de las delincuencias
ma con repercusiones en el ámbito del derecho penal sustantivo, en el procesal que busca erradicar (confróntese Corte Constitucional: sentencias T-596 de
penal y en el de la ejecución penal. Se alude, pues, en síntesis, al apotegma 10 diciembre 1992, y T-465 de 23 septiembre 1996).
de apotegmas llamado a regentar todas las manifestaciones penales desde la Así, por lo demás, lo han dispuesto la Carta Magna y la legislación
perspectiva de un derecho penal minimalista, de garantías, que tenga como [confróntese Constitución Política, Preámbulo, artículos Io, 5o, 12, 16, 17,
norte y guía la salvaguardia de la dignidad de la persona en un Estado social 28 inciso 3 o , 93 y 94; Código Penal, artículos I o y 2o; Código de Procedi-
y democrático de derecho; de un axioma absoluto que se erige en la razón de miento Penal, artículo Io; Código Penal Militar, artículo 198; Código Peni-
ser, en el principio y en el fin de la organización política y, por ende, del dere- tenciario y Carcelario, artículos 5o y 6o; Pacto Internacional de Derechos Ci-
cho penal, cuya construcción ella permite. viles y Políticos, incorporado mediante ley 74 de 1968 (26 de diciembre),
Así entendido, este postulado implica —en realidad— la vigencia de dos artículos 7o, 8o y 10, y Convención Americana sobre Derechos Humanos,
axiomas distintos: en primer lugar, el principio de la autonomía ética del ser incorporada mediante ley 16 de 1972 (30 de diciembre), artículos 5o y 11].
humano, a cuyo tenor el Estado no puede ejercer tutela alguna sobre el indi- Por ello, entonces, dispone el constituyente —y con él el codificador: "El
viduo, dado que —según lo ha enseñado, aunque no exclusivamente, el dere- derecho penal tendrá como fundamento el respeto a la dignidad humana"
cho natural, alma y matriz de la ética moderna— todos los hombres nacen (Código Penal, artículo Io, en concordancia con el artículo 2o, que es su ne-
libres e iguales, y es tarea de la organización social dignificarlos. El Estado, cesario complemento)— que están prohibidas las sanciones penales (penas
pues, no puede cosificar, utilizar o manipular al ser humano porque, como y medidas de seguridad) y los tratos crueles, inhumanos y degradantes; la des-
lo dijeran C. BECCARIA (1764) e I. KANT (1785), es claro que este —encuén- aparición forzada; los apremios, las coacciones y las torturas. El principio
trese condenado o no, hállese privado de la libertad o no—jamás puede ser de dignidad de la persona humana, como lo ha dicho la propia Corte Cons-
tratado como un "medio" o "cosa", sino siempre como un "fin" o una "per- titucional, es la piedra angular del derecho penal en un Estado social y de-
sona" (confróntese Corte Constitucional: sentencias C-542 de 24 noviem- mocrático de derecho (confróntese sentencia C-038 de 5 febrero 1995).
bre 1993, T-556 de 6 octubre 1998, T-796 de 14 diciembre 1998, T-961 de No obstante, es lamentable que se introduzcan protuberantes excepcio-
27 julio 2000, y T-1430 de 20 octubre 2000). Por eso, este enunciado se torna nes en esta materia para cumplir discutibles compromisos internacionales,
no solo en un axioma fundante del modelo político de la organización social tal como ha sucedido con el texto del artículo 93 de la Carta, modificado para
y del derecho penal que a partir de él se construya, sino que también es una darle piso jurídico a la ley 742 de 2002 —que incorporó el Estatuto de Roma
directriz garantista llamada a trazar diques a la intervención punitiva del sobre la Corte Penal Internacional, promulgado mediante el decreto 2764
Estado, la cual debe estar sometida a unos controles tales que está absoluta- de 26 de noviembre de 2002 y vigente desde el 30 de noviembre del mismo
mente vedado acudir al derecho penal para realizar cualquier atentado con- año—, en la que se prevén penas perpetuas y la imprescriptibilidad de la ac-
tra la persona en todos los órdenes. ción penal [confróntese artículos 29 y 77, Ib)], entre otras transgresiones.
En segundo lugar, el aforismo en estudio también comporta el respeto B) Principio de igualdad material ante la ley penal
de la integridad del ser humano, esto es, la preservación de la indemnidad
personal o de la incolumidad de la persona como ser social {principio de Este postulado —íntimamente ligado con el de dignidad de la persona
humanidad, propiamente dicho), de tal manera que los medios utilizados por humana—, que se constituye en otro límite material al ejercicio del ius pu-
el legislador no atenten contra la dignidad concreta del individuo, que se niendo es molde y corazón del moderno Estado de derecho desde que lo pro-
convierte en instrumento de sometimiento y de desigualdad. Ello explica. clamaron los revolucionarios franceses de 1789 y, por tanto, no podía faltar

(JÍÍ)
34 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 35

en un título preliminar inspirado en la filosofía del Iluminismo, aunque dotado Corte Constitucional: sentencias T-422 de 19 junio 1992, C-530 de 11 no-
de unos contenidos claros y precisos distantes de los pensadores de aquella viembre 1993, C-565 de 7 diciembre 1993, T-230 de 13 mayo 1994, C-22
época, si se tiene en cuenta que deriva del principio más general de la igual- de 23 enero 1996, C-364 de 29 marzo 2000, C-840 de 6 julio 2000, y C-93 de
dad jurídica, que también es un valor fundante del Estado social y democrá- 31 enero 2001).
tico de derecho (confróntese Corte Constitucional: sentencia C-l 122 de 24 Como es natural, en el ámbito juridicopenal el axioma se manifiesta en
agosto 2000). tres aspectos diferentes: en primer lugar, en el plano sustantivo supone un
Ahora bien, en términos generales, puede afirmarse que la idea de igual- tratamiento similar para todos los ciudadanos —por supuesto, acorde con su
dad —afincada en el concepto de justicia— envuelve un derecho típicamente propia condición y con la naturaleza de la transgresión realizada— a la hora
relacional, por ende relativo y no absoluto, en la medida que impone un trato de aplicar la ley penal, pues todos los asociados están sometidos a penas o
análogo para los casos semejantes y uno desigual para los que son diferen- medidas de seguridad cuando realizan conductas acriminadas por el derecho
tes; no se trata, pues, del derecho a ser igual, sino del derecho a ser tratado positivo.
uniformemente ante situaciones similares. De esta delimitación, en conse- En segundo lugar, desde el punto de vista procesal, implica para los
cuencia, se desprenden tres manifestaciones jurídicas de la igualdad: en miembros de la organización social la aptitud de ser protegidos con las
primer lugar, es un derecho subjetivo en cuya virtud el ciudadano tiene la po- mismas oportunidades y bajo el imperio de todas las prerrogativas brinda-
testad de exigir que se le trate de manera semejante a los demás; en segundo das por el principio de legalidad en este ámbito de donde se desprenden, a
lugar, supone el deber de los poderes públicos de llevar a cabo ese trato uni- su vez, tres consecuencias distintas: en el curso del proceso las partes gozan
forme; y, en tercer lugar, se concreta en el principio constitucional de la igual- de idénticas posibilidades para su defensa [audiatur ex altera parts]; los pro-
dad, tal como lo prevé la Carta Fundamental. cedimientos privilegiados que atienden a la raza, la fortuna o la cuna de las
Se trata, pues, de un concepto puramente valorativo, porque el derecho personas son inaceptables. Y, para terminar, no cabe aplicar formas proce-
realiza una tarea clasificadora y de justificación, que consiste en establecer sales más desfavorables a unas personas que a otras por hechos similares, ni
los criterios legítimos conforme a los que se puede manejar una situación en tampoco es posible hacer discriminaciones en razón de la vigencia de esta-
términos de equiparación —aunque no necesite en principio justificación—, dos de excepción, motivados por perturbaciones del orden público interno
o bien en los de discriminación —que ha de ser acreditada— (confróntese o externo.
Corte Constitucional: sentencia C-0016 de 21 enero 1993). Y, en tercer lugar, en el plano de la ejecución penal, comporta también
Así, parece evidente que el contenido de este apotegma se plasma en la un tratamiento idéntico para todos los sometidos a sanción penal que tiene
obligación de tratar de modo igual a los materialmente desiguales, precisan- en cuenta, obviamente, las características del comportamiento punible co-
do quiénes son los unos o los otros. Esto es de vital importancia en el ámbito metido y las particularidades del ser humano condenado, de tal manera que
penal, donde ha de ponérseles especial atención a las situaciones de discre- a cada uno se le trate según sus propias circunstancias.
pancia entre los hombres, con miras a que ellas sean plenamente reconoci- En fin, parece evidente que tampoco en el ámbito del derecho punitivo
das por el aparato conceptual y las elaboraciones legales; por supuesto, esto es sostenible el postulado desde el punto de vista formal, y se impone la igual-
no significa que se abandone la noción de igualdad formal, pues ella se man- dad sustancial, real; y, por supuesto, se trata de uno de los pilares sobre los
tiene al lado de otros tres componentes autónomos: la igualdad social, la au- que descansa el ejercicio de la potestad punitiva del Estado, cuyo control está
sencia de discriminaciones y, finalmente, la igualdad sustancial. librado a una pluralidad de axiomas encadenados entre sí, de tal manera que
Así mismo, como es imprescindible buscar el criterio o criterios de dis- conforman una auténtica muralla valorativa que le traza los senderos a aquel.
tingo con los que se pueda juzgar la validez de la norma que le atribuye re- El apotegma está plasmado en el Código Penal, artículo 7o: "Igualdad.
levancia jurídica a cualquiera de las múltiples diferencias tácticas que la rea- La ley penal se aplicará a las personas sin tener en cuenta consideraciones
lidad ofrece, el juez se debe auxiliar de algunas fórmulas encaminadas a diferentes a las establecidas en ella. El funcionario judicial tendrá especial
precisar su trascendencia. Entre estas se encuentran las de razonabilidad de consideración cuando se trate de valorar el injusto, la culpabilidad y las con-
la diferenciación y la de proporcionalidad de los medios incorporados en la secuencias jurídicas del delito, en relación con las personas que se encuen-
norma y los fines de esta, de donde surgen dos apotegmas más: los de pro- tren en las situaciones descritas en el inciso final del artículo 13 de la Cons-
porcionalidad y de razonabilidad (adecuación al fin). (Sobre ello, confróntese titución Política", lo mismo que en el artículo 14: "La ley penal colombiana
36 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 37

se aplicará a toda persona que la infrinja en el territorio nacional". También: en primer lugar, la sanción debe ser idónea para alcanzar el fin perseguido
Constitución Política, artículo 13, que clama por una igualdad real; Pacto y debe conformarse con ese fin (adecuación al fin, razonabilidad o idonei-
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículos 14 y 26; Convención dad), pues acorde con los múltiples cometidos asignados a la pena, esta ha
Americana sobre Derechos Humanos, artículo 24; Código Penal Militar ar- de ser cualitativa y cuantitativamente adecuada para prevenir la comisión de
tículo 13; y Código Penitenciario y Carcelario artículo 3 o . delitos, proteger la sociedad y resocializar al delincuente, como la misma ley
penal lo dispone al señalar una teleología precisa de las sanciones penales,
C) Principio de proporcionalidad
de donde deriva otro de los apotegmas que limita la potestad punitiva (véan-
En términos generales, puede afirmarse que este aforismo —también se artículos 4o y 5o); el castigo, pues, debe ser un medio idóneo, razonable,
denominado de prohibición de exceso (así, sentencia de la Corte Constitu- para tutelar el bien jurídico de que se trate.
cional C-370 de 14 mayo 2002), principio de racionalidad o razonabilidad En segundo lugar, la proporcionalidad se mide en función de su nece-
(en clara alusión al vocablo reasonableness, propio del derecho anglo- sidad, que se concreta —principalmente— en las penas privativas de liber-
sajón)— está integrado por un conjunto de criterios o herramientas gracias tad, las cuales deben constituir la ultima ratio de la política criminal dado que
a las que es posible sopesar y medir la licitud de todo género de límites nor- solo se debe acudir a ellas cuando se haya descartado la posibilidad de obte-
mativos de las libertades y de cualquier grupo de interpretaciones o aplica- ner el fin legítimo perseguido con la conminación penal, acudiendo a medios
ciones de la legalidad que le restrinjan el ejercicio, desde un perfil concreto menos dañinos y graves. De aquí surge el llamado principio de necesidad de
o desde un punto de mira determinado: el de la inutilidad, no necesidad y des- intervención, también plasmado en el artículo 3 o del Código Penal, para el
equilibrio del sacrificio. A no dudarlo, se trata de un principio de carácter cual el derecho penal tiene tanto carácter fragmentario como subsidiario.
relativo del que no se desprenden prohibiciones abstractas o absolutas, sino Y, en tercer y último lugar, se requiere proporcionalidad en sentido
solo por referencia al caso concreto, según la relación medio a fin que, final- estricto, pues el uso o la intensidad de la sanción está limitado de acuerdo
mente, guarde el límite o gravamen de la libertad, con los bienes, valores o con la gravedad del hecho reprimible cometido, o de los riesgos objetivos
derechos que pretenda satisfacer. Por ello se dice que es un principio rela- o subjetivos de comisión de una infracción futura o de ambos. En otras pa-
ciónala pues compara dos magnitudes: los medios a la luz del fin (confrón- labras: la exigencia de proporcionalidad debe determinarse valiéndose de un
tese Corte Constitucional: sentencia T-015 de 25 enero 1994). juicio de ponderación entre la carga coactiva de la pena y el fin perseguido
Este axioma ha terminado por generalizarse como principio del dere- con la conminación penal, de tal manera que se precise si las medidas adop-
cho público y del derecho en general, al cobijar el establecimiento y la apli- tadas son acordes a la defensa del bien que da origen a la restricción. De esta
cación de toda clase de medidas restrictivas de los derechos y de las liberta- manera, pues, la determinación o individualización de la pena se debe efec-
des; por eso, no es extraño que en el ámbito penal se extienda tanto a las penas tuar teniendo como punto de partida tanto la mayor o menor gravedad del in-
como a las medidas de seguridad. Sobre estas últimas, adviértase, también justo —con lo que son evidentes los nexos con el apotegma de protección
se usa la idea de "proporcionalidad" —oponiéndola al principio de culpabi- de bienes jurídicos— como la mayor o menor gravedad de la culpabilidad
lidad, que es el fundamento de las penas— como su basamento y se torna, —todo lo cual muestra las relaciones entre el postulado en estudio y el prin-
en un concepto sustitutivo —aunque a veces aparece como axioma comple- cipio de culpabilidad—, sin olvidar las finalidades preventivas cuando se
mentario— de la noción de peligrosidad; incluso, algún sector doctrinario piensa en el concepto de "determinación" o "individualización" en un sen-
ha intentado imponer este postulado en lugar del de culpabilidad como fun- tido amplio (confróntese Corte Constitucional: sentencias C-070'de 22 fe-
damento común de la pena y de la medida de seguridad. brero 1996, C-l 18 de 21 marzo 1996, C-157 de 19 marzo 1997, C-239 de 20
De acuerdo con lo dicho, la configuración legislativa y la aplicación mayo 1997, C-285 de 5 junio 1997, y C-368 de 29 marzo 2000).
judicial de las medidas restrictivas de la libertad, si se entiende el axioma de En el derecho colombiano se concreta en el artículo 3o del Código Penal,
proporcionalidad en un sentido amplio, se deben sujetar a tres exigencias dis- en cuyo texto se consagra el axioma de "proporcionalidad" en sentido estricto
tintas que actúan a manera de criterios escalonados (confróntese Corte Cons- como uno de los "principios de las sanciones penales" —trátese de penas o
titucional: sentencias C-022 de 23 enero 1996, C-673 de 28 junio 2001. C- de medidas de seguridad— que desarrollan, de esta manera, los artículos Io,
370 de 14 mayo 2002, C-392 de 22 mayo 2002, C-939 de 31 octubre 2002): 2o, 5o, 6o, 11 a 13 y 214 de la Carta Fundamental. Ante el tenor del artículo

3. VELÁSQUEZ V., 23
38 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 39

3°, el intérprete debe ser muy cuidadoso para no caer en la tentación de aco- exige que las intromisiones llevadas a cabo en los derechos ciudadanos fa-
ger aquellas posturas que —al estilo de W. HASSEMER O S. MIR PUIG— pre- ciliten la obtención del logro perseguido en virtud de su adecuación cualita-
tenden darles a las penas y las medidas de seguridad el mismo fundamento, tiva, cuantitativa y de su ámbito subjetivo de aplicación.
si se tiene en cuenta que la disposición también se refiere a los "principios" De lo anterior se desprende que el axioma posee las siguientes carac-
que imperan en el ámbito de las medidas de seguridad; pero, se repite, no para terísticas: debe tener rango constitucional, lo cual permite predicar que la
darles cabida a concepciones como las ya dichas, sino para indicar que tam- medida restrictiva de los derechos fundamentales es idónea para la conse-
bién estas consecuencias jurídicas deben ser impuestas de manera justa, ra- cución de los fines perseguidos; también, el examen de idoneidad tiene ca-
cional, equilibrada. Así, por lo demás, lo dispone el propio legislador al rácter empírico, pues él se apoya en el esquema medio-fin, a partir del cual
regular—de manera bastante afortunada, salvo algunas pequeñas incoheren- se pueden observar las medidas adoptadas con base en su finalidad o teleo-
cias— el tema en el estatuto punitivo. logía, y ello sólo se puede llevar a cabo con un estudio práctico de los ele-
Además, el artículo 61, inciso 3 o , señala que la tarea de tasación de la mentos empíricos de la relación examinada. Así mismo, debe concebirse de
pena tiene que ser fruto de un juicio de proporcionalidad, cuando dispone: forma flexible, pues no es necesaria una aptitud completa del medio para poder
"el sentenciador la impondrá ponderando los siguientes aspectos"; ponde- considerarlo idóneo, y basta que con su ayuda se facilite el fin perseguido;
rar es, pues, considerar, estudiar, analizar, examinar, las pautas correspon- y, para culminar, el principio debe ser aplicable tanto desde la perspectiva
dientes asistido de la razón. objetiva como subjetiva, pues no es suficiente con el examen de la aptitud
abstracta de la medida, sino que es indispensable preguntarse por la volun-
Naturalmente, el reconocimiento que del apotegma hace el derecho po-
tad del órgano que la adopta (juez, fiscal, etc.).
sitivo no es nuevo, porque desde hace bastantes años el artículo 4o del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, incorporado De esta directriz así concebida se desprenden, además, varias obliga-
mediante ley 74 de 1968, lo contempla, lo mismo que el artículo 12, nume- ciones: debe haber adecuación cualitativa y cuantitativa de las medidas; y se
ral 3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, recogido me- debe presentar adaptación en la determinación del ámbito subjetivo de apli-
diante dicha normatividad: "Los derechos antes mencionados no podrán ser cación. La adecuación cualitativa implica la aptitud de las herramientas
objeto de restricciones salvo cuando éstas se hallen previstas en la ley, sean adoptadas para alcanzar los fines previstos, esto es, han de ser idóneas por
necesarias para proteger la seguridad nacional, el orden público, la salud o su propia naturaleza; la adecuación cuantitativa, entre tanto, presupone que
la moral públicas o los derechos y libertades de terceros, y sean compatibles la intensidad y duración de la medida adoptada sean las exigidas según la fi-
con los demás derechos reconocidos en el presente Pacto". nalidad que se pretenda alcanzar, cualquiera que sea el carácter del proceso
y el fin de la medida. Y, finalmente, la adecuación en la determinación del
Desde luego, la incorporación al ordenamiento del estatuto de la Corte ámbito subjetivo de aplicación implica la necesaria individualización de los
Penal Internacional significa también un muy rudo golpe a este apotegma, sujetos sobre los que debe recaer la restricción de los derechos, de cara a ob-
pues en él —como ya se dijo— se prevén penas indeterminadas [confrónte- tener los fines previstos por las normas que habilitan a los poderes públicos
se ley 742 de 2002, artículo 77, Ib) del Estatuto de Roma]. para llevar a cabo la injerencia correspondiente.
D) Principio de razonabilidad Ahora bien, dados los nexos de este principio con el de igualdad ma-
terial ante la ley penal que demanda un juicio relacional (confróntese Corte
Otro de los aforismos erigido por el legislador como columna vertebral Constitucional: sentencias T-230 de 13 mayo 1994 y C-022 de 23 enero 1996),
del iuspuniendi y que emana del postulado de proporcionalidad en sentido para su utilización se debe acudir al llamado "test de razonabilidad"; como
amplio —también denominado como de idoneidad o de adecuación al fin—, se sabe, según esta herramienta, la vinculación entre los diversos supuestos
es el que ahora se expone en íntima ligazón con el apotegma de igualdad de hecho involucrados en la valoración correspondiente y el "patrón de la
material ante la ley penal (confróntese Corte Constitucional: sentencia T- igualdad" debe ser tal que el trato diferenciado se encuentre justificado.
422 de 19 junio 1992). Lo anterior pone de presente que el "test de razonabilidad" es una au-
El concepto de idoneidad supone una valoración empírica en virtud de téntica guía lógica y metodológica mediante la que se busca responder a una
la que —tanto desde una perspectiva objetiva como subjetiva— se debe exa- de las cuestiones involucradas en todo juicio de igualdad, esto es, la que trata
minar la causalidad de las medidas adoptadas ante los finés perseguidos, y de precisar cuál es el criterio relevante para establecer en el caso concreto
40 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 41

un tratamiento disímil, a cuyo efecto debe precisarse si es razonable la jus- sustitución de la pena de prisión por la pena de prisión domiciliaria, requiere
tificación ofrecida para mantener ese trato distinto. Previamente, sin embar- que el juez determine la procedencia de la pena con base en la idea de ade-
go, se deben determinar dos situaciones: una, la existencia de un objetivo cuación de la sanción al fin perseguido.
perseguido mediante el establecimiento del trato desigual; y, otra, la validez Así mismo, el artículo 39.3 —al regular los criterios que guían la deter-
de ese objetivo a la luz de la Constitución. minación de la pena de multa— impone que el juez precise su cuantía "en
De esta forma, el susodicho test—fundamental en los juicios de cons- forma motivada"; y el artículo 59 del Código Penal dispone que todo el
titucionalidad— es también una directriz dirigida al juez, porque para poder proceso de individualización o de determinación de la pena debe ser moti-
cumplir con la tarea de determinación o de individualización de la pena, tras vado. También, el artículo 60 le rinde tributo a esta "norma rectora" cuando
la emisión de las valoraciones que la noción dogmática del delito le exige, introduce una serie de reglas para precisar los diversos criterios vigentes en
tiene que emitir juicios de ponderación encaminados a obtener el restable- materia de modificación de los límites punitivos legales.
cimiento del equilibrio de las relaciones entre el ciudadano infractor, que ha De igual forma, el artículo 61, inciso 3o, al señalar las pautas de deter-
cometido el atentado contra los bienes jurídicos más relevantes, y el Estado, minación judicial de la pena, demanda que el juez lleve a cabo su tarea con
llamado a salvaguardarlos con una adecuada respuesta, que propicia la im-
equilibrio y mesura, previa emisión de un juicio de ponderación, de tal ma-
posición de una sanción penal justa, equilibrada, mesurada y razonable, dentro
nera que la sanción penal sea idónea para alcanzar el fin perseguido: "... el
de los marcos consignados en la ley penal, que le señala como pautas bási-
sentenciador la impondrá ponderando los siguientes aspectos...". En fin, este
cas de determinación la gravedad del injusto (principio de lesividad) y el mon-
to de la culpabilidad {principio de culpabilidad), todo ello dentro del marco postulado anima la imposición y ejecución de las medidas de seguridad (con-
constitucional admisible. En otras palabras: cuando se trata de establecer la fróntese Código Penal, artículos 3o, 70 y siguientes).
razonabilidad de la sanción penal, su idoneidad o su adecuación al fin, su E) Principio de la necesidad de intervención
justicia en el caso concreto, el juicio de ponderación pertinente debe hacerse
a partir de la finalidad esencial perseguida por la normatividad penal, que en Este aforismo —también denominado de la menor injerencia posible,
este caso es la seguridad jurídica, lo que se traduce en la tutela de los más de intervención mínima, de economía de las prohibiciones penales, de ne-
preciados bienes jurídicos. cesidad de pena, de intervención penal mínima, o de necesidad, a secas—
Como consecuencia de esto último, toda decisión judicial en este ám- es consecuencia directa de la asunción del postulado de proporcionalidad,
bito debe ser debidamente motivada, explícita, claramente expuesta, de tal como ya se dijo, aunque es evidente que la razón de ser de ambos es bien dis-
manera que el sentenciado conozca con precisión no solo los fundamentos tinta. En efecto: en tanto el primero tiene una naturaleza puramente empí-
que le sirven al fallador de punto de partida, sino también los motivos que rica, positiva, en cuanto incluye criterios de economía y eficacia, el segundo
lo inspiran. La tarea de medición de la pena no es, pues, una faena capricho- —esto es, el principio de proporcionalidad— es un axioma normativo, va-
sa y discrecional, no susceptible de ningún control; por el contrario, si algo lorativo, que remite a una ponderación de intereses en conflicto conforme a
se evidencia es la necesidad de que las decisiones en este ámbito se traduz- pautas de justicia material; así mismo, mientras el principio de necesidad se
can en la aplicación del derecho positivo. Se pretende, entonces, dentro del limita a comparar distintos medios para elegir de entre los idóneos, atentos
marco delineado por la Constitución, jalonar la dogmática de la tasación de a la meta buscada, el menos lesivo posible, el de proporcionalidad se ocupa
la pena para expurgar esta tarea de elementos irracionales y hacerla contro- de la relación normativa entre medio y fin, y pondera si el fin perseguido jus-
lable y debatible. tifica el medio, adecuado y necesario, que se ha utilizado.
El axioma se desprende del artículo 3 o del Código Penal: "La imposi- Ahora bien, enunciado en términos generales, el postulado de la nece-
ción de la pena... responderá a los principios de ... razonabilidad", y, por sidad de intervención significa que la injerencia penal del Estado solo se
supuesto, de todas las normas —ya indicadas— atinentes al postulado de justifica cuando ella es imprescindible para el mantenimiento de su organi-
igualdad. Obvio es decirlo, también se advierten desarrollos suyos en otras zación política, dentro de los marcos propios de una concepción democrá-
disposiciones: el artículo 32, numeral 11, inciso 2o, exige que la valoración tica; todo lo que vaya más allá de dicho confín —sea porque el bien jurídico
judicial en los casos de error de prohibición se haga "en términos razonables"; pueda ser tutelado por otro mecanismo menos gravoso, o porque no requie-
el artículo 38, inciso Io, numeral 2, dentro de los requisitos para decretar la ra tutela alguna— encauza esa injerencia por las vías autoritarias y termina,
42 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 43

de manera inexorable, en la supresión de los fundamentos democráticos del En segundo lugar, dada la importancia del control penal, no es factible
Estado (confróntese J. BUSTOS RAMÍREZ). En consecuencia, esa intrusión debe utilizarlo en toda situación, sino solo ante hechos determinados y específi-
ser la mínima posible, de tal manera que el legislador está obligado a obser- cos, pues el derecho punitivo no castiga todas las conductas lesivas de bie-
var la máxima economía de que se disponga a la hora de configurar los delitos nes jurídicos, sino las que revisten mayor entidad y evita, de esta manera, la
en la ley, y el juez está compelido a utilizar las consecuencias jurídicas inflación punitiva a la que acuden sistemáticamente los regímenes autorita-
imponibles (pena o medida de seguridad) solo cuando ello sea estrictamente rios, que desnaturalizan y degradan la finalidad asignada a la pena; se habla,
indispensable, y debe contar con mecanismos sustitutivos que atemperen el por tanto, de su carácter fragmentario.
rigor de la sanción penal; en otras palabras: el derecho penal solo tutela aque- Naturalmente, la idea de necesidad de pena no puede confundirse con
llos derechos, libertades y deberes que sean imprescindibles para el mante- la de merecimiento de pena, conceptos que, desde un punto de vista formal,
nimiento y conservación del orden jurídico, ante aquellos ataques conside- se distinguen porque este significa que la conducta del autor es acreedora a
rados como los más intolerables (véase Corte Constitucional: sentencias una pena (la punición es, pues, apropiada o merecida), mientras que aquel
C-549de I o diciembre 1994;C-285de5junio 1997,C-237de20mayo 1997, supone que la pena se necesita para efectos preventivos. En otros términos,
yC-647de20junio2001). puede decirse que el "merecimiento de pena" expresa un juicio global de des-
Con razón, pues, afirma el gran iusfilósofo italiano L. FERRAJOLI que el valor sobre el hecho, en la forma de una desaprobación de particular intensi-
axioma de necesidad expresado en el aforismo latino nulla lexpoenalis sine dad por concurrir un injusto culpable especialmente grave que debe acarrear
necessitate se descompone en dos postulados diferentes: de un lado, el prin- un castigo, mientras que la "necesidad de pena" presupone el merecimiento
cipio de la pena mínima necesaria: nulla poena sine necessitate; y, del otro, de pena y significa que un hecho en sí digno de castigo necesita, además, ser
el de la máxima economía en la configuración de los delitos: nullum crimen penado, pues en el caso concreto no existe ningún otro medio disponible que
sine necessitate, con lo que se mira el apotegma tanto desde la perspectiva sea eficaz y menos aflictivo (confróntese D. M. LUZÓN PEÑA). Desde luego,
de las figuras punibles como desde el punto de vista de las consecuencias sin entrar en la aguda polémica en torno a la ubicación sistemática de las
aplicables a aquellas. Enfin,como también expresa el lúcido pensador: "Justo susodichas categorías dogmáticas, puede afirmarse que ellas no son autóno-
porque la intervención punitiva es la técnica de control social más gravosa- mas hasta el punto de alcanzar a configurar un nuevo eslabón del concepto
mente lesiva de la libertad y de la dignidad de los ciudadanos, el principio de dogmático del delito —como a veces se pretende—, sino que irradian todos
necesidad exige que se recurra a ella solo como remedio extremo... Si el los elementos de su estructura y afectan, sobre todo, la punibilidad; son, para
derecho penal responde al solo objetivo de tutelar a los ciudadanos y de decirlo en otras palabras, verdaderos criterios politicocriminales que en la
minimizar la violencia, las únicas prohibiciones penales justificadas por su discusión actual sirven para orientar la construcción dogmática del delito, y
«absoluta necesidad» son, a su vez, las prohibiciones mínimas necesarias, dotarla de pautas materiales que la retroalimentan de la mano de postulados
esto es, las establecidas para impedir comportamientos lesivos que, añadi- tan importantes como el de protección de bienes jurídicos y el de proporcio-
dos a la reacción informal que comportan, supondrían una mayor violencia nalidad.
y una más grave lesión de derechos que las generadas institucionalmente por Ahora bien, la trascendencia del axioma de necesidad de intervención
el derecho penal". es tal que lo ha previsto la Constitución Política en el artículo 2o, inciso 2o,
De lo dicho se infieren, entonces, dos consecuencias diferentes cuando cuando establece que son fines esenciales del Estado "garantizar la efectivi-
se piensa en la conminación penal abstracta hecha por el legislador al redac- dad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución..."
tar la norma penal: en primer lugar, solo es viable recurrir al derecho penal y "... asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo"; así
cuando han fracasado todos los demás controles, pues él es el último recur- mismo, se desprende del Preámbulo, y de los límites introducidos en mate-
so que ha de utilizar el Estado, habida cuenta de la especial gravedad que ria de sanciones, habida cuenta de que prohibe la pena de muerte (confrón-
revisten las sanciones penales; esto es, el llamado carácter de ultima ratio, tese artículo 11), los tratos y penas crueles, inhumanos y degradantes (con-
que es producto de la naturaleza subsidiaria del derecho penal, a partir de la fróntese artículo 12), la prisión y el arresto por deudas (artículo 28, inciso
cual no es posible llevar el carácter estigmatizante de la pena hasta confines 3o), las penas y las medidas de seguridad imprescriptibles (artículo 28, inci-
insospechados, que obliguen al ciudadano a interiorizar la valoración nor- so 3o), las penas de destierro, prisión perpetua y confiscación (artículo 34).
mativa. El legislador de 2000 lo ha incluido expresamente en el título preliminar,
44 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 45

cuando afirma que "la imposición de la pena o de la medida de seguridad res- Desde luego, este axioma por el que tanto se ha luchado está muy lejos
ponderá a los principios de necesidad..." y que "el principio de necesidad se de llevarse a la realidad, y apenas sí llega a formar parte de un programa ideal
entenderá en el marco de la prevención y conforme a las instituciones que la que espera cabal desarrollo; así lo evidencia el fracaso de diversos modelos
desarrollan" (confróntese Código Penal, artículo 3o). de ejecución penal en el mundo contemporáneo, lo que ha llenado de escep-
ticismo a los cultores del derecho penal que, por momentos, navegan en medio
F) Principio de la teleología de las sanciones penales de oleadas de furor como la que despertó en los años sesenta del siglo xx la
idea de resocialización, o como la que se presenta en la actualidad desatada
Acorde con esta directriz —que es una consecuencia del postulado de por las ideas prevencionistas generales.
proporcionalidad en sentido amplio, en lo atinente a la idoneidad, razonabi-
Este apotegma mira con toda la etapa de la ejecución penal y, por ende,
lidad o adecuación al fin de las medidas adoptadas—, por un lado, cuando
el Estado representado en la persona del juez le atribuye al transgresor de la se conforma como un límite material al ejercicio de la potestad punitiva. Así
ley una sanción criminal (pena o medida de seguridad) lo hace con un obje- se desprende, respectivamente, del Código Penal, artículo 4o: "Funciones de
tivo, animado por una finalidad vinculada con el programa politicocriminal la pena. La pena cumplirá las funciones de prevención general, retribución
que la organización estatal se propone llevar a la realidad; es de tal trascen- justa, prevención especial, reinserción social y protección al condenado. La
dencia dicha exigencia, que si la imposición de las consecuencias juridico- prevención especial y la reinserción social operan en el momento de la eje-
penales se librara al capricho de cada juzgador, las garantías ciudadanas peli- cución de la pena de prisión", y del artículo 5o: "Funciones de las medidas
grarían y la seguridad jurídica se vería notablemente menoscabada. de seguridad. En el momento de la ejecución de la medida de seguridad ope-
ran las funciones de protección, curación, tutela y rehabilitación". También:
Pero, por otro lado, el Estado no puede contentarse con la mera tarea de Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículos 7o y 10; Con-
perseguir las conductas punibles, sino que está compelido a velar por la rea- vención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 5o; Código Peniten-
lización de la justicia material mediante la imposición y ejecución de san- ciario y Carcelario, artículo 9o; Código del Menor, artículos 169, 204, 216
ciones equitativas adecuadas al hecho cometido, y de una adecuada ejecu- y 217; y el Código Penal Militar, artículo 17. Por supuesto, dimana de la
ción penal. Dicho de otra forma: un Estado de derecho no debe desocializar Constitución Política, artículos 12,28, inciso 3 o y 34, no así del artículo 93
al infractor, sino velar por su readaptación, su resocialización, su reeduca- que ha dado cabida a la ley 742 de 2002 que incorpora el Estatuto de Roma,
ción —obvio es decirlo, cuando ella sea posible y no se afecten sus derechos en cuyo artículo 77, Ib) se prevén penas perpetuas.
humanos fundamentales—, de tal manera que pueda llevar en el futuro una
vida sin cometer delitos y reincorporarse al seno de la sociedad; se trata, pues, Parece, pues, evidente que se parte de las concepciones mixtas en materia
no solo de prevenir la comisión de nuevos hechos criminales, sino también de los fines de la pena, aunque haciendo hincapié en la prevención especial
de proteger a la sociedad de las conductas que infringen el orden jurídico y positiva (confróntese Corte Constitucional, sentencias C-176 de 6 mayo 1993,
buscan su desquiciamiento. C-549de l°diciembre 1994,C-261 de 13junio 1996,C-430de 12septiem-
bre 1996, C-144 de 19 marzo 1997, T-153 de 28 abril 1998, y T-718 de 28
Por supuesto, la teleología que se le asigne a la represión penal depen- septiembre 1999) que debe entenderse siempre como no desocialización del
derá del punto de partida que se adopte ante el sentido y el fin de la pena, sea reo, lo que es consecuencia lógica del derecho al libre desarrollo de la per-
que se opte por las teorías absolutas o retributivas, las concepciones relativas sonalidad (confróntese Constitución Política, artículo 16).
o preventivas o las posturas mixtas en sus diversas variantes —e, incluso, las
teorías agnósticas o negativas sobre el asunto—, todo ello enmarcado dentro G) Principio del acto '
del modelo de organización social y política vigente en una comunidad deter-
minada en un momento histórico preciso. Así, parece evidente que en un Esta directriz aparece vertida en la ley en íntima conexión con los pos-
Estado social y democrático de derecho, solo se podrá pensar en una sanción tulados de dignidad de la persona humana y de legalidad, lo que no es casual,
penal humanitaria, democrática, proporcionada, razonable, con lo que son pues es una de sus más importantes derivaciones; sin embargo, para evitar
rechazables de plano las sanciones crueles, inhumanas, degradantes, trasunto confusiones conceptuales, debe tenerse en cuenta que en este lugar se hace
de concepciones autoritarias que solo buscan cosificar al hombre y desco- referencia al principio del acto y no a la categoría dogmática de la acción
nocerle su investidura de ser racional (confróntese Corte Constitucional, o de la conducta que, por supuesto, se fundamenta en él y a la que se hará
sentencias T-596 de 10 diciembre 1992, y C-565 de 7 diciembre 1993). referencia cuando se exponga la teoría del delito en la segunda parte del curso.
46 MANUAL DE DERECHO PENAL
EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LIMITES 47

Desde luego, el punto de partida de todo el derecho penal liberal es el a la entidad del juicio de exigibilidad. Esta consecuencia es completamente
antiguo aforismo según el cual no hay delito sin conducta humana, de don- ajena a un derecho penal de autor, para el que solo importa la peligrosidad
de ha surgido el postulado en examen, también conocido como principio del del agente.
hecho o de la objetividad material. De esta manera, en primer lugar, el suceso
Así mismo, en tercer lugar, acorde con el postulado de la objetividad
acriminable no está constituido por un acto interno de la psique, sino por un
acontecimiento en el mundo de la naturaleza referido a un actuar del hom- material de la conducta punible, se debe distinguir entre el hecho tentado y
bre; la conducta punible, gracias a esta conquista de la especie humana, se el hecho consumado, señalándole a cada uno de ellos una punición diversa;
traduce en una exterioridad, que le permite al derecho represivo castigar a en cambio, para el derecho represivo de autor, ambas manifestaciones cri-
los hombres solo por lo verdaderamente realizado y no por lo pensado, de- minales deben sancionarse de la misma manera, pues solo importa "el sen-
seado o propuesto; ya ULPIANO decía: cogitationispoenam nemopatitur [que timiento delictivo".
nadie tenga pena por sus pensamientos]. En cuarto lugar, esta concepción distingue con claridad entre autor del
Pero, además, en segunda instancia, del aforismo en examen se deriva delito y partícipe (quien ha inducido a aquel a actuar, o le presta alguna co-
otra importante consecuencia: el fenómeno criminal no puede caracterizar- laboración o ayuda), y les da distinto tratamiento punitivo, cosa que no su-
se a partir del modo de ser de la persona, sus hábitos, temperamento, pensa- cede con uno de autor para el que se equiparan ambas categorías, pues lo que
miento o afectividad; esto es, se castiga por lo que se hace y no por lo que cuenta es la "voluntad criminal" y no el hecho.
se es (confróntese Corte Constitucional, sentencias C-221 de 5 mayo 1994, También, en quinto lugar, la susodicha concepción no permite agravarle
C-239 de 20 mayo 1997, y C- 425 de 4 septiembre 1997). En otras palabras: la sanción a quien ha reiterado la comisión de hechos criminosos; en cam-
el derecho penal es de acto, y las normas penales se dirigen a la conducta social bio, la de autor castiga con mayor pena a los reincidentes, pues con su actuar
del hombre; no es un derecho penal de autor —así se conciba en su más extre- demuestran una personalidad con tendencias criminales que debe ser corre-
ma formulación, el llamado derecho penal del sentimiento—, para el que lo gida.
fundamental es la peligrosidad del agente o la manifestación de una deter- En sexto lugar, el derecho penal de acto no agrava la punición de los
minada personalidad criminal. autores habituales o de comisión profesional, pues la pena atiende al hecho
Las dos anteriores consecuencias del aforismo "no hay delito sin con- cometido y no a la calidad personal del sujeto activo de este; por el contra-
ducta humana" son apenas explicables cuando se parte del marco político rio, uno de autor agrava la sanción del agente situado en una de esas dos ca-
propio de un Estado social y democrático de derecho, pues solo los regíme- tegorías de delincuencia.
nes totalitarios escudriñan en lo íntimo del hombre e indagan hasta el más De la misma manera, en séptimo lugar, el axioma del acto no permite
leve pensamiento (confróntese G. BETTIOL). suspender la ejecución de la sentencia o de la pena impuesta por un determi-
Ahora bien, si se quiere caracterizar el derecho penal de acto, por opo- nado período de tiempo; a su vez, el derecho penal de autor es perfectamente
sición al de autor, pueden otorgársele los siguientes atributos: compatible con los mecanismos reductores de la pena privativa de la liber-
En primer lugar, esta concepción del derecho punitivo solo le impone tad (suspensión condicional de la ejecución de la pena y libertad condicio-
pena a quien ha realizado culpablemente, un injusto, pues el juicio de exigi- nal), pues en el pasado ellos se fundaban en la mayor o menor peligrosidad
bilidad dirigido sobre el infractor se basa en el hecho cometido; se confor- demostrada por el infractor.
ma, pues, la dupla derecho penal de acto-culpabilidad por el acto. Por el con- Para terminar, en octavo lugar, un auténtico derecho penal detyechopos-
trario, el de autor vincula la imposición de la pena a la peligrosidad del agente, tula la erradicación de medidas de seguridad basadas en la supuesta peligro-
y el juicio de culpabilidad se funda en que este se ha convertido en una per- sidad del reo que, para una concepción de autor, es el único fundamento
sonalidad criminal; por eso se le castiga por la forma como dirige su vida posible de tales consecuencias jurídicas.
(culpabilidad por la conducción de vida). En fin, téngase en cuenta que a partir de este postulado se ha elaborado
En segundo lugar —desde luego, en íntima conexión con el postulado la categoría dogmática de la acción o de la conducta que se constituye en la
de culpabilidad mencionado en seguida—, para el derecho penal de acto uno de piedra angular de la moderna construcción dogmática del delito, entendido
los criterios básicos de imposición de la pena es el grado de culpabilidad, como comportamiento típico, antijurídico y culpable; para el caso colombia-
de tal manera que al agente se le impone mayor o menor sanción atendiendo no, esta elaboración conceptual tiene asidero en la Constitución Política cuan-
48 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 49

do, en su artículo 29, inciso 2o —reiterado por el artículo 6o inciso I o del de ofensividad o de exclusiva protección de bienes jurídicos. Desde luego,
Código Penal— afirma que nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes este apotegma debe ser cuidadosamente distinguido de la categoría dogmá-
preexistentes "al acto que se le imputa", con lo que la construcción del de- tica de la antijuridicidad, que es objeto de estudio en el acápite destinado a
lito exige dos categorías: acto (conducta o acción en sentido amplio) e im- la teoría del delito (tal confusión en las sentencias de la Corte Constitucio-
putación. Por eso, el artículo 9o afirma que "para que la conducta sea puni- nal números C-070 de 22 febrero 1996 y C-l 18 de 21 marzo 1996).
ble se requiere que sea típica, antijurídica y culpable" (inciso Io), y que "la El principio de lesividad suele sintetizarse en el tradicional aforismo
causalidad por sí sola no basta para la imputación jurídica del resultado" liberal no hay delito sin daño, que —traducido al lenguaje actual— equivale
(inciso 2o). De esta manera, pues, se reitera que acto (conducta) e imputa- a la inexistencia de conducta punible sin amenaza concreta o real, o daño para
ción (sea objetiva o sea subjetiva) son los dos pilares de la construcción del el "bien jurídico tutelado", pues el cometido del derecho penal no es defen-
delito. der ideas morales, estéticas o políticas, ni patrocinar actividades sociales
El postulado está contemplado en innumerables preceptos constitucio- concretas. En otras palabras: la intervención punitiva solo es viable ante con-
nales y legales. En efecto, el artículo 29, inciso 2o, de la Constitución Polí- ductas que tengan trascendencia social y que afecten las esferas de libertad
tica, señala: "Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes ajenas, sin que le sea permitido al derecho penal castigar comportamientos
al acto que se le imputa..."; el artículo 9o inciso 1 ° del Código Penal, a su vez, contrarios a la ética, inmorales o antiestéticos, so pena de invadir los terre-
estatuye: "para que la conducta sea punible se requiere que sea típica, anti- nos de la moral; ello, como se recordará, es producto del pensamiento libe-
jurídica y culpable", y de esta forma alude tanto al principio en examen como ral ilustrado, a cuya sombra se gestó el concepto de bien jurídico, al que se
a la categoría dogmática de la acción o de la conducta en sentido juridicope- alude más adelante. Esta concepción surge como antagónica a la teoría tra-
nal. Según el artículo 25 inciso I o , idem, "la conducta punible puede ser dicional, que consideraba la infracción como un ataque contra los derechos
realizada por acción o por omisión". Similares regulaciones: Código Penal subjetivos de la persona, acorde con los dictados de la teoría del contrato
Militar, artículo 7o; Convención Americana sobre Derechos Humanos, artícu- social.
lo 9o; y Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 15, de Por ello, la doctrina contemporánea clama por la ausencia de crimina-
conformidad con los que solo se pueden castigar los "actos u omisiones". En lización de aquellos comportamientos que no amenacen o lesionen efectiva-
fin, la ley penal exige constantemente que las transgresiones legales consti- mente el interés jurídicamente tutelado por la ley penal, con lo que se des-
tuyan "conducta humana" (Código Penal, artículos 8o, 11,12,21 a 24), o equi- carta la punición de los llamados tipos de peligro abstracto por considerarla,
valgan a un "acto" (Código Penal, artículo 6o, inciso Io, que reitera el artículo justamente, contraria al apotegma objeto de estudio; y, como producto de ello,
29, inciso 2o, de la Carta Fundamental que reproduce el artículo 26 de la Cons- se utiliza en las codificaciones penales el grado de injusto como criterio de
titución Política de 1886). tasación de la pena, pues para el legislador no es lo mismo cometer un injus-
No obstante, desconociendo los alcances de este apotegma —y con él to de estafar en cuantía de cinco mil pesos que uno de asesinar a un grupo de
los emanados del axioma de culpabilidad—, la Corte Constitucional ha se- ancianos con un "coche-bomba". La función del derecho penal, se repite, es
ñalado que la Carta tolera la responsabilidad penal de las personas jurídicas tutelar los bienes o valores que por su importancia el legislador ha erigido
(sentencias C-320 de 30 junio 1998, C-674 de 18 noviembre 1998, y C-843 en intereses merecedores de especial protección, sean de carácter individual
de 27 octubre 1999). En fin, no dejan de subsistir protuberantes baches como o colectivo (bienes jurídicos). No obstante, debe recordarse, el delito o hecho
el observado en el Código Penal, artículo 319 inciso 3 o concordancia ley 788 punible, además de lesionar bienes jurídicos (desvalor de resultado), impli-
de 2002, artículo 69, que castiga la reincidencia, o el contenido en el artículo ca también un atentado contra los valores eticosociales predominantes en una
268. comunidad dada y en un momento histórico determinado (desvalor de ac-
ción); por supuesto, enfrente de tal dilema, el bien jurídico tiene la prioridad
H) Principio de lesividad en desmedro de los valores eticosociales, aunque ambos elementos confor-
Recogiendo el más tradicional ideario filosófico liberal, la legislación man el injusto penal.
punitiva consagra como uno de sus postulados orientadores y suprema limi- Sin embargo, téngase en cuenta que cuando se habla de la "lesión" de
tante al ejercicio de la potestad punitiva del Estado, el axioma de dañosidad los bienes jurídicos, no se alude a la noción naturalística que lo entiende como
social, del bien jurídico, de la objetividad jurídica del delito, de lesividad. la causación de un daño a determinado objeto de la acción, sino a un concep-
50 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 51

to de carácter valorativo que lo concibe como la contradicción con los inte- Por oposición a las anteriores posturas, durante los últimos decenios han
reses que la norma juridicopenal protege, o a la posibilidad de que ello se renacido las tendencias de carácter politicocriminal, sea que acudan a los or-
presente (amenaza, o como dice la ley recordando las épocas del defensis- denamientos constitucionales como fuente del bien jurídico, sea a limitan-
mo social, "ponga efectivamente en peligro"). tes de tipo social a partir de explicaciones de índole sociológica (funciona-
Ahora bien, cuando se habla del "bien jurídico" se hace referencia a de- lismo o interaccionismo simbólico).
terminados valores sociales que, según la opinión del legislador, merecen Una versión de las primeras la ofrece M. MARX (1972), para quien el
especial protección, como sucede con la vida, el patrimonio económico, la bien jurídico equivale a aquellos presupuestos que la persona necesita para
integridad personal, el ambiente, el orden economicosocial, etc. Esta noción su propia realización en la vida social, entre los que se mencionan, en pri-
fue acuñada en 1834 por J. M. F. BIRNBAUM (1792-1872), para quien los bienes mer lugar, la vida humana y la salud, etc., a los que se añaden los de índole
jurídicos se encontraban más allá del derecho, eran trascendentes, pues ha- material (medios de subsistencia, alimentación, etc.) e ideales que permiten
bían sido dados por la naturaleza y el desarrollo social, y el Estado y el de- la afirmación de la personalidad y su desarrollo (el honor, la libertad indivi-
recho se obligaban a reconocerlos; de esta manera, se entendía tal idea como dual, el pudor, etc.). Al lado de estos recursos existenciales mínimos, o bienes
toda lesión o puesta en peligro de un bien garantizado por el Estado e impu- jurídicos individuales, existen otros de carácter comunitario, estatal o co-
table a la voluntad humana, que era producto de la concepción según la cual lectivo, como la salud pública, el orden economicosocial, la organización es-
el hombre es el bien supremo. tatal, etc.
Por su parte, K. BINDING (1872) —otro autor cuyos planteamientos son Ahora bien, según esta postura, que entiende el bien jurídico tanto en
bastante representativos en la evolución del concepto que se examina— sos- sentido formal como material, el fin del derecho coincide con el encomen-
tuvo que el bien jurídico se hallaba dentro de la norma jurídica, es inmanen- dado al Estado: la dignidad humana, que no en vano aparece como el pos-
te a ella y se entendía como todo aquello que a los ojos del legislador es de tulado básico de la Ley Fundamental en el Estado democrático de derecho,
valor para preservar la vida sana de la comunidad; de allí que se entendiera por lo que es fácil reconducir todos los bienes jurídicos a la Constitución, cuyo
al Estado como el bien fundamental. cometido es proteger al hombre. Aunque desde una perspectiva funciona-
En contraste con esta opinión, postulaba F. VON LISZT (1905) que los lista moderada, también podría calificarse como concepto constitucional de
bienes jurídicos eran intereses vitales para el individuo y la comunidad sur- bien jurídico el acuñado por C. ROXIN (1991), para quien los bienes jurídi-
gidos de la vida, y que era tarea del ordenamiento jurídico protegerlos; se cos son circunstancias dadas o finalidades que son útiles para el individuo
retornaba, así, a una concepción trascendente del bien jurídico, aunque orien- y su libre desarrollo en el marco de un sistema social global, estructurado
tada, esta vez, hacia la "política criminal". sobre la base de esa concepción de los fines o para el funcionamiento del pro-
Con el auge del régimen del nacionalsocialismo (1933-1945) se inten- pio sistema.
tó borrar este concepto del ámbito del derecho penal, pues se consideró como Las posiciones del segundo orden son las politicocriminales de orien-
uno de los frutos del pensamiento liberal individualista, carente de toda uti- tación social, cuya exposición resumida se dificulta porque se pierden en
lidad, y se puso en su lugar el entendimiento del derecho como la violación construcciones sociológicas de no fácil aprehensión, aunque su preocupa-
de un deber, para darles primacía a nociones como el "sano sentimiento del ción se centra en explicar el bien jurídico desde un plano democrático, a pesar
pueblo", la "infidelidad al derecho", etc. de lo cual no se logra establecerle límites a este; no podía ser de otra manera,
De otro parecer, por la misma época, fue H. WELZEL (1939), que resca- cuando se equipara este concepto a la "dañosidad social" (K. AMELLJNG, 1972,
tó esta noción para el derecho penal y la concibió como todo estado social 1984), o se hace equivalente a la "participación en la sociedad" (R. P. CA-
deseable que aquel quiere resguardar de lesiones, en el entendido de que el LLIESS, 1974); o, finalmente, se sostiene que el cometido de esta teoría es sentar
orden social es la suma de los bienes jurídicos; no obstante, no le brindó a las bases de una política de bienes jurídicos, una teoría del bien jurídico
esta idea el papel protagónico que se le ha otorgado en la actualidad, pues la orientada a la praxis, que tenga como primera tarea desarrollar los conoci-
redujo a una mera pauta interpretativa, que partía del presupuesto de que la tarea mientos de la experiencia científica (W. "HASSEMER, 1973, 1980).
del derecho penal se reducía a la protección de valores eticosociales y, solo Desde luego, también con un punto de partida funcionalista, una corrien-
por inclusión, de bienes jurídicos. Se trataba, pues, de una concepción tras- te del derecho penal contemporáneo descarta la importancia de la teoría del
cendente, como las ya expuestas. bien jurídico (G. JAKOBS, 1983,1993), y pone en su lugar —como lo hizo el
52 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 53

derecho penal de la época del nacionalsocialismo— la infracción de debe- ción y le permite actuar solo cuando sea imprescindible para la protección
res como cometido de la norma penal, con lo cual le niega contenido liberal de los bienes vitales para la convivencia en comunidad; para el juez, puesto
a esta construcción. En efecto, según esta concepción, el núcleo de todos los que debe tener el bien jurídico como criterio para medir la pena dentro de los
delitos solo debe hallarse en el incumplimiento de un deber y en que el de- marcos señalados por la ley, por lo que el grado de injusto es una de las pautas
recho penal protege, como condición de existencia de la sociedad, solo la de tasación de la sanción: a un injusto grave corresponde una pena grave (ima-
vigencia de las normas, esto es, la firmeza ante la defraudación de las expec- gínese un homicidio agravado), a un injusto leve una pena leve (por ejem-
tativas y el daño social. plo, el hurto de una radio grabadora).
Por supuesto, más allá de concepciones antiliberales como la mencio- Por supuesto, esta exigencia se desprende no solo del Código Penal, sino
nada, hoy es un hecho que la teoría del bien jurídico ha alcanzado un inusita- que también es producto, como lógicamente debe serlo, de diversas consa-
do desarrollo, entendida esta noción no solo desde un punto de vista formal graciones constitucionales. La Constitución Política define con toda clari-
—a partir del ordenamiento constitucional—, sino también materialmente dad este carácter del derecho penal, legitimando el concepto de bien jurídico
desde una perspectiva social —su incidencia en las esferas de libertad aje- que —desde luego— no puede entenderse de manera abstracta, sino concreta,
nas—, que se convierte en un criterio rector para la construcción dogmática como ya se dijo más arriba, acorde con las directrices politicocriminales
del derecho penal y en una pauta orientadora para la teoría de la interpreta- señaladas en ella [confróntese Constitución Política, artículo 2°-2, dentro del
ción de la ley penal; y, finalmente, en una exigencia para el legislador y el título i, dedicado a los "Principios fundamentales"; y todo el título n].
juez, al señalarles las directrices de su actividad.
De allí que, según lo dicho, en la actualidad el bien jurídico se entienda
Por ello, se le asignan al concepto las siguientes tareas: en primer lu- en dos sentidos distintos: desde un punto de vista politicocriminal, como lo
gar, sistematizadora, pues el Código Penal, al consagrar los diversos hechos
que merece ser protegido por el derecho penal en el marco de una sociedad
punibles, los describe y clasifica en atención a un determinado bien jurídico
democrática [de legeferenda]; y, desde el ángulo dogmático, como el obje-
que cumple un innegable cometido de sistematización del derecho penal vi-
gente y se constituye en concepto medular de la ciencia penal. Por ejemplo, to efectivamente tutelado por las normas vulneradas en concreto o —como
en la parte especial del Código Penal se encuentra el homicidio regulado en dice la ley— el "bien jurídicamente tutelado" [de lege lata]. Ambas nocio-
el título dedicado a los delitos contra la vida y la integridad personal; la fal- nes están íntimamente ligadas, pues el derecho positivo se inspira en deter-
sedad aparece en el aparte correspondiente a los atentados contra la fe públi- minados ideales, de donde surge que el concepto politicocriminal tiende a
ca, etc., que constituyen los diversos "bienes" jurídicamente tutelados por poseer un contenido muy cercano al dogmático, para quien sostenga la mis-
el legislador. ma concepción politicocriminal que inspira el derecho penal vigente, y al con-
trario (S. MIR PUIG).
Así mismo, en segundo lugar, una función de orientación para la in-
terpretación de la ley penal. Cuando se logra precisar cuál es el bien jurí- En fin, parece indudable que el concepto de bien jurídico se debe ana-
dico protegido al regular una determinada figura delictiva, la interpretación lizar desde una perspectiva social, pero, a su vez, teniendo en cuenta la es-
lógica, con base en el elemento teleológico o finalista, permite excluir del tipo cala de valores plasmada en la Carta Fundamental y en la ley penal que, en
penal las conductas que no lesionan o amenazan efectivamente el bien jurí- definitiva, es la encargada de trazar las pautas fundamentales que moldean
dico tutelado por la ley (socialmente adecuadas), o —al ser típicas— la exclu- el sistema del derecho penal. Se debe, pues, partir de una concepción socio-
sión de la antijuridicidad por ser solo contrarias al ordenamiento en apariencia. lógica del bien jurídico, pero orientada desde la perspectiva constitucional.
Esto significa que tanto las conductas inocuas (la falsificación de un billete Desde luego, en ordenamientos como el colombiano, la propia Constitución
para jugarle una broma al amigo coleccionista, por ejemplo) como los com- Política del Estado se encarga de demarcar los límites precisos dentro de los
portamientos que implican una lesión insignificante para el bien jurídico que se mueve el concepto en estudio (Constitución Política, artículo 2o, in-
(verbigracia, el hurto de una caja de cerillas de un supermercado) excluyen ciso 2o).
el injusto por no derivarse de ellos afectación para el bien jurídico protegi- Ahora bien, el principio de protección de bienes jurídicos —que ha dado
do; la tutela penal no puede alcanzar nimiedades, pues tal cometido desbor- lugar a toda la construcción del bien jurídico— se deriva del Código Penal,
daría los fines del derecho penal mismo. artículo 11, que —confundiéndolo con la categoría dogmática emanada de
En tercer y último lugar, una función de delimitación para el legisla- él— establece: "Antijuridicidad. Para que una conducta típica sea punible
dor y para el juez. Para el primero, porque demarca la órbita de su interven- se requiere que lesione o ponga efectivamente en peligro, sin justa causa, el
54 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 55

bien jurídicamente tutelado por la ley penal"; de la Constitución Política, Un análisis a primera vista permitiría concluir que semejantes descrip-
artículo 2o, inciso 2o; del Código Penal Militar, artículo 9o; y se infiere del ciones típicas son inconstitucionales por desconocer abiertamente la norma
ordenamiento jurídico en su conjunto, que, al señalar las diversas conductas rectora, pues en virtud de ella no puede haber tipos de peligro abstracto; no
punibles, las clasifica atendiendo a los bienes jurídicos que pretende tutelar. obstante, parece que las cosas fueran distintas: como el "peligro" debe ser
Obvio es decirlo, la exigencia contenida en el artículo 11 en el sentido un elemento del tipo, tal como lo prevé expresamente el legislador en gran
de que la puesta en peligro del bien jurídico tiene que ser efectiva —Corte parte de las figuras citadas en la parte especial, debe entenderse que lo pre-
Constitucional, sentencia C- 430 de 12 septiembre 1996—justifica las si- tendido por el codificador en el artículo 11 es llenar el vacío correspondien-
guientes reflexiones. En efecto, en primer lugar, no es fácil precisar cuáles te, introduciendo por esta vía el elemento en cuestión dentro de ellas y, adi-
son los tipos penales de peligro, pues, como lo demuestra un examen atento cionalmente, exigiendo que la conducta comporte un riesgo efectivo para el
de la parte especial, el Código no prevé un título dedicado exclusivamente bien jurídico. En otras palabras: tales descripciones típicas exigen, necesa-
a regularlos, dado que ellos se encuentran dispersos a lo largo de la misma: riamente, la puesta efectiva en peligro del bien jurídico para que puedan ser
por ejemplo, el capítulo sexto del título i, o "Delitos contra la vida y la inte- aplicadas, con lo que le está vedado al administrador de justicia, al estudio-
gridad personal", regula las diversas modalidades "del abandono de meno- so o al intérprete, proceder en contrario; ese es, pues, el alcance de tal norma
res y personas desvalidas", artículos 127 a 130; en el título xi, dedicado a los rectora que, recuérdese, como todas ellas, al tenor del artículo 13, constitu-
"Delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente", aparecen figu- ye "la esencia y orientación del sistema penal" y "prevalece(n) sobre las
ras como los de manejo ilícito de microorganismos (artículo 330), daños en demás e informa (n) su interpretación".
los recursos naturales (artículo 331), contaminación ambiental (artículos 332 Y no podría ser de otra manera, porque si la razón de ser de la creación
y 333), etc. Así mismo, en el capítulo segundo del título xn, dedicado a los del tipo penal es proteger los bienes jurídicos de las acciones que los pongan
"Delitos contra la seguridad pública", se prevén "los delitos de peligro co- en peligro, los menoscaben o los lesionen, mal pueden concebirse figuras le-
mún o que pueden ocasionar grave perjuicio para la comunidad y otras in- gales en las que ello no suceda; pensar en contrario sería admitir la punición
fracciones" (artículos 350 a 367B); en el título xm, destinado a los "Delitos de meras infracciones al deber y caer en vulgares derechos penales de autor
contra la salud pública", aparecen algunas figuras del mismo género (con- que no tienen cabida en un diseño garantista como el plasmado por el legis-
fróntese artículos 368 y siguientes), entre otros. lador de 2000, en esta materia (confróntese sentencia de la Corte Constitu-
En segundo lugar, no es fácil precisar dentro de esas figuras cuáles son cional C-939 de 31 octubre 2002).
de peligro efectivo, pues algunas de ellas están confeccionadas como si fue- En fin, lo anterior demuestra que en este punto el legislador ha sido ple-
sen depeligro abstracto. En efecto, diversos tipos no incluyen expresamente namente coherente con las consecuencias que dimanan de otras normas rec-
el peligro o riesgo como elemento de la figura y, además, no requieren, en toras, como el postulado de necesidad de intervención, según el cual el de-
principio, ese riesgo efectivo para el bien jurídico, con lo cual cabría concluir recho penal tiene carácter de ultima ratio y solo actúa ante ataques graves
que son de peligro abstracto, y que él es el motivo de la tipificación. Así su- contra el bien jurídico; el principio del acto que, como ya se dijo, no tolera
cede, por ejemplo, con los supuestos de hecho de abandono del artículo 127: el castigo de meras infracciones al deber; de proporcionalidad, culpabilidad
"El que abandone a un menor de doce (12) años o a persona que se encuen- y legalidad, entre otros.
tre en incapacidad de valerse por sí misma, teniendo deber legal de velar por
ellos"; represalias del artículo 158: "El que, con ocasión y en desarrollo de I) Principio de culpabilidad >
conflicto armado, haga objeto de represalias o de actos de hostilidades a per-
sonas o bienes protegidos"; concierto para delinquir del artículo 340, inciso De la mano de los anteriores apotegmas desarrolla la ley penal este
I o en concordancia con el artículo 8 o de la ley 733 de 2002: "cuando varias axioma también denominado como de la responsabilidad subjetiva. Para se-
personas se concierten con el fin de cometer delitos..."; amenazas del artículo guir con la línea expositiva trazada, es necesario —de nuevo— separar dos
347: "El que por cualquier medio apto para difundir el pensamiento atemo- conceptos que un sector de la doctrina suele confundir: de un lado, el pos-
rice o amenace a una persona, familia, comunidad o institución, con el propó- tulado en estudio, y, del otro, la categoría dogmática de la culpabilidad ema-
sito de causar alarma, zozobra o terror en la población o en un sector de ella"; nada de él, a la que se hace referencia al exponer la teoría del delito (la dis-
propagación de epidemia del artículo 369: "el que propague epidemia"; etc. tinción en E. R. ZAFFARONI/A. ALAGIA/A. SLOKAR).
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Se discute si este principio se deriva del de legalidad o si sucede lo con- correspondan de forma proporcionada con dichos distingos. Por este cami-
trario; incluso se cuestiona, tras separarlo del de intervención legalizada, si no, pues, el axioma de culpabilidad posibilita la vigencia del principio de pro-
emana del postulado del Estado de derecho o del de dignidad de la persona porcionalidad o de prohibición de exceso, ya examinado, con lo que se incar-
humana. Sin duda, si se parte de este último axioma como piedra angular de dinan claramente los axiomas de igualdad, culpabilidad y proporcionalidad,
las modernas organizaciones estatales —como lo hace la colombiana en su que se tornan en columnas vertebrales de la tarea de medición de la pena.
Carta Fundamental—, parece obvio que la razón está de parte de quienes de- Desde luego, el apotegma de culpabilidad puede ser transgredido en hi-
fienden tal postura. pótesis como estas: la agravación o fundamentación de la pena por el mero
Ahora bien, según este axioma no hay pena sin culpabilidad, pues la san- resultado; el versari in re illicita; el repudio de una situación constitutiva de
ción criminal solo debe fundarse en la seguridad de que el hecho puede serle un error de tipo o de un error de prohibición; la imposición de pena a un in-
"exigido" al agente e implica, en realidad, cuatro cosas distintas (confrón- imputable o, en ordenamientos como el colombiano, la asignación de medi-
tese W. HASSEMER). En primer lugar, posibilita la imputación subjetiva de das de seguridad a imputables. El desconocimiento de una situación exclu-
tal manera que el injusto penal solo puede ser atribuido a la persona que actúa; yente de culpabilidad distinta de las anotadas (estado de necesidad excluyente
el delito, en consecuencia, solo es concebible como el hecho de un autor y de la culpabilidad); la atribución de mayor pena a reincidentes —como in-
—como producto de ello— la sanción debe ser individual o estrictamente fortunadamente lo hace el artículo 319 inciso 3 o del Código Penal en con-
personal, y alcanzar únicamente a quien ha transgredido la ley en su calidad cordancia con ley 788 de 2002, artículo 69)—, el castigo a los llamados
de autor o partícipe, mas no a terceros, así se hallaren ligados con el sujeto delincuentes de comisión profesional o habitual. En fin, el olvido del grado
activo del comportamiento punible por vínculos de amistad, credo político de culpabilidad como criterio de determinación judicial de la pena; la respon-
o religioso, sangre, afectos, etc. (Corte Constitucional, sentencia C-239 de sabilidad penal por el hecho de otro y la extensión de formas de responsa-
20 mayo 1997). bilidad penal a conglomerados o grupos sociales, entre otras hipótesis.
En segundo lugar, no puede ser castigado quien obra sin culpabilidad, El postulado está previsto en el Código Penal, artículo 12, que confun-
con lo que se excluye la responsabilidad objetiva o por el mero resultado; de la categoría dogmática con el axioma general del que ella emana: "Cul-
de aquí dimana la categoría dogmática de la culpabilidad—a veces llamada pabilidad. Solo se podrá imponer penas por conductas realizadas con
responsabilidad, pese a las diferencias entre ambos conceptos en la teoría culpabilidad. Queda erradicada toda forma de responsabilidad objetiva". Así
general del derecho— acorde con la cual solo puede ser punido quien estu- mismo: Código Penal, artículos 21 y 61 inciso 3 o ; Constitución Política, ar-
viere en posibilidad de gobernar el acontecer lesivo para los bienes jurídicos tículos 6o y 29, incs. 2o y 4o; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polí-
(sobre ello, Corte Constitucional, sentencias C-597 de 6 noviembre 1996 y
ticos, artículos 10-1 y 14.2; Convención Americana sobre Derechos Huma-
C-626 de 21 noviembre 1996).
nos artículos 8°.2 y 11 -1; Código Penal Militar, artículos 10,39 y siguientes,
En tercer lugar, la pena no puede sobrepasar la medida de la culpabi- entre otros, con la advertencia de que se desprende de todo el entramado nor-
lidad, y su imposición se hace atendiendo al grado de culpabilidad, pues hay mativo tanto legal como constitucional
diversos niveles de responsabilidad que van desde la culpa, en sus distintas
modalidades, hasta el dolo y, en algunas legislaciones como la colombiana,
llegan a figuras complejas que aglutinan ambas formas de conducta punible, V I . LOS LÍMITES FORMALES AL EJERCICIO DEL "lUS PUNIENDl"
como sucede con la preterintención.
También, desde este ángulo, el ordenamiento prevé una serié de postu-
Así mismo, en cuarto lugar, este axioma impone la idea de propor-
lados que constituyen controles formales al ejercicio de la potestad puniti-
cionalidad como pauta surgida del postulado de igualdad para tasar la pena
va, pues tocan con la manera como se ejerce esa actividad sancionadora, con
en concreto. Cuando el juzgador persigue imponer una sanción justa debe
hacerlo según el postulado constitucional de la igualdad, gracias al cual es sus presupuestos y condiciones.
posible tratar de manera diversa lo disímil; y ello parece obvio porque, para A) El principio de legalidad de los delitos y de las penas
imponer la pena, es necesario distinguir dentro del juicio de exigibilidad
normativa las diversas modalidades de conducta punible (dolo, culpa, pre- Este axioma se explica porque, para cumplir con la tarea de persecución
terintención), de tal manera que las consecuencias jurídicas imponibles se penal de las conductas punibles, el Estado debe acudir a los medios más seve-
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ros de que dispone el ordenamiento jurídico (recuérdese el principio de nece- be q manda conductas al definir el delito e imponerles restricciones a los
sidad de intervención, como limitante material al ejercicio de la potestad derechos individuales, mediante la determinación de las penas (supremacía
punitiva), para intervenir de manera drástica en elementales derechos del del legislador). Como es obvio, este basamento solo puede entenderse de
hombre; por eso, es indispensable buscar un postulado cuya tarea sea con- manera dinámica y no estática, en la medida que el Estado liberal ha sufrido
trolar el poder punitivo del Estado, y confinar su aplicación a límites exclu- diversas transformaciones hasta desembocar, finalmente, en el Estado social
yentes de toda arbitrariedad y exceso de los detentadores del poder (Corte y democrático de derecho, lo que ha incidido en la manera de concebir el apo-
Constitucional, sentencias SU-327 de 27 julio 1995, C-133 de 3 marzo 1999, tegma sobre todo en la época contemporánea.
C-l 144 de 30 agosto 2000, SU-1553 de 21 noviembre 2000, y SU 1722 de Desde el punto de vista jurídico, su fundamentación se debe a P. J. A.
12 diciembre 2000) de tal manera que —básicamente, de la mano de la tra- FEUERBACH (1801), que lo acuñó en la siguiente sentencia: nulla poena sine
dición liberal ilustrada— el ciudadano tenga la certeza de que solo es punible lege, nulla poena sine crimine, nullum crimen sine poena legali. Dicha for-
lo que está expresamente señalado en la ley y de que será tratado en igual- mulación, que ha hecho carrera, estaba vinculada a la teoría de la pena como
dad de condiciones. El postulado en examen, pues, está íntimamente vincu- coacción psicológica —esto es, como prevención general—, según la cual
lado con los principios democráticos y tiene anclaje en la teoría de la divi- la ley penal debe preceder a la acción delictiva para poder cumplir su fun-
sión de los poderes. De esta manera, pues, libertad e igualdad son los dos ción preventiva, inhibidora del impulso delictivo.
bastiones sobre los que se asienta este axioma (Corte Constitucional, senten- La concepción expuesta se ha visto complementada en la medida que
cia C-843 de 27 octubre 1999). la ciencia juridicopenal ha ido evolucionando y la lucha por los derechos
Ahora bien, la denominación de principio de legalidad se justifica por individuales y las garantías ciudadanas ha tomado nuevos rumbos; hoy, el
cuanto la intervención punitiva del Estado, al configurar las conductas pu- postulado se puede concebir atendiendo a las prerrogativas sustantivas, pro-
nibles y determinar y ejecutar sus consecuencias (penas y medidas de segu- cesales o instrumentales y de ejecución penal que cobijan tanto el supuesto
ridad), debe regirse por el imperio de la ley, expresión de la voluntad gene- de hecho (delictivo o contravencional) como la consecuencia jurídica (pena
ral, según las directrices de la filosofía liberal que lo animan. o medida de seguridad) (Corte Constitucional, sentencias C-739 de 22 ju-
Así mismo, se le denomina también de reserva porque —desde el pun- nio 2000 y C-647 de 20 junio 2001). Estos beneficios se encuentran subor-
to de vista técnico formal— significa una prerrogativa para la ley penal en dinados unos a otros, de tal manera que su efectividad es recíproca; para
cuya virtud solo ella está autorizada para regular la materia de las conductas decirlo en otras palabras: de nada sirven las prerrogativas penales si no es-
susceptibles de punición, las penas y las medidas de seguridad; y el poder tán secundadas por la cabal observancia de las procesales y de las de ejecu-
legislativo es el único autorizado para restringir los más elementales dere- ción penal.
chos humanos y constituirse, así, en un verdadero monopolio legislativo en Ahora bien, en cuanto a las prerrogativas sustantivas, puede decirse lo
la creación de la materia penal que, para el caso colombiano, se traduce en la siguiente. El conjunto de privilegios que el apotegma contempla desde este
necesidad de acudir a la ley estatutaria para expedir este tipo de materias (en ángulo puede compendiarse en el aforismo nullum crimen, nulla poena, nulla
contra, sin embargo, la Corte Constitucional, sentencias C-013 de 21 enero mensura sine lege scripta, stricta, certa etpraevia; esto es, "no hay tipo penal,
1993; C-313 de 7 julio 1994; y C-055 de 16 febrero 1995). pena, medida de seguridad sin ley escrita, estricta, cierta y previa".
En fin, se le conoce como de intervención legalizada, pues toca de lle- De lo anterior se desprende, en primer lugar, que la ley tiene que ser
no con la injerencia del Estado en el ámbito punitivo, la cual limita y contro- escrita, esto es, está prohibido acudir al derecho consuetudinario para crear
la con miras a garantizar la seguridad jurídica y lograr los cometidos del dere- supuestos de hecho, penas o medidas de seguridad; la costumbre, entonces,
cho penal mismo. no tiene eficacia de fuente constitutiva de figuras ni de sanciones de índole
Al postulado así entendido se le ha dado un doble sostén o fundamento: penal, ni permite imponerlas o aplicarlas.
político y jurídico. Desde un punto de vista político, es fruto del pensamien- Así mismo, en segundo lugar, la ley tiene que ser estricta, lo que es con-
to liberal forjador del Estado de derecho, por lo que responde al principio de secuencia de la prohibición de la aplicación analógica de la ley penal, pues
la separación de los poderes, erigido como postulado garantizador de la vi- el intérprete no puede llenar los vacíos que se presenten acudiendo a una nor-
gencia del contrato social (teoría contractualista); según esto, solo el legis- ma semejante o similar, so pretexto de que donde existe la misma razón debe
lador puede determinar las limitaciones a la libertad individual cuando prohí- regir la misma disposición. La analogía así concebida es distinta, salvadas
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las disputas sobre el asunto, de la interpretación analógica, gracias a la que los postulados inspiradores del derecho procesal penal— o legalidad del
es posible saber qué dice el derecho penal en torno a una cuestión dudosa o proceso; y el áe\juez natural o juez legal, en realidad englobado dentro del
problemática, acudiendo a la comparación con otras figuras delictivas o primero y consagratorio de la garantía jurisdiccional por excelencia o deju-
instituciones penales similares. En conclusión: no se pueden crear figuras risdiccionalidad, ambos contenidos en el artículo 6o cuando se refiere a la
penales ni consecuencias jurídicas por vía analógica, así sea para agravar o "observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio".
imponer las que ya ha contemplado la ley; por excepción, sin embargo, se Por último, las prerrogativas de ejecución penal se deducen del enuncia-
admite la analogía favorable al reo, en virtud de la que es posible adoptar una do nullapoena, nulla mensura sine regimene légale, sine humanitae, sine re-
solución del caso concreto contrariando la letra de la ley, con la condición socializatione', esto equivale a afirmar que no hay pena ni medida de segu-
de que beneficie al encartado y existan puntos de vista materiales que cla- ridad sin adecuado tratamiento penitenciario y asistencial; sin tratamiento
men por ella como, por lo demás, lo dispone el propio texto del artículo 6o humanitario; sin resocialización. Surge, pues, de esta manera el llamado
del Código Penal principio de ejecución.
En tercer lugar, la ley debe ser cierta. Esto es, rige la exigencia de cer- Las prerrogativas que deben rodear la ejecución penal, trátese de penas
teza, determinación o taxatividad, según la cual tanto las conductas punibles o de medidas de seguridad, según el principio de legalidad, implican lo si-
como las consecuencias jurídicas derivadas de ellas, comprendidas las me- guiente: en primer lugar, se postula que la sanción penal debe estar presidi-
didas de seguridad, deben estar consagradas de manera clara, precisa, y deter- da por un tratamiento penitenciario y asistencial, pues su ejecución debe
minada en el derecho positivo (Corte Constitucional, sentencias C-241 de 20 rodearse de máximas garantías con miras a que el reo esté protegido debida-
mayo 1997, C-211 de I o marzo 2000, C-996 de 2 agosto 2000, y C-l 161 de mente por el Estado, que no puede dejarlo a su suerte, y propiciar su degra-
6 septiembre 2000), para que no haya dudas en torno a su contenido y a sus dación y la pérdida de su identidad como persona humana.
alcances. Así se infiere, sin duda, del texto del Código Penal, artículo 10, en En segundo lugar, se quiere señalar que no hay sanción penal sin tra-
armonía con la Constitución Política, artículos 28, inciso 3 o y 34, inciso Io. tamiento humanitario, puesto que la ejecución de la pena y la medida de se-
Para terminar, en cuarto lugar, la ley debe ser previa, pues ella se dicta guridad debe atender a la calidad de ser humano que tiene el reo (el llamado
para el futuro y no se puede aplicar a hechos perpetrados con anterioridad a principio de humanidad, como derivación del postulado más general de la
su entrada en vigencia ni después que ha sido derogada; sin embargo, por vía dignidad de la persona humana), que, aun dentro de la limitación y restric-
de excepción, impera la aplicación retroactiva o ultraactiva cuando la ley pos- ción de bienes jurídicos que por su condición le vienen impuestas, debe ser
terior o anterior es más favorable (Corte Constitucional, C-559 de 4 agosto atendido acorde a su dignidad de persona, sin que al Estado le esté permitido
1999). Desde luego, la ley que prevé el hecho como punible no solo debe cosificario para sus fines.
ser vigente, sino que también —como producto del carácter garantista del Así mismo, en tercer lugar, significa que no hay pena sin resocializa-
derecho penal, que exige el replanteamiento del principio de legalidad tra- ción, pues el tratamiento brindado al reo debe estar encaminado a rehabili-
dicional— debe ser existente, esto es, se requiere que sea formal y material- tarlo, a curarlo cuando padezca de anomalías físicas y mentales, a reincor-
mente válida. Lo expresado se desprende con toda claridad del artículo 6o, porarlo a la sociedad en condiciones aptas para la convivencia, como lo han
cuando alude a "las leyes preexistentes al acto que se le imputa", y reitera pretendido las concepciones de la prevención especial positiva que tuvieron
que "la preexistencia de la norma también se aplica para el reenvío en ma- su época de esplendor en los años sesenta del siglo xx, aunque no exentas de
teria de tipos penales en blanco". críticas, dado que se trata de construcciones ideológicas inoperantes en la
En cuanto a las prerrogativas procesales, debe decirse lo siguiente. Los práctica, no obstante lo cual dicho cometido sigue siendo uno de los fines de
diversos privilegios de esta índole, también denominados instrumentales, la pena.
pueden ser consignados en el siguiente axioma: nemo damnetur nisiper légale En síntesis, pues, según este axioma, el organismo estatal ha de tener
iudicium; nemo iudex sine lege. Ello significa que nadie puede ser castiga- unos controles muy precisos y claros en su injerencia sobre el ciudadano. A
do sino en virtud de un proceso legal, y que la norma penal solo puede ser su vez, el objeto de los actos de intervención ha de ser tan detallado y espe-
aplicada por los órganos y los jueces instituidos por la ley para esa función. cífico, que no se debe prestar a equívocos entre los coasociados; y, por úl-
Lo anterior supone, entonces, que imperan en este ámbito dos axiomas timo, el gobernado debe tener la posibilidad real de conocer con toda clari-
medulares: el del debido proceso legal —comprensivo, a su vez, de todos dad tanto el contenido de esos actos como su fundamento. De este postulado
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se deriva todo un cúmulo de garantías vitales para la seguridad jurídica que, mensura sine lege certa. Según ello, tanto las conductas mandadas o prohi-
en realidad, engendran una gama muy amplia de axiomas cuyos orígenes de- bidas por la ley penal (esto es, el supuesto de hecho, precepto o tipo penal)
ben buscarse en el pensamiento penal ilustrado. como las consecuencias que consagra el ordenamiento para ser impuestas a
En fin, de la exposición anterior se colige que la organización social no quienes transgreden sus disposiciones (consecuencias jurídicas, sanciones),
puede amenazar con sanciones penales conductas subjetiva y objetivamen- sea que se trate de penas o de medidas de seguridad, deben estar claramente
te indiferentes, pues la facultad punitiva tiene vallas infranqueables fijadas consignadas en ella (confróntese Corte Constitucional, sentencias C-559 de
por los derechos de las personas (Declaración Universal de los Derechos del 4 agosto 1999, C-843 de 27 octubre 1999, C-l 164 de 6 septiembre 2000, C-
Hombre) que, para el caso colombiano, están contenidos en los pactos mun- 653 de 20 junio 2001, y C-917 de 29 agosto 2001).
diales incorporados al orden jurídico (Pacto Internacional de Derechos Ci- A tal efecto, mirado el axioma desde la perspectiva del supuesto de hecho
viles y Políticos y Convención Americana sobre Derechos Humanos, entre de la norma penal completa, el legislador debe usar un lenguaje claro y pre-
otros) y reiterados por la Constitución Política vigente (confróntese título 11). ciso, asequible al nivel cultural medio de los ciudadanos, para lo cual debe
En fin, el apotegma aparece incluido en un lugar secundario del título valerse preferentemente de los elementos descriptivos, es decir, aquellos
i, concretamente en el artículo 6o: "Legalidad. Nadie podrá ser juzgado sino estados o procesos del mundo real, corporal o anímico que cualquiera está
conforme a las leyes preexistentes al acto que se le imputa, ante el juez o tri- en capacidad de conocer sin mayor esfuerzo mediante los órganos de los
bunal competente y con la observancia de la plenitud de las formas propias sentidos: por ejemplo "matare" (artículo 103), "daño" (artículo 265, inciso
de cada juicio. La preexistencia de la norma también se aplica para el reen- Io), "lesiones" (artículo 111), etc.
vío en materia de tipos penales en blanco.
Por tal razón, se debe ser muy parco y cuidadoso en el uso de los ele-
"La ley permisiva o favorable, aun cuando sea posterior se aplicará, sin mentos normativos, es decir, aquellos procesos que solo pueden ser precisa-
excepción, de preferencia a la restrictiva o desfavorable. Ello también rige dos mediante una valoración de la situación de hecho: por ejemplo "ajena"
para los condenados. (artículo 239, inciso Io), "deudor" (artículo 255), "estado de zozobra", "te-
"La analogía solo se aplicará en materias permisivas". rror" (artículo 343, inciso Io), etc. Estos elementos, al requerir una valoración
Además, aparece en las siguientes previsiones: Constitución Política, que debe realizar el juzgador, contienen un notable margen de indetermina-
artículo 29, incs. 2o y 3 o ; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políti- ción y de subjetivismo, aunque parece imposible prescindir completamente
cos, artículo 15; Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo de ellos en los tipos penales, amén de que la frontera entre ellos y los descrip-
9o; Código de Procedimiento Penal, artículo 6o; Código Penitenciario y tivos es muy borrosa.
Carcelario artículo 2o; Código Penal Militar, artículo 6o; y Código del Me- En fin, que cada figura legal sea una estructura cerrada es una evidente
nor, artículo 163.
necesidad política derivada del hecho de que, también como resultado de una
B) Principio de taxatividad conquista histórica, el delito es una acción humana, es decir, no es algo fí-
sico, no es un hecho sino un modo concreto de exteriorización personal; con
Como se acaba de mostrar, una de las prohibiciones derivadas del prin- ello, el principio de determinación termina siendo una consecuencia del
cipio de legalidad de los delitos y de las penas es la indeterminación del principio del acto o del hecho, según el cual el derecho penal se dirige a los
supuesto de hecho delictivo y de las consecuencias juridicopenales imponi- actos de los hombres, a lo que el hombre hace, no a lo que es.
bles; de allí, justamente, emerge el axioma en estudio, que, por tal razón, se Obvio es decirlo, la claridad y precisión exigidas también debien cobi-
convierte en un límite formal más al ejercicio del ius puniendi del Estado. jar las sanciones penales de tal manera que ellas estén señaladas de forma
Por supuesto, también aquí es indispensable diferenciar el principio de taxa-
cierta en la ley penal, que indiquen tanto su clase como su duración.
tividad, de certeza o de determinación de la categoría dogmática tipicidad,
formulada por E. VON BELING, a partir de él, en 1906 [véase la confusión en Ahora bien, si se parte de la estructura lógica de la norma penal, se en-
las sentencias de la Corte Constitucional C- 127 de 30 marzo 1993 —que, cuentran diversos casos de falta de taxatividad o de certeza tanto de la pro-
además, de forma increíble, afirma la constitucionalidad de los tipos abier- hibición o del mandato legal (supuesto de hecho) como de las consecuencias
tos—; C-769 de 10 diciembre 1998, y C-953 de 20 junio 2001]. jurídicas; esto es, del precepto o de la sanción.
Acorde con lo ya dicho se afirma que no hay delito, no hay pena, no hay En primer lugar, deben mencionarse los eventos de indeterminación del
medida de seguridad sin una ley cierta: nullum crimen, nulla poena, nulla supuesto de hecho, que se presentan por lo menos en cinco situaciones distin-
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tas, aunque de no fácil delimitación. En efecto, así sucede en los llamados visto una disposición legal contentiva de una auténtica conducta punible, pero
tipos abiertos o supuestos de hecho que, al no contener todos los elementos un examen más detenido muestra cómo, en realidad, queda librada a la vo-
de la figura, no individualizan el comportamiento mandado o prohibido, al luntad del juez la determinación de los alcances del tipo penal. Una hipóte-
faltar una guía objetiva que complete la descripción típica, con lo que resul- sis legal que parece encajar en esta modalidad es el tipo de discriminación
ta imposible distinguir en la práctica entre lo permitido y lo que no lo es. Así racial del artículo 147 del Código Penal: "El que, con ocasión y en desarro-
sucede, verbigracia, con el concepto de acceso camal del artículo 212 del llo de conflicto armado, realice prácticas de segregación racial o ejerza tra-
Código Penal, llamado a complementar las descripciones típicas contenidas tos inhumanos o degradantes basados en otras distinciones de carácter des-
en los artículos 205 y siguientes, cuando emite esta vaga noción: "... se en- favorable que entrañen ultraje contra la dignidad personal, respecto de
tenderá por acceso carnal la penetración del miembro viril por vía anal, vagi- cualquiera persona protegida...".
nal u oral, así como la penetración vaginal o anal de [sic] cualquier otra parte Otra forma de ausencia de taxatividad del supuesto de hecho por el as-
del cuerpo u otro objeto". ¡Obvio es decirlo, salvo que se haga una interpre- pecto que se viene estudiando, en el que de manera encubierta se elude la ti-
tación restrictiva correctiva del texto, se puede caer en un evento de indeter- pificación, se presenta con las leyes penales en blanco. Este mecanismo se
minación del supuesto de hecho, porque "penetración vaginal o anal de cual- observa en aquellas disposiciones en las cuales está precisada la sanción, pero
quier otra parte del cuerpo" no existe, y menos de "otro objeto"! el precepto a que se asocia esa consecuencia no está formulado más que como
Otro ejemplo, no fácil de precisar—pues, a ratos da la impresión de ser prohibición genérica, que debe ser definido por una ley presente o futura, por
una modalidad de cláusula general a la que se alude en seguida—, es el plas- un reglamento, o incluso por una orden de autoridad (confróntese, por ejem-
mado en el artículo 144 que castiga los "actos de terrorismo" cometidos por plo, los artículos 328,330,368, etc.). Por supuesto, el peligro de este instru-
el oponente con ocasión de un conflicto armado, cuyo supuesto de hecho está mento de técnica legislativa no radica tanto en su uso —que casi siempre es
llamado a ser aplicado a todo contendiente u opositor que no logre ser pues- inconveniente— como en el hecho de que la remisión legislativa sea a veces
to fuera de combate. inexistente o, si acaso se hace, sea muy controvertida o de bastante difícil
Otra modalidad de indeterminación del supuesto de hecho es la de las precisión.
cláusulas generales, o mecanismo en virtud del cual el legislador confecciona El uso o abuso en el empleo de este procedimiento técnico-legislativo
las disposiciones de una forma excesivamente amplia, de tal manera que los dificulta extraordinariamente la labor del penalista, no solo porque se ve
tipos penales terminan convirtiéndose en verdaderas fórmulas globales que remitido a otros sectores del ordenamiento jurídico que no conoce bien, sino
pueden arropar en su seno cualquier comportamiento; se trata, pues, de si- también porque el alcance y contenido de la norma penal es diferente del de
tuaciones en las cuales no es posible determinar qué se quiere regular, dada otras normas jurídicas, y se crea una desarmonía que poco ayuda a la certeza
la vaguedad de las expresiones utilizadas, quedando allí una especie de "por- y a la seguridad jurídicas.
tillo abierto" por el que se cuelan diversas conductas que se pueden o no re- Finalmente, otra manera de desconocer la prohibición de indetermina-
primir, a criterio de quienes manejen las clavijas del poder. Es lo que suce- ción se presenta con la utilización de las cláusulas de equivalencia, esto es,
de, por ejemplo, en el tipo del artículo 455: "el que realice actos que tiendan un mecanismo de técnica legislativa gracias al que el legislador prevé me-
a menoscabar la integridad territorial de Colombia, o a someterla en todo o canismos para que los aplicadores de justicia completen los elementos del
en parte al dominio extranjero, a afectar su naturaleza de Estado soberano, supuesto de hecho por la vía judicial, acudiendo a fórmulas que acogen con-
o a fraccionar la unidad nacional"; o con la cláusula del artículo 102, en ceptos de diversa índole, como es frecuente en los códigos penales modernos
materia de apología del genocidio: "el que por cualquier medio difunda ideas cuando se regulan los delitos de omisión o los delitos culposos (impruden-
o doctrina que propicien o justifiquen las conductas constitutivas de geno- tes), que se castigan de manera general pretendiendo salvaguardar el prin-
cidio, o pretendan la rehabilitación de regímenes o instituciones que ampa- cipio de legalidad acudiendo a tales "cláusulas", como sucede en los artícu-
ren prácticas generadoras de las mismas...". los 23 y 25 del Código Penal.
Así mismo, para continuar con el estudio de las diversas hipótesis, no En segundo lugar, puede presentarse ausencia de taxatividad de las
existe verdadero supuesto de hecho cuando el tipo penal emplea en exceso consecuencias jurídicas en diversas hipótesis. En efecto, se puede configu-
elementos normativos. En este caso se piensa, en principio, que se ha pre- rar indeterminación de la duración de la consecuencia jurídica, cuando el
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legislador no señala el límite temporal que debe cobijar la imposición de la numeral 1 del Código Penal, hasta de 50.000 salarios mínimos legales men-
sanción, esto es, si no precisa su tiempo de permanencia; así, por ejemplo, suales vigentes— terminan arrasando con este postulado.
sucedía con el artículo I o del decreto 2490 de 1988, que castigaba con pena El axioma está consagrado en el Código Penal, artículo 10 que, pese a
de prisión perpetua a quienes, estando vinculados a grupos armados no au- derivarse del artículo 6o, ibidem, confunde los dos conceptos que se han des-
torizados legalmente, cometían homicidios; así sucede, también, con la in- lindado: "Tipicidad. La ley penal definirá de manera inequívoca, expresa y
determinada pena privativa de otros derechos mencionada en el artículo 51, clara las características básicas estructurales del tipo penal. En los tipos de
inciso 2o del Código Penal, que dice desarrollar el artículo 122, inciso 5o, de omisión también el deber tendrá que estar consagrado y delimitado claramen-
la Constitución Política modificado acto legislativo 1 de 2004, siguiendo la te en la Constitución Política o en la ley". En el ámbito constitucional, de
equivocada sentencia de la Corte Constitucional C-038 de 5 febrero 1996. manera fragmentaria, se menciona la prohibición de indeterminación de las
Dentro de esta última modalidad también caben casos de indeterminación re- consecuencias jurídicas en el artículo 34, inciso Io, que proscribe "las pe-
lativa cuando, por ejemplo, se señala la clase de pena sin indicar su duración nas de destierro, prisión perpetua y confiscación", utilizando la expresión
concreta, tal como acontece con el artículo 180 del Código Penal —aclara- "pena" en un sentido amplio; y en el artículo 28, inciso 3 o , cuando hace re-
do por el artículo I o del decreto 2667 de 2001—, que castiga al agente con ferencia a la duración temporal de las sanciones: "En ningún caso podrá
"prisión de seis (6) a doce (12)...", sin indicar si son minutos, horas, días, años haber... penas y medidas de seguridad imprescriptibles"; también, tiene asi-
o siglos, a pesar de lo cual la Corte Constitucional —pretendiendo emendar dero en el artículo 29, inciso 2o de la misma. De igual manera, emana de la
un yerro de técnica legislativa originado en el descuido— entiende que se Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 9o; del Pacto In-
refiere a "años" (sentencia C-232 de 4 abril 2002). ternacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 15; y del Código Penal
También puede presentarse indeterminación de la clase de consecuen- Militar, artículo 8o.
cia jurídica si el legislador no precisa el tipo de sanción, como si se dijera: Cosa distinta, sin embargo, sucede con el artículo 93 de la Carta en su
"La mujer que causare su aborto o permitiere que otro se lo cause, se le nueva redacción, que —como ya se dijo— le da piso jurídico a la ley 742 de
impondrá una sanción de dos a seis años". Por supuesto, cabe preguntarse
2002 en cuyo artículo 77, Ib) se introducen penas indeterminadas.
qué clase de sanción debe imponerse, con lo que se incurre en una absoluta
falta de certeza sobre la clase de consecuencia. C) Principio de prohibición de extraactividad de la ley penal
Asimismo, es posible la indeterminación por ausencia absoluta de con-
secuencia, que se produce cuando no se señala ninguna sanción imponible Es este otro postulado cuya configuración se debe al axioma de legali-
a quien ha realizado la infracción de la ley penal. Esta hipótesis es de muy dad de los delitos y de las penas y que, por ende, constituye uno más de los
rara ocurrencia, pues lo normal es que se exprese el castigo, así no aparezca límites al ejercicio de la potestad punitiva del Estado desde el punto de vista
muy preciso en la ley, aunque puede aparecer en épocas de cambio de legis- formal.
lación. Fenómeno parecido se presenta, desde luego, cuando la disposición La prohibición de la extraactividad de la ley penal se basa en que ella
legal deja al arbitrio del juzgador el señalamiento de la sanción correspon- es dictada para el futuro, e impera desde su nacimiento hasta su extinción,
diente, como si se dijese: "Será sometido a la consecuencia jurídica que el por lo que no cobija hechos anteriores a su consagración ni tampoco puede
juez determine", o "... será acreedor a una sanción". extenderse más allá de su ciclo vital; en otras palabras: la ley rige desde el
En fin, también es factible que en ciertas consecuencias jurídicas se tiempo de su promulgación hasta su derogatoria o extinción. Se trata, a no
presente indeterminación de la cuantía de la sanción, cuando el hacedor de dudarlo, de una garantía más para el ciudadano, puesto que se le prohibe al
las leyes —piénsese en las penas pecuniarias— no señala límite alguno legislador la creación de un derecho penal retroactivo, y al juez, su aplica-
imponible como si, por ejemplo, se dijese: "Se impondrá multa por el valor ción; al mismo tiempo tampoco es posible revivir legislaciones penales de-
de lo apropiado" (confróntese el derogado artículo 19 de la ley 190 de 1995), rogadas para cobijar hechos cometidos durante su vigencia. De allí que el
o se consignase que ella se impondrá sin preverle ningún sistema de deter- administrador de justicia solo pueda atribuir la transgresión de un tipo penal
minación en la parte general del Código Penal. Como es natural, también determinado e imponer una consecuencia jurídica, cuando ellas estuviesen
cuantías de sanciones exageradas —como las previstas en el artículo 39 previstas al momento del acto; de lo contrario no.
68 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 69

Como la prohibición de la extraactividad (que se traduce tanto en la no filosofía del derecho, es evidente que en el derecho punitivo, a diferencia de
aplicación retroactiva como en la no utilización ultraactiva de la ley penal, los demás sectores del plexo normativo, no es posible llenar esa ausencia
tal como ya se mostró al exponer el apotegma de legalidad) es una norma de disposición legal acudiendo a normas semejantes, pues de esa manera po-
protectora para el reo, inspirada en la idea de seguridad jurídica inherente al dría lesionarse la seguridad jurídica de los ciudadanos, tenida como intangi-
Estado de derecho, al interpretar la ley debe observarse el axioma según el ble por el Estado social y democrático de derecho.
cual "lo favorable debe ampliarse, y lo odioso, restringirse" \favoralia am- Así las cosas, el dispensador de justicia no puede decidir un caso no con-
plíemela sunt, odiosa restringenda]; ello permite, entonces, exceptuar el carác- templado en la ley argumentando con el espíritu latente en esta, o partiendo
ter general de la prohibición en gracia de favorabilidad, y darle oportunidad de la semejanza entre la hipótesis planteada y las que la ley penal ha defini-
a la ley de actuar más allá del término de vigencia, sea por vía de ultraactividad do o enunciado en su texto; incluso, en situaciones más extremas, tampoco
o de retroactividad. En fin, ello explica que las normatividades reguladoras puede acudir a los fundamentos del orden jurídico en su conjunto. No pue-
del supuesto de hecho y sus respectivas consecuencias jurídicas no puedan de, pues, aplicarse la ley penal a un caso para el que no ha sido dada, aun
ser objeto de modificación con posterioridad, puesto que —de serlo— la si- cuando se trate de hecho semejante a aquel o aquellos para los que efectiva-
tuación jurídica y los derechos adquiridos por el ciudadano sufrirían grave mente estaba destinada a regir (sobre el concepto de analogía, confróntese
detrimento. Corte Constitucional, sentencia C-083 de I o marzo 1995).
El axioma aparece estatuido en el mismo artículo 6o, inciso 3 o , del Lo anterior no significa que la prohibición sea absoluta, pues el postu-
Código Penal, que ya fue objeto de transcripción: "La ley permisiva o favo- lado excluye la aplicación de la normatividad penal en disfavor del reo: in
rable, aun cuando sea posterior se aplicará, sin excepción, de preferencia a malam partem, no así cuando lo beneficia: in bonam partem. Sin embargo,
la restrictiva o desfavorable. Ello también rige para los condenados". Así una tendencia doctrinaria no admite ni aun la analogía favorable al reo adu-
mismo: Constitución Política, artículo 29-3; ley 153 de 1887, artículos 40, ciendo, so pretexto de evitar excesos y salvaguardar la seguridad jurídica, que
43 y 44; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 15; por donde penetra la primera también lo hace la segunda (L. JIMÉNEZ DE ASÚA).
Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 9o; Código Pe- Esta postura, desde luego, peca de un rígido formalismo y puede conducir
nal Militar, artículo 11; y Código de Procedimiento Penal, artículo 6o, inciso a injusticias tan grandes como la que aboga por la aplicación de la analogía
2o. Por supuesto, se aplica a todo tipo de leyes sean sustantivas, procesales desfavorable; en fin, olvida que el principio de legalidad se debe interpretar
o de ejecución penal (sobre ello, Corte Suprema de Justicia, sentencias de acudiendo a la herramienta teleológica a partir de la cual parece claro que no
15 marzo 1961 y 3 septiembre 2001, radicado 16.837; no obstante, de ma- se puede castigar al ciudadano olvidando la importancia de los bienes jurí-
nera regresiva, la sentencia de la Corte Constitucional T-1625 de 23 noviem- dicos de los cuales es titular la persona afectada con la pena.
bre 2000, da inconveniente marcha atrás). A pesar de no existir regulación expresa en el ámbito constitucional, el
postulado se deduce de varias disposiciones: Constitución Política, artículo
D) Principio de prohibición de la analogía 29; Código Penal, artículo 6o, inciso 5o, cuando dispone: "La analogía solo
Es esta otra de las proscripciones emanadas directamente del postula- se aplicará en materias permisivas"; Convención Americana sobre Derechos
do nullapoena sine le ge que, como se dijo, se traduce en una invaluable ga- Humanos, artículo 9o; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
rantía sustantiva. Según el apotegma de legalidad de los delitos y de las penas, artículo 15; Código Penal Militar, artículo 12.
como se recordará, no es posible crear figuras penales, como tampoco im-
poner penas y medidas de seguridad por vía analógica, pues impera el afo- E) Principio del debido proceso legal
rismo nullum crimen, nulla poena, nulla mensura sine lege stricta. Desde Al estudiar el principio de legalidad de los delitos y de las penas se
luego, lo normal en el ámbito penal, como en las demás parcelas del orde- señalaron las diversas prerrogativas procesales o instrumentales emanadas
namiento jurídico, es la previsión legal de todos los casos que el juzgador debe de él, que se compendian en el axioma del debido proceso legal. Por tal se
decidir; no obstante, en algunos casos la disposición aplicable no existe, por entiende no solo el conjunto de procedimientos legislativos, judiciales y admi-
presentarse "lagunas" o "vacíos" legales, asunto sobre el que ha discutido nistrativos que deben cumplirse para que una ley, sentencia o resolución
con abundancia la teoría jurídica contemporánea. Sin pretender discurrir administrativa referida a la libertad individual sea formalmente válida (as-
sobre la naturaleza de este fenómeno, materia que corresponde al curso de pecto adjetivo), sino también el contenido que debe plasmarse en ella, de tal

4. VELÁSQUEZ V., 2 !
70 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 71

manera que se constituya en garantía del orden, la justicia, sin lesionar de —este estatuto es tan pródigo que destina todo su título preliminar a regular
manera indebida la seguridad jurídica presupuesta como intangible para el los postulados conformadores del debido proceso legal—; Pacto Internacio-
individuo en el Estado liberal (aspecto sustantivo) (Corte Constitucional, sen- nal de Derechos Civiles y Políticos, artículo 14 y Convención Americana
tencias T-460 de 15 julio 1992, T-001 de 12 enero 1993, C-007 de 18 enero sobre Derechos Humanos, artículo 8o.
1993, C-037 de 5 febrero 1996, T-039 de 5 febrero 1996,T-204de21 abril 1997,
C-475 de 25 septiembre 1997, SU-960 de I o diciembre 1999, T-589 de 13 F) Principio del juez natural
agosto 1999, y C-392 de 6 abril 2000; Consejo de Estado, sala de lo conten-
cioso-administrativo, sección segunda-subsección "B", expediente AC- Juez natural, legal o constitucional, es el que señala la Constitución, el
10855, sentencia de 8 junio 2000). designado conforme a las reglas y garantías plasmadas en el ordenamiento
jurídico del Estado; por eso no puede concebirse como administrador de jus-
Ahora bien, aplicadas las nociones anteriores al derecho procesal pe- ticia a quien actúa sin reunir las condiciones impuestas por las normas ase-
nal, se tiene que, desde el ángulo adjetivo, el trámite procesal debe ajustarse guradoras de la función jurisdiccional del Estado. Mediante este postulado,
a principios como los siguientes: existencia de una ley anterior al hecho que pues, se puede determinar y concretar cuál es el órgano encargado de ejer-
se imputa, o legalidad procesal; juzgamiento realizado por funcionario judi- cer la potestad juzgadora en el caso concreto, de tal manera que la función
cial señalado en la Constitución, o juez natural; oportunidad de ejercer la jurisdiccional esté presidida por la idea de autoridad, y se constituye en un
defensa técnica, o inviolabilidad del derecho a la defensa; cumplimiento de dique contra la arbitrariedad y la inseguridad (Corte Constitucional, senten-
las formalidades de notificación y audiencia; careos del imputado con los cias C-208 de 3 junio 1993, C-037 de 5 febrero 1996, y C-597 de 6 noviem-
testigos de cargo; posibilidad de presentar pruebas de descargo y de contro- bre 1996).
vertir las allegadas en contra del acusado; presunción de inocencia; separa-
Así pues, de la misma manera que no hay delito sin ley preexistente, tam-
ción entre juez y acusación; obligatoriedad de la acción penal, etc. Pero, al
poco puede haber juzgamiento válido sin la presencia de un órgano jurisdic-
mismo tiempo, se deben observar las siguientes prohibiciones: de doble
cional estructurado en forma general, antes del juicio y de acuerdo con los
juzgamiento o exclusión del non bis in idem; de declarar contra sí mismo; de
procedimientos legales de rigor; de un juez independiente e imparcial cuya
ejercer contra el procesado coacciones indebidas, o someterlo a tratos inhu-
tarea consista en asegurar el respeto de los principios fundamentales del de-
manos, crueles o degradantes; de resolver las dudas probatorias en contra del
recho penal en el proceso, y que no se convierta en una simple máquina de "ad-
reo o in dubiopro reo; de afectar derechos individuales mediante la aplica-
ministrar justicia" apegado a la mera literalidad de la ley y a un legalismo
ción de leyes retroactivas; de restricciones de los derechos individuales, etc.
reaccionario.
En lo sustantivo, se debe aplicar a lo largo del proceso una recta, pronta Con razón, pues, postula L. FERRAJOLI: "el garantismo no tiene nada que
y cumplida justicia, que le garantice al ciudadano la libertad y la seguridad ver con el legalismo y el literalismo. Por el contrario, incluye la crítica a la
jurídicas, la racionalidad y la fundamentación de las resoluciones judiciales; ideología mecanicista de la aplicación de la ley. En efecto, puesto que en
si ello no fuere así, peligrarían los derechos ciudadanos, se entronizaría la ningún sistema el juez es una máquina automática, concebirlo como tal sig-
arbitrariedad y las personas no sabrían quién podría juzgarlas ni en qué con- nifica hacer de él una máquina ciega, presa de la estupidez o, peor, de los
diciones, lo cual conduciría a que se viviese en un continuo estado de zozo- intereses y los condicionamientos de poder más o menos ocultos y, en todo
bra e inseguridad. caso, favorecer su irresponsabilidad política y moral". No debe olvidarse,
El axioma tiene rango constitucional, pues ha sido consagrado en el la existencia de un juez investido de la función judicial es producto del prin-
artículo 29 de la Constitución Política, incs. Io, 2o y 4 o a 6o; igualmente, se cipio cardinal del Estado de derecho denominado de la "tripartición de los
deriva de los artículos 31,33, y, por supuesto, del artículo 28, inciso I o idem. poderes", en cuya virtud se persigue impedir la adscripción a órganos extra-
Es más, como muestra palpable de que el debido proceso inspira todo el an- ños al poder judicial, de la función juzgadora.
damiaje normativo de la Constitución Política, se han establecido precisas Ahora bien, la institución del juez legal o constitucional supone el cum-
garantías —y aquí sí cabe emplear la expresión en su prístino sentido téc- plimiento de dos exigencias básicas: de un lado, la legalidad del nombramien-
nico— encaminadas a proteger al ciudadano, como son el habeas corpus to y la correcta constitución del juez o tribunal; y, del otro, la institución pre-
(artículo 30) y la acción de tutela (artículo 86). Véase también: Código Penal, via del órgano judicial que debe intervenir en cada caso, así varíe la persona
artículo 6o, inciso Io; Código de Procedimiento Penal, artículo 6a, inciso I o del funcionario encargado de cumplir dicha función. Estas condiciones son
72 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL SUBJETIVO Y SUS LÍMITES 73

producto de la doble naturaleza jurídica del apotegma estudiado, que a la vez G) Principio de la prohibición de la doble incriminación
que una garantía institucional y un principio de organización judicial, es una
prerrogativa individual consolidada en la ley. Lo primero, por cuanto posi- Este apotegma forma parte de otro más general conocido como de la
bilita la competencia tanto del tribunal como del juez y se puede efectuar una cosa juzgada, de la irrefragabilidad de la cosa juzgada penal. De confor-
organización real y segura de los tribunales; lo segundo, porque permite que midad con él se reputa que el juicio sobre la litis es inmutable, intocable, defi-
toda persona tenga acceso al juez natural correspondiente. El postulado, pues, nitivo y no puede ser modificado por el juez, cuando la decisión de fondo se
significa tres cosas distintas, aunque relacionadas entre sí: la necesidad de encuentra en firme (Corte Constitucional, sentencias C-244 de 30 mayo 1996,
que el juez sea preconstituidopasí/acíwm; la inderogabilidad y la indispo- T-652 de 27 noviembre 1996, T-162 de 30 abril 1998,T-512de 15 julio 1999
nibilidad de las competencias; y la prohibición de jueces extraordinarios y y T-537 de 15 julio 2002; Corte Suprema de Justicia, sala de casación penal:
especiales. Como es natural, en el primer significado también queda inclui- sentencia de 11 abril de 2000, proceso radicado 13.963).
da la prohibición, frecuentemente ignorada por la doctrina, de la asignación De este aforismo se deduce el carácter absoluto de la administración de
discrecional que hacen de los procesos los presidentes o directores de los justicia, y significa que en el proceso penal una vez se ha decidido, con las
órganos judiciales que, la más de las veces, conduce a la declaración de insub- debidas formalidades legales, en torno a la responsabilidad del imputado,
sistencias de los subordinados que se niegan a suscribir providencias dicta- todas las partes deben acatar la resolución que le ponga término, sin que pue-
das por sus superiores. dan plantear de nuevo el mismo debate. Dicho axioma comporta, pues, una
limitación muy importante impuesta a la soberanía a los poderes del Estado,
En fin, es de tal alcance el apotegma examinado, que un ordenamiento
que en su tiempo significó una preciosa conquista para la seguridad indivi-
procesal respetuoso de él no puede crear jueces ex postJacto o con posterio-
dual, hasta el punto de que hoy integra el amplio espectro de los derechos
ridad al hecho; ni, mucho menos, establecer dispensadores de justicia espe-
que se le deben garantizar a toda persona humana, y aparece consignado con
ciales para un determinado caso, o atribuir competencias a órganos extraños
marcada vehemencia en los diversos convenios y tratados internacionales
a los jueces naturales, así se trate de circunstancias excepcionales o de anor- sobre la materia (confróntese Corte Constitucional, sentencia T-006 de 12
malidad. mayo 1992).
Se trata, pues, de otro postulado de rango procesal, concebido como parte
Desde luego, téngase en cuenta que los efectos de la cosa juzgada son
del debido proceso legal, tal y como ya se mostró, y que limita desde el pun-
distintos en el ámbito procesal penal y en el civil: en este último, los jueces
to de vista formal el ejercicio de la potestad punitiva del Estado. se encuentran vinculados a la sentencia en lo que respecta a su contenido, por
El axioma es de rango constitucional, pues está previsto en diversos ar- lo que se les obliga a fallar de igual manera a como lo habían hecho antes,
tículos de la Carta Magna: 28, inciso 2o, 29, inciso Io, 116, 221, 231, 246, en relación con el mismo caso; se dice, por ello, que la cosa juzgada tiene efec-
247, inciso Io, y 252. También: Código Penal, artículo 6o, inciso Io; Pacto to positivo, situación que no se presenta en el derecho colombiano, pues el
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 14.1; Convención fallador debe declarar procedente la excepción, cuando ella se propusiere.
Americana sobre Derechos Humanos, artículo 8.1; Código de Procedimiento En cambio, en el proceso penal el juez se encuentra vinculado a la sentencia,
Penal, artículos 11 y 12; Código Penal Militar, artículo 196. No obstante la sin que interese el fondo del asunto, por lo que está obligado a no proferir
claridad de consagraciones como estas, el postulado examinado ha sido objeto nuevo pronunciamiento de fondo, cuando ha conocido del asunto mediante
de numerosas transgresiones, y se ha desdibujado de manera notoria en los providencia anterior; por ello se dice que la cosa juzgada penal tiene efecto
últimos años por causa del abuso cometido por los órganos del poder públi- negativo, pues impide emitir nueva decisión.
co que han interpretado los textos constitucionales y legales de manera ca-
Este efecto negativo de la cosa juzgada se traduce en el principio cono-
prichosa, dándole la espalda a las leyes aprobatorias de los pactos mundia-
cido como non bis in idem, según el cual nadie puede ser perseguido judi-
les de derechos humanos que, a pesar de ello, obligan al Estado colombiano
cialmente más de una vez por el mismo hecho, es decir, nadie puede ser juz-
(Constitución Política, artículo 94).
gado dos veces por el mismo comportamiento. La expresión hecho debe
Urge, pues, replanterar completamente la forma como se viene inter- entenderse como conducta humana, mientras que identidad se refiere a la per-
pretando y aplicando este axioma, máxime si se tiene en cuenta que sus sona (eadem personam), al objeto (eadem re) y a la causa de persecución
quebrantos comprometen seriamente el modelo de organización social adop- (eadem causa petendi); de lo contrario, no se podría hablar de la identidad
tado por el constituyente. del hecho en los términos que se ha dicho.
74 MANUAL DE DERECHO PENAL

A pesar del carácter estricto del postulado general, hoy ya no se habla


de la inmutabilidad de la cosa juzgada, y se la concibe como un verdadero
mito; en otras palabras: antes que el apego al lapidario y tradicional axioma
de que la cosa juzgada se tiene siempre por verdad, se ha impuesto la justi-
cia. Por ello, en la actualidad aparecen diversas excepciones a ese apoteg-
ma, entre las que cabe mencionar el juicio de revisión, la sentencia proferida CAPÍTULO TERCERO
por el juez extranjero, la rehabilitación del condenado y la liberación condi-
cional, la amnistía y el indulto, los casos de prescripción de la pena impues- EL DERECHO PENAL OBJETIVO
ta, de incompetencia, y los de aplicación de la ley más favorable, etc. Estas
salvedades, entonces, obran contra la presunción de verdad de la sentencia Bibliografía básica: BUSTOS RAMÍREZ, JUAN: Introducción al derecho penal, 2a edición, Santa
condenatoria, pues el fallo absolutorio sí es intangible. Fe de Bogotá, Edit. Temis, 1994; CARBONELL MATEU, JUAN CARLOS: Derecho penal: con-
cepto y principios constitucionales, 3a edición, Valencia, Tirant lo Blanch, 1999; CEREZO
La.prohibición de doble incriminación está prevista en el artículo 8o del MIR, JOSÉ: "Límites entre el derecho penal y el derecho administrativo", en Anuario de
Código Penal en términos bastante parecidos a los contenidos en el deroga- Derecho Penal y Ciencias Penales, tomo xxvm, Madrid, Instituto Nacional de Estudios Ju-
do Código Penal de 1980, como se infiere de la siguiente transcripción: "A rídicos, 1975, páginas 159 y siguientes; GARCÍA PABLOS, ANTONIO: Derecho penal. Intro-
nadie se le podrá imputar más de una vez la misma conducta punible, cual- ducción, Madrid, Servicio de Publicaciones Facultad de Derecho, Universidad Complutense,
quiera sea la denominación jurídica que se le dé o haya dado, salvo lo esta- 2000; LUMIA, GIUSEPPE: Principios de teoría e ideología del derecho, traducción de Alfon-
blecido en los tratados internacionales". so Ruiz Miguel, Madrid, Edit. Debate, 1985; MIR PUIG, SANTIAGO: Introducción a las bases
del derecho penal, Barcelona, Bosch, 1976; MUÑOZ CONDE, FRANCISCO: Introducción al dere-
Obvio es decirlo, esta norma rectora de la ley penal colombiana tiene cho penal, Barcelona, Bosch, 1975; OCTAVIO DE TOLEDO Y UBIETO, EMILIO: Sobre el concep-
amplio apoyo en diversos textos de la Carta Fundamental y de la ley: Cons- to de derecho penal, Madrid, Universidad Complutense, 1984; SILVA SÁNCHEZ, JESÚS MA-
titución Política, artículo 29 inciso 3 o ; Pacto Internacional de Derechos Ci- RÍA: Aproximación al derecho penal contemporáneo, Barcelona, J. M. Bosch Editor, 1992;
SOTOMAYOR ACOSTA, JUAN OBERTO: "¿Derecho penal liberal o derecho penal crítico en Co-
viles y Políticos, artículo 14.7; Convención Americana sobre Derechos
lombia?", en Francesco Carrara. Homenaje en el centenario de su muerte, Bogotá, Edit.
Humanos, artículo 8o numeral 4; Código de Procedimiento Penal, artículo Temis, 1988, páginas 255 y siguientes; ZUGALDÍA ESPINAR, JOSÉ MIGUEL: Fundamentos de
19 y a lo largo de sus primeros veinticuatro artículos; Código Penal Militar, derecho penal, 3a edición, Valencia, Tirant lo Blanch, 1993.
artículo 14.
I. CONCEPTO

Se suele entender el derecho penal objetivo en sentido estricto como el


conjunto de normas jurídicas (derecho positivo) que tiene como cometido
describir los hechos susceptibles de punición —trátese de mandatos o de pro-
hibiciones— e indicar cuáles son las consecuencias jurídicas que se les
pueden imponer a sus transgresores (las penas o las medidas de seguridad),
noción denominada como estática o formal. Así pues, el penal, como todo
derecho, es un orden de la conducta humana, esto es, un conjunto de cuya
unión resulta un sistema que, de lege lata —a veces de manera asistemáti-
ca—, se encuentra consignado en la Carta Fundamental, en las leyes apro-
batorias de tratados públicos (básicamente las correspondientes a los pactos
mundiales de derechos humanos), en las leyes ordinarias (por ejemplo, el Có-
digo Penal), e incluso en decretos leyes y en decretos especiales.
Ahora bien, de manera más precisa puede decirse que el derecho penal
objetivo en sentido estricto, o desde un punto de vista estático o formal, es
el conjunto de normas jurídicas consagratorias de los supuestos de hecho
76 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL OBJETIVO 77

(tipos penales, descripciones típicas o preceptos, etc.) elevados por el legis- dad. Como resultado de lo anterior, el Estado, personificado en el órgano
lador —siguiendo las pautas delineadas por la Constitución— al rango de judicial (los jueces o el fiscal, según el caso), investiga de oficio los hechos
conductas mandadas o prohibidas y de las consecuencias juridicopenales o punibles cometidos y lleva adelante sus averiguaciones, sin necesidad de que
sanciones (penas y medidas de seguridad) imponibles a quienes vulneran tales el particular incoe la acción penal correspondiente. Esta característica no
normas; y, además, de los diversos postulados e instituciones que permiten sufre mengua alguna cuando el ente estatal, en algunos casos y durante un
la interpretación, integración y sistematización de ese orden normativo. término específico, libra a la voluntad de los particulares la posibilidad de
Se incluyen, pues, en este concepto no solo las normas penales que pre- reclamar la iniciación de la persecución penal, como sucede en las situacio-
vén conductas susceptibles de punición y sanción, sino también las que re- nes previstas de manera expresa en el Código de Procedimiento Penal (ca-
gulan conceptos básicos, directrices o principios generales, expedidas por el sos de querella); ni, por supuesto, cuando la ley penal les permite a los par-
legislador en busca de una mejor comprensión del sistema normativo; lo ticulares ofendidos o perjudicados con la infracción hacerse parte dentro del
anterior significa, en contra de lo que suele creerse, que no solo forman parte respectivo proceso penal para procurar la indemnización de perjuicios co-
del derecho penal positivo aquellas normas que contienen supuestos de hecho rrespondiente (constitución en parte civil).
y consecuencias jurídicas, esto es, completas, sino las que no los consagran
(las incompletas en sus diversas modalidades), e incluso las mal llamadas "en B) Vigencia con marcado carácter judicial
blanco", como se verá más adelante cuando se estudie la teoría de la norma
juridicopenal. Como norma general, el único autorizado para administrar justicia en
el ámbito criminal es el juez penal, legal o constitucional, el llamado./Mez na-
La anterior noción se denomina como estricta, porque también puede
tural; no hay posibilidad de que los particulares realicen por sí mismos el ius
entenderse el concepto de derecho penal objetivo en sentido amplio, para
poenale, como es frecuente en otros ámbitos del derecho, en los que existen
comprender todas las disposiciones que contengan la materia penal en los
figuras como la transacción, la conciliación o el desistimiento, que autori-
diversos ámbitos (sustantivo, procesal o de ejecución penal). Por supuesto,
zan a las partes comprometidas a ponerle fin al litigio iniciado o impedir que
aquí se alude a la primera noción.
él se desate; tampoco, por supuesto, pueden los funcionarios administrati-
vos invadir la órbita de la rama jurisdiccional aplicando justicia penal, so pena
II. CARACTERES de desconocer el rasgo examinado. Sin embargo, de manera excepcional,
hay casos en los que los involucrados en el proceso penal pueden ponerle fin
Los rasgos más destacados del derecho penal objetivo, verdaderos de- acudiendo a instituciones como el desistimiento, la reparación integral del
sarrollos de los postulados inspiradores del plexo juridicopenal, son básica- daño causado y la conciliación.
mente los siguientes:
A) Público C) Finalista o ideológico

El derecho penal está signado por este rasgo, pues es público el interés Al igual que los demás sectores del orden jurídico, el derecho penal
por la defensa penal de los bienes jurídicos y por la aplicación de las penas persigue un fin: velar por la seguridad jurídica, esto es, la salvaguardia de
(criterio objetivo); y porque le da vida a una relación pública, uno de cuyos los valores fundamentales del individuo y la comunidad (la vida; el honor,
sujetos es el Estado como titular del poder o detentador del monopolio de la el orden economicosocial, el medio ambiente, la salud, etc.), que han sido
fuerza (criterio subjetivo). Sin embargo, el hecho de que el derecho penal elevados al rango de bienes jurídicos por las normas correspondientes. No
positivo proteja al lado de intereses públicos o comunitarios (la seguridad del obstante, este ordenamiento se diferencia de las demás ramas del plexo nor-
Estado, el orden economicosocial, el ambiente, la salubridad pública, etc.) mativo por la manera como cumple con dicho cometido.
bienes que pertenecen directamente a los particulares (la vida, la integridad En efecto, tal como ya se dijo al estudiar los límites al iuspuniendi del
personal, la libertad individual, el patrimonio económico, etc.) no significa Estado, si se afirma que el fin de este sector del andamiaje jurídico es pro-
que pierda el carácter examinado, pues —en todo caso— esos bienes indi- teger solo esos valores vitales para la convivencia (entiéndase, en adelante,
viduales se hallan salvaguardados por la norma penal en interés de la comuni- los valores eticosociales), el derecho penal será de autor y no castigará los
78 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL OBJETIVO 79

actos de los hombres, sino las peculiaridades del agente, sus ideas, pensa- D) Liberal
mientos, su peligrosidad, etc., hasta llegar a su versión más extrema (el lla- El iuspoenale se compadece con los postulados enarbolados por los re-
mado derecho penal del sentimiento)', esto es, se fijará solo en el desvalor volucionarios de 1789, inspirados en la prédica del iluminismo, objeto de re-
de acción. En cambio, si se reprimen las conductas humanas, los actos de conocimiento de las modernas organizaciones estatales; esto es, se alude a
los hombres —mas no sus pensamientos, su ideología o sus sentimientos— una serie de concepciones que se identifican por garantizarle al individuo su
, atendiendo a la lesión que esos comportamientos acarrean para los bienes derecho a la libertad contra toda intervención arbitraria del Estado (el pen-
jurídicos (esos mismos valores reconocidos por la norma penal y salvaguar- samiento ilustrado). Un derecho punitivo así concebido asume como direc-
dados por ella), el derecho penal se calificará como de acto, esto es, atende- trices fundamentales los postulados de legalidad de los delitos y las penas,
rá solo al llamado desvalor de resultado. de culpabilidad, del acto, de lesividad, de determinación, etc.; y, sobre todo,
Hay, pues, de entrada, un falso dilema ante el cual se sitúa el estudioso, el axioma de humanidad o principio de principios en virtud del cual se busca
que algunos pretenden solucionar afirmando una tutela conjunta de valores asegurarle al ciudadano el respeto a su dignidad de persona. En otras pala-
eticosociales y de bienes jurídicos, mientras que otros proclaman la prima- bras: un derecho penal liberal debe asegurar toda esa gama de axiomas que
cía de la lesión del deber sobre el bien jurídico, o todo lo contrario, en una en un Estado social y democrático de derecho constituyen barreras infran-
discusión casi interminable; en verdad, estos dos elementos se limitan y se queables para el ejercicio del iuspuniendi dentro de unos límites racionales.
condicionan recíprocamente, de tal manera que la existencia del uno presu- Como es obvio, en las organizaciones sociales contemporáneas es indispen-
pone la del otro, por lo que impera una concepción mixta. Así, por ejemplo, sable la construcción de un iuspoenale que garantice cabalmente el respeto
la vida como supremo valor eticosocial en cualquier comunidad organizada de los derechos humanos y permita erradicar la arbitrariedad y el terrorismo
punitivo como asegurar la coexistencia pacífica en una sociedad auténtica-
existe independientemente de la tutela suministrada por el legislador (Códi-
mente democrática.
go Penal, artículos 103 y siguientes), pero cuando ese valor fundamental se
erige en bien jurídico, este pasa a primer plano y el cometido del derecho penal Ahora bien, cuando se examinan los postulados inspiradores de las
diversas codificaciones penales vigentes (así los títulos preliminares conte-
es su protección y aseguramiento, con lo que, implícitamente, sirve de me-
nidos en los Códigos Penal, de Procedimiento Penal, Penal Militar y Peni-
dio para la salvaguardia de aquel. Naturalmente —y ello es impensable en tenciario), que son desarrollo de la Constitución Política y de las leyes que
un Estado democrático—, al derecho penal no le corresponde moralizar a sus incorporan los pactos mundiales de derechos humanos al ordenamiento (le-
ciudadanos o el mejoramiento ético de la sociedad, pues su cometido es pro- yes 74 de 1968 y 16 de 1972, básicamente), no cabe duda del carácter liberal
teger los bienes jurídicos, aunque es innegable que —de hecho— él cumple del derecho positivo; no obstante, también es evidente la incoherencia ob-
una incuestionable función pedagógica que busca formar una ética determi- servada por el legislador a la hora de desarrollarlos, como lo demuestra la
nada. existencia de diversas figuras punibles en la ley que le han abierto las puer-
Como producto de lo anterior es imposible aplicar el derecho penal tas a un derecho penal antidemocrático y autoritario (por ejemplo, las pre-
objetivo a quien, con su comportamiento, no afecta el bien jurídico ampara- visiones en materia de terrorismo, las drogas, secuestro, lavado de activos,
do o lo hace de manera insignificante. Este tipo de conductas, por su inocui- etc., además de cíclicas previsiones legales encaminadas a garantizar una su-
dad o por el mínimo daño causado, no alcanza a constituir delito o conducta puesta "seguridad ciudadana", etc.). Ello, desde luego, sin olvidar la coti-
diana aplicación de penas extrajudiciales —que también son penas—, inclui-
punible en el sentido material del concepto, por ausencia de tipicidad de la
da la de muerte, el desaparecimiento forzado de personas, la tortura, las mal
acción. Del mismo modo, la imposición de sanciones penales arbitrarias no llamadas campañas de "limpieza social", la autojusticia, etc., en una situa-
protege ningún bien jurídico; y, en virtud de esta característica, el derecho ción muy cercana al derecho primitivo que amenaza con desarticular la or-
penal no puede amparar determinadas ideologías políticas o conductas con- ganización vigente (verdadero derecho penal "defacto") .
trarias a la moral, como si se pretendiese castigar, verbigracia, a quien me-
nospreciare los principios conservadores o liberales, los atentados contra el E) Garantizador
"sano sentimiento del pueblo", etc., o al adulto que tuviere relaciones homo-
sexuales, cometiere adulterio, o que por contraer varios matrimonios de ma- Sin duda, el plexo normativo en estudio se presenta de manera ambiva-
nera simultánea incurriere en bigamia. lente, pues si bien, por un lado, es una herramienta eficaz para garantizar la
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libertad individual y favorecer la consecución de metas de justicia y bienes- aplican dos (penas y medidas de seguridad, por ejemplo). No obstante, es
tar social, por el otro se torna en instrumento poderoso que posibilita llevar posible una vía intermedia como la proclamada por el sistema vicarial, que
a cabo el control sobre el individuo y que abusen de él los que ejercen el poder, permite ejecutar en primera instancia la medida de seguridad como sustitu-
que buscan anular dicha libertad y reforzar sus posiciones de privilegio en tivo total o parcial de la pena. Desde luego, si se tiene en cuenta que el derecho
los planos político, económico y social. penal vigente solo les impone penas en sentido estricto a los sujetos imputa-
De esta manera, prevención y represión [verdadera espada de doble filo: bles o capaces de culpabilidad (plena), no cabe duda de su carácter monista
protección de bienes jurídicos mediante lesión de bienes jurídicos (F. VON o de única vía; ahora bien, si se parte del supuesto de que consagra tanto penas
LISZT)] son las dos facetas de un derecho penal sincrético, orientado por las —imponibles a imputables— como medidas de seguridad —para inimpu-
concepciones mixtas de la pena —tanto la función de garantía como la re- tables—, bien se podría estimar como dualista o de doble vía, pero el criterio
presiva—, pues son dos caras de la misma moneda. Es tan trascendental este clasificador sería este último y no el primero. Sea lo que fuere, es evidente
cometido del iuspoenale que, gracias a él, se asegura la operancia del orden que de lege data se puede predicar algo que hoy parece una realidad en el
jurídico, su inquebrantabilidad por medio de la coacción estatal; tan pronto derecho comparado: la distinción entre penas y medidas de seguridad ha ido
como el derecho penal no puede garantizar la seguridad y el orden, aparece perdiendo fuerza y se avanza hacia una única consecuencia jurídica; renace,
la venganza privada, como ha señalado repetidamente la más reciente expe- pues, el derecho penal monista o de única vía, para el que se debe aplicar una
riencia histórica. consecuencia única: pena o medida de seguridad, que se debe adecuar e indivi-
dualizar atendiendo a las características de cada sujeto dentro de los límites
F) Valorativo y normativo
trazados por el legislador y el constituyente.
Una de las características inherentes a todo derecho positivo es su ca-
rácter normativo, habida cuenta de que consiste en un conjunto de reglas jurí- H) Independiente en sus efectos
dicas que son concreción de todo un catálogo de valores aseguradores de la
Con frecuencia se discute si esta ramificación del ordenamiento jurídi-
convivencia comunitaria; el derecho —como disciplina perteneciente al
co es constitutiva, independiente y autónoma; o si, por el contrario, es san-
mundo de la cultura—, nace para realizar ciertos arquetipos o modelos ideales
entre los que deben destacarse la vida, la libertad, la paz, la seguridad, el or- cionadora, dependiente y accesoria. En otras palabras: se debate si ella crea
den y la justicia. Desde luego, con tal punto de partida y corriendo el riesgo sus propias prohibiciones o si estas le vienen impuestas desde otros sectores
de parecer redundantes, también puede predicarse que el iuspoenale es nor- del plexo normativo.
mativo y valorativo; sin embargo, lo que diferencia al derecho penal de las Desde luego, ambas posiciones no dejan de tener razón en algunos as-
otras ramas del plexo jurídico es el contenido asignado por el codificador a pectos. Por un lado, el derecho penal es parte del ordenamiento jurídico, por
ese conjunto normativo y la manera como protege esos valores de los que es lo que se encuentra en situación de dependencia ante los demás sectores de
manifestación. este; por otro, también configura a veces sus presupuestos de manera autó-
Gracias a este doble carácter del orden normativo en estudio, se ha noma, aunque en la mayoría de las oportunidades se limita a sancionar su-
podido afirmar que la regla penal, en cuanto supone un orden de valores puestos de hecho originarios de otros ámbitos. Por ello, parece válido afir-
previamente seleccionados, es tanto norma objetiva de valoración como mar que frente a las restantes ramas del orden jurídico, el derecho penal es,
norma subjetiva de determinación. En cuanto a lo primero, se dice que es en principio, independiente en sus efectos y relativamente dependiente en
objetiva de valoración porque supone un enjuiciamiento del estado de lesión sus presupuestos (R. MAURACH). ,'
o puesta en peligro para el bien jurídico; y, lo segundo, en la medida de que Es independiente en cuanto a los efectos, pues son exclusivas de él las
por medio de los mandatos y de las prohibiciones busca encauzar el compor- penas y las medidas de seguridad, aunque coexistan con otras reacciones
tamiento de los asociados. Se le da, así, paso a una concepción dualista de estatales de carácter civil (la responsabilidad civil derivada del delito o he-
las normas penales, como se verá más adelante. cho punible) o administrativo (la pérdida del empleo, por ejemplo); y, en rela-
ción con los presupuestos, es relativamente dependiente, pues muchas con-
G) Monista ductas punibles están conectadas con otras ramas del ordenamiento jurídico
Un derecho penal es monista cuando a los destinatarios imputables de como sucede, verbigracia, con los delitos contra el patrimonio económico,
la ley penal solo se les impone una sanción penal, y dualista cuando se les cuyos presupuestos descansan en relaciones jurídicas de derecho privado, o
82 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL OBJETIVO 83

los atentados contra la familia, etc. No obstante, hay otras figuras delictivas A) Clasificación tradicional
que son de estricta creación penal, como los atropellos contra la libertad y el
pudor sexuales, contra la integridad moral, etc., los cuales, solo remitiéndo- Es muy conocida la división del derecho penal en sustantivo o material
se a cláusulas muy generales, encuentran expreso vínculo con regulaciones —penal propiamente dicho— y adjetivo, formal o instrumental —procesal
no penales. penal—; no obstante, en la actualidad tiende a incluirse una tercera rama den-
tro de él: el derecho de ejecución penal, que busca darle un alcance más amplio
I) Fragmentario a la expresión.
De la misma manera, este sector del orden normativo no cobija todas Derecho penal sustantivo, es el que contiene las disposiciones penales
las conductas que vulneran los bienes jurídicos, ni tampoco todos ellos son de fondo, que definen los supuestos de hecho (tipos) y determinan las san-
objete de tutela, pues aquel se limita a castigar las acciones más graves con- ciones aplicables, y está constituido por el Código Penal y las leyes penales
tra los bienes jurídicos más importantes; si no fuera así, no tendría sentido complementarias; es el mismo iuspoenale o derecho penal objetivo en sen-
concebir la existencia de otras parcelas en el plexo normativo que cumplen tido estricto ya definido, también denominado sustancial, porque mira a la
unos cometidos muy precisos. Se habla, por ello, ya desde BINDING, del ca- sustancia misma del derecho penal, esto es, el sometimiento del reo a la pena
rácter fragmentario. o medida de seguridad como consecuencia del hecho punible cometido; y
material, pues regula las disposiciones de fondo.
El iuspoenale, pues, se ocupa de fragmentos de toda esa gama de con-
ductas que el sistema jurídico manda o prohibe, de donde emergen tres conse- El derecho procesal penal, por su parte, es el conjunto de normas jurí-
cuencias fundamentales: en primer lugar, esta rama del derecho solo defien- dicas atinentes al procedimiento judicial, en cuya virtud pueden serle impues-
de el bien jurídico contm ataques de especial gravedad; en segunda instancia, tas al infractor las sanciones previstas en el derecho sustantivo; o, para de-
como norma general, solo eleva al rango de conductas mandadas o prohibi- cirlo de manera más técnica, es el sector del ordenamiento que tiene por objeto
das una parte de las que los demás sectores del orden jurídico consideran anti- organizar los tribunales en el ámbito penal, así como la actividad dirigida a
jurídicas; y, por último, deja sin castigo acciones que solo son inmorales como la actuación jurisdiccional del derecho penal material, fijando las condicio-
el homosexualismo, la bigamia, el adulterio, la mentira, etc. nes de admisibilidad del proceso como un todo y los presupuestos, formas
Esta característica se verifica con plenitud al examinar la normatividad y efectos de los actos procesales singulares. Este sector normativo está in-
vigente; sin embargo, no siempre es verdad que el legislador mande o prohi- tegrado al derecho procesal en sentido amplio, y es un derecho autónomo de
ba los comportamientos más graves, pues, como se sabe, la selección de los carácter público unido al derecho penal material mediante verdaderas rela-
bienes jurídicos objeto de tutela satisface criterios puramente discriminatorios ciones de complementación.
y clasistas que responden a unos intereses determinados. Así, verbi grana, Se encuentra, de lege lata, contenido en el Código de Procedimiento
es secular el "olvido" de los codificadores para proteger el orden económico Penal (ley 600 de 24 julio 2000, que ha sido objeto de diversas declaratorias
social, el medio ambiente, los derechos de los trabajadores, etc., lo que de- de inexequibilidad y modificaciones, aunque gracias al acto legislativo 3 de
muestra a las claras que se protegen ciertas formas de criminalidad como las 2002 pronto será derogado); no obstante, no siempre es tarea fácil determi-
de cuello blanco y las provenientes de grandes sectores de la burocracia esta- nar el carácter procesal o sustantivo de algunos de sus preceptos, lo que ocurre
tal, o de quienes financian la actividad política de los que ejercen el poder, todo también con diferentes disposiciones del Código Penal. Se le denomina tam-
ello en desmedro de delincuencias de poca monta. Por esto, es imposible pre- bién formal, por ocuparse de las formas; o instrumental, pues sirve de vehí-
dicar en toda su extensión el carácter fragmentario del derecho penal obje- culo para la aplicación del derecho material; y adjetivo (denominación en
tivo, pues este no respeta cabalmente las exigencias propias de un Estado de desuso), pues está referido a un accidente o cualidad del derecho penal. Por
derecho democrático y participativo, que sea expresión de los intereses colec- último, adviértase, la expresión derecho procesal también puede ser emplea-
tivos y no del arraigado individualismo plasmado en diversas regulaciones. da para aludir a la ciencia que se ocupa de exponer, analizar y criticar las dis-
posiciones de este sector normativo, desde un punto de vista dogmático.
III. DIVISIONES DEL DERECHO PENAL El derecho de ejecución penal se entiende como el conjunto de dispo-
Son diversas las formas de agrupar esta parcela del ordenamiento, tal siciones jurídicas que regulan todo el proceso de aplicación, ejecución y con-
como se muestra a continuación: trol de las penas y medidas de seguridad, comprendidos los preceptos reía-
84 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL OBJETIVO 85

ti vos al régimen penitenciario de los penados. Desde luego, la autonomía de La sistemática del Código Penal es similar a la de otros estatutos de la
esta rama del orden jurídico es todavía cuestionable si se tiene en cuenta que misma clase y consta de dos libros: el primero, o parte general, conságralos
es la resultante de una amalgama de preceptos penales y administrativos, por principios generales del derecho penal positivo; el segundo, esto es, leparte
lo que solo podrá hablarse con propiedad de un verdadero derecho de ejecu- especial, estatuye las diversas figuras delictivas y las sanciones aplicables a
ción penal cuando todos sus preceptos puedan ser calificados de tales. De ellas, junto con un agregado de "Disposiciones generales" (título xix). Am-
lege lata, no obstante, no puede concebirse todavía esta división, pues sus bos libros están divididos en títulos, capítulos y artículos, respectivamente.
disposiciones se encuentran dispersas en diversos estatutos, incluidos los có- Estas normatividades integran el derecho penalfundamental permanen-
digos sustantivo y procesal, y se observa una anarquía preocupante, que ha te, aunque no es descartable la discutible existencia de un derecho penal fun-
tratado de superar sin mucho éxito el Código Penitenciario y Carcelario (ley damental transitorio conformado por regulaciones de esta índole expedidas
65 de 19 agosto 1993). Téngase en cuenta que la denominación derecho de en períodos de excepción, en casos muy específicos (sobre sus alcances,
ejecución penal también se emplea para designar la disciplina que estudia confróntese sentencia C-939 de 31 octubre 2002), de conformidad con las
este sector del conjunto normativo. previsiones del texto constitucional (Constitución Política, artículos 212 y
B) El derecho penal sustantivo y sus especies siguientes).
Frente al derecho penal fundamental aparece el complementario, esto
Sus ramificaciones más importantes son las examinadas a continuación. es, el contenido en otras leyes distintas del Código Penal, sean de vigencia
En primer lugar, se divide en fundamental y complementario. anterior o posterior, las que consagran no solo tipos penales con sus conse-
El primero es el conjunto de normas penales sistematizadas en un solo cuencias jurídicas, sino también principios generales de diversa índole. Desde
cuerpo de ley, esto es, codificadas en el estatuto punitivo, que para el caso luego, también puede hablarse de un derecho penal complementario de ca-
es la ley 599 de 2000 (24 de julio), vigente desde el 25 de julio de 2001 (así, rácter permanente y de uno de índole transitoria cuya cuestionable legitimi-
Corte Suprema de Justicia en sentencia de 12 diciembre 2002, radicado: dad también parece garantizar la Constitución (artículos 212 y siguientes) al
18.983) aunque ha sido objeto de plurales modificaciones: ley 679 de 3 de regular los estados de excepción (confróntese sentencia C-939 de 31 octu-
agosto de 2001, introdujo otro artículo 209 al lado del antiguo y los artículos bre 2002).
219A y 219B; ley 685 de 15 de agosto de 2001, artículos 159 y siguientes En segundo lugar, se puede dividir en común y especial. El primero tiene
modificó el artículo 338; ley 733 de 29 de enero de 2002, confeccionó con validez para los destinatarios sin distinciones de ninguna índole, pues se aplica
otro tenor los artículos 168,169,170,171,244,245, 326, 340,441 y 450, y a toda persona que se encuentre dentro de su esfera de validez. A su vez, el
derogó el artículo 172; ley 747 de 19 de julio de 2002, modificó los artículos segundo es el imponible a determinada clase de seres humanos en atención
188 y 323, introdujo los artículos 188 A, 188 B, y derogó los artículos 215, a su calidad, o a personas que —así no pertenezcan a una clase distinta— lle-
219, y 231; ley 750 de 19 de julio de 2002, mutó el artículo 38 al desarrollar gan a encontrarse en circunstancias particulares; son especiales los siguientes:
un régimen especial de prisión domiciliaria para la "mujer cabeza de hogar"; El derecho penal de menores, entendiendo por tal aquella normatividad
ley 759 de 25 de julio de 2002, insertó los artículos 367A y 367B; ley 777 de jurídica que contempla los principios generales, las infracciones y las san-
17 de diciembre de 2002, artículo I o , le dio un nuevo tenor al artículo 274. ciones imponibles a los menores de edad penal (hasta los dieciocho años);
Así mismo, la ley 782 de 27 de diciembre de 2002, en su artículo 44, modi- adviértase, sin embargo, que cada día es más creciente la opinión según la
ficó los artículos 239 y siguientes del Código Penal (suspendió la vigencia cual debe conformarse un auténtico derecho penal de menores cjotado de
del numeral 14 del artículo 241 por cuatro años: artículo 46), al introducir autonomía e independencia. A ello se oponen, no obstante, varios obstácu-
como modalidad especial de hurto el apoderamiento de hidrocarburos o sus los: en primer lugar, los tipos penales aplicables al menor se encuentran
derivados; la ley 788, de 27 de diciembre de 2002, modificó los artículos 319, contenidos en el Código Penal, no asilas sanciones correspondientes que son
320 y 322, e incorporó los artículos 319-1, 320-1 y 322-1; y la ley 813 de 3 de carácter particular (artículo 33, inciso 3o); en segundo lugar, para un buen
de julio de 2003 derogó el numeral 6 del artículo 241, modificó los artículos sector doctrinario la conformación de esta rama del ordenamiento jurídico
240, 285 y 447. Además, han sido declarados total o parcialmente incons- es la resultante de aunar preceptos materiales y procesales, lo que impide su
titucionales los artículos 64, 69, 73, 101, 165 y 257, mientras cjue otros se caracterización como auténtico derecho penal sustantivo; y, finalmente, se
han encontrado ajustados a la Carta pero de forma condicionada. le concibe como un verdadero derecho penal de autor, pues para él lo funda-
86 MANUAL DE DERECHO PENAL EL DERECHO PENAL OBJETIVO 87

mental es la personalidad del menor transgresor de la ley, con lo que se aleja C) El derecho penal y el derecho administrativo
así del derecho penal de acto propio de una construcción liberal del derecho
punitivo. Desde luego, el derecho punitivo se relaciona con los demás órdenes ju-
ridiconormativos, entre ellos con el administrativo; estos nexos han originado,
De lege lata, no puede hablarse de un genuino derecho penal especial
de menores, pues sus disposiciones deben buscarse tanto en el Código Pe- tradicionalmente, diversas polémicas y dificultades, dada la complejidad de
nal, que señala los tipos penales correspondientes, como en el Código del esta vinculación. En efecto, la administración pública actual aparece dota-
Menor, donde se encuentran las consecuencias jurídicas respectivas al lado da de la facultad de establecer preceptos, mandatos y prohibiciones, y de
de temas de índole civil, laboral, etc., relativas a los menores de edad penal imponerles sanciones a quienes los desobedezcan; y, como si lo anterior fuera
(confróntese artículos 163 y siguientes, y 203 y siguientes); no obstante, se poco, estos castigos los impone mediante órganos propios (administrativos),
avanza ya en la expedición de una nueva normatividad en este ámbito. a quienes corresponde substanciar y fallar las infracciones y ejecutar las
sentencias correspondientes. De esta manera, entonces, la administración
Así mismo, es especial el derecho penal militar o conjunto de normas actúa con independencia de las demás ramas del poder público y con suje-
juridicopenales que señalan los hechos punibles militares y las consecuen- ción a pautas de derecho administrativo en el ejercicio de esas potestades.
cias jurídicas imponibles a sus transgresores; se trata, sin duda, de un dere-
cho muy desarrollado, del que se ocupan profusamente los ordenamientos y Así, pues —al igual que el derecho penal—, el derecho administrativo
la doctrina contemporáneos, y su naturaleza específica radica en que sus des- supone una potestad sancionadora que se ejerce en dos direcciones distin-
tinatarios son los ciudadanos militares. En el derecho nacional se encuentra tas: una de naturaleza correctiva, en virtud de la cual se imponen a los ciuda-
contenido en la ley 522 de 1999 (12 de agosto, que entró en vigor un año danos, en su condición de administrados,penas encaminadas a tutelar el orden
después de su expedición, objeto de algunas declaratorias de inexequibili- social (sanciones de orden público, urbanístico, de mercado, etc.), cuando
dad), que consta de tres libros: el primero, dedicado a la parte general; el se- transgreden sus mandatos; y otra, de índole disciplinaria, por la que es posi-
gundo, destinado a los delitos en particular; y el tercero, al proceso penal ble sancionar las faltas cometidas por los sujetos vinculados a la administra-
militar —aspecto este último por el que es de carácter instrumental—, apli- ción por especiales deberes y relaciones jurídicas (funcionarios, contratistas,
cable a los miembros de la fuerza pública que, en servicio activo y en rela- etc.), con miras a proteger la propia organización u orden internos (sancio-
ción con este, cometan conducta punible consagrada en dicho estatuto (Có- nes incluidas en el régimen disciplinario de los empleados públicos, etc.).
digo Penal Militar, artículo I o y Constitución Política, artículo 221 modificado Ello, impide distinguir el ilícito penal del administrativo, y además las con-
acto legislativo 2 de 1995, artículo Io). secuencias jurídicas imponibles a ambos terminan asemejándose de manera
preocupante, con lo que la distinción entre los dos órdenes normativos se
En tercer lugar, se divide en delictivo y contravencional. Atendiendo
dificulta al máximo, y queda solo en manos del legislador histórico la posi-
a una socorrida clasificación de las infracciones penales, con evidente asi-
dero legal (confróntese Código Penal, artículo 19), se divide el derecho penal bilidad de ofrecer criterios diferenciales entre ambos conjuntos de normas.
sustantivo en "delictivo" y "contravencional"; el primero es el conjunto De esta manera, no ayuda mucho a esclarecer el problema el intentar
normativo atinente a los delitos y a las sanciones penales imponibles, mien- distinguir ambos ilícitos atendiendo a pautas cualitativas (el ilícito penal se
tras que el segundo atiende a las regulaciones que contienen contravencio- orienta al valor justicia, es natural y está constituido por acciones eticoso-
nes penales y las consecuencias jurídicas aplicables a sus transgresores. No ciales relevantes y de contenido cultural; el ilícito administrativo se dirige
obstante, habida cuenta de que el Cóaig) Penal ha incorporado como deli- hacia el bienestar público; es artificial y no está constituido por acciones etico-
tos todos los mandatos y prohibiciones penales (confróntese artículo 474) y sociales trascendentes y con contenido cultural) o cuantitativas (la mayor o
no existe un libro m destinado a las contravenciones penales —como ha sido menor gravedad del daño, la intensidad del ataque, el carácter más o menos
el querer del legislador desde que se expidió el estatuto punitivo de 1936, que intolerable de la conducta, etc.); o sus sanciones, también a partir de crite-
sigue de cerca el modelo italiano de 1930—, esta distinción no ha sido obje- rios cualitativos (orgánico: en un caso el juez penal y en el otro el funciona-
to de desarrollo legal; sin embargo, ya empiezan a crearse contravenciones rio administrativo; funcional: sea que se ejerzan funciones jurisdiccionales
penales que acuden a leyes penales expedidas con posterioridad a la entrada o administrativas; la calidad de la sanción y su naturaleza) o cuantitativos
en vigencia del Código Penal (confróntese ley 745 de 2002). (gravedad; intensidad de la sanción, etc.).
88 MANUAL DE DERECHO PENAL

Sea lo que fuere, está claro que los principios imperantes en el seno del
derecho penal se aplican también en el ámbito del derecho administrativo san-
cionados como lo dispone la Carta Fundamental cuando estatuye que dichos
axiomas rigen no solo en las "actuaciones judiciales", sino también en las
"administrativas", al regular con debida amplitud el principio del debido
proceso (artículo 29), y al referir el principio de legalidad a todo tipo de actua- CAPÍTULO CUARTO
ciones (artículo 29, inciso 2o). Así también lo han entendiendo la doctrina
y la jurisprudencia, incluso antes que se expidiese la Constitución vigente. LAS FUENTES DEL DERECHO PENAL

Bibliografía básica: AFTALIÓN, ENRIQUE R.../FERNANDO GARCÍA OLANO/JOSÉ VILANOVA: Intro-


ducción al derecho, 1 Ia edición, Buenos Aires, Cooperadora de Derecho y Ciencias Socia-
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derecho, Buenos Aires, Edit. Abeledo-Perrot, reimpresión de 1965; GARCÍA MÁYNEZ, EDUAR-
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Enciclopedia Jurídica Omeba, tomo ix, Buenos Aires, Bibliográfica Argentina, 1958, pá-
ginas 185 y siguientes; ZUGALDÍA ESPINAR, JOSÉ MIGUEL: Fundamentos de derecho penal, 3a
edición, Valencia, Tirant lo Blanch, 1993.

I. NOCIÓN

La expresión "fuente" se deriva del latín fons,fontis, que equivale en el


lenguaje ordinario al lugar de donde fluye un líquido de la tierra, o al prin-
cipio, causa, fundamento u origen de una cosa; aplicada esta noción al dere-
cho, se equipara al origen de este. Más técnicamente, la locuciónfuentes del
derecho designa los procesos o medios en cuya virtud las normas jurídicas
se convierten en derecho positivo con fuerza legítima obligatoria, esto es, con
vigencia y eficacia; y que, referidas al derecho penal, equivalen a los proce-
sos o medios que posibilitan la conversión en derecho positivo de las nor-
mas juridicopenales. Se quiere, en otras palabras, explicar de dónde fluye
o emana el derecho penal objetivo, o ius poenale; mediante qué procesos o
medios se torna en derecho positivo y adquiere carácter vinculante y obliga-
torio para los ciudadanos.
La precisión anterior es importante, puesto que el concepto "fuente" es
equívoco y se puede entender por lo menos de cuatro maneras distintas: en
primer lugar, equivale al origen del derecho, esto es, las causas que lo han
generado; en segundo lugar, designa la manifestación del derecho, o sea, su
expresión concreta y visible del mismo; en tercer lugar, la autoridad de la
90 MANUAL DE DERECHO PENAL LAS FUENTES DEL DERECHO PENAL 91

que emana (entiéndase el legislador). Y, en cuarto lugar, el fundamento de en virtud de una remisión efectuada por esta para colmar sus propias insu-
validez de las normas jurídicas. ficiencias, como sucede en el derecho privado con la costumbre en relación
con la ley civil.
II. CLASIFICACIÓN En tercer lugar, se clasifican en escritas y no escritas. Las unas son las
expresamente consagradas en la ley como producto del proceso legislativo;
Las fuentes de las que emana el derecho penal objetivo han sido escin- las otras no lo están, como sucede con la costumbre.
didas por la doctrina contemporánea de diversas maneras, por oposición a La segunda gran distinción en materia de fuentes es aquella que las di-
las divisiones tradicionales, según criterios vinculados con el sistema cons- ferencia en formales y materiales. Las primeras se refieren a la manera como
titucional: considerando los diversos factores de legitimación de la produc- se expresa la voluntad imperativa y sancionatoria del Estado, o los modos o
ción normativa (fuentes de origen político, conforme a la forma de Estado; maneras en que debe manifestarse el derecho en la vida social para que ten-
y de origen jurídico, con arreglo a la actividad de los juristas); atendiendo a ga validez general entre todos los destinatarios, y equivalen a las de conoci-
si surgen o no a partir de una producción jurídica preestablecida (legales y miento; en cambio, las segundas tienen que ver con el material de donde se
extraordinarias: extra ordinem); según si la producción normativa se deriva extrae el contenido de los preceptos jurídicos, o al conjunto de elementos y
de un comportamiento previo, o de disposiciones específicamente destina- condiciones de diferente clase que provocan el nacimiento del derecho,
das a ser observadas como normas jurídicas por los destinatarios (fuentes de asemejándose así a las fuentes de producción.
hecho y fuentes de acto); a partir del origen político o sociocultural (fuentes Como es de suponer, el problema de las fuentes del derecho encuentra
políticas y culturales); en fin, según diversos grados de eficacia normativa en el ámbito penal diversas peculiaridades derivadas de las sanciones admi-
(fuentes constitucionales, primarias y secundarias). nistradas por este y de la importancia de los bienes jurídicos protegidos, lo
Ahora bien, desde el ángulo tradicional, la primera gran división de las que obliga a observar rigurosamente las garantías que para el destinatario de
fuentes es aquella que las distingue en de producción y de conocimiento. Las las normas se traducen en certeza y seguridad jurídicas.
primeras equivalen a la voluntad que dicta las reglas jurídicas, o al sujeto o
sujetos que establecen la norma juridicopenal; en otros términos, los pode- III. LAS DIVERSAS FUENTES
res reales que con facultad normativa creadora originan, elaboran y estable-
cen el sistema legal. Las segundas, o de conocimiento, son la manifestación A continuación se expone cada una de ellas, haciendo hincapié en las
misma de aquella voluntad, es la forma como se expresa el derecho penal particularidades propias del derecho punitivo.
objetivo en la vida social; por ello se les conoce también como fuentes de
manifestación, pues se concretan en los documentos que captan la existen- A) La costumbre
cia y el contenido de las normas jurídicas (los códigos, los textos de las di-
versas leyes, etc.). Sin duda, ella es fuente del derecho en general; sin embargo debe acla-
rarse si cabe predicar lo mismo del derecho penal en particular. Se entiende
A su vez, las fuentes de conocimiento pueden clasificarse de tres ma- por costumbre la conducta que se repite constantemente y genera convicción
neras distintas. En primer lugar, en fuentes directas e indirectas. Aquellas de obligatoriedad; en otras palabras: es la reiteración invariable de actos con
manifiestan por sí mismas el derecho, mientras que estas lo expresan solo a conciencia de exigibilidad que genera carácter vinculante, bien por el aspec-
medida que contribuyen a esclarecer o determinar el contenido de las prime- to activo al dar lugar al nacimiento de nuevas normas jurídicas o, por el pasi-
ras. Desde esta perspectiva, la única fuente directa y exclusiva del derecho vo cuando originan su desaparecimiento. La costumbre así entendida tiene
punitivo es el proceso legislativo penal; mientras que son indirectas la cos- dos elementos: uno, de carácter subjetivo, esto es, la idea según la cual el uso
tumbre, la jurisprudencia y la doctrina. de que se trate es jurídicamente obligatorio y debe aplicarse: el animus; el
También, en segundo lugar, se suelen dividir en fuentes mediatas e in- segundo, de índole objetiva, es la práctica suficientemente prolongada de un
mediatas. Esta clasificación se encuentra muy relacionada con la anterior, determinado proceder: el corpus.
si se tiene en cuenta que estas son las que tienen por sí mismas fuerza vin- Atendiendo a las clases de costumbre en sentido jurídico y a los víncu-
culante; mientras que aquellas reciben su carácter de una fuente inmediata, los que la unen a la ley, se puede hablar de tres formas de derecho consuetu-
92 MANUAL DE DERECHO PENAL LAS FUENTES DEL DERECHO PENAL 93

dinario. En primer lugar, el delegante, vale decir, cuando por medio de una constituyen derecho consuetudinario vinculante. No obstante, por reiterada
norma jurídica no escrita se autoriza a determinada instancia para crear un y constante que sea la jurisprudencia, los tribunales no están sujetos necesa-
derecho escrito; hay, entonces, para emplear una discutida división romana, riamente a los criterios mantenidos por ellos mismos o por otros tribunales;
una costumbre praeter legem, esto es, la que regula una materia no discipli- tanto es así, que la misma Carta Fundamental expresa que "los jueces, en sus
nada en la ley y que solo tiene validez jurídica en la medida que la ley reenvíe providencias, solo están sometidos al imperio de la ley" (artículo 230).
a los usos para la regulación de determinadas relaciones. Como ejemplos Para terminar, deben hacerse algunas precisiones en torno a la costum-
de ella se mencionan las constituciones consuetudinarias, o la delegación que bre en el derecho penal. Dada la vigencia del principio de legalidad, la cos-
ella hace en el primer constituyente o legislador originario (el llamado prin- tumbre no es fuente formal, directa o inmediata del derecho penal, y con base
cipio de efectividad), o las normas consuetudinarias del derecho internacio- en ella no se pueden crear figuras delictivas, penas o medidas de seguridad;
nal público que suponen una representación en los Estados particulares. no obstante, puede tener incidencia de manera mediata, indirecta, por la
En segundo lugar, el derecho consuetudinario puede ser delegado, o sea, remisión que hace el derecho penal a normas o conceptos del derecho civil,
cuando la ley remite a la costumbre para la solución de determinadas con- comercial o administrativo, etc., mediante mecanismos como el de las nor-
troversias, para completar la ley o integrarla; de ahí que se le denomine "cos- mas penales en blanco en tratándose de la costumbre integrativa o secundum
tumbre integrativa", o secundum legem. legem. Y, unida a los principios generales del derecho, puede cumplir una
En tercer lugar, puede hablarse de derecho consuetudinario derogato- función complementaria, según la estructura de los supuestos de hecho de la
rio, según el cual, cuando hay un conflicto entre una ley y una costumbre que norma penal (tipos penales) y el carácter de la antijuridicidad, aunque debe
la contraría, se da aplicación a esta última; por ello se le denomina contra limitarse en muchos casos, so pena de infringir el postulado de legalidad. En
legem. cuanto a la viabilidad de la costumbre praeter legem, admitida por la doctri-
Ahora bien, desde el punto de vista del orden jurídico, ha sido recono- na española en materia de causales de justificación del hecho, no parece
cida expresamente la delegante, pues "la costumbre, siendo general y con- posible, pues la autorización debe estar contenida en la ley; tampoco, por
forme a la moral cristiana, constituye derecho a falta de legislación positiva" razones más que obvias, la costumbre contra legem tiene vigencia en el de-
(ley 153 de 1887, artículo 13); así mismo, es frecuente la integrativa (Códi- recho penal.
go Civil, artículos 2009 y 2044, entre otros). Y, para acabar de completar la Por último, téngase en cuenta, el derecho consuetudinario indígena (con-
división anterior, está expresamente prohibida la derogatoria: "la costumbre fróntese Constitución Política, artículo 246 y ley 21 de 1991, artículos 8° y
en ningún caso tiene fuerza contra la ley" (Código Civil, artículo 8o). 9o) tiene amplia vigencia, con la condición de que no contraríe el sistema ju-
Como es obvio, no deben confundirse la costumbre, los usos sociales rídico nacional; en otras palabras: está prohibida la costumbre contraria a la
y la jurisprudencia. Ya se dijo que la costumbre era la conducta general y ley, pero parece estar permitida —de manera excepcional— la secundum
repetida en el medio social, considerada por este como jurídicamente obli- legem o integrativa, si se mira el fenómeno desde la perspectiva de la Carta
gatoria; ella, a diferencia de los usos sociales, no supone una reprobación de Fundamental. Ello, como es apenas lógico, genera una serie de obstáculos
tipo meramente social (por ejemplo, las buenas costumbres). Tampoco puede teóricos insalvables desde la perspectiva del derecho legislado, que es el
confundirse con ^jurisprudencia que, como se dirá luego, se identifica con imperante.
los criterios mantenidos por los tribunales al interpretar las leyes; la jurispru-
dencia, aun siendo reiterada, solo puede asimilarse a la costumbre cuando B) La jurisprudencia
i

consagra usos y prácticas anteriores, mas no cuando los jueces arbitran y repi- El vocablo "jurisprudencia" tiene tres acepciones en el mundo jurídi-
ten una solución racional, puesto que ellos no representan necesariamente co: en primer lugar, se usa para denominar la ciencia del derecho (del latín
la convicción jurídica de la comunidad circundante; ni, tampoco, son quie- ius, iuris: "derecho",prudentia, ae: "sabiduría"); en segundo lugar, se alude
nes practican la regla como vinculante en propias incumbencias, sino que la al conjunto dé pronunciamientos de carácter judicial dictados por órganos
entienden existente para otro. judiciales y administrativos; y, en tercer lugar, designa el conjunto de sen-
La confusión, entre costumbre y jurisprudencia ha originado la llamada tencias dictadas en sentido concordante acerca de una determinada materia
costumbre jurisprudencial, esto es, aquella en cuya virtud las decisiones reite- o punto de derecho. Ahora bien, en el sistema jurídico imperante se entien-
radas de los tribunales, si corresponden a la convicción jurídica general, de por tal las decisiones de los tribunales y de los jueces —si se utiliza la locu-
LAS FUENTES DEL DERECHO PENAL 95
94 MANUAL DE DERECHO PENAL

con la aplicación de disposiciones legales fundadas en decisiones posterio-


ción en sentido amplio—, o las determinaciones de los más altos tribunales
res más desfavorables; desde luego, cabe invocar la retroactividad de la
de justicia —en sentido estricto—, por lo cual no cabe duda de que se dirige
decisión posterior más favorable al tenor de lo establecido en el artículo 29,
a la segunda acepción asignada a tal voz.
inciso 3 o , de la Carta Fundamental, y deben, incluso, rectificarse sentencias
Ahora bien, los pronunciamientos judiciales solo compelen al funcio- emitidas con anterioridad por los tribunales ordinarios con base en la anti-
nario de categoría inferior y a las partes que intervienen en el proceso; de resto, gua interpretación constitucional.
no revisten ningún carácter de obligatoriedad, y mucho menos de fuente del
derecho penal. En el ordenamiento jurídico obra, sin embargo, la doctrina C) La doctrina
probable, según la cual tres decisiones de la Corte Suprema de Justicia,
cuando actúa como tribunal de casación, sobre un mismo punto de derecho Por tal se entiende el "derecho científico", o el conjunto de juicios
y siempre que sean uniformes, constituyen doctrina probable y los jueces emitidos por los juristas en su tarea de encontrar la verdad jurídica, no solo
podrán aplicarla en casos análogos (ley 169 de 1896, artículo 4o). Que las al abordar los problemas concretos, sino también cuando realizan la expo-
sentencias judiciales no son fuente de derecho, y del penal en particular, sición sistemática del derecho y emprenden la crítica del sistema penal mis-
parece desprenderse con toda claridad de lo que preceptúa el Código Civil, mo. Los estudiosos del derecho son auténticos portavoces de la comunidad,
en su artículo 17: "Las sentencias judiciales no tienen fuerza obligatoria, sino y su actividad está encaminada a mostrar los desajustes del derecho vigente,
respecto de las causas en que fueron pronunciadas". que los confronta con la realidad social, siempre cambiante.
Desde luego, no cabe duda alguna del carácter obligatorio que en la prác- Las elaboraciones de los doctrinantes del derecho, y del penal en par-
tica tienen las decisiones de los más altos tribunales de justicia, que son aco- ticular, jamás son obligatorias para los jueces, dado que no son fuente for-
gidas con beneplácito por el inferior acudiendo al argumento de autoridad, mal del iuspoenale; sin embargo, se trata de un valioso auxiliar en la acti-
mas no por su carácter obligatorio. Pese a lo anterior, se suele afirmar que vidad del juzgador, y gracias a los diversos modelos de construcción
la jurisprudencia es una fuente de producción derivada y no de validez; in- dogmática se posibilita la elaboración sistemática de un determinado dere-
cluso, mediante ella se logran complementar muchos conceptos de índole cho. Tan cierto es lo anterior, que la misma Carta Magna afirma: "La equi-
valorativa contenidos en los códigos penales, y se logra la unión entre la parte dad, la jurisprudencia, los principios generales del derecho y la doctrina son
general del Código Penal y la especial. criterios auxiliares de la actividadjudiciar (artículo 230, inciso 2o). Así ella,
Consideracirn especial, por supuesto, merecen las decisiones de la Corte entonces, no sea fuente formal del derecho, no deja de ser uno de sus engra-
Constitucional, cuyas sentencias, quiérase o no, poseen un efecto derogato- najes propulsores y la más racional de las fuerzas directrices del ordenamiento
rio. En efecto, si normalmente las leyes solo pueden ser excluidas del orde- jurídico; ello explica el papel protagónico de la doctrina jurídica, sobre todo
namiento por la expedición de L^rmatividades posteriores, una sentencia de de la penal, en las organizaciones estatales contemporáneas cuando se trata de
la Corte Constitucional —organismo al que se le confía la guarda de la in- impulsar las transformaciones de la comunidad jurídica.
tegridad y supremacía de la Constitución, según estipula el artículo 241 de
la ley de leyes—, que declare contraria a la Carta Fundamental una ley, tie- D) El proceso legislativo penal
ne como consecuencia inmediata su derogación con efectos de cosa juzga- Se acostumbra afirmar que la ley penal es el origen por excelencia del
da, como expresamente lo prevé su artículo 243. derecho penal; nada más equivocado: la única y verdadera fuente es el pro-
Lo anterior significa, entonces, que dicho organismo posee un poder le- ceso legislativo mismo, del que la ley penal es apenas un resultado.' Por ello,
gislativo negativo, pues tiene la posibilidad de declarar sin vigencia una se incurre en error cuando se emplea el vocablo "ley penal" para designar
norma penal determinada, aunque no puede crear derecho; si ello es así, sus tanto la norma como la fuente de la que emerge, es decir, la legislación.
fallos no producen el derecho penal, pero sí son fuente negativa, pues poseen Desde un punto de vista formal, puede definirse la ley como toda pres-
capacidad de derogar lo que es contrario a la Constitución Política. Como cripción de carácter general formulada por el Estado con la observancia de
es obvio, so pena de violentar la Carta Magna, no puede otorgárseles efecto ciertas ritualidades preestablecidas; justamente, tales formulismos constitu-
retroactivo a las sentencias de la Corte Constitucional que sean desfavorables yen el proceso legislativo. No obstante, debe distinguirse un concepto de ley
para el encartado, pues —si actúa al amparo de la interpretación constitucional formal y otro material: el primero, designa como tal a aquella que presenta
vigente al momento de la comisión del hecho— no es viable sorprender a este
96 MANUAL DE DERECHO PENAL LAS FUENTES DEL DERECHO PENAL 97

la forma de la ley, esto es, que ha sido expedida por la legislatura mediante que sin su cumplimiento el proyecto no puede ser considerado en la comi-
el procedimiento establecido al efecto; el segundo, se emplea para señalar sión respectiva (Constitución Política, artículo 157-1). Como es obvio, di-
toda norma de carácter general sin que importe su origen. Esta distinción ha cha exigencia se cumple insertando el texto propuesto en la Gaceta del
sido criticada por confusa, y se postula que la única diferencia de importan- Congreso, que es el órgano oficial establecido para llevar a cabo dicho co-
cia es la generalidad o individualidad de la norma que se sanciona. metido.
El proceso legislativo se encuentra regulado en la Constitución Políti- En tercer lugar, la discusión o deliberación. Como norma general, para
ca, artículos 150 a 170, y en el Código de Régimen Político y Municipal, ar- que un proyecto de ley se convierta en ley de la república ha de ser sometido
tículos 51 y 53; en él intervienen el órgano legislativo y el ejecutivo y, de ma- a cuatro debates, el primero de los cuales debe realizarse en la comisión per-
nera excepcional, el jurisdiccional, lo que es consecuencia de la división del manente de cada cámara (Constitución Política, artículo 157-2). Las deci-
poder público en "ramas" (Constitución Política, artículo 113). Los pasos siones se toman por el sistema de quorum que, a su vez, puede ser de varias
por los que tiene que transitar —sin perjuicio de las precisiones que deben clases: en primer lugar, el deliberatorio, esto es, el conformado por la cuarta
hacerse en materia penal— son los siguientes: parte de los miembros de la respectiva comisión de la Cámara o del Congre-
En primer lugar, la iniciativa. Es la facultad de presentar proyectos de so en pleno, según el caso; y el decisorio, o sea, el integrado por la mitad más
ley al órgano legislativo que, para el caso, han de versar sobre materias es- uno de los componentes de la respectiva corporación o, como dice la Carta
trictamente penales; como norma general, el proceso legislativo penal se Fundamental, la mayoría de los integrantes (artículo 145), este es el quorum
puede iniciar en cualquiera de las cámaras: Senado y Cámara de Represen- decisorio ordinario. Ahora bien, algunas veces se exige la conformidad de
tantes (Constitución Política, artículo 154). Tienen la iniciativa los miem- un número mayor de miembros de las cámaras, equivalente a las dos terce-
bros del Congreso, el gobierno nacional (conformado por el presidente de la ras partes de ellos (Constitución Política, artículo 150-17), lo que constituye
república y los ministros), la Corte Constitucional, el Consejo Superior de el quorum decisorio extraordinario.
la Judicatura, la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, el Conse-
jo Nacional Electoral, el fiscal general de la nación, el procurador general de Desde luego, el quorum decisorio implica que las determinaciones se
la nación, el contralor general, el defensor del pueblo, y los ciudadanos, en tomen por mayoría, la cual puede ser: relativa, esto es, la mitad más uno de
los casos de iniciativa popular, lo mismo que los diputados y concejales, en los votos de los asistentes (Constitución Política, artículo 146); absoluta, o
el porcentaje que señala la Constitución Política (artículos 103-1,154, a 156, sea, la mitad más uno de los miembros de la respectiva corporación o comi-
237-4, 251-4 modificado acto legislativo 3 de 2002, 257-4, 268-9, 278-3 y sión (como en los casos de los artículos 150-10, inciso Io, y 167, etc.); y ca-
282-6). Debe anotarse, sin embargo, que los organismos mencionados en el lificada o especial, equivalente a las dos terceras partes de los votos de los
listado anterior tienen la iniciativa legislativa circunscrita a las materias re- miembros de una y otra cámara (caso del artículo 150-17, en materia de am-
lacionadas con las funciones que expresamente les asigna la Carta Funda- nistías e indultos). Como puede apreciarse, el quorum se refiere a las per-
mental (artículo 156). sonas, mientras que la mayoría hace alusión al número de votos.
Por supuesto, no todos los sujetos que tienen iniciativa legislativa pue- En cuarto lugar, la aprobación. Como resultado de la discusión o de-
den presentar proyectos de ley en materia penal, sobre todo si se tiene en liberación, los participantes emiten su decisión en torno al rechazo o apro-
cuenta, como acaba de verse, que para algunos de ellos aparece restringida bación del proyecto por la mayoría de los votos de los legisladores que se exija
al desarrollo de las funciones específicamente asignadas. También, debe en cada caso concreto. Por ello, según la Carta Fundamental, un proyecto se
anotarse, existen casos en los que la iniciativa legislativa —no precisamen- torna en ley cuando ha "sido aprobado en cada cámara en segundó debate"
te en materias penales— está deferida expresamente al gobierno nacional (ar- (artículo 157-3). Ahora bien, si se acepta —como debería hacerse— que toda
tículo 154). normatividad penal debe tramitarse como ley estatutaria (Constitución
En segundo lugar, la publicación. Una vez presentado el proyecto de Política, artículo 152), habida cuenta de que, con mayor énfasis que otras,
ley respectivo, este debe ser objeto de publicación oficial por el Congreso, afecta derechosfundamentales, para poder aprobar, modificar o derogar una
con miras a lograr su difusión, de tal manera que no solo los integrantes de ley penal, se requeriría la mayoría absoluta de los miembros del Congreso
las cámaras conozcan su contenido, sino también todos los habitantes del y que ello se llevara a cabo "dentro de una sola legislatura" (Constitución
territorio estatal. Es de tal trascendencia la cabal realización de esta etapa, Política, artículo 153); no obstante que ello es claro aun en las Constitucio-
98 MANUAL DE DERECHO PENAL
LAS FUENTES DEL DERECHO PENAL 99

nes que sirvieron de modelo a la colombiana —como en la española—, la mo las leyes que lo han modificado. No obstante, la Carta Fundamental les
jurisprudencia constitucional mayoritaria le da un alcance distinto a la Carta señala algunas cortapisas a tales transgresiones: solo el Congreso está facul-
Fundamental. tado para "expedir códigos en todos los ramos de la legislación y reformar
En quinto lugar, la sanción constitucional. Es el acto por medio del cual sus disposiciones" (Constitución Política, artículo 150-2); y está prohibido,
el gobierno refrenda y convierte en ley el proyecto aprobado por las cáma- expresamente, que tal organismo le confiera "facultades extraordinarias" al
ras; esta función le corresponde al presidente de la república, que puede ob- presidente para "expedir códigos", con lo cual se busca evitar que el ejecu-
jetarlo por inconveniencia o inconstitucionalidad. Por eso, la propia Cons- tivo legisle a su antojo (Constitución Política, artículo 150-10, inciso 3o). Así
titución Política establece que un proyecto solo puede ser ley cuando haya mismo, se ha consagrado la exigencia de que las leyes atinentes a "derechos
"obtenido la sanción del gobierno" (artículo 157-4 en concordancia con los y deberes fundamentales", "la administración de justicia" y los "estados de
artículos 165 a 167, 189-9 y 200-1). excepción" [artículo 152, literales a), b) y e)] se tramiten como leyes esta-
tutarias', como es obvio, las leyes penales —sea que aludan a descripciones
En sexto lugar, la publicación o promulgación. Consiste en dar a co- típicas o a consecuencias juridicopenales— son el prototipo de aquellas que
nocer la ley sancionada, acto que se cumple insertando su texto en el Diario afectan derechos fundamentales. Las leyes estatutarias, como se sabe, se ca-
Oficial; la promulgación debe ser ordenada por el presidente de la república racterizan porque sobre ellas se ejerce un control de constitucionalidad es-
y, en casos de excepción, por el presidente del Congreso cuando aquel se nie- pecial identificado por diversas notas: es de carácter jurisdiccional, porque
gue (Constitución Política, artículos 165, 168 y 189-10). lo lleva a cabo la Corte Constitucional; es automático, habida cuenta de que
En séptimo y último lugar, la iniciación de la vigencia. Una vez pro- lo ejerce tal organismo después de que el Congreso de la República ha apro-
mulgada la ley entra en vigencia, momento en el que se entiende incorpora- bado el proyecto de ley correspondiente. Así mismo, es previo, porque se
da al ordenamiento jurídico nacional que, como regla general, es dos meses ejerce antes de la sanción presidencial; es integral, porque comprende la cons-
después de su promulgación (vacatio legis o vacancia legal), salvo dos ca- titucionalidad de todo el proyecto, tanto por su contenido material como por
sos: uno, cuando la misma ley señale el día en que ha de empezar a regir o los vicios de procedimiento en su formación. También es definitivo, por-
autoriza al gobierno para hacerlo; y, otro, cuando "por causa de guerra u otra que una vez expedida la ley estatutaria ella no puede ser demandada en el fu-
inevitable" se suspenden las comunicaciones de algún territorio con la capi- turo por ningún ciudadano; y, para terminar, es participativo, porque en él
tal (Código de Régimen Político y Municipal, artículos 52 y 53). interviene cualquier persona para defender o impugnar la constitucionalidad
El anterior es, a grandes rasgos, el proceso legislativo a que están so- del proyecto de ley, y cuenta con la injerencia de las tres ramas del poder pú-
metidas las leyes penales en el orden normativo nacional, incluso las que blico (legislativo, jurisdiccional y ejecutivo). Esta exigencia, se repite, no
adoptan tratados internacionales sobre la materia que, por mandato consti- se observa como lo demuestra el hecho de que el Código Penal (también el
tucional (artículo 150-16), deben ser incorporados al ordenamiento mediante Código de Procedimiento Penal) se haya expedido desconociendo el trámi-
leyes ordinarias previa revisión de la Corte Constitucional (Constitución te constitucional, lo que encuentra eco en la trasnochada jurisprudencia
Política, artículo 241, numeral 10). Ello significa, entonces, que el tratado constitucional ya mencionada para la cual las legislaciones penales no re-
no es fuente directa o formal, sino el proceso legislativo que origina la ley quieren el trámite de las leyes estatutarias.
respectiva encargada de incorporarlo; la importancia de esta fuente es cada
día más creciente, sobre todo si se tiene en cuenta la manifiesta influencia Como es de suponer, la operancia del principio de legalidad o de reser-
del derecho internacional en la vida moderna que presenta interesantes for- va supone la auténtica consolidación del Estado social y democrático de
mas de organización comunitaria, como el Pacto Andino —todavía en cier- derecho, para lo que no bastan declaraciones simbólicas, sino hechos con-
nes— y la Comunidad Económica Europea. cretos. En otras palabras: se requiere que el organismo encargado de velar
por la guarda, integridad y supremacía de la Constitución, trace una jurispru-
A pesar de ello, debe advertirse, la vigencia del proceso legislativo ha dencia verdaderamente democrática a partir de la cual se pueda desarrollar
sido exigua. En efecto, en el pasado el órgano ejecutivo legisló en materia la Carta Fundamental de cara al nuevo milenio, y se posibilite —por consi-
penal —con el consiguiente desconocimiento del principio de legalidad o de guiente— no sólo todo el replanteamiento del derecho penal positivo sino la
reserva—, al expedir leyes penales que acudían a los estados de excepción tan anhelada transformación social.
y a la reserva delegada mediante leyes de facultades; incluso, obsérvese, el
Código Penal vigente ha sido tramitado mediante una ley ordinaria, y lo mis-
CAPÍTULO QUINTO

LA NORMA PENAL

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5. VELÁSQUEZ V., 2'


102 MANUAL DE DERECHO PENAL LA NORMA PENAL 103

I. LA TEORÍA DE LA NORMA PENAL años". De esta manera, el delincuente no quebranta la ley penal, sino que
ajusta su comportamiento a ella infringiendo, realmente, una norma que pres-
Cuando se aborda el estudio de las reglas en este sector del ordenamiento cribe o manda una determinada conducta anterior a la ley: el delincuente
jurídico, debe tenerse en cuenta que es procedente enfocarlas desde por lo cumple el supuesto de hecho de la ley; por tanto, no lesiona la ley penal en
menos tres puntos de vista, atendiendo a su naturaleza —en qué consisten, forma alguna.
qué las caracteriza—, a su ubicación dentro del sistema jurídico y a su gé-
Hasta aquí, no cabe duda, se trata de una posición de corte imperativis-
nesis —cómo surgen—. Estos tres aspectos son los que, desde el siglo xix,
ta que entiende la norma como la conciben los partidarios de la tesis monista
han dado origen a la denominada "teoría de las normas".
ya examinada; sin embargo, sus mismos defensores insisten en que también,
A) Naturaleza en alguna medida, las normas son juicios de valor sobre actos y por ello
obligan al comportamiento humano, lo motivan: el imperativo—prohibición
A fin de precisar la esencia y las características propias de las normas o mandato— solo es posible en virtud de esa valoración.
jurídicas, se han elaborado diversas concepciones, entre las que deben des- En tercer lugar, debe mencionarse la teoría dualista. Esta concepción
tacarse las siguientes: se abre paso haciendo la crítica frontal de la teoría de los imperativos; en
En primer lugar, la teoría monista o de los imperativos. Según esta ela- efecto, los primeros pasos se dan cuando F. VON LISZT afirma que "la pena
boración, la norma tiene el carácter de una orden que los ciudadanos deben está al servicio de la protección de bienes jurídicos", y la historia del dere-
obedecer, sin tomar en cuenta la consecuencia jurídica correspondiente; se cho penal no es otra cosa que el desarrollo "de los intereses de la humanidad
trata, en otras palabras, de imperativos —mandatos o prohibiciones— por declarados bienes jurídicos", por lo que no se debe punir el hecho, sino al
medio de los que se expresa la voluntad de la comunidad organizada —Es- autor. Con este punto de partida, se pudo concebir la norma como un juicio
tado— o del legislador, dirigidos a todos los habitantes, de quienes se exige de valor, como norma objetiva de valoración: la antijuridicidad contiene un
un comportamiento ajustado a tales imperativos. En su versión más origi- juicio de des valor sobre el hecho, y la culpabilidad, un juicio de des valor sobre
naria, esta postura sostiene que la norma supone la vinculación de dos vo- el autor; como es de suponer, tal enfoque implica asumir una postura preven-
luntades: la del soberano, que impone la regla jurídica, y la del ciudadano, tiva de la pena.
llamado a cumplirla. Pronto, sin embargo, partiendo de una concepción mixta de la sanción
Tras dicho enfoque, como es de suponer, subyace una concepción ab- penal —retribución y prevención al mismo tiempo—, E. MEZGER formuló la
solutista del Estado, y el entendimiento de las disposiciones penales como teoría dualista según la cual las reglas jurídicas no solo son normas objeti-
normas subjetivas de determinación. Voceros de esta corriente son A. H. VON vas de valoración, sino, además, normas subjetivas de motivación (o de
FERNECK, A. THON, E. R. BIERLING y J. AUSTIN. determinación)', lo primero tiene influencia en el injusto penal, y lo segundo
En segundo lugar, la teoría de las normas de BINDING. Una concepción en la culpabilidad. La norma penal es, entonces, igual a un juicio de valor
bastante emparentada con la anterior, que —contra lo afirmado por la gene- más un imperativo. En otras palabras: el derecho no es solo un imperativo,
ralidad de los expositores— deja algunas dudas sobre su exclusivo carácter esto es, norma de determinación, sino que también es norma de valoración.
monista, es la elaborada por K. BINDING (1872) complementada posteriormen- Desde luego, estos dos aspectos de la norma no aparecen siempre de forma
te por A. KAUFMANN (1954), y que cuenta en la actualidad con innumerables proporcional, pues bien puede suceder que en unos casos se ponga más én-
cultores en el ámbito del derecho penal. Según esta postura, deben distin- fasis en la afectación al bien jurídico que en la voluntad que ha guiado la ac-
guirse los conceptos de norma y ley penal: las normas son proposiciones de ción, o al contrario; de todas maneras, debe quedar claro que en un sentido
derecho que exigen hacer algo: "¡debes prestar ayuda al necesitado!"; o pro- intrínseco la norma penal se debe entender a partir de las concepciones mixtas,
hibiciones de hacer algo: "¡no debes matar!"; esto es, se trata desórdenes o pero desde un punto de vista sustancial o material, su contenido no puede ser
imperativos que pueden estar o no estar escritos, y son anteriores a la ley mis- otro que la protección de bienes jurídicos.
ma. La ley penal, en cambio, se presenta como una disposición de derecho En fin, en cuarto lugar, otra importante posición sobre la naturaleza de
escrita, dirigida al juez, que lo autoriza para que derive efectos penales de la la norma que no puede ser soslayada es la derivada de la teoría pura del
transgresión de la norma, como sucede con el artículo 103 del Código Pe- derecho defendida por H. KELSEN, que rechaza abiertamente la teoría de las
nal: "el que matare a otro, incurrirá en prisión de trece (13) a veinticinco (25) normas de K. BINDING, pues para él la esencia del ordenamiento y de la ñor-
104 MANUAL DE DERECHO PENAL LA NORMA PENAL 105

ma jurídica es la imposición de deberes. Si ello es así, todas las reglas jurí- El derecho, pues, no puede reducirse a una sola clase de reglas, y debe
dicas tienen la misma estructura y, por tanto, carece de sentido distinguir entre concebirse como la unión de diferentes tipos de normas, evitándose la de-
norma y ley. La norma jurídica es un juicio hipotético que enlaza ciertas formación de la realidad jurídica. Por ello, para H. L. A. HART, las reglas o
consecuencias a determinadas condiciones; estas últimas consisten en con- normas de derecho se pueden clasificar en el siguiente orden: primarias, que
ductas humanas indebidas a las que se atribuyen, por un vínculo de deber ser, les prescriben a los individuos la realización de ciertos actos, quiéranlo o no,
determinadas consecuencias —actos coercitivos del Estado— con lo que la y les imponen obligaciones, dada su fuerza compulsiva, como sucede con las
estructura lógica de la norma es "si A es, debe ser B". Gracias a ello habla consagradas en el Código Penal; secundarias, esto es, las que no se ocupan
de una norma primaria y de otra secundaria: "llamamos norma primaria a directamente de lo que los individuos deben o no hacer, sino de las reglas
primarias, y que pueden subdividirse de tres maneras distintas: normas de
la que establece la relación entre el hecho ilícito y la sanción, y norma se-
reconocimiento, las que permiten identificar cuáles normas forman parte del
cundaria a la que prescribe la conducta que permite evitar la sanción". Así, sistema jurídico y cuáles no; de cambio, las que dinamizan el orden jurídico
por ejemplo, en el artículo 103 del Código Penal, se tendría: "si matas, ten- e indican procedimientos para que cambien en el sistema las normas prima-
drás sanción de 13 a 25 años de prisión" (norma primaria); "no debes matar; rias; y de adjudicación, las que les dan competencia a ciertos individuos
si..." (norma secundaria). —por ejemplo, los jueces— para establecer si un particular ha infringido una
Esta teoría, a diferencia de la de los imperativos, llama la atención sobre norma jurídica o no lo ha hecho.
la coacción o sanción, que es lo definitorio de la norma, aspecto no reparado En segundo lugar, debe mencionarse la postura de R. P. CALLIESS —que
por las concepciones monistas o dualistas, que quedarían relegadas a un se- sigue los derroteros de N. LUHMANN y J. HABERMAS—, quien concibe la nor-
gundo plano. A semejanza de las posturas monistas, la teoría pura conside- ma como un proceso comunicativo interactivo', para él, la regla jurídica como
ra que todas las normas tienen la misma formulación, así su naturaleza sea estructura comunicativa no se refiere a sujetos aislados unos de otros, sino
distinta; y conduce, en verdad, a un doble monismo: por un lado, solo reco- a personas o grupos dentro de un contexto de interacción social. Así, por
noce dentro del orden jurídico la actividad del Estado, y niega la de los ciu- ejemplo, el inciso I o del artículo 239 del Código Penal dice: "el que se apo-
dadanos; por el otro, solo concibe en el ordenamiento jurídico normas de dere de una cosa mueble ajena, con el propósito de obtener provecho para sí
sanción, y desconoce cualquier otro tipo de reglas. o para otro, incurrirá en prisión de dos (2) a seis (6) años". En esta prescrip-
ción de la parte especial, como en cualquiera otra, se hallan inmersas diver-
Una variante del enfoque kelseniano es la concepción egológica, que sas personas en conexión: mientras un sujeto (ego: autor) actúa generalmente
distingue entre endonorma y perinorma, esto es, entre norma secundaria y en forma activa, sobre otro sujeto (alter: víctima) recae esa actuación; un ter-
norma primaria, respectivamente. cero (tercero: el juez) está llamado a reaccionar frente a ella con una pena.
Se trata, entonces, de un complejo de expectativas recíprocas, en el que cada
B) Ubicación de la norma y estructura del sistema jurídico uno de los involucrados espera el comportamiento y los intereses de los otros;
Dos tipos de planteamientos discurren, en esencia, sobre el asunto: la este modelo es aplicado por dicho expositor a todo el derecho que, en rea-
lidad, origina un monismo en cuya virtud se uniforma el tratamiento de las
teoría analítica inglesa y el funcionalismo alemán.
diversas normas jurídicas en cuanto a su estructura.
En primer lugar, según H. L. A. HART, el lenguaje utilizado en la enun- Como se ve, pues, al autor no le interesa tanto la estructura lógica de la
ciación y aplicación de las reglas constituye un sector especial del discurso norma penal como su dinámica social, la función que cumple en el sistema
humano que lleva a confusión, si no se le presta la atención debida. El de- social; en ello, justamente, radica la novedad de su planteamiento, que pre-
recho, dice, es un ejemplo muy complejo de este tipo, y a veces, para captar tende, sin duda, llamar la atención sobre la necesidad de aproximar el dere-
sus características, debe desviarse la mirada de él y dirigirse a cosas más cho penal a las ciencias sociales, además de que se esfuerza por llevar a cabo
simples, que a pesar de múltiples diferencias participan con aquel de esas ca- una fundamentación democrática de este.
racterísticas. Ello le permite criticar la tesis kelseniana que, según afirma,
solo funciona para las leyes penales y algunas civiles, y olvida la existencia C) Génesis de la norma
de un importante grupo de normas cuya función es conferir facultades o po- En el ámbito juridicopenal no es frecuente encontrar trabajos que ex-
testades, sin ser viable reducirlas a las que imponen deberes y se consideran pliquen la procedencia u origen de la norma; por eso debe resaltarse la contri-
"fragmentos" de ellas. bución de M. E. MAYER, que desde un plano sociológico estudia el nacimiento
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de ellas. Para él, toda regla del Estado ya ha valido como norma cultural en sición en la que el supuesto va enlazado a la sanción por una cópula; esta ter-
una sociedad, por lo que la creación del derecho positivo es el "reconocimien- minología es preferible a la de precepto y sanción, que recuerda la concep-
to por parte del Estado de las normas culturales"; a poco observar, se capta ción monista de los imperativos de donde proviene. Sin embargo, a diferen-
que se trata de una variante de la teoría de las normas de K. BINDING, con la cia de otras reglas jurídicas, el supuesto de hecho de la norma penal aparece
diferencia de que para el citado expositor la regla de derecho tiene un origen integrado por un tipo penal a veces denominado impropiamente "hecho
social, por lo cual se expone a iguales críticas. punible", "conducta punible" o "delito"; entre tanto, la consecuencia jurídi-
Sea lo que fuere, es indudable que la creación de las normas penales es ca está conformada por una pena o una medida de seguridad.
básicamente el producto de una decisión política, aunque no debe descartar- Las normas penales que poseen dicha estructura se conocen como com-
se que también se explican a partir de la necesidad de verter los principios pletas, a cuyo lado aparecen las incompletas y las llamadas en blanco. Las
inspiradores de la Ley Fundamental del Estado en la normatividad penal. completas contienen un supuesto de hecho y una consecuencia jurídica; así
Las posturas que estudian este problema, desde un ángulo sociológico sucede, por ejemplo, con la vertida en el artículo 103 del Código Penal: "el
pueden dividirse en dos grupos distintos: las teorías del consenso y las del que matare a otro, incurrirá en prisión de trece (13) a veinticinco (25) años".
conflicto. En esta disposición se consagra con toda claridad el supuesto de hecho: "el
Según las primeras —o consensúales—, la sociedad se explica a partir que matare a otro"; y también la consecuencia jurídica: "incurrirá en prisión
de un modelo de organización colectiva fruto del acuerdo, por manera que de trece (13) a veinticinco (25) años".
todas las instituciones políticas y jurídicas que la conforman, incluido el de- Naturalmente, el supuesto de hecho y la sanción pueden encontrarse re-
recho penal, encuentran su expresión en las convicciones de la mayoría pre- partidos en diversos artículos de la ley penal, como sucede, por ejemplo, en
dominante en una comunidad. De esta suerte, las normas penales aparecen los casos de los artículos 226 y 220; 111, y 112, inciso Io, etc., sea que se ha-
aceptadas en forma general y se produce una integración de expectativas di- llaren en una misma sección o en idéntico capítulo en inmediata conexión.
ferentes en cuya virtud la sociedad funciona con la misma armonía de un or- O que dos o más normas penales se encuentren consignadas en un mismo
ganismo, no obstante las contradicciones que puedan presentarse. Este tipo artículo, como sucede en los artículos 265 y 397, del Código Penal, etc.
de planteamientos se encuentra ya en E. DURKHEIM, T. PARSONS, N. LUHMANN Las incompletas o dependientes, verdaderos fragmentos de norma, no
y R. MERTON.
consagran por sí mismas un supuesto de hecho o una consecuencia jurídica,
Las segundas —o teorías del conflicto—, entre tanto, conciben la or- aunque son oraciones gramaticalmente completas; buenos ejemplos son las
ganización social a partir de un modelo que es fruto de la lucha de contra- disposiciones del libro primero o parte general, y algunas de la parte espe-
rios; un arquetipo que explica el permanente cambio de la estructura colec- cial, sea que aclaren, restrinjan o remitan a las normas penales completas.
tiva y supone la coerción que algunos de sus miembros ejercen sobre los otros.
Por último, las normas en blanco se caracterizan porque el supuesto de
Las normas, pues, no son socialmente aceptadas, sino que constituyen ins-
hecho —contentivo de la conducta mandada o prohibida y del resultado cuan-
trumentos de poder en manos del grupo dominante, que ha diseñado un sis-
do este se exige— aparece consignado, total o parcialmente, en una regla de
tema legal de naturaleza coercitiva.
carácter no penal; en verdad, lo de "en blanco" no es toda la norma, sino el
Así las cosas, en el ámbito penal la regla jurídica surge en torno a los supuesto de hecho, por lo cual sería más apropiado hablar de tipos penales
intereses de determinados grupos de poder, y es producto de un proceso com- en blanco —como lo hace el Código Penal en su artículo 6o, inciso 2o—, que
plejo en el cual participan la mayoría, un grupo homogéneo, o una instancia son objeto de concreción mediante un elemento futuro. El anteripr concep-
institucionalizada, lo que a su vez implica un juego de diferentes fuerzas. to —en contra de quienes opinan que también lo son— no cobija aquellas
Voceros de esta concepción son R. DAHRENDORF, W. J. CHAMBLISS, A. PLATT,
normas cuyo tipo se consigna en la misma ley penal como, por ejemplo, los
H. HAFERKAMP, etc.
casos previstos en el artículo 226 en armonía con el artículo 220, o el artícu-
lo 295 en armonía con el artículo 286 del Código Penal, etc.; ni tampoco se
II. ESTRUCTURA LÓGICA refiere solo a aquellos casos en los que el supuesto de hecho está determina-
do por una autoridad de categoría inferior a la que dicta la norma penal.
Como toda norma jurídica corriente, la penal suele constar de un supues- Por supuesto, este concepto tampoco se puede confundir con las nor-
to de hecho y de una consecuencia jurídica, y tiene la forma de una propo- mas que hacen remisiones a otras como, de manera infortunada, afirma la ju-
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LA NORMA PENAL 109

risprudencia constitucional, al sembrar no pocos equívocos en esta materia III. ELEMENTOS INTEGRANTES
—confróntese sentencias C-559 de 4 agosto 1999; C-333 de 29 marzo 2001,
con acertado salvamento de voto; y C-404 de 19 abril 2002, entre otras—. Como se ha precisado, caracteriza a la norma o proposición juridicope-
nal que su supuesto de hecho tiene por objeto la descripción de una conduc-
Desde luego, sin perjuicio de poder emitir otros conceptos de norma en
ta punible (delictiva o contravencional) y sus consecuencias jurídicas son
blanco, se pueden citar como ejemplos —advirtiendo que ninguna de ellas
penas o medidas de seguridad. De ello se desprende que los conceptos ju-
supone un tipo totalmente en blanco, pues en el ordenamiento vigente no exis-
rídicos fundamentales son, justamente, el delito, la contravención penal, la
te un solo evento que se acomode totalmente a dichas características— las
pena y la medida de seguridad.
contenidas en los artículos 153, 200, 309, 325, 328, 330 a 332, 334, 336 a
338,368,408,410 del Código Penal, etc., que, en unos casos de manera más A) El supuesto de hecho
clara que en otros, pueden corresponderse con dicha técnica legislativa. En
fin, téngase en cuenta que el empleo de estas figuras no parece aconsejable Como el tipo penal puede comprender una figura delictiva o contraven-
sobre todo porque, en la práctica, puede implicar el desconocimiento de los cional, según el respectivo sistema jurídico, debe estudiarse cada uno de ellos
postulados limitantes del ejercicio del iuspuniendi del Estado; sin embargo, por separado.
de forma preocupante, la utilización de este mecanismo se viene incremen-
tando al tratarse de materias atinentes al medio ambiente, el urbanismo, la a) El delito
ordenación territorial, delitosfinancierosy societarios, entre otras, lo que obli- Para definirlo se han ensayado diversos criterios de índole jurídica, fi-
ga al estudioso a encender las luces de alerta y estar atento para evitar que la losófica, religiosa, moral, psicológica, etc.; no obstante, sin perjuicio de emitir
desbocada carrera legislativa observada termine arrasando con los postula- diversas nociones extrajurídicas, debe estudiársele desde el ángulo del de-
dos de legalidad y taxatividad y, por ende, sacrificando las garantías —el úni- recho positivo, esto es, formalmente, entendiendo por tal toda conducta
co patrimonio por el que puede abogar un derecho penal respetuoso de la dig- humana que el ordenamiento jurídico castiga con una pena. Con semejante
nidad del ser humano—. noción se le rinde tributo al principio nullapoena sine lege, vigente en el de-
Como es obvio, la consagración prevista en el artículo 6o, inciso 2o, en recho penal positivo (Constitución Política, artículo 29 y Código Penal, ar-
el sentido de que "la preexistencia de la norma también se aplica para el tículo 6o), que impide consagrar como delito toda conducta que no corres-
reenvío en materia de tipos penales en blanco" —como debe hacerse desde ponda a los dictados de la ley penal. Sin embargo, una definición como esta
una perspectiva garantista—, debe ser entendida en armonía con las previ- no indica cuándo un determinado comportamiento merece castigarse o no con
siones del inciso Io, por cuanto prevé como garantía substantiva, derivada una pena; como se recordará, gracias al principio de la necesidad de inter-
del principio de legalidad, el carácter previo de la ley penal, de tal manera vención, el Estado —y con él el legislador— solo puede asegurar la protec-
que al agente no se le pueda juzgar sino conforme a las leyes preexistentes ción de bienes jurídicos cuando ello resulte imprescindible, puesto que la pena
al acto que se le imputa. Si, por el contrario, se entendiera de forma aislada es el más severo mecanismo con el que cuenta el ordenamiento jurídico. En
el contenido del inciso 2o, debería concluirse que el legislador limitó com- fin, parece evidente que la nocividad social de ciertos comportamientos es
pletamente el alcance de las normas penales en blanco, porque estas figuras la ratio essendi de las prohibiciones y de los mandatos penales, y que del
no podrían ser de complementación futura, esto es, no serían una especie de estudio de la génesis de las prohibiciones penales se infiere que estas tienen
letra o de cheque en blanco que gira el legislador; en otras palabras: con tal un sustrato material. Debe, pues, emitirse un concepto material de delito.
entendimiento del asunto, debería afirmarse que se ha desnaturalizado total- Elementos esenciales del delito, mirados desde esta perspectiva, son el
mente la figura de la norma penal en blanco, al aceptarse que solo son via- injusto y la culpabilidad; delito es todo injusto culpable. Ello ha permitido
bles los reenvíos estáticos, mas no los dinámicos. a la ciencia del derecho penal, desde hace más de un siglo, elaborar un con-
Así, pues, el legislador ha sido claro: la norma penal que contiene el reen- cepto material de delito que se reduce a una doble valoración negativa: des-
vío tiene que ser prevista en una ley anterior al acto imputado al agente como valor sobre el hecho o injusto', y desvalor sobre el autor o culpabilidad, el
lo impone el postulado de legalidad; no obstante, el empleo de esta técnica mismo que ha acogido expresamente el legislador (Código Penal, artículos
legislativa se ha generalizado de tal la forma en el Código Penal, que nada T y 9o a 12). El injusto es la desaprobación del acto por el legislador, mien-
asegura el respeto de tal apotegma si no se diseñan férreos controles que pon- tras que la culpabilidad es el "reproche" dirigido contra el autor de ese acto
gan en cintura tal mecanismo. por el juez.
110 MANUAL DE DERECHO PENAL LA NORMA PENAL 111

Ahora bien, el injusto (desvalor sobre el hecho), a su vez, implica la com- • . 1. Concepto. En forma genérica puede decirse que la pena es la con-
probación de dos juicios negativos de valor: por un lado, para que el delito secuencia jurídica que se le impone a quien comete un delito; su origen se
merezca una pena, debe lesionar o poner en riesgo un determinado bien ju- pierde en la historia de los tiempos, y se remonta hasta el pensamiento mágico,
rídico —por ejemplo, la vida—, por lo que se debe situar en él el desvalor aunque dicha forma de sanción pública se encuentra ya en el derecho de Israel,
de resultado (el bien jurídico); y, por el otro, para que sea merecedor de pena, en Roma y en el derecho germánico.
se necesita una transgresión de los valores eticosociales, por lo que debe in- Ahora bien, de manera más precisa, puede señalarse que desde un pun-
cluirse el desvalor de acción. La culpabilidad o el desvalor sobre el autor to de vista formal la pena es un mal que impone el legislador por la comisión
se traduce en un "juicio de reproche" (o en un juicio de exigibilidad) de ín- de un delito; o la consecuencia asignada a la persona que ha realizado una
dole jurídica dirigido al autor de ese hecho, esto es, la reprochabilidad. conducta punible. Pero esta noción no dice nada sobre la naturaleza de ese
De esta manera, entonces, desvalor de acción, desvalor de resultado y mal, ni por qué ni con qué fin se impone; en otras palabras: debe suminis-
desvalor sobre el autor o reprochabilidad son los tres pilares sobre los que trarse un concepto material de pena que permita abordar su contenido. Res-
asienta la actual ciencia del derecho penal el concepto material de delito. ponder a estos últimos interrogantes ha sido, sin embargo, uno de los asuntos
más discutidos a lo largo de la historia del derecho penal, y lleva involucra-
b) La contravención penal do un problema filosófico, sociológico, político, etc. Para tratar de lograr ma-
También, el supuesto de hecho de la norma penal puede aludir a una yor claridad en la exposición se suele distinguir entre su naturaleza, justifi-
figura contravencional (Código Penal, artículo 19), por lo que se debe estu- cación, sentido, fin y fundamento, aunque la terminología no siempre es
diar esta modalidad de infracción a la ley penal, aunque el propio estatuto coincidente.
punitivo no le da importancia, pues solo prevé delitos; sea lo que fuere, me- 2. Naturaleza. A no dudarlo, la pena es una manifestación del Estado,
diante el derecho penal complementario se ha empezado ya a introducir tal es expresión del poder estatal traducida en una injerencia directa sobre el con-
modalidad de conducta punible. denado, a quien se le priva de determinados bienes jurídicos (la libertad, el
Ahora bien, la verdad es que no existe un criterio sólido para distinguir patrimonio, el honor, etc.), para asegurar la protección eficaz de los intere-
el delito de la contravención penal, pues entre ambas figuras solo es posible ses tutelados por la ley. Históricamente, la pena ha envuelto siempre des-
encontrar diferencias de tipo cuantitativo, según el juicio que en torno a ello pliegue de poder, coacción, lo que posibilita la supervivencia del derecho pe-
emita el respectivo legislador histórico, si se tiene en cuenta que todos los nal como suprema herramienta de control social.
criterios cualitativos ensayados han demostrado su más absoluto fracaso. Así 3. Justificación. El problema en torno al por qué de la pena es el más
las cosas, lo único que podría decirse en cuanto a la distinción es que las con- clásico de la filosofía del derecho, y se pueden aglutinar en dos grupos las
travenciones penales son una especie de conducta punible de menor grave- teorías que tratan de resolverlo (sobre ello, L. FERRAJOLI). En el primero, apa-
dad que el delito, no solo desde el punto de vista del injusto, sino también recen las llamadas doctrinas justificadoras, que emiten razones de diverso
desde el de la pena imponible; por ello, todo lo afirmado en relación con el orden para fundamentar la pena y, por ende, el derecho penal: se impone para
delito desde los planos formal y material es igualmente predicable de ellas. mantener el orden jurídico, condición fundamental para asegurar la convi-
Como es obvio, no se alude a las transgresiones o faltas de naturaleza admi- vencia en comunidad, pues sin ella el ordenamiento jurídico dejaría de ser
nistrativa —a veces también llamadas contravenciones— materia propia del coactivo para convertirse en una simple recomendación no vinculante (jus-
derecho administrativo sancionador, según ya se dijo. tificación jurídico-política); es necesaria para "satisfacer la sed de vengan-
za de la comunidad" (justificación psicologicosocial); o con ella se busca
B) La consecuencia jurídica posibilitar "la expiación como actividad moral autónoma" (justificación
eticoindividual).
La norma penal, a diferencia de otras, presenta una sanción que puede En el segundo grupo un amplio número de corrientes —las llamadas
revestir la forma de una pena o de una medida de seguridad. A continuación doctrinas abolicionistas— postulan que la pena no tiene comprobación al-
se trata de cada una de ellas. guna y que debe abolirse el derecho penal, sea porque impugnen de raíz su
a) La pena fundamento eticopolítico, o sea porque entiendan que las ventajas que reporta
Es la forma principal de reacción con que cuenta el derecho punitivo. son inferiores a los costos que representa.
112 MANUAL DE DERECHO PENAL LA NORMA PENAL 113
I «

Sin embargo, más allá de esas explicaciones, es evidente que la pena nes olvidan que la pena persigue unos fines ciertos y parten de presupuestos
tiene su razón de ser en aquellos casos en los que el comportamiento prohi- filosóficos indemostrados: el libre albedrío y la idea de culpabilidad enten-
bido perjudica de manera insoportable la coexistencia libre y pacífica de los dida en sentido tradicional. En fin, no debe perderse de vista que gracias a
i ciudadanos y no resultan adecuadas para impedirlo otras medidas juridico- estas concepciones es posible graduar la culpabilidad del sujeto para impo-
criminales menos radicales, según el sistema socioeconómico y la forma de ner la pena: a una culpabilidad leve —por ejemplo, un pequeño hurto— co-
Estado imperante. La pena, pues, se justifica por su necesidad para el man- rresponde una pena leve, y a una culpabilidad grave —un asesinato con ánimo
tenimiento de la convivencia social, que se comprueba empíricamente; una de lucro, o un daño ecológico de entidad—, una pena grave. Su gran aporte,
sociedad que renunciara a su poder penal se entregaría a sí misma y se disol- pues, es haber suministrado el grado de culpabilidad del agente como cri-
vería para dar lugar al caos y a la anarquía. terio para imponer la pena.
4. Sentido y fin {teorías sobre la pena). Si sobre los problemas anterio- El segundo grupo de teorías es el de las relativas. A diferencia de las
res parece existir un relativo acuerdo doctrinario —no obstante los diversos anteriores, estas posiciones atienden solo a la idea definen desmedro del "sen-
puntos de partida—, no sucede lo mismo con los dos asuntos que ahora se tido" de la pena (punitur, ne peccetur); el fin —relativo— de la pena no es
examinan (por qué y para qué se pena), en torno a los que se ha erigido la la retribución de la culpabilidad pasada, sino la prevención de futuros deli-
tradicional lucha de escuelas de donde han surgido las teorías sobre la pena: tos, por eso se les conoce también como teorías de la prevención. La pena
absolutas, relativas y eclécticas o de unión, cada una de las cuales responde actúa, bien sobre la persona del autor, desalentándolo a que cometa futuros
a una concepción del Estado y, por ende, del derecho penal; por ello, es válido delitos: prevención especial; o bien sobre la comunidad jurídica, amenazán-
plantear que la historia de las teorías de la pena es la gesta universal del de- dola con la ejecución de un castigo, asegurando así el respeto a las prohibi-
recho penal. ciones y a los mandatos legales por medio de la intimidación: prevención
general. En ambos casos, pues, la pena es necesaria para evitar la comisión
El primer conjunto de teorías es el conformado por las concepciones ab-
de delitos.
solutas. Se denominan así porque para ellas la pena solo persigue el logro
de valores universales (punitur, quia peccatum est) —lo básico no es el fin, La prevención general ha sido predicada por filósofos como J. BENTHAM
sino el sentido de la pena—, tales como "la realización de la justicia": im- (1748-1832) con su punto de partida utilitarista y A. SCHOPENHAUER (1788-
poner una pena es una condición indispensable para que reine la justicia en 1860); por P. J. A. FEUERBACH (1775-1833), considerado el padre de la cien-
la Tierra; o "el imperio del derecho": la pena está orientada a restaurar el cia penal alemana, quien la desarrolló a partir de su "teoría de la coacción
derecho cuando ha sido quebrantado; se habla, por ello, de las teorías retri- psicológica"; y es la postura que el psicoanálisis, gracias a la obra de S. FREUD
butivas. También deben ubicarse aquí aquellas posturas que, sobre todo en (1856-1939), proclama. Por lo demás, es la opinión que primó entre los
el plano religioso, entienden la pena como la expiación por el mal cometido pensadores iusnaturalistas de los siglos xvn y xvm.
(el delito, equiparado a pecado). No obstante, puede hablarse de una prevención general positiva o de la
Defensores de las corrientes retribucionistas fueron los dos grandes fi- integración, cuando se le asigna a la pena la función real de asegurar la fi-
lósofos del idealismo alemán (I. KANT: 1724-1804, y G. W. F. HEGEL: 1770- delidad de los asociados al orden constituido y a las instituciones (G. JAKOBS
1831). Las concepciones expiacionistas —verdadera variante de las doctri- y los penalistas del nacionalsocialismo), o la estabilización de la conciencia
nas absolutas, como ya se dijo— imperan en el plano religioso, tanto en los del derecho a partir del entendimiento de este como una forma más de con-
credos católicos como en los protestantes. trol social (W. HASSEMER); y de una prevención general negativa o. de la inti-
midación, si se le atribuye a la pena como función disuadir a los ciudadanos
A manera de crítica se ha dicho que estas posturas, tanto en su variante mediante su amenaza o su utilización (A. Ross, P. J. A. FEUERBACH).
de la expiación como en la de la retribución, corresponden a momentos polí-
Numerosas objeciones se le han hecho a estas construcciones, y se ha
ticos ya superados: el absolutismo, en el primer caso, y los albores del capi-
talismo, en el segundo; detrás de ellas, sin duda, se esconde una concepción advertido que no todas ellas son necesariamente predicables de algunas de
autoritaria del Estado y de la pena. A ello se añade que, desde un punto de sus variantes:
vista científico, no son válidas en el campo del derecho penal actual, pese a De la prevención general negativa se dice que, como acude al terror
la notable influencia que han tenido en la doctrina tradicional, y pueden lle- estatal, al miedo, a la intimidación, es insostenible desde la perspectiva de
var a consecuencias politicosociales indeseables. En fin, estas elaboracio- un Estado social y democrático de derecho, que no puede tolerar penas dra-
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conianas, ni permitir que al hombre se le cosifique y se le convierta en ins- cosifican y pierden el respeto a su dignidad humana; así mismo, el hecho de
trumento para los fines del Estado, por lo que cae en una justificación del de- que partan de una supuesta "peligrosidad social" del individuo no les permi-
recho penal expresamente inmoral. Así mismo, que tampoco es susceptible te explicar el fundamento de la pena cuando no hay posibilidad de que este
$ de verificación empírica, pues se convierte en una cuestión de fe o simple- reincida, y pueden llevar al absurdo, al plantear un internamiento de por vida,
mente de disquisición filosófica; en fin, que cae en un utilitarismo desenfre- incluso cuando el delito es de poca monta o, sencillamente, no existe —pe-
nado. Además —y la crítica también alcanza a las posturas positivas—, que ligrosidad predelictiva—. Por ello, el punto más crítico de estas doctrinas
tampoco brinda un criterio sólido para determinar la duración de la pena, pues cuando proclaman la resocialización como tarea de la pena, es el cuestiona-
predica que ello debe hacerse dependiendo de los fines sociales y políticos miento de para qué y a qué sociedad se dirigen.
perseguidos por el Estado y no del acto o hecho cometido; en fin, que dada También, se ha dicho, son impracticables porque deben acudir a la pre-
su generalidad, está pensada para la colectividad y olvida al individuo con- vención general; y a pesar de su punto de partida político, son las más anti-
creto. liberales y antigarantistas que jamás se hayan diseñado, y justifican mode-
De laprevención general positiva se afirma que conceptos como los de los de derecho penal máximo. Y, en la que parece la crítica más certera,
la "fidelidad al derecho", "ejercicio en el reconocimiento de la norma", etc. desconocen el principio del acto o del hecho inherente a cualquier concep-
—que suponen la confusión entre derecho y moral—, deben rechazarse por ción demoliberal del derecho penal, puesto que consideran los delitos como
inasibles y gaseosos; además, su punto de partida es extremadamente con- patología, y las penas como terapia mediante la amputación o la curación.
servador y propicia una justicia penal clasista. Así mismo, dada su cercanía En fin, estas concepciones responden a un momento político ya supe-
con la idea de retribución, termina confundiéndose con ella; amén de que pro- rado, pues surgieron a la luz de la concepción liberal intervencionista de fines
clama una pena simbólica, reflejo de un poder político absoluto, ilegítima des- del siglo xix y comienzos del xx que gestó el totalitarismo de Estado, y son
de la perspectiva de un Estado social y democrático de derecho. fruto de posturas filosóficas deterministas.
A su vez, la prevención especial fue defendida por F. VON LISZT (1883), Deben mencionarse, así mismo, las teorías de la unión. Estas posturas
para quien la pena tenía como fin la tutela de los bienes jurídicos y solo era plantean una solución de compromiso afirmando que el sentido de la pena
justa cuando resultaba necesaria para proteger aquellos intereses, esto es, en es la retribución y su fin es la prevención general y especial; se trata, pues,
la medida que se adaptaba a la idea de fin. Este expositor proclamó en su "Pro- de desechar los puntos críticos de las diversas posturas y de rescatar los bene-
grama de Marburg" que la pena, a la que sumaba la medida de seguridad pre- ficios de cada una. Así, por ejemplo, la retribución tiene la gran ventaja de
ventiva, tenía como cometido corregir al delincuente susceptible de repren- servirle de límite al ius puniendi del Estado, puesto que permite determinar
sión y necesitado de ella, intimidar al delincuente no necesitado de enmienda con cierta seguridad cuál es la magnitud de la pena correspondiente al grado
y hacer inofensivo al infractor no susceptible de corrección. También, des- de culpabilidad, el grado justo de la pena imponible; al mismo tiempo se evita
de la Antigüedad, fue sostenida por PLATÓN (año 427-347 antes de Cristo), que la pena se imponga como escarmiento para el reo y la comunidad.
PROTÁGORAS (hacia el año 485-415 antes de Cristo) y SÉNECA (año 65 después La prevención especial, con todo, llama la atención sobre la persona del
de Cristo). La defendieron con ahínco los positivistas italianos quienes plan- reo, pues procura que lleve en el futuro una vida sin delito, que se resocia-
tearon, incluso, la absorción de la pena por la medida de seguridad (E. FE- lice; fomentan el desarrollo de un sistema penitenciario acorde con tal meta
RRI); los correccionalistas alemanes y españoles; y, en épocas más recientes, y, consecuentemente, se convierte en eficaz medio de lucha contra la crimi-
M. ANCEL en Francia, junto con los seguidores de la corriente de la nueva de- nalidad; así mismo, al haber puesto su punto de mira sobre el hombre con-
fensa social. creto, representa un elevado grado de humanización que logra despojar a la
En la doctrina contemporánea se habla de la prevención especial en dos pena de su carácter moralizante y mítico. A su vez, la prevención general
sentidos: como prevención especial negativa o inocuización, para indicar que vela por los intereses de la comunidad manteniendo la sanción dentro de
la finalidad de la pena es eliminar o neutralizar al reo; y como prevención límites razonables; y de conformidad con ella, se puede entender por qué a
especial positiva, o de la corrección, pues se atribuye a la pena la función los delitos graves se les castiga con una pena grave, aunque no haya peligro
positiva de corregir o enmendar al reo, de resocializarlo. de que se repita el hecho. Incluso, es un intento por justificar la intervención del
Estas posturas, en sus diversas variantes, han sido criticadas por impli- Estado al acudir a argumentos de tipo social y politicojurídico, aparte de
car una instrumentalización del hombre para los fines del Estado, pues lo consideraciones metafísicas.
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«I

No obstante, estas posiciones han sido objeto de diversas críticas, pues Entre ellas sobresale, naturalmente, la postura de G. JAKOBS (1983,1993), para
semejante superposición de cometidos, así se opte por las diversas combi- quien la pena tiene como misión la estabilización de la norma, nunca evitar
naciones posibles, al ser una mera adición de funciones está, por fuerza, 11a- lesiones de bienes jurídicos; por ello, la pena debe proteger las condiciones
0 mada a fracasar. Así mismo, se afirma que en caso de acumular las diversas de interacción social y tiene una función preventiva, que busca "ejercitar en
"funciones" conduce a la indeterminabilidad de la pena. A pesar de lo an- la confianza hacia la norma... en la fidelidad al derecho" y en "la aceptación
terior, estas doctrinas encuentran acogida en diversas vertientes doctrinarias, de las consecuencias" tres efectos que se resumen afirmando que ella persi-
y aun en las codificaciones, como sucede con la colombiana; y es posible gue la prevención general mediante el ejercicio en el reconocimiento de la
adoptarlas haciendo énfasis en una u otra "función". norma.
Por último, después de expuestas las directrices centrales de la teoría Con tal punto de partida se debe cuestionar el cometido retributivo de
de la pena, es de importancia detenerse en el panorama actual de la discu- la pena, pues ella no puede consistir en un mal a causa del mal cometido al
sión que muestra diversas tendencias: estilo de H. GROTIUS (1583-1645) (poena est malumpassionis, quod infligi-
En primer lugar, deben mencionarse los intentos de C. ROXIN por for- turpropter malum actionis), sino que se debe definir positivamente como
mular una teoría unificadora dialéctica (1966), aunque se pueden distinguir una demostración de la vigencia de la norma que debe ser asumida por quien
dos etapas distintas en su pensamiento. En efecto, en un comienzo ha pos- es responsable (competente); como es obvio, de ahí surge un mal, pero la pena
tulado que el derecho penal se enfrenta al individuo de tres maneras distin- no cumple su cometido con tal efecto negativo, sino con la estabilización de
tas —por la amenaza, la imposición o la ejecución de penas—, cada una de la norma lesionada.
las cuales debe justificarse por separado; por ello deben diferenciarse los di-
Desde otro ángulo de observación, en tercer lugar, haciendo hincapié
versos estadios en los que aparece la pena: en el momento de la amenaza pe-
en el punto de partida interaccionista, R. P. CALLIESS (1974) integra la pena
nal, persigue como efecto la prevención general; en la fase de la aplicación,
su cometido es la retribución, pero no entendida en sentido metafísico, sino —partiendo de los dictados de un derecho penal resocializador— en su sis-
como límite al poder punitivo del Estado; y, en la ejecución, persigue la pre- tema dialogal ya mencionado, y le otorga como función la regulación de la
vención especial. A partir de esta postura, se elaboran cuatro principios bá- interacción entre el yo, el alter y el ello, de tal manera que ella se constituye
sicos a los que debe sujetarse la pena: posibilita la reinserción social del in- en un momento de ese complejo proceso jurídico de "regulación" de las di-
fractor de la norma penal —resocialización— y la protección de la comunidad versas y recíprocas acciones comunicativas, y así termina dando una expli-
—prevención general—; no puede sobrepasar en su gravedad el grado de la cación de la sanción que se pierde en las nebulosas de lo formal.
culpabilidad del infractor —función limitadora del principio de culpabili- En cuarto lugar, gracias a los esfuerzos de E. SCHMIDHÁUSER (1963), se
dad—; se puede imponer una pena inferior a la que corresponda según el gra- ha formulado la llamada teoría diferenciadora, que distingue la pena como
do de culpabilidad, siempre y cuando sea preciso para conseguir la reimplan- fenómeno social totalizador, global, de su aspecto vivencial, "experiencial",
tación social del individuo y la protección de la comunidad. Y, para terminar, contemplado en los diversos momentos del proceso por el que discurre (en
dentro de lo posible la pena no debe imponerse en una extensión mayor de el momento de la conminación legal abstracta, predomina la idea de preven-
la exigida por la reinserción social del delincuente, pues ella protege la co- ción general; en el judicial, la de justicia; en el de ejecución, la tutela del con-
munidad. denado y la prevención especial) y de las distintas personas e instituciones
No obstante, en un segundo momento de su pensamiento, ROXIN habla que los protagonizan (el legislador, a quien interesa la justicia; los órganos
de la teoría de la unión preventivo-dialéctica (1992), de conformidad con la de persecución penal para los que el sentido de la pena es esclarecer los hechos
cual el fin de la pena es la prevención general y especial, cometidos que se y poner a sus autores a disposición de los tribunales; los jueces, que buscan
complementan mutuamente, pues las normas penales solo se justifican si pro- hacer justicia valorando los hechos según las exigencias de la prevención
tegen tanto la libertad individual como el orden social. especial; los funcionarios de la ejecución penal, que pretenden hacer prove-
Más allá de esta formulación deben mencionarse, en segundo lugar, las chosa la estancia en prisión de los condenados y su reincorporación al seno
tentativas de construir el derecho penal a partir de las teorías de la preven- social; para el penado, si la acepta, pues le permite librarse de su culpa y re-
ción general, sobre todo en la variante positiva de las concepciones funciona- conciliarse con la sociedad; y, a ella misma, en cuanto le posibilita reconci-
listas, tal como se observa en diversas exposiciones europeas del momento. liarse con el penado y reincorporarlo a su seno).
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La anterior distinción se corresponde con el binomio sentido (el conte- En fin, a manera de conclusión, puede observarse que son diversas las
nido ideal de significación que se experimenta con la pena) y fin (el objetivo posturas en torno al sentido y al fin de la pena como producto de un debate
que se persigue): el sentido de la pena es la prevención general, pues se castiga que lleva milenios y corre el riesgo de tornarse interminable; desde luego,
para mantener la convivencia; el fin —desde un punto de vista social— ra- cualquiera de las teorías mencionadas puede ser asumida o rechazada, según
dica en que la pena sirve como medio de lucha contra el delito, y —con arreglo el punto de partida adoptado y de la sistemática del derecho penal que se pre-
a la experiencia— es un instrumento adecuado para mantener la comisión tenda construir. Pero ahí se agota el discurso, porque en la realidad el siste-
de delitos dentro de unos límites tolerables (prevención general). ma penal está diseñado para infligirle sufrimiento al condenado, privándolo
También, en quinto lugar, dentro del marco de una concepción garan- de sus más elementales derechos y deshumanizándolo, como se puede com-
tista, habla L. FERRAJOLI (1989) de una doble función preventiva general probar empíricamente estudiando los modelos de ejecución penal vigentes.
negativa de la pena: la prevención general de los delitos y la prevención gene- Así las cosas, para no perderse en el mundo de las teorías y acercarse
ral de las penas arbitrarias o desproporcionadas, con lo cual les impone los al fenómeno en estudio, es necesario asignarle a la pena una doble función:
límites mínimo y máximo a estas. En otras palabras: el derecho penal asu- teórica y práctica. Desde el primer punto de vista, de acuerdo con el carác-
me como fin una doble función preventiva, una y otra de signo negativo; la ter ideológico que quiera dársele al discurso juridicopenal, se puede soste-
primera función marca el límite mínimo, y la segunda, el límite máximo de
ner —como aquí— que en un plano abstracto o ideal se debe optar por las
las penas.
teorías de la unión, a partir de las cuales se puede afirmar que en el estado
Así mismo, en sexto lugar, puede decirse que después del apogeo de las actual de la cultura humana la pena es una amarga necesidad {necesidad so-
teorías preventivas especiales en el decenio del sesenta del siglo xx en Eu- cial, protección de bienes jurídicos), esto es, cumple una función de preven-
ropa y su posterior decaimiento, se observa su renacimiento en países como ción general; que ella debe de ser justa (principio de culpabilidad: no hay pena
Estados Unidos y las naciones de la península escandinava, dando lugar a un sin culpabilidad), o sea, supone la retribución; y debe estar encaminada a la
"neoclasicismo" que pone en primer plano la idea de la resocialización.
readaptación social del reo {resocialización), lo que equivale a otorgarle
En séptimo lugar, en un intento por superar las dificultades generadas como función la prevención especial, que es el punto de partida que mejor
por las teorías retributivas y preventivas, distingue el penalismo latinoame- parece compadecerse con el derecho positivo (Constitución Política, artículos
ricano por boca de J. BUSTOS RAMÍREZ (1981) dos niveles en la pena: uno refe- 12; 28, inciso 3 o ; 29, inciso 4o, y 34 y Código Penal, artículo 4o), de confor-
rido a lo que es, y el otro a su imposición. En cuanto a lo primero, se afirma midad con el cual retribución (culpabilidad) y prevención (general y espe-
que es "autoconstatación ideológica del Estado"; y, sobre lo segundo, se pos- cial) son los dos bastiones sobre los que descansa la pena, aunque pone énfasis
tula que la pena implica un proceso de atribución de la misma a un indivi- en la prevención especial positiva.
duo. Con tal planteamiento se pretende explicar la pena desde el punto de
vista de un Estado social y democrático de derecho, en lo que constituye una Desde el segundo punto de vista, el práctico —esto es, el que mira su
exposición de ella influida por elaboraciones sociológicas que, no obstante esencia—, es indudable que en la realidad se observa una represión penal an-
ser defendible en un plano formal, no alcanza tampoco a desentrañarle la esen- tidemocrática, inhumana y antirrehabilitadora, pues la pena está presidida
cia misma. bien por la idea de retribución, que en muchos casos tiene contenido meta-
En octavo lugar, otros estudiosos del continente se inclinan por una físico, o bien por cometidos preventivo especiales negativos.
teoría agnóstica o negativa de la pena, para la cual esta queda reducida a un De lo dicho se colige, entonces, que existe un doble discurso sobre la
mero acto de poder, solo explicable desde la perspectiva política; la pena, pena, y que para poder acercarse a ella debe partirse del sistema punitivo, tal
pues, es extrajurídica y se asemeja a una verdadera guerra en miniatura. En como funciona en la práctica, cobijando todas aquellas manifestaciones del
otras palabras: es un hecho de poder que el "poder de los juristas" puede li- poder estatal traducidas en producción de dolor al ser humano; por ello, puede
mitar y contener, pero no eliminar (confróntese ZAFFARONI/SLOKAR/ALAGIA). concebirse la sanción como todo sufrimiento o privación de algún bien o
Desde luego, para culminar, debe destacarse la vigencia de las teorías derecho que no resulta racionalmente adecuado a alguno de los modelos de
mixtas o de la unión, todavía defendidas en las exposiciones de la parte ge- solución de conflictos de las restantes ramas del derecho (E. R. ZAFFARONI).
neral del derecho penal contemporáneo a las que se adscribe la legislación Sin duda, pues, la excesiva teorización sobre el asunto ha alejado a los
vigente, aunque a veces se hace hincapié en una u otra de las corrientes in- cultores del derecho penal de la realidad, y ha permitido que la discusión se
volucradas. pierda en un mar de concepciones tras las que se legitima todo el statu quo
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y se explican todas las injerencias del poder punitivo; ahora se hace necesa- b) La medida de seguridad
rio un vuelco en los modelos ensayados, de tal manera que estos nazcan de
la vida concreta, y no al contrario. Esta consecuencia jurídica ha adquirido carta de naturaleza en las legis- \
laciones contemporáneas, después de que apareciera a finales del siglo xix
5. Fundamento. Como puede colegirse de la exposición anterior, el basa- gracias a diversas elaboraciones legales y doctrinarias.
mento que se le atribuya a la pena depende del punto de vista adoptado.
1. Concepto. Desde un punto de vista formal, se entiende por medida
En efecto, por una parte, quienes creen en el derecho penal retributivo, de seguridad la consecuencia jurídica imponible por el ordenamiento jurídi-
acorde con la función asignada a la pena por las teorías absolutas, lo hacen co a quien ha cometido culpablemente una conducta punible —en ordena-
fincar en la culpabilidad del agente, esto es, se traduce en un reproche diri- mientos que las imponen a los sujetos capaces de culpabilidad—, o a quien
gido al autor por haber orientado su comportamiento en un sentido contrario ha transgredido la ley penal en situación de inculpabilidad, atendida su in-
al orden jurídico, por haber obrado en contra de los patrones del derecho a imputabilidad. Sin embargo, esta noción no dice nada sobre la naturaleza,
pesar de haber podido abstenerse de hacerlo (capacidad de libre autodeter- ni por qué ni para qué se imponen las medidas de seguridad, por lo que se
minación del ser humano o libre albedrío); desde luego, ningún funcionario debe formular un concepto material; a pesar de ello, para poder hacerlo es
judicial o científico —por avezado que sea— ha podido probar, a partir de necesario precisar algunos aspectos que aparecen involucrados en la noción,
premisas incontrastables y objetivamente irrefutables, que una persona en sin cuyo esclarecimiento es casi imposible intentar cualquier aproximación.
un caso concreto puede determinarse libremente. Ello explica que este fun- 2. Naturaleza. En torno a la pregunta, ¿qué son las medidas de segu-
damento haya sido blanco de innumerables críticas, aunque no debe dejar de ridad?, es tradicional la polémica entre los que las conciben como meros
reconocerse que también ha cumplido un cometido garantístico, por cuanto recursos de índole administrativa —muy en boga en la doctrina italiana—
ha servido como límite para la imposición de la pena, y ha permitido que esta en manos del Estado, y quienes las entienden como verdaderas sanciones
se gradúe según el monto de la culpabilidad deducida al agente. penales —defendida por teóricos alemanes—.
Así y todo, los defensores de un derecho penal prevencionista, que le Para la teoría administrativa, se trata de herramientas situadas por fue-
asignan a la pena una función utilitarista (prevención general o especial), ra del derecho penal cuya pertenencia al ámbito administrativo es indiscu-
luego de rechazar la culpabilidad como fundamento de la pena, buscan otros tible; son verdaderos medios de policía garantizados jurisdiccionalmente, que
conceptos como los de necesidad, peligrosidad, proporcionalidad, imputa- no pretenden imponer un precepto juridicopenal y que tampoco acarrean
ción individual, idea de fin, dirigibilidad normativa, etc., todos ellos tan re- responsabilidad jurídica. Se entienden, pues, como reacciones estatales que
chazables como la idea misma de culpabilidad. no suponen una acción prohibida, son revocables y de carácter discrecional.
Por supuesto, de lo anterior se colige que el ambicionado fundamento Para la teoría penal son de naturaleza estrictamente punitiva y se en-
objetivo, científicamente verificable, que tanto preocupa a la doctrina es, por cuentran sometidas en todo al derecho represivo; tienen la naturaleza de
ahora, inalcanzable; los cultores del derecho penal, pues, si quieren ser res- sanciones impuestas por funcionarios judiciales que buscan imponer un
petuosos del modelo penal garantista —el único compatible con un Estado precepto penal, implican responsabilidad jurídica, son reacciones a una ac-
verdaderamente democrático—, tendrán que seguir trabajando con la idea ción prohibida y no se pueden imponer discrecionalmente.
de culpabilidad, a la que no se puede renunciar en el estado actual de la cul- Desde luego, si se atiende al origen de estas consecuencias jurídicas es
tura humana, por mucho que se ensayen nuevas fórmulas todas expuestas a evidente que pertenecen al amplio grupo de las medidas de policía, y se le
los mismos reparos; como es obvio, ello se torna más evidente si se tiene en debe dar la razón a la primera tesis. Sin embargo, si se advierten las simi-
cuenta el ordenamiento vigente que hace fincar la pena en la culpabilidad del litudes entre penas y medidas de seguridad —confundidas en la práctica y
agente (confróntese Constitución Política, artículo 29, inciso 4 o y Código dotadas de un alto grado de aflictividad—, debe dársele la razón a la segun-
Penal, artículos 12,21 y siguientes). El derecho penal, pues, acorde con una da postura mientras se eliminan de los sistemas penales estas infamantes re-
concepción mixta de la pena como la aquí defendida, tendrá que ser un de- acciones jurídicas; esto se hace más patente cuando se piensa en ordenamien-
recho penal de culpabilidad atento a las transformaciones de las ciencias so- tos que —de legeferenda— las hacen extensivas tanto a imputables como a
ciales. inimputables.
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I
I
3. Justificación. La pregunta acerca de la razón por la que se imponen tante> en los últimos años se viene afirmando que ellas cumplen dos tipos de \,
las medidas de seguridad ha dado lugar a una discusión previa encaminada cometidos: uno de carácter primario, cual es la prevención especial; y otro
%
a determinar si son legítimas o no; esto es, si se ajustan o no a los dictados secundario, traducido en la prevención general. Incluso, se postula que ten- i
del Estado de derecho. En torno a ello se han dado dos tipos de respuestas: drían una meta genérica: la prevención especial, y unas funciones específicas «
una en sentido negativo, que puede denominarse como abolicionista, y otra determinables según la clase de medida: la inocuización y la resocialización,
de manera positiva o justificadora. si se trata de internamiento en casa de custodia; la reeducación, mediante la
Para la teoría negativa o abolicionista, las medidas de seguridad no son reclusión en establecimiento educativo; y la curación, traducida en el inter-
legítimas y atentan contra los postulados del Estado de derecho, por lo que namiento psiquiátrico.
no pueden ser aplicadas, primordialmente si se tiene en cuenta que aparecie- 5. Fundamento. Se trata de responder a la pregunta: ¿por qué o con base
ron con el Estado liberal intervencionista y alcanzaron un inusitado desarro- en qué se aplican las medidas de seguridad? Mientras que el basamento de
llo siguiendo los modelos autoritarios, que han llevado la represión penal las penas es muy discutido, como ya se dijo, no sucede lo mismo en tratán-
hasta límites insospechados; por ello, entonces, parece lógico plantear que dose de las medidas de seguridad, que se fundan en la peligrosidad del agen-
estas consecuencias jurídicas amenazan gravemente los cimientos del Esta- te, esto es, la probabilidad de que una persona que ya ha cometido un delito
do democrático y debe prescindirse de ellas. vuelva a delinquir en el futuro —postdelictiva—, o que se espera que lo come-
A su vez, la teoría legitimadora o justificadora señala que están cabal- ta —predelictiva—, trátese en el primer caso de imputable o de inimputable.
mente justificadas y no pugnan con el Estado de derecho, lo que permite Así, pues, la doctrina y algunas legislaciones siguen sosteniendo un funda-
responder la pregunta inicialmente formulada diciendo que se hace viable su mento irracional, científicamente indemostrado, que pugna en todo caso con
imposición por tratarse de instrumentos necesarios para el individuo y la los postulados que gobiernan el Estado de derecho. No obstante, sorprende
sociedad (criterio de necesidad); o por razones de justicia (criterio de justi- ver cómo las mismas elaboraciones que critican duramente la idea de culpa-
cia); o, sencillamente, por cuestiones de mera utilidad (criterio de la utilidad). bilidad claudican en este ámbito. Como es obvio, si se entiende que las me-
No obstante, esta concepción ha sido sostenida con variantes por quienes las didas de seguridad son una forma de pena, el fundamento no puede ser otro
admiten, bajo la condición de que se sometan en todo al principio de lega- que el asignado a las penas, con la diferencia de que aquí no podrá hablarse
lidad y a las garantías que trae consigo. Sin duda, un Estado social y demo- de una culpabilidad plena, sino semiplena.
crático de derecho (Constitución Política, Preámbulo y artículo Io) no pue- En fin, a manera de conclusión —así como ya se dijo en relación con
de tolerar consecuencias jurídicas basadas en la supuesta "peligrosidad" del las penas— se puede afirmar también que las medidas de seguridad están
delincuente; este criterio no solo es irracional e indemostrado, sino que tam- animadas por un doble discurso cuando se trata de precisar sus funciones.
bién resulta azaroso desde el punto de vista político, además de que es fruto En el plano del deber ser, como función teórica, persiguen la prevención
de una concepción del Estado ya superada, como la intervencionista, a cuya especial, y su imposición se hace con miras a lograr la rehabilitación, la re-
sombra creció el positivismo penal, que planteó la deshumanización del socialización, la curación, etc.; y, en la práctica, como función real—y, por
hombre. El derecho penal en una organización democrática, inspirada en el ende, su verdadera esencia—, siguen cumpliendo un cometido retributivo o
racionalismo y el humanismo, no puede tolerar semejantes reacciones pena- de prevención especial negativa semejante o igual al de las penas, legitimando
les, incluso cuestionables cuando se aplican a personas inimputables. Por un sistema penal antidemocrático y autoritario —así aparezca con ropajes
ello, es inconcebible la existencia de medidas sin delito —predelictivas— garantísticos y de respeto a la dignidad del ser humano—. Así mismo, aten-
de las que tanto se ha abusado, incluso por organizaciones sociales supues- dida la naturaleza jurídica de estas consecuencias jurídicas, puede afirmarse
tamente democráticas; de las que suponen la comisión de un delito —postde- que de lege data las medidas de seguridad imponibles a inimputables (semi-
lictivas— y de las imponibles a inimputables. Con su aplicación se corre el rresponsables) son verdaderas penas, aunque —a diferencia de estas— su-
riesgo de que sean utilizadas con un contenido material impropio, como ins- ponen la comisión de un injusto semiculpable.
trumento en manos de un determinado interés político, en búsqueda de metas
partidistas o injustas. IV. FUNCIONES
4. Función. A diferencia de la controversia suscitada en este punto en
el ámbito de las penas, como ya se vio, en materia de medidas de seguridad La doctrina le ha asignado varios cometidos a la norma penal, entre los j
poco se discute el carácter de prevención especial como función. No obs- que deben destacarse los siguientes.
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I
\
En primer lugar, en conexión con el principio de legalidad entendido diversa índole, habida cuenta de que encuentra los mismos tropiezos que la y
como la suprema limitante al iuspuniendi del Estado desde el punto de vista teoría de los imperativos.
político, se suele hablar de la función de garantía en una cuádruple dimen- Por último, siguiendo corrientes contemporáneas, puede decirse que
sión: la sanción penal no puede fundamentarse ni agravarse acudiendo al buena parte de las normas penales no han nacido para ser aplicadas, por lo «
derecho consuetudinario, a la analogía o a la aplicación extraactiva de la ley que el ordenamiento jurídico termina convirtiéndose en el depositario de bue-
penal; y las leyes penales deben redactarse con la mayor claridad, de tal ma- na parte de la violencia emblemática que requiere toda sociedad para lograr
nera que no solo su contenido, sino también sus límites puedan deducirse del cierta cohesión en sus prácticas y valores; por ello, la norma penal cumple
texto legal lo más exactamente posible. Las dos primeras prohibiciones se una función simbólica como lo demuestra el proceso de inflación legislativa
dirigen al juez, mientras que las dos últimas lo son al legislador. Desde luego, vivido por el orden jurídico colombiano en los últimos años, con el cual se
este cometido es predicable de todo el derecho —y no solo del derecho busca producir un efecto tranquilizador en la opinión pública, pero no pro-
penal—, pues su tarea es la minimización del poder. Naturalmente, de lege teger verdaderamente los bienes jurídicos. Ello no es de extrañar, pues en
lata puede predicarse semejante meta de la ley penal (Constitución Política, una sociedad de alegorías como la actual, también el derecho penal expresa
artículo 29 y Código Penal, artículos I o y siguientes), tal como se mostrará su propia simbología, mayormente en épocas de crisis en las que el miedo
más adelante. termina manipulando al delito y a la inseguridad, lo que le hace perder legi-
También, en segundo lugar, a la norma penal como a cualquiera otra le timidad (L. FERRAJOLI) y lo convierte en un verdadero trofeo electoral.
corresponde un fin protector {función de protección) que se traduce en la tutela
de los bienes jurídicos, entendido este concepto no solo desde un punto de
vista formal, sino también material; ello, desde luego, sin descartar que esta
tarea implique la de motivación, pues ambas son inseparables e interdepen-
dientes. Como es de suponer, esta finalidad de protección es más aparente
que real, puesto que en última instancia la clase en el poder es la encargada
de determinar qué bienes se protegen, cómo y cuándo debe hacerlo, pero esto
no significa que un derecho penal liberal deba renunciar a ella, sino que, antes
por el contrario, la debe propugnar.
Así mismo, en tercer lugar, partiendo de una concepción imperativa de
la norma con influencia de las elaboraciones psicoanalíticas, la doctrina con-
temporánea ha resucitado la vieja tesis de la coacción psicológica de P. J. A.
FEUERBACH, a la que se le ha dado el nombre de "teoría de la motivación".
De conformidad con ella, la amenaza de pena —y su posterior imposición
y ejecución— es un medio para alcanzar las conductas de los ciudadanos y
de ejercer el control social sobre ellos; se trata, así, de un elemental recurso
al que debe acudir la sociedad en procura de la convivencia humana, para ele-
var y reforzar los mecanismos'inhibitorios ante las conductas que más inte-
resa prohibir.
De este modo, pues, la norma penal busca motivar al ciudadano median-
te la conminación penal para que se abstenga de delinquir, lo que supone en-
tender la pena a partir de las teorías de la prevención general. Como es apenas
obvio, la función motivadora de la norma penal solo puede entenderse a ca-
balidad, si se sitúa el sistema juridicopenal en el contexto del control social;
y, esta función solo se cumple si las demás instancias del control social tam-
bién la acatan; desde luego, esta concepción ha sido sometida a críticas de
CAPÍTULO SEXTO

LA INTERPRETACIÓN DE LA NORMA PENAL

Bibliografía básica: FROSINI, VITTORIO: La letra y el espíritu de la ley, traducción de Carlos


Alarcón Cabrera y Fernando Llano Alonso, Barcelona, Ariel, 1995; id.: Teoría de la inter-
pretación jurídica, traducción de Jaime Restrepo y Jorge Guerrero, Bogotá, Edit. Temis,
1991; GARCÍA PABLOS DE MOLINA, ANTONIO: Derecho penal. Introducción, Madrid, Servi-
cio Publicaciones Facultad de Derecho, Universidad Complutense, 1995; GIMBERNAT OR-
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de la interpretación de la ley penal", en Revista Nuevo Foro Penal, número 57, Santa Fe de
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ciencia del derecho, traducción de Marcelino Rodríguez Molinero, Barcelona, Edit. Ariel,
1994; LUMIA, GIUSEPPE: Principios de teoría e ideología del derecho, traducción de Alfon-
so Ruiz Miguel, Madrid, Edit. Debate, 1985; NIÑO, CARLOS SANTIAGO: Introducción al análisis
del derecho, Barcelona, Edit. Ariel, 1983; RODRÍGUEZ MOLINERO, MARCELINO: Introducción
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PINAR, JOSÉ MIGUEL: Fundamentos de derecho penal, 3 edición, Valencia, Tirant lo Blanch,
1995.

I. CONCEPTO

El vocablo "interpretación" es usado por la doctrina de manera poliva-


lente, lo cual pone de presente que no se caracteriza precisamente por su cla-
ridad, pues es posible distinguir al menos tres acepciones de él: una estricta,
según la cual equivale a describir el significado de una disposición,' o a des-
entrañar el sentido de las normas para descubrir lo que denotan; esto es, a re-
formularlas con otras palabras. Otra amplia, que la entiende como un pro-
ceso complejo de operaciones intelectuales encaminadas a individualizar el
significado de la norma por aplicar. E, incluso, por último, todavía es posi-
ble concebirla en un sentido muy amplio, para referirse al resultado obteni-
do mediante la actividad interpretativa misma. Así pues, en el primer caso,
se está enfrente a una de las manifestaciones más simples del discurso jurí-
LA INTERPRETACIÓN DE LA NORMA PENAL 129
128 MANUAL DE DERECHO PENAL

dico; en el segundo, se trata de una actividad cognitiva de naturaleza instru- leges interpretan solo dignum esse imperio oportet (C. 1, L.4,12,1). A su vez,
mental; y, en el tercero, se alude a la posición asumida por el intérprete. puede ser contextual si se efectúa en el mismo tenor de la ley, como sucede
Ahora bien, no cabe duda de que dicha actividad mental es necesaria aun con el derecho penal vigente cuando emite diversos conceptos (Código Penal,
en aquellos casos en los cuales el texto legal es aparentemente inequívoco, artículos 9o, 22 a 24, 33, 132, inciso 2o; 154 parágrafo; 212,294, etc.) o con
pues el proceso interpretativo comienza con el tenor literal de la ley y avan- la ley 30 de 1986, cuando emite una serie de definiciones mediante las cua-
za hasta el desentrañamiento de su telos, de su finalidad; por ello, el aforis- les se fija el alcance del estatuto antidrogas (artículos I o y siguientes); y,pos-
mo tradicional según el cual "lo que es claro no necesita ser interpretado", terior, cuando se lleva a cabo una vez expedida o puesta en vigencia la nor-
debe ser mirado como una auténtica falacia. Desde luego, para precisar el ma para, en casos de especial trascendencia, aclarar su sentido y alcance.
sentido del texto legal, debe tomarse partido frente a la tradicional disputa Por lo anterior, no constituyen interpretación auténtica posterior las
doctrinaria entre quienes afirman que para lograr tal cometido se debe acu- llamadas "leyes de erratas", expedidas con posterioridad a la expedición o
dir al significado objetivo de aquel (teoría objetiva: la voluntad de la ley) y entrada en vigor del texto legal para corregir yerros y omisiones, pues en tal
quienes postulan que debe indagarse la voluntad histórico-sociológica del caso se trata de una verdadera enmienda de disposiciones; ni tampoco los
legislador (teoría subjetiva). Hoy prima una opinión intermedia para la que casos en que se aprovecha tal circunstancia para emitir una nueva ley. Bue-
cada una de las posiciones enfrentadas tiene parte de la verdad y, por lo tan- nos ejemplos de este tipo de leyes, referidos al Código Penal derogado, eran
to, ninguna puede ser aceptada sin limitaciones; aunque, a decir verdad, no los decretos 141 y 172 de 1980, expedidos por el ejecutivo de entonces para
faltan intentos de concebirla desde el punto de vista de la perspectiva analí- enmendar "errores de redacción, de construcción y omisiones en el texto del
tica del derecho, de la llamada "hermenéutica ontológica" o de la teoría de nuevo Código Penal", según rezaban sus respectivos considerandos.
la argumentación; incluso, en el ámbito penal, se ha formulado una "inter- A la interpretación auténtica se refiere expresamente la Constitución
pretación orientada hacia las consecuencias", de gran acogida entre muchos Política en el artículo 150-1, cuando le atribuye al Congreso de la República
de los cultores de esta disciplina y que ha dado rentables dividendos. la función de "interpretar... las leyes", y el Código Civil en los artículos 14
Sea lo que fuere, debe tenerse en cuenta que la teoría de la interpreta- y 25, el último de los cuales señala con toda propiedad: "la interpretación que
ción ha dado lugar a muchas discusiones, y las concepciones en torno a ella se hace con autoridad para fijar el sentido de una ley oscura, de una manera
varían según la posición que se asuma ante el derecho penal como disciplina general, solo corresponde al legislador".
del conocimiento. Es, pues, evidente que sin plantear unas pautas generales En segundo lugar, se tiene la doctrinal que, como se ha dicho, "cons-
en este ámbito es imposible llevar a la realidad cualquier empeño metódico tituye el humus cultural para la formación del jurista, y por esto representa
que aspire a sistematizar, con rigor académico, una parcela del saber jurídi- en nuestra cultura jurídica el presupuesto de las otras formas interpretativas"
co como esta. (V. FROSINI). Como su nombre lo indica, es la que realizan los estudiosos en
su tarea de desentrañar el contenido de las leyes penales, aunque en un sen-
II. CLASES DE INTERPRETACIÓN tido distinto la entiende el Código Civil, en su artículo 26, cuando se refiere
tanto a la interpretación efectuada por los jueces como a la realizada por los
Para clasificar el fenómeno en estudio, suele acudirse a tres criterios di- funcionarios públicos. Especial trascendencia tienen, para tal efecto, las ela-
ferentes: el sujeto del cual emana, esto es, el origen de ella; los medios boraciones efectuadas por los estudiosos cuando abordan el derecho penal
empleados y el resultado obtenido con esta operación mental. positivo aplicando el llamado "método dogmático"; como es obyio, tales
Atendiendo a la primera de las pautas mencionadas, puesto que la in- construcciones no tienen carácter auténtico y se trata de desarrollos que en
terpretación puede ser llevada a cabo por distintas categorías de personas, cada caso concreto pueden ser asumidos por el juez o el intérprete. Ni siquie-
se puede dividir en cuatro clases. En primer lugar, auténtica, para designar ra, es bueno precisarlo, las notas y los comentarios legales o las concordan-
la explicación del contenido de la norma penal que le da el sujeto de quien cias efectuadas por los compiladores encargados de reproducirlas o difun-
emana, vale decir, el legislador, que es su autor; es frecuente encontrarla en dirlas constituyen interpretación auténtica. Por último, téngase en cuenta,
los preámbulos, en las exposiciones de motivos, en las declaraciones del ór- como la pretensión de los doctrinantes es llevar a cabo una sistematización
gano legislativo e, incluso, en normas de carácter interpretativo, y parece re- de esta rama del orden jurídico formulando una teoría del derecho penal, a
montarse a la legislación imperial romana, más concretamente al Digesto: tal forma de interpretación se le denomina también como "científica".
130 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA INTERPRETACIÓN DE LA NORMA PENAL 131

En tercer lugar, aparece la judicial. Es la llevada a cabo por los órga- precisar el significado de las palabras contenidas en la norma según el len-
nos jurisdiccionales para aplicar las leyes y descubrir la verdadera voluntad guaje común; el filológico, mediante el cual —gracias a las técnicas ofreci-
contenida en ellas, o el significado objetivo del texto legal; por ello, es vá- das por la filología— se pueden reconstruir los textos legales, fijarles su al-
lido denominarla como jurisprudencial. Esta clase de actividad intelectual, cance e interpretarlos; y, eljurídico-terminológico, que indaga el significado
a diferencia de la auténtica, no es obligatoria para todos y solo ejerce su fuerza de las expresiones sin atender a su uso común, sino al lenguaje especial
en el caso concreto; no obstante, tiene una inusitada importancia en la prác- empleado por el legislador. Esto no significa, sin embargo, que el codifica-
tica, sobre todo cuando se trata de posturas asumidas por los más altos tri- dor deba desechar el lenguaje general, pues el derecho atañe a todos y no
bunales de justicia que, casi siempre de manera ciega y acrítica, son acogi- puede renunciar a un mínimo de comprensión al alcance de la generalidad.
das por los funcionarios judiciales de inferior categoría y suelen ser invocadas Las palabras, pues, constituyen la materia prima de la interpretación, por
por los abogados en sus escritos y memoriales. Ello pone de manifiesto, una lo cual se debe respetar el "sentido literal posible", que constituye una ba-
vez más, la necesidad de que tales organismos creen verdadera jurispruden- rrera infranqueable (criterio objetivo). Sin embargo, de manera excepcio-
cia y dejen de rendir culto al texto frío de la ley, como es frecuente cuando nal, siempre y cuando no se perjudique al reo, podrá rebasarse el sentido literal
se observa un notable atraso de la teoría del derecho penal. si se llegasen a presentar ostensibles defectos de redacción en la norma,
También puede ser oficial. Es la que cumplen órganos del Estado en originados en omisiones del legislador o en la pervivencia de expresiones
ejercicio de sus propias funciones, como acontece cuando un ministro acla- desactualizadas por el transcurso del tiempo. Ahora bien, es necesario uti-
ra el alcance de una disposición legal mediante una circular, o el Consejo de lizar el medio lógico yendo más allá del semántico, como se verá.
Estado emite un concepto, en cumplimiento de su función consultiva, pero Al elemento sintáctico alude el Código Civil en su artículo 31, cuando
pueden, eventualmente, comprender también alguna disposición de carác- establece: "la extensión que deba darse a toda ley se determinará por su ge-
ter penal. nuino sentido'" (se subraya). Y al elemento gramatical se refieren los artícu-
En cuanto a los medios utilizados, esto es, el segundo criterio clasifica- los 27 y 28, ibidem: "Cuando el sentido de la ley sea claro, no se desatenderá
dor que se debe tener en cuenta para dividir la interpretación, se tiene: si la su tenor literal a pretexto de consultar su espíritu" (artículo 27-1); y "las pala-
operación mental en estudio se lleva a cabo acudiendo al tenor literal de la bras de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso ge-
ley como instrumento o a la lógica, se divide en semántica y lógica. Al res- neral de las mismas" (artículo 28). Al elemento jurídico-terminológico alu-
pecto, téngase en cuenta, no debe mezclarse el medio empleado con los ele- de también el artículo 28 cuando expresa: "pero cuando el legislador las haya
mentos que lo integran, tal como el todo no puede confundirse con la parte, definido —las palabras— expresamente para ciertas materias, se les dará en
pues tal mixtura de conceptos no permite clasificar con claridad el fenóme- estas su significado legal"; y, el artículo 29, ibidem: "Las palabras técnicas
no estudiado; por ello, cuando se hace referencia al medio semántico (tradi- de toda ciencia o arte, se tomarán en el sentido que les den los que profesan
cionalmente denominado "literal"), se comprenden los elementos gramatical, la misma ciencia o arte, a menos que aparezca claramente que se han toma-
sintáctico, filológico y juridicoterminológico, mientras que el medio lógico do en sentido diverso".
utiliza los elementos racional, histórico, sistemático y político. En segundo lugar, debe estudiarse la interpretación lógica. Como su
En primer lugar, se tiene la interpretación semántica. Esta utiliza como nombre lo indica, esta operación mental se vale de la lógica —formal y mate-
medio las diversas técnicas suministradas por la lingüística —ciencia del len- rial— como medio para el cabal desentrañamiento del sentido de la ley, y
guaje— y la gramática, con miras a precisar el significado de los signos lin- cumple una triple función: opera de manera subsidiaria en relación con la in-
güísticos utilizados por el legislador y sus varias combinaciones, tanto des- terpretación semántica, aunque la complementa; constituye medio primario
de el punto de vista sincrónico como diacrónico; por ello, tradicionalmente, cuando no es posible esta última; y actúa como mecanismo de control de los
se le ha denominado "literal" o "gramatical". Al efecto, se vale de diversos resultados logrados con la primera forma de interpretación. Como es obvio,
elementos: el sintáctico, que permite acudir a la sintaxis o parte de la gramá- cuando se habla de interpretación "lógica", se alude al medio y no al elemento
tica que enseña a coordinar y unir las palabras para formar las oraciones y —que también, desde F. C. SAVIGNY: 1779-1861, hacia 1840, suele conocer-
expresar los conceptos; el gramatical propiamente dicho —como elemento se con la misma designación— y se emplea dicha expresión en un sentido
que es, recuérdese, no debe confundirse con el medio, por lo que no es pru- amplio y no estricto, como es usual; esta especie de interpretación se vale,
dente denominar esta especie como "interpretación gramatical"—, que busca a su vez, de los siguientes elementos:
MANUAL DE DERECHO PENAL
LA INTERPRETACIÓN DE LA NORMA PENAL 133
132

El primer criterio es el racional y teleológico. Por medio de él se trata resolver múltiples problemas que la aplicación del derecho penal presenta
de establecer e\fundamento racional objetivo de la norma o la ratio legis, el en la práctica y que posibilitan, desde luego, jalonar las actividades de la ju-
telos o la finalidad, esto es, busca establecer los fines de la norma, de las risprudencia y la doctrina. En este sentido, pues, se refiere a la sistematiza-
instituciones juridicopenales, del orden jurídico punitivo e, incluso, del con- ción como segundo paso del método dogmático, como ya se dijo, al estudiar
junto normativo en general. la ciencia del derecho penal o dogmática juridicopenal.
Ahora bien, parece evidente que el fin primordial para el que fue crea- El tercer criterio es el histórico. Como tampoco el derecho vigente nace
da la norma no es otro que la protección de bienes jurídicos, por lo que el in- o surge de una vez, ni es capricho o expresión de la arbitrariedad de un de-
térprete debe precisar cuál es el interés tutelado, su naturaleza, y cómo se pue- tentador de poder, para establecer la finalidad perseguida por el legislador,
de saber cuál o cuáles son los bienes jurídicos protegidos por ella. Así mismo, el conocimiento de la historia fidedigna del texto legal brinda una herramien-
para poder cumplir de manera cabal con su tarea e indagar la razón de ser del ta de suma importancia. Por eso, el examen de lo que el legislador histórico
texto legal, el estudioso debeoptar por el fin objetivo de la ley, de tal manera quiso consignar con una específica redacción y el empleo o la omisión de
que sea posible conciliaria con el presente y las necesidades históricas (teo- determinados conceptos en la ley, puede ser de gran ayuda; dentro de esta
ría objetiva en materia de la interpretación, como ya se dijo), no por la vo- perspectiva deben estudiarse los trabajos preparatorios de la ley, las discu-
luntad del legislador (teoría subjetiva). Tampoco podrá perderse de vista la siones parlamentarias, los conceptos de los expertos, etc.
perspectiva material a la hora de realizar la tarea hermenéutica, pues no se Finalmente, debe hacerse alusión al criterio politicosocial. Dado que
trata solo de realizar interpretaciones dirigidas hacia el bien jurídico tutela- el derecho penal, como toda otra rama del ordenamiento jurídico, hace parte
do respetando el fin objetivo de la ley, sino de que ellas se compadezcan con de la vida humana en colectividad y es producto de unas determinadas con-
el derecho material; es el llamado principio de la justicia, que es lo perse- diciones económicas, políticas y sociales, y una de sus finalidades consiste
guido por el codificador cuando establece el derecho positivo. en proteger ciertos intereses, es de vital importancia no desligar la norma
En fin, para culminar, cabe recordar que la utilización de este elemento penal de la realidad circundante, de las elaboraciones politicocriminales cons-
es de una importancia tal, que mediante él se tiene en cuenta el hecho social tantes y presentes en cada momento concreto, así el intérprete no acepte o
presente en la base de la norma penal, y se pueden rechazar aquellas inter- esté de acuerdo con el contenido de la norma. La interpretación según el ele-
pretaciones que contradigan la finalidad de esta. mento político supone, pues, tener en cuenta las directrices particulares que
El segundo criterio es el sistemático. Esta pauta opera doblemente: por inspiran la acción estatal que, para el caso colombiano, están constituidas por
un lado, se refiere a la sistematización de la ley como tal; y, por el otro, a la los lineamentos propios de un Estado social y democrático de derecho, como
ordenación propuesta por los estudiosos (científica). se desprende del Preámbulo y de los "Principios fundamentales" de la Cons-
En relación con la primera se tiene: como las normas juridicopenales titución.
constituyen un todo, deben ser consideradas a partir de un agregado de prin- Los elementos anteriores —que no tienen un orden de aplicación y no
cipios que permitan agruparlas en un sistema normativo, y no como una aglo- se excluyen mutuamente— también se desprenden del derecho positivo. En
meración caótica de disposiciones. La interpretación, para decirlo en otras efecto, el Código Civil, en su artículo 27-2 toma en consideración el elemento
palabras, debe realizarse con arreglo al fin total del orden jurídico, pero li- racional cuando establece: "pero bien se puede, para interpretar una expre-
gada —en todo caso— al precepto aislado; en el derecho penal positivo, a sión oscura de la ley, recurrir a su intención o espíritu, claramente manifes-
no dudarlo, existe un orden y un sistema, ninguna disposición vive aislada- tados en ella misma..."; y, el artículo 32, ibidem, señala: "en los casos a que
mente, sino conectada a las otras. Por eso es de tanta trascendencia armo- no pudieren aplicarse las reglas de interpretación anteriores, se interpreta-
nizar el derecho vigente, tratando de deducir el sentido de la ley de la situa- rán los pasajes oscuros o contradictorios del modo que más conforme parezca
ción en que se encuentra el precepto que se interprete dentro del respectivo al espíritu general de la legislación y a la equidad natural". Por supuesto, allí
contexto. se le da cabida al elemento politicosocial.
Ahora bien, en torno a la segunda, cabe recordar que los estudiosos del Al elemento sistemático, introduciendo la llamada "interpretación ana-
derecho penal suelen elaborar sus propias construcciones diferentes de las lógica", que es el producto de la utilización de aquel, se refiere la precitada
del legislador (teorías del dolo, del error, de la participación criminal, de la codificación en el artículo 30-2, cuando indica: "los pasajes oscuros de una
tentativa, de las causales de justificación, etc.) y a partir de ellas se suelen ley pueden ser ilustrados por medio de otras leyes, particularmente si versan

6. VELÁSQUEZ V., 2*
134 MANUAL DE DERECHO PENAL LA INTERPRETACIÓN DE LA NORMA PENAL 135

sobre el mismo asunto"; también, en el artículo 30 cuando consagra: "el con- penetración bucal o anal", llevada a cabo por el sujeto activo de la conducta.
texto de la ley servirá para ilustrar el sentido de cada una de sus partes, de Debe, pues, hacerse una interpretación restrictiva de carácter correctivo o
manera que haya entre todas ellas la debida correspondencia y armonía". Este rectificador, para que la redacción legal no lleve al estudioso al absurdo y se
elemento se desprende, así mismo, del artículo 32 y de la ley 153 de 1887 en tenga que ver obligado a violentar elementales leyes de la física, sin poder
su artículo 5o. circunscribir la ley a sus verdaderos alcances.
Para concluir, el elemento histórico aparece en el Código Civil, artículo En tercer lugar, puede ser extensiva, la cual se presenta cuando el intér-
7-2, cuando expresa que para interpretar una ley con base en el elemento ra- prete estima que se debe ampliar el alcance de las palabras legales, para que
cional, se puede acudir a "la historia fidedigna de su establecimiento". la letra se corresponda con el espíritu y la voluntad que el legislador quiso
El último y tercer criterio clasificador es el resultado y con base en él plasmar. Esta forma de interpretación es cuestionada por un sector mino-
se suele dividir la interpretación como sigue. ritario de la doctrina, hoy en franca retirada, para el que solo se puede acudir
En primer lugar, puede ser declarativa. Se está ante ella, cuando las pa- a ella cuando se trata de favorecer al reo —principio del in dubiopro reo—
labras de la ley dicen con precisión lo que el texto quería y debía decir, de ; de lo contrario no. Desde luego, en la discusión contemporánea ha hecho
modo que el intérprete no puede ni ampliar ni restringir el alcance de su tenor carrera la tesis según la cual esta modalidad de operación mental es admisi-
literal y se debe limitar a resolver las eventuales dudas que se llegaren a ble, bajo la condición de que no desborde el "marco literal posible", sobre
presentar, precisando cuál es la exacta correspondencia entre el espíritu y la todo para corregir evidentes errores de redacción legales. Así, por ejemplo:
letra de la ley. A decir verdad, en este caso el estudioso le otorga a la ley un el tenor literal del artículo 257 del Código Penal, después de la emisión de
ámbito de aplicación que coincide con el derivado de entender las palabras la sentencia C-311 de 30 de abril de 2002, que lo declaró parcialmente in-
según el uso común del lenguaje. Así, por ejemplo, cuando el codificador constitucional, debe interpretarse extensivamente, por vía correctiva o rec-
establece que el hurto se agrava si es realizado "en lugar despoblado o soli- tificadora, para entender cobijadas en él las conductas de acceso o uso ilegal
tario" (artículo 241, numeral 9) y el juez determina el alcance de tales expre- de líneas de telefonía pública básica conmutada, sin que el pequeño yerro gra-
siones, hace una interpretación declarativa; lo mismo sucede cuando fija el matical que supone el empleo repetido del verbo usar—por medio de la ex-
sentido de la locución "lugar habitado" (artículo 240, numeral 3) e indica que presión uso de— desvirtúe dichos alcances. Entender comprendido allí sólo
no se puede tomar como morada un edificio, aunque en él entren a menudo el uso o acceso ilegales de la telefonía móvil celular sería hacer una inadmi-
personas que no residen allí.
sible interpretación restrictiva que dejaría sin ningún empleo parte del texto
En segundo lugar, se habla de interpretación restrictiva, que se presen- legal, amén de que ello comportaría aplicar la ley pretextando un vacío que
ta cuando en el tenor literal de la ley el hacedor de las leyes ha dicho más de no existe (confróntese ley 153 de 1887, artículo 48: "Los jueces o magistra-
lo que quería, y debe limitarse el alcance de las palabras contenidas en ella; dos que rehusaren juzgar pretextando silencio, oscuridad o insuficiencia de
o, de manera más breve, es la que restringe el significado de la disposición la ley, incurrirán en responsabilidad por denegación de justicia").
interpretada. Así, por ejemplo, cuando el Código Penal, en el artículo 383,
castiga el porte de escopolamina o de "cualquier otra sustancia semejante", Si se quiere hacer un paralelo entre las tres formas de operación mental
debe entenderse que se hace referencia a aquellas materias que siendo equi- examinadas, puede decirse lo siguiente: en la declarativa, el legislador quiere
valentes a la primera sirvan para "colocar en estado de indefensión a las per- tanto cuanto escribe (tam volvit, quam scripsit); en la restrictiva, quiere me-
sonas", y no a cualquier compuesto que guarde algún parecido con la indi- nos de lo que escribe (minus volvit, quam scripsit)', y, en la extensiva, el co-
cada; el codificador, pues, no pretendía extender la norma y de consiguiente, dificador quiere más de lo que escribe (plus volvit, quam scribit).
es necesario limitar su alcance mediante una interpretación de dicha índole. En cuarto y último lugar, puede hablarse de interpretación progresiva.
De igual manera, cuando en el texto del artículo 212 del Código Penal Teniendo en cuenta que la norma aparece en un determinado medio social,
—que ha sido redactado con yerros idiomáticos—, se concibe como acceso sujeto a cambios y a evoluciones continuas, debe adaptarse a las situaciones
carnal "la penetración vaginal o anal de cualquier otra parte del cuerpo hu- que se vayan presentando, so pena de tener que modificarla a diario; por ello,
mano u otro objeto", debe entenderse que el legislador pretendía —siguien- es misión del intérprete armonizarla según las transformaciones que se va-
do los dictados del Código Penal español de 1995, en sus artículos 179,182 yan sucediendo en los ámbitos científico, jurídico y social. De allí que se le
y 183— que también se castigara como tal la "introducción de objetos o [la] conozca también con la denominación de evolutiva o de historie o-evolutiva.
136 MANUAL DE DERECHO PENAL LA INTERPRETACIÓN DE LA NORMA PENAL 137

aunque no debe olvidarse que en ninguna circunstancia puede desatenderse se añade: "El título m de la Constitución —hoy n— sobre «derechos civiles
el principio del favor rei, es decir, que las dudas han de resolverse siempre en y garantías sociales» tiene también fuerza legal". Lo mismo, en el artículo
beneficio del encartado y no en su contra. Un ejemplo de este tipo de opera- 9o, ibidem: "La Constitución es ley reformatoria y derogatoria de la legisla-
ción mental es el que empleó la Corte Constitucional, en contravía de la Carta ción preexistente. Toda disposición legal anterior a la Constitución y que sea
Fundamental, al actualizar—so pretexto de una analogía en favor del reo— claramente contraria a su letra o a su espíritu, se desechará como insubsis-
el alcance de las cifras fijas de dinero que señalaba el legislador de 1980 en tente"; en fin, también emana del artículo 5 o de la ley 57 de 1887: "Dentro
los artículos 372.1 y 357, inciso 2o del Código Penal derogado, tornándolas de la equidad natural y la doctrina constitucional, la crítica y la hermenéu-
equivalentes en salarios mínimos legales mensuales vigentes (confróntese, tica servirán para fijar el pensamiento del legislador y aclarar o armonizar
sentencias C-070 de 22 febrero 1996 y C-l 18 de 21 marzo del mismo año). disposiciones legales oscuras o incongruentes".
En cuarto lugar, las normas deben elucidarse teniendo en cuenta las cam-
III. REGLAS QUE RIGEN LA INTERPRETACIÓN biantes situaciones que se presenten en la vida real, pues no existe una inter-
pretación definitiva y válida en todos los tiempos; la variedad inabarcable y
Buscando que la tarea del intérprete no se desborde, se han establecido el cambio continuo de las relaciones de la vida ponen constantemente al
diversos postulados que actúan a manera de barreras de contención, de con- aplicador de la disposición legal ante nuevas cuestiones.
troles, con plena vigencia en el derecho positivo. Esos axiomas son los si- En quinto lugar, las consagraciones legales deben analizarse dentro del
guientes: contexto sistemático, esto es, se le debe dar cabida en toda su extensión al
En primer lugar, deben indagarse la voluntad del legislador plasmada principio de la unidad sistemática, al que se refiere el Código Civil en el ar-
en la ley y el sentido objetivo del texto. tículo 30.
En segundo lugar, no debe tomarse en cuenta el momento de elabora- Igualmente, en sexto lugar, lo decisivo en la operación mental en estu-
ción de la norma, sino el de su aplicación. dio es el fin que el legislador quiso plasmar al regular la norma, y la tarea del
Así mismo, en tercer lugar, las normas deben analizarse en armonía con intérprete es desentrañarlo; como se dijo, ella está presidida por el criterio
el texto constitucional (interpretación según la Constitución) y con los pac- del bien jurídico.
tos internacionales incorporados al ordenamiento; esto es, el llamado prin- En séptimo lugar, la labor interpretativa no debe realizarse buscando be-
cipio de la jerarquía (lex superior derogat legi inferiorí). Es de tal trascen- neficiar o perjudicar al transgresor de la ley penal, porque como dice el texto
dencia este axioma que, de todas las interpretaciones posibles que admita un legal: "lo favorable u odioso de una disposición no se tomará en cuenta para
texto legal, debe preferirse siempre aquella que mejor concuerde con la ampliar o restringir su interpretación" (Código Civil, artículo 31).
Constitución, aunque —debe advertirse— ella no debe traspasar los límites También, en octavo lugar, debe tenerse en cuenta que la interpretación
trazados por el tenor literal de la ley ni por su finalidad de la misma. propuesta inicialmente no es una camisa de fuerza para el analista, quien para
Este postulado aparece ampliamente regulado en el derecho positivo: garantizar una justicia recta, puede mudarla cuantas veces sea necesario, con
en la Carta Magna, en el artículo 4o, numeral 1, según el cual "la Constitución tal de que no se ponga en peligro la seguridad jurídica en obsequio del ca-
es norma de normas. En todo caso de incompatibilidad entre la Constitución y pricho.
la ley u otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales"; Del mismo modo, en noveno lugar, nunca debe olvidarse que la dispo-
en el artículo 93, inciso 2o, en el que de manera expresa se establece la inter- sición relativa a un asunto especial prefiere a la que tenga carácter general;
pretación de todo el ordenamiento jurídico a partir de los pactos mundiales es el llamado principio de la especialidad (lex specialis derogat legi gene-
de derechos humanos, a los que se les otorga prevalencia: "los tratados y con- rali), que emerge de la ley 57 de 1887, artículo 5o, inciso 2o: "la disposición
venios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los de- relativa a un asunto especial prefiere a la que tenga carácter general".
rechos humanos y que prohiben su limitación en los estados de excepción, Y, para terminar, en décimo lugar, ha de tenerse en cuenta el llamado
prevalecen en el orden interno. Los derechos y deberes consagrados en esta principio cronológico, según el cual la ley posterior deroga la ley anterior
Carta, se interpretarán de conformidad con los tratados internacionales (lex posterior derogat legi priori).
sobre derechos humanos ratificados por Colombia". Así mismo, en el ar- Los anteriores son, pues, los axiomas más importantes en materia de in-
tículo 4 o de la ley 153 de 1887 se indica que "la doctrina constitucional es, terpretación de la ley penal, una de las fases del método dogmático, como ya
a su vez, norma para interpretar las leyes", y en el artículo T de la misma ley se dijo.
CAPÍTULO SÉPTIMO

LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ


DE LA NORMA PENAL

Bibliografía básica: BUSTOS RAMÍREZ, JUAN: Introducción al derecho penal, 2a edición, Santa
Fe de Bogotá, Edit. Temis, 1994; CARBONELL MATEU, JUAN CARLOS: Derecho penal: con-
cepto y principios constitucionales, 3a edición, Valencia, Tirant lo Blanch, 1999; DIEZ DE
a
VELASCO, MANUEL y AA.VV.: Instituciones de derecho internacional público, tomo i, 9 edi-
ción, Madrid, Edit. Tecnos, 1991; FIERRO, GUILLERMO: La ley penal y el derecho transitorio,
Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1978; KELSEN, HANS: Teoría general del derecho y del
Estado, traducción de Eduardo García Máynez, México, Textos Universitarios, 1969;
a
RODRÍGUEZ CARRIÓN, ALEJANDRO J.: Lecciones de derecho internacional público, 2 edición,
Madrid, Edit. Tecnos, 1991; VALENCIA RESTREPO, HERNÁN: Derecho internacional público,
Medellín, Edit. Diké/Universidad Pontificia Bolivariana, 2003; VERDROSS, ALFRED: Dere-
cho internacional público, traducción de Antonio Truyol y Serra, Madrid, Ediciones Aguilar,
1973; ZUGALDÍA ESPINAR, JOSÉ MIGUEL: Fundamentos de derecho penal, 3a edición, Valen-
cia, Tirant lo Blanch, 1993.

I . ÁMBITO DE VALIDEZ TEMPORAL

La primera de las limitantes en torno a la vigencia de la ley penal es la


atinente al tiempo durante el cual ella rige.

A) Concepto
Las normas penales, como todas las que componen el ordenamiento ju-
rídico, son obligatorias desde que nacen a la vida hasta su desaparición, por
lo cual se puede afirmar que tienen su propio ciclo vital. Ello significa que
el período durante el cual impera la ley se extiende entre dos momentos
distintos: la promulgación y la derogación. El primero, es aquejí en el que
la norma empieza a compeler e implica la inserción del texto legal en el Diario
Oficial y su consecutiva puesta en vigencia, que por mandato legal "princi-
pia dos meses después de promulgada" (Código de Régimen Político y Muni-
cipal, artículo 52). Sin embargo, este principio general sufre dos excepcio-
nes: una, cuando la misma ley fija el día en que debe empezar su vigencia o
autoriza al gobierno a hacerlo; y, otra, cuando haya interrupción de las co-
municaciones atribuible a guerra o "causa inevitable" (ibidem, artículo 53),
caso en el cual el término de vacatio le gis se cuenta una vez cesada la suspen-
140 MANUAL DE DERECHO PENAL LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ DE LA NORMA PENAL 141

sión. No obstante, es frecuente que las leyes entren a regir desde su promul- al carácter restrictivo de la libertad que tienen las leyes penales es posible,
gación, y aun antes, sin observar la vacancia legal (ley 57 de 1985, artículo en aplicación del principio de favorabilidad, excepcionar dicho postulado
• • 2o). general.
El segundo momento, con el cual concluye la vida de la ley, es aquel en Así pues, en el ámbito del derecho punitivo rigen los siguientes axio-
que deja de ser obligatoria por su derogación, sea porque otra de carácter pos- mas básicos: en primer lugar, la norma penal rige desde su promulgación
terior la suprima de manera expresa, o porque tácitamente la modifique por hasta su derogatoria, porque, como se dijo, su vigencia está delimitada por
contener disposiciones contrarias, o regular la materia en ella tratada de mane- dichos momentos.
ra íntegra; incluso, porque en un texto legal de igual o superior rango se fije En segundo lugar, rige para el futuro, lo que es apenas obvio, puesto
la fecha de su exclusión de orden jurídico —las llamadas "leyes tempora-
que las normas se dictan para gobernar tiempos venideros y no el pasado, de
les"— o cuando, sencillamente, desaparezcan el objeto, las circunstancias o
donde se desprende que —en principio— no poseen efecto retroactivo y los
los privilegios personales que le dieron nacimiento. En otras palabras, por
derechos adquiridos se rigen por la ley anterior. Ello se justifica, teóricamen-
derogatoria expresa o tácita.
te, porque es necesario asegurar la estabilidad politicojurídica de tal manera
Ahora bien, debe tenerse en cuenta que la ley derogada no puede revi- que los ciudadanos sepan de cuáles derechos son titulares; y también prác-
vir en ningún caso, salvo que una ley nueva la reproduzca: "una ley deroga- ticamente, pues si la ley rigiera para el pasado, se podría revivir todo tipo de
da no revivirá por solas las referencias que a ella se hagan, ni por haber sido juicios y reinaría un absoluto desorden en la administración de justicia.
abolida la ley que la derogó. Una disposición derogada sólo recobrará su
fuerza, en la forma en que aparezca reproducida en una ley nueva" (confrón- En tercer lugar, el carácter irretroactivo de la ley se excepciona cuan-
tese ley 153 de 1887, artículo 14). do ella es más benigna que la anterior, lo cual se explica por la vigencia
amplia del postulado del favor rei, como ya se dijo. Y, para terminar, en cuarto
Es obvio que la eficacia de la ley también se extingue cuando la Corte
lugar, la prohibición de ultraactividad se excluye cuando una ley es más
Constitucional, en uso de las atribuciones correspondientes (Constitución
benigna que la posterior, lo que es también consecuencia del principio de
Política, artículos 241 y 243), declara su inconstitucionalidad, en lo que se
favorabilidad, pues el encartado al delinquir se hace acreedor a que se le juz-
ve un mecanismo distinto del de la derogatoria, pero que tiene similares efec-
gue de acuerdo con la ley vigente al momento de cometer el hecho.
tos a ella; no obstante, la jurisprudencia —en armonía con precedentes sen-
tados por los más altos tribunales nacionales en los años cincuenta del siglo Como se puede observar, los dos primeros postulados son de índole ge-
pasado— ha introducido una muy polémica excepción en tratándose de la neral, mientras que los dos últimos son producto de la doble excepción que
primera de estas figuras, no de la segunda, en la que es imposible, como aca- se presenta cuando en el tránsito de legislaciones penales se debe dar apli-
ba de verse: es factible que la ley derogada tras la declaratoria de inexequi- cación a la ley más favorable para el reo (Constitución Política, artículo 29-
bilidad pueda recobrar su vigencia, cuando ello "sea necesario para garan- 3 y Código Penal, artículo 6o, inciso 3o). Por ello, entonces, entra enjuego
tizar la integridad y supremacía de la Carta" (confróntese sentencias C-145 la retroactividad para quienes estén siendo procesados o hayan sido conde-
de 23 marzo 1994 y C-501 de 15 mayo 2001). Las dificultades del asunto en nados (Código Penal, artículo 6o, inciso 3 o y ley 153 de 1887, artículo 44) y
tratándose de la ley penal, son apenas comprensibles. la ultraactividad —como norma general— para los que aún no hayan sido
condenados.
B) Principios generales
C) Casos
Cuando la ley entra en vigor, se deben imponer las consecuencias jurí-
dicas contenidas en ella a la conducta humana regulada; por eso, el deber de En un tránsito de legislaciones en el tiempo, son posibles situaciones
aplicarla se excluye cuando un hecho se presenta antes o después de su vi- como las siguientes: la ley nueva puede tornar lícito un hecho que no lo era
gencia, pues en tal caso prima el principio general de que todo acto o con- para la derogada; en la norma reciente, es factible punir un actuar que era lícito
ducta se debe regir por la ley vigente en su tiempo: tempus regit actum. En para la previsión legal anterior; la ley vigente puede sancionar el hecho de
»* otros términos: como norma general, está prohibida la aplicación extraacti- manera más benigna que la antigua; y es factible que la actual imponga al
^I va de la ley, sea que ello se haga retroactivamente —actividad hacia atrás— mismo actuar mayor sanción que la derogada. También, es pensable que la
o ultraactivamente —actividad hacia el futuro—; sin embargo, atendiendo reciente previsión legal contenga sanciones de naturaleza distinta de las
142 MANUAL DE DERECHO PENAL LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ DE LA NORMA PENAL 143
• *
•Ü contempladas en la antigua; o que la norma imperante señale pena corporal sos 2o y 3 o del Código de Procedimiento Penal, cuando pretende limitar la
menor y sanciones accesorias antes no existentes. favorabilidad en este ámbito solo a la ley procesal de efectos sustanciales:
* Incluso, es viable que la nueva ley pueda señalar la misma sanción, pero "La ley procesal de efectos sustanciales permisiva o favorable, aun cuando
p• establecer un mínimo más elevado y un máximo más bajo que los previstos sea posterior a la actuación, se aplicará de preferencia a la restrictiva o des-
en la ley vieja. Enfin,es posible que la ley nueva pueda, manteniendo la figura favorable. La ley procesal tiene efecto general e inmediato", como si ella no
punible, modificar los principios generales, o variar el contenido de la des- fuera también predicable de las demás normas instrumentales; desde luego,
cripción típica, o cambiar la denominación del hecho punible convirtiendo tal distinción es artificial e inoperante, amén de contraria a la Carta Funda-
el delito en contravención, o viceversa. mental.
Ahora bien, el legislador no solo se contenta con sentar los postulados
D) El postulado de irretroactividad y el derecho vigente
anteriores, sino que también —en un intento por mostrar las posibles situa-
La legislación imperante —como ya se advirtió en el acápite segundo, ciones que ocurren en casos de conflictos de leyes penales en el tiempo—
al estudiar el ius puniendi y sus límites— consagra el principio general de la señala, por vía de ejemplo, diversas hipótesis en el artículo 45 de la ley 153
prohibición de la aplicación extraactiva de la ley penal, salvo los casos de favo- de 1887.
rabilidad [Constitución Política, artículo 29-3; Pacto Internacional de Dere-
chos Civiles y Políticos, incorporado mediante ley 74 de 1968 (26 de diciembre), E) Determinación de la ley más favorable o benigna
artículo 15; Convención Americana sobre Derechos Humanos, incorporada
Cuando se habla de la "ley", se alude tanto a las normas penales com-
mediante ley 16 de 1972 (30 de diciembre), artículo 9o; Código Penal, artícu-
pletas, como a las incompletas y a las normas en blanco; así mismo, se in-
lo 6o, incisos Io, 3 o y 4o; Código de Procedimiento Penal, artículo 6o y ley 153
cluyen las procesales y de ejecución penal, las de carácter civil, laboral, ad-
de 1887, artículos 40 a 44], sin distinciones de ninguna índole, trátese de su-
ministrativo, etc., cuando introducen modificaciones a las penales e, incluso,
puestos de hecho delictivos o contravencionales, de penas o medidas de segu-
a la ley o al reglamento complementario. En otras palabras: la ley que ha de
ridad, cobijando por igual normas sustantivas, procesales o de ejecución pe-
aplicarse no es solo la norma de la parte especial, sino también la contenida
nal; es más, incluso puede invocarse la aplicación retroactiva de la ley en casos
en la parte general y en el derecho penal complementario. Si se trata de una
de jurisprudencia constitucional, cuando el organismo competente declara
inexequibles disposiciones de índole penal, o cuando cambia su jurispruden- norma en blanco, deben tenerse en cuenta todas las transformaciones sufri-
cia. En fin, para concluir, téngase en cuenta que el mismo ordenamiento das por el supuesto de hecho correspondiente, para determinar cuál es la que
jurídico dispone que los "casos dudosos" se resuelven acudiendo a la "inter- lo completa, sin restricciones de ninguna índole, aunque la norma que con-
pretación benigna" (ley 153 de 1887, artículo 45). tiene el reenvío siempre tendrá que ser previa al acto que se imputa (Código
Penal, artículo 6o, inciso 2o); así, verbigracia, en el caso de la usura (Código
No obstante, en relación con las normas procesales se suele distinguir
Penal, artículo 305), debe acudirse a una resolución administrativa emitida
entre las que fijan jurisdicción, competencia, ritualidades o formalismos del
por autoridad competente para saber cuál es el monto del interés corriente
proceso, y las atinentes a otros aspectos procesales; a partir de tal enfoque se
bancario, y complementar el tipo penal respectivo.
afirma que las primeras no admiten aplicación extraactiva (retroactividad o
ultraactividad) por ser de ejecución inmediata, y que, además, todas las nor- Pero ¿cómo se sabe cuál es la ley más benéfica en cada caso? Al res-
mas procesales son neutras, incoloras, inodoras e insaboras, como si no fuera pecto, no pueden emitirse reglas abstractas, pues ello se debe resolver en
evidente que todas ellas implican una valoración social. El equívoco se deriva concreto comparando, en cada una de las situaciones de la vida real, los
del contenido de los artículos 40 y siguientes de la ley 153 de 1887 —repro- resultados que pueda generar la aplicación de las diferentes normas; por ello
ducidos por los estatutos procesales—, que introducen la distinción para dotar es aconsejable bosquejar hipotéticas soluciones del caso particular para ter-
de estabilidad a las instituciones procesales y evitar el caos y las confusio- minar acogiendo la más correcta y favorable al reo.
nes usuales en los tránsitos legislativos, por lo que se reitera el principio gene- La anterior fórmula es válida cuando se trata de precisar la ley más
%m ral de la prohibición de extraactividad, pero se deja a salvo lafavorabilidad favorable en conflictos de leyes simples, lo que no genera mayores dificul-
iI prevista en el texto constitucional que es ley de leyes (Constitución Política, tades. No obstante, la tarea se complica cuando se confrontan disposiciones
artículos 4o y 29-3). Lo mismo cabe predicar del texto del artículo 6o, inci- complejas como los códigos penales, que brindan al interesado la posibili-
* t
;
144 MANUAL DE DERECHO PENAL LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ DE LA NORMA PENAL 145
I;
•* i
I» dad de beneficiarse al mismo tiempo de dos o más previsiones legales en ca, son viables durante amplios períodos en los que pueden presentarse su- ¡
conflicto, siempre y cuando se tomen preceptos íntegros de cada una de ellas cesiones de leyes penales, etc. En hipótesis como estas se plantea el proble-
* • para aplicarlos al caso preciso, pues es obvio que puede resultar perjudicado ma de establecer cuándo se entiende realizada la conducta punible, por lo cual '
p, por unos aspectos y favorecido con otros. Para que esto último sea viable, la doctrina y el derecho comparado han ensayado diversas explicaciones, ,
debe tratarse de leyes complejas divisibles, que permiten tomar lo más favo- atendiendo a si se tiene en cuenta el momento de la acción, el del resultado,
rable de cada una de ellas y posibilitan la ultra o la retroactividad de la ley o ambos.
en bloque; en cambio, las indivisibles, al no poder fraccionarse, no autori- Se habla, por ello, en primer lugar, de la teoría de la acción, según la
zan al juzgador o intérprete a tomar fragmentos de una y otra para resolver cual la conducta punible se entiende cometida en el momento en que se
el caso, pues ello equivaldría a crear una tercera ley (la llamada lex tertia), produce la manifestación de voluntad; en segundo lugar, de la teoría del
lo cual está prohibido. Desde luego, se repite, esa consideración se debe hacer resultado, para la cual la conducta se estima realizada al instante de la pro-
en concreto, atendidas las particularidades de cada proceso, y no en abstracto, ducción de la consecuencia respectiva; y, en tercer lugar, de la teoría mixta,
para evitar soluciones injustas que pueden contrariar el principio de legali- conforme a la cual el suceso se considera efectuado indistintamente al tiem-
dad. po de la acción o del resultado. De estas tres posturas se acoge la primera y
se rechazan las dos últimas: la segunda, por olvidar la existencia de figuras
Este mecanismo lo admite la Corte Suprema de Justicia en sentencia de
punibles que no requieren resultado; y la tercera, porque no permite saber bajo
tres de septiembre de 2001 (radicado: 16837) aunque, paradójicamente, apli- el imperio de cuál ley se ha realizado el acontecimiento criminoso. El legisla-
cando la vieja ley más desfavorable en lo atinente al principio de prohibición dor se inclina por la primera teoría en el artículo 26: "Tiempo de la conducta
de la doble valoración (confróntese Salvamento de voto). punible. La conducta punible se considera realizada en el tiempo de la eje-
cución de la acción o en aquel en que debió tener lugar la acción omitida, aun
F) Tiempo de realización de la conducta punible
cuando sea otro el del resultado". Como se ve, la ley distingue entre acción
Para el estudio de la eficacia temporal de las leyes penales es necesario y omisión como especies de conducta humana penalmente relevante.
precisar el momento en el que se entiende cometido el hecho, el llamado tem- Ahora bien, ¿qué consecuencias se derivan de la asunción de esta pos-
pus comissi delicti. Cuando el suceso se realiza durante la vigencia de una tura? Ello incide en varios campos: si se trata de un delito a distancia, el suceso
de las dos normas en conflicto no hay ninguna dificultad, pues se aplica la se entiende llevado a cabo en el instante en que se manifiesta la voluntad del
imperante al instante de la comisión del comportamiento punible: tempus agente, con base en el cual se decide la ley penal aplicable; si es un delito
regit actum, SL no ser que por virtud del principio de favorabilidad se le dé continuado, el comportamiento se considera cometido bajo la vigencia de
cabida a la extraactividad. cualquiera de las leyes en conflicto, pues en cada una de ellas se ha manifes-
Sin embargo, la situación es distinta cuando se piensa en ciertas figuras tado la voluntad del agente, que puede optar por una u otra, atendidos sus in-
delictivas cuya realización comienza en un tiempo determinado y que, por tereses (Código Penal, artículo 31, parágrafo); si es un delito permanente, el
tiempo de comisión comprende todo el lapso transcurrido desde el instante
sus propias características, termina ejecutándose en otro (delitos a distancia)',
de la manifestación de la conducta hasta que cesa de ejecutarse. Si se dis-
o que transgreden una norma mediante la ejecución de la misma acción penal
cute un fenómeno de prescripción —esto es, el instituto liberador mediante
en diversos segmentos de tiempo y con un mismo cometido (delitos conti-
el cual por el transcurso del tiempo se extingue la acción penal o cesa el dere-
nuados)', o bien, la acción realizadora del precepto penal no se cumple ins- cho del Estado a imponer la pena impuesta—, en el supuesto de que las le-
tantáneamente, sino que es mantenida por el agente durante largo tiempo yes en conflicto consagren términos diferentes, el interesado puede optar por
(delitospermanentes), etc. Se trata, en otras palabras, de una serie de acon- la que señale el lapso más breve, período que —según la teoría de la acción—
tecimientos cuya realización puede implicar el transcurso de una cantidad de se cuenta desde el instante en que se produce la manifestación de la volun-
tiempo suficiente para que durante él tenga lugar una sucesión de leyes pe- tad o debió producirse la acción omitida. El principio de favorabilidad, pues,
nales. rige aun en caso de que la ley posterior declare un determinado acontecimien-
i* Así, verbigracia, una carta injuriosa puede recibirse meses después de to como imprescriptible, por lo cual la ley 153 de 1887, artículo 42, es con- <
^I escrita; es posible programar una carga explosiva para que estalle en una de- traria a la Constitución cuando consagra tal limitación (Constitución Políti- i
terminada ocasión; un secuestro o una fraudulenta internación en asilo o clíni- ca, artículos 4o, inciso 3 o , y 29-3). .
146 MANUAL DE DERECHO PENAL LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ DE LA NORMA PENAL 147
i '1
l •
|{ Si lo que se discute es un problema de inimputabilidad, la ley aplicable II. ÁMBITO DE VALIDEZ ESPACIAL
será la vigente al momento de ejecutar la conducta típica y antijurídica (Có-
1
* digo Penal, artículo 33, en armonía con el artículo 26); cuando se trata de un Como también pueden presentarse conflictos de leyes en el espacio, es
> • caso de trastorno mental preordenado, será la imperante al instante de po- necesario estudiar los problemas que ello suscita.
nerse en tal situación (Código Penal, artículo 33, inciso 2o). Por último, en A) Concepto
los casos de participación criminal, la disposición aplicable es la vigente
cuando el cómplice o determinador realiza la primera aportación a la empresa Como norma general, en esta materia predomina el principio de terri-
criminal (confróntese, artículo 30). torialidad, según el cual la ley impera en un determinado ámbito espacial o
extensión territorial de aplicación, esto es, su validez o ejecutoriedad en el
G) La ley intermedia. Leyes temporales y excepcionales espacio, ya sea en la tierra, en el mar o en el aire. Que la ley rija dentro del
territorio del Estado que la promulga, no es más que una manifestación directa
Ley intermedia es la que entra en vigor después de la comisión de la con- de la soberanía estatal y consecuencia del ejercicio de un determinado poder
ducta, y es modificada antes de la ejecutoria de la sentencia respectiva; como político actuante; justamente, los diversos órdenes normativos designados
se ve, ello supone la sucesión de tres o más normas, una o varias de las cua- como Estados se caracterizan precisamente por el hecho de que sus ámbitos
les se infringe (n) entre la vigencia de aquella bajo cuyo imperio se produjo de validez se encuentran limitados. Dentro de esos marcos, la obligatorie-
el acontecer delictivo y la imperante al instante de la ejecutoria de la senten- dad de la ley es general e indiscriminada y recae sobre los ciudadanos, na-
cia e, incluso, durante el tiempo de su ejecución. Sin duda, la ley intermedia cionales o extranjeros, residentes o transeúntes; por ello, como dice el Có-
más favorable —contraria o no a la Constitución— debe aplicarse, pues la digo Penal en su artículo 14: "La ley penal colombiana se aplicará a toda
Carta no establece restricciones de ninguna índole, puesto que, además, los persona que la infrinja en el territorio nacional".
destinatarios no están obligados a padecer los yerros de técnica legislativa No obstante, por vía de excepción, rige también el principio de extra-
o las improvisaciones del legislador; incluso, procede en relación con nor- territorialidad, cuyo fundamento es la pretensión de cada nación de exten-
mas procesales y de ejecución penal, pues, se repite, la Norma Fundamental der la vigencia de sus leyes penales a hechos cometidos fuera del territorio.
no distingue.
Ahora bien, son leyes temporales las que tienen prefijado el término de B) Principios generales
su vigencia, por lo que se les denomina leyes penales temporales en sentido En esta materia rigen cuatro postulados, acogidos de manera combina-
estricto (confróntese artículos 44 y 46 de la ley 782 de 2002); ellas difieren da en los diversos estatutos penales; el primero es el general, mientras que
de las excepcionales, que tratan de satisfacer circunstancias especiales o ne- los otros tres son las excepciones, como se desprende de lo dicho hasta ahora.
cesidades del Estado, causadas por situaciones de anormalidad (guerras, te- En primer lugar, opera el principio de territorialidad absoluta, de con-
rremotos, epidemias, alzamientos armados, etc.), conocidas también como formidad con el cual la ley penal se impone a todos los habitantes del terri-
leyes penales temporales en sentido amplio. Desde luego, como estas nor- torio estatal y por todos los delitos cometidos dentro de la nación, sin hacer
matividades casi siempre resultan más perjudiciales para el interesado, es im- distingos de personas ni de bienes perjudicados, trátese de nacionales o
procedente su aplicación extraactiva; por supuesto, excepcionalmente, pue- extranjeros, según el criterio del ius soli —derecho del suelo—, que reem-
den presentarse normas temporales más favorables susceptibles de ser plazó el principio medieval del ius sanguinis —derecho de la sangre—. Ello
aplicadas retroactiva o ultraactivamente. De lege lata, por imperar sin cor- se justifica, porque el Estado solo tiene interés en perseguir las conductas
tapisas el beneficio de la favorabilidad, siempre debe aplicarse la ley más cometidas dentro de su territorio, pues —se supone— las acaecidas fuera de
benigna, sea de carácter común, especial, intermedia, excepcional o extraor- él son objeto de investigación y juzgamiento por los demás Estados, estable-
dinaria; cualquier distinción al respecto es arbitraria y caprichosa. ciéndose así las fronteras de persecución penal en un determinado ámbito
i• En fin, dada la vocación de permanencia del derecho penal, lo más pru- espacial.
^I dente es rechazar este tipo de normas penales diseñadas para épocas excep- En segundo lugar, impera el principio de personalidad o de naciona-
llf cionales. lidaden virtud del cual la ley penal estatal sigue a sus nacionales adonde quie-
148 MANUAL DE DERECHO PENAL LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ DE LA NORMA PENAL 149
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» •>
I j»¡ ra que vayan, de tal manera que las conductas punibles cometidas por ellos
Por "territorio" se entiende la porción del espacio y el conjunto de cosas
en cualquier parte deben ser sancionadas de acuerdo con la legislación de su sobre las que ejerce su imperio el Estado, aunque hay quienes creen que no
• •' nación de origen; se le denomina también de principio de nacionalidad, pues es susceptible de ser definido, pues equivale al ámbito sobre el cual el dere-
t ,i atiende —justamente— a la procedencia de la persona. Este postulado asu- cho internacional le reconoce a un Estado su soberanía espacial. Descom-
me dos formas diferentes, según el papel desempeñado por el poblador en el poniendo tal noción, se tiene:
territorio extranjero, sea como partícipe en el hecho delictuoso, ora como víc- a) La porción del espacio
tima de este, es decir, como autor o como sujeto pasivo. Se habla entonces,
en uno y otro caso, de personalidad activa y de personalidad pasiva. En este concepto se incluyen, en primer lugar, las nociones del suelo te-
Ahora bien, mirado el asunto desde el aspecto activo, significa que la rritorial y el subsuelo (Constitución Política, artículo 101, incisos 3 o y 4o).
ley penal del Estado se aplica al habitante que delinque en el extranjero, sin En segundo lugar, el mar y las aguas territoriales (Constitución Política,
que importe quién sea el titular del bien jurídico vulnerado —sea el Estado artículo 101, ordinal 4o, Convención de Jamaica sobre Derechos del Mar de
al que pertenezca el delincuente o sus ciudadanos, o un Estado extranjero o 1982, artículo 76-1), que aglutina el mar territorial propiamente dicho, la
sus subditos—; y, por el aspecto pasivo, la ley estatal solo se impone a quien zona contigua, la plataforma continental (ley 9a de 1961; Convención de
delinque en el extranjero cuando el bien jurídico afectado por el delito sea Ginebra de 1958, artículo 76), la zona económica exclusiva (ley 10 de 1978,
del propio Estado o de sus conciudadanos, esto es, se impone la ley de la víc- artículo Io; Convención de Jamaica, artículo 57, ya citada) y las aguas ju-
tima, lo cual explica por qué algún sector doctrinario lo asimila al principio risdiccionales o mar territorial (ley 14 de 1923, artículo 17; Convención de
real o de defensa al cual se alude en seguida. Jamaica en su artículo 2°-3; ley 10 de 1978 en su artículo Io, en armonía con
En tercer lugar, el principio real, de protección o de defensa, permite el Código de Comercio en sus artículos 1429 y 1430).
que la ley penal se aplique a todos los delitos cometidos por toda persona y Y, en tercer lugar, el espacio aéreo, que comprende el espectro elec-
en cualquier parte, siempre y cuando ataquen los bienes o los intereses jurí- tromagnético y el segmento de la órbita geoestacionaria (Constitución Po-
dicos del Estado o de sus nacionales; así pues, el postulado le otorga extrate- lítica, artículo 101-4; leyes 89 de 1938, artículo Io, 10 de 1978, artículo Io,
rritorialidad a la ley penal del Estado y les da jurisdicción a los tribunales y el Código de Comercio en sus artículos 1777 a 1779). También, añádase,
nacionales, para conocer de hipótesis delictivas que en principio no podrían deben tenerse en cuenta dentro del espacio aéreo las columnas de aire que se
juzgar. Como se desprende de lo anterior, el Estado tiene derecho a defen- levantan sobre el mar territorial y las respectivas aguas jurisdiccionales (ley
der determinados bienes jurídicos, lo cual justifica su acción encaminada a 10 de 1978, artículo I o , inciso 2o y la Convención del Mar de 1982 en su ar-
tal fin; por ello se denomina este axioma como de defensa, o principio de la tículo 2o, inciso 2o). Desde luego, las sedes locativas del Estado en el extran-
protección del Estado. jero destinadas a embajadas y consulados no forman parte del territorio esta-
Finalmente, el principio de la extraterritorialidad absoluta, de justicia tal, como se afirmaba en los inicios del derecho internacional; hoy, en lugar
universal, o de jurisdicción mundial, cuyo fundamento es la solidaridad entre de tan peculiar tesis, impera el tratamiento preferente brindado a los funcio-
los Estados. Según este axioma, la ley penal estatal se impone a todo suceso narios del Estado acreditante, en atención a sus calidades personales y no a
criminoso cometido por cualquier persona, sin que importe el sitio ni el bien la supuesta extraterritorialidad de tales locales o sedes que nadie sostiene, ni
jurídico afectado; con razón se habla de una "competencia universal de la ley siquiera en el ámbito penal, sobre todo porque no tiene asidero en la Cons-
penal" o del "sistema de la universalidad del derecho de castigar". titución Política y pugna con lo establecido en la ley 6a de 1972, £ue incor-
poró al ordenamiento patrio la Convención de Viena de 1961, en materia de
C) El principio de territorialidad y el derecho vigente relaciones diplomáticas. Se trata, pues, de un problema propio del ámbito
de validez personal de la ley penal sobre el que luego se volverá.
De conformidad con el artículo 14 del Código Penal, el hecho o acto de- b) El conjunto de cosas
lictivo se rige por la ley del lugar donde se cometió: locus regit actum; esto
•* es, impera el estatuto de territorialidad: "la ley penal colombiana se aplicará Los sujetos sobre los cuales el Estado ejerce su imperio y que forman
tf a toda persona que la infrinja en el territorio nacional, salvo las excepciones parte del territorio estatal son los siguientes: en primer lugar, las naves del
,« consagradas en el derecho internacional". Estado y los buques privados. Las embarcaciones forman parte de lo que la
150 MANUAL DE DERECHO PENAL LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ DE LA NORMA PENAL 151

i
0 ley, que acucie a una designación inconveniente y en desuso, denomina "te- den.como parte del territorio colombiano, cualquiera que sea el lugar o es- ¡'
rritorialidad por extensión" (artículo 15), pues se consideran verdaderos "es- pació aéreo donde se encuentren (ley 89 de 1938, artículos 30 y 35), lo cual
* pacios territoriales flotantes" sobre los que ejerce el Estado su poderío; esta implica la admisión de una ficción de extraterritorialidad llamada a ser su-
.„ denominación es, sin duda, excesiva, y en su lugar impera en el moderno perada en el marco del derecho internacional contemporáneo, tal como ocu-
derecho internacional el llamado principio de la inmatriculación o del pabe- rre con las naves o buques de igual naturaleza. Al respecto, establece el ar-
llón, lo cual es también válido para las aeronaves. Se suele distinguir entre tículo 15 del Código Penal: "La ley penal colombiana se aplicará a la persona
naves públicas, sean de guerra o no, y naves privadas. que cometa la conducta punible a bordo de... aeronave del Estado que se en-
En lo atinente a las naves o buques mercantes privados, se consideran cuentre fuera del territorio nacional", o "a bordo de cualquier otra... aerona-
como parte del Estado cuyo pabellón ostentan cuando se encuentren en alta ve nacional, que se halle en alta mar [entiéndase sobrevolándola o posada
mar; si, en cambio, se hallaren dentro del territorio estatal, parece obvio sobre un «territorio flotante»], cuando no se hubiere iniciado acción penal
entender que están sometidos en todo a su jurisdicción, independientemente en el exterior". No obstante, obsérvese, la parte final de la disposición —igual
de la nacionalidad de origen. Ahora bien, las naves del Estado —por ende, consideración vale para las naves privadas— no armoniza con lo estableci-
públicas— se reputan como territorio del Estado al que pertenecen sin tener do en el artículo 17 inciso 2o, pues mientras aquí se dispone que la ley penal
en cuenta el lugar donde se encuentren —ficción llamada a desaparecer en colombiana se aplica con la condición de que no se haya iniciado la acción
el derecho internacional contemporáneo—, y están sometidas en todo a la penal en el exterior, con lo que se reconoce la soberanía del Estado extran-
jurisdicción nacional (ley 89 de 1938, artículos 30 y 35). jero, en la disposición citada —al regular la sentencia extranjera— se afir-
Sobre lo anterior, señala el artículo 15 del Código Penal: "La ley penal ma que la sentencia proferida por esa autoridad foránea no tiene efectos de
colombiana se aplicará a la persona que cometa la conducta punible a bordo cosa juzgada en Colombia, esto es, se dice lo contrario.
de nave... del Estado que se encuentre fuera del territorio nacional" y "... al Ahora bien, obsérvese, también ha dispuesto la ley penal que el princi-
que cometa la conducta a bordo de cualquier otra nave... nacional, que se halle pio general contenido en el artículo 15, inciso Io, en materia de territoriali-
en alta mar, cuando no se hubiere iniciado acción penal en el exterior"; desde dad por extensión cuando se trata de naves o aeronaves del Estado, puede
luego, parece obvio que la expresión "cualquiera otra nave" se refiere a las llegar a excepcionarse cuando los Estados involucrados en la comunidad de
embarcaciones no pertenecientes al Estado, esto es, las de carácter privado. naciones dispongan lo contrario, como es apenas de esperarse en un mundo
El artículo 15 del Código Penal no comprende los llamados "aeropuer- cada vez más compenetrado por fenómenos como la globalización y la inte-
tos flotantes" o las "islas flotantes" situadas en alta mar—se entiende el con- gración supranacional; ello, como es apenas obvio, bajo la condición de que el
cepto en los términos del artículo I o del Convenio de Ginebra de 1958, como tratado o convenio respectivo se incorpore al ordenamiento en debida forma.
"todas aquellas partes del mar que no forman parte del mar territorial o de
las aguas interiores", y se le añade, según el artículo 86 de la Convención c) Excepciones del derecho internacional
de 1982, la zona económica exclusiva y las aguas archipelágicas— y que per- El postulado de territorialidad puede ser objeto de algunas restriccio-
miten mejorar las condiciones de navegación aérea o marítima en dicha zona; nes si el Estado, en cumplimiento de tratados y convenios internacionales
no obstante, así el punto sea objeto de discusiones en el ámbito del derecho incorporados al ordenamiento jurídico, excluye la aplicación de su norma-
internacional, debe entenderse que el tratamiento es similar al dispensado a tividad en determinados casos; no otra explicación tiene el agregado conte-
las naves que se encuentren en dicha porción territorial, si se llegare a come- nido en el artículo 14, inciso Io, cuando dispone la imposición de la ley penal
ter un delito a bordo de una de esas porciones territoriales. dentro del territorio estatal "salvo las excepciones consagradas en el dere-
En segundo lugar, deben tenerse en cuenta las aeronaves del Estado y cho internacional", como sucede, por ejemplo, con la ley 742 de 2002, que
los aviones privados. Así mismo, las naves aéreas forman parte de lo que la incorporó el Estatuto de Roma de 1998 (artículos 5o y siguientes) vigente des-
ley penal denomina "territorialidad por extensión", sean del Estado o priva- de el 30 de noviembre de 2002 (decreto 2764 de 2002). Desde luego, como
das. En tratándose de aeronaves privadas, están sometidas a la ley nacional, se verá, este aparte de la norma se refiere también al ámbito de validez per-
* siempre que se hallen en territorio colombiano o sobrevuelen el espacio aéreo sonal, pues algunas personas, como las vinculadas al servicio diplomático y ,
£ —incluida la columna de aire que se levanta sobre el mar territorial—, sin consular, gozan de ciertos privilegios y, excepcionalmente, el Estado renuncia •
que importe su nacionalidad; en cambio, las aeronaves del Estado se entien- a juzgar a sus propios nacionales. i
152 MANUAL DE DERECHO PENAL LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ DE LA NORMA PENAL 153
\
i {J D) Lugar de comisión de la conducta punible debía producirse el resultado según la voluntad del autor (Código Penal, »
artículo 27); no obstante, en estos casos lo más justo sería imponer la ley del *
1
* Para poder precisar dónde se ha cometido el comportamiento punible Estado donde se ha producido la manifestación de voluntad. En tratándose \
M —el llamado locus comissi delicti— se han formulado las mismas posturas de los delitos de tránsito, debe distinguirse si una parte de la conducta o del %
imperantes en relación con el ámbito de validez temporal de la ley penal, resultado se produjo en suelo colombiano, caso en el cual se impone la ley
según el elemento de la conducta humana al que se le dé primacía. En efec- penal sin que importe cuál fracción se realizó en él, pues basta que el desen-
to, en primer lugar, se habla de la teoría de la acción, de conformidad con volvimiento de la acción delictuosa tenga como escenario el territorio nacio-
la cual el comportamiento se entiende cometido en el lugar donde se llevó a nal, así sea un instante, para que se entienda cometido en Colombia.
cabo la manifestación de voluntad, independientemente de aquel en el que Por último, en cuanto a la participación criminal —determinación y
se produjo el resultado; en segundo lugar, se hace referencia a la teoría del complicidad—, los actos de cooperación con el autor realizados en el extran-
resultado, para la cual la conducta se considera realizada en el lugar donde jero en relación con conductas consumadas en suelo patrio, como al contra-
se produjo el efecto. Y, para terminar, la teoría de la ubicuidad, o mixta, con rio, se entienden cometidas en territorio nacional (Código Penal, artículo 30).
arreglo a la cual el actuar humano se entiende cometido tanto en el lugar donde Ahora bien, si se tratare de actos de realización conjunta de varias personas
se efectuó la acción o se manifestó la voluntad delictiva de manera total o que se dividen el trabajo común (coautoría), o de autoría mediata (esto es,
parcial, como en el que se ocasionó o debió ocasionarse el resultado; y, en quien se vale de otro que no realiza injusto para cometer el hecho), no se ve
las omisiones, en el lugar donde debió realizarse la acción omitida. En ver- dificultad alguna, pues se parte de la contribución prestada tanto para la rea-
dad, atendidas las necesidades politicocriminales, este último parece ser el lización del acto como para el logro del resultado (Código Penal, artículo 29).
sistema más conveniente. Para terminar, si se está frente a un delito permanente, la situación es la misma
Justamente, esta última concepción se compadece con el artículo 14 del que en el caso de delito continuado.
Código Penal, que a la letra reza: "... La conducta punible se considera rea-
lizada: 1. En el lugar donde se desarrolló total o parcialmente la acción. 2. E) La extraterritorialidad de la ley penal
En el lugar donde debió realizarse la acción omitida. 3. En el lugar donde se Como el régimen vigente no es el de la territorialidad absoluta, pues este
produjo o debió producirse el resultado". Según se deduce del texto trans- postulado es objeto de complementación con los de personalidad, real o de
crito, basta que una parte de la acción ejecutiva tenga lugar en el territorio defensa, y extraterritorialidad absoluta o jurisdicción mundial, debe colegirse
nacional para que el Estado pueda sancionar la totalidad de la acción, sin que que la ley penal nacional se aplica también a las conductas punibles come-
haya dificultades para precisar dónde se ha cometido y, al mismo tiempo, es tidas en el territorio de otras naciones por nacionales y extranjeros, cuando
fácil saber cuál es la ley aplicable según el lugar: locus regit actum. se den las circunstancias del artículo 16 del Código Penal.
No obstante, es indispensable hacer algunas precisiones: si se trata de Empezando por lo estatuido en el artículo 16, se tiene: en primer lugar,
un delito a distancia, la conducta se estima efectuada en el territorio nacio- el numeral 1 de la disposición mencionada consagra el principio real o de
nal, tanto cuando la acción se produjo en él como cuando el resultado acae- defensa, al ordenar la aplicación de la ley penal tanto a nacionales como a
ció dentro del ámbito de validez espacial de la respectiva ley penal. En los extranjeros que cometan delitos —una de las modalidades de conducta pu-
delitos continuados, el acto punible se considera llevado a cabo en cada uno nible que dice prever la ley penal en el artículo 18— en el exterior, en detri-
de los lugares donde se haya efectuado una parte de la acción, conformado- mento de los bienes jurídicos del Estado colombiano taxativamente indica-
ra de una unidad delictiva (Código Penal, artículo 31, parágrafo). Si se trata dos en la disposición, así la persona haya sido absuelta o condenada a una
de un delito de omisión, el hecho criminoso se considera efectuado tanto pena menor de la prevista en la legislación penal nacional; esas hipótesis de-
donde se produjo el resultado (casos de omisión impropia) como en el lugar lictivas son las contempladas en los títulos xvii (Delitos contra la existencia
en el que el autor estaba jurídicamente obligado a actuar (casos de omisión y seguridad del Estado), xvm (Delitos contra el régimen constitucional y
propia o impropia). legal), x (Delitos contra el orden economicosocial, salvo la conducta de la-
U En los casos de tentativa, no solo en aquellas hipótesis en las que el vado de activos, tipificada en el artículo 323), xv (Delitos contra la adminis- ,
If; resultado no alcanza a producirse, sino también en las que aquel se materia- tración pública) y ix (Delitos contra la fe pública), capítulos i —salvo la !
.* liza en lugar distinto, el actuar criminoso se reputa efectuado en el sitio donde moneda extranjera—, n y m —pero solo cuando se refieren a la falsificación
154 MANUAL DE DERECHO PENAL LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ DE LA NORMA PENAL 155

de documento de crédito público o estampilla oficial—. Por supuesto, el procurador general de la nación haga solicitud en tal sentido, o la parte in-
mismo numeral constituye la concreción del estatuto de nacionalidad o teresada entable querella. Se está, pues, ante una clara consagración del
personalidad por vía activa, por cuanto la "persona" a que se refiere la dis- principio de personalidad por vía activa.
posición puede ser un nacional colombiano. En quinto lugar, el principio real o de defensa es desarrollado en el
En fin, es tal la importancia que el legislador le ha dado a la tutela de los numeral 5 cuando establece la aplicación de la ley penal colombiana al ex-
bienes jurídicos mencionados que, adicionalmente, el artículo 17, inciso 2o, tranjero que, después de haber cometido hecho atentatorio contra los bienes
dispone que en tales casos la sentencia extranjera no tiene efectos de cosa juz- jurídicos del Estado o de sus nacionales distinto de los previstos en los nu-
gada. Por supuesto, si se compara esta previsión con la contenida en el or- merales 1 a 3, se encuentre en el territorio sin haber sido juzgado en el ex-
dinal I o del artículo 15 del Código Penal de 1980, de inmediato se percibe terior. Es indispensable, además, que la sanción imponible a la transgresión
que han sido excluidos los delitos contra la salud pública—donde quedaban de la ley penal sea pena privativa de la libertad superior a dos años, medie
comprendidos los delitos de tráfico ilícito de drogas— y, adicionalmente, se querella de parte o solicitud del procurador general de la nación.
descarta una figura relacionada con ellos como el lavado de activos (Código El principio de jurisdicción mundial es acogido en el numeral 6, que pro-
Penal, artículo 323); esto significa, pues, que la sentencia extranjera sí tiene tege los intereses de las demás naciones, lesionados por extranjeros, bajo la
efectos de cosa juzgada en Colombia, con lo cual, paradójicamente, se logra condición de que se reúnan las siguientes exigencias: el ciudadano foráneo
un efecto contrario al que animó al presidente de la república al objetar el pro- debe encontrarse en el territorio colombiano después de cometer conducta
yecto de ley que contenía el Código Penal originalmente aprobado por el Con- punible en el exterior, no constitutiva de delito político, punida con pena pri-
greso, esto es, el supuesto combate frontal contra el tráfico de sustancias pro- vativa de libertad superior a tres años; debe existir querella de parte intere-
hibidas. sada o solicitud del procurador general de la nación; y, además, que habien-
En segundo lugar, el numeral 2 desarrolla el principio de personalidad do sido solicitada la extradición —se supone que por otra potencia—, ella
por vía activa, pues prevé la aplicación de la ley penal del país a la persona haya sido denegada por el gobierno nacional, caso en el cual habrá lugar a
que, gozando de inmunidad, preste sus servicios al Estado —en todo caso proceso penal.
tendrá que ser un ciudadano colombiano de nacimiento y no tener doble nacio- Sintetizando lo dicho, se tiene: el postulado real o de defensa emerge
nalidad, por disponerlo así el decreto 1181 de 29 de junio de 1999, en su ar- de los numerales 1, 3 y 5; el de personalidad, de los numerales 1 a 4; y el de
tículo 18— y cometa delito atentatorio contra los intereses jurídicos de los jurisdicción mundial, del numeral 6.
que sean titulares ciudadanos nacionales o extranjeros, el Estado colombia-
no o cualquiera otro órgano estatal. Esta norma es apenas lógica, pues la in- F) La sentencia extranjera
munidad de la cual goza la persona impide su sometimiento a la ley penal
estatal donde delinquió, sobre todo cuando se trate de un nacional colombia- Cuando la ley penal nacional se aplica a hechos sucedidos en el exte-
no. rior ya juzgados por funcionarios extranjeros, surge el problema de la vin-
En tercer lugar, en el numeral 3 se consagra el principio de personali- culación del administrador de justicia colombiano a la sentencia proferida
dad por vía activa al postular la aplicación de la ley penal a la persona —na- por el foráneo. De esta materia se ocupa el artículo 17 del Código Penal, que
cional o extranjera— que, sin gozar de inmunidad diplomática, cometa de- sienta el principio general de que las sentencias dictadas por los tribunales
lito distinto de los enumerados en el numeral 1. Desde luego, si la persona extranjeros tienen efectos de cosa juzgada frente a la ley nacional .(artículo
es forastera, la imposición de la ley penal del país se produce por mandato 17, inciso Io); sin embargo, se introducen algunas excepciones (artículos 17,
del principio real o de defensa, lo cual explica el agregado en el sentido de inciso 2o, en armonía con los artículos 15 y 16, numerales 1 y 2).
que "no hubiere sido juzgada en el exterior". En efecto, en primer lugar, no tienen efectos de cosa juzgada las sen-
En cuarto lugar, de conformidad con el numeral 4, se ordena imponer tencias que recaigan sobre delitos cometidos a bordo de nave o aeronave
la ley penal patria a los nacionales que se hallen en el territorio después de nacional del Estado, que se encuentre fuera del territorio nacional, o las ati-
cometer en el exterior delito sancionado con pena privativa de la libertad no nentes a conductas punibles delictivas realizadas a bordo de cualquier nave
inferior a dos años, con la condición de que no hayan sido juzgados en el ex- o aeronave que se halle en alta mar. Esto, como ya se dijo más arriba, ofrece
terior; lo mismo procede cuando la pena es inferior al monto señalado y el algunas dificultades cuando se comparan los textos de los artículos 15, inci-
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so 2°, y 17, entre los que no hay armonía: mientras el primero postula la apli- nacional de Derechos Civiles y Políticos, incorporado mediante la ley 74 de •
cación de la ley penal colombiana "cuando no se hubiese iniciado acción penal 1968 (26 de diciembre), artículo 26; Convención Americana sobre Derechos
en el exterior", con lo cual parece respetar la jurisdicción extranjera y el princi- Humanos, incorporada mediante la ley 16 de 1972 (30 de diciembre), artícu-
pio de la cosa juzgada, el segundo afirma todo lo contrario al no otorgarle lo 24 y Código de Régimen Político y Municipal, artículo 57); sin embargo, «
efectos de cosa juzgada a la sentencia extranjera. Un correcto entendimien- tiene algunas limitaciones que es necesario precisar.
to del asunto, sin embargo, debería llevar a cambiar la redacción del artículo
15 —oportunidad que, de forma desafortunada, no aprovechó el legislador B) Excepciones a la aplicación igualitaria de la ley penal
de 2000— y consagrar un tenor como este:"... así se hubiese iniciado la acción
penal en el exterior...". Desde luego, ello suscita un conflicto interpretativo El imperio de la normatividad penal encuentra restricciones para su apli-
de no fácil solución, pues la única manera de entender el asunto a derechas cación, tanto desde el punto de vista interno como del internacional. En
es excluyendo uno de los dos textos legales. relación con las primeras, existen personas que son objeto de un tratamiento
legal preferente, según gocen de indemnidad, supuesto en el cual las accio-
En segundo lugar, tampoco se les reconoce efectos de cosa juzgada a nes de ciertos destinatarios de la norma quedan por completo impunes; o de
las sentencias de juez extranjero impuestas a personas (nacionales o extran- inmunidad, que opone impedimentos de índole procesal en lo tocante a la
jeras) que cometan cualquiera de los delitos a que se refiere el artículo 16, perseguibilidad de los delitos cometidos por quienes gozan de ella.
numeral 1, o de aquellas que estando al servicio del Estado colombiano y
amparadas por inmunidad, cometan delito en el exterior (artículo 16, nume- En la doctrina y en la jurisprudencia nacionales suele afirmarse que los
ral 2). En ambos casos, desde luego, procede el abono de la pena cumplida congresistas gozan de indemnidad cuando emiten con absoluta libertad sus
en ejecución de dichas sentencias, si ella fuere de igual naturaleza o se pu- opiniones y ejercen con independencia su derecho al voto en el desempeño
dieran hacer "las conversiones pertinentes", comparando las legislaciones de sus funciones, incluidas las de carácter judicial (Corte Constitucional,
correspondientes sin desconocer los postulados que orientan la determina- sentencia SU-047 de 29 enero 1999; Constitución Política, artículo 185). No
ción de la pena en el derecho positivo (artículos 17, inciso 3 o , y 61); por obstante, en relación con la naturaleza jurídica de esta institución cabe pen-
supuesto, ello puede generar situaciones en las que se desconozca el postu- sar más bien que se trata de verdaderos casos de causales de justificación
lado de taxatividad o de determinación de las consecuencias jurídicas como —por ende, eximentes de la responsabilidad penal, al tenor de lo señalado
límite al ius puniendi del Estado (Código Penal, artículos 6o y 10). en el artículo 32 del Código Penal—, constitucionalmente previstos, ora por-
que el agente obre en estricto cumplimiento de un deber legal (Código Pe-
nal, artículo 32, numeral 3), ora porque lo haga en legítimo ejercicio de un
III. ÁMBITO DE VALIDEZ PERSONAL
derecho, de una actividad lícita o de un cargo público (ibidem, artículo 32,
Además de las restricciones anotadas en cuanto al tiempo y el espacio, numeral 5). Así las cosas, no parece tratarse de una causa personal de exclu-
existen otras limitantes relacionadas con las personas a quienes se dirige la sión de la responsabilidad penal.
ley penal, pues algunas de ellas gozan de un tratamiento privilegiado en virtud En cambio, sí son indemnes los litigantes, apoderados o defensores, con
de su investidura. ocasión de las injurias contenidas en sus escritos, discursos o informes di-
rigidos ante los tribunales, cuando se reúnan los presupuestos del Código
A) Concepto Penal, en su artículo 228.
En vez de hablar del ámbito de validez personal de la ley penal, es pre- Ahora bien, desde la perspectiva del derecho internacional existen in-
ferible hacerlo de su aplicación igualitaria, pues en este ámbito rige el pos- munidades en beneficio de los diplomáticos y cónsules —comprendidas sus
tulado de la igualdad erigido por los revolucionarios de 1789 en uno de los respectivas familias y los trenes de empleados—, los jefes de Estado y de-
tres pilares ideológicos de su gesta. Como se sabe, de acuerdo con este axio- terminados personajes internacionales, etc., para los cuales se observa un
ma, todas las personas deben ser tratadas sin discriminaciones de ninguna tratamiento especial.
índole por la normatividad punitiva. Es este el principio acogido por el de- En cuanto a los agentes diplomáticos, se tiene lo siguiente: los funcio- j
recho positivo, que confunde los ámbitos de validez espacial y personal (Có- narios vinculados a este régimen, así como el personal oficial de la misión ¡
digo Penal, artículos 7o y 14; Constitución Política, artículo 13; Pacto Inter- y los familiares que hagan parte de su casa, con la condición de no ser naciona- ,
158 MANUAL DE DERECHO PENAL LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ DE LA NORMA PENAL 159

les del Estado que los recibe, solo pueden ser juzgados y procesados en guientes: en primer lugar, el presidencial, que cobija al primer mandatario
materia penal por los tribunales de su país de origen, lo cual equivale a una de la república, quien en ejercicio de su cargo solo puede ser juzgado por la
verdadera inmunidad. Esta materia está contenida en los decretos 615 de 1935 Corte Suprema de Justicia, previa acusación de la Cámara de Representan-
y 3135 de 1956; en las leyes 57 de 1930, 41 de 1936 (que incorporan al tes ante el Senado (Constitución Política, artículos 174, 175-2 y 3 y 235-2).
derecho positivo la VI Conferencia Panamericana de La Habana de 1928) y En segundo lugar, el fuero para altos funcionarios del Estado, quienes
6a de 1972 (consagratoria de la Convención de Viena de 1961). La regula- son juzgados por el Senado o por la Corte Suprema de Justicia, según el caso
ción mencionada en último lugar prevé que los diplomáticos y las personas (Constitución Política, artículos 174, 175 y 235, entre otros).
vinculadas a ellos, en las condiciones ya dichas, no están subordinados a la Así mismo, en tercer lugar, debe mencionarse el fuero para la fuerza
jurisdicción penal del Estado que los recibe y solo pueden ser juzgados por pública, pues los delitos cometidos por los militares o por los miembros de
su país de origen (artículos xix a xxxi), a menos que renuncien a dicha inmu- la policía nacional en servicio activo y en relación con el mismo servicio son
nidad. investigados y fallados por las cortes y tribunales militares con arreglo al
En relación con los agentes consulares, como norma general, su régi- Código Penal Militar (Constitución Política, artículos 116,216,221; 250, in-
men es el mismo, salvo que no obren en el desempeño de sus funciones o ciso I o y Código Penal Militar, artículo 16).
cometan un "delito grave", casos en que pueden ser detenidos por decisión Para terminar, en cuarto lugar, existe el fuero indígena en virtud del cual
de la autoridad competente del Estado receptor; este es el régimen estable- los ciudadanos aborígenes están sometidos a sus propias autoridades, que es-
cido por la Convención de Viena sobre relaciones consulares de 1963, incor- tán facultadas para administrar justicia dentro de su respectivo ámbito terri-
porada al ordenamiento patrio mediante la ley 17 de 1971, artículos 41 y 43. torial, siempre que no desconozcan la Constitución y la ley (Constitución
Ahora bien, los cónsules americanos, desde la Convención de La Habana (ley Política, artículo 246).
57 de 1930), han estado amparados por un sistema similar, pues no están
sometidos a la jurisdicción penal del Estado receptor cuando realicen con- IV. LA EXTRADICIÓN
ductas punibles vinculadas al desempeño de sus cargos (artículo 16); pero
los actos no oficiales constitutivos de infracción penal no están cubiertos por Se trata de una temática estrechamente vinculada con los dos últimos
tal prerrogativa, y —por tanto— pueden ser juzgados según la ley penal del ámbitos de validez de la ley penal, motivo por el cual debe ser objeto de
Estado que los recibe {ibidem, artículos 14 y 17). Desde luego, el hecho de estudio en esta sección, con miras a precisar sus alcances.
que la ley 57 de 1930 no mencione a los cónsules extracontinentales, no sig-
nifica que gocen de total inmunidad, como a veces se afirma, quizás por des- A) Concepto
conocer la existencia de la ley 17 de 1971.
De acuerdo con su etimología, extradición significa "entrega fuera de
Demostrativo del empeño legal de respetar los susodichos convenios las fronteras" (de ex: 'fuera', y traditio: 'entrega'), y supone el procedimiento
internacionales es el castigo contemplado en la ley penal de conductas como mediante el cual se somete un delincuente para su juzgamiento por el país
la violación de la inmunidad diplomática (Código Penal, artículo 465) y la que lo solicita o para el cumplimiento de la condena que se le ha impuesto.
ofensa a diplomáticos (Código Penal, artículo 466). Se trata, en verdad, de un mecanismo de asistencia y cooperación judicial
Para terminar, téngase en cuenta, si se presentaren otras inmunidades entre los diversos países para impedir la impunidad del delito cometido en
distintas de las indicadas, su régimen dependerá de lo que se establezca en territorio de otro Estado, o para lograr que se cumpla la entrega del infractor
los convenios bilaterales o multilaterales que al respecto celebre Colombia a la nación en cuyo territorio se cometió el hecho y de la que logró evadirse.
con otros miembros de la comunidad internacional. Como norma general, el fenómeno en estudio es regulado por los tratados o
convenios bilaterales o multilaterales o por la ley interna de cada país.
C) Los fueros
B) Clases
Distintas de las excepciones mencionadas son las garantías de que gozan
determinadas personas, en razón de su cargo, para ser juzgadas por jueces Son diferentes las formas asumidas por esta institución en la vida del
especiales; se trata de los fueros, entre los cuales pueden mencionarse los si- derecho internacional. En efecto, en primer lugar, puede ser activa cuando
160 MANUAL DE DERECHO PENAL LOS ÁMBITOS DE VALIDEZ DE LA NORMA PENAL 161

se trata del acto mediante el cual un Estado le solicita a otro la entrega de un extradición, el delito debe estar comprendido de manera expresa en el trata-
individuo que, habiendo delinquido en su territorio o siendo pasible de apli- do o en el derecho interno de cada país; por ello se habla de la máxima nulla
cársele su ley penal, se refugia en el del Estado requerido (Código de Pro- traditio sine lege (Código de Procedimiento Penal, artículos 511, numeral
cedimiento Penal, artículo 531); y pasiva cuando se refiere a la entrega de 1, y 512 y Código Penal, artículo 6o).
un delincuente hecha por el Estado donde se encuentra, a aquel en el que se
En segundo lugar, el principio de la especialidad, en virtud del cual el
le solicita para juzgarlo o hacerle cumplir la condena ya impuesta (Código
Estado requirente no podrá extender el enjuiciamiento ni la condena a he-
de Procedimiento Penal, artículo 511). Como puede verse, el criterio clasi-
ficador utilizado mira el fenómeno desde un doble punto de vista: por un lado, chos distintos de los que de manera específica han dado lugar a la extradi-
el ángulo del Estado que solicita la extradición y, por otro, desde la perspec- ción, ni someter a la persona entregada a la ejecución de condena distinta
tiva del requerido para la entrega. (Código de Procedimiento Penal, artículo 512).
En segundo lugar, según el mecanismo utilizado para su concesión, es Así mismo, en tercer lugar, rige t\principio de jurisdiccionalidad, pues
judicial cuando la otorga la autoridad jurisdiccional correspondiente; guber- en ningún caso el extradido puede ser puesto a disposición de un tribunal de
nativa, en cambio, si es un funcionario administrativo quien lo decide; y mixta, excepción ni juzgado por autoridades administrativas, ni mucho menos por
cuando en su otorgamiento intervienen funcionarios tanto de una como de jueces instituidos con posterioridad a la comisión del hecho. Solo puede,
otra índole (Código de Procedimiento Penal, artículos 508 a 510). pues, ser procesado y juzgado por el togado competente o natural y con la
observancia del debido proceso legal (confróntese, Constitución Política,
En tercer lugar, según la posible anuencia del extradido, puede ser vo- artículo 29 y Código Penal, artículo 6o).
luntaria o impuesta; la primera se presenta cuando el individuo reclamado
se somete por decisión propia, sin formalidades de ninguna índole. La se- En cuarto lugar, opera el principio de la doble incriminación, cuya fi-
gunda, cuando la entrega se realiza, pese a la oposición de la persona. nalidad estriba en que debe haber identidad de norma, de tal manera que el
hecho delictivo por el cual se reclama al individuo esté incriminado tanto en
En cuarto lugar, según que el Estado tome o no la iniciativa para acce-
el Estado requerido como en el requirente, y sea punible en el caso concreto
der al envío del transgresor de la ley penal, puede ser espontánea, si el país
donde se encuentra refugiado ofrece su entrega a la nación interesada en (Código Penal, artículo 8o y Código de Procedimiento Penal, artículo 511,
juzgarlo; y solicitada, si el Estado requiere formalmente el envío de la per- numeral 1).
sona a aquel en el que se encuentra, para juzgarla o hacerle cumplir la pena También, en quinto lugar, impera el principio de la conmutación o de
impuesta, según el caso (Código Penal, artículo 18 y Código de Procedimien- la prohibición de la pena capital, fundado en que si el delito está conminado
to Penal, artículo 509). con pena de muerte en el Estado requirente, este no puede imponerla, pues
En quinto lugar, si en la extradición intervienen más de dos potencias, la extradición se hace bajo la condición de que dicha sanción se conmute por
puede ser: de tránsito, cuando para efectuar la entrega por parte del Estado otra (Constitución Política, artículo 11 y Código de Procedimiento Penal, ar-
requerido al requirente es necesario atravesar un tercer país, quien debe au- tículo 512, inciso 2o).
torizarlo mediante permiso especial; y la reextradición, que se presenta cuan- En sexto lugar, el principio del "ne bis in ídem". Como norma general,
do el individuo cuya entrega se obtiene de la nación donde se halla refugia- la extradición solo procede cuando el hecho que motiva la solicitud corres-
do es reclamado a aquel en el que se le persigue judicialmente por una tercera pondiente no ha sido aún juzgado por el Estado requerido, pues se pretende
potencia, a causa de un delito anterior al que ha motivado la entrega. Para evitar a toda costa el doble castigo del extradido o la violación de la cosa
concluir, añádase que también puede presentarse el fenómeno del concurso juzgada, algo apenas elemental cuando está de por medio el resneto a la
de demandas de extradición, cuando varios países reclaman a la persona para dignidad de la persona y la preservación de la seguridad jurídica.
juzgarla o hacerle cumplir una condena impuesta, caso en el cual deberá De la misma manera, en séptimo lugar, se observa el principio de reci-
acudirse a las diversas previsiones del derecho interno o a los tratados inter- procidad, pues en esta materia las naciones se comprometen a actuar de igual
nacionales vigentes (Código de Procedimiento Penal, artículo 523). manera en relación con los puntos consignados en el tratado que da lugar a
la extradición, o en la regulación que la posibilita (Código de Procedimiento
C) Principios en esta materia
Penal, artículo 512).
Los siguientes son los postulados inspiradores de la institución en es- En octavo lugar, predomina el principio de dignidad de la persona hu-
tudio. En primer lugar, el principio de legalidad, pues para que proceda la mana, pues tanto el país requirente como el requerido se comprometen a darle
162 MANUAL DE DERECHO PENAL

hi
un tratamiento digno al extradido, de tal manera que se preserve, a toda costa,
su incolumidad personal y se asegure un respeto incondicional de los dere-
"• chos humanos fundamentales (confróntese, Constitución Política, artículos
* 1°, 2°, 5o y 12; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, incorpo-
rado mediante ley 74 de 1968 (26 de diciembre), artículo 10; Convención CAPÍTULO OCTAVO
Americana sobre Derechos Humanos, incorporada mediante ley 16 de 1972
(30 de diciembre), artículo 5o; Código Penal, artículo I o y Código de Proce-
dimiento Penal, artículo I o ). LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL
En noveno lugar, se observa el principio de no extradición por infrac-
Bibliografía básica: AGUDELO BETANCUR, NÓDIER: El pensamiento jurídico-penal de Fran-
ciones de poca gravedad [mínima non curat praetor], que se justifica por-
cesco Carrara, Bogotá, Edit. Temis, 1988; id.: Grandes corrientes del derecho penal (Es-
que la comunidad internacional no tiene interés en perseguir delincuencias cuela positivista), Santa Fe de Bogotá, Linotipia Bolívar, 1991; id.: Grandes corrientes del
de poca monta (véase Código de Procedimiento Penal, artículo 511, nume- derecho penal {Escuela clásica), Santa Fe de Bogotá, Linotipia Bolívar, 1993; id.: La es-
ral 1). tructura del delito en el nuevo Código Penal, Medellín, Ediciones Nuevo Foro, s. f.; BEC-
En décimo lugar, rige el principio de la prohibición de extraditar a los CARIA, CESARE: De los delitos y de las penas, traducción y Estudio preliminar de Francisco
propios nacionales, conforme al cual los entes estatales prefieren, en prin- Tomás y Valiente, Madrid, Ediciones Aguilar, 1979; BORJA JIMÉNEZ, EMILIANO: "Algunos
planteamientos dogmáticos en la teoría jurídica del delito en Alemania, Italia y España", en
cipio, juzgar y condenar a las personas pertenecientes a la comunidad nacional
Revista Nuevo Foro Penal, número 59, Santa Fe de Bogotá, Edit. Temis, 1994, páginas 24
a entregarlas a potencias extranjeras; esta prohibición no es de usanza en los y siguientes; id.: Tendencias contemporáneas en la teoría jurídica del delito, San José de
países anglosajones, y en Colombia —gracias a las presiones de potencias Costa Rica, Edit. Arete, 2000; CASTRO OSPINA, SANDRA JEANNETTE: Influencias del funcio-
foráneas— rige ahora de manera muy restringida (véase Constitución Polí- nalismo en el sistema penal, Bogotá, Ediciones Librería del Profesional, 1996; GÁLVEZ
tica, artículo 35; Ley 742 de 2002, que incorpora el Estatuto de Roma de 1998, ARGOTE, CARLOS AUGUSTO: "Siglo y medio de codificación penal. Las motivaciones reales
artículos 5,12,13,89 y concordantes, en armonía con el decreto 2764 de 2002; de los Códigos Penales colombianos", en Revista Nuevo Foro Penal, número 38, Bogotá,
Código Penal, artículo 18 y Código de Procedimiento Penal, artículo 508). Edit. Temis, 1988, páginas 449 y siguientes; id., "Acción e imputación en el nuevo Código
Penal colombiano", en Estudios sobre los nuevos Códigos Penales, Bogotá, Universidad
De igual forma, en undécimo lugar, tiene amplia acogida el principio de Salamanca, Corte Suprema de Justicia, 2001, páginas 87 y siguientes; GARCÍA PABLOS,
de la no entrega por delitos políticos o de opinión, pues en el derecho inter- ANTONIO: Derecho penal. Introducción, Madrid, Servicio Publicaciones Facultad de Dere-
nacional contemporáneo se les da un tratamiento privilegiado a este tipo de cho, Universidad Complutense, 2000; GROSSO GARCÍA, MANUEL SALVADOR: La reforma del
delincuencias, lo que es una consecuencia del reconocimiento del derecho sistema penal colombiano, Bogotá, 1999; id.: Dos estudios sobre la nueva teoría del delito;
de asilo (Constitución Política, artículo 35-2; Código Penal, artículo 18, inciso Bogotá, Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez, 2001; HIRSCH, HANS JOACHIM: "El desarrollo
3 o y Código de Procedimiento Penal, artículo 508, inciso 3o). Este postula- de la dogmática penal después de Welzel", traducción de Mariano Bacigalupo, en Miguel
Polaino Navarrete: Estudios jurídicos sobre la reforma penal, Córdoba, Universidad de Cór-
do va de la mano del de la no entrega por delitos militares, que son asimi-
doba, 1987, páginas 19 y siguientes; JIMÉNEZ DE ASÚA, LUIS: "El derecho penal totalitario en
lados a los de carácter político; e, incluso, de los principios de prohibición Alemania y el derecho voluntarista", en El Criminalista, tomo vn, Buenos Aires, Edit. La
de entrega por delitos de carácter religioso y fiscal. Ley, 1947, páginas 63 y siguientes; LARENZ, KARL: Metodología de la ciencia del derecho,
traducción de Marcelino Rodríguez Molinero, Barcelona, Edit. Ariel, 1994; MANTOVANI, FE-
RRANDO: El siglo XIX y las ciencias criminales, Bogotá, Edit. Temis, 1988; MIR P,ÜIG, SAN-
TIAGO: Introducción a las bases del derecho penal, Barcelona, Bosch, 1976; MUÑOZ CONDE,
FRANCISCO: EdmundMezery el derecho penal de su tiempo. Estudios sobre el derecho penal
en el nacionalsocialismo, 3 a edición, Valencia, Tirant lo Blanch, 2002; Rocco. ARTURO: El
problema y el método de la ciencia del derecho penal, traducción de Rodrigo Naranjo
Vallejo, Bogotá, Edit. Temis, 1978; ROXIN, CLAUS: Política criminal y sistema del derecho
penal, traducción de Francisco Muñoz Conde, Barcelona, Bosch, 1972; SCHÜNEMANN, BERND
(Coord.): El sistema moderno del derecho penal: cuestiones fundamentales, traducción de
Jesús María Silva Sánchez, Madrid, Edit. Tecnos, 1991; SILVA SÁNCHEZ, JESÚS MARÍA:
Aproximación al derecho penal contemporáneo, Barcelona, José María Bosch Editor, 1992.
164 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 165

I. LA ÉPOCA PRIMITIVA destinaba a la autoridad pública encaminada a recobrar la protección del poder
oficial, era el dinero de la paz o Friedensgeld', la otra parte se le entregaba
El hombre aborigen, a diferencia del actual, estaba en absoluta incapa- al afectado, y se conocía como el precio del hombre o Manngeld. Esta ins-
cidad de explicar los fenómenos mediante el conocimiento racional de las titución se encuentra en el derecho germano, en las antiguas Leyes de Manú
leyes de la naturaleza, pues desconocía la ley de la causalidad; era una mentali- de la India y en las Doce Tablas.
dad en un estadio prelógico que definía los hechos y sus causas por vía so- Para terminar, en cuarto lugar, regía la expulsión de la paz, consistente
brenatural. Las características más sobresalientes del derecho penal de la en la separación del infractor del conjunto social al que estaba ligado, de suerte
época eran las siguientes: el delito se concebía desde una perspectiva animista; que se le exponía a la venganza del ofendido o a la de la tribu a que pertene-
el conjunto de prohibiciones entonces imperantes no constituían un todo cía; se configuraba, pues, una especie de abandono noxal, mediante el cual
armónico como los códigos actuales y no tutelaban, por ende, bienes jurídicos la tribu se liberaba de la carga representada por el transgresor de la norma y
en el sentido moderno, sino una serie de relaciones hipotéticas tomadas como evitaba que la venganza recayese sobre otros miembros de la colectividad.
ciertas de manera errónea. Así mismo, las sanciones estaban dotadas de ca-
rácter expiatorio, religioso y fatal; la relación punitiva era completamente ob-
jetiva, pues la infracción engendraba sus consecuencias independientemen- II. LA EDAD ANTIGUA
te de la intención del agente y de manera automática; en fin, la responsabilidad
no era siempre individual y ni siquiera exclusivamente humana, pues no con- Este período transcurre hasta la caída del imperio romano en Occiden-
sistía en una relación entre el sujeto y su conducta, sino en un estado atribui- te. A título ilustrativo, bien vale la pena echar una ojeada a dos de los dere-
ble al hombre, a los animales o a las cosas. chos más significativos de entonces.
Las formas de penalización más usuales, que aparecen como constan- A) El derecho hebreo
tes en diversas sociedades sin que ello signifique su exclusividad, eran, en
primer lugar, la venganza privada, esto es, la institución según la cual cuan- Sus normas se encuentran contenidas en la Biblia en los libros Éxodo,
do el individuo o sus parientes que recibían una afrenta, podían hacerse jus- Levítico y Deuteronomio, constitutivos de la legislación mosaica—que con
ticia por su propia mano. En los hechos graves el castigo asumía la forma el Génesis y Números, conforman el Pentateuco—. Sus características más
de la venganza de la sangre que se tornaba en un derecho colectivo, mien- notables son las siguientes: imperó el principio de igualdad ante la ley, sin
tras que en los leves se reducía al azotamiento del culpable o al pago de una excepción alguna; se impuso una paulatina suavización de las penas para todo
compensación en dinero o multa; sin embargo, entre los germanos —como tipo de delitos, con excepción de aquellos que contrariaban la divinidad, las
se verá luego— la comisión de un crimen originaba un estado de enemistad buenas costumbres y la moral. Así mismo, los delitos se clasificaban en cinco
entre la familia del ofendido y la del ofensor, o Falda, que daba ocasión a la categorías, según fueran cometidos contra la divinidad, los semejantes, la
guerra. honestidad, la propiedad, y los de falsedad. En materia procesal imperaba
Así mismo, en segundo lugar, con la evolución social y el aparecimiento como condición para poder condenar a un procesado que el delito fuera objeto
de un poder político estable, surgió el sistema talional, en cuya virtud el monto de plena prueba, y no se le daba valor al testimonio único; no se consagraba
de la pena infligida por el Estado comenzó a tasarse según la gravedad de la la institución del perito, pues se suponía que el juez conocía todas las cien-
lesión jurídica; fruto de ello es la regla que impone la retribución del mal por cias; las sentencias debían ser plenamente fundadas; y, por último, la confe-
un mal igual: "ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, etc.", como se sión hacía al reo acreedor a una disminución de la pena. >
establecía en el Código de Hammurabi (hacia el año 1950 antes de Cristo),
en la Ley de las Doce Tablas y en la legislación mosaica. B) El derecho romano
En tercer lugar, imperaba el sistema composicional. Esta forma de pena- A grandes rasgos, puede afirmarse que su evolución coincide con la de
lidad consistía en compensar las ofensas delictivas mediante una forma de Roma, y se extiende aproximadamente entre los años 753 antes de Cristo y
pagos, esto es, se reemplazaba la pena por el pago en especie o en dinero; al 553 después de Cristo. Pese a que en sus orígenes se encuentran en este dere-
comienzo se trató de una institución voluntaria, pero luego se tornó obliga- cho las instituciones propias de la época primitiva, es notable la influencia
toria, lo que evitó muchos conflictos. Una parte del pago, sin embargo, se ejercida por el paterfamulas, que tenía el derecho de castigar —incluso con
166 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 167

la pena de muerte— a los que estaban sujetos a su potestad. Esas manifes- ció los hechos dolosos de los culposos; distinguió el hecho consumado del
taciones aborígenes se conservaron, en gran medida, en tlperíodo de los reyes meramente tentado, pero esta última concepción no fue objeto de gran evo-
o monarquía (años 753 a 510 antes de Cristo), durante el que subsistió una lución; desarrolló ampliamente las teorías de la imputabilidad, la culpabili-
jurisdicción familiar al lado de la del rey, cuya persona investía un carácter dad y el error como causa excluyente de responsabilidad. Así mismo, pre-
acusadamente religioso. Se puede comprobar que todavía al momento de la vio la figura de la prescripción de la acción penal; le dio cabida al indulto
fundación de Roma (21 de abril del año 753 antes de Cristo) la pena tenía durante la época del imperio, no así en la república; y estatuyó la analogía en
fundamento sagrado. En sus comienzos, la ciudad presentaba una forma de diversos momentos como excepción al principio de legalidad.
organización de naturaleza semiteocrática, pues el jefe del gobierno civil y
militar era al mismo tiempo quien dirigía el culto, y los sacerdotes eran fun- III. LA EDAD MEDIA
cionarios del Estado. Justamente en este lapso durante el cual se afirmó el
principio de la venganza pública ejercida por el poder político actuante, mien- Con la caída del imperio romano en Occidente se inicia este período,
tras que el rey —como sacerdote sumo— tenía jurisdicción criminal plena. comprendido entre los siglos vi y xv, y en el que se destacan desarrollos como
Con posterioridad, en el período de la república (años 510 antes de Cris- los siguientes.
to a 31 antes de Cristo; según otras fuentes, hasta el 27 antes de Cristo) sur-
gieron instituciones como la provocatio ad populum, gracias a la cual el A) El derecho germánico
condenado a muerte podía someter su sentencia al juicio del pueblo, en cuya
asamblea el magistrado —mediante el procedimiento de la cognitio— debía Lo más notable de este momento histórico es la vigencia de las institu-
presentar los elementos que le servían como fundamento de su decisión; en ciones primitivas en los pueblos sometidos a este derecho. En efecto, impe-
el último siglo de este lapso, dicho procedimiento se mostró insuficiente, lo raba la venganza de la sangre o Blutrache; el estado de Faida, como exten-
que dio cabida a la accusatio, en virtud de la cual la acción penal provenien- sión de la venganza a toda la familia del infractor [Sippe]; la pérdida de la
te del delito se tornó de carácter público y cualquier ciudadano podía denun- paz o Friedenslosigkeit, consistente en que se privaba al reo de la protección
ciar y acusar. Durante este lapso hicieron su aparición la Ley de las Doce colectiva y se le abandonaba en poder del ofendido. Así mismo, regía el sis-
Tablas (año 450 antes de Cristo), que contenía numerosas disposiciones de tema composicional que aparece como fruto de una evolución posterior, esto
carácter penal, y las Leyes Cornelia y Julia —correspondientes al estadio es, un patrón de pagos por medio de los cuales se satisfacía no solamente el
conocido como "clásico" dentro de la república—, mediante las cuales se daño, sino que además se pagaba un exceso de carácter retributivo, y opera-
prohibió la venganza privada, y la represión penal quedó en manos del po- ba así el Wertgeld o suma cancelada para sustraerse de la venganza, ofreci-
der público que le dio amplia cabida a la prevención general por medio de da como satisfacción al ofendido o a sus familiares. También se encuentra
la imposición de penas intimidatorias. Como es de suponer, ello llevó a li- el sistema composicional que operaba mediante el llamado "precio de la paz"
mitar los poderes del paterfamilias. o Friedensgeld, consistente en el monto pecuniario que el delincuente le
pagaba al Estado como retribución por la pérdida de la paz, recuperando así
Por último, durante la época del imperio (años 31 antes de Cristo a 533 la protección; cuando se trataba de delitos de poca gravedad, este modelo ope-
después de Cristo), los tribunales de los funcionarios imperiales se convir- raba mediante la entrega de pequeñas multas o Busse. Como nota propia de
tieron en órganos de la justicia penal y asumieron las funciones de instruc- dicho derecho penal, imperaba la responsabilidad objetiva o Erfolgshaftung,
ción y juzgamiento; hizo su aparición la llamada "justicia penal extraordi- pues importaba el daño causado y no la situación subjetiva del causante; de
naria" o cognitio extra ordinem, a comienzos del gobierno de Augusto. De allí que no fuera punible la tentativa.
este período datan el Digesto o Pandectas de la época de JUSTINIANO (año 533
después de Cristo), que en sus libros 47 y 48 contiene una recopilación
juridicopenal que ejerció gran influencia durante muchos siglos y formaba B) El derecho canónico
parte del Corpus Iuris Civilis de JUSTINIANO. Se alude al derecho penal de la Iglesia católica que, siendo disciplina-
De manera sintética, pueden destacarse las siguientes notas a lo largo rio en sus comienzos, terminó por imponerse con marcados contenidos in-
de la evolución de este derecho: afirmó el carácter público y social del de- humanos y autoritarios. Entre sus características más destacadas se tiene:
recho penal, pese a que distinguió entre delitos públicos y privados; diferen- en primer lugar, era parcialmente subjetivista, pues le daba cabida al elemento
168 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 169

subjetivo del delito, a la intención criminal, al ánimo e, incluso, a la tentati- en el año 654), comenzada por Chindasvinto (años 642 a 653) y continuada
va en algunos casos, etc. No obstante, existían algunas formas de responsa- por su hijo Recesvinto (años 649 a 672) bajo el nombre de Líber Iudiciorum
bilidad objetiva, como la extensión de la pena a terceros inocentes; la infa- o Fuero Juzgo. Los libros sexto y siguientes de esta codificación contienen
mia de los hijos incestuosos; las interdicciones por los delitos de herejía y numerosas disposiciones penales, en las cuales se destacan regulaciones de
apostasía, que se hacían recaer sobre los hijos y descendientes del autor; la tanta trascendencia como las atinentes al carácter personal de las penas, la
responsabilidad penal de las corporaciones, etc. apreciación de diversos grados de culpabilidad, la severidad de las penas
En segundo lugar, introdujo la clasificación de los delitos en tres cate- imponibles y el reconocimiento del elemento intencional en el delito —a di-
gorías distintas: los atentatorios contra el derecho divino, de competencia ex- ferencia de la tradición germánica—. Así mismo, la menor punición de los
clusiva de la Iglesia, o delicia ecclesiastica; los lesionadores del orden huma- hechos culposos, la punición de la tentativa, el reconocimiento de la legíti-
no, punidos por el poder laico, o delicia mere secularia; y los desconocedores ma defensa, la consagración de la Faida y el talión, la desigualdad de las clases
tanto del derecho divino como del humano, denominados delicia mixta. frente al derecho penal, etc.
En tercer lugar, la concepción de la pena no fue uniforme: mientras que Luego, en el tercer estadio histórico conocido como la reconquista —dis-
san AGUSTÍN sostuvo su carácter retributivo, santo TOMÁS DE AQUINO se in- tinguido por la invasión árabe durante cerca de ocho siglos (años 711a 1492)
clinó por la venganza, la intimidación y la enmienda llamada a hacer reali- con la consecuente desaparición de la monarquía visigoda—, se generó tre-
dad la justicia conmutativa, entregando lo igual por lo igual. Para este últi- menda confusión legislativa en la península ibérica marcada por la aparición
mo pensador era posible hablar de tres clases de pena: la proveniente del de fueros a lo largo y ancho del territorio, con agudo acento localista y hon-
mismo delincuente, esto es, el arrepentimiento; la procedente de los hombres; do desorden; renacieron penas propias de la época primitiva, como las eje-
y la emanada de Dios. cuciones mediante despeñamiento y lapidación, el lanzamiento desde un
puente, la asfixia bajo el agua, el desentrañamiento y la mutilación; y reapa-
En cuarto lugar, como institución propia del derecho canónico, debe des-
recieron instituciones como la Faida germana, la venganza de la sangre y la
tacarse la tregua de Dios, sobre la que —para contrarrestar el poder venga-
pérdida de la paz, etc. Se creó así una legislación contradictoria y confusa,
dor del ofendido, propio de la Faida germana— la Iglesia erigió un instituto
dispersa, acomodada a las conveniencias de cada fuero, con un desorden de
de amplio alcance, que tiene abundantes precedentes en la antigua Grecia,
tales proporciones que mientras en unos fueros la muerte de un semejante
denominado asylo o refugio inviolable. En virtud de este, ciertos lugares,
era castigada con una multa, en otros se imponía la pena capital.
como los templos, tenían el privilegio de detener la acción de las leyes hu-
manas y proteger a las personas fugitivas contra sus perseguidores así fue- Esta dispersión legislativa perduró hasta el siglo xm, cuando el rey AL-
ran condenadas. FONSO x —conocido como el Sabio— trató de unificar las diversas regula-
En fin, en quinto lugar, existió una jurisdicción eclesiástica para los ciones mediante la expedición del llamado Fuero Real (año 1255) y las Leyes
clérigos —fuero personal— cualquiera que fuese el delito cometido; llegó de Estilo; más tarde, mediante el Espéculo y las Siete Partidas (años 1256
a ser de tal magnitud el poder de la Iglesia que, incluso, discutía con el poder a 1265, que solo obligaron en los siglos posteriores), con los cuales se reali-
civil el juzgamiento de los delitos mixtos. za la recepción del derecho romano en España. En las Partidas n y vn, respec-
tivamente, se encuentran disposiciones de índole procesal y sustantivo, que
C) El derecho hispánico son reproducción de la codificación justinianea; dentro de las últimas se des-
tacan las siguientes: se definió el delito clasificándolo en de hecho (homicidio,
Luego de la época primitiva, en la cual hubo un preponderante influjo hurto, robo, etc.), de palabra (denostar, infamar), por escritura (la falsedad
romano hacia su final (téngase en cuenta que la ocupación de dicho pueblo de cartas), por consejo (el concierto para delinquir); se regularon eximentes
se inicia hacia el año 218 antes de Cristo), se sucedió en la historia española como la legítima defensa, la defensa contra el ladrón nocturno, el estado de
el Período Visigótico, en el que emergieron los primeros intentos codifica- necesidad, etc. Se estableció la irresponsabilidad penal de los locos, furio-
dores, concretados en la Lex antiqua Gothorum o Código de Eurico (hacia sos y desmemoriados; se estipularon circunstancias atenuantes de la pena mo-
los años 469 a 481 después de Cristo) y la Lex romana Gothorum o Breviario tivadas por la edad, la pobreza, la beodez, etc.; incluso, se definió la pena y
de Alarico (año 506), ambos de poca o ninguna aplicación. Con posteriori- se consagró como postulado su individualización; en fin, se estipularon penas
dad, se destaca la Lex Wisigothorum o Ley Visigótica (al parecer publicada como la de muerte, los trabajos en las minas, la deportación a una isla, etc.
170 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 171
I •

Del mismo modo, como producto de la preocupación de los distintos IV. LA EDAD MODERNA
1
gobiernos por organizar el sistema legal español, se expidieron diversos
I' ordenamientos y recopilaciones que llegaron hasta la Edad Moderna. Así Este período comprende entre los siglos xvi y xvm y se destacan fenó-
,, ocurrió con el Ordenamiento de Alcalá (1348), al que sucedieron diversas menos como los siguientes.
leyes dictadas por los monarcas para reprimir algunas formas de criminali-
dad no previstas hasta entonces, lo que contribuyó a incrementar la confu- A) La Recepción en Alemania
sión normativa; esto último motivó a los reyes católicos a ordenar su reco- Se denomina así el resurgimiento del derecho romano en el ámbito penal,
pilación mediante las Ordenanzas Reales de Castilla (año 1485), a las que con especial fuerza en Alemania. Ello sucede, en primera instancia, mediante
se sumaron las Leyes de Toro (año 1505). Con posterioridad, FELIPE II orde- la Constitutio Criminalis Bambergensis (año 1507) y luego por medio de la
nó la Nueva Recopilación (año 1567) que, debido a su fracaso, llevó a CAR- Constitutio Criminalis Carolina (año 1532), estatuto que, pese a la vigencia
LOS IV a expedir la Novísima Recopilación (año 1805), que tampoco tuvo éxito, de algunos derechos locales, fue el único derecho penal del Reich hasta 1870,
dada su falta de unidad y de método. cuando se elaboró el Código Penal imperial vigente desde 1871.
D) Los glosadores y los prácticos La Carolina constaba de 219 artículos, 70 de los cuales se ocupaban del
derecho penal material, mientras que las otras disposiciones estaban dedi-
Uno de los acontecimientos más importantes para el derecho penal de cadas al procedimiento, las pruebas, las torturas, etc.; admitía la analogía, la
la Edad Media —además de la irrupción del derecho bárbaro y del canóni- indeterminación de la pena; aceptaba el dolo y la culpa como formas de cul-
co— fue el resurgimiento del derecho romano por medio del fenómeno cono- pabilidad; reconocía la tentativa y le daba cabida al principio de culpabili-
cido como la Recepción (siglos xn a xv), que fue posible gracias a las reco- dad. Sin duda alguna, la importancia de esta codificación estriba en que con
pilaciones españolas (las Siete Partidas de 1256) y alemanas (la Carolina de ella se asienta de manera definitiva el poder público del Estado en materia
1532), en las que se retoma la legislación justinianea. punitiva y se le da fijeza al derecho alemán de entonces.
En un comienzo se ocuparon en esta tarea los glosadores o juristas, cuya
B) El Humanismo
labor se limitaba a aclarar e interpretar el Corpus Iuris Civilis, y hacerle glosas
(entre 1100 y 1250); se destacaron los nombres de IRNERIUS (t 1158) y Azo Como producto del movimientofilosóficogestado a lo largo de los siglos
(t 1230). Con posterioridad, el cometido de los estudiosos no fue solo el exa- xvn a xix, más conocido como el "iluminismo", se transformaron de manera
men de los textos romanos, sino, además, su confrontación con el derecho sustancial las instituciones sociales y políticas con notable influencia en el
vigente y con las costumbres jurisprudenciales, de donde surgió el movimien- derecho penal. Entre sus exponentes se mencionan: H. GROTIUS (1583-1645),
to que se conoce como de los posglosadores o comentaristas (entre 1250 y que, en Holanda, desarrolló la primera teoría independiente del derecho pe-
1450, aproximadamente); se destacaron R. DE ROMANCIIS (f 1284), ROFFRE- nal (1625); S. PUFENDORF (1632-1694), CH. THOMASIUS (1655-1728) y J. S.
DUS (profesor en Arezzo y Bologna a partir de 1215), G. DE SUZARIA (ocupó F. BÓHMER (1704-1772), en Alemania; C. BECCARIA (1738-1794), en Italia;
la cátedra en Bologna hacia 1279,11283), G. DE DURANTIS (1237-1296), J. J. HOWARD (1726-1790), en Inglaterra; CH. DE SECONDAT BARÓN DE LA BRÉDE
DEBELVISIO (1270-1335), A. GANDINUS(| 1300), B. DE SASSOFERRATO (1314- Y MONTESQUIEU (1689-1755) y J. J. ROUSSEAU (1712-1778) en Francia, etc.
1357), B. DE UBALDIS (1328-1400) y A. ARETINUS (t 1450). Gracias al ideario propulsado por estos autores, se echan las bases de la lla-
F'nalmente, surgieron los prácticos, que a lo largo del siglo xvi se en- mada escuela clásica del derecho penal, que tanta influencia tuvo entonces
cargaron de sistematizar todos los trabajos anteriores y de emitir reglas de y que llevó, por ejemplo, a FEDERICO el Grande a ordenar la supresión de la
carácter más general; entreellos se destacan: J. CLARUS (1525-1575) y P. FARI- tortura en Alemania (1740), gestándose una reforma general del derecho
NACIUS (1544-1618), T. DECIANUS (1509-1582), en Italia; A. DE CASTRO (1495- penal (1779), y a JOSÉ II DE AUSTRIA a promover la expedición del primer
1558) y D. COVARRUBIAS Y LEYVA (1512-1577), en España; M. BERLICH (1586- código penal humanista (1787).
,,, 1631) y B. CARPZOV (1595-1666), en Alemania; sin olvidar a los italianos Ahora bien, la máxima manifestación del período de las luces, como
r
¡ RENAZZI y A. CREMANI, y al francés M. DE VOUGLANS, como los representan- también se le denomina, fue la gesta que concluyó con la Revolución fran-
''' tes tardíos de estas corrientes, cesa, de la que proviene la famosa Declaración de los Derechos del Hom-
•i
.-i
172 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 173
I .i
t "

bre y del Ciudadano (1789), que tanto incidió en los códigos penales euro- dad del ofendido como criterios mensuradores. En armonía con lo anterior *'
1
peos que entonces empezaron a expedirse: el francés de 1810, cuyas bases reivindica, en séptimo lugar, la proporcionalidad entre el delito y la pena, *i
•* se remontan a 1791,yelbávarode 1813, cuya elaboración se debe a P. J. A. de tal manera que la gravedad de la sanción dependerá de la entidad del hecho "¡
,„ FEUERBACH. punible cometido por el agente; así mismo, en armonía con ello, dirá que la %
pena no debe guiarse por su crueldad, sino por su eficacia, y buscar más que
C) El pensamiento de Cesare Beccaria el castigo del delincuente la prevención de futuros delitos.
Es este el más célebre pensador de la época del iluminismo, y se le con- En octavo lugar, rechaza la pena de muerte, pues considera la pena capi- i
sidera el padre de la moderna ciencia del derecho penal. Cuando este autor tal como injusta, innecesaria e ineficaz, y la legitima solo en situaciones muy
irrumpe con su obra De los delitos y de las penas (1764) e inicia un movi- extremas. Finalmente, en noveno lugar, afirma la separación de poderes.
miento que todavía deja sentir su influjo en el mundo contemporáneo, se
enfrenta a un derecho penal caracterizado por el absolutismo y la arbitrarie- V. LA CIENCIA PENAL ITALIANA
dad de la función judicial, la desigualdad ante la ley penal, el carácter expia-
torio de la pena, el abuso de la tortura y la pena de muerte, la imprecisa de- Debe aquí mostrarse la evolución del derecho penal como disciplina
finición de los delitos y los amplios poderes del juez para determinar lo ilícito científica, empezando por Italia y continuando con Alemania, naciones a las
y la posibilidad de hacer interpretaciones analógicas de las leyes existentes. que se debe la construcción de esta parcela del conocimiento humano para
En fin, en síntesis, un derecho penal presidido por el irrespeto al ser humano culminar con Colombia.
y la barbarie.
A) Introducción
Entre los postulados básicos reivindicados por él se tienen: en primer
lugar, la racionalidad. En contraposición al culto del derecho romano y a la Desde que C. BECCARIA fundó la moderna ciencia del derecho penal con
doctrina, propone derivar la norma legal de supuestos tangibles, y propicia la publicación de su famoso libro, las concepciones sobre el método han
así una actitud filosófica racionalista, para la cual se debe partir de lo que dicta variado de tal manera que ha sido posible asignarle a esta disciplina diver-
la razón y prescindir de argumentos de autoridad. sos objetos de conocimiento: el derecho natural, el delito como manifesta-
Afirma, en segundo lugar, el principio de legalidad de los delitos y de ción biológica o psicológica, y el derecho positivo. Ahora bien, las diversas
las penas, pues la ley penal debía definir, sin margen de incertidumbre algu- posturas metódicas siguen vías diferentes en los dos países mencionados:
na, tanto los delitos como las penas; en tercer lugar, postula XA prohibición mientras que en Italia las distintas corrientes de pensamiento se congregan
de la interpretación judicial, de tal manera que al juez no le debía estar per- en torno a diferentes objetos —el derecho natural para la escuela clásica, el
mitido desentrañar el sentido de la ley que se suponía clara, sencilla y fácil- delito como hecho empírico para la escuela positiva y el derecho positivo para
mente comprensible, evitando así la arbitrariedad propia del régimen abso- la escuela técnico jurídica—, en Alemania, pese a haberse presentado dife-
lutista y garantizando la seguridad jurídica, para lo cual el fenómeno de la rentes enfoques metódicos, el objeto de la ciencia penal ha sido básicamente
interpretación como labor de mera subsunción prestaba un valioso concur- el mismo —el derecho positivo—. Desde luego, cada una de esas posicio-
so. En cuarto lugar, afirma la publicidad de la justicia penal, pues frente a nes en el plano metodológico se corresponde con una determinada escuela
la tortura y a los procesos secretos, que se acogían al sistema inquisitivo, o concepción.
propone la publicidad y el sistema acusatorio. Por escuela se entiende una dirección de pensamiento que tiene una de-
terminada orientación, trabaja con un método peculiar y responde a unos de-
En quinto lugar, postula la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley
terminados presupuestos filosóficos.
penal, pues todos los habitantes, sin distingos de ninguna índole, sean no-
bles, burgueses o plebeyos, son similares ante la ley y deben estar someti- B) La escuela clásica
dos a las mismas penas. En sexto lugar, exige la dañosidad social como crite-
i, rio para medir la gravedad del delito, pues solo el daño social producido por Lo que hoy se conoce como "escuela clásica" no fue una tendencia doc- •
i la infracción criminosa puede servir como pauta para medir la entidad de esta, trinaría unitaria; se trata de la unificación que bajo tal denominación hizo E. %
,„ por lo cual deben descartarse el carácter pecaminoso del acto y el rango o cali- FERRI de las diversas corrientes entonces vigentes, no solo en Italia, sino }
174 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 175

también en otros países, a las que contrapuso la escuela positiva (1880). La carácter general, y desciende luego a casos particulares, lo que implica un
designación de "clásica" encerraba, en realidad, un mote despectivo y sar- verdadero tránsito del pensamiento mágico al abstracto en el campo del de-
1
' cástico. La verdad es que esta corriente de pensamiento tiene un contenido recho penal. Entre los axiomas generales de los que partía deben mencio-
,« completamente heterogéneo, que incluye dentro de ella una serie de postu- narse la existencia de una ley moral, anterior y superior a las leyes positivas;
ras diferentes e incluso opuestas, que en la época de su mayor predominio la presencia de un derecho natural, superior a la organización política; el re-
combatieron entre sí, como sucedió con las tendencias que defendían la re- conocimiento del principio de causalidad; la consideración del delito como
tribución como función de la pena frente a las que hacían hincapié en la pre- un organismo jurídico abstracto; la concepción del hombre como un ser in-
vención; es más, ellas se desarrollaron de manera espontánea en cada nación, teligente y libre, etc.
con representantes que en muchos casos no se conocían y defendían una au- En segundo lugar, el derecho no es concebido como un producto his-
tonomía a todo trance, cuando no un determinado color nacional. Sin em- tórico, sino que es congénito al hombre, dado por Dios a la humanidad, de
bargo, los diversos puntos de contacto —entre los que deben mencionarse donde se desprende un dualismo normativo: un derecho natural y un dere-
los diferentes postulados generales en torno al método, al objeto del derecho cho positivo. En cuanto al derecho penal, en tercer lugar, se afirma que todo
penal, el punto de partida filosófico y político, mirados desde la perspectiva él gira en torno a la idea de la ley natural como módulo del derecho y se origina
del contradictor— permiten reunir estas vertientes de pensamiento bajo un y funda en la ley eterna, independiente de las leyes humanas.
nombre unitario. Así mismo, en cuarto lugar, el delito es concebido como un ente jurí-
El verdadero fundador de esta dirección de pensamiento fue C. BECCA- dico abstracto que supone una relación de contradicción entre el hecho del
RIA, a cuyo nombre deben sumarse los de G. ROMAGNOSI (1761-1835), G. hombre y el derecho positivo, esto es, como la infracción de la ley del Esta-
FILANGIERI (1752-1788), M. PAGANO (1748-1799), P. Rossi (1787-1848), G. do, promulgada para proteger la seguridad de los ciudadanos, y que resulta
CARMIGNANI (1768-1847), F.CARRARA(1805-1888)yE.PESSiNA(1828-1917), de un acto externo del hombre, positivo o negativo, moralmente imputable
entre otros. Estos autores publicaron sus obras fundamentales entre los años y socialmente dañoso.
de 1764 y 1882, entre las cuales se destaca el monumental Programa del curso En quinto lugar, la pena es entendida como una medida de reparación
de derecho criminal de CARRARA (1859), que —al constituirse en el pensa- o compensación del daño ocasionado con el delito y la ofensa al orden jurí-
dor que cierra el ciclo de la escuela— permite caracterizarla. dico; el fin primario de la pena es el restablecimiento del orden externo de
Ahora bien, en lo que al momentopoliticosocial respecta, no cabe duda la sociedad, pues la justicia ordena que quien haga un mal sufra otro, con lo
alguna en el sentido de que esta corriente penal es hija de la Revolución que se le da amplia cabida al fin retributivo. En relación con las medidas de
francesa y tiene como cometido fundamental la reivindicación de los dere- seguridad y de prevención, aplicables a los inimputables, son consideradas
chos del hombre, bajo la tutela de un Estado liberal no intervencionista que por los clásicos como meras medidas policivas.
repudia los excesos propios de la época del absolutismo; ahora bien, en lo En sexto lugar, la responsabilidad penal se basa en el libre albedrío o
que hace a lo social, está singularizada por el auge del capitalismo y por el facultad de autodeterminación del hombre frente al bien y el mal, lo cual con-
predominio de la clase burguesa, a cuyo lado empieza a configurarse una duce a una responsabilidad moral, dado que sin libre albedrío no es posible
creciente masa proletaria como producto de la revolución industrial de los una incriminación moral o jurídica. Pero, para poderle imputar a un indivi-
años treinta del siglo xix. duo una determinada acción, es imprescindible la presencia de tres juicios
Desde luego, a la par con lo anterior, téngase en cuenta que el momento diversos: se debe establecer la causa material del hecho punible o imputa-
filosófico de entonces indica que los diversos autores clásicos confluyen, de ción física; que el hombre lo ha hecho con voluntad inteligente y libré, o impu-
una u otra manera, en una concepción iusnaturalista que fue coeficiente ideal tación moral; y, finalmente, que el hecho esté prohibido por la ley del Estado,
—al lado del racionalismo—, para gestar la Revolución de 1789; por ello, o imputación legal Una vez emitidos estos tres juicios de valor, sobreven-
como manifestación filosoficojurídica, la escuela clásica se inspira en la doc- drá la responsabilidad penal.
trina del "derecho natural" y se vale del método deductivo entonces impe-
K» rante. C) La escuela positiva
¡» Sus postulados básicos fueron los siguientes: en primer lugar, acoge el El nombre de "escuela positiva" o "positivista", como también se le
„ método deductivo o especulativo, consistente en afirmar leyes abstractas de denomina, le fue dado por sus propios partidarios, que reivindican para el de-
176 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 171

" recho penal el método inductivo o galileano, propio de una época en la cual experimental o científico (galileano), entonces imperante en las ciencias
—gracias al aporte de las filosofías positivistas— se observa un acelerado naturales, con lo que se produce un vuelco desde el pensamiento abstracto
' desarrollo de las ciencias del ser o naturales, a las cuales tenía que sumarse y metafísico propio de los clásicos al pensamiento concreto y científico; a
, esta disciplina si quería alcanzar el rango de ciencia. Surge, entonces, una las verdades absolutas y apriorísticas de los clásicos las suceden la observa-
nueva escuela contrapuesta a la anterior, con postulados completamente dife- ción de los fenómenos, de la que se extraen las conclusiones generales. Hay,
rentes y una concepción unitaria del fenómeno criminal; para ella la elabora- pues, un giro metodológico hacia la observación de la realidad empírica, al
ción científica de esta rama del saber tendrá que partir de la realidad empí- estilo de las ciencias naturales, pasando de lo abstracto a lo concreto, de la
rica, social, y dejar atrás la época en que el derecho natural era el objeto de deducción a la inducción. Esta nueva manera de afrontar el fenómeno cri-
estudio de un derecho penal indeterminista, basado en concepciones meta- minal supuso un cambio de objeto para la ciencia penal, pues del derecho ideal
físicas. se pasó a la realidad empírica; de la búsqueda del deber ser, al ser. Con ra-
Los máximos defensores de la nueva tendencia fueron C. LOMBROSO zón pudo decir FERRI que la escuela criminal positiva se caracterizaba espe-
(1836-1909), E. FERRI (1856-1929) y R. GAROFALO (1851-1934), quienes se cialmente por el método científico.
convirtieron en los "tres evangelistas" de la nuova scuola; a ellos se suma- En segundo lugar, el derecho. En contraposición a los clásicos, nota-
ron autores como E. FLORIÁN (1869-1945), F. GRISPIGNI (1884-1955), F. Pu- blemente influidos por una concepción iusnaturalista, los positivistas van a
GLIA y A. DE MARSICO, en la misma Italia; P. GARCÍA-DORADO Y MONTERO plantear que el derecho es un producto de las condiciones sociales e histó-
(1861-1919), C.B.DEQuiRóSYPÉREz(1873-1959),Q.SALDAÑAy L.JIMÉNEZ ricas vigentes en la comunidad, que ha sido plasmado en las leyes de los
DE ASÚA (1889-1970) en la fase inicial de su producción científica, en Espa- Estados para regular el orden y asegurar la convivencia en comunidad.
ña; J. P. RAMOS (1878-1959), O. GONZÁLEZ ROURA y E. GÓMEZ, en Argentina; En tercer lugar, el derecho penal aparece también como un producto
J. E. GAITÁN (1898-1948), C. LOZANO Y LOZANO (1904-1952) y P. CÁRDENAS histórico originado en la necesidad de la vida social y representa el poder so-
(1891-1978), en Colombia. berano que el Estado ejercita como derecho y deber impuesto por aquella ne-
Ahora bien, desde el punto de vista ideológico, la nueva dirección es pro- cesidad. De allí se desprende el cometido de defensa social —recuérdese que
ducto del tránsito del Estado liberal clásico al intervencionista, que traslada se postula una concepción intervencionista del Estado— asignado al impe-
su punto de mira de las garantías del individuo a la defensa de la sociedad; rio de la justicia penal; esto es, de defensa de las condiciones fundamentales
los derechos de la colectividad se anteponen a los del individuo. Desde el para la vida de los ciudadanos organizados en comunidad, por lo que se le
punto de vista social, la burguesía se vio obligada a enfrentar las exigencias asignaba al Estado la función de proyectar de modo jurídico la defensa so-
cada vez más crecientes de las masas obreras mediante una revisión y un cial represiva contra la delincuencia. Por eso, entonces, podrá decirse que
reajuste del sistema y evitó los defectos del Estado abstencionista liberal y el fundamento del derecho de castigar reside en la responsabilidad social,
del individualismo que le servía de base. Es así como el Estado empieza a puesto que todo hombre debe asumir su modo de comportarse por el mero
intervenir en la vida social y se promueven reformas sociales de diversa ín- hecho de vivir en comunidad.
dole, con las que se pretende paliar en parte las aspiraciones populares; esta En cuarto lugar, el delito es concebido como un fenómeno natural, un
intervención también tocó sus puertas en el derecho y, más concretamente, hecho social, explicado a partir de una triple serie de causas: endógenas, físi-
en el ámbito del derecho penal. cas y sociales; esta consideración del fenómeno criminal como pertenecien-
En lo filosófico, la escuela positiva fue una reacción en el ámbito penal te al mundo empírico suponía el rechazo del punto de partida de los clási-
contra el individualismo, fruto de la filosofía del siglo xvm. Al mismo tiem- cos: la libertad de voluntad. Si el delito es un hecho perteneciente ala esfera
po, debe destacarse cómo esta corriente aparece en un momento de pleno auge real-material, no puede sustraerse a la ley de la causalidad, la cual determina
de las ciencias naturales, gracias al positivismo de A. COMTE y H. SPENCER, también el comportamiento individual. Gracias al anterior planteamiento,
el evolucionismo de CH. DARWIN y el naturalismo de J. MOLESCHOTT, L. BÜCH- los positivistas pudieron llamar la atención sobre el hombre que delinque, lo
NER y E. HAECKEL; sin olvidar, por supuesto, a R. ARDIGÓ, quien fuera uno de que había sido olvidado por los clásicos.
* los inspiradores de la concepción ferriana. En quinto lugar, \apena. No se concibe como un castigo, sino como un
j Los axiomas fundamentales enarbolados por el positivismo penal pue- medio de defensa social cuya aplicación debe hacerse teniendo en cuenta, más
• den reducirse a los siguientes: en primer lugar, en cuanto al método acude al que la gravedad del delito, la "peligrosidad del delincuente", pudiéndose lie-
178 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 179

gar a la segregación por un tiempo indeterminado o a la muerte, si fuere ne- conserva la idea de responsabilidad moral como fundamento de la pena, mien-
* cesario, pues se partía del postulado de que una de las formas de prevenir el tras que la medida de seguridad se basa en la temibilidad o peligrosidad. En
* delito era no castigar a los hijos de los delincuentes, sino impedir que nacie- fin, la finalidad de la pena no se agota en el mero castigo del culpable, sino
t ran; detrás de estos planteamientos, como es de suponer, se escondía una in- que se acude a la corrección y a la rehabilitación social.
tolerable concepción racista. Esto lleva a plantear el reemplazo de las penas
por las medidas de seguridad o de defensa social, impuestas con base en dicho E) La dirección técnico-jurídica
criterio.
La lucha de escuelas condujo en Italia al olvido del derecho positivo con
En sexto lugar, la responsabilidad penal. Como ya se ha indicado, el el consiguiente abandono del derecho penal vigente, cuyo ejercicio quedó
positivismo penal erradicó el libre albedrío como fundamento de la responsa- sin guía teórica de ninguna índole; algo característico de este momento era
bilidad penal, y planteó en su lugar la responsabilidad social, según la cual no solo la escisión entre la teoría y la práctica sino una completa incertidum-
el hombre asume sus culpas por el mero hecho de vivir en sociedad, sin dis- bre en torno al objeto y al método de esta disciplina. En efecto, el estudio
tingos de ninguna índole: mayor o menor, normal o anormal. empírico del derecho penal proclamado por los positivistas lo había conver-
En séptimo lugar, el delincuente. Tal como se anotó, para esta direc- tido en una sociología penal que, paradójicamente, cayó en lo mismo que
ción del pensamiento penal el infractor de la norma es el protagonista de la atacaba: la metafísica; a su vez, la escuela clásica incurriría en falta parecida
justicia penal práctica; justamente, el estudio del hombre delincuente dio al postular su objeto de estudio y su método de conocimiento completamen-
origen al nacimiento de la antropología criminal, disciplina que afirmó la te desligados de la realidad, salidos de los cauces jurídicos.
anormalidad del transgresor de la ley. Desde luego, una de las piedras an- En este contexto hace su aparición la corriente en examen inaugurada
gulares de la construcción ferriana fue la clasificación de los delincuentes en con el discurso pronunciado por A. Rocco (1876-1942) en la Universidad
cinco categorías: natos, locos, habituales, ocasionales y pasionales.
de Sassari (1910), intitulado El problema y el método de la ciencia del de-
D) La llamada "tena scuola" recho penal, en el que denunciaba tal estado de cosas. En efecto, después de
mostrar la crisis en la que clásicos y positivistas sumieron al derecho penal,
Las posiciones extremas defendidas por clásicos y positivistas origina- dirá este jurista que solo existe un medio de conjurar tan caótico estado de
ron pronto la tentativa de fundar una tercera escuela que pretendió conciliar cosas: mantenerse firmes y aferrados estricta y escrupulosamente al estudio
los postulados argüidos por una y otra. Voceros de esta tendencia fueron M. del derecho, el único que posibilita la construcción de una ciencia verdade-
CARNEVALE, B. ALIMENA (1861-1915) y G. B. IMPALLOMENI (1846-1907); los ramente jurídica. Por ello, añadía que tan solo el derecho positivo vigente,
dos primeros publicaron sendos trabajos entre 1891 y 1892, en los cuales único que la experiencia señala y en el cual solamente puede encontrarse el
planteaban las bases de dicha orientación, que no tuvieron éxito. El método objeto de una ciencia jurídica como lo es el derecho penal y como debe y ha
preconizado por esta corriente era mixto: por un lado, el idealista propio de de continuar siéndolo, desmentidos ya los oráculos de una antropología tan
los clásicos; y, por el otro, el naturalista del positivismo. A esta suma de mé- cómoda como inexacta.
todos se agrega la de objetos, pues al lado del derecho natural ideal, racio- Semejante planteamiento, a no dudarlo, imponía un cambio de rumbo
nal, se pone la realidad empírica. en el método de la ciencia penal italiana, cuyos frutos se cosecharían a lo largo
Dentro de sus postulados básicos se pueden mencionar los siguientes: de todo el siglo xx, llegando hasta la actualidad; las palabras de A. Rocco
distingue entre disciplinas jurídicas y empíricas, y les asigna, como acaba de fueron premonitorias al explicar la manera como el jurista estaba obligado
insinuarse, un método lógico-abstracto y deductivo a las primeras y uno cau- a conducirse, pues —según enseñaba— debía ir reduciendo a la ciencia juri-
sal-explicativo, experimental, a las segundas; se concibe el delito como un dicopenal principalmente, si no en forma exclusiva, como ya había sucedi-
hecho complejo, a la vez como fenómeno social causado naturalmente y como do en el derecho privado, a un sistema de principios de derecho, a una teoría
producto de factores endógenos y exógenos. También, se rechaza la tipolo- jurídica, a un conocimiento científico de la disciplina jurídica de los delitos
gía positivista de los delincuentes, aunque acepta la existencia de delincuentes y de las penas, en una palabra, a un estudio general y especial del delito y de
* ocasionales, habituales y anormales; en el campo de las sanciones penales, la sanción, desde el punto de vista jurídico, como hechos o fenómenos regu-
n admite el uso simultáneo de penas y medidas de seguridad; desde un punto lados por el ordenamiento jurídico positivo. Esta era la orientación técnico-
¡¡ de vista filosófico, intenta conciliar el determinismo y el indeterminismo, y jurídica, que es la única posible en una ciencia precisamente jurídica.
M
180 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 181

•' Si la escuela ferriana había acudido a un positivismo naturalista, A. como las de F. MANTOVANI —que postula una concepción realista afianzada
*' Rocco, a su vez, recogía el positivismo jurídico siguiendo la tradición ale- en el garantismo—, A. PAGLIARO, G. FIANDACA, E. Musco —con la tentativa
' mana de K. BINDING, F. VON LISZT y E. BELING, aunque rechazaba las inter- de sumar a la dogmática italiana los desarrollos posfinalistas alemanes— y
„ ferencias filosóficas que sustentaron la construcción de la dogmática juridico- F. BRICOLA —padre de las tendencias juridicoconstitucionales en el campo
penal en Alemania; esto pone de manifiesto, entonces, que la dirección del bien jurídico—, etc. Desde luego, no resulta atrevido aseverar que la si-
técnico-jurídica no equivale a la dogmática, sino que representa, apenas, una tuación de la ciencia penal italiana actual es producto de la revisión del tec-
orientación concreta (el positivismo jurídico) dentro de aquella. nicismo jurídico con apoyo en posturas realistas y teleológico-valorativas,
Ahora bien, siguiendo el camino trazado por los positivistas alemanes, mediante las cuales se viene filtrando la dogmática alemana contemporánea.
distinguió A. Rocco tres momentos en el método de la ciencia del derecho Capítulo aparte, desde luego, merece la obra Derecho y razón de L. FE-
penal: la exégesis, la dogmática y la crítica. La primera fase, o exégesis, se RRAJOLI (1989), considerada una de las más importantes a lo largo de toda la
entiende como la investigación inicial que ha de realizar la ciencia del dere- evolución universal del derecho penal, en la cual el autor se esfuerza —re-
cho penal, consistente en indagar el sentido de las proposiciones juridicope- tomando la tradición del pensamiento ilustrado y dentro de una concepción
nales; ella permite obtener los datos empíricos a los que se aplican los mé- propia del positivismo jurídico avanzado, adobada con los logros de la filo-
todos inductivo y deductivo, en la etapa siguiente. sofía analítica— por elaborar una teoría del garantismo penal a tono con la
La segunda, o dogmática, envuelve la aplicación del método inductivo evolución política del Estado contemporáneo, luego de hacer un balance
sobre los preceptos juridicopenales previamente interpretados en la fase profundamente crítico de toda la historia de las ideas penales y de incursio-
nar con éxito en diversas disciplinas jurídicas como la filosofía del derecho,
exegética, y obtiene como resultado los dogmas o categorías conceptuales
la historia, la epistemología, la ética, la lógica y la teoría del derecho. Este
de carácter general, con los cuales se elabora el sistema del que se deducen
trabajo está llamado, sin duda, a marcarle nuevos rumbos a la ciencia penal
consecuencias relevantes para la aplicación de la ley (fase deductiva). En
italiana y a trazar caminos de exploración teórica allende los océanos, en paí-
verdad, la denominación es equivocada, pues supone tomar el todo por la
ses que —como los latinoamericanos— están urgidos de un replanteamien-
parte, puesto que la dogmática no es una fase, sino el método en su conjun-
to crítico en este ámbito.
to; de manera más precisa, pues, debería hablarse del estadio sistemático.
Por último, aparece la crítica. Las dos anteriores etapas suponen el cono-
cimiento del derecho positivo tal como es, y en esta se determina si ese dere- VI. LA DOGMÁTICA PENAL EN ALEMANIA
cho positivo previamente conocido es, o no, como debiera ser; es esta la fase
de los juicios de valor sobre el derecho vigente. Mientras que en Italia la evolución de la ciencia penal está presidida por
la incertidumbre en cuanto al método, a los postulados generales y al objeto
Del planteamiento de A. Rocco se ha dicho que, al querer separar la ela-
de estudio, lo que parece explicarse porque ella fue su cuna, en Alemania des-
boración de la ciencia del derecho penal en diversas fases, tiene el gran incon-
de un comienzo los diversos desarrollos han girado en torno al derecho
veniente de olvidar cómo en el estudio dogmático todos los momentos están
positivo.
implicados; y, al mismo tiempo, que la fase de la valoración no se reduce solo
a la crítica, sino que ha de inspirar el núcleo mismo de la interpretación de
A) Orígenes
las normas juridicopenales y de la construcción del sistema. También, se ob-
serva, crear un sistema no es una tarea puramente lógico-formal, sino tratar En sus inicios, esta disciplina no aparece claramente configurada, pues
de indagar por la construcción que, desde el punto de vista valoradvo, se aco- su objeto de estudio —el derecho positivo— se confunde con el derecho natu-
mode de mejor manera a la realidad concreta. ral y con el derecho racional; por ello puede afirmarse que la dogmática juridi-
Las tesis anteriores tuvieron gran influencia en la evolución del dere- copenal solo alcanza a conformarse de manera plena con la obra de K. BIN-
cho penal italiano, que conduce a un viraje sustancial en el método cuyo efecto DING. No obstante lo anterior, deben distinguirse tres períodos distintos en
se percibe en los trabajos de autores tan importantes como V. MANZINI —cuyo su primera fase: en primer lugar, la época de la Ilustración —caracterizada
;» extenso Tratado una vez actualizado vio de nuevo la luz en 1987—, G. MAG- por la mezcla entre los principios del derecho natural dictados por la razón
* GIORE, F. ANTOLISEI —con su concepción realista—, S. RANIERI y G. BETTIOL y las leyes positivas— gracias a las elaboraciones de K. F. HOMMEL (1722-
« —inspirador de un teleologismo—. Así mismo, en obras contemporáneas, 1781), quien —antes de que se conociese a C. BECCARIA en Alemania a quien

182 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 183
«I
•I
« tradujo— había desarrollado las ideas del iluminismo en el ámbito del dere- (1798-1857) y a H.SPENCER( 1820-1903), hacía ya tiempo que la ciencia penal
* cho penal. En esta misma línea de pensamiento, deben mencionarse otros alemana utilizaba el método dogmático, y el derecho positivo era su objeto
ff
expositores como F. KLEIN (1743-1810), G. A. C. KLEINSCHROD (1762-1824), de estudio. No hubo necesidad de que dicha corriente se tradujese en un po-
. CH. K. STÜBEL (1764-1828), K. L. W. VON GROLMANN (1775-1829), P. J. A. sitivismo jurídico, como aconteció en Italia hacia 1910 con A. Rocco y la
FEUERBACH (1775-1833), incluso I. KANT (1724-1804). escuela técnico-jurídica, ni se reclamó la consideración de la realidad empí-
En segundo lugar, en la época del Estado liberal clásico, aparece el Có- rica naturalista como objeto de la ciencia juridicopenal, tal como lo hizo la
digo bávaro de 1813 elaborado por FEUERBACH, que marca el predominio del escuela positiva; ello solo se vino a manifestar mediante el enfoque mixto
derecho positivo como objeto de la disciplina en estudio, aunque moderado que planteó F. VON LISZT, quien, al lado de la dogmática concebida desde el
por la injerencia del derecho natural. Con tales antecedentes, se inicia la punto de vista del positivismo jurídico, añadió el estudio del delito y del
ciencia penal liberal del siglo xix con el derecho positivo como objeto de delincuente desde el plano del positivismo naturalista.
estudio, aunque todavía influido por el derecho natural, circunstancia que se Por eso, entonces, la influencia de dicha corriente en la ciencia penal
explica por la dispersión legislativa entonces observada como producto de alemana, tanto en el método como en su contenido, se manifiesta en dos di-
la situación política alemana, además de la prohibición de comentarios al su- recciones: en primer lugar, dándole amplia cabida al normativismo (entién-
sodicho texto legal. dase positivismo jurídico), como se percibe en las obras de K. BINDING (1841-
1920), A. MERKEL (1836-1896) y E. VON BELING (1866-1932), entre otros, que
Siguiendo tales hilos conductores aparecen diversos manuales y trata- construyeron una ciencia del derecho penal a la luz de los postulados del libe-
dos de derecho penal, entre los que sobresalen los de CH. K. STÜBEL, K. A. ralismo clásico, profundamente influidos por las corrientes historicistas de
TITTMANN (n. 1775), H. W. E. HENKE (1783-1869), CH. MARTIN (1772-1857), la época (G. HUGO, F. C. SAVIGNY y G. F. PUCHTA) y contaron con la unifi-
KLENZE (1795-1838), J. ABBEG (1796-1868) y, especialmente, los trabajos de cación legislativa de 1871 una vez constituido el imperio. En segundo lugar,
E. G. VON WÁCHTER (1797-1880) y K. J. A. MITTERMAIER (1787-1867), con- apoyado en el método naturalístico, estudia junto a la dogmática el delito y
siderados los criminalistas más notables de esta tendencia, sobre todo por la pena desde un punto de vista empírico (positivismo naturalista), como lo
haber llamado la atención en torno a los estudios histórico-jurídicos, que hizo F. VON LISZT (1851-1919) desde la perspectiva del Estado liberal inter-
muestran una notoria influencia de F. C. VON SAVIGNY (1779-1861). Esta si- vencionista, profundamente influido por el vertiginoso desarrollo de la ciencia
tuación imperó hasta 1840 cuando apareció un nuevo estadio. de entonces. Desde luego, gracias a estas elaboraciones apareció la llamada
En efecto, en tercer lugar, entre los años 1840 y 1870, gracias a la in- dogmática clásica del delito, entendido como conducta típica, antijurídica y
fluencia tardía del pensamiento de F. HEGEL (1770-1831), se origina una culpable, para la cual todo lo objetivo del actuar humano se debía examinar
nueva corriente en la ciencia penal alemana caracterizada por el racionalis- en las tres primeras categorías, mientras que lo subjetivo quedaba relegado
mo y por la presencia de la filosofía en la elaboración del derecho positivo. a la culpabilidad.
Una frase de este filósofo refleja cabalmente la concepción que entonces se
impuso: "lo que es racional es real, y lo que es real es racional"; de donde se C) El neokantismo
sigue que, en el ámbito penal, lo real (el derecho positivo) es racional (el Se denomina así el período comprendido entre 1900 y 1930, en el que
derecho ideal), y al contrario. El delito se concibe, entonces, como la nega- primaron las consideraciones de tipo axiológico en la elaboración del dere-
ción del derecho, y la pena, como la negación de esta negación, que debe ser cho penal germano. En efecto, entrado el siglo xx, un nuevo cambio de rumbo
impuesta con un fin puramente retributivo. Seguidores del pensamiento se produce en la metodología penal, gracias a la influencia de la filosofía
hegeliano fueron CH. KÓSTLIN (1813-1856), J. ABEGG (1796-1868), A. BER- neokantiana en su versión de la escuela de Badén, o sudoccidental alemana,
NER (1818-1907) y H. HÁLSCHNER (1817-1889). como también se le conoce, favorecido por la circunstancia de que algunos
filósofos encargados de realizar una nueva interpretación de la obra del fi-
B) El positivismo lósofo de Kónigsberg, eran al mismo tiempo penalistas. Ello fue lo sucedi-
m Es esta la orientación penal dominante entre 1870 y 1900, aunque debe do con G. RADBRUCH y W. SAUER, entre otros, en el período anotado.
* advertirse que cuando esta orientación filosófica invade todo el movimien- Con el nuevo método, la valoración y la perspectiva material tuvieron
m to cultural europeo a mediados del siglo xix, sobre todo gracias a A. COMTE entrada en la dogmática juridicopenal de entonces, no así en otras ramas del
184 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 185
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• derecho, lo que permitió la transformación del concepto dogmático del de- H. MAYER y E. MEZGER, que tantos servicios prestó, después de sus extravíos
•* lito en todas sus categorías (acción, tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad); nazis, a las doctrinas del liberalismo penal.
1 Ahora bien, desde un comienzo, el régimen nazi pretendió renovar com-
* y se postuló el abandono del positivismo que, con su metodología naturalis-
• ta, le cerraba las puertas a una adecuada comprensión de la esencia de todos pletamente las concepciones jurídicas imperantes, por entenderlas fruto de
y cada uno de los componentes del delito. La notoriedad y el dominio del la Revolución francesa; la Carta de los Derechos del Hombre y del Ciudadano,
positivismo había propiciado una actitud mecanicista que desdeñó el pensar máxima expresión de dicho suceso político, fue considerada como una ma-
filosófico, situación que solo sería posible superar gracias a dos corrientes, nifestación de las maniobras judaicas y masónicas encaminadas, mediante
básicamente: el historicismo de W. DILTHEY (1833-1911) y el neokantismo, la "ponzoña democrática", a fomentar la decadencia de los Estados. El
que buscaban un giro en el concepto de "ciencia" que permitiera calificar derecho debía emanar de la filosofía nacional y de sus propias bases, y des-
como tal a las disciplinas que estudiaban la conducta humana, sin tener que echar cualquier influjo de concepciones extranjeras; por ello se predicaba que
acudir a las características de las naturales, con excepción de la lógica, las las fuentes supremas de aquel eran "la concepción jurídica del pueblo ale-
matemáticas y las ciencias experimentales. mán" y la voluntad del Führer (conductor de la comunidad). En el ámbito
Surgió así para el derecho penal lo que se ha denominado dogmática penal se abolió radicalmente el principio de legalidad, y se dio paso a la
neoclásica, caracterizada por el conocimiento individualizado y por hechos aplicación retroactiva de las leyes penales y a la analogía; y el juez no estaba
referidos a valor, y que fue posible gracias a los aportes de H. RICKERT com- sometido a la norma, sino a los dictados superiores. Así mismo, como inte-
plementados por E. LASK, G. RADBRUCH (1878-1949), E. MEZGER (1883- resaba la protección de la comunidad nacional, toda amenaza contra ella debía
1962), M. E. MAYER (1875-1923) y W. SAUER. ser radicalmente reprimida, así no se tradujera en actos exteriores; se trata-
ba, en otros términos, de implantar un derecho penal de autor que punía las
No se crea, sin embargo, que el neokantismo logró abandonar el posi-
meras ideas, incluso por vía meramente preventiva, lo que explica la resu-
tivismo jurídico, habiéndose limitado en la práctica a ser una teoría comple-
rrección de las Lettres de Cachet, con base en las que el Führer podía pren-
mentaria de él. Por ello, es válido afirmar que las contradicciones observadas
der a cualquier ciudadano. El liberalismo penal, pues, se torna en el mayor
en el sistema neoclásico se deben, justamente, al carácter complementario
enemigo de la concepción autoritaria y contra él debía librarse un combate
del neokantismo frente al positivismo: no se quiso derruir el edificio clásico
sin cuartel.
del delito, sino introducirle correctivos, con lo cual se hizo una mezcla entre
elementos imposibles de conciliar: orígenes positivistas y revisión neokan- Acorde con lo dicho, el derecho penal nazi se caracterizó por las siguien-
tiana, naturalismo y referencia a valores; a lo objetivo se añadió lo subjeti- tes notas: en primer lugar, era voluntarista, pues quería alcanzar la voluntad
vo; al ser, el deber ser. criminal donde quiera que se encontrara; no perseguía los actos de los hom-
bres, sino su manera de pensar, de ser, sus ideas o concepciones. Se quería,
en otras palabras, destruir todo elemento racional en el derecho, y prescindir
D) El irracionalismo nacionalsocialista
en la investigación jurídica del método conceptual; se hablaba, por ello, de
Con tal nombre se designa el período atravesado por la ciencia penal un "derecho penal de la voluntad", esto es, la más extrema versión del lla-
alemana, durante el régimen que gobernó la nación germana entre 1933 y mado "derecho penal de autor".
1945, que partió del método fenomenológico y de la contemplación del de- En segundo lugar, era racista, puesto que su cometido central era de-
recho como un "orden concreto", momento histórico en el que irrumpe la lla- fender los "intereses de la comunidad del pueblo", para lo cual se expidieron
mada escuela de Kiel, que propugna un derecho penal de corte totalitario que leyes como las atinentes a la defensa de la sangre y el honor alemanes, la
tendría vigencia hasta 1945, cuando empieza el auge del finalismo en co- prevención de la descendencia heredo-morbosa, la esterilización y la defen-
nexión con el pasado. Sin duda, dicha corriente está inspirada por la idea de sa hereditaria del pueblo alemán, etc. Estas normatividades perseguían, en
llevar a cabo una crítica frontal de los postulados del derecho penal liberal, esencia, preservar la raza aria y purificarla para que pudiera cumplir su misión
y da paso a ideas totalitarias bajo la égida de un régimen político nacional- de gobernar el mundo; la puesta en marcha de tan macabras regulaciones
» socialista, cuya expresión fue el llamado Tercer Reich. Sus voceros más des- permitió el exterminio de millones de judíos, considerados raza inferior.
j tacados fueron, entre otros, H. NICOLAI, G. DAHM (1904-1963), F. SCHAFFSTEIN Así mismo, en tercer lugar, se trataba de un derecho viviente. Como el
» (1905-), H. D. FREIHERR GEMMINGEN, W. SAUER, W. GLEISPACH, A. E. GÜNTHER, criterio inspirador de la norma jurídica y de su interpretación era "el sano
186 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 187

sentimiento del pueblo alemán", el líder de la comunidad tenía como función to causal, las espirituales (el derecho, la sociología, etc.) se refieren a accio-
establecer los límites de la actividad interpretativa. Ello planteaba la cons- nes humanas caracterizadas por la finalidad o intencionalidad.
trucción de un sistema de fondo emotivo erigido a partir del sentimiento, Ahora bien, en el ámbito político es innegable la influencia que la es-
producto de una visión instintiva e intuitiva. truendosa derrota sufrida por el régimen nazi ejerció en el penalismo alemán
Por último, en cuarto lugar, era totalista, pues, al considerar errónea toda de la época, al obligarlo a mirar hacia otros horizontes que, acorde con el mo-
la dogmática anterior, predicaba un "concepto de delito total" que no tuvie- delo de Estado social y democrático de derecho que se abría paso, le dieran
se ninguna relación con la división de este en categorías para su análisis cabida a un derecho penal racional que respetara al ser humano y le pusiera
conceptual (la acción, la tipicidad, la antijuridicidad y la culpabilidad) ni con talanqueras al legislador.
el principio de legalidad, considerado un rezago del "anticuado" pensamiento Las ideas básicas de H. WELZEL son las siguientes: en primer lugar,
de la Ilustración. distingue entre derecho natural ideal y derecho natural existenciai. el pri-
mero concibe el derecho como un orden ideal, eternamente válido y cognos-
E) Elfinalismo cible por la razón, mientras que el segundo se basa en decisiones condicio-
nadas por la situación concreta dada, o en la afirmación vital de la existencia;
Entre 1945 y 1960 se produce un viraje sustancial en la manera de ambos, no obstante, se complementan.
concebir el método de la ciencia penal, gracias al cual fueron posibles nota-
En segundo lugar, plantea la superación del dualismo derecho natural
bles transformaciones sistemáticas de la teoría del delito. Gracias a la obra
y positivismo jurídico, pues ambas corrientes se deben rebasar recogiendo
de H. WELZEL (1904-1977), educado bajo la dirección de los neokantianos
el saldo utilizable de cada una de ellas; en efecto, el jurista tiene que ir más
B. BAUCH y H. RICKERT, del fenomenólogo P. F. LINKE y el historiador M.
allá del mundo conceptual del positivismo para buscar ideas trascendentes
WUNDT, se llegó a la producción de lo que se ha denominado una "revolu-
que confieran "seguridad" y "universalidad" a sus afirmaciones.
ción copernicana" de la ciencia del derecho penal, partiendo de su peculiar
Así mismo, en tercer lugar, predica la existencia de estructuras lógico-
concepción filosófica. Esta postura hunde sus raíces en el iusnaturalismo de
objetivas, que le han sido dadas de antemano al legislador y le han fijado los
orientación objetivista, pretendiendo superar la disputa tradicional entre
límites de su actividad creadora. Son "objetivas", porque una vez conoci-
iusnaturalistas y positivistas. Otros representantes de esta tendencia fueron
das existen independientemente de toda aceptación o rechazo posterior; "ló-
R. MAURACH (1902-1976), A. KAUFMANN (1922-1985), sin olvidar a pioneros
gicas", pues su inobservancia trae aparejada contradicción interna y falta de
como H. VON WEBER (1893-1970) y A. GRAF ZU DOHNA (1876-1944).
unidad en el orden jurídico; ahora bien, como se encuentran en el campo del
Dos tipos de factores originaron este nuevo rumbo metódico: uno de ser y no del deber ser jurídico, las denomina "ontológicas". Justo, mediante
índole científica y el otro de carácter político. el conocimiento y la elaboración de dichas estructuras adquiere sentido la
En el plano científico, sin duda, el auge de esta postura está dado por la ciencia del derecho; ejemplos de ellas son sus conceptos de acción final y de
posición epistemológica asumida por su fundador y sistematizador. En efec- culpabilidad como capacidad de comprensión y autodeterminación del in-
to, a pesar de que el finalismo welzeliano sienta una continuidad con el dividuo.
neokantismo, entre ambos planteamientos existen puntos de partida diferen- En cuarto lugar, sostiene que la ciencia jurídica tiene como función ejer-
tes. En efecto, mientras que esta última corriente se asienta en dos premi- cer el control y la crítica del derecho positivo, procurando analizar y definir
sas: el subjetivismo metodológico y el relativismo valorativo, como ya se dijo, las estructuras lógico-objetivas a fin de que el legislador no incurra en con-
el finalismo parte de un objetivismo metodológico y de la afirmación de "ver- tradicciones al regular el obrar humano y pueda tener un criterio seguro para
dades eternas" y "estructuras lógico-objetivas". Dicho viraje es posible a su ordenación valorativa en la vida social.
medida que H. WELZEL critica a sus adversarios por haber tergiversado el pen- De la misma manera, en quinto lugar, fundado en los datos de la antro-
samiento de I. KANT, pues, según dice, las categorías a priori no son subje- pología filosófica, afirma que la autonomía ética del ser humano es un prin-
tivas, sino objetivas para toda mente inteligente, por lo que no es el método cipio universalmente válido y permanente; el derecho no es simplemente un
el que determina el objeto, sino al contrario. Así pues, las ciencias naturales poder configurador de la realidad, sino que, además, lleva un momento va-
y las del espíritu no se distinguen por poseer un método diferente, sino a partir lorativo. La autonomía ética le posibilita al hombre mantenerse a lo largo
de su objeto: mientras que las naturales contemplan la realidad en su aspee- del tiempo como sujeto idéntico en todas las transformaciones históricas.
MANUAL DE DERECHO PENAL
LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 189

Por último, en sexto lugar, pregona la imposibilidad de que el derecho último siglo; a ellas se suman las que hacen hincapié en el aspecto teleológi-
pueda prescindir de la positividad y del momento valorativo. Sin positivi- co —fruto del pasado neokantiano—, en especial las autodenominadas
dad, dice, el derecho es simple abstracción o aspiración ideal de un orden racionalismo delfín o concepción funcional, que empiezan a alcanzar plena
posible; sin su nota axiológica fundamental, es mera fuerza incapaz de cum- madurez en los años noventa del siglo xx.
plir con el postulado originario de todo conjunto normativo: la protección del Dos tipos de fenómenos han posibilitado este giro hacia el pensamien-
ser humano. to funcional: uno de índole científica y el otro de naturaleza política. En el
Desde luego, con tal punto de partida este iusfilósofo plantea una dog- ámbito científico, se observa un regreso a las concepciones teleológico-va-
mática penal objetivista que dominó la discusión germana entre 1945 y 1960 lorativas de los años treinta del siglo xx y a los grandes filósofos del idea-
y que repercutió en otras naciones. Como pilares de su construcción, afirma lismo alemán: I. KANT y F. HEGEL, especialmente, lo cual ha llevado a que se
la existencia de dos estructuras lógico-objetivas: el concepto final de acción perpetúe el pensamiento sistemático (la dogmática juridicopenal), pero dando
y el concepto de culpabilidad, entendida como la capacidad de autodetermi- cabida al llamado "pensamiento problemático", a la política criminal y a las
narse conforme a sentido, en lo que debe verse una consecuencia de las fuen- referencias a disciplinas metajurídicas, aunque no faltan tentativas de elimi-
tes filosóficas aristotélicas y escolásticas de las que parte. nar toda la orientación anterior, planteando un brusco viraje hacia la reali-
dad. De manera sintética, puede decirse, son dos las situaciones observadas:
En cuanto a la acción final, enseña que la dogmática penal se ocupa en
En primer lugar, la continuidad del pensamiento sistemático. Como ya
el mismo concepto de conducta humana del cual parten las ciencias natura-
se ha dicho, se sigue haciendo dogmática penal, aunque se ha superado la
les, aunque estudia un aspecto distinto de ella: mientras que a estas les inte-
polémica entre causalistas y finalistas que copó toda la atención en los años
resa la acción como un fenómeno sometido a las leyes causales —hecho na-
cincuenta del siglo pasado; fruto de ello es la imposición de las consecuen-
tural—, al derecho penal le importa la idea de finalidad presente también en
ella. Esto le permite distanciarse de las concepciones anteriores, para las cias extraídas por H. WELZEL para la sistemática del delito, aunque se discu-
cuales lo esencial en la acción era la causalidad (de ahí el nombre de "cau- ten sus postulados metodológicos. Así se aprecia al consultar los "manua-
salismo" con el que se les conoce), y sostiene que este concepto es prejurí- les" o "tratados" de más frecuente uso, como los de H. H. JESCHECK/T.
WEIGEND, J. WESSELS, E. SCHMIDHÁUSER —con intentos superadores—, P.
dico y obliga al legislador.
BOCKELMANN/K. VOLK, G. STRATENWERTH, F. HAFT, H. OTTO, R. MAURACH/
Sobre la culpabilidad, afirma que está estrechamente vinculada con el H. ZIPF/K. H. GÓSSEL, G. JAKOBS, C. ROXIN, K. KÜHL, M. KÓHLER, W. GROPP,
concepto final de acción y que debe entenderse como la reprochabilidad del etc.; tal vez la única excepción sea la obra de J. BAUMANN/W. WEBER/W.
injusto al autor; es falta de autodeterminación conforme a sentido en un sujeto MITSCH, todavía apegada a una sistemática neoclásica. Sin duda, esta situa-
que era capaz de ello.
ción se consolidó con la expedición de la reforma penal (1969, vigente des-
de 1975), después de un proceso de cerca de ochenta años de discusiones plas-
F) El funcionalismo normativista
madas en diversas propuestas.
Es esta la fase vivida por la ciencia penal alemana en la actualidad, cuya En segundo lugar, se observa la aproximación de la ciencia penal a la
denominación proviene del influjo ejercido por las corrientes sociológicas realidad social. Después de que TH.WÜRTENBERGER (1957)—con preceden-
conocidas con tal nombre, para las cuales la sociedad se contempla como un tes en el escrito de habilitación de VIEHWEG (1953)— planteó una ruptura con
complejo organismo armónico integrado por miembros que desarrollan una las elaboraciones abstractas, y denunció la situación que entonces atravesa-
función" específica, lo que permite la coherencia del sistema y contribuye ba la ciencia penal alemana, se ha producido un viraje caracterizado por tres
a su desarrollo dinámico. tipos de manifestaciones: por una parte, elpaso del sistema al problema. Es
Esta tendencia se remonta hasta 1960 en la medida que, luego del auge frecuente el estudio de casos y de problemas concretos, bien en obras espe-
de la metodología del finalismo, se da paso a un período caracterizado por cializadas sobre la materia, que suelen acompañarse de abundantes referen-
el predominio de una concepción mixta o sincrética, esto es, aparecen cons- cias a problemas concretos, o bien en guías que exponen ejemplos de la vida
trucciones del delito que pueden ser calificadas como una síntesis neoclási- real. Ello ha sido posible por factores como la influencia de las posturas fi-
co-finalista, en la cual se expresan de manera cabal las diferentes preocupacio- losóficas de N. HARTMANN, con su contraposición entre el pensamiento apo-
nes metódicas que han ocupado el pensamiento juridicopenal a lo largo del rético y el sistemático, y el paso de lo abstracto a lo concreto; la penetración
190 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 191
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k después de la segunda guerra mundial del "derecho del caso anglosajón" y Ahora bien, en el plano político, es indudable que los nuevos desarro-
J algunos vuelcos observados en la teoría del derecho, que han postulado un llos son producto de la consolidación del Estado social y democrático de dere-
• giro hacia los problemas concretos. cho, sobre todo a fines del decenio del ochenta del siglo xx con la caída del
» Por otra parte, en materia de interpretación se da el paso de la aplica- muro de Berlín y la consiguiente reunificación alemana, entrado el nuevo
ción a la concreción de la ley. A diferencia de las concepciones tradiciona- siglo.
les en materia interpretativa, en virtud de las cuales el juez se limitaba a apli- Pese a lo anterior, debe advertirse, en el panorama actual de la discu-
car al caso en examen el texto legal previa y definitivamente existente, desde sión pueden distinguirse dos corrientes que claman por un "racionalismo del
hace varios decenios se afirma que la tarea hermenéutica supone un proceso fin": una moderada o moderna y otra radical.
de concreción de la ley al caso preciso, por lo cual el fallador no tiene más La primera, o moderada, es la defendida por C. ROXIN (n. 1931), uno de
que buscar la norma aplicable al suceso particular, surgido de la confronta- los padres del proyecto alternativo, que en su programa intitulado Política
ción entre el tenor de la ley y las exigencias del sector de la realidad que al- criminal y sistema del derecho penal (1970) plantea la necesidad de superar
canza (K. ENGISCH, P. BRINGEWAT y W. HASSEMER). el dualismo metódico de F. VON LISZT entre dogmática y política criminal, de
tal manera que aquella se enriquezca con las aportaciones de esta. Sin duda,
Y, finalmente, la atención a la realidad metajurídica. Ello se percibe
tal concepción está influida por las corrientes neohegelianas y neokantianas
también gracias a la comprobación de tres fenómenos distintos: en primera
de los años treinta del siglo xx que, por boca de H. MITTASCH (1939) y du-
instancia, la preocupación por la política criminal suscitada sobre todo por
rante la vigencia del nacionalsocialismo, habían planteado la necesidad de
el debate originado tras la expedición del Proyecto Oficial de Código Penal
distinguir entre una sistemática "categorial" y una "teleológica", de tal manera
(1962), al que un grupo de juristas jóvenes opuso un vigoroso Proyecto Alter-
que la ciencia del derecho —por supuesto también la penal— fuera "referi-
nativo (1966), con evidente influencia del movimiento de la nueva defensa
da a valores, a un sistema teleológico", esto es, aquel en el cual cada concep-
social francesa, corriente cuyo cometido es adecuar la regulación juridico-
to, cada norma está en conexión con el orden de valores del derecho penal
penal a las necesidades politicocriminales mostradas por la ciencia. Tal vez
que, a su vez, se funda en la concepción del Estado como una unidad y una
el autor que más hincapié ha hecho al respecto es C. ROXIN, en unión de sus totalidad (!). Hay, pues, en ROXIN una preocupación "práctica" encaminada
discípulos, entre los que descolla B. SCHÜNEMANN. a mantener la sistemática del derecho penal tornándola apta para resolver pro-
En segunda instancia se comprueban, así mismo, las referencias a cien- blemas concretos.
cias no jurídicas como la psicología—recuérdese, por ejemplo, cómo en 1960 La otra postura funcionalista, o radical, es la abanderada por G. JAKOBS
el propio H. WELZEL señalaba que los conceptos de acción final y de culpa- (n. 1937), que recoge las ideas de N. LUHMANN, E. DURKHEIM y del neokantiano
bilidad eran producto de elaboraciones psicológicas—; la sociología, que ha E. LASK y predica una simbiosis entre sociología y dogmática penal que acude
penetrado profundamente por medio de la vertiente funcionalista de T. PAR- a un relativismo valorativo y a una concepción de la pena como prevención
SONS, en trabajos como los de W. HASSEMER (que ha intentado distinguir dog- general integradora. Esta postura no es nueva, pues sus precedentes se re-
mática y política criminal, a partir de su objeto específico: la primera debe, montan a las perversiones ético-formalistas del positivismo jurídico alemán
en principio, poner sus ojos en la ley sin cerrarlos a las necesidades politi- de la primera mitad del siglo xx, a las ya recordadas doctrinas "expresivas"
cocriminales; y, la segunda tiene por objeto el comportamiento desviado y o "denunciadoras" de la pena de J. STEPHEN y de LORD DEVLIN; y, sobre todo,
su definición social), K. AMELUNG, R. P. CALLIESS y N. LUHMANN (que busca a la doctrina "realista" de G. TARDE, que a fines del siglo xix fundanlentó el
mostrar cómo la sociología puede permear el sistema jurídico), en su ensa- utilitarismo penal principalmente en el valor que socialmente se les atribuye
yo Sistema jurídico y dogmática jurídica (1974), que sigue las directrices de a los factores irracionales de la indignación y del odio provocado por el delito
su fundamental obra Sociología del derecho, publicada en dos tomos (1972), y satisfechos por la pena.
de gran acogida por G. JAKOBS. Ya en el "Prólogo" a la primera edición de su Tratado (1983), con al-
En tercera instancia, por último, la criminología ha recibido un gran gunos precedentes sentados en su trabajo Culpabilidad y prevención {1916),
w impulso en el que han influido bastante las corrientes norteamericanas, como afirma G. JAKOBS que la ciencia penal alemana enfrenta un agotamiento del
* lo muestran las obras de G. KAISER, U. EISENBERG, H. GÓPPINGER, K. LÜDER- método welzeliano —el cual, como se recordará, postula la vinculación del
! SSEN, H. J. SCHNEIDER y H. D. SCHWIND, entre otros. legislador y de la ciencia penal a las estructuras lógico-objetivas—, por lo
*
192 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 193
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* que busca un replanteamiento metodológico del derecho penal vigente y pro- ello es. la civilización chibcha, en la que se encuentran precedentes de inte-
* pone una nueva fundamentación de la teoría jurídica, acudiendo al norma- rés como el representado por el supremo legislador Nomparen o Nompaním
* tivismo; desde luego, el punto de partida de tal concepción es la misión asig- —cuyo predecesor fue Bochica o Nenqueteba, considerado el primer legis-
, nada al derecho penal, del cual no se puede esperar la formulación de lador de los indígenas de Colombia—, que expidió una serie de leyes mora-
conceptos y de proposiciones dogmáticas universalmente válidas (las estruc- lizadoras cuya fecha se desconoce, como la de no matar, no hurtar, no men-
turas lógico-objetivas de H. WELZEL). Naturalmente, las proposiciones y los tir y no quitar la mujer ajena. Allí la pena de muerte estaba estatuida para
conceptos dogmáticos adolecerán de la misma incertidumbre que soporta la casos de asesinato, mientras que las demás transgresiones eran castigadas con
misión del derecho penal. azotes cuando el hecho ocurría por primera vez, con la infamia personal por
De esta manera, la construcción dogmática pierde toda su autonomía la segunda y con la infamia hereditaria por la tercera. Sin embargo, gracias
para convertirse en un mero apéndice de las elaboraciones sociológicas, al zipa Nemequeme o Nemekene, quien se estima vivió entre 1470 y 1544,
preocupadas por darle a aquella una orientación funcional que se corresponda se llevó a cabo la recopilación, ordenación y ampliación de las diversas nor-
con la realidad empírica, según los dictados de la teoría de los sistemas, de mas morales y jurídicas entonces imperantes, incluido el código aludido, y
se introdujo el talión y castigos para el incesto y la sodomía.
la mano de una visión tecnocrática del derecho penal y de la teoría del deli-
to. Desde luego, como este planteamiento desemboca en una idea preven- También en otras tribus indígenas, mucho menos evolucionadas que la
tivo-general positiva de la pena y del derecho penal, se torna en blanco de anterior, se encuentran instituciones propias del derecho penal primitivo
diversas críticas, pues conduce a una postura política autoritaria y a la erec- como el tabú de la sangre, la composición, la magia adivinatoria, la expia-
ción de un modelo de derecho penal despótico e irrespetuoso de los derechos ción por homicidio y la extensión de la culpabilidad a los miembros de la tribu.
fundamentales de la persona humana. Por ello, cuando se reduce al indivi- Así, por ejemplo, entre el pueblo muzo el castigo del homicida era ejercido
duo a un "subsistema físico-psíquico", funcionalmente subordinado a las por los parientes de la víctima; el hurto se sancionaba por los guanes gene-
exigencias del sistema social en general, esta doctrina tiene que acompañar- ralmente con la pena de muerte, que se ejecutaba utilizando flechas; los cunas,
se de modelos de derecho penal máximo e ilimitado, programáticamente así mismo, castigaban el hurto y el falso testimonio con la muerte.
indiferentes a la tutela de los derechos de la persona; es más, estas concep- La violación era severamente sancionada, sobre todo cuando se trataba
ciones no pueden justificarse desde un punto de vista externo, pues quedan de mujeres vírgenes: los cunas, por ejemplo, introducían en la uretra del que
reducidas a una mera justificación interna, donde importa poco que —en vez desfloraba a una doncella, una varilla con espinas y le daban diversas vuel-
de identificarse con el ethos del Estado o en cualquier pretendida moralidad tas; y los catíos cedían al esposo ofendido el ejercicio de la venganza. Así
interna del derecho— se conviertan en la mera exigencia funcional de auto- mismo, el adulterio era fuertemente reprimido: entre los caribes se acostum-
conservación del sistema político (véase la crítica de L. FERRAJOLI). braba que los miembros de la tribu le dieran muerte a la mujer adúltera en
público; también los urabás castigaban la infidelidad con la muerte, etc.

VIL EL DERECHO PENAL EN COLOMBIA B) La época de la conquista

Varias son las fases vividas por el derecho punitivo colombiano, que va En este período, que va desde 1492 hasta 1563, los hispanos luchan
desde la época primitiva hasta el momento actual. abiertamente por lograr el sometimiento de los pueblos aborígenes, y tratan
de imponer a toda costa su legislación sustentada en el absolutismo y la fuerza,
A) La época precolombina para lo que se acude a un feroz derramamiento de sangre con características
de verdadero genocidio, pocas veces registrado en los anales de la historia
Con tal nombre se denomina el lapso durante el cual imperó sin limi- oficial contemporánea. Fruto de ello fue el exterminio de buena parte de los
taciones de ninguna índole el derecho penal originario, esto es, las institucio- indígenas o su sometimiento a la esclavitud, generalmente después de ser ca-
nes punitivas aborígenes que nacieron, evolucionaron y hasta desaparecie- zados con perros de presa para ser vendidos en el mercado de esclavos, o se-
ron al mismo tiempo que lo hacían diversas culturas indígenas, algunas de cuestrados con sus familias para obtener rescates en oro, joyas y piedras pre-
•» las cuales alcanzaron un elevado grado de desarrollo, como lo demuestran ciosas; y, por consiguiente, el arrasamiento de culturas milenarias, bajo el
»- diversos hallazgos según los cuales la presencia de pobladores en el conti- pretexto de evangelizar a los incrédulos y extender la fe cristiana por el nue-
•! nente se remonta a doce mil cuatrocientos años atrás. Un buen ejemplo de vo mundo.
194 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 195

h Al mismo tiempo se empiezan a imponer las legislaciones españolas de Alcalá, las Leyes de Toro, los Fueros Municipales, las Siete Partidas, la
11 Nueva Recopilación y la Novísima Recopilación —algunas expedidas con
basadas en los principios e instituciones del derecho de Castilla, por medio
l' de las cuales se pretendía estructurar los órganos de gobierno y ordenar la anterioridad—, sino también de leyes dadas por la Corona para estos te-
(, vida de los pueblos sometidos; eran sus destinatarios los españoles y los indí- rritorios, que fueron reunidas bajo la denominación de Recopilación de los
genas, cuando se relacionaban con estos. No obstante, cuando se trataba de Reinos de las Indias (iniciada en 1586 y culminada en 1680).
los vínculos entre los aborígenes, la Corona permitió que estos se rigieran En dichas regulaciones se encuentran innumerables disposiciones de ca-
por sus propias costumbres, a condición de que no contrariaran los princi- rácter penal, distinguidas por las siguientes notas: en primer lugar, eran en
pios del conquistador, lo cual posibilitó la convivencia del derecho castella- extremo casuistas, pues no comprendían normas contentivas de los princi-
no con el nativo. De esta época datan las Leyes de Burgos (1513) que, entre pios fundamentales del derecho penal, que era práctico y operaba con base
innumerables disposiciones caracterizadas por el casuismo, contemplaban en casos resueltos, que servían, a su vez, de fundamento a las ordenanzas rea-
regulaciones de índole penal. les; en segundo lugar, no fijaban límites entre las competencias civiles y las
Las arbitrariedades de todo orden cometidas en los primeros años de la eclesiásticas, lo que era motivo de frecuentes conflictos entre la Iglesia y el
conquista llevarían pronto a la Corona española a reemplazar la esclavitud poder laico. Así mismo, en tercer lugar, eran profundamente desiguales, pues
por el sistema de la encomienda, en cuya virtud los indios estaban obligados la respuesta penal variaba según las personas comprometidas, de manera que
a suministrar su mano de obra de manera gratuita, por un período de tiempo, recaía con mayor fuerza sobre los estratos más pobres y permitían un trato
mientras que los españoles les retribuían con su supuesta evangelización, más suave y dulcificador, que podía llegar hasta el perdón de la sanción, para
previa tutoría de la Corona. No obstante, pese a que este sistema dejaba in- las clases altas. En cuarto lugar, existía una multiplicidad de legislaciones
tactos gran parte de los privilegios de los españoles, la persistencia de tan tales como la civil, la eclesiástica, la gremial, la comercial, la militar y la penal;
bárbara empresa precipitó la orden de supresión de la encomienda, median- ello no impedía la aceptación de la jurisdicción de los caciques indígenas
te las Leyes Nuevas de 1542 y 1543; ello originó una rebelión de los enco- mientras no se contrariasen los principios del conquistador. Y, para termi-
menderos, que concluyó con la reforma de tales leyes, que mantuvieron la nar, era notoria la dureza de las penas y la falta de proporción con la grave-
figura con limitaciones. Solo, pues, el ascenso al poder de Felipe n trajo al- dad del hecho, como producto del régimen inquisitorial implantado por los
gunos cambios, y dio lugar a una nueva etapa. colonizadores.

C) La época de la colonia D) La época de la república

Aunque señalar fechas es arbitrario, este lapso se extiende entre 1563 Este lapso, que corre desde 1810 hasta hoy, debe enmarcarse en cuanto
y 1810 y supone la consolidación política de los españoles con la constitu- a lo político dentro de una situación bastante convulsionada, como lo demues-
ción, primero, de la Presidencia del Nuevo Reino de Granada (1563-1740) tran las diversas denominaciones que ha tenido el Estado colombiano: Pro-
y, luego, con el Virreinato de la Nueva Granada (1740-1810). Este período vincias Unidas de la Nueva Granada (1810-1819), República de la Gran
se caracteriza, en lo social, por diversas pugnas suscitadas en un comienzo Colombia (1819-1831), República de la Nueva Granada (1831 -1858), Con-
por las frecuentes disputas entre los gobernantes designados por la Corona federación Granadina (1858-1861), Estados Unidos de Colombia (1861-
y los encomenderos que, pese a las medidas dictadas en sentido contrario, se 1886) y, para terminar, República de Colombia (1886 hasta hoy). Durante
resistían a renunciar a los privilegios de que gozaban. La turbulencia de los esta fase solo se han sucedido pugnas intestinas por el poder, enmarcadas en
conflictos vividos por Europa se reflejaría en el continente mientras el des- las disputas liberal-conservadoras, que han desatado guerras, inestabilidad
potismo ilustrado se iba gestando lentamente, para darle paso a la revolución institucional, atraso y subdesarrollo; los privilegios han sido usufructuados
burguesa de 1789, bajo cuyas banderas triunfarían, finalmente, los movimien- por diversos y escogidos núcleos familiares, que los han transmitido de
tos de liberación gestados a lo largo de tres centurias, durante las cuales la generación en generación, y han producido no pocos movimientos armados
injusticia social y la expoliación fueron las notas comunes. Mientras tanto, que, como los guerrilleros —entrado ya el nuevo milenio— amenazan con
,,, el imperio español se había derrumbado. Propio de esta fase, en materia penal, tomarse el poder por la vía de las armas, si no se accede a sus pretensiones.
¡ es el imperio de la legislación hispana, no solo por medio de instituciones En cuanto a lo penal, esta etapa supone la continuidad de la legislación
¡; como el Fuero Juzgo, el Fuero Real, las Leyes de Estilo, el Ordenamiento española hasta que se produce la sanción del Código Penal de 1837, la primera
196 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 197

codificación expedida en el ámbito penal sustantivo, con el que se inicia el b) El Código Penal de 1837
trasplante de instituciones mediante una normatividad que se perpetuó en la Al denominado "Hombre de las leyes" lo sucedió en la Presidencia de
práctica durante un siglo. Diversos momentos pueden distinguirse a lo lar-
la República, el I o de abril de 1837, José Ignacio de Márquez, quien sancio-
go de este lapso.
nó la ley de 27 de junio de 1837, por medio de la cual se expedía el primer
a) La legislación penal entre 1817 y 1837 Código Penal basado en el Proyecto de 1833, acorde con la filosofía liberal
Durante esta fase continuaron rigiendo las disposiciones hispánicas, que moderada entonces triunfante. Sin duda, el estatuto se inspiraba en el Có-
el Congreso de Angostura (1819) trató de atemperar facultando al presiden- digo Penal francés de 1810 y en el Proyecto español de 1821 (o Código Penal
te de la república para "en favor de la humanidad mitigar, conmutar y aun de 1822), ya mencionado, y presentaba una sistemática propia de las codi-
perdonar las penas aflictivas, aunque sean capitales", con concepto previo ficaciones decimonónicas; en efecto, estaba dividido en cuatro libros: el pri-
del poder judicial. Desde luego, ello no evitó el caos legislativo, pues la ley mero, intitulado "De los delitos y de las penas en general", definía el delito
de 8 de abril de 1826 declaró "válidas las sentencias pronunciadas por los como "la voluntaria y maliciosa violación de la ley, por la cual se incurre en al-
tribunales establecidos en las provincias independientes en la primera época guna pena" (artículo I o ); distinguía, además, las infracciones punibles en
de transformación política", aunque haciendo una salvedad muy importante delitos y culpas (artículos Io, 2o y 17), entendiendo por culpa "la violación
—propia de una nación que, como la Gran Colombia, de la cual formaba parte imputable pero no maliciosa de la ley en cuanto el autor no la ha violado in-
la Colombia actual, recientemente había proclamado su independencia del tencionalmente, pero ha podido y debido evitar el acto y se ha expuesto vo-
dominio español—: "Artículo 3o. Exceptúanse de la regla general estable- luntariamente a dicha violación, por lo cual se incurre en alguna pena" (ar-
cida en el artículo anterior las sentencias, autos o providencias penales dic- tículo 2o). En materia de penas era sumamente drástico, pues incluía la de
tadas en la época de la revolución política por los jueces o tribunales espa- muerte (artículos 19,26,32 y siguientes) que, a su vez, comprendía la de ga-
ñoles contra alguna persona, considerándola criminal en razón de su opinión rrote (artículo 32), considerándola como "pena corporal" en oposición a las
o servicios por la causa de la independencia, pues que estas sentencias, autos "penas no corporales" (artículos 19 y 20).
o providencias son nulas, de ningún valor ni efecto, y a aquellas contra quie- El segundo, dedicado a los "delincuentes" y al "modo de graduar los de-
nes se dictaron servirán de documento honroso que acrediten su patriotismo". litos y aplicar las penas", establecía que eran punibles "no solamente los auto-
Ahora bien, dado que no existía todavía un estatuto penal, la Constitu- res del delito, sino también los cómplices, los auxiliadores y los encubridores"
ción de Cúcuta de 1821 en su artículo 188 les dio validez a las Leyes de In- (artículo 95), figuras definidas con claridad (artículos 96 a 99); del mismo
dias, pragmáticas y cédulas originarias de la Corona; a su vez, la ley de 13 modo, consagraba como causales de exclusión de la responsabilidad crimi-
de mayo de 1825 dispuso que rigieran, a falta de normas republicanas, las nal los estados de verdadera demencia o locura al tiempo de cometer la acción,
ordenanzas reales, las recopilaciones y las Siete Partidas. Como complemen- la privación involuntaria del uso de razón, la comisión de la acción contra la
to de lo anterior, la ley de 17 de septiembre de 1821, en su artículo Io, abolió voluntad del agente, así como la acción desplegada por el menor de siete años
definitivamente el Tribunal de Inquisición. (artículo 106), comprendida la embriaguez voluntaria (artículo 107).
Así mismo, en 1823, cumpliendo encargo del vicepresidente, general El libro tercero, destinado a los "Delitos y culpas contra la sociedad y
F. de P. Santander, los señores Jerónimo Torres y Tomás Tenorio elabora- de sus penas", que constituye la parte especial del Código referida a la pro-
ron el primer Proyecto de Código Penal, que no fue convertido en ley, pues tección de la sociedad, tutelaba bienes jurídicos comunitarios como la salud,
las dificultades políticas del momento —que llevaron a la disolución de la el Estado, la religión, la moral, la hacienda pública, etc. Y,finalmente;el cuar-
Gran Colombia— habían impedido su discusión en 1830; así mismo, ello se to o "De los delitos y culpas contra los particulares, y de sus penas", prote-
atribuye a que se trataba de una codificación estructurada con base en los dic- gía bienes jurídicos individuales como la propiedad, la vida, la integridad de
tados del gobierno español, y era una copia, con algunas variaciones, del Pro- las personas, etc. El estatuto constaba de un total de 919 artículos y ordena-
yecto Hispano de 1821. A su vez, el Congreso de 1826 llegó a aprobar un ba el comienzo de su vigencia a partir del I o de junio de 1838 (artículo 919).
Código Penal que fue objetado por el ejecutivo; solo en 1833, en el gobierno
de F. de P. Santander, se volvió a publicar un Proyecto de Código Penal c) El Código Penal de 1873
elaborado por el Consejo de Estado a instancias de los consejeros José Igna- La ausencia de una clase hegemónica, que tuviera un ámbito nacional
cio de Márquez y Vicente Azuero. de dominación, les permitió a las oligarquías en pugna por la defensa de sus

8. VELÁSQUEZ V., 2*
198 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 199
ll

t\ intereses impulsar como bandera política él federalismo, lo que condujo a la tos a los que se refería el artículo 29 ya transcrito; finalmente, mediante la
i, creación de los Estados soberanos de Antioquia, Bolívar, Boy acá, Cauca, ley 57, de 15 de abril de 1887, se puso en vigor para todo el país este último
ll Cundinamarca, Magdalena, Panamá, Santander y Tolima (mediante leyes de estatuto.
los años 1855-1856). Tales provincias conformaron, primero, una asocia-
ción denominada "Confederación Granadina" (1858), y se dieron sus respec- e) El Código Penal de 1890
tivos códigos penales que, por lo general, eran reproducción del Código de
Hacia 1888, el entonces consejero de Estado D. PORRAS elaboró una pro-
1837; luego se daría paso a los Estados Unidos de Colombia como nación
puesta de Código Penal que solo alcanzó a ser redactada en su parte general,
federada y a la Constitución de Rionegro de 1863, notablemente influida por
influida por los Proyectos de P. S. MANCINI (1876) y J. ZANARDELLI (1883-
el liberalismo radical.
1887) para Italia, y SILVELA para España (1884), que no pudo ser terminada,
Ahora bien, a la sombra de este último ordenamiento constitucional, que dada la temprana muerte de su autor, lo que impidió que llegase a ser siquie-
trazó algunas pautas en materia de legislación penal para cada uno de los or- ra considerada. El gobierno optó entonces por ordenar la recopilación de las
ganismos territoriales, tales como la prohibición absoluta de imponer la pena normatividades existentes, tarea encomendada al también consejero de Es-
de muerte y el límite máximo de pena corporal hasta de 10 años (artículo 15, tado J. P. RESTREPO, que decidió retornar al antiguo Código Penal de 1837;
numerales 1 y 2), se vislumbra por primera vez la humanización del derecho nació así la ley 19, de 18 de octubre de 1890 —vigente desde el 15 de junio
penal en Colombia. Fruto de ello fue la expedición de la ley 112 de 26 de ju- de 1891—, contentiva del nuevo Código Penal para la república unificada.
nio de 1873, por medio de la cual se puso en vigencia el nuevo Código Penal Este estatuto fue duramente criticado aduciendo que presentaba incongruen-
de la federación de Estados, con base en un proyecto presentado por AGUS- cias y aun contradicciones graves, lo que era apenas obvio, pues se trataba
TÍN NÚÑEZ, que buscaba reunificar la normatividad penal y le daba fin a la vi-
de una recopilación legislativa y no de una obra científica.
gencia del Código Penal de 1837; sin embargo, debe advertirse que el Có-
digo solo tenía vigor en los territorios regidos directamente por el gobierno f) El fracasado Código de 1922
federal, porque en las secciones (llamados Estados) regían códigos locales.
Con el ascenso al poder del antioqueño CARLOS E. RESTREPO, en nom-
bre de una coalición política de liberales y conservadores denominada "Unión
d) La regeneración y las normas provisionales
Republicana", se produjo a partir de 1910 un cambio institucional modera-
Terminada la hegemonía liberal, después de que las ideas radicales en- do, que contrastaba con el autoritarismo hasta entonces imperante. Fruto de
traron en profunda crisis, llegó al poder el movimiento regenerador de RA- aquel fue, en materia penal, la abolición de la pena de muerte y la tentativa
FAEL NÚÑEZ (1885) —un "neoliberal", que propendía por un Estado fuerte, de expedir un nuevo estatuto penal; en efecto, por encargo del gobierno, el
centralizado y eficaz en sus funciones jurídicas y económicas—, que unifi- tratadista J. V. CONCHA —que luego reemplazó a RESTREPO en la presiden-
có la república bajo el lema "regeneración o catástrofe". Desde luego, con cia a partir de 1914— elaboró un Proyecto de Código Penal (1912) que seguía
semejante punto de partida, era apenas obvio pensar en expedir una nueva las orientaciones del Código de J. ZANARDELLI para Italia de 1890.
legislación penal que se compadeciera con la política reaccionaria pregona- En contra de lo que su mismo autor manifestaba, la propuesta era muy
da, contraria, en todo caso, al ideario humanista de la Constitución de Rio- bien concebida desde el punto de vista técnico —tal vez una de las mejores
negro. Síntoma evidente de este retorno al autoritarismo fue la consagración en la historia del país— producto de la maestría y el dominio que en estas
de la pena capital en el artículo 29 de la Constitución de 1886. disciplinas mostraba CONCHA, que difícilmente han sido superadas. Diez años
Para evitar el vacío legal, el artículo H del título xxi, destinado a las "Dis- tuvo que esperar dicho proyecto, hasta que el Congreso la acogió median-
posiciones transitorias", dispuso que mientras el poder legislativo no deci- te ley 109 de 1922, después de introducirle algunas reformas. Pero como la
diera otra cosa, continuaba rigiendo "en cada departamento la legislación del Corte Suprema de Justicia solicitara el aplazamiento de su vigencia, esta se
respectivo Estado". No obstante ello, se hizo una salvedad importante, pues decretó hasta el I o de enero de 1925, mediante la ley 81 de 1923, mientras
,,, en el artículo J se estableció que mientras se legislaba en contrario, se apli- una Comisión designada al efecto lo sometía a revisión; esta, finalmente,
5í caba "el Código del extinguido Estado de Cundinamarca, sancionado el 16 consideró que debía elaborarse un nuevo estatuto, lo que impidió la vigen-
J¡; de octubre de 1858", para juzgar a las personas que incurrieran en los deli- cia de dicha ley un solo día.
200 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 201
I,
¡ ! g) El Código Penal de 1936 Finalmente, se dividían las sanciones en penas y medidas de seguridad, y se
!j | L a Comisión n o m b r a d a para revisar la ley 109 de 1922 c u l m i n ó sus tra-
aplicaban las primeras a los mayores y sanos de mente; las segundas se im- ¡|
bajos con la presentación de un nuevo Proyecto en el año de 1925, que re- ponían a los menores de edad y a los sujetos que al momento de la comisión
»-' producía de manera casi textual la parte general del Proyecto de FERRI de 1921, del hecho se hallasen en "estado de enajenación mental o de intoxicación i
para Italia, a u n q u e se distanciaba de este al introducir causales de inimpu- crónica producida por el alcohol o por cualquiera otra sustancia, o padeciere
tabilidad y eximir de responsabilidad penal al d e m e n t e . de anomalía psíquica". La susodicha codificación constaba de dos libros: el ¡
primero, dedicado a la parte general, bastante influido por el Proyecto de FERRI
Esta propuesta t a m p o c o fue acogida por el gobierno, presidido por M I -
de 1921, con algunos añadidos clásicos; el segundo, destinado a los delitos
GUEL ABADÍA M É N D E Z (1926-1930), que optó, al parecer por sugerencia de J.
en particular, que tutelaba bienes jurídicos de carácter individual y comuni-
V. CONCHA, a la sazón embajador en R o m a , por contratar una misión italiana
tario, en el que se advertía la especial severidad con que se castigaban los
para que, con base en el C ó d i g o de 1922 y en el proyecto reseñado, elabo-
atentados contra el régimen constitucional, contra la patria, la fe pública, la
rara un n u e v o estatuto. D i c h a tarea fue e n c o m e n d a d a a tres funcionarios
vida, la propiedad, y con un notable olvido del orden economicosocial, las
italianos de inferior categoría: A. CORDOVA, D E L L A VECCHIA y GHEDINI, quie-
nes llegaron al país en 1927 y redactaron el Proyecto de 1927 de orientación
libertades y las garantías políticas, la salubridad pública, etc., tendencia
c o m p l e t a m e n t e clásica, que contaba con un total de 4 0 2 artículos; esta pro-
continuada en alguna medida por la legislación posterior.
puesta fue acogida inicialmente por la comisión legislativa del Senado, pero Como es apenas obvio, el Código resistió los embates de la dictadura
las innumerables críticas a que fue sometida por los profesores R. ESCALLÓN militar imperante entre 1953 y 1958, aunque fue objeto de diversas suspen-
y P. CÁRDENAS (1891-1978), corredactores del Proyecto de 1925, lograron siones de vigencia y adiciones mediante el mecanismo de la legislación de
sepultarlo en el olvido. excepción que, entre otras cosas, sirvió de medio para expedir un severo Có-
C o m o resultado de esta desconfianza del gobierno hacia los juristas na-
digo Penal Militar (decreto 250 de 1958, convertido en legislación ordina-
cionales, la reforma penal se paralizó durante seis años, hasta que el gobier-
ria, como todo el régimen legal autoritario mediante la ley 141 de 1961). Ello
no de Enrique O l a y a Herrera (1930-1934) retomó sus riendas; en efecto, con
explica el castigo de las "actividades de tipo comunista" (confróntese, de-
el apoyo presidencial se expidió la ley 20 de 1933, por m e d i o de la cual se
creto 434 de 1956, expedido con base en el acto legislativo número 6 de 1954);
creaba la C o m i s i ó n Nacional de Asuntos Penales y Penitenciarios, integra- y la expedición de un rígido estatuto de corte peligrosista que reprimía con-
da, a m á s de los dos corredactores del Proyecto de 1925 ya m e n c i o n a d o s , por ductas como la de vago, maleante o alcohólico, con imposición de medidas
los juristas C. LOZANO Y LOZANO y C. V. R E Y , q u e elaboraron un Proyecto fe- de seguridad predelictivas y posdelictivas —decreto 14 de 1955 que reme-
chado en 1935. Este fue presentado al C o n g r e s o de 1936, q u e lo aprobó con moraba, yendo a extremos inconcebibles, las leyes 48 de 1936 y 50 de 1939
pocas modificaciones mediante la ley 95 de 2 4 de abril de 1936 y que, final- del período de Alfonso López Pumarejo—, derogado luego mediante un Es-
mente, e m p e z ó a regir el I o de julio de 1938. tatuto de Conductas Antisociales (decreto 1699 de 1964) muy promociona-
do, que moderaba los excesos autoritarios de aquel.
A h o r a bien, los principios inspiradores de este estatuto positivista de
corte autoritario con ligeros rasgos clásicos, a u n q u e siempre se le entendió
h) El Código Penal de 1980
c o m o expresión del liberalismo democrático, fueron r e s u m i d o s por la pro-
pia comisión redactora de la siguiente manera: en primer lugar, se consagra- El ascenso al poder del Frente Nacional, o gobierno compartido de li-
ba la teoría de la defensa social c o m o sustento en las sanciones y la eficaz berales y conservadores, junto con el paso a un Estado de tintes autoritarios
prevención de la delincuencia, al c o m p á s de la concepción intervencionista, con fachada liberal y progresista característico de los últimos cuarenta años
c o m o ya se dijo; en segunda instancia, se partía del c o n c e p t o de "responsa- del siglo xx, sirvió de marco a la reforma penal. Leitmotiv de dicha empresa
bilidad legal y social", con base en la actividad psicofísica del agente; en tercer legislativa fue la elaboración de un Proyecto de Código Penal Tipo para La-
lugar, se hacía el estudio del delincuente partiendo del supuesto de que se tra- tinoamérica que, a decir verdad, no presentaba ningún modelo de reformas
• taba de una personalidad antisocial; en cuarto lugar, se i m p o n í a n las sancio- y dejaba inalterado el sistema penal; un proyecto que reflejaba el estado de
J¡ nes con base en el h e c h o ilícito realizado, los motivos determinantes, las cir- la doctrina de una época que se había desplazado hacia el neokantismo en la
y cunstancias de m a y o r o m e n o r peligrosidad y la personalidad del agente. teoría del delito, pero que continuaba siendo positivista en la pena. i
202 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 203
11 >

>, Siguiendo tales designios, el gobierno conservador de Misael Pastrana la normatividad y proponer un texto único de proyecto de Código Penal, de
„. Borrero (1970-1974) expidió el decreto 416 de 22 de marzo de 1972, por Código de Procedimiento Penal y de Código Penitenciario" (confróntese,
I; I medio del cual se creaba una comisión encargada de elaborar un anteproyecto artículo Io).
t ( de Código Penal; los trabajos correspondientes terminaron en 1974 con la La susodicha comisión fue formalmente instalada por el presidente el
elaboración de una propuesta reformadora que seguía las directrices señala- día 11 de noviembre de 1997 en la ciudad de Bogotá y sesionó parcialmente
das por el Código Penal Tipo y se mostraba fuertemente influida por la dis- durante dos días; no obstante, su coordinador decidió no convocarla nueva-
cusión alemana de los años cincuenta, aunque no renunciaba a los ancestros mente y optó —por cierto de forma apresurada—, en compañía de sus ase-
italianos. sores más cercanos, por elaborar un Proyecto de Código Penal que se pre-
El Anteproyecto de 1974 fue sometido al estudio de una nueva comi- sentó a consideración del Senado de la República donde fue radicado con el
sión creada mediante los decretos 2246, 2597 de 1974 y 3 de 1976, la cual número 40, el 4 de agosto de 1998, junto a similares iniciativas en el campo
elaboró el Proyecto de 1976 que, a su vez, fue objeto de nueva redacción que procesal penal y penitenciario: proyectos números 41 y 42 de igual fecha.
dio lugar al Proyecto 1978, cuya estructura no difería sustancialmente de la
El Proyecto original constaba de dos libros dedicados, respectivamen-
del primer anteproyecto. Este último no cursó en el Congreso que optó, me-
diante ley 5a de 1979, por darle facultades al gobierno liberal de Julio César te, a las partes general (artículos I o a 99, repartidos en cuatro títulos) y espe-
Turbay Ayala (1978-1982) para que, con base en ei Anteproyecto de 1974 cial (artículos 100 a 464, contenidos en diecinueve títulos), y se destacan entre
y en el Proyecto de 1978, expidiera el Código Penal asistido de una comi- sus innovaciones las siguientes: en primer lugar, aspiraba a sistematizar la
sión asesora compuesta de dos senadores, dos representantes y sendos miem- legislación penal entonces dispersa en un solo estatuto punitivo, reordenando
bros de las anteriores comisiones redactoras; elia elaboró el Proyecto de 1979. y armonizando todo el articulado; en segundo lugar, pretendía poner la le-
Finalmente, el ejecutivo, en uso de las susodichas facultades, expidió el de- gislación penal a tono con la Constitución de 1991, los tratados internacio-
creto 100 de 1980 (23 de enero) que rigió entre el 28 de enero de 1981 y el 24 nales suscritos por el Estado colombiano y las decisiones de los más altos
dejuliode2001. tribunales de justicia en especial las de la Corte Constitucional. En tercer
lugar, introducía diversas precisiones dogmáticas en materia de normas rec-
No obstante, durante sus 20 años y medio de vigencia, el Código fue
objeto de múltiples reformas gracias a tránsitos legislativos caóticos y des- toras —algunas no muy afortunadas—, dolo eventual, contravenciones pe-
ordenados, la mayoría de ellos fruto de legislaciones de emergencia que se nales —buen número de las cuales volvía a erigirse en delitos—, teoría de
expidieron a granel hasta la entrada en vigor de la Constitución de 1991 que, la culpa o imprudencia, concepción de la omisión, concurso de personas en
por cierto, las legitimó al convertirlas en legislación permanente; por supues- la conducta punible, causales de exclusión de la responsabilidad penal —que
to, esto no evitó la continuidad de la incesante actividad del órgano legisla- recuerdan los modelos hispanos—, error de prohibición e inimputabilidad.
tivo que, hasta la derogatoria del Código, siguió expidiendo regulaciones de En cuarto lugar, unificaba todo el régimen de sanciones penales al consagrar
diversa índole casi siempre animadas por un ideal: el endurecimiento de las nuevas especies de castigo y establecer como pena privativa de la libertad
penas con el que, gracias a la demagogia usual de las clases en el poder, se máxima la de cuarenta años de prisión; al mismo tiempo señalaba un lapso
ha pretendido siempre acallar a la opinión pública para crearle al ciudadano de veinte años de internación como máximo de las medidas de seguridad
de la calle una sensación de "seguridad" que nunca ha existido. imponibles a inimputables. En quinto lugar, se observaba un replanteamiento
de los bienes jurídicos objeto de tutela, pues establecía una nueva distribu-
i) El Código Penal de 2000 ción y fisonomía a los títulos de la parte especial que, ahora, aparecían en-
No obstante, sería el gobierno del presidente liberal ERNESTO SAMPER PI- cabezados por los atentados contra la vida y la integridad personal, como es
ZANO (1994-1998) —uno de los más desacreditados que haya tenido el país tradicional en los códigos penales liberales y no, como en los estatutos au-
a lo largo del siglo xx— el encargado de jalonar el proceso de reforma penal, toritarios, con las figuras contra el régimen constitucional y la organización
como lo evidencia el hecho de que mediante el decreto 1892 de 29 de julio estatal. En sexto lugar, a tono con lo anterior, se eliminaban del catálogo de
MI de 1997 conformó una comisión interinstitucional, presidida por el entonces mandatos y prohibiciones algunas figuras punitivas y se introducían otras
¡j ¡ fiscal general de la nación —el también liberal ALFONSO GÓMEZ MÉNDEZ—, cuya necesidad era indiscutible, atendidas las cambiantes circunstancias de
Jj > encargada de "revisar integralmente el sistema penal colombiano, unificar la vida social y la evolución de las diversas formas de delincuencia.
204 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 205
II

En fin, en séptimo lugar, en términos generales, se trataba de un pro- venciones penales como segunda modalidad de conducta punible, no se
I' yecto que posibilitaba —pese a sus vacíos— un mejor ejercicio de la activi- destinó ningún apartado del Código para preverlas; incluso, se trata de un
* dad punitiva del Estado de cara al nuevo milenio, sobre todo si se piensa en estatuto sumamente estricto en materia de pena pecuniaria —tendencia que
„ la caótica legislación vigente al momento en que fue concebido. también se observa, de manera más marcada, en las reformas posteriores a
El Proyecto, después de introducirle diversas modificaciones en la dis- su puesta en vigencia—, no solo porque en la mayoría de los casos (aproxi-
cusión legislativa fue, finalmente, aprobado por el Congreso el día 14 de madamente 204 artículos de la parte especial) se consagra como pena acom-
diciembre de 1999 y, luego de algunas objeciones presidenciales —solo en pañante de la prisión —que, en definitiva, es la sanción pedominante—,
parte convincentes y que, parcialmente, acogió el Congreso—, fue de nue- mientras que solo en 42 disposiciones aparece en su modalidad progresiva,
vo aprobado y sancionado por el presidente conservador Andrés Pastrana lo que demuestra que tal especie de pena no es una verdadera alternativa a
la prisión, sino porque sus cuantías son sumamente elevadas, pues llegan hasta
Arango (1998-2002) mediante la ley 599 de 2000 (24 de julio), que entró en
50.000 salarios mínimos legales mensuales, lo que no deja de ser exagerado
vigencia un año después de su promulgación en el Diario Oficial, número
en un país económicamente arruinado y con unas tasas de desempleo supe-
44.097, de esa fecha. De todas formas, pese al gran esfuerzo realizado por riores al 20 por ciento. Adicionalmente, el Proyecto original no se ha trami-
los mentores del nuevo Código —que, además, contó con la intervención tado como ley estatutaria como, sin duda, ha debido hacerse ante el tenor claro
restringida de algún sector de la doctrina nacional, que pudo hacer algunas del artículo 152 de la Constitución Política, lo que evidencia una transgre-
contribuciones en los debates en el Congreso—, el país está lejos de haber sión del principio de legalidad en su modalidad de reserva; además, no deja
logrado una reforma de hondo calado a sus instituciones penales; es más, el de ser un grave yerro histórico haber promulgado un Código Penal sin actas,
nuevo Código no es sustancialmente distinto del de 1980, sino que lo com- elaborado por legisladores que no le han dado la cara al país, para debatir con
plementa, y trata de recoger los aportes de la doctrina y la jurisprudencial, profundidad cuál es la filosofía que anima a las nuevas instituciones y cuá-
producidos durante el lapso en el cual rigió aquel. les son los puntos de partida ideológicos que lo impulsan.
Incluso, advirtiendo que hay importantes avances dogmáticos en el En fin, pese a que el balance general que se puede hacer del nuevo Códi-
campo de la teoría general de la conducta punible —pues se puede afirmar go Penal es positivo, sobre todo si se le compara con la legislación vigente
que se recogen los más importantes desarrollos de la dogmática posfinalista al momento de su puesta en vigencia, esto no significa que se haya expedido
adobada de retoques funcionalistas, aunque sin renunciar a algunas ideas cau- una codificación completamente ajustada a las necesidades del momento que,
salistas—, la redacción del título i dedicado a las "Normas rectoras de la ley de verdad, se torne en la herramienta idónea para hacerle frente a la galopante
penal colombiana" no es del todo satisfactoria; así mismo, sigue siendo un criminalidad organizada; se requería, pues, una transformación de fondo de
estatuto muy duro desde el punto de vista punitivo, pues así sea cierto que todas las instituciones penales, como con razón han señalado los críticos (con-
disminuye la pena privativa de libertad máxima de sesenta a cuarenta años, fróntese, M. GROSSO GARCÍA).
también es cierto que aumenta los mínimos para diversas figuras punibles y
Valdría, pues, la pena impulsar un amplio debate entre los estudiosos
endurece los criterios de determinación judicial de la pena (confróntese los llamado a hacer los necesarios ajustes para —sobre la base del camino an-
artículos 61 y siguientes). Igualmente, a pesar de que en la reordenada parte dado y retomando los grandes esfuerzos que se han hecho— corregir los desa-
especial se observan nuevas figuras después de incorporar todo el derecho ciertos y mejorar los logros que, se repite, son bastantes, más allá de lo que
penal complementario hasta entonces vigente, no se profundizó lo suficien- pretende una crítica a veces destructiva, empeñada en restarle importancia
te como lo aconsejaba un sano debate sobre el asunto. a aportes que, como este, solo buscan contribuir en algo a fortalecer las debi-
Téngase en cuenta, además, que el texto finalmente aprobado no ha sido litadas instituciones actuales. En fin, urge repensar todo el sistema penal con
cuidadosamente pulido y redactado, como lo aconsejaba una buena técnica una lente verdaderamente garantista y democrática, de tal manera que la ley
legislativa, y se observan diversas falencias entre las que deben mencionar- penal se ajuste a los modernos avances, y preserve la dignidad de la persona
se las siguientes: algunas disposiciones no fueron tituladas; se perciben erro- humana, lo que no se logra con meras declaraciones de principios, sino con
res en la nomenclatura; existe falta de coordinación entre las partes general desarrollos concretos y reales; ello se hace más evidente ahora que, ante las
, y especial en algunas materias, como sucede —a título de ejemplo— en tra- arremetidas del terrorismo, se le ha dado rienda suelta a un derecho penal au-
¡ tándose de los tipos de peligro abstracto proscritos en la primera de ellas, pero toritario, como lo evidencian recientes reformas legislativas y constitucio-
l consagrados en la segunda. Además, pese a que se introducen las contra- nales en este ámbito.
r
206 MANUAL DE DERECHO PENAL LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL 207

I
^ „ E) La doctrina penal en Colombia otros. Por supuesto, en este período se sitúa este trabajo iniciado con una obra
tt» de conjunto que vio la luz en 1994.
Ü5 Las elaboraciones j uridicopenales en Colombia comenzaron hace más Desde luego, debe destacarse cómo durante el último decenio del siglo
de un siglo —los primeros trabajos de conjunto se remontan a finales del siglo xx y comienzos del siglo xxi, casas de estudios bogotanas, como la Univer-
*' xix—, lapso durante el cual, por momentos, ellas han alcanzado desarrollos
sidad Externado de Colombia, han jalonado la discusión y le han dado paso
de significación, aunque se echa de menos la originalidad y la autenticidad
—aunque de manera acrítica— a la difusión de las nuevas corrientes funcio-
en los planteamientos; es más, hasta el presente no se ha emprendido un estu-
nalistas, lo que, sin duda, oxigena mucho el debate.
dio crítico del pensamiento penal colombiano que permita precisar sus al-
De todas maneras, debe decirse que en el estado actual del derecho penal
cances y limitaciones, como lo han puesto de manifiesto algunos estudiosos
patrio se echa de menos una discusión juridicopenal renovadora, que con-
(C. GÁLVEZ ARGOTE).
duzca el proceso reformador de las instituciones por mejores caminos; por
No obstante, sin la pretensión de emprender tal tarea, pueden señalarse supuesto, para que ello sea posible se requiere la construcción de una verda-
tres momentos diferentes en la evolución del ideario penal, que no necesa- dera dogmática penal acompañada de similares elaboraciones criminológicas
riamente coinciden con el desarrollo legislativo. En efecto, en primer lugar, y politicocriminales, además de necesarios desarrollos en el plano filosófi-
aparece la fase clásica que corresponde al período inicial del derecho penal co que, gracias al trabajo conjunto de administradores de justicia y estudio-
nacional, que llega hasta el decenio de los años treinta del siglo xx, durante sos, jalonen el derecho penal del porvenir.
el cual imperaron las doctrinas propias del derecho penal clásico europeo; el
autor más representativo de este momento histórico fue, sin duda, J. V. CON-
CHA (1867-1929). También, son significativos los aportes de A. ARAGÓN
(1872-1956), D. PORRAS (f 1889) y J. P. RESTREPO, que, no obstante su nota-
ble erudición, no llegaron a publicar obras de conjunto, pues cumplieron el
papel de comentaristas de la legislación o de reformadores.
En segundo lugar, debe mencionarse la fase del positivismo, esto es, el
lapso durante el cual un grupo de autores publicó una nutrida producción
académica, en la que se perciben en mayor o menor medida influencias de
la concepción positivista italiana, que tanto ascendiente tuvo en el Código
Penal de 1936. Exponentes de este momento del penalismo nacional son GU-
TIÉRREZ GÓMEZ, L. C. P É R E Z ( 1 9 1 1-1998), A. M. VÁSQUEZ ABAD (1903-1962),
C. LOZANO Y LOZANO (1904-1952), A. GÓMEZ PRADA, S. BARRIENTOS RESTREPO
(1908-1980), A. V. ARENAS (1906-1988), L. E. MESA VELÁSQUEZ, P. PACHE-
CO OSORIO (1913-1982), J. E. GUTIÉRREZ ANZOLA (1910-1991), L. GUTIÉRREZ
JIMÉNEZ, H. BARRERA DOMÍNGUEZ (1915-1990), J. BERNAL PINZÓN y G. REN-
DÓN GAVIRIA, entre otros.
En tercer lugar, debe mencionarse la fase de la dogmática juridicope-
nal. Es este el período transcurrido entre 1963 —año en el que se perfila la
primera obra de conjunto en seguir dicha orientación— y el momento actual,
sin que ello signifique una ruptura brusca con el lapso anterior. Los expo-
sitores más importantes de esta etapa son B. GAITÁN MAHECHA, A. REYES
ECHANDÍA (1932-1985); L. C. PÉREZ, ya mencionado; L. E. ROMERO SOTO
L , (1918- 2001), S. T. RUIZ; F. ESTRADA VÉLEZ (1926-1990), E. PÁEZ POLO, J.
5¡ l E. Rozo ROZO y J. FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, básicamente, hasta llegar a los
ÍJJ trabajos monográficos de N. AGUDELO BETANCUR y Y. REYES ALVARADO, entre
r
4 1 ti

*<•
CAPÍTULO NOVENO

LA TEORÍA DEL DELITO

Bibliografía básica: AGUDELO BETANCUR, NÓDIER: La estructura del delito en el nuevo


Código Penal, Medellín, Ediciones Nuevo Foro, sin fecha; id.: Curso de derecho penal. Es-
quemas del delito, Bogotá, Edit. Temis, 3 a edición, 2002; BORJA JIMÉNEZ, EMILIANO: Ten-
dencias contemporáneas en la teoría jurídica del delito, San José de Costa Rica, Mundo
Gráfico, 2000; CÓRDOBA RODA, JUAN: Una nueva concepción del delito. La doctrina fina-
lista, Barcelona, Edit. Ariel, 1963; GALLAS, WILHELM: La teoría del delito en su momento
actual, traducción de Juan Córdoba Roda, Barcelona, Bosch, 1959; GÁLVEZ ARGOTE, CAR-
LOS AUGUSTO: "Acción e imputación en el nuevo Código Penal colombiano", en Estudios
sobre los nuevos códigos penales, Bogotá, Universidad de Salamanca, Corte Suprema de
Justicia, 2001, páginas 87 y siguientes; GIMBERNAT ORDEIG, ENRIQUE: "El sistema del dere-
cho penal en la actualidad", en ¿Tiene futuro la dogmática jurídico-penal?', Bogotá, Edit.
Temis, 1983, páginas 49 y siguientes; GÓSSEL, KARL HEINZ: Dos estudios sobre la teoría del
delito, Bogotá, Edit. Temis, 1984; HIRSCH, HANS JOACHIM: "El desarrollo de la dogmática
penal después de Welzel", traducción de Mariano Bacigalupo, en MIGUEL POLAINO NAVARRE-
TE: Estudios sobre la reforma penal, Córdoba, Universidad de Córdoba, 1987, págs, 19 y
siguientes; id.: La polémica en torno de la acción y de la teoría del injusto en la ciencia penal
alemana, traducción de Carlos J. Suárez González, Bogotá, Universidad Externado de Co-
lombia, 1993;MAURACH, REINHART: "Tres conferencias", en Revista de la Universidad Exter-
nado de Colombia, volumen vi, número 3, diciembre de 1965, Bogotá, Universidad Externa-
do de Colombia, 1965, páginas 313 y siguientes; MEZGER, EDMUND: Modernas orientaciones
de la dogmática jurídico-penal, traducción de Francisco Muñoz Conde, Valencia, Tirant
lo Blanch, 2000; MIR PUIG, SANTIAGO: El derecho penal en el Estado social y democrático
de derecho, Barcelona, Edit. Ariel, 1994; MUÑOZ CONDE, FRANCISCO: Edmund Mezger y el
derecho penal de su tiempo. Estudios sobre el derecho penal del nacionalsocialismo, 3 a
edición,Valencia, Tirant lo Blanch, 2002; ROXIN, CLAUS/GÜNTHER JAKOBS/BERND SCHÜNE-
MANNAVOLFGANG FRISCH/MICHAEL KÓHLER: Sobre el estado de la teoría del delito, Madrid,
Edit. Civitas, 2000, páginas 19 y siguientes; SCHMIDHÁUSER, EBERHARD: "Sobre la sistemá-
tica de la teoría del delito", traducción de Juan Bustos Ramírez, en Revista Nuevo Pensa-
miento Penal, Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1975, páginas 41 y siguientes; SCHÜNE-
MANN, BERND: El sistema moderno del derecho penal. Cuestiones fundamentales*, traducción,
introducción y notas de Jesús María Silva Sánchez, Madrid, Edit. Tecnos, 1991; id.: Con-
sideraciones críticas sobre la situación espiritual de la ciencia jurídico-penal alemana, tra-
ducción de Manuel Cancio Meliá, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 1996; SILVA
SÁNCHEZ, JESÚS MARÍA: Consideraciones sobre la teoría del delito, Buenos Aires, Edit. Ad-
Hoc, 1998; TAVARES, JUÁREZ E. X.: Teorías del delito. Variaciones-Tendencias, traducción
de Nelson R. Pessoa, Buenos Aires, Edit. Hammurabi, 1983; VELÁSQUEZ V., FERNANDO: "La
teoría de la conducta punible en el nuevo Código Penal", en Revista Nuevo Foro Penal,
número 63, Bogotá, Edit. Temis-Universidad de Antioquia, 2000, páginas 15 y siguientes;
id.: "La teoría del hecho punible en el derecho colombiano. Perspectivas", en AA.VV.:
210 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TEORÍA DEL DELITO 211
•i*

%i t Sentido y contenidos del sistema penal en la globalización, publicación a cargo de Alfonso Gó- El Código Penal colombiano de 1837 hablaba de delitos, culpas y ac- {
^ l|( mez M., Bogotá, Jurídicas Gustavo Ibáñez, 2000, páginas 325 y siguientes; WEBER, HELLMUTH ciónpunible (artículos I o y 2o), denominaciones que posteriormente repitie- \
* w VON: "Para la estructuración del sistema del derecho penal", traducción de Eugenio Raúl Za-
ffaroni, en Revista Nuevo Foro Penal, número 13, Bogotá, Edit. Temis, 1982, páginas 567
ron los estatutos de 1873 y 1890; por su parte, el Código Penal de 1936 dis- «
»i y siguientes; WELZEL, HANS: El nuevo sistema del derecho penal, traducción de la 4a edi- tinguía entre delito y contravención como especies del género infracciones ,
ción alemana por José Cerezo Mir, Barcelona, Edit. Ariel, 1964; ZAFFARONI, EUGENIO RAÚL: a la ley penal (artículo 2o), mientras que el Código Penal de 1980 dividía los
"Acerca del concepto finalista de la conducta en la teoría general del delito", en Revista Nuevo hechos punibles en delitos y contravenciones (artículo 18). A su vez, el Có-
Foro Penal, número 16, Bogotá, Edit. Temis, 1983, páginas 979 y siguientes; ZAFFARONI, digo Penal de 2000 clasifica las conductas punibles en delitos y contraven-
EUGENIO RAÚL/MARTA AURORA YUNGANO: "Notas sobre la estructura del concepto de delito
en el Código Penal colombiano", en Estudios de derecho penal. Homenaje al profesor Jorge ciones (artículo 19), lo que implica un cambio, por lo menos terminológico,
Enrique Gutiérrez Anzola, Bogotá, Impresora Gama, 1983, páginas 175 y siguientes. que se refleja en el título ni del libro primero o parte general, que ahora se
llama "De la conducta punible".
I. EL CONCEPTO DE DELITO
La doctrina, sin embargo, suele utilizar los vocablos delito, hecho pu-
nible y conducta punible como sinónimos, y a la hora de exponer la cons-
Para comprender el alcance y los contenidos de la segunda parte del trucción del mismo asunto se utilizan las denominaciones teoría del delito,
Curso, dedicada a la teoría del delito, son pertinentes algunas aclaraciones. teoría del hecho punible o teoría de la conducta punible.
Ahora bien, en la locución utilizada por el legislador para denominar la
A) Precisiones terminológicas centenaria construcción a la que se viene haciendo referencia, la expresión
conducta punible es polivalente y tiene distintos alcances, que dependen,
En lengua castellana se emplean los términos delito, equivalente a cul-
incluso, de los contextos interpretativos y de la sistemática que se asuma: a
pa o quebrantamiento de la ley, y crimen, cuyo alcance se asemeja a delito
veces parece ser sinónima de "conducta" (artículos 14, 15, 25, 26, 52, 55 a
grave, acción indebida o reprensible, para denominar las violaciones a la ley
58; 83, inciso I o ; 84 y 447); de "conducta típica" (Código Penal, artículos 25
penal del Estado; no obstante, en el derecho comparado se encuentran tam-
parágrafo, 27; 31; 39, numeral 4); de "conducta típica y antijurídica" (injus-
bién voces como infracción, acción punible, conducta delictiva, hecho cri-
to) (Código Penal, artículos 11,28 y 29); "de conducta típica, antijurídica y
minoso, hecho penal, hecho punible y, por supuesto, conducta punible.
culpable" (Código Penal, artículos 8o —que emplea la locución "imputar...
En lengua francesa se utilizan las locuciones crimes, délits y contraven- conducta punible"—, 9o, inciso I o , e incluso en el inciso 3 o —que habla de
tions, cuyo género es la palabra infraction; así se desprende, por ejemplo, del la conducta del inimputable—, 19,94,95,97,98 y 339). Esto, sin descartar
derogado Código napoleónico de 1810, cuyo artículo I o decía: "La infrac- su empleo como sinónima de "tipo" o "supuesto de hecho", como elemento
ción a la que las leyes imponen penas de policía es una contravención. La de la norma penal completa (Código Penal, artículos 32, numeral 7, inciso 2o
infracción a la cual las leyes imponen pena correccional es un delito. La in-
y 76); o como norma penal completa (Código Penal, artículos 31, inciso
fracción a la que las leyes imponen una pena aflictiva o infamante es un cri-
3 o —"cualquiera de las conductas punibles... contemplare sanciones"—, y
men"; se introdujo, pues, la tripartición de las transgresiones penales, que
83, inciso 3o), entre otros usos.
mantiene el Código Penal de 1992 (artículo 111-1). Debe advertirse, sin em-
bargo, que ha sido normal utilizar la dicción délit como genérica e, incluso, B) Delito y contravención
incrimination.
En idioma alemán son de recibo los vocablos Verbrechen o crimen, Como la ley penal divide las conductas punibles en delitos y contraven-
utilizado a veces como término genérico comprensivo de las voces Verbre- ciones (confróntese, Código Penal, artículo 19), es necesario precisar si dicha
chen (crimen), Vergehen (delito) e Übertretung (contravención), aunque tam- distinción tiene alguna consistencia y, en caso afirmativo, extraer las conse-
bién la locución Straftat {hecho punible) tiene bastante ascendiente en la doc- cuencias derivadas de ella.
trina. No obstante, la tripartición de las infracciones punibles propia del La diferencia entre las formas de infracción punible se remonta al de-
»„ Código Penal de 1871, con antecedentes en el Código Penal francés de 1810, recho penal del medievo y a los prácticos italianos del siglo xvi, quienes las ,
¿| ha sido reemplazada por la bipartición, pues el § 12 del Código Penal vigen- clasificaban atendiendo a su naturaleza psicológica, esto es, a la culpabili-
j¡ jl te distingue sólo entre crímenes y delitos. dad del agente; no obstante, los antiguos textos de derecho penal alemán y j
212 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TEORÍA DEL DELITO 213

' IHi francés intentaban ya distinguirlas con arreglo a su mayor o menor grave- de 1992, ya citado, cuando establece que las infracciones penales se clasifi- '!
i, m dad. En el plano legislativo, la tripartición del Código Penal francés de 1810, can en crímenes, delitos y contravenciones, "según su gravedad". ,'
!í 5 siguiendo el modelo del estatuto de 1791, les permitió a la mayoría de las co- *¡
dificaciones decimonónicas asumir dicha división; empero, no fue este el caso C) Diversas nociones '
m
*|
del derecho penal nacional, que prefirió adscribirse al modelo recogido en Completando las ideas sentadas en el apartado anterior, se exponen a
el Código italiano de 1930, que distingue dos formas básicas de reato: de- continuación algunos de los conceptos de delito —vale decir de conducta
litti y contravvenzioni (artículo 39). punible para, se repite, ser fieles a la exigencia legal— de más usanza.
Pero ¿en qué se diferencian unos y otras? Al respecto se han ensayado
a) Formal y material
criterios de diversa índole: en primer lugar, los de orden cualitativo, que hacen
el distingo a partir de la naturaleza del derecho o interés jurídico tutelado, o La primera es una noción nominal para la que el delito es toda acción
de la forma de agresión, o según el elemento psicológico (culpabilidad); en punible que responde a los presupuestos requeridos para imponer pena, lo
segundo lugar, se acude a los de carácter cuantitativo, que intentan la sepa- que es apenas comprensible si se tiene en cuenta que el sistema juridicope-
ración con base en la mayor o menor gravedad de unos y otras, esto es, se- nal vigente está presidido por el principio de legalidad, por oposición al
gún la cantidad, de donde se puede concluir que la contravención no es más régimen de los países anglosajones, que lo entienden como la conducta pe-
que un delito menor. nada por la jurisprudencia que —en última instancia— crea la ley penal.
La segunda noción, es decir, la material, atiende al contenido del fenó-
Y, para concluir, en tercer lugar, se sostienen pautas de carácter mixto
meno delictivo a su sustancia, y se pueden formular diversos conceptos des-
(cualitativo y cuantitativo), para las cuales ambos difieren no solo por la ca-
de esta perspectiva: delito es aquella acción atentatoria contra los intereses
lidad de las penas establecidas en el ordenamiento, sino también por poseer
jurídicos tutelados; o, como se dijo, todo injusto culpable, pues "injusto" y
un precepto con un contenido disímil, puesto que las contravenciones supo-
"culpabilidad" son los presupuestos materiales de los que depende el sí de
nen ofensas menos graves a los intereses administrativos que los delitos.
la.pena.
No obstante, otras posiciones, haciendo hincapié en pautas cualitativas,
postulan que las contravenciones no tienen ningún vínculo con el derecho b) Legal, jurídica y extrajurídica, política
penal; así, se afirma que mientras los delitos afectan derechos objetivos e Concepto legal es el que proporciona la ley por vía general, tal como
intereses jurídicamente protegidos por la colectividad, las contravenciones hace el artículo 9o inciso I o del Código Penal que, por supuesto, puede tam-
—llamadas delitos administrativos— son materia extraña al derecho penal bién ser formal, dogmático, etc.
y constituyen ilícitos de policía o de finanzas, materias propias del derecho Noción jurídica es la que apunta a contenidos provenientes del derecho;
administrativo. Surge así el derecho penal administrativo, al que se hizo re- a su vez la extrajurídica es la formulada según premisas no jurídicas, por fuera
ferencia en su oportunidad, desde cuyo punto de vista se termina predican- del derecho, como sí se le define desde el punto de vista ético, filosófico,
do que las infracciones a tales preceptos no son delictivas, que las sanciones sociológico, o político, etc.
imponibles no son penas y que el contraventor no es delincuente. Semejan- Finalmente, se habla de delito político. Cuando se alude a esta idea se
te criterio, propio de un Estado defensista de comienzos del siglo xx, es in- piensa, automáticamente, en la distinción entre él y el delito común; como
aceptable en la actualidad no solo por pretender la constitución de una nueva se recordará, antes de la Revolución francesa esta clase de infracción a la ley
disciplina jurídica, sino también —lo que es más grave— por las desastro- penal era considerada de "lesa majestad", y solo con posterioridad sé empieza
sas consecuencias que para la seguridad jurídica puede traer, #1 someter una a diferenciar entre ambas modalidades de delincuencia; aunque, a decir
amplia gama de conductas a los dictados del derecho administrativo, más allá verdad, los códigos penales nunca han sido muy afortunados a la hora de sepa-
de las garantías propias del derecho penal. rar uno y otro, como sucede, por ejemplo, con el Código Penal francés de 1810
Resulta, pues, evidente que los criterios distintivos ensayados han de- o con el colombiano de 2000, pues debe acudirse a la doctrina y a la juris-
>h mostrado su inoperancia, y solamente el legislador histórico está en capaci- prudencia.
¡| dad de formular distingos; puede hablarse a lo sumo de diferencias cuantita- La doctrina ha acuñado diversas posturas al respecto: una objetiva, la j
% tivas. Por lo demás, así lo reconoce el artículo 111 -1 del Código Penal francés que reserva el calificativo de político solo a aquel delito atentatorio contra j
214 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TEORÍA DEL DELITO 215
\
*% la existencia y la seguridad del Estado; otra subjetiva, que no atiende al resul- su orden, la tipicidad, la antijuridicidad y la culpabilidad. Se levanta así una ^
1«. tado material de la infracción, sino al móvil que ha tenido el autor, a los mo- estructura del delito que ha servido como punto de partida a la discusión j
!5 tivos inspiradores de su acción. Por supuesto, desde un punto de vista ideo- dogmática a lo largo del último siglo, aunque sus contenidos han variado a *
(m lógico, la segunda concepción tiene visos de más liberalismo que la primera, medida que el pensamiento juridicopenal ha evolucionado; a esta noción «
pues cualquier infracción que esté inspirada en una finalidad política puede aluden, justamente, los artículos 29, inciso 2o, de la Constitución Política y
ser calificada como tal. Finalmente, puede optarse por un criterio mixto simi- 6o, 7o, 9o a 12 del Código Penal, entre otros.
lar al acogido por el legislador italiano de 1930 en su artículo 8o, inciso 3o.
Ahora bien, en el derecho colombiano el asunto no ha sido discutido con
II. LA TEORÍA DEL DELITO
hondura suficiente por la doctrina y la jurisprudencia, pese a su diaria ocu-
rrencia; incluso, el legislador ha asumido posiciones poco claras al respecto
que buscan, tras desnaturalizar el delito político, tratar tales formas de de- A partir de las elaboraciones propias de la dogmática penal es posible
lincuencia como si fueran comunes, aunque la distinción tiene pleno aside- aprehender el concepto de delito o conducta punible como un todo, a partir
ro en la Constitución de 1991 que, en diversas disposiciones, se refiere al de un determinado derecho positivo; sin embargo, antes de adentrarse en estos
delito político (artículos 35-3, 150-17, 179-1, 201-2, 232-3; 299, inciso 4o; senderos, es prudente señalar los orígenes y fundamentos de tal construcción.
18 y 30 transitorios), para diferenciarlo del delito común (artículo 175-3) y
del delito atroz (artículo 30 transitorio). No obstante, teniendo en cuenta el A) Sentido, método y estructura
proceso vivido durante los últimos años, en virtud del cual se ha propiciado
Se trata de precisar tres aspectos distintos, procediendo en el orden enun-
la reincorporación a la vida civil de diversos grupos armados, se aprecia el
predominio de criterios subjetivos (Constitución Política de 1991, artículos ciado. En primer lugar, el cometido fundamental de la teoría de la conducta
12 y 13 trans.) a la hora de precisar su naturaleza. punible es el estudio de las características comunes que debe reunir cualquier
acción para que pueda ser considerada como susceptible de punición; por ello,
c) Dogmática cuando se habla de los elementos generales de las diversas figuras penales,
debe prestarse atención a la parte especial del Código Penal (artículos 101
Desde este ángulo, se entiende por tal toda conducta típica, antijurídica
y siguientes), donde se encuentran reguladas las diversas conductas punibles
y culpable, señalándose así todas las características de la acción conminada
con pena cuyo estudio en conjunto constituye el objeto de la teoría del de- como homicidio, hurto, contaminación del ambiente, violencia carnal, tráfi-
lito; esto significa, entonces, que se trata de un concepto estratificado, inte- co de drogas, acaparamiento, lavado de activos, enriquecimiento ilícito, etc.
grado por diversos niveles o planos de análisis. Por ello, frente a un deter- No obstante, la misión de esta teoría no es estudiar los elementos particula-
minado comportamiento se debe emitir un juicio de valor encaminado a res de cada conducta punible —tarea deferida al derecho penal especial—,
precisar si existe conducta con relevancia penal; a continuación, debe ave- sino los elementos constantes en todas ellas, esto es, los caracteres genéri-
riguarse si está descrita en el ordenamiento penal y precisar si se adapta o no cos y específicos ya vistos.
a una o a varias de las descripciones contenidas en la ley (tipos penales o Desde luego, esta elaboración académica —cuyo cometido central es
supuestos de hecho), y concluir dicho juicio con la afirmación de la tipici- aprehender el delito en su conjunto— busca hacer una construcción cohe-
dad o atipicidad del comportamiento, según el caso. Además, si contraría rente y armónica del derecho penal, que reúna las notas de racionalidad,
tanto formal como materialmente el ordenamiento jurídico, se emitirá un objetividad e igualdad, y propenda —al mismo tiempo— por el afianzamien-
nuevo juicio y se señalará que es antijurídica (constitutiva de injusto) o, en to de la seguridad jurídica. Por supuesto, no se trata de levantar un edificio
caso contrario, que es ajustada a derecho; finalmente, si al autor le era exi- teórico alejado de la realidad, anclado en fórmulas abstractas, sino, como se
gible un comportamiento distinto del que realizó, se emitirá el correspon- ha insistido en los últimos decenios, de dejar penetrar las decisiones valora-
diente juicio de culpabilidad; en caso contrario, se dirá que la conducta es in- tivas politicocriminales en el sistema del derecho penal.
lN culpable. En segundo lugar, la teoría en cuestión debe acudir al método dogma- t
!| Se requiere, pues, la verificación de dos tipos de caracteres positivos: tico con sus diversas fases: interpretación, sistematización y crítica, por lo j
% uno genérico, que es la conducta humana, y tres específicos cuales son, en que debe surgir del derecho positivo o ser compatible con él, principalmen- {
216 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TEORÍA DEL DELITO 217
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fcl . .
», m te si se tiene en cuenta que ya se han superado los tiempos de la dogmática de profunda consideración, gracias a los estudios de A. MERKEL (1867); y, ,
fcw abstracta, tal como luego se indica (infra c). para terminar, E. VON BELING (1906) introdujo la tipicidad a partir del prin- J
"* Finalmente, en tercer lugar, la estructura básica de la conducta punible cipio de legalidad, entendiendo el delito como "una acción típica, antijurídica »
»» debe responder a un doble juicio de desvalor (juicio negativo de valor) so- y culpable, susceptible de una adecuada punición y suficiente para las con- %
bre el acto humano (injusto) y sobre su autor (culpabilidad), de donde se diciones de la amenaza penal". No obstante, esta noción fue objeto de algu-
desprenden las categorías ya mencionadas. Tales características no se ha- nas modificaciones, pues, en 1930, la entendía así: "delito es la acción típi-
llan desconectadas entre sí, sino una a continuación de la otra en una relación camente antijurídica y típicamente culpable, en tanto no exista una causa legal
interna que responde a las leyes lógicas de supraordinación y de subordina- (objetiva) de exclusión de pena"; naturalmente, con ello la idea de tipicidad
ción, regla y excepción; por ello se habla de un orden sistemático. En otras ganaba más importancia para la concepción del delito, calificada por él mismo
palabras: la tipicidad, la antijuridicidad y la culpabilidad están relacionadas como de "esencial".
lógicamente de tal modo que cada elemento posterior presupone el anterior; b) El concepto clásico
la división del concepto de delito en tres diversos grados de enjuiciamiento
y valoración, estructurados uno sobre el otro y a continuación de este, le Con la separación entre injusto y culpabilidad a finales del siglo xix, esta
proporciona un alto grado de racionalidad a la aplicación del derecho, la orientación sistemática se desarrolló con el apoyo de K. BINDING, A. MER-
facilita y la previene de contradicciones y arbitrariedades. KEL, F. VON LISZT y E. VON BELING, principalmente, y se constituyó dominante
para la época por su estructura clara, didáctica y sencilla. Dos factores —tal
B) Evolución de la moderna teoría del delito como se indicó en el capítulo precedente— influyeron para que ello fuese
posible: uno científico, derivado de la influencia del positivismo en el ám-
Esta elaboración ha experimentado un proceso histórico de transforma- bito del derecho penal, que se tradujo en un normativismo (dogmática del
ción desde que fue introducida por los dogmáticos alemanes a finales del siglo
derecho penal) y en un naturalismo (criminología), además de lo que enton-
xix y comienzos del xx.
ces se denominaba política criminal, de donde surgió la "ciencia total del
a) Antecedentes derecho penal"; y otro político, constituido por la crisis del Estado liberal
El precedente más remoto de la actual construcción se remonta a la clásico y su sustitución por el liberal intervencionista, lo cual se reflejó en el
teoría del delito común, desarrollada bajo los auspicios de la ciencia italia- campo jurídico con la postulación de un derecho penal de prevención efec-
na de los siglos xvi y xvn, a la luz de la concepción del derecho natural en- tiva, encaminado a la defensa social y no de meras garantías, como hasta en-
tonces imperante; se trataba de una estructura bipartita qué distinguía entre tonces.
imputatio facti (imputación objetiva) e imputatio iuris (imputación subjeti- Ello condujo al entendimiento de las diversas categorías del esquema
va), entre una parte externa al delito y otra interna. Dicha sistemática, reto- del delito, acorde con contenidos muy concretos. En efecto, la acción con-
mada por el derecho alemán de la época, fue sostenida por autores como T. cebida como "movimiento corporal voluntario" (E. BELING) O "voluntad
DECIANI (1590, ocho años después de su muerte), P. THEODORICUS (1618), S. humana encaminada a realizar una modificación en el mundo exterior" (F.
PUFENDORF (1660) y CH. WOLFF (1738). VON LISZT), servía para excluir del derecho penal los fenómenos naturales, el
Comenzando el siglo xix, sin embargo, se empieza a gestar en Alema- comportamiento de los animales y algunos actos humanos que no estaban
nia la teoría cuatripartita hoy imperante. En efecto, CH. K. STÜBEL (1805) gobernados por la voluntad; por ello, si la acción equivalía a una "inervación
distinguió entre injusto e imputación del hecho; H. LUDEN (1840) elaboró un muscular", una conducta como la de injuriar se explicaba como la produc-
concepto tripartito de delito integrado por las notas de acción, antijuridici- ción y desplazamiento de ondas sonoras que, partiendo de la laringe del autor
dad y culpabilidad, a cuyos aportes se sumó A. F. BERNER al desarrollar con del hecho, se desplazaban hasta el oído del receptor. Se formuló, pues, un
toda claridad el concepto juridicopenal de acción (1843-1857); luego, R. VON concepto natural de acción, puramente mecánico, que respondía muy bien
IHERING (1867) explicó para el derecho civil el concepto de antijuridicidad a los dictados del positivismo.
>»» objetiva, incorporado al derecho penal por F. VON L I S Z T y E. VON BELING El tipo penal, que ya se distinguía de la tipicidad (o conformidad con «
!| (1902), previas elaboraciones de K. BINDING (1872), expuestas en su cono- el tipo respectivo), se entendía como una figura objetivo-descriptiva com- y
!*¡ cida teoría de las normas. El concepto de culpabilidad fue, así mismo, objeto puesta de elementos externos o descriptivos como, por ejemplo, la "cosa" en I
• i*
218 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TEORÍA DEL DELITO 219
w
A manera de conclusión, puede afirmarse que esta sistemática del de-
nt, el hurto, el "matar" en el homicidio, el carácter "ajeno" de la cosa hurtada,
lito pretendió excluir todo tipo de valoración del campo jurídico, al reducir
* la calidad de "documento" en la falsedad, etc., que, por supuesto, no siem-
el delito a un agregado de dos relaciones o nexos: una causal (el injusto: lo
* pre eran descriptivos, como se demostraría luego; y servía como medio para
objetivo) y otra psicológica (la culpabilidad: lo subjetivo); una concepción
M realizar una descripción exacta de las acciones punibles en la ley. El enten-
que, a decir verdad, reconocía todos los elementos del delito y los ordenaba
dimiento del tipo penal como un concepto puramente objetivo, bajo el influ-
de manera razonable, coherente, acorde con la concepción naturalista de la
jo positivista, permitió, entonces, proyectar la tipicidad como una categoría
ciencia y de la técnica propia de la época, según la cual cualquier objeto
resultante de la emisión de un juicio que se limitaba a comparar la conducta
equiparable a una máquina perfectamente construida era susceptible de ser
realizada con los caracteres definidos por el legislador en la ley.
compuesto con base en distintos elementos.
La antijuridicidad, entendida como un juicio normativo sobre la reali-
zación de la conducta típica, era la contradicción formal con el ordenamien- c) El concepto neoclásico
to jurídico (antijuridicidad formal), en lo que se evidenciaba también la Las elaboraciones precedentes fueron sometidas a profunda revisión,
influencia del positivismo, pues la tipicidad aparecía como indicio de anti- y se le dio un nuevo contenido al esquema gracias a la crítica adelantada contra
juridicidad (ratio cognoscendi), que solo podía ser desvirtuada mediante la el positivismo, que había pretendido erradicar el pensar filosófico; ello fue
prueba de una causal de justificación. Metafóricamente: la tipicidad era el posible con el auge del neokantismo, corriente que, como se recordará, ha-
humo —hecho conocido— que lleva, por vía de inferencia, hasta la antiju- cia los años veinte del siglo xx postuló la necesidad de erigir un método ade-
ridicidad o fuego —hecho desconocido—. Como es obvio, con semejante cuado para las ciencias del espíritu, acorde al comprender y al valorar, e
manera de concebir este estrato del hecho punible, no era viable hablar de introdujo una orientación metodológica subjetivista para la que el conoci-
una antijuridicidad material, esto es, como lesión o ataque a los intereses tute- miento estaba determinado por las categorías "apriorF de la mente del su-
lados en la ley (bienes jurídicos); se trataba, pues, de un concepto naturalista jeto: el sujeto (método) determina el objeto (conocimiento).
de antijuridicidad. No obstante, F. VON LISZT vislumbró un concepto referi- También, al igual que en el caso del concepto de delito anterior, dos
do a valor, acogido luego por los neoclásicos, en los siguientes términos: "el factores determinaron este rumbo metódico, como ya se dijo: uno científico,
acto contrario al derecho es un ataque a los intereses vitales de los particu- representado por el hecho de que algunos filósofos del derecho adscritos a
lares o de la colectividad, protegidos por las normas jurídicas; por consiguien- dicha tendencia eran al mismo tiempo penalistas (G. RADBRUCH, M. E. MAYER,
te una lesión o riesgo de un bien jurídico". Surgió así el concepto material E. MEZGER y W. SAUER), con lo que fue fácil introducir la perspectiva mate-
de antijuridicidad que, no obstante, todavía podía ser calificado en parte como rial y la idea de valor como soportes ideológicos de la nueva concepción del
natural, pues entendía la lesión de bienes jurídicos en sentido causal. delito; y otro político, derivado de la entrada en escena de la concepción liberal
Por último, la culpabilidad era el estrato o categoría que reunía todos intervencionista del Estado que, además, preconizaba una decidida injeren-
los procesos espirituales y psíquicos que se desarrollaban en el interior del cia en el campo del derecho penal para ponerle freno a la creciente crimina-
autor, y se concibió la imputabilidad como un presupuesto de aquella —debía lidad y profundizar así la defensa social como tarea del ente estatal.
ser tratada antes—; y el dolo y la culpa, como "formas" o "especies", mien- Con tales puntos de partida, los cuatro niveles de análisis del delito
tras el estado de necesidad —por ejemplo, el náufrago que mata a su com- fueron objeto de modificaciones de diversa índole, como se aprecia a con-
pañero para lograr asirse al único neumático, gracias a lo cual salva la vida— tinuación.
era mirado como una causal excluyente de esta categoría. A su vez, el cono- La acción —naturalísticamente entendida por los clásicos— fue dura-
cimiento que tenía el agente de la antijuridicidad de su hacer se entendía a mente cuestionada, pues no se compaginaba con un derecho penal referido
veces como un componente de la culpabilidad dolosa (E. VON BELING), mien- a valores; por ello se acuñaron otros conceptos, y se afirmó que era un "com-
tras que otros lo rechazaban (F. VON LISZT). De esta manera, pues, todo el portamiento voluntario" (R. VON HIPPEL), o "la realización de la voluntad"
contenido de la voluntad del agente, la finalidad perseguida con su actuar, (M. E. MAYER), O, en fin, "un comportamiento humano" (E. MEZGER). En-
ni se desplazaba a este plano de análisis; surgió así el concepto psicológico de traba, pues, a formar parte de la ciencia penal de entonces el llamado con-
|¡ culpabilidad, con lo que esta categoría se reducía, en síntesis, a una relación cepto causal de acción, así denominado porque, en líneas generales, todos
&I psicológica entre el autor y su hecho. sus expositores aceptaban que este elemento equivalía a un comportamien-
220 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TEORÍA DEL DELITO 221

to humano que causaba un resultado en el mundo exterior. No obstante, otro dañosidad social (A. GRAF ZU DOHNA y L. ZIMMERL). Por ello pudo afirmar-
grupo de autores llegó a postular un concepto social de acción acorde con el se, como ya se advirtió, que este elemento cumplía una función protagónica
cual este elemento genérico del concepto de hecho punible se entendía como (predominante) dentro del injusto, mientras que el tipo penal quedaba con-
"un fenómeno social en su sentido de actuación en la realidad social" (E. SCH- vertido en un instrumento auxiliar de aquella y, por ende, la nota de la tipi-
MIDT); incluso, no faltó quien formuló una noción de delito que prescindía cidad pasaba a un segundo plano; a causa de esta prioridad, se habla hoy, no
de la acción como elemento de la estructura (G. RADBRUCH). de la "tipicidad", sino del "tipo de injusto" o "injusto típico" (W. SAUER). De
En adelante, pues, la acción de injuriar no se entendió solo como la pro- este modo, el bien jurídico pudo pasar a primer plano, y se afirmó la nece-
ducción de ondas sonoras emitidas por la laringe que, al desplazarse en el aire, sidad de entender el juicio de antijuridicidad en sentido objetivo, con lo que
llegaban hasta el oído de la víctima, sino que lo importante era la manifes- las causales de exclusión de la antijuridicidad (de justificación) se configu-
tación de desprecio y menoscabo de la estima que se le debía al ofendido, su raban sin la presencia de elemento subjetivo alguno —aunque no faltaron
deshonra, y no los fenómenos fisiológicos y físicos involucrados; esto es, se quienes opinaron lo contrario—; esta transformación fue posible gracias al
le daba cabida a la valoración. Además, como según el concepto clásico era aporte de R. VON IHERING, quien —como se indicó— acuñó un concepto de
imposible explicar la omisión, que no supone movimiento corporal alguno antijuridicidad objetiva para el derecho civil.
y ya se había dicho que era indispensable entenderla en un sentido social (F. Así pues, con esta nueva perspectiva se posibilitaron dos elementos que
VON LISZT, que empezaba a abandonar el positivismo), solo la nota de "com-
no eran factibles hasta entonces: en primer lugar, se pudo hablar de grados
portamiento humano" podía agrupar en un único concepto ambas formas de de injusto, que se distinguió en más y menos grave, según fuera la entidad de
conducta. la dañosidad social de la conducta, de la lesión a los bienes jurídicos, y se llegó
A su vez, la tipicidad también fue sacudida gracias al "descubrimien- incluso a plantearse la exclusión de esta categoría cuando la acción desple-
to" de la existencia de elementos normativos y subjetivos en el tipo penal que gada por el agente no afectaba real o potencialmente el bien jurídico tutela-
no podían ser asignados a la culpabilidad, como dijeron los responsables de do, según el caso; y, en segundo lugar, fue viable desarrollar y fundamentar
este logro: E. MEZGER y J. NAGLER (1876-1951). Así las cosas, el elemento nuevas causales de justificación no contenidas en la ley (extralegales), lo que
"ajena", contenido en el tipo de hurto del § 242 del Código alemán de 1871 no era factible con la consideración positivista-formal de la antijuridicidad.
(similar al artículo 239 del Código Penal colombiano) no podía entenderse Artífices de este desarrollo fueron los juristas E. KERN (1887-1972) y A. GRAF
ya como descriptivo, sino normativo. Y elementos como "el propósito de ZU DOHNA, apoyados en la idea de valor y en una perspectiva material de aná-
obtener provecho" presente en esta y otras figuras típicas, o "el ánimo de lu- lisis. Es más, este último expositor (1936) llegó a formular una distinción
crarse", ya no eran susceptibles de calificarse como descriptivos, sino sub- irrefutable desde la perspectiva de la teoría del conocimiento, en virtud de la
jetivos. que no se podía confundir el objeto de la valoración con la valoración del
Desde luego, en materia de las relaciones entre tipicidad y antijuridici- objeto, a partir de la cual terminaría por resquebrajarse todo el andamiaje
dad, se observan en los autores de la época, por lo menos dos corrientes: una, neoclásico que, al ubicar todavía el contenido de la voluntad en la culpabi-
para la que la tipicidad seguía siendo indicio de antijuridicidad (ratio cog- lidad, confundía el objeto valorado con su valoración; la teoría del delito del
noscendi); y, otra, que la entiende como su razón de ser (ratio essendi), con finalismo estaba, pues, a un paso.
lo que las dos categorías terminan confundiéndose en una sola (el "injusto
típico", como empezó a decirse en el lenguaje de entonces). Entre los par- Para terminar, la culpabilidad se vio también sometida a profundas mo-
tidarios de esta última concepción —para la que el delito es conducta típica- dificaciones, pues se postuló que debía entenderse desde un punto de vista
mente antijurídica y culpable— son posibles dos enfoques distintos: quie- normativo y, por tanto, para poder emitir un juicio sobre el injusto cometido
nes sostienen que las causas de justificación descartan la antijuridicidad y los era indispensable precisar si este le era "reprochable" al agente; culpabilidad
que, siguiendo las pautas propias de la teoría de los elementos negativos del era, pues, reprochabilidad. Surgió así el concepto normativo-psicológico de
tipo, creen que ellas descartan la tipicidad. culpabilidad, producto de los aportes de R. FRANK (1860-1934) y J. GOLDS-
La antijuridicidad tampoco podía ser concebida ya desde el punto de CHMIDT (1874-1940), iniciados por el primero en 1907 y continuados por el
vista formal como una mera oposición a la norma jurídica; ahora, dadas las segundo en 1913.
repercusiones del neokantismo también en este elemento, de la finalidad de De esta manera componían el estrato objeto de examen el dolo y la culpa
los tipos penales se deduce esta categoría, entendida en sentido material como del agente, la imputabilidad —incluida a veces como presupuesto— y la no
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exigibilidad de otra conducta, elemento que por su contenido normativo Esta "revolución copernicana", como de forma exagerada se le ha de-
permitía excluir de la culpabilidad aquellos casos en los que no podía exi- nominado, incidió de manera radical en cada uno de los diversos estratos del
gírsele al agente un comportamiento distinto del realizado, así fuese impu- concepto de delito, como se ve en seguida.
table y hubiese actuado con dolo o culpa; como es obvio, ello fue posible La acción, presupuesto común de todas las formas de aparición del delito
gracias a los aportes neokantianos. (dolosas o culposas, de comisión o de omisión), se concibe como "ejercicio
En síntesis, pues, el concepto neoclásico supone una crítica a la siste- de actividad final" y no solamente causal, y se entiende que esa finalidad se
mática clásica y una propuesta de reforma a esta, al concebir el injusto de basa en la capacidad de previsión del hombre de las consecuencias posibles
forma predominantemente objetiva y la culpabilidad como un elemento de su obrar, que le permite, por tanto, proyectar fines diversos y dirigir su
subjetivo referido a lo normativo. actividad conforme a un plan, a la consecución de estos. Este concepto ya
había sido planteado con anterioridad en el campo de la filosofía e, incluso,
d) El concepto finalista por diversos pensadores que lo habían llevado al terreno del derecho penal,
Un vuelco total a la concepción anterior solo fue posible en el período aunque, desde luego, sin vislumbrar las consecuencias extraídas por H.
de la posguerra —una vez derrotados los extravíos del nacionalsocialismo WELZEL para la sistemática del delito en sus diversos trabajos; es este el con-
también en el ámbito del derecho penal—, gracias a la labor de H. WELZEL, cepto final de acción.
que, con base en estudios comenzados al final del decenio del año veinte del También la tipicidad sufrió un vuelco muy grande derivado del hecho
pasado siglo, quiso erigir de nuevo el ser real de la acción humana en el de que, al situarse el contenido de la voluntad del agente en la acción, el tipo
concepto central de la teoría del delito, concibiéndola desde un punto de vista penal pasaba a entenderse como la descripción concreta de la conducta pro-
ontológico, al estilo aristotélico. Dos factores —como ya se indicó—, igual- hibida, que aparecía integrada por una parte objetivada y otra subjetiva, cuyo
mente, explican este viraje metódico: uno científico, derivado del hecho de núcleo era el dolo; por ello, ya desde el injusto, es posible separar los delitos
que este pensador planteaba en sus escritos filosóficos un paso del subjeti- dolosos de los imprudentes, estableciendo modalidades especiales del deli-
vismo al objetivismo y —por ende— que era el objeto del conocimiento el to con una diversa configuración en cada uno de los niveles de análisis de la
que determinaba al sujeto y no al contrario, como postulaban los neokantia- construcción dogmática, sean de comisión o de omisión.
nos, a quienes acusaba de malinterpretar la doctrina del gran pensador de Aparece, pues, en todo su esplendor la concepción del tipo complejo, y
Kónigsberg. Y, coetáneamente, la afirmación, con base en las premisas del se podrá decir que este se halla integrado por elementos descriptivos, nor-
iusnaturalismo, de la existencia de "verdades eternas" y de "estructuras mativos y subjetivos. La ubicación del dolo en el tipo en los hechos dolosos
lógico-objetivas" que tenían que ser respetadas por el legislador (el concep- era apenas lógica, si se tiene en cuenta que los mismos neoclásicos lo habían
to final de acción y la culpabilidad como reprochabilidad). admitido en los casos de tentativa; de allí que fuera muy puesta en razón la
El factor político que propició esta nueva concepción lo constituye el célebre crítica dirigida por el mentor de esta corriente a sus contradictores,
rechazo al régimen nazi, agudizado tras su caída, después de que el penalis- cuando preguntaba cómo era posible que la ubicación del dolo en el tipo o
mo alemán de entonces —y no solo H. WELZEL— propuso otros rumbos para en la culpabilidad dependiese de que el disparo efectuado por el agente die-
sanear el mea culpa que, en mayor o menor grado, lo aquejaba después de se o no en el blanco.
los extravíos de tan nefasto y monstruoso sistema político; por eso, el fina- La antijuridicidad es entendida, por una parte, como el juicio según el
lismo afirma que el legislador no es autónomo para erigir como delito cual- cual la acción típica es contraria al derecho, al orden jurídico, lo qué sucede
quier comportamiento que le venga en gana, sino que tiene que respetar unos cuando no concurre ninguna causal de justificación (aspecto formal); y, por
límites prejurídicos, y en ningún caso puede rebasar la dignidad de la perso- otra, como dañosidad social (aspecto material), y se advierte que los hasta
na humana como base mínima de cualquier convivencia civilizada. Lo ex- entonces denominados elementos subjetivos del tipo fueron reunidos en un
presado explica por qué las consecuencias para la teoría del delito, emana- concepto superior: los elementos personales del injusto, que se contrapusie-
das de tales planteamientos, solo empezaron a sentirse después de la segunda ron al desvalor de resultado (bien jurídico) como desvalor de acción. El in-
guerra mundial, una vez fracasada la tentativa de erigir un derecho penal na- justo, pues, no se agota en la mera causación del resultado (lesión del bien
cionalsocialista por sus más reconocidos cultores: G. DAHM, F. SCHAFFSTEIN jurídico), sino que, además, se concibe como "la obra de un autor determi-
y E. MEZGER. nado" o expresión de una determinada "voluntad criminal" (afectación de
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lÉlif
m valores eticosociales); por ello, mientras que la antijuridicidad es siempre cias que —como el funcionalismo penal en su expresión más radical— pre-
|jj desaprobación de un hecho referido a un autor determinado, lo injusto de la tendan lo contrario, al predicar una ruptura absoluta entre el "anticuado" na-
'•"» acción referido al autor es injusto personal. turalismo para darle paso al "moderno" normativismo (G. JAKOBS).
>m Como puede suponerse, con semejante punto de partida (teoría del
injusto personal) ya no es posible hablar de una antijuridicidad objetiva como C) La teoría del delito en el derecho positivo
en la sistemática anterior, pues la justificación de una conducta depende De lege lata, tanto la Constitución como el Código Penal son ricos en
también de algunos elementos subjetivos, sin cuya concurrencia la causal consagraciones en esta materia. En efecto, de la fórmula del artículo I o se
excluyente no alcanza a configurarse, y deviene la acción típica en antiju- infiere, necesariamente, que el derecho penal solo puede castigar comporta-
rídica. mientos humanos, con lo que se pone la noción de conducta —expresamen-
Por último, la culpabilidad se plantea como un juicio de reproche for- te utilizada en el artículo 90, inciso 2o, que la califica de dolosa o culposa—
mulado al autor por no haber adaptado su conducta a la norma, a pesar de que como piedra angular de toda la construcción del delito, lo que además es
estaba en situación de hacerlo; en otras palabras, se formula una teoría nor- producto de que se asume el principio del acto o del hecho, pues un Estado
mativa de la culpabilidad según la cual este elemento, supuestamente, que- "social" —cuyo cometido es la configuración de la vida en colectividad—
da libre de componentes psicológicos, pues el dolo y la culpa han sido reubi- solo puede concebir comportamientos con relevancia general para asegurar
cados en la acción. De aquí resulta, entonces, que el juicio de culpabilidad la convivencia; de esta manera, pues, la socialidad se erige en una de las ca-
se reduce a una triple comprobación: un juicio general sobre la capacidad de tegorías llamadas a integrar el concepto señalado.
motivación del sujeto (imputabilidad), un juicio concreto sobre el carácter Al mismo tiempo, como esa forma de organización política es "de de-
antijurídico del hecho (posibilidad de conocimiento del injusto) y otro juicio recho", "democrática, participativa y pluralista", de ello se desprende que el
—también de índole concreta— sobre la ausencia de alguna situación coacti- derecho penal solo puede regular conductas externas del hombre como ser
va en el sujeto (la exigibilidadde la conducta adecuada). Estos tres compo- dotado de racionalidad, guiadas por la voluntad hacia una determinada fina-
nentes permiten afirmar que si el injusto es un juicio sobre el hecho, la cul- lidad, acorde con el manejo de su conocimiento causal; por esta vía, entonces,
pabilidad es un juicio sobre el autor de ese hecho. se integran al concepto de conducta las notas de la causalidad y la finalidad,
Lo anterior muestra, entonces, que el finalismo, gracias a H. WELZEL, que el finalismo welzeliano ha entendido como estructuras lógico-objetivas
capitalizó la distinción que había hecho A. GRAF ZU DOHNA entre el objeto de preexistentes a toda legislación penal, independientemente de si se derivan
la valoración y la valoración del objeto, por lo que el juicio de reprochabi- o no de la propia Carta Magna.
lidad (la valoración) no podía contener en su seno el dolo (el objeto de la Así las cosas, de la Ley de Leyes se desprende un concepto de conduc-
valoración); de esta manera, la culpabilidad quedó convertida en una cate- ta para el que el contenido de la voluntad es su parte interna (la finalidad),
goría puramente normativa y el contenido de la voluntad se integró dentro mientras que la causalidad alude a la externa; un concepto que, por erigirse
de la categoría superior del injusto personal, donde permanecieron agluti- en torno a la idea de socialidad, tiene un innegable contenido material que
nadas las categorías de la acción, la tipicidad y la antijuridicidad. ha de inspirar todas las categorías restantes de la construcción que apenas sí
Esta sistemática ha terminado por imponerse en la teoría del delito actual, son verdaderos predicados suyos. Ello se reafirma, obviamente, cuando se
aunque se le introducen diversas variantes que no alcanzan a sacarla de su expresa que la forma de Estado imperante se asienta en el "respeto a la dig-
eje; sí parece claro que sus presupuestos filosóficos han sido desechados en nidad humana", como lo corroboran plurales cánones constitucionales, en-
gran parte, y la doctrina ha retornado al teleologismo neokantiano, a la con- tre los que deben mencionarse los artículos 5o, 12, 16, etc.
cepción de la norma y al racionalismo hegeliano. Ello ha posibilitado dife- También de otras disposiciones de la propia Constitución —que le dan
rentes desarrollos que, de una u otra manera, han contribuido a perfeccionar su razón de ser al principio del acto o del hecho— se desprende la idea de
y complementar las elaboraciones precedentes, pese a que —como suele su- conducta como carácter genérico del delito, tal como sucede con el artículo
ceder— no faltan planteamientos que distorsionan la postura dominante o 6o cuando —además de sentar las bases para construir el concepto de culpa-
Íj se alejan de ella. De todas formas, la discusión continúa —sobre todo en el bilidad o responsabilidad— claramente indica: "Los particulares solo son
! plano politicocriminal— y nada hace presagiar la irrupción de una teoría del responsables ante las autoridades por infringir la Constitución y las leyes.
ÍA delito completa y radicalmente distinta de la anterior, así se observen tenden- Los servidores públicos lo son por la misma causa y por omisión o extralimita-
0
226 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA TEORÍA DEL DELITO 227

ción en el ejercicio de sus funciones". Así mismo, cuando el artículo 29 inciso tas con relevancia penal entidades distintas a los seres mortales, como las per- 'i
2o, al referirse al principio de legalidad, expresa: "nadie podrá ser juzgado sonas jurídicas o las sociedades de hecho. ,¡
sino conforme a leyes preexistentes al acto que se le imputa.." —que, como Las categorías de la tipicidad y de la antijuridicidad —que con la con- «
se recordará, retoma el artículo 26 de la Constitución de 1886—, sienta las ducta integran el injusto penal— también tienen asidero en la Carta Funda- ,
bases para la construcción del delito cuando afirma que acto e imputación mental. La tipicidad emerge del principio de legalidad y, más concretamen-
son los dos pilares de esta. A las anteriores disposiciones súmense las co- te, de la garantía sustantiva de la prohibición de la indeterminación, pues la
rrespondientes de las leyes 74 de 1968 y 16 de 1972. ley penal tiene que ser cierta, dado que en un Estado social y democrático de
derecho (artículo Io) la persona solo puede ser juzgada "conforme a leyes ¡
Por supuesto, el concepto de conducta que dimana de la Carta Funda-
preexistentes al acto que se le imputa" (artículo 29, inciso 2o). Esas leyes,
mental no solo se refiere a los comportamientos comisivos, sino también a
además, tienen que ser claras, precisas, para no generar indeterminación
los omisivos, ambos como subformas de aquella. Así lo prevé con claridad
alguna que ponga en peligro la seguridad jurídica, sea que se trate de descri-
en los artículos Io, 6o; 49, párrafo 5o, y 95, párrafo 3 o , numeral 2, donde se
bir las conductas punibles acriminadas o las consecuencias jurídicas impo-
plasma el principio de solidaridad social, que es uno de los fundamentos de nibles, como también lo exigen los artículos 28 y 34 de la Carta.
toda la construcción; huelga decirlo, el concepto de omisión puede perfec-
tamente erigirse a partir de los desarrollos doctrinarios contemporáneos que, De semejantes consagraciones surge, pues, la categoría de la tipicidad
desde A. KAUFMANN, entienden la posición de garante inherente al sujeto acti- que —tal como ocurre con la idea de conducta— debe tener un contenido de-
vo a partir de la llamada teoría de las funciones. terminado: si los tipos penales (los supuestos de hecho de la norma penal)
mandan o prohiben conductas o ambas, se refieren a comportamientos cau-
Así, pues, no es suficiente con la consagración de una determinada posi- sales, finales y sociales, lo que obliga a distinguir en el tipo penal tanto el
ción de garante en la Constitución o en la ley para erigir cualquier compor- aspecto objetivo como el subjetivo (concepción del tipo complejo), trátese
tamiento omisivo en punible, pues es indispensable una estrecha relación de estructuras típicas de comisión dolosa o culposa, o de omisión en cualquie-
entre el agente y el bien jurídico tutelado, sea porque la persona tenga el deber ra de esas dos modalidades. Así las cosas, la categoría mencionada —en todo
de proteger los bienes jurídicos frente a riesgos que puedan afectarlos, sea caso distinta de los conceptos de tipo y juicio de tipicidad— no solo es la re-
porque le competa el deber de proteger determinadas fuentes de riesgos. sultante formal de la comprobación encaminada a saber, desde un punto de
Por eso, no es a partir del mero deber de colaborar con la administra- vista formal, si la conducta encaja en el tipo penal, sino que también posee
ción de justicia (artículo 95, inciso 3 o , numeral 7) como puede concebirse un un innegable contenido material. De ahí, entonces, que las acciones social-
comportamiento omisivo como subforma de conducta punible, pues no toda mente adecuadas no sean típicas, en un Estado que precisamente se denomi-
omisión se puede erigir en infracción a la ley penal porque, si así fuera, de na social.
nada serviría el catálogo de postulados limitantes al ejercicio del iuspunien- En cuanto a la antijuridicidad, tampoco cabe duda en el sentido de que
di del Estado que, necesariamente, obligan a la construcción de una teoría la Carta Magna, al pretender que las normas penales regulen conductas
del delito de corte garantista. humanas, demanda que a ellas solo se les puedan oponer comportamientos
Es obvio que las conductas comisivas u omisivas pueden ser dolosas o distintos de los que se imponen, acorde con el principio de la protección de
culposas (imprudentes), pues la misma Ley de Leyes se encarga de diferen- bienes jurídicos; de allí surge la idea de antijuridicidad en su aspecto formal,
ciar entre una y otra modalidad en los artículos 90 inciso 2Ó, 122 inciso 5 o por oposición al material que supone la amenaza o lesión para los bienes
(en armonía con el artículo I o del acto legislativo 1 de 2004), 179, numeral jurídicos.
1,232, numeral 3 y 299 inciso final. En otras palabras: distingue entre con- Ahora bien, el concepto de bien jurídico, por mandato de la propia Carta
ductas (comisivas y omisivas) dolosas o culposas, de donde —consecuen- —en cuyo Preámbulo y en los títulos i y n, señala los valores fundamentales
temente— se desprenden cuatro estructuras distintas de delito. que inspiran la organización social—, se convierte en el objeto fundamental
En fin, lo dicho hasta ahora muestra que la Constitución solo tolera un de la tutela penal, como se infiere del artículo 2o, inciso 2o, según el cual, no
derecho penal de acto, para el cual la conducta humana es la piedra angular necesariamente refiriéndose a los bienes materiales de la persona humana,
de la teoría del delito, sin que sea posible —a diferencia de ordenamientos las "autoridades de la república están instituidas para proteger a todas las per-
constitucionales como el francés—preconizar que también realizan conduc- sonas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes...".
228 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TEORÍA DEL DELITO 229

Así mismo, el artículo 16 que —en armonía con las consagraciones re- necesariamente coincide con las acepciones amplia y procesal contenidas en
ferentes al postulado de la dignidad de la persona humana— consagra el el artículo 91—, referida a conductas típicas y antijurídicas, causales-fina-
principio del libre desarrollo de la personalidad—"Todas las personas tie- les-sociales, solo puede ser entendida como un juicio de exigibilidad en cuya
nen derecho al libre desarrollo de su personalidad sin más limitaciones que virtud se le imputa al agente la realización de un injusto penal, pues —aten-
las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico"—, se torna didas las condiciones de orden personal y social vigentes en el medio: no se
en la columna vertebral para la elaboración de la teoría del bien jurídico. olvide que la organización política es la propia de un Estado social— se en-
Obvio es decirlo, a partir de esta consagración cobra fuerza el principio de cuentra en posibilidad de dirigir su comportamiento acorde con las exigen-
necesidad de intervención en el ámbito penal, con el consiguiente carácter cias del orden jurídico, y no lo hace pudiendo hacerlo. Desde el punto de vista
subsidiario de la herramienta penal. Así, pues, la teoría de la conducta pu- formal, entonces, la culpabilidad es un juicio de exigibilidad normativa,
nible que se elabore considerada la Constitución vigente debe tener como mientras que, desde el punto de vista material, encuentra su limitante en los
necesario punto de partida el concepto de bien jurídico, con lo que no tienen principios aseguradores de la convivencia civilizada en un Estado social y
asidero constitucional las corrientes que ponen la infracción al deber como democrático de derecho. Para decirlo en otras palabras: el concepto de cul-
la base de la construcción. pabilidad que la Constitución delinea —para un Estado social, democrático
Por supuesto —acorde con lo dicho en el capítulo n—, el concepto de y pluralista de derecho— debe ser de corte social-normativo, acorde con la
bien jurídico puede ser entendido tanto desde un punto de vista politicocri- noción de conducta ya bosquejada.
minal como dogmático, con lo que parece indudable que en un Estado de Así mismo, obsérvese, el Código Penal, al reproducir la norma consti-
derecho social, democrático y pluralista, como es formalmente el colombia- tucional arriba citada, vuelve a reiterar que acto e imputación son los dos pila-
no, dicha noción se debe analizar desde una perspectiva social, pero, a su vez, res sobre los que se asienta la construcción en examen (artículo 6o, inciso Io)
teniendo en cuenta la escala de valores plasmada en la Carta Fundamental y, de la mano de esta, también dispone que "para que la conducta sea puni-
que, en definitiva, es la encargada de trazar las pautas basilares, a partir de ble debe ser típica, antijurídica y culpable" (artículo 9o, inciso I o ); también
las cuales se moldea el sistema del derecho penal. exige la "imputación jurídica del resultado", al referirse a la causalidad (in-
Como es natural, del catálogo de bienes jurídicos que prevé la Consti- ciso 2o). De igual forma, al lado de cada uno de los principios inspiradores
tución se infiere que ellos pueden ser de naturaleza individual o universal del derecho penal, señala las diversas categorías específicas del concepto
(colectivos), pues se empieza por enunciar la vida, la libertad, el trabajo, la dogmático (artículos 10 a 12), y advierte que la separación entre injusto y cul-
paz, el orden económico-social, la organización política (Preámbulo, artículos pabilidad dimana del artículo 7o; dispone que el delito y la contravención son
I o , 2o, 11 y siguientes y 42 y siguientes), y todos los derechos fundamenta- las especies de conducta punible (artículo 19); regula los dispositivos am-
les, sociales, económicos y culturales que sean dignos de protección penal, plificadores del tipo (artículos 27 y 30) y los fenómenos de unidad y plura-
hasta llegar al ambiente, la salubridad pública, los recursos naturales (artí- lidad de acciones típicas (artículo 31). Así mismo, prevé modernas fórmu-
culos 78 y siguientes), etc. las en materia de error de tipo y error de prohibición (artículo 32, numerales
De esta forma, un derecho penal fundado en el principio de protección 10 a 12); trae importantes previsiones en materia de omisión (artículo 25) y
de bienes jurídicos, como límite supremo al ejercicio de la potestad punitiva de imprudencia (artículo 23); define las figuras del dolo (artículo 22), la culpa
del Estado, debe valorar negativamente toda conducta que amenace en con- (artículo 23) y la preterintención (artículo 24). Contempla, además, la cen-
creto o dañe el bien jurídico y que rechace el castigo de los tipos de peligro tenaria figura del actuar por otro (artículo 29, inciso 3o); y sienta importan-
abstracto; de esta manera, pues, surge la idea de desvalor de resultado que, tes fundamentos dogmáticos en materia de concurso de personas en la con-
en unión de la de desvalor de acción —en la medida que la Constitución ducta punible (artículos 28 a 30). En fin, de manera no taxativa, regula los
impone la tutela de ciertos valores eticosociales—, conforma el concepto de diferentes casos excluyentes de la responsabilidad penal —voz que se em-
injusto penal propio de una organización política como la ya mencionada. plea en un sentido amplio— en los distintos estratos de la conducta, la tipi-
Por último, la categoría de la culpabilidad o responsabilidad subjetiva cidad, la antijuridicidad y la culpabilidad (artículo 32), con lo que brinda al
—distinta en todo caso del principio de culpabilidad, del que emerge— em- estudioso herramientas de gran riqueza conceptual.
pleada por el constituyente en los artículos 6o y 124 cuando se refiere a la res- El codificador, pues, ha sido pródigo a la hora de establecer pautas de ela-
ponsabilidad de los particulares y a los servidores públicos —voz que no boración de la teoría en examen que, desde luego, no son una "camisa de

9. VELÁSdUEZ V., 2'


230 MANUAL DE DERECHO PENAL
*
R
lli fuerza" para los cultores de esta disciplina deseosos de emprender su estu-
fe dio animados de ideas frescas, y de una concepción dinámica del derecho y
* la sociedad. Así, es posible emprender una construcción teórica clara y sen-
p cilla que esté al alcance de jueces y abogados, agentes de la Fiscalía General
de la Nación y estudiosos, lo que redundará en una rápida administración de CAPÍTULO DÉCIMO
justicia; y posibilitará, al mismo tiempo, que cada una de sus categorías sea
susceptible de ser demostrada acudiendo a los medios probatorios ordina- LA CONDUCTA
rios previstos en la ley procesal penal (el testimonio, el documento, el indi-
cio, la confesión, el peritazgo y la inspección). Por ello, mientras más com-
pleja e ininteligible sea esta construcción, más alejada estará de la práctica Bibliografía básica: FERNÁNDEZ ESPINAR, GONZALO: "La idiosincrasia conceptual de la acción
punible en el decurso de la evolución de la construcción técnico-jurídica de la teoría del
y de las necesidades cotidianas, y se tornará en obstáculo para que la con- delito", en Actualidad Penal, número 35,23-29 septiembre 1996, Madrid, 1996, páginas 669
cepción del delito concuerde con losfinesy cometidos del derecho penal mis- y siguientes; GIMBERNAT ORDEIG, ENRIQUE: "Sobre los conceptos de omisión y comportamien-
mo, tal como lo exige una buena utilización del método dogmático. to", en Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales , tomo XL, Madrid, Centro de Publi-
caciones del Ministerio de Justicia, 1987, páginas 579 y siguientes; HERZBERG, ROLF DIE-
TRICH: "Reflexiones acerca del concepto jurídico penal de acción y de la negación del delito
«pretípicas»", traducción de Teresa Rodríguez Montañés, en Diego Manuel Luzón Peña y
Santiago MirPuig: Cuestiones actuales de la Teoría del Delito, Madrid, Me Graw Hill, 1999,
páginas 21 y siguientes; HUERTA TOCILDO, SUSANA: Problemas fundamentales de los delitos
de omisión, Madrid, Ministerio de Justicia, 1987; JAKOBS, GÜNTHER: El concepto jurídico-
penal de acción, traducción de Manuel Cancio Meliá, Bogotá, Universidad Externado de
Colombia, 1996; JAÉN V ALLEJO, MANUEL: El concepto de acción en la Dogmática penal, Ma-
drid, Edit. Colex, 1994; KAUFMANN, ARMIN: "La función del concepto de la acción en la teoría
del delito", traducción de José Cerezo Mir, en Revista Jurídica Veracruzana, números 1 y
2, enero-junio 1974, volumen xxv, Xalapa, Estado de Veracruz, Llave, 1974, págs, 51 y si-
guientes; MARINUCCI, GIORGIO: El delito como "acción". Crítica de un dogma, traducción
de José Eduardo Sainz-Cantero Caparros, Madrid, Marcial Pons, 1998; PERDOMO TORRES,
JORGE FERNANDO: La problemática de la posición de garante en los delitos de comisión por
omisión, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2001; id.: El delito de comisión por
omisión en el nuevo Código Penal colombiano, Bogotá, Universidad Externado de Colom-
bia, 2001; ROXIN, CLAUS/GÜNTHER JAKOBS/BERND SCHÜNEMANN/WOLFGANG FRISCH/MICHAEL
KÓHLER: Sobre el estado de la teoría del delito, Madrid, Edit. Civitas, 2000, páginas 129 y
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na, Bosch, 1986; id.: "La función negativa del concepto de acción. Algunos supuestos
problemáticos (movimientos reflejos, actos en cortocircuito, reacciones automatizadas)",
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diciembre 1986, Madrid, Ministerio de Justicia, 1986, páginas 905 y siguientes;íd.: "Sobre
los movimientos «impulsivos» y el concepto jurídico-penal de acción", en Anuario de
Derecho Penal y Ciencias Penales , tomo XLIV, fascículo i, enero-abril 1991, Madrid, Mi-
nisterio de Justicia, 1991, páginas 1 y siguientes; id.: "«Comisión» y «Omisión». Criterios
de distinción", en Cuadernos de Derecho Judicial. La comisión por omisión, número 23,
1994, Madrid, Consejo General del Poder Judicial, 1994, páginas 11 y siguientes; id.: Con-
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Valencia, Tirant lo Blanch, 1996; WELZEL, HANS: El nuevo sistema del derecho penal, tra-
ducción y notas de José Cerezo Mir, Barcelona, Edic. Ariel, 1964.
232 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA CONDUCTA 233
* !
I • _ __ fica o extingue relaciones de derecho. No obstante lo dicho hasta aquí, en
», ¡ I. PRECISIONES INICIALES
ik ' el lenguaje juridicopenal se utilizan como sinónimas las voces acto, hecho,
*' En el lenguaje común la expresión "conducta" designa la forma de actuar conducta e, incluso, acción; aquí se habla de la conducta, no solo por tratar-
,, i del ser humano o el comportamiento por él observado; o, el modo como los se de la locución más precisa en lengua española, sino porque es la emplea-
hombres gobiernan su vida y dirigen sus acciones. Desde luego, existen dos da por la ley en el artículo 9o del Código Penal; por ello, se alude a la teoría
maneras de comportarse: una, llevando a cabo un hacer, ejerciendo una poten- de la conducta, que debe ser cuidadosamente distinguida de la teoría del delito
cia (acción)-, otra, dejando de hacer una cosa, absteniéndose de hacer o de o de la conducta punible, pues, como se dijo en el acápite anterior, la última
decir (omisión). Todos los días se realizan dichas formas de actuación hu- es el género, mientras la primera es la especie.
mana: se escribe o no se escribe; se pasea o se permanece en casa; se le da Así mismo, armonizando la disposición citada con el artículo 25, inci-
o
muerte a alguien disparándole con un arma de fuego, o se respeta la vida ajena; so I , ibidem, se entienden acción y omisión como subformas de comporta-
y así, hasta el infinito, el hombre es un ser lleno de potencialidades. Por ello, miento humano, pues el legislador prohibe determinadas conductas (normas
entonces, la conducta en sus distintas manifestaciones no es una creación prohibitivas): matar, hurtar, falsificar, etc., que solo pueden realizarse llevan-
artificial de ningún filósofo o legislador, sino un concepto extraído de la vida do a cabo acciones; y manda o prescribe el cumplimiento de otras (normas
real, que se expresa en el continuo tráfico social, pues los hombres son seres preceptivas): respetar la vida humana, prestar ayuda al herido, denunciar el
que viven y actúan en un determinado contexto histórico y político. hecho delictivo del que se tiene conocimiento, las que solo pueden realizar-
Ahora bien, cabe preguntar, ¿es ello así para el derecho penal?, cuando se mediante omisión.
el legislador prohibe apoderarse de las cosas muebles ajenas (Código Penal, Ahora bien, desde un punto de vista fenomenológico, lo normal es que
artículo 239), o manda no abandonar a un menor o a una persona desvalida las conductas produzcan transformaciones en el ámbito exterior (resultados);
(ibidem, artículo 127), ¿crea su propia noción de conducta o la toma de la así, por ejemplo, cuando un hombre hace tres disparos que le dan muerte a
realidad? Responder a estos interrogantes es, debe advertirse, introducirse su enemigo, se produce una mutación en el mundo físico, como resultado de
de lleno en la polémica en torno a la que se han erigido gran parte de los la actividad desplegada por el agente; cuando se lanzan imputaciones des-
conceptos de conducta tratados en el parágrafo siguiente; por lo pronto, debe honrosas contra alguien, se originan numerosos cambios perceptibles físi-
indicarse, de una vez, el concepto de conducta no puede elaborarse con base camente (la cara de enojo del agraviado, las expresiones de desagrado e in-
en datos artificiales, sino partiendo del ser de las cosas. Es más, dicha no- conformidad de los amigos y allegados, el escrito que se hace circular para
ción es indispensable a título de exigencia elemental para emprender cual- difundir ciertas grafías, etc.). De igual manera, el abandono de un menor o
quier construcción del derecho penal y contener la arbitrariedad selectiva del de un anciano desvalido en una calle puede generar diversos resultados (el
sistema penal (E. R. ZAFFARONI); la conducta solo puede ser concebida como asombro de los paseantes, el atropello por un vehículo automotor, la muer-
concepto fundamental de la estructura del delito, si se parte de un derecho te, el llanto del niño o del anciano, etc.); y, para citar otro ejemplo, si el sal-
penal de acto, no de uno de autor, para el que el agente no es penado por la vavidas no cumple con el deber de rescatar de la piscina al aprendiz que de-
acción que ha cometido, sino sobre todo por su peligrosidad social. Lo ante- manda auxilio, son factibles diversas transformaciones o cambios que —lo
rior es evidente en el ordenamiento penal colombiano, pues el codificador mismo que en los ejemplos anteriores— pueden ser psíquicos y psicológi-
—acudiendo a expresiones no siempre equivalentes— ha puesto la noción cos (las lesiones personales, la muerte, la indignación de los padres de la víc-
de conducta humana en la base del concepto de delito, como su carácter ge- tima, etc.).
nérico. En las anteriores hipótesis, las diversas consecuencias o efectos suscep-
En verdad, la palabra conducta es más restringida que el término hecho, tibles de producirse están, a no dudarlo, ligados con la conducta desplegada
por el que se entiende cualquier acontecimiento de la naturaleza o de carác- por el agente; no obstante, no siempre el legislador tiene en cuenta esos
ter humano (voluntario o no), susceptible de producir efectos jurídicos (por resultados físicos o psicológicos que materilizan la afectación de un bien
ejemplo la caída de un rayo que provoca un incendio y hace exigible el se- jurídico a la hora de redactar los supuestos de hecho de la norma, ni tampoco
f guro respectivo), de donde se infiere que la conducta es una forma de hecho: exige en todo caso un ligamen o nexo de causalidad entre la acción y el
»' un hecho humano voluntario', a su vez, la dicción acto equivale en sentido resultado, pues la selección de los comportamientos llevada a cabo por él no
I' jurídico a una variedad de hecho, esto es, el hecho voluntario que crea, modi- necesariamente coincide con la realidad. Así, por ejemplo, en el tipo de homi-
234 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CONDUCTA 235

cidio (artículo 103) solo interesa la consecuencia "muerte" ligada causalmen- se puede responder de diversas maneras, según si dicha categoría se asume o
te a una acción; el olor a pólvora o la tristeza de la novia de la víctima no no como la "piedra angular" o la "base" de toda la estructura; por supuesto,
tienen importancia; en la hipótesis de la piscina, se requiere la muerte del quienes creen que tal concepto es el carácter genérico de la teoría en estudio
aprendiz (artículos 103 a 109); en el caso de las injurias, no importa ningún le asignan importantes y muy precisos cometidos, no así los que lo niegan.
resultado (artículo 220); y, en el abandono de recién nacido, puede ser (ar- En efecto, un nutrido sector de la doctrina le señala las siguientes tareas:
tículo 128) o no (artículo 130) tenido en cuenta.
En primer lugar, se habla de una función de clasificación o clasificado-
Cabe, entonces, preguntar: ¿el resultado material o psicológico y el nexo ra, porque desde el punto de vista de su significación lógica se convierte en
de causalidad, que forman parte de la conducta en sentido fenomenológico, la idea fundamental de la teoría del delito, pues reúne y aglutina todas las
deben estudiarse en esta sección o su lugar es el capítulo siguiente, dedicado formas de aparición del comportamiento humano penalmente relevantes, sean
a la tipicidad? La respuesta a la cuestión no es clara en la doctrina, y ni si- comisivas u omisivas, dolosas o culposas (imprudentes); de esta manera, la
quiera depende de la sistemática del delito asumida; no obstante, aquí se exa- conducta es el sujeto del que los demás elementos específicos de la construc-
minan ambos componentes en el tipo penal respectivo, pues, por un lado, no ción no son más que predicados o atributos.
se quiere incurrir en un exagerado apego a los conceptos de la física y olvi-
Así mismo, en segundo lugar, actúa como instrumento de conexión o
dar que la realidad material es valorada por el legislador y, por el otro, es evi-
de unión, puesto que, dada su significación sistemática, se torna en el ele-
dente que solo una parte de las tipificaciones tiene en cuenta dichos elemen-
mento de vínculo o de relación, de puente o enlace entre las diversas catego-
tos. Desde luego, si el codificador al redactar las figuras penales incluyera
rías del concepto de delito, considerado dogmáticamente. De ello se infiere
todas las cadenas causales y los efectos normalmente producidos, no termi-
el carácter neutral de la acción si se la compara con los demás conceptos de
naría concibiendo leyes penales, sino dedicado a exploraciones propias de
tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad, convertidos en sus predicados, lo
las ciencias exactas; por ello, debe distinguirse entre la previsión de la cau-
salidady del resultado, y la causalidad y el resultado mismos, pues una cosa cual no significa vaciarlo de contenido, sino que, por el contrario, se cons-
es la finalidad como parte de la conducta y otra son dichas circunstancias tituye en la substancia básica de donde se nutren los predicados.
como elementos del tipo penal. Así, verbigracia, no es lo mismo imaginarse En tercer lugar, realiza una. función de delimitación, pues —en virtud
la muerte del enemigo que poner en marcha el conocimiento causal del que de su significación práctica— se torna en el elemento límite a partir del cual
se dispone y quitarle la vida. se excluyen aquellas formas de comportamiento carentes en todo caso de
Para terminar, debe precisarse, cuando se habla de "resultado" no se relevancia juridicopenal, esto es, las llamadas causales de inexistencia o de
emplea esta locución en un sentido amplio, comprensivo de la "total reali- exclusión de la conducta; es, pues, este elemento el llamado a definir si un
zación típica externa" (conducta corporal del agente y resultado externo), sino comportamiento determinado le interesa o no al derecho penal.
de la mera modificación del mundo exterior (sea material, psíquica o psico- De igual manera, en cuarto lugar, el concepto examinado sirve de pun-
lógica) que para los partidarios de la primera acepción sería resultado en to de referencia para precisar el tiempo y el lugar de comisión del hecho y
sentido estricto; así, por ejemplo, en su significado amplio (sentido jurídi- para determinar cuándo se está ante una unidad o pluralidad de acciones en
co), el resultado en el delito de homicidio comprende la conducta corporal la teoría de los concursos.
de extraer el arma, apuntar, disparar, lesionar al enemigo y ocasionarle la Ahora bien, para la corriente doctrinaria que no concibe esta categoría
muerte, mientras que en sentido estricto es solo la muerte. Así mismo, tam- como básica o fundamental, que prescinde de ella o apenas le concede relativa
poco se utiliza la voz evento para comprender la conducta, el nexo causal y importancia, mal puede hablarse de dicho cúmulo de funciones; por ello, la
el resultado, y darle así cabida a una nueva categoría dogmática comprensi- conducta no parece ser necesaria como concepto fundamental de la sistemá-
va de esos tres elementos al estilo de la doctrina italiana. tica del delito, pudiéndose comprender este sin explicar la acción y llegar a
la conclusión de que es posible trabajar con exactitud en el sistema del de-
II. FUNCIONES DEL CONCEPTO DE CONDUCTA lito sin conocer el concepto de acción, convertido a lo sumo en un madero
del cual se cortan los tipos de injusto. De esta manera, la única tarea del
Se pretende indagar en esta sección qué cometidos persigue la noción susodicho concepto es suministrar el "material ontológico" con el cual de-
de conducta para la elaboración de la teoría del delito, asunto en torno al que ben ser rellenados los tipos penales. Incluso, para concluir, de acuerdo con
236 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CONDUCTA 237
!!
„„ esa postura esta problemática no debe ser objeto de discusión, pues el con- teoría del hecho punible; sin embargo, ello no fue posible, como lo indican
» ;¡ cepto de conducta queda cobijado por el de tipicidad, erigido de esta manera las diversas críticas a las que fue sometida: no podía darle cobijo a la omi-
*" en el elemento fundamental. sión, pues en ella no hay movimiento corporal alguno, ni el impulso de la vo-
,: ii luntad causa una determinada modificación en el mundo exterior. Así mis-
HI. TEORÍAS SOBRE LA CONDUCTA
mo, acentuó la nota de la causalidad y olvidó la.finalidade, incluso, el carácter
social de la conducta humana (socialidad); y, de mantenerla en su versión
Dentro del variado conjunto de posturas sobre el tema se señalan a con- naturalista inicial, comportaría una regresión ad infinitum, y permitiría en-
tinuación, de manera sucinta, las más destacadas (véase la brillante exposi- tender como acción la concepción del asesino en el claustro materno, cues-
ción de E. R. ZAFFARONI/A. ALAGIA/A. SLOKAR). tionamiento que llevó a los neoclásicos a afirmar que se trataba de un "com-
portamiento humano". Además, con este concepto era imposible realizar la
A) El concepto científico natural pretendida separación entre antijuridicidad objetiva y culpabilidad subjeti-
va, como lo demuestra la constatación de la existencia de elementos subje-
Se designa así la noción dominante desde finales del siglo xix hasta el tivos en el injusto y de que en la tentativa lo subjetivo se entendiera como un
decenio del año treinta del siglo xx y que, tanto en su variante estrictamente problema de tipicidad; en fin, para concluir, la noción causal de acción nun-
naturalística como causal, permitió levantar una estructura del hecho puni- ca pudo construir una noción unitaria, pese a sus pretensiones y constantes
ble conocida hoy como causalista, sea clásica o neoclásica, porque estaba ins- afirmaciones en sentido contrario.
pirada en la concepción causal de las ciencias naturales entonces imperante. No obstante, debe recordarse, que gracias a estas elaboraciones, tanto
En efecto, originariamente el acto voluntario fue entendido en sentido en su vertiente mecanicista (natural) como en la causal, fue posible introdu-
naturalístico como una inervación o un impulso de la voluntad (F. VON LISZT, cir en la conducta la causalidad, nota que sumada a las otras ha permitido el
1884) y luego como la causación de un resultado, como un suceso causal entendimiento de este concepto de manera distinta.
ocasionado por un acto humano voluntario; de esta manera, pues, la acción
humana se reducía a un mero proceso causal externo (lo objetivo), mientras B) El concepto final
que el contenido de la voluntad del agente (lo "simplemente" subjetivo) era
Fue desarrollado por H. WELZEL a lo largo del decenio del año treinta
considerado un problema de culpabilidad. Para decirlo en otras palabras: la
del siglo xx (1931,1935 y 1939), aunque con anterioridad lo sostuvo H. VON
acción es el mero proceso causal que desencadena la voluntad (el "impulso
WEBER (1929) y, en época posterior, lo defendieron A. GRAF ZU DOHNA (1936),
voluntario" o la "inervación") en el mundo exterior (efecto de la voluntad),
F. SCHAFFSTEIN(1938),R. BUSCH(1949),W.NIESE(1951),R.MAURACH(1954),
sin tomar en cuenta si el autor lo quería o si solo lo podía prever (el conte-
A. KAUFMANN (1959) y G. STRATENWERTH (1965), entre otros. En dicha con-
nido de la voluntad); ello explica por qué se construyó el concepto de delito
cepción, a más del derecho natural, influyeron corrientes como la "psicolo-
objetivo-subjetivo [injusto-culpabilidad].
gía del pensamiento" (S. HÓNIGSWALD) y, en alguna medida, los trabajos fi-
Por supuesto, las nociones acuñadas por los causalistas clásicos no co- losóficos de M. SHELER y N. HARTMANN, junto con la corriente fenomenológica
inciden en plenitud con las de los neoclásicos, que, como ya se indicó, intro- de la época (P. F. LINKE, S. A. PFÁNDER), elaboraciones que rompían con la
dujeron la idea de valor en el derecho penal. Así, por ejemplo: "Acto es la concepción mecanicista hasta entonces imperante.
conducta voluntaria en el mundo exterior; causa voluntaria o no impediente Acción, pues, es ejercicio de actividad final humana, y no solo causal.
de un cambio en el mundo externo" (F. VON LISZT); y: "la conducta de esta La finalidad o el carácter final se basa en que el hombre, gracias a su saber
suerte descrita es siempre una conducta humana", la noción de acción es "en causal, puede prever dentro de ciertos límites las consecuencias posibles de
última instancia un concepto-valor" (E. MEZGER). Sin duda, con el punto de su obrar, ponerse —por tanto— fines diversos y dirigir su actividad, confor-
partida neokantiano habría sido posible formular otra idea de acción sin me a un plan, a la consecución de esos cometidos; la actividad final es un obrar
dedicarse solo a llenar los vacíos del concepto natural, como en verdad su- orientado conscientemente desde el fin, mientras que el acontecer causal no
¡ ¡ cedió. lo está, por ser la resultante de los componentes causales existentes en cada
t*
•* Esta idea de acción, entonces, acentuó el carácter ontológico y prejurí- caso. Lo anterior, de manera similar a las concepciones aristotélica y hege-
•J dico de la conducta y aspiraba a convertirse en la noción fundamental de la liana, permite hablar de dos etapas en la acción: una interna o esfera delpen-
LA CONDUCTA 239
238 MANUAL DE DERECHO PENAL
l i II
I !' y omisión en un concepto superior: así como es verdadero que un concepto
>, „ Sarniento, el cual comprende la anticipación delfín que el autor quiere rea-
y su opuesto contradictorio, que positivo y negativo, que A y no A, no pue-
to j lizar (el proponerse), la selección de los medios para el logro de ese fin (este
den ser puestos bajo un común concepto superior, del mismo modo es cierto
• "• sería el proceso mental denominado "de retroceso": hacia atrás, pues a par-
que acción y omisión tienen que permanecer independientes, una junto a la
,,» tir del fin se seleccionan los medios) y la consideración de los efectos con- y
otra—.
comitantes (proceso mental hacia adelante: desde los medios elegidos se
avanza hasta los efectos); y otra externa, en la esfera del mundo real, en virtud También se le critica por confundir la noción de acción o de conducta
de la cual el autor lleva a cabo su obra en la vida fenoménica, lo que supone con la de capacidad de acción', que desconoce el principio del acto; que la
un proceso causal en la realidad, dominado por la determinación del fin y los acción no es una estructura lógico-objetiva, pues al ser abarcada por los ti-
medios en la esfera del pensamiento. A poco que se mire, en la esfera inter- pos penales pierde dicha calidad y se torna en un concepto valorado cuyo con-
na aparece la finalidad, y en la externa, la causalidad. tenido pende de los fines asumidos por el orden jurídico. Y, para terminar,
De esta manera, cuando una persona decide matar a otra (proposición se le califica de concepción improductiva para explicar la categoría de la pu-
del fin) utilizando una carga de dinamita (selección de los medios), y a pesar nibilidad.
de prever que puede destruir la propiedad ajena y darles muerte a algunos Sin duda, el gran aporte de esta postura fue haber reivindicado para el
transeúntes desprevenidos (efectos concomitantes), lleva a cabo su propó- derecho penal la nota de la finalidad que, así no permita la elaboración de un
sito y logra la muerte de aquel conforme al plan trazado (esfera del mundo concepto superior de acción satisfactorio para todos los críticos, ayudó en
real); se está en presencia de una acción final de darle muerte a otro. Como grado sumo a explicar la omisión e, incluso, los hechos culposos o impru-
es obvio, con esta formulación finalista acaba la escisión entre la voluntad dentes; además, ante la avalancha de conceptos valorativos, ha reivindicado
y el contenido de la voluntad, propia de la concepción causalista, lo que el carácter real de la conducta humana, y lo logró en buena medida. Desde
determina la diversa ubicación de los componentes de cada uno de los ele- luego, al ahondar en las categorías de la causalidad y la finalidad, olvidó hacer
mentos del hecho punible y de esta forma se pone fin al sistema objetivo-sub- hincapié en el carácter social del actuar humano, aunque H. WELZEL fue claro
jetivo que, por aquellos días, predominaba en el ámbito jurídico. Esta no- en destacar que el carácter social de la acción solo podía entenderse a partir
ción, según los finalistas, permite explicar no solo los hechos comisivos, sino de la finalidad, cuando recordó que la acción, como fenómeno social, no podía
además los omisivos, sean dolosos o culposos, pues tan ontológica es una ser comprendida sino sobre la base de la doctrina de la acción finalista; y tam-
forma de conducta como la otra; ahora bien, en la omisión la causalidad y la poco lleva su construcción a la teoría de la pena ni —como toda la doctrina
finalidad no son actuales, sino potenciales, pues ella es lo inverso de la ac- contemporánea— a la medida de seguridad, sobre todo cuando se trata de
ción, y todos los problemas dogmáticos que plantea deben resolverse en forma explicar los hechos de los inimputables.
inversa (principio de la inversión).
C) El concepto social
Así por ejemplo, para A. KAUFMANN el elemento común a acción y omi-
sión es la capacidad de omisión, por lo que la conducta es la actividad o pa- Aunque esta concepción fue expuesta desde hace varias décadas por E.
sividad corporal comprendidas en la capacidad finalista de la voluntad; mien- SCHMIDT (1932), K. ENGISCH (1944), W. MAIHOFER (1953) y H. H. JESCHECK
tras que H. WELZEL, entre tanto, resalta la estructura ontológica de la omisión (1961), y desde sus inicios contó con numerosos adeptos, solo ha cobrado
afirmando que, desde un punto de vista ontológico, la omisión no es en sí capital importancia en la actualidad, dado que ha sido vista como una pos-
misma una acción, sino la omisión de una acción, de donde infiere que ac- tura complementaria de las anteriores, pues para juzgar si un determinado
ción y omisión se comportan en tal sentido como A y no A. comportamiento constituye una acción, ello debe hacerse a partir de la so-
No obstante, esta postura ha sido objeto de numerosas críticas: se le ciedad; por eso se le estudia en este lugar y no antes. De este modo se puede
objeta que solo permite explicar los hechos dolosos, sin lograrlo cabalmen- concebir esta categoría como la "conducta humana, dirigida a producir una
te con los culposos (imprudentes), por lo cual no plantea nada distinto de lo lesión de bienes sociales protegidos por el derecho penal" (MAIHOFER); como
que dijeron los hegelianos; así mismo, que ha perdido significación para el "todo comportamiento objetivamente dominable con dirección a un resulta-
*¡ derecho penal, pues no es la idea fundamental del sistema del hecho puni- do socialmente concebido" (MAIHOFER), de donde se desprende que sus ele-
»{ ble, puesto que tampoco la omisión encaja en ella y la discusión queda en el mentos son, el intelectual, el voluntario o voluntativo, el objetivo y el social;
II I punto en que la dejó G. RADBRUCH —para quien era imposible reunir acción como "un comportamiento humano socialmente relevante" (JESCHECK), O,
240 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CONDUCTA 241
S
sencillamente, como "conducta humana socialmente relevante dominada o portamientos de quien ha disparado, de la cónyuge y del desprevenido pea- J
dominable por la voluntad" (J. WESSELS). ton, sería la no evitación de una muerte evitable; por el homicida, pues rea- y\
De esta última concepción se desprende, en primer lugar, que la acción liza el hecho olvidando que tiene un deber de garantía ante la vida a la que s,
o la conducta es un comportamiento, esto es, toda respuesta del hombre ante ha dado fin (comisión); por la esposa, que tendría el deber de garantía de im- •,
una situación concreta que puede llevarlo a reaccionar, puesto que tiene li- pedir el resultado (comisión por omisión) y por el paseante, que aun sin estar
bertad de hacerlo; humano, porque solo el ser individual puede actuar en sometido a ningún deber jurídico, incurriría en una omisión de socorro.
sentido juridicopenal, y no los organismos colectivos o las personas jurídi- En contra de esta postura cabe objetar que olvida los delitos de omisión
cas; y, socialmente relevante (socialidad), pues se requiere que ese actuar propia en los que no hay deber alguno de garantía del omitente, con lo que j
afecte la relación del individuo con el mundo que lo rodea y que alcancen a no alcanza a explicarlos; así mismo, que tampoco alcanza a constituirse en i
este último sus consecuencias, esto es, que trascienda al mundo exterior. el superconcepto de acción que pretende alcanzar, pues no cobija todas las !
De este modo, dicha postura pretende abarcar todas las formas del ac- formas delictivas. De la misma manera, cae en el absurdo al plantear que en
tuar humano y constituirse en un superconcepto aglutinante, y cumplir así los delitos de comisión el agente tiene el deber de garante, de cuidador de
las diversas funciones asignadas por la dogmática penal a esta categoría. No bienes jurídicos, con lo que el principio de ejecución que hasta ahora los ha
obstante, ha sido objeto de diversas críticas: la "relevancia social" no expli- explicado no serviría para nada; en fin, esta concepción crea graves dificul-
ca la función de delimitación del concepto, pues no puede prescindir de notas tades para explicar el concurso de personas en el hecho punible, cuando no
como la "voluntariedad" o la "dominabilidad"; tampoco cumple la función se objeta que ha colocado las cosas de cabezas. j
de enlace, pues se corre el riesgo de no permitir la distinción entre la acción
y el tipo. Y la "relevancia social" es una cualidad accidental que, de faltar, E) El concepto de la evitabilidad individual
no excluye la acción, sino su significación social.
Esta teoría ha sido formulada por G. JAKOBS (1974,1983, 1992, 2000;
Sea lo que fuere, esta tendencia ha hecho hincapié en una característica para el derecho nacional, véase a J. F. PERDOMO TORRES), que trata de dife-
de la acción en la que no habían reparado con plenitud las concepciones an- renciar su postura de la originaria tesis negativa, pero sosteniendo —pese a
teriores y, si a ello se suman las categorías de causalidad y finalidad, puede sus críticas— una idea bastante semejante. Así las cosas, después de afir-
configurarse un concepto de conducta coherente que colma gran parte de las mar en la primera edición de su Tratado (1983) la imposibilidad de distin-
expectativas. guir acción y omisión, en la segunda (1993) entiende esta categoría como la
evitabilidad individual de la producción de un resultado, para lo que parte
D) El concepto negativo
del llamado principio de la evitabilidad.
Algunos autores han intentado fundamentar la teoría del delito partien- Desde luego, el entendimiento de la acción como producción evitable
do de una noción de acción denominada "negativa", que busca cobijar las dis- del resultado, y de la omisión como la falta de evitación evitable de un resul-
tintas formas de conducta humana mirando las cosas desde el plano de la tado, le permite a su mentor intentar la erección de un superconcepto de
omisión; así H. J. KAHRS (1968), R. D. HERZBERG (1972) y H. J. BEHRENDT conducta humana comprensivo de ambas formas de comportamiento, sean
(1979, 1985). acciones dolosas o culposas: "a partir del concepto de acción aquí formula-
Debe, según ella, cambiarse la orientación de los conceptos hasta aho- do como causación evitable de un resultado, y de su concepto de omisión
ra propuestos para construir un concepto general de omisión, formulando una correlativo entendido como no evitación evitable de un resultado, se puede
noción negativa de acción, de no acción; el concepto negativo de acción, pues construir un superconcepto de comportamiento que en la respectiva diferencia
se entiende como la evitable no evitación de un resultado en posición de evitable del resultado, comprenda la comunidad entre acción y omisión".
garante. Por ello, justamente, se postula que un resultado se le puede impu- Por supuesto, las ideas de lo "evitable" o la "evitación" son muy vagas
tar a una persona si ella no lo ha evitado, a pesar de que estaba en condiciones y ambiguas, no poseen substancia alguna que les permita distinguir las con-
de poder hacerlo y el derecho se lo prohibía; la no evitabilidad de lo evitable. ductas penalmente relevantes de los movimientos físicos automáticos, que ¡
Así, por ejemplo, si una persona le dispara a otra y le causa la muerte en pre- podrían ser evitables, y ni siquiera deja fuera del derecho penal los meros |
|| I sencia de su esposa y de un transeúnte, lo que habría de común entre los com- pensamientos (¡también evitables!). En definitiva, pues, cuando se estudia j
242 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA CONDUCTA 243
i ni
(* esta postura —lo que también es válido para la anterior— queda la sensa- Gracias a ello se puede sostener que los pensamientos y los deseos no s
* l|t ción de que todo parece reducirse a un mero juego de palabras, o en una son acciones, porque permanecen en el interior de la persona y no constituyen *
«l manera distinta de expresar un criterio de imputación; sea lo que fuere, a decir ninguna expresión o manifestación de una personalidad; tampoco los casos J
de fuerza irresistible, los estados de sueño, de delirio, los espasmos convul-
fj „ verdad, ninguna noción de acción había mirado la categoría en estudio des-
de esta perspectiva, lo que no deja de ser novedoso. sivos, los movimientos reflejos —cuya ubicación discute el autor—, etc., que
no son casos controlados por la voluntad y la conciencia, reúnen las notas
Incluso, la tentativa posterior (1992) de formular un "nuevo" concepto
propias de un concepto así formado y, por consiguiente, no son acciones en
de acción en el que tienen cabida tanto la acción en sentido estricto como la
sentido penal. De esta manera, se dice, dicha noción se torna en el elemento
omisión, según el cual esta idea se entiende como "el hacer responsable al
fundamental de la construcción de la conducta punible, pues todas las accio-
culpable por una lesión a la validez de la norma", esto es, una categoría cuyo
nes dolosas, culposas, comisivas u omisivas son, se repite, "expresión de una
contenido está referido a lo socialmente inadecuado, tampoco logra la cla-
personalidad"; también la acción así proyectada es un elemento de enlace,
ridad deseada. En efecto, por un lado, terminan confundiéndose la acción y
pues es el sustantivo que pone en conexión todos los elementos del delito:
la imputación de la culpabilidad, con lo que se retorna a la pretensión origi-
la conducta o hecho punible es la expresión de una personalidad típica, an-
nal de crear un concepto funcional en el que quedan cobijadas las dos mo-
tijurídica y culpable. Y, para terminar, es el elemento límite que suministra
dalidades ya dichas; y, por otro lado, se logra unificar la figura del autor que
el criterio para diferenciar las acciones de aquellas que no lo son. Al contra-
en ambos casos es el que tenga posición de garante, con lo cual terminan con-
rio de las posturas anteriores, esta cree brindar el concepto superior larga-
fundiéndose los delitos comisivos y los omisivos.
mente buscado por la ciencia penal alemana y abarcar el substrato real de las
En fin, esta tentativa, al pretender elaborar un concepto de acción que diversas formas de comportamiento como una totalidad: voluntariedad, cor-
"almacene todo el programa del derecho penal hasta la culpabilidad", des- poreidad, finalidad, no evitación, etc.
emboca en una concepción totalista de esta categoría semejante a la que plan-
También, desde luego, a este planteamiento se le pueden hacer objecio-
teó G. W. F. HEGEL; que, además, le permite incluir tanto los actos de los seres
nes: en primer lugar, es tan general y abstracto que, así no se quiera, corre el
humanos como los de las personas jurídicas —para las cuales, por primera vez,
riesgo de alejar el actuar humano de la realidad; en segundo lugar, dado que
se intenta una construcción del derecho penal donde quedan arropadas—,
es un concepto lógicamente incuestionable, desemboca en un derecho penal
como "sujetos de responsabilidad" que tienen "capacidad de originar resul-
"funcional" para el que lo importante es precisar cómo encajan los concep-
tados", lo que no parece deseable en un derecho penal que, como el colom-
tos en el sistema más allá de la realidad social. Puede ser que en una socie-
biano, aparece asentado en el postulado de la dignidad de la persona huma-
dad como la alemana, atendidas sus particulares circunstancias históricas y
na. No hay, pues, diferencia sustancial alguna entre acción y omisión, y todo
políticas, esta explicación del actuar humano llene las aspiraciones de los
se reduce a meros distingos técnicos, según G. JAKOBS: "la diferenciación entre
teóricos, pero es dudoso que tales planteamientos se compaginen con un
acción y omisión se desvanece —al ser una simple delimitación de natura-
derecho penal como el colombiano; es, pues, intolerable que se "invente" un
leza técnica— tras la diferenciación entre deber negativo y deber positivo,
concepto de conducta humana alejado de la realidad, del ser de las cosas, que
o entre delito común y delito de infracción de deber" (2000).
no brinda ninguna garantía para ponerle diques a la arbitrariedad, así sea con
F) El concepto personal la pretensión de "rescatar" de nuevo para el derecho penal el concepto he-
geliano de imputación objetiva (E. R. ZAFFARONI).
Contrastando con todas las posturas anteriores que, salvo la acabada de i

tratar, ponen énfasis en el carácter óntico, real, de la conducta —por supues- G) La renuncia al concepto de conducta
to, unas más que otras—, C. ROXIN plantea un concepto puramente norma-
tivo, personal, que arranca en parte de la concepción de G. W. F. HEGEL y de Como ya se indicó, la otra alternativa propuesta por los cultores del
planteamientos como los de A. KAUFMANN (1966) para quien la acción es "la derecho penal, en cuanto al asunto que se discute, es la de desistir del con-
objetivación de la persona", y de H. J. RUDOLPHI, con su idea de la "repro- cepto de conducta, por entender que el elemento central de la teoría del delito
• ¡¡ chabilidad personal" (1987). En efecto, la acción "es la expresión de una per- es la tipicidad; se plantea, en otras palabras, la absorción que de la acción ju- (

> J¡ sonalidad", es todo lo que "el hombre coordina desde su centro de actividad ridicopenal hace esta última categoría. Esta postura no es ni mucho menos i
Üi psíquico-espiritual". nueva y ha sido objeto de acogida por teóricos decepcionados de los escasos j
244 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CONDUCTA 245

R rendimientos reportados por la centenaria polémica en torno a la acción, quie- anglosajones (Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos de América) y en los <
Ü" nes no vacilan en afirmar que el concepto de acción como elemento de la teoría Códigos Penales de Francia de 1992 —vigente desde el I o de marzo de 1994 *
; j¡¡ del delito cumple solo una función negativa, y solo sirve para determinar (artículo 121-2, con antecedentes en el Proyecto de 1978)—, Dinamarca de •
cuándo no hay acción. 1996 (§ 25), Holanda de 1976 (artículo 51, con precedentes en las leyes de %
Si se repara detenidamente en esta formulación, se puede concluir que 1950 y 1976) y Noruega mediante reforma de 20 de junio de 1991 (artículos
desde el punto de vista lógico tampoco es descabellada y, por el contrario, 48a y 48b), la amenaza penal podría alcanzar los comportamientos de dichos
parece solucionar muchas disputas estériles, además de brindar gran como- organismos y desplazar, de paso, la máxima romana según la cual societas
didad; no obstante, se le puede criticar el hecho de pretender resolver los delinque re nonpotest (las sociedades no delinquen). En fin, para hacer rea-
problemas eludiéndolos y olvidar, así sea verdad que la suerte de la dogmá- lidad esta tendencia legislativa, sería necesario resolver problemas como los
tica se decide desde la tipicidad, que es necesario un concepto de acción al siguientes: la conveniencia politicocriminal de introducir o no la figura, la
cual puedan referirse los caracteres específicos del delito como rasgos su- capacidad de acción y de culpabilidad en el derecho penal, la personalidad
yos, y ello no solo por razones gramático-constructivas. Incluso, así sea para de las penas y la clase de sanciones penales aplicables a las personas jurídi-
concluir en un concepto que se pretende no comprometido con las partes en cas, entre otros.
contienda, como aquel según el cual acción es "comportamiento humano
Así las cosas, las personas jurídicas y los organismos colectivos no do-
dominado por la voluntad".
tados de tal atributo no son sujetos activos de conductas punibles y la acri-
minación recae sobre la persona humana en cuya cabeza se asienta la repre-
IV. TITULAR sentad ón del organismo, si ella ordenó la comisión del hecho o participó en
este.
Expuesta la teoría de la conducta, cabe preguntar ahora quién es capaz
En segundo lugar, debe examinarse si la figura del actuar por otro con-
de realizarla; o mejor, quién es titular de ella. En principio, la cuestión no
templada en el artículo 29, inciso 3o, siguiendo los derroteros de la legisla-
parece ofrecer mayores dificultades, pues, como se recordará, en la noción
suministrada se dice que ella consiste en un "actuar humano", con lo que se ción alemana (§ 14), constituye un desplazamiento de la titularidad de la
excluyen del ámbito del derecho otros tipos de comportamiento no huma- acción en virtud de la cual los comportamientos penales realizados en cum-
nos que pueden tener relevancia jurídica en otros sectores del ordenamiento plimiento de una gestión encomendada por otro también lo cobijan a él. Por
jurídico. Así pues, la cuestión planteada ya habría sido respondida, y sería ejemplo, los ilícitos cometidos por el presidente de una sociedad durante su
ocioso insistir en ello; el asunto es todavía más evidente cuando se recuerda administración también alcanzan a la junta directiva de aquella o a los so-
que el derecho penal es de acto o de hecho, y la culpabilidad que le cabe al cios; las conductas llevadas a cabo por los representantes de otra persona (los
autor es también por el acto cometido. padres o los administradores de una quiebra), la cobijan a ella, etc. Se busca
luchar así contra la delincuencia económica acudiendo a una herramienta que
No obstante, debe advertirse, en primer lugar, que en esta materia se
corre el peligro de ampliar al máximo el radio de acción de los tipos penales,
discute la responsabilidad de las personas jurídicas. En efecto, puesto que
la figura de la capacidad de acción no es privativa del derecho represor, sino vulnerando el principio de taxatividad, si no se le oponen los controles de ri-
de todo el orden jurídico hasta el punto de que, para el derecho comercial, gor; aunque no el principio de culpabilidad, pues aquí no se desconoce el pos-
civil o laboral, son capaces las personas jurídicas y los entes colectivos no tulado de la responsabilidad personal del agente por su hecho. Como es de
revestidos de tal atributo, se discute si tales organismos también deben res- suponer, en estos casos no se está desplazando la titularidad de la conducta
ponder penalmente cuando valiéndose de ellos se cometen diversas formas a un tercero, sino que este responde por su propio hacer.
de criminalidad económica propias del tráfico moderno. Ello ha llevado a I Con las dos anteriores observaciones queda claro que la titularidad de
plantear la necesidad de imponerle sanciones penales a tales entidades, idea la conducta para el derecho penal solo recae en las personas humanas y des-
descartable si se tiene en cuenta que este sector del conocimiento está pre- plaza a los animales, a las personas jurídicas, a los organismos colectivos sin
sidido por los principios de legalidad, de acto y de culpabilidad, entre otros. tal calidad y a las cosas inanimadas. Ahora bien, para el derecho penal, esa |
i» De llevarse a la realidad tal propuesta, debería asentarse el derecho puni- capacidad de acción no significa que a todas las personas se les trate en ma- I
I tivo sobre otros postulados, de tal manera que, como acontece en los países teria de su responsabilidad penal de la misma manera, pues se suelen distin- j
246 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CONDUCTA 247
I
'" guir diversos grados de atribuibilidad o dé imputación, según si la persona perspectiva de otros sectores del orden jurídico no tienen trascendencia penal, '
\* es capaz o no de comprender el carácter ilícito de su acto y de autodetermi- por el imperio del principio del acto y, como es de suponer, actúa la persona »
¡Z narse libremente. física o natural que obra en su nombre o lleva su representación. *
I MI Lo anterior, en principio, es válido predicarlo en el derecho positivo, •
V. CAUSAS DE EXCLUSIÓN aunque se observan algunas excepciones que desvertebran todo el andamia-
je garantístico que lo preside (Código de Procedimiento Penal, artículo 65),
Acorde con la función de delimitación ya expuesta, se señalan ahora los y que han adquirido carta de naturaleza gracias a algunos pronunciamientos
casos de inexistencia de la conducta como carácter genérico de la noción de de la Corte Constitucional —sentencias C-320 de 30 junio 1998, C-674 de
delito. En efecto, están excluidas del derecho penal —y, por ende, en térmi- 18 noviembre 1998 y C-843 de 27 octubre 1999— sin resolver los proble-
nos del artículo 32, en armonía con el artículo 25 del Código Penal, son mas que el asunto plantea, desde luego, por el de la constitucionalidad de
auténticas causales de exclusión de la responsabilidad penal— las siguien- dichas previsiones legales.
tes situaciones. En tercer lugar, las actitudes, los pensamientos, las intenciones y todas
En primer lugar, los hechos causados por los animales cuya punición, las emociones que permanecen en el interior de la persona no son conduc-
por fortuna, corresponde a las épocas más bárbaras de la historia universal; tas con trascendencia penal, porque en el derecho punitivo rige el axioma atri-
ello es apenas lógico, pues los animales no delinquen. Ahora bien, cosa dis- buido a ULPIANO (aproximadamente 170-228 después de Cristo) según el cual
tinta es que sean utilizados como instrumento por parte del hombre, en cuyo cogitationispoenam nemopatitur (que nadie tenga pena por sus pensamien-
caso el que actúa es este y no el animal, como sucede con quien insta a un tos). Como es obvio, mientras ellos no trasciendan al mundo exterior en la
perro bravio a morder a su enemigo, o a una fiera amaestrada para que le dé forma de una acción o de una omisión, jamás podrán ser punidos; nuevamen-
muerte a la criatura de brazos; en estos casos, la autora de las lesiones y de te, debe recordarse, el derecho represor vigente es de acto y no de autor.
la muerte es la persona humana que se vale de dichos medios. Del mismo Así mismo, en cuarto lugar, los eventos en los que el cuerpo del hom-
modo, el terrateniente que para arruinar al campesino que cultiva el predio bre obra como una verdadera masa mecánica, y se produce una anulación
cercano arroja sus ganados sobre los cultivos y la habitación de este y los des- de la voluntad. Así sucede en los casos de fuerza irresistible originada tanto
truye, realiza una conducta de daño doloso en bien ajeno; los cuadrúpedos, en un fenómeno de la naturaleza (externa) como en la actividad de otra per-
pues, no actúan para el derecho penal. Desde luego, los hechos causados por sona.
los animales quedan excluidos del derecho penal, pues el derecho vigente se Por ello, para hacer referencia al primer grupo de casos, no realiza con-
rige por los principios de legalidad y acto: "Nadie podrá ser juzgado sino con- ducta de daño en bien ajeno en sentido juridicopenal el huésped que, lanza-
forme a las leyes preexistentes al acto que se le impute" (Código Penal, ar- do por un vendaval, destruye una valiosa vajilla ajena; no lleva a cabo ac-
tículo 6o y Constitución Política, artículo 29, inciso 2o); a igual conclusión ción de lesionar el que es precipitado por un derrumbe o por una ola sobre
se llega después de examinar las diversas disposiciones que consagran los otra persona y le causa algunas heridas; y, por supuesto, quien a causa de un
aludidos axiomas (Código Penal, artículos 9o y 25, inciso I o ). fuerte temblor de tierra cae de un balcón y mata a un peatón, o daña un au-
En segundo lugar, los actos de las personas jurídicas o entidades co- tomotor. En estos casos ha "actuado" una fuerza de la naturaleza de carácter
lectivas. Cuando en el derecho se menciona la expresión "persona jurídica" irresistible (vendaval, derrumbe, ola marina, temblor de tierra, etc.).
se alude a un concepto técnico que —desde un punto de vista específico— De igual forma, en lo que al segundo grupo de hipótesis respecta, no obra
cobija tanto a los organismos colectivos como a los seres humanos que tam- desde el punto de vista del derecho punitivo la anciana que, según el manmo
bién tienen la calidad de tales, pues desde el ángulo jurídico-positivo, tanto ejemplo de cátedra, es tomada de la mano por un corpulento boxeador que
unos como otros tienen capacidad para ser titulares de derechos y deberes; la obliga a imitar una firma en un documento (falsedad documentaría); ni
sin embargo, aquí no se trata de la actividad de las personas jurídicas huma- realiza conducta de lesiones el que, estando al borde de la piscina, es empu-
nas, sino del actuar de las colectivas, estén o no dotadas de tal investidura jado por otro bañista, y cae sobre el niño que nadaba a su lado; ni quien es
fj (trátese de personas jurídicas en sentido estricto, entidades con ánimo de lu- lanzado por una multitud sobre un anciano que muere al ser estrellado con- «
* ero, corporaciones, etc.). Ahora bien, los actos realizados por estos órganos tra la pared; y, para citar una hipótesis de omisión, no realiza conducta ilícita j
tg colectivos que encierren el despliegue de una capacidad de acción desde la el guardavías que, maniatado por un enemigo, no puede darle la alerta al au- j
248 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CONDUCTA 249
I ti
i M< I
,¿ tomovilista que se acerca al cruce sin señalizar, por lo que perece arrollado sea de manera fugaz, y el sujeto no tiene la posibilidad de poner en movimien- '
i* por el tren. En estos casos, obviamente, la violencia procede de otra persona. to una reacción que impida incurrir en aquella acción. Ambas figuras se aglu- *
1
**' Como se ha dicho, la fuerza tiene que ser irresistible, esto es, debe tra- tinan dentro de lo que la psiquiatría contemporánea denomina reacciones ,
> •»' tarse de una VI'Í que doblega y arrastra la voluntad del individuo, que es lle- primitivas. ,
vado por ella de modo que no puede oponerse; en otras palabras, la persona De igual forma, en quinto lugar, no hay acción en los movimientos o
no obra, es obrada: non agit sed agitur. Adviértase que las hipótesis hasta actos reflejos, esto es, aquellos en los que —pese a presentarse una situación
ahora tratadas se denominan como vis absoluta, aunque las equiparaciones de conciencia en el sujeto— no existe en absoluto el control de la voluntad
no son siempre aceptadas, porque en todos estos casos la fuerza irresistible sobre los movimientos corporales, derivados de reacciones orgánicas que son
es física [vis física]; no obstante, nada impide que ella sea de carácter moral transmitidas directamente a los músculos o a los órganos por medio del sis-
[vis compulsiva], en cuyo caso se comprueba la presencia de una conducta tema neurovegetativo o simpático, sin que haya ningún control del sistema
que puede excluir la antijuridicidad o la culpabilidad, según el caso de que nervioso central y sin mediar órdenes cerebrales. Así acontece, verbigracia,
se trate. en casos de quemaduras, heridas, vómitos, hemorragias incontenibles, ca-
Ahora bien, en el derecho positivo la fuerza irresistible se prevé en dos lambres, pinchazos, picaduras de insectos que producen dolor, estados en los
numerales del artículo 32: el 1, que menciona la "fuerza mayor", y el 8, que que la persona puede realizar movimientos bruscos y lesionar al vecino o
alude al obrar "bajo [sic] insuperable coacción ajena", ambas consideradas dañar objetos ajenos. Obvio es decirlo: si el movimiento o la reacción física
como causales de exclusión de la responsabilidad penal. Desde luego, la dis- es ordenado o impulsado por la voluntad consciente, deberá prescindirse de
posición citada emplea la voz "responsabilidad" en sentido amplio y no es- la causa de exclusión en estudio, habrá "conducta" en los términos de los ar-
tricto, pues —de ocurrir esto último— sería imposible realizar cualquier cons- tículos 9o, y 25, inciso I o del Código Penal
trucción del delito, puesto que los diversos numerales consagran causales Los movimientos reflejos no pueden confundirse con las acciones au-
excluyentes de todos los estratos del esquema de la conducta punible, como tomatizadas, que suponen verdaderos procesos de formación de la voluntad
se precisa a lo largo de la exposición; por tanto, tan inculpable es quien no existentes originalmente y radicados en el subconsciente de la persona gra-
realiza conducta como quien no actúa típica, antijurídica o culpablemente. cias a una larga práctica —por ejemplo, los movimientos de conducción de
Por supuesto, la fuerza mayor—distinta de todas maneras del caso fortuito, un vehículo—, que posibilitan reacciones petrificadas o repetidas que no re-
como lo demuestran la legislación histórica y el mismo texto legal— es la quieren la dirección de la conciencia, pero que sí son dominables o contro-
mismafuerza irresistible de la que ya se habló, con lo cual se pueden incluir lables por la voluntad; estos últimos, desde luego, pueden excluir la culpa-
en ella las diversas hipótesis excluyentes de la conducta (por ende, de la res- bilidad, mas no la conducta. No obstante, su clasificación es muy discutida.
ponsabilidad penal en sentido amplio) ya anotadas. Un buen ejemplo para entender la distinción lo brinda el caso de la avis-
Pero, como si esto fuese poco, también pueden deducirse las distintas pa, largamente discutido por la doctrina alemana: el conductor del vehículo
situaciones de la fórmula "insuperable coacción ajena", que puede originar- picado cerca de un ojo por una avispa durante la conducción, que a causa del
se en una vis física (vis absoluta) o en una vis compulsiva, y equivale la pri- dolor realiza un movimiento instintivo, manipula bruscamente el volante y
mera a la fuerza irresistible; sin embargo, para evitar inútiles repeticiones, causa un accidente, no realiza acción porque se presenta un movimiento
es preferible entender que el numeral 8 se refiere a otras figuras, como el es- reflejo; en cambio, si el insecto penetra en el auto y vuela en círculos en el
tado de necesidad, excluyente de la culpabilidad, mientras que el numeral 1 interior del mismo y el conductor, buscando alejarlo, mueve bruscamente
alude a la causal de inexistencia en estudio. el volante y causa el accidente, entonces ha realizado una acción automati-
Estos casos, debe advertirse, son diferentes de los llamados actos en zada que no excluye este estrato de la construcción.
corto circuito o actos impulsivos —en los que el agente sufre una larga ten- Tampoco, en sexto lugar, hay conducta en los estados de plena incons-
sión que termina desencadenando una descarga afectiva que perturba el nor- ciencia. Cuando se presenta una completa ausencia de actividad de las fun-
mal funcionamiento de la conciencia— y de las denominadas reacciones ex- ciones mentales superiores del hombre, tampoco puede haber conducta para
íll plosivas —que suponen una descarga motriz elemental y se desencadenan el derecho penal, por presentarse situaciones de pasividad constitutivas, ,
*¡ de manera momentánea en ciertas situaciones—, que pueden excluir la cui- muchas veces, de eventuales comportamientos omisivos desde un punto de «
ji pabilidad, puesto que en ellas se produce la intervención de la voluntad, así vista meramente objetivo. Así acontece con los movimientos realizados por •
250 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CONDUCTA 251
J
una persona que se halla en un profundo grado de narcosis (el enfermo daña y en comprobado estado de correcto mantenimiento; con el experto conduc- s
un valioso equipo médico sumido en estado de inconsciencia por la aneste- tor que, al llegar a una curva de la carretera, no logra esquivar un animal |
sia suministrada); un epiléptico, ignorante de que padece la enfermedad, sufre atravesado en la vía o eludir la mancha de aceite en el piso, y se produce una *
una crisis repentina y al caer sobre un transeúnte lo lesiona levemente; quien colisión en la que pierde la vida su acompañante. También, puede hablarse •
actúa en un estado de delirio profundo causado por la fiebre (el enfermo hace de caso fortuito si la muerte del paciente se produce cuando se le realiza una
afirmaciones injuriosas o calumniosas en tal condición); o el que padece un cirugía programada, a raíz de una anomalía imposible de detectar con el ins-
desmayo (la mujer embarazada rueda por la escalera, al sufrir un estado trumental médico actual; o si el atropellamiento del peatón se produce en una
repentino de inconsciencia, lo que le ocasiona la pérdida de la criatura). Así vía de circulación de alta velocidad reservada solo a automotores, cuando este
mismo, en los casos de sueño (la madre dormida lesiona al niño), hipnotismo se le atraviesa intempestivamente a un conductor que —observando todas
(una joven de dieciocho años realiza actos de corrupción sexual, ante un grupo las reglas de tránsito— nada puede hacer para evitar la colisión; etc. En tales
de niños, atendiendo las órdenes dadas por un tercero que la ha sumido en hipótesis, pues, no hay conducta por falta de dirección de la voluntad.
estado de sueño), sonambulismo, embriaguez "letárgica" (originada en con- Naturalmente, el caso fortuito es también causal de exclusión del estrato
sumo de alcohol o drogas, casi inimaginables, a no ser en la omisión), etc. examinado en el derecho vigente, como se infiere del artículo 32, numeral
Sobra decir que estas situaciones son distintas de aquellas en las que se 1, entendido en los términos ya expuestos, esto es, como comprensivo de una
presentan también casos de trastorno mental permanente o transitorio con causal de exclusión de la responsabilidad penal en sentido amplio.
perturbación de la conciencia —no con plena exclusión de esta, como aquí—
que deben ser tratados, en sede de culpabilidad, como hipótesis de inimpu-
tabilidad, con la condición de que concurran las exigencias legales pertinen-
tes (Código Penal, artículo 33 inciso I o ). También, obsérvese, los casos
considerados en este apartado son distintos de aquellos en los que el agente,
dolosa o culposamente, se procura su propia inconsciencia: las alie, o accio-
nes libres en la causa, sobre las que también se volverá con posterioridad (Có-
digo Penal, artículo 33, inciso 2o).
Los estados de plena inconsciencia se deducen de una interpretación sis-
temática de las diversas normas a las que ya se ha hecho referencia, con lo
cual es indudable que frente a la ley penal no hay conducta en esos casos
(artículos 9o, y 25, inciso Io).
En séptimo lugar, tampoco hay conducta en aquellos acaecimientos en
los que no influye la voluntad del agente, por tratarse de accidentes no im-
putables a un obrar doloso o culposo de su parte, esto es, en las hipótesis de
caso fortuito', esta figura, pues, se presenta cuando el agente realiza un ac-
tuar que no pudo ser previsto o que habiéndolo sido no era evitable en con-
diciones normales. En estos casos, el proceso causal es obra del sujeto y no
de poderes ajenos a él como la fuerza irresistible; sin embargo —entendido
a veces como un caso de exclusión de la tipicidad, de la antijuridicidad e, in-
cluso, de inculpabilidad—, no hay conducta penalmente relevante de su parte,
pues dicha situación no es consecuencia dolosa o culposa de su actuar, sino
producto de factores distintos de su influjo voluntario en el mundo circun-
dante, constitutivos de un accidente o caso fortuito.
Así sucede, por ejemplo, con la muerte causada a un peatón por la in-
tempestiva ruptura de los frenos de un automóvil recién sacado de la fábrica
CAPÍTULO UNDÉCIMO

LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS


DE COMISIÓN DOLOSA

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LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 255
254 MANUAL DE DERECHO PENAL
II]
m los deseos de otro" (artículo 213), cuya redacción —lo mismo que las ante-
«til

»»,, I. PRECISIONES INICIALES riores— debe ser compatible con la exigencia de taxatividad o de determi-
¡ftl nación.
*' Antes de entrar en materia es indispensable esclarecer algunas noció- En cuarto y último lugar, se postula que la función del tipo penal es indi-
la nes. En efecto, en primer lugar, debe clarificarse el concepto de tipo, sus- vidualizar conductas humanas penalmente prohibidas o mandadas, porque
tantivo proveniente del latín typus, que significa —en términos generales— él es el encargado de otorgar relevancia penal a los diversos comportamien-
el símbolo representativo de una cosa figurada, o la imagen principal de algo tos valorados de manera negativa por el legislador.
a lo que se le otorga una fisonomía propia; o, si se quiere recordar lo dicho
Sin embargo, además de la anterior noción estricta, esta locución ha sido
al estudiar la teoría de la norma penal, el supuesto de hecho (el Tatbestand,
empleada en diversos sentidos por los dogmáticos en el ámbito penal para
del que habla la dogmática alemana) de esta, o el precepto —designación pro-
designar contenidos no siempre coincidentes, según la concepción asumi-
pia del imperativismo—, aunque también suelen utilizarse denominaciones
da. En efecto, suele hablarse de tipo de injusto para referirse al conjunto de
como descripción típica, figura legal, figura punible, descripción compor-
tamental, figura típica, etc. Así pues, el tipo es la descripción de la conducta características propias de la antijuridicidad de una acción; de tipo de culpa-
hecha por el legislador, como es frecuente en la Parte especial del Código bilidad, para comprender los elementos fundamentadores de la culpabilidad
donde, normalmente —también en el derecho penal complementario—, se del autor; de tipo de delito, para señalar tanto los elementos atinentes al tipo
hallan consignados los diferentes modelos; así, por ejemplo, cuando el co- de injusto como al tipo de culpabilidad; y, finalmente, de tipo en la teoría
dificador dice en el artículo 103 del Código Penal "el que matare a otro", está general del derecho, para referirse al conjunto de presupuestos de los que
redactando la figura legal de homicidio. depende la producción de una consecuencia jurídica, noción que aplicada al
Ahora bien, desde una perspectiva más técnica, puede entenderse por derecho penal sería comprensiva tanto de los tipos de injusto y de culpabi-
tipo penal un instrumento legal, lógicamente necesario y de naturaleza lidad como de las llamadas "condiciones objetivas de punibilidad". Esto, para
predominantemente descriptiva, que tiene por función la individualización no mencionar conceptos tan problemáticos como el de tipo de garantía, com-
de conductas humanas (E. R. ZAFFARONI). prensivo de todos los elementos que participan de la función de garantía de
Se dice que es un instrumento legal, pues el tipo pertenece al texto le- la ley penal (principio de legalidad), o tan especializados como el de tipo total
gal donde se encuentran sus diferentes especies; es, entonces, un dispositi- de injusto (que se refiere tanto a las características esenciales de la antijuri-
vo plasmado en la ley. En segundo lugar, es lógicamente necesario, porque dicidad como a las que la excluyen: causales de justificación), o tipo de per-
para saber si una conducta es delictiva no se puede prescindir de tal herra- misión (equivalente a las causales de justificación) entre otros.
mienta. Además se dice, en tercer lugar, que es predominantemente descrip- Desde luego, cuando a lo largo de la exposición —salvo alguna preci-
tivo, porque a la hora de consignar las conductas en la ley, el legislador suele sión en sentido diverso— se mencione el concepto en examen, se entiende
acudir a "descripciones" valiéndose de figuras lingüísticas apropiadas o ele- como la descripción objetivo-subjetiva de la conducta, esto es, se parte de
mentos descriptivos como "matar", "cosa", "equipaje de viajeros", "cabeza una noción de tipo complejo que constituye indicio de la antijuridicidad (teoría
de ganado mayor o menor", "falsificar", etc. (confróntese, artículos 103,239, de la ratio cognoscendi); debe hablarse, pues, del tipo en sentido sistemáti-
241 numerales 5 y 8, y 286, respectivamente), que se perciben mediante los co. Esta noción puede sostenerse partiendo de la legislación vigente (artí-
órganos de los sentidos; en otras oportunidades, sin embargo, utiliza dicciones culos 6o, y 10, inciso 2o, no así del inciso Io, que parece aludir al tipo en la
que se remiten o sustentan —en gran medida— en juicios de valor de carác- teoría general del derecho, y del artículo 32, numeral 10, inciso 2o), y sé infiere
ter jurídico, como "título no traslativo de dominio" (artículo 249), "resolu- de otras disposiciones en las que se hace referencia a la conducta "típica" (ar-
ción, dictamen o concepto manifiestamente contrario [sic] a la ley" (artículo tículos 9o, 11, y 33, inciso I o ). Así mismo, la ley lo utiliza con otras deno-
413), "ajena" (artículo 239), "servidor público", "documento público" (ar- minaciones: "descripción típica" (artículo 32, numeral 10, inciso Io); "con-
tículo 286); u otras de contenido extrajurídico, como las "imputaciones des- ducta punible", noción polivalente, como ya se dijo (artículos 32, numeral
honrosas" (artículo 220), el "comercio carnal" o la "prostitución" (artículo 7, inciso 2o, y 76); o "infracción penal" (artículo 22), etcétera.
jtt'¡ 213). Es más, en muchas figuras se usan elementos de índole puramente En segundo lugar, debe precisarse la idea de juicio de tipicidad. Como
*¡ subjetiva como, por ejemplo, el "ánimo de lucro" (artículo 104, numeral 4), la expresión lo indica, es la valoración que se hace con miras a determinar
t¡ el "propósito de obtener provecho" (artículo 239), el obrar "para satisfacer
256 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 257
Ü
s
si la conducta objeto de examen coincide o no con la descripción típica II. EVOLUCIÓN DE LA TEORÍA DEL TIPO PENAL
j. contenida en la ley; se trata, en otras palabras, de la operación mental lleva-
% da a cabo por el intérprete, analista o juez, mediante la que comprueba o ve- La noción en estudio ha estado sometida a diversos enfoques, como se
* rifica la concordancia entre el comportamiento estudiado —que, como ya se muestra a continuación.
expresó, supone un juicio de conducta— y la descripción consignada en el
texto legal. Por ejemplo, esa es la tarea llevada a cabo por el funcionario A) Orígenes del concepto
judicial cuando precisa si el comportamiento de matar, desplegado por el
agente, coincide con todas las características expresadas por el codificador Este período, que culmina en 1906, se inicia con el procedimiento
en el tipo de homicidio contenido en el artículo 103 del Código Penal inquisitorial canónico de la Edad Media, que utilizaba la idea átfacti spe-
Así mismo, en tercer lugar, deben precisarse las nociones de tipicidad cies —propia del latín medieval— y la vinculaba con la noción juridicopro-
y atipicidad. Distinta de las dos anteriores ideas es la de tipicidad, por la cual cesal de "cuerpo del delito" (corpus delicti) —entendido como la parte ex-
se entiende la peculiaridad presentada por una conducta en razón de su co- terna de la infracción—. Con posterioridad, gracias al fenómeno de la
incidencia o adecuación a las características imaginadas por el legislador, esto Recepción, el concepto pasó al derecho procesal alemán y se incorporó a la
es, al tipo penal; desde este punto de vista, entonces, la tipicidad equivale a Carolina (1532), hasta llegar a la formulación de J. S. F. BÓHMER (mediados
la adecuación típica de la conducta, por lo cual, puede decirse, se trata de un del siglo xvm), que entendió el corpus delicti, bien como lo objetivo del de-
concepto dinámico y funcional en la medida que presupone la existencia de lito, o bien como un complejo conjunto de todas sus condiciones, con lo cual
un comportamiento ajustado a un tipo, subsumible en él, o ligado a él por un alcanzó a concebirlo también en un sentido subjetivo; más tarde, en el Or-
nexo de dependencia temporal o personal. En otras palabras: la tipicidad es denamiento Penal Criminal prusiano de 1805, en su artículo 133, se empleó
la resultante afirmativa del juicio de tipicidad. la palabra Tatbestand como sinónima de corpus delicti, aunque, ya desde
Ahora bien, si una vez realizado el juicio de tipicidad, la acción exami- antes, E. F. KLEIN (1796) había utilizado tal locución, con un alcance cerca-
nada no encaja o no coincide con los caracteres imaginados por el legislador no al derecho penal y abandonó, en cierta medida, la noción procesal.
en el tipo concreto, se dirá que no hay adecuación típica, esto es, se tratará Después, durante el siglo xix, primó la concepción amplia del tipo que
de un caso de atipicidad. Como es obvio, si la conducta no se ajusta a un no prescindía en todo caso de lo subjetivo, aunque carecía de una elabora-
determinado tipo penal —incluso acudiendo a ciertos mecanismos que ción sistemática y coherente, al ser a veces un concepto totalista, otras par-
amplían el radio de acción de este (los llamados "dispositivos amplificado- cial o que, sencillamente, servía para clasificar los delitos, como se despren-
res del tipo penal": tentativa y participación criminal)—, ello no significa su de de las obras de los penalistas de entonces (P. J. A. FEUERBACH [1801]),
total ausencia de trascendencia penal, pues bien puede suceder que encaje CH. STÜBEL (1805), H. LUDEN (1840) y L. VON JAGEMANN (1845), gracias a lo
en una figura punible distinta. Piénsese, por ejemplo, que la conducta de cual el Código Penal alemán de 1871 pudo hablar del tipo: Tatbestand, en su
matar fue imprudente, coincidente con el supuesto de hecho del artículo 109: §59.
"el que por culpa matare a otro", en cuyo caso debe decirse que ese actuar
es atípico de homicidio simple doloso, pero típico de homicidio imprudente. B) La concepción objetiva y sus desarrollos
En fin, adviértase, el fenómeno de la tipicidad también puede ser plu- La moderna teoría del tipo se inicia con la exposición de E. VON BELING
ral, en aquellos casos en los que una misma conducta es desvalorada—apre- (1906), y en ella se ha ocupado la ciencia penal contemporánea de manera
ciada negativamente— por la ley penal en más de una oportunidad; es la figura
profusa. Punto de partida de tal postura fue su noción de delito como "una
conocida como concurso formal o ideal. Inclusive, puede suceder que el
acción típica, antijurídica, culpable, susceptible de una adecuada punición
agente realice de manera reiterada el mismo comportamiento, o diversas con-
y suficiente para las condiciones de amenaza penal", en la que aparece por
ductas, y se presente también un fenómeno de tipicidad plural que —a dife-
primera vez la tipicidad: Typizitat o Tatbestandsmáfiigkeit, como elemento
rencia del anterior— tiene básicamente repercusiones de tipo procesal; son
del delito, y el tipo: Tatbestand, como el "contorno del tipo de delito", con-
¿¡i los casos de concurso real o material, a los que se hace referencia más ade-
vertido en su concepto central: no puede haber delito sin tipo, afirmaba el
¿l lante, al lado de la figura del delito continuado. lúcido jurista germano.
LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 259
258 MANUAL DE DERECHO PENAL

s Esta concepción ha sido denominada objetiva, porque entendía que la fin de los conceptos juridicopenales; esa misión le correspondió a A. HEGLER,
^ descripción típica comprendía solo el aspecto externo de la acción humana. quien, partiendo de la jurisprudencia de intereses (1915), entendió el delito
% Para su autor, como se recordará, todo lo subjetivo era un problema de cui- como un comportamiento dañoso socialmente que lesionaba los intereses del
ji, pabilidad, pues para él hablar de elementos subjetivos en el tipo equivalía a Estado como sociedad organizada, noción que matizó en seguida haciendo
una verdadera contraditio in adiecto, apenas explicable a la luz de la postura hincapié tanto en el carácter de comportamiento externo como en el de le-
mecanicista que inundaba su pensamiento. De la misma manera, este tipo sión de intereses del fenómeno criminal. De esta manera, no todo lo subje-
"acromático" debía separarse completamente de la antijuridicidad y de la tivo pertenece a la culpabilidad y lo objetivo a la antijuridicidad, como en la
acción entendida como "un fantasma sin sangre". postura de E. VON BELING, sino que la descripción delictiva apunta a un
Contra esta postura dirigió sus críticas J. GOLDSCHMIDT (1907), quien, comportamiento cuya característica es la dañosidad social: antijuridicidad,
recordando la noción de delito de F. VON LISZT, negó que la tipicidad fuese que no puede estar al lado de "la tipicidad" en un mismo nivel, así como no
el elemento central del concepto de delito y advirtió que su inclusión en este puede concebirse el síntoma junto a la enfermedad misma; el tipo, pues, tie-
constituía "un gran error desde el punto de vista lógico", pues se trataba de ne una función teleológica, y su tarea es describir el injusto penal entendido
una idea propia del derecho público. como dañosidad social, por lo que está dotado de un innegable contenido ma-
Por su parte, K. BINDING (1910) cuestionó también dicha tesis formu- terial. Es un tipo de injusto.
lando una noción de tipo de delito objetivo que, a diferencia de la propuesta Con la entrada en escena de la filosofía de los valores del neokantismo,
por E. VON BELING, no podía reducirse solo a lo exterior, sino que tenía en cuen- pudo, también, W. SAUER (1915,1921) construir una doctrina parecida par-
ta "la voluntad de realización", y planteó por primera vez un concepto com- tiendo de una concepción material de la antijuridicidad, en el entendimiento
plejo, aunque ligado a una culpabilidad entendida en sentido psicológico. A de que la ciencia del derecho referida a valores —con su dualismo entre ser
su vez, A. B AUMGARTEN (1913) hizo la crítica de la concepción de E. VON BE- y deber ser, entre objeto y valor— irradia todos los conceptos juridicopena-
LING retomando la llamada teoría de los elementos negativos del tipo formu- les. Con este punto de referencia se entendía el tipo como "antijuridicidad
lada por A. MERKEL (1889), al aseverar que en todo caso la antijuridicidad material tipificada", so pretexto de emitir una definición real de este com-
estaba subordinada al tipo penal y que las causas de justificación del hecho prensiva de todas las circunstancias del delito, incluidas las llamadas "con-
—que por razones de técnica legislativa aparecen desligadas de él— realmen- diciones objetivas de punibilidad"; se advertía, igualmente, que el aspecto
te descartan la tipicidad, con lo que se realiza una identificación entre las dos material de la antijuridicidad consistía en la contradicción con la justicia y
categorías del delito. el bien común, concretada tanto en dañosidad y en peligro social, y el for-
Para culminar, M. E. MAYER (1915) sería el encargado de rescatar para mal en la ausencia de causales de justificación, lo que lo llevaba a rechazar
el derecho penal la teoría de E. VON BELING, objeto de tantos asedios; en efecto, la teoría de los elementos negativos del tipo.
según él, la tipicidad como categoría sistemática es el más importante fun- Pero el paso definitivo para lograr la consolidación del injusto como ca-
damento para conocer la antijuridicidad, y los supuestos de hecho no son otra tegoría independiente y la desaparición de las diferencias entre tipicidad y
cosa que "fundamento de cognición de la antijuridicidad", lo que se prueba antijuridicidad lo daría E. MEZGER, al entender el tipo como injusto tipifica-
con la existencia de elementos normativos en las descripciones típicas. Y, do, partiendo de la definición de delito como una conducta típicamente
en frase célebre, reiterando que la tipicidad es el fundamento de la antijuri-
antijurídica y culpable; la figura punible no podía concebirse más como un
dicidad, dirá que "ellas se comportan como el humo y el fuego", por lo cual
"los tipos son indicios de la antijuridicidad". Nace así la teoría del tipo como indicio de antijuridicidad al estilo de M. E. MAYER, sino que, por el.contra-
ratio cognoscendi (fundamento de cognición) de la antijuridicidad, como in- rio, se constituía en la base real de esta, en su esencia, en su ratio éssendi.
dicio de ella, de la que tanto se hablará con posterioridad, aunque sin suscri- Como novedad dentro de este período, es bueno recordar que E. VON BE-
bir su afirmación de que "las normas de cultura son solo el material del que LING (1930) expone su concepción del "tipo de delito" tratando de hacerse
el legislador hace las normas jurídicas", o teoría de las normas de cultura. eco de las críticas que se le formulaban masivamente, dándole al concepto
una significación bien distinta de la que hasta entonces poseía e intentando
C) La concepción del "tipo de injusto" coordinarlo con la antijuridicidad y la culpabilidad, con lo que logró sem-
i?' brar no poca confusión. De esta manera el "tipo de delito", muy semejante
»¡¡ Pronto se intentó erigir la teoría del tipo penal a partir de una fundamen- a la construcción del "tipo de garantía" de la que ya se habló, agrupaba en su
!¡jj tación teleológica, o método según el cual debe indagarse por el sentido y el
260 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 261

S¡ seno un tipo de injusto y un tipo de culpabilidad en una tentativa por expli- cial cuidado en el derecho penal". La descripción típica, pues, vuelve a ser
1,11
car cabalmente la irrupción de los elementos subjetivos en el injusto, propia indicio de antijuridicidad.
jw del desarrollo dogmático de entonces; como colofón, aparece otro concep- La segunda dirección es la constituida por la concepción del tipo de in-
to: el tipo rector, que parece ser la noción más general, llamada a abarcar todos justo, como se desprende de diversos aportes íntimamente ligados con todos
los demás contenidos y que —de manera gráfica pero comprensible— equi- los desarrollos anteriores. Así sucede con W. SAUER (1955), quien, luego de
vale a "un fruto con capas interiores en el que el Leitbildes su cascarón, que entender la tipicidad (ya no el tipo como antes) como "antijuridicidad tipi-
no se come pero sirve para mantener la unidad y la armonía de lo que utili- ficada", criticando de nuevo a E. VON BELING, asevera que "el tipo es sola-
zamos" (E. R. ZAFFARONI). mente una forma de aparición del injusto y ciertamente una de sus acuñacio-
nes típicas, a saber la positiva, mientras la otra negativa, forma las causales
D) La negación que de la teoría hace la escuela de Kiel de justificación", equivalente a "una reunión de los elementos desvaloriza-
Como es de suponer, la concepción autoritaria tuvo —por medio de la dos jurídicamente relevantes y socialmente perjudiciales... el tipo es un sín-
llamada escuela juridicopenal de Kiel (G. DAHM y F. SCHAFFSTEIN, básicamen- toma de criminalidad objetiva, de la dañosidad social y de la peligrosidad
te)— entre sus cometidos el rechazo radical al concepto de tipo como noción social de un obrar"; esta es su noción de tipo en sentido restringido, pues en
su acepción amplia abarcaría también los presupuestos de la pena, que son
fundamental de la teoría del delito, pues se veía en ella una de las tantas
independientes del querer y del obrar del autor. Por supuesto, esta doble con-
posturas elaboradas a partir del pensamiento normativista imperante que
cepción del tipo no aparecía en sus trabajos anteriores.
planteaba una "absurda separación entre ser y deber ser, entre valor y reali-
dad", esto es, el neokantismo. A su vez, E. MEZGER (1949) plantearía una noción dual: por un lado, el
tipo de acción —comprensivo de todos los presupuestos de la acción puni-
E) La concepción desde la posguerra hasta hoy ble, incluida la culpabilidad—; y, por otro, el tipo de injusto —o aquella parte
del tipo que se relaciona exclusivamente con la antijuridicidad—. La primera
Se observan cinco direcciones: la primera responde a.los desarrollos equivalía al tipo en sentido amplio, tipo total, o suma de injusto y culpabi-
finalistas basados en H. VON WEBER (1929, 1935), que expone por primera lidad; la segunda, al concepto restringido de Tatbestand en el sentido del
vez con rigor, después de las tentativas de K. BINDING (1910), la concepción derogado § 59 del Código Penal alemán; estas concepciones, es bueno in-
conocida hoy como del tipo complejo, que les abrió paso a las teorías nor- sistir en ello, se sostienen desde la perspectiva de una construcción neokan-
mativas de la culpabilidad y de los elementos subjetivos del injusto, que le tiana del hecho punible (neocausalista), en los términos ya expuestos.
permitió afirmar que dolo y culpa no son problemas de culpabilidad, sino de Una tercera corriente es la de los defensores de la teoría de los elementos
acción, aunque —valga la pena recordarlo— no suscribe un concepto final negativos del tipo que, derivándose de la antigua teoría de los imperativos,
de acción. se remonta a A. MERKEL y R. FRANK, aglutina en una sola categoría —a veces
Pero también H. WELZEL (1935) diría, partiendo de un concepto final llamada tipo total, tipo global o tipo total de injusto— la tipicidad y la an-
de acción y de una idea normativa de la culpabilidad, que el tipo penal —por tijuridicidad, como lo propuso D. LANG-HINRICHSEN (1952); de este modo, las
lo menos en los hechos dolosos de comisión— debía ser mixto: objetivo- causales de justificación se equiparan a los eventos de exclusión de la tipi-
subjetivo, aunque lo formuló en sus inicios como "tipo de injusto"; paso que cidad, y los casos de error sobre las causales de justificación se tratan como
también daría A. GRAF ZU DOHNA (1936). A su vez, siguiendo los derroteros si fueran errores de tipo. Se consolida así una construcción del delito que lo
plasmados en diversos trabajos de H. WELZEL, R. MAURACH (1948) plantea divide en dos niveles de análisis: injusto y culpabilidad, frecuentemente
también una concepción mixta o compleja, y entiende el tipo como un indi- sostenida.
cio de antijuridicidad. Así mismo, una variante interesante es la constituida Una cuarta tendencia, liderada por W. GALLAS (1955), entiende este ele-
por el abandono de la doctrina del "tipo de injusto" que hace H. WELZEL, quien mento como tipo de delito y rechaza un concepto en sentido amplio, pues no
plantea en su lugar una separación entre las categorías de tipicidad y antiju- brinda un criterio material que se ajuste a una teoría del delito "orientada te-
• ridicidad y lo concibe como "la materia de la prohibición": "el «tipo» es la leológicamente". Según este autor, debe volverse a la formulación final de
I* materia de la prohibición de las disposiciones penales; es la descripción E. VON BELING (1930), aunque dotándola de contenido a partir del concepto
jj' objetiva, material, de la conducta prohibida, que ha de realizarse con espe- final de acción y, en todo caso, planteando una concepción totalista de este.

10. VELÁSQUEZ V.,2*


262 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 263

Este período muestra, a no dudarlo, la primacía en el decenio del no- subjetivo acudiendo a una división formal tajante. Por eso, los hechos cons-
venta del siglo xx y comienzos del xxi de la concepción del tipo de injusto titutivos de la descripción típica (Código Penal, artículos 22, y 32, numeral
—sea que se suscriba o no la teoría de los elementos negativos del tipo— 10, inciso Io) —o "características estructurales", como las llama el artículo 10,
aunque sin olvidar que el concepto de tipo sistemático también tiene alguna inciso I o — pueden ser de índole descriptiva y normativa, y relegan las sub-
acogida. jetivas al aspecto interno del supuesto de hecho, como se muestra en segui-
Una última tendencia, también desde el funcionalismo radical, propo- da. Ahora bien, el esquema básico de cualquier figura punible se compone
ne diseñar una concepción monista del tipo en la que tienen cabida las diver- de tres exigencias básicas: el sujeto, la conducta (en este caso la acción en
sas formas de aparición de la conducta punible, esta vez unidas por unos ele- sentido estricto) y el bien jurídico.
mentos comunes, como lo propone G. JAKOBS en diversos trabajos (1983 y a) El sujeto
1993), caracterizados por el rechazo a la idea deque la causalidad sea la base
de la teoría del tipo penal para poner, en su lugar, la idea de imputación, que Cuando se reseñan los componentes exteriores del comportamiento
rechaza el ontologismo y reivindica un normativismo puro. Todo ello, tén- objeto de prohibición, se debe comenzar por el sujeto activo, el sujeto agen-
gase en cuenta, porque se afirma que ya en la acción no es posible distinguir te, el actor o el autor —la equiparación entre sujeto activo y autor es, sin
entre acción en sentido estricto y omisión, lo que tampoco posibilita en el tipo embargo, criticada por quienes aducen que la calidad de autor supone la
penal diferenciar entre supuestos de hecho dolosos e imprudentes, sean responsabilidad penal, mientras que la de sujeto activo no—, esto es, por la
comisivos u omisivos; no es, posible, pues, con dicho punto de partida erigir persona que lleva a cabo la conducta tipificada en la ley; por regla general,
una concepción cuatripartita del tipo penal como la que propuso el finalis- las prohibiciones juridicopenales se dirigen indistintamente a todos los ciu-
mo welzeliano, porque ahora toda conducta típica se funda en dos elemen- dadanos, sin ninguna diferencia, como se desprende de la locución utilizada
tos básicos: la creación de un riesgo jurídicamente desaprobado y la rea- por la ley: "el que", aunque algunas veces se emplean otras como "quien",
lización de ese riesgo. "el responsable". Por ello, normalmente, basta que una persona realice la ac-
ción; no obstante, es factible hallar supuestos de hecho en los que se exige
la presencia de dos o más sujetos activos, como se desprende del uso de
III. ESTRUCTURA DEL TIPO
expresiones como "los que" (piénsese en las figuras descritas en los artícu-
A) Ubicación los 467 a 469 y 471), "cuando varias personas" (artículo 340, inciso I o en su
nueva redacción), etcétera. Desde luego, estos casos son distintos de aque-
Según una visión ontologista con aditamentos normativos, es posible llos en los que se produce la realización mancomunada de las conductas pe-
concebir cuatro formas distintas de aparición del delito o conducta punible; nales, que da lugar a un problema específico: el concurso de personas en la
las respectivas estructuras típicas deben examinarse por separado empezan- realización de la conducta (Código Penal, artículos 28 a 30), que se exami-
do por las más importantes, que son objeto de exposición en esta sede, de- na más adelante.
jando las demás para el capítulo siguiente. En efecto, si el concepto de con- Así mismo, hay conductas típicas que no pueden ser realizadas por
ducta (acción en sentido amplio) consta de una parte interna y otra externa, cualquiera, sino por quienes reúnan ciertas calidades especiales, como su-
el examen del tipo en las conductas de comisión dolosa debe comprender cede en una de las modalidades de aborto cuando se dispone que solo puede
ambos aspectos, pues —no se olvide— es el dispositivo del que se vale el cometerlo "la mujer" (artículo 122, inciso Io, primera parte); y en el aban-
legislador para describir comportamientos humanos. dono, cuya autora solo puede ser "la madre" (artículo 128). De la misma
B) Aspecto objetivo manera, existen ciertos supuestos de hecho en los que solo encajan aquellos
comportamientos realizados por personas investidas de un deber especial (los
En primera instancia, debe mirarse la cara "externa", "objetiva" u "ob- tipos consistentes en la infracción de un deber), como acontece, por ejem-
jetivada" de la descripción típica, que no solo contiene objetos del mundo plo, con los que requieren la calidad de "servidor público" (artículos 397 a
exterior, sino también otros elementos que —por encontrarse situados fuera 400,404 a 406,408 a 410, etcétera). Así mismo, la omisión en la consigna-
de la esfera psíquica del autor— pueden comportar una valoración más allá ción de retención en la fuente solo puede cometerla "el agente retenedor o
de lo meramente descriptivo, sin que sea viable separar lo objetivo de lo autorretenedor", no quien tenga otra calidad; y, por supuesto, la misma
264 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 265

* ' conducta sobre el impuesto a las ventas solo puede llevarla a cabo "el res- social; lo mismo del prevaricato (artículos 413 y siguientes), cuyo sujeto pa-
^( ponsable del impuesto" (Código Penal, artículo 402, inciso 2o). sivo es el Estado-administración pública, etcétera.
* 1 En otras oportunidades, la calidad de autor dimana de una determinada Ahora bien, cabe advertir que el sujeto pasivo no debe confundirse con
* ' relación interpersonal, como ocurre en el incesto, cuyo sujeto activo debe el perjudicado, es decir, la persona que recibe el perjuicio o menoscabo di-
ser un pariente de la víctima, con la calidad exigida en la ley (artículo 237); recto como consecuencia de la conducta desplegada por el agente, aunque
en fin, es indispensable, a veces, poseer un determinado estado o situación muchas veces las dos calidades coinciden. Prueba de ello es que en el ho-
jurídica, como el atribuido al "privado de libertad" en la fuga de presos (ar- micidio el sujeto pasivo es el "otro", la víctima, mientras que los perjudica-
tículo 448), o la de "director, administrador, representante legal o funciona- dos son los familiares inmediatos que dependían de él (artículo 103); en el
rio de las entidades sometidas a la inspección y vigilancia de las Superinten- hurto (artículo 239) puede resultar también perjudicada la persona poseedo-
dencias Bancaria, de Valores o de Economía Solidaria", en la utilización ra de la cosa por encargo del dueño, verdadero sujeto pasivo. Por eso, jus-
indebida de fondos captados del público. tamente, el Código regula la responsabilidad civil derivada de la conducta
Así mismo, como la acción del hombre recae sobre otros hombres o enti-
punible de manera independiente (artículos 94 y siguientes).
dades —dotados o no de personería jurídica— que sufren la amenaza o le- Finalmente, es necesaria otra distinción: tampoco el sujeto pasivo pue-
sión de sus intereses, es indispensable estudiar el sujeto pasivo, esto es, el de equipararse siempre con el sujeto sobre el que recae la acción, como lo
titular del bien jurídico protegido en cada caso concreto y que puede resultar muestra el ejemplo de los delitos contra el patrimonio económico. En efec-
o no perjudicado con la conducta del sujeto activo. Sujeto pasivo puede ser to, en la descripción típica vertida en el artículo 239 inciso I o , la conducta
una persona física, como sucede en el homicidio (artículo 103); o jurídica, de apoderarse debe recaer sobre una cosa mueble "ajena", por lo que el objeto
si se trata de un hurto (artículo 239, inciso I o ), que también pueden afectar le puede ser sustraído no solo al dueño, sino también al poseedor, al tenedor,
a una persona física; o el mismo Estado, si se comete una cualquiera de las o al usufructuario; cuando el bien se le arrebata, v. gr., al poseedor, él es el
conductas previstas en los títulos xvn y xvm de la parte especial. Incluso, sujeto sobre el que recae la acción, pero en realidad el sujeto pasivo es el ti-
puede ser el conglomerado social, como acaece en diversas figuras típicas tular del bien jurídico "patrimonio económico": el dueño. Esta distinción es
en materia del orden económico social (título x); o una agrupación de per- consecuencia de la asunción que hace el Código Penal, en su título vn, de una
sonas unidas por un interés común, como cuando se realiza una estafa co- concepción económica de patrimonio (distinta de la jurídica, propia del
lectiva (artículo 246, inciso I o ). Código Penal de 1936), según la cual este equivale a la masa de bienes sus-
ceptibles de valoración económica y bajo el poder fáctico de una persona;
Como norma general, el legislador utiliza diferentes expresiones de las de donde se desprende, como es obvio, que también pueden ser sujetos pa-
que se deduce esta exigencia: "a otro" (artículos 221, 103, 111 en armonía sivos de un delito contra el patrimonio económico quienes ilegalmente ten-
con el artículo 112, inciso I o ), "a otra persona" (artículos 213 y 220), "aperso- gan la cosa en su poder: el hurtador o el traficante de droga, por ejemplo, a
na" (artículo 208), "ajena" (artículos 239 y 249), "una persona" (artículos 168 quienes se les sustrae esta, etc.
y 169), "con otra persona" (artículo 205), etc. Sin embargo, al igual que con
el sujeto activo, a veces los tipos penales exigen ciertas calidades en el su- b) La acción
jeto pasivo, como sucede, por ejemplo, cuando se requiere la condición de Como los tipos penales describen conductas humanas, es apenas nor-
"hijo fruto de acceso o acto sexual sin consentimiento" (artículo 128), o ser mal que en todos ellos aparezca este elemento, con mayor razón si se trata
"la persona del ascendiente o descendiente, cónyuge, hermano, adoptante o de un derecho penal de acto. El tipo doloso de comisión describe acciones
adoptivo o pariente hasta el segundo grado de afinidad" (artículos 103 y 104, en sentido estricto, para lo cual se vale generalmente de una inflexión verbal,
numeral 1), o "persona menor de catorce años" (artículos 208,209 en concor- de un verbo encargado de regir la acción o verbo rector, que es concreción de
dancia con el artículo 33 de la ley 679 de 2001), etc. Desde luego, no siempre una prohibición; ahora bien, como para redactar las descripciones típicas el
el sujeto pasivo se encuentra explícito en la descripción, pues a veces apa- legislador acude a categorías lingüísticas, el verbo aparece formando parte
fp rece implícito o es de difícil concreción: así sucede, verbi gratia, en el aca- de una oración —se supone, gramaticalmente correcta— que expresa un pro-
£1 paramiento (artículo 297), o en la contaminación ambiental (artículo 332), ceso o un fenómeno en sus nociones de acción, suceso o estado. Por desgra-
¡¡i de los cuales se desprende que el titular del bien jurídico es el conglomerado cia, no siempre los codificadores al redactar las figuras punibles respetan la
266 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 267
ftj
c) El resultado
H | estructura gramatical de la frase castellana, por lo que aparecen tipificacio-
| i nes defectuosas e ininteligibles, que generan no pocas dificultades interpre- Todo comportamiento humano se manifiesta en el mundo exterior
s i tativas y que contribuyen a enturbiar la tarea judicial en vez de dotarla de he- generando efectos de tipo físico e, incluso, psíquico, por lo que no hay con-
* ' rramientas idóneas y, de paso, fomentan el menoscabo de las garantías ducta humana sin efectos, sin resultado. No obstante, como acaba de indi-
fundamentales y ponen en entredicho la tan preciada seguridad jurídica. carse, no todas las consecuencias producidas por la acción son tenidas en
Ahora bien, lo normal es encontrar en todo tipo penal un verbo rector, cuenta por el codificador, que se limita a valorar negativamente la produc-
como sucede, por ejemplo, en el artículo 103, en el que se utiliza la inflexión ción de un determinado resultado solo en parte de la gran variedad de tipos
matar debidamente conjugada: "el que matare a otro"; o en el artículo 239, penales.
inciso I o , que emplea la voz apoderar, "el que se apoderé", etc. Sin embar- Desde este punto de vista, se entiende por resultado el efecto y la con-
go, ello no siempre es así, y es frecuente hallar descripciones con dos o más secuencia de la acción que se manifiestan en el mundo exterior, y que inci-
verbos rectores: así, en el artículo 248, inciso Io, se castiga al que "emita o den tanto en el plano físico como en el psíquico —esto es bueno precisarlo,
transfiera"; en el artículo 293, a quien "destruya, suprima u oculte". Inclu- porque también en el derecho penal se suele concebir la expresión resultado
so, se da el caso de construcciones tan caprichosas, como la contenida en el en un sentido jurídico como desvalor, con lo que la presencia de un determi-
artículo 376, inciso Io, en la cual se hallan doce inflexiones distintas, y que nado efecto no dependería de un dato físico, sino de una valoración jurídi-
constituye un modelo clásico de un tipo compuesto, por oposición a uno sim- ca—; esta idea se desprende del Código Penal en sus artículos 9o, inciso 2o;
ple, como el de homicidio ya citado. 14, inciso 2o, número 3; 23,24; 25, inciso 2o, y 26, en los que tal noción apa-
A más del verbo rector, el codificador utiliza a veces otras formas ver- rece desligada de la acción misma. No obstante, también la ley utiliza esta
bales que cumplen una función meramente accesoria. Un buen ejemplo es categoría en algunas descripciones típicas, como acontece en el homicidio,
el derivado del tipo de estafa vertido en el artículo 246, inciso Io, cuando re- cuando requiere que el agente "matare" al sujeto pasivo, o en el hurto, para
gula la conducta de quien "obtenga provecho ilícito... induciendo o mante- el cual es indispensable que el sujeto activo se "apodere" de la cosa. Ahora
niendo a otro en error por medio de artificios o engaños,..."; sin duda, el verbo bien, como se deduce de la noción formulada, este elemento de la descripción
rector es obtener, mientras que los verbos mantener e inducir aluden a cir- legal puede ser de diversas clases '.físico: la destrucción de la cosa en el tipo
cunstancias modales de la conducta. Otra hipótesis ilustrativa es la del abuso de daño en bien ajeno (artículo 265, inciso Io), "los dolores" o "sufrimientos"
de confianza del artículo 249, inciso Io, en la que el verbo rector es apropiarse, "físicos" en la tortura (artículos 137 y 178, inciso Io), o los "experimentos
y las inflexiones verbales accesorias son el haber confiado o el haber entre- biológicos" en los tratos inhumanos de que da cuenta el artículo 146; fisio-
gado. Adviértase, además, que en el Código Penal es frecuente encontrar el lógico', la muerte de un hombre en las figuras de homicidio y genocidio (ar-
empleo del subjuntivo, bien en tiempo presente, o bien en futuro imperfecto, tículos 101, inciso Io, y 103) o el "daño en el cuerpo o en la salud" en las lesio-
utilizando la tercera persona del singular: "el que rehuse o demoré' (artícu- nes personales (artículos 111 y siguientes), y el "embarazo forzado" en el
lo 424) y "el que mataré' (artículo 103), son muestras de ello. genocidio (artículo 101, inciso 2o, numeral 2); psicológico: el pánico causa-
Debe observarse que la acción prohibida aparece estructurada de una do con la realización de la conducta consagrada en la descripción típica
doble manera en los tipos penales: en unos casos, la ejecución de un acto contenida en el artículo 355 del Código Penal;psiquiátrico: la "perturbación
determinado en la ley implica la realización de la descripción típica, lo que psíquica" en las lesiones personales (artículo 115, inciso Io), las ."lesiones
sucede en los tipos de pura actividad, también denominados de acción, en psíquicas" causadas al desaparecido (artículo 166, numeral 7) o la "lesión
los cuales al legislador no le interesa la producción de un resultado exterior, grave a la integridad mental" (artículo 101, inciso 2o, numeral 1) en el genoci-
como sucede en el disparo de arma de fuego contra vehículo automotor del dio; eticosocial: las prácticas de "segregación racial" que menciona el artícu-
artículo 356. En otros casos acontece, justamente, lo contrario: el aspecto lo 147 en los actos de discriminación; y, para terminar, de índole económi-
objetivo del tipo se caracteriza exclusivamente por la obtención de un resul- ca: la "sustracción del comercio" de los bienes en el acaparamiento (artículo
>\ tado, como sucede en el tipo de lesiones personales de los artículos 111 y 112, 297), o el daño en la "materia prima, producto agropecuario o maquinaria"
»¡¡„ inciso Io, que, por ello, es de resultado. Este último distingo justifica, enton- en la hipótesis del articuló 304, inciso Io, que, además, contiene un buen ejem-
(|í ees, el estudio del resultado y el nexo de causalidad (imputación objetiva). plo de resultado físico.
268 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 269
\ ¡I
'" d) El nexo de causalidad {imputación objetiva) procedimiento inverso para verificar la causalidad, y así, una omisión será
causa del resultado si —supuesta mentalmente la realización de la acción
\i Para poder atribuirle un resultado a una persona como producto de su omitida— aquel hubiera sido evitado.
'¡ acción, es necesario determinar si aquel aparece ligado a esta por una rela- Este proceder, que ha sido muy criticado por la doctrina, se puede uti-
ción de causalidad, de tal manera que se pueda predicar —desde un punto lizar, siempre y cuando se apliquen diversos correctivos: en primer lugar, no
de vista no solo naturalístico, sino también jurídico— la existencia de un se deben suponer hechos no ocurridos, esto es, no se pueden inventar posi-
vínculo de causa a efecto entre uno y otra; o, en términos de la discusión con- bles nexos de causalidad (causalidad hipotética). Así mismo, en segundo
temporánea, que el resultado se le pueda atribuir, achacar, o imputar al ac- lugar, se debe tener en cuenta que una cadena causal, una vez puesta en
tuar del agente. Ello es de vital importancia para el derecho penal, pues todos movimiento, puede ser interrumpida por otra u otras, que están en la posibi-
los días se discuten ante los tribunales diversos casos en los que el adminis- lidad de generar el resultado (por ejemplo, los casos de causalidad alterna-
Uador de justicia debe acreditar, valiéndose de los medios probatorios ordi- tiva o doble: dos autores disparan al mismo tiempo sobre la víctima, o le
narios, si este elemento se configura o no, cosa poco sencilla si se tiene en vierten veneno en cantidad suficiente en la comida; o los eventos de causa-
cuenta que el problema planteado por este elemento de las figuras típicas es lidad adelantada o interrumpida: una persona es envenenada con un tóxico
muy discutido tanto por la filosofía como por las ciencias naturales. de acción lenta y antes de que este empiece a producir efectos muere en un
Ahora bien, pese a las discusiones que la causalidad ha generado en la atraco callejero). En tercer lugar, como esta postura va de la mano de una
ciencia contemporánea, esta exigencia sigue siendo trascendental en el es- concepción del tipo complejo (concepción defendida por elfinalismo),el dolo
tado actual del conocimiento humano, como, incluso, lo reconoce el mismo y la culpa deben servir de controles para limitar la extensión de la cadena
legislador: "la causalidad por sí sola no basta para la imputación jurídica del causal; y, finalmente, en cuarto lugar, solo la acción imputable objetivamente
resultado" (artículo 9o, inciso 2o), y lo reitera al exigir una "causalidad hipo- será "causa" del resultado, pauta que es considerada una teoría independiente,
tética" o "nexo de evitación" en las figuras omisivas (artículo 25, inciso 2o); como se mostrará luego.
así mismo, cuando redacta las diversas descripciones típicas, incluye tal Otra de las posturas más conocidas es la teoría de la causalidad ade-
elemento valiéndose de inflexiones verbales como "matare" (artículo 103), cuada (J. VON KRIES [1853-1928] y L. VON BAR). Según esta concepción, no
"cause" (artículo 111), "causare" (artículos 122, inciso Io, y 123), "ocasio- toda condición es causa, desde el punto de vista penal, sino aquella que según
ne" (artículo 354), etc. De ello se deduce, entonces, que cuando el jurista emi- la experiencia general habitualmente produce el resultado: así, verbi gra-
te un juicio de tipicidad, debe precisar si la acción causante del resultado le na, cuando una persona le suministra a otra una dosis de cianuro, la "expe-
es atribuible al agente, apoyado en diversas teorías. riencia general" indica que dicho tóxico produce graves daños orgánicos que
La primera y más tradicional es la llamada teoría de la equivalencia de pueden ocasionar la muerte, por lo que la acción del autor es adecuada para
las condiciones o conditio sine qua non (J. GLASER y M. VON BURI), según la producir el resultado sin necesidad de continuar extendiendo la cadena cau-
cual —partiendo de un concepto de causalidad natural— todas las condicio- sal, como acontecía con la primera teoría, en su versión primigenia; por el
nes del resultado tienen idéntica y equivalente calidad causal; de esta mane- contrario, para citar un ejemplo clásico, si el sujeto activo le da una bofetada
ra, en el homicidio serían causas del resultado no solo la acción de disparar a otro, que es hemofílico, a consecuencia de lo cual se produce su deceso,
realizada por el agresor, sino, además, las conductas de fabricar el arma y el también la experiencia general indica que tal acción no es causa adecuada
proyectil, de engendrar al homicida, etc., pues todos esos comportamientos de dicho resultado, sino de lesiones personales, aunque, no obstante, de
son trascendentes para la producción del resultado muerte. conformidad con la teoría de la equivalencia, la conducta del sujeto activo
No obstante, para evitar la extensión de la cadena causal hasta el infi- sí sería causa de la muerte.
nito y asegurar la aplicación práctica de esta concepción, se suele acudir a la Como puede apreciarse, se introduce un criterio valorativo (el de la ex-
llamada "fórmula de la teoría de la condición" {conditio sine qua non), que periencia general) que permite el desplazamiento del dogma causal hacia
distingue entre las condiciones positivas (acciones) y las negativas (omisio- terrenos normativos, acudiendo a pautas gaseosas, no siempre verificables,
,, nes): en relación con las primeras, se dice que una acción es causa de un re- que tampoco resuelven diversas hipótesis de la vida práctica; por ello, debe-
»"* sultado si, suprimida mentalmente su realización, este no se hubiera produ- ría concluirse, el científico investido de un conocimiento distinto del que
M cido. En torno a las segundas, la fórmula indica que debe realizarse un posee el común de las personas que le da muerte a su enemigo valiéndose de
270 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 271

I
•* un virus descubierto en su laboratorio, no realizaría una "causa adecuada" comportamiento; con ello se da un salto desde las teorías puramente natura- J
" para la producción del resultado, pues ello contrariaría los dictados de la "ex- listas hasta las normativas, aunque la verificación de la causalidad natural "
,* periencia general". Críticas como esta llevaron a los defensores de tal pos- sigue siendo un límite mínimo, pero no suficiente, para la asignación del .
,1 tura a plantear la necesidad de acudir a otros criterios delimitadores, igual- resultado. De esta manera, para poder atribuirle una consecuencia a un su- •
mente valorativos: la previsibilidad objetiva y la diligencia debida. jeto determinado, es indispensable que, objetivamente, el resultado que se
De conformidad con la primera pauta, una acción solo es adecuada para imputa implique la realización de un riesgo jurídicamente relevante, cuya evi-
producir un resultado cuando una persona normal puesta en la misma situa- tación sea precisamente la finalidad de la norma infringida por el sujeto; la
ción del agente habría podido prever que, en circunstancias corrientes, tal re- causalidad, pues, no se hace derivar de exigencias ontológicas ni de deter-
sultado se produciría de modo inevitable; no obstante, si se piensa que pre- minadas posturas filosóficas, sino de consideraciones teleológico-normati-
visible objetivamente lo es casi todo, este criterio no funciona. vas: el fin atribuido al derecho penal y a las normas penales, con lo cual queda
De la misma manera, acorde con la segunda regla, si la acción se rea- claro que esta concepción se adscribe a un sistema funcional o teleológico
liza con la diligencia debida, en sana lógica debe concluirse que el resultado funcional (racionalismo del fin), como se le denomina.
se mantiene dentro del ámbito de lo permitido jurídicamente, con lo que tam- Así, pues, cuando el administrador de justicia pretende determinar si el |
poco habría problema alguno, y nada aportaría tal criterio para la determi- resultado producido es consecuencia de una acción o de una omisión, esta !
nación de la causalidad. Esta concepción, de gran acogida en el derecho civil concepción le impone verificar —sin olvidar que la causalidad natural es un
en el que rige la responsabilidad sin culpa en diversos casos, no ha penetra- límite previo que requiere, de todas maneras, establecer— tres niveles dis-
do en el derecho penal presidido por el principio de culpabilidad; así mismo, tintos que, como ya se dijo en acápites precedentes, tienen amplio asidero |
las pautas propuestas por ella se tornan tan generales que en la práctica re- en la Carta Fundamental y en el propio Código Penal, cuando erigen la cons-
portan poca utilidad y se pierden en meros juicios de probabilidad. trucción del delito en los conceptos de acto (conducta) e imputación (Cons-
Las censuras formuladas a tal postura llevaron a E. MEZGER a plantear titución Política, artículo 29, inciso 2o, y Código Penal, artículo 6o, inciso Io),
una concepción puente entre las anteriores elaboraciones y las contemporá- y afirman (Código Penal, artículo 9o, inciso 2o) que "la causalidad por sí sola
neas, pues, partiendo de la teoría de la equivalencia de las condiciones —con- no basta para la imputación jurídica del resultado": en primer lugar, si la
siderada por él como la única correcta desde un punto de vista causal—, conducta ha creado un riesgo juridicopenalmente relevante para el bien
postula la llamada teoría de la relevancia. Según ella, no todas las causas jurídico (carácter disvalioso del comportamiento realizado por el agente); en
que intervienen en la producción de un suceso son jurídicamente equivalen- segundo lugar, si ese riesgo se ha concretado en el resultado (la conducta
tes, sino solo las que son relevantes; en otras palabras: aun en los casos en realizada por el sujeto es constitutiva de tentativa o de hecho consumado);
los que la acción es causal respecto del resultado, solo podrá castigarse al y en tercer lugar, si el resultado queda cobijado dentro del ámbito de pro-
agente por dicho resultado cuando la conexión causal es trascendental, es tección de la norma (interpretación de los tipos penales discutidos, con base
decir, importante desde el punto de vista jurídico. en consideraciones politicocriminales). De estas pautas generales surgen
Desde luego, esta doctrina, que distingue correctamente dos estadios en diversos criterios de imputación objetiva como los siguientes: el riesgo
la causalidad: el causal y el normativo, no alcanzó a explicar con base en qué permitido —la convivencia en sociedad y su desarrollo, implican la asunción
criterios debía determinarse la relevancia de un comportamiento definido, de diversas contingencias que deben ser asumidas—, el principio de confian-
aunque, como es obvio, torna a su autor en predecesor de la tercera postura, za —el vivir en comunidad obliga a cada ciudadano a responder por los resul-
que preside la discusión desde el decenio del setenta del siglo xx hasta hoy: tados derivados de sus propios comportamientos, no por los de terceros—,
la teoría de la imputación objetiva (K. LARENZ, R. HONIG, G. JAKOBS, C. ROXIN, la prohibición de regreso y la comisión en posición de garante —la imputa-
y W. FRISCH, entre muchos otros). ción del resultado solo alcanza a quien es garante de la evitación de este—, y
Según este último enfoque, debe reemplazarse la idea de causalidad por la estructura de los tipos de resultado —según estas figuras típicas, solo el
la de imputación objetiva —nombre con el que se denomina también una de- resultado que es concreción del riesgo creado por la acción da lugar a la con-
„. terminada sistemática del delito, que echa sus raíces en la concepción de HE- sumación de la conducta descrita en la ley penal, segundo nivel de imputa-
•* GEL y aun en la de ARISTÓTELES—, criterio a partir del que se determina si un ción objetiva— de los que se pueden deducir diversas reglas referidas, en i
»* resultado preciso es atribuible o imputable objetivamente a un determinado principio, a los tipos de lesión —se advierte que hoy se intenta erigir normas \
272 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 273

I" riesgo corrido por el bien jurídico y, por consiguiente, no se le puede impu- s
1
' similares en relación con los tipos de peligro o amenaza—, entre las cuales tar la realización de uno de los tipos de lesiones personales (artículos 111 y \\
'| se pueden mencionar las siguientes que, conforme a lo dicho, encuentran ver- siguientes). Igual sucede con la persona que, para evitar el atropello de un J
i* dadero asidero en el título i del Código Penal y en la propia Constitución.
grupo de niños por la acción de un vehículo desbocado sin conductor, se I
i' Primera regla: no hay imputación objetiva cuando se realizan accio-
abalanza sobre este y logra controlarlo, aunque no puede evitar cuantiosos
nes que producen causalmente el resultado, sin superar los límites propios
del riesgo permitido. Así, por ejemplo, la instalación de un reactor atómico daños en una propiedad; desde luego, pese a que se han causado daños en
o la realización de actividades peligrosas en el ámbito industrial (riesgos que bien ajeno (artículo 265, inciso I o ), ese resultado no le es imputable objeti-
se deben correr necesariamente en beneficio del desarrollo social), la reali- vamente al agente.
zación de un carnaval popular o una fiesta anual (riesgos fundados en la tra- Esta situación no puede ni debe confundirse con aquella en virtud de la
dición), la circulación en el tráfico automotor, terrestre o aéreo (riesgos re- cual el sujeto activo no debilita un peligro existente, sino que lo reemplaza
gulados en disposiciones legales o reglamentarias), la práctica de deportes por otro, cuya realización es menos gravosa para el sujeto pasivo que la acción
de alto riesgo o las intervenciones curativas en el seno de la actividad médi- inicial. Así, por ejemplo, cuando "A" lanza a "B" por una ventana para impe-
ca (también reglamentadas o lex artis), etc., son comportamientos que su- dir que muera en un incendio y le causa algunas lesiones de gravedad (artícu-
ponen la realización de peligros que, sin embargo, no implican la ejecución los 111 y siguientes), no há realizado una conducta susceptible de ser cali-
de conductas típicas, porque se llevan a cabo dentro del ámbito de lo tolera- ficada como un caso de disminución del riesgo, sino de reemplazo del peligro
do (riesgo permitido). Así las cosas, si el autor lleva a cabo un comporta- existente que no excluye la imputación objetiva, aunque puede dar lugar a
miento ajustado a derecho —como, por ejemplo, conducir un vehículo res- invocar una causal de exclusión de la tipicidad (consentimiento del sujeto pa-
petando todas las reglas del tránsito vial y atropella a un peatón— no se le sivo) o de la antijuridicidad (estado de necesidad justificante).
puede imputar objetivamente tal resultado; en casos como estos, pues, el Tercera regla: las conductas que no implican disminución ni aumento
sujeto activo crea un riesgo permitido que tiene relevancia jurídica, pero la significativo del riesgo para el bien jurídico no dan lugar a la imputación
conducta realizada no es susceptible de adecuarse a las descripciones típi- objetiva del resultado. En efecto, en primer lugar, para aludir a los casos de
cas contenidas en la ley, pues tal actividad está permitida justamente en be- no disminución del riesgo de lesión de un bien jurídico, si "A" —sabedor de
neficio colectivo. que se inicia una tormenta— envía a "B" al bosque con la esperanza funda-
Tampoco es típica (confróntese, artículos 111 y 112, numeral 1) —por da de que un rayo le dé muerte, cosa que efectivamente sucede, realiza un
ausencia de imputación objetiva— la conducta que provoca cursos causales comportamiento que no puede ser tomado en cuenta por el derecho, pues en-
en el ámbito del acontecer permitido, como sucede en el instructivo caso del
viar a otro a pasear por el bosque es una conducta irrelevante, porque el resul-
sobrino que apremia al tío rico para que realice un viaje en avión con la
tado no le es imputable objetivamente al autor sino al azar.
esperanza de que perezca y así poderle heredar, lo que sucede en realidad;
desde luego, el tráfico aéreo es un riesgo permitido. Igual sucede si A motiva En segundo lugar, haciendo alusión a la hipótesis de aumento poco sig-
a B a practicar el deporte del boxeo confiando en que muera en una pelea, nificativo del riesgo, si "A" levemente chuza con un alfiler a "B" —que pre-
cosa que efectivamente acaece. viamente había sufrido graves lesiones en su integridad física— no realiza
Segunda regla: las conductas realizadas para disminuir el riesgo no una conducta que aumente de manera significativa el riesgo para el bien jurí-
comportan la imputación objetiva del resultado. En otras palabras: si el agente dico, por lo cual el resultado no le es imputable objetivamente. .
actúa modificando el curso causal para aminorar o disminuir el daño próxi- Cuarta regla: a quien obra confiando en que los demás se mantendrán
mo corrido por el bien jurídico y se produce un resultado desvalorado jurí- dentro de los límites propios del riesgo permitido, no le son imputables ob-
dicamente, este no puede ser imputado a su conducta, porque la norma no jetivamente los resultados producidos de esta manera. Así, por ejemplo: al
debe prohibir acciones que buscan proteger a aquel (delitos imprudentes); conductor de vehículo que atraviesa un cruce con semáforo en verde, no le
no hay, pues, imputación objetiva por tratarse de un riesgo permitido. Así, son imputables objetivamente los riesgos producidos (daños, lesiones per-
I por ejemplo, si el sujeto "A" empuja a "B" y le causa algunas lesiones, para sonales, muertes) a raíz del choque propiciado por otro conductor que no res-
•• evitar que una mortal puñalada dirigida por un tercero "C" haga blanco en petó la prohibición de cruzar estando el semáforo en rojo; ello es apenas obvio *
'* su humanidad, es indudable que ha realizado una acción que disminuye el si se parte del principio de confianza que inspira esta pauta. Ello, claro está, i
274 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 275
I
• salvo que se trate de menores, de inimputables o de personas que no sean jurí- tados de cabra china, a consecuencia de lo cual mueren algunos de ellos al
* dicamente responsables en ese ámbito. contraer una infección (con bacilos de carbunco o ántrax), y se comprueba
Quinta regla: no son imputables objetivamente los resultados deriva- luego —con certeza— que la desinfección tampoco habría logrado eliminar
I dos de conductas realizadas por el agente dentro del riesgo permitido, por el resultado. Desde luego, en este caso no procede la imputación objetiva de
medio de un tercero que no obra conjuntamente con él, salvo que se ostente la conducta a título de homicidio culposo (artículo 109); por el contrario, si
posición de garante con respecto a los riesgos que pudiera crear ese terce- en un caso de estos se verifica que la conducta violatoria de los reglamentos
ro. Ejemplo: el funcionario militar —debidamente autorizado— que le vende incrementa el riesgo permitido y produce el resultado, este le es objetivamente
un arma legalmente amparada a un particular, no es sujeto activo ni partíci- imputable. Este es un caso comprensible a la luz del segundo nivel de im-
pe en la conducta homicida realizada por este último al emplear dicho arte- putación objetiva (la realización del riesgo).
facto, por no ser garante. Décima regla: le es imputable objetivamente al agente el resultado por
Sexta regla: no son imputables los resultados derivados de la situación él producido, pese a que de la conducta de un primer autor se derivaba ine-
de la propia víctima, siempre que no sea conocida con antelación y no hu- vitablemente la producción del resultado. Ejemplo: si la víctima ha recibi-
biere deber de conocerla. Así, verbi gratia, el médico que le desconecta el do del agente un disparo necesariamente mortal, pero su deceso se produce
respirador al paciente afectado por una profunda lesión cerebral, absoluta- antes por causa de una violenta explosión ocasionada por un tercero, este no
mente irrecuperable, no realiza conducta típica de homicidio agravado (ar- puede aducir la ausencia de imputación objetiva pretextando que el resulta-
tículos 103 y 104), porque el resultado (muerte) es producto de la situación do se iba a producir de todas maneras; el caso, sin embargo, es discutido, y
vivida por la propia víctima, y, en esas condiciones, ya no existe deber algu- se abre paso una postura según la cual la pena imponible al tercero debe ser
no de continuar con el tratamiento intensivo* atenuada.
Séptima regla: no es imputable objetivamente el resultado originado en Situación distinta de esta, aunque muy parecida, se presenta cuando el
una puesta en peligro producida por un tercero, sin participación del agen- resultado era todavía evitable: la víctima ha sido envenenada, pero puede ser
te, a condición de que no tenga el deber de protección o salvaguarda del bien salvada con el suministro de un antídoto; sin embargo, es muerta por un
jurídico. Así sucede, a título de ejemplo, en el siguiente caso: un terrorista disparo propinado por un tercero; en este caso, no cabe ninguna duda en el
instala en una vivienda una carga explosiva que se activa en el momento que sentido de que el resultado muerte le es imputable al segundo autor, que debe
el propietario de la residencia vecina abre su puerta; obviamente, como este responder de homicidio consumado.
último no es garante de las actividades ilegales realizadas por el sujeto ac- Undécima regla: como norma general, los casos de causalidad hipo-
tivo, los resultados producidos (muertes, lesiones, daños, explosión, etc.) no tética no influyen en la creación de un riesgo ni en la imputación al tipo', sin
le son imputables objetivamente a su actuar. embargo, a veces tienen alguna incidencia. Aunque las hipótesis son plu-
Octava regla: no es imputable el resultado producido en virtud de la rales, pueden hacerse las siguientes precisiones:
pérdida de capacidad de actuar que el propio agente se ha ocasionado, cuan- En primera instancia, no se excluye la imputación objetiva cuando existe
do este no se encontraba en situación de garante (tipos de comisión por omi- un autor sustituto; así las cosas, el hurtador no puede aducir que no ha rea-
sión). Por ejemplo: al médico que reside en la misma clínica donde trabaja lizado conducta típica de hurto, dado que otra persona se aprestaba a apode-
y se emborracha aprovechando su día libre, no le es imputable la muerte de rarse de la cosa en ese momento.
un paciente producida por un galeno asesino que estaba esa noche de turno, En segunda instancia, si el autor solo modifica una causalidad natural
porque, a pesar de que si no se hubiera embriagado habría podido evitar el sin agravar la situación de la víctima en su conjunto, no hay imputación
resultado, no tenía la posición de garante en el caso concreto. Esta pauta, al objetiva. Por ejemplo: "A" transita en su locomotora por un tramo de dos
igual que las últimas cuatro, son manifestación del criterio de la prohibición vías que está bloqueado por un desprendimiento de rocas y no puede frenar
de regreso y de la posición de garante. a tiempo para evitar la colisión; "C", que presencia el hecho, cambia las agujas
Novena regla: no se pueden imputar objetivamente los resultados que y desvía la locomotora de la vía izquierda a la derecha y se produce, de todas
no realizan el riesgo no permitido, así se haya incrementado o aumentado maneras, el choque anunciado y la muerte de "A".
\¡l el albur jurídicamente tolerado sin repercutir en el resultado. Así sucede En tercera instancia, si en el ejemplo anterior "C" no solo modifica la
5 si el agente, fabricante de pinceles, les suministra a sus operarios pelos infec- causalidad natural, sino que la sustituye por una acción autónoma (le propina
276 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 277
II
I
* un tiro a "A" con un rifle de mira telescópica y le da muerte antes que se pro- la pierna. Las soluciones a este tipo de casos son disímiles, pues se discute
! duzca el choque) habrá que predicar la imputación objetiva. si se excluye o no la imputación objetiva del resultado.
II Duodécima regla: no son imputables objetivamente los resultados que Decimosexta regla: si el autor estaba en capacidad de realizar una con-
'* sean producto de la conducta de la víctima, cuando esta sea jurídicamente ducta alternativa conforme a derecho que, de manera probable, hubiera
responsable. Así, por ejemplo, el lesionado que se lava las heridas con agua podido evitar el resultado, se discute si este se le imputa o no objetivamente.
contaminada que le produce una septicemia generalizada, ha realizado una Por ejemplo, el conductor de un camión que no guarda la distancia permiti-
actividad desencadenadora del resultado muerte, no imputable objetivamente da y con la pretensión de adelantar a un ciclista —que conduce totalmente
a quien le causó la herida inicial. ebrio y al hacer un viraje brusco es arrollado por las llantas del camión— ha
Decimotercera regla: si el autor realiza una conducta que crea un riesgo debido realizar la conducta alternativa consistente en guardar la distancia que,
para el bien jurídico, pero el resultado se produce a raíz de la irrupción de posiblemente, hubiera salvado la vida del ciclista. Algunos autores creen que
otra cadena causalfruto de un riesgo general normal, ese resultado no le es debe imputarse objetivamente el resultado, mientras otros opinan que el re-
imputable objetivamente al agente. Así sucede, verbi gratia, en la hipótesis sultado solo se puede imputar cuando es seguro que la conducta alternativa
tantas veces mencionada del herido lesionado en un intento de homicidio que habría evitado el resultado. Desde luego, parece ser más consecuente la se-
muere víctima de un incendio en el hospital donde ha sido recluido, o en un gunda postura.
accidente de tránsito (cursos causales imprevisibles); en este caso, el agente Decimoséptima regla: si el agente coopera en la realización de una con-
debe responder de tentativa de homicidio. Hay quienes entienden que esta ducta que supone la propia puesta en peligro dolosa por otra persona, o la
regla se explica, por cuanto se trata de un resultado causado por fuera del ám- induce a hacerlo, no le es imputable el resultado producido. Verbigracia:
bito de protección de la norma. si "A" incita al temeroso "B" a que se tire a nadar en un charco muy profundo
de un río caudaloso, y este —que se da cuenta del peligro y asume los ries-
Desde luego, si el autor aumenta el riesgo del curso causal subsiguien-
gos— encuentra la muerte, ese resultado no le es imputable objetivamente
te de manera relevante desde el punto de vista jurídico (nexos causales des-
al primero. Esta regla, que parece clara en la doctrina y en el derecho posi-
viados), el resultado le puede ser imputado; así acontece, por ejemplo, cuando tivo alemanes, encuentra —sin embargo— tropiezos en el derecho positivo
"A" lanza a "B", que no sabe nadar, a un río caudaloso para que se ahogue, que castiga la inducción o ayuda al suicidio cuando alguien actúa dolosamente
pero este perece al golpearse contra la baranda del puente y se realiza de esta en la producción del resultado (Código Penal, artículo 107).
manera un homicidio consumado; este caso, recuérdese, es normalmente tra-
tado como un error irrelevante sobre el nexo de causalidad. Decimoctava regla: el que realiza una conducta que pone en peligro a
otra persona, con la aceptación de esta, no realiza un comportamiento que
Decimocuarta regla: no es imputable objetivamente el resultado pro- le sea imputable objetivamente. Es el típico caso del pasajero de taxi que, so
ducido más tarde, sobre una víctima que en el momento de la creación del pretexto de cumplir un compromiso con urgencia en un determinado lugar,
riesgo no estaba amenazada por este. Así, por ejemplo, el conductor de un apremia al conductor a marchar más rápido, a consecuencia de lo cual se pro-
bus de servicio urbano que no se detiene ante un semáforo en rojo y un ki- duce un accidente y resulta gravemente lesionado; también sucede lo mis-
lómetro más adelante, cuando conducía reglamentariamente, atropella a un mo con quien tiene una relación sexual con una persona contagiada con sida
peatón, no realiza conducta típica por ausencia de imputación objetiva, así y se infecta, pese a que actuó con pleno conocimiento del riesgo que la amena-
sea evidente que su detención en el semáforo hubiese impedido la realiza- zaba. En estos casos, pues, el sujeto pasivo no se pone en peligro a sí mis-
ción del resultado. Esta regla también suele considerarse como un caso en mo, sino que, plenamente consciente de ello, se deja poner en riesgo por un
el que el resultado se produce por fuera del ámbito de protección de la norma. tercero. Estas situaciones son muy frecuentes en el tránsito moderno, y su
Decimoquinta regla: se discute si hay imputación objetiva en casos de solución no es unívoca, pues suelen ser tratados como casos de consentimien-
consecuencias tardías. Ejemplos: un dentista atiende a un paciente y, por to del sujeto pasivo —solución que se dificulta porque no siempre este tipo
negligencia del profesional de la salud, diez años después aquel resulta con- de bienes jurídicos es disponible—, de atipicidad por falta del deber de cui-
taminado con el virus del sida; en un atraco callejero, una persona sufre una dado cuando se trata de hechos culposos, de autopuesta en peligro, etc.
% herida que le causa la amputación de una de las piernas y, años después, muere Decimonovena regla: no le son imputables objetivamente al agente los
i en otro asalto ante la imposibilidad de huir de los asesinos por la carencia de resultados sufridos por terceros, a raíz de conductas lesivas de los bienes
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I I
•J jurídicos producidas por aquel (daños causados por un "rebote"). Por ejem- minación hasta ahora utilizada que no la de "objeto jurídico", que puede J
* pío: en un atraco callejero, un asaltante le da muerte a un joven fotógrafo para prestarse a equívocos, sobre todo desde el punto de vista de las construccio- *
hurtarle una elevada suma de dinero que acaba de obtener de un cajero au- nes italianas del delito.
1 tomático; enterada del hecho, la abuela de la víctima muere de un paro f) Los medios
cardíaco. Obviamente, la muerte del ascendiente del occiso no se le puede En algunos casos, la adecuación de la conducta a un determinado tipo
imputar al autor del homicidio, por tratarse de un daño que se causa por fuera
penal depende de que el autor haya empleado ciertos medios o instrumentos
del ámbito de protección de la norma.
para la comisión del hecho, de los contemplados en la correspondiente des-
Vigésima regla: hay conductas que, pese a superar el riesgo permiti-
cripción legal. Así, por ejemplo, el hurto puede verse calificado cuando el
do, al aumentar el peligro para el bien jurídico, no permiten, sin embargo,
agente emplea el "escalamiento", "llave sustraída o falsa", "ganzúa" (artículo
la imputación objetiva del resultado por no ser uno de los que trata de evi-
240, numeral 4); del mismo modo, la calumnia o la injuria se agravan cuan-
tar la norma infringida. Así sucede, por ejemplo, en el siguiente caso: los
do se utiliza "cualquier medio de comunicación social u otro de divulgación
motociclistas "A" y "B" marchan de noche por una vía, uno detrás de otro,
colectiva" (artículo 223), etc.
sin luces; de repente, un tercer motociclista "C", que venía de frente, por la
falta de iluminación, choca con "A" y le da muerte. Desde luego, en este caso Sin embargo, no todos los tipos penales exigen medios determinados:
bastaba que "B" tuviera la luz encendida para haber evitado el resultado, cosa en principio, se puede matar a otro utilizando cualquier procedimiento (ar-
que no sucedió, por lo que aumentó el peligro; sin embargo, el resultado no tículo 103), aunque si se emplean medios catastróficos se configura un tipo
le es imputable objetivamente, porque la norma de tránsito que obliga a tran- penal distinto (artículo 104, numeral 3); el tipo de lesiones personales con
sitar con las luces encendidas durante la noche pretende evitar accidentes con incapacidad de hasta treinta días tampoco indica cómo se puede afectar la inte-
el propio vehículo, no con los de terceros. Se trata, pues, de un caso en el gridad personal (artículo 112, numeral 1, por ejemplo); y, para citar otro ejem-
que el resultado se produce por fuera del ámbito de protección de la norma. plo, la moneda se puede falsificar acudiendo a cualquier proceder (artículo
Para terminar, téngase en cuenta que buena parte de los ejemplos pro- 273). En fin, como toda exigencia de la descripción legal, el medio puede
puestos para explicar las diversas reglas corresponden a hipótesis impruden- aparecer consignado cumpliendo diversas funciones en la descripción típica.
tes, aspecto que debe ser tenido en cuenta al momento de estudiar dichas es- Pero no solo pueden servir de instrumentos en manos del autor las cosas,
tructuras típicas. sino también las personas', así, por ejemplo, el homicidio y el hurto pueden
realizarse valiéndose "de la actividad de inimputable" (artículo 104, nume-
e) El bien jurídico ral 5, y 241, numeral 3), aunque la ley debió decir trastornado mental o menor,
Consecuencia de que una de las funciones de la norma penal es la protec- para no confundir la inimputabilidad con su causa.
ción de bienes jurídicos, es la exigencia según la cual todo tipo penal contiene
g) El momento de la acción
en su aspecto objetivado un determinado objeto de protección denominado
"bien jurídico" (Código Penal, artículo 32, numeral 2) o "bien jurídicamen- Así mismo, algunos tipos prevén determinadas circunstancias de carác-
te tutelado", como de manera no del todo acertada señala la ley (artículo 11); ter temporal, consistentes en momentos o límites pasajeros durante los que
por eso, cuando la ley penal describe las conductas valoradas de manera nega- debe realizarse la acción prohibida, que es bien distinto del tiempo de comi-
tiva, tiene como norte el concepto en examen. Así, por ejemplo, no es con- sión del hecho al que se aludió cuando se expuso el ámbito de validez tem-
cebible el tipo de homicidio sin la "vida" como interés protegido, o el hurto poral de la ley penal. Así, por ejemplo, la muerte del hijo fruto de acceso car-
sin "el patrimonio económico", o el de contaminación ambiental sin "el am- nal violento, abusivo, o de inseminación artificial, solo se configura si el hecho
biente", etc. se realiza "durante el nacimiento" o "dentro de los ocho días siguientes" (ar-
Ahora bien, los bienes jurídicos son conceptos abstractos que en nin- tículo 108); el hurto de uso supone que la cosa se utilice durante un lapso "no
gún caso pueden ser confundidos con el objeto sobre el que recae la acción mayor de veinticuatro horas" (artículo 242, numeral 1). Otros tipos penales
del agente, como se verifica, verbi gratia, en el hurto (artículo 239), en el que no indican ningún momento: se puede matar a alguien a cualquier hora (ar-
* el objeto es la "cosa mueble" y el bien jurídico consiste en "el patrimonio tículo 103), o realizar acceso carnal mediante violencia en cualquier instan- t
X económico" como concepto abstracto. Añádase que es preferible la deno- te del día o de la noche (artículo 205), etc. i
280 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 281
¡
* h) El lugar de la acción tículo 456, inciso Io), "el gobierno nacional" (artículo 467) o un "descubri-
» También, algunas descripciones típicas exigen la realización de la con- miento, invención científica" (artículo 308), etc.
| ducta en determinados lugares, trátese o no de ámbitos delimitados; este j) Otros componentes
elemento debe distinguirse del lugar de comisión de la conducta punible, ya
estudiado al exponer el ámbito de validez espacial de la ley penal, y puede Más concretamente se alude a dos circunstancias asociadas con el as-
operar en tales tipificaciones de diversas maneras: agravando alguna figura pecto objetivo —e incluso con el subjetivo— del tipo penal: en primer lu-
o figuras, integrando la tipificación básica o atenuándola. Así, verbi gratia, gar, las denominadas circunstancias agravantes y atenuantes de carácter
el hurto realizado "en lugar despoblado o solitario" (artículo 241, numeral genérico y específico previstas en las partes general y especial del Código
9) adquiere una configuración especial, lo mismo si se lleva a cabo en "ho- Penal, aunque en gran parte de los casos conforman verdaderos elementos
teles, aeropuertos, muelles, terminales de transporte terrestre" (artículo 241, del tipo (Código Penal, artículos 55 a 58,104,166,170,179, 181,185,211,
numeral 5); a su vez, la violación de domicilio se configura solo si se produ- 216, 241, 266, entre otros). En relación con este evento, no cabe duda que
ce "en habitación ajena o en sus dependencias inmediatas" (artículo 189). gran parte de las "circunstancias" genéricas agravantes y atenuantes —lo mis-
Desde luego, muchas figuras típicas pueden realizarse en cualquier lugar, mo que las específicas— son elementos que integran los tipos penales, no
como sucede con el homicidio (artículo 103), la violencia carnal (artículo obstante su dudosa generalidad, pues sería absurdo predicar que se refieren
205), o el incesto (artículo 237), etc. a toda clase de tipo penal; así, por ejemplo, a nadie se le ocurriría pensar que
el acceso carnal violento (artículo 205) se puede ejecutar "sobre áreas de es-
i) El objeto de la acción pecial importancia ecológica o en ecosistemas estratégicos definidos por la
Por tal se entiende la persona o cosa material o inmaterial sobre la que ley o los reglamentos" (artículo 58, numeral 16), o que se lleve a cabo "por
recae la acción del agente, esto es, puede tratarse de un hombre vivo o muer- motivos nobles o altruistas" (artículo 55, numeral 2). Desde luego, estas "cir-
to, consciente o inconsciente, de una persona jurídica o entidad colectiva, de cunstancias" atienden a los elementos ya examinados, aunque ha de adver-
una colectividad de personas, del organismo estatal mismo, toda cosa animada tirse que algunas de ellas, incluso, enfrentan al intérprete a componentes del
o inanimada de carácter material o no. Sin embargo, parece más preciso en- tipo en su aspecto subjetivo; así, verbigracia, pueden referirse a exigencias
tender por tal todo aquello sobre lo que se concreta la transgresión del bien modales, temporales o locales (artículo 58, numerales 5 y 15), al objeto de
jurídico tutelado y hacia lo cual se dirige el comportamiento del agente. la acción (artículo 58, numeral 16), a elementos subjetivos del tipo distintos
Así las cosas, el objeto de la acción puede ser personal, como acontece del dolo (artículo 58, numerales 2 y 3), etc. Como es obvio, para emitir un
en el homicidio (artículo 103) o en las lesiones personales (artículos 111, y juicio de tipicidad, se debe distinguir qué clase de elemento es el examinado
112, numeral 1, por ejemplo), esto es, el "otro" al que aluden las descripcio- y clasificarlo, bien en la descripción típica, o bien en la culpabilidad o en la
nes típicas. Así mismo, puede ser real cuando la acción del agente recae sobre punibilidad, según el caso.
una cosa: en el tipo de hurto, se habla de "cosa mueble" (artículo 239, inciso En segundo lugar, se hace referencia a las condiciones objetivas de
Io); en las figuras de hurto agravado, puede tratarse de un "medio motoriza- punibilidad o de penalidad, que también suponen la existencia de elemen-
do" (artículos 239 y 241, numeral 6); así mismo, puede ser una cosa avalua- tos unidos a la acción tipificada en el texto legal, pero que no dependen del
da en dinero: "sobre una cosa cuyo valor fuere superior a cien (100) salarios sujeto activo, sino —generalmente— de una tercera persona, como ocurre
mínimos legales mensuales..." (artículos 267, numeral 1, en armonía con los con la emisión de la providencia judicial respectiva en las falsas imputacio-
artículos 239 y siguientes, 249 y siguientes). En fin, el objeto puede ser un nes ante las autoridades (artículos 435 y siguientes) o con la comprobación
"inmueble", un "objeto de interés científico, histórico, cultural, artístico...", —también mediante providencia judicial de fondo, para el caso debería exi-
un "bien de uso público o de utilidad social" (artículo 350, inciso 2o), una girse la sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada; de otra opinión,
"obra destinada a la captación... de aguas" (artículo 351), una "nave", "cons- sin embargo, la Corte Constitucional en sentencia C-319 de 18 julio 1996—
trucción flotante" o "aeronave" (artículo 354). Incluso, el objeto puede ser de las "actividades delictivas" a que se refiere el tipo de enriquecimiento ilíci-
una cosa que pertenezca al propio agente, como sucede con el alzamiento de to (artículo 327).
*i bienes (artículo 253), o que se disponga de un "bien propio" (artículo 254). En relación con esta figura, la situación es poco clara, pues en primer
«, Finalmente, la cosa puede ser inmaterial, como sucede con "la patria" (ar- lugar debe precisarse si realmente existen condiciones "objetivas" de punibili-
282 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 283

dad —cuya admisión podría comportar el desconocimiento del principio de rre en su conducta un hecho constitutivo de la descripción típica"— se pue-
culpabilidad—, y, en segundo lugar, respondiendo de manera afirmativa a de deducir la noción de dolo; en efecto, si todo error implica un conocimien-
la anterior cuestión, si se clasifican dentro o fuera de la estructura del con- to inexacto de la realidad, y cuando concurre un error de tipo no es posible
cepto de delito, además de que la figura no ofrece consagración clara y ex- apreciar una realización dolosa, ello significa que el dolo implica, por lo
presa en el derecho positivo. En realidad, los tropiezos dogmáticos en este menos, la realización de un hecho constitutivo de la infracción penal con el
ámbito se derivan no solo del olvido del postulado mencionado, sino tam- correcto conocimiento de las circunstancias que integran la descripción tí-
bién de la ausencia de unidad en el tratamiento de las diversas hipótesis com- pica. Desde luego, este concepto así obtenido carece del elemento volitivo
prendidas dentro de esta categoría, que —por supuesto— impide una ade- que, por supuesto, tendrá que ser deducido del artículo 22.
cuada elaboración teórica por lo que es preferible la tendencia que niega —de
Lo anterior significa, entonces, que el codificador —a diferencia de
lege data— la presencia de esta categoría y clasifica tales hipótesis como
meros presupuestos objetivos de procedibilidad o procesabilidad propios del otros legisladores, salvo el Código Penal austríaco en su § 5 y el italiano en
derecho procesal, o como circunstancias pertenecientes al tipo penal, según el artículo 43— emite una doble noción del dolo: una positiva en el artículo
el caso. 22, y una negativa en el artículo 32, numeral 10, inciso Io. En síntesis, pues,
hay dolo cuando el agente realiza la conducta tipificada en la ley, sabiendo
C) Aspecto subjetivo que lo hace y queriendo llevarlo a cabo, de donde se desprende que está
conformado por dos momentos: uno intelectual, cognitivo o cognoscitivo; y
Si bien existe relativo acuerdo doctrinario en cuanto a la configuración otro voluntario, voluntativo o volitivo; por eso emplea la ley las expresiones
del aspecto objetivo del tipo, no sucede lo mismo con el subjetivo, sobre el "conocer" y "querer" (conoce y quiere: Código Penal, artículo 22).
que se expresa en toda su amplitud la discusión en torno al concepto de ac-
El primer momento del dolo, esto es, el intelectual, comprende no solo
ción; por ello, el punto de partida adoptado en esta materia incide en el en-
el conocimiento de las circunstancias del hecho, sino igualmente la previ-
tendimiento del aspecto subjetivo. Ahora bien, sus componentes fundamen-
tales son: el dolo y los elementos subjetivos distintos del dolo, cuya presencia sión del desarrollo del suceso mismo incluidas la imputación objetiva y el
puede ser fácilmente detectada en diversas descripciones típicas. resultado, esto es, lo que la ley denomina "los hechos constitutivos de la in-
fracción penal" (artículo 22). En efecto, cuando actúa, el agente debe cono-
a) El dolo cer los elementos que componen la figura típica, de la misma manera que lo
Esta figura, predicable en principio de todos los comportamientos pre- haría un hombre medio en su situación, ser consciente de ellas y considerar
vistos en la ley penal, ha sido definida de manera expresa por el legislador, la producción de esas circunstancias como realmente posibles en el caso con-
circunstancia que no exonera al asunto de exploraciones doctrinarias. Se- creto, esto en cuanto al primer aspecto; sobre el segundo, es además indis-
gún se desprende del artículo 22 del Código Penal, intitulado "Dolo": "La pensable tener conciencia de que la propia acción está en posibilidad de
conducta es dolosa cuando el agente conoce los hechos constitutivos de la realizar el aspecto objetivo del tipo. Así, por ejemplo, cuando "P" dispara
infracción penal y quiere su realización. También será dolosa la conducta sobre "J" y le causa la muerte, no solo debe querer hacerlo (momento voli-
cuando la realización de la infracción penal ha sido prevista como probable tivo, del que se hablará luego), sino además conocerlo y ser consciente de
y su no producción se deja librada al azar". De dicho texto legal se infiere, que su actuar está realizando la conducta de darle muerte a otro ser humano,
sin duda, que el dolo comporta el conocimiento (saber) y la voluntad de así como prever el desarrollo de ese suceso en el mundo fenoménico, com-
realización de los elementos constitutivos de la infracción penal, noción pro- prendidos el resultado y el nexo de causalidad (más que ello, la imputación
pia de una sistemática del delito para la cual esta figura forma parte de la con-
objetiva).
ducta humana penalmente entendida. Por ello, con claridad, la disposición
transcrita empieza por acentuar que "La conducta es dolosa...", con lo que De lo anterior se deriva, entonces, la necesidad de hacer algunas preci-
se descarta la posibilidad de entender el dolo como una "forma de culpabi- siones encaminadas a entender mejor este momento del dolo: en efecto, en
lidad"; desde luego, la expresión "hechos constitutivos de la infracción pe- primer lugar, debe indicarse de qué clase de conocimiento se trata, pues en de-
nal" hace referencia al aspecto objetivo del tipo. recho penal se habla de ello en dos sentidos: puede tratarse de un conocimiento
También del artículo 32, numeral 10, inciso Io—cuando afirma que no potencial, que equivale a la mera posibilidad de advertir algo, o de un cono-
es responsable penalmente quien "obre con ejror invencible de que no concu- cimiento efectivo, esto es, el realmente poseído por el agente, sea por estarlo
284 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 285

II
'J pensando al momento del hecho (actual), o sea porque a pesar de poseerlo agente debe conocer los elementos subjetivos del tipo (o del injusto, según
¡j¡¡ y tenerlo disponible, no lo considere al instante de actuar (actualizable). el punto de partida), pues no son componentes del dolo.
»|¡ Desde luego, el dolo requiere un conocimiento efectivo actual o actua- Por supuesto, debe advertirse que si el autor no conoce los elementos
»" lizable (W. PLATZGUMMER). ASÍ, el autor de un acceso carnal abusivo, en la del tipo objetivo no actúa con dolo y obra en un error de tipo, llamado así
hipótesis del artículo 208 del Código Penal, no necesita, al momento de es- por no existir armonía entre las partes objetiva y subjetiva de la figura; así
tar consumando el hecho, pensar en la calidad de mujer del sujeto pasivo, pues sucedería, por ejemplo, con la mujer embarazada que creyendo tomarse un
evidentemente "se da cuenta de ello"; ni tampoco, por supuesto, requiere me- calmante para el dolor ingiere un poderoso abortivo, incurre en un error en
ditar en que la mujer es menor de 14 años; basta, pues, con una "coconcien- cuanto a los medios, excluyente del dolo (artículo 122). Este ejemplo mues-
cia" del suceso o que esté "co-pensándolo". No obstante, en relación con el tra, entonces, que el error de tipo es la cara negativa del dolo; por eso, quien
resultado y el nexo de causalidad (o la imputación objetiva), en los tipos que actúa sin que medie una situación de error obra con dolo. No obstante, como
lo exigen, un conocimiento efectivo es imposible; basta con una previsión este problema está íntimamente vinculado con el aspecto negativo de la ti-
de ellos en líneas generales, pues ni siquiera la ciencia está en posibilidad de picidad, será expuesto más adelante.
hacerlo, con mayor razón si se trata de un conocimiento solo adquirible con Sobre el componente volitivo debe precisarse lo siguiente. Como no bas-
posterioridad al hecho. ta con el conocimiento de los hechos constitutivos de la infracción penal (as-
En segundo lugar, tal noción de dolo se denomina avalorada, pues no pecto objetivo del tipo) y con la previsión del desarrollo del suceso, es indis-
incluye el conocimiento de la antijuridicidad (este sí de carácter potencial) pensable, además, que el agente se decida a realizar la conducta tipificada;
—del que se tratará al examinar la culpabilidad, por ser uno de sus elemen- por ello se exige un segundo momento en el dolo, denominado también
tos—; es bueno precisar lo anterior, porque la doctrina tradicional, de orien- voluntario, voluntativo e, incluso, conativo', un querer, como dice la ley. Aho-
tación causalista, al postular una idea de dolo valorado, lo estudia en la ra bien, para saber cuándo el autor ha querido realizar el tipo en su aspecto
culpabilidad y afirma que esta requiere no solo conciencia de la realización objetivo, es necesario distinguir las diversas maneras como se manifiesta la
de la conducta típica, sino también conocimiento de su antijuridicidad (nor- voluntad realizadora del fin, lo que ha originado una división del dolo en tres
malmente, también efectivo). clases distintas —con la que, por supuesto, no comulgan las corrientes que
En tercer lugar, el conocimiento del aspecto objetivo del tipo supone que renuncian al elemento volitivo del dolo—.
el agente abarque intelectivamente los diversos elementos del respectivo tipo En efecto, se habla, en primer lugar, del llamado dolo directo (dolus di-
penal, sean estos de carácter descriptivo o normativo; no obstante, en tratán- rectus), que —en una modalidad inicial— aparece como dolo directo de
dose de estos últimos, su determinación no es tan sencilla, pues el autor debe primer grado, intencional o inmediato, o sencillamente intención, entendi-
conocer circunstancias que tienen un contenido jurídico o extrajurídico. Si do como aquel que se presenta cuando la realización del tipo ha sido perse-
se trata de elementos como la cosa "ajena" (artículo 239, inciso I o ), la calidad guida de manera directa por la voluntad del agente; así, verbi gratia, el autor
de "servidor público" (artículo 404), el "documento público" (artículo 286), quiere hurtar y lo lleva a cabo, quiere matar y lo ejecuta. Como se ve, en esta
etc., el actor deberá efectuar una valoración de la acción "paralela en la esfera especie de dolo directo predomina el componente volitivo sobre el cognos-
del profano" y sin que sea necesario poseer un conocimiento tecnicojurídi- citivo, y a él se refiere el artículo 22 en su primera parte: "La conducta es
co pues, de ser así, solo los juristas (¡y, por supuesto, solo un reducido nú- dolosa cuando el agente conoce los hechos constitutivos de la infracción penal
mero de ellos!) podrían obrar con dolo; en relación con los segundos, la situa- y quiere su realización", con lo cual no queda ninguna duda en el sentido de
ción es la misma, aunque el agente, acorde con el punto de partida indicado, que esta modalidad de dolo requiere tanto un componente intelectivo como
debe hacer una valoración de carácter empírico-cultural para poder precisar uno volitivo. -^
componentes típicos como el de "imputaciones deshonrosas" (artículo 220), En segundo lugar, aunque en verdad se trata de una modalidad comple-
etcétera. mentaria de la primera, se habla del dolo directo de segundo grado, indirec-
En cuarto lugar, no puede olvidarse que el conocimiento del agente debe to, mediato o de consecuencias necesarias, que se presenta cuando el actor,
\t\ abarcar las diferentes "circunstancias" específicas y aun las genéricas que para la realización del fin propuesto, asume los efectos concomitantes deri-
*' puedan calificarse como típicas, sean de agravación o de atenuación que, como vados de modo inevitable de la puesta en marcha de la acción; así, por ejemplo,
? ya se indicó, también conforman el tipo penal. En quinto y último lugar, el el homicida que para lograr la muerte de la víctima, a la que pretende elimi-
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II
jj! nar haciendo estallar una bomba en el vehículo, asume el deceso del conductor noscitiyo); son estas las teorías de la voluntad. De esta manera, pues, se pone
' que la acompaña a diario, por lo cual este último resultado (verdadero efecto énfasis en el componente volitivo, pero no se desecha el cognoscitivo, y es
concomitante de la acción) aparece ligado en la conciencia del autor con el el primer componente —el volitivo, de ahí el nombre dado a este grupo de
Í posturas— el que caracteriza el dolo eventual y lo diferencia de la impruden-
fin querido por él, de una manera necesaria. Por ello, puede afirmarse que cia o culpa consciente.
en esta variante del dolo directo predomina el componente cognoscitivo sobre
A su vez, se plantea, en segundo lugar, que hay dolo eventual cuando
el volitivo y, lo mismo que el de primer grado, se desprende del inciso I o del
el autor se ha representado la eventual realización del tipo como probable,
artículo 22 del texto legal que refunde —más allá de las discusiones que sobre
y hace hincapié en el momento cognoscitivo del dolo, que es el único que per-
el asunto se presentan en el derecho comparado— tanto los componentes
mite distinguir esta figura de la culpa o imprudencia consciente en la que la
volitivo como cognoscitivo.
realización típica se prevé solo como posible y desecha, por ende, los com-
Así mismo, en tercer lugar, se tiene el dolo eventual (dolus eventualis)
—mal llamado condicionado, porque, sin duda, la voluntad de realización ponentes volitivos; por eso a este grupo de concepciones se les conoce como
del tipo es incondicional— cuando el agente asume como probable la reali- teorías de la representación.
zación del tipo penal, con el consiguiente menoscabo para el bien jurídico Cada una de las posturas enunciadas —que tienen como común deno-
tutelado, y, a pesar de ello, sigue actuando para alcanzar el fin perseguido. minador su punto de partida subjetivo, en la medida que pretenden precisar
Así sucede, por ejemplo, cuando el autor al disparar en la vía pública sobre cómo elabora el autor desde el punto de vista psíquico su decisión incorrec-
su víctima, a la que le da muerte, deja librada a la suerte la lesión —que tam- ta, mas no desde el objetivo— tiene sus propias variantes; incluso existen
bién se produce— del peatón ocasional; o con el instructivo caso de quien teorías unitarias, con lo que se llega a un amplio espectro de posiciones con-
dispara sobre la manzana que tiene un niño sobre la cabeza, consciente de su formado por más de doce concepciones sobre el asunto, que van desde las
mala puntería, no obstante que actúa para obtener el fin perseguido. más difundidas en la época del causalismo hasta las que defienden los fun-
Como puede observarse, el contenido del injusto presente en el dolo cionalistas contemporáneos (sobre ello, R. RAGÚES I VALLES). Esto demues-
eventual es de menor grado que el presente en el dolo directo (de primero y tra, desde luego, que la definición de esta figura es algo todavía no aclarado,
segundo grados), porque la realización del tipo penal no ha sido propuesta y que el debate se pierde —como sucede con toda la construcción del dolo—
ni tenida como segura por el autor, sino que se deja abandonada al curso de en un mar de discusiones terminológicas.
los fenómenos. En principio, esto no se traduce en ninguna diferencia en el Ahora bien, el inciso 2o del artículo 22 del Código Penal —que repro-
campo punitivo entre dichas modalidades de dolo, con lo que la división ter- duce consideraciones de una sentencia del Tribunal Supremo Federal alemán,
minaría cumpliendo un cometido meramente académico, cuando lo aconse- emitida en 1980—, al afirmar que "también será dolosa la conducta cuando
jable desde el punto de vista politicocriminal sería hacerlo; sin embargo, pues- la realización de la infracción penal ha sido prevista como probable y su no
to que el legislador normalmente señala las penas indicando unos máximos producción se deja librada al azar", parece concillarse con una variante de la
y unos mínimos dentro de los que debe moverse el juzgador, además de que postura mixta: por un lado, el agente debe prever como probable la realiza-
se señala como criterio de dosificación o de determinación judicial de la pena ción de la infracción, con lo que se pone énfasis en los conceptos de previ-
"la intensidad del dolo" (Código Penal, artículo 61, inciso 3o) no cabe duda sibilidad y probabilidad, esto es, en el componente cognoscitivo del dolo;
de que el triple distingo ya hecho tiene repercusiones en este ámbito. y, por el otro, como la ausencia de realización de la infracción prevista "se
No obstante, para saber si el autor previo como probable la realización deja librada al azar", se parte de la idea de que las cosas deben seguir sü curso,
del tipo penal, será necesario establecer cuál ha sido su actitud frente a ello, con lo cual, así sea en menor medida, también se tiene en cuenta el compo-
tema que ha dado lugar a diversos criterios doctrinarios que, tradicionalmen- nente volitivo gracias al que el sujeto activo puede "dejar librada" la reali-
te, han fluctuado entre dos grandes grupos de posturas cuyas elaboraciones zación de la infracción al acaso, a la casualidad o al azar—lo que ratifica que
se remontan al siglo xix. en todos los tipos dolosos hay un componente de albur en la producción del
Así, se dice, en primer lugar, que hay dolo eventual cuando el agente resultado, que también sucede en los imprudentes, como se dirá luego, sin
Bu, ha aprobado interiormente la posible realización del tipo, la acepte coñscien- que ello signifique extraer este elemento, el resultado, del injusto—, que es
*'» temente, esté de acuerdo con ella (elemento volitivo), aunque también debe lo contrario de la certeza en torno a ello. Hay, pues, de entrada, un claro pre-
W|
' considerar como posible la realización de la descripción típica (elemento cog- dominio del componente cognoscitivo sobre el volitivo, pues se asume la
288 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 289
III'
JJ1 teoría de la probabilidad —que es una variante de la tesis de la representa- También consagra la ley motivos de autor: "motivos nobles o altruis-
to | ción— unida al criterio de dejar que las cosas sigan su curso, posición que tas" (artículo 55, numeral 2); "motivo abyecto, fútil" (artículo 58, numeral
. desarrolla la teoría del peligro no cubierto o asegurado (defendida por R. 2); "para satisfacer los deseos de otro" (artículos 213 y 214); "con el fin de
Í obtener un provecho" (artículos 296, considerados a veces como propósitos,
D. HERZBERG), aunque, se repite, sin lograr eliminar el componente volitivo según la concepción que se asuma); y "motivo abyecto o fútil" (artículo 103,
en el dolo como lo propone este autor; además, parece claro que el dolo even- numeral 4), etc.
tual —por mandato de la "norma rectora" contenida en el artículo 11 que Finalmente, de manera excepcional, consagra la ley impulsos afectivos:
consagra el principio de lesividad— implica, necesariamente, la decisión en "ánimo de lucrarse" (artículos 213 y 214), "ánimo de lucro" (artículo 103,
contra del bien jurídico, una de las pautas que C. ROXIN tiene en cuenta den- numeral 4), etc.
tro de su concepción funcional del dolo eventual, la llamada teoría del to-
En segundo lugar, aparecen en algunos tipos penales los llamados ele-
marse en serio.
mentos del ánimo o de la actitud, denominación contraria a una concepción
Sin duda, pues, se trata de una concepción mixta sobre la materia que
liberal y propia de un derecho penal de ánimo, que permite predicar de lege
pone acento en criterios objetivos de delimitación, llamada a generar dificul-
lata su inconstitucionalidad, como sucede con la "sevicia" (artículo 104, nu-
tades a la hora de llevar a la vida práctica el asunto; adicionalmente, genera meral 6).
problemas para distinguir el dolo eventual de la culpa o imprudencia cons-
ciente, uno de los problemas más difíciles y discutidos del derecho penal. D) Clasificación de los tipos penales
b) Los elementos subjetivos distintos del dolo
A pesar de que el dolo es el núcleo central del aspecto subjetivo del tipo, Son cuatro los criterios que permiten dividir los tipos penales: la estruc-
es posible encontrar en la ley distintas figuras que requieren determinados tura, el contenido, el sujeto activo y el bien jurídico tutelado.
contenidos de índole subjetiva diferentes de él, a partir de los cuales se ha En relación con su estructura —esto es, el aspecto formal de las des-
elaborado la teoría de los elementos subjetivos del tipo (para otros del injus- cripciones típicas— se puede hablar, en primer lugar, de tipos básicos o
to), que se suponen distintos de los "elementos subjetivos de la culpabilidad", fundamentales para referirse a aquellos en que se describe de manera inde-
cuya estructura es muy compleja y su naturaleza muy discutida; por ello, no pendiente uno o varios modelos de comportamiento humano en una sola
es de extrañar que se haya intentado clasificar estos componentes subjetivos descripción, razón por la cual se aplican sin sujeción a ningún otro y enca-
de las más variadas maneras. bezan regularmente cada uno de los capítulos del Código Penal. Buenos
Así las cosas, se puede afirmar la existencia de dos clases de elementos ejemplos son las figuras de homicidio (artículo 103), hurto (artículo 239 inci-
subjetivos del tipo distintos del dolo: en primer lugar, los especiales elementos so Io) y violación (artículo 205).
subjetivos, esto es, los que suponen en el autor un determinado propósito o En segundo lugar, se alude a los tipos autónomos para designar aque-
intención, una motivación o un impulso, que se suman al conocimiento y vo- llos que, además de los elementos del tipo básico o fundamental, contienen
luntad de la realización del tipo (dolo). Así sucede, por ejemplo, en los pro- otros que pueden ser nuevos o modificatorios de aquel cuya aplicación ex-
pósitos consignados en estas disposiciones: "... con el propósito de cometer cluyen; así acontece, por ejemplo, con las figuras del homicidio piadoso
delito de rebelión o de sedición..." (artículo 472); "... con el fin de cometer (artículo 106), o la falsa denuncia contra persona determinada (artículo 436).
delitos..." (artículo 340, inciso Io, en concordancia con la ley 733 de 2002, Así mismo, en tercer lugar, se nombran los tipos subordinados:o com-
artículo Io); "... con el fin de obtener para sí o para otro medio de prueba de plementados —a veces llamados modificados— para comprender los que,
hecho verdadero..." (artículo 295); "... con el fin de alterar las condiciones refiriéndose a un tipo básico o autónomo, señalan determinados elementos
del mercado..." (artículo 304); "... con propósitos distintos..." (artículo 168 o aspectos que califican la conducta, los sujetos o el objeto descrito en estos;
actual redacción); en fin, "... para apropiarse en todo o en parte de bien in- por ello, no pueden excluir la aplicación de aquellos y suponen su presencia
mueble..." (artículo 261), "con el propósito de destruir total o parcialmente a la que se agrega como aditamento la norma que contiene la peculiaridad
ll,, un grupo nacional" (artículo 101), "con finalidad diferente al tratamiento" suplementaria. En otras palabras: el supuesto de hecho o tipo se conforma
J"111 (artículo 132), "con finalidad diferente a la procreación humana" (artículo con dos o más disposiciones de la ley penal que debe armonizar el intérprete
*,M 134), "con el fin de suspender o paralizar el trabajo" (artículo 199), etc. o el aplicador de justicia; y, dependiendo de la clase de elemento de que se
MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 291
290

trate, pueden traducirse en una agravación de la pena imponible {agravados) En sexto y último lugar, se habla de tipos en blanco, denominación poco
o en su atenuación {atenuados o privilegiados). Así, por ejemplo, serían del apropiada porque da a entender la ausencia de tipificación, para indicar aque-
primer orden el homicidio (artículos 103 y 104, numeral 1, o el 103 y el 104, llos casos en los que el supuesto de hecho se halla consignado total o par-
numeral 5) y el hurto (artículos 239, inciso Io, y 241, numeral 10); del se- cialmente en una norma de carácter extrapenal; así sucede en los casos de los
gundo, el peculado (artículos 397, inciso Io, y 4Q1 en cualquiera de sus in- artículos 334, 336, 338 y 368 del Código Penal.
cisos) y la falsa denuncia (artículos 435 y 440). Incluso, es posible que en En relación con el segundo criterio clasificador, esto es, según el con-
un mismo artículo se encuentren tipos que reúnan una u otra calidad (con- tenido o la técnica legislativa empleada por el legislador para redactar los
fróntese, artículo 223, incisos I o y 2o). tipos penales, se pueden dividir como sigue. En primer lugar, son de mera
Tanto en el primer caso como en el segundo pueden concurrir, salvo que conducta, de pura acción o de pura actividad, si la descripción se agota en
ya hayan sido previstas de manera expresa, las llamadas "circunstancias una acción del autor que no requiere la producción de un resultado en el mun-
genéricas" de menor o de mayor punibilidad (artículos 55 y 58), que en bue- do exterior que sea separable espacio-temporalmente; así sucede, por ejem-
na medida son también elementos de las descripciones típicas, aunque no en plo, con las figuras de la injuria (artículo 220), la falsa denuncia (articulo 435)
todos los casos como se verá luego. y la utilización de métodos y medios de guerra ilícitos (artículo 142). En estos
Un fenómeno interesante se presenta cuando el tipo modificado —con- casos, el legislador ha valorado de manera negativa la conducta (desvalor de
formado por los elementos del tipo básico y por el complemento o situación acción), con independencia del resultado que se produzca.
adicional, como ya se dijo— sufre agregados plurales; por ejemplo, el hurto En segundo lugar, se toman en cuenta los tipos de resultado, es decir,
es doblemente agravado (artículos 239, y 241, numerales 9 y 10). En estos aquellos en los cuales el codificador describe una determinada acción, a la
casos, naturalmente, se trata, en principio, de dos tipos distintos; sin embargo, que le sigue la producción de un cierto resultado o efecto en el mundo feno-
la unidad de la conducta realizadora hace pensar en una variante típica, que ménico —desde luego, recuérdese, no se entiende la expresión resultado en
bien podría denominarse como tipo modificado plural, sea agravado o ate- sentido jurídico, pues si así fuese, tipos de resultado serían aquellos en los
nuado. que se produce una efectiva lesión del bien jurídico (de resultado material)
En cuarto lugar, se mencionan los tipos elementales o simples para o únicamente su amenaza o puesta en riesgo (de peligro o riesgo)—; buenos
indicar los que solo describen un modelo de comportamiento, concretado por ejemplos son los supuestos de hecho de homicidio (artículo 103) y lesiones
medio de un verbo rector, como sucede en la injuria (artículo 220), en el ho- personales (artículos 111 y 112, numeral 1). No obstante, algunos de ellos
micidio (artículo 103) o en la ofensa a diplomáticos (artículo 466). consagran un doble resultado: lesiones seguidas de parto prematuro o de abor-
to preterintencionales (artículo 118), o el sabotaje seguido de la suspensión
También, en quinto lugar, se traen a consideración los tipos compues- o la cesación colectiva del trabajo (artículo 199, inciso 2o).
tos para designar los que describen una pluralidad de conductas, cada una en
capacidad de conformar por sí misma una descripción típica distinta; se Se mencionan, en tercer lugar, los tipos de conducta instantánea para
pueden, a su vez, subclasificar en complejos y mixtos. Los primeros supo- designar los supuestos de hecho en los que la realización del comportamien-
nen la concurrencia de dos o más conductas, cada una constitutiva de un tipo to descrito o el resultado, según el caso, se agotan en un solo momento. Así,
autónomo, pero de cuya unión nace un complejo típico distinto dotado de in- por ejemplo, la injuria (artículo 220), el homicidio (artículo 103) o el incen-
dependencia, como sucede en el homicidio cometido por medio catastrófi- dio (artículo 350, inciso Io).
co (artículos 103, y 104, numeral 3) y las lesiones realizadas por medio ca- En cuarto lugar, se señalan los tipos de conducta permanente, £sto es,
tastrófico (artículos 111 y siguientes, 104, numeral 3, y 119). Los segundos, aquellos en los que el comportamiento del agente se renueva de manera con-
pese a contemplar diversas modalidades de conducta, se conforman con la tinua, permanente, en el tiempo, como sucede con el concierto para delin-
realización de una cualquiera de ellas, como sucede con el supuesto de he- quir (artículo 340, inciso Io, en concordancia con la ley 733 de 2002, artícu-
cho vertido en el artículo 376, inciso Io, comprensivo de doce verbos recto- lo 8o), el secuestro (artículo 168, en concordancia con la ley 733 de 2002,
res; y con la figura de la concusión, en la que se encuentran tres (artículo 140). artículo Io), la fraudulenta internación en asilo o clínica (artículo 186, inciso
Si se tiene en cuenta que para la realización de un tipo mixto basta con eje- Io) y el desplazamiento forzado (artículo 180).
cutar uno de los comportamientos consignados en ellos, se les puede deno- Así mismo, en quinto lugar, se habla de tipos de comisión o de acción
minar también de conducta alternativa. para hacer referencia a los que describen modelos de comportamientos o con-
LA TIPiCIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 293
MANUAL DE DERECHO PENAL
292

ductas de carácter comisivo (acciones), como acontece con el homicidio cuando concurren varios sujetos activos de manera uniforme para conseguir
(artículo 103), el incendio (artículo 350, inciso Io) y el acceso carnal violen- un mismo objeto como sucede, verbigracia, con la rebelión (artículo 467),
to (artículo 205). la sedición (artículo 468), la asonada (artículo 469) y la conspiración (artículo
En sexto lugar, se habla de los tipos de omisión para designar las figu- 471). Y de encuentro —o de conducta bilateral—, en los que también con-
ras consagratorias de comportamientos omisivos (omisiones), sean propias, curren varias personas, pero de manera autónoma, como acontece en el abor-
to, donde confluyen la mujer y el abortador (artículo 122, inciso Io), no obs-
por estar vertidas de manera expresa en la ley, como acaece en el prevarica-
tante que la conducta de este se castiga en el tipo del inciso 2o del mismo
to por omisión (artículo 414), omisión de denuncia de particular (artículo 441)
artículo 122; y el cohecho, en el que coinciden quien da el dinero o la utilidad
y la omisión de socorro (artículo 131); o sean impropias, por no aparecer
y el servidor público que la recibe (artículo 405), con la advertencia de que
consagradas de manera explícita en el texto legal, aunque se deducen de los la conducta del particular es castigada por el artículo 407.
tipos comisivos, por lo que suele denominárseles de comisión por omisión;
ejemplos de estos serían los de homicidio: la madre que no amamanta a su Esta clase de figuras típicas debe ser cuidadosamente distinguida de lo
hijo y lo deja morir de inanición (artículos 103, y 104, numeral 1) o de lesio- que la doctrina llama tipos de participación impropia o necesaria (verdade-
nes personales en el mismo ejemplo (artículos 111; 112, inciso I o , y 119) y ros tipos plurisubjetivos aparentes), en los que intervienen también varios
la prolongación ilícita de la libertad (artículo 175). sujetos, pero uno de ellos permanece impune por ser precisamente el titular
De igual manera se habla, en séptimo lugar, de los tipos abiertos para del bien jurídico afectado; así sucede, por ejemplo, con la pornografía con
referirse a los que han sido redactados acudiendo a pautas generales, sin menores (artículo 218) y el acto sexual abusivo con menor de catorce años
precisar las circunstancias de la conducta ni indicar la modalidad del com- (artículo 209).
portamiento que ha de producir el resultado; o las figuras que de manera deli- Así mismo, en tercer lugar, se puede hablar de tipos comunes para re-
berada contienen referencias totalmente vagas, indefinidas o equívocas, ten- ferirse a los que no exigen ninguna condición especial para ejecutar la con-
dentes a alcanzar cualquier acción, por lo que se pueden denominar también ducta en ellos descrita, y que pueden ser realizados por cualquiera, como se
indeterminados, puesto que desconocen el principio de taxatividad ya exa- desprende del anónimo "el que" o "quien" que suele encontrarse al comien-
minado. Ejemplos de ellos son todos los tipos de omisión impropia, los zo de su redacción. Ejemplos de ellos son la inducción a la prostitución (ar-
culposos (artículos 109; 360 relacionado con el 350 y siguientes) y el de fal- tículo 213), el de amenazas (artículo 347, inciso Io) y la contaminación
sificación de moneda (artículo 273). ambiental (artículo 332).
En último lugar, existen los tipos cerrados cuando los supuestos de En cuarto lugar, se mencionan los tipos de sujeto activo calificado —tam-
hecho determinan con precisión las diversas circunstancias típicas, de tal ma- bién llamados especiales o de sujeto activo especial e, incluso, tipos de in-
nera que las conductas mandadas o prohibidas se desprenden con toda cla- fracción de un deber—, es decir, los que requieren en el agente o sujeto ac-
ridad de la ley; por eso se les puede llamar también determinados. Ejemplos tivo una cualidad o categoría especial, como la exigida en las descripciones
más o menos afortunados serían el abuso de confianza (artículo 249, inciso del peculado (artículo 397, inciso Io), que solo puede ser realizado por un "ser-
Io), el estímulo a la prostitución de menores (artículo 217) y el hurto (artícu- vidor público"; la utilización indebida de fondos captados del público, que
lo 239, inciso I o ). requiere la calidad de "director, administrador, representante legal o funcio-
Atendiendo al tercer criterio clasificador, esto es, al sujeto activo o al nario de las entidades sometidas a la inspección y vigilancia" de una de las
autor de la conducta, puede hablarse, en primer lugar, de tipos monosubje- superintendencias allí señaladas (artículo 314) y la infidelidad a los deberes
tivos o unisubjetivos para hacer referencia a aquellos que describen conduc- profesionales, que requiere la calidad de "apoderado o mandatario'"(artícu-
tas realizadas por un sujeto, como los^de corrupción de alimentos, productos lo 445, inciso Io).
médicos o material profiláctico (artículo 372, inciso I o ), lesiones al feto (ar- Para terminar, en cuarto lugar, atendiendo al bien jurídico tutelado,
tículo 125) o perturbación de certamen democrático (artículo 386, inciso Io). como criterio clasificador, pueden dividirse los tipos en diversos grupos:
En segundo lugar, puede hacerse referencia a los tipos plurisubjetivos, Pueden ser monoofensivos si el legislador por medio de ellos ampara
esto es, los que exigen la presencia de por lo menos dos autores para la rea- un solo bien jurídico, como sucede con el hurto en relación con el patrimo-
lización de la conducta descrita en la ley, que se pueden subdividir de dos nio económico (artículo 239, inciso Io) y el homicidio que protege la vida
maneras: de convergencia —también llamados de conducta unilateral—, (artículo 111). Y pluriofensivos, que —como su nombre lo indica— ampa-

11. VELÁSQUEZ V., 2?


294 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 295

¡»> ran al mismo tiempo varios bienes jurídicos, como sucede con el tipo de "servidor público" (artículo 405), por lo que un particular no puede realizar
"»- incendio (artículo 350, inciso I o ), que afecta tanto el patrimonio económico dicha descripción legal; así mismo, puede suceder que el autor no realice la
J*1 como la seguridad pública; el homicidio sobre persona protegida, que afec- conducta (comisiva en este caso) respectiva porque, verbi gratia, en vez de
I ta tanto la vida como el abstracto bien jurídico conformado por el "derecho lesionar mate, o cometa hurto en vez de peculado, etc. O, sencillamente,
internacional humanitario" (artículo 135) y el incesto, que lesiona la fami- porque el hecho imputado sea inane desde el punto de vista penal, como
lia, la libertad y el pudor sexuales (artículo 237). sucede con quien profiere palabras descorteses en contra de un magistrado
Así mismo, se alude a los tipos de lesión para designar aquellos en los no constitutivas de injuria. Como es obvio, tampoco hay tipicidad en los casos
que resulta menoscabado el bien jurídico tutelado, como sucede en el homi- de inexistencia de la conducta.
cidio simple (artículo 111), el hurto básico (artículo 239, inciso I o ) y las le- Por supuesto, también ello sucede cuando falta el sujeto pasivo o cual-
siones (artículos 111, y 112, inciso I o ), etc. quiera otro de los elementos típicos, incluidas las circunstancias de agrava-
Junto a los anteriores, suelen exponerse los tipos de amenaza o de pe- ción o de atenuación correspondientes. Por eso, no hay conducta típica
ligro en los cuales se describen conductas que apenas alcanzan a potenciar objetiva de hurto agravado por tratarse de lugar despoblado o solitario (ar-
una lesión para el objeto de la acción y, por ende, para el bien jurídico, y se tículos 239, inciso I o , y 241, numeral 9) si este se cometió en sitio concu-
dividen en tipos de peligro concreto o efectivo (mejor de amenaza concre- rrido; en fin, no se tipifica una violación a la libertad de cultos si el acto
ta), como el incendio (artículo 350, inciso I o ) o el manejo ilícito de micro- realizado no era "religioso" (artículo 201), ni tampoco existe hurto sin cosa
organismos (artículo 330), y de peligro abstracto o presunto —sean de mera mueble (artículo 239, inciso I o ).
actividad o de resultado que, pese a que son rechazados por el legislador en
el artículo 11, encuentran muy claras manifestaciones en la parte especial—, b) La ausencia de elementos subjetivos
como la corrupción de alimentos, productos médicos y material profiláctico Tampoco hay tipicidad si el agente, a pesar de haber realizado el aspec-
(artículo 372, inciso I o ), el pánico (artículo 355) o el abandono de menores (ar- to objetivo del supuesto de hecho, no obra con el dolo exigido o con los ele-
tículo 127, inciso I o ), distinción que depende en todo caso de la mayor o menor mentos subjetivos requeridos, o con ambos.
cercanía de la "conducta peligrosa" para el objeto de la acción y, por consi- 1. La falta de dolo y el error de tipo. Si no se presenta uno de los com-
guiente, para el bien jurídico. ponentes del dolo, o ambos al mismo tiempo, no hay tipicidad; aunque ello
depende —por supuesto— de cada figura en particular, pues dicho elemen-
E) Causas de atipicidad to se materializa de manera distinta en cada caso; por ello, no es lo mismo
La categoría en estudio tiene una faz positiva y otra negativa, según los actuar con dolo de matar que de falsificar, ni tampoco es posible obrar con
resultados a que lleve el juicio de tipicidad en el caso concreto, que —de ser un dolo determinado realizando el tipo de otra figura delictiva: a nadie se le
afirmativos— pueden conducir a afirmar la congruencia típica por presen- ocurriría violar a una mujer con dolo de contaminar el ambiente (artículos
tarse los elementos objetivos y subjetivos de la figura; o, en caso contrario, 103, y 332, inciso I o ) o realizar un homicidio con dolo de daño en bien ajeno
negarla, y caer entonces en el terreno de la no tipicidad, que a su vez puede (artículos 103 y 265, inciso I o ). El caso más destacado de desarmonía entre
ser de carácter absoluto (cuando la conducta examinada no es subsumible los dos aspectos del tipo penal se presenta cuando la ausencia del dolo se pro-
en ningún tipo penal) o relativo (por no aparecer alguno o algunos de los ele- duce porque el autor ignora que está realizando el aspecto objetivo del su-
mentos de la descripción comportamental y poder ser comprendida por otro puesto de hecho respectivo; esto es, cuando se configura un error de tipo.
tipo penal). Ahora bien, siguiendo el orden de la exposición, debe predicarse a') Noción de error de tipo. El error significa una discordancia entre
la atipicidad del comportamiento por las razones examinadas a continuación. la conciencia del agente y la realidad, esto es, supone que el autor se repre-
sente de manera equivocada lo existente (falta la conciencia, pero la reali-
a) La ausencia de elementos objetivos dad existe); desde luego, el error es de tipo cuando el momento cognosciti-
Si faltaren uno o varios de los elementos objetivos del tipo en el caso vo del dolo no abarca el aspecto objetivo del supuesto de hecho en la forma
(¡i, sometido a análisis, debe concluirse que no hay tipicidad en relación con la requerida por cada figura. En otras palabras: hay error de tipo cuando no exis-
í""1 figura en concreto. Así, v.gr., para la existencia del cohecho—desdeelpunto te conocimiento de que se realiza el aspecto objetivo del tipo, por lo que la
1,11
»' de vista objetivo— es indispensable que el sujeto activo posea la calidad de conducta deviene atípica. Así, por ejemplo, si el agente obra con la convic-
296 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 297

ción de disparar sobre un espantapájaros puesto en el huerto de su casa, y mata a cometer un error que —sin embargo— no tiene relevancia desde el punto
a un vecino que se ha disfrazado de tal para jugarle una broma, se presenta de vista penal, pues el autor quería matar a un hombre y lo ha conseguido,
una discordancia entre lo representado y lo realmente ocurrido, pues el au- efectivamente. Como puede verse, en este caso los objetos de la acción son
tor actúa con la finalidad de impactar un objeto inanimado, y no al hombre típicamente equivalentes.
que se pone en lugar de este; hay, pues, un error sobre un elemento del tipo Distinta es la situación cuando ellos no son típicamente equivalentes:
objetivo: el objeto de la acción que al mismo tiempo es el sujeto pasivo ("el "P" quiere matar a "L" y a tal efecto le hace un disparo que —por la oscu-
otro" de que habla el artículo 111), que excluye el dolo de matar y, por ende, ridad del lugar— hace impacto en un chimpancé, que se halla sentado en el
la tipicidad dolosa. sitio donde el autor suponía que se encontraba su víctima; en este caso el error
Estos son los casos normales de error de tipo excluyentes de la tipici- es relevante, desde el punto de vista penal, pero su tratamiento es distinto del
dad dolosa, y no deben confundirse con el llamado error de prohibición, que de los casos ordinarios, pues se considera que en relación con el hombre hay
recae sobre el conocimiento de la antijuridicidad, uno de los elementos de la una tentativa inidónea de homicidio —no punible en el derecho colombia-
culpabilidad. Además, existen casos límite en los que —según la concepción no—; y ante el objeto alcanzado, un daño en bien ajeno culposo —tampoco
asumida y de las características del hecho— puede estarse frente a una u otra punible de lege lata (confróntese, artículos 21, inciso 2o, y 265)—.
modalidad; así sucede, por ejemplo, cuando "A" —un ciudadano de condi- La segunda modalidad es el error en el golpe. También conocido como
ción humilde— le pide permiso al inspector de policía (autoridad incompe- aberratio ictus o error en la ejecución, que se presenta cuando se produce un
tente) para adquirir 250 gramos de marihuana, destinados a curar a su padre extravío del acto doloso, una "aberración", en cuya virtud —si bien el autor
enfermo (hipótesis de posesión ilegal de droga: artículo 376). Es más, exis- ha individualizado de manera suficiente el objeto de la acción y ha dirigido
ten otras modalidades de errores, como los que recaen sobre la culpabilidad sobre él su actuación— el proceso causal lesiona en realidad un objeto dis-
y la punibilidad. tinto, no incluido en su representación. Así, por ejemplo: "J" dispara sobre
b') Casos especiales de error de tipo. A diferencia de los situaciones un perro y mata a un hombre que, buscando ahuyentar al animal, de impro-
mencionadas —que no ofrecen mayores dificultades—, existen tres hipóte- viso se atraviesa en la línea de tiro; "L" lanza un dardo venenoso contra "C",
sis que suelen generar algunos obstáculos en su tratamiento, lo que obliga a pero alcanza a "M", que paseaba por el lugar —y a quien no quería matar ni
realizar un estudio por separado de cada una de ellas. lesionar—. También se presenta este error cuando "A" dispara sobre "J" y
En primer lugar, los errores sobre el nexo de causalidad (imputación alcanza a "P", quien se interpone tratando de evitar una riña.
objetiva) y el resultado. Debe recordarse que el agente debe prever—no co- En estos casos, una parte de la doctrina suele ver tentativa en relación
nocer efectivamente, a diferencia de los demás elementos del aspecto obje- con el objeto propuesto, y comisión culposa con respecto al objeto alcanza-
tivado del tipo— el nexo de causalidad y el resultado (que para él se presen- do; por ello, en la primera hipótesis hay daño en bien ajeno tentado (artículos
tan como acontecimientos futuros), lo que puede generar situaciones de error, 27 y 265) y homicidio culposo (artículo 109); y, en la segunda y la tercera
cuya trascendencia ha de ser examinada; es lo que sucede en los eventos de se presenta tentativa de homicidio (artículos 27 y 103) y homicidio culposo
error sobre el objeto de la acción, error en el golpe y error sobre el nexo de (artículo 109), con lo que el error tendría relevancia penal, aunque de mane-
causalidad, en sentido estricto, en los que se presentan auténticos problemas ra limitada. No obstante, otra opinión pretende resolver estos casos de la mis-
de causalidad y, por tanto, se pueden agrupar bajo tal denominación. A ma manera que en lo tocante al error sobre el objeto, afirmando que en las
continuación se trata de cada uno de ellos. dos últimas hipótesis existe hecho consumado. Parece más lógica, desde
La primera modalidad es el error sobre el objeto de la acción. Esta for- luego, la primera postura.
ma especial de error de tipo se conoce también como error in persona vel La tercera modalidad es el error sobre el nexo de causalidad en senti-
obiecto o error en el motivo, y se presenta cuando la conducta desplegada do estricto. Se presenta cuando se realiza un curso causal no siempre coin-
por el agente se ejecuta sobre un objeto de la acción (persona o cosa) dife- cidente con el inicialmente programado por el agente, sea que las desviacio-
rente del que quería dañar, y es necesario precisar si el objeto representado nes producidas tengan carácter esencial o no; desde luego, ello debe quedar
tiene equivalencia con el afectado o no. Así, por ejemplo, si "P" comisiona muy claro, lo normal en la vida cotidiana —y no solo en el ámbito del dere-
al asesino a sueldo "J" para quitarle la vida a "A", pero "J" lo confunde con cho penal— es que las personas se representen una realización de los cursos
"D", a quien le da muerte, sin duda el desarrollo del suceso lleva al agente causales no coincidente, de manera total, con el desarrollo de los sucesos. Así,
MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 299
298

por ejemplo, "J" pone en escena la muerte de "P" mediante un disparo en la tiene relevancia alguna y en el ejemplo se configuran hipótesis de homici-
cabeza, pero en realidad lo hiere en el corazón; se produce aquí, pues, una dio doloso (artículos 103 y 104, numeral 7); otra, en cambio, ve dos conductas
desviación no esencial que es irrelevante, pues de todas maneras se tipifica diferentes, de tal manera que en las dos hipótesis se configuraría una tenta-
un homicidio. tiva de homicidio doloso (artículos 27, 103 y 104, numeral 7) en el primer
Pero a veces la causalidad y el resultado producidos son totalmente di- acto y un homicidio culposo en el segundo (artículo 109). Finalmente, una
vergentes de los imaginados por el autor, como sucede en las siguientes tres tercera postura asevera, de manera más coherente, que las dos soluciones pue-
hipótesis: "A" proyecta lesionar a "J" propinándole una trompada, pero este den llevar a equívocos y debe distinguirse, ante todo, si la desviación en el
—a causa del empellón— resbala, al caer se golpea en la cabeza y muere. nexo de causalidad es o no esencial: si no lo es, el error no tiene relevancia
"L" supone la muerte de "C" produciéndole una lesión con un martillo; no alguna; si sucede lo segundo, es trascendente desde el punto de vista penal.
obstante, el proyectado destrozo craneano no se produce y la víctima muere En segundo lugar, deben mencionarse los errores sobre atenuantes y
desangrada por una hemofilia muy desarrollada que aquel ignoraba. Final- agravantes; es este el segundo grupo de errores especiales. En verdad pueden
mente, "C" pretende escarmentar a "N" produciéndole unas ligeras contu- presentarse diversas situaciones, según que el agente suponga la presencia
siones; sin embargo, el herido muere camino a la clínica en un tiroteo entre de circunstancias atenuantes o agravantes que no existen, o ignore su con-
la policía y unos asaltantes de banco. currencia. No obstante, debe advertirse, si se parte del presupuesto de que
Como se puede apreciar, lo común en estos tres ejemplos es la configu- la mayor parte de las "circunstancias" tanto genéricas como específicas son
ración de desviaciones esenciales del nexo de causalidad que, por supuesto, elementos típicos tal como se plantea aquí, parece evidente que el error sobre
generan especiales errores de tipo penalmente relevantes. Así, en el primer ellas debe considerarse como el clásico error de tipo; ahora bien, si se trata
caso, "A" solo realiza conducta típica de lesiones personales (verbi gratia, de circunstancias atinentes a la culpabilidad y a la punibilidad —las verda-
artículo 111, inciso Io, según la incapacidad sufrida por el sujeto pasivo) y deras circunstancias— y se llegare a presentar un error en relación con ellas,
no puede imputársele la muerte del agredido a título de homicidio doloso (ar- el tratamiento que debe dárseles es el correspondiente a los errores sobre la
tículo 103), aunque se le puede atribuir la realización del tipo culposo si previo culpabilidad y la punibilidad que, normalmente, son irrelevantes, salvo el caso
o pudo prever el resultado (artículo 109), e incluso del preterintencional (ar- que prevé el artículo 32, numeral 12: error invencible sobre una circunstan-
tículo 105), según el caso; para solucionar esta hipótesis se puede acudir, in- cia que diere lugar a la atenuación de la punibilidad.
cluso, a la teoría de la imputación objetiva, en virtud de la cual al agente solo En tercer lugar, aparece el error sobre elementos que posibilitarían un
se le podrían achacar los resultados que le fuesen objetivamente imputables, tipo más benigno. Esta hipótesis —a diferencia de la anterior, que supone
según el criterio del incremento del riesgo. un tipo complementado— implica la presencia de figuras penales especia-
En el segundo caso, "L" lleva a cabo una conducta típica de tentativa les o autónomas, gracias a los cuales se da al agente un tratamiento más be-
de homicidio (artículos 27 y 103) o, aunque discutible, de lesiones dolosas nigno que el de la figura básica o agravada. En realidad, por tratarse de una
(piénsese en una de las hipótesis de los artículos 111 y 112, inciso Io); y, en situación muy semejante a la del error sobre las atenuantes debe regirse por
el tercero, "C" realiza el tipo de lesiones dolosas (confróntese, por ejemplo, los mismos principios.
artículo 112, inciso Io). En ambos casos, pues, acorde con la teoría de la im- c') Efectos del error de tipo. Cuando se presenta este fenómeno se
putación objetiva, se presentan conductas que producen un resultado por fuera elimina el dolo y, por ende, la tipicidad dolosa de la conducta; debe aquí
del ámbito de protección de la norma. distinguirse, sin embargo, el error evitable, relativo, superable o vencible del
Una hipótesis especial de esta clase de error es el llamado dolus gene- inevitable, absoluto, insuperable o invencible. El primero es aquel en el que
ralis, que supone la presencia de dos actos, el primero de los cuales es toma- no se habría incurrido si se hubiera aplicado la diligencia debida, y está en
do erróneamente por el autor como exitoso, circunstancia que motiva su ad- manos de la persona salir de él con esfuerzo más o menos grande; así sucede
hesión al segundo episodio que, realmente, conduce a la producción del en la hipótesis del espantapájaros mencionada más arriba si el autor, pres-
resultado. Ejemplo: "P" lesiona mortalmente a "J" y —al creerlo muerto— tando un poco más de atención, se hubiese podido dar cuenta de que se trata-
arroja el supuesto cadáver a un lago, donde la víctima perece por inmersión. ba de un amigo. El segundo, a su vez, es el error de quien poniendo la dili-
Para solucionar estos casos, se han ideado por lo menos tres soluciones dis- gencia debida no hubiese podido salir de él, pues al agente no le era posible
tintas: una, entiende que se presenta un solo suceso, por lo que el error no superarlo dentro de las posibilidades razonables de la vida social, como
300 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 301

sucede en el evento mencionado si el tirador toma todas las precauciones de nible la comisión culposa (artículo 21, inciso 2°), la conducta es atípica por
rigor y, dadas las condiciones en que actúa, no le era posible llegar a otra con- ausencia de tipo imprudente.
clusión. Finalmente, el codificador destaca cómo el error señalado atrás se pre-
Ahora bien, el error inevitable descarta la tipicidad dolosa y la culposa, senta en los comportamientos comisivos o en los omisivos dolosos cuando
mientras que el evitable excluye la dolosa, pero deja subsistente la culposa, emplea la locución conducta, pues es bien sabido que esta puede ser comi-
siempre y cuando la ley haya previsto el hecho como tal; si acontece, dadas siva u omisiva (artículo 25, inciso Io).
las circunstancias del caso, que no es posible para el administrador de jus- Así mismo, obsérvese, también el derecho vigente prevé junto a las
ticia precisar el carácter vencible o no del error debe —de todos modos— causales de exclusión de la responsabilidad penal "el error invencible sobre
estarse a la solución político-criminalmente más justa sin perder de vista los una circunstancia que diere lugar a la atenuación de la punibilidad", esto es,
postulados informadores del derecho penal y, en especial en el caso del error aquel que se presenta cuando el agente cree que en su conducta concurre una
vencible, si la pena imponible se ajusta al carácter ideológico asignado a ella circunstancia de menor punibilidad sin que ella realmente se presente, caso
(Constitución Política, artículo 12 y Código Penal, artículo 4o). A este res- en que procederá "la aplicación de la diminuente" (artículo 32, numeral 12);
pecto, es procedente una observación final: los efectos anteriores operan en por supuesto, el texto hace referencia a los casos de suposición de la atenuante
los casos normales de error de tipo, no así en los especiales que —justamen- que, como ya se dijo, no son verdaderas situaciones de error, sino de atenuan-
te por serlo— se han sometido a un estudio particularizado que se ciñe a sus tes putativas. De todos modos, la redacción legal es imprecisa porque en estos
propias reglas; sostener lo contrario conduce, en la práctica, a postular el res- casos no se está excluyendo la responsabilidad penal —como lo dice el enca-
quebrajamiento de la teoría del error y a soluciones inconvenientes. bezamiento del artículo 32—, aunque sí se le reconoce al autor la circuns-
tancia atenuante supuesta sin que ella, realmente, se presente; en otras pala-
d') El error de tipo en la ley penal. El Código Penal no usa, expresa- bras: si puede hablarse de exclusión de la responsabilidad penal, ello solo
mente, la locución "error de tipo", aunque señala que "no habrá lugar a res- sucede parcialmente en relación con la conducta punible que, de verdad, lleva
ponsabilidad penal" —y también, puesto que la expresión cobija todas las a cabo el agente, puesto que no es esta la que se le imputa, sino la acompa-
causales de exclusión de las diversas categorías de la conducta punible, lo ñada de la atenuante supuesta.
es quien actúa atípicamente— cuando se obre en "error... de que no concu- Otra modalidad de error, largamente reclamada por la doctrina nacio-
rre en su conducta un hecho constitutivo de la descripción típica" (artículo nal, es la que introduce el Código Penal en el artículo 32, numeral 10, inciso
32, numeral 10); así mismo, habla del "error" (inciso 2o). De esta forma, 3 o : "Cuando el agente obre en un error sobre los elementos que posibilita-
entonces, se acuña la denominación de error sobre la descripción típica que, rían un tipo penal más benigno, responderá por la realización del supuesto
quizás, sea más precisa y técnica. de hecho privilegiado". Allí se ha plasmado —siguiendo los derroteros del
Queda, pues, claro que el inciso I o del numeral 10 regula el error in- § 16 párrafo 2o del Código Penal alemán— el error sobre el tipo más benigno.
vencible sobre la descripción típica (error de tipo), que recae sobre "un hecho 2. La falta de elementos subjetivos distintos al dolo. Naturalmente, si
constitutivo" de esta, es decir, sobre los elementos que la conforman; ese error el agente no realiza los elementos subjetivos del tipo distintos del dolo, tam-
excluye la tipicidad dolosa y culposa y la conducta deviene atípica. A su vez, poco realiza conducta típica, por más que obre con dolo y se den los elemen-
el error vencible o evitable está previsto en el artículo 32, numeral 10, inci- tos del aspecto objetivo del tipo. Así sucede, por ejemplo, si se lleva a cabo
so 2o: "si el error fuere vencible la conducta será punible cuando la ley la un hurto dolosamente, pero actúa sin el propósito de obtener provecho para
hubiere previsto como culposa", consagración no del todo afortunada, pues sí o para otro, como dice la descripción legal (artículo 239, inciso Io); o, si
el error no se origina en la culpa, sino en un comportamiento humano que el en la hipótesis de constreñimiento a la prostitución, el sujeto activo no obra
legislador, por motivos politicocriminales, le atribuye a dicho título por en- con "ánimo de lucrarse", o "para satisfacer los deseos de otro" (artículo 214\
tender que la exclusión de la tipicidad dolosa deja subsistente la culposa (im- c) La ausencia de dañosidad social
prudente), que —en todos los casos— implica una inferior punición. Así mis-
mo, debe aclararse que la locución "cuando la ley la hubiere previsto" supone Si se parte de un concepto de conducta como el asumido, que incluye
la existencia de unos pocos casos en que ello sucede: el homicidio, las lesio- dentro de sus notas (además de la causalidad y la finalidad) la socialidad (re-
nes, el peculado, incendio, etc.; cuando la legislación no consagre como PU- levancia social), y se entiende que la desaprobación del riesgo queda inte-
302 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 303

grada al tipo penal dentro de la idea de imputación objetiva —recuérdese, ñera, no son conductas típicas las derivadas de gestiones económicas y de
por mandado de los artículos 29, inciso 2o de la Constitución Política, y 6o negocios propios de la vida moderna, con tal que se mantengan dentro del
y 9o del Código Penal—, es lógico sostener que toda acción humana ajusta- giro normal de estas, así resulte que una de las partes obtenga una ganancia
da a las pautas de convivencia en comunidad —que tiene, necesariamente, que se torne desventajosa para la otra (artículo 246, inciso Io).
como marco de referencia el concepto de bien jurídico amparado por la propia Los riesgos derivados del ejercicio de algunas profesiones y de la ac-
Carta Fundamental— deviene atípica. tividad deportiva, siempre que se observen las pautas regladas, tampoco
Según esta concepción, las acciones adecuadas socialmente nunca configuran conductas típicas: la herida realizada por el cirujano para operar
pueden considerarse típicas, así formalmente lleguen a encajar en el texto al paciente (artículos 111, y 112, inciso Io); las lesiones sufridas por el ci-
legal; se trata, en otras palabras, de una especie de filtro de carácter mate- clista o el futbolista en la competencia (artículos 111 y siguientes); el daño
rial que les sirve de base a las descripciones legales. Desde luego, esta cons- en bien ajeno causado al rodar por el pavimento y estropear la bicicleta o los
trucción debe ser acogida, pues todos aquellos comportamientos que se ins- lentes del rival (artículo 265), con motivo de la misma competencia depor-
criben en el marco del orden comunitario, vigente en un momento histórico tiva; las lesiones personales e, incluso, las muertes producidas en el boxeo
determinado, no pueden encajar en ninguna de las descripciones consagra- (artículos 103 y siguientes, y 111 y siguientes), etc.
das por el legislador, quien —cuando las redacta— da por supuesto que tales Tampoco constituyen conductas típicas, siempre que se respeten los re-
comportamientos no quedan comprendidos, incluso en el caso de que repre- glamentos correspondientes, las derivadas de explotaciones industriales
senten una amenaza para los bienes jurídicos tutelados. peligrosas: construcción de grandes presas, trabajos en minas y socavones,
Lo expuesto tiene asidero de lege lata, pues se ha erigido en norma rec- etc., que puedan llegar a generar lesiones personales, muertes, etc., pues se
tora el principio de lesividad del cual debe inferirse, necesariamente, que las trata de contingencias asumidas por el mero hecho de participar en tales ac-
conductas no atentatorias contra la convivencia social no pueden ser típicas tividades. Igualmente, el expendio de bebidas alcohólicas o de drogas no-
(Código Penal, artículo 11). Por supuesto, no debe olvidarse que esta cons- civas para la salud (tabaco, tranquilizantes, etc.), siempre y cuando, se repi-
trucción no puede ser llevada a extremos —como acontece con cualquier te, ello se haga dentro del ámbito de lo reglado; por consiguiente, no se puede
concepción material—, y siempre serán la Constitución y la ley las encarga- responsabilizar al tabernero por las lesiones personales sufridas por el bo-
das de demarcar esos límites, constituidos en el ordenamiento jurídico por rracho al rodar por la escalera de su casa (artículos 111 y siguientes), o por
la tutela de la "vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades" el coma diabético padecido a causa de la ingestión alcohólica.
(Constitución Política, artículo 2°-2) dentro del "marco jurídico, democrá- Naturalmente, algunos de los ejemplos anteriores encajan dentro de la
tico y participativo" que preside la sociedad colombiana según los principios exclusión de la tipicidad culposa u omisiva, cuya inclusión en este apartado
inspiradores del derecho penal vigente. se justifica por razones expositivas; por ello, deben hacerse las remisiones
Ejemplos que encajan en esta causa material de exclusión de la tipici- correspondientes.
dad son los que se derivan de las siguientes hipótesis: En segundo lugar, las acciones socialmente insignificantes toleradas por
En primer lugar, los riesgos jurídicamente irrelevantes o permitidos. la generalidad. Cuando se realizan comportamientos que solo afectan en
Todas las conductas que son producto de actividades permitidas por el de- mínimo grado el bien jurídico, tampoco se puede predicar su tipicidad; es lo
recho o que no tengan ninguna trascendencia, quedan por fuera de los tipos que se ha dado en llamar el "principio de la insignificancia". Esta construc-
penales. Así sucede, verbigracia, con las derivadas del tráfico en sus diver- ción, desde luego, está llamada a contribuir a la buena marcha de ¿a admi-
sas manifestaciones: automotor, aéreo, marítimo, fluvial, ferroviario, etc. Así nistración de justicia penal, que no ha sido instituida para perseguir bagate-
las cosas, el caso de cátedra —considerado como un evento de ausencia de las o lesiones insignificantes del bien jurídico, como a veces suele creerse,
imputación objetiva por la concepción funcionalista, pues se ha realizado un aun a espaldas de la consagración expresa del principio de lesividad, del que
riesgo permitido—, del sobrino que insta al tío rico para que realice un viaje se desprende el postulado examinado como ya se dijo.
con la esperanza de que sufra un accidente, puede ser considerado como una Esta teoría permite, en la mayoría de los tipos, excluir desde un princi-
acción socialmente adecuada con independencia de que el resultado llegue pio daños de poca importancia: maltrato no es cualquier tipo de daño de la
a producirse (artículos 103, y 104 numeral 1), siempre y cuando no se afir- integridad personal, sino solamente uno relevante; análogamente, deshonesta,
me la exclusión del nexo de causalidad (imputación objetiva). De igual ma- en el sentido del Código Penal, es solo la acción sexual de cierta importan-
304 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN DOLOSA 305

lili . . .
se entiende q u e el uso sin obstáculos de la libertad personal es un valor so-
¡ ¡i'¡ cía; injuriosa, c o m o forma delictiva, es solo la lesión grave a la pretensión
cial que debe amparar el Estado liberal, e t c . — y en diversas figuras penales:
S -nu social de respeto. A s í m i s m o , n o hay c o n d u c t a típica de hurto c u a n d o el
para q u e se configure la violación de habitación ajena se requiere introduc-
* H' agente se apodera violentamente de una cerilla para encender un cigarrillo ción "arbitraria, engañosa o clandestinamente" (artículo 189); el constreñi-
* (artículo 240, numeral 1); ni lesiones personales consistentes en un leve miento ilegal (artículos 182 y 183), el constreñimiento para delinquir (artí-
rasguño en la mejilla, ocasionado por un puñetazo (artículo 111, inciso Io); culo 184), el constreñimiento a la prostitución (artículo 214) y la extorsión
no hay cohecho por dar u ofrecer, si cada año se le entrega aguinaldo al car- (artículo 244) requieren que el sujeto activo "constriña" a la víctima, de tal
tero o al recolector de basura (artículo 407); no se configura cohecho propio manera que si esta consiente no podrá predicarse tipicidad alguna; así mis-
cuando el juez le acepta una invitación a tomar un café al abogado que de- mo, algunas hipótesis de violencia carnal suponen ausencia de consentimiento
fiende a un cliente ante su despacho (artículo 405), etc. Un buen ejemplo, en el sujeto pasivo (artículos 205 y 206). Esto último ocurre también en el
pese a que el legislador da a entender que se excluye la punibilidad, es tam- secuestro (artículo 168 en concordancia con la ley 7 3 3 de 2 0 0 2 , artículo I o ),
bién el que prevé el artículo 34, inciso 2o en casos de delitos dolosos sancio- el hurto (artículos 239 y siguientes) y el daño en bien ajeno (artículo 265).
nados "con penas no privativas de la libertad, cuando las consecuencias de A s í m i s m o , la figura examinada aparece como atenuante en los casos
la conducta han alcanzado exclusivamente al autor o a sus ascendientes, de aborto c u a n d o se contare con "el consentimiento de la mujer" (artículo
descendientes, cónyuge, compañero o compañera permanente, hermano, 122, inciso 2 o , en relación con el artículo 123, consagratorio de una punición
adoptante o adoptivo, o pariente hasta el segundo grado de afinidad" en los más elevada c u a n d o no media dicha anuencia); en la inducción o ayuda al
que bien podría entenderse que se trata de un caso de atipicidad por esta ra- suicidio (artículo 107); y, lo que ha generado m u c h a s dificultades interpre-
zón (principio de necesidad de intervención). tativas, en el h o m i c i d i o por piedad (artículo 106). T a m b i é n existen, por
En tercer lugar, el consentimiento del sujeto pasivo. También se está supuesto, hipótesis en las que el consentimiento no tiene ninguna relevan-
ante acciones que no reportan dañosidad alguna, pues se trata de conductas cia, c o m o el emitido por el menor de 14 años en los actos sexuales abusivos
comprendidas dentro del marco de significación social de los comportamien- (artículos 208 y 209), pues el legislador presume q u e está en incapacidad de
tos en las relaciones de convivencia en comunidad, cuando se actúa con el hacerlo; aunque nada impide, dadas las circunstancias concretas, que la con-
consentimiento del sujeto pasivo. En efecto, algunos tipos penales requie- ducta realizada no se torne delictiva, pero invocando otras razones dogmá-
ren para su configuración —de manera expresa o tácita— la no concurren- ticas.
cia de la voluntad del sujeto pasivo, caso en el que la doctrina admite el con- A h o r a bien, no se piense que el consentimiento opera sin ninguna limi-
sentimiento como causal de atipicidad, mirado desde la perspectiva del bien tante c o m o causal de atipicidad, pues para su reconocimiento se deben re-
jurídico tutelado, mientras que —según otras posturas— se trataría de una unir diversos requisitos largamente elaborados por la doctrina y que tienen
justificante, o de ambas cosas al mismo tiempo. En verdad, de lege lata apoyo en la ley (confróntese, artículo 32, numeral 2). En efecto, en primer
cualquiera de esas posturas puede ser defendida si se tiene en cuenta que dicha lugar, es indispensable que exista, sea porque se preste verbalmente o por
figura ha sido prevista como causa de exención de la responsabilidad penal: escrito, sea expreso o tácito; por eso dice el texto legal "se actúe"; en segun-
"no habrá lugar a responsabilidad penal cuando:... 2. se actúe con el consen- do lugar, que se trate de un derecho susceptible de disposición, pues solo
timiento válidamente emitido por parte del titular del bien jurídico, en los puede ser tenido en cuenta c o m o causal excluyeme c u a n d o el titular del bien
casos en que se pueda disponer del mismo" (artículo 32, numeral 2). No jurídico sea un individuo (persona natural o jurídica), m a s no si se tratare de
obstante, es posible afirmar que esta materia ofrece en el derecho vernáculo bienes jurídicos de carácter colectivo o supraindi vidual; así se despreride de lo
un triple tratamiento: como causal de atipicidad, como circunstancia atenuan- expresado por el texto legal: "en los casos en que se pueda disponer del mis-
te de la pena y, para concluir, casos en los que no tiene relevancia alguna. m o " , esto es, del bien jurídico.
En efecto, el legislador ha previsto el consentimiento como causal de A h o r a bien, hablando de este último requisito, debe decirse que no es
atipicidad en el artículo 32, numeral 2 —se advierte que existen diversas pos- tarea fácil determinar c u á n d o esos bienes jurídicos de los que es titular el in-
turas para fundar la atipicidad en estos casos: el consentimiento es un nego- dividuo son disponibles, habida cuenta de que no existen patrones uniformes
Ih ||¡ ció jurídico, supone un abandono del interés por el titular del bien jurídico, para determinarlo. E s m á s , existen figuras m u y discutibles q u e quizá pue-
1,11 M den conducir a la aceptación de la disposición, c o m o sucede con el delito de
' es una renuncia a la protección jurídica, la primacía del derecho consuetu-
1,1 M lesiones personales: por ejemplo, el daño en la salud que se causan dos j ó -
" dinario o explicaciones politicojurídicas derivadas del modelo de Estado, pues
306 MANUAL DE DERECHO PENAL

I ¡I!"
j ¡¡; venes colegiales en un clásico duelo estudiantil, las lesiones deportivas cuan-
*^ do se han respetado las reglas propias de la actividad o las derivadas de la
. actividad médico-quirúrgica parecen no admitir discusión; sin embargo, las
' graves lesiones que un sadomasoquista le ocasiona a otro al causarle, por
ejemplo, una desfiguración facial permanente es asunto bastante discutible, CAPÍTULO DUODÉCIMO
sobre todo si se considera —como en diversas oportunidades lo han hecho
los tribunales alemanes— que no debe admitirse la eximente por tratarse de LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN
un acto atentatorio de las buenas costumbres (criterio este último que algu- DE LA CONDUCTA PUNIBLE
nos pretenden extender a todos los casos de consentimiento) o contra la moral
(lo que parece generar complicaciones adicionales pues conduce a la etici- Bibliografía básica: BACIGALUPO, ENRIQUE: Delitos impropios de omisión, Buenos Aires,
zación del derecho penal) (en favor H. H. JESCHECK; en contra C. ROXIN). ASÍ Edit. Pannedille, 1970; BUSTOS RAMÍREZ, JUAN: El delito culposo, Santiago, Editorial Jurí-
mismo, parece claro que no es disponible el bien jurídico vida. No obstante, dica de Chile, 2002; CADA VID QUINTERO, ALFONSO: Introducción a la teoría del delito, Mede-
parecen también disponibles bienes jurídicos como el patrimonio económi- llín, Edit. Diké, 1998; id.: "El delito imprudente en el proyecto de reforma a la legislación
penal" en Revista Nuevo Foro Penal, número 61, Santa Fe de Bogotá, Edit. Temis-Univer-
co, la integridad moral, etc., y todos los demás bienes jurídicos individuales.
sidad de Antioquia, 1999, páginas 57 y siguientes; CORCOY BIDASOLO, MIRENTXU: El delito
También, en tercer lugar, la persona debe tener capacidad de compren- imprudente. Criterios de imputación del resultado, Barcelona, PPU, 1989; DIEZ RIPOLLÉS,
der la situación en la que consiente, al bastar con una capacidad natural de JOSÉ LUIS: " L O S delitos calificados por el resultado más grave culposo y el principio de
juicio, esto es, la indispensable para comprender la trascendencia y el sen- culpabilidad", en Revista Nuevo Foro Penal, número 29, Bogotá, Edit. Temis, 1985, pági-
tido de la anuencia prestada en relación con el bien jurídico protegido; al res- nas 324 y siguientes; FEIJOO, BERNARDO: Resultado lesivo e imprudencia, Barcelona, Bos-
pecto, la ley dice que el consentimiento debe ser "válidamente emitido por ch, 2001; GIMBERNAT ORDEIG, ENRIQUE: Ensayos penales, Madrid, Edit. Civitas, 1999; id.:
"El delito de omisión impropia", en Revista de Derecho Penal y Criminología, 2 a época,
el titular del bien jurídico". número 4, Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1999, páginas 525 y
A las exigencias anteriores se suman dos adicionales: en cuarto lugar, siguientes; GÓSSEL, KARL HEINZ: Dos estudios sobre teoría del delito, Bogotá, Edit. Temis,
se debe prestar con anterioridad o al momento del hecho, y debe mantener- 1984; GRACIA MARTÍN, LUIS: "La comisión por omisión en el derecho penal español", en
se hasta dicho instante, pues es susceptible de revocación o retractación; por Revista Nuevo Foro Penal, número 61, Santa Fe de Bogotá, Edit. Temis-Universidad de
supuesto, el consentimiento prestado con posterioridad no tendrá ninguna Antioquia, 1999, páginas 125 y siguientes; id.: "Los delitos de comisión por omisión (una
exposición óntica de la doctrina dominante)", en Modernas tendencias en la ciencia del de-
trascendencia; así se desprende del primer aparte del texto legal: "se actúe
recho penal y en la criminología, Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia,
con el consentimiento". Y, para terminar, en quinto lugar, no debe provenir 2001, páginas 411 y siguientes; JAKOBS, GÜNTHER: La competencia por organización en el
de error o haber sido obtenido por medio de presiones o amenazas, en cuyo delito omisivo, traducción de Enrique Peñaranda Ramos, Bogotá, Universidad Externado
caso estará viciado, aunque si el sujeto activo incurre en error sobre la emi- de Colombia, 1994; MALAMUD GOTI, JAIME E.: La estructura penal de la culpa, Buenos Aires,
sión del consentimiento del sujeto pasivo, podrá invocar un error de tipo; en Cooperadora de Derecho y Ciencias Sociales, 1976; NOVOA MONREAL, EDUARDO: Fundamen-
otras palabras, pues, tiene que ser "válidamente emitido", como dice la ley. tos de los delitos de omisión, Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1984; PERDOMO TORRES,
JORGE FERNANDO: La problemática de la posición de garante en los delitos de comisión por
Esta última advertencia permite ver que el error surgido de la presencia de omisión, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2001; id.: El delito de comisión
uno de los tres casos de exclusión de la tipicidad estudiados está sometido por omisión en el nuevo Código Penal colombiano, Bogotá, Universidad Externado de Co-
a las reglas propias del error de tipo ya expuestas. lombia, 2001; ROMEO CASABONA, CARLOS MARÍA: "Límites de los delitos de cooiisión por
A lo anterior añádase, finalmente, que también suelen considerarse omisión", en AA. VV.: Omisión e imputación objetiva en derecho penal, Madrid, Univer-
sidad Complutense de Madrid, 1994, páginas 33 y siguientes; ROXIN, CLAUS/GÜNTHER JAKOBS/
excluyentes de la tipicidad, tradicionales causas de justificación, como la BERND SCHÜNEMANN/WOLFGANG FRISCH/MICHAEL KÓHLER: Sobre el estado de la teoría del
obediencia debida, el ejercicio legítimo de un derecho, de una actividad lí- delito, Madrid, Edit. Civitas, 2000, páginas 19 y siguientes; SILVA SÁNCHEZ, JESÚS MARÍA:
cita o de un cargo público (artículo 32, numerales 4 y 5); sin embargo, tén- Delito de omisión. Concepto y sistema, Barcelona, Bosch, 1986; STREUENSEE, EBERHARD:
gase en cuenta, en el derecho positivo —dado el carácter de eximentes de "El tipo subjetivo del delito imprudente", traducción de Joaquín Cuello Contreras y José
H> ||¡| responsabilidad que tienen estas figuras— el asunto no ofrece ninguna di- Luis Serrano González de Murillo, en Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, fas-
1,11 Mt| cículo II, 1987, Madrid, Ministerio de Justicia, 1987, páginas 423 y siguientes; TERRAGNI,
ficultad y tales figuras pueden agruparse en una o en otra sede, dependien-
MARCO ANTONIO: El delito culposo, Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni Editores, 1998.
HI, m ¿o ¿ e i a construcción dogmática ensayada.
308 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 309

I iltl T c . así al llamado sistema franco-germánico o de numerus clausus, que se en-


% ,„,, I. E L TIPO EN LAS CONDUCTAS DE COMISIÓN IMPRUDENTES
* HH cuentra en el Código argentino y en el alemán y que, con una ligera variante,
% ha sido introducido por el legislador español de 1995 al indicar en la parte
m Examinado ya el supuesto de hecho en las hipótesis de comisión dolo- general que las conductas imprudentes solo son punibles cuando la ley lo esta-
sa, ahora debe hacerse otro tanto con las de comisión imprudente, con las blezca expresamente (confróntese, artículo 12). Finalmente, existe una ter-
figuras especiales y con las omisivas. cera posibilidad resultante de combinar las dos concepciones anteriores, en
A) Ubicación virtud de la cual se define la culpa en la parte general y se indican en la es-
pecial los casos en los que procede; es este el sistema italo-suizo consagrado
La ley penal contiene no solamente tipos penales en los que la finalidad
en el Código Penal italiano que, por supuesto, también es de numerus clausus.
del autor coincide con el resultado prohibido (dolosos), sino que también
prevé otras descripciones relevantes socialmente en las cuales esa finalidad Esta última técnica ha sido implantada por el legislador colombiano de
del agente persigue una meta distinta de la contemplada en la figura típica 2000, como se infiere de las previsiones legales contenidas en los artículos
—culposas, imprudentes o negligentes, como se les denomina de legeferen- 21 y 23 en la parte general y de las expresadas en los artículos 109,110,120,
da, siguiendo usuales expresiones en lengua italiana (colpa) y alemana (Fahr- en concordancia con los artículos 111 a 119 —salvo el artículo 118, que
lassigkeit)—; así, por ejemplo, si el actor dirige toda su voluntad de causa- menciona una hipótesis de preterintención—; 121, en concordancia con el
ción a la realización de una actividad, como cazar una pieza salvaje o conducir artículo 110 y con los artículos 111 y siguientes; 126, 136, 333 y 339, en
un vehículo de regreso al hogar, etc., y de ella se deriva la muerte de un hom- concordancia con los artículos 331 y 332; 360 —que, no obstante, quiebra
bre, de todos modos se tendrá una conducta relevante desde el punto de vista parcialmente el sistema de numerus clausus cuando afirma que la impruden-
del derecho penal, solo que puede ser imprudente o culposa. Ahora bien, la cia solo procede "en los casos en que ello sea posible según su configura-
característica esencial de esta clase de figuras típicas comparadas con las dolo- ción estructural"—, en armonía con los artículos 350 a 359 y 400; y 450, en
sas es la forma como el legislador individualiza el comportamiento prohibi- armonía con la ley 733 de 2002, artículo 10. De ello se deriva, entonces, que
do: mientras que en estas últimas los comportamientos objeto de prohibición los hechos imprudentes solo pueden ser punidos en los casos expresamente
se encuentran casi siempre determinados mediante una descripción más o señalados en la ley (confróntese, artículo 21), con lo que el legislador le rin-
menos precisa, en aquellas la conducta aparece indeterminada, aunque es de tributo al principio de necesidad de intervención postulado en el artículo
determinable en cada caso concreto. 3 o del Código Penal.
Así las cosas, la técnica legislativa utilizada por el codificador es dis- Ahora bien, pasados los tiempos en los cuales la imprudencia penal era
tinta: sanciona cualquier conducta causante de un determinado resultado entendida solo como un apéndice del dolo —por lo cual se le aplicaban sus
lesivo, siempre y cuando este sea previsible y viole un deber de cuidado de mismas reglas— y la dogmática causalista la consideraba como una "forma"
modo determinante para la producción del resultado; los tipos imprudentes o "especie" de culpabilidad, parece haber acuerdo doctrinario en el sentido
son, pues, abiertos, dado que el juez debe completarlos mediante una cláu- de que ella es un problema de tipicidad y, en consecuencia, de acción. Se-
sula de carácter general no contenida en ellos y en la cual se establece el deber mejante salto dogmático se compadece con la importancia creciente que han
de cuidado, lo que —contrariando lo afirmado por los defensores de las con- logrado tales formas de comportamiento en la vida moderna —con poste-
cepciones funcionalistas— puede poner en entredicho los principios de le- rioridad a la revolución industrial—, desde luego, como producto de los pro-
galidad y taxatividad. gresos de la técnica, lo que ha llevado a los legisladores contemporáneos y
No obstante, la manera como los Códigos regulan el fenómeno no siem- a la doctrina a preocuparse cada vez más por esta forma de aparición de la
pre es la misma, pues se distinguen por lo menos tres formas de hacerlo: al- conducta punible, cuyo campo de acción se manifiesta básicamente en tres
gunos textos brindan una noción de culpa en la parte general o en la parte es- ámbitos de delitos: los del tráfico, los de la medicina y los del trabajo, en los
pecial y la hacen extensiva a todos los tipos penales que la admitan, como que se observan crecientes riesgos para la vida y la salud de las personas, sea
sucedía en la legislación española derogada y en las influidas por ella, de don- que intervengan en ellos, o sea que se trate de terceros. Por supuesto, este
. de ha surgido el llamado sistema hispánico o de numerus apertus. A su vez, cambio de perspectiva se caracteriza por la creciente expedición de normas ju-
""• n otras legislaciones no emiten ninguna noción de culpa o imprudencia, y se rídicas que persiguen mantener los trances que estas actividades suponen den-
"»' «K limitan a indicar en la parte especial las figuras que la admiten, y le dan cabida tro de un mínimo tolerable —el ahora denominado riesgo permitido—, y
310 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 311

k „„, prohiben aquellos comportamientos que con alta probabilidad, en principio del concepto de conducta asumido en su oportunidad; y, al igual que sucede \
[ J¡| y de acuerdo con las reglas de la experiencia, pueden producir resultados con las conductas de comisión dolosa, el tipo de injusto imprudente no solo •
*w lesivos (M. CORCOY BIDASOLO). le da cabida al desvalor de resultado, sino también al desvalor de acción.
i No se crea, sin embargo, que la opción en torno a la ubicación de la culpa Ahora bien, los componentes básicos de estos supuestos de hecho son,
o imprudencia en el tipo o en la culpabilidad es una cuestión de mero capri- en esencia, los indicados a continuación.
cho, pues —como lo muestra un ejemplo de cátedra— el joven que cita a su
novia a un sitio alejado donde un meteoro le da muerte, habría realizado una a) El sujeto
conducta típica, antijurídica e inculpable para los causalistas, mientras que Como todo tipo penal, el culposo exige la presencia de un sujeto acti-
para los defensores de una sistemática finalista o posfinalista no existiría vo, que puede ser indeterminado, como se deduce de la utilización que hace
conducta típica de matar imprudentemente (artículo 109). el legislador de la expresión "el que" (artículos 109 y 120), o puede requerir
Ahora bien, sí parece claro —para ser coherentes con el punto de par- una cualificación especial, como la de "servidor público" (artículo 400); al
tida asumido— que en el tipo de injusto de los hechos culposos o impruden- mismo tiempo, contiene un sujeto pasivo, trátese del anónimo "a otro" (ar-
tes, al igual que en los dolosos, se encuentran conjugados tanto un atentado tículos 109 y 120) o, sencillamente, del "Estado-administración pública",
contra los valores eticosociales (desvalor de acción) como uno contra los como sucede en las hipótesis de peculado culposo (artículo 400), que es el
bienes jurídicos (desvalor de resultado). Lo primero, porque en la descrip- titular del bien jurídico. Por supuesto, la determinación del sujeto activo en
ción típica se deben tener en cuenta dos aspectos atinentes al aspecto subje-
los supuestos de hecho imprudentes genera algunas dificultades adicionales,
si se tiene en cuenta que la realización de conductas riesgosas en la vida mo-
tivo de la acción imprudente: la cognoscibilidad del riesgo y el cuidado
derna corresponde a un número plural de personas, y es indispensable pre-
debido; y, lo segundo, porque el tipo imprudente normalmente exige —sal-
cisar cuál de los intervinientes ha determinado la producción del resultado
vo ciertas excepciones— la causación de un resultado como desvalor, y busca
con su actuar imprudente; piénsese, por ejemplo, en lo que sucede en la
—de esta manera— preservar el principio de la necesidad de intervención actividad médica —el reparto de funciones en un quirófano— o en la cons-
también en este ámbito y limitando, por ende, el ius puniendi del Estado. trucción. Naturalmente, se trata de una discusión que debe adelantarse en
Desde luego, téngase en cuenta, el legislador castiga de manera más sede de la teoría del concurso de personas en la conducta punible con miras
severa los comportamientos dolosos que los imprudentes, pues atiende no a precisar si es posible —como sucede en los comportamientos dolosos—
solo a la mayor relevancia social de las primeras conductas frente a las se- que los diversos intervinientes respondan en la medida que se han produci-
gundas, sino también a la posibilidad de más grave afectación de los bienes do sus aportes (concepto restrictivo de autor), o si deben hacerlo todos al
jurídicos. Otra opinión, sin embargo, es la defendida por los voceros de las mismo título, esto es, como autores (concepto extensivo de autor), y descar-
corrientes funcionalistas extremas, para quienes las conductas dolosas im- tar la participación criminal en sentido estricto (véase infra, capítulo xvi).
plican una más elevada negación de la vigencia de la norma que las impru-
dentes, postura factible si se parte de la idea de prevención general integra- b) La acción
dora (G. JAKOBS). Así mismo, se requiere un comportamiento consistente en una acción
socialmente concebida, dirigida a la realización de un resultado extratípico,
B) Aspecto objetivo esto es, por fuera de la descripción legal, la que —por tratarse de tipos abier-
Esta puede denominarse como la faz o cara "externa" del tipo. Cuando
tos, como se dijo— no está determinada en la ley. Así, quien guía su auto-
móvil realiza la conducta de "manejar" o "conducir", esa es sufinalidad,y debe
se habla de lo "objetivo" en esta clase de figuras no se hace referencia, como
hacerlo con el cuidado debido, como lo llevaría a cabo cualquier hombre
ya se dijo en relación con los comportamientos dolosos, a lo externo o exte-
prudente y razonable puesto en la situación del autor, pues si lo efectúa de
rior, sino al cúmulo de exigencias constitutivas de la descripción legal, sean
manera descuidada y, por ello, causa un determinado resultado lesivo (la
de índole descriptiva o normativa. Por supuesto, como las conductas culpo-
muerte de un peatón, por ejemplo) que era previsible o hubiese podido pre-
sas para ser punibles deben también ser típicas, antijurídicas y culpables (ar-
ver, incurre en un actuar imprudente que, se repite, como toda conducta tie- t
ii, tu tículos 9 o , inciso I o , y 23), el tipo aparece conformado por unas característi- ne relevancia social. Así las cosas, a diferencia del tipo doloso, en el tipo im-
ii % cas especiales que lo diferencian del doloso de comisión, como consecuencia prudente la acción es —en principio— indefinida y solo es posible concretarla
312 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 313

I lili'
> ¡¡i»; cuando se sabe con certeza cuál conducta desencadenó el resultado penal- si no media una relación causal, verificable, de conformidad con la teoría de
* %• mente relevante; los tipos imprudentes, pues, no contemplan acciones como la equivalencia de las condiciones. Desde luego, para la concepción funcio-
.m tales, sino que ellas "se prohiben en razón de que el resultado se produce por nalista actual, este elemento se debería reemplazar por el nexo de imputa-
' una particular forma de realización de la acción" (confróntese, E. R. ZAFFA- ción objetiva que comprendería, además, la relación de determinación a la
RONI/A. ALAGIA/A. SLOKAR). que se alude posteriormente. Esta exigencia emana de cada uno de los tipos
en concreto, y está expresamente contenida en el artículo 9 o , inciso 2 o , del
c) El resultado
Código Penal: "La causalidad por sí sola no basta para la imputación jurídi-
De igual manera, en los tipos imprudentes suele requerirse la presencia ca del resultado".
de un resultado en sentido físico en forma no dolosa, que es el punto de re-
ferencia fundamental para poder caracterizar debidamente el cuidado obje- e) La violación al deber de cuidado
tivo en el caso concreto, como producto de la confluencia en el tipo de injus- Como ya se indicó, el agente debe realizar la conducta como la habría
to culposo de los desvalores de acción y de resultado —esto, desde luego, ejecutado cualquier hombre razonable y prudente en la situación del autor;
para rechazar aquellos planteamientos según los cuales el resultado es un así las cosas, si el autor no obra acorde con tales exigencias, realiza una "in-
componente del azar, ubicable como condición objetiva de punibilidad—. fracción al deber objetivo de cuidado" (confróntese, artículo 23). Es este, a
Lo anterior significa que es excepcional la consagración de tipos impruden- no dudarlo, el elemento normativo por excelencia de los tipos culposos en
tes en los que no se exija la presencia de un resultado material (confróntese, el derecho vigente (ello, desde luego, contrastando con las posturas de algu-
artículo 360 en armonía con los artículos 356 —conducta de disparar—, 358 nos penalistas contemporáneos: C. ROXIN y G. JAKOBS, quienes claman por
—conducta de tener en su poder—, 359 —conducta de emplear—, entre su abolición y ponen en su lugar la noción de creación de un riesgo jurídi-
otros; obviamente, la afirmación contenida en el citado artículo 360 en el camente determinado, con lo que el asunto quedaría reconducido a un pro-
sentido de que la imputación a título de culpa solo es viable en los casos allí blema de imputación objetiva, en los términos en que ya quedó expuesto en
mencionados, cuando "ello sea posible según su configuración estructural", el acápite anterior), que necesita una valoración que debe realizar el juzga-
no parece salvar los obstáculos dogmáticos que el asunto plantea). Este com- dor en cada caso concreto, tanto desde una perspectiva objetiva como sub-
ponente típico emana de las locuciones utilizadas por el codificador: "ma- jetiva; ello, por supuesto, le ha generado críticas a esta idea, pues se ha adu-
tare" (articulo 109), "cause... alguna de las lesiones" (artículo 120); y es una cido que es difícil imaginar un concepto más "normativo" e "inseguro" que
exigencia derivada de la parte general y, más concretamente, de los artícu- este (W. FRISCH). De todas maneras, es evidente que este elemento sigue
los 23 y 25, cuando aluden al "resultado típico" o al "resultado pertenecien- siendo el núcleo de los tipos imprudentes, en la medida que mediante él se
te a una descripción típica", respectivamente. persigue que, con el cumplimiento de las exigencias de cuidado en cada caso
Lo dicho es así porque, se reitera, al tipo de injusto de los delitos im- en particular, se reduzcan al mínimo los riesgos inherentes al ejercicio de las
prudentes de comisión pertenece un resultado como desvalor (un resultado actividades riesgosas para el bien jurídico (en ámbitos como el tráfico, la
típico, como dice el artículo 23), lo cual significa que el legislador suele medicina y el trabajo, entre otros), lo que se conoce —según ya se indicó—
castigar tales conductas —respetando el principio de necesidad de interven- como el riesgo permitido.
ción— solo cuando se producen determinadas consecuencias. Ahora bien, Ahora bien, ¿cómo debe definirse el deber de cuidado? Pese a la am-
como ya se dijo al estudiar los tipos dolosos, el concepto de resultado puede plia discusión doctrinaria tejida en torno a ello, tal cometido se puede lograr
ser igualmente concebido en un sentido jurídico, como la efectiva lesión del acudiendo a un criterio mixto: debe partirse no solo del cuidado que hubiese
bien jurídico (en los tipos de resultado material) o únicamente su puesta en puesto un hombre consciente y prudente del mismo sector del tráfico jurídi-
riesgo o en peligro (en los tipos de puesta en riesgo o puesta en peligro), lo co, en similar situación vivida por el agente —el "deber de cuidado" debe
que, indudablemente, trae aparejada otra construcción teórica del asunto. ser "objetivo", como dice la ley—, sino, además, de las capacidades y cono-
cimientos del autor en concreto (criterio individual). Por ello, no puede
d) El nexo de causalidad (imputación objetiva)
juzgarse de la misma manera al conductor profesional, inscrito en el cam-
iii. ¡t¡ El resultado debe, además, haber sido producido causalmente por la ac- peonato mundial de carreras de autos de la llamada Fórmula 1, que al ciuda-
iii, ^ ción del autor; de donde se desprende que aquel no podrá ser imputado a esta dano común cuando guía su vehículo camino a casa si ambos desencadenan,
314 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 315

I
verbi grada, un resultado de muerte a título de imprudencia; o al practicante ción al tráfico el agente deba responder del accidente, pues, como se dirá en |
de medicina que realiza una complicada operación, si se le compara con el seguida, al estudiar otro de los requisitos del tipo, es necesario que esa vio-
profesional de amplia trayectoria. En otras palabras: la determinación de la lación de la disposición legal o reglamentaria haya influido en el accidente.
tipicidad o no de la conducta realizada debe hacerse teniendo en cuenta tam- Desde luego, el principio de la confianza se extiende también a los ámbitos
bién a la persona que la lleva a cabo. Desde luego, la utilización de la expre- de trabajo donde rige la división del mismo —piénsese en la actividad mé-
sión "infracción al deber objetivo de cuidado" (artículo 23) no significa, como dica— y a las esferas de la vida cotidiana donde el actuar del agente esté
a primera vista puede pensarse, que este elemento solo puede concebirse ob- supeditado al comportamiento de los demás.
jetivamente con prescindencia de lo subjetivo, entre otras razones porque la Finalmente, en tercer lugar, el criterio del hombre medio en el mismo
misma fórmula legal hace reiterado hincapié en la previsibilidad del agen- sector del tráfico jurídico —el llamado estándar medio—, equivalente al
te, componente que necesariamente va ligado a la consideración subjetiva; buen padre de familia de que habla la ley civil (artículo 63), es también una
dicho de otra manera: la infracción al deber de cuidado debe ser tanto ob- pauta de suma importancia en virtud de la cual el juzgador puede valorar la
jetiva como subjetiva, pues se requiere no solo que el autor cree un riesgo conducta, examinada a la luz de la actuación que hubiera llevado a cabo un
para el bien jurídico protegido, sino que también conozca o pueda conocer hombre prudente y diligente puesto en la misma situación del autor. Por su-
las condiciones o circunstancias en que actúa. En un caso, se tratará de un puesto, si la actuación del agente se mantiene dentro de los marcos propios
elemento objetivo; en el otro, de un componente subjetivo de la figura típica de tal pauta, no podrá afirmarse la violación del deber de cuidado; y, al con-
imprudente. trario, si se sale de tales límites, procederá la imprudencia a condición de que
No obstante, la ausencia de un catálogo de deberes de cuidado obliga se reúnan las demás exigencias típicas. Así las cosas, para precisar si en un
al administrador de justicia a remitirse a distintas fuentes que le sirven de caso en concreto un anestesiólogo ha violado el deber de cuidado y ha pro-
directrices para determinar si, en la situación dada, se configura o no el ele- ducido la muerte del paciente, el analista debe indagar cómo habría actuado
mento en examen: en efecto, en primer lugar, el legislador ha dictado diver- un profesional en tal especialidad médica, en las mismas condiciones en las
sas normas jurídicas de índole legal o reglamentaria, como las reguladoras que lo hizo el autor.
del tráfico terrestre (Código Nacional de Tránsito), marítimo, aéreo y fluvial; Esta pauta ha sido criticada por tratarse de una construcción artificial
las vigentes en ámbitos de trabajo o encargadas de regular la buena marcha que no existe en la realidad y que, por ende, está sujeta a las manipulaciones
de fuentes de riesgo (plantas de energía, reactores), etc., de las que —aun- que el intérprete le quiera dar, con lo cual no posee capacidad de rendimien-
que no necesariamente— se pueden derivar infracciones al deber de cuida- to para trazarle límites ciertos a la tipicidad; en su lugar, se propone un es-
do. Se afirma esto último porque es perfectamente factible transgredir una tándar mínimo de previsibilidad que es compartido por casi todos los inte-
norma reglamentaria sin violar el deber de cuidado, como sucede con el con- grantes de una cultura, lo que es verificable y comprobable en un momento
ductor experto que conduce con la licencia vencida; o, para citar otra hipó- determinado, con lo cual es la capacidad individual de previsión el criterio
tesis, con el conductor, que para no atropellar a una persona que yace sobre determinante a estos efectos (confróntese, E. R. ZAFFARONI/A. ALAGIA/A. SLO-
la vía, irrumpe en la calzada contraria y logra así salvarle la vida al lesiona- KAR). Por supuesto, pese a la trascendencia de estas críticas, no debe olvi-
do al actuar —justamente— con el cuidado debido. darse que el criterio del hombre medio no es pauta excluyente y que ella,
En segundo lugar, como producto de esas mismas normatividades apa- necesariamente, requiere complementos como el último; de ahí que el deber
rece el principio de la confianza, elaborado largamente por la doctrina y la de cuidado deba precisarse con base en puntos de partida mixtos, como ya
jurisprudencia foráneas, en virtud del cual quien se comporta en el tráfico de se dijo.
acuerdo con la norma puede y debe confiar en que todos los participantes en Las pautas anteriores, pues, además de otras semejantes, son las que se
él también lo hagan, a no ser que de manera fundada se pueda suponer lo con- deben tener en cuenta en el caso concreto, aunque —debe advertirse— las
trario. Así, por ejemplo, quien lleva la preferencia al circular por una calle remisiones a marcos generales suelen ser poco aconsejables, pues pueden
no tiene necesidad de disminuir la velocidad en un cruce, y prever posibles llevar a casos de responsabilidad objetiva, con transgresión del postulado de
choques, pues parte del presupuesto de que su prelación le será respetada y, culpabilidad. Por ello, si no se quiere introducir la inseguridad jurídica en (
si el accidente tiene lugar, solo habrá actuado con culpa quien no observó este campo, el juez debe limitarse a las consagraciones legales o reglamen- *
dicha norma. Esto no significa, sin embargo, que a raíz de toda contraven- tarias o a los desarrollos que emerjan de ellas, tal como sucede con el suso- l
316 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 317

¡ jj¡ dicho principio de la confianza, sin perder de vista —acorde con el concepto hipotético, lo que ha originado las críticas a este elemento—, en virtud de la
•te causal-social-final de conducta— que para precisar la idea de deber de cui- cual el administrador de justicia o analista debe imaginarse la conducta cuida-
*m dado no se podrá prescindir de las circunstancias de tiempo, modo y lugar dosa en el caso particular y, si el resultado no se produce, habrá relación de
en las que se obre dentro de un contexto social determinado. Es, pues, el en- determinación; y, al contrario, si aun en el caso de que la conducta hubiese
torno el llamado a determinar qué se estima como adecuado socialmente y sido cuidadosa, el resultado se hubiese generado de todos modos, no se con-
qué no lo es, lo cual implica acudir como referente a las pautas propias de la figura el susodicho elemento. Es este el llamado juicio concreto.
justicia material. Pero, además, a veces es necesario —a título de correctivo del primer
En fin, debe concluirse que la determinación del contenido de este ele- criterio— emitir un juicio abstracto para saber si en un caso determinado se
mento típico es fundamental para poder precisar la modalidad de impruden- presenta la relación de determinación, porque hay situaciones en las que el
cia de que se trate, porque, dependiendo de la gravedad a la infracción de la deber de cuidado objetivo exigible al agente no tiene como cometido la
norma objetiva de cuidado, podrá calificarse la culpa o la imprudencia como evitación del peligro de esos resultados. Así sucede, por ejemplo, en algu-
grave o menos grave, temeraria o simple, con representación o sin represen- nos eventos estudiados con detenimiento por la moderna teoría de la impu-
tación, previsible o imprevisible, etc., todo ello unido al elemento previsi- tación objetiva: piénsese en el llamado caso de los dos ciclistas —o de los
bilidad—el otro componente nuclear de los tipos culposos— que se examina motociclistas, señalado en el capítulo xi— que avanzan en fila y sin luces,
en el aspecto subjetivo de la figura donde, además, se exponen las susodi- en el que el primero de ellos colisiona con otro que viene de frente; desde
chas divisiones. luego, a este último no se le puede imputar el resultado aduciendo que si hu-
biese cumplido con el deber de cuidado (conducción con luces), este no se
f) La relación de determinación
habría producido, porque si algo está claro es que la finalidad de protección
Entre la violación del deber objetivo de cuidado y el resultado produ- de la norma está dirigida a evitar las propias colisiones, no las ajenas (C.
cido debe presentarse, además, una relación de determinación —entendida ROXIN). En este caso, sin duda, hay causalidad, hay creación de un peligro
a veces como un nexo de causalidad e, incluso, como un problema de impu- para el bien jurídico, y se ha producido el resultado, pero la norma de cuida-
tación objetiva, como ya se dijo—, es decir, la violación del deber objetivo do no tiene como finalidad evitar colisiones ajenas, con lo que no habrá re-
de cuidado debe ser determinante para la producción del resultado. Así, por lación de determinación, esto es, imputación objetiva (regla vigésima en esta
ejemplo, el experto conductor pasado de copas que arrolla al suicida desen- materia).
gañado de amores que se le lanza al paso del vehículo, llena a cabalidad todos Esta exigencia de la descripción legal ha sido prevista de manera expresa
los caracteres del tipo de homicidio imprudente hasta ahora examinados; sin al redactar todos y cada uno de los tipos imprudentes. Así, por ejemplo, al
embargo, de ello no se sigue la realización de la conducta típica de matar regular la fuga de presos se advierte que el servidor público o encargado de
imprudentemente a otro (artículo 109), porque el resultado nt, ha sido deter- la vigilancia, custodia o conducción del detenido realiza conducta típica solo
minado por la violación del deber objetivo de cuidado que, por sí misma, cuando "por culpa dé lugar a su fuga" (artículo 450, en concordancia con la
constituye una falta o transgresión administrativa de carácter disciplinario. ley 733 de 2002, artículo 10); en los "delitos de peligro común" (artículos
De igual forma, el conductor embriagado que se dirige a su casa con- 350 a 359), la punición solo tiene lugar cuando el agente ocasiona el hecho
duciendo a una velocidad normal y colisiona con un motociclista —que, des- "por culpa" (artículo 360), etc. La preposición "por", etimológicamente, sig-
pués de una disputa con su compañera sentimental, conduce su vehículo a nifica causa, lo que equivale a decir —en el contexto utilizado por el legis-
excesiva velocidad, sin casco protector, sin respetar la visible señal de "pare", lador— a causa de la culpa, entendiendo por culpa o imprudencia lo que con
y muere en el acto como producto del impacto— no realiza la conducta tí- tal denominación designa el artículo 23. Es más, para que no haya dudas al
pica de matar a otro imprudentemente por ausencia del elemento en examen, respecto, esta disposición exige también la presencia de dicho elemento: "La
pues su embriaguez (violación del deber objetivo de cuidado) para nada inci- conducta es culposa cuando el resultado típico es producto de la infracción
de en el resultado producido, aunque será evidente que entre la acción y el al deber objetivo de cuidado y el agente debió haberlo previsto por ser pre-
resultado hay nexo de causalidad. visible, o habiéndolo previsto, confió en poder evitarlo"; por supuesto, la
11
%i Ahora bien, para establecer si este elemento se configura en la situación expresión "esproducto'" significa que el resultado necesariamente tiene que
11
% concreta, es necesario acudir a una hipótesis mental —un verdadero juicio ser consecuencia, derivarse, de la infracción al deber de cuidado.
318 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 319

¡¡¡¡¡¡I En fin, para una mejor comprensión del asunto, deben recordarse las dijo, que la infracción al deber de cuidado no solo debe ser objetiva, sino
'*• reglas en materia de imputación objetiva a que se ha hecho alusión en el también subjetiva, esto es, se necesita que el riesgo sea previsible atendidas
capítulo anterior, gran parte de las cuales tocan con este problema. consideraciones individuales y ex ante. Ahora bien, las anteriores manifes-
taciones del elemento cognoscitivo deben ser cuidadosamente distinguidas
g) Otros elementos
de la posibilidad de conocer el deber de cuidado que, como conocimiento
También, al igual que el tipo doloso, deben tenerse en cuenta otros com- potencial de la antijuridicidad, es un verdadero problema de culpabilidad, y
ponentes sustanciales o accidentales propios de las figuras en examen: en el error que sobre ella recaiga es de prohibición.
todas ellas habrá siempre un bien jurídico entendido, como ya se dijo; y, por c) Clases de imprudencia
lo general, se encuentra un objeto de la acción, y se hace a veces referencia
a los medios, etc. Como se puede suponer, también operan aquí las clasifi- Teniendo como punto de partida el aspecto subjetivo —y también la gra-
caciones de las figuras típicas ya estudiadas, con las variantes de rigor. vedad de la violación al deber objetivo de cuidado, como ya se dijo—, pue-
den distinguirse dos formas o modalidades de culpa o imprudencia: la cons-
C) Aspecto subjetivo ciente y la inconsciente.
La primera, que también es denominada con representación o con pre-
Se alude a la cara o faz interna del supuesto de hecho imprudente. Desde visión, se presenta cuando el agente, que ha supuesto como posible la pro-
luego, debe advertirse, no se puede hablar propiamente del aspecto subjeti- ducción del resultado lesivo para el bien jurídico porque estaba en posibili-
vo de los tipos culposos —la controversia doctrinaria, sin embargo, es am- dad de hacerlo, confía en poder evitarlo, pese a que advierte la amenaza
plia al respecto, y va desde quienes lo niegan totalmente hasta los que lo acep- objetiva de su conducta; o, como dice el artículo 23: "La conducta es culpo-
tan de manera parcial (solo en la culpa consciente) o totalmente—, porque sa cuando el resultado típico es producto de la infracción al deber objetivo
en sentido estricto este no existe; no obstante, es innegable la presencia de de cuidado y el agente... habiéndolo previsto, confió en poder evitarlo". Así,
algunos contenidos de naturaleza subjetiva en estas figuras (conocimientos por ejemplo, el que conduce un vehículo por una calle atestada de peatones
del agente, como lo pone de presente E. STRUENSEE), lo cual obliga a ubicar- a excesiva velocidad, con conocimiento del riesgo que corre la vida de los
las en algún lugar que no puede ser el aspecto objetivo ya visto. De ahí, pues, transeúntes (amenaza para los bienes jurídicos), confiado en que el vehículo
el título dado a este apartado. Ello es más evidente cuando se recuerda que posee frenos muy potentes y en su gran pericia con el volante, ocasiona un
también la acción en los casos imprudentes es final social, y la posibilidad accidente en el que pierden la vida varias personas, actúa con esta clase de
de prever el resultado (previsibilidad) es uno de sus componentes. imprudencia; distinta, desde luego, es la situación cuando el agente acepta
la posibilidad de producción del resultado lesivo para el bien jurídico, cuya
a) El componente volitivo
realización conoce de manera efectiva y deja su producción librada al azar,
El tipo penal imprudente supone, en primer lugar, la voluntad de rea- en cuyo caso se trataría de dolo eventual.
lizar la conducta casual-final-social de que se trata con los medios elegidos; Esta última precisión obliga a establecer las diferencias entre dichas
esto es, el resultado típico producido no debe quedar abarcado en la volun- figuras. En primer lugar, en el dolo eventual el autor mira con indiferencia
tad realizadora de la acción o, comprendiéndolo, debe hacerlo con una cau- el resultado (lo deja librado al azar) y, aunque realmente no lo quiere, está
salidad distinta de la que el agente programó. En otras palabras: la descrip- dispuesto a afrontarlo y a ratificarlo si se llega a producir; en la culpa o
ción típica que se estudia supone la presencia de un componente volitivo o imprudencia con representación, en cambio, le preocupa que el rebultado
voluntario. pueda producirse y su actitud no es de franca indiferencia, sino de una im-
prudente confianza en que podrá evitarlo. Así mismo, en segundo lugar, en
b) El componente cognoscitivo el dolo eventual el agente se representa el resultado lesivo para el bien jurí-
En segundo lugar, se requiere Xa.posibilidad de conocer la amenaza que dico como posible o probable y lo acepta; mientras que en la culpa o impru-
la conducta representa para los bienes jurídicos y de prever el resultado de dencia con representación también lo concibe como posible, pero no lo
^ acuerdo con ese conocimiento. Se requiere, pues, un componente cognos- acepta, pues confía en poder evitarlo.
'*•» citivo o intelectivo que contribuya con el volitivo a entender la faceta inter- Finalmente, en tercer lugar, en el dolo eventual el autor no renuncia a
* na del tipo imprudente, lo que se explica si se tiene en cuenta, como ya se la ejecución de la conducta de la que probablemente, o casi con certeza, puede
320 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 321

gj: seguirse un resultado; no hace nada para evitarlo, pues se dice a sí mismo: démico para efectos clasificatorios, pero ninguna repercusión de índole
* "sea así o de esta manera, suceda esto o lo otro, en todo caso yo actúo"; deja, normativa.
pues, que obre el azar. En la culpa o imprudencia con representación, por Finalmente, ténganse en cuenta otras divisiones de la imprudencia, como
el contrario, confía despreocupadamente en que el resultado no se produci- aquella que la clasifica en temeraria y no temeraria o simple, esto es, crasa
rá, y hace todo lo posible para evitarlo; para nada, pues, opera el azar. y no crasa, defendida por algunos expositores contemporáneos —aunque con
Este distingo se desprende de los artículos 22 y 23 del Código Penal: precedentes históricos claros— (C. ROXIN y G. JAKOBS), no tiene ningún
hay culpa o imprudencia con representación cuando el autor, "habiéndolo asidero en el derecho positivo, por lo que solo puede ser tenida en cuenta de
previsto (el resultado) confió en poder evitarlo"; y hay dolo eventual cuan- le ge fe renda.
do acepta la realización de la conducta tipificada: "... ha sido prevista como
probable y su no producción se deja librada al azar".
D) Causas de atipicidad
Un ejemplo clásico de cátedra, explica lo anterior: la meretriz afectada También el tipo imprudente, al igual que el doloso, muestra una faz o
de una enfermedad venérea, que se representa como posible el contagio del cara negativa, pues de la misma manera que pueden reunirse todos los pre-
hombre con el que yace, obra con dolo eventual si deja el resultado librado supuestos para afirmar la tipicidad de un comportamiento, es posible que
al azar y este se produce (artículos 112 y siguientes); en cambio, si conociendo acontezca lo contrario.
su padecimiento se automedica y, convencida de los buenos resultados yace
a) La ausencia de elementos objetivos
con el cliente y lo contagia, obra con culpa con representación (artículos 120
y concordantes). Si faltase cualquiera de los componentes de la descripción típica en su
La segunda forma de culpa o imprudencia es la inconsciente, sin repre- aspecto objetivo u objetivado, sean los propiamente descriptivos o los nor-
sentación o sin previsión, que se realiza cuando el autor no se representa la mativos, no podrá afirmarse la tipicidad del comportamiento examinado en
posible ocurrencia del resultado típico dañoso para el bien jurídico derivado relación con el tipo en concreto. Así, por ejemplo, no puede haber homici-
de su conducta, habiendo podido y debido hacerlo; como dice el artículo 23: dio imprudente (artículo 109) si no hay nexo de causalidad entre la acción
"La conducta es culposa cuando el resultado típico es producto de la infrac-
y el resultado, o si se comprueba que el agente no transgredió el deber ob-
ción al deber objetivo de cuidado y el agente debió haberlo previsto por ser
jetivo de cuidado medio; así mismo, si no se prueba la incidencia de la vio-
previsible...". Obviamente, la valoración en torno a la previsibilidad en este
lación del deber de cuidado en el resultado (relación de determinación), la
consecuencia tiene que ser exactamente la misma. Igual sucede cuando se
ámbito también requiere un examen individual del caso considerado ex ante,
presenta la ausencia de cualquiera otra de las circunstancias integrantes de
pues el autor solo puede prever aquello que tiene posibilidad de conocer, de
la figura en su aspecto objetivo.
donde resulta que los conceptos de previsibilidad—la posibilidad de la rea-
lización típica, como ya se dijo—y cognoscibilidad—aquello que les exige Especial trascendencia presenta en la conducta imprudente la exclusión
conocer al sujeto—, son ideas estrechamente ligadas y constituyen dos pers- de la conducta por las causas ya vistas, sobre todo si se piensa, por ejemplo,
pectivas distintas del deber subjetivo de cuidado, como contenido del tipo en el tráfico vial o en los cotidianos eventos de caso fortuito y fuerza mayor;
subjetivo imprudente. así, verbi gratia, en las repentinas rupturas de frenos de los vehículos auto-
motores o en las explosiones de llantas de un avión que, al dañar el tren de
Esta forma de imprudencia ha sido muy criticada y, a veces, se ve en su aterrizaje, impiden un aterrizaje normal que les causa lesiones o muertes a
punición una transgresión del principio de culpabilidad, porque conduce a los pasajeros. Igual sucede en casos como estos: el piloto o el conductor sufre
formas de responsabilidad objetiva, según se aduce (ART. KAUFMANN y M. un ataque cardíaco, queda repentinamente ciego o padece un colapso que ori-
KÓHLER). A S Í , verbigracia, actuará con tal especie de culpa el conductor del gina accidentes letales para la vida de los pasajeros o los peatones; o, en los
ejemplo mencionado más arriba si no se ha planteado la posibilidad de arro- mismos eventos se desencadena un incendio, un desastre en obra de defensa
llar al peatón, habiendo podido hacerlo. común, un siniestro en una nave o aeronave, etc. En hipótesis como estas,
De todas maneras, es evidente que el distingo entre las dos modalida- por no haber conducta penalmente relevante no puede, de manera consecuen-
!„ des de imprudencia no tiene ninguna repercusión desde el punto de vista te, predicarse tipicidad; en caso contrario, si se penara uno de estos compor-
% punitivo —y no debería ser así—, en la medida que el legislador les impone tamientos a sabiendas de que no se reúnen dichas exigencias, se incurriría
%l a ambas la misma pena; así las cosas, tal diferencia solo tiene un valor aca- en transgresión del principio de culpabilidad.
322 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 323

j|[:¡ b) La ausencia de previsibilidad y el error de tipo invencible bar en una misma descripción diversas conductas dolosas e imprudentes que
%• por sí mismas pueden llegar a configurar descripciones típicas autónomas
mu También puede generarse atipicidad en las conductas imprudentes por {tipos complejos) o, en su caso, son la resultante de una mixtura específica
la ausencia de sus componentes subjetivos, en dos casos distintos: en primer de dolo o imprudencia (tipos preterintencionales).
lugar, es factible que el resultado no sea previsible para el agente porque se
encuentra más allá de la capacidad de previsión, esto es, por una ignorancia A) Ubicación
invencible; y, en segundo lugar, es posible que el autor, por la imposibilidad
Estos casos, para una mejor comprensión, se pueden reunir bajo la de-
de conocer la amenaza que la conducta crea para los bienes jurídicos, obre
nominación de "figuras de carácter especial", lo que permite tal vez aprehen-
en una situación de error de tipo invencible. Como es de suponer, por ex-
derlos con un poco más de claridad, porque aglutina tanto a los tipos com-
clusión de materia, no puede hablarse de error o ignorancia vencibles, pues,
plejos, en sentido estricto, como a los preterintencionales. Lo anterior
sencillamente, ellos no existen.
significa, entonces, para ir adentrándose en el tema, que son posibles varias
Ejemplos de estas hipótesis son los siguientes: el albañil que participa
en la construcción del rascacielos, pegando la losa de la fachada, que se des- combinaciones típicas: en primer lugar, puede presentarse una doble conjun-
prende años después y le causa la muerte a un peatón, no está en capacidad ción dolosa en un tipo penal, como sucede, entre otros, en los siguientes:
de prever que el hecho se iba a suscitar, como efectivamente ocurrió (igno- artículos 456, inciso 2o; 457, inciso 2o; 418, inciso 2o; 302, inciso 3 o ; 198, in-
rancia invencible); así mismo, el conductor del automotor que —según el ciso 2o; 199, inciso 2o; 211, numerales 3 y 6, en armonía con los artículos 205
ejemplo de E. R. ZAFFARONI— colisiona en un cruce, porque una pandilla y siguientes; 130, incisos I o y 2o, en armonía con los artículos 127 y 128; 157,
juvenil decidió cambiar la señalización para jugarles bromas a los conduc- inciso 2o; 251, inciso 2o; 103,104, numeral 3, y 119, en relación con los ar-
tores, incurre en un error de tipo invencible, si no se encuentra en posibili- tículos 350 a 367 y 368 a 374, hipótesis de homicidio y lesiones personales,
dad de representarse el riesgo que su conducta implica para los bienes jurí- que se valen de medio catastrófico. En todos estos supuestos de hecho, al-
dicos ajenos. En ambos casos, pues, no hay tipicidad imprudente. gunos de ellos de doble resultado, se encuentran figuras típicas que por man-
dato expreso del principio de culpabilidad (artículos 12 y 21) solo admiten
c) La ausencia de dañosidad social una combinación dolo-dolo.
También en las conductas imprudentes debe predicarse atipicidad cuan- En segundo lugar, se encuentran tipos penales de doble conjunción im-
do se trate de acciones socialmente adecuadas, lo cual es consecuencia del prudente, como sucede en los casos de lesiones cometidas por medio catas-
carácter social de la conducta imprudente; igual sucede en casos de conduc- trófico a las que se refiere el artículo 120 en armonía con los artículos 119,
tas imprudentes insignificantes, como las hipótesis señaladas en el artículo 104, numeral 3 y 360; desde luego, la conjunción culpa-culpa difícilmente
34, inciso 2o, en casos de "delitos culposos... cuando las consecuencias de la se presenta en otras "circunstancias" de agravación del artículo 104 que —en
conducta han alcanzado exclusivamente al autor o a sus ascendientes, des- principio— han sido concebidas solo para los comportamientos dolosos con
cendientes, cónyuge, compañero o compañera permanente, hermano, adop- la salvedad que se desprende del artículo 120.
tante o adoptivo, o pariente hasta el segundo grado de afinidad' en los que, Finalmente, tipos penales producto de la conjunción de dolo y culpa (im-
pese a que el legislador afirma que el juez podrá prescindir de pena, bien po- prudencia), o preterintencionales, tal como sucede con los artículos 105 y
dría entenderse que se trata de un caso de atipicidad, como ya se dijo al estu- 118, en armonía con los artículos 21 y 24. Ahora bien, como en este punto
diar las figuras dolosas. Lo mismo acontece en los eventos de consentimiento son de particular interés estas últimas hipótesis, además de los llamados
del sujeto pasivo. "delitos calificados por el resultado más grave", a continuación se expone
Desde luego, es este, justamente, el terreno más abonado para que opere cada uno de tales casos.
esta causa de exclusión de la tipicidad.
B) El tipo préter intencional
II. EL TIPO EN LAS FIGURAS DE CARÁCTER ESPECIAL
Esta figura se presenta cuando el agente dirige su voluntad de causación
ll1
^ ' Además de los supuestos de hecho simples que hasta ahora se han es- hacia un determinado resultado, y se produce uno más grave del que él es-
*"•• tudiado, sean dolosos o imprudentes, a veces los legisladores suelen englo- taba —por lo menos— en capacidad de prever; o, un resultado que siendo
324 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 325

previsible excede la voluntad, que traspasa la intención que se tuvo al em- creto {de lege data solo los artículos 105 y 118 del Código Penal), sino ade-
prender el acto. De allí que esta descripción se caracterice por contener una más de la previsión general contenida en el artículo 24, ya citado. Una des-
alianza de dolo e imprudencia, como se desprende con toda claridad del armonía entre los aspectos objetivo y subjetivo del tipo genera un error de
artículo 24 del Código Penal: "la conducta es preterintencional cuando su tipo invencible (artículo 32, numeral 10, inciso Io).
resultado, siendo previsible, excede la intención del agente", fórmula que, Ahora bien, teniendo en cuenta que la preterintención solo es punible
sin embargo, no se refiere a la violación del deber objetivo de cuidado como "en los casos expresamente señalados por la ley" (Código Penal, artículo 21,
ha debido hacerse, para que guardase plena coherencia con el artículo 23; el inciso 2o) y que los únicos previstos son el homicidio preterintencional (Có-
ejemplo más clásico es del autor que, actuando con dolo de lesionar a otro, digo Penal, artículo 105, en armonía con los artículos 103 y 104 y 118), cabe
le causa imprudentemente la muerte. preguntar cuál o cuáles hipótesis son subsumibles dentro de dicha familia de
No se crea, sin embargo, que esta figura especial —denominada tam- descripciones típicas. Responder a esta inquietud ha suscitado en el pasado
bién ultraintención: más allá de la intención, aunque la asimilación no siem- —cuando se interpretaban figuras semejantes en el Código Penal de 1980—
pre es aceptada— tiene naturaleza jurídica tan pacífica, como parece des- honda controversia en la doctrina y en la jurisprudencia, caracterizada por
prenderse de la posición que se ha asumido. En efecto, en sus inicios (Código posturas caprichosas o meramente intuitivas que no se corresponden con una
toscano de 1853 y Código sardo de 1859), se le concibió como una fórmula determinada concepción teórica definida previamente.
de dolo llamándola el "dolo mixto de culpa", aunque su verdadero origen se No obstante, solo cabe afirmar la existencia de delito preterintencional
remonta hasta los prácticos de los siglos xv y xvi, para quienes era como una en la hipótesis de lesiones personales seguidas de muerte, único caso en el
especie de dolus indirectus —dolo indirecto—; después se dirá que se trata que la acción desplegada por el agente recae sobre el mismo objeto de la ac-
de una forma de responsabilidad objetiva; una mezcla de dolo e impruden- ción (el "otro" de que habla el artículo 105) y en las lesiones personales
cia; una tercera forma o especie de culpabilidad; una forma de culpa; una in- seguidas de parto o aborto (artículo 118). De ello se desprende, pues, que
tención atenuada; una forma independiente de culpa; un delito sui generis; no admiten esta figura —así en principio puedan encajar en el concepto gene-
un concepto genérico que comprende el dolo eventual; una categoría inter- ral contenido en el artículo 24—, por ausencia de consagración expresa (ar-
media más próxima a la imprudencia que al dolo; una atenuante punitiva, ete. tículo 21, inciso 2o), las conductas previstas en los artículos 122, 123; 130
Desde luego, todos estos puntos de vista pueden sostenerse de lege fe- en concordancia con los artículos 127 y 128; 157 inciso 2 o ; 168,169; 350 a
renda, no así de lege lata, puesto que el estatuto punitivo concibe la preterin- 364, etc., seguidas del resultado muerte, aun cuando medie dolo en relación
tención como una especie de conducta humana (artículo 21); por ello, cuando con la hipótesis inicial e imprudencia en cuanto hace referencia a la segun-
el legislador eleva al rango de figura típica esta mezcla de dolo e impruden- da, pues se trata de verdaderos casos de concurso ideal. Los vacíos legales
cia, no hace cosa distinta de plasmar en el texto legal una realidad que es presentados, pues, no pueden llevar al intérprete a desvertebrar la estructura
comprobable objetivamente, de donde se desprendería, por supuesto, la exis- de la legislación penal, sobre todo para sostener posturas dudosas desde el
tencia de otra estructura típica producto de combinar los tipos dolosos y los punto de vista politicocriminal.
imprudentes. C) El tipo calificado por el resultado
De acuerdo con lo expuesto, los elementos que integran el tipo ultrain-
tencional —que de no existir esta figura en la ley se deberían solucionar como En diversas legislaciones también se regulan los llamados "delitos ca-
un concurso ideal— resultan de aunar las circunstancias correspondientes al lificados por el resultado más grave", esto es, aquellos cuya estructura está
tipo base doloso (acción, nexo de causalidad, resultado, sujeto, objeto de la conformada por un tipo básico cometido con dolo o imprudencia y un resul-
acción idéntico, bien jurídico, dolo inicial e, incluso, elementos subjetivos tado que califica, en relación con el cual basta con establecer la relación de
del tipo) con los correspondientes elementos de la figura imprudente (vio- causalidad (imputación objetiva) con la conducta del agente, sin que impor-
lación del deber objetivo de cuidado al producir el resultado excedido, rela- te si el resultado fue previsto y querido; e, incluso, así no haya sido previsi-
ción de determinación entre la violación del deber de cuidado y el resultado, ble, por lo que la exigencia de culpabilidad no tiene importancia en relación
posibilidad de conocer la amenaza que la conducta representa para los bie- con él. En algunos casos se está en presencia de tipos de doble resultado, pero
nes jurídicos y la previsión del resultado excedido), que se tornan en las pre- puede ocurrir perfectamente que el tipo básico no llegue al estadio de la con-
dominantes. Esta configuración típica emerge no solo de los tipos en con- sumación y, sin embargo, se produzca el resultado que califica.

12. VELÁSQUEZ V., 2'


326 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 327

Así las cosas, el tipo básico puede ser doloso o culposo, de comisión o do pone la pelota en el campo contrario fuera del alcance del rival (hacer),
de omisión, con resultado o sin él, y a él va ligado un resultado más grave. como cuando deja pasar la bola golpeada por este último que pega unos mi-
Como es obvio, esta institución jurídica no es pensable en legislaciones límetros más allá de su propio campo (no hacer) (confróntese, E. GIMBERNAT).
respetuosas del principio de culpabilidad, por lo cual —de manera paulati- Ahora bien, como esta categoría aparece siempre referida a una acción,
na— ha sido eliminada y reemplazada por otras en las que el resultado más se afirma que no existe una omisión en sí, sino solo la omisión de una acción
grave solo puede ser atribuido a título de dolo o imprudencia; así sucede, por determinada, de donde se infiere que no se trata de un concepto negativo, sino
ejemplo, en los §§ 15 y 18 del Código Penal alemán, lo que ha dado lugar a limitativo: es la omisión de una acción posible del autor, que está subordi-
combinaciones típicas de dolo-dolo o dolo-imprudencia. El asunto es toda- nada entonces al poder final del hecho (a la finalidad potencial de la perso-
vía más claro en el derecho penal nacional, pues el codificador —además de na). Omisión es la no producción de la finalidad potencial (posible) de un
haber consagrado en la parte general un principio semejante (artículos 12, hombre ante una determinada acción. Solo aquella que está subordinada al
21, y 61, inciso 3o)— en la parte especial no parece haber regulado ninguna poder final del hecho (dominio del hecho) de una persona puede ser omitida
hipótesis en la que, de manera expresa, se pueda castigar el resultado más (H. WELZEL); por ello, para apoyarse en una hipótesis de la vida real, los ha-
grave a título de imprudencia; por ello puede predicarse que, "de lege lata", bitantes de Medellín no pueden "omitir" la salvación de un niño que se aho-
no existen tipos calificados por el resultado más grave y las únicas combi- ga en las playas de Santa Marta, aunque sí puede hacerlo el profesor de na-
naciones posibles son las de dolo-dolo. tación que presencia el hecho a pocos metros.
Lo anterior explica, entonces, por qué solo se puede hablar de una cau-
III. EL TIPO EN LAS CONDUCTAS DE OMISIÓN DOLOSA
salidad y de una finalidad posibles, a diferencia de la acción en la que ambas
notas son actuales, aunque las dos se identifican por la nota común de la
Estudiados los supuestos de hecho comisivos, deben examinarse ahora
relevancia social, de la socialidad. La dogmática penal a lo largo de los
los omisivos, cuya estructura típica presenta algunas particularidades que
últimos decenios —salvados otros enfoques como los funcionalistas— se ha
ameritan una exposición por separado.
ocupado en la teoría de la omisión partiendo de los postulados de la acción,
A) Ubicación pero invirtiéndolos, lo cual ha permitido aglutinar ambos conceptos en una
construcción común, de conformidad con el llamado principio de la inver-
También las conductas omisivas pueden ser dolosas e imprudentes; aquí sión (A. KAUFMANN).
se contemplan las primeras. Ahora bien, mientras que en las conductas de Ahora bien, cuando se mira esta subclase de conducta humana desde el
comisión dolosa la tipicidad emana de la identidad entre la conducta causal- plano de la ley penal, para lo que parece más adecuado partir de un criterio
final-social llevada a cabo con la descrita en la ley, y en los de comisión cul- externo-formal—que es uno de los plurales patrones doctrinarios utilizados
posa o imprudente el contenido de la voluntad del autor tiene una meta dis- para clasificar esta modalidad de comportamiento humano, acogido por el
tinta, en las omisivas la tipicidad surge de la diferencia entre el actuar realizado artículo 25, inciso 2 o del Código Penal—, se comprueba que ella es regulada
y el vertido en el dispositivo legal respectivo; este contraste se deriva del por lo menos de tres maneras distintas: en primer lugar, existe un grupo de
hecho de que la norma antepuesta al tipo activo es prohibitiva, mientras que disposiciones en las que se sanciona la infracción de un deber de actuar se-
detrás del omisivo subyace una de carácter imperativo. guido quizá de un resultado; son los llamados tipos de omisión propia o pura,
Como ya se dijo —contrariando una antigua concepción defendida por así denominados por su consagración expresa en la ley. Por ejemplo, son de
H. LUDEN hacia 1840, conocida como del aliud agere (otro hacer), de la que resultado los vertidos en los dos incisos del artículo 130 —la lesión o la muer-
se deriva que en el plano pretípico no existe tal modalidad de conductas—, te, no el abandono—; en cambio, no exigen resultado los que aparecen en los
la omisión no es una creación del legislador, sino una estructura de carácter artículos 127, 128,131, 152,161,219B, 233, 325,402,417,441 —en con-
ontológico, fenomenológicamente verificable en el mundo social, que apa- cordancia con la ley 733 de 2002, artículo 9o— y 454.
rece contrapuesta a la acción, de tal manera que una y otra se comportan como En segundo lugar, se encuentran casos en los que se penaliza en una mis-
"A" y "no A", como dos subclases independientes de conducta humana sus- ma disposición legal tanto una acción generadora de un resultado como la
ceptibles de ser regidas por la voluntad (confróntese, artículo 25, inciso Io). omisión de evitarlo, y se le da origen a una figura mixta —en realidad una
Para citar un ejemplo doctrinario: un deportista juega bien al tenis tanto cuan- modalidad de omisión propia—: tipos de comisión y de omisión propia, que
328 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 329
l í
j¡¡¡ \ contienen tanto una prohibición como un mandato, como sucede con los su-
cual pretende resolver las dificultades (artículo 25, inciso 2o). Adicionalmen-
te, el dispositivo legal señala qué pautas deben tenerse en cuenta para deter-
• puestos de hecho de los artículos 110, inciso I o , numeral 2 (comisión impru-
minar la posición de garante (artículo 25, inciso 3o).
' dente más omisión propia dolosa); 153; 168 a 171, en armonía con los artícu-
los I o a 4 o de la ley 733 de 2002; 177; 196; 202; 234, en concordancia con En fin, por vía ilustrativa —que no taxativa, lo que deja abierto el de-
el artículo 233; 292; 293; 318, parágrafo; 396; 414; 415; 424; 442 y 443 del bate sobre el asunto— el codificador señala las situaciones constitutivas de
Código Penal.
posición de garantía (artículo 25, inciso 4o), aunque las limita a ciertas mo-
dalidades de figuras delictivas, como ya se dijo, cuando de la omisión im-
Finalmente, existe un amplio número de mandatos no sancionados ex-
propia se trata (artículo 25, parágrafo). Es más, en el artículo 10, inciso 2o,
presamente en la ley, cuya transgresión se castiga según el marco penal de
situado en el título i, dedicado a las "Normas rectoras de la ley penal colom-
los tipos de comisión a los que se equiparan —generan, por supuesto, inde- biana" —que luego será objeto de desarrollos por el citado artículo 25, aun-
seables consecuencias desde la perspectiva politicocriminal, pues lo anhe- que sin las restricciones señaladas en el parágrafo de este último—, dispone
lado sería imponer siempre una menor punición, aunque no faltan quienes que "en los tipos de omisión también el deber tendrá que estar consagrado
defienden la tesis de la equiparación—; son los tipos de omisión impropia y delimitado claramente en la Constitución Política o en la ley".
o de comisión por omisión. Ejemplos de estos serían los derivados de los ar- En la exposición siguiente, no obstante, se señalan de manera general
tículos 103,104,106,109,111 a 116,125,135 y 136, pues también el homi- todos los elementos propios de es las descripciones típicas sin hacer el aná-
cidio en sus diversas especies y las distintas modalidades de lesiones perso- lisis separado entre propias e impropias, aunque se hacen las precisiones de
nales pueden ser realizados mediante omisión. Otras figuras que de le ge rigor.
ferenda podrían ser realizadas mediante omisión, como las de los artículos
137, 178, 179 y 350, entre otras, no admiten tal modalidad de ejecución de a) El sujeto
la conducta de lege lata por prohibición expresa de la ley (Código Penal, ar- Como cualquier tipo penal, el omisivo doloso presenta un sujeto activo
tículo 25, parágrafo). y un sujeto pasivo, concebidos en los términos que fueron ya expuestos; no
A continuación, según lo anterior, se estudia el tipo tanto en el aspecto obstante, es indispensable distinguir las características del autor en los pro-
objetivo como en el subjetivo y se hace hincapié no solo en su peculiar es- pios y en los impropios. En efecto, determinar quién es el agente en los pri-
tructura, sino también en sus diversos elementos integrantes. meros —omisión propia—no ofrece muchas dificultades, pues el respecti-
vo supuesto de hecho se refiere al "servidor público" (artículo 417), al "agente
B) Aspecto objetivo retenedor o autorretenedor" (artículo 402), al "empleado o director de una
institución financiera o de cooperativas" (artículo 325); o a "el que" (Códi-
Esta puede denominarse como parte "externa" del supuesto de hecho. Así go Penal, artículos 127; 128; 130; 131; 233; 441, en concordancia con la ley
como en los tipos hasta ahora estudiados, también en el aspecto objetivo de 733 de 2002, artículo 9o; y 454), lo que no significa que se trate de sujetos
la descripción típica omisiva dolosa se encuentran diversos "hechos consti- activos indeterminados, puesto que de ellos siempre es predicable un deter-
tutivos de la infracción penal" (artículos 22, y 32, numeral 10, inciso I o ), sean minado deber jurídico de actuar derivado de la propia ley penal. En esta
de naturaleza descriptiva o normativa. primera modalidad de omisión, pues, está claramente delimitado el sujeto ac-
No obstante, esos elementos solo están expresamente consagrados en tivo de la conducta sin tener que acudir a ninguna construcción extrapenal
tratándose de la omisión propia, no así en las impropias que, en parte, son de para determinarlo.
formación judicial, pues se le obliga al juez a completar el tipo penal respec- Ahora bien, en los segundos (impropios o no escritos) el autor debe ser
tivo, lo que ha generado notable inseguridad jurídica. Ello, debe reiterarse, determinado por el juez, individualizando sus características conforme a los
pone en entredicho la constitucionalidad de estas figuras, que no armonizan modelos legales y, más concretamente, con base en la llamada posición de
con plenitud con el principio de taxatividad, así el legislador haya salido al garante como criterio general, temática sujeta a múltiples debates y siem-
paso de las críticas consagrando una cláusula de equivalencia —que una pre abierta a la discusión dogmática. Este criterio supone en el agente —en
|lh amplia corriente doctrinaria no considera necesaria, pues entiende que de los relación con el conglomerado social donde desenvuelve su vida— una es-
** tipos de la parte especial se pueden deducir sus elementos; mientras que otra, pecial relación con el bien jurídico como la de cuidador, vigilante, evitador
** mucho más garantista, clama por la tipificación expresa de aquella—, con la de riesgos, etc., exigida ya por la ley en el caso del servidor público, del agente
330 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 331

de la fuerza pública, del médico, farmacéutico o practicante de medicina e, que conduce a varios turistas, etc.); y, en tercer lugar, los casos de asunción
incluso, del anónimo "el que" en algunos supuestos de hecho. De esta ma- voluntaria de una función de protección de determinados bienes jurídicos,
nera, si el garante del bien jurídico no evita la producción del resultado, su sea que medie o no un contrato (el profesor de natación en relación con el
omisión se equipara a la actividad desplegada por el sujeto activo que rea- pupilo, la enfermera obligada a cuidar el paciente, el salvavidas en relación
liza la conducta activa. con la persona que se ahoga, o la niñera encargada de cuidar a la criatura de
No obstante, la dificultad es mayor cuando se trata de determinar cuán- brazos, etc.).
do existe esa posición de garante, que no puede derivarse a partir de deberes En segunda instancia, cuando la persona tiene el deber de proteger de-
de tipo moral o social —como lo pretende una postura doctrinaria minorita- terminadas fuentes de riesgo (artículo 25, inciso 3 o , parte segunda), como
ria, que hunde sus raíces en el derecho penal de la época nacionalsocialista sucede también en las siguientes tres situaciones: en primer lugar, con los de-
y que también tiene manifestaciones en la actualidad, aunque con otros puntos beres surgidos de comportamientos precedentes suyos o injerencia (aquel
de partida—, sino estrictamente jurídico. El tema ha sido objeto de amplia que mediante violencia embriaga a otro tiene la obligación de protegerlo, el que
controversia, pues va desde las posturas tradicionales, cuya preocupación se conduciendo incorrectamente atropella al peatón tiene el deber de asistirlo,
ha centrado en el establecimiento de las fuentes jurídicas de la posición de etc.); en segundo lugar, con las obligaciones surgidas de los riesgos creados
garante, por lo que la deducen de la ley, el contrato, la conducta anterior (in- por otras personas que se encuentran dentro del ámbito de influencia de quien
jerencia), la asunción de hecho y las relaciones de lealtad (por eso se le conoce omite (los servidores públicos en relación con sus subordinados, el padre con
como teoría formal de la posición de garante), hasta llegar a criterios extraí- respecto a los hechos dañosos del hijo menor; el director del colegio en re-
dos directamente de la relación del agente con el bien jurídico que intentan lación con los comportamientos contrarios a la ley penal en que puedan incu-
desarrollar el contenido y la función de dicha posición de garante (de ahí el rrir los estudiantes dentro del establecimiento; el director de la prisión con
nombre de teoría de las funciones o material)', e, incluso, la combinación de respecto a los actos delictivos cometidos por los detenidos, etc.). Y, final-
ambos enfoques {teoría mixta o formal-material), como sucede con los ar- mente, en tercer lugar, los deberes de garante surgidos del control de fuentes
tículos 10, inciso 2 o y 25, inciso 3 o del Código Penal, que, después de sentar de riesgo que operan en el propio ámbito de dominio del agente (el conso-
la premisa de que la posición de garante tiene que estar delimitada "clara- lador aéreo, el cuidador de una planta de energía atómica o de sustancias ra-
mente en la Constitución Política o en la ley" o "conforme a la Constitución diactivas, el conductor encargado de transportar sustancias químicas peligro-
o a la ley", señalan que este elemento dimana de una especial relación del sas, el jefe de seguridad de la empresa obligado a mantener las máquinas en
sujeto activo con el bien jurídico (críticamente, con un punto de partida jakob- perfecto estado de funcionamiento para evitar accidentes de trabajo, el due-
siano, J. F. PERDOMO TORRES quien, incluso, estima improcedente la regula- ño del animal fiero, etc.).
ción legal). A las anteriores hipótesis generadoras de las posiciones de garantía hace
Justamente, la llamada teoría de las funciones (A. KAUFMANN) afirma referencia, expresamente, el artículo 25, inciso 4o: "Son constitutivas de po-
que la posición de garante se deriva de dos tipos de situaciones, básicamen- siciones de garantía las siguientes situaciones: 1. Cuando se asuma volun-
te: en primera instancia, cuando la persona tiene el deber de proteger los tariamente la protección real de una persona o de una fuente de riesgo, den-
bienes jurídicos de los riesgos que puedan afectarlos (artículo 25, inciso 3 o , tro del propio ámbito de dominio. 2. Cuando exista una estrecha comunidad
primera parte), como acontece en los siguientes tres casos: en primer lugar, de vida entre personas. 3. Cuando se emprenda la realización de una activi-
en los deberes de protección surgidos de relaciones familiares o de ámbitos dad riesgosa por varias personas. 4. Cuando se haya creado precedentemente
de convivencia (el padre en relación con el niño, el hijo en relación con el una situación antijurídica de riesgo próximo para el bien jurídico correspon-
padre anciano, la esposa en relación con el esposo, etc.); en segundo lugar, diente".
por la comunidad de riesgo, que surge de la participación voluntaria, con- Ahora bien, como ya se dijo más arriba, dada la redacción legal del pa-
certada previamente —lo cual significa que no se genera esta especie de po- rágrafo del artículo 25, el alcance de las figuras de omisión impropia ha sido
sición de garante cuando se trata de una comunidad casual, los dos náufra- restringido en relación con algunas fuentes a las figuras contempladas en
gos que sobreviven, o los concurrentes a una discoteca incendiada—, en ciertos títulos de la parte especial con prescindencia de los demás: "Los
actividades peligrosas en las que intervienen personas tácitamente obliga- numerales 1,2,3 y 4 solo se tendrán en cuenta en relación con las conductas
das a ayudarse mutuamente (los grupos de excursionistas o paseantes, el guía punibles delictuales [sic] que atenten contra la vida e integridad personal, la
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libertad individual, y la libertad y formación sexuales". Por supuesto, así el que muera; el socorrista que no le presta atención al bañista cuya protección
parágrafo en comento aluda a los "delitos contra la libertad y la formación se le ha encomendado; el profesor de natación que deja ahogar al alumno al
sexuales" (confróntese, artículos 205 a 219), en verdad no abundan las hi- que le ha prometido adiestrarlo en dicho deporte; el guía alpino —aquí an-
pótesis de la vida real en las que sea concebible una violación sexual, un acto dino— que, ante la situación de peligro del excursionista que le ha confiado
sexual violento, un comportamiento constitutivo de turismo sexual, o un su cuidado, no hace nada para evitarlo; el encargado de cuidar a un ciego, al
proxenetismo por vía omisiva, lo cual no significa que no existan (por ejem- que no le impide avanzar hacia el precipicio; el conductor imprudente que
plo: el padre no hace nada para evitar que, en presencia suya, su hijo violen- propicia un accidente y no auxilia a su víctima; el que deja morir de hambre
te sexualmente a la novia). De esta manera, entonces, no parece posible al secuestrado; el guardián de prisiones que no asiste al detenido en peligro
predicar comisión por omisión —lo que puede llevar a absurdos en la prác- de muerte después de intervenir en una refriega; el que le tira un colchón en-
tica— en los tipos vertidos en los títulos vi (delitos contra la familia) y VII cendido a un vagabundo previamente lanzado por las escalas, y lo deja pe-
(delitos contra el patrimonio), etc., en los que, si se razona de legeferenda, recer incinerado; el guardaagujas que no realiza el cambio de vías cuando
sería concebible tal modalidad de comportamiento omisivo; no obstante, viene otro tren por la misma vía, y se produce un número plural de muertes,
podría pensarse que cuando el parágrafo dice que los numerales 1 a 4 solo etcétera.
se tendrán en cuenta en dichas figuras, no está excluyendo, necesariamente, Por supuesto, solo en algunos de ellos se puede afirmar la realización
la posibilidad de que en otros casos pueda concebirse la omisión impropia del tipo de homicidio por omisión dolosa —sin descartar la omisión culpo-
si la posición de garante se llegare a hacer derivar de una fuente distinta de sa— con la consiguiente imposición de una pena de prisión de 25 a 40 años
las que menciona la disposición. (los casos de la madre, el secuestro o del guardaagujas), y eso con la condi-
Naturalmente, debe precisarse que no toda posición de garante genera ción de que se reúnan ciertos requisitos, como se dirá en seguida; en los de-
la realización del tipo de omisión impropia, pues es indispensablé~que el más, se tratará, simple y llanamente, de una omisión propia o pura de soco-
agente no realice la acción de salvamento que le ordena la ley en el caso rro (artículo 131) penada con una sanción notablemente menor: de dos a
concreto, esto es, aquella de la que se desprende ese preciso deber jurídico; cuatro años de prisión. En otras palabras: la cláusula de equiparación del
en otras palabras: la omisión impropia no se funda en la omisión de cualquier artículo 25, inciso 2o resulta inaplicable en dichos casos, porque en la parte
acción que hubiera podido evitar el resultado, sino en la omisión de aquella especial —y aquí prima el principio de especialidad— se ha consagrado una
que con certeza o seguridad estaba en capacidad de impedirlo en el caso figura omisiva propia que cobija dichas situaciones y que debe aplicarse de
particular. Se afirma lo anterior porque es perfectamente posible que el sujeto preferencia, si se tiene en cuenta que comporta una menor afectación del bien
activo omita realizar otras acciones que, por sí mismas, no constituyen la evi- jurídico y, por ende, una menor gravedad del injusto.
tación del peligro corrido por el bien jurídico, o que prescinda de realizar ac- De no ser así, habría que llegar a conclusiones absurdas, como lo muestra
ciones que no estaban dirigidas a impedir de modo cierto e indiscutible el re- el siguiente caso: si un hombre acompañado de su mujer y de un amigo sufre
sultado, en cuyo caso deberá responder por no realizar esas acciones medio un repentino infarto cardíaco y no es asistido por ambos y se produce la muer-
—que, como omisión pura o propia de acciones generales aparecen castiga- te, debería afirmarse que la mujer responde por homicidio agravado, y el ami-
das en la ley penal en el artículo 131a título de omisión de socorro—, pero go, por omisión de socorro, con lo que se estaría puniendo de manera excesiva
no por no realizar la acción salvadora que no estaba en sus manos llevar a al primer agente, según el mero desvalor de acción y olvidando el desvalor
cabo en la situación concreta. de resultado, cuando es evidente que ninguno de los dos estaba en condicio-
Si lo anterior no fuera así, debería afirmarse que —con la condición de nes de realizar la acción salvadora; obviamente, si la mujer del ejemplo fuese
que concurran las demás exigencias típicas— se ha llevado a cabo una con- una reputada cardióloga que no asiste al cónyuge, del que quiere deshacer-
ducta típica de homicidio agravado (confróntese, Código Penal, artículos 103 se, y se demuestra que esa acción salvadora habría impedido de forma cierta
y 104), en todos los siguientes casos citados por la doctrina y la jurispruden- y definitiva el resultado, sería indiscutible que ella tenía la posición de ga-
cia españolas: la madre que no le suministra alimento al recién nacido y lo rante específica demandada por el tipo de omisión impropia (artículos 103,
deja morir de inanición; la mujer que deja perecer al hijo recién nacido, omi- y 104, numeral 1) y no el deber genérico demandado por la omisión de so-
tiendo atarle el cordón umbilical; el cónyuge que no le brinda asistencia mé- corro (artículo 131) que, eventualmente, le puede ser imputada al amigo allí
dica al compañero, víctima de una repentina enfermedad o accidente, y deja presente, o a ella misma, si faltare alguna de las condiciones requeridas para
334 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 335

la realización del tipo (por ejemplo: no asiste al marido y se demuestra que ordenamiento jurídico exija al sujeto activo su intervención, esto es, se re-
si lo hubiese atendido en ese momento nada se podría hacer, pues se trataba quiere una amenaza o peligro para el bien jurídico. Así, por ejemplo, la
de un infarto fulminante). "situación objetiva" —como también se le denomina— en el caso del supues-
Lo definitivo, pues, es que se tenga la posición de garante en la acción to de hecho vertido en el artículo 424 es encontrarse frente a una autoridad
de salvamento ordenada en el caso concreto (capacidad de acción) y que ella, competente que demanda apoyo (omisión propia); en otros casos, se deriva
con seguridad, de manera concluyente y definitiva, habría impedido la rea- de la producción de una afectación al bien jurídico en la misma forma que
lización del resultado (compromiso de poner en marcha esa capacidad de en los tipos de acción, casos en los que, como ya se dijo, la omisión "equi-
acción). Ello es así porque el deber jurídico —acorde con el principio de so- vale" a la acción (omisión impropia o comisión por omisión).
lidaridad social, constitucionalmente establecido— implica la realización de c) La no realización del mandato
"acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la
salud de las personas" (Constitución Política, artículo 95, inciso 3 o , numeral Así mismo, el agente debe exteriorizar una conducta distinta de la or-
2), y ello solo puede suceder en relación con la persona que tenga la posi- denada, esto es, no ejecutar la acción mandada, pues se precisa que no rea-
ción de garante en el caso específico, y con la condición de que la acción que lice la acción de impedir el resultado; este es el núcleo central del aspecto
deba realizarse sea la que —se insiste: de manera directa y cierta— impida objetivo del tipo. Ahora bien, no habrá tipicidad tanto si el agente lleva a cabo
la realización del resultado. Cualquier otra interpretación del texto sería vio- el mandato de manera exitosa (denuncia el delito del que ha tenido conoci-
latoria de la Carta Fundamental y conduciría el ejercicio de la potestad pu- miento como servidor público, en el caso de los tipos previstos en el artículo
nitiva del Estado por senderos de arbitrariedad, al desbordar los límites for- 417), como si se esfuerza en lograrlo de manera seria sin resultado alguno
males y materiales que lo cobijan. (denuncia el delito, pero el empleado encargado de darle trámite legal a la
Dicho de otra forma: según el texto constitucional, no toda posición de queja no lo hace). Lo anterior se explica, porque en todos los casos de omisión
garante en abstracto puede fundar la realización de un tipo omisivo impro- hay una conducta que se ordena con un fin, y el agente debe realizar un com-
pio (comisión por omisión), sino solo aquella que en el caso particular, es- portamiento que no se dirija al fin ordenado, y es indiferente si lo logra o no.
pecífico, sea la que obligue al sujeto a realizar la acción de salvamento or- d) La posibilidad de realizar la acción ordenada
denada; además, esa acción debe también ser determinada, esto es, aquella
que con certeza, con seguridad, de manera definitiva y sin la necesidad de El sujeto activo debe tener la posibilidad efectiva de realizar la conduc-
realizar posteriores acciones intermedias, evite la realización del resultado ta ordenada, pues, de lo contrario, su comportamiento, llevado a cabo de
típico. Por eso, pues, se habla de una posición de garante específica por manera distinta, será atípico; como dice la máxima jurídica: "a lo imposible
oposición a la genérica, y se afirma que el sujeto activo no solo debe tener nadie está obligado". Por ejemplo: el bañista que en este momento se ahoga
capacidad de acción, sino que también es indispensable que haya asumido en las playas del parque Tayrona, así se pueda presenciar el hecho por me-
el compromiso efectivo deponer en práctica su capacidad específica de ac- dio de la televisión, no puede ser salvado por uno de los televidentes, pues
ción (L. GRACIA MARTÍN). ninguno de ellos tiene la posibilidad de realizar la acción ordenada, no así el
socorrista contratado para cuidar a los veraneantes. Por eso, refiriéndose a
Para terminar, recuérdese que el fundamento legal de este elemento tí- esta exigencia, el artículo 25-2 expresa que quien tuviere el deber jurídico
pico dimana con toda claridad de los artículos 10, inciso 2o —que, de mane- de impedir un resultado perteneciente a una descripción típica y no lo lleva-
ra inapropiada alude solo al "deber" que en todo caso tendrá que ser jurídico
re a cabo, "estando en posibilidad de hacerlo", quedará sujetóla la pena
por disponerlo así el artículo 25, inciso 2o—, 25 del Código Penal, ya trans-
contemplada en la respectiva norma penal.
crito, y de los artículos 6o ["Los servidores públicos lo son {responsables)
por la misma causa y por omisión o extralimitación en el ejercicio de sus fun- e) La causalidad hipotética
ciones"], I o y 95, numeral 2 (que consagran el principio de la solidaridad so-
Ya se dijo que no hay causalidad en la omisión o, mejor, que es poten-
cial) de la propia Constitución.
cial o hipotética una cuasicausalidad (como prefiere la doctrina austríaca),
b) La situación típica como sucede en la omisión impropia, pues en la propia —salvo pocos casos—
Lo primero que capta el supuesto de hecho omisivo, propio o impropio, no hay resultado y basta con la infracción de un deber de actuar. No obstan-
son aquellos presupuestos descritos en el tipo cuya concurrencia hace que el te, un sector doctrinario prefiere hablar del "nexo de evitación" al utilizar una
336 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 337

denominación que parece más ajustada a las previsiones contenidas en el dico de impedir un resultado perteneciente a una descripción típica y no lo
artículo 25, inciso 2o, ya transcrito y que, en todo caso, logra hacer un con- llevare a cabo, estando en posibilidad de hacerlo, quedará sujeto a la pena
traste cabal con el nexo de causación propio de los comportamientos comi- contemplada en la respectiva norma penal". Pese a la claridad del texto, ¡los
sivos. voceros del funcionalismo patrio afirman que no prevé cláusula de equipa-
Un ejemplo de cátedra ayuda a entender mejor el asunto: la madre que ración alguna! (confróntese, J. F. PERDOMO TORRES). Por supuesto, esta fór-
teje calcetines mientras su hijo de pocos días de nacido perece de inanición mula legal implica, además, una toma de postura en torno a los criterios cla-
en la cuna situada a su lado (confróntese, E. R. ZAFFARONI) no "causa" la muer- sificadores en materia de omisión, porque la modalidad omisiva impropia
te del párvulo en sentido físico, pues el comportamiento de tejer "causa" los —no escrita— surge como la contracara de la acción que es la descrita en la
calcetines, pero no el deceso de la criatura. Por ello, entre la acción de sal- norma penal (escrita).
vamento omitida (alimentar al bebé) y el resultado muerte existe un nexo de f) El resultado
evitación o una causalidad hipotética que es el presupuesto para poder pre-
dicar que la lactante ha quitado la vida (artículo 103 en concordancia con el Como es obvio, en los tipos de omisión impropia se requiere también
artículo 104, numeral 1: "matare"), porque, como acentúa por vía de exigencia la presencia de un resultado en un sentido físico, exigencia prevista de ma-
general el artículo 25, inciso 2o del Código Penal, queda sujeto a la pena con- nera expresa en el artículo 25, inciso 2o: "Quien tuviere el deber jurídico de
templada en la norma penal respectiva quien no impide el resultado tenien- impedir un resultado... y no lo llevare a cabo..."; desde luego, este elemento
do la posición de garante y la posibilidad de hacerlo. deberá también inferirse del tipo comisivo respectivo.
Por supuesto, como los tipos de omisión impropia deben deducirse de
g) Otros elementos
la ley, y la comprobación del nexo de evitación se dificulta, los legisladores,
en un esfuerzo por salvaguardar el principio de legalidad —naturalmente, sin También, en todo tipo omisivo —propio o impropio— se exige un bien
lograrlo con plenitud, porque siempre estará en entredicho el axioma de taxa- jurídico determinado, pues, como ya se explicó, se trata de un elemento esen-
tividad o de determinación, que es una consecuencia directa— suelen acu- cial a toda figura comportamental; así mismo, es posible encontrar otras cir-
dir a las llamadas "cláusulas de equivalencia"; en estas se equipara la omi- cunstancias de tiempo, modo o lugar, el objeto de la acción, etc., según los
sión del agente que tiene el deber jurídico de impedir el resultado a la actividad caracteres imaginados por el legislador en cada caso concreto.
desplegada por el agente activo en las figuras comisivas; en otras palabras:
se establece una equiparación legal de la omisión de impedir un resultado con C) Aspecto subjetivo
su realización mediante un comportamiento activo. Por ello, para compro-
bar la existencia de este nexo de evitación o causalidad hipotética, el juez o Es esta la cara o faz interna del supuesto de hecho omisivo doloso. Sin
el analista deben acudir a una fórmula en virtud de la cual —partiendo de la duda alguna existe un componente subjetivo en el tipo omisivo, conforma-
teoría de la equivalencia de las condiciones— se afirma que la omisión es do no solo por el dolo —cuya estructura es discutida por la doctrina—, sino
causa del resultado, si puesta mentalmente en su lugar la acción esperada, excepcionalmente también por elementos subjetivos del tipo (piénsese, por
que no es realizada por el omitente, el resultado desaparece con certeza, con ejemplo, en los que aparecen en algunas de las figuras de homicidio agrava-
seguridad; hay, pues, causalidad hipotética si la acción no realizada hubiera do previstas en el artículo 104 en armonía con el artículo 103).
evitado la producción del resultado de una manera cierta e indiscutible. Pa-
radigmática era la fórmula que contenía el artículo 21, inciso 2 o del deroga- a) El dolo
do Código Penal: "Cuando se tiene el deber jurídico de impedir el resultado, Las dificultades comienzan cuando se trata de precisar si las reglas for-
no evitarlo, pudiendo hacerlo, equivale a producirlo", cuyo origen debe bus- muladas para el dolo en los tipos comisivos se pueden extender a los omi-
carse en el § 13 del Código Penal alemán vigente desde 1975, que —cosa sivos. Desde luego, no podrá predicarse una asimilación semejante, en la me-
que olvidó el legislador colombiano— prevé la posibilidad de una atenuan- dida que el supuesto de hecho omisivo tiene una configuración especial, lo
te facultativa en estos casos. que no impide entender que también está integrado por un componente cog-
Por eso, de manera parecida —aunque no tan exacta—, expresa el ar- noscitivo y otro volitivo, tal como de manera expresa lo establece el artículo
tículo 25, inciso 2o del Código Penal vigente: "Quien tuviere el deber jurí- 22 al referirse a todo tipo de conductas dolosas (comisivas y omisivas).
LA TIPICIDAD EN OTRAS FORMAS DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE 339
338 MANUAL DE DERECHO PENAL

En efecto, en primer lugar, en lo que hace referencia al componente cog- vado de la ignorancia de la posición de garante que se traduce en un error de
noscitivo, se requiere que el agente tenga conocimiento de la posición de tipo sometido al tratamiento ordinario, según si es o no vencible (artículo 32,
garante, es decir, debe saber que en el caso concreto ostenta la calidad de pa- numeral 10, incisos I o y 2o). Verbigracia: si el médico actúa convencido de
dre, hijo, médico, jefe de seguridad industrial, etc.; este caso es distinto del que el herido le juega una broma, no incurre en omisión de socorro (artículo
conocimiento del deber de garante, esto es, el deber de actuar que como tal 131); lo mismo acontece con quien abandona a la persona que "se encuentra
es un conocimiento de la antijuridicidad, cuya sede es la culpabilidad. En en incapacidad de valerse por sí misma" (artículo 127), creyendo que se trata
segundo lugar, se debe tener conocimiento de la situación típica y del curso de una situación fingida.
causal {de la causalidad hipotética) cuando el tipo es de resultado; además, También, puede excluirse la tipicidad en los casos de ausencia de da-
en tercer lugar, y en esto difiere este dolo del comisivo, se requiere Imposi- ñosidad social, como ya se explicó.
bilidad de representación de la conducta debida y, si el tipo es de resultado,
la vía para evitarlo. IV. EL TIPO EN LAS CONDUCTAS DE OMISIÓN IMPRUDENTE Y LA ATIPICIDAD
Sobre el componente volitivo, es indispensable que también el agente
quiera la realización del tipo en su aspecto objetivo correspondiente, que A pesar de que los casos de culpa o imprudencia son muy restringidos,
tenga voluntad de realización de la conducta omisiva según la nota de la fi- ello no significa que no exista tal forma de omisión y se deban ignorar estas
nalidad. estructuras típicas; por el contrario, dichos supuestos deben también ser obje-
Que en el dolo omisivo se requieren estos elementos se deduce, como to de estudio. No obstante, como ya se expuso, en el tipo de comisión impru-
se indicó, del tenor del artículo 22: "La conducta (omisiva, se agrega) es dente es innecesario repetir aquí dicha gama de conceptos, pues, en realidad,
dolosa cuando el agente conoce los hechos constitutivos de la infracción penal los tipos de omisión culposa o imprudente coinciden con los de comisión casi
y quiere su realización"; desde luego, dada la redacción legal, también po- en su totalidad, salvo en que el autor no infringe el cuidado con un acto
dría presentarse un dolo omisivo eventual (artículo citado, parte segunda). positivo, sino omitiendo la realización de una acción ordenada. Además, el
sujeto activo debe tener la posición de garante, y la falta del cuidado debido
b) Los elementos subjetivos distintos del dolo se debe referir tanto al conocimiento de la situación típica como a la com-
Si se tiene en cuenta que en algunos tipos omisivos existen estos com- probación de la propia capacidad de acción; también, la posición de garante
ponentes, parece lógico aceptar que también ellos forman parte del tipo en y el deber de garante —conceptos distintos— pueden coincidir, aunque no
su aspecto subjetivo; no obstante, se advierte la dificultad para su configu- necesariamente, con la violación o falta del deber de cuidado. En fin, obsér-
ración en el caso concreto, al tratarse de tipos de omisión impropia. Así, por vese que el elemento cognoscitivo o intelectivo de la culpa debe compren-
ejemplo, en el caso del homicidio por omisión, se discute la presencia del ele- der no solo la posibilidad de conocer la posición de garante, sino también los
mento "para preparar, facilitar, o consumar otra conducta punible" (artículo demás elementos del aspecto objetivo del tipo correspondiente.
104, numeral 2), y se opta por discutir caso por caso la situación, para pre- Ahora bien, la violación del deber de cuidado puede surgir en especial
cisar si procede la equivalencia con el tipo comisivo. de casos como los siguientes: en primer lugar, puede suceder que el agente
D) Las causas de atipicidad incurra en falta de cuidado al juzgar la situación típica (el médico no atien-
de al herido por estimar que su estado de salud no es tan grave como el del
También, al igual que sucede en las demás estructuras típicas, en las con- otro paciente que debe socorrer, y realmente ocurre lo contrario); en segun-
ductas de omisión dolosa se puede excluir la tipicidad por ausencia de los do lugar, puede observarse una falta de cuidado al ejecutar el mandato (el
elementos objetivos del tipo: piénsese en lo que sucede cuando el agente no autor, por la premura en apagar un incendio, le vierte gasolina en lugar de
tiene la calidad exigida por el tipo, o cuando no hay resultado o nexo de evi- agua; o no logra el salvamento porque su impericia hace naufragar el bote);
tación, o si no se presenta la situación típica, etc., según si el tipo es de omi- así mismo, en tercer lugar, puede suceder que el autor viole el deber de cui-
sión propia o impropia. dado por indebida apreciación de la posibilidad física de ejecución (quien
Así mismo, puede suceder que no se presenten los elementos subjeti- no sabe nadar cree que el estanque en el que se ahoga un niño es profundo,
vos como si, por ejemplo, falta el dolo o el elemento subjetivo del tipo dis- cuando en realidad es de poca altura; el salvavidas cree suficiente lanzarle
tinto del dolo; el caso de atipicidad más frecuente en este ámbito será el deri- un neumático a quien se ahoga, cuando se necesitaba extraerlo de las aguas
340 MANUAL DE DERECHO PENAL

del mar) (confróntese E. R. ZAFFARONI). Sin duda, en todos estos casos se


está ante hipótesis de omisión culposa.
Para terminar, téngase en cuenta que estas estructuras se construyen de
lege lata a partir de lo establecido en los artículos 9o, 21,23 y 25 del Código
Penal, y que la culpa o imprudencia puede darse con previsión o sin ella (con
CAPÍTULO DECIMOTERCERO
representación o sin ella; consciente o inconsciente, según las divisiones ya
señaladas); también, como es apenas obvio, podrá predicarse la atipicidad
en los casos ya examinados en relación con las otras formas de aparición de LA ANTIJURIDICIDAD
la conducta punible cuando se presente alguna de las situaciones examinadas.
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I. PRECISIONES INICIALES

Cuando al estudiar un caso concreto el analista ha emitido positivamen-


te los juicios de conducta y de tipicidad, el paso siguiente es determinar si el
actuar humano ubicable en dichas categorías contradice el ordenamiento jurí-
dico en su conjunto o pugna con él y si lesiona o amenaza el bien jurídico.
342 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURIDICIDAD 343

Sin duda, cuando el agente realiza un comportamiento típico ha actuado en dad, que es una mera relación —una contradicción entre dos miembros de
forma antinormativa (contrariando la norma), pero ello no significa que su una relación—, de lo injusto que, por el contrario, es algo sustancial: la
hacer sea antijurídico, pues —a más de las prohibiciones y de los mandatos— conducta antijurídica misma; en otras palabras: la antijuridicidad es un pre-
existen normas permisivas (causales de justificación de la conducta típica) dicado, lo injusto un sustantivo), esto es, un comportamiento humano des-
[confróntese, Código Civil, artículo 4o: el sentido de la ley es mandar, pro- valorado por el ordenamiento jurídico. De ello se deduce la existencia de un
hibir, o permitir acciones] que posibilitan la realización conforme a derecho injusto penal específico, al lado del cual se conciben otros como el civil (el
de la conducta expresada en la ley —lo que impide confundir la tipicidad con incumplimiento de un contrato de arrendamiento), el administrativo (una vía
la antijuridicidad formal—; incluso, puede suceder que la conducta típica de hecho de un servidor público), el laboral (el despido injustificado de un
no esté amparada por un permiso para actuar y que, sin embargo, tampoco trabajador), etc., aunque la antijuridicidad es la misma para todo el conjunto
sea antijurídica, porque no alcance a amenazar o a lesionar el bien jurídico normativo.
amparado en cada caso concreto por la ley. Naturalmente, las conductas que Sin duda, la antijuridicidad debe ser entendida como un juicio negativo
son socialmente adecuadas no alcanzan ni siquiera a ser típicas por ausencia de valor mediante el que se determina si la conducta típica y antinormativa
de amenaza o de dañosidad para el bien jurídico tutelado y demuestran, una pugna con el ordenamiento jurídico en su conjunto, y si amenaza o lesiona
vez más, que la tipicidad también debe ser entendida en sentido material, el bien jurídico tutelado. En otras palabras: no basta con la verificación de
porque el problema del bien jurídico no puede circunscribirse solo a la an-
la ausencia de una norma permisiva o causal de justificación —aspecto for-
tijuridicidad, sino que también concierne a todo el injusto.
mal—, sino que es indispensable determinar si la conducta en estudio repre-
Por ello, quien da muerte a otro en legítima defensa realiza una conducta senta una amenaza o un daño para el bien jurídico —aspecto material—. Con
típica de homicidio (Código Penal, artículo 103), pero no antijurídica, por- ello queda claro, al mismo tiempo, que se trata de un juicio objetivo y sub-
que ella está amparada con una norma permisiva (Código Penal, artículo 32, jetivo, al igual que sucede con la conducta humana a la que está referido.
numeral 6), aunque es evidente que lesiona el bien jurídico vida (Código
Es, pues, posible, asumir una concepción mixta en la que encuentren ca-
Penal, título i de la Parte especial). Ahora bien, quien —con el ánimo de alejar
bida los diversos componentes del injusto: el desvalor de acción y el desva-
a un ladrón— porta un revólver viejo sin salvoconducto, que difícilmente
puede ser accionado, realiza una conducta típica (Código Penal, artículo 365) lor de resultado, a partir de una concepción dual de la regla juridicopenal:
y formalmente antijurídica, pues no está amparado por ninguna causal de norma subjetiva de determinación y norma objetiva de valoración.
justificación; sin embargo, ese comportamiento no alcanza a ser materialmen-
te antijurídico, pues no logra menoscabar el bien jurídico protegido (Código II. EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE ANTIJURIDICIDAD
Penal, título xn, que tutela la seguridad pública), pues se está ante una con-
ducta que —si bien no está regida por el principio de la insignificancia, que La transformación de esta categoría ha estado casi siempre ligada al de-
la tornaría en atípica—, no es antijurídica por ausencia de afectación al bien sarrollo de la teoría del tipo penal ya expuesta; sin embargo, es prudente
jurídico. mostrar cómo se han formado algunas de las equivalencias frecuentemente
De aquí se infiere, entonces, que la antijuridicidad es la característica utilizadas por la dogmática penal actual en torno al asunto.
de contrariedad al derecho presentada por un comportamiento consistente en A) La antijuridicidad objetiva
la inobservancia de la prohibición o e¿ mandato contenidos en la norma, as-
pecto que se conoce con la denominación de antijuridicidad formal, sin No es posible señalar con precisión exacta quién fue el primero en uti-
embargo, para poder predicar el carácter antijurídico de la conducta es, ade- lizar la voz "antijuridicidad", lo cual no impide señalar que ya T. DECIANUS,
más, indispensable la vulneración del bien jurídico —no en sentido natura- en su Tractatus criminalis (1590), formuló el concepto como presupuesto
lístico, como la causación de un daño, al estilo de F. VON LISZT— concebida independiente del delito; incluso el Código Penal para el Reino de Baviera
como la contradicción ideal con el valor protegido por la norma (lesión del (1813) empleaba la expresión en diversos artículos cuando se refería al "dolo
bien jurídico), perspectiva de análisis denominada antijuridicidad material. antijurídico", y expresaba que el autor de un crimen debía ser "consciente
Ahora bien, si la conducta típica es al mismo tiempo antijurídica, se de la antijuridicidad" (artículos 37 y siguientes); P. J. A. FEUERBACH (1847),
conforma un injusto penal (por supuesto, debe distinguirse la antijuridici- comentando dicho estatuto, hablaba expresamente de las "acciones antijurí-
344 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURIDICIDAD 345

dicas individuales". No obstante, fue necesario esperar hasta 1867 para (1905), que sostuvo la tesis de A. MERKEL de la mano de la teoría de los im-
encontrar el concepto de "injusto" formulado de manera técnica por R. VON perativos, entre otros. Como es de suponer, dicha doctrina no podía distin-
IHERING, quien lo entendía, desde el derecho civil y delimitándolo del penal, guir entre antijuridicidad y culpabilidad, y caía en el grave error de reducir
como la mera contradicción objetiva con el ordenamiento jurídico, de don- el injusto a una mera infracción del deber (teoría subjetiva monista), a partir
de nació la noción de antijuridicidad objetiva, a la que se opondría la de an- de la consideración de la norma de determinación, y olvidaba que esta era
tijuridicidad subjetiva; no obstante, la primera de estas concepciones sería también norma objetiva de valoración, para no mencionar los peligros polí-
la que prevaleciera hasta comenzado el siglo xx. Naturalmente, este plantea- ticos que propició, como que detrás de ella llegaría luego el nacionalsocia-
miento era claro desde el ángulo del derecho civil, no así desde la perspec- lismo con su derecho penal de la voluntad.
tiva penal, dado que veía en el delito de robo un elemento subjetivo, la inten-
ción; por esta razón se le puede concebir como el precursor de la teoría mixta. C) La antijuridicidad formal y la material
Pero es A. LÓFFLER (1901) quien, con un trabajo dedicado al injusto y
al estado de necesidad, afirma que el injusto se caracteriza por la alteración También, finalizando el siglo xix, F. VON LISZT (1899), partiendo de su
de una situación jurídica, y todo aquello que modifique dicho estado será un concepción positivista sociológica, formuló una distinción que todavía hoy
actuar antijurídico; arriba entonces a una formulación muy objetiva de este deja sentir su influjo, cuando habló de la antijuridicidad formal, entendida
(teoría objetiva monista). Otros autores harían luego elaboraciones simila- como la contravención de la norma estatal, de un mandato o de una prohi-
res: L. VON BAR (1882), F. VON LISZT (1889), E. BELING (1906) y A. KÓHLER bición del orden jurídico, por una parte; y, por la otra, de la antijuridicidad
(1917); es más, la corriente imperativista de A. THON, E. R. BIERLING y otros material, concebida como la acción socialmente dañosa, antisocial o asocial.
que, como se recordará, concebían el derecho como un conjunto de impera- O mejor, como "el peligro" para los bienes jurídicos, como irá acentuando
tivos, lo que debía desembocar en una concepción subjetivista del injusto en las diversas ediciones de su Tratado. Desde luego, semejante diferencia
(como norma de determinación), hacía esfuerzos desesperados por formu- desbordaba los marcos propios de una antijuridicidad objetiva bajo la con-
lar un planteamiento objetivista en esta materia, e incurría en un curioso con- cepción clásica del delito que el expositor germano ayudó a erigir.
trasentido lógico. Ahora bien, el hecho de introducir un criterio sociológico en la antiju-
ridicidad le permitió al nazismo la politización del concepto y su posterior
B) La antijuridicidad subjetiva utilización, al entenderlo como la "dañosidad para el pueblo". Ello, desde
luego, no impidió la difusión de dicha construcción, que ha llegado hasta la
Ante la postura objetiva expuesta, A. MERKEL (1867), buscando confi- época actual, en la que se entiende —desde una perspectiva politicocrimi-
gurar un superconcepto de injusto comprensivo tanto del derecho civil como nal— como manifestación del principio de lesividad o de protección de bie-
del penal, propuso una concepción subjetiva que lo entendía como la nega- nes jurídicos del que es plasmación, además de ser reflejo del imperio del pos-
ción del derecho y presumía que su esencia era la de ser norma de determi- tulado de necesidad de intervención, sin el cual no es pensable el derecho
nación, aunque, paradójicamente, rechazaba la doctrina de los imperativos, penal en una organización democrática.
que habría podido ser su más firme apoyo para sostener un punto de vista sub-
jetivo. Según dicho expositor, el derecho se caracteriza por dos aspectos: por D) La antijuridicidad y la teoría de los "elementos
una parte, expresa la voluntad estatal asentada en los intereses comunes y, subjetivos del injusto'''
por la otra, establece un conjunto de mandatos y prohibiciones dirigidos a
los sujetos imputables; el derecho es un "poder ideal" y es portador de un ca- A diferencia de lo propugnado por la dogmática clásica (F. VON LISZT
rácter absolutamente "personal". De aquí se desprende, entonces, que toda y E. VON BELING), H. A. FISCHER (1911) concibió de otro modo la antijuridi-
infracción del derecho (injusto) supone la lesión de la voluntad general obje- cidad, aduciendo que ya no podía entenderse de manera totalmente objetiva
tivada en él y la imputabilidad del agente o destinatario idóneo de los pre- —con fundamento en datos externos causalmente verificables—, pues con-
ceptos jurídicos. tenía también determinados elementos subjetivos de índole anímico-emocio-
,„ Este punto de vista debió esperar algunos años hasta entrado el siglo xx, nal, propios de la psique del autor, expresados por el legislador en diversos
* W! cuando se convirtió en dominante gracias a autores como E. HERTZ (1880), tipos penales, como se comprobaba, por ejemplo, en lafiguradel hurto cuando
«•«! E. KOHLRAUSCH (1903), F. A. H. VON FERNECK (1903) y A. G R A F zu DOHNA exigía un "ánimo de lucro"; pero, además, en las causales de justificación
346 MANUAL DE DERECHO PENAL LA ANTIJURIDTCIDAD 347

aparecían elementos subjetivos, como "el ánimo de defenderse" en la legí- jurídico y la acción personalmente antijurídica conforman el injusto: la anti-
tima defensa, o la "finalidad de proteger un derecho" en el estado de nece- juridicidad es siempre la desaprobación de un hecho referido a un autor de-
sidad, etc., componentes sin los que no podían reconocerse dichos casos de terminado.
exclusión de la antijuridicidad. Desde luego, la postura más coherente es la última, pues el injusto está
No obstante, el mérito de haber desarrollado esta doctrina para el dere- conformado tanto por el desvalor de acción (dentro del cual se examinan las
cho penal le corresponde a A. HEGLER (1914,1929,1930), cuya construcción condiciones objetivas del autor, los elementos subjetivos del injusto, y el dolo
recibió muchos aportes a partir de ese momento: así, por ejemplo, los traba- y la culpa) como por el desvalor de resultado (que comprende la lesión o
jos de M. E. MAYER (1915, 1923), E. MEZGER —en diversos estudios publi- puesta en peligro del bien jurídico y el modo externo con el que se ha pro-
cados entre 1924 y 1956—, A. FINGER (1928), R. VON HIPPEL (1930), R. FRANK ducido esa lesión o puesta en peligro). Debe, pues, partirse de una concep-
(1931), etc., hasta llegar a la revisión de K. ENGISCH (1957) y a las aportacio- ción moderada del injusto personal.
nes de E. SCHMIDHÁUSER (1958) y E. J. LAMPE (1967). Pero así como esta
doctrina encontró grandes cultores, también tuvo enconados contradictores, III. EL ASPECTO NEGATIVO DE ESTA CATEGORÍA:
que iban desde J. GOLDSCHMIDT (1930) hasta quien es considerado su último LAS CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN
gran crítico: D. OEHLER (1959). Para esta concepción, pues, el concepto de
antijuridicidad no podía entenderse en sentido puramente objetivo y, gracias También este elemento del concepto dogmático de la conducta punible
a ella, puede hablarse hoy de los elementos subjetivos del tipo (denomina- tiene una faz negativa constituida, básicamente, por la teoría de las diversas
ción más apropiada) y de elementos subjetivos en las justificantes. justificantes, aunque sin olvidar, por supuesto, los casos en los que no se con-
figura este estrato del delito en su aspecto material; sobre este problema, pues,
E) La antijuridicidad y la teoría del "injusto personal" versa la exposición siguiente.

Gracias a las elaboraciones del finalismo, con su concepto final de A) Nociones básicas
acción, la teoría de los elementos subjetivos del injusto encontró su cabal a) Naturaleza jurídica
desarrollo al postular que además de ellos el dolo y la culpa formaban parte
de la acción y, por ende, del injusto. Con esto fue posible, entonces, contra- No cabe duda de que las causales de justificación son normas permisi-
poner al des valor de resultado —en el que se agotaban las construcciones an- vas, lo que se infiere del hecho de que el ordenamiento legal no solo consa-
teriores— el desvalor de acción y conformar el concepto del injusto perso- gra prohibiciones y mandatos, sino también autorizaciones para actuar; es
nal, que ha terminado por imponerse; aunque no han faltado posiciones así como puede afirmarse que los tipos penales contienen reglas generales
extremas que han pretendido reducir el injusto al mero des valor de acción y que encuentran sus excepciones en las causales de justificación (sistema de
han caído en posturas subjetivas, a partir de las cuales la categoría de la an- la regla-excepción), constituyéndose de tal modo la tipicidad en un indicio
tijuridicidad acaba completamente desdibujada. de antijuridicidad, en su ratio cognoscendi. Lo anterior supone el rechazo de
las posturas de la ratio essendi (el tipo es la base o la esencia de la antijuri-
Acorde con lo ya dicho, en la ciencia penal alemana se observan tres con- dicidad) y de los elementos negativos del tipo (las causales de justificación
cepciones sobre el injusto: la objetivista monista, para la que se concebía excluyen la tipicidad de la conducta). /
como mero desvalor de resultado, esto es, solo afectación de bienes jurídi-
cos a partir de una teoría objetivista de la norma (norma de valoración ob- b) Fundamento
jetiva); la subjetivista monista que, por conducto de W. GALLAS, E. HORN, A. La razón de ser de este instituto ha sido un problema ampliamente
KAUFMANN, K. LÜDERSSEN y D. ZIELINSKI, considera que el desvalor de acción debatido, pues va desde quienes sostienen posturas negativas en torno a la
es suficiente para apreciar el injusto, pues el desvalor de resultado es una mera posibilidad de darles a todas las causas de justificación un fundamento ge-
condición objetiva de punibilidad; y, la dualista, que aglutina dentro de él nérico (sea que respondan a basamentos diferentes, o sea que se crea que no
tanto el des valor de acción como el desvalor de resultado, como lo hace gran poseen ninguno), hasta las positivas, que tratan de asignarles una base co-
parte de la dogmática contemporánea. De esta manera, la lesión al bien mún (sea de carácter individual: monistas, o de índole plural: pluralistas).
348 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURIDICIDAD 349

Como parece evidente que las causales de justificación descansan en un los que el agente puede ejercer el derecho de retención, sin que ello impli-
fundamento común, así sea plural, procede mencionar de forma somera di- que incurrir en una conducta típica y antijurídica de hurto, abuso de confian-
chas posiciones doctrinarias. Para quienes defienden una base monista, este za, etc.
principio informador es de carácter formal o abstracto, a partir de criterios d) Los elementos subjetivos
como los siguientes: "lo que es más útil que dañoso" (W. SAUER); "la colisión
de intereses" (A. MERKEL); "la función protectora de los bienes" (C. STOOSS); Si se parte de una concepción moderada del injusto personal es nece-
"el empleo de los medios más adecuados para obtener alguno de los fines sario, al exponer todas y cada una de las justificantes, estudiar en ellas un com-
reconocidos por el orden jurídico" (E. SCHMIDHÁUSER); "la ponderación de ponente de índole subjetivo que es la verdadera contrapartida del dolo (de
valores" (P. NOLL); "la teoría del fin" (A. GRAF ZU DOHNA), y "la correcta re- otra opinión, no obstante, E. R. ZAFFARONI/A. ALAGIA/A. SLOKAR); por el con-
gulación social de los intereses y de los contraintereses" (C. ROXIN), etcétera. trario, para quien el injusto se agote en el mero desvalor de resultado, deben
negarse de manera consecuente tales componentes. Por ello, el agente no solo
A su vez, quienes sostienen los enfoques pluralistas —que parecen ser debe actuar objetivamente, cumpliendo con las exigencias de la justificante
las dominantes— insisten en diversos criterios materiales, como sucede, en respectiva, sino también conociendo que lo hace y queriendo obrar al ampa-
primer lugar, cuando al principio de la ponderación de intereses se le añade ro de la causal de justificación, de donde se infiere que en el ejercicio de ella
el del fin perseguido por el agente, lo que es producto de la concepción del deben concurrir elementos cognoscitivos y volitivos; la finalidad del agente
injusto a partir de la confluencia de los desvalores de acción y de resultado; no debe confundirse, sin embargo, con los motivos o los sentimientos pre-
y, en segundo lugar, con otra pareja de criterios derivados de las considera- sentes al momento del hecho, pues al derecho penal solo le interesa la actua-
ciones tenidas en cuenta por el legislador: el principio del interés preponde- ción de la persona conforme a sus prescripciones y no por qué lo hace. La
rante y el de lafalta de interés en la protección juridicopenal del agente. Na- exigencia de elementos subjetivos en las diversas causales de justificación
turalmente, las pautas pluralistas combinadas entre sí permiten explicar el es úna^onsecuencia lógica del concepto final social de conducta, pues pa-
fundamento de las diversas causales, como se comprueba a lo largo de la ex- rece evidente que los comportamientos justificados también deben ser cau-
posición. sales, finales y sociales.
c) Las fuentes Así, por ejemplo, el particular que retiene a su vecino poniéndolo a dis-
posición de la autoridad después de haberlo sorprendido en flagrante delito
Como el concepto de antijuridicidad es unitario, es evidente que una con- contra su patrimonio, actúa en ejercicio de una causal de justificación (Cons-
ducta no puede ser al mismo tiempo ajustada a derecho y contraria a él, de titución Política, artículo 32), sin que importe que al momento de hacerlo haya
donde surge que las diversas causas de exclusión de la antijuridicidad deban sentido odio, ánimo de vengarse o satisfaga viejos rencores; nadie osaría dis-
buscarse no solo en la ley penal, sino también en todo el ordenamiento ju- cutir que dicha persona ha cumplido con un deber legal objetivamente ha-
rídico; incluso, cuando no se contravengan los postulados inspiradores de blando y, subjetivamente, que lo ha hecho con la finalidad exigida por el or-
este, pueden tener origen fuera de él (las llamadas "causales extralegales"), denamiento jurídico.
lo que ha sido posible a partir del entendimiento de la antijuridicidad, en sen- El asunto, sin embargo, ha sido objeto de agrias polémicas pues más allá
tido material. de las posturas extremas no han faltado tesis intermedias; e, incluso, posi-
Lo anterior es consecuencia de la operancia del principio de la unidad ciones diferenciadoras, según la causal de justificación de que se tr^te, gra-
del orden jurídico, que posibilita, así mismo, que no sea posible hablar de cias a las cuales en algunas se admiten los elementos subjetivos mientras que
un sistema de numerus clausus en materia de causales de justificación, sino en otras no.
de uno de numerus apertus, pues ellas se derivan no solo del artículo 32 del Ahora bien, para sostener la existencia de elementos subjetivos en las
Código Penal, sino también de todo el ordenamiento jurídico. En síntesis: justificantes de lege lata no hay necesidad de hacer demasiados esfuerzos sis-
todo el orden jurídico en su conjunto debe entenderse como fuente de las jus- temáticos, pues la propia ley le ha dado cabida de manera amplia al concep-
tificantes, como se echa de ver de lege data cuando, por ejemplo, la misma to de injusto personal, cuando ubica el dolo y la culpa en la conducta (ar-
Constitución legitima la captura del delincuente sorprendido en flagrancia tículos 22 y 23) y, en armonía con ello, entiende la antijuridicidad en sentido
(artículo 32), o cuando los Códigos Civil o de Comercio consagran casos en material (artículo 11); además, cuando el codificador regula las diferentes
LAANTIJURIDICIDAD 351
350 MANUAL DE DERECHO PENAL
> IIII 11

¡ tüi justificantes, lo reconoce expresamente: así se deduce del empleo de las pre- Por último, en cuarto lugar, a quien realiza una conducta típica justifi-
posiciones en (artículo 32, numerales 3 a 5), por (artículo 32, numerales 6 y cadamente no se le pueden imponer medidas de seguridad, aunque al momen-
7) o de la expresión no haya causado intencionalmente o por imprudencia to de llevar a cabo su actuar se hallare en estado de trastorno mental, inmadurez
(numeral 7). psicológica, estado de diversidad sociocultural, o en situación de embriaguez
Por tanto, si en el caso concreto se configuran los elementos objetivos plena, pues solo en el plano de la culpabilidad se podrá determinar si la per-
de las justificantes, pero falta el componente subjetivo, la conducta típica es sona es inimputable o no.
antijurídica, aunque no por tal razón deba recibir el mismo tratamiento que
B) El estricto cumplimiento de un deber legal
la realizada por el agente sin la concurrencia de ninguno de los elementos
objetivos y subjetivos. Esa es la razón por la que la doctrina se inclina por a) Concepto y naturaleza jurídica
aplicar en estos casos las reglas correspondientes a la tentativa o al exceso
en las causales de justificación, y reconoce —como debe hacerse— la exis- Según el artículo 32, numeral 3, no es responsable el autor de la con-
tencia de un grado reducido de injusto, que se traduce en una punición menor; ducta punible que "obre en estricto cumplimiento de un deber legal". Como
de lege data parece, sin embargo, más conducente desde el punto de vista po- es obvio, cuando se dice que "no habrá lugar a responsabilidad", en tal caso
liticocriminal acudir a la fórmula del exceso (artículo 32, numeral 7, inciso no se quiere significar que se excluya cualquier categoría del concepto dog-
2o) para tratar estos casos, que bien podrían denominarse de defecto. mático de delito, sino que él puede operar como causal de atipicidad o de
Una observación final: la hipótesis anterior difiere radicalmente de aque- justificación, porque su naturaleza jurídica es mixta. Ahora bien, en la se-
lla en la que concurre solo el aspecto subjetivo, mas no el objetivo, en cuyo gunda situación se quiere significar que esta figura es "causa de exclusión
caso se trata de una causal de justificación putativa, constitutiva de una ver- de la antijuridicidad", "causal de licitud", "causal objetiva de exclusión del
dadera modalidad de error de prohibición indirecto o error sobre las justifi- delito", "justa causa", etc., voces frecuentemente utilizadas por la doctrina,
cantes (Código Penal, artículo 32, numeral 10, inciso I o ). y que —pese a no ser muy técnicas— sirven para explicar dicho fenómeno;
justificar, bueno es recordarlo, proviene de iusfaceré, 'obrar', 'hacer confor-
e) Las consecuencias jurídicas me a derecho'.
Quien realiza una conducta típica justificadamente no comete, en pri- Así las cosas, de conformidad con esta permisión legal, se declara ajus-
mer lugar, conducta punible, pues al no haber antijuridicidad, mal puede tada al derecho la realización de ciertas conductas típicas llevadas a cabo por
predicarse la existencia de la culpabilidad; lo mismo ocurre, en principio, con el agente en cumplimiento de lo dispuesto por el mismo ordenamiento jurí-
la responsabilidad civil derivada de la conducta punible. Esta conclusión, dico; aunque, para poder concebir esta hipótesis justificante, es indispensa-
sin embargo, no es absoluta de lege data, pues el legislador establece que tal ble la existencia de un deber consagrado en la ley, esto es, jurídico —no de
exención de responsabilidad civil procede respecto de solo dos de las cau-
carácter moral—, y que el agente cumpla una serie de exigencias, tanto de ín-
sales de justificación del hecho: la legítima defensa y el cumplimiento de un
dole objetiva como subjetiva, que serán mencionadas luego.
deber (Código de Procedimiento Penal, artículo 57).
En segundo lugar, los partícipes en la conducta típica justificada —in- Por ello, actúa en ejercicio de esta figura —sea que opere como causal
ductores o cómplices— también quedan exentos de responsabilidad penal y de atipicidad o justificante— el funcionario de policía que sev introduce en el
civil; por eso, teniendo en cuenta el texto del artículo 57 del Código de Proce- domicilio del delincuente sorprendido en flagrante delito, para evitar que
dimiento Penal, debe concluirse que ello ocurre en el derecho colombiano tan- escape de la persecución de la autoridad (Código Penal, artículo 190.y Cons-
to en relación con la primera forma de responsabilidad, como en la segunda. titución Política, artículo 32); el agente de la policía judicial que penetra en
Así mismo, en tercer lugar, tampoco cabe invocar el ejercicio de una jus- un lugar no abierto al público donde se esté cometiendo un delito (Código
tificante ante quien, a su vez, actúa en cumplimiento de esta; por consiguiente, Penal, artículo 190; Constitución Política, artículo 32; decreto 1355 de 1970,
no se configura legítima defensa frente al que obra en ejercicio de esta cau- artículo 81 y Código de Procedimiento Penal, artículo 294, inciso 2o). Si-
sal, en estado de necesidad, en cumplimiento de un deber legal, etc.; y, de la tuaciones similares se presentan cuando el funcionario judicial ordena la
,jlj, misma manera, no puede alegarse estado de necesidad justificante respecto retención de la correspondencia del imputado (Código Penal, artículo 192 y
Hll de la persona que actúa en legítima defensa, en estado de necesidad o en cum- Código de Procedimiento Penal, artículo 297) o la interceptación^ de comu-
ittü plimiento de un deber legal, etc.
nicaciones para buscar pruebas judiciales (Código Penal, artículo lfe y Códi-
352 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURIDICIDAD 353

go de Procedimiento Penal, artículo 301); en fin, en la conducta del guardián por la razón ya anotada aunque, desde luego, podría aducir la presencia de
de prisiones que custodia al detenido (Código Penal, artículo 168), etc. cualquiera otra causa de justificación o de inculpabilidad.
b) Fundamento c) Requisitos
La configuración de esta eximente descansa en el principio del interés
preponderante, lo que se explica porque el ordenamiento jurídico impone En primer lugar, es indispensable la existencia de un deberjurídico, pues
—en ciertos casos y a determinadas personas— el deber de realizar conduc- no puede tratarse de una carga de carácter moral, sino impuesta por la ley,
tas tipificadas en la ley que menoscaban los bienes jurídicamente tutelados; entendido este último concepto como toda prescripción de carácter general
pero, al mismo tiempo, esa normatividad manda a tales destinatarios el res- y con una obligatoriedad erga omnes (leyes del Congreso, decretos-leyes,
peto a los intereses protegidos. De aquí surge algo paradójico: en algunos decretos, reglamentos, ordenanzas, acuerdos, etc.). Por supuesto, el deber
supuestos el ordenamiento jurídico les ordena a tales personas realizar con- jurídico debe ser de aquellos que obliguen al sujeto a realizar un comporta-
ductas que atentan contra bienes jurídicos, por un lado, y, por otro, las cas- miento tipificado en el ordenamiento punitivo, y es indispensable que el de-
tiga si los realizan; de allí que deba preponderar uno de los mandatos, y se ber cumplido por el agente no sea de rango inferior al infringido, esto es, que
resuelva tal contradicción en favor de la licitud del comportamiento. sea igual o superior.
Pero este principio es insuficiente, pues no prevé el conflicto de debe- Así mismo, en segundo lugar, el deber tiene que ser estricto, o sea, que
res jurídicos iguales y olvida hipótesis en las que —pese a cumplirse todas el agente con su actuación no debe rebasar la medida en el cumplimiento de
las exigencias legales— la justificante no puede admitirse por suponer la uti- la obligación; lo de "estricto", según se desprende de los trabajos prepara-
lización de seres humanos como meros instrumentos o atentar gravemente torios del Código de 1980 —de donde proviene la figura actual—, busca
contra su dignidad, de donde se infiere que es preciso llevar a cabo una in- llamar la atención sobre el hecho de que no se trata de una facultad ilimitada
terpretación restrictiva de esta causa de justificación, con base en el respeto en el cumplimiento de la ley, sino sujeta a normas que le reducen su ámbito
a la dignidad de la persona humana. e impiden un abuso en el ejercicio de la facultad. Por ello, las extralimita-
En relación con la colisión de deberes de igual jerarquía, basta con que ciones, los casos de desviación de poder y los excesos que escapen a la com-
el agente le dé cumplimiento a uno cualquiera de ellos para que su conducta petencia del funcionario, no quedan cobijados por la eximente.
sea lícita: el médico, por ejemplo, solo salva a uno de los tres heridos graves En tercer lugar, debe mediar necesidad de ejecutar la conducta típica,
por no disponer de instrumental ni dotación suficientes; el padre de familia lo cual significa que si el agente para cumplir con su quehacer puede abste-
solo logra poner fuera de peligro a uno de sus hijos en el incendio, etc. Si no nerse de llevar a cabo el comportamiento, no queda cobijado por la justifi-
fuera así, nunca se podría invocar la justa causa.
cante; naturalmente, esta exigencia opera solo cuando esta figura tiene la na-
En lo atinente al segundo caso, suelen presentarse eventos como los de- turaleza jurídica de causal de justificación.
rivados de huelgas de hambre o de la necesidad médica de hacer trasplantes
o de atender pacientes que profesan determinadas creencias religiosas renuen- En cuarto y último lugar, aparece el requisito subjetivo: el autor debe
tes a la técnica médica, en los cuales la realización de la conducta típica es actuar con la finalidad de cumplir el deber o la carga impuesta, como se
también antijurídica, si no se respetan los derechos fundamentales. Así, el desprende de la cláusula contenida en la ley: "en... cumplimiento"', si actúa
galeno no puede forzar al testigo de Jehová a realizarse una transfusión de con una mira distinta de la exigida, no puede invocar la justificante por ca-
sangre contra su creencia (Código Penal, artículo 182), pues la Carta Fun- rencia de este componente, aunque, desde luego, si además de dicho desig-
damental ampara la libertad de conciencia (Constitución Política, artículo 18); nio concurren otros motivos, estos son intrascendentes para el derecho pe-
tampoco puede alimentar forzosamente al huelguista que da fe de su ideario nal. Así, por ejemplo, si el agente de la autoridad penetra en el domicilio del
político dejándose morir de hambre (Código Penal, artículo 182); o extirparle infractor sorprendido en flagrancia para evitar su huida porque el ofendido
a otra persona un riñon para salvar la vida del paciente a quien atiende. En le ofrece parte del dinero o de los objetos que sean recuperados, no puede
estos casos se han realizado acciones en cumplimiento de deberes jurídicos invocar la causa estudiada, pues no actúa con la finalidad de cumplir el deber
de rango superior o igual al de omitir la acción prohibida, pero ello no sig- legal; en cambio, si lo hace con tal cometido y de paso "salda" con el delin-
nifica que el agente pueda invocar la causa excluyente de la antijuridicidad cuente al capturarle una vieja rivalidad de amores, sí se configura.
LAANTIJURIDICIDAD 355
354 MANUAL DE DERECHO PENAL

C) El cumplimiento de orden legítima de autoridad competente se comete un delito, actúa en cumplimiento de un deber legal; pero si un fiscal
le manda allanar esa misma morada para buscar una prueba, obra en cum-
a) Concepto y naturaleza jurídica plimiento de orden legítima.
Según el artículo 32, numeral 4, tampoco hay lugar a responsabilidad Como es obvio, del hecho de que el inferior actúe en ejercicio de la jus-
penal —para el caso no habrá tipicidad o antijuridicidad— cuando "se obre tificante no se colige que ello también suceda con quien da la orden (supe-
en cumplimiento de orden legítima de autoridad competente emitida con las rior jerárquico); desde luego, este último puede invocar la causal primera u
formalidades legales. No se podrá reconocer la obediencia debida cuando otra de las estatuidas en la ley, siempre y cuando se reúnan los requisitos
se trate de delitos de genocidio, desaparición forzada y tortura". legales correspondientes.
Así, pues, no actúa antijurídicamente —sin descartar la exclusión de la Ahora bien, la naturaleza jurídica de la orden legítima de autoridad
tipicidad en ciertos casos, dada la doble naturaleza jurídica de la figura— competente depende del punto de partida y del correspondiente derecho po-
quien, en cumplimiento de orden emitida por su superior jerárquico dentro sitivo. De lege lata, sin embargo, se impone el tratamiento de la orden legí-
de una relación propia del derecho público, realiza una conducta tipificada tima como justificante, aunque nada impide —en casos en los que no se perfila
en la ley, siempre y cuando —lo mismo que la autoridad respectiva— tenga dañosidad social alguna— concebirla como verdadera causa de atipicidad,
competencia para actuar y el mandato impartido se ajuste a las formalidades tal como ya se dijo.
legales establecidas en cada caso concreto. La existencia de esta causa ex- Para terminar, debe advertirse, esta eximente supone en el derecho vi-
cluyente de la antijuridicidad es apenas comprensible, pues no tendría senti- gente una relación de derecho público (la llamada obediencia política), y
do que el orden jurídico propio de un Estado social y democrático de derecho excluye la simple vinculación o subordinación proveniente del derecho pri-
no amparase a quien valido de su investidura pública —aunque excepcional- vado, con lo que no se justifican los comportamientos punibles cometidos
mente puede ser un particular (la llamada obediencia política)—, cumple con por mandato de otro o de una institución, ni por el temor reverencial (Códi-
los mandatos legales. Esto último, por sí solo, demuestra que esta figura es go Civil, artículo 1513); lo mismo sucede con los comportamientos realiza-
una modalidad del estricto cumplimiento de un deber legal, no obstante dos como producto de relaciones jerárquicas regidas por el derecho laboral
subsistir notables diferencias entre ellas. o comercial, en diversos ámbitos.
En efecto, en primer lugar, en el estricto cumplimiento de un deber legal b) Fundamento
existe una relación directa entre la ley y el funcionario o el particular; en la
orden legítima de autoridad competente, en cambio, se intercala entre el or- Dado que esta figura es una de las especies del género "estricto cum-
denamiento punitivo y el subordinado a la voluntad del superior. En segun- plimiento de un deber legal", también se basa en el principio del interés
do lugar, en el estricto cumplimiento de un deber legal, el funcionario o par- preponderante, y son perfectamente aplicables las consideraciones ya hechas.
ticular tiene la iniciativa para actuar mientras que en la orden legítima de c) Requisitos
autoridad competente el subalterno no puede actuar por sí mismo, sino que
depende de la iniciativa tomada por su superior jerárquico; en tercer lugar, En primer lugar, es indispensable la existencia de una relación de sub-
en el estricto cumplimiento de un deber legal solo hay una relación entre el ordinación entre el que obedece y el superiorjerárquico, gobernada por los
sujeto activo y el pasivo, en tanto que en la orden legítima ella es triple: entre cánones propios del derecho público, que es producto del principio de jerar-
el superior y el inferior, entre este último y el tercero a quien afecta el cum- quía que preside toda la organización de la administración pública (Consti-
plimiento de la orden, y entre el superior jerárquico y el tercero. tución Política, artículos 209 y 210); desde luego, el subordinado puede ser
también un particular, cuando por mandato legal tenga el encargo de cum-
Algunos ejemplos lo muestran con claridad: el agente de la autoridad plir una determinada función administrativa (Constitución Política, artículo
que sorprende a un delincuente en flagrante delito, le captura en el acto y le 210-2) o cuando, en razón de circunstancias expresadas en la ley, se encuen-
pone a disposición del funcionario competente, obra en cumplimiento de un tre obligado a obedecer las órdenes de la autoridad.
deber legal; en cambio, si el policía procede en cumplimiento de la orden de
captura emitida por el juez con el lleno de las formalidades legales, actúa En segundo lugar, aunque parezca obvio, debe existir una orden. Por
dentro de las previsiones del numeral 4 del artículo 32. Así mismo, como se "orden", en un sentido técnico —no en la acepción común del vocablo—,
dijo, el funcionario de policía judicial que penetra en un lugar cerrado donde debe entenderse un mandato dirigido por el superior a su subordinado j erar-
356 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURIDICIDAD 357

quico encaminado a obtener de este un determinado comportamiento, de Todas estas órdenes son formal y materialmente antijurídicas, y jamás
conformidad con la investidura legal correspondiente; de ello se infiere, el subordinado o el particular podrán invocar la justificante cuando las eje-
entonces, que no basta con el mero deseo o ruego, sino que debe tratarse de cuten, pues, en tales casos, son autores materiales de un hecho punible, y quien
una manifestación expresa, inequívoca y terminante de la voluntad del su- las emite puede ser catalogado como inductor o coautor, según las circuns-
perior, dirigida al inferior o al particular para que este observe la conducta tancias concretas.
requerida. El problema se presenta, sin embargo, ante órdenes formalmente legí-
Así mismo, en tercer lugar, la orden debe ser legítima, esto es, ha de tener timas, pero materialmente ilegales, porque es en esta situación, justamente,
un contenido lícito y no implicar la realización de un hecho punible; debe, cuando debe establecerse el alcance de la expresión "legítima": ¿cobija tan-
pues, en otras palabras, ser conforme a derecho. Mucho se ha discutido en to la legalidad formal como la material?, ¿o solo la primera? Da la clave el
el derecho comparado la posibilidad de que la orden ilegítima o antijurídi- artículo 91 de la Constitución Política, al hablar de infracción manifiesta.
ca, como suele denominársele, obligue al subordinado, y ha llegado a afir- En efecto, si el mandato es formalmente ajustado a la ley, pero mate-
marse que la justificante en estudio solo se explica si el mandato tiene tam- rialmente injusto, el subordinado no puede ejecutarlo, y si lo hace, no puede
bién contenido delictivo; no obstante, en el derecho nacional ese debate no invocar la justificante. Así, por ejemplo, si el agente de la policía judicial a
puede plantearse en esta sede, pues, de manera perentoria, el Código Penal quien el fiscal encargó la captura de un ciudadano, tras cumplir las forma-
habla de orden "legítima" y el artículo 91-1 de la Constitución Política es- lidades requeridas, sabe a ciencia cierta que esa persona no es la autora del
tablece, tácitamente, que solo la orden legítima justifica el actuar del agen- hecho, sino otra (verbigracia, se trata de un caso de parecido físico, de un pa-
te. En efecto, según la citada disposición, no puede invocar "eximente de rentesco o de una homonimia), y a pesar de ello cumple la orden, no puede
responsabilidad" quien actúa en cumplimiento de una orden que suponga "in- invocar la justificante porque la infracción de la ley en detrimento de dicha
fracción manifiesta" de un precepto constitucional en detrimento de alguna persona es "manifiesta".
persona.
Ahora bien, aun si el subordinado tuviese dudas sobre la legalidad ma-
Lo anterior no significa, sin embargo, que el problema de las órdenes terial, debe cumplir la orden, pues, ante los deberes que se le imponen, el de
ilegítimas no exista, pero sí que debe ser resuelto en otro contexto, de tal ma- ejecutarla preponderará, siempre y cuando no haya medio alguno a su alcance
nera que el inferior pueda invocar otra justificante o una causal de inculpa- para despejar la duda.
bilidad (no exigibilidad de otra conducta, o un error de prohibición). En cuarto lugar, la autoridadjerárquica debe ser competente para or-
La obediencia, pues, no puede extenderse hasta el punto de ejecutar actos denar. Además de que el mandato sea legítimo, el superior debe tener la
que no estén dentro de la competencia del superior o que constituyan deli- potestad legal para hacerlo; en otras palabras: ha de tratarse de un servidor
tos, porque esos comportamientos no son obligatorios para el inferior. Así, público (véase el artículo 20 del Código Penal) investido de la facultad de
por ejemplo, no son órdenes legítimas —y el subordinado que las cumpla no emitir mandatos con eficacia obligatoria, como producto de la relación en-
puede invocar esta justificante— el mandato de^ aprehensión de determina- tre superior y subalterno y con ocasión de la prestación de un servicio públi-
da persona, emitido por un juez de manera verbal a un miembro de la policía co. Lo mandado, pues, debe figurar dentro de las atribuciones del superior.
judicial; la orden de violar sexualmente a una detenida, torturar a un testigo En esta materia ha de procederse con suma cautela, y debe acudirse a las re-
o asesinar por la espalda a un delincuente, a quien previamente se le ha deja- glamentaciones legales correspondientes donde se encuentran estatuidas las
do en libertad, instándole a correr para simular la Harreada "ley de fuga", etc. atribuciones dé cada funcionario, si se tiene en cuenta que es frecuente la ex-
Tampoco es legítimo el mandajp emitido por el jefe militar al soldado tralimitación en el ejercicio de las funciones o la usurpación de las asigna-
para que incendie la casa del padre de la mujer que lo ha rechazado, o para das a otros servidores públicos, casos en los que el superior no tiene la com-
que asesine al dirigente político que ha cuestionado públicamente el estamen- petencia respectiva e incurre en la realización de conductas eventualmente
to militar; ni, desde luego, es lícito el mandato emitido por el superior al punibles (v. gr., artículos 416 y siguientes, 428 y siguientes, etc.). Así, por
inferior para que les dé muerte a los mendigos, en cumplimiento de las lla- ejemplo, el alcalde municipal tiene potestad de instruir al subalterno en el en-
madas "campañas de limpieza social"; o la directiva emitida por el jefe de cargo de destinar una partida del presupuesto con miras a ejecutar una obra
policía a su subordinado para secuestrar a un ciudadano y exigir dinero por de beneficio comunitario, pero no está autorizado para ordenarle la retención
su rescate, o extorsionarle. física del constructor incumplido.

13. VELÁSQUEZV., 2*
358 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURIDICIDAD 359

También, en quinto lugar, como correlato de lo anterior, el inferior o el En séptimo lugar, aparece el requisito subjetivo: el subordinado o el par-
particular subordinado debe tener competencia para cumplir la orden. ticular deben actuar con la finalidad de cumplir el mandato recibido. Esta
Puede suceder, en efecto, que siendo el mandato legítimo y quedando abar- exigencia tiene fundamento en la expresión "en cumplimiento" que utiliza
cado dentro de la gama de potestades del superior, no lo esté dentro del con- el texto legal y de conformidad con la cual el agente debe actuar con la fina-
junto de atribuciones del inferior; esto significa, pues, que el subordinado debe lidad de cumplir la orden impartida por el superior, a sabiendas y con volun-
proceder dentro de los límites propios de su competencia, que están expresa- tad de llevarla a cabo, sin que importe para nada si además se siente recom-
mente señalados en la ley, decreto o reglamento, regulatorio de la prestación pensado internamente, porque, verbigracia, el delincuente capturado es el
del servicio correspondiente. Así, verbi gratia, la retención de correspon- mismo violador de su mujer. En cambio, si el autor cumple el mandato porque
dencia del imputado ordenada por el funcionario judicial con las formalida- uno de los afectados promete darle una propina cuantiosa, o actúa halagado
des de ley solo puede ser llevada a cabo por el "director del establecimiento por "un favor sexual", no se cumple la exigencia en estudio y, por tanto, no
carcelario" competente para ello (Código de Procedimiento Penal, artículo puede invocar la justificante.
297), no por la barrendera de la prisión o por uno de los guardianes. En octavo y último lugar, aparece un requisito negativo: el caso objeto
En sexto lugar, como consecuencia de lo dicho, la orden debe ser emitida de examen no debe implicar la realización de una conducta de genocidio,
con las formalidades legales', esta exigencia significa que el mandato debe desapariciónforzada o tortura. En estas situaciones, por disposición expresa
ser ordenado respetando el rito previsto por el ordenamiento punitivo para del inciso 2o del numeral 4 del artículo 32, como ya quedó expuesto, no opera
cada caso en particular. Como recuerda la doctrina vernácula, las órdenes la figura en examen, porque el legislador ha entendido que se trata de casos
legítimas tienen que ir revestidas con las recomendaciones prescritas para de especial gravedad que mal podrían quedar cobijadas por una eximente
su observancia, especialmente las procesales de toda especialidad: penales, como la comentada, lo que, sin embargo, también sucede en otros delitos
civiles, administrativas y policivas. Así, por ejemplo, el mandato de captu- (contra la vida, la libertad sexual, etc.) en los que también se debería prever
ra librado por funcionario judicial o fiscal deberá ser escrito y "contener los la excepción.
datos necesarios para la identificación o individualización del imputado y el
motivo de la captura" (Código de Procedimiento Penal, artículo 350); por D) El legítimo ejercicio de un derecho subjetivo
supuesto, una directiva en tal sentido, verbalmente expedida o sin indicar los
motivos, no puede ser ejecutada por el inferior, que está obligado a exami- a) Concepto y naturaleza jurídica
narla, sin que pueda escudarse en la obediencia ciega o pasiva, y debe repa-
rar tanto en la forma como en el contenido. Según señala el numeral 5 del artículo 32, no habrá lugar a responsabi-
Es tan rigurosa esta exigencia que obliga al subordinado a reparar en lidad penal cuando el agente "obre en legítimo ejercicio de un derecho". El
todos y cada uno de los requisitos previstos en la ley, y basta la falta de uno texto no cobija el ejercicio de cualquier derecho, sino de aquellos de carác-
de ellos para que no pueda ampararse en la justificante; así sucede, si el man- ter subjetivo que tengan amplio respaldo en el ordenamiento jurídico, sean
dato de captura correctamente expedido carece de la firma del funcionario provenientes de la Constitución, la ley, el acto jurisdiccional, el acto admi-
que lo emite o de la fecha en la que se profiere. En esta materia, más que en nistrativo, el negocio jurídico, la costumbre e, incluso, de los derechos ex-
ninguna otra, es necesario extremar las exigencias, pues siempre están en tranjero y canónico; en especial, debe ponerse énfasis en los derechos sub-
juego la seguridad jurídica y los derechos fundamentales de la persona hu- jetivos amparados por la Carta Magna, pues ellos le otorgan su verdadera
mana, cometidos fundamentales del Estado de derecho (Constitución Polí- razón de ser a esta causal, que si se desligara de los cánones constitucionales
tica, artículos I o y 2o); solo un derecho con vocación totalitaria puede me- quedaría reducida a su más mínima expresión. La regulación contenida en
nospreciarlos o desconocerlos. el artículo 32, numeral 5 constituye, pues, el instrumento de adecuación del
En fin, debe recordarse que la legitimidad de la orden es no solo formal, sistema penal ordinario ante la perspectiva adoptada por el régimen consti-
sino también material y, en este último caso, la limitante es la ausencia de tucional.
una "infracción manifiesta" del orden constitucional y legal, además de que Los casos en los que una persona puede realizar una conducta tipifica-
el subordinado no puede en ningún caso ejecutar una orden desconocedora da en la ley para ejercer un derecho pueden ser de muy variada índole, aun-
de la dignidad humana, más allá de los límites previstos por el ordenamien- que, por supuesto, ello no impide mencionar algunos a título de ejemplo: el
to jurídico. padre que, en ejercicio del derecho de corrección, le causa algunas heridas
360 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURIDICIDAD 361

leves a su hijo menor, le reprende utilizando expresiones soeces o le impide ción del derecho penal, o cuando el ejercicio del derecho aparezca como ele-
salir a la calle a realizar comportamientos desordenados, ejecuta posibles con- mento del tipo respectivo; y, desde luego, como causa de justificación, cuando
ductas típicas de lesiones personales, injuria, constreñimiento ilegal, etc.; el se reúnan los requisitos respectivos.
posadero o dueño de hotel puede, en ejercicio del derecho de retención le- b) Fundamento
galmente consagrado, negarse a hacerle entrega del equipaje al viajero re-
nuente a pagar, así incurra en posibles figuras típicas de hurto o constreñi- Se discute, también, cuál es la razón de ser de esta justificante: mien-
miento ilegal. Los obreros, en uso del derecho de huelga constitucionalmente tras que la doctrina italiana se inclina por el "principio de no contrariedad al
reconocido, pueden realizar diversas conductas punibles que encajan en la ordenamiento jurídico", estimado como fundamento politicocriminal, en
ley penal de manera justificada: constreñimiento ilegal hacia el empleador virtud del cual no es concebible que un comportamiento sea considerado a
o el compañero disidente, daño en bien ajeno por ausencia de mantenimien- la vez como legítimo y como constitutivo de ilícito penal, la española la
to de la maquinaria, proferimiento de imputaciones deshonrosas o calumnio- encuentra en el "interés preponderante", que evita así la contradicción seña-
sas al denunciar atropellos de que han sido víctimas, violación de la libertad lada, y tiene eco en algún sector de la doctrina nacional.
de trabajo de los directivos de la empresa, etc.; y los empleadores, a su vez, En verdad, esta justificante acarrea necesariamente el enfrentamiento
pueden también realizar conductas típicas cuando en ejercicio de los dere- de dos derechos, prevaleciendo el de mayor valor sobre el otro, por lo que la
chos de trabajo, de libertad de empresa y de propiedad, realizan coacciones doctrina española lleva la razón; no obstante, tal como se dijo de la causal
indebidas sobre el trabajador renuente a cumplir con sus obligaciones labo- del numeral 3, este principio resulta insuficiente cuando se trata de derechos
rales (por ejemplo, obligarlo a abandonar el sitio de trabajo para que cumpla de igual rango o se lesionan derechos humanos fundamentales. De allí que,
la sanción disciplinaria impuesta), etc. ante la colisión de intereses de igual jerarquía, baste con ejercer uno de los
De la misma manera, actúa dentro de esta causal de justificación quien derechos en conflicto; y, en caso de que el ejercicio del derecho envuelva un
rompe los cercos del vecino que pretende impedirle el derecho de paso por atentado grave contra la dignidad humana, no podrá reconocerse la eximen-
la heredad, que tiene en virtud de servidumbre judicialmente reconocida (con- te, así se llenen los demás presupuestos requeridos, pues un Estado social y
ducta típica de daño en bien ajeno), o quien le arrebata al ladrón la cosa aca- democrático de derecho no puede tolerar el desconocimiento abierto del pos-
bada de hurtar (posible conducta típica de constreñimiento; si, a su vez, el tulado de la primacía de los derechos inalienables de la persona (Constitu-
hurtador ejerce violencia, puede configurarse legítima defensa cuando el due- ción Política, artículos 2 o y 5o).
ño lo rechaza en cumplimiento de la justificante). También quien saca del c) Requisitos
templo al curioso empeñado en burlarse del sacerdote que preside la cere-
monia religiosa, actúa en ejercicio del derecho a practicar libremente su culto En primer lugar, se necesita la presencia de un derecho de índole subje-
(conducta típica de constreñimiento, etc.) y el particular agraviado por un me- tiva, pues, como ya se dijo, no se trata de justificar todo derecho —en cuyo
dio de comunicación, que se ve obligado a acudir ante los tribunales hacien- caso tendrían razón los autores que ven en ella el género y no la especie—.
do afirmaciones tomadas como deshonrosas, puede alegar el ejercicio del Por derecho subjetivo se entiende la prerrogativa otorgada por el derecho ob-
derecho de tutela. Los casos anteriores son, desde luego, de carácter espe- jetivo a una persona, en cuya virtud puede disponer de un bien cuya perte-
cífico y encajan de una o de otra forma en los que luego se mencionan. nencia se le reconoce como señor y dueño, frente a los demás conciudada-
La naturaleza jurídica de esta eximente ha sido, sin embargo, muy dis- nos; o, para decirlo de manera más precisa, es la facultad poseída por el sujeto
cutida, pues los planteamientos van desde los que la consideran inútil y re- de derechos para hacer, no hacer o exigir algo. Como es obvio, debe tratarse
dundante, hasta quienes la conciben como hipótesis de justificación autóno- de un verdadero derecho subjetivo, no de un derecho supeditado a una con-
ma, mientras que otro sector doctrinario la analiza como una causal genérica dición suspensiva o resolutoria, o de una mera "situación jurídica" (una au-
de exclusión de la antijuridicidad, lo que supone entender la expresión "dere- torización sin efecto); por supuesto, este derecho debe emanar de las fuen-
cho" en un sentido amplio (no restringido, como aquí). En realidad, la natu- tes arriba mencionadas, y, en especial, de la Constitución, hacia la que se
raleza de esta figura parece ser doble: como excluyeme de la tipicidad, cuando reconducen, en última instancia, todos los derechos subjetivos.
la conducta desplegada por el agente no sea dañosa socialmente, por no le- El hecho de que la ley no pueda señalar esos derechos obliga al intér-
sionar el bien jurídico de manera significativa, según la finalidad de protec- prete a recurrir a las susodichas fuentes, lo que ha llevado, con razón, a algún
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sector de la doctrina italiana a decir que el artículo 51 (asimilable al artículo dos de humanidad {ibidem, artículo 5o) e igualdad real {ibidem, artículo 13).
32, numeral 5) reproduce el modelo de la norma penal en blanco; ello, como Si no fuera así, esta justificante se convertiría en una herramienta de natura-
es obvio, no genera inseguridad jurídica, y constituye una prueba más de la leza clasista y discriminatoria que ampararía los sectores más pudientes de
unidad del orden jurídico y de la necesidad de entender esta causal de justi- la población en desmedro de los humildes.
ficación desde la perspectiva del ordenamiento constitucional. Finalmente, en último lugar, el agente debe actuar con la finalidad de
En segundo lugar, el agente debe tener la titularidad del derecho sub- ejercer el derecho ("en legítimo ejercicio", como dice el numeral 5). Esta
jetivo, esto es, el derecho ha de encontrarse en cabeza de una persona deter- es la exigencia subjetiva cuya trascendencia es innegable, pues si el agente
minada y ser esta quien lo ejerza; ello significa, entonces, que no lo pueden actúa con un propósito distinto del de cumplir la justificante, no puede am-
invocar colectividades, a menos que sea posible concretarlo en una sola per- pararse en ella. Así, por ejemplo, no cumple este requisito, desde el punto
sona. Pero no basta con tener la potestad de ejercer el derecho, sino que es de vista del ius corrigendi, el educador que por malsanos motivos persona-
indispensable hacerlo con la persona jurídicamente obligada y en el momento les castiga al discípulo; ni, en las ojfendicula (medio predispuesto para de-
correspondiente, salvo que se trate de intereses absolutos oponibles a todo fender la propiedad), el dueño de morada que emplea tales instrumentos para
el mundo (por ejemplo, el derecho de servidumbre). darle muerte al amante de su hija, cuando este escale el muro que da a la al-
Igualmente, se precisa, el ejercicio del derecho está ligado directamen- coba de ella. Se requiere, pues, la presencia de los componentes cognosci-
te con el bien jurídico tutelado en cada caso concreto, pues si, por ejemplo, tivo y volitivo en la parte objetiva de la causal.
se protegen intereses particulares puede invocarse la justificante, no así tra-
tándose de bienes colectivos o de carácter general, ante los que no procede. E) El legítimo ejercicio de una actividad lícita
Así mismo, como se desprende de lo dicho hasta ahora, el titular del derecho
debe tener capacidad jurídica para obrar, pues si ya la ha perdido y actúa, no a) Concepto y naturaleza jurídica
puede invocar la causal examinada (el padre que carece de la patria potes- Según el artículo 32, numeral 5, también se excluye la responsabilidad
tad, por ejemplo, no puede invocar la causa de justificación cuando ejerce el penal cuando el agente "obre en legítimo ejercicio... de una actividad lícita",
derecho de corrección). Por supuesto, como acontece en las relaciones ju- fórmula que, en principio, se muestra redundante en cuanto reitera el carác-
rídicas propias del derecho privado, es posible que un incapaz —salvo que ter de conformidad con el derecho, tanto de la actividad como del ejercicio
se trate de los llamados "derechos personalísimos"— pueda ejercer su po- mismo; no obstante, un examen más detenido muestra que no sobran las dos
testad por intermedio de su representante legal. calificantes utilizadas.
De igual manera, en tercer lugar, el ejercicio debe ser legítimo, como En verdad, parece obvio que quien realiza una actividad lícita no pueda
dice la disposición, esto es, cumplirse dentro de los marcos impuestos por obrar antijurídicamente si, de manera eventual, incurre en un comportamien-
las previsiones legales que le dan vida; la expresión "legítimo" indica que to tipificado en la ley; sostener lo contrario sería negar la unidad del orden
no se puede acudir a las vías de hecho o al empleo de la violencia cuando haya jurídico y posibilitar que una conducta estuviera al mismo tiempo prohibida
otros medios para hacerlo, sin que se potencien los abusos del derecho. y permitida. Cuando el Código Penal habla de la "actividad lícita", se refie-
En cuarto lugar, es indispensable, además, que la realización de la con- re a todo tipo de profesión u oficio reconocido legalmente. Ello no puede
ducta típica sea necesaria, pues si el agente puede invocar su derecho por ser de otra manera, sobre todo si se tiene en cuenta que el trabajo es un de-
otras vías (por ejemplo, reclamando ante los tribunales, ejerciendo una ac- recho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de' la espe-
ción de tutela constitucionalmente reconocida, exigiéndoselo al obligado, cial protección del Estado, y que toda persona tiene derecho a un trabajo en
etc.), debe acudir a ellas en primera instancia; y, solo cuando no le quede otro condiciones dignas y justas (Constitución Política, artículo 25); por ello,
camino que realizar la conducta tipificada en la ley para lograrlo, puede am- justamente, el ciudadano es libre de escoger profesión u oficio {ibidem, ar-
pararse en la justificante. tículo 26) pero sometido a la ley: "La ley podrá exigir títulos de idoneidad.
Tal como se dijo en su momento, se requiere, en quinto lugar, que el ejer- Las autoridades competentes inspeccionarán y vigilarán el ejercicio de las
cicio del derecho no implique un atentado grave contra la dignidad de la profesiones" {ibidem, artículo 26). Así pues, el ejercicio profesional solo
persona humana, requisito apenas obvio en un Estado social y democrático constituye una causa de justificación cuando los actos practicados, con apa-
de derecho (Preámbulo de la Constitución Política) regido por los postula- riencia delictiva (es decir, con formal adecuación al tipo legal), se realizan
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en el estricto círculo de derechos y deberes que la profesión faculta e impo- hurtador, secuestrador, traficante de drogas ilícitas o proxeneta, no pueden
ne; de otro modo, equivaldría a concederles impunidad a los profesionales alegar el ejercicio de su actividad como eximente.
por toda especie de acciones que perpetraran. En tercer lugar, el ejercicio debe ser legítimo. Ello es apenas obvio, pues
En cuanto a la naturaleza jurídica de esta figura se ha dicho, por un lado, no basta con la existencia de la "actividad lícita", como dice la ley, sino que
que es una verdadera causa de justificación, lo que legitima su examen por además su actuación debe ser en todo caso conforme a las pautas que la
regulan y debe acudirse, en cada caso, a la respectiva ley reglamentaria, si
separado para tratar de diferenciarla de otras eximentes; por otro, se afirma
ella existe; por tal razón, el estatuto punitivo exige que la actividad desple-
que no es más que una modalidad de ejercicio de un derecho, entendida la
gada sea legítima. Así, verbigracia, como alguna vez dijo la jurisprudencia
expresión "derecho" en un sentido amplio. Así mismo, puede considerarse española, no puede invocar la justa causa el odontólogo que —después de
que posee una naturaleza mixta: como causal de atipicidad y de justificación, realizarle la operación a la paciente— le desabrocha los botones de la blusa
tesis que se compadece con la estructura del delito asumida, sobre todo si se para perpetrar un atentado de carácter sexual; y, en esta misma línea de ra-
tiene en cuenta que en muchos casos el ejercicio de una actividad conforme zonamiento, tampoco ejerce legítimamente la profesión el abogado que se
al derecho no representa ninguna amenaza o lesión para el bien jurídico, al dedica a extorsionar telefónicamente o por escrito al ciudadano a quien ame-
estar ante casos de evidente adecuación social de la conducta. naza con denunciar, por la comisión de un posible homicidio culposo, si no
b) Fundamento accede a sus requerimientos económicos.
Así mismo, en cuarto lugar, el ejercicio de la actividad no debe tener
Al igual que acontece en las causas anteriores, también aquí el princi- por objeto un atentado contra la dignidad de la persona humana en los tér-
pio del interés preponderante explica la base de esta eximente; por ello, sin minos ya explicados, en las causales anteriores. Esta condición es de gran
incurrir en repeticiones innecesarias, debe tenerse presente lo ya expresado importancia, sobre todo cuando se piensa en los frecuentes abusos cometi-
y reparar en las precisiones correspondientes en lo atinente al punto de la co- dos por algunos profesionales en ejercicio de sus actividades, que, por su-
lisión de deberes y a que el ejercicio de la justificante no encierre atentado puesto no pueden ser tolerados en un Estado de derecho respetuoso del pos-
censurable contra los derechos humanos. tulado de dignidad de la persona humana como directriz fundamental, no
entendido como mera declaración formal, sino en un sentido material.
c) Requisitos
Finalmente, en quinto lugar, el agente debe obrar con lafinalidadde ejer-
Para que pueda presentarse la justificante estudiada, se requiere la con- cer la profesión. Es este el elemento subjetivo de la justificante —tan indis-
currencia de determinadas condiciones, tanto de índole objetiva como sub- pensable como los anteriores—, destacado de manera especial por el legis-
jetiva, tal como se expresa en seguida. lador cuando emplea la preposición "en", según ya se observó. No cumple
En primer lugar, es indispensable la existencia de la actividad; es de- con esta exigencia el abogado cuando se ingenia denuncias penales o deman-
cir, en el caso concreto, el agente debe realmente haber ejercido la profesión das civiles en contra de su enemigo personal o de su rival en amores; el ci-
u oficio en cuyo desempeño se ampara para invocar la eximente: el abogado rujano que, para vengarse del amante de su mujer, le extirpa un riñon cuan-
realmente debe haber actuado en defensa de su cliente sin fingir el cargo de do este acude a sus servicios. Tampoco el futbolista envidioso que, al ver
periodista o de consejero matrimonial, pues si realizó el hecho en ejercicio las habilidades del delantero del equipo contrario, le fractura una pierna o le
de una de estas actividades, serán ellas las que puede invocar y no la prime- causa una herida grave para obligarlo a salir del juego; ni el ciclista que,
ra; el médico está obligado a obrar, no a confiarle el deber a un tercero (una mediante una maniobra dolosa, ocasiona un grave accidente en perjuicio de
su rival deportivo. Por supuesto, si el profesional obra con la finaíidad exi-
enfermera, un estudiante o practicante, etc.), y así en las diversas hipótesis.
gida en la ley, ello no es incompatible con la presencia de otros ánimos, como
En segundo lugar, la actividad debe ser lícita, esto es, conforme a la ya se explicó.
Constitución y la ley, de acuerdo con las pautas trazadas al respecto por el
ordenamiento, sin que sea necesaria la reglamentación de la profesión en todo F) El legítimo ejercicio de un cargo público
caso, ya que la misma Carta Fundamental prevé que "las ocupaciones, artes a) Concepto y naturaleza jurídica
y oficios que no exijan formación académica son de libre ejercicio, salvo
aquellas que impliquen un riesgo social" (artículo 26-1). De aquí se infiere, Según el artículo 32, numeral 5, también se excluye la responsabilidad
entonces, que las actividades ilícitas no están amparadas por esta figura: el —para el caso, la tipicidad o la antijuridicidad— cuando el sujeto activo "obre
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en legítimo ejercicio... de un cargo público"; desde luego, es obvio que quien ciones propias de ella, sino también porque se ha posesionado en debida forma
ejerce un cargo público de conformidad con los cánones legales actúa con- y, al momento de la realización del hecho, la dignidad opera plenamente por
forme a derecho, por lo que, en principio, no habría nada que justificar. Es no mediar declaratoria de insubsistencia o suspensión alguna. Tal condición
más, si se mira con detenimiento la situación, se comprueba que las diversas parece obvia, pero es de la esencia de la figura examinada el que no pueda
hipótesis posibles encajan, de una o de otra manera, en otras causales: quien ser invocada por el funcionario de hecho o por quien, pese a haber sido
ejerce un cargo público normalmente obra en estricto cumplimiento de un nombrado, no ha tomado posesión o, sencillamente, ha perdido su investi-
deber legal y, si lo hace como subordinado, actúa en cumplimiento de orden dura. Lo de "público" busca poner énfasis en el sentido de que se trata de
legítima de autoridad competente; incluso su actividad puede ser lícita, por una actividad de interés común, pues el agente cumple tareas de carácter ofi-
lo que habría bastado con la consagración de la causal estudiada con ante- cial propias del servicio.
rioridad, sin olvidar que en otros casos puede estarse ante eventos de ejer- En segundo lugar, el ejercicio debe ser legítimo, o sea, conforme a
cicio de un derecho subjetivo. derecho, en armonía con la Constitución y la ley, que señalan todos y cada
En lo que hace a su naturaleza jurídica debe, de nuevo, predicarse lo uno de los derechos y deberes del funcionario, así como las tareas que le com-
dicho en cuanto a eximentes más generales: ella es causa de atipicidad y de peten; por ello no quedan comprendidos los casos de ejercicio ilegítimo. Así,
justificación, según la situación concreta y si se reúnen los supuestos que por ejemplo, no puede invocar esta justificante el agente del ministerio pú-
posibilitan una u otra ubicación. blico que, previa exhibición de sus credenciales, se presenta en una ferrete-
Ahora bien, las hipótesis en las que puede presentarse esta situación ría y se hace entregar mercancías con la promesa de pagarlas luego, a lo que
abarcan una gama en extremo variada, por lo que —a título meramente ilus- se niega cuando se le cobra, invocando su calidad y pretextando ser "la ley";
trativo— procede mencionar algunos ejemplos: el policía se ve obligado a tampoco puede ampararse en ella el policía que, a pesar de estar en servicio,
se embriaga y empieza a disparar contra los clientes de un establecimiento
disparar sobre los asaltantes bancarios cuando estos, al notar la presencia de
de recreación pública. Ni el militar que, en uso de la llamada "ley de fuga",
la autoridad, abren fuego, y resulta muerto uno de los delincuentes en la re-
le da muerte al reo esposado; ni, por supuesto, el agente de la autoridad cuan-
friega; el agente de seguridad pone "esposas" al retenido para impedir su eva-
do simula tal situación para asesinar al delincuente.
sión (conducta típica de constreñimiento ilegal); el soldado repele con las
armas el ataque guerrillero contra un cuartel policial o contra una institución Este requisito es más profundo de lo que parece a primera vista, pues
oficial cuya custodia se le ha encargado; el funcionario judicial le impone una el funcionario debe actuar de manera proporcional y adecuada a las circuns-
sanción a su subalterno, en uso de sus poderes disciplinarios, y lo constriñe tancias del caso, tras la ponderación de los intereses enjuego. El agente debe,
a tolerar algo que en principio no estaba obligado a llevar a cabo; el fiscal pues, respetar estrictamente los marcos legales, y apartarse de todo desmán,
expide una orden de captura; el oficial a cargo dispersa a los manifestantes tan frecuentes en esta materia y ante los que el administrador de justicia debe
arrojándoles agua o gases lacrimógenos, etc. En estos casos, pues, el autor ser muy cauteloso para ponerle freno a la arbitrariedad.
actúa en legítimo ejercicio de un cargo público. Igualmente, en tercer lugar, la persona debe actuar dentro del servicio
y con ocasión de este. Esta exigencia es consecuencia de la anterior, pero es
b) Fundamento bueno mencionarla por separado para que se vea con claridad la íntima vin-
Solo el principio del interés preponderante explica cabalmente esta cau- culación entre el comportamiento realizado y la prestación del servicio. Na-
sal de exclusión de la antijuridicidad, por lo que las consideraciones ya he- turalmente, este requisito es básico, habida cuenta de que el imperio- de la ley
chas en torno al mismo asunto son también aquí de recibo. es la nota fundamental del Estado de derecho en sentido formal, de donde
surge la necesidad de que el principio de legalidad administrativa se cons-
c) Requisitos tituya en la suprema limitante formal del ejercicio del cargo; así mismo, es
Si se acepta que esta eximente es una variante del ejercicio de una ac- indispensable la observancia de unos límites materiales derivados de los prin-
tividad lícita, sus elementos integrantes son en esencia los mismos con las cipios de necesidad o de mínima intervención, y de proporcionalidad, acor-
precisiones aquí consignadas. Por eso, en primer lugar, se requiere la exis- de con los que la intervención estatal tiene que ser razonable, sin incurrir en
tencia del cargo público, pues el agente debe poseer la investidura corres- excesos que desborden los presupuestos humanísticos en que descansa la
pondiente, no solo por haber sido nombrado para el desempeño de las fun- organización social misma.
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' l(l| En cuarto lugar, el ejercicio de la actividad correspondiente no debe im- miembros de la policía y los organismos de seguridad; sin embargo, de ma-
plicar atentado grave contra la dignidad de la persona humana, más allá de nera más precisa debe decirse que solo es sujeto activo quien haya realizado
W ,]l los marcos tolerados por el Estado social y democrático de derecho, el cual una conducta típica, tal como sucede con las demás causales, por lo que no
debe velar porque la función pública no se torne en ejercicio arbitrario y des- puede invocar esta eximente quien no realice conducta penalmente relevan-
conocedor de la seguridad jurídica, sino en garante de los derechos funda- te, o quien actúe dentro de una causal de atipicidad.
mentales de la persona humana. A su vez, está obligada a soportar el ejercicio de la legítima defensa, esto
Para terminar, en quinto lugar, se requiere una condición subjetiva es, a ser sujeto pasivo de ella, toda persona que haya realizado una agresión
destacada con toda claridad por el legislador al utilizar la preposición "en": antijurídica —injusta, como dice el texto—, lo que descarta los ataques pro-
el agente debe actuar con lafinalidadde cumplir el servicio público a él enco- venientes de animales o los hechos dañosos potenciados por fenómenos de
mendado, no para cobrar venganza de los rivales o enemigos, ni para saciar la naturaleza o cosas inanimadas, que jamás pueden constituir agresión, y
sus bajos instintos, o cometer conductas inmorales o delictivas, aunque no mucho menos de carácter antijurídico; ello no impide que en tales casos se
son incompatibles. Por ello, de manera previa a cualquier intervención, el configure un estado de necesidad justificante o una causal de inculpabilidad,
funcionario tiene la obligación de hacer un "examen conforme al deber"; es, según el caso.
pues, indispensable ponderar los intereses enjuego en cada caso concreto, Como ejemplos de legítima defensa, con la advertencia de que la casuís-
no expost, sino ex ante, y debe optarse por la medida realmente más justa. tica es abundante en matices, se pueden señalar el de la joven que rechaza al
violador sexual con un arma blanca o una pistola y le causa heridas de con-
G) La legítima defensa sideración; el del conductor agredido por el atracador que, para impedir el
a) Concepto y naturaleza jurídica despojo de su vehículo, reacciona y le da muerte al asaltante; el dueño de casa
o morador que después de desarmar al ladrón nocturno, lo encadena y lo en-
Según el artículo 32, numeral 6, del Código Penal, tampoco hay lugar cierra en un cuarto, mientras llegan las autoridades (posible conducta típica
a responsabilidad penal —para el caso una verdadera causal de justifica- de secuestro o de constreñimiento ilegal); el hijo que lesiona al padre embria-
ción—cuando el agente obre "por la necesidad de defender un derecho propio gado, que, con un garrote, golpea a la madre indefensa.
o ajeno contra injusta agresión actual o inminente, siempre que la defensa
sea proporcionada a la agresión. Se presume la legítima defensa en quien b) Fundamento
rechaza al extraño que, indebidamente, intente penetrar o haya penetrado a A la hora de querer sentar un basamento que explique la legítima de-
su habitación o dependencias inmediatas". De esta manera se consagran la fensa, coinciden dos tipos de principios: unos que le otorgan un fundamento
legítima defensa o defensa necesaria, y la figura conocida con el nombre de de carácter social, colectivo o supraindividual, consistente en la necesidad
presunción legal de legítima defensa. de la defensa del orden jurídico; y otro de naturaleza individual o particular:
Como se desprende del tenor legal, la legítima defensa no es más que la necesidad de defender el bien jurídico o los derechos subjetivos injusta-
ejercicio de la violencia para tutelar o proteger un bien jurídico atacado in- mente agredidos. De allí se extrae la doble base que la doctrina actual le asigna
justamente. Este concepto pone de manifiesto, sin duda alguna, que la na- a la justificante, y se hace hincapié en uno o en otro aspecto o se les da igual
turaleza jurídica de esta institución es la de ser una causal de justificación importancia a ambos. Confluyen, pues, en la legítima defensa una tenden-
y, por ende, una norma permisiva, aunque en el pasado se le entendió a veces cia de carácter social y otra individual, lo que es en el fondo reflejo de una
como causa de inimputabilidad, de inculpabilidad o de exclusión de la pu- concepción política del Estado que persigue la armonía entre los' intereses
nibilidad. colectivos y los particulares, bajo el imperio de la democracia participativa
Ahora bien, cabe preguntar, ¿quién puede defenderse?, o, mejor dicho, en una sociedad pluralista.
¿quién es sujeto activo de la legítima defensa? En principio, toda persona hu- c) Requisitos
I mana —lo que significa la exclusión de las jurídicas que, como ya se dijo,

I ¡
|i
desde el punto de vista juridicopenal no obran— puede ejercer esta figura
nes que
sin importeexcluir
pretendan su edad,
desuella
condición mental, mentales,
a los enfermos etc., aunque no han
a los faltadoy quie-
menores a los
En primer lugar, es esencial la existencia de una agresión. ¿Qué enten-
der por agresión? Si se acude al significado lingüístico del vocablo, se cono-
ce por tal el acto de acometer a alguno para matarle o herirle o hacerle daño,
370 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURIDICIDAD 371

especialmente sin justificación; o el acto contrario al derecho de otro. Este lido no da lugar a la legítima defensa, pues al no ser posible repeler o impe-
es el entendimiento común de la expresión en lengua española, aunque la dir el ataque ya terminado, la violencia posterior se tornaría en un acto de
* W segunda acepción es de carácter eminentemente jurídico y compendia con venganza; de la misma manera, tampoco es posible la defensa frente a ata-
absoluta precisión lo que se quiere decir cuando la ley penal la utiliza, pues ques futuros, a no ser, por supuesto, que se trate de una agresión que pueda
en verdad, basta probar que en el caso concreto una persona ha realizado un ser calificada de inminente (verdadera defensa preventiva).
acto —se descartan desde luego las agresiones insignificantes, en las que no Añádase que cuando se trata de delitos permanentes (piénsese en el
cabe invocar legítima defensa— que afecta los bienes jurídicos de otra per- secuestro), la actualidad de la agresión se prolonga en el tiempo hasta que
sona, que por tal razón está legitimada para ejercer su defensa. cese la conducta desplegada por el plagiario, pues en ellos la agresión será
La locución "agresión" —que data del Código Penal de 1980— es, en actual mientras se prolongue el estado antijurídico; la agresión, pues, con-
todo caso, preferible a la de "violencia", utilizada por el Código Penal de 1936, tinúa —así se haya producido ya la lesión del bien jurídico protegido— "si
pues no solo los actos de acometimiento dan lugar al ejercicio de esta justi- todavía puede anularse total o parcialmente por medio de una reacción que
ficante; así mismo, para que exista agresión, es necesario que ella sea cons- siga inmediatamente a la agresión". Lo mismo puede predicarse de los delitos
titutiva de conducta en sentido final social, por lo que no se configura en las continuados y de aquellos casos en los que, como el hurto, la consumación
causales de inexistencia de esta (piénsese, por ejemplo, en un movimiento pende de la sustracción de la cosa de la órbita de protección del dueño, de tal
reflejo). A ello se debe añadir que tampoco constituyen agresión las accio- manera que el transeúnte asaltado puede defenderse del atracador que lo agre-
nes socialmente adecuadas, de donde no procede contra ellas legítima defensa de aun en el momento en que este huye con la cosa sustraída sin lograr po-
(por ejemplo, el hurto de $ 50 o de un banano); de igual manera, la agresión nerla bajo su propia custodia. Para terminar, obsérvese, la actualidad o la in-
puede provenir de una omisión (quien, para salvar la vida de un niño cuya minencia no se pueden predicar si la agresión ya ha cesado, o si es futura o
madre se rehusa a alimentarlo, actúa causando daño en bien ajeno; el guar- apenas posible o probable, atendida la situación objetiva.
dián de prisiones que se niega a dejar en libertad al reo, pese a la orden ju- Lo anterior significa, pues, que debe haber una coetaneidad entre la agre-
dicial, etc.), e, incluso, de una acción imprudente o inculpable (como si es sión y la repulsa, sin que ello equivalga a simultaneidad, pues bien puede
propiciada por un borracho, un enajenado e incluso un menor de edad). Por suceder que la agresión sea prolongada en el tiempo, con cierta vocación de
último, téngase en cuenta que el agresor puede valerse de un animal, azuzán- permanencia, o repetida e, incluso, que apenas exista la inminencia del ata-
dolo, en cuyo caso la agresión proviene de él y no de la bestia. que; cuando se alude a la coetaneidad se quiere significar, pues, que debe
Ahora bien, la agresión debe ser actual o inminente. Actual es la que haber un solo proceso finalístico que encadene los diversos actos y sus res-
ya ha comenzado y no ha concluido aún, la que se concreta en un daño real pectivos efectos.
y todavía persiste; inminente es la que no ha comenzado aun, pero se infiere Además, la agresión debe ser injusta. Esta expresión, que es la empleada
de los gestos, amenazas, actitudes, etc., que pueden implicar daño inmedia- por el legislador, ha sido criticada por su contenido jurídico y por requerir
to o peligro para la persona o para el derecho, a partir de la situación obje- reprobación de carácter sancionatorio, por lo que la doctrina y el derecho com-
tiva. Para que haya agresión no se precisa la iniciación del ataque, ni siquiera parado prefieren utilizar otras como antijurídica, indebida, ilícita o injusti-
su consumación: es suficiente que del contexto objetivo en el cual se suce- ficada, a las que, de ser estrictos, cabría el mismo reproche; en verdad, en
den las cosas se derive la convicción de que la ofensa va a producirse, o esta este contexto se trata de locuciones sinónimas, y da lo mismo cuál se utilice,
ya comenzó a ejecutarse; lo anterior es obvio, pues el agredido no puede sen- siempre y cuando se precise que la agresión debe ser contraria al prden ju-
tarse a esperar que el ataque se haga efectivo; si así fuera, la defensa no podría rídico, no autorizada por ninguna ley ni derecho, sin que ello signifique que
realizarse por incapacidad material de ejercerla. deba dirigirse a un ilícito penal, y puede ser constitutiva de ilícito civil, la-
En las anteriores condiciones, si un individuo esgrime un arma y se diri- boral o administrativo, etc. Que la agresión no sea lícita significa, pues, que
ge, amenazador, hacia otro, con el propósito evidente de materializar el ata- debe vulnerar objetivamente el ordenamiento jurídico.
,| que, el agredido queda en condiciones de ejercer la legítima defensa, pues ya De la condición en estudio se desprende, así mismo, que no es ilícita la
¡ se ha producido la agresión exigida por la ley; por ello, entre la agresión y agresión que está justificada, esto es, amparada por una causal de justifica-
¡|! I la defensa debe haber unidad de acto: esta debe ser inmediata consecuencia ción, por lo que no cabe ejercer legítima defensa contra quien se defiende
%I de aquella. Por tal motivo, la agresión pasada fruto de un ataque ya repe- legítimamente o contra quien actúa en estado de necesidad justificante, en
372 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURlüICIDAD 373

cumplimiento de un deber, en ejercicio legítimo de un derecho, de una acti- Así mismo, cuando se adjetiva la provocación con el vocablo "suficien-
vidad lícita o de un cargo público, etc.; naturalmente, ello implica la impo- te", se quiere significar que esta figura admite grados, como lo demuestra la
sibilidad de que se configure la legítima defensa en la riña mutuamente acep- vida cotidiana cuando enseña que una persona puede ser sometida por otra
tada. a estímulos de mayor o menor intensidad, con miras al logro de un determi-
La regla anterior sufre, sin embargo, algunas excepciones: si uno de los nado cometido que puede ser, por ejemplo, el de generar en el otro una si-
rijosos interrumpe la riña rompiendo la proporción relativa de fuerzas ini- tuación de agresión para darle muerte en ejercicio aparente de la defensa (el
ciales, de tal manera que crea una situación de riesgo adicional para su ad- llamado pretexto de legítima defensa). Incluso hacerlo de manera imprudente
versario, este puede legítimamente defenderse; así mismo, téngase en cuen- o casual sin medir el alcance de las palabras o de los estímulos empleados,
ta, puede invocar esta causal quien se ve sometido a una riña imprevista, esto ni su efecto en el provocado, que puede ser mayor o menor, según diversos
es, no buscada por él, inesperada o fortuita. Ello significa, entonces, que no factores. Sabedora de esto, la doctrina distingue entre diversos grados de pro-
vocación: intencional, imprudente, mera provocación.
se puede generalizar en esta materia y que se deben examinar las circunstan-
cias concretas en las que actúa el agente, amén de dejar muy en claro que si De lo anterior se colige, entonces, que no puede negarse "apriori" la
la riña voluntaria cesa, nada impide el ejercicio de la causal en estudio. legítima defensa del provocador y que ella procede con la condición de que
se den los requisitos de la justificante. Ello, desde luego, difícilmente suce-
La agresión también debe ser real. Esto, porque puede suceder que el de en la llamada pro vocación intencional, encaminada a crear un pretexto o
ataque al derecho no se presente verdaderamente y el sujeto actúe en la creen- simulación de legítima defensa, pues falta no solo la injusticia de la agresión,
cia de que existe, con lo cual se podrá hablar de una agresión aparente o pu- sino además el elemento subjetivo o el ánimo de llevarla a cabo. Finalmen-
tativa', si el agente actúa con la convicción de que es agredido sin serlo, se te, téngase en cuenta, la provocación puede ser recíproca, lo que no impide,
tratará de una defensa putativa que en ninguna circunstancia es constitutiva como es obvio, que uno de los provocadores pueda actuar en legítima defensa
de justa causa, aunque puede excluir la culpabilidad del autor al configurar- cuando se dan los supuestos acabados de examinar.
se un error de prohibición indirecto (artículo 32, numeral 10, inciso Io). Por
El segundo requisito que debe concurrir en la defensa necesaria es que
ello suele denominársele —desde luego de manera inapropiada— también
la agresión se produzca contra un derecho propio o ajeno, como se desprende
defensa subjetiva por oposición a la defensa objetiva, o legítima defensa, o del texto del numeral en comento. En efecto, cuando se alude al "derecho"
defensa necesaria. atacado, se hace referencia a los bienes defendibles, en torno a lo que la doc-
Ahora bien, como el ataque debe ser real, no son posibles las agresio- trina mayoritaria está de acuerdo en que se tutelan solo bienes jurídicos cuyo
nes imaginarias, de donde se deduce que no está permitido reaccionar en portador es el individuo o una persona jurídica, no así la sociedad o la enti-
ejercicio de la legítima defensa frente a acometimientos de este tipo; así, por dad estatal en su condición de órgano del poder soberano; lo anterior signi-
ejemplo, no puede invocar la eximente quien —como parte de una secta fica que no solo son defensables la vida y la integridad personal, sino tam-
diabólica— le da muerte a una joven doncella para evitar la ira de los dioses bién otros bienes jurídicos como la libertad sexual, la autonomía personal,
o invocar a Satán. Desde luego, tampoco en las demás causales de justifi- el patrimonio económico, la integridad moral, el honor, etc., y que no pue-
cación se pueden invocar agresiones de este tipo. den defenderse bienes como el orden economicosocial, la salubridad públi-
Para concluir el estudio de esta primera exigencia, es preciso conside- ca, la seguridad del Estado, la administración de justicia, etc.
rar un asunto no exento de dificultades: la falta de provocación. Al efecto, Ello requiere, no obstante, algunas precisiones: en efecto, cuando se
lo primero que debe hacerse es precisar la noción de,provocación, que —des- habla de los bienes defendibles debe tenerse en cuenta que son susceptibles
de el punto de vista del léxico— proviene de "provocar", esto es, excitar, in- de protegerse no solo aquellos que aparecen tutelados penalmente, sino tam-
citar, inducir a uno a que ejecute una cosa; irritar o estimular a otro con pa- bién los que no lo son, especialmente los derechos de rango constitucional.
labras u obras para que se enoje; facilitar, ayudar o mover. Como se ve, este Así mismo, es posible la defensa de intereses cuyo portador es la sociedad
concepto es distinto del de agredir, ya expuesto, y supone una situación en o el Estado cuando se trate de bienes jurídicos de carácter individual en cabeza
todo caso anterior a la agresión misma, por lo que no pueden confundirse am- del organismo estatal o de otras personas de derecho público (verbi gratia el
bas figuras, aun en el caso de legislaciones —como la vigente— que no con- patrimonio del Estado), con la condición de que la agresión de estos afecte
templan la "falta de provocación suficiente" como requisito. al particular (por ejemplo, la defensa del ambiente o el orden economicoso-
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cial); en los demás casos, sin embargo, ello no es factible, porque podría lle- cientes a un tercero ajeno (el atacante utiliza el vehículo ajeno para consu-
var a consecuencias desastrosas de tipo político. mar su agresión), o de uso público (arranca una varilla de una cabina telefó-
Por eso, justo es decirlo, debe negarse de plano el derecho a la defensa nica). Así mismo, téngase en cuenta, puede defenderse quien lesiona cual-
de los llamados "grupos de autodefensa" o "paramilitares" que —a falta de quier bien perteneciente al agresor y no solo aquellos utilizados por él para
la presencia del Estado— pretenden controlar el orden público, la integridad llevar a cabo el ataque.
del conglomerado, etc., acudiendo a prácticas que ponen en peligro la sub- De igual forma, en tercer lugar, es indispensable que el agredido tenga
sistencia del Estado de derecho y el orden democrático, y deslegitiman de necesidad de ejercer la defensa, de tal manera que se le cause al agresor el
raíz la función del derecho penal y llevan al autoritarismo. mínimo daño posible', no hay, pues, legítima defensa cuando el agredido
Ahora bien, de la expresión "defender un derecho propio o ajeno", uti- dispone de otros medios menos gravosos. Por ello, con precisión se ha di-
lizada por el Código, se infiere que la causal en estudio puede ser propia, cho que el concepto de necesidad no solo proporciona el límite inferior, sino
cuando el que se defiende es el mismo agredido; y, de un tercero, si se actúa también la frontera superior de la legítima defensa.
para proteger a otro que es objeto de un ataque, sea que se cuente o no con Este requisito es tan básico como el del ataque o agresión, por lo que
su consentimiento que, para estos efectos, es irrelevante. Así, verbigracia, sin su concurrencia no puede hablarse de defensa, ni completa, ni excesiva.
si el conductor agredido en su integridad personal y despojado de su vehículo Para que la defensa pueda ser considerada como necesaria, es indispensa-
reacciona y le da muerte a uno de los asaltantes, puede configurarse una defen- ble que la repulsa guarde coetaneidad con la agresión, entendida en los tér-
sa propia de la vida y de los bienes; en cambio, el peatón que presencia el minos en que se indicó, pues si ella no es oportuna tampoco podrá predicar-
atraco y acude en ayuda del maquinista lesionado, ocasionándole la muerte se esta exigencia; lo mismo sucede con la proporcionalidad—que no puede
al delincuente que pretende huir amenazando con hacer explotar una grana- confundirse con la necesidad— a la que se hará referencia más adelante.
da, actúa en ejercicio de una legítima defensa de un tercero agredido en su
integridad personal y en su patrimonio. Ahora bien, ¿cuándo es "necesaria" la defensa? Se trata de una condi-
ción de no fácil precisión que debe derivarse del cúmulo de circunstancias
Como es de suponer, la defensa del tercero se puede ejercer para cuidar
que dan origen tanto a la agresión como a la defensa, para lo cual se debe tener
un bien propio (el auto del que se despoja al tercero pertenece al defensor)
en cuenta el tiempo, el modo, el lugar, la persona del agresor, la entidad de
o ajeno (el defensor actúa para proteger el honor sexual de la joven asaltada
la agresión y del bien jurídico afectado, los medios utilizados, etc., todo lo
en un despoblado). El tercero puede ser un pariente, un conocido o un ex-
cual obliga al juez o funcionario judicial a emitir un juicio de carácter obje-
traño, esto es, una persona jurídica natural, un organismo colectivo con per-
tivo, ex ante, que contemple los hechos desde la apreciación de un tercero
sonería jurídica o sin ella, el Estado en los casos señalados, un trastornado
mental o un menor, una criatura que está por nacer (nasciturus), etc.; a la ley, que, obrando con prudencia, se encuentra en la posición del agredido. Por
pues, solo le interesa que el defensor actúe dentro de los lineamentos lega- ello no es posible emitir un criterio que en todo caso indique si la defensa
les, tanto en el plano objetivo como en el subjetivo, independientemente de ejercida es necesaria o no, sino una pauta que —atendida la situación con-
si el defendido tiene algún nexo afectivo, contractual, jerárquico o de paren- creta— conduzca a una valoración ponderada y ecuánime del caso juzgado.
tesco con el agente, o si se trata de una persona de las ya señaladas, etc. Y, Por consiguiente, deben descartarse criterios de tipo unilateral, como
siguiendo la misma línea de razonamiento, la defensa propia puede llevarse los imperantes en la dogmática alemana tradicional, según los cuales solo se
a cabo para proteger un bien propio (la mujer violentada sexualmente lesio- debe tener en cuenta la gravedad de la agresión y la imposibilidad de acudir
na de gravedad al atacante, en medio de la repulsa), o ajeno (el valioso reloj a otro medio como criterio directriz. Aun en la actualidad, se afirma —so-
que trata de arrebatar el raponero pertenece a la acompañante del agredido). bre la base de que no se requiere proporcionalidad entre bienes jurídicos—
Debe agregarse, naturalmente, que para que pueda predicarse la legíti- que el agredido puede llegar, si es preciso, a defenderse del apoderamiento
ma defensa, la repulsa se debe ejercer ante los bienes del atacante, no así sobre violento de su billetera y producir incluso la muerte de su agresor, siempre
los de terceros que no han tomado parte en la agresión. Por ello, el que se que no le quede ninguna posibilidad de defensa menos lesiva, tesis insoste-
defiende utilizando un jarrón antiguo no puede invocar el ejercicio de la legí- nible en el derecho colombiano, así se le matice para afirmar que no es ad-
tima defensa en contra del coleccionista no agresor, aunque sí un posible misible la legítima defensa cuando se trate de un interés irrelevante o de muy
estado de necesidad; lo mismo cabe decir si el agresor utiliza bienes pertene- escaso valor.
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Tal criterio es insostenible porque pone el patrimonio económico como la agresión; por eso, para acudir al conocido ejemplo de cátedra, el cazador
un bien jurídico de rango superior a la vida misma; por ello, no hay defensa que mata en la montaña al enemigo con un tiro de fusil, y posteriormente se
necesaria en el manido caso de cátedra de quien le da muerte al ladrón para demuestra que en el momento en el que lo hizo el occiso se disponía a dis-
evitar el hurto continuado de naranjas del huerto, ni en la hipótesis del para- pararle, queda cobijado por la justificante. Es más, con tal manera de razo-
lítico que acciona un arma para evitar el apoderamiento de una manzana. nar, debería admitirse como justificada la conducta de quien crea el pretexto
Admitir lo contrario sería desconocer el doble fundamento de la justificante. de legítima defensa.
En cuarto lugar, la defensa debe ser proporcionada a la agresión, tal Ahora bien, cabe preguntar, ¿qué pasa cuando el agente actúa cumplien-
como —acorde con el principio de la prohibición de exceso— lo exige el do todos los requisitos objetivos y no concurre el subjetivo! Como es obvio,
numeral en comento. Ello significa que debe haber un equilibrio entre la no puede reconocerse la causal justificante, pero ello no significa que el grado
conducta de quien ejerce la defensa y el ataque del que alguien es víctima; de injusto sea igual; desde luego, como se advirtió, este caso difiere de la hipó-
para decirlo de otro modo: debe haber proporcionalidad entre la defensa y tesis de la defensa putativa en la que se presenta el aspecto subjetivo pero
la agresión. Es bueno precisar que tal requisito no está referido solo a los falta el objetivo, como lo demuestran este par de ejemplos: el transeúnte dis-
medios desplegados por los sujetos activo y pasivo de la defensa, sino que para en una calle oscura sobre un desconocido, quien —haciendo movimien-
también debe mirar las circunstancias de tiempo, modo y lugar, la persona tos muy sospechosos— intenta sacar un pañuelo, lo que aquel interpreta como
del atacado y del atacante, la entidad del ataque, los bienes en conflicto, etc. el ademán de extraer un arma; el vigilante de un banco, prevenido por la ola
Así, pues, sería notoriamente desproporcionada la defensa de quien uti- de atracos a esas entidades, acciona su arma sobre un hombre que de manera
liza una ametralladora para repeler el ataque producido con una pequeña nava- sospechosa se pasea ante la puerta portando un estuche que contiene un taco
ja, o un tanque de guerra para enfrentar una agresión a pedradas; de la misma de billar desarmable —que aquel creía un arma—, mientras la esposa hacía
manera, es desproporcionada la defensa cuando el atacado toma el cuchillo una diligencia cerca.
de un matarife para rechazar a quien le golpea con los puños. Por el contra- d) La presunción legal de la legítima defensa
rio, dadas las circunstancias, puede ser proporcionada la defensa del ancia-
no postrado en una silla de ruedas que se defiende de la agresión llevada por En virtud de esta figura, también denominada legítima defensa privile-
un corpulento atleta de dos metros de estatura, utilizando un revólver, etc. giada, se supone que actúa en defensa necesaria quien rechaza la agresión
La proporcionalidad debe ser medida individualmente, en cada caso, pero no proveniente de un extraño que, de manera indebida, penetra o intenta hacer-
subjetivamente, sino conforme al criterio objetivado del hombre razonable lo en su habitación o dependencias inmediatas. En verdad, son dos las hipó-
que en ese instante y circunstancias se ve agredido. tesis comprendidas en el texto legal: la del rechazo del asaltante diurno o
nocturno y la del extraño en el hogar.
Como es apenas natural, cualquier exceso del agredido lo sustrae auto-
máticamente de los linderos de la justificante y lo lleva a incurrir en un com- Esta modalidad de defensa necesaria no difiere, sin duda, de la general
portamiento punible, si se verifica además la culpabilidad; se habla por ello ya estudiada, por lo que sus requisitos son en esencia los mismos; no obs-
de una figura extensible a todas las causales de exclusión de la antijuridici- tante, deben hacerse algunas precisiones: la defensa privilegiada supone, des-
dad, que será estudiada luego: el exceso en las causales de justificación de luego, una presunción de carácter legal que admite prueba en contrario,
(Código Penal, artículo 32, numeral 7, inciso 2o). en virtud de la cual se parte del supuesto según el cual las exigencias ya es-
En quinto y último lugar, se requiere el ánimo de defensa, elemento de tudiadas concurren en favor del defensor, quien —de esta manera*— se ve
carácter subjetivo deducible del empleo que hace el legislador de la propo- investido de un privilegio probatorio no extensible a los presupuestos
sición "por", como se dijo; se requiere, pues, la actuación del agente con sustantivos; por tanto, si se demuestra la inexistencia del ánimo de defensa,
"voluntad de legítima defensa", lo que no impide su compatibilidad con otras o la ausencia de proporcionalidad entre la repulsa y el ataque, o que no hubo
motivaciones. Para decirlo de manera más precisa: la persona debe obrar con agresión, etc., el morador o dueño de casa no puede ampararse en la justa
conocimiento de la situación de defensa necesaria y con voluntad de hacer- causa.
lo. No obstante, la más tradicional doctrina causalista ha negado que se Así, pues, como requisitos de esta figura deben concurrir los siguien-
requiera la concurrencia de este requisito, pues para ella solo cuenta la situa- tes: en primer lugar, el agresor debe ser un extraño; esto es, debe tratarse de
ción objetiva de legítima defensa y la defensa objetivamente dirigida contra una persona que carezca de interés o de motivo justificado para penetrar en
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el domicilio ajeno, así no sea desconocida, pues un enemigo puede ser bien rales, puede entenderse como la situación de conflicto entre dos bienes en la
conocido. No son extraños, por consiguiente, los huéspedes, los invitados, que la salvación de uno exige el sacrificio del otro. Aquí se toma en consi-
los inquilinos, los obreros que hacen una reparación, los novios de las hijas, deración el estado de necesidad justificante y no el excluyeme de la culpa-
el galeno que atiende a alguien, etc.; por el contrario, lo será el asaltante diurno bilidad —denominado "exculpante" por gran parte de la doctrina—.
o nocturno sorprendido cuando empaca los objetos de valor de la casa; el Precisado lo anterior, puede afirmarse que el estado de necesidad jus-
pervertido que aprovecha la tranquilidad de la noche para violentar sexual- tificante se presenta cuando el agente realiza una conducta típica con la fi-
mente a uno de los moradores; el que desde el tejado y a través de una aber- nalidad de proteger un derecho propio o ajeno de una amenaza o daño actual
tura se dedica a observar a una hermosa mujer en prendas íntimas, etc. o inminente y produce en tal empeño una lesión de menor gravedad que la
En segundo lugar, debe tratarse del lugar en que la persona vive, esto impedida en los bienes jurídicos de otra persona, siempre y cuando no pue-
es, la casa o departamento habitado, o sus dependencias inmediatas, sin que da acudir a otra vía distinta y no esté obligado jurídicamente a afrontar el tran-
sea necesario morar en ellas permanentemente, aunque sí que se ocupen al ce o haya sido provocado por él; de esta noción se desprenden los diversos
momento de la penetración cuando se trate de la hipótesis del asaltante diur- requisitos objeto de exposición más adelante. Desde luego, conceptuar así
no o nocturno, no así si se rechaza al extraño en el hogar. Quedan de esta la figura implica optar por la teoría diferenciadora, que distingue entre es-
manera excluidos los teatros, templos, almacenes, etc., y todo lugar que solo tado de necesidad justificante y el excluyente de la culpabilidad, acogida por
sea ocasionalmente habitado, con excepción de sitios como un cuarto de hotel, la legislación alemana (Código Penal, §§ 34 y 35) y defendida por la doctri-
un camarote de una embarcación, una casa móvil, etc. Este requisito adicio- na, con ascendencia en las elaboraciones hispanas y latinoamericanas, en con-
nal se desprende de la locución "habitación, o dependencias inmediatas". El traposición a la teoría unificadora, para la que debe dársele un tratamiento
hecho de que la ley busque proteger el domicilio no significa, sin embargo, homogéneo al asunto —normalmente como justificante—, de amplia aco-
que solo se tutelen "intereses patrimoniales", como lo quiere algún sector gida en el derecho nacional.
doctrinario, pues ello supondría que la presunción en estudio solo cabe cuando Ahora bien, si se pretende hacer un distingo entre las dos formas de
se trata de atentados contra el patrimonio económico, lo que no es cierto si se estado de necesidad, se puede decir que, mientras el justificante se presenta
tiene en cuenta que el extraño puede perseguir atentar contra la vida, el pudor cuando se produce un daño menor para evitar uno mayor, el excluyente de
sexual, la autonomía personal, la intimidad, etc. la culpabilidad supone un daño en todo caso no menor que el evitado. Por
Y, en tercer lugar, la agresión debe ser actual o inminente y de carácter supuesto, esta distinción trae aparejadas diversas consecuencias de tipo
injusto, por lo que son válidas las explicaciones consignadas más arriba, con dogmático: en el primer caso, el hecho se justifica y no cabe ejercer contra
la diferencia de que aquí deben ser producto del intento de introducirse en él legítima defensa ni es punible la participación (instigación o complicidad)
la habitación ajena o de la penetración en esta de manera indebida. Lo de en la conducta típica realizada. En cambio, en el segundo, el comportamiento
"indebidamente" busca llamar la atención sobre el hecho de que la presen- no es culpable y el afectado con la conducta puede defenderse legítimamen-
cia del extraño debe ser injustificada, dado que ella puede estar permitida en te; y la participación es punible, a no ser que se actúe bajo el influjo de dicha
diversas situaciones: calamidad doméstica, invitaciones, etc. situación. A lo anterior añádase que el error sobre la presencia de una situa-
ción de necesidad (estado de necesidad justificante putativo) es un error de
H) El estado de necesidad justificante prohibición indirecto (Código Penal, artículo 32, numeral 10, inciso Io),
mientras que el yerro sobre la presencia de la situación de necesidad excul-
a) Concepto y naturaleza jurídica pante (estado de necesidad excluyente de la culpabilidad putativo) és un caso
Según el artículo 32, numeral 7, inciso Io, tampoco hay lugar a respon- especial previsto en el texto legal que, no obstante, debe recibir el mismo
sabilidad penal —lo que se traduce en una causal de exclusión de la antiju- tratamiento (Código Penal, artículo 32, numeral 10, inciso Io).
ridicidad o de la culpabilidad, según el caso— cuando el autor obra "por la Así las cosas, quien para escapar de su casa en llamas y ponerse a salvo
necesidad de proteger un derecho propio o ajeno de un peligro actual o inmi- destruye un ventanal luego de atravesar la morada del vecino, realiza con-
nente, no evitable de otra manera, que el agente no haya causado intencional - ducta típica de daño en bien ajeno (artículo 265) justificada, y contra ella no
mente o por imprudencia y que no tenga el deber jurídico de afrontar". Se puede ejercer legítima defensa el morador de la vivienda contigua; en el
consagra así la institución del estado de necesidad, que, en términos gene- mismo ejemplo, el bombero que le arroja un martillo o le indica cómo pro-
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ceder, no es punible a título de inducción o complicidad. Por el contrario, el un incendio. Así mismo, actúa en ejercicio de esta causal quien en contra
joven que para escapar de la discoteca en llamas atropella y golpea a otro del querer del propietario, toma el vehículo de este para llevar a un herido
concurrente, puede ser rechazado por este, quien puede defender legítima- grave a la clínica; el capitán del barco o del avión en emergencia que ordena
mente su vida; y el agente de policía que desde lo alto de un edificio, megá- arrojar el equipaje para salvar la vida de los pasajeros; el empleado obligado
fono en mano, invita a este último a matar a aquel (su rival de amores) y le por los delincuentes armados a ayudarles a recoger el botín (estado de nece-
arroja un arma para que se defienda, es punible y no puede ampararse en la sidad por coacción); el que se apodera de un bote para salvar la vida del náu-
eximente (artículo 104, numeral 7). Sobre los casos de error, empero, se vol- frago que se ahoga, o para huir de sus secuestradores.
verá más adelante. Como es obvio, la conducta realizada por el agente debe ser típica, pues
Aquí, como se hizo en los puntos anteriores, cabe preguntar, ¿quién pue- de lo contrario no podría invocar la justificante, como sucede, verbigracia,
de ser sujeto activo del estado de necesidad o quién puede ejercer esta jus- si la acción es adecuada socialmente.
tificante? Sin duda, cualquier persona que realice conducta típica con la finali-
b) Fundamento
dad de amparar los bienes jurídicos que se encuentren en situación de amenaza
o de riesgo, por la acción de fenómenos de la naturaleza, a causa de cosas o Pese a que son diversos los principios formulados por la doctrina para
de animales, o de comportamientos provenientes de seres humanos; no im- explicar la razón de ser de esta institución, en la actualidad se basa en el
porta si la persona es trastornada mental o no, basta que se trate de un ser hu- principio del interés preponderante, aunque se pretende introducirle una
mano, excepto a las personas jurídicas y al Estado. Es bueno precisar, ade- saludable limitante en el sentido de que, así se den los requisitos exigidos por
más, que la situación de necesidad también puede invocarla el que ha sido el texto legal, no procede si su ejercicio supone una infracción grave del res-
coaccionado a actuar por una tercera persona (vis compulsiva), en contra del peto debido a la dignidad de la persona humana, postulado inspirador del or-
parecer de algún sector doctrinario que pretende distinguir entre estado de den constitucional vigente, que por su carácter material constituye un autén-
necesidad y acción coaccionada, sobre todo en el derecho nacional, en el que tico límite de índole inmanente al derecho positivo. De no proceder así, estaría
no existe dicha restricción. justificada la conducta del médico que practica el aborto terapéutico, contra
De igual modo debe precisarse: ¿quién puede ser sujeto pasivo del estado la voluntad expresa de la madre; o el comportamiento de quien hace una
de necesidad? Esto es, ¿quién debe sufrir las consecuencias de la acción transfusión de sangre extraída por la fuerza de las venas de un testigo de Je-
ejercida por el sujeto activo, sea o no el titular del derecho o interés tutelado hová, para salvar la vida de un correligionario de este, etc. Así las cosas, aten-
por la ley? Al respecto, no cabe duda de que lo puede ser una persona na- dida la limitante señalada, en estas hipótesis no puede invocarse un estado
tural o jurídica, o el mismo Estado; no así un cadáver, una cosa, o un animal. de necesidad justificante así el bien salvado sea de menor significación que
Ni aun el propio sujeto activo, que cuando se daña a sí mismo no realiza el sacrificado; no obstante, sobre todo en el segundo caso, nada impediría
conducta típica (el que mata su propio toro de lidia cuando este lo embiste, aducir otra justificante.
por ejemplo).
Para terminar este apartado, es bueno mencionar algunos ejemplos de c) Requisitos
la causal de justificación que se comenta. Así, puede invocarla, si se dan todos
los requisitos legales, el médico que practica el aborto terapéutico para sal- En primer lugar, debe existir un riesgo, un mal, un daño; un "peligro",
var la vida de la madre; el que sustrae alimentos para mitigar el hambre; el como dice el codificador. Esto significa que es indispensable la presencia
desempleado que —tras tocar las puertas en busca de empleo— le hurta una de una amenaza real para el bien jurídico, o la posibilidad de que este resul-
cadena de oro a una dama para procurarles alimentos y medicinas a sus padres te lesionado, sea que la lesión provenga de las fuerzas de la naturaleza (un
y hermanos; la madre tuberculosa que vende marihuana en pequeñas dosis, incendio provocado por un cortocircuito, una avalancha, un terremoto, un hu-
para comprar alimentos y pagar el estudio de sus hijas; el que es despojado racán, un naufragio o un accidente aéreo, etc.), de un animal (la embestida
de sus ropas y se apodera de un vestido ajeno para cubrir su desnudez en plena de un toro), de un actuar no constitutivo de conducta penalmente relevante
playa; quien penetra en domicilio extraño contra la voluntad de su dueño, para (un movimiento reflejo), de un comportamiento humano lícito, o ilícito con
prestar asistencia a un enfermo o lesionado; el que se introduce al granero tal que en este último caso no constituya agresión ilícita, e, incluso, de una
del vecino, contra su voluntad, para reparar una cañería averiada o apagar situación de coacción ejercida por un tercero sobre el necesitado.
382 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURIDICIDAD 383

De conformidad con lo anterior, no existe riesgo en el sentido anotado hipótesis del capitán del avión que, para salvarse tanto él como la tripulación,
cuando la persona se lo ha procurado a sí misma (el que adrede le prende fuego ordena botar la carga del aparato.
a su habitación), o es producto de la comisión de una conducta punible del Así mismo, en cuarto lugar, es necesario que el mal o daño no sea evi-
agente (el hurtador que huye de los policías, no puede invocar un estado de table por otro procedimiento menos perjudicial. Esta exigencia se deriva de
necesidad cuando se apodera de un vehículo ajeno para lograr su cometido). la expresión legal "inevitable de otra manera" y significa que, tras una va-
Ahora bien, para precisar cuándo realmente existe riesgo para el bien loración racional de la situación, el agente se vea obligado a actuar por no
jurídico, parece evidente que la única manera de hacerlo es mediante un juicio tener a su alcance otros medios legítimos o lícitos que eviten el perjuicio ajeno,
"ex ante", en virtud del cual el juzgador se retrotraiga al lugar y al momento o que coadyuven a que este sea de menor proporción; así las cosas, si la per-
en que el necesitado realizó la conducta típica. El juicio, como se supone, sona puede evitar el mal con la huida, no obra dentro de esta justa causa. Por
no podrá brindar certeza absoluta sobre tal acaecimiento, pues se juzgan com- ejemplo, quien puede impedir la mordedura del perro rabioso cerrando la
portamientos de imposible medición y cuantificación. Sea lo que fuere, debe puerta de su casa o subiéndose a un vehículo, sin necesidad de darle muerte
comprobarse claramente la existencia real del riesgo, pues si el agente obra al animal; o puede apagar el incendio con un extintor de mano, sin quebrar
en la creencia de que ello sucede cuando en realidad no es así, no puede la vidriera de la casa del vecino. En otras palabras: el agente debe hacer todo
lo jurídicamente exigible, dadas las circunstancias al momento del hecho, para
invocar la causa justa, sino que ha incurrido en un posible estado de nece-
evitar la causación del daño al derecho o bien ajeno con miras a proteger el
sidad putativo (error de prohibición indirecto).
suyo.
De lo anterior se deduce, en segundo lugar, que el riesgo debe ser ac-
En quinto lugar, se debe causar un mal menor. Es de la esencia de esta
tual o inminente. Al respecto, caben las mismas precisiones efectuadas al
justificante que el daño causado sea de entidad menor, pues si es equipara-
exponer la legítima defensa, que pueden reducirse a lo siguiente: "actual" es
ble solo podrá invocarse el estado de necesidad excluyente de la culpabili-
el riesgo que ya ha comenzado y no ha concluido aún, el que se concretó en
dad; ahora bien, para hacer la ponderación entre el derecho o bien jurídico
un daño real y pervive todavía; mientras que "inminente" es el que representa salvado y el lesionado, deben tenerse en cuenta los bienes enjuego —ténga-
cualquier amenaza inmediata para el bien jurídico deducible de un gesto, se en cuenta que el interés preponderante explica el fundamento de la justi-
actitud, movimiento, etc., de tal manera que lleve al sujeto racionalmente a ficante—, acudiendo, en todo caso, no solo a un criterio abstracto de valo-
la convicción de que es necesario tomar las medidas indispensables encami- ración de los derechos en conflicto, sino también las circunstancias del caso
nadas a protegerlo. concreto. Por manera que es imposible plantear una fórmula unitaria de
En tercer lugar, el agente debe actuar para "proteger un derecho propio carácter abstracto al estilo de la tradicional teoría de la ponderación de inte-
o ajeno". De aquí se desprende que el titular del bien jurídico o derecho ame- reses, sino que a ello deben sumarse diversos criterios, ninguno de los cua-
nazado puede ser cualquier persona, natural o jurídica, incluso el mismo les tiene carácter absoluto, aunque sí complementario, sin caer en el excesi-
Estado, entendido como órgano del poder soberano o la sociedad; esto últi- vo casuismo; ha de buscarse en todo caso emitir un criterio de ponderación
mo significa, a diferencia de la legítima defensa, que se puede ejercer esta que no olvide la realidad y parta del contexto sociopolítico y económico en
justificante para evitar un daño al organismo estatal o al colectivo social. el que actúa el agente.
Todos los derechos o bienes son, pues, salvaguardabas, sin que se requiera Así las cosas, debe tenerse en cuenta la jerarquía de los bienes jurídi-
su reconocimiento juridicopenal. cos en conflicto, acorde con la valoración del legislador (la vida, por ejem-
Ahora bien, cuando se alude a un derecho "propio o ajeno", como en la plo, es de rango superior al patrimonio económico), la intensidad de afecta-
legítima defensa, se quiere significar, por un lado, que puede haber estado ción (la amenaza o lesión para el derecho o bien jurídico), la proximidad y
de necesidad en beneficio propio o de una tercera persona, y, por otro, que la gravedad del mal que se cierne sobre el bien jurídico, el grado de idonei-
es posible actuar para evitar un mal o daño que amenaza no solo al agente, dad de la acción de salvamento emprendida por el agente, la meta persegui-
sino también a otra persona, al mismo tiempo. En el primer caso se está frente da por él. Y, por supuesto, el significado social del bien, pues, a título de
al estado de necesidad propio y al estado de necesidad en beneficio de un ejemplo, no es lo mismo causar un daño en la mansión de un multimillona-
tercero; mientras que en el segundo se trata de la figura denominada comu- rio que en la humilde vivienda de un asalariado, pues la capacidad económi-
nidad de riesgo o de amenaza (según otros de peligro), como sucede en la ca de ambos es bien distinta.
384 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURIDICIDAD 385

Ahora bien, partiendo de la consideración anterior, no se configura la primero y no al segundo. Ciertamente, en el estado de necesidad propio co-
justificante en casos de grave infracción al respeto debido a la persona hu- inciden ambas calidades, no así en el ajeno (el llamado auxilio necesario),
mana, así el mal producido sea menor que el evitado, lo que no impide, por pues el agente no está amparado por la justificante si la persona en cuya ayuda
supuesto, invocar una causa de inculpabilidad. Lo dicho muestra, pues, que acude está obligada a sacrificarse (no puede invocar la causal, quien socorre
no es fácil realizar la ponderación de bienes o de derechos en conflicto, lo al bombero que corre el riesgo de morir en medio del incendio).
que obliga a la judicatura a ser cuidadosa y equilibrada a la hora de emitir las Lo anterior no entraña, sin embargo, que tales personas queden exclui-
apreciaciones correspondientes, de tal manera que no se desconozca {ajus- das en absoluto de la justa causa, pues la pueden invocar cuando el deber de
ticia material, pilar insustituible del Estado social y democrático de derecho sacrificio es completamente inútil o la desproporción entre los bienes en con-
(Preámbulo y título i de la Constitución Política). flicto es muy grande; lo mismo acontece cuando la persona no se encuentra
Así mismo, en sexto lugar, se requiere que el mal menor no haya sido ejerciendo su deber, pues su obligación es enfrentarse a los riesgos con oca-
causado por el agente "intencionalmente o por imprudencia" como dice la sión del desempeño de su profesión u oficio y no en los demás casos. Así
ley; en otras palabras, pues, se excluye de la justificante al provocador, a dife- sucede, verbigracia, con el bombero, a quien no se le puede obligar a morir,
rencia de la legítima defensa. Al efecto, debe distinguirse la provocación cuando es inminente una explosión devastadora, solo para recuperar una obra
intencional de la imprudente. Sobre la primera, se entiende por "intención" de arte valiosa (sacrificio inútil), o para salvar al perro mascota de la dueña
lo deliberado, pensado, meditado; lo realizado a sabiendas, voluntariamen- (desproporción entre los bienes en conflicto), o cuando se encuentra de va-
te, aunque se discute la equiparación de dicha expresión con la noción más caciones (no desempeñando su cargo).
estricta y técnica de dolo, concebida como ya se dijo. De esta manera, no
puede ampararse en esta justa causa quien de mala fe desata un incendio en Como es obvio, en casos en los que a la persona no le es dado invocar
su habitación, y para salvarse destruye el ventanal de la casa del lado; ni quien la eximente, la codificación penal le permite ampararse en una causal de in-
adrede le inocula el virus de la rabia al perro o al toro del vecino, para poder culpabilidad (no exigibilidad de otra conducta).
matarlo pretextando la enfermedad. Como último requisito, debe existir finalidad de proteger el derecho o
bien jurídico o, como dice el texto, "por la necesidad de proteger..."; es este,
Ahora bien, si es clara la exclusión del estado de necesidad cuando hay
como en toda justificante, el elemento subjetivo que se puede formular di-
provocación intencional, no lo es en el segundo caso, así la ley hable de "im-
prudencia", expresión equivalente a culpa desde un punto de vista técnico, ciendo que la persona debe obrar no solo conociendo los elementos objeti-
aunque en este contexto se discute tal equiparación. De todas maneras, sea vos de la causal, sino además con el ánimo de evitar un mal propio o ajeno,
lo que fuere, no se justifica la posición extrema asumida por el legislador, que es perfectamente compatible con otras motivaciones. Téngase en cuen-
generadora de injusticias y decisiones desacertadas desde el punto de vista ta, pues, que si falta ese elemento no se puede invocar la eximente.
politicocriminal y que pone en entredicho el principio de culpabilidad, ade- Los anteriores son, entonces, los requisitos exigidos en el derecho pa-
más de que no se compagina con el fin de protección de los bienes jurídicos trio, pero se advierte —a diferencia de lo que piensa un buen sector doctri-
asignados al derecho penal; por ello, debe entenderse, el texto legal solo cobi- nario hispano— que no es indispensable que el mal o riesgo corrido por el
ja el estado de necesidad excluyente de la culpabilidad, figura que por tener agente sea grave, y puede invocarse la justa causa así este sea leve (por ejem-
su fundamento en la no exigibilidad de otra conducta admite tal exclusión. plo, unas lesiones personales de poca incapacidad); y que la situación de ne-
En séptimo lugar se requiere, también, que el daño o mal no deba afron- cesidad puede ser de carácter transitorio o permanente (por ejemplo, el es-
tarse por deber jurídico, como se infiere del numeral en comento. Ello es tado de penuria económica, motivado por enfermedades familiares), en contra
apenas explicable, pues existen personas obligadas a afrontar las contingen- de la creencia doctrinaria de que solo puede ser de la primera clase.
cias que amenazan los bienes jurídicos o los derechos, en virtud de deberes
emanados de la ley, la profesión, un contrato o acuerdo e, incluso, de la asun- I) El exceso en las causas de justificación
ción voluntaria de ellos. Así las cosas, el bombero está compelido a apagar Según el artículo 32, numeral 7, inciso 2o, del Código Penal: "el que
el incendio; el médico o la enfermera, a afrontar el contagio; el salvavidas o exceda los límites propios de las causales consagradas en los numerales 3,
socorrista, a auxiliar a quien se ahoga; el guía andino, a exponer la vida en 4,5,6 y 7 precedentes, incurrirá en una pena no menor de la sexta parte del
las elevadas cumbres; etc. No obstante, cabe preguntar, ¿la ley se refiere al mínimo ni mayor de la mitad del máximo de la señalada para la respectiva
necesitado o a quien realiza la acción necesaria! Sin duda se refiere solo al conducta punible", institución denominada por la doctrina como exceso en
386 MANUAL DE DERECHO PENAL LAANTIJURIDICIDAD 387

las causales de justificación del hecho. La disposición cobija a la persona Para concluir, obsérvese, el exceso se debe determinar a partir de los
que al realizar una conducta típica desborda las exigencias legales en virtud requisitos expuestos para cada una de las eximentes teniendo en cuenta, ade-
de las que puede, en principio, invocar la justificante; en otras palabras: cuan- más, la doble naturaleza de algunas concebidas al mismo tiempo como cau-
do el agente, encontrándose en un comienzo dentro de los linderos propios sales de atipicidad y de justificación, o como justificantes y de inculpabilidad.
de una de las justas causas contempladas en los susodichos numerales del ar- Así mismo, no se olvide, el problema del exceso no es propio de la antiju-
tículo 32, se extralimita, automáticamente pierde el derecho a ampararse en ridicidad, y su lugar más apropiado es la teoría de las consecuencias jurídi-
ellas, y la conducta realizada es antijurídica y culpable, a no ser que, en este cas del hecho punible, ocasión en la que se aborda de nuevo.
último caso, concurra otra eximente de responsabilidad. Esto último permite concluir que la figura en examen, como circuns-
No obstante, esta situación no pasa inadvertida para el legislador, quien tancia aminorante de la pena que es, puede concurrir con otras diminuentes.
consciente de ello prevé un tratamiento especial para el excedido, que difie- Esto, justamente, sucede cuando el agente se excede y se encuentra al mis-
re del otorgado a la persona que en ningún momento ha pisado los linderos mo tiempo en un estado de ira causado por un comportamiento ajeno, grave
propios de la justificante; ello es apenas obvio, pues en los casos de exceso e injusto (Código Penal, artículo 57); se debe deducir la doble atenuación,
el grado de injusto es menor, lo que, en cumplimiento de los principios de como lo reconoce la doctrina nacional, así la jurisprudencia lo admita de
proporcionalidad, lesividad y culpabilidad, se traduce en un menor grado manera excepcional. El punto es tan claro que algunas legislaciones como
de exigibilidad y por ende de punibilidad, sea que el agente haya obrado de la alemana (§ 33) consideran impune el exceso derivado de turbación, mie-
manera consciente o inconsciente, en una situación de error o no. Este pa- do o terror, conclusión a la que también se puede arribar en el derecho po-
rece ser el fundamento dogmático de la institución; pues, desde el punto de sitivo si se tiene en cuenta el tenor claro del artículo 32, cuando excluye la
vista politicocriminal, responde a las particulares condiciones sociopolíticas responsabilidad en aquellos casos en los que el agente obre "impulsado" por
del país, lo que explica la extensión de la formulación a todas las causas de miedo insuperable (numeral 9).
justificación, sin las restricciones propias de otras legislaciones.
El exceso puede ser doloso o culposo, según si la conducta típica y an- IV. LA ANTIJURIDICIDAD EN LAS OTRAS FORMAS DE APARICIÓN
tijurídica excedida por el agente se compadece con la estructura de un actuar DE LA CONDUCTA PUNIBLE
comisivo u omisivo, doloso o culposo; así mismo, puede ser intensivo o en
la medida si, por ejemplo, al autor le bastaba con disparar sobre las piernas También en las conductas típicas imprudentes, en las omisivas y en las
del agresor para rechazar el ataque, y, sin embargo, le da muerte al lesionar- figuras especiales, al abordar esta categoría dogmática debe exponerse tan-
lo más de lo racionalmente necesario; y extensivo o cronológico cuando se to el aspecto positivo como el negativo, sin que existan diferencias sustan-
sobrepasan los límites temporales, como cuando el agredido, no obstante ciales que obliguen a llevar a cabo un estudio específico para cada una de ellas;
haber controlado el ataque del enemigo que yace herido en el suelo, procede desde luego, se presentan algunas peculiaridades no constatables en las con-
a dispararle por dos veces más. Incluso, según si existe conciencia en el agen- ductas de comisión dolosa, que no deben causar extrañeza. Por ejemplo, se
te, se suele hablar de exceso consciente e inconsciente. discute si en las conductas de comisión imprudente o culposa existen o no
elementos subjetivos en las justificantes, a lo que debe responderse afirma-
Ahora bien, si la persona se extralimita superando los límites legales por
tivamente, pues, en principio, su estructura es igual para los comportamientos
mediar una apreciación errónea de su parte, se configura un error sobre los
dolosos o culposos, y el agente debe actuar con la finalidad de ejercer la justi-
límites de la causal de justificación que ha sido previsto expresamente como
ficante respectiva, que, de lo contrario, no podría ser reconocida por ausencia
error de prohibición indirecto, sea vencible o invencible en el artículo 32,
del componente subjetivo correspondiente. Así mismo, debe tenerse en cuen-
numeral 11, inciso Io, como se dirá al examinar el asunto en el acápite si-
ta que en la respectiva causal de justificación no se parte de un comportamien-
guiente. to típico doloso, sino culposo, y que algunas justificantes, como el estado de
Como es obvio, para poder hablar de exceso es indispensable que el actor necesidad, tienen más operancia en los hechos referidos al tráfico rodado.
en un determinado momento se encuentre dentro de los límites propios de la
respectiva justificante; es decir, se deben reunir las exigencias de cualquiera En lo atinente a los comportamientos omisivos, dolosos y culposos, la
de las causales, pues de lo contrario no se entendería que el tenor del texto situación es idéntica, pues se gobiernan por las reglas aquí expuestas con las
dijese "exceda los límites...". variantes propias de esas formas de aparición de la conducta punible.
CAPÍTULO DECIMOCUARTO

LA CULPABILIDAD

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14. VELÁSQUEZ V , 2*
390 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 391

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rio, Medellín, Tesis de grado, Facultad de Derecho, Universidad de Antioquia, 1979. mo, en tercer lugar, asegura que esto último autoriza al Estado a ejercer la
potestad de la retribución judicial, y se le puede ocasionar al infractor un mal
I. L A CULPABILIDAD Y EL PRINCIPIO "NULLA POENA SINE CULPA"
(la pena), correspondiente al grado de su culpabilidad {derecho a la retribu-
ción judicial); y, en cuarto lugar, estima que la pena retributiva es el medio
El último elemento específico de la noción dogmática del delito es la más eficaz para reprimir los comportamientos delictivos {función retributi-
culpabilidad (aquí asimilada a la responsabilidad penal), que debe distin- va de la pena). Estos son los cimientos sobre los que se levanta el derecho
guirse del principio nulla poena sine culpa o postulado de culpabilidad, del punitivo, erigido bajo la sombra del legendario postulado "no hay pena sin
que es una derivación; estos dos conceptos se diferencian también de la cul- culpabilidad".
pabilidad en sentido procesal, entendida como la resultante de la presencia A esta concepción se le formulan diversas críticas, no solo por quienes
de todos los requisitos de la conducta punible y de la prueba de este, siguien- la rechazan de manera absoluta, sino también por los que tratan de asumir
do el debido proceso legal (Constitución Política, artículo 29, inciso 4o, posiciones intermedias. En efecto, en primer lugar, se declara la imposibi-
cuando habla de la "persona... judicialmente culpable"). El concepto de "cul- lidad de comprobar científicamente la libre determinación del delincuente
pabilidad", pues, se usa de manera polivalente, no solo en el derecho penal al momento de cometer el hecho; en segundo lugar, al reproche de culpabi-
moderno, sino también aun en disciplinas metajurídicas. lidad se le confiere carácter eticomoral, inadmisible en un Estado social y de-
El derecho penal de los últimos decenios ha afrontado un agudo debate mocrático de derecho, en el que el pueblo es el titular de la soberanía estatal
en torno a la culpabilidad constitutivo, en verdad, de otro episodio más de la y no la divinidad. En tercer lugar, se le niega al Estado el derecho a practicar
milenaria controversia entre deterministas e indeterministas; esto es, entre la retribución judicial, y se tiene por irracional pretender que la pena irroga-
quienes afirman la existencia de la libre capacidad del ser humano de auto- da pueda compensar el daño ocasionado por el infractor al delinquir; y, para
gobernarse (libre albedrío) y sus impugnadores. Disputa que encuentra en terminar, se repudia la pena retributiva por no ser el mejor medio para repri-
este campo terreno abonado para afrontar un problema insoluole en el esta- mir la criminalidad, pues se orienta al pasado del transgresor y asegura que
do actual del conocimiento humano, pues la ciencia no está en capacidad de la mejor manera de combatir el delito es previniéndolo.
demostrar ni de negar lo uno o lo otro, pese a los progresos tecnológicos en
tiempos recientes. Así lo comprueban algunos estudios interdisciplinarios B) El abandono del principio de culpabilidad
que —después de intentar entender la libertad humana como fenómeno de
naturaleza empírica y examinarla a la luz de los métodos propios de las cien- Las observaciones anteriores llevan a la doctrina a plantear diversas al-
cias exactas— afirman estar ante un non liquet, pues ni el indeterminismo ni ternativas ante el postulado de culpabilidad. En efecto, en primer lugar, se
el determinismo se pueden probar. Así las cosas, en el derecho penal actual pretende reemplazar el axioma nulla poena sine culpa por el principio de pro-
se observan por lo menos tres corrientes sobre el asunto que van desde las porcionalidad oponiendo al derecho penal de culpabilidad un derecho repre-
más extremas opiniones librearbitristas hasta las deterministas y pasan por sor de medidas referido al hecho, de naturaleza monista, fundado en la su-
intentos mediadores de diverso orden. puesta "dañosidad social" tras la que se esconde la idea de "peligrosidad"
como fundamento de la sanción, algo —en contra de lo pregonado por sus
A) El enfoque tradicional y su crítica voceros— insostenible desde el punto de vista de un Estado de derecho ver-
daderamente liberal y democrático (W. HASSEMER).
Si se quiere caracterizar de manera breve el derecho penal de culpabi- En segundo lugar, se invita a reemplazarlo por la imputación individual
lidad, tal como lo concibe la doctrina más difundida, puede decirse que se en aras de un derecho penal dualista, de conformidad con el que la tasación
asienta sobre cuatro premisas básicas: en primer lugar, afirma la existencia de la pena no se hace con base en la culpabilidad, sino atendiendo a "causas
de la culpabilidad humana, pues el delincuente puede autodeterminarse li- específicas de medición" de ella, determinables a partir de criterios preven-
bremente {libre albedrío); en segundo lugar, en conexión con lo anterior, tivos vinculados con la idea de justicia (H. ACHENBACH); esta tesis es consi-
postula la legitimidad del Estado para adoptar la culpabilidad humana como derada como un mero cambio terminológico.
392 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 393

En tercer lugar, se convida a reemplazarlo por la necesidad de la pena, lógica que soporta, determinarle el contenido de manera más precisa y situar-
pauta a partir de la que se podrían mantener todas las consecuencias emana- lo en una relación adecuada a los fines de prevención del derecho penal. Así
das del principio de culpabilidad, con base en consideraciones de tipo pre- pues, se expresa que la capacidad humana de culpabilidad no es una cualidad
ventivo (E. GIMBERNAT ÓRDEIG); a ello se objeta que no basta solo con tal tipo óntica, pero tampoco una ficción, una construcción normativa o una pura impu-
de recursos. tación. Se aduce como prueba el hecho de que las ciencias empíricas permi-
En cuarto lugar, se renuncia al concepto de culpabilidad y se le susti- ten hoy probar si un individuo, en una situación dada, es capaz de conducir
tuye por una nociónfuncional para la que solo la idea de fin puede darle con- su conducta y tiene la posibilidad de decidirse en favor de un comportamiento
tenido, entendiéndola como prevención general cuya razón de ser es la "fi- orientado a la norma (dirigibilidad o capacidad de reaccionar normativamen-
delidad para el derecho" {concepto funcional de culpabilidad) (G. JAKOBS). te), de donde infiere que la culpabilidad es un concepto mixto: empírico-nor-
Esta concepción, se objeta con razón, sacrifica la función limitadora de la pu- mativo (C. ROXIN).
nibilidad propia del principio de culpabilidad por la prevención general y sos- En armonía con lo anterior, se dice, el ciudadano debe responder por el
tiene que la represión penal del ciudadano no se rige ya por circunstancias hecho en la medida de su culpabilidad, concebida como se acaba de expo-
personales, sino por criterios inasibles como la "fidelidad al derecho". De ner, y no porque le sea formulable un reproche ético; así mismo, el derecho
esta manera, la persona termina instrumentalizada para la estabilización de penal tampoco puede legitimar la retribución por parte del Estado, pues la
los intereses sociales y se desconoce el principio universal de la dignidad del pena no puede basarse en razones teológicas; de allí que la culpabilidad nunca
ser humano, pues sienta el arbitrio del legislador o del juez como única pauta pueda fundamentar la necesidad de pena, sino que esta debe derivarse de fines
válida para entender la idea de culpabilidad, con las desastrosas consecuen- preventivos. Esto permite, entonces, postular que el mejor y más liberal
cias que ello reporta en el campo de la seguridad jurídica, como ya lo demos- derecho penal es aquel en el que la culpabilidad y la prevención se limitan
tró, por ejemplo, el derecho penal de la época del nacionalsocialismo funda- recíprocamente en la fundamentación y medición de la pena, de donde sur-
do en planteamientos cercanos a estos. ge la necesidad de complementar la tradicional categoría de la "culpabilidad"
En quinto lugar, otra tendencia proclama el principio de la dirigibili- con el elemento de la necesidad preventiva de sanción y denominarla res-
dad normativa en el marco de un derecho penal de medidas, para el que la ponsabilidad. Esta concepción, desde luego, ha estado sometida a diversas
función de protección del principio de culpabilidad se complementa con los críticas.
criterios de "dañosidad social" y "motivabilidad" (M. BAURMANN); tales
pautas son, desde luego, en extremo gaseosas y tienen el gran inconveniente C) Balance y conclusiones
de situar la discusión en un terreno puramente terminológico.
En sexto lugar, remontándose hasta los textos de las Cartas Fundamen- Vistas las objeciones al principio de culpabilidad y las propuestas para
tales, se plantea que el derecho penal de culpabilidad está fundado en las reemplazarlo o complementarlo, el saldo de la discusión es desalentador y
instituciones constitucionales básicas, donde debe buscarse su razón de ser sorprendente. En efecto, en primer lugar, se ha puesto un énfasis inusitado
(W. KARGL); ello lleva también a una formulación ambigua que no resuelve en encontrar un concepto de culpabilidad exento de contradicciones, cohe-
el problema central. rente con el desarrollo actual de las ciencias empíricas y sociales, pero el
Así mismo, en séptimo lugar, y desde el ángulo criminológico, se ase- resultado es negativo, así sean muy ingeniosas las construcciones ensayadas
vera que el principio de culpabilidad se debe sustituir por "un sistema penal y novedosos los cambios terminológicos introducidos; el fracaso es predi-
exclusivamente fundado en la criminología", desarrollando una construcción cable tanto de las posturas deterministas como de las de carácter mixto, que,
que permita fusionar el "principio del ser responsable objetivamente" con el al estilo de planteamientos como los de C. ROXIN, no dejan satisfecho a na-
"principio de proporcionalidad" (U. SCHEFFLER, F. SACK); propuesta poco die y no solucionan nada. Por eso, para no gastar energías en un debate que
menos que irrealizable en sociedades como las actuales. acaba siempre en un punto muerto, en un non liquet, debe aceptarse de una
En octavo lugar, desde una perspectiva funcionalista moderada, se afir- buena vez que la concepción ideal de la culpabilidad hasta ahora buscada no
ma que no es posible suprimir el principio de culpabilidad ni tampoco trans- parece posible por el momento y, mientras el comportamiento desviado sea
formarlo en pura prevención general, pues se debe revisar el derecho penal tratado mediante la aplicación de penas, el principio de culpabilidad resul-
de culpabilidad tradicional para liberar el concepto de la excesiva carga ideo- tará imprescindible (H. J. HIRSCH, W. PERRON).
394 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 395

Así mismo, en segundo lugar, el énfasis de los polemistas al discutir el cerse; así mismo, la culpabilidad se mide con criterios jurídicos y se com-
asunto conduce a una actitud científica inadmisible, pues olvidan empren- prueba públicamente ante la instancia de un tribunal estatal, con arreglo a un
der similares cuestionamientos en relación con otros postulados e institucio- procedimiento legalmente reglado, todo ello a diferencia de la moral. Tal
nes del derecho penal actual, no menos censurables y debatibles que la cul- apreciación es producto, ni más ni menos, de uno de los tantos malentendidos
pabilidad. Por eso, si de poner en tela de juicio este apotegma se trata, tal repetidos sin reparar en sus consecuencias, y se puede objetar que tampoco
actitud metódica debe extenderse a todo el derecho penal actual y compren- se compadece con la esencia del Estado social y democrático de derecho un
der no solo sus alambicadas y esotéricas construcciones, sino también mu- concepto de culpabilidad construido a partir de consideraciones puramente
chos de sus axiomas tomados por demostrados a sabiendas de que se trata preventivas para las que se indaga la "fidelidad al derecho" del ciudadano
de meras suposiciones. (G. JAKOBS) cuando no —como en el caso de C. ROXIN— se formula una sim-
En tercer lugar, en este orden de ideas, es evidente que la controversia biosis entre ellas y la "culpabilidad por el carácter", como ya se dijo.
está llena de equívocos y zonas oscuras, por lo que, antes de continuar ade- Estas concepciones, han dicho sus más agudos críticos, incurren en
lante, deben superarse las diversas interpretaciones erróneas, sobre todo en plurales contradicciones: operan con meras suposiciones en cuanto a los fines
los derechos penales de los países periféricos, donde es frecuente encontrar de la pena, o a inferencias deductivas sin mayor respaldo; reemplazan el
exposiciones que no solo sacrifican la claridad de las ideas, sino que siem- indemostrado "libre albedrío" por el inasible concepto de "prevención"; caen
bran confusión y contribuyen a incrementar el caos teórico existente; por ello, en un círculo vicioso: fundamentan la pena en la culpabilidad y la culpabi-
antes que cualquiera otra cosa, teóricamente deben superarse las equivoci- lidad en la pena, con lo que de la culpabilidad como medida de la pena se pasa
dades y malentendidos propios de la discusión contemporánea. a la pena como medida de la culpabilidad, o a la pena como medida de la pena.
De la misma manera, en cuarto lugar, resulta cuando menos sospecho- Así mismo, duplican el juicio valorativo con base en supuestos fines de
so que algunos críticos del principio de culpabilidad pretendan desconocer- prevención que resultan difíciles de precisar y se transforman en un dogma
le el carácter garantístico para poner en su lugar conceptos funcionales que, que le abre las puertas a la arbitrariedad; incurren en un salto lógico, al de-
con prédicas como "la fidelidad al derecho", la "proporcionalidad", la "pre- rivar el antecedente del consecuente, pues reformulan el principio "no hay
vención" y otras semejantes, implican retornar a concepciones penales tota- pena sin culpa" en este otro: "no hay culpa sin pena", o en este: "siendo nece-
litarias que buscan instrumentalizar al hombre para los fines del Estado, en saria la pena, debe haber culpa". En fin, terminan confundiendo el objeto de
medio de un verdadero renacer del positivismo. De nuevo, es conveniente la valoración con la valoración del objeto, como dijo, en su momento, A. GRAF
insistir en ello, resulta cuando menos curioso que los críticos de la retribu- zu DOHNA (véase la feliz síntesis de E. R. ZAFFARONI/A. ALAGIA/A. SLOKAR).
ción —confundiendo elfincon elfundamento de la pena— pongan en su lugar Así las cosas, siguiendo la misma secuencia de las observaciones, no
la prevención general o especial y olviden cómo dichas funciones han lleva- es racional la tentativa de imponer la pena judicial con base en criterios
do, históricamente, a erigir derechos penales de ingrata recordación. preventivos de sospechoso y dudoso contenido, ni que la única manera de
En quinto lugar, reparando en las censuras formuladas al enfoque tra- combatir el delito sea previniéndolo. El discurso anticulpabilista, pues, re-
dicional, enfrente de la postura según la cual no es verificable científicamente siste las mismas reprensiones, todo lo cual pone de manifiesto, una vez más,
la capacidad de autodeterminación del hombre, debe oponerse que lo mis- que ninguno de los bandos teóricos en disputa puede proclamar la cientifi-
mo sucede con la creencia en la capacidad de dirigirse del ser humano por cidad de sus suposiciones desde el plano de las ciencias empíricas o de la so-
la realidad circundante. De la misma manera, la aserción según la cual el "jui- ciología.
cio de reproche" es en todo caso de carácter ético o moral es exagerada, pues En sexto y último lugar, si algo bueno se puede rescatar de este debate,
de ser así el derecho penal tradicional nunca habría existido y se habría puesto es la necesidad de emprender el análisis de todo el derecho penal tradicio-
en su lugar la moral, con lo que todos los esfuerzos por distinguir entre uno nal, y hacerlo estremecer hasta sus cimientos más profundos, acudiendo a la
y otra (uno de los patrimonios de la cultura jurídica de Occidente) serían política criminal, sin creer que la única manera de hacerlo es la proclamada
inútiles y, de repente, las salas de juzgamiento de delincuentes de todo el por las corrientes funcionalistas roxinianas o sus planteamientos afines. El
planeta se equipararían a los confesonarios. Por ello, pues, debe distinguir- principio de culpabilidad, pues, debe mantenerse, sin que ello signifique per-
se entre derecho y moral, precisando que solo el injusto plasmado en forma manecer atados a la tradición, sino, por el contrario, dispuestos a la discu-
de ley expedida según los cánones constitucionales puede dejar de obede- sión; ello es más evidente cuando se tiene en cuenta su amplia acogida por
396 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 397

el legislador (artículos 12,21 y siguientes, 61, inciso 3 o , etc., en armonía con Formalmente, pues, la culpabilidad o responsabilidad plena es un jui-
las consagraciones constitucionales de las que se deriva), por lo cual, mien- cio de exigibilidad normativa; y, desde el punto de vista material, encuentra
tras no se reforme la ley penal, no es posible rechazar completamente la re- su limitante en los principios aseguradores de la convivencia civilizada en
tribución como "función" de la pena para darles paso solo a las concepcio- un Estado democrático de derecho constitucionalmente garantizado. De esta
nes preventivas, pues no en vano —poniendo un énfasis criticable— ella ha manera, se formula una concepción social-normativa más allá de ideas como
sido puesta como una de las "funciones" —por supuesto, lo técnico era ha- la de "reprochabilidad" que —no obstante su contenido jurídico— es cues-
blar de los fines— en el artículo 4 o del Código Penal, en armonía con los ar- tionada por su connotación ética, además de que no le brinda total claridad
tículos I o y 12 de la Constitución Política. a la fórmula del "poder en lugar de ello"; y, por supuesto, se desechan cri-
En situación tal, teniendo en cuenta la polémica sobre la culpabilidad, terios tan volátiles como el de la "libertad interior del agente", la culpabilidad
debe concluirse que es necesario mantener el principio nullapoena sine culpa por "el ser así", por no ser "fiel al derecho" y otros de similar jaez a los que
suele acudir la doctrina. Desde luego, como se pretende acuñar un concepto
y la categoría dogmática emanada de él, lo que se torna más evidente enca-
fundado en la perspectiva del derecho positivo, la noción de culpabilidad no
rando el derecho positivo. Por eso, cualquier construcción que se intente debe
puede prescindir de la idea de retribución —no entendida en sentido meta-
afrontar dicha realidad, lo que no impide, de legeferenda, exponer otros cri-
físico, sino como límite a la pena imponible— ni de la de prevención en sus
terios acordes con determinadas exigencias politicocriminales.
diversas formas —que tampoco puede condicionar esta concepción—. Tal
En consecuencia, se entiende por culpabilidad o responsabilidad ple- entendimiento de la culpabilidad no resuelve, desde luego, las dificultades
na —desde luego, para una amplia corriente doctrinaria que se remonta a los planteadas por la doctrina actual, pero sí permite comprender el juicio de
clásicos del derecho penal se debe distinguir entre culpabilidad y responsa- exigibilidad a partir de criterios jurídicos y sociales, y halla su fundamento
bilidad, conceptos asimilados por la Constitución y el Código Penal— el jui- legal en el artículo 33, inciso I o , del Código Penal, en armonía con el artícu-
cio de exigibilidad en virtud del cual se le imputa al agente la realización de lo 13 de la Constitución Política, del cual se infiere que los criterios para enun-
un injusto penal, pues —dadas las condiciones de orden personal y social im- ciarlo son la capacidad de comprensión del agente del carácter ilícito del
perantes en el medio donde actúa— al realizarlo se hallaba en posibilidad de acto y la capacidad de determinación de acuerdo con dicha comprensión,
dirigir su comportamiento acorde con los requerimientos del orden jurídico constituidos en pilares medulares de la responsabilidad penal.
y no obró ejerciendo esa posibilidad. Se trata, entonces, de un juicio de carác-
ter eminentemente normativo fundado en la exigibilidad, idea que preside II. EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE CULPABILIDAD
toda la concepción de la culpabilidad y en cuya virtud el agente debe respon-
der por su comportamiento ante los tribunales legalmente constituidos —se- También esta categoría dogmática ha sufrido una larga evolución, como
gún un rito procesal consagrado con anterioridad al hecho por el ordenamiento lo muestran las siguientes consideraciones.
jurídico estatal—, por no haber actuado conforme a la norma. Por supuesto,
cuando se alude al carácter pleno del juicio de exigibilidad, se quiere indicar A) Orígenes
que el autor del injusto obra con una responsabilidad penal completa; a di-
Solo hasta el siglo xix se llega a acuñar como tal la categoría examina-
ferencia de la responsabilidad penal incompleta o semiplena, predicable del da, aunque sus raíces se encuentran en la ciencia penal italiana de la Baja Edad
autor que incurre en un injusto sancionable con medida de seguridad. Media y en la doctrina del derecho común de los siglos xvi y xvn, elaborada
Lo anterior evidencia el carácter individual y social de la culpabilidad, a partir de aquel. En efecto, fue S. PUFENDORF (siglo xvn) el primero en re-
pues se es responsable en un contexto histórico concreto, en una organiza- ferirse a la acción libre que se reputa como perteneciente al autor, en la cual
ción social determinada, y en función de una gama de condiciones de diver- se funda la responsabilidad como imputatio, a partir de lo que P. J. A. FEUER-
so orden que inciden en el comportamiento individual; por ello, el juicio de BACH (1799) pudo entender dicho concepto como el "fundamento subjetivo
culpabilidad no puede desbordar los marcos propios del Estado social y de la punibilidad". Entre tanto, con tal punto de referencia, los discípulos de
democrático de derecho y debe corresponderse con sus postulados inspira- G. W. F. HEGEL (mediados del siglo xix) supusieron que todo el sistema del
dores encabezados por el supremo mandato constitucional de respetar la dig- derecho penal descansaba en la "imputación subjetiva", aunque sin referir-
nidad de la persona humana (Constitución Política, artículos I o , 5o, 12 y 16). se a la culpabilidad como una categoría sistemática.
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No obstante, más allá de las concepciones de la culpabilidad del dere- blemente quien realiza un resultado típico que contraría el deber. A. GRAF
cho natural y hegeliana, el positivismo normativista introdujo con precisión zu DOHNA (1905,1907), entre tanto, desarrolló una concepción ética de la cul-
i DI la categoría de la culpabilidad en la sistemática juridicopenal, gracias a las pabilidad de inspiración neokantiana que se compadecía con la postura nor-
elaboraciones de A. MERKEL (1867), que utilizó expresamente la locución de- mativa de la culpabilidad expuesta más adelante.
nominándola a veces "imputabilidad" y concibiéndola dentro de su construc- Lo mismo puede decirse, en segundo lugar, de quienes entienden el
ción como presupuesto del injusto. A su vez, R. VON IHERING (1867), criti- hecho como un síntoma de la culpabilidad (sintomáticos), al estilo de O.
cando a aquel, postuló un concepto de culpabilidad acuñado desde el ángulo TESAR (1907) y H. KOLLMANN (1908), para quienes el carácter del autor in-
del derecho civil, distinto en todo caso del injusto, a partir de lo cual la dog- teresa para determinar la culpabilidad, no su hecho.
mática posterior pudo distinguir (en el delito) una parte puramente objetiva
(el injusto) y otra subjetiva (la culpabilidad). Finalmente, K. BINDING (1872) En tercer lugar, planteamiento similar se encuentra en los penalistas
fue el primer expositor en utilizar el concepto de culpabilidad dentro de un del nacionalsocialismo que la entienden como culpabilidad de autor, quie-
sistema penal cerrado. nes —en términos de K. SIEGERT en 1934— después de afirmar que el con-
cepto se debe edificar sobre la base determinista del actuar humano y por ende,
B) La concepción psicológica rechazar el indeterminista por ser expresión del individualismo, piensan que
es necesario rebasar los marcos de la ley y adentrarse en las raíces del dere-
Un desarrollo posterior, bajo los auspicios del positivismo naturalista, cho plasmadas en "el espíritu del pueblo"; por ello, de la misma manera que
se observa en los trabajos de M. VON BURI (1866 y 1873) y F. VON LISZT (1881). se entiende la antijuridicidad en sentido formal y material, la culpabilidad ma-
El primero distinguió entre relación de causalidad y relación de voluntad
terial equivale a un juicio de presunción emitido por el juez (que lleva la voz
(1866 y 1873) y sentó las bases para el primer concepto psicológico de cul-
del Führer), que "recae sobre el autor por contradecir el espíritu del pueblo",
pabilidad en sentido estricto, aunque sin hacer una exposición en el sentido
de un sistema jurídico cerrado. Dicha tarea fue emprendida por el segundo mientras que la formal se agota en las formas de dolo y culpa.
de los mencionados que, después de concebir el delito como una acción an- D) La concepción psicológico-normativa
tijurídica y culpable conminada con una pena, definió la culpabilidad en sen-
tido amplio como "la responsabilidad del autor por el acto ilícito realizado", El paso hacia una concepción diferente de las anteriores será posible con
mientras que en un sentido estricto dijo que era "la relación subjetiva entre el E. VON BELING (1899, 1906), que —sin abandonar todavía su postura posi-
acto y el autor", por lo cual añadió que ella "solo puede ser psicológica". Así tivista— planteó por primera vez una teoría normativa, al entenderla como
mismo, este autor postuló un concepto material de culpabilidad, fundado en "un reproche que se formula a alguien por no haber actuado de otro modo"
el carácter asocial del autor, que confunde las nociones de culpabilidad y pe- y se concreta en la responsabilidad por una "falta de la voluntad", de la que
ligrosidad. dolo y culpa son especies. Este concepto normativista se logró consolidar
Un planteamiento psicologista se encuentra también en otros autores de con R. FRANK (1907), para quien se encontraba compuesto de tres elemen-
la época: A. LÓFFLER, H. BASEDOW, G. RADBRUCH, E. KOHLRAUSCH. tos: la imputabilidad, el dolo y la culpa; y las circunstancias en las que actúa
el autor, que se compendian en un concepto superior: la reprochabilidad.
C) La concepción personalizada
A su turno, A. HEGLER (1915) concibe la culpabilidad desde el punto de
La postura de F. VON LISZT (1913), en el sentido de que la culpabilidad vista formal como reprochabilidad y materialmente como equivalente al "do-
se debía concebir a partir del "carácter antisocial", originó planteamientos minio del hecho", dentro de una sistemática del delito de rasgos ideológi-
según los cuales esta categoría se debía valorar con pautas de contenido ético. cos. Por su parte, J. GOLDSCHMIDT (1913,1930) entendió que el elemento nor-
Así sucede, en primer lugar, con quienes la entienden como contrariedad al mativo de la culpabilidad estaba constituido por la "contrariedad al deber",
deber, al estilo de M. LIEPMANN (1900), pues equivale a "un juicio de repro- partiendo de la distinción entre injusto y culpabilidad, y aseveró que el pri-
bación éticamente matizado" a partir de "una actuación de la voluntad contra- mero se configuraba por una "norma de acción" (de carácter imperativo), y
ria al deber"; M. E. MAYER (1901,1915), ampliamente influido por el neokan- la segunda, por una "norma de deber" (de carácter motivador). De este modo,
| üj tismo (W. WINDELBAND y H. RICKERT), al concebirla como "un concepto pues, la culpabilidad se concibe como puro juicio de reproche compuesto
¡¡ !¡ espiritual", por ende, referido a valores, señaló que debía ser tratado culpa- de la exigibilidad (deber de motivarse de conformidad con la representación
in reí
un mu
400 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 401

del deber indicado en la norma de derecho) y de la incapacidad de motiva- Entre tanto, H. VON WEBER (1935) dijo que obra culpablemente "quien
ción del sujeto acorde con la representación del deber jurídico, por lo que la acciona antijurídicamente, no obstante que pudo conducirse conforme a de-
imputabilidad, el dolo, la culpa y la motivación normal, pasan a ser meros recho. A quien no ha tenido en modo alguno la posibilidad de conducirse de
presupuestos de ella. otra manera, lo consideramos libre de todo reproche"; y añadía que antiju-
Un tercer aporte de trascendencia a la concepción mixta lo constituyen ridicidad y culpabilidad eran "los dos elementos fundamentales de la acción
las elaboraciones de B. FREUDENTHAL (1922), para quien la esencia de la cul- punible. La culpabilidad se halla en el poder, la antijuridicidad en el deber.
pabilidad radica en el desprecio mostrado por el autor, que se ha comportado El lugar de la antinomia objetivo-subjetivo lo ocupan el deber y el poder".
de determinada manera a pesar de que podía y debía hacerlo en otro sentido; Otro aporte de trascendencia fue el realizado por A. GRAF ZU DOHNA
a ello se añade que el criterio limitativo del reproche de culpabilidad está cons- (1936), que, después de pronunciarse en favor de la doctrina normativa de
tituido por la "exigibilidad de otra conducta adecuada a derecho", elemento la culpabilidad, aseveraba: "la idea de la exigibilidad y de la contrariedad al
que se deriva del postulado según el cual "a lo imposible nadie está obligado". deber son idénticas, en el sentido de que la infracción a las normas de dere-
Las formulaciones anteriores permitieron una amplia discusión de la cho no puede tener validez como contraria al deber cuando ha dejado de ser
teoría mixta de la culpabilidad, a lo largo de los años veinte del siglo pasado, exigible un actuar de acuerdo con la norma", a lo que se suma la adscripción
bajo los auspicios del neokantismo gracias a los desarrollos de E. SCHMIDT del dolo y la culpa a la acción y la distinción, por muchos considerada capi-
y E. MEZGER, entre otros. En efecto, el primero sostiene que el concepto de tal, entre objeto de la valoración (el injusto) y la valoración del objeto (la
culpabilidad se debe deducir de la teoría de la norma y que junto a la función culpabilidad).
del derecho como norma de valoración se encuentra una no menos signifi- Asimismo, H. WELZEL en diversos trabajos (1931,1935,1939 y 1941),
cativa para la que es norma de determinación; ello le permite invocar la "con- tras desarrollar una nueva teoría del injusto y de la culpabilidad que parte de
trariedad al deber" para convertir el concepto psicologista de F. VON LISZT un punto de vista filosófico diferente, afirma que la culpabilidad es "un jui-
en una noción de amplio contenido normativo. cio de reproche" de carácter personal formulado al autor del hecho cuando
Para E. MEZGER (1931 -1932), por su parte, actúa culpablemente "aquel este, a pesar de haberse podido motivar de conformidad con la norma, opta
cuya acción jurídicamente reprobable es expresión de su personalidad", y es por comportarse de manera distinta; nace así el criterio del "poder en lugar
la culpabilidad "el conjunto de aquellos presupuestos de la pena que funda- de ello", que sirve de contenido material al "juicio de reproche". De esta ma-
mentan, frente al sujeto, la reprochabilidad personal de la conducta antijurí- nera, de la mano del concepto final de acción, dolo y culpa no son formas de
dica". El juicio de culpabilidad, pues, está referido a una determinada situa- culpabilidad, sino de conducta humana, y la teoría del delito adquiere una
ción de hecho, es un "juicio de referencia": culpabilidad es reprochabilidad. nueva estructura; al injusto personal se opone la culpabilidad entendida en
Ahora bien, el concepto examinado está compuesto de la imputabilidad, el sentido puramente normativo, y al juicio de reproche se le asignan como
dolo y la culpa como formas o elementos de la culpabilidad, y de sus causas elementos la imputabilidad, la posibilidad de comprensión del injusto y la
de exclusión dentro de las que sobresale el estado de necesidad; así mismo, exigibilidad de la conducta conforme a derecho. Esta concepción fue aco-
en lo atinente al contenido del juicio de culpabilidad en el caso concreto, gida por un buen sector doctrinario en el que sobresalían los desarrollos de
concluye que está referido al acto de voluntad del autor (las llamadas "par- R. MAURACH y A. KAUFMANN.
tes integrantes psicológicas de la culpabilidad"), a los motivos del autor (las
llamadas "partes integrantes motivadoras de la culpabilidad") y a las refe- F) La concepción vigente
rencias de la acción a la total personalidad del autor (las llamadas "partes i
integrantes caracteriológicas de la culpabilidad"). La doctrina actual busca darle a este estrato de la construcción de la con-
E) La concepción normativa ducta punible un contenido preciso e insiste en la distinción entre los aspec-
tos formal y material de las diversas categorías delictivas, distinción que,
Inspirando un nuevo rumbo, PAUL MERKEL (1922) y su discípulo O. BERG como se recordará, hizo F. VON LISZT al formular su cuestionable teoría de la
(1927), acompañados por E. WOLF (1928), demostraron cómo el dolo y la culpabilidad por el carácter y cuya utilización por la doctrina posterior, en
culpa no eran formas de culpabilidad, entendida esta como juicio de repro- muy variados y diversos sentidos, no siempre ha estado exenta de abusos.
che, y afirmaron que la estructura de dicha categoría era igual tanto para los En efecto, el concepto formal de culpabilidad comprende todos aquellos
hechos dolosos como los culposos, concebidos como forma de acción. presupuestos que, en un ordenamiento jurídico dado, son indispensables para
402 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 403

formularle al agente la imputación subjetiva; mientras que el material busca tamiento orientado hacia la norma" (C. ROXIN, con su concepción de la pre-
desentrañar el contenido, el porqué de esa imputación. De esta manera, a la vención general integradora no desligada de la prevención especial, y B.
ti H luz de la discusión actual no basta con decir que la culpabilidad es un juicio SCHÜNEMANN).
de reproche, sino que es indispensable indagar por los presupuestos de los En fin, en sexto lugar, no faltan posturas para las que la culpabilidad
que depende esa reprochabilidad; en torno a ello responde la dogmática con- supone la comprobación de si el sujeto actuó con libertad subjetiva y rela-
temporánea de diversas maneras: tiva, únicos extremos que podrían justificar el reproche de culpabilidad (A.
En primer lugar, y continuando los desarrollos de H. WELZEL (1941), ESER/B. BURKHARDT).
se entiende la culpabilidad como el poder actuar de otra manera, por lo que Desde luego, ante las anteriores construcciones se erigen otras cuyo
el contenido de esta categoría se basa en el "poder en lugar de ello", de donde punto de partida es abolicionista, es decir, pretenden desterrar del derecho
se infiere que la culpabilidad funda el reproche personal contra el autor que penal la categoría objeto de estudio.
no ha omitido la acción antijurídica, aunque podía hacerlo, como alguna vez
dijo la jurisprudencia alemana (confróntese, ARTH. KAUFMANN y G. STRA-
III. EL ASPECTO NEGATIVO DE ESTA CATEGORÍA:
TENWERTH) .
LAS CAUSAS DE INCULPABILIDAD
En segundo lugar, se afirma que el mencionado criterio debe indagarse
a partir del "ánimo jurídicamente desaprobado", o mejor: "culpabilidad es, Se trata en esta sección, desde luego, de aquellos casos en los que no es
pues, reprochabilidad del acto en atención al ánimo jurídicamente desapro- posible emitir en contra del agente un juicio de exigibilidad tomando como
bado que se realiza en él", entendiendo por "ánimo", "el valor o desvalor de punto de partida los hechos de comisión dolosa.
la actitud actualizada en el acto concreto" (confróntese, W. GALLAS, H. H.
JESCHECK, J. WESSELS, etc.). A) Apuntes previos
Así mismo, en tercer lugar, se sostiene que el criterio buscado debe partir
de la responsabilidad de la persona por su propio carácter, pues se es cul- Los presupuestos sobre los que descansa el juicio de culpabilidad son
pable por las cualidades que inducen a cometer el hecho, por "ser así"; como los contenidos en el artículo 33, inciso Io, del Código Penal: la capacidad de
dice uno de los más sobresalientes voceros de esta corriente: "en la vida se comprender la ilicitud del acto y la capacidad de autodeterminarse de acuer-
responde por lo que se es, sin consideración de las razones por las cuales esto do con esa comprensión, por lo que, si falta uno cualquiera de ellos, o ambos
se ha producido" (E. HEINITZ y W. SAUER). al mismo tiempo, no se puede emitir en contra del agente ningún juicio de
Una cuarta alternativa, que parte de los fines de la pena, es el ensayo fun- responsabilidad penal; en otras palabras: es culpable quien tiene la posibi-
cionalista de reemplazar la culpabilidad por la asignación de necesidades lidad de comprender las exigencias normativas y de conducirse o motivar-
preventivo-generales (prevención general positiva), a partir de la idea delfín, se de acuerdo con dichos dictados. Esto significa, a contrario sensu, que no
y es en última instancia la "falta de fidelidad al derecho" el criterio buscado es culpable o responsable quien —dadas las circunstancias de orden perso-
(G. JAKOBS). Este punto de partida, que concibe al sujeto como un verdade- nal y social concretas en las que realiza el injusto (conducta típica y antiju-
ro sistema, permite, desde luego —tal como sucede con la categoría de la ac- rídica)— se encuentra en imposibilidad de decidirse conforme a las exigen-
ción—, cobijar tanto a las personas naturales como a las jurídicas, pues de cias del derecho.
ambas es predicable la "falta de fidelidad al derecho", habida cuenta de que Con base en lo anterior, el aspecto negativo del juicio de exigibilidad
en relación con ambos sujetos "el fin del derecho penal es el mantenimiento se traduce en el análisis concreto de los casos que inhiben al Estado, por inter-
de la vigencia de la norma como modelo de orientación del contacto social". medio del órgano jurisdiccional competente, para imputarle a la persona
En quinto lugar, se ha buscado reemplazar el concepto tradicional por responsabilidad penal. Por ello, se estudia, en primer lugar, el error de prohi-
el de responsabilidad con apoyo en un punto de vista que se autocalifica como bición, que se presenta cuando el autor del injusto no ha tenido la posibilidad
de la culpabilidad a pesar de la capacidad de reaccionar normativamente, de comprender el carácter ilícito de este —sin requerirse conocimiento ac-
según la cual ella existe cuando el autor "conforme a su constitución espi- tual—; en segundo lugar, los casos de estado de necesidad excluyente de la
t! ¡I ritual y anímica, estaba en disposición para la llamada de la norma; cuando, culpabilidad y otras hipótesis semejantes, en los que el autor no puede de-
¡•| !S! aún le eran accesibles posibilidades de decisión para realizar un compor- terminarse de acuerdo con las exigencias normativas; y, finalmente, en ter-
404 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 405

cer lugar, los de inimputabilidad en los que —por obra y efecto de los fenó- te. El derecho penal, pues, de la misma manera que utiliza dos grados de san-
menos del trastorno mental o de la inmadurez psicológica— la persona no ción penal o pena en sentido amplio (penas y medidas de seguridad), emplea
*t: ni puede comprender el carácter ilícito de su actuar o determinarse de acuerdo diversas escalas de responsabilidad penal: la responsabilidad completa o
con dicha comprensión, o ambas. Lo común en estas tres situaciones, como plena (culpabilidad) para los autores de injustos culpables; y la responsabi-
puede observarse, es que al agente no se le puede exigir un comportamiento lidad incompleta o semiplena, para aquellos que han realizado injustos in-
distinto del que ha realizado, y el ordenamiento penal, en desarrollo del ca- culpables.
non universalmente reconocido según el cual "a lo imposible nadie está obli-
B) El error de prohibición
gado" {ultra posse nemo tenetur, o ad impossibilita nulla est obligatio), se
hace eco de ello dándole cabida a la inculpabilidad. a) Ubicación sistemática
El pensamiento de la falta de exigibilidad es un postulado que, con gran
tradición histórica y después de alcanzar un desarrollo notable en otros cam- No obra culpablemente quien no está en condiciones de comprender la
pos del saber jurídico, se ha gestado a lo largo de la evolución del derecho antijuridicidad de su hacer, esto es, quien actúa sin tener la posibilidad de co-
penal hasta convertirse en el axioma fundamental a partir del cual el Estado nocer su ilicitud formal y materialmente concebida, sea porque suponga que
descarga sobre el individuo la responsabilidad por su hacer ilícito, más allá su comportamiento no constituye injusto (representación equivocada), sea
de las exigencias normativas; según este principio, cuando la persona actúa porque no piense en absoluto en el injusto (ausencia de representación); por
en circunstancias tales que humanamente le impiden ajustarse a los reque- ello, cuando el agente no sabe ni puede saber que su conducta contradice los
rimientos del ordenamiento jurídico, este no puede mandarle que lo haga, pues mandatos y las prohibiciones contenidas en las normas jurídicas, no se pue-
el derecho se dirige a hombres normales y no a seres legendarios o mitoló- de emitir en su contra un juicio de exigibilidad. En otras palabras: el que se
gicos, o a héroes, o a santos. El derecho penal, en particular, se refiere a per- conduce motivado por un error de prohibición y se dan ciertas condiciones,
sonas situadas en un determinado contexto político, social y cultural, en un es inculpable; así sucede en el ejemplo de cátedra de la persona procedente
momento histórico concreto, con posibilidades de autorrealización personal, de un país extraño con otro orden jurídico constituido, o que recibe una in-
pero también con inmensas limitaciones. Esto último, es preciso decirlo, formación falsa sobre el derecho. Naturalmente, el conocimiento exigible
explica la razón por la que se tiene en cuenta "la personalidad del agente" al autor no es el propio de un especialista, sino el que concurre en cualquier
—no Xa.peligrosidad, cosa bien distinta— como uno de los criterios acceso- ciudadano profano, en el hombre medio, en el buen padre de familia que
rios de medición de la pena, que se desecha como componente del juicio de señala como prototipo la ley civil (Código Civil, artículo 63), a partir del or-
exigibilidad. denamiento jurídico existente y en el caso específico.
Así pues, el análisis debe comenzar con los casos de error de prohibición La exigencia de que el autor tenga al momento de actuar por lo menos
(incapacidad de comprensión de la ilicitud), pasar por el estado de necesi- un potencial conocimiento de la antijuridicidad se deriva con toda claridad
dad excluyente de la culpabilidad y otras hipótesis (incapacidad de determi- del artículo 33 que, como se ha dicho, habla de la "capacidad de compren-
nación), hasta llegar a la inimputabilidad [donde confluyen la incapacidad der la ilicitud', en armonía con los artículos 12 y 22; y, principalmente, del
de comprensión de la ilicitud y/o de determinación, y pueden converger artículo 32, numeral 11, inciso 2o, del Código Penal, que expresamente trae
diversas causas de inculpabilidad en el caso concreto {concurrencia de cau- esta exigencia, entre otras.
sales de inculpabilidad)]; de esta manera, pues, se le reco'noce a los trastor- Ahora bien, en la primera de las disposiciones citadas, la ley utiliza la
nados mentales, inmaduros psicológicos y diversos socioculturales —poten- expresión comprensión, que emana del verbo "comprender", esto es, perci-
ciales inimputables— las diversas situaciones de inculpabilidad. bir el significado de algo: no solo conocer algo, sino también aprehenderlo;
Ahora bien, si del juicio de culpabilidad se deriva la existencia de un por eso, se dice que comprender implica conocer e internalizar, porque ello
fenómeno de inimputabilidad se concluye que el agente realiza un injusto de requiere el conocimiento previo. De ahí que, en la mayoría de los casos, cuan-
manera inculpable, por lo que no obra con responsabilidad penal plena, com- do una persona comete un injusto no alcanza a comprender la antijuridici-
pleta o integral (no es culpable o no es responsable, a secas), aunque pucc'e dad de su hecho, pues un conocimiento efectivo de ella casi nunca se da, por
j|! ¡Íl ser condenado a otra forma de sanción distinta: la medida de seguridad, con lo que —para efectos legales— al legislador le basta con que el agente tenga
¡ >; ! ¡ ! responsabilidad penal que debe llamarse semiplena, incompleta o insuficien- al menos Xa posibilidad de conocer el carácter ilícito de su actuar. No puede,
406 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 407

pues, confundirse el conocimiento efectivo exigido por el dolo (Código Penal, Los vacíos y contradicciones de dicho planteamiento llevaron a acuñar
artículo 22) con la posibilidad de conocimiento de que se trata en esta sec- la versión limitada, de conformidad con la que —para evitar las lagunas de
ción, en armonía con el principio de culpabilidad. punibilidad y salvar el escollo de la "cláusula general de imprudencia" o
La segunda de las disposiciones mencionadas, esto es, la contenida en "culpa de derecho" prevista en algunas legislaciones— se afirma que basta
el artículo 32, numeral 11, inciso 2o, es todavía más clara y perentoria al aludir con el mero conocimiento potencial de la antijuridicidad y se introducen la
a esta exigencia: "para estimar cumplida la conciencia de la antijuridicidad "enemistad con el derecho" o la "ceguera jurídica" como criterios para medir
basta que la persona haya tenido la oportunidad, en términos razonables, de la evitabilidad del error, que, como es de suponer, deben determinarse a par-
actualizar el conocimiento de lo injusto de su conducta". En otras palabras: tir de pautas más generales como "el sano sentimiento del pueblo alemán",
el agente debe obrar, al menos, con un potencial conocimiento de lo injusto, que sitúan la discusión en un terreno completamente irracional e insostenible.
lo que se debe valorar con pautas estrictamente normativas, según el prin- En lo atinente a las teorías de la culpabilidad, para las que este elemen-
cipio de razonabilidad contenido en el artículo 3 o del Código Penal que, en to de la teoría del delito se concibe en forma normativa, y el conocimiento
contra de lo que sugiere el título de esa disposición, es un apotegma inspi- de la antijuridicidad es su núcleo central, se puede decir lo siguiente: para
rador de todo el derecho penal y, por ende, de la categoría en examen. una versión estricta cuando se presente un error de prohibición invencible
o inevitable se excluye la culpabilidad, mientras que si este es vencible o evi-
b) Teorías table puede, aunque no se debe, aminorarse la pena imponible para el hecho
Según la ubicación otorgada al conocimiento de la antijuridicidad: bien doloso; ello es consecuencia de la consideración de que la conciencia de la
como componente del dolo concebido como forma de culpabilidad (o junto antijuridicidad se debe concebir de manera potencial y, en todo caso, el agente
a él como elemento independiente, como predica un sector doctrinario mi- actúa con dolo de tipo. Desde luego, el carácter estricto de esta formulación
noritario), bien como elemento de la culpabilidad normativamente entendi- permite hacerle diversas censuras, pues en caso de vencibilidad, deja a la po-
da, independientemente del dolo situado en el tipo penal, se estará ante la lla- testad del juzgador la atenuación de la pena, lo que no se compagina con el
mada teoría del dolo o a la teoría de la culpabilidad en sus distintas variantes, principio de culpabilidad; y, en tratándose de algunas hipótesis de error ven-
de donde se infieren diversas consecuencias sistemáticas, con mayor razón cible sobre las causales de justificación (error de tipo permisivo), parece exa-
si se tiene en cuenta que la primera es propia de la concepción causalista, gerado castigar al agente como si hubiese actuado dolosamente.
mientras la segunda se corresponde con los desarrollos del finalismo. Se- Estas objeciones han dado lugar al surgimiento de otras fórmulas alter-
gún, pues, que el dolo se sitúe en el tipo penal (dolo avalorado) o en la cul- nativas, entre las que aparece la versión limitada que, como su nombre lo in-
pabilidad (dolo valorado o con conciencia de la antijuridicidad), se está ante dica, busca ponerle límites a la susodicha construcción y hacerla más mane-
la teoría de la culpabilidad o a la del dolo, aunque se advierte que cada una jable politicocriminalmente, optando por tratar el error de tipo permisivo de
de ellas se concibe tanto en una variante estricta como en una limitada. la misma manera que el error de tipo, mientras que el llamado "error de
En efecto, empezando por las teorías del dolo, se tiene: para la estricta, permisión" es sometido a las reglas del error de prohibición normal; inclu-
todas las formas de error, sean de tipo o de prohibición, excluyen el dolo y, so, se acepta ahora, acudiendo a razonamientos propios de la política crimi-
por ende, la culpabilidad (no obstante, para algún sector doctrinario, el co- nal, que se prescinda de pena en los casos de error de prohibición vencible.
nocimiento de la antijuridicidad se concibe como elemento independiente del Esta postura es criticable porque se ve obligada a engendrar un híbrido
dolo), si son invencibles o inevitables; en cambio, cuando son vencibles o que lleva a sus partidarios a aplicar la teoría de los elementos negativos del
evitables, el injusto realizado se le atribuye al agente a título de culpa, sea tipo, a acudir a la analogía favorable al reo según se afirma, o a argumentos
que la ley haya previsto dicha "forma de culpabilidad" expresamente, sea que de carácter politicocriminal, para resolver los problemas generados por una
se acuda a una cláusula general de imprudencia o culpa de derecho. Esta po- concepción estricta de la culpabilidad; debe destacarse, en todo caso, que
sición ha sido objeto de fuertes críticas no solo por exigir un conocimiento arriba a consecuencias politicocriminales aceptables.
actual y efectivo de la antijuridicidad (que no se puede probar por no existir
c) Clases de error de prohibición
en diversos delitos como los emocionales, además de que tal concepto de dolo
no sirve para explicar los hechos de los inimputables), sino también porque Como se recordará, al estudiar el error de tipo se hizo su deslinde del de
crea amplias lagunas de punibilidad. prohibición, entendido este como el que recae sobre la potencial compren-
408 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 409

sión de lo injusto de la conducta. Dicho error puede ser vencible, evitable o que la tutela penal (artículo 205) solo cobija a las mujeres honestas. Para
relativo cuando se le puede exigir al autor que lo supere, atendidas las cir- referirse a estas hipótesis, la doctrina habla del error de interpretación o error
cunstancias concretas en las que actúa, esto es, cuando el yerro pudo ser evi- de subsunción.
tado por el agente, si se hubiese informado debidamente en torno a las cir- En segunda instancia, debe estudiarse el error indirecto, o sea, el que
cunstancias que rodeaban su actuar y la significación del hecho; e invencible, recae sobre una causa de justificación del hecho, que a su vez puede ser de
inevitable o absoluto cuando el autor, obrando con la diligencia debida, no tres clases: en primer lugar, puede acontecer que el agente se equivoque
hubiese podido comprender la antijuridicidad de su injusto, esto es, se trata acerca de la existencia de una justificante, suponiendo la presencia de una
de un yerro que cualquier persona en la situación del autor hubiera padeci- causal de exclusión de la antijuridicidad no prevista por el ordenamiento
do. Por supuesto, al respecto se advierte que no se pueden dar reglas fijas jurídico. Ejemplos: el funcionario judicial estima permitida por el derecho
para determinar en cada caso la vencibilidad del error. Se trata, por ello, de consuetudinario, la aceptación de un valioso regalo de Navidad procedente
un asunto que se debe precisar teniendo en cuenta las características perso- de parte interesada (hipótesis de cohecho: Código Penal, artículo 405, tam-
nales del autor (profesión, grado de instrucción, medio cultural, la técnica le- bién posible caso de ausencia de tipicidad por tratarse de una conducta so-
gislativa empleada al redactar la ley, etc.), sin olvidar el contexto social en cialmente adecuada); el mecánico de autos cree permitido apropiarse del
que el hecho se produce. automóvil dejado en reparación y nunca reclamado, para pagarse los gastos
Ahora bien, el error de prohibición (del cual, como ya se expuso, podrá realizados (caso de abuso de confianza: Código Penal, artículo 249). A estos
predicarse vencibilidad o invencibilidad, evitabilidad o inevitabilidad, según eventos se les denomina error sobre la existencia de una justificante.
el caso) se clasifica en directo o abstracto, e indirecto o concreto. Error di- En segundo lugar, puede pasar que el agente yerre sobre los límites de
recto es el que se presenta cuando el autor no conoce, en cuanto tal, la norma una justificante y desborde las exigencias legales para que —en el caso
prohibitiva referida directamente al hecho y toma por lícita la acción; ello concreto— concurra una excluyente de la antijuridicidad, lo que se traduce
puede suceder si se presenta una de las siguientes tres situaciones: en una situación de exceso motivada por un error. Ejemplos: el agente de la
En primer lugar, cuando el agente no conoce la norma prohibitiva, como autoridad, después de tratar de capturar al delincuente sin emplear violen-
sucede en los ejemplos siguientes: el autor cree que es ajustado a derecho cia, opta por causarle algunas heridas en su integridad corporal para vencer
destruir los productos agrícolas para evitar la baja de los precios, ignorando la resistencia verbal opuesta por aquel (Código Penal, artículos 111 y siguien-
las previsiones legales (Código Penal, artículo 304); el sujeto activo propa- tes y 416, error sobre los límites del ejercicio de un cargo público o del cum-
ga epidemia, ignorando la existencia de la norma que prohibe tal actuar (ar- plimiento de orden legítima, según el caso); el acreedor, después de ejercer
tículo 369); en fin, el indígena comete incesto por ignorar la prohibición le- su derecho por las vías legales sin éxito, cree permitido tomar con violencia
gal del hecho (Código Penal, artículo 237), etc. Estos son los típicos casos de la cartera del deudor moroso la suma de dinero adeudada (error sobre los
de ignorantia legis, por lo que se les conoce como error sobre la existencia límites en el ejercicio de un derecho subjetivo). Estos son los casos de error
de una prohibición. sobre los límites de una justificante que, en unión del error sobre la existen-
cia, conforman el error de permisión.
En segundo lugar, puede suceder que el autor conozca la norma pro-
hibitiva, pero la considere no vigente, e incurra en un error en cuanto a su Junto a las dos anteriores variedades, aparece una tercera forma deno-
validez. Ejemplos: el indígena—que conoce la prohibición: artículo 376— minada error sobre la concurrencia de circunstancias que de darse justifi-
vende hojas de coca por considerar que la norma no rige en su resguardo; el carían el hecho, que se presenta cuando el agente supone la presencia de los
sujeto activo siembra arbustos de coca, en cantidad no permitida, por las mis- requisitos objetivos de una causal de justificación legalmente reconocida,
mas razones (confróntese, artículo 375), etc. A estos se les denomina, por cuando en realidad ello no sucede; son los casos de justificantes putativas de
ello, error sobre la validez de la norma. los que ya se habló. Ejemplos: el autor lesiona de gravedad al transeúnte que
en horas avanzadas de la noche —en una calle oscura y frecuentada por
Finalmente, en tercer lugar, puede acaecer que el autor interprete equi-
asaltantes— hace ademán de sacar un pañuelo del bolsillo, lo que es inter-
vocadamente la norma y la repute no aplicable. Ejemplos: el agente cree
pretado por aquel como un gesto sospechoso del que infiere un ataque en el
lícito realizar acceso carnal con una menor de catorce años que ha perdido
acto (defensa putativa); el médico opera sin el consentimiento del paciente,
la virginidad (Código Penal, artículo 208); el autor cree ajustado a derecho
convencido de la existencia de este de conformidad con las exigencias lega-
¡M?!Ü; realizar acceso carnal mediante violencia con una prostituta, pues entiende
'IIHMilll
410 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 411

les (consentimiento putativo, en la hipótesis de que este se estime como causal esta modalidad de error de prohibición indirecto al error de tipo es solo para
de justificación), etc. Es este el error de tipo permisivo, tratado por la teoría efectos de punición y no porque el legislador equipare las dos figuras; no
limitada de la culpabilidad —que por esta vía hace concesiones a la teoría de obstante, de forma tozuda—como si la ley tuviera que acomodarse a las cons-
los elementos negativos del tipo— como error de tipo escudada en sus simi- trucciones dogmáticas, y no al contrario—, se afirma que el legislador aco-
litudes con aquel; no obstante, debe advertirse, en el derecho comparado son ge la teoría del dolo en este ámbito, no así cuando se ocupa en las demás
diversas las posturas doctrinarias sobre la ubicación dogmática de esta figura. modalidades de error de prohibición, oportunidad en la que se defiende la teo-
Los anteriores son los diversos supuestos de error de prohibición, dis- ría limitada de la culpabilidad (confróntese N. AGUDELO BETANCUR).
tintos de los de error de tipo; sin embargo, la distinción entre ambas figuras El codificador, pues, ha previsto con toda claridad las diversas moda-
no es tan sencilla. En efecto, es posible encontrar casos límite que bien pueden lidades de error de prohibición y nada impide sostener una teoría de la cul-
clasificarse como error de tipo o de prohibición, según el evento; así mismo, pabilidad amplia para la que, en los casos de error de prohibición vencible,
existen hipótesis de doble error de prohibición, en las que el sujeto activo se puede prescindir de pena cuando esta —por argumentos de corte politi-
ignora la prohibición contenida en la norma específica, pero considera, de cocriminal, que encuentran plena expresión legal en el artículo 3 o del Códi-
manera errada, que su conducta está prohibida por otra disposición, como go Penal — no cumple con los cometidos que le han sido asignados (sobre
acontece con el tío que tiene relaciones sexuales con su sobrina de trece años ello, F. VELÁSQUEZ V.).
de edad sin saber que ello está prohibido (artículo 208), pero cree que tal com- Finalmente, obsérvese, como la ley califica el error (vencible o inven-
portamiento es punible a título de incesto (artículo 237). Así mismo, subsis- cible) "de que concurren los presupuestos objetivos de una causal que ex-
ten otras situaciones a las que se les da el mismo tratamiento del error de pro- cluya la responsabilidad", ello significa que tienen cabida los errores sobre
hibición por la semejanza que tienen con él, como sucede con el estado de la concurrencia de circunstancias que de darse excluirían la culpabilidad,
necesidad excluyente de la culpabilidad putativo, no así con los errores so- esto es, las llamadas causales putativas: básicamente, el miedo insuperable
bre la inimputabilidad o la punibilidad, cuya trascendencia es generalmente y el estado de necesidad excluyente de la culpabilidad. Este último, a dife-
rechazada. rencia del usual tratamiento doctrinario brindado en el derecho comparado
—que lo asimila al error de prohibición: véase H. H. JESCHECK—, es conce-
d) El error de prohibición en la ley penal bido aquí como un error de tipo para efectos punitivos, de tal manera que si
el yerro sobre los presupuestos del estado de necesidad es invencible, se ex-
El texto legal emplea la expresión "error... de la licitud de su conduc- cluye la responsabilidad penal, y si es vencible se castigará solo cuando la
ta" (artículo 32, numeral 11, incisos I o y 2o), para referirse tanto al error ley prevea el hecho como culposo. Desde luego, la disposición no parece
invencible como al vencible de prohibición; en el primer caso, "no habrá lugar cobijar el yerro sobre la inimputabilidad o sobre el error de prohibición.
a responsabilidad penal...", dice el encabezado del artículo 32, mientras que
en el segundo se atenúa obligatoriamente la pena en la mitad, con lo que se C) El estado de necesidad y otros supuestos
atemperan los rigores de la original concepción welzeliana, o teoría estricta
de la culpabilidad, que solo considera la diminuente a título faculativo. Las diversas causas de inculpabilidad son en realidad supuestos de in-
exigibilidad de una conducta según los requerimientos del derecho, tal como
Así mismo, haciendo concesiones a la teoría limitada de la culpabili- —según se ha dejado visto— sucede en los casos de error de prohibición que
dad y solo para efectos de punición —sin que esto obligue al intérprete a le impiden al agente comprender la antijuridicidad de su actuar; ahora, es in-
asumir la teoría de los elementos negativos del tipo—, el artículo 32, nume- dispensable examinar los casos en que no es procedente emitir juicio de exi-
ral 10, incisos I o y 2o, asimila el error sobre la concurrencia de circunstan- gibilidad alguno, por encontrarse el autor en una situación de incapacidad de
cias que de darse justificarían el hecho (error de tipo permisivo) al error de determinación. Ello sucede, básicamente, como se deduce de la intitulación
tipo, y dispone que si es invencible no hay responsabilidad y que, si es ven- dada a este literal, en las hipótesis de estado de necesidad y en otras situacio-
cible, el agente responderá por la realización del comportamiento culposo nes que se indican luego.
en caso de que este haya sido previsto: "se obre con error invencible... de que
concurren los presupuestos objetivos de una causal que excluya la respon- a) El estado de necesidad excluyente de la culpabilidad
sabilidad. Si el error fuere vencible la conducta será punible cuando la ley Además del estado de necesidad justificante, se puede presentar la fi-
la hubiere previsto como culposa". Queda, pues, claro que la asimilación de gura en examen que se caracteriza porque los bienes o intereses en conflicto
412 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 413

son de una jerarquía más o menos similar, según los criterios esbozados. Esta tolerar u omitir alguna cosa (Código Penal, artículo 182), lo que pone de ma-
construcción tiene una larga tradición que se remonta incluso al académico nifiesto que la eximente en estudio beneficia al coaccionado y no al coaccio-
romano KARNEADES (214-129 antes de Cristo), que la ilustraba con el ejem- nados Por supuesto, aquí se hace referencia al apremio insuperable o vis
plo del hundimiento de un barco en el que se salvan dos personas, una de las compulsiva exculpante y no a la justificante (que también dimana del artícu-
cuales se ve obligada a darle muerte a la otra para aferrarse al único tablón lo 32, numeral 7, inciso I o ).
que le permite sobrevivir; también es conocido el caso Mignonette, sucedido b) Otras hipótesis
en Inglaterra (1884), cuando dos náufragos salvaron la vida dándole muerte
a un tercero cuya carne consumieron. Lo mismo sucede en el conocido ejem- Suelen mencionarse, también, como casos de incapacidad de determi-
plo de la discoteca o del teatro en llamas cuyos ocupantes, al tratar de huir nación otras situaciones. En efecto, en primer lugar, se tiene la orden ilegí-
apresuradamente para salvar la vida, se atropellan entre sí y algunos mueren tima de autoridad competente emitida con las formalidades legales, a la que
pisoteados por los demás. pretende dársele autonomía propia; en verdad, pese a existir una figura pa-
Desde luego, esta causa de inculpabilidad puede presentarse en cualquier recida en el artículo 91-2 de la Constitución Política, tal caso no es causa de
inculpabilidad independiente —lo que sería desastroso desde el punto de vista
caso de colisión entre bienes o intereses jurídicos, y para proteger cualquier bien
político— aunque existen dos hipótesis distintas en las que obra como tal en
jurídico de amenazas de un daño actual o inminente; lo mismo que en la jus-
beneficio tanto de los militares —para los que ha sido redactado el texto de
tificante, el mal puede recaer sobre bienes jurídicos del necesitado o de un
la Norma Fundamental— como de quienes actúan dentro de una relación je-
tercero. Puede provenir de un mal o daño infligido por una tercera persona,
rárquica de subordinación propia del derecho público. En efecto, si el su-
o por una fuerza de la naturaleza, por lo cual la "insuperable coacción ajena"
bordinado no revisa la legalidad de la orden o habiéndolo hecho no se ha
(artículo 32, numeral 8) no es más que una modalidad de esta figura, como
percatado de que es ilegítima, o no comprende su carácter antijurídico, pue-
ya se dijo.
de incurrir en un error de prohibición sometido a las reglas ya expuestas,
Ahora bien, a diferencia de la justificante, el fundamento del estado de hipótesis en la que procede la "eximente" cuando el error es invencible o
necesidad excluyente de la culpabilidad ha sido muy discutido: la presión inevitable, y en los casos de vencibilidad queda a criterio del juez la exclu-
psíquica sufrida por el agente (concepción psicológica); la ausencia de una sión de la punibilidad; ahora bien, si el subordinado es coaccionado y puede
actitud hostil al derecho (concepción normativa); la ausencia de prohibición calificarse el constreñimiento como "insuperable", se tratará de un verdade-
de la acción, pues el ordenamiento jurídico debe abstenerse de todo juicio de ro estado de necesidad sujeto a los principios estudiados.
valor desaprobatorio (teoría de la unidad); la prepotente presión sobre los mo-
tivos; y, finalmente, la notable disminución del contenido de culpabilidad del Así, pues, la orden ilegítima no es por sí sola una causal de inculpabi-
hecho. Sin duda, la razón de ser de esta causal de inculpabilidad es la no lidad y el subordinado solo puede invocar una de las dos eximentes expues-
tas, ninguna otra; por supuesto, no se trata en esta sección de las hipótesis de
exigibilidad de un comportamiento distinto, que es el fundamento genérico
orden legítima, que ya han sido objeto de consideración.
de todas las causales de inculpabilidad.
En cuanto a sus requisitos, debe reunir básicamente los mismos de la En segundo lugar, se debe descartar la vis compulsiva (insuperable coac-
justificante: existencia de un riesgo, mal o peligro; inminencia o actualidad ción ajena), pues, como se ha dicho de manera reiterada, es un caso más de
del riesgo; protección de un derecho propio o ajeno; no evitar el daño por otro estado de necesidad que una figura independiente susceptible de considera-
procedimiento menos perjudicial. Así mismo, el no causar el mal intencio- ción autónoma.
nalmente o con imprudencia; el daño o mal no debe afrontarse por deber ju- También se mencionan, en tercer lugar, d\gxma.s formas de inimputabi-
rídico; la finalidad de proteger el derecho o bien jurídico; y, lo que marca la lidad (entre ellas las conductas originadas en actos impulsivos, en situacio-
diferencia con la justificante, que haya una equiparación entre el mal causa- nes de fármaco-dependencia, etc.), como casos de carácter autónomo que,
do y el evitado. por envolver una verdadera hipótesis de incapacidad de determinación, son
Esas condiciones se infieren del artículo 32 en sus numerales 7, incisos objeto de un tratamiento específico. A decir verdad, este planteamiento, en
I o y 8, el último de los cuales consagra una forma de estado de necesidad, al esencia correcto, se enfrenta a dos dificultades: no es fácil precisar cuándo
señalar que no es responsable quien "obre bajo [sic] insuperable coacción un trastorno mental afecta solo la capacidad de determinación y se desliga
ajena"; por coacción se entiende la acción de quien constriñe a otro a hacer, de la capacidad de comprensión, pues siendo ello claro en algunos casos no
LA CULPABILIDAD 415
414 MANUAL DE DERECHO PENAL

lo es en la mayoría de ellos, de donde sé genera incertidumbre; y, aun en la Obvio es decirlo, si el agente incurre en un error sobre la apreciación
hipótesis de que fuese posible, se incurriría en una innecesaria desvertebra- del estado que lo amenaza (el sujeto cree que concurre cuando en realidad
ción de la teoría de la inimputabilidad que no es conveniente. Por ello, lo más ello no es cierto), de tal manera que su capacidad de motivación se ve afec-
prudente es examinarlos en su sede natural: la inimputabilidad. tada, procederá el reconocimiento de la eximente, como lo han enseñado los
En cuarto lugar, deben tenerse en cuenta hipótesis que, sin coincidir con autores nacionales, la propia jurisprudencia y la doctrina extranjera.
las estudiadas y atendidas las circunstancias concretas, pueden causar en el En quinto lugar, igual tratamiento deben recibir algunos casos excep-
agente la incapacidad de determinarse según las exigencias normativas, como cionales derivados de conductas desplegadas por los llamados autores por
sucede, por ejemplo, en los casos de justificantes incompletas por carencia motivos de conciencia (religiosos, morales, o políticos), esto es, aquellas per-
de alguno de sus elementos, como ya se demostró cuando se hizo la expo- sonas que realizan un injusto movidos por una convicción en todo caso con-
sición correspondiente, sea que falten los requisitos objetivos y se dé el sub- traria a los valores dominantes que inspiran las normas jurídicas, aunque el
jetivo —excluidos, claro está, los casos constitutivos de error de prohibición in- tratamiento dogmático de este fenómeno jurídico no es uniforme, pues va des-
directo—, esto es, al contrario. En especial deben mencionarse las hipótesis de las posturas que lo entienden como causa de exclusión de la antijuridici-
de exceso en cualquiera de las causales de justificación derivados de los lla- dad, o de la culpabilidad, hasta los que le niegan cualquier trascendencia y
mados estados pasionales asténicos (miedo, temor u ofuscación), excluidos que aducen que el ordenamiento penal no puede poner sus postulados a mer-
los estados pasionales esténicos (ira, rabia, furor, etc.), no constitutivos de ced de la conciencia del autor. Naturalmente, en el derecho colombiano la
otra causal de exclusión de la culpabilidad o responsabilidad; hipótesis como inculpabilidad de los autores por conciencia emana directamente de la Cons-
estas han sido previstas en el derecho comparado. titución, que no solo garantiza "la libertad de conciencia" (Constitución Po-
Una de estas modalidades ha sido consagrada, justamente, en el artícu- lítica, artículo 18), sino que "nadie será molestado por razón de sus convic-
lo 32, numeral 9: "No habrá lugar a responsabilidad penal cuando... se obre ciones o creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su
impulsado por miedo insuperable", esto es, se consagra el llamado miedo in- conciencia". Como es obvio, ante un texto constitucional tan avanzado en
superable como excluyente autónoma de la responsabilidad criminal, por- este punto, el derecho penal no puede caminar en contravía y, si quiere res-
que se parte del presupuesto de que no es una causal de inimputabilidad petar los postulados del Estado social y democrático de derecho (Constitu-
(artículo 33), sino un caso de no exigibilidad de otra conducta. El temor o ción Política, artículo Io), no tiene otra opción que la de reconocer la ausen-
miedo, ha dicho la Corte Constitucional, "es un fenómeno psicológico, una cia de culpabilidad de los autores por conciencia, sea que obren por motivos
emoción originada en un proceso fisiológico fatal y humanamente inevita- políticos (casos de delincuencia política), religiosa (comportamientos de cier-
ble, éticamente neutro... KANT («Antropología en sentido pragmático») dis- tas agrupaciones religiosas como los testigos de Jehová), etc. Naturalmente,
tinguió las emociones esténicas, que impulsan a la acción, como la ira, de esta causal de exclusión de la culpabilidad o responsabilidad no puede tor-
las asténicas, que sumen en la inacción, en la pasividad, como el dolor. El narse en un agujero abierto a la impunidad, y solo operará en casos excep-
miedo, emoción derivada de la creencia (puede) influir nuestro comporta- cionales, a condición de que se respeten los postuladores basilares del Esta-
miento al modo de las unas o de las otras, cuando su intensidad lo hace in- do social y democrático de derecho, que empiezan por el de la dignidad de
controlable. Puede paralizarnos cuando era el caso de actuar, o impulsarnos la persona humana.
a una acción desbordada cuando era el caso de evitar la actuación impruden-
te" (sentencia C-563 de 30 noviembre 1995). Como es de suponer, en las hipótesis anteriores el administrador de jus-
Desde luego, cuando se habla de "miedo insuperable" no se quiere sig- ticia debe ser muy cuidadoso al examinar el hecho respectivo sin perder de
nificar que el agente deba obrar en una situación de terror, sino en una de vista el postulado de la exigibilidad, columna vertebral del juicio cíe culpa-
temor que no pueda superar, y es lo decisivo esto último. Es obvio que para bilidad o responsabilidad; la trascendencia de este axioma es tal que el le-
poder calificar el miedo como insuperable será necesario que el agente rea- gislador, admitiendo la existencia de grados de exigibilidad, atenúa la pena
lice la conducta típica y antijurídica bajo el efecto de tal estado y no le sea en los casos de homicidio por piedad (Código Penal, artículo 106), muerte
posible superarlo, lo que exige una valoración a partir del criterio del hom- del hijo fruto de acceso carnal violento (ibidem, artículo 108), etc. Esta pos-
bre medio que compare el actuar del agente con el que cualquier ciudadano tura tiene importantes precedentes en la doctrina nacional, que de ordinario
del común hubiese llevado a cabo en circunstancias normales, atendidos su ha acudido a la "no exigibilidad de una conducta conforme a derecho" por
sexo, edad, grado de cultura, empleo o cargo, entorno social, etc. considerarla "causal extralegal de inculpabilidad", y les da cabida a situacio-
416 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 417

nes como las siguientes: el exceso emocional en la legítima defensa y en el concretas, no se encontraba en capacidad de comprender la ilicitud de su
estado de necesidad; la colisión de deberes; algunas hipótesis de defensa del actuar o de determinarse de acuerdo con esa comprensión o ambas, por pa-
provocador; y el aborto —que ahora, de manera satisfactoria, encuentra reco- decer un trastorno mental, una inmadurez psicológica o diversidad sociocul-
nocimiento expreso en el parágrafo del artículo 124—, entre otros. tural. Esta noción coincide con la expresada por el legislador en el artículo
Desde luego, para garantizar cabalmente la seguridad jurídica, sería pre- 33, inciso Io, del Código Penal, y es consecuencia del entendimiento del fenó-
ferible que el legislador previera dichos fenómenos de manera expresa, así meno en el marco de un Estado social y democrático de derecho, regido por
como lo ha hecho con las demás causas de exclusión de la responsabilidad; el principio de dignidad de la persona humana —también, desde luego, com-
sin embargo, ante tal ausencia nada impide acudir a la idea de inexigibilidad prendidos los inimputables—, erigido como axioma fundamental de la Car-
que, se repite, es el postulado inspirador de todas ellas. Por supuesto, este ta Política imperante (Constitución Política, artículos I o y 12).
principio debe ser utilizado con la cautela debida, pensando siempre en el b) Ubicación sistemática
favor del reo y de conformidad con los postulados inspiradores del Estado
social y democrático de derecho, constitucionalmente reconocidos; solo de Hoy no se debate la vinculación de la imputabilidad con la culpabili-
esta manera dicha concepción puede tornarse en verdadero dique o valladar dad (responsabilidad), por lo que es poco discutida la afirmación de que el
enfrente del irracionalismo penal. inimputable actúa sin culpabilidad plena; sin embargo, es importante mos-
trar de manera sintética las diversas ubicaciones dadas a esta figura, de la cual
D) La inimputabilidad se llegó a decir que era el "fantasma errante" de la teoría del delito (R. FRANK).
En efecto, para una primera corriente se concebía como capacidad de
a) Concepto pena, con lo que el momento para examinarla era el de la imposición de la
Para poder predicar culpabilidad o responsabilidad plena de un actuar sanción respectiva; para una segunda postura, se entendía como capacidad
injusto, en un caso concreto, es necesario no solo descartar la existencia de de acción, por lo que antes de analizar si se estaba en presencia de una con-
una situación de error de prohibición, de estado de necesidad excluyente de la ducta humana debía precisarse si el agente era imputable o no. A su vez, en
culpabilidad u otra afín —en las condiciones precisadas—, sino también veri- tercer lugar, otra postura la proyectaba como capacidad de deber, de donde
ficar que el agente tampoco sea inimputable. Ello supone, en el autor, la po- se inferiría que el inimputable no realizaba conducta antijurídica; finalmen-
sesión de condiciones de sanidad mental suficientes que le permitan moti- te, se le toma como capacidad de culpabilidad, esto es, como la posibilidad
varse conforme a los dictados de la norma; en otras palabras, su imputabilidad, en el agente de comprender la antijuridicidad de su hacer y determinarse con-
que implica un conjunto de presupuestos de índole psicológica emanados de forme a dicha comprensión. No obstante, esta postura admite dos variantes
la personalidad del autor al momento de realizar el hecho, traducidos en la diferentes, según se le entienda como presupuesto (situándola antes de la
aptitud para comprender su carácter injusto y para dirigir su accionar con- proposición) o como elemento de la culpabilidad (dentro de la proposición);
forme a dicha comprensión. dicha distinción es puramente formal y no tiene trascendencia práctica, a no
ser que, como en la exposición, se sitúe como último componente del juicio
No obstante, la imputabilidad del agente no se agota en una valoración
de exigibilidad.
de contenido psicológico-psiquiátrico, sino que se traduce en un juicio cultu-
ral de carácter complejo que abarca también lo normativo; no se es impu- c) Las fórmulas legales
table en abstracto, sino en concreto, en un contexto social, cultural, históri-
co y antropológico determinado donde la persona actúa. Solo una visión De la misma forma que han variado el concepto y la clasificación sis-
idealista del fenómeno puede reducir el juicio de imputabilidad a presupuestos temática de la institución, también ha sido diferente la manera de regularla
totalmente indeterminados, más allá de las condiciones de existencia real de en la ley según, claro está, el punto de partida asumido. En efecto, son tres
los seres humanos. las modalidades utilizadas: en primer lugar, las biológicas o psiquiátricas,
que solo mencionan la causa generadora del fenómeno sin considerar sus
De lo anterior se desprende, entonces, que tampoco es culpable o res- efectos, limitándose la ley a señalar diversas noxas psiquiátricas que tornan
ponsable —en sentido pleno— quien actúa en una situación de inimputabi- al agente en inimputable; buenos ejemplos de tales previsiones son las de los
lidad, entendida como aquella que se presenta cuando el agente al momento Códigos Penales francés de 1810 (artículo 64) y colombiano de 1936 (artículo
de cometer el hecho, atendidas las condiciones politicosociales y culturales 29). Esta manera de entender la institución coincide, sin duda, con la con-
LA CULPABILIDAD 419
418 MANUAL DE DERECHO PENAL

cepción positivista para la que la inimputabilidad es igual a enfermedad generadoras del estado de inimputabilidad: la inmadurez psicológica, el
mental. Se torna esta figura en un problema puramente psiquiátrico de con- trastorno mental, la diversidad sociocultural y los estados similares', como
formidad con el que el legista, por medio de su diagnóstico, es el encargado efectos, la incapacidad de comprender la ilicitud y la incapacidad de deter-
de precisar si el agente es capaz de culpabilidad; ello posibilita, como es ob- minarse de acuerdo con esa comprensión; y se hace alusión a un componen-
vio, una discriminación abierta que permite segregar a los enfermos menta- te jurídico en cuanto el hecho realizado tiene que ser producto del estado del
les de los hombres "sanos", con miras a asegurar los cometidos de la defen- agente ("por"), y este debe presentarse en el "momento de ejecutar la con-
sa social, y olvida la existencia de diversos casos de inimputabilidad que no ducta típica y antijurídica".
necesariamente suponen la presencia de enfermedad mental (piénsese en los Se trata, pues, de una fórmula psicológico-normativa en la que tienen
estados de emoción violenta no patológica, embriaguez del sueño, hipnotis- cabida tanto los componentes provenientes de las ciencias médicas y jurídi-
mo, sonambulismo, cansancio, casos de inmadurez cultural, etc.). cas como las disciplinas antropológicas y sociales, lo que permite desarro-
En segundo lugar, aparecen las fórmulas psicológicas, para las que solo llar un concepto de imputabilidad en los términos ya planteados, con la ad-
importa el efecto y se olvida la causa, por lo que se entiende como inimpu- vertencia de que el legislador ha regulado el instituto por el aspecto negativo.
table quien no tenga capacidad de comprender la ilicitud o de determinarse 2. Las causas. Los fenómenos generadores de la inimputabilidad que
de acuerdo con esa comprensión o ambos casos; o, para utilizar una expre- menciona el artículo 33, inciso I o —esto es, la inmadurez psicológica, el
sión más antigua, el que no tenga "capacidad de entender y de querer", como trastorno mental, y la diversidad sociocultural— son, también, regulados por
sucedía con el Código Penal toscano de 1854 (artículo 34). Esta clase de fór- el codificador en los artículos 70 a 75 cuando se ocupa en las medidas de se-
mulas —por fortuna ya muy escasas— son criticables por su punto de par- guridad, y conserva la misma nomenclatura.
tida parcializado, de tal manera que correspondería solo al psicólogo deter- Ahora bien, la expresión trastorno mental tiene un significado jurídico
minar si en el caso concreto el agente tenía o no la capacidad de culpabilidad. que aleja al jurista de la interminable discusión en torno a la clasificación de
las diversas noxas psiquiátricas —aunque no prescinde de esta—; por eso,
Finalmente, en tercer lugar, se deben mencionar las fórmulas mixtas,
no puede interpretarse como si se tratara de un fenómeno médico, sino que
para las que debe atenderse tanto a la causa generadora del estado como a
ha de otorgársele un contenido amplio, según las necesidades del ordenamien-
los efectos producidos por ella; de esta manera, la imputabilidad es la resul-
to penal. Ello es más evidente cuando aún, gracias a los desarrollos propi-
tante de una múltiple valoración en la que deben concurrir aportes psiquiá-
ciados por la psiquiatría alternativa, se sigue cuestionando todo el andamia-
tricos, psicológicos, antropológicos, sociológicos y jurídicos, y le correspon-
je positivista propio de la concepción tradicional. Desde luego, como buena
de al juez, con base en las pruebas periciales respectivas, precisar si el sujeto parte de los trastornos mentales son constitutivos de enfermedad mental en
es o no imputable. Ejemplos de estas previsiones legales se encuentran en el sentido de la nosología psiquiátrica, debe tomarse como punto de partida
los Códigos Penales alemán (§20), francés de 1992 (artículo 122-1), suizo una clasificación, que bien puede ser la ofrecida por la Organización Mun-
de 1937 (artículo 10), y colombiano (artículo 33). Desde luego, esta clase de dial de la Salud (OMS) u otra cualquiera, como la mantenida por direccio-
regulaciones posibilita una concepción más amplia y dinámica de la institu- nes del pensamiento psiquiátrico actual, que hacen la siguiente división de
ción, que, se repite, debe entenderse en un contexto social y político más ex- los padecimientos mentales: las psicosis orgánicas y los síndromes psíqui-
tenso que obliga al juez a ir más allá de las tradicionales peritaciones para cos; las psicosis de carácter endógeno; trastornos psíquicos derivados de
auscultar, de mejor manera, el actuar del agente en un contexto mucho más reacciones de situación; y, finalmente, las oligrofenias en sus diversos gra-
basto cuando ello contribuya de mejor manera a formar su criterio. dos. Desde luego, la presencia de cualquiera de los anteriores padecimien-
tos puede constituirse en causa generadora de inimputabilidad, a condición
d) La inimputabilidad en la ley penal de que tenga la hondura e intensidad suficientes como para producir el efec-
1. Ubicación. Con una fórmula mixta, el Código Penal vigente establece to exigido por la ley, siempre que se reúnan las exigencias examinadas con
en el artículo 33, inciso Io, el siguiente concepto: "Es inimputable quien en posterioridad.
el momento de ejecutar la conducta típica y antijurídica no tuviere la capa- La expresión "trastorno mental", que ha sido tomada por el legislador
cidad de comprender su ilicitud o de determinarse de acuerdo con esa com- del lenguaje vulgar y no del técnico psiquiátrico, se utiliza para designar toda
prensión, por inmadurez psicológica, trastorno mental, diversidad sociocul- perturbación del psiquismo humano, patológica o no, que le impide al agen-
tural o estados similares". Como se puede apreciar, se indican como causas
420 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 421

te motivarse de conformidad con las exigencias normativas por no poder com- Por supuesto, aunque en principio parece que la fórmula hubiese sido
prender el carácter ilícito del acto o determinarse de conformidad con dicha diseñada para comprender también a los menores de 18 años, ello no ha suce-
comprensión o ambas; dicho estado es permanente cuando tiene duración dido así porque para tales casos se ha redactado una norma específica, a cuyo
indeterminada, y transitorio si cesa en un período de tiempo más o menos tenor ellos están sometidos al "sistema de responsabilidad penal juvenil" (ar-
corto. Esto último es bueno precisarlo, porque la ley distingue con toda cla- tículo 33, inciso 3o); ahora bien, como todavía no se ha expedido la norma-
ridad las dos formas de trastorno y, en la segunda de ellas, diferencia el tras- tividad pertinente —y de seguro tardarán algunos años hasta que ello suce-
torno mental transitorio con base patológica (artículo 71) del sin base pa- da—, será necesario esperar los desarrollos legislativos pertinentes para
tológica (artículo 75). precisar cuáles son los alcances de tal propuesta legislativa en esta materia.
El concepto de trastorno mental transitorio es también de naturaleza Sea lo que fuere, parece evidente que el legislador aspira —en contravía de
jurídica y puede definirse como aquella causa de inimputabilidad o atenuante las previsiones contenidas en el artículo 165 del Código del Menor, que pre-
de la responsabilidad que acarrea una perturbación pasajera de la actividad sume a estos sujetos penales como inimputables, según una rígida fórmula
psíquico-orgánica, producida por causas endógenas o exógenas, que puede biológica— a considerar a tales sujetos activos como "responsables", aten-
dejar secuelas, que —en caso de presentarse— desaparecen por la curación didas ciertas circunstancias; además, presumir que todo menor de 18 años
sin dejar huella. Dicho estado, se insiste, le impide al agente comprender lo es inmaduro psicológico no deja de ser desacertado, pues, si algo está claro
injusto de su acto o determinarse de acuerdo con esa comprensión, o ambos. en la discusión actual es que, en principio, los menores son maduros atendi-
De semejante noción, pues, se desprenden cuatro requisitos para el recono- da su edad y su ciclo de desarrollo, solo que se tratará de una "madurez"
cimiento del trastorno mental transitorio como causal de inimputabilidad: a) distinta de la que pueda observarse en quienes ya han logrado una evolución
debe tratarse de una reacción vivencial anormal, de causa inmediata, eviden- completa de su psiquismo.
ciable, pasajera, que termina por la curación sin dejar huella; b) no implica
necesariamente base patológica; c) debe alterar profundamente la capacidad Finalmente, de acuerdo con desarrollos de la doctrina y la jurispruden-
de comprender la ilicitud del acto o de autodeterminarse en el sentido de la cia —que venían ampliando el radio de acción de la figura de la inmadurez
norma, y d) puede ser de índole exógena o endógena. psicológica para incluir dentro de ella los casos de diversidad sociocultural—,
Ahora bien, sin perjuicio de clasificar de diversa manera el trastorno el legislador ha introducido de manera expresa como causa de inimputabi-
mental transitorio, desde el punto de vista del derecho positivo solo interesa lidad la diversidad sociocultural —causal declarada ajustada a la Consti-
la división entre el que tiene base patológica y el que se presenta sin base tución Política, a condición de que se entienda que la inimputabilidad con-
patológica; esto es, por el primero se entiende aquella condición que se pre- sagrada en la ley deviene de la cosmovisión diferente del agente, y de que da
senta en una persona portadora de una determinada personalidad anormal o cabida a una fórmula de error de prohibición invencible: confróntese senten-
morbosa —situación distinta de que la respuesta misma sea anormal o mor- cia C-370 de 14 mayo 2002, Corte Constitucional— con lo que se quiere
bosa, pues de ser así todo trastorno mental transitorio sería patológico y la poner énfasis manifiesto en lo normativo, en los alcances antropológicos, so-
distinción planteada no tendría sentido—, mientras el segundo supone la au- ciales y culturales de la fórmula adoptada. Con esta figura, pues, se hace refe-
sencia de tales rasgos en la personalidad del agente. Lo decisivo, pues, es la rencia a aquellos casos en los que la causal de exclusión de la responsabi-
base misma del trastorno, que se torna definitivo a la hora de determinar si lidad que se estudia se hace girar en torno a las circunstancias inherentes al
se impone o no medida de seguridad. contexto social y cultural en el que se desenvuelve la vida y el actuar del agen-
En cuanto a la inmadurez psicológica, es indudable que el legislador te, lo cual le impide motivarse según los dictados de la norma. Por si/puesto,
concibe esta figura desde una perspectiva psiquiátrica, y entiende por tal aque- la consideración de estos fenómenos es de suma importancia cuando se tra-
llos casos de incompleta evolución afectiva, esto es, de falta de maduración ta de analizar la actuación de las personas en el marco de sociedades pluri-
de instintos, sentimientos y emociones, lo que sitúa a la persona en etapas de culturales, en diversos estadios de desarrollo, como la colombiana.
la infancia, con persistencia de actitudes infantiles y detención de la sexua- Esto último, justamente, sucede con los indígenas, que, dadas determi-
lidad, lo que indica que se trata de una anomalía clasificable dentro de las nadas condiciones —y esto no significa siempre, pues tan respetables son los
noxas psiquiátricas; es más, nada impide su ubicación como una de las hi- patrones culturales de las comunidades aborígenes como los del resto de po-
pótesis de trastorno mental, entendido este en sentido jurídico, sobrando así bladores—, pueden infringir la ley penal en el marco de un estado de diversi-
el empleo independiente de esta categoría. dad social y cultural que les impida comprender el carácter ilícito de su actuar

15. VELÁSQUEZ V., 2'-


422 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 423

o determinarse de acuerdo con esa comprensión; no obstante, la ley no pre- radoras de inimputabilidad, se debe estudiar cómo incide ella en cada uno
vé ninguna consecuencia jurídica para este tipo de personas. Ello no signi- de dichos estratos y hasta dónde alcanza el grado de la perturbación exigida
fica, por supuesto, que a todo indígena se le deba declarar inimputable por por la ley que, desde luego, debe ser de una hondura o intensidad suficientes
diversidad sociocultural cuando realice una conducta típica y antijurídica, para alterar el psiquismo humano y generar la incapacidad de motivación del
porque muy bien puede suceder que obre en otro de los estados que originen agente.
inimputabilidad: inmadurez psicológica o trastorno mental, o sencillamente El mismo carácter complejo de la personalidad impide señalar de ma-
en ninguna de ellas. Naturalmente, lo mismo puede predicarse de otros nú- nera exacta las causas que inciden en una u otra esfera, pues un trastorno
cleos de la población que atendiendo a factores de raza, cultura, creencias polí- mental severo puede afectarlas a todas ellas; no obstante, es evidente que un
ticas, entorno social, etc., realicen la conducta típica y antijurídica en situa- paranoico o un pirómano tienen capacidad de comprender el carácter ilícito
ciones de incapacidad de libre motivación, atendidas las razones ya dichas; del acto, aunque no puedan determinarse de acuerdo con esa comprensión;
en esos casos, pues, bien puede acudirse a la inimputabilidad por diversidad lo mismo sucede con el psicópata que padece una grave anomalía afectiva
sociocultural. o con quien sufre una terrible celotipia de índole patológica o es víctima de
Por último, téngase en cuenta que el codificador ha dejado abierta la cláu- una emoción violenta, esto es, casos de perturbaciones de la actividad afec-
sula de inimputabilidad en lo que respecta a las causas del fenómeno, pues tiva que no dejan de incidir en la intelectiva. A su vez, un esquizofrénico pre-
ha dicho que también se puede presentar esta figura cuando se trate de "es- senta una alteración de la esfera intelectiva que poca incidencia tiene en la
tados similares" a los anteriores; desde luego, resulta difícil imaginar una volitiva; y, siguiendo con los ejemplos, una oligofrenia puede perturbar
causa que no quede comprendida en las tres anteriores, lo que tornaría inane hondamente la esfera volitiva y, sin embargo, nó incidir de manera tan no-
el agregado. table en la actividad intelectiva, lo que depende en estos casos, como en aque-
3. Los efectos. Según se desprende del artículo 33, inciso Io, en comento, llos, de la situación concreta.
para poder predicar en un caso concreto la inimputabilidad del autor se re- Se pretende resaltar que basta la perturbación profunda de una u otra
quiere, además, establecer que este no pueda comprender la ilicitud de su acto fase del psiquismo para que se pueda hablar de inimputabilidad, a condición
o determinarse de acuerdo con dicha comprensión, o ambas, lo que supone de que se reúnan las demás exigencias de la formulación mixta; así mismo,
un profundo estudio de su personalidad que permita explorar las diversas ma- debe recordarse que cuando la perturbación es de un grado tal que le impide
nifestaciones de la conciencia en los planos de la inteligencia, la voluntad y al agente actuar, se está en presencia de un caso de exclusión de la conducta.
la afectividad. Debe abordarse por ello, en primer lugar, el proceso de la aten- Y, para terminar, no debe olvidarse que, así no haya trastorno mental de con-
ción, que es la condición básica para cualquier manifestación de conciencia; tenido patológico (constitutivo de enfermedad en sentido estricto), también
luego, en el plano intelectual, se deben estudiar las sensaciones, las percep- puede presentarse una ausencia de la capacidad del agente de comprender el
ciones, la memoria, la representación, la imaginación, el pensamiento y el carácter ilícito del acto o de determinarse de conformidad con esa compren-
lenguaje; en el plano volitivo, deben examinarse los actos voluntarios com- sión, o ambas, pues en el marco de una concepción psíquico-normativa de
puestos, simples o automáticos, los hábitos, las costumbres, los actos invo- la imputabilidad interesa que la persona se halle en una situación de no exi-
luntarios o instintivos; y, finalmente, en el plano afectivo, han de explorarse gibilidad suficiente, que no permita que pueda recaer sobre ella un juicio de
las emociones, los sentimientos, los estados de ánimo, los afectos y las pa- culpabilidad plena. En otras palabras: el efecto de la inimputabilidad no se
siones. debe valorar solo con criterios psiquiátrico-psicológicos, sino de contenido
Por supuesto, la separación de la personalidad en esferas o planos de aná- estrictamente normativo.
lisis es artificial, pues ella es un todo complejo, no susceptible de dividirse 4. El aspecto jurídico. Finalmente, el artículo 33, inciso Io, contiene una
en estancos aislados los unos de los otros, como llegaron a postular concep- doble exigencia de índole jurídica, pues, en primer lugar, requiere que el fe-
ciones de la psicología ya superadas; por eso el empleo de tal terminología nómeno de la inimputabilidad se presente en el momento de ejecutar la
solo se justifica si se busca precisar que cuando el legislador habla de la capa- conducta típica y antijurídica, con lo que se quiere destacar la exclusión de
cidad de comprender la ilicitud se refiere al aspecto intelectivo o intelectual, posibles estados de alteración del psiquismo anteriores o posteriores al com-
y cuando menciona la capacidad de determinación alude a los aspectos vo- portamiento ejecutado; la ley, pues, exige que se presente una coetaneidad
litivo y afectivo de ella. Por tanto, cuando se presente una de las causas gene- entre la conducta desplegada por el agente y la presencia de la causa y los
424 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 425

efectos ya examinados, de tal manera que si ello no ocurre el autor debe ser ble acudir a un neurólogo, a un radiólogo, etc., para precisar, por ejemplo,
tratado como imputable por más que se presenten las demás exigencias con- cómo han podido incidir en el comportamiento del agente unas contusiones
tenidas en la fórmula legal. Así, por ejemplo, para efectos jurídico-penales, cerebrales graves o cualquiera otro fenómeno similar.
es imputable el agente que, una vez superado un estado de ebriedad patoló- Cuando se trate de casos de "diversidad sociocultural" es de vital im-
gica o un raptus de emoción violenta, le ocasiona la muerte a su esposa o a portancia la peritación del antropólogo y del sociólogo, para poder formarse
su enamorada; de igual forma, el sujeto activo que un mes después de come- un juicio más amplio sobre el fenómeno que puede generar inimputabilidad;
tido el homicidio sufre un accidente que le produce una grave psicosis manía- desde luego, hay otros casos en los que apenas si se requiere la presencia del
co-depresiva de carácter permanente, debe ser tratado como imputable para perito, y el juez puede por sí solo formarse el convencimiento requerido para
los efectos correspondientes, aunque lo prudente es la suspensión de la eje- emitir la decisión correspondiente. Por fortuna, han pasado los tiempos en
cución de la pena privativa de libertad, atendida la enfermedad mental so- los que el psiquiatra era quien determinaba la imputabilidad del agente, con
breviniente que se presenta. lo que el juez ha recuperado su lugar de privilegio a la hora de valorar con-
Pero este requisito implica todavía algo más: si el agente al momento ductas humanas que desquicien el orden juridicopenal.
de realizar el hecho obra por una de las causas indicadas y esta genera el efecto Una cuestión final: cuando se presenten dudas insalvables en torno a
dicho, pero el trastorno fue preordenado por él al ponerse en tal situación para la imputabilidad o no del agente, cosa de común ocurrencia en casos fron-
cometer el hecho (sabe que se puede embriagar patológicamente por haber terizos o ante inevitables vacíos probatorios, este debe ser absuelto por falta
recibido advertencia médica, y lo hace adrede para darle muerte a la mujer), de culpabilidad, pues, ante la alternativa de condenar o absolver, el funcio-
tampoco puede invocar la inimputabilidad, pues se trata de un caso de tras- nario judicial tiene que aplicar los principios de culpabilidad, dignidad de la
torno mental preordenado (Código Penal, artículo 33, inciso 2o). persona humana y favor rei; no es, pues, admisible, como a veces se observa
En segundo lugar, se requiere la existencia de una relación de causa- en la práctica judicial, que la duda se deduzca en contra del reo, y se violente
lidad hipotética o un nexo normativo entre el trastorno mental o la inmadu- todo el andamiaje constitucional y legal y, por ende, la seguridad jurídica.
rez psicológica padecida por el agente {causa) y la conducta realizada, e) El trastorno mental preordenado
requisito que se deduce con toda claridad de la ley cuando emplea la prepo-
sición "por"; esto es de suma trascendencia, pues en caso de no producirse Una figura que ha suscitado arduas polémicas es la actio libera in cau-
dicho vínculo, el agente debe ser tratado como si fuese imputable. En efec- sa, o acción libre en la causa —o acción libre en el origen, como también
to, el débil mental que comete un atraco normalmente puede conocer la an- se le denomina—, de conformidad con la cual el agente debe responder por
tijuridicidad de su hacer, y debe ser tratado para tales efectos como imputa- las acciones u omisiones cometidas en estado de inimputabilidad cuando él,
ble; cosa distinta sucede si el mismo individuo no tiene la capacidad de dolosa o culposamente, se puso en tal situación para llevarlas a cabo (actio-
comprender los efectos que puede generar una firma falsa puesta en un docu- nes vel omissiones liberae in causa sive ad libertatem relatae).
mento, hecho que —por implicar un mayor grado de elaboración— lo torna Los problemas generados por las alie comienzan cuando se presume que
inimputable. Por ello, como se ha precisado, los fenómenos constitutivos de es imputable quien al momento de realizar el hecho actúa en una situación
trastorno mental o de inmadurez psicológica por sí solos no generan la inim- que, normalmente, se considera como de inimputabilidad, en lo que se ha visto
putabilidad, sino que se requiere la presencia del efecto correspondiente. una vulneración del principio de culpabilidad por falta de correspondencia
Comprobada la presencia de la causa y del efecto, junto con los requi- entre el injusto realizado por el agente y su juzgamiento en sede de culpabi-
sitos que se vienen de señalar, procede la declaratoria de inimputabilidad, lidad, cuando no el desconocimiento del postulado de legalidad; todo esto
juicio que corresponde hacer al juez, el único autorizado para hacer la valo- ha llevado a un buen sector doctrinario a manifestar que se trata de una ins-
ración psíquico-normativa. titución completamente superflua, llamada solo a crear equívocos y malas
interpretaciones.
Como es obvio, cuando se trate de un "trastorno mental" o de una "in-
madurez psicológica", se requiere peritación psiquiátrica, presidida de un En verdad, no deja de ser extraña a la lógica inmanente a la construc-
estudio de personalidad a cargo de un psicólogo forense, con miras a preci- ción dogmática y a los principios inspiradores del actual derecho penal, que
sar si la causa detectada afecta o no de manera notable el funcionamiento se responsabilice a quien no es culpable al momento de cometer el hecho,
normal de la personalidad. Así mismo, en determinados casos es aconseja- acudiendo a una ficción indemostrable, cuya verificación práctica ofrece no
426 MANUAL DE DERECHO PENAL LA CULPABILIDAD 427

pocas dificultades de tipo probatorio. En efecto, los conocidos ejemplos del 2°, es imposible sostener que se ha consagrado la teoría de las alie, a no ser
individuo que adrede se inocula un virus desencadenante de una inusitada que con fundamento en una petición de principio se mute el tenor de la ley,
reacción violenta para atentar contra las personas; o el de quien sabiendo que que define con toda claridad el concepto de inimputabilidad (artículo 33, in-
unas pocas copas de licor le producen ebriedad patológica, que lo lleva a ciso Io). En síntesis, pues, no parece lógico afirmar que preordenar un tras-
reaccionar violentamente contra su esposa, a la que le da muerte, etc., indu- torno mental sea predeterminar la inimputabilidad, pues no todo trastorna-
cen a pensar que se trata de hipótesis de inimputabilidad "dolosamente" pre- do mental es inimputable.
ordenada de muy difícil configuración y verificación empírica que, en la ma- Una vez precisado el alcance del texto en comento, parece lógico con-
yoría de los casos, responde a la fértil imaginación de los expositores. cluir que el artículo 33, inciso 2o, no regula a plenitud la teoría de las alie, y
En cuanto a la producción "culposa" del estado de inimputabilidad, se que la única justificación para mantener dicho precepto en la ley radique en
citan casos como el de quien se embriaga, previendo que en tal estado puede consideraciones de tipo politicocriminal, porque busca, en casos de conduc-
lesionar de consideración a su íntimo amigo, o el de la madre que previendo tas culposas cometidas en estado de embriaguez o perturbación del psiquis-
o pudiendo hacerlo, ahoga a la criatura de brazos durante el sueño; en dichos mo a causa de la ingestión de sustancias tóxicas o estupefacientes —descar-
supuestos, debe afirmarse, se está frente a situaciones explicables desde el tada la inimputabilidad—, llamar la atención de los dispensadores de justicia
plano de la teoría de la tipicidad imprudente sin necesidad de acudir a la en torno a la necesidad de darle aplicación cabal a la teoría de los hechos im-
concepción de las alie, que nada nuevo le agrega, aunque sí contribuye de prudentes, en los términos en que ya fue expuesta. No así en los casos de
manera notable a oscurecer el panorama dogmático, como lo demuestra la dolo, en los que, sin necesidad de acudir a dicha figura, se hace evidente la
práctica cotidiana. No obstante, algún sector doctrinario y del derecho com- responsabilidad a tal título, dada la improbable hipótesis de que ello ocurra
parado se resiste a prescindir de tan inútil institución, y se ha llegado a afir- y sea susceptible de verificación.
mar, incluso, que puede mantenerse a condición de poder establecer que al
momento de ponerse en situación de "inimputabilidad", el agente no solo era
imputable, sino además culpable. Acorde con lo anterior, pues, debe con- IV. LA CULPABILIDAD EN LAS OTRAS FORMAS
cluirse que se trata de una figura llamada a ser erradicada por superflua e im- DE APARICIÓN DE LA CONDUCTA PUNIBLE
procedente, si se tiene en cuenta que los problemas generados por ella se re-
suelven ya en el ámbito de la teoría de la tipicidad. En principio, cabe afirmar que la teoría de la culpabilidad en relación
No obstante, el artículo 33, inciso 2o, del Código Penal, parece conte- con las conductas de comisión imprudente y en las de omisión, no presenta
ner una consagración fragmentaria de tal institución cuando afirma que "no diferencias sustanciales en el análisis, por lo que debe predicarse que los fun-
será inimputable el agente que hubiere preordenado su trastorno mental". damentos expuestos se aplican a dichas figuras. Siendo ello así, proceden
Indagando los antecedentes legislativos de la figura, se encuentra que fue en esta sede las mismas causales de inculpabilidad o de exclusión de la res-
introducida por primera vez en el Anteproyecto de Código Penal de 1974 y ponsabilidad, aunque se observan ligeros matices: en los comportamientos
luego en el artículo 32 del Código Penal de 1980, que pretendieron identi- culposos (de comisión y de omisión) es de particular trascendencia la incul-
ficar el trastorno mental preordenado con las "alie". pabilidad por incapacidad del agente de autodeterminarse, pues figuras como
Lo anterior obliga a hacer una precisión: en primer lugar, no es lo mis- el estado de necesidad tienen mayor cabida gracias a una serie de circuns-
mo trastorno mental preordenado que inimputabilidadpreordenada, pues, tancias que, como el cansancio físico o el agotamiento psíquico, pueden
como se recordará, para hablar de "inimputabilidad" se requiere no solo la generar inculpabilidad por no exigibilidad de otra conducta cuando no ha sido
presencia de una causa y un efecto, sino también un aspecto jurídico, como posible descartar cualquiera otro de los anteriores planos de análisis; así
corresponde, cuando se supone como punto de partida una formulación mixta; mismo, la posibilidad de conocimiento de la antijuridicidad se torna aquí en
por ello, si se hace mención de la teoría de las alie, se quiere significar que el potencial conocimiento del deber de cuidado, cuya ausencia puede gene-
el agentepreordena su inimputabilidad, pero no su trastorno mental, de don- rar un error de prohibición invencible, aunque —por razones obvias— sería
de se infiere que identificar los dos fenómenos es caer en el mismo vicio posi- válida la hipótesis de vencibilidad. A su vez, esta última forma de error, en
tivista que, al clamar por una redacción legal de carácter psiquiátrico o bio- las conductas omisivas, se torna en un error que recae sobre el potencial co-
lógico, los asimila. Así las cosas, y considerado el texto del artículo 33, inciso nocimiento del mandato (error de mandato).
428 MANUAL DE DERECHO PENAL

Por lo demás, el juicio de culpabilidad o de responsabilidad penal ple-


na persigue, como en los comportamientos de comisión dolosa, determinar
las condiciones en las que le es exigible a la persona una conducta acorde con
las pautas normativas; también aquí, pues, la categoría de la culpabilidad o
responsabilidad equivale a exigibilidad, entendida en los mismos términos CAPÍTULO DECIMOQUINTO
que en las conductas comisivas dolosas.
LA TENTATIVA

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tiva inidónea» de delito. Aspectos básicos, Granada, Comares, 1996.

I. CONCEPTO

Hasta ahora, al hablar de la adecuación de una conducta a un tipo penal


determinado, se ha partido del presupuesto de que cuando el agente actúa
realiza por sí mismo las diversas exigencias típicas y logra la consumación
de su comportamiento; no obstante, múltiples formas de realizar acciones con
relevancia juridicopenal demuestran que ello no siempre sucede así. En
efecto, es frecuente que la acción criminal debidamente programada y pues-
ta en marcha por el sujeto activo no llegue a la meta esperada, por la presen-
cia de circunstancias de diverso orden que lo impiden. Piénsese, verbigra-
430 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TENTATIVA 431

cia, en el hurtador interceptado por la autoridad cuando huye después de haber Las de más larga tradición son las teorías subjetivas, para las que lo de-
arrebatado las pertenencias ajenas; o, en fin, en el violador sorprendido por cisivo a la hora de punir la tentativa es la voluntad delictiva o la peligrosidad
los vecinos en el momento de empezar la consumación de su agresión sexual. del autor, en sus diferentes formulaciones; como es obvio, estas posiciones
Existen, pues, acciones que se quedan en meros intentos o conatos, lo que se apoyan en un derecho penal de autor, que termina identificando el com-
no pasa inadvertido para la teoría jurídica, que ha creado la institución de la portamiento tentado y el consumado y le resta importancia a la amenaza o
tentativa de realización de la conducta típica. lesión del bien jurídico, como criterio que haya de tenerse en cuenta para dis-
La tentativa, dicho de manera breve, es la ejecución incompleta de la tinguir entre uno y otro. Lo dicho es suficiente para entender por qué estas
conducta tipificada en la ley penal; es —como decían los antiguos— un co- elaboraciones responden, en el plano político, a concepciones autoritarias del
natus, un acto o delito que se empieza a ejecutar y nunca llega a consumar- Estado, y son el trasunto de las tesis preventivas de la pena, tanto de carácter
se, un delito imperfecto, a diferencia de la adecuación normal, en la que la general como especial; de allí que propugnen la punición de la tentativa
conducta encaja con plenitud en el tipo penal respectivo. Desde luego, ello inidónea y nieguen cualquier distingo en las escalas de punición, pues si se
no significa que la naturaleza jurídica de la tentativa equivalga a la de un tipo castiga la voluntad criminal, no tiene sentido hacer diferencias basadas en el
delictivo distinto del que prevé un delito o conducta punible consumada, sino actuar realizado.
que se trata, sencillamente, de una figura que implica una extensión de la tipi- Al lado de las anteriores se yerguen las teorías objetivas, para las que
cidad básica, como unaforma especial de configuración del tipo o de su dis- lo único que cuenta es el "peligro" o la lesión del bien jurídico, como pro-
positivo amplificador. ducto de las ideas liberales gestadas a partir del iluminismo, lo que, se supone,
Por eso, el aspecto subjetivo de la tentativa coincide cabalmente con el lleva a asumir como punto de partida un derecho penal de acto; la tentativa
tipo consumado, no así el objetivo, en el que apenas existe un "comienzo de se sanciona, pues, solo en cuanto trascienda al mundo exterior y se manifieste
ejecución" en virtud del cual se puede extender la punibilidad a los casos en en actos que encierren un "comienzo de ejecución" independientemente de
que no media consumación, pues las penas previstas en la ley para la reali- la voluntad criminal manifestada, lo que no puede ser de otra manera cuan-
zación de cada tipo penal presuponen la presencia de todos y cada uno de los do se parte del presupuesto de que los pensamientos no delinquen. De lo ante-
elementos de la descripción correspondiente. De lo dicho se desprende, en- rior se desprende, entonces, la necesidad de distinguir entre actos de prepa-
tonces, que existe conducta típica tentada cuando el autor de manera dolosa ración y actos de ejecución del delito, y castigar solo estos últimos; así mismo,
da comienzo a la ejecución del tipo penal, mediante actos idóneos e inequí- se diferencia la tentativa idónea de la inidónea, pues le niega trascendencia
vocamente dirigidos a su consumación y esta no se produce por circunstan- juridicopenal a la segunda por no comportar "peligro" alguno para el bien
cias ajenas a su voluntad; esta noción se corresponde con la fórmula legal jurídico y, finalmente, en el campo de la penalidad, se le da un tratamiento
adoptada por el codificador, que pretende reunir en una única regulación los privilegiado al hecho tentado enfrente del consumado, por considerarlo me-
diversos matices de la figura, como se verá luego. nos grave.
Las dificultades generadas por una y otra clase de posturas —pues
mientras que las primeras olvidan la lesión al bien jurídico como criterio, las
II. FUNDAMENTO DE PUNICIÓN segundas lo hacen con la voluntad criminal, lo que les impide castigar la ten-
tativa inidónea al no poder explicar el injusto en ella— condujeron a formu-
Para estudiar cada uno de los elementos integrantes del concepto de ten- lar las teorías mixtas. Estas pretenden hacer una simbiosis de ambos crite-
tativa, debe indagarse la razón de ser de su castigo, esto es, ¿por qué se re- rios destacando tanto la voluntad criminal y la peligrosidad expresada por el
primen las conductas que por significar solo un comienzo de ejecución no autor como el riesgo para el bien jurídico. De esta manera se pretende, pues,
alcanzan a consumar el tipo penal? Como es obvio, la respuesta depende del ponerles límites a los excesos derivados de una y otra postura, defendiendo
punto de partida asumido y de la base ideológica que sustente el derecho pe- la punición de la tentativa inidónea y postulando una atenuación de la pena
nal, y tiene repercusiones en diversos ámbitos, sobre todo en la punibilidad. de carácter facultativo para el dispositivo amplificador del tipo en estudio,
Al respecto se han formulado diversas posturas tanto de índole subjetiva como según la mayor o menor peligrosidad de la acción desplegada por el agente;
objetiva y mixta, sin olvidar aquella según la cual, el fundamento de puni- desde luego, se puede sostener una concepción mixta haciendo más o me-
ción sería la infracción de la norma. nos hincapié en uno u otro aspecto.
432 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TENTATIVA 433

¿Cuál es, entonces, el fundamento de punición de la tentativa?, ¿por qué sumado, y debe examinarse el dolo en sus diversas formas con sus compo-
se castiga? Sin duda alguna, si se pretende construir un derecho penal ver- nentes cognoscitivo y volitivo, así como los correspondientes elementos sub-
daderamente liberal y democrático, ninguna de las teorías expuestas explica jetivos del tipo distintos al dolo. Por ende, resulta claro que la tentativa solo
dicha cuestión: no lo logran las subjetivas, puesto que ni la voluntad crimi- es propia de las conductas dolosas y que no es posible en las culposas y, aun
nal por sí sola, ni la indemostrada peligrosidad criminal están en capacidad en la hipótesis de que lo fuese, no sería punible, puesto que la ley no la ha
de brindar un criterio racionalmente seguro, que permita defender y afian- previsto; esta exigencia se deduce con toda claridad del texto legal que, ante
zar la seguridad jurídica como lo ha demostrado la historia más reciente, buen el proceso volitivo, expresamente dice que los actos deben estar "dirigidos"
ejemplo de lo cual fue la pretensión nacionalsocialista de erigir un "derecho a la consumación.
penal de la voluntad", que entendía el delito como "la lesión insoportable del
B) Comienzo de ejecución de la conducta típica
orden moral del pueblo", y fundaba la punición de la tentativa y del hecho
consumado en la "realización de una voluntad mala". Tampoco lo consiguen El análisis de este componente —que se deriva de la expresión "inicia-
las concepciones objetivas, pues siguen partiendo de un concepto tan pro- re la ejecución de una conducta punible"— obliga a exponer el problema
blemático como el de "peligro para el bien jurídico", con lo que la noción de atinente a la distinción entre actos preparatorios y actos de ejecución, en torno
peligrosidad no logra ser totalmente erradicada, así se pretenda, sin éxito, dis- a lo que se han asumido diversas posturas. El comienzo de ejecución es el
tinguir matices dentro de tal idea; ni, por supuesto, las posturas mixtas, que elemento central del aspecto objetivo de la tentativa y supone iniciar una ac-
tratan de combinar ambos enfoques. Igual cosa cabe decir de la teoría de la tividad que debe conducir al agente, sin necesidad de pasar por ninguna otra
infracción a la norma, cuyo exagerado formalismo la hace prácticamente fase de carácter intermedio, a la realización del tipo penal correspondiente;
insostenible. no obstante, este momento debe distinguirse del estadio previo conocido
Por tanto, lo más acertado es partir de una teoría objetivo-subjetiva, para como preparación, que se entiende como el comportamiento que, temporal
la cual el castigo de la figura en examen se justifica no solo porque el agente y objetivamente, precede a la ejecución como tal. La distinción entre estas
realiza conductas socialmente relevantes que buscan el menoscabo de los bie- dos fases del iter criminis o recorrido del crimen es, sin embargo, uno de los
nes jurídicos protegidos, sino porque hacia ello está dirigido el plan concre- problemas más discutidos del derecho penal, y ha servido para un crudo
to del autor; la tentativa, pues, se pune no solo por ser una mera manifestación enfrentamiento entre diversas posiciones doctrinarias, las mismas que se
de voluntad, sino por la lesión y el menoscabo corrido por los bienes jurídi- disputan la explicación sobre el fundamento del dispositivo amplificador.
cos, producto del comienzo de ejecución de un comportamiento dañoso. Un buen sector doctrinario, alegando que se trata de un asunto pareci-
do al de la "cuadratura del círculo", postula que en definitiva es imposible
hallar diferencia alguna entre el acto de preparación y el de ejecución, y que
III. ELEMENTOS debe renunciarse a ella. Son, pues, las llamadas teorías negativas que, a pesar
de presentar diferentes variantes, postulan en el fondo una posición eminen-
Si se parte de la noción legal expresada en el artículo 27, inciso Io, del temente subjetiva.
Código Penal, es posible distinguir cinco ingredientes distintos, como se
muestra en seguida. Empero, las teorías positivas se identifican porque ninguna de ellas re-
nuncia a hacer el distingo, y se pueden clasificar en subjetivas, objetivas y
A) Componente subjetivo mixtas. Las primeras, esto es, las subjetivas, pretenden hacer la diferencia
a partir de la opinión del sujeto acerca del plan criminal, esto es, la'manifes-
Para iniciar el examen de las circunstancias del tipo en la tentativa, debe tación del autor de la resolución de cometer el hecho o la firmeza de tal re-
comenzarse por el aspecto subjetivo, pues solo precisando el contenido de solución; de esta manera, basta probar la existencia de una voluntad crimi-
la voluntad del agente es posible realizar la subsunción del hecho en un tipo nal o que de la actividad desplegada por el agente se desprenda dicha intención
penal determinado, pero, paradójicamente, para estudiar este aspecto debe o que este obraba con la "resolución firme" de cometerlo, para que pueda
acudirse a la conducta que encaja de manera completa en la descripción tí- hablarse de tentativa.
pica. De ello se infiere, entonces, que, en esencia, el aspecto subjetivo del Las insalvables dificultades generadas por esta concepción no se dejan
j*:; tipo amplificado por la tentativa coincide con el del comportamiento con- esperar, pues la distinción ensayada se efectúa a costa de la ampliación del
r h i"

434 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA TENTATIVA 435

ámbito de punibilidad de los actos preparatorios en desmedro de los de eje- Por otro lado, se ha acudido al peligro para el bien jurídico como pauta
cución, y se acude a veces a criterios tan borrosos y gaseosos como la peli- complementadora de esta última teoría, afirmando que hay actos de ejecu-
grosidad del agente, la voluntad contraria al derecho, etc., que en el fondo ción cuando se ha comenzado a ejecutar la acción típica y se ha puesto en
terminan negando la separación buscada y cayendo en posiciones como las peligro el bien jurídico; de lo contrario, se trata de actos preparatorios. Por
mencionadas en primera instancia; además, arrasan con el principio de le- supuesto, este afán sincretizador tampoco logra el cometido propuesto no solo
galidad, pues olvidan que debe ser la ley la encargada de determinar cuándo por olvidar el contenido de la voluntad del agente, sino también porque in-
los actos son punibles y cuándo no. No obstante, más allá de los excesos vocar el criterio de la "peligrosidad de la acción"—en contra de lo postula-
inadmisibles a que conducen estas tesis, sin duda han llamado la atención do por quienes defienden esta pauta— en relación con el bien jurídico lleva,
sobre algo indiscutible: para determinar si un acto es preparatorio o de eje- necesariamente, a una subjetivización del punto de partida adoptado.
cución debe tenerse en cuenta la dirección de la voluntad del autor, como uno Finalmente, las mixtas buscan resolver la discusión propuesta uniendo
de los criterios que posibilitan la distinción. las tesis en disputa. En efecto, según los últimos bastiones del causalismo
Las segundas —o sea, las objetivas— acuden a diversos criterios deli- alemán contemporáneo, un acto se considera como de ejecución cuando un
mitadores, entre los que cabe mencionar los siguientes: según la corriente de- observador objetivo, conocedor del plan del autor, lo considere como parte
nominada formal objetiva, para saber si se está en presencia de actos de de la acción típica, según la "concepción natural". De esta manera, se hace
ejecución o de preparación, se debe acudir a los tipos penales previstos en la una amalgama entre la posición de R. FRANK y el punto de partida que atien-
respectiva ley penal y precisar, con base en el uso del lenguaje y en la "con- de al plan del autor, lo que no contribuye al cabal esclarecimiento del asunto
sideración natural de la vida", si la acción allí descrita se identifica con los planteado, como tampoco lo logran quienes pretenden refundir las tesis que
actos de ejecución; por supuesto, los comportamientos que no sean subsu- insisten en el peligro o ataque para el bien jurídico con el plan del autor, como
mibles en ella son preparatorios. De esta manera, hay actos ejecutivos cuando también se ha intentado.
se comienza a realizar la conducta típica respectiva; si ello no sucede, se trata De igual forma, es una posición sincrética la llamada teoría obje-
de meros actos preparatorios. Por ejemplo, hay tentativa de homicidio cuan- tivo-individual, según la cual para hacer la distinción propuesta debe tener-
do se inicia la acción de matar, de hurto cuando comienza el apoderamiento se en cuenta tanto el principio de la realización de la conducta (aspecto
del objeto, etc. Sin duda, esta postura hizo un aporte muy importante al objetivo) como el plan concreto del autor (aspecto subjetivo); por eso, siem-
brindar un criterio respetuoso del postulado de legalidad y llamar la atención pre es necesario partir de la acción típica del tipo delictivo particular (sus-
sobre algo cierto: el punto de partida debe ser en todo caso la acción descrita traer, robar con fractura, matar, etc.). A esto se agrega la comprobación indi-
en el tipo penal respectivo; sin embargo, no logra resolver el problema plan-
vidual de si el autor, de acuerdo con la disposición de su plan delictivo, se
teado porque todavía subiste una cuestión adicional que debe ser esclareci-
puso en actividad inmediata a la realización típica. A este pensamiento se ha
da: ¿cuándo se da comienzo a la acción típica?, ¿cuándo empieza la conduc-
sumado la llamada teoría de la impresión, según la cual lo decisivo para la
ta de matar: al extraer el arma, al apuntar o al empezar a disparar?, ¿y la de
apoderarse: al entrar en contacto con la cosa o al desplazarla de un lugar a punibilidad de la tentativa y, por ende, criterio distintivo con los actos de pre-
otro? Olvidaron, pues, los padres de esta concepción que, como ha demos- paración, es la voluntad del autor contraria al derecho, pero no como un
trado la lingüística moderna, los límites trazados por el lenguaje son inse- fenómeno en sí, sino entendida en su efecto sobre la comunidad; en este plan-
guros, y un asunto como el planteado trasciende más allá de tales conside- teamiento, desde luego, debe verse un desarrollo de las teorías de la preven-
raciones. ción general que buscan de esta manera legitimar la punición de la tentativa
inidónea.
Los vacíos dejados por la elaboración anterior llevaron a acuñar una
Sin duda, cualquier intento encaminado a separar los momentos de la
teoría material objetiva, que acude a dos tipos de pautas: por un lado, se dice,
preparación y de la ejecución debe partir de una postura mixta en la que se
hay comienzo de ejecución en toda actividad que —dada su conexión nece-
saria con la acción típica— aparezca como parte integrante de ella, según la tenga en cuenta tanto el plan del autor como el comienzo de ejecución del
"concepción natural"; de lo contrario, se trata de actos preparatorios (R. actuar, lo que debe ser determinado desde la perspectiva de un observador
FRANK). No obstante, el problema subsiste porque el criterio de la "concep-
objetivo situado en la circunstancia concreta del autor, como postula la teo-
ción natural", con todo y ser de carácter material, es demasiado impreciso y ría objetivo-individual, al plantear un criterio general de orientación. En fin,
no aporta nada nuevo a la teoría formal objetiva. debe postularse una construcción teórica en la que se verifique tanto el plan
436 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TENTATIVA 437

concreto del autor como la realización de actos socialmente relevantes que tica objetiva de la conducta; esta posición parece más coherente, sobre todo
entrañen, según el contenido del tipo penal concreto, amenaza o lesión de bie- si se parte de una tesis mixta, como ya se explicó. De esta manera, pues, se
nes jurídicos. evita convertir este requisito en un problema puramente procesal y se impi-
de restringir en demasía el alcance de la tentativa, además de brindar un re-
C) Idoneidad de los actos fuerzo más para la distinción entre actos preparatorios y actos de ejecución
que, si bien por sí misma es insuficiente, contribuye a resolver las dificulta-
Otra exigencia del concepto de tentativa es que el comienzo de ejecu- des que la práctica cotidiana genera.
ción se lleve a cabo mediante "actos idóneos", excluyéndose la punición de
la llamada "tentativa inidónea", lo cual es una muestra más del énfasis que E) Falta involuntaria de consumación
el legislador ha puesto en los criterios objetivos sin olvidar, desde luego, los
subjetivos. Obsérvese cómo se habla de "actos" con referencia no solo al su- Como requisito final, la consumación no debe llevarse a cabo por "cir-
jeto, al objeto, a los medios desplegados, sino también a toda la actividad cunstancias ajenas a su voluntad" —la del agente—, pues queda claro que
ejercida por el agente en su conjunto, entendida en concreto y no en abstrac- solo se configura este dispositivo amplificador del tipo cuando la realización
to. Ahora bien, para lograr una cabal comprensión del carácter idóneo o no de las exigencias típicas no se logra por factores extraños al querer expresa-
de la acción desplegada, la doctrina acude a las teorías a partir de las cuales mente manifestado por el autor; es más, de allí se infiere que cuando el agente
se explica la punición de la tentativa inidónea en diversas legislaciones; desde motuproprio les pone fin a los actos realizados e impide la consumación, rea-
luego, del hecho de que dicha figura no sea punible no se deriva la inutilidad liza la figura que se conoce como desistimiento, cuyas diversas formas no
de discutir sobre estos temas. han sido previstas de manera expresa en la ley. Desde luego, ello no signi-
Para saber si los actos son idóneos, el analista o dispensador de justicia fica la impunidad del actuar humano, pues —si bien no realiza tentativa—
debe ponerse en la misma posición que el agente y determinar si en la situa- de allí no se infiere que la conducta no pueda encajar en otro tipo penal; se
ción concreta la acción ejecutada fue suficiente para el logro de la consuma- habla por ello del delito remanente. Un ejemplo aclara lo dicho: el violador
ción de la conducta típica, acorde con el bien jurídico objeto de tutela; si ello que luego de forcejear con la víctima, le causa lesiones leves y desgarraduras
no acontece, el juicio emitido tiene que ser negativo y la acción debe ser con- en las ropas, desiste de la acción conmovido por la belleza de aquella cuan-
siderada como inidónea. do nada impedía la consumación de su acto, ciertamente no puede ser puni-
do por tentativa de acceso carnal violento (Código Penal, artículos 205 y 27),
D) Univocidad de los actos mas no por ello han de quedar impunes las lesiones personales ocasionadas,
el daño en bien ajeno y eventualmente el constreñimiento ilegal o el secues-
Otro de los elementos de la noción examinada, además del carácter tro, según las circunstancias del caso (Código Penal, artículos#l 11 y siguien-
idóneo de los actos ejecutivos, es el de que estos estén "inequívocamente tes; 168 en concordancia con la ley 733 de 2002, artículo Io; 182 y 265).
dirigidos a su consumación"; aquí debe examinarse el problema de la uni- Ahora bien, por consumación —concepto en todo caso distinto del ago-
vocidad o inequivocidad de los sucesos llevados a cabo y dejar el problema tamiento— se entiende la última etapa del iter criminis o momento en el que
de la consumación para un examen posterior. A primera vista, parece que se supone realizado todo el proceso ejecutivo, incluido el resultado típico
esta exigencia no ofrece mayores dificultades interpretativas, pues el legis- cuando la ley lo exija. Este momento es de vital trascendencia, pues la ley
lador pretende que el analista o el dispensador de justicia realicen un examen penal representa el límite máximo posible de la actividad criminal del agen-
encaminado a verificar si, en la situación concreta —sin que haya lugar a du- te en tratándose de la tentativa; por eso, el artículo 27 emplea la expresión
das o a conjeturas—, el acto cuya ejecución ha comenzado se dirige a la con- "consumación" y el artículo 61, inciso 4o, demostrando que no se trata de un
sumación de las exigencias típicas; la misma expresión "inequívocamente", período, sino de un instante, habla del "momento consumativo".
sinónima en lengua española de lo evidente, innegable, patente, cierto, incon-
fundible, obvio, etc., así lo denota. IV. CLASES DE TENTATIVA
Desde luego, solo una corriente intermedia o mixta permite entender ca-
balmente el concepto de univocidad de los actos, postulando que el concep- No obstante las pretensiones del legislador histórico encaminadas a
ta '#¡> to supone la prueba evidente del propósito criminoso como una caracterís- regular en una sola fórmula los problemas atinentes a la tentativa, que procu-
r:?ii
,w 438 MANUAL DE DERECHO PENAL
:[, LA TENTATIVA 439

;" ran evitar las frecuentes distinciones doctrinarias en este ámbito, es necesa- criterios, según se atienda al plan del autor (subjetivos), a la realización o no
111
rio hacer consideración de las diversas especies de tentativa no solo porque de todos los actos que realmente eran necesarios para la producción del re-
N; la ley las supone, sino también porque ellas, quiérase o no, se presentan en la sultado (objetivos), o a ambos criterios al mismo tiempo (objetivo-subjetivo),
j ¡I realidad y, por tanto, debe precisarse su alcance teórico. conforme al juicio de un observador desprevenido situado objetivamente.
Desde luego, parecen más acertadas las últimas posturas, si se tiene en cuenta
A) Simple el punto de partida adoptado en un comienzo, sumando al "grado de aproxi-
Se presenta cuando la ejecución de la acción típica se interrumpe en sus mación" a la consumación el plan del autor.
comienzos, por la irrupción de un factor extraño al querer del agente que le A esta clase de tentativa se le conoce también con las denominaciones
impide la consumación de la conducta. El hecho de que la suspensión de los de acabada, completa, próxima, conclusa o concluida, designaciones no
actos encaminados a realizar el tipo penal respectivo se presente en el um- siempre equivalentes en la doctrina, pero perfectamente sostenibles de lege
bral, cuando el autor apenas empieza a poner en marcha el proceso crimino- data. Los ejemplos señalados más arriba permiten captar las diferencias con
so en la vida real, permite denominarla remota, inacabada, incompleta, in- la tentativa simple: realiza tentativa acabada el ladrón que huye con la cosa,
conclusa o interrumpida', estas equivalencias pueden ser mantenidas en el pero que —atendiendo a los llamados del ofendido— luego es detenido por
derecho nacional, si con ello se gana claridad en la práctica, aunque es evi- la policía; lo mismo, quien hace sobre la víctima seis disparos que le afectan
dente que de lege ferenda no siempre tienen el mismo alcance. Así las co- órganos vitales, y no obstante los médicos le salvan la vida; y la mujer em-
sas, realiza esta tentativa el hurtador sorprendido al introducir la mano en el barazada que después de ingerir la pildora abortiva es sometida a un lavado
bolso de una transeúnte; el tirador que empieza a disparar sobre la víctima; intestinal que impide la consumación del hecho. Sin embargo, el distingo
el médico que con todo el instrumental dispuesto inicia las primeras explo- no es fácil en hipótesis en las que, después de indagar el plan del autor, de
raciones para practicar el aborto a la embarazada, etc. Esta figura, sin duda, verificar hasta dónde llega el atentado, de efectuar una valoración desde el
tiene cabida en la legislación nacional, pues el artículo 61, inciso 4o, expresa- ángulo del bien jurídico amenazado o lesionado, quedan dudas en torno al
mente acoge como criterio dosimétrico de la pena "el mayor o menor grado carácter de acabado o inacabado del intento, y se debe acudir al principio in
de aproximación al momento consumativo", lo que le permite postular un tra- dubiopro reo para lograr una adecuada y equitativa tasación de la pena, según
tamiento punitivo más benigno para quien apenas comienza la ejecución en el artículo 61, inciso 4o.
relación con el que ya la ha concluido sin conseguir la consumación. Desde
luego, los actos realizados deben ser idóneos y estar inequívocamente diri- C) Desistida
gidos a la consumación, pues de no ser así, no cabe invocar el dispositivo exa- Esta modalidad de tentativa existe cuando el agente (autor o partícipe),
minado. a pesar de haber comenzado la ejecución del comportamiento típico o haberla
B) Frustrada completado mediante actos idóneos encaminados a la consumación —lo que
origina dos modalidades de la figura: desistimiento en la tentativa acabada
A diferencia de la especie anterior, esta modalidad se presenta cuando y desistimiento en la tentativa inacabada—, de manera voluntaria decide
el agente, a pesar de haber realizado todo lo que estaba a su alcance, no logra poner fin a la empresa criminal; así las cosas, mientras que en las dos ante-
la consumación de la conducta típica por circunstancias ajenas a su volun- riores clases de tentativa lo decisivo es la ausencia de consumación por fac-
tad; o, en otras palabras, cuando se ejecutan todos aquellos actos considera- tores extraños a la voluntad del agente, aquí lo determinante es la presencia
dos indispensables para el logro del resultado y que, en el caso concreto, lo de la propia voluntad de este encaminada a evitar la ejecución.
eran efectivamente conforme al fin propuesto, pero factores extraños a la El efecto más importante derivado de tal comportamiento, siempre que
voluntad del autor impiden la cabal realización del comportamiento descri- se reúnan las exigencias examinadas luego, es la impunidad del actuar del
to en el supuesto de hecho o tipo penal. Como puede apreciarse, mientras agente por la conducta realizada hasta ese momento, aunque ello no impide
** que en la figura anterior el agente apenas se encuentra en el umbral de la eje- el castigo por el denominado "delito remanente". Sin embargo, no existe
cución, en esta realiza absolutamente todo lo que estaba a su alcance para la acuerdo en la doctrina en torno al fundamento de tal institución, pues se ha
11$!» consecución de la finalidad propuesta. Ahora bien, para determinar cuándo dicho que se trata de un "puente de oro" tendido al delincuente (para recor-
Í "Zl\ se está enfrente de una u otra clase de tentativa, la doctrina acuña diversos dar el dicho castellano: al enemigo que huye, puente de plata); de un premio
fllH
440 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TENTATIVA 441
'i

i t¡, otorgado al autor por su proceder; de un reconocimiento a la menor intensi- prosperar la impunidad correspondiente; por ello, se ha precisado, la volun-
!'" dad de la voluntad criminal; a la falta de la parte subjetiva del delito; a la au- tariedad y la evitación son el haz y el envés de la misma hoja, la impunidad,
li l sencia del aspecto objetivo del delito; en fin, hasta llegar a las concepciones y deben coincidir.
[ Algunos ejemplos ayudan a comprender las anteriores exigencias. No
hay abandono de la voluntad delictiva en los siguientes casos: el agente
„,, funcionalistas que parten del fin de la pena, criterios que conforman una gama
de teorías fluctuantes entre la necesidad dogmática y el utilitarismo. desiste porque cree haber hecho todo lo necesario para la consumación (deja
También se discute el lugar sistemático de esta figura, pues se le ha de realizar maniobras abortivas, pues cree haber conseguido el resultado); o
situado como excluyente de las diversas categorías del concepto dogmático no puede proseguir en la ejecución (la mujer que va a ser violada huye); o el
del delito o hecho punible, e incluso como causa personal de exclusión de la medio material empleado no es suficiente (se da cuenta de que es imposible
pena, que es la tesis más generalizada en la doctrina. En verdad, esta insti- destruir el auto del enemigo utilizando una carga de pólvora negra, o que el
veneno no tiene potencia lesiva). Lo mismo sucede cuando decide acudir a
tución comporta la ausencia de castigo del agente, porque los actos realiza-
otro medio para ejecutar la conducta (en vez del veneno, utiliza ametralla-
dos no constituyen conducta penalmente relevante, como corresponde a todo
dora; como la ganzúa no abre la cerradura, escala los muros de la casa que
derecho penal respetuoso del principio del acto; solo una concepción subje- quiere asaltar) o se trata de un ardid de la víctima (la mujer le promete al vio-
tiva, decidida a punir la voluntad criminal dondequiera que se manifieste, lador entregarse en otro sitio "por las buenas" y este acepta, pero se reserva
puede discutir con tal intensidad el fundamento y la ubicación de una insti- el derecho a utilizar la violencia, si aquella no cumple).
tución cuya única función es mostrarle al administrador de justicia hasta
dónde llegan los límites de punibilidad. Prueba de lo anterior es que se san- Así mismo, no es definitivo el desistimiento en los siguientes casos: si
el autor decide suspender por un determinado período la conducta crimino-
ciona el delito remanente, pues se supone que allí subyace una actividad
sa, como sucede con el sicario que, al no acertar con el primer disparo apla-
criminosa que, por afectar bienes jurídicos, tiene trascendencia penal; no se za el asesinato para el fin de semana siguiente; o cuando la mujer suspende
trata de ninguna dádiva del legislador ni de un problema vinculado con la la ingestión del abortivo para ponerse días después en manos de un abona-
función de la pena, sino del reconocimiento de que la actividad punitiva del dor profesional. En estos casos no hay abandono, sino postergación, que es
Estado no puede, en el contexto de una sociedad democrática y participati- cosa bien distinta.
va, extenderse más allá de los marcos filosóficos y políticos garantizadores
Tampoco es voluntario el abandono cuando el autor se atemoriza por
de la seguridad jurídica.
las amenazas de la dama a quien se propone hurtar; si no puede violar a la
Ahora bien, para que pueda hablarse de esta clase de tentativa, deben
víctima por eyacular de manera precoz; si se le encasquilla el arma; si des-
reunirse diversos requisitos inferidos del artículo 27, en especial de la parte pués de dos intentos los agentes no logran accionar el encendido del auto-
final del inciso I o :"... y esta —la consumación— no se produjere por circuns- motor, y son capturados por la policía, etc. Finalmente, no se logra evitar la
tancias ajenas a su voluntad...". En efecto, en primer lugar, es indispensable consumación si el herido fallece, o si la bomba de relojería estalla y destruye
que el agente abandone la voluntad delictiva, esto es, que medie de parte del la casa del enemigo; si el envenenado muere después de ingerir la dosis, etc.
autor o partícipe la decisión de no persistir más en la realización de la idea
Desde luego, existen hipótesis discutibles que obligan al analista o juz-
criminosa; en segundo lugar, el abandono debe ser definitivo, no de índole
gador a emitir un juicio de carácter objetivo sin olvidar el plan del autor, con
provisional para intentar luego la ejecución de la empresa delictiva aunque, base en supuestos debidamente probados para evitar disquisiciones sin fun-
debe advertirse, no existen reglas generales que permitan precisar cuándo damento alguno.
sucede ello, y debe procederse caso por caso. En tercera instancia, el aban-
dono debe ser de carácter voluntario, esto es, no impuesto por una circuns- Incluso, es perfectamente posible que el autor o partícipe fracase en su
tancia extraña al agente, sin olvidar que "no es la causa la que tiene que ser empeño voluntario de evitar la consumación de la conducta típica, sea por-
independiente, sino la voluntad del autor" (F. MUÑOZ CONDE). Esto es de suma que el resultado no se produzca por la irrupción de circunstancias ajenas a
su voluntad —por ejemplo: el terrorista arrepentido o su cómplice le anun-
importancia, pues el agente puede abandonar la realización de su actuar mo-
cian a su víctima que han puesto una bomba y le dan las instrucciones para
tivado en reacciones primitivas, en supersticiones, en sentimientos de carácter
desactivarla, mas un agente experto en explosivos, alertado por un vecino,
¡j,,,, irracional ajenos ciertamente a su voluntad, pero que no deben impedir el re- ya la había neutralizado—, o sea, porque, pese a sus esfuerzos, el resultado
¡fc conocimiento del desistimiento para no cometer injusticias. Finalmente, en finalmente se consuma —ejemplo: aunque el terrorista suministra toda la
;'5»¡¡ cuarto lugar, el desistimiento debe impedir la consumación para que pueda
442 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TENTATIVA 443
i.

información para desactivar el artefacto, este estalla y le causa la muerte a Para terminar, no se puede confundir el desistimiento con el arrepen- ,|!
la víctima—. En ambos casos, pues, se está ante situaciones en las que el timiento, puesto que este solo opera cuando el comportamiento ya ha sido ''i
agente (sea autor o partícipe) renuncia a la realización de la conducta típica consumado, y el sujeto se hace beneficiario de algunas atenuantes o eximentes |¡¡
o a su participación, pero el desistimiento fracasa; de allí que se hable de punitivas, según el caso. Así sucede, verbigracia, cuando el autor procura i,,
desistimiento malo grado, fracasado, estropeado e, incluso, inútil. Desde lue- después de cometido el acto "anular o disminuir sus consecuencias" (artícu-
go, puede presentarse tanto en la tentativa inacabada como en la acabada y lo 55, numeral 5); "reparar voluntariamente el daño" (artículo 55, numeral
da lugar a una nueva división. 6, de manera similar en los artículos 269 y 401 del Código Penal); o cuando
La primera modalidad de desistimiento fracasado, que podría llamarse en el secuestro, en un término no superior a quince días, el retenido es dejado
impropia, ha sido prevista por el confuso artículo 27, inciso 2 o —figura "voluntariamente en libertad" (artículo 171); o, para terminar, en los casos
copiada del declarado inconstitucional artículo 25, inciso 2o, del Código Penal de "retractación" en la calumnia y la injuria, lo que torna impune al autor (ar-
Militar, que se basó en el § 24, párrafo (1), inciso I o del Código Penal ale- tículo 225).
mán—: "cuando la conducta punible no se consuma por circunstancias
ajenas a la voluntad del autor o partícipe... si voluntariamente ha realizado D) Inidónea
todos los esfuerzos necesarios para impedirla", trátese de tentativa acabada
o inacabada. Obviamente, cuando se habla del "autor o partícipe" se prevé Se presenta esta modalidad de tentativa cuando el autor comienza a
la posibilidad de que el desistimiento sea realizado no solo por el autor di- ejecutar el hecho, pero este no se consuma en virtud de que los actos reali-
recto o inmediato, por el autor mediato, por el coautor, sino también por un zados no son idóneos para su logro, independientemente de que ello acon-
instigador o cómplice (partícipes en sentido estricto), con lo que se le da cabi- tezca por razones fácticas o jurídicas; puede hablarse, por ello, de inidonei-
da a la institución conocida como desistimiento de los partícipes en algunas dad de los medios, del objeto y del sujeto. A esta figura también se le puede
legislaciones —así el § 24 párrafo (2), inciso I o del Código Penal alemán— denominar tentativa imposible o delito imposible, y no faltan quienes se
que, para el caso, es malogrado. inclinen por la última designación por considerarla más apropiada y omni-
Por supuesto, si en tratándose de esta modalidad de tentativa desistida comprensiva.
impropia el legislador admite la renuncia de los partícipes, es porque, implí- Algunos ejemplos aclaran lo dicho: disparar sobre un cadáver creyen-
citamente, al recoger en el inciso I o la tentativa desistida —que por oposi- do que se trata de un hombre vivo, o sobre un hombre protegido por un campo
ción a la anterior se puede llamar lograda o no fracasada—, también tiene magnético antibalas es una tentativa inidónea sobre el objeto por razones
en cuenta la posibilidad de que los partícipes desistan de su aporte. Natural- fácticas; intentar el apoderamiento de una cosa creyéndola ajena, cuando en
mente, si no subsiste delito remanente alguno la conducta no debe ser objeto realidad se cuenta con la autorización del dueño, lo es por razones jurídicas.
de punición; y, si hubiese delito remanente en cualquiera de las modalida- A su vez, tomar aspirina con la finalidad de causarse el aborto o acudir a los
des de desistimiento, al agente se le debe imponer la pena indicada para este pases mágicos de un curandero indígena es incurrir en una tentativa inidó-
en armonía con el artículo 30 para los instigadores y los cómplices. nea en virtud de los medios utilizados por motivos fácticos.
Ahora bien, en cuanto a la segunda modalidad de desistimiento malo- Así mismo, quien busca causarle un aborto a una joven no embarazada
grado —la propia, cuando el agente no puede impedir la consumación de la incurre en tentativa inidónea atendiendo al sujeto por razones fácticas; lo
conducta—, parece evidente que al autor no se le debe castigar por la reali- mismo ocurre, pero por motivos jurídicos, con una tentativa de fuga de quien
zación de la conducta consumada; lo pertinente, desde luego, es aplicarle la
no está privado jurídicamente de la libertad, o con la tentativa de inducir a
diminuente señalada en el artículo 27, inciso 2o, atendiendo, justamente, a
error al que no es servidor público en el caso del artículo 453 del Código Penal.
los esfuerzos inútiles desplegados por él para evitar la consumación. Este
tratamiento punitivo ha sido, sin embargo, discutido y va desde las posturas Los casos de tentativa inidónea, auténticas hipótesis de error de tipo al
que afirman el castigo por el delito consumado doloso, pasa por las que pre- revés, deben distinguirse del delito putativo, que se presenta cuando el autor
conizan la atenuación por diversas razones, hasta los que proponen el casti- realiza una conducta que cree prohibida pero que es realmente lícita (el agente
go por el delito culposo, o quienes se inclinan por la aplicación de la atenuante realiza actos homosexuales, incurre en bigamia o comete adulterio, creyendo
por delito doloso y el castigo por delito culposo al mismo tiempo (sobre ello, que han sido prohibidos por la ley), lo cual equivale a un verdadero error de j
véase a F. MUÑOZ CONDE y M. MARTÍNEZ ESCAMILLA). prohibición al revés. t
444 MANUAL DE DERECHO PENAL LA TENTATIVA 445

V. PUNICIÓN DE LÁ TENTATIVA nes. En verdad, el señalamiento de casos particulares brinda relativa segu-
ridad en hipótesis como las de los tipos de omisión propia y de consumación
Como se desprende de lo dicho, la ley penal solo prevé la punición de anticipada y es muy discutible en otras, para lo que debe acudirse a la res-
las tentativas simple, acabada y desistida fracasada, y por ello —a diferen- pectiva legislación penal. Esto último ocurre, justamente, con los tipos de
cia de legislaciones como la alemana en las que la atenuación para las dos lesiones personales de lege lata en los que, a pesar de caber la posibilidad
primeras modalidades es facultativa— consagra una pena en todo caso in- teórica, es de muy difícil su configuración según la forma como han sido plas-
ferior, que se debe tasar dentro de los marcos señalados por el artículo 27, mados.
en armonía con el artículo 61, inciso 4o. En efecto, para la tentativa simple A su vez, en los únicos casos de preterintención previstos (artículos 105
y acabada se dispone que el autor:"... incurrirá en pena no menor de la mitad y 118) tampoco es viable, pues dicha figura solo procedería en relación con
del mínimo ni mayor de las dos terceras partes del máximo de la señalada la parte dolosa de aquel; en los demás casos, pues, debe partirse de la redac-
para su consumación". ción legal concreta y evitar hacer generalizaciones inconvenientes.
Ahora bien, en tratándose de desistimiento malogrado impropio previsto
en la ley, se indica que el agente (autor o partícipe en sentido estricto) incu-
rre en pena "... no menor de la tercera parte del mínimo ni mayor de las dos
terceras partes del máximo de la señalada para su consumación". Obviamen-
te, la pregunta que cabe hacer es: ¿cuándo se aplica esa atenuante? Al res-
pecto, se debe hacer una distinción, según si la modalidad de desistimiento
malogrado prevista deja o no subsistente un delito remanente; por supuesto,
si no hay delito remanente, lo correcto es predicar la impunidad en el actuar
del agente (autor o partícipe), tal como sucede en la tentativa desistida ordi-
naria cuando se presenta la misma situación, como lo imponen los principios
del acto y de culpabilidad, pues él no ha realizado ninguna conducta puni-
ble; en cambio, si subsistiere delito remanente, la pena imponible es la esta-
blecida en la ley para esa conducta dependiendo de la modalidad de partici-
pación criminal.
Desde luego, por lo ya expuesto, al desistimiento malogrado propio se
le debería dar el tratamiento del inciso 2 o , esto es, cuando se produce la con-
sumación, pese a los esfuerzos del autor o partícipe para evitarla aunque, debe
advertirse, no son pocas las dificultades —sobre todo en lo atinente al ma-
nejo punitivo que debe dársele al asunto— generadas por la inapropiada
redacción legal.
Así mismo, siguiendo con el desarrollo de lo hasta aquí dicho, debe re-
cordarse que solo es susceptible de castigo este dispositivo amplificador del
tipo penal en las conductas dolosas y quedan excluidas las culposas o impru-
dentes.
Especialmente difícil resulta la cuestión atinente a los tipos penales que
admiten tentativa, pues, a pesar de que en un principio ella cabría en todos
los supuestos delictivos dolosos —aunque no faltan agudas polémicas en
relación con el dolo eventual—, los expositores suelen introducir listas in-
terminables —a manera de recetarios— en las que no procede la figura, con
lo que el principio enunciado termina desplazado por las diversas excepcio-
*!'"
CAPÍTULO DECIMOSEXTO

EL CONCURSO DE PERSONAS
EN LA CONDUCTA PUNIBLE

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teur»", en Revista de Derecho Penal y Criminología, volumen vn, número 22, Bogotá,
Universidad Externado de Colombia, 1984, páginas 7 y siguientes.

I . PRECISIONES INICIALES

Mu
«Mu Cuando se analizan los tipos penales vertidos en el Código Penal se ob-
serva que, como norma general, describen conductas humanas realizadas por
448 MANUAL DE DERECHO PENAL EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 449

una persona, lo que lleva a pensar que solo puede ser autor, agente o sujeto como instrumento en manos de aquel; el coautor, es decir, la persona que en
activo de ellas, el anónimo "el que" o "quien", expresiones con las cuales co- unión de otra o de otras realiza conjuntamente la conducta típica; y, finalmen-
mienzan las redacciones de las figuras típicas. Sin embargo, el hombre no te, se habla del autor accesorio —también conocido como autor paralelo—,
suele actuar solo, sino con la colaboración de otros, como lo muestran múl- esto es, el que interviene en un mismo hecho como autor, pero con absoluta
tiples actividades humanas llevadas a cabo cotidianamente en la compleja independencia de otra u otras personas, lo que demuestra que no es una hi-
gama de relaciones sociales que supone la convivencia en comunidad, lo que pótesis de concurso de personas. Por otro lado, aparecen los partícipes, ca-
no pasa inadvertido para los legisladores cuando al redactar los tipos pena- racterizados porque concurren en el hecho ajeno, sea a título de instigador,
les plasman las distintas manifestaciones criminales según su sentido social. esto es, la persona que incita o impulsa dolosamente a otra u otras a realizar
El delito, pues, como cualquiera otra actividad humana, presenta tanto en su un injusto, sea como cómplice, quien presta ayuda dolosamente para la reali-
gestación como en su ejecución los mismos fenómenos de especialización zación de un injusto doloso (conducta típica y antijurídica) cometido por otro.
y división del trabajo observados en la vida real. De lo anterior se desprende, entonces, que el concurso de personas en
Por eso, si se estudian con detenimiento algunas formas de actividad de- la conducta punible comprende tanto la autoría como la participación crimi-
lictiva que aquejan la vida social, como sucede con el tráfico ilegal de dro- nal; no obstante, debe precisarse, existen dos maneras distintas de regular el
gas, el terrorismo, la trata de blancas, el turismo sexual, los atentados contra fenómeno anterior desde el punto de vista legal, según se opte por un con-
el patrimonio económico, el lavado de activos, los delitos contra el ambien- cepto restrictivo de autor o por uno extensivo. De conformidad con el pri-
te, etc., se observa una extensa red de personas que de una u otra forma parti- mero, se pueden distinguir distintas formas de concurrencia delictiva, tal
cipan en dichas empresas criminosas. Piénsese, en efecto, en las encargadas como se acaba de exponer, con notable influencia en la punibilidad, que debe
de las tareas de dirección, que planean de manera minuciosa, con base en un imponerse en grados distintos, según se trate de autor o de partícipe.
plan de ejecución mancomunado, toda la operación criminal; en las que se
Por su parte, el segundo —propio de un derecho penal de la voluntad
ocupan en ejecutar esos designios, órdenes o mandatos y cumplen las tareas
y que permite colmar todas las lagunas de punibilidad, orientando las san-
materiales indispensables para el logro del fin común, que a veces requieren
un alto grado de especialización (el químico que refina la droga en el labo- ciones criminales hacia la personalidad del agente o autor—, al partir de la
ratorio, el operario experto en alarmas y cajas fuertes que contribuye al asal- teoría de la equivalencia de las condiciones en materia de causalidad, entiende
to bancario, el experto en asuntos económicos y financieros que administra que es autor todo aquel que le presta colaboración causal al hecho. Esto im-
los dineros recaudados, el terrorista entrenado en la fabricación de explosi- pide hacer la distinción entre autores y partícipes, a los que se les da idéntico
vos sofisticados, el transportador, etc.); en fin, en las que cumplen tareas más tratamiento punitivo, lo que obliga a sus partidarios a acudir a las posturas
sencillas como la de vigilancia (el llamado "campanero"), ocultamiento de subjetivas en este campo.
las huellas del crimen, suministro de información, entre otros. Empero, la disyuntiva anterior no es absoluta, si se tiene en cuenta que
Por ello, cuando el codificador consagra las distintas formas de concu- la doctrina contemporánea suele sostener un doble concepto de autor, res-
rrencia de personas en la conducta punible (artículos 28 a 30), reconoce que trictivo para los hechos dolosos y extensivo para los culposos.
dicho asunto no está librado a su juicio y se trata, en todo caso, de conceptos
extraídos de la vida social; solo una concepción idealista podría pretender II. LA DISTINCIÓN ENTRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN
que todo se reduce a elaboraciones puramente normativas, como si la ley ¡
penal caminara por un sendero distinto del de la realidad. Para una mejor De lo dicho hasta el momento se colige que la diferenciación entre auto-
comprensión del asunto, sin olvidar tal punto de partida, pueden clasificarse ría y participación es uno de los temas que más ha suscitado, históricamente
como sigue las distintas formas de "concurso de personas en la conducta puni- hablando, agrias disputas dogmáticas, como lo muestra el amplio número de
ble", para utilizar la denominación acogida por el legislador y seguir los de- tesis que al respecto se han formulado.
rroteros de la doctrina italiana (confróntese, p. ej., G. FIANDACA/E. Musco). En efecto, en primer lugar, se han planteado las llamadas concepciones
Por un lado, se consideran autores: el autor inmediato, entendiendo por subjetivas para las que la distinción entre autor y partícipe es un asunto que
tal el que realiza por sí mismo todos los elementos del tipo penal; el autor tiene poca importancia, pues lo trascendental es precisar quién —desde el
mediato, esto es, el que comete el hecho por intermedio de otro, que actúa punto de vista causal— ha contribuido a ocasionar el resultado típico sin ne-
EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 451
450 MANUAL DE DERECHO PENAL
ii 11

m\ dirige en forma planificada transforma al autor en señor del hecho. Por esta
m, cesidad de que la contribución del agente al hecho sea constitutiva de una razón, la voluntad final de realización (el dolo de tipo) es el momento gene-
acción legalmente consagrada. Por ello, debe entenderse como autor quien ral del dominio sobre el hecho (H. WELZEL). De tal manera, en un homicidio
K»l realiza una aportación causal al hecho con voluntad de autor (animus auc- es evidente que el dominio o el señorío del hecho lo tiene quien dispara so-
f\ toris), cualquiera que fuese su contenido, mientras que partícipe es quien actúa bre su enemigo, no así quien le presta el arma o le informa sobre el sitio donde
con la voluntad de tal (animus socii). Como es obvio, este punto de partida puede encontrarlo.
es insostenible, porque contradice la estructura del derecho penal vigente y Naturalmente, esta pauta —más conocida como teoría final objetiva—
disuelve los tipos penales. Algunos ejemplos muestran los extremos a los tiene algunos tropiezos: en efecto, no funciona por sí sola en los llamados
que llega: el que en un asalto bancario tenga como tarea jugarle una broma delitos de intención o figuras delictivas, cuyo supuesto de hecho presenta un
al celador para distraerlo, debe ser considerado autor, si actúa con voluntad plus subjetivo en virtud del cual el autor no solo debe dominar el hecho, sino
de autor; y la mujer que charla con la vendedora de comestibles mientras su
también aportar ese elemento subjetivo o especial elemento del ánimo (por
compañero asalta la joyería de al lado es autora, según su animus.
ejemplo, en el hurto del artículo 239, inciso I o , se exige "propósito de obte-
En segundo lugar, aparecen las teorías objetivas, que pretenden hacer
ner provecho"); lo mismo sucede en los llamados delitos especiales (delicia
la distinción buscada acudiendo a criterios de diversa índole. En efecto, por
propria), que requieren determinada calificación en el autor, sin la cual la
un lado, la teoría formal objetiva entiende que es autor quien realiza un com-
portamiento que se halla dentro del círculo abarcado por el tipo penal, esto conducta realizada no alcanza a ser típica, así el agente tenga el dominio del
es, aquel que lleva a cabo la acción ejecutiva adecuada, total o parcialmente, hecho, por lo cual es discutible la consideración como autor del agente que
al supuesto de hecho, mientras que se considera partícipe al que no lo hace, solo tiene la calidad pertinente (piénsese en la investidura de "servidor pú-
y se limita a aportar cualquier otra contribución causal al hecho. Por supuesto, blico" requerida en el peculado regulado en los artículos 397 y siguientes).
esta postura no logra efectuar la diferencia propuesta, pues se queda en meras También en los delitos de propia mano encuentra dificultades el dominio del
consideraciones lingüísticas al plantear que solo el "uso común del lengua- hecho, pues solo puede ser autor quien ejecuta el acto por su propia mano y
j e " permite saber cuándo el agente ejecuta la acción típica, y es tal su carác- tenga el señorío sobre el hecho (esto sucede, verbi gratia, en el acceso car-
ter formal que apenas alcanza a brindar un punto de partida. Así, cabría nal violento del artículo 205, en el falso testimonio del artículo 442, o en el
preguntar: ¿ejecuta la conducta de matar el que lleva a la víctima mediante incesto del artículo 237 del Código Penal). Por supuesto, este criterio tam-
engaños al sitio donde la espera el sicario armado, o este cuando dispara? poco explica la autoría en los hechos culposos, en los que el autor no es quien
Por otro lado, la teoría material objetiva pretende hacer el distingo afir- domina el acto sino el que causa el resultado típico, lo cual no impide que la
mando que es autor quien demuestra con su acción mayor peligrosidad para acción final extratípica realizada por el agente no lo suponga, pero ello no
el bien jurídico, mientras el partícipe lo hace en menor grado; o bien, par- tiene trascendencia para el legislador. Así mismo, no sin alejarse del punto
tiendo de la mayor o menor intensidad de la relación causal, señala que autor de partida propio de una concepción finalista, se cuestiona la admisibilidad de
es quien pone la causa, y partícipe, el que pone la condición. Como es de esta pauta en los hechos omisivos.
suponer, al acudir a criterios tan gaseosos como el de la "peligrosidad de la Para culminar, los representantes de la teoría de la imputación objetiva
contribución", o al poner en la base de la distinción la causalidad, pretendien- —para lo que acuden a la "función de llamada de la norma"— diferencian
do derivarla a partir de criterios suministrados por las ciencias naturales, tam- en el concurso de personas en la conducta punible "diversos niveles de de-
poco se resuelve nada. beres de comportamiento" y de "grados de apremio"; así las cosas, ía "nor-
Finalmente, aparecen las teorías mixtas. La más conocida es, sin lugar ma de conducta del autor" se encontraría en el más elevado desnivel de grado
a dudas, la del dominio del hecho, para la cual el autor se convierte en el dueño de apremio, por oposición a la "norma de conducta de los partícipes", situa-
del suceso (señor del hecho) que conduce a la realización del tipo, pues no da en un menor nivel (U. STEIN); cuando no, se parte de pautas como "el aban-
# reconoce una voluntad que domine la suya, en tanto que el partícipe —al aban- dono del rol" o "la competencia por lo que sucede" (G. JAKOBS). Semejantes
donar en el autor la decisión en torno a si el hecho debe llegar a su consuma- criterios, como es obvio, no brindan ninguna posibilidad racional de delimi-
JM. ción— carece de tal dominio. Señor del hecho, pues, es aquel que lo realiza
tación y llevan este problema a terrenos en los que campea la inseguridad ju-
£i en forma final en razón de su decisión volitiva, el que tiene las riendas del
rídica.
JüJ hecho; la conformación del hecho mediante la voluntad de realización que
452 MANUAL DE DERECHO PENAL EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 453
h
11
III. EVENTOS QUE NO CONSTITUYEN CONCURSO DE PERSONAS se en cuenta, también se emplea esta figura para aludir a algunas manifesta-
ni
ciones de autoría en las conductas imprudentes o en las de propia mano,
ii Para evitar confusiones, es bueno precisar algunas hipótesis que guar- cuando son realizados por un número plural de personas, etc., y dan lugar a
dan cierta semejanza con el fenómeno aquí estudiado, aunque difieren de él una impropia autoría accesoria o paralela.
de manera sustancial.
En efecto, así sucede, en primer lugar, con los llamados tipos plurisub- IV. LA AUTORÍA
jetivos, que —como ya se dijo— requieren la intervención de varias perso-
nas para la realización de la conducta típica, como sucede en los artículos 227, Una vez expuestas las nociones anteriores, debe examinarse la figura
340 (modificado por la ley 733 de 2002, artículo 8o), 467 a 469 y 471. Desde de la autoría, con lo que se complementa el estudio del sujeto activo realiza-
luego, estas figuras delictivas admiten como tales la participación e, incluso, do en el acápite dedicado a la tipicidad.
excepcionalmente, la autoría mediata, sea que se trate de un tipo de conver- A) La autoría en sentido estricto
gencia o de encuentro; a título de ejemplo, uno puede ser cómplice de un grupo
de rebeldes o inducir a un conjunto de personas a cometer una asonada. Suelen utilizarse diversas denominaciones para designar esta figura:
En segundo lugar, tampoco implican concurso de personas, sino ver- autor inmediato, autor directo, autor principal, autorpropiamente dicho e,
daderas descripciones típicas autónomas, las hipótesis defavorecimiento y incluso, ejecutor y autor material. A este instituto se refiere el legislador al
receptación (Código Penal, artículos 446 y 447 modificado artículo 4o ley emplear locuciones como "el que", "la persona", "quien", etc., cuando re-
813 de 2003), pues en dichas figuras se requiere que el agente "tenga cono- dacta los correspondientes supuestos de hecho de la norma y que, en su opor-
cimiento de la comisión de la conducta punible, y sin concierto previo, ayu- tunidad, se ha denominado sujeto activo, agente o sujeto agente.
dare a eludir la acción de la autoridad o a entorpecer la investigación corres- Por autor se entiende aquella persona que realiza la conducta subsumi-
pondiente"; o que "... sin haber tomado parte en la ejecución de la conducta ble en el tipo respectivo, con sus propias manos y manteniendo el señorío o
punible adquiera, posea, convierta o transfiera bienes muebles o inmuebles, las riendas del hecho, esto es, quien tiene el dominio de la acción; así pues,
que tengan su origen mediato o inmediato en un delito, o realice cualquier es autor, en sentido estricto, el que dispara su arma sobre otra persona que
otro acto para ocultar o encubrir su origen ilícito...". muere a causa de la lesión; quien tortura a otro, etc. Desde luego, como se
Así mismo, en tercer lugar, deben considerarse ciertas previsiones le- advirtió, hay tipos penales en los que, a más del dominio del hecho, se re-
gales que también tienen una existencia independiente, pero que han sido quieren otros elementos para determinar la autoría.
expresamente desprendidas por el legislador de las distintas especies de
B) La autoría mediata
concurso de personas en la conducta punible, como sucede con la instigación
pública y directa a delinquir (artículo 348), la violencia sobre un servidor pú- a) Concepto
blico (artículo 429) y la instigación a la guerra (artículo 458).
Se presenta cuando el agente realiza el tipo penal valiéndose de otra per-
Tampoco, en cuarto lugar, es un caso de concurso de personas en la con- sona que actúa como instrumento, para la ejecución de la conducta consa-
ducta punible la figura de la autoría accesoria o autoría paralela —también grada en la ley; por eso, en esta forma de autoría, el dominio del hecho re-
llamada simultánea—, pues esta consiste en la realización del hecho por quiere que todo el proceso se desenvuelva como obra de la voluntad rectora
varias personas que normalmente actúan de manera independiente, pero que del "hombre de atrás", que —gracias a su influjo— debe tener en sus manos
ocasionan el mismo resultado. Este fenómeno se presenta, por ejemplo, cuan- al intermediario; por eso se conocen estos casos como de dominio de la
do diversos agentes, de manera autónoma y por separado, denuncian ante la voluntad. El instrumento debe actuar en una causal de atipicidad o de jus-
autoridad competente un delito que no ha sido cometido, e incurren en una tificación y, excepcionalmente, de inculpabilidad.
hipótesis de falsa denuncia (Código Penal, artículo 435); o cuando un número
plural de individuos, sin vínculo concursal alguno, coaccionan al mismo par- b) Requisitos
ticular (artículo 182). En fin, para poner un ejemplo citado por la doctrina Ahora bien, del concepto anterior se desprende que para la existencia
Ü; alemana, cuando dos autores intentan incendiar un mismo edificio prendién- de la autoría mediata se deben reunir diversas condiciones, tal como se in-
M dolé fuego por sitios distintos (artículo 350, inciso 2o). Desde luego, ténga- dica a continuación.

16. VELÁSQUEZ V., 2*


454 MANUAL DE DERECHO PENAL EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 455
L
P'i' En primer lugar, el dominio del hecho debe tenerlo el hombre de atrás, d) Casos de exclusión de la autoría mediata
IH'ÍIN pues si lo posee el instrumento o lo comparte este con aquel, o un tercero, se
gnu ; debe pensar en otra forma de concurso de personas en la conducta punible. La figura examinada no se presenta, sin embargo, en las siguientes
iH En segundo lugar, el instrumento debe encontrarse subordinado al hipótesis:
" hombre de atrás, lo que significa que todos los presupuestos de la punibili- En primer lugar, cuando el instrumento obra dentro de un aparato de
dad deben concurrir en este último y referirse solo a él; esa subordinación poder en el seno de organizaciones delictivas, en las que las órdenes crimi-
puede proceder por coacción, error, incapacidad de culpabilidad, o, senci- nales son dadas desde la cúspide de la jerarquía y deben ser ejecutadas por
llamente, por la actuación de buena fe del instrumento. los subordinados, caso en el cual debe concebirse una coautoría cuando se
En tercer lugar, debe tratarse de un hecho doloso, pues esta figura no es den sus exigencias. No obstante, un sector de la doctrina concibe tales si-
admisible en los eventos culposos, en los que, como ya se dijo, no existe do- tuaciones como una modalidad de autoría mediata (dominio de la voluntad
minio del hecho. tn virtud de aparatos organizados de poder) y le da a esta última figura alcan-
En cuarto lugar, debe tratarse de un tipo penal que no requiera del autor ces distintos (C. ROXIN y P. POSADA ECHAVARRÍA); otros, en cambio, se incli-
realización corporal o personal de la acción típica (de propia mano), o una nan por su encuadramiento como inducción, autoría accesoria e, incluso,
característica especial en el autor (deliciapropria), o un elemento subjetivo como complicidad necesaria.
del tipo de carácter especial (delitos de intención), pues en ellos no cabe la El asunto, sin embargo, es en extremo polémico y no se pueden hacer
autoría mediata. encasillamientos tajantes o absolutos que olviden las particularidades de cada
Finalmente, en quinto lugar, tampoco es posible esta forma de autoría caso y el punto de partida que se asuma, pues nada impide concebir en un
si el instrumento no realiza conducta penalmente relevante, por presentarse aparato organizado de poder verdaderos fenómenos de autoría mediata —en
en él una de las causas de inexistencia ya estudiadas, pues en tal hipótesis se el sentido en que aquí se entiende— o casos de inducción; aunque, se repite,
configuraría una verdadera forma de autoría directa o autoría en sentido en principio se tratará de casos de coautoría, si se presentan las exigencias
estricto. de esta. Ejemplos: el capo de la organización mafiosa le ordena al jefe de los
asesinos a sueldo (sicarios) que entre sus hombres seleccione uno para darle
c) Casos muerte a un dirigente político determinado; el agente de un servicio secreto,
Las hipótesis más comunes en esta materia son las del instrumento que que cumple la orden de quitarle la vida a un diplomático de una nación ex-
actúa sin dolo (el traficante de drogas ilícitas, por ejemplo, de manera subrep- tranjera, etc.
ticia introduce cocaína en el equipaje de un viajero, que luego es sorprendi- En segundo lugar, tampoco hay autoría mediata si el instrumento no
do por las autoridades en posesión de la ilícita mercancía) del instrumento realiza conducta penalmente relevante, pues en esta hipótesis se trata de una
que no obra típicamente (alguien se causa la muerte o se lesiona actuando verdadera autoría directa.
bajo el influjo de otra persona, como sucede en el caso de quien incita a otro En tercer lugar, en la hipótesis del instrumento no calificado en los ti-
a tocar un cable de alta tensión, por cuya descarga perece electrocutado); el pos especiales, en los que solo puede ser autor quien tenga una calidad exi-
instrumento que actúa coaccionado (casos de vis compulsiva, como acaece gida por la figura punible (verbi gratia, la de servidor público en uno de los
con el terrorista que, granada en mano, obliga a una persona a dispararle a tipos de peculado o de prevaricato).
un vehículo en marcha). Así mismo, el instrumento que realiza su actuar Así mismo, en cuarto lugar, tampoco hay autoría mediata en algunas hi-
conforme a derecho (quien, por ejemplo, con una letra de cambio falsifica- pótesis de instrumento coaccionado y de instrumento con incapacidad de mo-
da logra que un juez dicte sentencia condenatoria en contra de un tercero, tivación, en los términos ya explicados.
previo el trámite de un proceso civil de carácter ejecutivo, e incurre en frau- Por último, téngase en cuenta, pueden presentarse casos de error que
de procesal e incluso, de acuerdo con la postura asumida, en una estafa pro- afecten al hombre de atrás o al instrumento, que se deben resolver acudien-
1
cesal) y el instrumento que no posee capacidad de motivación de acuerdo do a los principios vistos; ahora, si se presentan situaciones de exceso debi-
con la norma (el hombre de atrás se vale de un trastornado mental que puede das a error en el instrumento, ello solo afecta a este último. Así mismo, puede
|j|¡ - llegar a ser inimputable, o de alguien que actúa en una situación de error de haber autoría mediata en la tentativa, y es muy discutible la autoría mediata
£¡¡ ii prohibición). por omisión.
456 MANUAL DE DERECHO PENAL EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 457

C) La coautoría por fuera de lo pactado, resuelve darle muerte a cualquiera de los presentes.
Distinta, sin embargo, es la situación presentada cuando uno de los coauto-
a) Noción res se incorpora a la empresa criminal una vez lograda la realización parcial
Se presenta esta forma de autoría cuando varias personas, tras la cele- de la conducta típica, esto es, la llamada coautoría sucesiva, pues se discute
si el agente responde por lo realizado a partir del momento en que se incor-
bración de un acuerdo común, llevan a cabo un hecho de manera mancomu-
pora al suceso criminal, o si debe ser punido como coautor o cómplice en re-
nada, mediante una contribución objetiva a su realización; dicha figura, pues,
lación con todo el suceso. Así acontece, verbi grada, si "A" y "B" sustraen
se basa también en el dominio del hecho —que aquí es colectivo y de carác-
conjuntamente mercancías de un depósito, y "C", enterado de ello, los acom-
ter funcional—, por lo que cada coautor domina todo el suceso en unión de
paña a realizar una nueva sustracción; en esta hipótesis no parece lógico
otro o de otros. Un buen ejemplo es la banda de asaltantes que planea hurtar
responsabilizar a "C" de todo el hecho, atendida la existencia de un plan co-
un banco, y con tal fin se distribuyen las diversas tareas: imposibilitar a los
mún, por lo que se debe imputar solo la parte por él realizada como coautor,
celadores, controlar a los concurrentes a la entidad crediticia, abrir la caja aun en el caso de que medie reparto común del botín. Esta solución se im-
fuerte, vigilar el exterior, administrar el producto del ilícito, repartir las uti- pone de conformidad con los principios de acto y culpabilidad (Código Penal,
lidades entre ellos, etc.; todos los concurrentes, pues, deben ser considera- artículos 9o y 12).
dos como coautores, con la condición de que reúnan las exigencias corres-
pondientes. En segundo lugar, aparece el requisito objetivo de la figura: debe me-
diar contribución, un aporte objetivo al hecho, de tal manera que este sea
b) Requisitos producto de la división del trabajo entre todos los intervinientes; por ello se
requiere un "dominio funcional del hecho", pues cada uno debe ser una pie-
Del concepto anterior se desprenden los dos elementos de la figura, uno
za esencial para llevar a cabo el plan general. Por tanto, no se requiere que
de índole subjetiva, y otro, objetiva.
cada concurrente realice totalmente la acción típica, pues las contribuciones
En efecto, en primer lugar, se requiere una decisión o un acuerdo co- concretadas por él pueden imputarse a todos en virtud del acuerdo; si se
mún (requisito subjetivo) en virtud del cual cada coautor se comprometa a responsabilizara a cada concurrente por la fracción de la conducta realizada,
asumir una tarea parcial —indispensable para la realización del plan—, de sería imposible concebir la figura en examen o habría que acudir a las pos-
tal manera que todos aparezcan como cotitulares de la responsabilidad; es, turas subjetivistas que terminan en un concepto extensivo de autor, como ya
pues, la decisión mancomunada —la decisión común al hecho, de la que ha- se dijo. De esta manera, es coautor tanto el miembro de la banda de asaltan-
blan E. R. ZAFFARONI/A. ALAGIA/A. SLOKAR— la que determina la conexión tes que penetran armados a un museo y realizan el hurto de valiosas pintu-
de las partes del hecho ejecutadas por cada uno de los concurrentes y permi- ras, como el integrante de la misma organización delictiva que —valiéndo-
te imputarle a la persona respectiva la parte de las otras. Por eso, cada coau- se de un sofisticado sistema de ayudas electrónicas y audiovisuales— dirige
tor debe reunir las mismas calidades que el autor y el dominio del hecho se toda la operación desde un lugar situado a unas cuadras del museo asaltado.
torna común; si acontece, por ejemplo, que alguno de los concurrentes no
comparte con los demás las riendas del suceso, debe pensarse en una figura c) Casos de exclusión de la coautoría
distinta, como lo muestra la hipótesis de la banda de asaltantes señalada más Precisados los requisitos de la figura, deben indicarse algunas hipóte-
arriba; desde luego, no se olvide, en casos como ese pueden intervenir per- sis en las que no se presenta esta institución.
sonas que solo cumplan meras tareas de participación en un hecho ajeno (ins- En efecto, en primer lugar, en las conductas imprudentes o culposas,
tigación o complicidad). pues en ellas no hay acuerdo común; el clásico ejemplo de los trabajadores
De lo anterior emana una importante regla en esta materia: la respon- de la construcción que, mancomunada e imprudentemente, tiran una pesada
sabilidad de cada coautor se limita al hecho colectivo, y los excesos o hechos viga a la calle y le dan muerte a un peatón, no es un caso de coautoría.
suplementarios, ejecutados por fuera del plan acordado, solo afectan al in- En segundo lugar, aquellas figuras delictivas que exigen un autor idó-
terviniente que los haya realizado por sí solo. Por ejemplo, si uno de los con- neo (tipos especiales, de propia mano, de intención).
currentes al asalto —deslumhrado por su atractivo— decide, motu proprio, Finalmente, en tercer lugar, no se concibe esta figura en la autoría ac-
acceder carnalmente mediante violencia a una empleada del banco, solo a él cesoria, que —como se dijo— es un caso excluido expresamente de las for-
puede imputársele dicho acto; lo mismo acontece si uno de los maleantes, mas de concurso de personas.
458 MANUAL DE DERECHO PENAL EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 459

D) La autoría en las conductas imprudentes nio de la voluntad de otro (instrumento) por un "hombre de atrás" que con-
trola todo el suceso criminal, circunstancia que excluye la clasificación de
En los comportamientos imprudentes o culposos es autor todo aquel que los casos de "dominio de la voluntad en virtud de aparatos organizados de po-
causa el resultado, determinado por la violación del deber de cuidado medio der" como modalidad de autoría mediata (a diferencia de lo planteado por
exigible, pues no existe el dominio del hecho, como ya se dijo; por eso, pues, una vertiente doctrinal que encabeza C. ROXIN), pues el texto es muy claro:
se afirma que en tales formas de actuar humano no hay ni autores ni partí- utilizando a otro como instrumento.
cipes, sino solo causantes (confróntese, E. R. ZAFFARONI/A. ALAGIA/A. SLO-
KAR). Ahora bien, ello no significa que el criterio tantas veces mencionado En el inciso 2 o se prevé con toda claridad la coautoría y se señala, de
sea impreciso, sino que el legislador ha regulado de manera diversa la auto- manera perentoria, que para que pueda predicarse tal figura se requiere la pre-
ría en los tipos imprudentes, de donde no se puede derivar que los conceptos sencia tanto del elemento objetivo como del subjetivo; no es, pues, posible
de autoría y participación hayan perdido su propio carácter para el codifica- tratar como tal la mal llamada por la jurisprudencia nacional "coautoría im-
dor, puesto que siguen manifestándose en la realidad social de donde este los propia" —con la que tantos exabruptos se han cometido durante los últimos
ha tomado. Autor del hecho culposo es, pues, el que causa la conducta típi- años, que han dejado un pobre saldo para la seguridad jurídica—, porque en
ca (el causante); no obstante, en los últimos años gana fuerza la opinión según ella no concurren las mentadas exigencias, como lo puso de presente el le-
la cual puede presentarse coautoría en los hechos culposos, sobre todo cuando gislador al discutir el texto en el seno del Congreso de la República.
se piensa en decisiones colegiadas. En el inciso 3o—que sigue muy de cerca el artículo 31 del Código Penal
Sea lo que fuere, acorde con el punto de partida aquí asumido, si en un español de 1995 y el § 14 del Código Penal alemán— aparece la figura del
mismo suceso concurre la imprudencia de varias personas y a cada una de actuar por otro (también prevista o desarrollada en los artículos 318, inciso
2o; 324, y 402, inciso 3o) en virtud de la cual se trata como autor de la con-
ellas le es imputable objetivamente, total o parcialmente, el resultado pro-
ducta típica —lo que se traduce en un igual tratamiento punitivo— a quien
ducido, ellas serán autoras de su propio delito imprudente; esto indica ya que
se encuentre en una de las siguientes dos situaciones: primera, tenga la ca-
en estas conductas solo cabe autoría principal, y tampoco —siguiendo de-
lidad de integrante u órgano de representación —autorizado o de hecho—
rroteros contrarios a los de la doctrina francesa: véase a J. PRADEL— son
de una entidad colectiva con personería jurídica o sin ella, con la condición de
posibles ni la instigación ni la complicidad como formas de participación en
que realice la conducta punible prevista en un tipo especial —que excluye
sentido estricto.
otras figuras punibles—, así las calidades exigidas en la descripción típica
E) La autoría en la ley penal no concurran en él, pero sí en el organismo colectivo cuya vocería desem-
peña; esto es, en cuyo nombre obra (actuar en lugar de una persona jurídi-
Según el artículo 29 del Código Penal, intitulado "autores", se entiende ca o de un ente colectivo). Y, segunda, a quien, en los mismos supuestos, lleva
que reviste tal calidad "quien realice la conducta punible por sí mismo o la vocería de una persona natural y realiza un tipo especial (actuar en lugar
utilizando a otro como instrumento" (inciso Io); así mismo, expresa que "son de otra persona física).
coautores los que, mediando un acuerdo común, actúan con división del Desde luego, ese actuar por otro solo es posible en tratándose de los lla-
trabajo criminal atendiendo (a) la importancia del aporte" (inciso 2o). Y que mados delitos especiales o delicia propria, esto es, aquellos que no pueden
"también es autor quien actúa como miembro u órgano de representación ser cometidos por cualquier persona, sino que requieren en el agente o autor
autorizado o de hecho de una persona jurídica, de un ente colectivo sin tal —que para estos efectos se conoce como intraneus— la presencia de deter-
atributo, o de una persona natural cuya representación voluntaria se detente, minadas calidades objetivas (relaciones, cualidades o condiciones especia-
y realiza la conducta punible, aunque los elementos especiales que fundamen- les); así mismo, téngase en cuenta, en estos casos se presenta una verdadera
tan la penalidad de la figura punible respectiva no concurran en él, pero sí en situación de disociación entre la actuación y la titularidad de las referidas
la persona o ente colectivo representado" (inciso 3o). cualidades o condiciones, pues el que realiza el hecho es el extraneus y no
Así, pues, es evidente que en la primera parte del inciso I o se consagra el intraneus, quien no actúa. De esta manera, parece posible imputar esas
la figura de la autoría, esto es, aquellos casos en los que se presenta verda- figuras a título de autor, a los extranei, pues ostentan determinadas posicio-
dero dominio del hecho por acción; en la segunda, sin lugar a ninguna duda, nes de dominio, lo cual permite que se les transfieran los elementos objeti-
se prevé la autoría mediata, o sea se alude a eventos en los que existe domi- vos de autoría así sea evidente que, en verdad, no concurran en ellos; dicho
460 MANUAL DE DERECHO PENAL EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 461

de otra manera: esta figura contempla uña verdadera transferencia de las ca- miento de los partícipes, lo que ha obligado al legislador a consagrar la par- '
lidades del intraneus al extrañeus. ticipación criminal como dispositivo amplificador de los tipos penales, con I
Así las cosas, como se puede observar —y esto es válido para la prime- lo cual se amplía la punibilidad de comportamientos que, de no ser así, pe- !
ra de las dos modalidades de actuar por otro que prevé la ley—, pese a que nalmente no tendrían ninguna trascendencia. En otras palabras: mientras que *
el artículo 29, inciso 3 o , no prevé un mecanismo para castigar penalmente a las diversas formas de autoría se infieren de cada tipo penal en concreto, las j
las personas jurídicas —tema que hoy se discute con mucha intensidad—, dos especies de participación señaladas quedan por fuera de él.
es cierto que busca abarcar gran parte de las formas de criminalidad que se Ahora bien, como la participación implica tomar parte en el injusto
esconden tras su velo o manto. Igualmente, repárese, es impensable en este doloso cometido por otro, de ello se infieren dos cosas: por un lado, la inexis-
ámbito predicar la responsabilidad penal objetiva en cualquiera de las dos tencia de la participación culposa (imprudente) en el hecho ajeno; y, por el
formas de actuar por otro (Código Penal, artículo 12), porque, si algo está otro, el carácter dependiente de ella ante la autoría (el llamado principio de
claro, es que el agente tiene que realizar la conducta punible (comisiva u la accesoriedad).
omisiva), y es imposible derivar la imposición de la pena de la mera calidad
de miembro, órgano de representación o mandante; darle, pues, otro alcan- A) Fundamento de punición
ce a la figura es contrariar el claro tenor literal de la ley y desconocer el al-
cance del título i del Código Penal. Históricamente se han acuñado dos teorías para explicar la razón de ser |
En conclusión, el inciso final del artículo 29 pone de presente —una vez de esta figura: una, la de la participación en la culpabilidad, según la cual |
más— que el legislador ha previsto las distintas especies de autoría; por ello el partícipe es punido por haber guiado al autor tanto a la culpabilidad como
afirma que "el autor en sus diversas modalidades" incurre en la pena seña- a la pena, además de que ha contribuido a la ejecución de la conducta puni-
lada en la ley para la conducta punible. ble, de donde se infiere que se requiere la culpabilidad del autor para poder
Pese a lo que se acaba de expresar, no se puede perder de vista que el predicar la participación (accesoriedad extrema); esta postura es insosteni-
propio codificador —acogiendo un criticable concepto extensivo de autor en ble, pues existe unanimidad en el sentido de que se configura la participa-
las figuras dolosas— se encarga de desvertebrar, en la Parte especial, toda ción en un injusto del autor, y, de conformidad con el principio nullapoena
la teoría de la concurrencia de personas en la conducta punible; sucede, por sine culpa, la culpabilidad de cualquier concurrente en el hecho es indepen-
ejemplo, en figuras como la prevista en el artículo 188 del Código Penal, diente y, en principio, no se comparte.
modificado por el artículo I o de la ley 747 de 2002, cuando todos los concu- La otra es la teoría de la causación o delfavorecimiento, para la que el
rrentes en la conducta se convierten de un plumazo en autores: "El que pro-
fundamento de punición de la participación radica en que el instigador o el cóm-
mueva, induzca, constriña, facilite, financie, colabore o de cualquier otra
plice genera con su comportamiento una situación típica y antijurídica de
forma participe en la entrada o salida de personas del país, sin el cumplimiento
carácter doloso, o la favorece desde un plano material o psíquico. De ello se
de los requisitos legales, con el ánimo de lucrarse o cualquier otro provecho
infiere, entonces, que la participación supone el injusto doloso de otro (ac-
para si o [sic] otra persona,...". Lo mismo acontece en el artículo 188A, in-
troducido por el artículo 2o de la citada ley. Por supuesto, disposiciones como cesoriedad limitada) y el carácter personal de la culpabilidad de cada partí-
éstas son inconstitucionales, porque arrasan con los principios elevados al cipe; este punto de partida se compadece de mejor manera con el derecho
rango de normas rectoras de la ley penal. vigente (Código Penal, artículos 28 a 30).
No obstante, contra las anteriores teorías se alzan los voceros dé las cons-
V. LA PARTICIPACIÓN
trucciones funcionalistas para quienes —según su punto de partida— la ac-
cesoriedad no tiene que ver con una colaboración conocida y deseada, con
Partícipe es el que efectúa un aporte doloso en el injusto doloso de otro, el favorecimiento doloso de hechos dolosos o con otro tipo de factores inter-
trátese de una instigación o de una complicidad; por ello, esta forma de con- nos, pues no es el dolo de los intervinientes lo que fundamenta que se trate
curso de personas se caracteriza de manera negativa, pues el agente no eje- de algo en común, sino "la competencia por lo que sucede" (!), y ella —la
cuta la acción típica. Tal como se desprende de una atenta lectura de las competencia— también puede concurrir en caso de ausencia de dolo (con- *
prescripciones contenidas en la Parte especial, ellas no abarcan el comporta- fróntese, por ejemplo, G. JAKOBS). .
462 MANUAL DE DERECHO PENAL EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 463

B) La instigación puede intentar inducir a quien ya está decidido a cometer el hecho (el deno- I
minado omnímodo facturus), esto es, puede encontrarse ante un sujeto ini- (,
a) Concepto dóneo, lo que torna su actuar impune, de acuerdo con el derecho positivo vi- «<
Por "instigación" o "inducción" se entiende la figura en cuya virtud una gente que no admite la tentativa inidónea. }
persona incita, impulsa, apremia a otra a realizar el injusto doloso; de allí que En cuarto lugar, el hecho al que se induce debe consumarse o alcan-
el instigador sea quien se limita a provocar en el autor la resolución delictiva zar, al menos, el grado de tentativa punible. Esta exigencia es importante,
sin tener el dominio del hecho, lo que lo distingue del coautor. Se puede ins- pues no solo es necesario que medie una acción idónea del inductor, que se
tigar mediante regalos, promesas, amenazas, violencia, coacción, provoca- valga de medios adecuados, sino también que la actividad desplegada por el
ción de error en el instigado, o abusando del ascendiente o autoridad que se inducido alcance a constituir un comienzo de ejecución; si ello no sucede,
detenta, emitiendo consejos al agente, manifestando deseos, valiéndose de no podrá hablarse de esta forma de participación criminal.
apuestas, etc.; lo importante es que cualquiera de los medios utilizados sea Finalmente, en quinto lugar, el instigador debe carecer del dominio del
idóneo y eficaz para la realización de la conducta perseguida. hecho, pues si lo tiene debe pensarse en lafigurade la coautoría. Desde luego,
son muy frecuentes en la práctica los casos en que el agente despliega una
b) Requisitos
auténtica actividad de inducción o instigación teniendo, al mismo tiempo, el
Deben reunirse las siguientes exigencias: en primer lugar, es indispen- dominio del suceso; en estos casos se trata de una verdadera coautoría,
sable que exista un vínculo entre el hecho principal y la acción del inductor, aunque pueden presentarse dificultades probatorias.
esto es, la conducta típica y antijurídica realizada por el autor (injusto) debe
c) Formas
ser producto de la actividad desplegada por el inductor y valerse de cualquiera
de los medios indicados más arriba; a su vez, el autor debe haber realizado Adviértase, para terminar, que la institución examinada puede presen-
el injusto al que ha sido incitado o impulsado, sin importar que lo haya he- tar diversos matices. En efecto, es posible la instigación a la instigación o
cho de manera culpable. De lo anterior se infiere una regla de suma impor- instigación en cadena (el amante induce a la mujer para que esta apremie al
tancia: el exceso o excesos cometidos por el autor no cobijan al inductor. enemigo de su esposo y le dé muerte), con la condición de que se reúnan las
En segundo lugar, el inductor debe actuar con dolo, de donde se infiere exigencias ya vistas; algún sector doctrinario, sin embargo, lo niega pretex-
la ausencia de punición de la instigación imprudente o culposa. El dolo debe tando que la inducción debe ser siempre directa. No obstante, pese a ello, no
dirigirse a producir la resolución de cometer el hecho y a que el autor lo eje- deben descartarse casos en los que esta institución puede configurarse de la
cute, comprendidos, desde luego, los elementos subjetivos y la realización manera indicada.
del respectivo resultado típico, si el supuesto de hecho lo exigiese (se habla Así mismo, puede ser compartida por varios sujetos, lo que da lugar a
por ello de un doble dolo). De manera generalizada, la doctrina exige que la coinstigación (un número plural de sujetos induce a alguien a cometer un
el dolo del instigador se dirija a la consumación del hecho principal, con lo delito de hurto o de constreñimiento ilegal). También puede concebirse cuan-
que se busca amparar con la impunidad al instigador que —con miras a re- do varias personas realizan tal actividad sin tener ningún vínculo entre sí (dos
colectar pruebas en contra del autor— provoca una actividad que normal- personas de distintas ciudades inducen al mismo funcionario público a co-
mente solo debería alcanzar el grado de la tentativa {agenteprovocador); esta meter un prevaricato, o el mismo tráfico de influencias), esto es, la instiga-
figura, de suyo muy discutida, enfrenta al derecho penal a innumerables di- ción accesoria; incluso, puede acontecer que el inductor por sí mismo no se
ficultades en la práctica, pues, pese a que teóricamente parece claro que el haga conocer del autor, sino que se valga de un instrumento para que lleve
agente provocador —normalmente un servidor público— obra sin dolo y bus- a cabo la inducción respectiva, esto es, una verdadera instigación mediata.
cando salvaguardar el bien jurídico, en muchos casos suele prestarse para Téngase en cuenta, además, que no existe tentativa de instigación, pero
notables abusos y desafueros. sí es posible la instigación a una conducta tentada (el que induce a otro a co-
En tercer lugar, en armonía con la primera exigencia, la acción del meter un atraco o un atentado contra el ambiente, y este es interceptado por
inductor debe ocasionar la resolución de cometer el hecho en el autor prin- la policía cuando ha comenzado a ejecutar la conducta). De igual forma,
cipal, debe compelerlo o determinarlo, como dice expresamente la ley al re- obsérvese, es viable la instigación a la complicidad (una persona induce a í
ferirse a esta figura (artículo 30, inciso 2o). Esto es importante, pues el agente otra a que le colabore a un tercero en el homicidio de alguien).
464 MANUAL DE DERECHO PENAL EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 465

Tampoco es posible la instigación por omisión, puesto que la figura exa- nal y pensarse en una coautoría, tal como sucede con la instigación; ahora J
minada solo se compagina con los hechos comisivos dolosos; este fenóme- bien, es posible que en diversas hipótesis no sea fácil diferenciar algunas *
no, desde luego, es distinto de la instigación a un delito de omisión, que sí formas de complicidad necesaria de la autoría, pues la actividad del agente !
es posible (el esposo induce a la mujer a no alimentar al hijo extramatrimo- es equívoca. '
nial de esta).
c) Formas
C) La complicidad Además de las clases de complicidad acabadas de mencionar, existen
otras variedades de ella. En efecto, esta forma de participación puede pre-
a) Concepto
sentarse tanto por acción como por omisión, aunque es más común la pri-
Por tal se entiende la cooperación dolosa con otro en la realización de mera figura —el celador de la entidad bancaria informa a los asaltantes sobre
su actuar antijurídico, dolosamente cometido; el cómplice, pues, se limita a las condiciones de seguridad internas, y estos, valiéndose de dicha ayuda, lle-
favorecer un hecho ajeno y —como el inductor— no participa en el dominio van a cabo el robo— y menos frecuente la segunda —el enfermero sabe que
del hecho. Dicha contribución puede ser de índole intelectual o consistir en el médico va a envenenar a su paciente y permanece sin hacer nada—, si se
un mero despliegue de actividad física, de carácter previo o concomitante al tiene en cuenta que en esta última hipótesis el cómplice debe estar animado
suceso y aun posterior, con la condición de que medie promesa anterior a este. por un deber de garante. Repárese, sin embargo, en que el segundo caso no
puede confundirse con la complicidad en la omisión, que también es posible
b) Requisitos
(el particular colabora con el servidor público para que este omita denunciar
De este concepto se infiere que son indispensables las siguientes exi- el hecho delictuoso en la hipótesis del Código Penal, artículo 417, inciso Io).
gencias: en primer lugar, debe haber vinculación entre el hecho principal y Para terminar, así como la instigación puede concurrir con la compli-
la acción del cómplice, de tal manera que el aporte doloso de este suponga cidad, también —por lo menos de le ge fe renda— puede suceder lo contra-
una contribución objetiva a aquel, y puede ser de carácter necesario o impres- rio. Como se dijo, puede haber instigación a la complicidad —la madre
cindible cuando sin ella el hecho no se habría realizado (complicidadprimaria induce a su hijo para que le suministre dinero a su novia embarazada, con
o necesaria), o de naturaleza no necesaria o prescindible cuando sin contar miras a que se cause el aborto—, pero también complicidad en la instigación
con tal contribución, el suceso se habría realizado de todas maneras (com- —el hijo le presta ayuda a la madre para que esta incite a su amante a darle
plicidad secundaria o no necesaria). muerte al legítimo esposo—. Así mismo, una complicidad puede ser reali-
En segundo lugar, el cómplice debe actuar dolosamente, de donde se zada por varias personas, y puede hablarse de complicidad conjunta o co-com-
deduce la inexistencia de una complicidad culposa en un hecho doloso, o de plicidad—los dos celadores de la entidad bancaria informan al grupo de asal-
una complicidad culposa en un hecho imprudente; por supuesto, el hecho tantes sobre las condiciones de seguridad en la cava—; incluso, es imaginable
doloso con el que se contribuye debe alcanzar por lo menos el grado de ten- la complicidad en la complicidad —el armero le repara el arma a su dueño,
tativa punible, tal como sucede en los ejemplos mencionados más arriba. Ante para que este se la preste al homicida—. De igual modo es posible la com-
este requisito, valen las mismas consideraciones hechas en torno a la insti- plicidad en la tentativa —una persona le suministra a otra el número de la
gación. caja fuerte del banco y esta última es sorprendida por la policía cuando in-
Así mismo, en tercer lugar, la complicidad no requiere que la contri- tenta abrirla—.
i
bución sea coetánea al suceso. De la noción expuesta más arriba se desprende
D) Las formas de participación en la ley penal
que la actividad desplegada por el cómplice puede consistir tanto en un aporte
anterior o concomitante al momento de ejecución del hecho, como en uno Tanto la instigación como la complicidad han sido previstas por el le-
posterior, con la condición de que medie promesa anterior (de carácter no ne- gislador en el artículo 30 en armonía con el artículo 61, inciso 4o; por eso, el
cesario), de tal manera que no se rompa el vínculo al que se aludió en el pri- inciso I o del artículo 30 expresa: "Partícipes. Son partícipes el determina-
mer requisito. dor y el cómplice".
En cuarto lugar, el cómplice debe carecer de dominio del hecho pues, La instigación se infiere del inciso 2 o del artículo 30: "quien determine *
si acontece lo contrario, debe descartarse esta forma de participación crimi- a otro a realizar la conducta antijurídica...". Desde luego, el empleo de la locu- |
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EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 467

111
ción "conducta antijurídica" supone, necesariamente, la presencia de un 61, inciso 4o, cuando afirma que para la determinación de la pena el juez debe
*í¡ ,TI injusto doloso de otro para que pueda concebirse esta modalidad de partici- tener en cuenta "el mayor o menor grado de eficacia de la contribución o
ón .;». pación en sentido estricto; ahora bien, la locución "quien determine" debe ayuda".
,ii aquí entenderse en sentido estricto como sinónima de instigación —aunque Con lo anterior se reiteran dos cosas: una, que la complicidad puede
es frecuente que en la doctrina se empleen otras voces como la de inducción asumir la modalidad de contribución, que puede ser antecedente o concomi-
o "autoría intelectual", si bien debe advertirse que las equivalencias no son tante a la realización de la conducta punible —primaria o secundaria, según
siempre aceptadas, pues se presentan diversos matices y nomencladores, se- el caso—, o la de prestación de ayuda posterior, si media concierto previo
gún el punto de partida que se asuma— y no en sentido amplio para cobijar, o concomitante —preferentemente una complicidad secundaria—, con lo que
incluso, la llamada "autoría por determinación" de que hablan algunos ex- no es igual la pena para las diversas formas de complicidad, y el fallador debe
positores (sobre ello, E. R. ZAFFARONI/A. ALAGIA/A. SLOKAR, al fijar los al- partir de la sanción "prevista para la correspondiente infracción disminuida
cances del artículo 45 del Código Penal argentino). En el derecho nacional, de una sexta parte a la mitad'', y otra, que lo determinante para valorar si la
pues, si el "determinador" tiene el dominio del hecho es un verdadero autor complicidad es primaria o secundaria —necesaria o no necesaria— es el
y no un "autor por determinación" en los términos de los artículos 29 y 30 criterio de eficacia de la contribución o de la ayuda posterior en relación con
del Código Penal, sin que sea necesario acudir a figuras distintas de las pre- la conducta punible, esto es, el grado de capacidad, firmeza, o su solidez, la
vistas en el texto legal. virtud, actividad y poder del agente para obrar.
Sobre la punición del instigador, la ley indica que "incurrirá en la pena No obstante —en lo que constituye un claro desarrollo del principio de
prevista para la infracción", que —de entenderse literalmente— conduciría proporcionalidad o de prohibición de exceso, que, como ya se dijo, es "nor-
a aplicarle al inductor siempre la misma sanción que al autor, tal como tam- ma rectora" de la ley penal colombiana de rango constitucional—, la ley
bién preconizan otros derechos penales como el alemán y el español; no obs- dispone también una diminuente punitiva aplicable a todo aquel que inter-
tante, teniendo en cuenta las consideraciones ya hechas, nada se opone a que venga en la realización de un tipo especial o "delicia propria", sin tener las
el fallador imponga una pena inferior cuando sea evidente que la actividad calidades exigidas para el sujeto activo, o en uno que exija la realización
desplegada por el agente no tenga la profundidad suficiente como para de- personal y directa de la conducta típica, esto es, los llamados tipos de propia
terminar por sí sola al autor. No a otra conclusión puede llegarse en aplica- mano (inciso 4o) —naturalmente, solo aplicable si se excluye la figura del
ción de los principios de proporcionalidad, necesidad, razonabilidad (idonei- actuar por otro, de que trata el artículo 29 inciso 3 o —; el tenor literal de la
dad o adecuación del medio alfin)y culpabilidad, desarrollados en este punto ley parece claro al respecto: "Al interviniente que no teniendo las calidades
por los artículos 3 o , 12 y 61 del Código Penal, y gracias a consideraciones de especiales exigidas en el tipo penal concurra en su realización, se le rebajará
justicia material, como ya se explicó. Es, pues, imprescindible admitir la la pena en una cuarta parte".
existencia de grados de instigación para no tratarlos a todos de igual mane- Ahora bien, cabe preguntar: ¿cuáles son los intervinientes amparados
ra, atentando así contra los postulados inspiradores de la codificación; por por dicha atenuante punitiva? Al respecto, parece ser claro que la disposi-
lo demás, eso hace el legislador cuando dispone que a estos intervinientes se ción se refiere a todas aquellas personas que concurran en la realización de
les atenúe la pena en la cuarta parte (1/4), cuando se tratare de tipos de sujeto la conducta punible sin tener la calidad exigida en el tipo especial (intraneus)
activo calificado o especiales (artículo 30, inciso 4o). o que no puedan ejecutar de propia mano la conducta punible (de propia
En cuanto a la segunda forma de participación, la complicidad, tampo- mano), y que no pueden ser castigadas con la misma pena del sujeto activo
co queda duda en el sentido de que ha sido ampliamente regulada: "quien con- calificado o de propia mano, porque, por razones de corte dogmático y po-
tribuya a la realización de la conducta antijurídica o preste una ayuda pos- liticocriminal, se estima que ellas tienen necesariamente que estar someti-
terior, por concierto previo o concomitante a la misma..." (artículo 30, inciso das a una punición inferior. Eso, justamente, sucede con el particular que,
3o); por supuesto, la expresión "conducta antijurídica" es sinónima de injus- de no mediar esa exigencia especial en los deliciapropria o en el tipo de pro-
to, y quiere reiterar, una vez más, que la participación en sentido estricto pia mano, debiera calificarse como coautor de la conducta; y, por supuesto,
requiere que el autor realice dolosamente una conducta típica y antijurídica. con el determinador que aquí —excepto lo dispuesto en el inciso 2o del ar-
tículo 30— no puede ser castigado con la misma pena del autor calificado o
¡! J1 Allí están previstas las dos modalidades de complicidad: primaria y secun-
de propia mano, pues la razón de ser de la elevada punición consagrada para
L «, daria, y todas las variantes ya descritas, a las que también alude el artículo
468 MANUAL DE DERECHO PENAL EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 469

quien realice estas conductas consiste, precisamente, en las calidades espe- de la pena señalada para el autor, la del cómplice, o la impunidad del actuar); de «
ciales de que está investido el sujeto activo o en la realización directa y per- tal manera que la expresión de este dispositivo legal en el Código Penal es *
sonal por parte del autor de la conducta típica. apenas una consecuencia de la asunción del criterio del dominio del hecho j
Ahora bien, cabe preguntar, ¿qué ocurre con los cómplices? Pese a que como herramienta fundamental para la construcción de la teoría del concurso '
la expresión interviniente parece darles cobijo, cabría, sin embargo, pensar de personas a partir del texto positivo.
que una doble rebaja —la de los incisos 3 o y 4 o — no se compadecería con
la naturaleza de las cosas: una persona no puede ser, al mismo tiempo, par- VI. PRINCIPIOS EN ESTA MATERIA
tícipe en un injusto de otro e interviniente en ese mismo injusto. Sin embar-
go, la jurisprudencia patrocina una interpretación diferente apegada al te- La exposición anterior permite afirmar la existencia de una serie de pos-
nor literal del texto, que no parece de recibo: "Pero si se trata de un particular tulados que explican las diversas instituciones estudiadas, comprendidas tanto
que interviene participando como cómplice de una estas infracciones, su pena la autoría como la participación, o referidos solo a esta.
es la que corresponde a la naturaleza secundaria de su grado de participación En efecto, en primer lugar, para la punibilidad de cualquiera de las moda-
(Código Penal, artículo 30, inciso 3o), a su vez disminuida en una cuarta parte lidades de concurso de personas se requiere, como mínimo, la existencia de
tal cual lo prevé el inciso final de la misma disposición" (confróntese Corte
un comienzo de ejecución de la actuación típica; es el llamado principio de
Suprema de Justicia, providencia de 28 abril 2002, radicado: 12191). En otro
la ejecutividad o de la exterioridad, esto es, que la acción del agente sea al
sentido, sin embargo, sentencia de la misma corporación de 8 julio 2003,
menos constitutiva de tentativa, de donde se infiere que el concurso para rea-
radicado 20704, para la que la fórmula sólo se refiere al autor no calificado.
lizar actos preparatorios o meras resoluciones manifestadas no es punible, a
De esta manera, pues, acorde con los principios de prohibición de ex- no ser que el legislador haga alguna excepción expresa (artículos 340 en ar-
ceso, del acto y culpabilidad, debe afirmarse que al cómplice extraneus en monía con la ley 733 de 2002, artículo 8o; 358 y 471).
una conducta típica y antijurídica de un autor intraneus, se le debe disminuir En segundo lugar, se requiere identidad de conducta o principio de la
la pena en la proporción señalada en el artículo 30 inciso 3 o ; igual sucede
identidad, de tal manera que en torno a él se aglutinen autores y partícipes;
cuando ese partícipe réune esas calidades.
si acontece que se acuerda cometer comportamientos distintos —sin división
Es necesario decir que, cuando el legislador emplea la expresión "ca- del trabajo y reparto de utilidades— no puede hablarse de concurso de per-
lidades especiales exigidas en el tipo penal", no se está refiriendo solo a los sonas. Así sucedería, verbigracia, si un grupo de personas acordara come-
tipos especiales o deliciapropria, sino a los de propia mano, pues la voz "ca- ter, cada uno de los integrantes, un hurto en lugares distintos.
lidad" hace referencia tanto a la manera de ser de una persona o de una cosa,
como a las circunstancias y condiciones personales que se requieren para un Así mismo, en tercer lugar, se necesita convergencia dolosa o princi-
cargo o dignidad; en otras palabras: se refiere no solo a la realización de la pio de la convergencia, de tal manera que el actuar realizado suponga un
conducta típica por un agente que detenta un oficio, condición o situación acuerdo de voluntades y el reparto de funciones entre los diversos intervi-
determinada, sino a la llevada a cabo por el sujeto que tiene las posibilidades nientes; en consecuencia, los hechos concretados por los concurrentes por
de hacerlo en forma directa y personal. Así mismo, el adjetivo "especial" fuera de lo pactado son constitutivos de exceso, caso en el que la responsa-
designa no solo lo singular o particular, sino también lo que es adecuado o bilidad es asumida por el respectivo concurrente. Así, por ejemplo, si uno
propio para algún efecto, con lo cual queda claro que en el texto legal tiene de los asaltantes de la morada decide darle muerte al dueño porque este lo
un alcance amplio para referirse tanto a los delicia propria como a los tipos miró de mala manera, o el conductor encargado de transportarlos viola a un
de propia mano. Además, ambas situaciones son "exigidas por el tipo pe- menor mientras espera, solo responderán por tales hechos el coautor y el cóm-
nal" en los términos ya dichos. plice. En principio, pues, cada concurrente es punible según su propia cul-
Con lo anterior se resuelve, pues, el problema planteado por la legisla- pabilidad y sin tener en cuenta la de los demás.
ción derogada, que no traía herramienta alguna para sancionar de manera más En cuarto lugar, rige el postulado del retroceso, en cuya virtud cuando
benigna al interviniente que no reunía las calidades exigidas por ciertos ti- un concurrente realiza al mismo tiempo actos constitutivos de diversas for-
\\. t pos o que requerían del agente la realización personal y directa; la doctrina mas de concurso, la forma menos intensa cede ante la más intensa; así, por *
¿ L. y la jurisprudencia se han inclinado por diversas soluciones (la imposición ejemplo, si un interviniente no solo ayuda a ocultar al homicida después del
470 MANUAL DE DERECHO PENAL EL CONCURSO DE PERSONAS EN LA CONDUCTA PUNIBLE 471

"'I hecho, sino que además le suministra el arma necesaria para consumar el de hecho, aquella apenas juega un papel secundario, pues no está contenida
m\ atentado contra la vida, o junto con él le da muerte a la víctima, debe tomar- en la descripción correspondiente.
HJI se la intervención como complicidad necesaria o coautoría, respectivamente. Desde el punto de vista doctrinario, las circunstancias han sido clasifi-
/ También, en quinto lugar, opera el principio de la accesoriedad, según cadas de diversas maneras: en primer lugar, atendiendo a su origen, se di-
el cual para que pueda hablarse de participación es necesaria la autoría, pues viden en personales, esto es, las que hacen referencia a ciertas cualidades o
son impensables la instigación y la complicidad con vida propia e indepen- condiciones del agente como sucede, verbi gratia, con el atributo de servi-
diente, aunque, desde luego, la autoría puede existir por sí misma sin contar dor público, ascendiente o descendiente, cónyuge, etc. (véase Código Pe-
con la participación; como norma general, la conducta realizada por el autor nal, artículos 413 y 104, numeral 1); y materiales, es decir, las atinentes a
debe ser constitutiva de un injusto, pues debe constituir una conducta típica aspectos de modo (la violencia en el artículo 240, numeral 1, el escalamien-
y antijurídica (accesoriedad limitada). No obstante, se han concebido otras to del artículo 240, numeral 4), o lugar (como "en lugar despoblado" —ar-
formas de accesoriedad, según que se participe en un hecho constitutivo de tículo 241, numeral 9—, en "hoteles, aeropuertos, muelles, terminales de
conducta típica y antijurídica (limitada), de injusto culpable (extrema), o transporte terrestre" —artículo 141, numeral 5—).
de injusto culpable y punible (hiperaccesoriedad). Como es obvio, asumir En segundo lugar, atendiendo a la naturaleza, pueden ser subjetivas o
la tesis de la accesoriedad limitada, que adoptada el legislador, implica sos- referidas a la persona del sujeto (piénsese en "la influencia de apremiantes
tener la no punición de los actos de participación en hechos no constitutivos circunstancias personales o familiares": artículo 55, numeral 4) y objetivas,
de injusto (supóngase que el autor actúa dentro de un error de tipo o en legíti- las atinentes al aspecto externo del delito mismo o a los medios (como eje-
ma defensa). cutar la conducta punible "sobre áreas de especial importancia ecológica o
En sexto lugar, y como consecuencia de los axiomas hasta ahora enun- en ecosistemas estratégicos": artículo 58, numeral 16).
ciados, impera el principio de la incomunicabilidad de circunstancias. Esto Así mismo, en tercer lugar, atendiendo a los efectos, se clasifican en
es, todos aquellos datos, relaciones o características que concurren en el autor agravantes cuando aumentan la pena (las del artículo 58), atenuantes si la
del injusto no se transmiten al partícipe, a no ser que este los hubiese cono- disminuyen (las del artículo 55) y excluyentes de la punibilidad, si su con-
cido, o actuase determinado por ellos, según el caso; por ello, en principio, secuencia es la exclusión de pena (el caso del artículo 224).
no puede predicarse la comunicabilidad de circunstancias de un autor a otro, En cuarto lugar, según el ámbito donde operan, se clasifican en gené-
o de un partícipe a un autor, como a veces se sostiene, lo que genera honda ricas, si tienen alcance para todas las figuras consagradas en la ley penal (v.
confusión. Así, pues, si el autor del injusto actúa en un estado de emoción gr., las contenidas en el Código Penal, artículos 55 y 58) y específicas, cuan-
o de pasión excusable, o de temor intenso (artículo 55, inciso 3o), o procura do se refieren a un determinado género de figuras típicas o a cierta especie
después de realizado su actuar anular o disminuir sus consecuencias (artícu- de ellas (las previstas en el artículo 251).
lo 55, inciso 5o), etc., dichas circunstancias no se comunican, en principio,
Inclusive, pueden dividirse en referidas al tipo de injusto —esto es, las
al partícipe. No obstante, la existencia de una disposición expresa en la ley,
que forman parte del tipo penal, a veces incluida la antijuridicidad—, a la
cuyo entendimiento no siempre es fácil (Código Penal, artículo 62), obliga culpabilidad o atinentes al juicio de exigibilidad, y las propias de la punibi-
a hacer algunas precisiones en literal separado. lidad, esto es, las vinculadas con la tarea de imposición de la pena. Esta di-
visión supone entender las circunstancias materiales siempre referidas al in-
VII. LA COMUNICABILIDAD DE CIRCUNSTANCIAS EN LA LEY PENAL justo, y las personales, tanto a este como a la culpabilidad. <
No obstante, para los efectos de esta exposición, el concepto circuns-
Por circunstancia —expresión que proviene de las raíces circum, 'círcu- tancia no puede entenderse de manera amplia —todo aquello que la ley lla-
lo', y stare, 'estar', esto es, 'estar alrededor de', 'cerca de'— se entiende, ma como tal—, sino restringida, como aquel dato, característica o relación
según el léxico, todo "accidente de tiempo, lugar, modo, etc., que está unido que no tenga ninguna vinculación con el supuesto de hecho de la norma penal;
a la sustancia de algún hecho o dicho", lo que, referido al derecho penal, equi- así, para verificar la presencia de una circunstancia en sentido estricto (tal
vale a designar lo accesorio al tipo penal. De esta manera, una cosa es la cir- como ha de entenderse para efectos de desarrollar el carácter accesorio de la
*k cunstancia y otra el elemento del tipo o los hechos constitutivos de la infrac- participación criminal), debe partirse de la estructura lógica de la norma penal
to ción penal, pues, mientras este configura la estructura misma del supuesto compuesta de praeceptum legis o supuesto de hecho y una sanctio legis o
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consecuencia jurídica. Si ello es así, no son circunstancias en sentido estric- la punibilidad (la carencia de antecedentes penales —numeral 1—; el pre-
to aquellos agregados de las figuras básicas o fundamentales que conforman tender, después de cometida la conducta típica, "anular o disminuir sus con-
los tipos modificados —incluso los modificados plurales—, sean atenuados secuencias" —numeral 5—; reparar el daño o indemnizar a los afectados
o agravados; igual sucede con diversas consagraciones de la parte general —numeral 6—; y la presentación voluntaria —numeral 7—).
que, pese a llamarse "circunstancias", son en realidad verdaderos elemen- En cuanto a las agravantes del artículo 58, tanto de carácter personal
tos típicos. como material, bien pueden ser calificadas todas de naturaleza típica. Final-
Naturalmente, como no es posible distinguir entre "circunstancia" y mente, la atenuación genérica para los estados de ira o de intenso dolor (ar-
"elemento" del tipo penal a partir de criterios ontológicos o reales, debe acu- tículo 57) es una circunstancia personal propia de la culpabilidad, pues con-
dirse a pautas de naturaleza jurídica; ello a consecuencia de la equívoca regu- templa un menor grado de exigibilidad, lo mismo que ocurre con la atenuante
lación legal que, a veces, identifica a ambos fenómenos (el artículo 58, nu- especial del artículo 56 en casos de marginalidad, ignorancia o pobreza
meral 12, cuando se refiere al "elemento o circunstancia del tipo penal", extremas.
utilizando la conjunción "o" de manera copulativa y no disyuntiva). Así las Ahora bien, según las pautas expuestas, se puede interpretar el artículo
cosas, solo atendiendo al plano jurídico, mediante un proceso de valoración 62 del Código Penal, cuyo tenor literal es el siguiente: "las circunstancias
e interpretación, podrá determinarse cuándo la característica, dato, relación, agravantes o atenuantes de carácter personal que concurran en el autor de la
etc., funciona como circunstancia o elemento esencial. conducta no se comunican a los partícipes, y solo serán tenidas en cuenta para
Como es obvio, las circunstancias no deben confundirse con las cau- agravar o atenuar la responsabilidad de aquellos que las hayan conocido. Las
sas excluyentes del delito o conducta punible en los distintos niveles de su circunstancias agravantes o atenuantes de índole material que concurran en
estructura (de inexistencia de la acción, de atipicidad, de justificación o de el autor, se comunicarán a los partícipes que las hubiesen conocido en el mo-
inculpabilidad), pues la función de estas no es la de estar al lado del tipo penal, mento de la planeación o ejecución de la conducta punible".
sino indicar en qué casos la infracción a la ley penal no alcanza a configu- En efecto, en primer lugar, la "comunicabilidad" se refiere solo a las re-
rarse; lo mismo sucede con la minoría de edad penal (Código Penal, artícu- laciones entre autor y partícipe, expresiones que deben entenderse en sen-
lo 33, inciso 3o). tido técnico, pues no es posible hablar de traspaso de circunstancias de un
Acorde con las directrices anteriores, esto es, partiendo de una noción autor a otro o de un partícipe a un autor, salvo que se quieran desconocer los
estricta de circunstancia puede afirmarse lo siguiente, desde la perspectiva principios inspiradores de esta materia; no otra interpretación cabe cuando
del derecho positivo vigente. En principio, todas las circunstancias de ca- la ley se refiere a las "circunstancias... que concurran en el autor" y que podrán
rácter específico se entienden como elementos del supuesto de hecho, según comunicarse quizás al "partícipe" o a los "partícipes", según el caso.
la concepción del tipo modificado —también denominado, impropiamente, En segundo lugar, la disposición clasifica las circunstancias como de
circunstanciado—; dicho de otro modo: cuando el legislador habla de "cir- carácter personal o de índole material, sean atenuantes o agravantes. Sobre
cunstancias agravantes" o "atenuantes" al describir las diversas figuras típi- las "de carácter personal", dice que ellas solo se tendrán en cuenta para agra-
cas, hace referencia a elementos o exigencias típicas. Por excepción, sin var o atenuar la "responsabilidad" de quienes las hayan conocido, lo que
embargo, la ley prevé otras circunstancias atinentes a la punibilidad que, —a diferencia del Código Penal derogado— supone una inequívoca referen-
desde luego, jamás pueden formar parte del tipo penal, como sucede en los cia a la culpabilidad. En torno a las "de índole material", como son "del he-
casos de los artículos 224, 225, etc. cho", no cabe duda en el sentido de que se refieren al injusto y, por ende, al
Ahora bien, en cuanto a las llamadas circunstancias genéricas, debe dis- tipo penal, precisamente porque se deben haber tenido en cuenta "en el mo-
tinguirse a qué aspectos están referidas. En efecto, las contempladas en el mento de la planeación o ejecución de la conducta punible".
artículo 55 como de "menor punibilidad" pueden ser de carácter típico (así En tercer lugar, teniendo en cuenta que la culpabilidad de cada uno de
el "obrar por motivos nobles o altruistas": —numeral 2—), atinentes a la los concurrentes es personal (principio de culpabilidad: artículos 12 y 21),
culpabilidad, pues suponen un menor grado de exigibilidad ("estado de emo- la norma sienta el principio general de que las circunstancias agravantes o
ción, pasión excusables [sic], o de temor intenso" —numeral 3—; "apremian- atenuantes de carácter personal no se les comunican a los partícipes y ad-
tes circunstancias personales o familiares en la ejecución de la conducta vierte que solo serán tenidas en cuenta "para agravar o atenuar la responsa-
punible —numeral 4—; lo mismo las previstas en los numerales 8 y 9), o a bilidad" de quienes las hayan conocido; en otras palabras: no se comunican,
474 MANUAL DE DERECHO PENAL

a no ser que se hayan conocido, y solo se aprecian para graduar la respon-


sabilidad (o culpabilidad).
En cuarto lugar, en lo atinente a las agravantes o atenuantes de índole
material, se dispone que se comunicarán a los partícipes que las hubieran co-
nocido; desde luego, como no se trata de circunstancias, sino de elementos CAPÍTULO DECIMOSÉPTIMO
típicos, no tiene sentido hablar de comunicabilidad, pues se supone —según
los principios generales— que el instigador o el cómplice debe actuar dolo- LA UNIDAD Y LA PLURALIDAD
samente, lo que implica el conocimiento de los hechos constitutivos de la in- DE CONDUCTAS TÍPICAS
fracción penal (Código Penal, artículo 22).
En quinto lugar, de lo dicho se concluye que las únicas circunstancias Bibliografía básica: CHOCLÁN MONTALVO, JOSÉ ANTONIO: El delito continuado, Madrid, Edit.
que se han de tener en cuenta para efectos de la participación criminal son Marcial Pons, 1997; FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, JUAN: El delito continuado, Bogotá, Edit.
las atinentes a la responsabilidad (culpabilidad), con lo que el alcance de la Temis, 1984; GARCÍA ALBERO, RAMÓN: "Non bis in idem" material y concurso de leyes pena-
fórmula legal se torna muy reducido. Así, por ejemplo, si el autor realiza el les, Barcelona, Cedecs, 1995; LANDROVE DÍAZ, GERARDO: Los fraudes colectivos, Barcelo-
hecho en estado de ira causado por un comportamiento ajeno grave e injus- na, Bosch Casa Editorial, 1978; LÓPEZ LONDOÑO, CÉSAR AUGUSTO: "Concurso entre false-
dad y estafa y los actos posteriores copenados", en Difusión Jurídica, número 15, Pereira,
to, tal situación no se le comunica al partícipe, pues solo debe tenerse en cuenta Asonal Judicial, 1989, páginas 25 y siguientes; REYES ALVARADO, YESID: El concurso de deli-
en relación con aquel; sin embargo, si el partícipe obra en dicho estado y fue tos, Bogotá, Ediciones Reyes Echandía Abogados, 1990; ROMERO SOTO, LUIS ENRIQUE: Con-
tal situación la que lo indujo a intervenir en el hecho del autor, también se curso aparente de leyes. Hechos copenados, Santa Fe de Bogotá, Edit. Temis, 1993; SÁINZ
beneficia (circunstancia personal atenuante atinente a la culpabilidad'. CANTERO, JOSÉ: "El delito masa", en Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, Madrid,
Código Penal, artículo 57). Publicaciones del Instituto Nacional de Estudios Jurídicos, 1971, páginas 649 y siguientes;
SANZ MORAN, ÁNGEL JOSÉ: El concurso de delitos. Aspectos de política legislativa, Valla-
En sexto y último lugar, pese a que la fórmula no las menciona, puede dolid, Universidad de Valladolid, 1986; VELÁSQUEZ V., FERNANDO: "Algunas consideracio-
suceder que se presente una circunstancia atinente a la punibilidad, sea para nes sobre los delitos continuado y masa en el Código Penal", en Jornadas internacionales
agravarla o disminuirla; por ejemplo, se dan situaciones de disminución en de derecho penal, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2002, páginas 553 y si-
estos casos: el autor de la calumnia o de la injuria que se retracta queda exi- guientes.
mido de pena, pero dicha situación no cobija al partícipe, según el artículo
222; el agente que recoge a la víctima abandonada en las condiciones seña- I. PRECISIONES INICIALES
ladas en el artículo 129 queda eximido de punibilidad, no así el partícipe (en
ambos casos se trata de circunstancias personales que excluyen la punibi- Cuando se habla de "la unidad y pluralidad de conductas típicas" se
lidad). quiere significar —en sentido amplio— que una misma persona puede rea-
lizar una conducta penalmente relevante susceptible de clasificarse en dos o
más tipos penales, o un número plural de actuaciones que encajen en idén-
tico supuesto de hecho o en varios. Este problema se denomina, usualmen-
te, teoría de los concursos o de la concurrencia, pues se supone que las
diversas figuras delictivas confluyen entre sí. En verdad, para emplear con
rigor la sistemática de la conducta punible, es indispensable prescindir de tal
designación, pues el único caso en el que se puede hablar de "concurrencia"
es el concurso ideal, situación en la que una conducta penalmente relevante
encaja al mismo tiempo en varios supuestos de hecho, como sucede en el caso
del padre que accede carnalmente mediante violencia a su hija y le causa
perturbaciones psíquicas, y que, desde el punto de vista óntico y normativo,
solo realiza una acción triplemente desvalorada (Código Penal, artículos 237,
205, y 115, inciso I o ).
476 MANUAL DE DERECHO PENAL LA UNIDAD Y LA PLURALIDAD DE CONDUCTAS TÍPICAS 477

s
¡J Así las cosas, no hay concurrencia de tipos penales cuando una perso- lares, con lo que se llegaba al curioso resultado de que quien daba muerte a ¡
m na lleva a cabo un número plural de conductas jurídicamente desvaloradas, otro de cuarenta cuchilladas, realizaba igual número de "acciones". \
•j esto es, el concurso real. Por ejemplo: el sujeto activo que le da muerte a En segundo lugar, se afirmaba que lo decisivo era el número de resul-
/• una persona, una semana después viola a una mujer y atraca un banco, lleva tados: según esto, cuando el terrorista acciona una granada y lesiona a vein-
a cabo tres acciones penales diferentes triplemente desvaloradas (artículos te personas, realiza igual número de acciones en sentido juridicopenal.
103 y siguientes, 205 y siguientes, y 239 y siguientes) que concurren para También, en tercer lugar, se ha dicho que la pauta apropiada es el nú-
ser juzgadas en un solo proceso, con lo que parece evidente que se trata de mero de tipos realizados, por lo que, en el ejemplo del padre que viola a la
un problema de rasgos básicamente procesales y no sustantivos. Tampoco hija y le produce un trauma psicológico, deben verse tres acciones distintas:
es un caso de concurrencia el llamado concurso aparente, en el que se tiene la de cometer incesto, la de causar daño psíquico (lesiones) y la de acceder
la impresión de que dos o más figuras típicas gobiernan una conducta, pero carnalmente mediante el empleo de la violencia.
ello realmente no sucede; así, verbigracia, cuando un servidor público se apo-
Incluso, en cuarto lugar, se ha acudido al criterio de la unidad de ac-
dera de un millón de pesos, puede tratarse de una conducta típica de pecu-
ción natural sostenido por un buen sector de la doctrina y la jurisprudencia
lado (artículos 397 y siguientes) o de un hurto (artículo 239 y siguientes), pero
alemanas, según el cual, apelando a la "concepción natural de la vida", se
no de las dos figuras al mismo tiempo.
postula que se está frente a una acción en sentido juridicopenal si distintos
Tampoco hay concurrencia de tipos en el delito continuado, en virtud actos de carácter parcial están guiados por una voluntad unitaria y, desde la
del cual el agente ejecuta su actuar de manera fraccionada hasta lograr su posición de un espectador desapasionado, aparecen conectados espacial y
cometido propuesto, su finalidad, pues se trata de una conducta realizadora temporalmente. Así, por ejemplo, quien durante un día entero ejecuta actos
del mismo tipo penal, así este se lleve a cabo repetidas veces y mediante la de corrupción en un menor de catorce años (Código Penal, artículo 209 en
ejecución de diversos actos. Por ejemplo: el cajero de un banco se apodera su versión original, pues la ley 679 de 3 de agosto de 2001 ha introducido
de cien millones de pesos mediante sustracciones sucesivas de un millón de otro artículo con igual denominación), realiza una acción; en cambio, si se
pesos, hasta completar la totalidad; aquí, a no dudarlo, se trata de una moda- practican sesiones distintas en momentos diferentes, debe apreciarse una plu-
lidad de ejecución de la conducta y no de un "concurso". ralidad de acciones.
Ahora bien, mucho se ha discutido en torno al lugar donde debe estu- En quinto y último lugar, se acuña un criterio ontológico-normativo, en
diarse la institución en la sistemática del delito en las legislaciones, sea que cuya virtud, para saber si hay una o varias acciones, se debe partir del con-
ello se haga en los acápites dedicados a la teoría de la pena, en las disposi- cepto final de acción al que se le añade el enjuiciamiento juridicosocial, me-
ciones preliminares de la parte general, o en capítulo independiente después diante los tipos penales correspondientes; por ello, pues, deben examinarse
de la pena; inclusive, algunas la consagran tanto al regular la responsabili- tanto la finalidad concreta trazada por el autor, su plan, como el tipo penal
dad penal como dentro de las reglas de aplicación de la pena. El Código Penal, correspondiente, que debe ser interpretado, desde el punto de vista social.
sin embargo, solo la prevé en el título m dedicado a la conducta punible, a En otras palabras: la unidad de acción juridicopenal se establece, así, por dos
continuación de la teoría del concurso de personas y antes de las eximentes factores (al igual que urdimbre y trama): por la proposición de un fin volun-
de responsabilidad, aunque también se refiere a ella en la ley procesal penal. tario y por el enjuiciamiento normativo juridicosocial en razón de los tipos.
Desde luego, se constituye en punto de partida para el estudio de este Como es natural, el criterio más apropiado es el que se ha señalado, pero se
problema la distinción entre unidad de acción y pluralidad de acciones (con- advierte que no se trata de fórmulas exactas, sino de meras pautas interpre-
ductas), pues a partir de ella se pueden diferenciar las diversas clases de tativas, llamadas a contribuir en la tarea judicial y en las elaboraciones de los
"concursos" previstos por la ley en el artículo 31; este concepto de "acción", estudiosos, cuando se trata de darles respuestas a los diversos interrogantes
resultante de una elaboración de carácter ontológico-normativo, suele dis- que plantea tan polémico asunto.
tinguirse del de "hecho" en un sentido procesal, que es uno de los elementos Así las cosas, puede afirmarse, hay unidad de acción —no acción única,
del objeto del proceso. pues ambos conceptos son bien distintos— en hipótesis como estas: en pri-
El asunto ha sido muy discutido. En efecto, en primer lugar, se preten- mer lugar, cuando el tipo penal requiere la realización de una pluralidad de
dió que para determinar la existencia de una acción juridicopenal (acción en movimientos; ello puede acontecer de manera necesaria, como en el incesto
II sentido estricto u omisión) lo decisivo era el número de inervaciones muscu- (artículo 237) o en el acceso carnal violento (artículo 205), o de forma even-
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tual, como en el homicidio (artículo 103; se puede matar a otro con un solo las señales respectivas, y se producen la muerte de algunos pasajeros y la le-
movimiento o con una pluralidad de movimientos) o las lesiones personales sión de otros; en cambio, el socorrista que no ayuda a los náufragos realizando
(artículos 111 y 112 inciso 2o). sucesivas acciones de salvamento, lleva a cabo una pluralidad de omisiones.
En segundo lugar, en los tipos que describen diversas actuaciones co- Para concluir, en noveno y último lugar, hay unidad de acción en el con-
nectadas final y socialmente como sucede, verbi gratia, en el hurto con vio- curso ideal, pues una misma conducta es desvalorada de múltiples maneras
lencia, donde coinciden la apropiación de la cosa y la coacción sobre el agente por la ley penal, como acaece en el ejemplo del padre que viola a la hija.
(artículo 240, numeral 1), o en el homicidio seguido de hurto (artículo 104,
numeral 2); así mismo, en tercer lugar, en los tipos de conducta permanente,
II. CASOS DE NO CONCURRENCIA DE TIPOS PENALES
puesto que todos los actos tienen por objeto mantener el estado consumati-
vo, como sucede con el secuestro extorsivo (artículo 169, modificado ley 733 A) El delito continuado
de 2002 artículo 2 o ). También, en cuarto lugar, en los tipos compuestos de
carácter complejo, no así en los mixtos, en los que el legislador refunde en Esta figura se presenta cuando el agente realiza diversos actos parcia-
una sola descripción típica comportamientos que tomados aisladamente les, conectados entre sí por una relación de dependencia (nexo de continua-
darían lugar a una pluralidad de conductas y de supuestos de hecho, por existir ción) y que infringen la misma disposición jurídica, de tal manera que el
entre ellos un nexo de carácter finalístico (de medio a fin), como sucede, por supuesto de hecho los abarca en su totalidad en una unidad de acción final;
ejemplo, en el hurto con violación de domicilio (artículo 240, numeral 3), o en otros términos: se trata de una forma especial de realizar determinados
en la falsedad en documento privado seguida de estafa (artículo 289).
tipos penales mediante la reiterada ejecución de la conducta desplegada, en
Del mismo modo, en quinto lugar, debe advertirse una unidad de acción circunstancias más o menos similares. Así las cosas, pese a que en aparien-
en los tipos cuya realización requiere medios simbólicos, como sucede con cia cada uno de los actos parciales representa, de por sí, un delito consumado
la instigación pública a delinquir (artículo 348, caso de quien realiza dicha o intentado, todos ellos se valoran de manera conjunta como una sola con-
actividad al pronunciar un discurso), o en la injuria mediante la publicación ducta ontológica y normativamente entendida —por ende, como un solo de-
de un libro (Código Penal, artículo 220); también, en sexto lugar, ello sucede lito— para lo que se debe partir de una concepción social-final de la acción
cuando el tipo se realiza de manera continuada (el llamado "delito continua- humana.
do") por exigirlo así la finalidad que se ha trazado el agente, como acontece
con la falsificación de efectos oficiales timbrados (artículo 280), cuando el Gracias a esta institución jurídica es posible impedir el castigo de quien
autor imprime un millón de estampillas, o en el peculado, cuando el servi- falsifica catorce mil boletas de entrada a fútbol, mediante actos repetidos,
dor público se apodera de mil millones de pesos mediante sustracciones como si fuera autor de igual número de transgresiones a la normativa penal
mensuales, hasta completar la totalidad (artículo 397, inciso 2o). (artículo 289); a quien accede a una menor de catorce años durante un año
seguido, con su consentimiento, por doscientos hechos constitutivos de acce-
En séptimo lugar, puede presentarse en los hechos imprudentes cuan- so carnal abusivo (artículo 208); y, por supuesto, al cajero del banco que lleva
do, mediando una o varias violaciones del deber de cuidado, el agente rea-
a cabo pequeñas sustracciones durante cincuenta semanas hasta completar
liza una conducta generadora de múltiples resultados que puede afectar di-
el monto total, por igual cantidad de atentados contra el patrimonio ajeno.
versos bienes jurídicos; así acontece, verbigracia, cuando el conductor ebrio
Igual sucede con quien sustrae todas las mercancías de una bodega median-
y sin licencia de conducir atropella a un grupo de espectadores que presen-
cian una competencia ciclística, y da muerte a dos personas y causa lesión te apoderamientos parciales hasta completar la totalidad.
a cinco de ellas (artículos 109, y 111 y siguientes, y 120), lo que no aconte- Ahora bien, la figura debe reunir diversas exigencias aunque, como es
cería si causa cada lesión o muerte en accidentes separados. obvio, ellas varían según la concepción adoptada (objetiva, objetivo-subje-
De la misma manera, en octavo lugar, en los hechos omisivos, si el tiva o subjetiva). Los componentes objetivos son los siguientes:
agente se inhibe de realizar una determinada acción ordenada que puede En primer lugar, se requiere unidad de sujeto activo. Así parezca ob-
generar uno varios resultados, con la condición de que pueda evitarlos de ma- vio, el delito continuado sólo es factible cuando se presenta un agente rea-
nera conjunta, pues de lo contrario deben verse varias omisiones. Por ejem- lizador único, esto es, se requiere uniformidad del sujeto que ejecuta la con-
plo: realiza una omisión el controlador aéreo que con dolo homicida no hace ducta típica; desde luego, ello no significa que el actor tenga que ser una sola
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i
persona física, pues la conducta continuada puede ser obra de varias que, de En cuarto lugar, debe haber unidad o pluralidad de sujeto pasivo. Según '
forma mancomunada, tengan esta calidad, como cuando actúa un número lo expresado, se exige que la conducta sólo recaiga sobre el mismo titular del '' \
plural de coautores. Por supuesto, si sucediere que interviniesen varias per- bien jurídico (el sujeto pasivo del delito), lo que no descarta la continuidad j, jj
sonas en actos distintos, el nexo de continuidad sólo se podrá predicar de cuando se tratare de diversos sujetos pasivos de la acción o de distintos per-
quienes participen en todos ellos, no de los demás; por ello, no habrá iden- judicados; no obstante, también el sujeto pasivo del delito puede ser plural,
tidad objetiva y, por ende, nexo de continuidad, cuando los plurales actos como acontece cuando los bienes jurídicos afectados no son "altamente per-
fuesen obra de distintas personas cuya participación criminal es diversa en sonales", o en una de las modalidades del llamado delito masa. En realidad,
cada uno de ellos, pues en tal hipótesis no se tratará de la infracción reitera- son tres las posturas esgrimidas enfrente de esta exigencia: una, para la que
da o repetida de un mismo o semejante precepto penal. En fin, de lo anterior el sujeto pasivo del delito debe ser siempre único; otra, que no admite dis-
también se desprende que no es posible la continuidad entre acciones de par- tinciones y clama por el reconocimiento de la figura, siempre que haya plu-
tícipe y de autor, de tal manera que unos y otros intercambien sus papeles a ralidad de sujetos pasivos. Y una tercera, o intermedia, que acepta la plura-
lo largo de la actividad criminosa, pues la figura examinada exige que la in- lidad de sujetos pasivos del delito con la condición de que los bienes jurídicos
tervención o concurrencia en la infracción penal se lleve a cabo al mismo afectados no fueren altamente personales aunque, a manera de variante de
título, como lo exige el principio de unidad de imputación. esta tesis, algún sector doctrinario y del derecho comparado —el artículo 74
En segundo lugar, es indispensable unidad de acción. Ha sido tradicio- numeral 3 del Código Penal español de 1995— distingue entre bienes jurí-
nal entre los estudiosos preconizar que este instituto requiere pluralidad de dicos "altamente personales" que permiten la continuidad y los que la ex-
acciones u omisiones; no obstante, si se asumen las concepciones realistas cluyen, y deja librada a la valoración del juez la posible apreciación del nexo
sobre su naturaleza jurídica, se debería admitir que el nexo de continuidad de continuidad.
supone una verdadera unidad de acción final en el sentido ya enunciado, pues Desde luego, para otros autores el problema se debe resolver a partir del
los diversos actos o hechos —sea que encajen completamente en el tipo penal bien jurídico afectado, de la mano de una concepción ontológica de la acción
respectivo, o apenas impliquen un comienzo de ejecución del actuar puni- humana, sin distinguir entre bienes jurídicos "altamente personales" y aque-
ble— conforman una sola conducta llevada a cabo, de manera fraccionada, llos que no tienen esa connotación. Incluso, hay quien atiende como pauta
en un determinado contexto social, animada por una finalidad también única. al poder de absorción de cada figura.
Obviamente, esta exigencia —a la que se suma el elemento subjetivo— pone En quinto lugar, se excluye el delito continuado en casos de ofensas a
sobre el tapete de la discusión la polémica en torno a si puede haber delito conti- bienes jurídicos "altamente personales", salvo que medie unidad de sujeto
nuado en los hechos culposos —caso ante el que están divididas las opinio- pasivo del delito. Como norma general —salvo que el sujeto pasivo del delito
nes— y si es o no viable admitirlo en las conductas omisivas, asunto que ha sea único—, solo se acepta el nexo de continuación cuando los bienes jurí-
sido respondido de manera afirmativa e, incluso algún expositor funcionalista dicos afectados no sean de aquellos calificables como "altamente persona-
ha llegado a plantear que pueden concurrir conductas comisivas y omisivas. les" —esto es, los que comporten una "afección directa al mantenimiento y
En tercer lugar, se requiere unidad normativa relativa, es decir, infrac- desarrollo de Impersonalidad de otro"—, de tal manera que si se lleva a cabo
ción de la misma disposición o de una semejante en su estructura típica; esto una conducta continuada que afecte a uno de esos bienes jurídicos, se debe
es, los diversos actos constitutivos de una unidad de acción deben infringir apreciar otra figura: una modalidad de concurso delictual.
de manera reiterada la misma figura típica, aunque nada se opone a que se En sexto lugar, se hacen otras exigencias a título complementario o ac-
pueda llevar a cabo una de naturaleza semejante, con la condición de que el cesorio: empleo de medios o procedimientos semejantes salvo —claro está—
bien jurídico amenazado o afectado sea el mismo. Desde luego, son distin- , que la utilización de estos no implique la realización de tipos de delito dis-
tas las denominaciones que le ha dado la doctrina a esta exigencia: "unidad tintos; aprovechamiento de ocasiones idénticas, esto es, que haya unidad o
o identidad de norma violada", "unidad de ley violada", "violación del mis- identidad de ocasión, de tal manera que los diversos segmentos de la con-
mo precepto", "identidad de bien jurídico lesionado" o "identidad de tipo ducta final se lleven a cabo en circunstancias fácticas similares o asimiladas.
violado", entre otras. Así las cosas, puede haber nexo de continuación si se Y, que haya una cierta conexión espacial y temporal, es decir, que los dife- ^
realizan un tipo simple y uno calificado, uno básico y uno agravado, o entre rentes actos realizados por el agente se ejecuten en un determinado lapso y
una conducta de estafa tentada y otra realizadora del tipo penal, o al revés. en un contexto espacial más o menos preciso. i(
482 MANUAL DE DERECHO PENAL LA UNIDAD Y LA PLURALIDAD DE CONDUCTAS TÍPICAS 483

Finalmente, es indispensable un componente interno, que es el más dis- rior a la anunciada; eventos generalizados de alteración de medicamentos o
cutido de este instituto. En efecto, en primer término, un amplio sector doc- licores, etc. Estas hipótesis y otras similares han llevado a la doctrina, en pro-
trinario de orientación italiana —con profunda influencia en otras latitudes— cura de impedir el castigo leve de los autores de los fraudes por la realización
acude a pautas como la "unidad de designio'' —llamada por algunos expo- de un número plural de conductas típicas, que aisladamente consideradas
sitores hispanos unidad de propósito—, y que en la actual redacción del tienen muy poca entidad, a construir dicha figura.
artículo 81, inciso 2 o del Código Penal se formula como un mismo designio Ahora bien, pese a que un buen sector de estudiosos entiende que el "de-
criminoso, aunque también en el pasado se ha hecho referencia a la "unidad lito masa" es una especie del género "delito continuado", del que difiere por-
de resolución" (en realidad un concepto semejante al de dolo). que el sujeto pasivo es plural, otro es partidario de posturas diferentes. En
En segundo lugar, las construcciones alemanas —tras largo e intenso efecto, en primer lugar, se afirma que se trata de dos elaboraciones comple-
debate— se han inclinado por una de estas tres posiciones: una, que defiende tamente independientes, aunque coinciden como modalidades de delito único,
el llamado "dolo global" o "total", a cuyo tenor se requiere que el autor planee como se deriva de su distinto elemento subjetivo, de su presupuesto mate-
desde un comienzo la realización de los actos sucesivos y progresivos, te- rial y del número plural de "sujetos pasivos". En segundo lugar, otra opinión
niendo a la vista el resultado completo, de tal manera que todos ellos queden estima que —cuando la defraudación se comete mediante una sola acción—
comprendidos en él; otra, que se inclina por el "dolo de continuación", cons- es un evento de concurso ideal homogéneo.
trucción según la cual el agente actúa en la medida en que se van producien-
B) El concurso material
do circunstancias análogas, pero sin un plan previo o preconcebido; y, una
mixta, que combina ambos componentes. Buen ejemplo de esta última co- Es el segundo caso en el cual no hay concurso de tipos penales, también
rriente es la fórmula española desde la reforma de 1983 cuando habla de la conocido como "concurso real". Se presenta cuando hay una pluralidad de
ejecución de un plan preconcebido —expresión sinónima de la de designio acciones independientes, susceptibles de ser encuadradas en uno o en varios
criminal— o del aprovechamiento de idéntica ocasión —o unidad de mo- tipos penales, realizadas por la misma persona, y que concurren para ser
tivación—. juzgadas en un mismo proceso; el concurso material, pues, existe cuando no
Ahora bien, lo más coherente es afirmar que el delito continuado requiere hay unidad de acción, por lo que es el típico caso de no concurrencia de tipos
un "dolo global o "conjunto" (un plan preconcebido), esto es, una verdadera en una acción, porque, como ya se explicó, la única posibilidad de "concur-
unidad de finalidad; en otras palabras: es indispensable un designio único, so" es de carácter estrictamente procesal. Ahora bien, puede acontecer que
a manera de verdadera abrazadera, que permita aglutinar los diversos actos la pluralidad de acciones independientes sean realizadoras del mismo tipo
en una sola acción o conducta. penal, en cuyo caso se habla de un concurso material homogéneo, como suce-
Una figura emparentada con la anterior es el llamado delito masa, o de cuando el sujeto activo realiza la conducta de homicidio en tres fechas
fraude colectivo, institución creada para castigar adecuadamente aquellos distintas sobre las personas de su abuela, su madre y su padre (casos de ho-
atentados patrimoniales en los que aparece un número plural de afectados (no micidio complementado o circunstanciado agravado: artículos 103, y 104,
necesariamente de sujetos pasivos del delito). Por tal se entiende aquel evento numeral 1); si, en cambio, el agente consuma diversos tipos penales, se pre-
en el que el sujeto activo, mediante la realización de uno o varios actos que senta un concurso material heterogéneo, como acontece cuando viola a una
—considerados de manera independiente— constituirían un solo delito, pone mujer, hurta en un supermercado, contamina las aguas de un río y, finalmente,
en ejecución un plan criminal único encaminado a defraudar a una masa de incurre en rebelión (Código Penal, artículos 205,239 y siguientes, 37 í y 467).
personas —que pueden ser sujetos pasivos del delito, sujetos pasivos de la Acorde con la noción que se ha suministrado, son indispensables las si-
acción o perjudicados— que no aparecen unidas entre sí por vínculo jurídi- guientes condiciones para poder afirmar que se trata de esta institución sus-
co alguno. tantivo-procesal. En primer lugar, debe existir una pluralidad de acciones
Diversas hipótesis ilustran el concepto: estafas cometidas contra los in- independientes, esto es, debe tratarse de un número múltiple de acciones u
tereses de grupos de ahorradores; casos de especulación con los precios de omisiones autónomas; ello significa que pueden concursar acciones con ac-
alimentos, considerados de primera necesidad; alteraciones en las máquinas ciones, omisiones con omisiones, sean dolosas, culposas o preterintencio-
expendedoras de combustible, para ponerlas a marcar una cantidad diferen- nales, puesto que dentro de la amplia gama de tipificaciones previstas en la
te de la realmente suministrada; distribución de alimentos en cantidad infe- ley penal se encuentran figuras de diversa índole.
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'' Así mismo, en segundo lugar, se requiere unidad o pluralidad de tipos C) El concurso aparente
1! i penales. Tal como se dijo, el agente puede llevar a cabo el mismo tipo penal
H si amenaza o lesiona idéntico bien jurídico de manera repetida, o realiza Esta última figura se presenta cuando el analista o estudioso tiene la im-
"! diversos supuestos de hecho que quizás afecten un número plural de bienes presión inicial de que está frente a un caso de concurso ideal, pero un estu-
jurídicos. dio detenido producto de la emisión de los correspondientes juicios de tipi-
En tercer lugar, es indispensable la unidad de sujeto activo. La figura cidad lleva a la conclusión de que ello no es así. Por lo general, esta institución
del concurso material supone que solo una persona sea la autora de la plu- no aparece regulada en los códigos penales, por lo que la interpretación es
ralidad de acciones juridicopenales, sin que importe si actúa sola o lo hace la pauta que permite resolver los diversos conflictos generados por la prác-
de manera mancomunada con otra u otras. En los casos de delincuencia or- tica. Esto último explica las vacilaciones de la doctrina para ubicar este
ganizada no resulta, a veces, tarea sencilla delimitar las conductas desplega- fenómeno, pues va desde quienes postulan que su lugar es la teoría de la con-
das por los diversos agentes, pero ello no significa que, automáticamente, el ducta punible hasta quienes prefieren situarlo en los acápites correspondientes
concurso punible predicable de uno de los integrantes deba imputarse tam- a la teoría de la norma penal; desde luego, habida cuenta de su vinculación
bién a todos, porque ello equivaldría a confundir dos planos distintos de con el concurso ideal, parece que el sitio más adecuado para exponerla fuera
análisis: el del concurso material y el del concurso de personas en la conducta este.
punible. Ejemplos: el apoderamiento de una cosa mueble ajena por un agente pre-
También, en cuarto lugar, el sujeto pasivo puede ser único o plural. Ello valido de la confianza depositada por el dueño es una acción perfectamente
indica, lógicamente, que una o varias personas pueden resultar afectadas por agrupable en el tipo de hurto (artículo 241, numeral 2) o en el de abuso de
la actividad criminal desplegada por el mismo agente; la primera hipótesis confianza (artículo 249); quien porta ilegalmente un arma y les opone resis-
puede presentarse, verbigracia, si el autor viola a una mujer (artículo 205), tencia violenta a los requerimientos de las autoridades no realiza una con-
después le quema la casa (artículo 350, inciso 2o), le daña el auto (artículo ducta que, al mismo tiempo, encaja en dos tipos penales distintos (artículos
265), la calumnia ante sus congéneres (artículo 221) y, no contento con ello, 429, y 365, inciso 2o, numeral 3), sino en uno solo: el porte ilegal de armas
le hurta su ganado (artículos 239 y siguientes), acciones realizadas de ma- agravado.
nera independiente y según planes delictivos autónomos. Como ejemplos Como exigencias de la figura se tienen las siguientes: en primer lugar,
ténganse los ya vistos. se requiere unidad de acción, pues este caso solo se presenta cuando una única
En quinto y último lugar, es necesario que el agente sea objeto de juz- acción parece encajar en dos o más tipos, con lo que resulta procedente no
gamiento en un mismo proceso penal, por lo que si llegan a pronunciarse sen- extenderlo a los casos de concurso real, como hace gran parte de la doctrina,
tencias independientes en su contra, queda descartado el concurso. No obs- que parece entenderlo también como un concurso material aparente.
tante, en diversas legislaciones se le da cabida al llamado concurso real o Así mismo, en segundo lugar, debe presentarse una.pluralidad de tipos
material posterior, en el que se busca —en casos en los que ya se ha pronun- que de manera aparente concurran para gobernar la acción; ello es apenas
ciado la sentencia respectiva y el agente no ha sido juzgado por infracciones lógico, si se tiene en cuenta que este caso se caracteriza por el esfuerzo in-
anteriores o no se han observado las reglas propias del concurso delictivo— terpretativo que debe llevar a cabo el analista para descartar la concurrencia
posibilitar una nueva tasación de la pena para darle cabida a la imponible, de de las demás figuras típicas, y concluir que la conducta (constitutiva de acción
conformidad con las pautas concúrsales normales. De esta manera se impi-
en sentido ontológico-normativo) solo encaja en un supuesto de hecho.
de, entonces, que penas impuestas en procesos independientes se acumulen
aritméticamente, más allá del beneficio punitivo que reporta para el agente En tercer lugar, no resulta ocioso recordar que el sujeto activo debe ser
el ser juzgado por los diversos hechos cometidos antes del momento de dic- unitario, pues si este fuere plural, se tratará de una hipótesis de concurso de
tar sentencia; como es de suponer, no cabe el concurso real posterior cuando personas en la conducta punible, que es cosa bien distinta de la aquí tratada.
el condenado realiza una nueva conducta después de dictada la sentencia. Por supuesto, como en la vida real se presentan casos de no fácil solu-
Ahora bien, lo que deba entenderse por un "mismo proceso penal" debe ción, la doctrina ha elaborado una serie de postulados que —a manera de
valorarse atendiendo a las pautas propias del derecho procesal penal y según criterios aproximativos— le permiten al analista o estudioso resolverlos con
, las consagraciones que los distintos ordenamientos jurídicos prevén. mayor precisión. En efecto, en primer lugar rige el principio de especiali-
486 MANUAL DE DERECHO PENAL LA UNIDAD Y LA PLURALIDAD DE CONDUCTAS TÍPICAS 487
%
dad, según el cual, cuando un supuesto de hecho reproduce los elementos tí- ras que describen diversos grados de lesión o afectación de los bienes jurí- |¡
picos de otro más general y caracteriza de manera más precisa al hecho o al dicos, y abarcan desde los más leves hasta los más graves, de tal manera que ^
autor añadiendo elementos adicionales, es este el que se aplica y no aquel; el supuesto de hecho subsidiario es interferido por el principal; por ello, la i{
por ello, se dice, la aplicación de la ley general retrocede ante la especial: lex estructura lógica de la subsidiariedad no es la de subordinación, sino la de "
specialis derogat legi generali (ley 57 de 1887, artículo 5o, inciso 2o, regla la interferencia.
Ia). Por ejemplo: si una persona le da muerte a otra por piedad, buscando
La subsidiariedad puede ser expresa, cuando el legislador mismo se en-
ponerles fin a intensos sufrimientos, realiza la conducta de homicidio con-
carga de señalarla; y tácita, si debe deducirse de la ley. En el primer caso,
sagrada en los artículos 103 y 106, pero debe aplicarse esta última norma en
el codificador suele acudir a cláusulas como estas: "siempre que el hecho no
atención al axioma expuesto.
esté sancionado con pena mayor", "a no ser que el hecho esté punido de otra
En segundo lugar aparece el principio de la consunción, según el cual, manera en la ley", o semejantes, que le permiten al intérprete resolver el con-
cuando la realización de un supuesto de hecho más grave incluye la de otro flicto interpretativo siguiendo dichas pautas; así sucede, por ejemplo, en los
de menos entidad, se aplica el primero y no el último, pues se parte del pre- artículos 199; 236; 265, inciso Io; 327; 359, inciso I o ; etc.
supuesto de que el legislador ya ha considerado esos casos al redactar la des-
Con todo, la segunda forma, esto es, la tácita, puede asumir una doble
cripción típica más severa; por ello, el tipo consumiente prefiere al consu-
mido: lex consumens derogat legi comsumptae. modalidad: por un lado, se presenta en los casos de actos copenadosprevios
o anteriores, cuando se está ante el llamado delito de paso —o de tránsito—, esto
En verdad, son dos los casos de consunción que se encuentran en la ley es, aquellas fases previas constitutivas de actos preparatorios punibles, o que
penal: en primer lugar, el llamado acto copenado posterior o acción típica por su naturaleza requieren el recorrido de varios tipos que son comprendi-
de carácter subsiguiente a la conducta punible, destinada a asegurar o a rea- dos por el hecho consumado. Ejemplos: el agente, después de hacerle varios
lizar la ganancia antijurídica obtenida por el agente por medio del primer disparos a su enemigo, le da muerte con un puñal que lleva al cinto; el sujeto,
hecho; así sucede, por ejemplo, cuando el hurtador daña la cosa sustraída.
enterado de que su rival vive después del atentado que le ocasionó, se tras-
Para que esta segunda acción —que en principio sería típica— quede con-
lada hasta el lugar donde aquel yace y le da muerte. En estas hipótesis se con-
sumida dentro de la primera es indispensable que no lesione un nuevo bien
figura un concurso aparente, porque hay unidad de acción y de tipo realizado.
jurídico y que el daño no se extienda cuantitativamente por encima de la me-
dida del ya producido; así, por ejemplo, si el hurtador decide venderle la cosa Por otro lado, se habla de subsidiariedad tácita en los casos de concur-
a un tercero, quien la compra de buena fe creyendo lícita su procedencia so de personas en la conducta punible, cuando un sujeto activo realiza al mis-
(estafa), no se trata de un acto copenado posterior, sino de la realización de mo tiempo actos de autor y de partícipe. En este caso la forma de concurren-
una nueva figura típica que no queda consumida en la primera. cia más débil cede ante la más grave, sin que sea predicable un concurso de
El segundo consiste en el hecho acompañante, según el cual, el legis- actividades típicas para regular una sola conducta; tampoco está de más se-
lador, al redactar la descripción típica, tiene en cuenta que el hecho respec- ñalar que los comportamientos culposos retroceden ante los dolosos, los do-
tivo va acompañado de otro que, independientemente considerado, también losos más leves, frente a los más graves del mismo género, y las contraven-
sería punible, pero con un nivel de gravedad bastante inferior al del hecho ciones —si se llegaren a introducir en la ley penal—, frente a los delitos.
principal. Por ejemplo: el hurto con violencia sobre las personas (artículo En cuarto y último lugar, impera el principio de la alternatividad —la
240, numeral 1) consume la coacción ejercida sobre la víctima (artículo 182); verdadera cara opuesta del de especialidad— según el cual, cuando dos ti-
el hurto mediante permanencia arbitraria o engañosa en habitación ajena pos penales se presentan como paralelos o excluyentes por contener elemen-
comprende la violación de habitación ajena (artículo 189). tos incompatibles entre sí, se repelen mutuamente, y se debe aplicar aquel
En tercer lugar, debe mencionarse el principio de subsidiariedad, que de los dos que comprenda plenamente el hecho. Por ejemplo: el analista debe
supone la aplicación auxiliar de un tipo penal cuando no intervenga otro que, decidir si aplica el tipo de hurto (artículo 239, inciso Io) o el de estafa (artículo
de manera principal, cobije la conducta; por eso, el tipo subsidiario o auxi- 246, inciso I o ); el de acto sexual violento (artículo 206) o el de actos sexua-
liar retrocede ante el principal o primario: lex primaria derogat legi subsi- les con menor de catorce años (artículo 209 original). En verdad, garantiza
diariae. En otras palabras: este postulado opera cuando el analista debe la pervivencia de este axioma el que en ambos casos el legislador busca prote-
resolver concursos aparentes de tipos, motivados por la existencia de figu- ger el mismo bien jurídico, pero acudiendo a descripciones típicas distintas. J
488 MANUAL DE DERECHO PENAL LA UNIDAD Y LA PLURALIDAD DE CONDUCTAS TÍPICAS 489

III. LA CONCURRENCIA DE TIPOS PENALES: EL CONCURSO IDEAL (piénsese en el aborto seguido de muerte de la mujer) y dolosos o culposos
entre sí; no obstante, no parecen concurrir un tipo comisivo y uno omisivo.
ES este el único caso de concurso de tipos penales en una acción, por lo
Así mismo, en tercer lugar, se requiere identidad de sujeto activo, pues
que se le denomina también formal. Esta figura se presenta cuando el autor,
no es concebible esta figura si llegare a mediar pluralidad de agentes; desde
mediante una única acción ontológico-normativa, realiza al mismo tiempo
luego, ello no significa que varias personas no puedan realizar de consuno
una pluralidad de tipos penales; esto es, cuando varios supuestos de hecho
gobiernan una sola acción. En otras palabras: esta figura se presenta cuando un concurso ideal (dos profesores practican el coito ante sus alumnos meno-
una acción se adecúa a varias figuras típicas que no se excluyen entre sí, según res de ocho años), o que se pueda participar en él (un amigo le presta al pro-
las reglas del concurso aparente, ya expuestas, que son aplicables de manera fesor material pornográfico destinado a la acción corruptora).
conjunta. Ejemplos: el agente rinde testimonio falso y le imputa a otro un En cuarto lugar, puede haber unidad o pluralidad de sujetos pasivos del
hecho delictivo que este no ha cometido (Código Penal, artículos 442 y 436); delito. Esta exigencia es válida en tratándose del concurso ideal heterogé-
el autor viola a una menor de ocho años y le causa graves lesiones (artículos neo que, como se dijo, es el auténtico, puesto que la acción puede afectar los
205, 211, numeral 4; 111, en armonía con el artículo 115, inciso I o ); el su- intereses jurídicos de una o de varias personas; así, en el evento de quien viola
jeto activo, en su condición de abogado, falsifica un documento público en- sexualmente a su hermana, se está ante un sujeto pasivo; en cambio, en el falso
tregado por su cliente, para que la gestión encomendada no prospere (artícu- testimonio con calumnia, puede tratarse de pluralidad de sujetos pasivos. A
los 287 y 445); el agente realiza un aborto en condiciones inadecuadas, de su vez, como ya se manifestó, en el homogéneo se requiere siempre plura-
las que se deriva la muerte de la mujer (artículos 122 y 109), etc. lidad de sujetos pasivos. De lo anterior se infiere, entonces, que puede afec-
El auténtico concurso ideal supone, pues, una acción en sentido onto- tarse el mismo bien jurídico de manera reiterada (homogéneo) o una plura-
lógico-normativo y la realización de una pluralidad de conductas típicas, por lidad de bienes jurídicos (heterogéneo).
lo cual debe ser de carácter heterogéneo; no obstante, cuando se trata de la
afectación de bienes jurídicos altamente personales que implican la realiza- IV. LA UNIDAD Y LA PLURALIDAD DE CONDUCTAS TÍPICAS
ción reiterada del mismo supuesto de hecho, que recae sobre una pluralidad EN LA LEY PENAL
de sujetos pasivos, se suele descartar la figura del delito continuado y enton-
ces se habla del concurso ideal homogéneo. Ejemplos: el terrorista acciona La teoría de la unidad y pluralidad de acciones típicas se contempla en
una bomba y les da muerte a varias personas (artículo 104, numeral 3); el pro- el Código Penal, artículo 31, y en el Código de Procedimiento Penal, artícu-
fesor escolar induce a prácticas sexuales a sus alumnos menores de 14 años los 79, numeral 2, y 470. Según el inciso I o de la primera disposición, inti-
(artículo 209 en su versión original), etc. tulado concurso de conductas punibles (denominación no exenta de reparos),
Las exigencias de esta figura son las siguientes: en primer lugar, se re- "el que con una sola acción u omisión o con varias acciones u omisiones
quiere unidad de acción, pues la actividad desplegada por el agente debe ser infrinja varias disposiciones de la ley penal o varias veces la misma dispo-
producto de una conducta finalmente dirigida a la consecución de uno o varios sición, quedará sometido a la que establezca la pena más grave según su
resultados; por ello, es lógicamente impensable la pluralidad de acciones en naturaleza, aumentada hasta en otro tanto, sin que fuere superior a la suma
el concurso ideal. Desde luego, cuando se dice una acción, se hace referen- aritmética de las que correspondan a las respectivas conductas punibles
cia a la posibilidad de que una conducta omisiva pueda generar tanto con- debidamente dosificadas cada una de ellas". Esta norma tiene su correlato
curso ideal heterogéneo (el padre que incurre en inasistencia alimentaria y constitucional tanto en el artículo 29, inciso 5o —que así en sentido procesal
como consecuencia muere el hijo: artículos 233, y 104, numeral 1) como como sustantivo, prohibe juzgar a una persona "dos veces por el mismo
homogéneo. hecho"— como en el Código Penal, artículo 8o.
En segundo lugar, se requiere una doble o múltiple desvaloración de la Como es obvio, si se toma en su conjunto la regulación actual, puede
ley penal, pues la acción social, ontológico-jurídicamente entendida, debe decirse que se caracteriza por armonizar la unidad y la pluralidad de accio-
encajar en dos o más tipos penales diferentes; o, si se admite la figura del nes (acciones en sentido estricto y omisiones) con la unidad de tipos reali-
Concurso ideal homogéneo, en el mismo tipo penal de manera repetida. Es zados por un mismo agente, y se plantea así una fórmula amplia que ofrece
posible, por supuesto, que concurran tipos dolosos con tipos imprudentes diversas posibilidades interpretativas según el punto de partida asumido por
490 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA UNIDAD Y LA PLURALIDAD DE CONDUCTAS TÍPICAS 491
el analista y que, por supuesto, depende de la sistemática de la conducta pu- Ahora bien, efectuando una descomposición analítica de la normativa
nible que se mantenga. Sus exigencias son las siguientes: vigente, se encuentran consagrados los siguientes casos de unidad y plura-
En primer lugar, se debe presentar unidad de sujeto activo, pues el in- lidad de conductas típicas. En primer lugar, cuando se prevé una sola ac-
fractor debe ser el mismo, quedando descartada la figura cuando se trata de ción u omisión que infringe varias disposiciones de la ley penal, se está con-
conductas cometidas por un número plural de agentes; así se desprende del sagrando con toda claridad el concurso ideal heterogéneo, como sucede en
encabezamiento del artículo 31: "el que...", esto es, cualquier persona indi-
vidual. los ejemplos ya indicados y en la hipótesis de quien —por la fuerza— se opo-
ne al cumplimiento de la orden de captura ejecutada por un agente de la policía
Así mismo, en segundo lugar, se requiere unidad o pluralidad de ac- judicial, a causa de lo cual el servidor pierde la vida (artículos 429 y 103).
ciones u omisiones, pues —como dice la ley— el fenómeno en estudio se En segundo lugar, puede presentarse una sola acción u omisión que in-
presenta con "una sola acción u omisión o con varias acciones u omisiones", frinja varias veces la misma disposición, esto es, se hace referencia a las
lo cual significa que pueden "concurrir" conductas de diversa índole. diversas hipótesis de delito continuado —recuérdese el caso del cajero—,
En tercer lugar, deben realizarse varios tipos penales o varias veces el modalidad que también menciona la ley en el parágrafo del artículo 31 para
mismo, pues, como lo indica el texto, se deben infringir "varias disposicio- indicar un modelo específico de punición que demanda un incremento pu-
nes de la ley penal o varias veces la misma disposición". nitivo de la tercera parte, distinto al previsto en el inciso Io. Desde luego, el
También, en cuarto lugar, debe mediar unidad de proceso, pues —así codificador parece olvidar que estos casos son verdaderos eventos de pro-
la ley no lo diga— el juzgamiento se debe llevar a cabo en un mismo asunto, gresión delictiva sancionables con la pena indicada por la norma respectiva,
independientemente de la modalidad de figura. tal como sucede con algunos tipos que en la parte especial recogen casos de
También, en quinto lugar, es indispensable que las penas imponibles continuidad delictiva (confróntese artículos 246,277,278,297,298,299,300
sean privativas de libertad o puedan acumularse, exigencia desprendible del y 316, etc.), y que se debe destinar el incremento solo para hipótesis graves
inciso I o cuando señala que se debe tener en cuenta la "naturaleza" de la (situaciones que recaen sobre sujeto pasivo plural en tratándose de bienes ju-
sanción para tales cometidos. Desde luego, pese a que el legislador ha indi- rídicos "no altamente personales").
cado cómo se hace la acumulación en tratándose de la pena privativa de li- Así mismo, dentro de tales previsiones ha sido comprendido el llama-
bertad (la prisión), no se ocupa en la forma de proceder cuando se trata de do delito masa, también mencionado en el parágrafo del artículo 31 para
acumular la pena privativa de libertad (para el caso, la prisión) con las penas indicar que la pena es la señalada en la respectiva disposición incrementada
privativas de otros derechos (artículos 37 y 43), y queda el asunto librado a en una tercera parte, y no la indicada en el inciso Io, como sucede con el dis-
la interpretación. Naturalmente, si se quiere salvaguardar la seguridad jurí- tribuidor de combustibles que cobra precios superiores a los autorizados por
dica, el juzgador o el juez de ejecución tendrán que escudarse en los raseros el producto a un número elevado de clientes, o en los demás ejemplos citados.
de la lógica y la justicia material, para llevar adelante esta tarea, según las Igualmente, dentro de tal fórmula quedan comprendidos los casos de con-
directrices contenidas en el título i, en especial las que dimanan del artículo curso ideal homogéneo, que, pese a comportar unidad de acción e infracción
3 o del Código Penal.
reiterada del mismo tipo penal, a diferencia de los dos casos anteriores, son
Ahora bien, el codificador no ha olvidado disponer qué se debe hacer sancionados como lo indica el inciso Io, tal como sucede con la conducta del
cuando cualquiera de las conductas punibles concurrentes con la que tenga terrorista que al activar una bomba ocasiona la muerte a diez transeúntes.
señalada la pena más grave contemple penas distintas de las previstas en esta, En tercer lugar, es posible que varias acciones u omisiones infrinjan va-
caso en el que prevé que esas sanciones se deben tener en cuenta para hacer rias veces la misma disposición, caso en el que se está ante un típico concur-
la tasación (artículo 31, inciso 3o); esto reitera, por supuesto de manera im- so material homogéneo, como si se cometen varios homicidios en diversas
plícita, la exigencia examinada, al paso que emite una pauta adicional en este fechas contra distintos transeúntes o residentes de un sector de la ciudad.
ámbito a partir de la cual queda claro que esas sanciones no se pueden omitir.
También, en cuarto lugar, varias acciones u omisiones pueden infrin-
Desde luego, esta regulación debe ser complementada con las previsio- gir varias disposiciones de la ley penal, como ocurre, además de las hipó-
nes de la ley procesal penal, en virtud de las cuales es posible que el fenó- tesis indicadas, cuando el agente le da muerte a un hombre, falsifica un do-
meno de la acumulación se presente con posterioridad a la terminación del cumento público, comete estafa, daña bien ajeno, etc. Se trata, pues, de un
proceso (artículo 470).
típico caso de concurso material heterogéneo.
492 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA UNIDAD Y LA PLURALIDAD DE CONDUCTAS TÍPICAS 493 I

En quinto lugar, si acontece que las varias acciones se han juzgado in- se podrá rebasar en ningún caso por más que concurran varias conductas pu- ¡
dependientemente o se han impuesto sentencias en diferentes procesos, es
nibles—, sin que el legislador se haya preocupado por armonizar en este ^
posible realizar la acumulación respectiva, calificada por la ley como "jurí-
dica" (Código de Procedimiento Penal, artículo 470), y darle cabida al lla- aspecto el Código Penal con la Constitución. I
mado concurso material posterior, cuya necesidad de regulación había sido Es este, pues, el mecanismo al que debe acudirse para determinar la pena
prevista por la doctrina. imponible en casos de concurso ideal y material en sus diversas modalida-
des; al tratarse de algunas hipótesis de delito continuado y del delito masa,
Para terminar, adviértase, no existe previsión expresa del concurso apa- se repite, la pena aplicable será la señalada por la disposición respectiva in-
rente, pero parece evidente que su fundamento legal es el mismo artículo 31; crementada en una tercera parte (confróntese, artículo 31 parágrafo) aunque,
desde luego, esto no significa que se trate de un "verdadero concurso", como como se dijo, ello implica hacer diversos distingos cuando se trata de la pri-
se pretende, pues se cae en un sofisma lingüístico. mera de ellas.
En lo atinente a la determinación de la punibilidad aplicable, se tiene lo Por último, adviértase, la pena señalada se impone no sólo cuando las
siguiente. Si se observa la normativa sobre la materia, puede concluirse que conductas sean objeto de juzgamiento en un mismo proceso, sino también
se ha plasmado un sistema atípico que dista mucho de ser sencillo y que no cuando ello suceda después: casos de concurso real posterior, en este caso,
coincide con los criterios tradicionalmente expuestos. En efecto, en tratán-
el juez de ejecución de penas y medidas de seguridad, o quien haga sus veces,
dose de la pena pecuniaria, se ha consagrado el mecanismo de la acumulación
está legalmente facultado para llevar a cabo la acumulación jurídica de pe-
jurídica (confróntese, artículo 39, numeral 4), que permite sumar las multas
nas en caso de varias sentencias condenatorias proferidas en procesos dis-
correspondientes a cada una de las infracciones, pero se fija como límite
máximo la astronómica suma de cincuenta mil salarios mínimos legales men- tintos contra la misma persona (confróntese, Código de Procedimiento Penal,
suales vigentes (confróntese, artículo 39, numeral 1). artículo 470). Infortunadamente, no se ha previsto —como sí lo hacía el de-
rogado Código de Procedimiento Penal, en su artículo 505, inciso 3 o — la si-
De igual forma, cuando se trata de pena privativa de la libertad (la pri- tuación del inimputable sometido a medida de seguridad a quien, además,
sión) o de penas que puedan acumularse (se sobrentiende teniendo en cuen- se le impone pena —se supone, porque para otros efectos haya sido consi-
ta las privativas de otros derechos), se parte de la disposición que establezca derado imputable—, lo que no obsta para que se le haga el abono respectivo.
la sanción para la conducta más grave, que es susceptible de incrementarse
hasta en otro tanto (¡no en otro tanto!), pero sin exceder en ningún caso el
monto resultante de la suma aritmética correspondiente a las diversas con-
ductas punibles, debidamente dosificadas cada una de ellas (artículo 31, inciso
Io), con un límite máximo de cuarenta años para la pena privativa de la li-
bertad (confróntese, artículo 31, inciso 2o). De este modo, se combinan la
acumulación material, la acumulación jurídica y la asperación, en un sis-
tema cercano a este último mecanismo que deja algunos vacíos, pues, en
efecto, no se señala límite alguno en tratándose de las penas privativas de otros
derechos, materia en la que sigue campeando relativa indeterminación, con
el correspondiente desconocimiento del principio de taxatividad. Por supues-
to, para evitar los frecuentes descalabros de la seguridad jurídica observa-
bles en la práctica judicial, debería tomarse siempre como límite el máximo
previsto en el artículo 51 cuando se dispone que estas penas no podrán ex-
ceder de veinte años, salvo el muy discutible caso del inciso 5 o del artículo
122 de la Constitución Política modificado por el acto legislativo 1 de 2004.
Así mismo, no se ha previsto nada en cuanto a las medidas de seguri-
dad imponibles al inimputable que haya realizado una de las conductas aquí
estudiadas —que tienen ahora una duración máxima de veinte años, que nc
CAPÍTULO DECIMOCTAVO

LA PENA

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496 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA PENA 497
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gía, números 47-48, Santa Fe de Bogotá, RDV Impresores Ltda., 1993, páginas 31 y si-
guientes
ma de necesidad de pena o necesidad de intervención, que supone la idea de
merecimiento de pena —en la medida que la conducta punible cometida com-
porte una desaprobación que debe acarrear un castigo—.
I. CONCEPTO

Ya se ha dicho que —formalmente hablando— la pena es un mal seña- II. CARACTERÍSTICAS


lado por el legislador a quien cometa un delito; y que, desde un punto de vista
material, ella es objeto de dilatadas discusiones en torno a su fundamento, Ahora bien, como consecuencia de la noción que se ha explicado y de
justificación, sentido y fin, sobre lo que se han expuesto ya diversas concep- los diversos postulados que —al constituirse en límites formales y materia-
ciones (confróntese, capítulo quinto). Ahora, sin embargo, debe precisarse les al ejercicio de la potestad punitiva del Estado (véase supra, capítulo se-
dicha noción. gundo)— la inspiran, se le pueden atribuir a la sanción criminal las siguientes
notas o peculiaridades, las mismas que la distinguen de otras consecuencias
Sin duda alguna, la pena es la privación o restricción de bienes jurídi-
jurídicas imponibles en otros sectores del ordenamiento jurídico.
cos impuesta por el órgano jurisdiccional competente a la persona que ha
realizado una conducta punible, acorde con las pautas legales correspon- A) Humana
dientes (E. CUELLO CALÓN); tarea básica de la pena es la protección de los bie-
nes jurídicos, para asegurar la coexistencia humana en sociedad aunque, en Se le asigna este rasgo, pues —como ya se dijo, al estudiar el problema
alguna medida, también tiene un cometido restaurador del orden jurídico que- atinente a los límites materiales al ejercicio de la potestad punitiva del Esta-
brantado por la infracción a la ley penal. do— el derecho penal se inspira en el principio de dignidad de la persona
En el concepto anterior se dice, en primer lugar, que ella es privación humana, verdadera columna vertebral del Estado social y democrático de de-
o restricción de bienes jurídicos, pues supone que se coarten derechos per- recho. Como se expresó entonces, este axioma más general arropa dentro
sonales, que se traduce en el recorte de intereses tan vitales para cualquier de sí el del respeto a la integridad del ser humano, esto es, el imperativo según
ser humano como la libertad, el patrimonio, la vida, el honor, etc. Sobra decir el cual se debe preservar a toda costa la indemnidad personal o la incolumi-
que también ello sucede con otras sanciones previstas en el ordenamiento ju- dad de la persona como ser social —principio de humanidad, propiamente
rídico como las contempladas en el derecho administrativo sancionador, de dicho—, de tal manera que los medios utilizados por el legislador, para el
las que apenas se distingue desde el punto de vista meramente cuantitativo caso, la pena, no atenten contra la dignidad concreta del individuo y se con-
o formal. viertan en un instrumento de sometimiento y de desigualdad. Ello explica,
En segundo lugar, lo de impuesta por el órgano jurisdiccional busca lla- por supuesto, la prohibición de sanciones penales (penas y medidas de se-
mar la atención sobre el hecho de que solo el juez legal, natural, o constitu- guridad) y de tratos crueles, inhumanos y degradantes; la proscripción de la
cional, está autorizado para imponerla, de conformidad con los marcos le- desaparición forzada; la erradicación de los apremios, las coacciones, y las
gales previamente indicados por la ley, según el llamado principio de torturas, etc. (Constitución Política, artículos Io, 5o, 12,16,28 y 34 y Códi-
jurisdiccionalidad. Así mismo, en tercer lugar, se dice que ella se atribuye go Penal, artículos I o y 2o); la lucha frontal contra las penas privativas de la
a {apersona que ha realizado una conducta punible, pues solo aquellos com- libertad de duración excesiva; y, por supuesto, la erradicación de la pena de
portamientos humanos constitutivos de conducta típica, antijurídica y cul- muerte (Constitución Política, artículo 11), etc. No hay, pues, sanción penal
498 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 499

sin consideración de la persona como ser humano, porque ella no puede y democrático las sanciones indeterminadas, gaseosas, de contenido borro-
afectar al sujeto en su dignidad como ser social que es. so, imprecisas, discrecionales, etc., porque ellas arrasan con la seguridad jurí-
Pese a lo anterior, por expresa excepción constitucional (confróntese dica, que es presupuesto intangible del Estado de derecho, y el juez no podría
Constitución Política, artículo 93, modificado por el acto legislativo 2 de cumplir con su sagrada misión. En otras palabras: si el propio codificador
2001) se ha previsto la cadena perpetua en tratándose de aquellos crímenes no lleva a cabo adecuadamente dicha tarea, la actividad del juzgador se ve
que son objeto de juzgamiento por la Corte Penal Internacional (confrónte- completamente imposibilitada, porque es impensable emprender la indivi-
se artículo 77 Ib, incorporado mediante artículo 1 de la ley 742 de 2002), lo dualización de penas que no sean ciertas. Esta característica también es des-
que no deja de ser un desconocimiento flagrante de esta exigencia de la pena. conocida por el artículo 77 1 b del Estatuto de la Corte Penal Internacional.

B) Legal D) Igual

Esto en razón a que el castigo debe sujetarse en todo al principio de le- También, el castigo se aplica a todos los infractores de la ley penal, sin
galidad de los delitos y de las penas —el más importante límite formal al ejer- hacer distingos de ninguna naturaleza en consideración a su edad, clase social,
cicio de la actividad punitiva del Estado—que, para el caso, comprende esta jerarquía, sexo, raza, nacionalidad, etc. Este atributo de la pena estatal, sin
última expresión de dicho apotegma [nulla poena sine le ge] tanto en el pla- duda, es una emanación del principio de igualdad material ante la ley penal
no de las prerrogativas o privilegios sustanciales (no hay pena sin ley escri- (Constitución Política, artículo 13 y Código Penal, artículo 7o), el que impo-
ta, estricta, cierta y previa), procesales (no hay pena sin debido proceso ju- ne un trato semejante para los casos iguales y uno desigual para los diferen-
dicial, y si no es impuesta por el juez natural), como de ejecución penal (no tes. Con ello, entonces, no se hace referencia al derecho a ser igual, sino a
hay pena sin adecuado tratamiento penitenciario y asistencial, de carácter hu- la prerrogativa de ser tratado igualmente frente a situaciones similares en el
manitario y resocializador: el llamado principio de la ejecución de la pena). ámbito punitivo; aquí, pues, más que en otros campos del derecho penal, el juez
Estos privilegios, como se recordará, han sido explícitamente reconocidos debe tener en cuenta los criterios de diferenciación que impone el axioma de
por el orden jurídico (Constitución Política, artículos I o y siguientes y 29, igualdad para, a partir de ellos, determinar la pena imponible con base en
inciso 2o; Código Penal, artículo 6o, inciso Io; Pacto Internacional de Dere- las diferencias fácticas que la realidad ofrece, fundándose en pautas como la
chos Civiles y Políticos, incorporado mediante ley 74 de 1968 (26 de diciem- razonabilidad de la diferenciación, la proporcionalidad de los medios incor-
bre), artículo 15; Convención Americana sobre Derechos Humanos, incor- porados en la norma y los fines de esta.
porada mediante ley 16 de 1972 (30 de diciembre), artículo 9o, entre muchos
otros). De esta manera, pues, la pena se debe imponer según lo ordenado en E) Proporcional
la ley y sustrayendo sus preceptos a la arbitrariedad de los juzgadores, lo
que la torna en innegable soporte para el afianzamiento y disfrute del supre- Pues, según el postulado más general de la prohibición de exceso de don-
mo postulado de la seguridad jurídica, en la medida que cualquier castigo de se deriva esta nota, la pena debe corresponderse con la gravedad y enti-
para ser impuesto requiere necesariamente la concreción legal de su dura- dad de la conducta punible cometida, de tal manera que las sanciones graves
ción y de su contenido. se destinen para los delitos más atroces, y las más leves, para los de menor
rango (confróntese, Constitución Política, artículos Io, 2o, 5o, 6o, 11 a 13 y
C) Determinada Código Penal, artículo 3o); justamente, una de las conquistas del moderno
derecho penal, desde la época de C. BECCARIA, es el rechazo a la imposición
Como la pena está presidida por el postulado de determinación, de de sanciones iguales a infracciones a la ley penal de diversa gravedad. En
certeza o de taxatividad —que es derivación directa del axioma de legali- otras palabras: la proporcionalidad tiene que ser tanto de índole cualitativa
dad, como se ha dicho—, el legislador está compelido a consignar en la ley —pues infracciones de diversa naturaleza se deben castigar con penas dife-
sanciones penales claramente determinadas en lo que toca con su clase, rentes— como cuantitativa —en tanto que a cada conducta punible le debe
duración, cantidad, monto, etc.; las penas, pues, tienen que ser expresas, corresponder una sanción que se compadezca con su importancia—; por ello,
precisas, manifiestas, concretas, para que no haya duda alguna en lo atinen- un derecho represivo gobernado por los postulados demoliberales debe lle-
te a sus alcances y cometidos. Por eso, repugnan a un derecho penal liberal var a cabo la cuantificación penal a partir de dos pilares básicos: la grave-
500 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 501
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i! *! dad del injusto cometido (expresión del principio de lesividad) y el grado tutela aquellos derechos, libertades y deberes que sean imprescindibles para
¡¡I de culpabilidad (emanación del postulado de culpabilidad). Desde luego, el mantenimiento y conservación del orden jurídico, frente a aquellos ataques
11», contra este rasgo de la pena se alzan las penas draconianas y ejemplarizan- que se realizan contra este considerados como los más intolerables—, la
''' tes que se imponen con la pretensión de reprimir ciertas formas de delincuen- sanción penal imponible solo puede ser aquella que sea indispensable para
cia, como si el principio de prohibición de exceso no representara el límite concretar en la realidad el programa politicocriminal que el legislador ha
lógico al poder punitivo en el Estado de derecho, derivado del concepto re- diseñado {nulla poena sine necessitate), y la que reporte un mínimo daño
tributivo de pena —mediante el que se busca, también, reafirmar el orden posible para el penado, todo ello inscrito en el marco de la prevención de
jurídico resquebrajado por la infracción a la ley penal—, como se infiere del nuevos delitos; ello tiene su razón de ser desde la perspectiva de las filoso-
artículo 12 de la Constitución cuando prohibe las penas inhumanas, crueles fías utilitaristas, predicadas por el pensamiento penal ilustrado por medio de
o degradantes a las que, sin embargo, se les ha dado cabida mediante la ley C. BECCARIA y J. BENTHAM, principalmente, con plena acogida en el derecho
742 de 2002 que —como se dijo— incorporó al ordenamiento el Estatuto de positivo (Constitución Política, artículos Io, 2o, 5o y 12 y Código Penal, ar-
la Corte Penal Internacional. tículo 3o). La pena, pues, solo se les puede imponer a aquellos transgresores
de la ley penal que han realizado comportamientos que sean objeto de un des-
F) Razonable valor verdaderamente grave y que, además, supongan un elevado grado de
nocividad, de dañosidad, para la sociedad, pues el autor debe incidir sobre
Igualmente, la sanción penal imponible en el caso concreto debe ser fruto
los bienes jurídicos amenazándolos efectivamente o lesionándolos como, de
de una tarea de determinación judicial ajustada a las leyes de la prudencia,
manera concluyente, exige el artículo 11 del Código Penal; por eso, en fin,
el equilibrio, la moderación y la sensatez, como que el derecho penal está
también se le asignan a la sanción penal cometidos preventivos generales y
inspirado en el principio de la razonabilidad (Código Penal, artículo 3o). Es
especiales.
tan importante esta actividad, que solo si se logra una pena equilibrada, ade-
cuada a los fines perseguidos, será posible obtener el restablecimiento del Obviamente, cuando se afirma que la pena sea necesaria, se parte del
equilibrio de las relaciones entre el ciudadano infractor —que ha cometido presupuesto de que ella es merecida y al contrario, sin que ello comporte la
el atentado contra los bienes jurídicos más relevantes— y el Estado llamado confusión entre las ideas de merecimiento (la punición es merecida) y de ne-
a salvaguardarlo mediante una respuesta equitativa, justa. En otras palabras: cesidad de pena (el agente requiere o necesita la pena), pues, ambos se en-
cuando de establecer la razonabilidad de la sanción penal se trata —lo cual cuentran estrechamente vinculados en una especie de concatenación causal:
va de la mano de la idea de proporcionalidad, en sentido amplio—, su jus- lo auténticamente "necesitado de pena" lo es en cuanto verdaderamente "me-
ticia en el caso concreto, el juicio de ponderación pertinente debe hacerse a recedor"; y lo genuinamente "merecedor de pena", como positivamente
partir de la finalidad esencial perseguida por la normatividad penal, para el "necesario" (véase a M. ROMANO).
caso la seguridad jurídica, lo que se traduce en la tutela de los más preciados
bienes jurídicos. El castigo penal, pues, no es fruto del azar, el capricho, o H) Judicial
la discreción del funcionario judicial, sino que es el producto logrado de una
Así mismo, como producto de que el derecho penal propio de un Esta-
actividad sometida a diversos controles enmarcados dentro de los linderos
do social y democrático de derecho tiene que estar asentado sobre el postu-
propios de la razón, llamada a eliminar de este ámbito elementos irraciona-
lado del juez constitucional, legal o natural —límite formal al ejercicio de
les e impredecibles, y tornar el proceso de individualización judicial en una
la potestad punitiva estatal—, la imposición de la pena solo les está 'reserva-
elaboración intelectual altamente controlable, predecible y debatible.
da a los órganos jurisdiccionales competentes, a los tribunales de justicia de-
bidamente constituidos, que deben aplicarla solo cuando medie la comisión
G) Necesaria
de una conducta punible del agente, con lo que se mantienen las bases del
En el seno de un derecho penal de garantías, inspirado en el respeto a orden jurídico y se logra el aseguramiento de la vida comunitaria; además,
la dignidad de la persona humana y dentro del marco trazado por el principio la imposición de la pena se debe hacer siguiendo el rito procesal ordinario,
más general de la necesidad de intervención, de intervención penal mínima, brindándole al reo la posibilidad de disfrutar de todas las garantías y prerro-
l o de necesidad —que, como se recordará, postula que el derecho penal solo gativas que el Estado de derecho le asegura, como parte de las reglas del juego
502 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA PENA 503

que inspiran la convivencia social (Constitución Política, artículo 29, inciso Desde luego, lo anterior no significa que en algunas hipótesis previa-
2o y Código Penal, artículo 6o, inciso Io). mente señaladas por el codificador no pueda suspenderse o revocarse la ejecu-
I# I) Individual ción de la sanción impuesta, gracias a la vigencia de ciertos mecanismos
mediante los que se posibilita dicha situación; ello demuestra, naturalmen-
En virtud de que la pena estatal es estrictamente personal, y de que ella te, que la nota examinada no es absoluta. Así sucede, por ejemplo, cuando
solo puede alcanzar a quien ha transgredido la ley penal en su calidad de autor se concede un sustitutivo penal (como la suspensión condicional de la eje-
o partícipe, mas no a terceros, así se encuentren ligados con el sujeto activo cución de la pena o la libertad condicional, etc., a los que se refieren los ar-
del comportamiento punible por vínculos de amistad, credo político o reli- tículos 63 y siguientes del Código Penal); se otorga una amnistía o un indul-
gioso, sangre, afectos, etc., como lo impone el principio de culpabilidad o to (Código Penal, artículo 82); opera el fenómeno de la prescripción de la pena
de responsabilidad subjetiva —nullapoena sine culpa—, se le suele asignar impuesta (Código Penal, artículos 88 y siguientes); se expide una sentencia
al castigo administrado por el derecho punitivo esta nota; la pena, entonces, de revisión o de casación (Código de Procedimiento Penal, artículos 205 y
no puede trascender de la persona del delincuente (confróntese, Convención siguientes, y 220 y siguientes); o cuando, gracias a un tránsito legislativo,
Americana sobre Derechos Humanos, incorporada mediante la ley 16 de 1972 la conducta punible pierde el carácter de tal (ley 153 de 1887, artículos 44 y
[30 de diciembre], artículo 5.1, numeral 3; Constitución Política, artículos siguientes). En fin, téngase en cuenta, ello también sucede en otros casos
6o, 16, y 29, inciso 2 o y Código Penal, artículo 12). Por eso, justamente, como los derivados del aplazamiento de la ejecución de la pena privativa de
cuando se estudió el axioma mencionado, se dijo que uno de los desarrollos la libertad por parto o enfermedad del procesado (a) o de un pariente (Códi-
posibilitados por él era el de la imputación subjetiva, de tal manera que el in- go de Procedimiento Penal, artículos 362, numeral 1, y 471); por la rebaja
justo penal solo puede ser atribuido a la persona que actuaba. de la pena, como producto de los "beneficios penitenciarios" de que habla
Por fortuna, pues, ya pasaron a la historia del derecho penal aquellas épo- la ley (Código Penal, artículo 37.2), etc.
cas ignominiosas y horripilantes en las que la sanción recaía no solo sobre Ahora bien, esta característica del castigo significa, así mismo —lo que
el infractor, sino sobre toda su parentela y sus allegados; hoy es universal- es producto del llamado postulado del non bis in idem, consecuencia del
mente aceptado, por lo menos en los derechos penales inspirados en la cul- principio de la cosa juzgada—, que el ciudadano tiene derecho a que sobre
tura occidental europea, que la punición estatal solo puede recaer sobre la él no se ejerza en más de una oportunidad el ius puniendi del Estado, con
persona del penado, lo que es consecuencia inequívoca de la asunción del ocasión de la realización de una misma conducta.
postulado de la dignidad de la persona humana como pilar básico de todos
los ordenamientos jurídicos en las naciones civilizadas. K) Pública
J) Irrevocable También, la imposición de las consecuencias jurídicas está presidida por
la idea de difusión, de comunicación de ese hecho tanto al reo como a los
La imposición de la pena está presidida por la idea de permanencia, de asociados; por eso, desde la época del pensamiento penal ilustrado, se ha
duración, de persistencia —en realidad una consecuencia del postulado más proclamado la necesidad de que las sanciones se hagan públicas, conocibles,
general de la cosa juzgada, que ha sido incluido por el legislador dentro del de tal manera que no solo la opinión pública pueda enterarse del comporta-
catálogo de "normas rectoras de la ley penal colombiana"—, en cuya virtud, miento de sus jueces, sino también el directamente afectado —a quien, si-
una vez impuesta la sanción, debe cumplirse estrictamente sin que, en prin- guiendo un rito preestablecido, como consecuencia de la vigencia del axio-
cipio, sea susceptible de revocación, modificación o suspensión. En otras ma del debido proceso legal, se le debe notificar en forma debida— para que
palabras: cuando el juez, en el caso concreto y mediante la expedición de una pueda impugnar la decisión que las contiene, acudiendo a los recursos pre-
sentencia debidamente ejecutoriada, realiza la individualización de la pena, vistos al efecto por la ley procesal penal. No es, pues, posible que el funcio-
emite una decisión irrevocable que debe ser cabalmente observada por el nario mantenga en secreto el resultado de dicha tarea —así la pueda llevar
condenado, el juez de ejecución de penas, las autoridades penitenciarias y, a cabo de manera privada—, como lo proclaman algunas tendencias autori-
por supuesto, por todos los asociados. En este momento cobra vida, pues, tarias que han preconizado no solo la necesidad de encubrir la identidad del
la finalidad retributiva mencionada en el artículo 4 o del Código Penal que, juez, sino también la de ocultarle a la comunidad jurídica, incluso, la impo-
como ya se explicó, se plasma mediante la idea de proporcionalidad. sición de la pena al condenado, a quien se le relega a lugares alejados e inhós-
w 504 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 505
I! 3
sobre la complexión del sentenciado, sobre su integridad física, o le causan
•« j 1 pitos (recuérdese, por ejemplo, las penas impuestas a los disidentes políti-
un dolor material, como los azotes, la mutilación, la ruptura de miembros, la
•<>*, eos por los llamados regímenes socialistas).
tortura, la castración, etc. Infamantes, las que afectan el honor y la dignidad

r
del reo, tales como la muerte civil, la expulsión del territorio nacional, la inha-
III. CLASIFICACIÓN DE LAS PENAS bilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas y la venganza
Las sanciones penales son susceptibles de dividirse, por lo menos, en pública.
cuatro formas distintas, según los diversos criterios clasificadores. Así mismo, pueden ser privativas de libertad, cuando suprimen de
En efecto, en primer lugar, según su importancia o rango interno, se manera temporal o definitiva la libertad personal del encartado, mediante su
internamiento en establecimientos penitenciarios —piénsese en el presidio,
habla de penas principales, sustitutivas y accesorias. Las primeras —como
la prisión, la reclusión o en el arresto—; restrictivas de libertad cuando, como
su nombre lo indica—, se imponen de forma independiente sin sujeción a
el nombre lo señala, limitan el derecho a la libertad personal, especies de las
ninguna otra, de manera autónoma, como sucede en el caso de la prisión, la
cuales son el confinamiento, el destierro, la expulsión del territorio nacio-
multa o las privativas de otros derechos que tengan tal carácter. Las segun-
nal, la libertad vigilada y la prohibición de concurrir a lugares públicos.
das son las que se aplican en lugar de otras como acontece con la prisión domi-
ínterdictiv as, que consisten en despojar al condenado del ejercicio de sus
ciliaria y el arresto de fin de semana o ininterrumpido, en algunos derechos
derechos civiles o políticos, como la inhabilitación para el ejercicio de de-
positivos. Y las terceras son las que no tienen existencia propia y únicamente rechos y funciones públicas, la pérdida o suspensión de la patria potestad, la
se aplican acompañando a las principales a las que acceden, y pueden ser atri- prohibición de ejercer arte, profesión u oficio, o la llamada "muerte civil",
buidas de manera sucesiva o simultánea como ocurre, verbigracia, con la in- que en el pasado equivalía a la pérdida total de los derechos. Y, para termi-
habilitación para el ejercicio de funciones públicas o la pérdida del empleo nar, las patrimoniales, que afectan el peculio económico del condenado: la
o cargo público, entre otras. multa, el comiso o la caución, que suponen el pago de una suma de dinero
En segundo lugar, según su forma de aplicación, se escinden de dos ma- al Estado por el culpable a título de castigo, o la incautación parcial o total
neras: por un lado, en simples y compuestas. Las primeras, que también de su patrimonio; por supuesto, cuando esas penas deben satisfacerse en di-
pueden llamarse únicas, se presentan cuando la ley penal respectiva solo nero —por ejemplo, la multa—, aparece una especie de ellas que se llama
prevé una sanción como consecuencia jurídica aparejada al supuesto de pecuniaria.
hecho, como si al homicidio solo se le atribuyese como castigo la prisión, o En cuarto y último lugar, según su duración o límite temporal, se pue-
al favorecimiento de contravención únicamente se le castigara con multa; en den separar va. perpetuas y temporales', las primeras solo se extinguen con
cambio, las segundas se presentan cuando el legislador consagra varias penas la vida del condenado como la cadena perpetua o la privación de la patria
aplicables de manera combinada —a veces llamadas conjuntas—, alterna- potestad de manera indefinida; las segundas tienen duración limitada, como
tiva, o facultativa, como ocurre, verbigracia, si a la conducta punible de abuso la prisión, con un linde de años de privación de la libertad. Así mismo, se
de autoridad se le imponen las sanciones de multa y pérdida del empleo; o clasifican en determinadas e indeterminadas', por las primeras se entienden
si a un comportamiento de estafa se le atribuye pena de prisión o, en su lu- aquellas que son ciertas o contempladas de antemano y de modo fijo en la
gar, la de multa. Además, estas penas pueden ser divisibles e indivisibles: ley, mientras que las segundas se imponen sin indicarles con antelación la
las primeras son las que pueden fraccionarse cuantitativa o temporalmente, duración. Como puede observarse, ambas clasificaciones coinciden.
como la multa y la prisión, respectivamente; al contrario, las segundas no son i
susceptibles de separación alguna, como la pérdida del empleo o la expul-
IV. LAS PENAS EN EL DERECHO POSITIVO
sión del territorio nacional que, normalmente, solo se les impone a extran-
jeros. El legislador ha acogido expresamente la partición que atiende a la im-
En tercer lugar, según el derecho afectado, esto es, atendiendo al bien portancia o rango interno', de ahí que señale, separadamente, las principa-
jurídico del que se priva al condenado con la imposición de la sanción, pue- les, las sustitutivas y las accesorias privativas de otros derechos. Así reza
nH den dividirse en extintivas, cuando le ponen fin a la vida del condenado, esto el artículo 34: "De las penas. Las penas que se pueden imponer con arreglo
es, la pena de muerte en sus diversas manifestaciones, que está constitucio- a este Código son principales, sustitutivas y accesorias privativas de otros
ltg| ¡ nalmente prohibida (Constitución Política, artículo 11); corporales, si recaen derechos cuando obren como principales".
506 LA PENA 507
MANUAL DE DERECHO PENAL

Como sanciones del primer orden prevé la prisión, la multa y las priva- ser inherente a la misma sanción, también se le imponen limitantes en el plano
tivas de otros derechos previstas en la parte especial (artículo 35); del segun- de la libertad de expresión, de asociación, de reunión y de manifestación,
do, señala la prisión domiciliaria, el arresto de fin de semana, el arresto inin- amén de restricciones en el goce de la libertad sexual, de otros derechos civiles
terrumpido y el trabajo no remunerado en asunto de inequívoca naturaleza o de prerrogativas de índole económica y familiar. Este tipo de pena ha tenido
e interés estatal o social que —así no lo diga el artículo 36— también tiene importancia mayúscula a lo largo de los dos últimos siglos, como lo prueba
tal carácter. Y dentro del tercer grupo regula las siguientes: la inhabilitación el hecho de su previsión generalizada en las diversas legislaciones, aunque
para el ejercicio de derechos y funciones públicas; la pérdida del empleo o en los últimos decenios ha entrado en crisis y les ha dado cabida a las penas
cargo público; la inhabilitación para ejercer profesión, arte, oficio, industria pecuniarias y a otros castigos sustitutivos.
o comercio; la inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, tutela y Por supuesto, de espaldas a las más recientes propuestas en este ámbi-
curaduría; la privación del derecho a conducir vehículos automotores y moto- to, el derecho positivo se edifica a partir de las penas privativas de la libertad
cicletas; la privación del derecho a la tenencia y porte de armas; la privación de larga duración a manera de columna vertebral o eje central, pues el legis-
del derecho a residir en determinados lugares o de acudir a ellos; la prohibi- lador de 2000, de manera generalizada e irracional —como si se tratara de
ción de consumir bebidas alcohólicas o sustancias estupefacientes o psico- dictar leyes para los siglos xvm y xix, cuando esta sanción tuvo su máximo
trópicas; y la expulsión del territorio nacional, para los extranjeros (confrón- florecimiento en los derechos europeos—, acude sistemáticamente como
tese, artículo 43). único recurso de lucha contra la criminalidad a dicho instrumento, para el caso
Naturalmente, de este tercer grupo de sanciones se dice que se aplican con una duración de hasta cuarenta años. Este máximo punitivo, ciertamen-
"cuando no obren como principales", porque algunas de ellas —concreta- te inferior al de sesenta años previsto en la legislación derogada, va unido
mente cinco— pueden operar como tales con la condición de que el legisla- —como contrapartida— a una elevación significativa de gran parte de los
dor las haya previsto con tal carácter en la parte especial (confróntese, Có- mínimos punitivos señalados y al marcado endurecimiento del sistema de
digo Penal, artículos 34 a 53); además, téngase en cuenta, también pueden determinación judicial de las penas.
escindirse en obligatorias (la inhabilitación para el ejercicio de derechos y Todo ello indica que el sistema adoptado está muy lejos de posibilitar
funciones públicas, a que hace referencia el artículo 52, inciso 3o) y discre- verdaderas alternativas a la prisión y que, además, se acude a esta última para
cionales (todas las demás, según lo indica el artículo 52, inciso Io). consagrar un límite máximo exagerado que termina convirtiéndose en una
Hechas las anteriores consideraciones, a continuación se abordan todas pena, cruel, inhumana, degradante—prohibida constitucionalmente: artículo
y cada una de las diferentes especies de castigo para mostrar su forma de 12—, pues está demostrado que sanciones de esta naturaleza ejecutadas
operar y sus respectivas implicaciones, siguiendo el hilo conductor de la durante más de diez o quince años de privación continua de la libertad, tor-
primera de las divisiones señaladas adoptada por el legislador. nan al penado en un ser absolutamente irrecuperable para la convivencia en
sociedad, por los graves deterioros que le causan a su personalidad (confrón-
A) Las penas principales tese, H. H. JESCHECK/TH. WEIGEND). En otras palabras: el legislador ha adop-
tado un patrón punitivo anticuado, anquilosado, cuyo fracaso ha sido eviden-
Son tres: la privativa de libertad de prisión, la pecuniaria de multa y ciado en otras latitudes; un arquetipo que no es compatible con el actual grado
las privativas de otros derechos consagradas como tales en el libro n del Có- de civilidad de la cultura occidental y que, haciendo uso de una esquizofre-
digo; así lo indica el texto del artículo 35: "Penas principales. Son penas nia legislativa desenfrenada, arrasa con los postulados que dice asunlir como
principales la privativa de la libertad de prisión, la pecuniaria de multa y las directrices en esta materia, esto es, los axiomas de humanidad, legalidad, pro-
demás privativas de otros derechos que como tal [sic] se consagren en la parte porcionalidad, necesidad, igualdad y razonabilidad, etc. (véase a L. FERRA-
especial". A continuación deben examinarse esas modalidades. JOLI).
a) La prisión Al respecto, deben hacerse un par de observaciones: en primer lugar,
Esta sanción supone la reclusión del condenado en un establecimiento pese a que el legislador advierte que el tiempo cumplido en detención pre-
penitenciario, en el que debe permanecer privado de la libertad y ser some- ventiva no es pena —la que procede ahora para delitos cuya mínima sanción
tido a un régimen específico de vida. Sin embargo, lo anterior no significa prevista sea igual o superior a cuatro años de pena privativa de la libertad,
que solo se le prive del derecho a la libertad de locomoción, puesto que, por o para ciertos casos enlistados en el artículo 357 del Código de Procedimiento
^ 508 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 509
11»',

|J Penal—, en verdad ese lapso se computa como parte cumplida de la misma: lo dicho, al examinar la teoría de la norma, en el capítulo quinto— señala el su-
i*, "La detención preventiva no se reputa como pena. Sin embargo, en caso de puesto de hecho (tipo, en sentido sistemático) y las consecuencias jurídicas.
!j|| condena, el tiempo cumplido bajo tal circunstancia se computará como par- Por lo anterior se puede concluir, sin duda alguna, que el Código Penal
te cumplida de la pena" (confróntese, artículo 37, numeral 3); así mismo, en ha profundizado en la utilización de esta modalidad de sanción mediante dos
segundo lugar, téngase en cuenta que dicho monto máximo de pena puede sistemas distintos: uno, el de la multa acompañante de la prisión, aplicable
verse reducido cuando la persona se acoge a ciertos beneficios penitencia- a casi todas las delincuencias graves al lado de la pena privativa de libertad
rios que pueden comportar la reducción de la condena, como, por ejemplo, en la parte especial del estatuto —nunca como pena única o sustitutiva de la
los casos de remisión por trabajo, estudio, enseñanza, actividades recreati- prisión, con lo que no brinda absolutamente ninguna alternativa a la pena pri-
vas, etc. (Código Penal, artículo 37, numeral 2; Código Penitenciario y Car- vativa de libertad—, caracterizado por su drasticidad excesiva, sus astronó-
celario, artículos 82 y siguientes y Código de Procedimiento Penal, artículo micas cuantías y por un estricto e irracional régimen de aplicación; y otro,
494), lo que alivia la carga que supone la privación de la llibertad. el de la multa progresiva o sistema de la unidad multa, diseñado para peque-
ñas delincuencias, cuyas notas centrales son también la severidad y la recu-
b) La pecuniaria de multa rrencia —en última instancia— a la pena privativa de libertad (mediante el
En cuanto a las penas que recaen sobre el patrimonio económico, el llamado sistema de la responsabilidad penal subsidiaria por el impago de
legislador solo ha previsto la multa, entendida como la exigencia al conde- la multa), en cuya virtud se menciona la pena en la respectiva norma de la
nado de cancelar en favor del tesoro nacional una determinada suma de di- parte especial sin indicar su monto, y se deja la tasación para las previsiones
nero, sea que se acuda al señalamiento del pago de un cierto monto de dine- de la parte general. En fin, las dos modalidades de multa previstas reúnen
ro a partir de un mínimo y un máximo señalados en la parte especial del todos los defectos que se le han achacado a este sistema en el derecho com-
Código, que toma como pauta de medición el patrón del salario mínimo le- parado, en la medida que no han sido concebidas como penas alternativas a
gal mensual vigente (salarios mínimos legales mensuales vigentes), aunque la prisión, sino como complementos necesarios de ella, con lo que se redo-
sin exceder de un límite máximo; sea porque se diseñen mecanismos espe- blan las críticas hechas a esta sanción por los voceros más destacados del mo-
ciales para precisar ese monto, como el de las cuotas o el de los días multa derno garantismo penal, que la cuestionan por ser impersonal, injusta, des-
o asimilados. igual y desproporcionada, y abogan por su pronta eliminación (véase a L.
FERRAJOLI).
En el derecho comparado se conocen diversos sistemas para prever en
la ley la imposición de esta especie de penas: en primer lugar, si se atiende A continuación, el texto se ocupa en cada una de las especies de multa
a la tasación, se habla de la multa global, de los días multa o del sistema de contempladas en la ley, para mostrar sus más salientes implicaciones.
la igualdad; en segundo lugar, según las formas de cancelación, se mencio- 1. La multa acompañante de la prisión. Como su denominación lo in-
na la multa con pago en cuota única, a plazos, mediante trabajo o conversión dica, esta pena pecuniaria —que parece ser una forma especial de la multa
en arresto; y, para terminar, si se parte de ambos criterios, se conciben la multa proporcional acogida en el derecho comparado como sustitutiva de la pri-
escalonada, la temporal o la duradera. sión— nunca se impone como única, sino acompañada de la privativa de la
Ahora bien, sin desestimar algunas de estas especies, el legislador ver- libertad de prisión, y consiste en que el juez debe imponer el pago de un
náculo parte de la distinción fundamental que existe entre dos clases de multa determinado monto de dinero que fluctúa entre un mínimo y un máximo
en el artículo 39, numeral 1: "La multa puede aparecer como acompañante señalados en la parte especial del Código que, dados los desaforados límites
de la pena de prisión, y en tal caso, cada tipo penal consagrará su monto, que —puede llegar hasta la exorbitante suma de cincuenta mil salarios mínimos
nunca será superior a cincuenta mil (50.000) salarios mínimos legales men- legales mensuales vigentes (artículo 39, numeral 1)—, termina convertida
suales vigentes. Igualmente puede aparecer en la modalidad progresiva de en una verdadera forma de confiscación, prohibida constitucionalmente (con-
unidad multa, caso en el cual el respectivo tipo penal solo hará mención a ella". fróntese, Constitución Política, artículo 34). Como es natural, para moverse
Como ya se ha dicho en otras sedes (confróntese, caps, segundo y undéci- dentro de los marcos legales, el juez tendrá en cuenta diversos criterios como
mo), el empleo que hace el legislador de la voz "tipo penal" en los dos inci- el daño causado con la infracción, la intensidad de la culpabilidad, el valor
sos del numeral transcrito coincide con su acepción en la teoría general del del objeto del delito o el beneficio reportado, la situación económica del
i¡ derecho, con lo que es asimilable a norma penal completa, pues ella —según condenado —deducida de su patrimonio, ingresos, obligaciones y cargas
^ 510 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 511 ,

| jl familiares— y las demás circunstancias que indiquen su posibilidad de pa- de la multa. Igual procedimiento se seguirá cuando en una misma sentencia • ¡
!*,j gar (artículo 39, numeral 3, que sigue de cerca el artículo 50.5 del Código se impongan las diferentes modalidades de multa". ,'
¡J Penal español de 1995), sobre las que se volverá en el capítulo vigésimo. Por supuesto, esto significa que las decisiones judiciales en esta mate- [i
Esta modalidad de pena pecuniaria es, justamente, la más utilizada por ria solo sirven para ser "enmarcadas", y el juez —con él la propia ley penal— '
el legislador, como lo demuestra el hecho de que aparezca consignada en más termina convertido en "rey de burlas". No a otra conclusión se llega si se pien- ¡
de doscientos diez artículos de la Parte especial del Código. Obviamente, sa que la jurisdicción coactiva solo tiene su razón de ser cuando existen bienes
ello indica, como ya se dijo, que el codificador no perseguía erigir la multa sobre los que se puedan ejercitar las medidas cautelares correspondientes,
en una sanción verdaderamente sustitutiva de la prisión —como preconizan cosa que no sucede con quien no posea patrimonio o ingresos para respon-
las más recientes corrientes criminológicas y penológicas, una vez compro- der, sin que tampoco se pueda condicionar la libertad al pago de la multa.
bado el rotundo fracaso de este tipo de penas—, sino "acompañante", con lo 2. La multa progresiva. Esta especie de pena pecuniaria supone la im-
que el sistema de penas adoptado se endurece todavía más: la pena privativa posición al condenado de la obligación única de cancelar una determinada
de libertad sigue siendo la más utilizada y, además, acompañada de una fe- suma de dinero en favor del tesoro nacional, que se mide según diversos cri-
rocidad inusitada. terios, como la gravedad de la conducta punible realizada, la capacidad eco-
Esta sanción admite, sin embargo, el pago mediante la modalidad a nómica del condenado, etc., y ha sido prevista como pena única en cerca de
plazos, con la condición de que el condenado demuestre —sea que ello su- cuarenta y dos artículos de la parte especial, casos que en la legislación
ceda al momento de la imposición de la pena o que lo haga con posteriori- derogada se castigaban con sanciones cortas de prisión o de arresto. En
dad— que está en imposibilidad de sufragar el total de esta en un único e in- verdad, se trata de una modalidad del sistema más general de la multa por
mediato acto; en este caso, el juez podrá señalar su pago por instalamentos cuotas que prevén diversos Códigos Penales en el seno del derecho compa-
dentro de un lapso determinado, e indicar los vencimientos correspondien- rado.
tes. Así mismo, puede autorizarse el pago mediante el sistema de cuotas que Esto último pone de presente, una vez más, que tampoco esta modali-
se deben cancelar a más tardar durante dos años, de tal manera que el núme- dad de castigo está destinada a erigirse en una verdadera alternativa a la
ro de estipendios no exceda de veinticuatro y que los períodos de pago no prisión —pues, si lo fuera, operaría como sustitutiva de la prisión como
sean en ningún caso inferiores a un mes. La afirmación de que el sistema de sanción aplicable a la mayoría de las transgresiones a la ley penal, cosa que
plazos y cuotas procede para la multa acompañante tiene su sustento legal no sucede—, pues es convertible en arrestos progresivos de fin de semana
en el artículo 39, numeral 6, que no hace distingos entre esta especie de san- —la llamada pena de apoyo— que se pueden tornar en ininterrumpidos
ción y la progresiva: "Amortización a plazos. Al imponer la multa, o poste- (artículo 40, incisos I o y 4o) o en trabajo no remunerado en asunto de inequí-
riormente, podrá el juez, previa demostración por parte del penado de su in- voca naturaleza e interés estatal o social (artículo 39.7), que —para acabar
capacidad material para sufragar la pena en un único e inmediato acto, señalar de ajustar— también ha sido previsto pensando en la reclusión carcelaria.
plazos para el pago, o autorizarlo por cuotas dentro de un término no superior Ahora bien, con miras a fijar la sanción aplicable en cada caso concre-
a dos (2) años. La multa podrá fraccionarse en cuotas cuyo número no podrá to, el legislador ha diseñado un sistema integrado por tres grados, cada uno
exceder de veinticuatro (24), con períodos de pago no inferiores a un mes". de los cuales constituye una determinada unidad multa cuantificable en
No obstante, téngase muy en cuenta, el estatuto penal no ha previsto me- salarios mínimos legales mensuales vigentes, y alcanza esta pena entre una
canismos idóneos para lograr el cumplimiento de la sentencia que imponga y diez unidades en cada uno de ellos. En efecto, para el primer grado -¿-donde
el pago de la multa cuando el condenado no la cancela, sea porque teniendo están los transgresores de la ley que durante el último año, contado desde el
ingresos o recursos suficientes para hacerlo se niegue a llevarlo a cabo, sea, momento en el que se dicta la sentencia hacia atrás, hayan percibido hasta
sencillamente, porque es evidente la imposibilidad económica de cumplir con diez salarios mínimos legales mensuales vigentes— la unidad equivale a un
la exigencia correspondiente; el único mecanismo previsto es el que señala salario mínimo legal mensual vigente, y la multa oscila entre una y diez uni-
el artículo 41: "Ejecución coactiva. Cuando la pena de multa concurra con dades. Así reza el artículo 39, numeral 2, incisos I o a 3 o : "2. Unidad multa.
una privativa de la libertad y el penado se sustrajere a su cancelación inte- La unidad multa será de: 1) Primer grado. Una unidad multa equivale a un (
gral o a plazos, se dará traslado del asunto a los jueces de ejecuciones fisca- (1) salario mínimo legal mensual. La multa oscilará entre una y diez (10) '
¡¡ les para efectos de que desarrollen el procedimiento de ejecución coactiva unidades multa. En el primer grado estarán ubicados quienes hayan perci- /
512 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 513

bido ingresos promedio, en el último año, hasta diez (10) salarios mínimos girles el cumplimiento de esta pena; en otros términos, es un diseño pensado
legales mensuales vigentes". solo para aquellos afortunados que en un país como Colombia tienen la in-
El segundo grado —en el que quedan comprendidos los condenados que mensa dicha de poder afirmar que poseen un trabajo estable, no para más del
durante el último año devenguen entre 11 y 50 salarios mínimos legales 20% de la población en capacidad productiva que forma parte de las amplias
mensuales vigentes— corresponde a diez salarios mínimos legales mensua- masas de desempleados, y entre las que se recluta gran parte de la clientela
les vigentes, y la suma que se debe cancelar fluctúa también entre una y diez penal que puede verse sujeta a esta modalidad de sanción.
unidades. Así se infiere del texto del artículo 39, numeral 2, incisos 4 o y 5o: Así mismo, es innegable que tampoco se cuenta con los mecanismos idó-
"2). Segundo grado. Una unidad multa equivale a diez (10) salarios míni- neos —dentro de los que se deben mencionar los instrumentos procesales—
mos legales mensuales. La multa oscilará entre una y diez (10) unidades para determinar el monto real de los ingresos durante el último año ante
multa. En el segundo grado estarán ubicados quienes hayan percibido ingre- aquella masa de infractores que puede calificarse como productiva, a no ser
sos promedio, en el último año, superiores a diez (10) salarios mínimos le- que se acuda a la información suministrada por el empleador (oficial o par-
gales mensuales vigentes y hasta cincuenta (50)". ticular), la administración de hacienda nacional, el procesado, los testigos,
Y, finalmente, el tercer grado —diseñado para los penados que duran- las entidades bancarias o a otros medios de prueba ordinarios; en fin, se trata
te el año anterior hayan cobrado más de cincuenta salarios mínimos legales de una tarea investigativa adicional que demanda recursos materiales y hu-
mensuales vigentes— se ajusta en cien salarios mínimos legales mensuales manos, para la que no está preparada una administración de justicia paqui-
vigentes, y la sanción —igual que en los casos anteriores— es de una a diez dérmica e improductiva, cuando no colapsada por las excesivas cargas de tra-
unidades (confróntese, artículo 39, numeral 2, incisos 6o y T) cosa que, a bajo.
veces, se repite en algunas disposiciones de la parte especial (confróntese, Desde luego, cuando se presentaren dificultades probatorias para deter-
artículo 198, inciso 2o; 204, inciso 2o, y 439). Así se infiere del texto legal: minar el real monto de los ingresos del infractor, el juez no podrá, de manera
"3) Tercer grado. Una unidad multa equivale a cien (100) salarios mínimos caprichosa, determinar el grado de unidad multa que le parezca más conve-
legales mensuales. La multa oscilará entre una y diez (10) unidades multa. niente; la decisión, acorde con el principio de razonabilidad, siempre tendrá
En el tercer grado estarán ubicados quienes hayan percibido ingresos pro- que ser motivada (Código Penal, artículos 3 o y 59) y se debe partir —por
medio, en el último año, superiores a cincuenta (50) salarios mínimos lega- imponerlo así el postulado del in dubio pro reo— del grado más bajo de
les mensuales vigentes". unidad multa, esto es, el primero, pues siempre se debe optar por aquella
En cuanto al pago, la ley dispone que —como norma general— debe solución que le sea más favorable al encartado al resolver las dudas y lagu-
hacerse "de manera íntegra e inmediata" después de que la sentencia haya nas probatorias —también en este ámbito— en su favor, no en su contra.
quedado debidamente ejecutoriada; sin embargo, ella misma ha previsto al- En fin, esto último pone otra vez de presente el carácter clasista, desi-
gunos mecanismos sustitutivos (confróntese, artículo 39, numerales 5 a 7) gual, e impersonal de esta especie de sanción, críticas que, como ya se dijo,
—en realidad, en el primero de estos casos, una nueva variante de la moda- son extensibles a las diferentes especies de pena pecuniaria, e indica cómo
lidad básica adoptada—, como la amortización a plazos o mediante cuotas este dispositivo legal termina siendo papel mojado, letra muerta, una mera
en los términos en que ya quedó explicado, la amortización mediante traba- declaración legislativa pletórica de buenas intenciones.
jo y la conversión en arresto. Sobre este último mecanismos volverá la ex-
posición al hablar de las penas sustitutivas [infra B) b), c) y d)]. c) Las penas privativas de otros derechos previstas en la parte
Ahora bien, pese a que en teoría no ofrece mayores dificultades, la de- especial
terminación exacta de la situación económica del condenado, que es el cri- Como ya se dijo, el artículo 43 señala nueve clases de sanciones que,
terio central para poder tornar operante este sistema de multa al lado de otros en principio —porque en realidad ello solo es predicable de cinco—, tienen
señalados en el artículo 39, numeral 3, la verdad es que el diseño legal en- una doble naturaleza: por un lado, se consideran como principales cuando
frenta enormes dificultades prácticas cuando se trata de infractores que no aparecen consignadas en las normas completas del libro n del Código Penal,
han percibido ninguna retribución durante el último año anterior al momen- al lado de los supuestos de hecho, pues, como dice el artículo 35, "son penas
to de la fijación de la pena, ni tienen ningún ingreso para responder (desem- principales... las privativas de otros derechos que como tal [sic] se consagren
pleados, amas de casa, estudiantes, etc.), a los que no habrá manera de exi- en la parte especial"; y, por el otro, se estiman accesorias cuando la condi-
% 514 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 515

jjj" ción anterior no se presenta, como se infiere del tenor clarísimo del artículo Ahora bien, en torno al concepto, duración y alcance de todas estas es-
n% 52, inciso Io: "Las penas privativas de otros derechos, que pueden imponer- pecies de sanción penal, se volverá más adelante [véase infra C)].
jju se como principales, serán accesorias y las impondrá el juez cuando tengan
B) Las penas sustitutivas
relación directa con la realización de la conducta punible, por haber abusa-
do de ellos o haber facilitado su comisión, o cuando la restricción del dere- La ley, pese a lo ya dicho, prevé en realidad cuatro penas de esta clase:
cho contribuya a la prevención de conductas similares a la que fue objeto de laprisión domiciliaria en reemplazo de la prisión (artículo 38); el arresto de
condena". fin de semana, el arresto ininterrumpido y el trabajo no remunerado en asun-
Ahora bien, si se mira la parte especial, se encontrarán previstas como to de inequívoca naturaleza e interés estatal o social, como sustitutivas de
principales las siguientes: en primer lugar, la inhabilitación para el ejerci- la multa (véanse, artículos 35,39, numeral 7, y 40). Desde luego, como luego
cio de derechos y funciones públicas (en los artículos 102,135,137,142,144 se muestra, estas cuatro modalidades bien han podido clasificarse como pri-
a 148,157,159,164,166,167,178,179,276,282,286; 287, inciso 2o; 290, vativas de la libertad: la primera, porque sigue siendo prisión, así cambie el
292 inciso 2 o ; 318, parágrafo; 322, incisos I o y 2 o —en concordancia con la lugar donde se cumple; la segunda y la tercera, por implicar la reclusión car-
ley 788 de 2002, artículo 73—; 322-1; 367A, introducido por la ley 759 de celaria, sea por períodos breves o sea de manera definitiva; y, la última, porque
2002, artículo 2 o ; 397 a 401, 403 a 414, 423, 424, 428, 449 y 453, básica- se ha previsto su cumplimiento, básicamente, en centros carcelarios.
mente, cuya duración específica se señala en cada caso), aunque también se
habla de la interdicción de derechos yfunciones públicas en los artículos 101, a) La pena de prisión domiciliaria
165,180 y 181; esta última designación es sinónima de la primera, pues mien- Este castigo, tomado del derecho anglosajón, comporta la posibilidad
tras la voz interdicción —del verbo interdecir, que significa vedar o prohi- de que el funcionario judicial ordene el cambio de lugar donde el reo debe
bir— implica la privación de derechos civiles definida por la ley, y se emplea cumplir la pena privativa de libertad impuesta en la sentencia, de tal manera
para aludir a la pena accesoria en cuya virtud se somete a tutela a quien la re- que en vez de la reclusión carcelaria—la cual puede causar graves e irrepara-
cibe, la palabra inhabilitación —del verbo inhabilitar— se emplea para de- bles daños a la persona del sentenciado, y a su propio entorno familiar— se
signar la pena o castigo que priva de algunos derechos, o incapacita para ejer- disponga su cumplimiento en la residencia o morada del penado, o, excep-
cer diversos empleos. No obstante, esta doble denominación no deja de suscitar cionalmente, en la que el juez determine, con la condición de que se reúnan
dudas en cuanto a la legalidad de la pena, así se use para designar los mis- ciertas exigencias. Así rezan algunos apartes del artículo 38: "Laprisión do-
mos contenidos. miciliaria como sustitutiva de la prisión. La ejecución de la pena privativa
En segundo lugar, la pérdida del empleo o cargo público (véanse los de la libertad se cumplirá en el lugar de residencia o morada del sentencia-
artículos 175 a 177, 190,416 a 422 y 450 sin indicar término de duración); do, o en su defecto en el que el juez determine, excepto en los casos en que
en tercer lugar, la inhabilitación para el ejercicio de profesión, arte, oficio, el sentenciado pertenezca al grupo familiar de la víctima, siempre que con-
industria o comercio [artículos 125, 126, 187; 320, inciso 3 o concordancia curran los siguientes presupuestos:
ley 788 de 2002, artículo 71 (ejercicio del comercio); y 372 a 374, por el tér- " 1. Que la sentencia se imponga por conducta punible cuya pena míni-
mino indicado en cada caso]. En cuarto lugar, la privación del derecho a con- ma prevista en la ley sea de cinco (5) años de prisión o menos.
ducir vehículos automotores y motocicletas {artículos 109,110,120,136, por "2. Que el desempeño personal, laboral, familiar o social del sentenciado
unos lapsos allí fijados), y, en quinto lugar, la privación del derecho a la te- permita al juez deducir seria, fundada y motivadamente que no colocará en
nencia y porte de armas (artículos 109,110,120,136, también con la duración peligro a la comunidad y que no evadirá el cumplimiento de la pena.
señalada en la ley). "3. Que se garantice mediante caución el cumplimiento de las siguien-
No tienen esta calidad —obvio es decirlo, por no estar consagradas en tes obligaciones: 1) Cuando sea del caso, solicitar al funcionario judicial auto-
la parte especial—, la inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, rización para cambiar de residencia; 2) Observar buena conducta; 3) Re-
tutela y curaduría; la privación del derecho a residir en determinados luga- parar los daños ocasionados con el delito, salvo cuando se demuestre que está
l( res o de acudir a ellos; la prohibición de consumir bebidas alcohólicas o en incapacidad material de hacerlo; 4) Comparecer personalmente ante la
sustancias estupefacientes o psicotrópicas; y la expulsión del territorio na- autoridad judicial que vigile el cumplimiento de la pena cuando fuere reque-
l cional para los extranjeros. rido para ello; 5) Permitir la entrada a la residencia a los servidores públicos
516 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 517

encargados de realizar la vigilancia del cumplimiento de la reclusión y cum- En fin, adviértase, existen otras modalidades de pena domiciliaria ade- ¡
plir las demás condiciones de seguridad impuestas en la sentencia, por el más de la anterior, que es la figura básica: primera, la sujeta a condiciones <
funcionario judicial encargado de la vigilancia de la pena y la reglamenta- adicionales en materia de beneficios por colaboración eficaz que, no obstante, |
ción del Inpec". supone necesariamente los requisitos anteriores a los que se suman otros (Có- \
Ahora bien, la ley ha previsto los siguientes requisitos para su recono- digo de Procedimiento Penal, artículos 413 y siguientes); la segunda, la que
cimiento: en primer lugar, se debe atender a la gravedad de la pena imponi- se presenta en casos de enfermedad muy grave, en los que también se auto-
ble, pues solo es viable otorgarla cuando se trate de aquellas decisiones ju- riza la reclusión domiciliaria, pero sin el cumplimiento de las tres exigencias
diciales dictadas en tratándose de conductas punibles "cuya pena mínima ya vistas —incluso la atinente a la caución—, pues ella no ha quedado ex-
prevista en la ley sea de cinco años de prisión o menos", que es el requisito presamente comprendida, pese a la remisión normativa que hace el artículo
objetivo de la figura (numeral 1); obviamente, cuando el texto alude a la "pena 68, inciso 4o, al artículo 38, inciso 3o. Y, la tercera, ya mencionada, para la
mínima prevista en la ley", no se refiere al monto resultante de la individua- "mujer cabeza de familia" —también para el varón que tenga la misma
lizaciónjudicial, sino a la determinación legal de la pena. No obstante, consi- condición—, sometida a un régimen más amplio que el de la prisión domi-
deraciones peligrosistas impiden que se conceda en algunos delitos graves ciliaria normal, dado que procede para amplio número de delitos —salvo
(ley 733 de 2002, artículo 11); además, para la mujer cabeza de familia opera algunos de extrema gravedad, como ya se dijo— y sin límite punitivo algu-
—en principio— sin ningún límite punitivo, salvo en casos de delitos gra- no (confróntese ley 750 de 2002, artículo Io).
ves o cuando el agente tiene antecedentes penales (confróntese la ley 750 de
b) El arresto de fin de semana
2002, artículo 1 inciso 3 o ), situación también extensible al "padre cabeza
de familia" gracias a una novedosa interpretación constitucional (sentencia Esta figura, en parte tomada de la legislación española de 1995 —previs-
C-184de4marzo2003). ta en sus artículos 35,37 y 53, modificados por la Ley Orgánica 15 de 2003,
que la excluyó—, tiene sus orígenes en una resolución en materia peniten-
En segundo lugar, se debe comprobar que el sentenciado —atendidos
ciaria expedida en Bélgica en 1963 y aparece, igualmente, en códigos mo-
su desempeño personal, laboral, familiar o social— no ha de poner en "pe-
dernos como el portugués, el francés y el peruano; desde luego, se debe
ligro a la comunidad", y "no evadirá el cumplimiento de la pena", tras la emi- advertir de entrada, esta sanción tampoco es una verdadera alternativa a las
sión de un juicio serio, fundado y motivado al respecto; esto es, a partir de penas cortas de prisión en el derecho vigente, pues implica su utilización,
pautas objetivas, racionales, ponderadas, en torno a la probable convenien- aunque de manera fraccionada, interrumpida o discontinua. Es, así suene
cia de sustituir la pena, y desarrollar de esta manera los principios de pro- paradójico, una modalidad de pena privativa de la libertad, como ya se dijo.
porcionalidad, razonabilidad y necesidad, ya estudiados (véase supra, capítu-
lo segundo). Ahora bien, por tal se entiende aquella sanción privativa de la libertad
en la que, por no mediar el pago de la multa progresiva impuesta —absur-
En tercer lugar, se requiere una exigencia de mero trámite, cual es la de damente, se excluye la multa acompañante—, o por incumplir con el siste-
que el beneficiado preste una caución que garantice el cumplimiento de las ma de plazos acordado con el juez, se le impone al penado una reclusión pe-
obligaciones indicadas en la ley: pedir autorización para cambiar de residen- nitenciaria por treinta y seis horas seguidas durante varios fines de semana,
cia, observar buena conducta, reparar los daños ocasionados, comparecer per- es decir, los días viernes, sábados y domingos, pena que debe purgar en el
sonalmente ante la autoridad respectiva y permitir la entrada de los funcio- establecimiento carcelario de su domicilio. Su duración no puede ser infe-
narios encargados de realizar el control respectivo, entre otras (artículo 38, rior a cinco ni superior a cincuenta arrestos de fin de semana, esto es, entre
numeral 3). Ahora bien, si el beneficiado con la sustitución incumple cual- 180 y 1.800 horas; y, como es pena sustitutiva, cada unidad multa incumpli-
quiera de estas obligaciones, se evade, no permanece en el lugar de reclusión da equivale a cinco arrestos de fines de semana, esto es, un total de 180 horas.
o de manera fundada se demuestra que continúa cometiendo actividades cri- Así se infiere del texto legal: "Artículo 40. Conversión de la multa en arres-
minosas, se hace acreedor a la revocatoria del beneficio y debe continuar des- tos progresivos. Cuando el condenado no pagare o amortizare voluntaria-
contando la pena en el establecimiento carcelario asignado; en caso contra- mente, o incumpliere el sistema de plazos concedido, en el evento de la unidad
rio, una vez cumplido el término señalado en la sentencia, procede la extinción multa, se convertirá esta en arresto definde semana. Cada unidad multa equi- I
de la sanción (artículo 38, incisos 3 o y 4o). vale a cinco (5) arrestos de fin de semana. La pena sustitutiva de arresto de /

1ft V F I Á S O I I F 7 V 9?
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fin de semana oscilará entre cinco (5) y cincuenta (50) arrestos de fines de tad" con lo que también quedan comprendidos el arresto de fin de semana y
semana. El arresto de fin de semana tendrá una duración equivalente a treinta el ininterrumpido que, sin duda, son penas privativas de libertad aunque, de
y seis (36) horas y su ejecución se llevará a cabo durante los días viernes, menor gravedad que la prisión, pues son modalidades suyas atenuadas, como
sábados o domingos en el establecimiento carcelario del domicilio del arres- reconoce el propio legislador cuando dice que la prisión es la única pena pri-
tado". Queda, pues, claro, que a diferencia de otros modelos vigentes en el vativa de libertad (confróntese, artículo 35); si el arresto de fin de semana
derecho comparado, esta pena ha sido solo prevista como sustitutiva de la y el ininterrumpido fuesen penas privativas de libertad distintas, el texto legal
multa y no como autónoma, o sustitutiva de la prisión, con lo que cabe cri- lo habría dicho. Se trata, pues, de una modalidad atemperada de la prisión
ticar de nuevo al legislador vernáculo por haber desaprovechado la oportu- que tiene que estar sometida a las mismas reglas señaladas para la prisión ge-
nidad de introducir un mecanismo expedito, llamado a atemperar la pena de nérica.
prisión. Además, en segundo lugar, si se tiene en cuenta que en esta materia
Esto último pone de presente el carácter clasista de esta pena, diseñada impera el principio universal del derecho según el cual quien puede lo más
para ser aplicada a los estratos más pobres de la población, que son los más puede lo menos, parece evidente que así como se puede sustituir la prisión
propensos a incumplir el pago de la multa impuesta, por carecer de los es- por la reclusión domiciliaria, también se puede hacer lo mismo en los casos
tipendios económicos destinados al efecto, y los que con más asiduidad come- de arresto, con la condición de que se observen los presupuestos del artículo
ten los delitos bagatela para los que ha sido diseñada. Obviamente, como se 38 descartando el límite temporal, pues en estos casos siempre se reúne.
trata de una legislación penal típicamente carcelera, draconiana, para la que También, en tercer lugar, de no admitirse esta interpretación, debería
la sanción fundamental es la pena privativa de la libertad, se acude a este me- concluirse que los condenados a pena de arresto en cuyo domicilio no exista
canismo llamado a endurecer todavía más el sistema de penas; en otras pa- "establecimiento carcelario" —¡conste que hay muchas poblaciones que no
labras: la multa progresiva termina siendo un mecanismo coercitivo, altamen- disponen de tales centros!— quedarían eximidos de tal sanción; obviamen-
te cuestionable, para disuadir al penado de que se someta a la pena privativa te, no es posible llegar a tal conclusión si se tiene en cuenta que la ley habla
de la libertad, con lo que se vuelve al comienzo: ¡en un principio aparecen del "establecimiento carcelario del domicilio del arrestado". En tales casos
las penas privativas de libertad, pero, gracias a sofisticados ropajes, también se impone, pues, la reclusión domiciliaria.
aparecen al final! Este rigor se atempera un poco mediante el mecanismo
En cuarto lugar, de no entenderse así el asunto, debería concluirse que
sustitutivo —para el caso alternativo— que prevé el artículo 39, numeral 7,
esto es, el trabajo no remunerado, sobre el que se volverá luego. el legislador ha sido más severo en materia de arresto que de prisión, lo que con-
trasta, altamente, con la filosofía que anima a la institución y con los postula-
Una consideración final. Pese a que del texto del artículo 40, inciso 3 o , dos incorporados en la Constitución y en el título i del Código Penal, de los que
se deduce que el arresto de fin de semana se debe ejecutar "en el estableci- se infiere que la pena tiene que ser humana, digna, proporcional, determina-
miento carcelario del domicilio del arrestado", a decir verdad la misma ley da, igual, necesaria, etc., notas ya examinadas al comienzo de este acápite,
penal —consciente el legislador de la oprobiosa condición de las cárceles co- en armonía con los límites al ejercicio del ius puniendi del Estado.
lombianas que, en estricto sentido, no pueden ni siquiera ser calificadas de
"establecimientos carcelarios", porque en ellas impera un "estado inconsti- Así mismo, en quinto lugar, no se debe olvidar que cuando se habla del
tucional de cosas", como lo ha dicho de manera reiterada la Corte Constitu- arresto (de fin de semana o ininterrumpido) se está haciendo referencia a una
cional (sentencia T-153 de 28 abril 1998), lo que impide absolutamente lle- pena meramente sustitutiva de la multa progresiva, y que, además, solo se
var a la realidad la filosofía del arresto de fin de semana— ha abierto las aplica a delitos de menor gravedad y ante los que no es viable ni necesario
puertas para que esta pena se cumpla también en el domicilio del condena- acudir a mecanismos de prevención para ejecutar la pena; las penas crueles,
do, como se puede inferir, sin hesitación alguna, del tenor literal del artículo inhumanas y degradantes, no se olvide, están proscritas constitucionalmen-
38 del Código cuando prevé la prisión domiciliaria como sustitutiva de la pri- te (confróntese, Constitución Política, artículo 12).
sión: "la ejecución de la pena privativa de la libertad se cumplirá en el lugar Finalmente, en sexto lugar, como el inciso 6o del artículo 40 dispone la
de residencia o morada del sentenciado, o en su defecto en el que el juez de- aplicación del Código Penitenciario y Carcelario como normatividad suple-
termine...". toria ["Las demás circunstancias de ejecución se establecerán conforme a las
Como es obvio, en primer lugar, así el título de la disposición se refiera previsiones del Código Penitenciario, cuyas normas se aplicarán supletoria-
solo a la pena de "prisión", el tenor literal alude a la "pena privativa de liber- mente en lo no previsto en este Código"] y este último señala que el arresto
520 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 521

se debe cumplir en "pabellones especiales adaptados" (confróntese, artícu- europea contemporánea: Francia, 1983,1987 y 1994; Portugal, 1982; Espa-
lo 21, parágrafo 2o), es claro que mientras ello no se haga, será imposible no ña, 1995, etc.— le brinda al condenado la posibilidad de realizar una activi-
mezclar a los condenados a esta pena con los reos sometidos a prisión, para dad laboral no remunerada en beneficio de la comunidad, que puede apare-
quienes se han diseñado las penitenciarías (confróntese Código Penitencia- cer como sustitutiva de la pena de multa progresiva cuando el sentenciado
rio y Carcelario, artículo 22). se encontrare en incapacidad demostrada de cancelar total o parcialmente la
suma impuesta por el juez. A poco observar, se percibe cómo en el derecho
c) El arresto continuo o ininterrumpido
positivo —que parece tener su origen en el artículo 49 del Código Penal es-
También, como verdadera pena que suple el arresto de fin de semana pañol, aunque transcrito de manera incompleta— esta sanción tiene algunas
—con lo que se trata de una sanción doblemente sustitutiva, pues reemplaza características propias que la distancian parcialmente de la figura original.
a otra que se impone en lugar de la multa progresiva—, el legislador —si- En efecto, en primer lugar, aparece como pena sustitutiva de la multa
guiendo de cerca el artículo 37.3 del Código Penal español de 1995, ya de- progresiva, tal como se desprende del texto del artículo 39, numeral 7, inci-
rogado— ha dispuesto que el arresto de fin de semana se puede convertir en so Io: "Acreditada la imposibilidad de pago podrá también el juez autorizar,
continuo, cuando se presentare por parte del penado "el incumplimiento previa conformidad del penado, la amortización total o parcial de la multa
injustificado, en una sola oportunidad"; eso se infiere del texto del artículo mediante trabajos no remunerados en asunto de inequívoca naturaleza e
40, inciso 4o: "El incumplimiento injustificado, en una sola oportunidad, por interés estatal o sociaV\ a pesar de que no es mencionada por el codificador
parte del arrestado, dará lugar a que el juez que vigila la ejecución de la pena dentro de las penas sustitutivas (confróntese, artículo 36). Ello contrasta,
decida que el arresto se ejecute de manera ininterrumpida. Cada arresto de sin duda, con otros países como Inglaterra donde se consagra como pena
fin de semana equivale a tres (3) días de arresto ininterrumpido". Obvio es principal para gran parte de los delitos —salvo los castigados con prisión
decirlo, acudiendo a la amenaza de prisión como una especie de "chantaje" obligatoria—, y con otras previsiones legales europeas, donde aparece como
legal —lo que es inconstitucional—, también el legislador dispone la posibi- sustitutiva de la prisión, la multa y el arresto definde semana al mismo tiempo
lidad de hacer cesar esta modalidad de arresto mediante el pago de la multa —caso de España—, aunque coincide con algunas de las últimas que la prevén
(articulo 40, inciso 7o); ello demuestra, una vez más, el carácter altamente como sustitutiva de la multa; es más, la diferencia de las previsiones perua-
represivo del Código Penal en la materia tratada, pues permite acudir de nuevo nas que la conciben como sustitutiva de la prisión y de la multa (Código Penal
a la privación de la libertad como única herramienta de lucha contra la cri- de 1991, artículos 52 y 56).
minalidad, sobre todo contra las capas más humildes de la población, directas No obstante, nada se opone a que de lege data se emplee esta modali-
destinatarias de esta modalidad de sanción. Se trata, entonces, de otra espe- dad de pena como sustitutiva del arresto de fin de semana o del ininterrum-
cie de pena privativa de la libertad, aunque el legislador no lo declare expre- pido cuando el juez, después de optar por alguno de estos ante el incumpli-
samente. miento del condenado, considere —previa anuencia del condenado— que
Ahora bien, si se tiene en cuenta que "cada arresto de fin de semana equi- este mecanismo es más viable para satisfacer la pena inicialmente incumpli-
vale a tres (3) días de arresto ininterrumpido" (artículo 40, inciso 4o), ello sig- da, pues se trata, finalmente, de lograr que se satisfaga la pena principal sin
nifica que la duración de esta sanción es la misma de aquel, pero duplicada, que importe a cuál de esos mecanismos se acuda.
y que cada tres días de arresto continuo cumplido se computan como un nuevo Así mismo, en segundo lugar, pese a la afirmación según la cual es indis-
arresto de fin de semana. Además, en cuanto tiene que ver con el lugar de pensable y necesaria la anuencia del sentenciado para su ejecución —y la
cumplimiento del arresto continuo, son aquí viables las mismas conclusio- ley penal lo vuelve a reiterar en el inciso 4o del numeral 7 del artículo 39:
nes expresadas sobre el arresto de fin de semana, en el sentido de que tam- "estos trabajos no podrán imponerse sin el consentimiento del penado...", que
bién ello se puede hacer en el domicilio del encartado o en el determinado recuerda las exigencias de la ley inglesa y de la española—, el querer de la
por el juez. persona no cumple ningún cometido. En efecto, si el reo carece de recursos
para pagar toda o parte de la suma impuesta, a título de multa, el juez dispo-
d) El trabajo en asunto de interés estatal o social ne dentro de su arsenal punitivo del mecanismo —desde luego, mucho más
Esta especie de sanción —que se deriva de la Community service order compulsivo— del arresto (de fin de semana, que se puede volver continuo
inglesa introducida mediante la Criminal JustAct de 1972 y de la legislación o ininterrumpido), con lo que la opción por esta especie de pena termina
522 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 523

siendo una verdadera coacción legal; el condenado, pues, ante la disyuntiva a los días de fiesta y a los fines de semana, sin desconocerle al penado su ho-
de la prisión o del trabajo de interés social, tendrá que optar, necesariamen- rario religioso —como tiene que suceder en un país pluralista en materia de
te, por este último. las creencias de esta índole—, como se ha dispuesto en el derecho inglés.
En tercer lugar, tampoco es cierto que esta especie de pena suponga la En sexto lugar, la vigilancia de su ejecución les ha sido asignada tanto
amortización de la multa adeudada mediante "trabajos... en asunto de inequí- al juez o tribunal sentenciador como al juez de ejecución de penas, lo que está
voca naturaleza e interés estatal o social", como reza el pomposo nombre que destinado a generar conflictos y desorden en este aspecto; lo prudente, des-
se le ha dado a lafigura,pues si se observa el contenido del inciso 4o, exigencia de luego, era atribuirle esta tarea al juez de ejecución, pero ello no se ha hecho
3) del numeral 7, se verifica cómo en su parte final se dice expresamente que porque esta última figura requiere aún profundos desarrollos en el derecho
"se preferirá el trabajo a realizar en establecimientos penitenciarios"; en otras colombiano.
palabras: la norma general es otra vez el internamiento del condenado para En fin, en séptimo lugar, como es una pena instituida para aquellos que
que realice trabajos en dichos sitios. Lo que se promociona, pues, como pena no tengan recursos económicos, esto es, para quienes no pueden satisfacer
sustitutiva de la multa no es tal, ni tampoco sanción alternativa a la prisión total o parcialmente el monto de la multa impuesta, se torna en una sanción
—cometido con el que se la ha diseñado en el derecho comparado—, sino
clasista violatoria del principio de igualdad; es más, a poco observar, se com-
una forma encubierta de pena privativa de la libertad, como ya se indicó. En
prueba cómo resulta más grave que la pena sustituida, lo que demuestra una
fin, lo que se ha afirmado permite concluir que así el legislador predique la
nueva transgresión al postulado de la igualdad.
necesidad de preservación a toda costa del postulado de la dignidad de la
persona humana: "Se preservará en su ejecución la dignidad del penado" Ahora bien, también se observan preocupantes vacíos en esta materia.
(confróntese, artículo 39, numeral 7, inciso 4o, numeral 2) —con lo que se En efecto, nada se dice del incumplimiento del infractor, pues se limita la ley
reitera el principio de humanidad de las penas—, en la práctica termina con- a remitir al intérprete a la legislación penitenciaria vigente, que tampoco dis-
sagrando una sanción inhumana, cruel, degradante, que no vela por la reso- pone nada (confróntese, artículo 39, numeral 7, inciso 5o). Esta grave omisión
cialización del reo, sino por la reclusión carcelaria, cuando se busca con ella no puede llevar al juez a cometer desafueros, por lo que solo podrá requerir
justamente lo contrario. al infractor para que cumpla las exigencias previstas en el acta de compro-
miso (confróntese, artículo 39, numeral 7, inciso 6o), sin que parezca posi-
En cuarto lugar, como ha sido diseñada para sustituir la pena pecunia-
ble reversarla y convertirla en arresto de fin de semana, o en arresto ininte-
ria en su modalidad de unidad multa, sea de manera total o parcial, cada unidad
rrumpido.
multa tiene un equivalente en días de trabajo, como se infiere del inciso 2o
del numeral 7 del artículo 39: "Una unidad multa equivale a quince (15) días Es más, tampoco dice el texto legal qué debe hacerse cuando la pena de
de trabajo", sin que su duración diaria exceda de ocho horas (confróntese, interés social sólo se ha cumplido parcialmente, caso en el que debe proce-
artículo 39, numeral 7, inciso 4o, numeral 2). De ello resulta, pues, que la der el correspondiente abono; ni, por supuesto, regula lo atinente a cómo el
figura solo procede en tratándose de la multa progresiva y no es factible en juez debe obtener la información encaminada a precisar, de boca de la ins-
la multa acompañante; y el condenado la puede utilizar total o parcialmente, titución u organismo donde se va a cumplir la pena —y ya se mostró cómo,
esto es, cumpliendo por esta vía el total o el excedente de la pena de multa absurdamente, la norma general es su cumplimiento en los establecimientos
que reste. Así las cosas, si se tiene en cuenta que la unidad multa no puede penitenciarios—, si el infractor está en capacidad de desempeñar el trabajo
superar las diez unidades (confróntese, artículo 39, numeral 2), ello signifi- o labor. Incluso, no se ha indicado qué entidad o entidades deben colaborar-
ca que su duración máxima es de 150 días. le al juez para adelantar la ejecución de la pena.
En quinto lugar, si se tiene en cuenta que el legislador no ha hecho nin- Además, obsérvese, tampoco se ha previsto lo atinente a los gastos de
guna precisión al respecto, es una pena que se puede descontaren cualquier transporte y manutención —aunque sí lo relativo a la seguridad social del reo:
momento, de manera continuada o no, lo que no deja de ser altamente con- artículo 39, numeral 7, inciso 4o, condición 5a)—, que deberían correr por
traproducente, puesto que su ejecución continuada puede aparejar la pérdida cuenta del propio Estado, lo que genera una nueva y curiosa modalidad de
del puesto de trabajo del cual el condenado y los suyos derivan el sustento, sanción no prevista: el condenado debe realizar un trabajo no reír merado
y tornarla en castigo inhumano. Por eso, es preferible que solo se ejecute du- con privación de su propio derecho al trabajo y al tiempo libre y, aaicional-
rante el tiempo libre del infractor después de su jornada laboral, acudiendo mente, tiene que pagar para cumplir el castigo.
524 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA PENA 525

En fin, además del ámbito en extremo reducido de aplicación de esta para el ejercicio de derechos y funciones públicas y posibilitar, además, que
especie de pena, es notoria la forma antitécnica, apresurada e incompleta la primera se impusiese de manera independiente.
como ella se ha regulado, todo lo cual termina volviéndola inoperante, para
dejarle, de nuevo, el campo abierto a la pena privativa de libertad, de la que Hechas las precisiones anteriores, se concluye que esta sanción —la
no quiere prescindir el codificador. De esta manera, cabe concluir, no se han que accede siempre a la pena principal de prisión (Código Penal, artículos
querido introducir verdaderas penas alternativas a la prisión, como lo impo- 43, numeral 1 y 52, inciso 3o)— es en extremo aflictiva, pues supone la res-
ne el programa politicocriminal fundado en el principio de proporcionalidad tricción de derechos irrenunciables por cualquier ser humano; incluso, es tan
delineado en la Constitución y en el título i del Código Penal y se ha optado, severo este castigo criminal que el codificador le ha señalado un término en
en definitiva, solo por la prisión. Hay, pues, un desfase manifiesto entre las principio equivalente al señalado para la pena de prisión, con la posibilidad
declaraciones de principios que con mucho ceremonial se anuncian y sus de excederlo hasta en una tercera parte más —"por un tiempo igual al de la
desarrollos, todo lo cual desemboca en una auténtica estafa de etiquetas y en pena a que accede y hasta por una tercera parte más, sin exceder el máximo
una burla evidente para el ciudadano. Se parte de los postulados propios de fijado en la ley", según dice el artículo 52, inciso 3 o —, nunca inferior a cin-
un derecho penal democrático, pero, ya en estos aspectos—justamente aque- co, ni superior al máximo de veinte años (confróntese, artículo 51, inciso Io).
llos donde se decide la suerte del derecho penal y el ciudadano de carne y No obstante, en lo atinente al mínimo de esta pena —cuando se impone
hueso—, de manera despreciativa, deja ver uno autoritario y antidemocrá- como accesoria de la de prisión— se suscita una interesante discusión cuan-
tico que acude a penas draconianas. Todo se reduce, pues, a "pura música do se tiene en mente la confusa redacción del inciso 3 o del artículo 52, que
celestial". da lugar a pensar que el límite mínimo imponible puede ser inferior a cinco
años; ello por dos razones: por un lado, el texto habla de "un tiempo igual al
C) Las penas accesorias de la pena a que accede..."; y, por el otro, el citado artículo 51, inciso I o dis-
pone que la duración es de cinco a veinte años, "salvo en el caso del inciso
Conforme se ha dicho, tienen esa calidad las nueve especies de sanción 3 o del artículo 52". Así las cosas, cabe pensar que la duración de la pena
que prevé el artículo 43, y pueden dividirse, a su vez, en obligatorias y dis- accesoria obligatoria en estudio puede tener un límite inferior al señalado en
crecionales, todas ellas caracterizadas por ser privativas de otros derechos; el artículo 51, inciso I o en casos en los que la pena principal de prisión sea
desde luego, bien ha hecho el legislador al subrayar que estas penas restrin- de menos de cinco años. Obviamente, también podría pensarse que "el caso
gen otros derechos, porque todas las penas comportan privación de ellos. del inciso 3 o del artículo 52", al que se refiere la ley, es solo el del artículo
122, inciso 5o, de la Constitución Política, modificado por el acto legislativo
a) La inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas, como pena obligatoria 1 de 2004, pero la redacción es tan amplia que parece imponerse una con-
clusión distinta: comprende no solo la excepción mencionada en el inciso,
Cuando se habla de inhabilitación se quiere significar que la persona, sino también todo el inciso, con lo que —así el redactor del texto no lo hu-
al adquirir la calidad de penada se torna inhábil, impedida para ejercer todos biera querido— se excepciona la norma general.
sus derechos políticos y cualquier función pública; eso, justamente, üice la Ahora bien, en cuanto al máximo, también cabe hacer algunas obser-
norma: "la pena de inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones vaciones: según el inciso 3 o del artículo 52, la pena imponible equivale a "un
públicas priva al penado de la facultad de elegir y ser elegido, del ejercicio tiempo igual al de la pena a que accede y hasta por una tercera parte más, sin
de cualquier otro derecho político, función pública, dignidades y honores que exceder el máximo fijado en la ley"; así pues, de nada parece servir la regla
confieren las entidades oficiales" (confróntese, artículo 44). Por supuesto, general cuando indica que el mínimo es de cinco y el máximo es de 20 años,
después de leer la anterior noción, no deja de ser sorprendente que el texto porque en este caso el punto de partida será siempre el de la pena privativa
legal —incurriendo en el mismo defecto de la legislación derogada— tam- de libertad de prisión a la que accede. Esto, desde luego, se presta para ab-
bién incluya como otra modalidad de pena privativa de otros derechos la/?¿r- surdos: por ejemplo, si a una persona se le condena a una pena privativa de
dida del empleo o cargo público (véase artículo 45), cuando es evidente que libertad de 25 años, la accesoria será siempre de 20 años, pena que también
ella supone privación en el ejercicio de una "función pública". Sobra decir se le impone a quien es condenado a 40 años; es más, si la pena privativa es
que lo más coherente en aras de lograr una buena técnica legislativa habría el mínimo (piénsese en una hipótesis del artículo 104), la accesoria resulta
sido incluir la pérdida del empleo o cargo como especie de la inhabilitación siendo el máximo, con lo que no existe la posibilidad de graduar entre el mí-
526 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 527
ii

Ü nimo y el máximo previsto en el artículo 51, inciso Io, y, además, no es posible nerlos sin desconocer los criterios de tasación que la ley penal prevé expre-
1
tener en cuenta los criterios de individualización del artículo 61, inciso 3 o . samente; son pues, sanciones facultativas o prudenciales. Desde luego, la
ii Quedan, pues, en entredicho los principios de las sanciones penales (Códi- existencia de este tipo de penas suscita enormes resistencias, si se tiene en
H
* go Penal, artículo 3o). cuenta que el derecho penal vigente está cobijado en toda su extensión por
Desde luego, también en esta materia se introduce otra lamentable sal- los principios de legalidad, determinación y proporcionalidad, entre otros,
vedad cuando se dispone que ello sucede "sin perjuicio de la excepción a que por lo que no puede tolerar sanciones que no se correspondan con las notas
alude el inciso 2o del artículo 51", esto es, al hacer referencia a las penas im- ya asignadas a las mismas (véase supra, II). No obstante, buscando evitar la
puestas a los servidores públicos condenados por haber cometido delitos con- arbitrariedad y la inseguridad jurídicas, el legislador ha plasmado en la ley
tra el patrimonio del Estado, para los que la propia Constitución (artículo 122, algunas exigencias para que proceda su aplicación, como se infiere del texto
inciso 5o, primera parte, modificado por el acto legislativo 1 de 2004) dispo- del artículo 52, que se examina en el capítulo vigésimo. Esas sanciones —que
ne la pérdida de los derechos políticos: "Sin perjuicio de las demás sancio- incluyen la inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas—
nes que establezca la ley, no podrán ser inscritos como candidatos a cargos son las siguientes:
de elección popular, ni elegidos, ni designados como servidores públicos, ni 1. La pérdida del empleo o cargo público. Esta sanción privativa de de-
celebrar personalmente, o por interpuesta persona, contratos con el Estado, rechos (confróntese, artículo 43, numeral 2) consiste en la inhabilitación del
quienes hayan sido condenados, en cualquier tiempo, por la Comisión de De- agente, hasta por cinco años, "para desempeñar cualquier cargo público u ofi-
litos que afecten el patrimonio del Estado". cial" (artículo 45). Desde luego, como ya se dijo, el codificador ha previsto
Por lo demás, debe advertirse, bastante se ha cuidado el hacedor de la como pena discrecional de carácter independiente una verdadera modalidad
ley al afirmar que esta pena —como todas las que prevé— solo puede ser im- atenuada de la inhabilitación de derechos y funciones públicas, lo que es una
puesta mediante un debido proceso de motivación (artículos 52, inciso 2o, y muestra más de la falta de técnica legislativa observada al redactar el esta-
59), clara expresión de los apotegmas de razonabilidad y proporcionalidad. tuto que, recuérdese, también la consagra como consecuencia jurídica de
Así mismo, dado el carácter obligatorio que lo acompaña, este tipo de casti- carácter principal en doce artículos de la parte especial, en los que no se se-
go se debe aplicar siempre independientemente de que se den los presupuestos ñala límite temporal alguno. Como es obvio, no puede afirmarse que en este
legales para la imposición de las penas accesorias, esto es, que tengan relación último caso la pena tenga duración indeterminada, no solo porque ello pug-
directa con la conducta punible y contribuyan a la prevención de conductas naría con los postulados inspiradores de la sanción penal, sino porque el pro-
similares (confróntese, artículo 52, inciso Io); esas exigencias, por supues- pio legislador en el citado artículo 45 —sin distinguir entre aquellos casos
to, operan cuando esta pena se impone de forma discrecional (confróntese en los que esta especie de pena actúa como principal o como accesoria— se
sentencia C-393 de 22 mayo 2002). ha encargado de señalar como duración máxima la de cinco años, aunque no ha
De igual forma, lo que también es nota común a todas las penas acce- indicado el mínimo; esto último lleva al absurdo, pues el marco dentro del
sorias discrecionales, la aplicación y ejecución de esta sanción se debe ha- que se debe mover el sentenciador ha de fluctuar entre 1 y 1825 días de pena,
cer de manera simultánea con la pena privativa de la libertad cuando concu- según las pautas de los artículos 52 y 61, inciso 3 o .
rra con ella; así se infiere del artículo 53, inciso Io: "Las penas privativas de Para ejecutar esta sanción, el hacedor de la ley ha previsto un control a
otros derechos concurrentes con una privativa de la libertad, se aplicarán y cargo tanto de la Procuraduría General de la Nación como de los órganos en-
ejecutarán simultáneamente con esta". En fin, téngase en cuenta que para eje- cargados de llevar a cabo la elección (Código de Procedimiento Penal, artículo
cutar este tipo de sanciones, la ley procesal dispone un control que debe ser 472, numeral 3).
efectuado por la Registraduría Nacional del Estado Civil y por la Procura-
duría General de la Nación (Código de Procedimiento Penal, artículo 472, 2. La inhabilitación para el ejercicio de profesión, arte, oficio, indus-
numeral 2). tria o comercio. En virtud de esta sanción, se priva al responsable del dere-
cho a ejercer una de las actividades enumeradas por un lapso fluctuante entre
b) Penas discrecionales seis meses y veinte años (artículos 43, numeral 3, y 51, inciso 3o), con la con-
dición de que exista un nexo entre la conducta punible y el abuso o la infrac-
Son aquellos castigos que —como la denominación lo indica— están ción de las obligaciones inherentes a la profesión respectiva, como reza el
'' sometidos al arbitrio del funcionario judicial, que está facultado para impo- texto del artículo 46: "La pena de inhabilitación para el ejercicio de profe-
528 MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 529

sión, arte, oficio, industria o comercio, se impondrá siempre que la infrac- el "conjunto de derechos que la ley reconoce a los padres sobre sus hijos no
ción se cometa con abuso del ejercicio de cualquiera de las mencionadas emancipados, para facilitar a aquellos el cumplimiento de los deberes que su
actividades, o contraviniendo las obligaciones que de su ejercicio se deriven". calidad les impone" (ley 75 de 1968, artículo 19, inciso Io); y, adicionalmente,
Obviamente, si se diese el caso de inexistencia de la reglamentación de la le imposibilita el ejercicio de los oficios de tutor o curador, o sea, los "car-
profesión respectiva, el dispensador de justicia no podría aplicar dicha con- gos impuestos a ciertas personas a favor de aquellos que no pueden dirigirse
secuencia jurídica, porque ello implicaría el desconocimiento del postulado a sí mismos, o administrar competentemente sus negocios, y que no se ha-
de taxatividad o de determinación —y, por ende, el de legalidad—, puesto llen bajo potestad de padre o marido, que pueda darles la protección debida"
que las obligaciones pertinentes deben estar expresamente señaladas en la (confróntese, Código Civil, artículo 428).
ley reglamentaria correspondiente. Se trata, pues, de tres inhabilidades distintas: para ejercer la patria potes-
En cuanto a la duración de esta sanción, no deja de llamar la atención tad, para ser tutor y, finalmente, para ser curador. Así se infiere del texto del
el amplio marco punitivo consignado —en todo caso contrario a los postu- artículo 47 del Código Penal, que es repetición casi textual del artículo 46
lados de necesidad, proporcionalidad y razonabilidad (confróntese, artículo del Código Penal español de 1995: "La inhabilitación para el ejercicio de la
3o)—, llamado a generar muchas arbitrariedades a la hora de la aplicación patria potestad, tutela y curaduría, priva al penado de los derechos inheren-
práctica de la disposición, con mayor razón si se piensa en que se trata de una tes a la primera, y comporta la extinción de las demás, así como la incapa-
sanción altamente lesiva del derecho al trabajo, que es uno de los puntales cidad para obtener nombramiento de [sic] dichos cargos, durante el tiempo
de la Carta Fundamental (artículos 25 y 26). Obviamente, esta exposición de la condena". Ello no significa, sin embargo, que la privación de derechos
no aboga por la supresión de las limitaciones al ejercicio de la actividad co- que acarrea este castigo abarque todo el tiempo de la condena, como se in-
rrespondiente cuando se den los supuestos pertinentes, pues la restricción se fiere de la última parte de la disposición transcrita, pues si así fuera, el mis-
impone por tratarse de una pena privativa de derechos; se persigue demos- mo codificador no se habría tomado la molestia de señalar su duración entre
trar la forma irracional, desproporcionada e innecesaria como se ha previsto seis meses y quince años (confróntese, artículo 51, inciso 4o); en otras pala-
la duración máxima de este castigo, que puede tornarse indigno, cruel y de- bras: un correcto entendimiento del asunto lleva a concluir que esta pena se
gradante para la persona humana. ejecuta mientras dure la condena respectiva, pero no podrá ser inferior ni
Así mismo, como ya se dijo, esta modalidad de sanción aparece previs- superior a los marcos trazados en la ley. En fin, de nuevo debe llamarse la
ta como principal en siete artículos de la parte especial, en los que —a dife- atención sobre el marco punitivo previsto por la ley en estos casos, lo que
rencia de lo dispuesto en la parte general— se le señala una duración pro- desdice mucho de la forma como se redactaron estas disposiciones cuando
porcionada y razonable: artículos 125 (2-4 años); 126 (1-2 años); 187 (2-6 se piensa en los axiomas de los que se dice partir.
años, susceptibles de incrementarse hasta en la mitad); 320, inciso 3 o en ar- A lo dicho añádase que para hacer efectiva la prohibición del ejercicio
monía con la ley 788 de 2002, artículo 71 (hasta seis años); 372 (2-8 años; de la patria potestad, la ley dispone que se debe comunicar el hecho median-
5-10 años); 373 (2-6 años) y 374 (2-6 años). Ello pone de presente, una vez te oficio dirigido al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Código de
más, lo dicho a lo largo de la exposición: el legislador arrasa con los postu- Procedimiento Penal, artículo 472, numeral 7); sin embargo, no dice nada
lados de los que dice partir en el título i del Código Penal. de las cúratelas y curadurías, tal vez porque ellas cesan por lo menos duran-
Una anotación final: para realizar la ejecución de esta modalidad de san- te el lapso de duración de la pena.
ción se ha dispuesto que el juez ordene la cancelación del documento que auto- 4. La privación del derecho a conducir vehículos automotores y moto-
riza al infractor a ejercer la profesión respectiva y oficie a la autoridad corres- cicletas. Así mismo, al infractor a quien se le condene a esta sanción le está
pondiente (véase Código de Procedimiento Penal, artículo 472, numeral 4). absolutamente vedado ejercitar el derecho a conducir los citados vehículos
3. La inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, la tutela, y de motor durante un lapso que fluctúa entre seis meses y diez años (confrón-
la curaduría. Este castigo —que nunca aparece señalado como principal en tese, artículos 48 y 51, inciso 5o): "La imposición de la pena de privación
la parte especial, pero que de todas maneras priva al condenado de otros dere- del derecho a conducir vehículos automotores y motocicletas inhabilitará al
chos, como lo dispone el artículo 43, numeral A— le impide al infractor ejercer penado para el ejercicio de ambos derechos durante el tiempo fijado en la sen-
ciertas prerrogativas que le conceden la Constitución y la ley civil en rela- tencia" (confróntese, artículo 40, parcialmente copiado del artículo 47.1 del
ción con sus hijos no emancipados, esto es, la patria potestad, entendida como Código Penal español de 1995). Naturalmente, no queda claro cuáles son
530 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA PENA 531

!», los "ambos derechos" a que alude la ley, pues, de atenderse al tenor literal para.que porte un arma si no goza del derecho a tenerla, crítica que también
11
del artículo, se debería entender que este se refiere a tanto a la privación del ha sido hecha por la doctrina española al artículo 39 del Código Penal de 1995,
,¡l|- derecho a conducir automotores como a la privación del derecho a condu- que incurre en igual imprecisión y de donde, por supuesto, se copió en el
«' cir motocicletas, lo que implica la restricción de un solo derecho: el de con- derecho patrio (véase a L. GRACIA MARTÍN/M. A. BOLDOVA PASAMAR/M. C.
ducción de tales instrumentos rodados. Sin embargo, todo indica que el le- ALASTUEY DOBÓN).
gislador colombiano olvidó el verdadero sentido con el que el Código español 6. La privación del derecho a residir en determinados lugares o de acu-
introduce tal redacción: se refiere no solo a la privación del permiso o licen- dir a ellos. Consiste en la obligación impuesta al penado de abstenerse de
cia de conducción, sino también a la imposibilidad de obtenerlos —para quien, fijar su residencia en determinados lugares o de acudir a ellos, específicamen-
obvio es decirlo, no los tenía al momento de cometer el delito—. Así pues, te aquel donde realizó la conducta punible o en el que tengan su morada la
parece ser que el entendimiento correcto del texto fuera el último, a no ser, cla- víctima o sus familiares, por un período de seis meses a cinco años, como lo
ro está, que absurdamente se concluyera que quien cometiera un delito con per- expresa la ley: "La privación del derecho a residir o de acudir a determina-
miso de conducción pudiera ser castigado de manera más grave que quien lo dos lugares, impide al penado volver al lugar en que haya cometido la infrac-
cometiera sin tener la correspondiente licencia o permiso de conducción (véa- ción, o a aquel en que resida la víctima o su familia, si fueren distintos" (con-
se a L. GRACIA MARTÍN/M. A. BOLDOVA PASAMAR/M. C. ALASTUEY DOBÓN).
fróntese, artículos 43, numeral 7, y 50). En verdad, son dos las privaciones
Precisado lo anterior, debe tenerse en cuenta que para ejecutar este tipo impuestas: una, la de fijar la residencia en el lugar que señale el juez, que
de sanción se ha dispuesto un control de las autoridades encargadas de ex- no puede ser otro que el de la infracción, o aquel en el que resida la víctima
pedirlas licencias correspondientes (Código de Procedimiento Penal, artícu- de la conducta punible o su familia; esto es, se le impide al agente estar de
lo 472, numeral 8), lo que es insuficiente para lograr dichos cometidos. Así asiento en un lugar, hallarse en él por razón de su empleo, dignidad o bene-
mismo, adviértase, esta pena tiene también la naturaleza de principal, pues ficio. Y otra, la de acudir a esos lugares, esto es, visitarlos o desplazarse a
la prevé el estatuto represor como tal en varios casos: artículos 109,110,120 ellos.
y 136, como ya se dijo.
El juez debe ser muy cauteloso a la hora de imponer esta sanción —que
Ahora bien, es criticable la restricción de esta sanción solo a aquellos no puede desbordar las exigencias del artículo 52 inciso I o — para no come-
casos en los que se comete un delito mediante el empleo de vehículos auto- ter injusticias, máxime si se tiene en cuenta que ella puede implicar la impo-
motores y motocicletas, cuando lo lógico sería que el castigo se extendiese sibilidad de ejercer el derecho al trabajo y a visitar a los propios familiares
—como en el modelo español— a todo vehículo de motor (lanchas, botes, y amigos, lo que les causa grave daño al penado y a los suyos, pues puede
barcos, aviones, trenes, etc.) y a ciclomotores en general. llegar a comprender —en casos graves— la prohibición de fijar la residen-
5. La privación del derecho a la tenencia y porte de armas. Esta mo- cia del condenado en una determinada comarca o municipio, o visitarlos.
dalidad de castigo le impide al infractor portar o tener en su poder cualquier Para la ejecución de esta sanción se ha dispuesto el control judicial, po-
tipo de arma que requiera licencia administrativa, en un lapso comprendido licial y del ministerio público (confróntese, Código de Procedimiento Penal,
entre uno y quince años (confróntese, artículos 43, numeral 6, y 51, inciso artículo 472, numeral 1), lo que no asegura su cumplimiento real.
6o), marco exageradamente extenso y criticable por las razones ya anotadas. 7. La prohibición de consumir bebidas alcohólicas o sustancias estupe-
Según el artículo 49, "La imposición de la pena de privación del derecho a facientes opsicotrópicas. Esta sanción privativa de derechos (confróntese,
la tenencia y porte de arma inhabilitará al penado para el ejercicio de este de- artículo 43, numeral 8) le impide al reo la ingesta de cualquier bebida ela-
recho por el tiempo fijado en la sentencia", para su ejecución se debe oficiar borada con alcohol etílico que, como se sabe, es el más utilizado para el con-
a las autoridades encargadas de expedir las autorizaciones o licencias corres- sumo humano, pese a que es un depresor del sistema nervioso central; sin
pondientes (Código de Procedimiento Penal, artículo 472, numeral 8), lo que embargo, nada impide que la prohibición se extienda de manera eventual al
ratifica que se debe entender de manera restringida el concepto de arma. Esta consumo de otros alcoholes —que tienen un alto grado de toxicidad, con efec-
sanción también aparece como principal, pues en la parte especial del Códi- tos letales cuando se sobrepasan ciertas dosis—, como son el isopropílico,
go se prevé en varias oportunidades: artículos 109, 110, 120 y 136. el butílico y el anílico. Así mismo, según este castigo, se restringe el con-
Cuando se observa el texto de la ley, se advierte que su denominación sumo de otras sustancias como las anfetaminas y drogas similares, la mari-
legal es claramente redundante, pues mal se puede inhabilitar a una persona huana, la cocaína, los alucinógenos, los inhalantes, los narcóticos (opioides),
b'ó'¿ MANUAL DE DERECHO PENAL LA PENA 533

la fenilciclidina o sustancias similares, los sedantes, los hipnóticos y los an- recursos minerales quedará inhabilitado para obtener concesiones mineras \
siolíticos, que podrían quedar comprendidos dentro de la expresión "sustan- por un término de cinco (5) años. Esta pena accesoria será impuesta por el *
cias estupefacientes o psicotrópicas", cuyos alcances no parecen lo suficien- juez en la sentencia". i
temente claros. Como es obvio, esta prohibición parece referirse a la llamada
dosis personal no punible desde la perspectiva penal —por lo menos en recin- D) ¿Penas imponibles a las personas jurídicas1.
tos cerrados y sin la presencia de menores: confróntese ley 745 de 2002, ar-
tículo 1 y siguientes—, porque si el consumo excede las cantidades autori- Para terminar, debe llamarse la atención sobre la pretensión del legis-
zadas, el infractor incurrirá en la transgresión de las normas que reprimen el lador de imponer (¡otra vez!) sanciones penales a las personas jurídicas cuan-
tráfico de drogas en general (confróntese, artículos 375 y siguientes), y mal do mediaren "actividades delictivas", tarea ya emprendida en el pasado
haría el juez en imponerle a título de pena la abstención de realización de mediante la expedición del artículo 2o de la ley 365 de 1997 —que introdujo
dichas conductas. el artículo 61A del derogado Código de Procedimiento Penal— y por medio
del abolido artículo 26 de la ley 491 de 1999. Así se desprende del artículo
Ahora bien, para el cumplimiento de esta restricción, se ha dispuesto el 65 del Código de Procedimiento Penal vigente, igual al 61A del viejo esta-
control de la policía y del ministerio público (Código de Procedimiento Penal, tuto: "Cancelación de personería jurídica de sociedades u organizaciones
artículo 472, numeral 6) lo que, de seguro, no posibilita la efectiva observancia dedicadas al desarrollo de actividades delictivas, o cierre de sus locales o
del castigo, que más parece destinado a quedarse en el papel. Por lo demás, establecimientos abiertos al público. Cuando en cualquier momento del pro-
obsérvese, se trata de una sanción de duración indeterminada, pues no se ha ceso el funcionario judicial encuentre demostrado que se han dedicado total
señalado ningún término en la ley para su cumplimiento, lo cual comprome- o parcialmente personas jurídicas, sociedades u organizaciones al desarro-
te seriamente su constitucionalidad al arrasar con el postulado de legalidad llo de actividades delictivas, ordenará a la autoridad competente que, previo
de la pena. el cumplimiento de los requisitos legales establecidos para ello proceda a la
8. La expulsión del territorio nacional. Consiste en el extrañamiento cancelación de su personería jurídica o al cierre de sus locales o estableci-
del territorio estatal del infractor de la ley penal, para ponerlo fuera de las fron- mientos abiertos al público". Se mencionan, pues, como sanciones de esta
teras, cuando tenga la calidad de ciudadano extranjero, único sujeto pasible índole la cancelación de la personería jurídica de sociedades y el cierre de
de esta sanción. La persona debe ser puesta por el juez a órdenes del Depar- los locales o establecimientos comerciales abiertos al público.
tamento Administrativo de Seguridad, para que dicho organismo se encargue Obviamente, no solo se trata de penas inconstitucionales, pues la Carta
de ponerla fuera de las fronteras patrias, después que cumpla la pena privativa Fundamental se apoya en los principios de la dignidad de la persona huma-
de libertad impuesta y se ordene la libertad correspondiente (Código Nacio- na, el acto y la culpabilidad, entre otros, sino también porque al no diseñarse
nal de Policía, artículo 174; Código de Procedimiento Penal, artículo 472, un trámite para vincular al proceso penal a tales sujetos, se desconoce el axio-
numeral 5 y Código Penal, artículo 43, numeral 9); sin embargo, todo indica ma del debido proceso; tales sanciones, pues, están en entredicho, pese a los
que esta pena debe durar como mínimo cinco años si se tienen en cuenta las pronunciamientos de la Corte Constitucional en sentido diferente (sobre ello,
previsiones del decreto 2371 de 1996, atinente a la expedición de visas, con- véase supra, capítulo décimo).
trol de extranjeros e inmigración (confróntese, artículo 199).

c) Otras penas accesorias


También, el artículo 163 de la ley 685 de 2001 —Código de Minas—
prevé como "pena accesoria" aplicable solamente a las hipótesis de explo-
tación ilícita de yacimiento minero (confróntese, artículo 338), la inhabili-
dad para obtener concesiones mineras por un término de cinco años. Por su-
puesto, se trata de una pena accesoria obligatoria para un caso concreto, por
disponerlo así el texto legal: "Inhabilidad especial. Quien haya sido conde-
nado por aprovechamiento ilícito o por exploración o explotación ilícita de
:i i

CAPÍTULO DECIMONOVENO

LA MEDIDA DE SEGURIDAD

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I. INTRODUCCIÓN

Ya ha sido objeto de exposición la teoría de la medida de seguridad, en


la que quedaron comprendidos su concepto, naturaleza, justificación, fun-
536 MANUAL DE DERECHO PENAL LA MEDIDA DE SEGURIDAD 537

damento y función (véase supra, capítulo quinto); y, se precisó cómo ella era de qué cometa transgresión alguna de la ley penal; el basamento asignado a t
la consecuencia jurídica asignada de le ge lata a la mayoría de los inimputa- ambas es la indemostrada "peligrosidad del agente" antes o después de ha- ¡
bles que realizaran injustos inculpables (por ausencia de culpabilidad o res- ber cometido el delito. Esta división, cuya acogida en el derecho compara- t
ponsabilidad penal plena), según la gravedad del hecho cometido y la ne- l
do es indiscutible, tuvo su mayor esplendor durante el imperio del derecho
cesidad de su imposición, en armonía con los derroteros impuestos por los penal defensista, propio de la concepción liberal intervencionista de comien-
principios de proporcionalidad, necesidad y razonabilidad. Así mismo, se zos del siglo xx; no obstante, es rechazada por la doctrina contemporánea.
puso de presente la posibilidad de entender esta consecuencia jurídica como
una forma de pena a partir tanto de la regulación positiva como del fracaso B) Según el bien jurídico afectado
estruendoso de las diferencias teóricas ensayadas entre las dos clases tradi-
cionales de sanción que, además, en la práctica se asemejan en cuanto a su Con este punto de partida, pueden agruparse de la siguiente manera: pri-
régimen de ejecución, su contenido y su finalidad, como, por lo demás, lo vativas de la libertad, esto es, las que, como su nombre lo dice, desproveen
viene pregonando la doctrina (véase, por ejemplo, E. R. ZAFFARONI/A. ALA- al condenado de su derecho inalienable a la libertad personal, tal como su-
GIA/A. SLOKAR). Desde luego, ello equivale a sostener que el sistema penal cede con el internamiento en clínica o establecimiento psiquiátrico adecua-
solo acude a una consecuencia juridicopenal, aunque distingue si el agente do, o casa de rehabilitación; restrictivas de la libertad, las que limitan la
tiene calidad de imputable o carece de ella, para efectos de su señalamiento. libertad del agente, pero sin privarlo de ella, tal como sucede con la prohi-
Lo anterior, como es obvio, es producto de la concepción del delito defen- bición de residir en ciertos lugares, o de frecuentar sitios donde se expendan
dida, diferente de la de un sector de la doctrina nacional que le da cabida a licor o drogas tóxicas, o la libertad vigilada. Así mismo, pueden ser privati-
la categoría de la "responsabilidad" como elemento adicional del delito, en vas o restrictivas de otros derechos, cuando vedan o reducen el ejercicio de
busca de garantizar la permanencia de esta consecuencia jurídica dentro del atribuciones del ser humano distintas de la libertad, tales como la prohibi-
derecho penal. ción de conducir vehículos automotores; y, para terminar, serán pecuniarias
si comportan una limitación de carácter patrimonial que incide en el peculio
Así mismo, el derecho penal vigente continúa la tendencia iniciada por del encartado, como sucede con la caución.
el legislador de 1980 encaminada a abolir todas las medidas de carácter
predelictivo y posdelictivo destinadas a imputables, pues a diferencia de la C) Según el destinatario
mayoría de las codificaciones modernas, que acuden a los sistemas de la doble
vía o al vicarial, prevé un modelo de una sola vía, lo que contribuye a des- Se escinden en personales, cuando son impuestas a personas naturales,
pejar el panorama teórico en este campo y evita las interminables discusio- tal como sucede en los ejemplos hasta ahora mencionados; y reales, si re-
nes que se presentan de legeferenda. Así las cosas, para complementar la caen sobre personas jurídicas, como, por ejemplo, el cierre de un estableci-
exposición anterior, este apartado expone las diferentes clases de medidas miento o la disolución de una sociedad.
de seguridad y analiza los distintos aspectos de la regulación positiva al res-
pecto, como se desprende de los numerales siguientes. D) Según el tiempo
Pueden ser duraderas, cuando tienen una permanencia más o menos de-
II. CLASES DE MEDIDAS DE SEGURIDAD terminada y se aplican según las circunstancias concretas, y pueden condu-
cir a la indeterminación con la consiguiente trasgresión del principio de le-
Según distintos criterios clasificadores, las medidas de seguridad son galidad; y no duraderas o aisladas, cuando no dependen del tiempo, como
objeto de diversas divisiones. sucedería con la amonestación.
A) Según el fundamento E) Según la finalidad objetiva
Con base en este punto de partida, pueden ser agrupadas de dos mane- Se agrupan en delictivas o criminales, cuando pretenden evitar un de-
ras: lasposdelictivas, esto es, las impuestas al sujeto que ha realizado una con- lito o un crimen; y sociales, si buscan evitar conmociones de orden social,
ducta punible, y las predelictivas, es decir, las asignadas a la persona antes lo que les resta carácter delictivo.
538 MANUAL DE DERECHO PENAL LA MEDIDA DE SEGURIDAD 539

¡m F) Según su relación con las penas el primero de los cuales señala: "Al inimputable por trastorno mental per- !
manente, se le impondrá medida de internación en establecimiento psiquiá- ¡
¡2 Pueden ser sustitutivas cuando se imponen en lugar de las penas a las trico, clínica o institución adecuada de carácter oficial o privado, en donde i
, «i que reemplazan, como sucede si se interna al condenado en una clínica psi- se le prestará la atención especializada que requiera"; en igual sentido se *
quiátrica; y complementarias, las que persiguen completarlas o perfeccio- pronuncia la segunda de esas disposiciones, que se refiere a los casos de tras-
narlas. torno mental transitorio con base patológica y también el artículo 475 del
Código de Procedimiento Penal.
G) Según su importancia
La ley ha dispuesto que el internamiento también se pueda llevar a cabo
Desde este punto de vista, pueden ser principales si se aplican por sí mis- en instituciones privadas, habida cuenta de la mala dotación y de la ausencia
mas sin sujeción a ninguna otra, como sucede con la internación en clínica de personal suficiente para cumplir con dichas tareas en los centros oficiales.
psiquiátrica; y accesorias, cuando penden de otra u otras para su subsisten- Esto explica que se le encomiende a los particulares —para el caso a los pa-
cia, como acontece con la libertad vigilada. rientes— el ejercicio de la vigilancia correspondiente, la rendición de los
informes exigidos por el juez, el otorgamiento de la caución requerida y la
suscripción de la diligencia de compromiso a que haya lugar (confróntese,
III. LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD EN LA LEY PENAL Código de Procedimiento Penal, artículos 376, y 475, inciso 2o). De esta ma-
nera, pues, el Estado desatiende aún más a los inimputables y olvida el man-
Al examinar el derecho positivo, se comprueba que los rótulos legales dato constitucional según el cual a él le corresponde asegurar el cumplimiento
no necesariamente coinciden con los doctrinarios o con los del derecho com- de sus "deberes sociales" (Constitución Política, artículo 2°-2) y velar por
parado, pues, a título de ejemplo, la legislación penal denomina penas pri- los "disminuidos... sensoriales y psíquicos" (confróntese, ibidem, artículo 47)
vativas de otros derechos a la restricción domiciliaria y a la prohibición de y le otorga de paso a la ley un carácter discriminatorio y clasista, de tal ma-
consumir bebidas alcohólicas (Código Penal, artículo 43), cuando es eviden- nera que solo los inimputables provenientes de familias adineradas pueden
te que de le ge fe renda se les suele llamar medidas de seguridad. costear dicho tipo de atención, no así el grueso de condenados, cuya extrac-
Ahora bien, es evidente que el Código Penal, atendiendo al bien jurídi- ción social los sitúa dentro de los sectores más pobres y desamparados de la
co como criterio clasificador, clasifica las medidas de seguridad en privati- población.
vas y no privativas de la libertad: ejemplos de las primeras son la internación
Por supuesto, la creación legal de un sistema general de seguridad so-
en establecimiento psiquiátrico o clínica adecuada, o en casa de estudio o tra-
cial en salud (Código de Procedimiento Penal, artículos 381 y 474) —como
bajo; y, de las segundas, la libertad vigilada (Código Penal, artículo 69 nu-
con mucha pompa lo denomina el legislador—, cuya existencia real es y será
meral 3, texto vigente tras el pronunciamiento contenido en la sentencia C-370
una verdadera quimera, no garantiza una auténtica ejecución penal en esta
de 14 mayo 2002). Así mismo, atendiendo a su importancia, las divide en
materia y es una muestra más de la discriminación acabada de señalar que,
principales —como los casos de internación o la reintegración al medio cul-
naturalmente, no se elimina a fuerza de rótulos legales.
tural propio— y accesorias —la libertad vigilada—.
Esta medida —cuando se tratare de inimputable por trastorno mental
A) La internación en establecimiento psiquiátrico o clínica adecuada permanente— no posee un tiempo mínimo de duración, y el juez debe ate-
nerse "a las necesidades de tratamiento en cada caso concreto"; en cambio,
Esta consecuencia jurídica —que implica la reclusión del reo en un sí tiene un máximo de 20 años, aunque con una limitante muy importante:
centro especial destinado al tratamiento de personas que poseen anomalías en ningún caso ese término puede ser superior al máximo de la pena priva-
mentales— está destinada a los inimputables que padezcan de trastorno men- tiva de libertad señalada para el respectivo delito. Así rezan los incisos 2o y
tal de carácter permanente o transitorio con base patológica, y se cumple en 6o del artículo 70: "Esta medida tendrá un máximo de duración de veinte (20)
establecimientos oficiales —los fundados y sostenidos por el Estado con la años y el mínimo aplicable dependerá de las necesidades de tratamiento en
atención de servidores públicos— o privados —cuando su existencia se deja cada caso concreto..."; y "en ningún caso el término señalado para el cumpli-
* a la iniciativa particular, aunque deben contar con reconocimiento oficial—. miento de la medida podrá exceder el máximo fijado para la pena privativa
\ Así lo disponen los artículos 70, inciso l°,y 71,inciso I o , del Código Penal, de la libertad del respectivo delito". Pese a lo anterior, si el delito por el que
540 MANUAL DE DERECHO PENAL LA MEDIDA DE SEGURIDAD 541

se procede no tiene señalada pena privativa de libertad, sino una sanción dis- sistema de responsabilidad penal juvenil todavía inexistente (confróntese,
tinta (por ejemplo, la multa), la duración máxima nunca puede exceder de Código Penal, artículo 33, inciso 3 o y Código del Menor, artículos 178 y si-
dos años: "Cuando la conducta punible tenga señalada pena diferente a la pri- guientes).
vativa de la libertad, la medida de seguridad no podrá superar el término de La casa de estudio o de trabajo debe ser un centro capaz de suministrar
dos (2) años" (confróntese, artículo 76). educación y adiestramiento artesanal o agrícola, donde el condenado pueda
Ahora bien, cuando se tratare de casos de inimputabilidad por trastor- ocuparse en alguna actividad manual que le permita rehabilitarse, con miras
a lograr su posterior reinserción social en condiciones de adaptabilidad
no mental transitorio con base patológica —que la ley sustantiva distingue
normales (confróntese, Código Penal, artículo 72, inciso Io). Infortunada-
del trastorno mental transitorio sin base patológica no sujeto a medida al-
mente, también en este caso, la realidad desborda las previsiones legislativas,
guna, distinción desconocida por la ley procesal, al introducir en lugar de esta
pues el Estado ha hecho caso omiso de sus deberes con la comunidad. Ahora
la división entre trastorno mental transitorio con secuelas y sin secuelas: con- bien, cuando se trata de su cumplimiento en una entidad particular —pero con
fróntese, Código Penal, artículo 75, inciso I o y Código de Procedimiento reconocimiento oficial—, ello procede con la condición de que los parien-
Penal, artículo 380—, para los que tampoco se indica un mínimo de dura- tes o afines del internado presten caución para garantizar que la medida va
ción (Código Penal, artículo 71, inciso 2o), el máximo temporal de la medida a cumplir los fines señalados en la ley (confróntese, Código Penal, artículo
será de 10 años, aunque sin exceder el límite fijado para la pena privativa de 72, inciso I o y Código de Procedimiento Penal, artículos 376 y 475).
libertad correspondiente al delito realizado, o el lapso de dos años cuando la
En cuanto a su duración, se ha dispuesto que ella no podrá exceder de
pena fijada sea de otra especie. Así se desprende de los incisos 2 o y 6o del diez años sin superar el máximo de pena privativa de libertad fijado para el
artículo 71 y del artículo 76 del Código Penal; la primera disposición seña- respectivo delito, y el mínimo dependerá de las necesidades asistenciales del
la: "esta medida tendrá una duración máxima de diez (10) años y un mínimo imputado; así se desprende de los incisos 2o y 5o del artículo 72: "Esta me-
que dependerá de las necesidades de tratamiento en cada caso concreto"; y dida tendrá un máximo de diez (10) años y un mínimo que dependerá de las
"en ningún caso el término señalado para el cumplimiento de la medida podrá necesidades de asistencia en cada caso concreto" y "en ningún caso el tér-
exceder el máximo fijado para la pena privativa de la libertad del respectivo mino señalado para el cumplimiento de la medida podrá exceder el máximo
delito". fijado para la pena privativa de la libertad del respectivo delito". Desde luego,
Adicionalmente —si se tiene en cuenta que los criterios de prevención si el delito tiene señalada en la ley una pena no privativa de libertad, el máxi-
especial positiva gobiernan la materia—, si sucediese que el trastorno men- mo no podrá superar los dos años (Código Penal, artículo 76).
tal transitorio con base patológica desaparece antes de que se dicte senten- C) La libertad vigilada
cia, se dispone que el juez se debe abstener de imponer medida de seguridad
alguna (confróntese, Código Penal, artículo 75, inciso 2o). Mientras que las anteriores medidas son de carácter principal, esta es
de índole accesoria, pues, como de manera expresa lo ha dicho la ley,"... podrá
B) La internación en casa de estudio o de trabajo imponerse como accesoria de la medida de internación una vez que esta se
haya cumplido..." (artículo 74); esto es, cuando haya culminado el lapso se-
Esta consecuencia jurídica es aplicable a aquellos sujetos que "no pa- ñalado para las dos primeras medidas estudiadas en precedencia, trátese de
dezcan trastorno mental" (Código Penal, artículo 72), esto es, los que sien- un inimputable condenado por haber realizado la conducta punible en esta-
do inimputables sufran de inmadurez psicológica, diversidad sociocultural do de trastorno mental permanente o transitorio con base patológica, o que
o estados similares, que no alcancen a constituir anomalía mental suscepti- padezca de inmadurez psicológica, diversidad sociocultural o estado asimi-
ble de internación en establecimiento psiquiátrico o clínica adecuada, de ca- lado.
rácter público o privado (Código Penal, artículo 72, inciso I o y Código de Pro- La medida implica el cumplimiento de tres tipos de condiciones, que
cedimiento Penal, artículo 375). excluyendo en todo caso el trastorno mental deben observarse acumulativa o alternativamente, pues el legislador no ha
transitorio sin base patológica, para el que no se ha dispuesto medida de se- sido preciso a la hora de redactar la norma: en primer lugar, la de residir en
guridad alguna (Código Penal, artículo 75, inciso Io). Dicha medida, como un determinado lugar por un término de hasta tres años, entendido aquel como
la anterior, solo les es aplicable a los adultos inimputables, no así a los me- una comarca, políticamente delimitada, trátese de un departamento, ciudad,
nores, para los que se ha previsto un tratamiento especial dispensado por un o municipio; en segundo lugar, la de no concurrir por el mismo término a cier-
542 MANUAL DE DERECHO PENAL LA MEDIDA DE SEGURIDAD 543

tos lugares públicos como bares, teatros, estadios, plazas, etc.; y, para termi- pertenencia al derecho penal no puede ser discutida; no obstante, a diferencia
nar, en tercer lugar, la de someterse al control de las autoridades por un pe- de las primeras, estas admiten peculiares formas de sustitución, suspensión,
ríodo igual al indicado (confróntese, artículo 74). cesación y aun revocación de la suspensión, mientras se declaran definitiva-
Para el cumplimiento de la medida, el juez de ejecución de penas y medi- mente extinguidas, aunque también, como aquellas, gozan de la posibilidad
das de seguridad, o quien haga sus veces, debe comunicarles la decisión adop- de que se abone como parte de la medida el tiempo surtido en detención pre-
tada a las autoridades policivas del lugar para que estas se encarguen de ejercer ventiva.
los controles respectivos (Código de Procedimiento Penal, artículo 476);
como es obvio, en la práctica no son de fácil cumplimiento las dos primeras A) El abono de la detención preventiva
obligaciones, ante la imposibilidad de que el Estado destine un agente espe- Para darles cabida a elementales principios en materia de la aplicación
cial encargado de vigilar todos y cada uno de los movimientos del agente. de las sanciones penales que, no debe olvidarse, están guiadas por los pos-
En cuanto hace a la duración de esta especie de sanción, parece obvio tulados de proporcionalidad, razonabilidad y necesidad (confróntese, Códi-
que ella no puede superar los tres años (Código Penal, artículo 74, obliga- go Penal, artículo 3o), el legislador—al igual que con las penas—ha dispuesto
ción Ia), aunque todo indica que para ella existe un límite diferente cuando que al condenado a medida de seguridad se le debe reconocer, a título de abo-
la conducta punible tenga señalada pena no privativa de libertad, en cuyo caso, no, el lapso que haya descontado en detención preventiva. Así lo establece
por mandato expreso del artículo 76, el límite máximo será de dos años. el artículo 80 del Código Penal: "El tiempo que el sentenciado hubiese per-
D) Otras medidas manecido bajo detención preventiva se computará como parte cumplida de
la medida de seguridad impuesta". Se trata, pues, de algo elemental en esta
Finalmente, en tratándose de los menores de dieciocho años, que para materia, y el codificador no podía dejar de reconocerlo.
todos los efectos de la ley penal se presumen inimputables (Código del Me-
nor, artículo 165) o sujetos al aún inexistente sistema de responsabilidad penal B) El control judicial
juvenil (Código Penal, artículo 33, inciso 3o), la ley ha previsto la aplicación
El juez de ejecución de penas y medidas de seguridad está obligado a
de medidas de seguridad específicas cuando infringen la ley penal, así: los
solicitar información trimestral sobre la manera como dicha sanción ha venido
menores de doce años de edad están sometidos a medidas de protección (de
cumpliéndose, para determinar si es conveniente su prórroga, suspensión,
evidente naturaleza jurídica administrativa) como la prevención, la amones-
tación a los padres, la atribución de custodia, la colocación familiar, la aten- modificación o cesación (Código Penal, artículo 77 y Código de Procedimien-
ción integral en un centro de protección especial, la iniciación de trámites de to Penal, artículo 477); pero no solo de ello se infiere la existencia de la inter-
adopción, etc. (Código del Menor, artículos 36 a 57,169 y 261 -13). En cam- vención judicial, sino del hecho de que todo el proceso de ejecución se ha de
bio, los que posean una edad fluctuante entre los doce y los dieciocho años cumplir con la vigilancia y coordinación del funcionario de la rama jurisdic-
están sometidos a medidas de rehabilitación (de índole jurisdiccional) como cional (Código de Procedimiento Penal, artículo 469), en lo que debe verse
la amonestación, la imposición de reglas de conducta, la libertad asistida, la una manifestación clara de las funciones asignadas a esta sanción penal en
ubicación institucional, etc., caracterizadas, supuestamente, por ser de índole el título preliminar dedicado a las "normas rectoras de la ley penal colom-
"pedagógica y protectora"; son, además, susceptibles de cesación, modifi- biana" (confróntese, artículos 4o y 5o). Así mismo, es consecuencia del prin-
cación o suspensión, e imponibles hasta un límite de 21 años de edad, bajo cipio de legalidad de la medida de seguridad y de sus diferentes desarrollos
un procedimiento especial (Código del Menor, artículos 164,178,201,202, incluso, por supuesto, los postulados del juez natural y de dignidad de la per-
204, 216 y 217). sona humana que, como se dijo, presiden toda la etapa de la ejecución penal
[véase supra, capítulo segundo].
IV. EL ABONO DEL TIEMPO CUMPLIDO, EL CONTROL Y LA EXTINCIÓN
No obstante las previsiones legales, la práctica muestra una situación
DE LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD; LA RESTRICCIÓN DE OTROS DERECHOS
verdaderamente preocupante, en la medida que los susodichos controles no
funcionan cabalmente y los sometidos a estas consecuencias jurídicas están
Lo mismo que las penas, las medidas de seguridad están sometidas a en manos de funcionarios sin la debida preparación, o carentes de los más
control jurisdiccional, lo que ratifica que se trata de sanciones jurídicas cuya elementales recursos para llevar a cabo su misión; síntoma de esto es la si-
544 MANUAL DE DERECHO PENAL LA MEDIDA DE SEGURIDAD 545

tuación—tantas veces denunciada—de los "anexos psiquiátricos" de carác- para inimputable por trastorno mental permanente —algo imposible en es-
ter oficial, donde el internamiento se cumple en condiciones ominosas para tos casos, precisamente por la permanencia de la enfermedad—, de trastor-
el ser humano, sin que las súplicas de la judicatura y de la doctrina —aco- no transitorio con base patológica (Código Penal, artículo 71, inciso 3o) o de
gidas por la propia Corte Constitucional— hayan logrado que se tomen medi- inimputable no trastornado mental recluido en casa de estudio o de trabajo
das de fondo que impidan la comisión de crímenes de lesa humanidad a nom- (Código Penal, artículo 72, inciso 3o). Desde luego, adviértase, en los tres
bre de la justicia. Aunque parezca paradójico, a los sujetos más necesitados primeros casos procede también la suspensión condicional cuando la perso-
de la asistencia del Estado se les trata con mayor desgano, pues se llega incluso na sea susceptible de ser tratada ambulatoriamente (Código Penal, artículo
a olvidar su calidad de personas, lo que no es de extrañar en un país donde 70, inciso 5o; 71, inciso 4o, y 72, inciso 4o), lo que comporta un notable avan-
el horror y el irrespeto al ser humano han alcanzado sus más espeluznantes ce en esta materia, sobre todo cuando se piensa en la forma como el asunto
manifestaciones, para vergüenza ante la comunidad de naciones. se manejaba en las legislaciones precedentes.
En estos casos se requiere que el juez de ejecución de penas y medidas
C) La sustitución de la medida de seguridad de seguridad escuche al perito adscrito al Instituto de Medicina Legal u obten-
ga concepto escrito y motivado de la junta, consejo directivo o del director
Desde luego, es posible que el juez de ejecución de penas y medidas de del establecimiento donde se cumpla la internación, según el caso; se advierte,
seguridad cambie el tipo de medida impuesta cuando "así lo estimare con- desde luego, que el dictamen del auxiliar de la justicia no es obligatorio, sino
veniente", como dice la ley acudiendo a una expresión en extremo amplia una mera ayuda para el cumplimiento de la tarea judicial sujeta a la valora-
(Código de Procedimiento Penal, artículo 477, numeral 2), aunque para estos ción correspondiente (Código Penal, artículo 72, y Código de Procedimien-
efectos se debe oír la opinión del perito adscrito al Instituto de Medicina Legal to Penal, artículo 477, incisos I o y 2o). De igual manera, el beneficiado debe
(Código de Procedimiento Penal, artículo 477), que ha de ser valorada por prestar caución por sí mismo o por medio de su representante legal (Código
el juez de acuerdo con los criterios legales respectivos (Código de Procedi- de Procedimiento Penal, artículo 477, inciso 3o); así mismo, podrá ser some-
miento Penal, artículos 249 y siguientes). Así las cosas, la sustitución es ape- tido al cumplimiento de las exigencias señaladas en el artículo 74: obligación
nas una determinación lógica que se compadece con la esencia misma de las de residir en determinado lugar; prohibición de concurrir a determinados
medidas de seguridad y se explica en varias situaciones: puede acontecer, por lugares; presentación periódica ante las autoridades encargadas de su con-
ejemplo, que la internación en clínica psiquiátrica del trastornado mental trol, aunque sin sujeción al término allí indicado: "Las anteriores obligacio-
permanente ya no cumpla ninguna función ante las muestras de adaptación nes, sin sujeción a ios términos allí señalados, podrán exigirse cuando se
dadas por este, y que lo más conveniente sea su envío a una casa de estudio suspenda condicionalmente la ejecución de las medidas de seguridad" (Có-
o trabajo; o bien puede acaecer lo contrario: el internado en casa de estudio o digo Penal, artículo 74, inciso 2o).
de trabajo puede verse más beneficiado si se le brinda tratamiento psiquiátrico
Por supuesto, dado su carácter transitorio, la suspensión está sometida
o psicológico, o ambos, en clínica adecuada; y el beneficiado con la libertad
a dos consecuencias de distinto orden: por un lado, la revocación cuando se
vigilada puede verse sometido a medida de internación, si quebranta las obli-
haga necesaria la continuación de la medida principal o accesoria, tras el con-
gaciones impuestas en la sentencia respectiva.
cepto de los peritos oficiales, o cuando el agente incumpla con las obliga-
D) La suspensión condicional y la cesación de la medida ciones fijadas al prestar la caución correspondiente (Código Penal, artículo
de seguridad 78 y Código de Procedimiento Penal, artículo 478); y por el otro, la extin-
ción, que procede cuando ha transcurrido el término máximo de duración de
En realidad, se trata de dos fenómenos distintos que justifican un trata- la medida impuesta en la sentencia (Código Penal, artículo 78, inciso 2o).
miento separado. Ahora bien, la cesación es el fenómeno mediante el cual se le pone fin
En efecto, la suspensión condicional —como su nombre lo sugiere— a la medida de seguridad impuesta, y de manera definitiva concluye su eje-
es de carácter provisional y supone el transcurso de un tiempo de aplicación cución; si se quiere (a pesar de que en el lenguaje ordinario son términos si-
de la respectiva medida, sea porque el agente "se encuentra en condiciones de nónimos), la cesación equivale a una suspensión de carácter definitivo de la
adaptarse al medio social en donde se desenvolverá su vida" (confróntese, Có- medida correspondiente. Desde luego, como por mandato constitucional y
digo Penal, artículo 70, inciso 4o), como acontece en los casos de internación legal las consecuencias jurídicas en examen deben tener un máximo determi-
546 MANUAL DE DERECHO PENAL LA MEDIDA DE SEGURIDAD 547

nado, parece evidente que el fenómeno en estudio opera automáticamente al se precisa cuáles son esos "otros derechos consagrados en este Código"
vencerse el término de duración que —acorde con lo dicho más arriba— no expresión que introduce una cláusula general, prohibida por los principios
E debería superar los máximos ya indicados; naturalmente, como muestra de legalidad y de taxatividad; obviamente, todo indica que el texto legal se
palpable de que el legislador parte en esta materia de consideraciones de tipo refiere a las restricciones que comportan las penas privativas de otros dere-
preventivo especial positivo, se ha dispuesto que dicho fenómeno se puede chos a que se refiere el artículo 43 del Código Penal. Por supuesto, si se razona
producir antes de dicho momento cuando, en los casos de internamiento en desde la perspectiva de un sistema de sanciones penales que separa claramente
establecimiento psiquiátrico o clínica adecuada, se ha producido la rehabi- penas y medidas de seguridad, aparece absurdo que a los inimputables tam-
litación mental del condenado porque: "la persona se encuentra mentalmen- bién se les puedan aplicar penas, pues ello resquebrajaría completamente
te rehabilitada" (confróntese, artículo 70, inciso 3o); o cuando "se establez- axiomas como los de culpabilidad y legalidad; no obstante, como ya se dijo,
ca la rehabilitación mental del sentenciado" (artículo 71, inciso 3o). Es más, si se parte de un sistema tan peculiar como el colombiano —que solo ha di-
pese a que la ley no dispone nada, en materia de internamiento en casa de señado una consecuencia jurídica, se repite— no es de extrañar esta extensión
estudio o de trabajo debe llegarse a similar conclusión. de la restricción de derechos a los incapaces de culpabilidad que opera para
Para terminar, adviértase, la declaratoria de este fenómeno correspon- los capaces de culpabilidad.
de al juez de ejecución de penas y medidas de seguridad, quien debe escu- Por supuesto, así la intención del legislador sea la anotada en preceden-
char previamente al perito oficial u obtener concepto escrito debidamente cia, en verdad esta disposición corre el riesgo de convertirse en puro papel
motivado por las autoridades que regentan el establecimiento donde el agente mojado o de prestarse para mayúsculas arbitrariedades, si se tiene en cuenta
cumpla la internación dispuesta (confróntese, Código Penal, artículo 79 y Có- que en la redacción se ha impuesto, como condición para su aplicación, que
digo de Procedimiento Penal, artículo 477). esa "restricción de otros derechos... no se opongan [sic] a la ejecución de la
medida de seguridad impuesta y sean [sic] compatibles con sus funciones".
E) La restricción de otros derechos Para decirlo en otras palabras: se introducen condiciones completamente
etéreas e inasibles que no le brindan al funcionario la posibilidad de saber,
Para ratificar que en la legislación vigente se ha producido un gran acer- con precisión, cuándo se debe o no imponer tal restricción de derechos y que
camiento entre penas y medidas de seguridad, al punto de que puede hablarse arrasan —de paso— con la seguridad jurídica, que es uno de los pilares del
de un sistema que dispone de una sola consecuencia jurídica —la pena en derecho penal en un Estado democrático de derecho.
sus diversas modalidades, una de las cuales es la medida de seguridad—, el
artículo 81 del Código Penal dispone que a los inimputables también se les
apliquen otras restricciones de derechos contenidas en el estatuto punitivo,
obviamente distintas de las que su condición les impone; en efecto, dice así
el texto legal: "Restricción de otros derechos a los inimputables. La restric-
ción de otros derechos consagrados en este Código se aplicarán [sic] a los
inimputables en cuanto no se opongan [sic] a la ejecución de la medida de
seguridad impuesta y sean [sic] compatibles con sus funciones".
Así las cosas, debe concluirse que según lo anterior, se le da entrada de
nuevo a la división de las medidas de seguridad, que —atendiendo al bien
jurídico como criterio clasificador— las descompone en privativas de la li-
bertad y privativas o restrictivas de otros derechos.
Desde luego, la redacción de la disposición que se ha citado es, en todo
caso, imprecisa, no solo porque da a entender que se aplican los derechos y
no la restricción de estos como se infiere de los plurales "se aplicarán", "se
opongan" y jsean compatibles" —que un legislador respetuoso de las más
elementales estructuras idiomáticas redactaría en singular—, sino porque no
CAPÍTULO VIGÉSIMO

LA DETERMINACIÓN JUDICIAL
DE LA SANCIÓN PENAL (I)

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19. VELÁSQUEZV., 25
550 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 551

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traducción de Juan de Hinojosa, Madrid, Hijos de Reus Editores, 1914; SANDOVAL HUER- cuencia, adecuada, en cada caso de la vida real. Desde luego, el tema en exa-
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tico-criminales y las criminológicas y culminan con las de índole procesal,
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individualización de la pena, Madrid, Edit. Dykinson, 1995; SUAZO LAGOS, RENE AGUSTÍN: raciones de alcance político, puesto que aquí se juega la vigencia real del di-
La evolución histórica del sistema de determinación de la pena en Alemania y Honduras. seño constitucional adoptado; esto, obviamente, sin olvidar que también cons-
Estudio de derecho comparado y reflexiones para una futura reforma del sistema de deter- tituye el más claro ejercicio de la función judicial.
minación de la pena en Honduras, Madrid, Tesis doctoral sin publicar, Universidad Com-
plutense de Madrid, 1979; VALLE MUÑIZ, JOSÉ MANUEL y AA. VV.: Comentarios al nuevo
Con la pretensión de echar las bases del sistema de determinación ju-
Código Penal, Pamplona, Edit. Aranzadi, 1996.; VARONA GÓMEZ, DANIEL: "El arresto de fin dicial de la sanción penal en el Código Penal —que no de la determinación
de semana: ¿Alternativa a la prisión o prisión atenuada?", en JOSÉ CID MOLINÉ/ELENA LA- en sentido amplio, para lo que sería necesario explorar los ámbitos consti-
RRAURI PIJOAN: Penas alternativas a la prisión, Barcelona, Bosch, 1997, páginas 143 y si- tucional, legal y administrativo—, se emprende, a continuación, dicha tarea:
guientes; VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, FERNANDO: "LOS criterios de determinación de la pena en se hacen algunas observaciones de tipo conceptual, se indican los sistemas
el Código Penal peruano de 1991", en http//www.unifr.ch/derechopenal; ZAFFARONI, EUGE- más usuales en el derecho comparado y, por supuesto, se desarrollan los di-
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Colegio de Abogados Penalistas del Valle, número 8,1983, Medellín, Señal Editora, 1983,
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Buenos Aires, Edit. Ad-Hoc, 1996; ZIPF, HEINZ: "Principios fundamentales de la determi- II. CONCEPTOS BÁSICOS
nación de la pena", en Cuadernos de Política Criminal, número 17, Madrid, Edersa, 1982,
páginas 353 y siguientes. La temática objeto de reflexión es denominada, usualmente, de diver-
sas formas, según expresiones no siempre equivalentes desde un punto de
vista gramatical y conceptual, como son determinación, individualización,
I. INTRODUCCIÓN
imposición, dosificación, tasación, medición,fijacióny aplicación de la pena.
No obstante, pese a que el legislador se inclina por las cinco primeras (con-
El tema de la determinación o individualización judicial de la sanción fróntese, Código Penal, artículos 3 o , 12,17 inciso 3 o , 31, 39.3, 59, 60 y 61;
penal se encuentra ligado con la teoría de las consecuencias jurídicas del delito Código de Procedimiento Penal, artículo 40, inciso 4o), desde un punto de
que, a su vez, es uno de los acápites centrales de la parte general del derecho vista estrictamente técnico parece más coherente emplear la voz determina-
penal, al lado de las construcciones sobre la ciencia penal y la conducta puni- ción — i a m á s general y la que aparece en el encabezamiento del capítulo
ble. Por supuesto, como el asunto se encuentra erizado de dificultades teó- segundo del título iv, libro primero: De los criterios y reglas parq. la deter-
ricas y prácticas, tanto en los distintos derechos positivos —sin que el Códi- minación de la punibilidad—, y no individualización —que, además de ser
go Penal vigente sea, precisamente, la excepción— como en la doctrina y en la más específica, aunque para algunos es la más amplia, es la expresión de
la jurisprudencia, los estudiosos de diversas nacionalidades proclaman hoy un concepto ideológico presidido por la noción de personalización, esto es,
la necesidad de manejar en esta parcela del saber jurídico unas reglas y unos se emplea para designar el fenómeno mediante el que se examina la adapta-
criterios jurídicos racionalmente controlables y, por ende, no discrecionales. ción de la pena al ser humano concreto que transgrede la ley penal—. Sin
Ello, justamente, explica el empeño de algunos teóricos encaminado a embargo, nada impide el uso de cualquiera de esas locuciones como sinóni-
erigir un nuevo ramo del saber jurídico dotado de plena autonomía —el dere- mas, como es frecuente en la doctrina y en el derecho comparado, con la con-
cho de las sanciones o de las consecuencias jurídicas— que busque, sin duda, dición de que se hagan las precisiones correspondientes.
552 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 553

Ahora bien, la idea de determinación se concibe tanto en sentido estricto Con todo, el alcance délas ¿órmulas legales sobre los criterios de deter-
como amplio: el primero designa la operación mental por medio de la que el minación de la pena, básicamente relacionados con la normativa alemana con-
juzgador realiza un proceso de valoración y cuantificación, y se expresa en tenida en el § 46, ha dado lugar a una serie de concepciones que se disputan
cifras concretas la magnitud de la sanción imponible, por lo que se le llama su alcance, entre las que sobresalen las siguientes (sobre ello, E. DEMETRIO
cuantitativa', el segundo hace referencia a un campo mucho más vasto que CRESPO):
trasciende la tarea de medición judicial propiamente dicha, pues también En efecto, en primer lugar, con una profunda influencia hegeliana, se
corresponde al juez ocuparse en el procedimiento relativo a todas aquellas habla de la teoría del valor relativo, del valorjerárquico de empleo, o teoría
cuestiones atinentes a la ejecución penal, como la suspensión de la ejecución gradual (Stellenwerttheorie o Stufenwerttheorie, defendida por HENKEL,
de la pena, el cumplimiento en un determinado establecimiento, la imposi- HORN y SCHÓCH), para la que el quantum de la pena o la determinación judi-
ción de especiales deberes, la forma como se paga la multa, etc.; de ahí que cial en sentido estricto se debe hacer atendiendo a la medida de la culpabi-
se le conozca como cualitativa. lidad, concepto este último que tiene alcances distintos de la tradicional voz
utilizada como elemento de la noción dogmática de delito; así mismo, afir-
También se suele diferenciar entre determinación o individualización ma que la determinación en sentido amplio está presidida solo por los fines
legal y determinación o individualización judicial de la pena a partir de la preventivos especiales. Esta opinión es rechazada por la doctrina mayorita-
distinción alemana —derivada del § 46 del Código Penal— entre gesetz- ria, pues, se aduce, no se ajusta a los dictados del susodicho § 46 del Código
liche Strafbemessung y richterliche Strafzumessung, con lo cual se quieren Penal alemán, además de que no comprende todos los casos.
separar con claridad los momentos legal y judicial de dicha figura; lo que, En segundo lugar, se defiende la denominada teoría de la pena exacta
en términos criminológicos equivale a distinguir entre la criminalización o puntual (Punktstrafetheorie), según la cual en cada caso concreto es posi-
primaria y la criminalización secundaria (confróntese E. R. ZAFFARONI/A. ble calcular de manera exacta cuál es la pena que se corresponde con la
ALAGIA/A. SLOKAR). Esta distinción, de todas maneras, no deja de ser pro- culpabilidad del agente; existe, pues, una única pena determinada que se
blemática, pues es claro que las esferas legal y judicial se entrecruzan, sin corresponde con la culpabilidad del autor.
que sea siempre posible delimitar con absoluta exactitud dónde comienza la En tercer lugar, se ha acuñado la llamada teoría del espacio de juego
una y dónde la otra. (Spielraumtheorie), para la que la pena no puede ser exactamente determi-
A lo anterior se agrega otra separación entre determinación o individua- nada, dado que existe un espacio de juego delimitado por la culpabilidad entre
lización abstracta y determinación o individualización concreta de la pena, un mínimo y un máximo, dentro del cual se debe mover el juez para decidir
ambas concebibles en sus modalidades genérica y específica. De esta ma- —según su criterio— en qué medida debe aplicar la sanción; obviamente,
nera, la determinación o individualización abstracta genérica comprende en ese campo entran en consideración los fines preventivos. Como puede ver-
todo lo relativo a las nociones, especies penales y límites de la pena; al paso se, esta postura busca un saludable equilibrio entre la función preventiva de
que la específica alude a la asignación de la pena a los delitos particulares y la pena y sus limitantes al grado de injusto y al grado de culpabilidad me-
a la valoración de las circunstancias influyentes en estos. A su vez, la deter- diante el postulado de proporcionalidad o de prohibición de exceso, cosa que
minación o individualización concreta genérica se refiere a aquellas normas también sucede con la primera de las teorías ya señaladas.
y reglas que afectan al modo de aplicación de la pena en general; y, la espe- En fin, en cuarto lugar, se habla de la teoría de la proporcionalidad con
cífica, a la aplicación de la pena al caso singular, esto es, la verdadera me- el hecho (Tatproportionalitatstheorie der Strafzumessung), la que renuncia
dición de la pena. a los criterios de prevención en la tasación de la pena en sentido estricto y
postula que la medición de la pena se debe hacer a partir de criterios como
Incluso, como ya se insinuó, todavía es posible introducir otra distin- "la gravedad del hecho", "la nocividad del comportamiento" y "la culpabi-
ción más, entre determinación o individualización legal, judicial, adminis- lidad del autor" (confróntese, VON HIRSCH, JAREBORG y SCHÜNEMANN).
trativa —que algunos prefieren llamar penitenciaria o ejecutiva—. Es más,
de manera acertada, se habla también de la determinación constitucional de III. Los SISTEMAS USUALES EN EL DERECHO COMPARADO
la pena, con lo que se hace referencia a los marcos trazados por la Carta Fun-
damental en esta materia que, en el caso colombiano, son de una innegable Antes de adentrarse en el tema propuesto para este acápite, debe recor-
trascendencia (confróntese, capítulo segundo). darse cómo en Europa hasta fines del siglo xvm —justamente hasta 1791,
554 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 555

¡ cuando el Código Penal francés adoptó uri sistema de penas fijas, al calor de mínimo y un máximo señalado para cada infracción —dentro del que debe
i las ideas que gestaron la Ilustración— rigió un derecho penal cuyas notas moverse el juez—, seguidas de unas circunstancias de mayor y de menor pu-
¡ predominantes eran la incertidumbre, la confusión en la confección de sus nibilidad.
leyes, las interpretaciones autoritarias y acomodadas, su excesivo rigor y la C) El método de penas flexibles sin enunciación de criterios generales
atrocidad de la penalidad, todo lo cual se traducía en la conculcación de los
más elementales derechos del reo. Por eso, pues, no puede hablarse de deter- Es el vertido en el Código Penal francés de 1810 —con las reformas de
minación o de individualización de la pena en el antiguo régimen, pues su 1824 y 1832—, gracias al cual se señala un mínimo y un máximo de pena
característica central era la abdicación en favor del juez y de la administra- para realizar la tarea de medición, pero sin indicar —como norma general—
ción, de tal manera que el arbitrio judicial terminó convertido en la única fuen- los criterios generales en este ámbito, aunque se prevén en su artículo 463
te de los delitos y de las penas, que se acuñaban de acuerdo, naturalmente, algunas circunstancias atenuantes aplicables solo en materia correccional. Sin
con los privilegios sociales; dicho en otras palabras: imperaba un sistema no duda alguna, comporta un modelo intermedio entre las penas absolutamen-
reglado de penas, una pena arbitraria que, por lo demás, tenía sus preceden- te indeterminadas del antiguo régimen y las absolutamente determinadas del
tes en el más lejano derecho romano. Código Penal de 1791, pues les da paso a las sanciones relativamente deter-
En contraste con lo anterior, desde que se inició la época de la codifi- minadas.
cación, un examen atento del derecho comparado enseña cómo son posibles,
por lo menos, seis formas distintas de regular el asunto en los Códigos Pe- D) El régimen de tabulación de circunstancias con penas
nales (confróntese, E. R. ZAFFARONI); ello, obvio es decirlo, sin descartar las relativamente rígidas
fórmulas mixtas que se nutren de dos o más de esos patrones originales. Es el contenido en el Código Penal español de 1822 (repetido hasta 1870)
y el Código Penal colombiano de 1837 (artículos 119 y siguientes). Según
A) El sistema de tabulación de agravantes y atenuantes con penas fijas
este prototipo legal, se hace un largo listado de agravantes y atenuantes y se
Es este el modelo establecido en los Códigos Penales francés del 6 de establece la tasación de la pena partiendo de un marco señalado en la ley para
octubre de 1791 y brasileño de 1830 (16 de diciembre) —el primer Código cada figura, a partir de tres grados de delito: al primero, se le aplica el máxi-
Penal autónomo de Latinoamérica—, de la mano de una concepción filosó- mo; al segundo, el término medio entre el máximo y el mínimo; y al tercero,
fica racionalista, que muestra una inmensa desconfianza hacia el juez; de esta el mínimo de la pena. Se cae, pues, en lo que se ha calificado como una ver-
manera, se señalan de forma rígida las causas de agravación y atenuación, y dadera "aritmética penal", a la que, parcialmente, vuelve el Código Penal co-
se establece un máximo cuando concurren agravantes, un mínimo cuando se lombiano de 2000, como se infiere de los artículos 60 y 61, que introducen
encuentran atenuantes y una pena intermedia si no existen ni unas ni otras o la tasación de la pena acudiendo al sistema de los cuartos.
se duda en torno a su presencia. Un diseño como este —opuesto al de las
penas arbitrarias— no deja también de tener sus desventajas, pues la igual- E) El patrón de penas flexibles sin enunciación de criterios generales,
dad ante la ley que se buscaba no dejaba de ser meramente ficticia, pues posi- con atenuantes genéricas no especificadas
bilita el trato igual de casos desiguales. Al mismo tiempo, un sistema así Este modelo permite disminuir la pena en una proporción determinada
diseñado era incapaz de apreciar el grado real de culpabilidad e impedía, real- (por ejemplo, la sexta parte), como el señalado en el Código de Zanardelli
mente, llevar a cabo cualquier tarea individualizadora de la pena, lo que
de 1889 para Italia.
generaba no pocos resultados injustos y contrarios a los fines perseguidos,
además de que terminaba tornándose impracticable, como lo demostraron las F) Las fórmulas de criterios generales o sintéticas con penas flexibles
reformas a que fue sometido el Código original de 1791 aun antes de que se
expidiese el Código Penal de 1810. Un buen ejemplo de ellas es la plasmada en el Código suizo de 21 de di-
ciembre de 1937, que se asemeja bastante —aunque simplificándolo— al
B) El modelo de tabulación con señalamiento de criterios generales Código bávaro de 1813. La previsión de criterios genéricos de tasación de la
de tasación, seguido de atenuantes y agravantes con penas flexibles pena ha sido retomada por los Códigos peruano de 1924 y argentino de 1921,
\\ Es el sistema propio del Código bávaro de 1813, acorde con el cual se influidos ambos por los proyectos suizos; una previsión del mismo corte se
indican algunas pautas generales para la imposición de la pena entre un observa, aunque retocada, en el artículo 46 del Código Penal peruano de 1991.
556 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 557

IV. EL MODELO LEGAL DE DETERMINACIÓN DE LA SANCIÓN PENAL Ahora bien, precisado lo anterior, surge una inquietud adicional: ¿cuál
es el orden en el que se ha de proceder?; ¿se comienza por las sanciones co-
Las directrices centrales del sistema que se ha adoptado en esta mate- rrespondientes a los tipos penales que modifican o agravan —o ambos— los
ria, y que se denomina estricto porque toca con consideraciones de tipo cuan- supuestos de hecho básicos, o se procede al revés? Desde luego, como no
titativo, se concretan en cuatro niveles distintos: primero, el procedimiento existe apoyo legal alguno para darle respuesta satisfactoria a esta inquietud,
para determinar el marco penal aplicable tanto en la parte especial como en deben interpretarse los textos legales de forma coherente y armónica, por lo
la general de que habla el artículo 60; segundo, el rito para determinar el marco cual se afirma que lo lógico es empezar por las penas imponibles a los tipos
penal aplicable en las circunstancias de los artículos 55 y 58, al que alude el agravados y no por las que merecen los supuestos de hecho atenuantes, no
artículo 61, incisos I o y 2o; tercero, la fórmula para individualizar la pena al contrario. Parece una operación mental sencilla: no se puede emprender
en concreto, que sigue los derroteros de los incisos 3 o y 4 o del artículo 61; una valoración punitiva de una conducta cuyos alcances no se conocen; solo
y, por último, en cuarto lugar, el escalón que involucra las rebajas sobre la cuando se sabe a ciencia cierta cuál es el actuar típico más grave desplegado
pena final en la ley procesal penal. Obviamente, la individualización en por el agente, es posible ocuparse en el comportamiento menos trascenden-
sentido amplio se estudia en el capítulo siguiente. te. Así, por ejemplo, si se le debe imponer la pena al autor de una conducta
punible de hurto calificado mediante violencia y agravado por el abuso de la
A) El primer nivel: la determinación del marco penal aplicable confianza depositada por el dueño, en cuantía de $ 200.000, lo procedente
a partir de las modificaciones específicas y genéricas es partir de las penas imponibles al delito calificado y agravado (confrónte-
Este primer escalón del modelo adoptado comprende tanto el señala- se, artículos 239; 240, numeral 1; y 241, numeral 2) y, al final, tener en cuenta
miento del marco penal aplicable en la parte especial, como el resultante de la "atenuación punitiva" señalada en el artículo 268 según la cuantía.
las disposiciones de la parte general que —de manera expresa—, sea para
b) Las modificaciones genéricas para agravar o atenuar
agravar o para atenuar, señalan los límites abstractos dentro de los que se debe
mover el juzgador cuando emprende la tarea objeto de estudio en este acá- el marco de punibilidad
pite. Así mismo, la lógica inherente a la construcción asumida impone que
para agotar el primer nivel en el proceso de individualización, una vez rea-
a) Las modificaciones específicas para agravar o atenuar lizado el juicio punitivo que comprende la parte especial, se debe determi-
el marco de punibilidad nar el marco abstracto cuando concurren circunstancias agravantes y atenuan-
Del texto del encabezado del artículo 60 en examen se desprende que tes genéricas, obviamente distintas de las de los artículos 55 y 58, según el
"el sentenciador deberá fijar, en primer término, los límites mínimos y máxi- orden que se ha indicado: empezando con las agravantes y continuando con
mos en los que se ha de mover", lo cual significa que él ha de precisar el espa- las atenuantes. Así las cosas, se deben examinar las siguientes situaciones
cio, segmento o marco punitivo, dentro del que se ha de desplazar entre un cuando ellas concurran:
mínimo y un máximo. Desde luego, ello pone sobre el tapete de la discusión 1. Las causas genéricas que agravan la punibilidad. Siguiendo la je-
si se está ante la individualización legal de la pena o ante la individualiza- rarquía en la que aparecen en la ley, se encuentran las examinadas a conti-
ción judicial propiamente dicha —entre la criminalización primaria y la se- nuación.
cundaria—, lo que se puede zanjar afirmando que se trata de aquel nivel y — El concurso ideal y el concurso material {artículo 31). Cuando se
no de este. A tal efecto, pues, el juzgador debe partir de las escalas señala- presentaren casos en los que una sola conducta encajare en varios tipos pe-
das en la normatividad penal para cada una de las normas penales (marco nales {concurso ideal heterogéneo) o varias veces en el mismo tipo penal
penal abstracto), que le indican unos mínimos y unos máximos a título de {concurso ideal homogéneo), o aquellos en los que varias conductas fueren
pautas para dicha tarea, sea que se trate de normas consagratorias de tipos susceptibles de ser adecuadas a un número plural de tipos penales {concur-
básicos, especiales o complementados (agravados o atenuados), etc. Esos so material heterogéneo) o a uno solo {concurso material homogéneo), esto
límites, sin embargo, no siempre son constantes, pues el hacedor de las le- es, situaciones en las que se presentaren casos de unidad y pluralidad de ac-
yes los modifica, básicamente, según razones de tipo cuantitativo, de cinco ciones típicas, el paso siguiente —una vez emitido el juicio de pena atinente
maneras distintas, como se dirá luego (confróntese infra, 3). a la parte especial— es determinar las sanciones correspondientes al artícu-
558 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 559

lo 31. De esta manera, una vez agotados los dos primeros niveles de la cons- 55, numeral 1), por lo que —pensando ya en el segundo nivel— la pena im-
trucción, se deben dar los siguientes pasos: ponible se debe tasar dentro del cuarto mínimo (confróntese, artículo 61,
En primer lugar, el juez —haciendo abstracción de que se trata de un inciso 2o), pues solo se presenta un evento de atenuación; por ello la escala
caso de unidad y pluralidad de acciones típicas— debe individualizar los cas- que fluctúa entre 96 y 180 meses de prisión, es decir, 84 meses de prisión,
tigos procedentes para cada una de las conductas involucradas en concreto, se debe dividir por cuatro, para un total de 21 meses. Ello significa, enton-
tal como lo ordena el inciso I o del artículo 31:"... quedará sometido a la que ces, que la pena tendrá un mínimo de 96 meses y un máximo de 117 meses
establezca la pena más grave según su naturaleza, aumentada hasta en otro de prisión (primer cuarto). Al efecto se parte del mínimo, esto es, de 96 me-
tanto, sin que fuere superior a la suma aritmética de las que correspondan a ses de prisión.
las respectivas conductas punibles debidamente dosificadas cada una de
ellas". En cuanto al incesto, por no concurrir ninguna causal de agravación,
aunque sí una de atenuación (la carencia de antecedentes penales), la pena
En segundo lugar, atendida la naturaleza de cada una de las penas in- de 12 a 48 meses se impone también dentro del cuarto mínimo que será de
volucradas —si son o no privativas de la libertad, pecuniarias o privativas 9 meses más, con lo que el mínimo sigue siendo 12 meses de prisión, y el
de derechos— se debe elegir de entre ellas la más grave o graves, para pre- máximo, 21 meses de prisión. O sea: 12 meses de prisión.
cisar la escala punitiva correspondiente: el mínimo será, justamente, el co-
En síntesis: 96 meses de prisión por el acceso carnal violento y 12 meses
rrespondiente a esa o esas sanciones, mientras que el máximo deberá ser el
por el incesto. La pena más grave, obviamente, es la primera. A continua-
resultante de incrementar esa pena o penas "hasta en otro tanto". Dentro
ción se aplican las reglas del artículo 31: el mínimo será 96 meses de prisión,
de ese marco, pues, se debe mover el juez o fallador para imponer la pena, de
y el máximo se podrá incrementar hasta en otro tanto, esto es, llegar hasta
acuerdo con los criterios del artículo 61, incisos 3 o y 4o.
192 meses de prisión; sin embargo, el incremento máximo no puede superar
En tercer lugar, se debe evitar que el incremento realizado desborde la los 108 meses de prisión (resultante de la suma aritmética de las penas im-
suma aritmética de las penas que correspondan a cada una de las conductas ponibles en concreto) para cada uno de los comportamientos involucrados.
punibles, y que el máximo supere los cuarenta años, lo cual es producto de Así las cosas, acudiendo a los criterios del artículo 61, inciso 3 o , el juez se
que el sistema plasmado en la ley sea el progresivo, aunque tiene como lin- debe mover entre 96 (mínimo) y 108 meses de prisión (máximo), y podrá im-
de superior un techo punitivo que no puede ser desbordado. poner en concreto un total de 105 meses de prisión como pena final, atendida
Por ejemplo, si se trata de determinar la pena imponible a un caso de la gravedad de la conducta punible sin olvidar, claro está, las penas acceso-
concurso ideal, como el del padre que viola a la hija, por lo que realiza una rias obligatorias (confróntese, artículo 52).
conducta doblemente desvalorada por la ley penal, se tiene: por un lado, in-
—Los delitos continuado y masa {artículo 31, parágrafo). Sin embar-
curre en acceso carnal violento (artículo 205, figura no agravada, porque la
calidad de padre es elemento constitutivo del delito de incesto), castigado con go, si aconteciere que los casos de unidad y pluralidad de acciones típicas se
prisión de 96 (ocho años) a 180 meses (quince años); y, por el otro, en inces- correspondiesen con las figuras del delito masa o del delito continuado (cuan-
to (artículo 237), penado con prisión de 12 (1 año) a 48 meses de prisión (4 do no sea aplicable la pena única prevista en la parte especial), el sistema de
años). individualización de la pena en este nivel es distinto, porque según el pará-
grafo del artículo 31 —que debiera distinguir expresamente entre las diver-
A continuación se aplican las reglas de tasación: como la pena para el sas modalidades de delito continuado para estos efectos— "se impondrá la
acceso carnal violento fluctúa entre 96 y 180 meses de prisión, se debe acu- pena correspondiente al tipo respectivo aumentada en una tercera parte". En
dir al primer escalón en el proceso de tasación y examinar si en ese caso con- otras palabras: una vez sometida la consecuencia jurídica al tamiz inicial que
curren las situaciones de los artículos 55 y 58: en cuanto a las de agravación, impone el primer nivel del proceso de determinación, se debe partir de la pena
ello no sucede, porque no se pueden deducir ni la quinta (la condición de su- resultante y hacer el incremento como allí se indica, esto es, aplicándolo tanto
perioridad sobre la víctima) ni la séptima causales del artículo 58 (el paren- al mínimo como al máximo, como dice el artículo 60, inciso 2o, regla Ia: "si
tesco), pues ya se ha clasificado el actuar del agente dentro del tipo de incesto, la pena se aumenta o disminuye en una proporción determinada, esta se apli-
lo que es prohibido por el principio de la prohibición de la doble valoración', cará al mínimo y al máximo de la infracción básica". Por ejemplo: si el autor
además, no aparece ninguna otra. En cuanto a las circunstancias de atenua- estafa, en una cuantía de 90 salarios mínimos legales mensuales (confrón-
ción, se observa que procede la carencia de antecedentes penales (artículo tese, artículo 246), a un número plural de sujetos pasivos o en forma continua-
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da a un único sujeto pasivo —y no se presenta ninguna causal de agravación .— La complicidad {artículo 30, inciso 3a). También en este caso se pre-
o de atenuación de las previstas en la parte especial y en la general—, el senta una diminuente del marco punitivo en dos proporciones fijas, lo que
mínimo de la pena será de dos años incrementados en la tercera parte (24 + supone, a la luz de lo dispuesto en el artículo 60, que el mayor decremento
8 meses de prisión = 32 meses de prisión), y la multa, de sesenta y seis, con se haga para el mínimo, y el menor, para el máximo; en efecto, dispone el
sesenta y seis salarios mínimos mensuales vigentes. El máximo también se texto legal lo siguiente: "incurrirá en la pena prevista para la correspondien-
incrementa en la tercera parte, así: 96 meses (8 años) + 32 (la tercera parte), te infracción disminuida de una sexta parte a la mitad". Así, por ejemplo, si
para un total de 128 meses de prisión; y con la multa, que aquí aparece en la en el concurso ideal [confróntese, supra iv, A, b)l)] el autor contó con la com-
modalidad acompañante, sucede otro tanto: 1.000 salarios mínimos incre- plicidad de un tercero, para el caso, un tío de la víctima —de cuyo actuar se
mentados en 333,33, para un total de 1.333,33. pueden predicar las mismas situaciones agravantes y atenuantes—, la pena
2. Las causas genéricas que disminuyen lapunibilidad. También, como imponible será la señalada para el autor: de 96 (mínimo) a 108 meses de
ya se dijo, existen diversos casos en los que se disminuye la pena correspon- prisión (máximo), disminuida de una sexta parte (108-18 meses: 90 meses),
diente. Así sucede en los siguientes casos. a la mitad (96 -r 1/2: 48 meses de prisión), lo que significa que el mínimo es
de 48 y el máximo de 90 meses de prisión; desde luego, como la complici-
— La tentativa {artículo 27). Cuando el agente no logre consumar la
dad es no necesaria se debe imponer el mínimo según el artículo 61.
conducta típica por circunstancias que son ajenas a su voluntad, sea que tra-
te o no de impedirlo, se presentan dos modalidades distintas del dispositivo — El concurso de personas en los tipos especiales y de propia mano
amplificador del tipo en examen: la tentativa ordinaria, que puede ser acaba {artículo 30, inciso 4a). También prevé la ley penal una atenuante para el inter-
o inacabada, y la tentativa desistida malograda impropia; ambas figuras están viniente que concurra en la realización de un tipo penal especial —obviamen-
previstas en los dos incisos del artículo 27. Por ello, cuando se trate de una te, por fuera de las previsiones del artículo 29 inciso 3o: el actuar por otro—,
tentativa normal, el codificador ha dispuesto que el agente "incurrirá en pena sin que reúna las características exigidas para el sujeto activo por la corres-
no menor de la mitad del mínimo ni mayor de las tres cuartas partes del máxi- pondiente descripción legal, o en uno de propia mano: "se le rebajará la pena
mo de la señalada para la conducta punible consumada"; en otras palabras: en una cuarta parte", esto es, tanto el máximo como el mínimo de la sanción
se trata de un caso en el que la pena se disminuye en dos proporciones, por aplicable. Así, verbi gratia, si al sujeto activo calificado del prevaricato (con-
lo que la mayor de ellas se aplica al mínimo y la menor al máximo, como lo fróntese, artículo 413) una vez aplicadas todas las reglas de tasación se le im-
dispone el artículo 60, inciso 2o, regla 5a. Por ejemplo: si se trata de una ten- pone una pena que fluctúa entre 36 (3 años) y 96 meses de prisión (8 años),
tativa de homicidio simple, cuya pena mínima es de 13 y la máxima de 25 una multa de 50 a 200 salarios mínimos legales mensuales e inhabilitación
años de prisión, la escala punitiva se contabilizará entre 78 (la mitad del mí- de 60 a 96 meses, al sujeto activo no calificado que concurre con él en la
nimo, esto es, 13 años x 12 meses: 156) y 225 meses de prisión (las tres cuartas realización de la conducta típica se le impondrá una sanción disminuida en
partes del máximo, o sea, 25 años x 12: 300). Dentro de esa escala, pues, se la cuarta parte: 27 a 72 meses de prisión; 37,5 a 140 salarios mínimos de multa
debe imponer la pena en concreto acudiendo a las pautas de los incisos 3 o y y 45 a 72 meses de inhabilitación.
4o del artículo 61, sin olvidar que la tasación en la tentativa (que puede ser — El exceso en las causales de justificación {artículo 32, numeral 7,
acabada o inacabada) se debe llevar a cabo según el mayor o el menor grado inciso 2a). Si aconteciere, así mismo, que el autor de la conducta típica y an-
de aproximación al momento consumativo. tijurídica obrase dentro de una situación de exceso en las causales de justi-
ficación, también se le disminuirá la sanción aplicable: "incurrirá en' una pena
Ahora bien, si se trata de una tentativa desistida malograda propia —re- no menor de la sexta parte del mínimo ni mayor de la mitad del máximo de
cuérdese que la impropia es impune, salvo que haya delito remanente—, se la señalada para la respectiva conducta punible". Por ejemplo: quien le da
le debe imponer la atenuante del inciso2°: "incurrirá en pena no menor de la muerte a otro excediéndose en el ejercicio de la legítima defensa (confrón-
tercera parte del mínimo ni mayor de las dos terceras partes del máximo de tese, artículos 32, numerales 6 y 7, inciso 2o, y 103), sin que concurra nin-
la señalada para su consumación ". Así pues, en el ejemplo que se ha indi- guna situación adicional de modificación de la punibilidad, incurre en una
cado, el agente se hará acreedor a un mínimo de 52 (la tercera parte de 13 pena de 156 (13 años) a 300 meses de prisión (25 años), disminuida en las
años: 156 meses) y a un máximo de 200 meses de prisión (las dos terceras proporciones indicadas, así: mínimo 26 (156 x 1/6) y máximo 150 meses de
partes de 25 años: 300 meses). prisión (300 x 1/2).
562 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 563

— El error de prohibición vencible {artículo 32, numeral 11). De igual la condición de que no se presente ninguna de las situaciones examinadas en
forma, cuando el agente obrare dentro de un error de prohibición vencible el primer nivel. Obviamente, obsérvese, las proporciones indicadas para estas
en una cualquiera de las modalidades previstas en el numeral citado, "la pena figuras son las mismas que han sido previstas para el exceso en la legítima
se rebajará en la mitad"; obvio es recordarlo, ese monto se aplica tanto al mí- defensa.
nimo como al máximo. Así las cosas, si el agente, al realizar una conducta 3. La concurrencia de causales genéricas. No ha previsto el legislador
de contaminación incurre en un*error vencible de prohibición, la pena seña- —¡y era necesario hacerlo!— qué debe hacerse cuando en un caso concreto
lada en el artículo 332, inciso Io, se rebajará en dicha proporción, así: pri- concurren dos o más causas genéricas de agravación y de atenuación distin-
sión de 18 a 36 meses (1/2 de 36 a 72 meses: 3 a seis años) y multa de 50 a tas de las del segundo nivel; en otras palabras: qué debe hacerse cuando con-
12.500 salarios mínimos legales mensuales (la mitad de 100 a 25.000 sala- curren causales de agravación y de atenuación al mismo tiempo, o cuando
rios mínimos legales mensuales). Dentro de esa escala punitiva, pues, se debe se presentan las dos de agravación y varias de atenuación en un caso concreto.
mover el funcionario judicial, siempre y cuando no se tenga que acudir a la Desde luego, si convergen las genéricas en un caso concreto —por ejem-
primera escala de individualización. plo, en un concurso real o material una de las conductas es un delito masa o
— La realización de la conducta por la influencia de apremiantes si- es un delito continuado—, no parece haber dificultad, puesto que en estos
tuaciones de marginalidad, ignorancia o pobreza extrema {artículo 56). Es casos el legislador ha tenido el cuidado de disponer que la dosificación se
este otro caso en el que se prevé una disminución del marco punitivo origi- haga, de manera independiente, para cada una: "debidamente dosificadas
nario, con la condición de que las tres situaciones no tengan entidad suficiente cada una de ellas". Si la coincidencia se presenta entre las causales de agra-
para excluir la responsabilidad y de que exista una relación de causalidad vación y las de atenuación, como ya se dijo al comienzo de este acápite, se
directa entre la ejecución del actuar y la respectiva figura; en efecto, el agen- aplican primero las agravantes y luego las atenuantes, lo mismo que sucede
te "incurrirá en pena no mayor de la mitad del máximo, ni menor de la sexta en la parte especial, aunque se ha debido prever la posibilidad de que ellas
parte del mínimo de la señalada en la respectiva disposición". De esta ma- se anulen o compensen en ciertos casos, tal como hacen algunos modelos le-
nera, para volver sobre el ejemplo planteado con ocasión del error de prohi- gales comparados.
bición —sin que sea descartable la concurrencia de las dos causales de ate- Así mismo, si se acumulan varias causales de atenuación (por ejemplo,
nuación—, si el autor del delito de contaminación (confróntese, artículo 332, una tentativa y un estado de ira; o una tentativa y una complicidad, etc.), lo
inciso Io) no obró en una situación de error vencible de prohibición, pero las procedente es deducir cada una de las cuantías involucradas y de allí se in-
condiciones de marginalidad lo llevan a realizar la conducta punible, la pena ferirá la proporción en la que se hace la disminución correspondiente, pero
se individualizará como sigue: la prisión de tres a seis años se tasará entre un se advierte que se debe observar un orden lógico: primero las situaciones ati-
mínimo de 6 meses (1/6 de 36 meses) y a un máximo de 36 meses (la 1/2 de nentes a la tipicidad, luego las de la antijuridicidad y las de la culpabilidad,
72 meses); y la de multa de 100 a 25.000 salarios mínimos legales mensua- etcétera.
les se fijará entre 16,66 (la 1/6 parte del mínimo) y 12.500 (la 1/2 del máximo). c) Las reglas para la determinación de los límites
— La ira o el intenso dolor {artículo 57). Finalmente, el legislador ha
previsto otras dos situaciones en las que procede la disminución: el estado Como producto del postulado de razonabilidadya. examinado, el artícu-
de ira y el intenso dolor; en ambos casos, con la condición de que medie un lo 60 señala cinco pautas que deben ser tenidas en cuenta por el juzgador a
comportamiento ajeno, grave e injusto, la sanción imponible será "no me- la hora de determinar el marco penal abstracto, sea que se trate de las penas
nor de la sexta parte del mínimo ni mayor de la mitad del máximo de la seña- señaladas en las normas previstas en la parte especial, sea que se aluda a las
lada en la respectiva disposición". Por ejemplo, quien realice un homicidio circunstancias genéricas de agravación o de atenuación de la parte general,
simple (confróntese, artículo 103) en estado de ira —obviamente, se alude al que señalan límites determinados. Las reglas son las siguientes:
del artículo 57, no al contemplado en el artículo 55, numeral 3, que apenas per- 1. La modificación en una proporción determinada. En efecto, se pre-
mite la imposición de la pena dentro del cuarto mínimo, hablando del segundo vé el cambio {para atenuar o agravar) en una proporción determinada, caso
nivel del modelo adoptado— se hará acreedor a una pena de 156 (13 años) en el que se aplica la regla primera del artículo 60: "Si la pena se aumenta o
a 300 meses de prisión (25 años), disminuida en hs proporciones indicadas, disminuye en una proporción determinada, esta se aplicará al mínimo y al
así: mínimo 26 (156 x 1/6) y máximo 150 meses de prisión (300 x 1/2), con máximo de la infracción básica".
564 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 565

Se presentan, así, dos posibilidades distintas, con lo que se tiene una do- de mover"; desde luego, se dice que debe hacerlo, "en concreto", porque se ¿
ble regla: Una, es posible que la pena se disminuya en una proporción de- le debe dar aplicación al artículo 61. •
terminada como sucede, por ejemplo, en el artículo 401, inciso I o —igual 3. La modificación para disminuir hasta en una proporción determi- .
acontece en los incisos 2o y 3 o de dicho artículo— en los casos de peculado, nada. Así mismo, consagra la ley el camino para disminuir la pena hasta
cuando el agente —por sí mismo o por interpuesta persona—, antes de ini- en una proporción determinada, casos en los que rige la tercera regla de la
ciarse la investigación, hace cesar el mal uso, repara lo dañado, o reintegra disposición: "3. Si la pena se disminuye hasta en una proporción, esta se apli-
lo apropiado, perdido o extraviado, o su valor, situación en la cual se hace cará al mínimo de la infracción básica". Así sucede, por ejemplo, en la hi-
acreedor a la atenuante: "la pena se disminuirá en la mitad"; así las cosas, por pótesis prevista en el parágrafo del artículo 263, según el cual el mínimo de
ejemplo, en el caso del artículo 98, el mínimo de la nueva escala penal será dos años señalado en el inciso I o (24 meses) se puede disminuir, en concre-
de seis meses (la mitad de un año), y el máximo, de 24 meses (dos años, la to, en una proporción que fluctúa entre un día y 16 meses de pena privativa
mitad de cuatro años). de la libertad (dos terceras partes de 24 meses); lo mismo es predicable en
Así mismo, es viable que la pena se aumente en una proporción deter- el caso de la multa.
minada como acontece, verbi gratia, en el inciso 2 o del artículo 312, dispo- 4. La modificación para aumentar en dos proporciones determinadas.
sición según la cual la pena prevista para el ejercicio ilícito de actividad mo- Se prevén, además, casos en los cuales la pena se aumenta o se disminuye
nopolística de arbitrio rentístico, se "aumentará en una tercera parte" cuando en dos proporciones fijas aplicables tanto a los mínimos como a los máxi-
la conducta sea cometida por un particular que actúe como concesionario, mos, acorde con la regla cuarta del artículo 60: "4. Si la pena se aumenta en
representante legal o empresario legalmente autorizado, con lo que los cin- dos proporciones, la menor se aplicará al mínimo y la mayor al máximo de la
co años del inciso I o (60 meses) se convertirán en un máximo de 80 meses infracción básica". Si, por ejemplo, el agente incurre en la conducta de hurto
de prisión, para poner el ejemplo con la pena privativa de libertad, puesto que prevista en el inciso I o del artículo 239 (que tiene un mínimo de dos años, 24
similar consideración cabría con la pena de multa allí prevista. meses, y un máximo de seis, 72 meses), y el valor de lo apropiado fuere su-
perior a 100 salarios mínimos legales mensuales vigentes (artículo 267), la
En ambos casos, pues, las proporciones 1/2 y 1/3 se aplican, respecti- pena se aumentará "de una tercera parte a la mitad"; esto es, el nuevo míni-
vamente, al mínimo y al máximo correspondiente. mo será de 32 meses (la tercera parte), y el máximo, de 108 meses de prisión
2. La modificación para aumentar hasta en una proporción determi- (la mitad), que es la nueva escala punitiva de la que se debe partir para poder
nada. También regula la ley el cambio para aumentar la pena hasta en una darle aplicación a lo previsto en el artículo 61 que, recuérdese, solo tiene ca-
proporción determinada, casos en los que rige la segunda regla de la dispo- bida cuando se ha "efectuado el procedimiento anterior".
sición: "2. Si la pena se aumenta hasta en una proporción, esta se aplicará al 5. La modificación para disminuir en dos proporciones determinadas.
máximo de la infracción básica". Esto sucede, justamente, con las circuns- Se consagran, además, situaciones en las que la pena se disminuye en dos
tancias de agravación punitiva que prevé el artículo 415 del Código Penal proporciones fijas aplicables tanto a los mínimos como a los máximos, como
en materia de prevaricato, cuando dispone que "las penas establecidas en los indica el artículo 60.5: "Si la pena se disminuye en dos proporciones, la mayor
artículos anteriores se aumentarán hasta en una tercera parte" cuando las se aplicará al mínimo y la menor al máximo de la infracción básica". Así las
conductas se realicen en cualquiera de las situaciones allí previstas (actua- cosas, verbi gratia, para ocuparnos de nuevo en el delito de hurto simple del
ciones judiciales o administrativas que se adelanten con ocasión de cualquiera artículo 239, inciso Io, si esa conducta se cometiere sobre una cosa cuyo va-
de los delitos allí consagrados, estimados por el legislador como de mayor lor fuere inferior a un salario mínimo legal mensual, la pena respectiva se dis-
gravedad). minuirá "de una tercera parte a la mitad" (artículo 268), y quedará el míni-
Así las cosas, la pena mínima sigue siendo la misma: por ejemplo, pri- mo de 24 meses de prisión en 12 (la mitad del mínimo inicial), y el máximo
sión de tres años en el caso del artículo 413, pero el máximo será el resultan- de 72, en 48 (la tercera parte del máximo primigenio).
te de añadirle al monto de ocho años allí previsto una proporción que fluc- Una observación final: si bien es cierto que los ejemplos anteriores co-
tuará desde un día hasta 32 meses más de pena (esto es, hasta en la tercera rresponden a la parte especial, nada impediría hacer los ejercicios propues-
parte), de donde surge un nuevo marco que el juez tendrá que determinar en tos teniendo como punto de partida las escalas punitivas señaladas en la parte
concreto, esto es, fijando "los límites mínimos y máximos en los que se ha general cuando se presentan ciertas agravantes o atenuantes.
566 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 567

B) El segundo nivel: la averiguación del marco penal concreto construcción— el sentenciador está obligado a precisar cuatro espacios (ver- *
dadera línea con cuatro segmentos) dentro de los que debe moverse para de- J
Sin duda, en armonía con la postura ya asumida, en esta escala de la teo- terminar la graduación punitiva correspondiente, que designa con el nom- j
ría de la medición de la pena no puede hablarse todavía de su individualiza- bre de "cuartos": el mínimo, el primer medio, el segundo medio y el máximo;
ción judicial, sino de la legal (de la criminalización primaria); así se infiere obviamente, la ubicación dentro de los respectivos espacios o segmentos pu-
de los primeros incisos de los artículos 60 —según el cual, antes de aplicar
nitivos dependerá de la presencia, en cada caso concreto, de alguna o algu-
la que se puede denominar como ley de los cuartos, se deben "fijar, en pri-
nas de las "circunstancias" de atenuación o de agravación previstas en los
mer término, los límites mínimos y máximos en los que se ha de mover" el
juzgador— y 61 —que, al ocuparse en los "fundamentos para la individua- artículos 55 y 58.
lización de la pena", advierte, de manera perentoria, que ello procede "efec- Como ha sido concebido, el cuarto mínimo está destinado a aquellas con-
tuado el procedimiento anterior..."—. Con tales cometidos, el codificador ductas punibles que no presentaren "circunstancias" de atenuación o de agra-
señala marcos precisos dentro de los que debe actuar el juez y que son con- vación, o que solo estén acompañadas de alguna o algunas de atenuación; con
creción de los principios de proporcionalidad y de razonabilidad: "... el sen- ello se equiparan, desde el punto de vista punitivo, dos situaciones bien dis-
tenciador dividirá el ámbito punitivo de movilidad previsto en la ley en cuar- tintas.
tos: uno mínimo, dos medios y uno máximo. Naturalmente, ello es susceptible de reproches: por un lado, tal equipa-
"El sentenciador solo podrá moverse dentro del cuarto mínimo cuando ración desconoce el andamiaje plasmado por el legislador en el titulo i, des-
no existan atenuantes ni agravantes o concurran únicamente circunstancias tinado a las normas rectoras, de tal manera que se resquebrajan principios
de atenuación punitiva, dentro de los cuartos medios cuando concurran cir- tan caros al constituyente y al legislador como los de dignidad de la persona
cunstancias de atenuación y de agravación punitiva, y dentro del cuarto humana, necesidad, proporcionalidad, razonabilidad, lesividad, culpabilidad
máximo cuando únicamente concurran circunstancias de agravación puni- e igualdad, entre otros, al tenor de los que no es posible —desde el punto de
tiva" (confróntese, artículo 61, incisos I o y 2o). vista juridicopenal y politicocriminal— tratar con el mismo rasero punitivo
Por supuesto, teniendo presente el inciso 2 o precitado, cabe preguntar situaciones diferentes. Por otro lado, si se habla de "circunstancias de me-
en primer lugar: ¿a cuáles "circunstancias de atenuación" y de "agravación" nor punibilidad\ la pena señalada para el marco penal concreto se debe dis-
se refiere el codificador, para darle aplicación al sistema de los cuartos? En minuir por debajo de los mínimos, pues no se le puede llamar "menor" a una
otras palabras: cuando el texto legal alude a las "agravantes" y "atenuantes", sanción que queda encerrada dentro de un espacio que se inicia con el míni-
¿alude a todos los casos de las partes general y especial del Código que lle- mo punitivo.
van ese nombre, o se refiere solo a las primeras, o a una parte de ellas? Desde Desde luego, una interpretación lógica —para utilizar la denominación
luego, independientemente de la noción de "circunstancia" que se asuma, acorde con las pautas trazadas en el capítulo sexto— debe llevar necesaria-
puede decirse sobre el interrogante lo siguiente: si se tiene en cuenta que los mente a la siguiente conclusión: el cuarto mínimo debe destinarse a aque-
criterios examinados en esta sede solo operan cuando ya se han aplicado las llos casos en los que no se presentan situaciones de atenuación y, por supuesto,
reglas del artículo 60 —de obligatoria observancia antes de iniciar el proce- tampoco de agravación; si aparecieren casos de "menor punibilidad", la san-
so de individualización en sentido estricto, y, por supuesto, diseñadas para ción se debe disminuir por debajo del mínimo legal teniendo en cuenta los
determinar las respectivas escalas punitivas partiendo de los mínimos y de postulados indicados más arriba, haciendo una tasación racional, coherente,
los máximos consagrados tanto en la parte especial como en la parte gene- equilibrada y debidamente motivada. Solo así, pues, se respeta la seguridad
ral—, se concluye que la disposición no se refiere a todas las "circunstan- jurídica y se le da a la disposición en comento su verdadera dimensión dog-
cias", sino a aquellas para las que no se ha indicado ninguna escala punitiva mática y politicocriminal, según las "normas rectoras" del derecho penal pa-
en particular, esto es, las previstas en los artículos 55 y 58; pues, para ellas, trio; lo demás es predicar un frío y trasnochado positivismo que hace al juez
justamente, se destina el procedimiento de los cuartos, no para aquellas "cir- esclavo de la letra de la ley.
cunstancias" o causales que traen señalado su correspondiente marco puni- Así mismo, los cuartos intermedios (el primer y el segundo cuarto) han
tivo y que, sobra decirlo, no requieren uno nuevo.
sido establecidos para aquellas situaciones en las que concurren de manera
Ahora bien, el texto del inciso 2 o dispone que —dentro del mínimo y el simultánea "circunstancias" de atenuación y de agravación. También esta
máximo, esto es, dentro del marco penal obtenido en el primer nivel de la previsión legal es susceptible de algunos reparos: por un lado, con ella se re-
568 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 569

chaza la posibilidad de que se compensen entre sí las llamadas "circunstan- C) El tercer nivel: la individualización judicial
Ü cias" que dan lugar a una tasación de la pena más benigna en estos casos, lo propiamente dicha
n que no deja de ser inconveniente desde el punto de vista politicocriminal, y
Este escalón de la teoría de la tasación de la pena sitúa al juez o al es-
pone al texto legal a espaldas de algunos modelos legales contemporáneos
tudioso, sin duda, en el marco propiamente dicho de la determinación judi-
que así lo prevén; y, del otro, nuevamente, no deja de ser discutible desde la
cial de la pena en sentido estricto —la llamada criminalización secundaria—,
perspectiva constitucional y legal (confróntese, Código Penal, título i), que
ya no en el de la determinación legal.
se pongan en un mismo pie de igualdad situaciones completamente disími-
les: por ejemplo, tres agravantes y una atenuante, o una agravante y tres ate- a) Apuntes generales
nuantes.
Ahora bien, si se parte del presupuesto de que el legislador le asigna a
Sobre la segunda crítica podría objetarse, sin embargo, que ese marco
la pena en sentido amplio unas "funciones" —entiéndase finalidades— pre-
penal —el más amplio de los cuatro— se debe utilizar teniendo en cuenta
cisadas en los artículos 4 o y 5o, parece obvio concluir que las pautas de ta-
todos los axiomas que inspiran la individualización de la pena, además de
sación punitiva deben interpretarse en armonía con el carácter teleológico
los criterios del artículo 61, inciso 3 o , que son desarrollos suyos, con lo que
otorgado por el legislador a la sanción penal y los demás principios funda-
no es lo mismo acudir al primer cuarto medio que al segundo. Así, por ejem-
mentales del derecho represor ya mencionados, dentro de un modelo legal
plo, si se tratare de una conducta típica, antijurídica y culpable de homicidio
simple, sancionada en la ley con una pena de 13 a 25 años de prisión (con- que puede ser calificado de mixto. Así se infiere del contenido de los inci-
fróntese, artículo 103), en la que confluyen las situaciones de los numerales sos 3 o y 4o del artículo 61, que es bueno transcribir para su estudio: "Esta-
1 del artículo 55 y 9 y 10 del artículo 58, se debe dividir el marco punitivo blecido el cuarto o cuartos dentro del que deberá determinarse la pena, el
correspondiente —que fluctúa entre el mínimo de trece y el máximo de sentenciador la impondrá ponderando los siguientes aspectos: la mayor o me-
veinticinco años de prisión, sin que en el ejemplo sea necesario convertir los nor gravedad de la conducta, el daño real o potencial creado, la naturaleza
años en meses o en días— en cuatro escalas regladas o cuartos: el mínimo, de las causales que agraven o atenúen la punibilidad, la intensidad del dolo,
de 13 a 16; el primer cuarto medio, de 16 a 19; el segundo cuarto medio, de la preterintención o la culpa concurrentes, la necesidad de pena y la función
19 a 22; y el máximo, de 22 a 25 años de prisión. Ahora bien, como en la hi- que ella ha de cumplir en el caso concreto". Además de los fundamentos se-
pótesis propuesta coinciden atenuantes y agravantes, debe aplicarse la regla ñalados en el inciso anterior, para determinar la pena, "en la tentativa se ten-
contenida en el inciso 2o del artículo 61, pues el juez debe operar "... dentro drá en cuenta el mayor o menor grado de aproximación al momento consu-
de los cuartos medios cuando concurran circunstancias de atenuación y de mativo y en la complicidad el mayor o menor grado de eficacia de la
agravación punitiva"; de esta manera, entonces, el nuevo marco punitivo contribución o ayuda".
fluctúa entre un mínimo de 16 y un máximo de 22 años de prisión. Dentro Al lado del texto anterior se debe tener, necesariamente, en cuenta el ar-
de esta escala tiene que actuar el operador judicial para darle aplicación a lo tículo 12, inciso Io, del Código Penal: "Culpabilidad. Solo se podrá impo-
dispuesto en el inciso 3 o del artículo 61: partiendo, como es obvio, del mí- ner penas por conductas realizadas con culpabilidad".
nimo imponible que será de 16 años de prisión, y con la advertencia de que De los textos en mención se desprende, sin duda, que son dos los cri-
el mayor o menor incremento dependerá de los diversos factores contenidos terios básicos de tasación de la pena, entendido el concepto en un sentido
en esta última disposición. estricto: el grado o magnitud del injusto y el grado o magnitud de la culpa-
En fin, el cuarto máximo solo opera cuando se presentaren circunstan- bilidad, los que son manifestaciones —respectivamente— de los principios
cias de agravación (confróntese, artículo 58) —¡téngase en cuenta que la ley de lesividad o de protección de bienes jurídicos y de culpabilidad y, por con-
emplea la expresión "circunstancias", en plural, como dando a entender que siguiente, del axioma del acto o del hecho; por supuesto, esto no descarta el
se exigen varias, no una sola!—, con lo que la ley penal se vuelve sumamen- empleo de finalidades preventivas (para el caso la prevención especial po-
te severa y represiva en estos casos; esa gravedad es aún mayor cuando se sitiva, que habrá de entenderse siempre en el sentido de no desocialización
tiene en cuenta el número desaforado de situaciones que tienen ese efecto de del reo) que, como se verá luego, también tienen amplia cabida cuando se
mayor incremento punitivo: un total de dieciséis, aunque a veces un solo trata de examinar la individualización o determinación de la pena en sentido
numeral reúne varias. amplio.
570 MANUAL DE DERECHO PENAL
LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 571

No debe perderse de vista que el proceso de medición judicial de la pena bilidad propiamente dichas —obviamente, alude a las plasmadas en los ar-
no constituye un acto discrecional o caprichoso del juez, sino que es un pro- tículos 55 y 58—, sino atender a su "naturaleza". En otras palabras: se debe
cedimiento reglado jurídicamente, que debe ser debidamente razonado y mo- precisar la razón de ser de cada una de esas situaciones, su esencia, su sus-
tivado, sometido en todo caso a una serie de postulados que tienen rango cons- tancia, las características que le son inherentes, su origen, su especie, géne-
titucional, de donde se infiere que la decisión judicial que lo contiene debe ro o clase, es decir, la índole de cada una de ellas.
ser objeto de revisión y control por parte del superior jerárquico y los res- Así, pues, en primer lugar, la tarea judicial debe estar enderezada a de-
pectivos órganos de control. Por supuesto, para que el proceso de medición terminar si las situaciones concurrentes son de mayor o menor punibilidad,
de la pena se lleve a cabo con verdadera amplitud y esté rodeado de garan- si se presentan en número singular o plural, o si quizá son de la misma clase;
tías, se requiere no solo de pautas claras en la ley —llamadas a fortalecer la obviamente, esta tarea es trascendental porque de ella depende la determi-
colaboración entre el juez y el legislador en este ámbito—, sino también de nación de la escala en la que se deba situar el juez a la hora de señalar la pena
funcionarios capaces y preparados, siempre prestos a garantizar un procedi- que, en concreto, proceda. Por supuesto, la emisión de dicho juicio —que
miento justo y racional. Ahora bien, mirados cada uno de esos patrones, se puede traducirse en una valoración sobre cualquiera de los niveles de la teoría
tiene lo siguiente. de la conducta punible, pues los eventos contenidos en los artículos 55 y 58
se refieren a todos ellos— debe ser muy cuidadosa y ponderada, para evitar
b) Los criterios de determinación
análisis equivocados que conduzcan a tasaciones incorrectas de la pena, que
Acorde con el texto legal ya transcrito —que se debe entender en armo- pongan en peligro la seguridad jurídica. Expresado de otra forma: solo una
nía con la norma rectora consignada en el artículo 12 del Código Penal—, verdadera dogmática de la tasación de la pena puede impedir que dicha misión
las pautas que debe tener en cuenta el funcionario judicial para cumplir con se convierta en un desastre sistemático y arrase con los principios ya exami-
la susodicha tarea, son las examinadas a continuación: nados. No es, entonces, lo mismo estimar procedente la deducción de una
1. La "mayor o menor gravedad de la conducta'. Sin duda, la referen- situación de agravación, que desecharla; concebir la concurrencia de "cir-
cia legal a la gravedad de la conducta toca de lleno con la magnitud o grado cunstancias" de agravación y de atenuación al mismo tiempo, o no hacerlo;
del injusto, porque para el legislador, para poner un ejemplo corriente, no es o, en fin, estimar procedentes solo situaciones en las que se produce un in-
lo mismo realizar una conducta de genocidio (confróntese, artículo 101) que cremento punitivo.
llevar a cabo un comportamiento de hurto en cuantía menor (confróntese, En segundo lugar, el analista o juzgador debe precisar si se refieren al
artículo 239, inciso 2o); se tiene en cuenta, pues, la mayor o menor afecta- injusto, a la culpabilidad o a la punibilidad, lo que es también de trascenden-
ción sufrida por el bien jurídico, sea que ella se haya traducido en verdadera cia, porque, como ya se insinuó, existen dos maneras diferentes de abordar
lesión o en mera amenaza efectiva (confróntese, artículo 11). En otras pala- el concepto de "circunstancia" —que en sentido amplio denomina la propia
bras: la fórmula en análisis es consecuencia directa de la asunción del postu- ley como "causales", en el artículo 61, inciso 3 o —. En un sentido estricto,
lado de protección de bienes jurídicos o de lesividad en el campo de la tasa- se emplea tal locución para designar las situaciones atinentes a la culpabili-
ción de la pena (confróntese, Código Penal, artículos 3 o y 11), ya desarrollado; dad y a la punibilidad y no las referidas al injusto que, en cualquier caso, sea
y, por supuesto, es clara expresión del axioma del acto o del hecho, que es que se encuentren en la parte general o en la especial, siempre se conciben
pilar insustituible del derecho penal vigente. como elementos integrantes del supuesto de hecho o tipo; así mismo, en un
2. "El daño real o potencial creado". Así mismo, la alusión legal al sentido amplio se designa con tal nombre toda situación o particularidad pre-
"daño" no es otra cosa que una reiteración de lo que se ha dicho con ocasión vista por el legislador que se hallare alrededor del tipo penal básico o figura
del análisis de la pauta anterior; se trata, pues, de una repetición conceptual típica (circum-stare, 'estar alrededor de'), sea en la parte general (véanse ar-
innecesaria que solo busca poner énfasis en la amenaza efectiva o en la afec- tículos 55 y 58) o en la especial [por ejemplo, en los artículos 104,110,119,
tación del bien jurídico protegido, esto es, en la magnitud del injusto como 121, 124, 129, 130, 140, 166, 167, 170 (en concordancia con la ley 733 de
pauta de individualización de la pena. 2002, artículo 3o), 171,179,181,183,185,211,216,223,234,240,241 (en
3. La "naturaleza de las causales que agraven o atenúen lapunibili- armonía con la ley 782 de 2002, artículo 44, modificatorio del numeral 14),
dad\ De la redacción legal se desprende, sin duda, que el codificador no dis- 245 (de conformidad con la ley 733 de 2002, artículo 6o), 247,266 a 268,290,
pone tener en cuenta las causales de incremento o disminución de la puni- 324,342,344, 365,384,438,443,451,473, entre otros]. Incluso, acogien-
572 MANUAL DE DERECHO PENAL L A DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 573

do modelos propios de la doctrina italiana, algunos optan por una solución sición distinguida: infracción a los deberes), 10 (coparticipación criminal,
intermedia para la que solo son "circunstancias" las consignadas en la parte empleada la expresión en un sentido amplio), 12 (calidades del sujeto pasivo),
general —para el caso las de los artículos 55 a 58— mas no las de la parte es- 13 (calidades del autor: privado de la libertad), todas ellas del artículo 58.
pecial que, en el caso colombiano, ya han sido tenidas en cuenta dentro del A su vez, aluden a fenómenos propios de la culpabilidad —esto es, tocan
respectivo marco punitivo. con la gravedad de la culpabilidad— las consignadas en los numerales 3, 9
Considerada la actual redacción legal es claro que solo se puede asu- (situaciones de imputabilidad disminuida) y 8 (no exigibilidad de otra con-
mir una concepción estricta de "circunstancia", si se tiene en cuenta que el ducta) del artículo 55.
artículo 62 en su inciso I o únicamente se refiere a la comunicabilidad de las Y, finalmente, hacen referencia a aspectos anteriores o posteriores a la
atinentes a la responsabilidad —por ende, las que comprenden las relacio- realización de la conducta punible, esto es, se refieren a los cometidos de pre-
nadas con la culpabilidad y con la punibilidad—, mas no a las que tienen que vención especial positiva, las siguientes: los numerales 1 ("carencia de an-
ver con el injusto: "Las circunstancias agravantes o atenuantes de carácter tecedentes penales" como situación previa a la comisión de la conducta), 5
personal... solo serán tenidas en cuenta para agravar o atenuar la respon- (reparación y el arrepentimiento con posterioridad al hecho), 6 (reparación
sabilidad de aquellos que las hayan conocido'"', por supuesto, también se de los daños) y 7 (arrepentimiento) del artículo 55.
refiere a ellas el inciso 2o de la disposición: "las circunstancias agravantes En tercer lugar, el mandato contenido en el artículo 61, inciso 3 o , en el
o atenuantes", atinentes a "la responsabilidad"; se descarta, pues, de plano sentido de que se debe tener en cuenta la "naturaleza" de las susodichas si-
la posibilidad de asumir una noción amplia en esta materia. tuaciones, obliga al juzgador a acatar el principio de la inherencia o prohi-
Este entendimiento del asunto se refuerza aún más con lo dispuesto por bición de la doble valoración, según el cual no se pueden tomar en conside-
el inciso 3 o en examen, cuando afirma que se debe tener en cuenta como cri- ración aquellas "circunstancias" de mayor o de menor punibilidad que ya han
terio de individualización el que toca con "la naturaleza de las causales que sido previstas como tales al redactar la respectiva norma penal —lo que
agraven o atenúen la punibilidad", y que comprende dentro de la expresión entrañaría, además, tener en cuenta consideraciones propias de la prevención
amplia de "causales" todos aquellos casos previstos en los artículos 55 y 58, general positiva y negativa al momento de individualizar la pena en el caso
sea que aludan a la magnitud del injusto, o sea que lo hagan al grado de concreto, prohibidas constitucional y legalmente—, trátese de un supuesto
culpabilidad o a la punibilidad (la "responsabilidad") que, como ya se ha di- de hecho básico (piénsese, por ejemplo, en la calidad de servidor público
cho, son las verdaderas circunstancias objeto de la fórmula de comunicabi- prevista en el artículo 397, inciso Io, cuando describe el tipo de peculado por
lidad del artículo 62. apropiación, elemento que no puede ser tenido de nuevo en cuenta como
Sea lo que fuere, independientemente de cuál solución se adopte, es expresamente lo dispone el numeral 12 del artículo 58) o de uno complemen-
bueno precisar que los casos contenidos en los artículos 55 y 58 reiteran los tado agravado o atenuado (verbi gratia: si se comete un homicidio "valién-
dos criterios de tasación de la pena hasta ahora examinados: el grado o mag- dose de la actividad de un inimputable", al tenor de lo dispuesto en el artícu-
nitud del injusto (por mayor desvalor de acción o de resultado) y el grado o lo 104, numeral 5, no se puede tener en cuenta el numeral 11 del artículo 58:
magnitud de la culpabilidad, aunque algunos de ellos aluden a situaciones "ejecutar la conducta punible valiéndose de un inimputable").
que no tienen ningún vínculo con ambas pautas, por tratarse de factores pre- Es de tal trascendencia la observancia del apotegma en examen que,
vios o posteriores a la conducta punible misma y que tocan con la prevención tanto al iniciar la redacción del artículo 55 como la del artículo 58, el legisla-
especial positiva como cometido de la sanción penal, esto es, de no desocia- dor expresamente lo ha consignado utilizando expresiones que no dejan nin-
lizar al reo. guna duda al respecto: "son circunstancias de menor punibilidad, siempre que
Así las cosas, hacen referencia a la gravedad del injusto las situaciones no hayan sido previstas de otra manera..." y "son circunstancias de mayor
—que con un entendimiento estricto de la noción de circunstancia terminan punibilidad, siempre que no hayan sido previstas de otra manera". Es más,
siendo meros elementos típicos— contempladas en los numerales 2 y 4 del al redactar algunas de esas situaciones, expresamente se reitera la observan-
artículo 55, junto con los numerales 2 y 3 del artículo 58 (motivos, móviles, cia del postulado de la inherencia como, según ya se mostró, sucede en el
o finalidades específicas que guían al autor); 1 (objeto de la acción), 4,5,11, numeral 12 del artículo 58:"... salvo que tal calidad haya sido prevista como
I 15 (medios comisivos), 6, 14 (consecuencias y resultados de la conducta), elemento o circunstancia del tipo penal"; en este texto, obsérvese, se emplea
7 (infracción de deberes), 8 (aumento del sufrimiento de la víctima), 9 (la PO- otra expresión como sinónima de "circunstancia" y de "causal": "elemento".
574 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 575

En síntesis, pues, cuando el legislador plasma el tercer criterio de indi- mente, si se aceptara este punto de partida, debería concluirse que el legis-
vidualización de la pena, no hace cosa distinta que reiterar la necesidad de lador no parte del concepto tradicional de culpabilidad, sino que demanda-
acudir a la magnitud del injusto y a la magnitud de la culpabilidad, como ría uno en el que se tendrían en cuenta necesidades preventivas, en el marco
pautas que se han de tener en cuenta en este ámbito; sin embargo, cuando tiene de una determinada visión politicocriminal, lo que parece ser un denominador
en cuenta factores anteriores y posteriores a la realización de la conducta pu- común en la doctrina contemporánea. No obstante, esta postura también debe
nible (artículo 55, numerales 1,5,6 y 7), les da cabida a consideraciones de rechazarse de lege data porque, como ya se dijo —salvados ciertos y deter-
tipo preventivo-especial positivo, en cuanto a que la pena no persigue la des- minados casos—, el propio legislador desecha tal posibilidad al momento de
ocialización del reo, sino su mejora, su rehabilitación, su resocialización, lo tasar la pena en un sentido estricto —lo que no impide que ello suceda en un
que encaja perfectamente con el contenido del artículo 12 de la Carta Fun- sentido amplio—, como se infiere con toda claridad de lo dispuesto en el
damental. inciso 2 o del artículo 4 o a cuyo tenor recuérdese, ello solo se puede hacer: "en
4. "La intensidad del dolo, lapreterintención o la culpa concurrentes". el momento de la ejecución de la pena de prisión". Por supuesto, esta dis-
Puesto que el texto legal concibe el dolo, la culpa y la preterintención como posición no impediría utilizar tales criterios cuando se tratare de otra moda-
modalidades de conducta punible (confróntese, artículo 21), con lo que el con- lidad de pena distinta de la privativa de la libertad, como en la pecuniaria;
tenido de la voluntad del agente forma parte de la acción y no de la culpabi- pero, de todos modos, la concepción roxiniana no tiene aquí cabida.
lidad, como creen las concepciones causalistas (confróntese, artículos 22 a Así mismo, en tercer lugar, podría significar que la "necesidad de pena"
24), la referencia a la "intensidad" de aquellas no es otra cosa que la expre- se debe entender en el marco de la prevención general. Ante la negativa, no
sión del grado de injusto como criterio que emerge de los postulados del acto parece viable por las desastrosas consecuencias que ello tendría en el campo
y de lesividad, ya examinados, con lo que el legislador insiste —una vez de la seguridad jurídica, al tornarse la imposición de la sanción en un esce-
más— en que la susodicha pauta es fundamental a la hora de individualizar nario propio para el terror estatal, por ende inconstitucional, amén de que em-
la pena. Desde luego, para quienes asuman una construcción según la cual píricamente no es demostrable; y ante Imposturas positivas, sería necesario
el dolo y la culpa son formas o especies de culpabilidad, esta referencia toca asumir concepciones como aquellas que —al estilo de la de G. JAKOBS—, en
de lleno con tal categoría dogmática y, por ende, con el criterio del grado de el marco de un funcionalismo radical, demandan la "fidelidad al derecho"
culpabilidad, otra de las pautas de determinación de la sanción penal, como como punto de partida de la tarea de imposición del castigo, que son suscep-
ya se ha dicho (Código Penal, artículo 12, inciso Io). tibles de las mismas críticas: son inconstitucionales y no son verificables
5. La necesidad de pena. Sin duda, esta pauta de individualización está empíricamente. Desde luego, como el legislador, se repite, adopta una pos-
llamada a generar confusas interpretaciones, pues no se trata de un criterio tura mixta en esta materia, ninguna de esas tesis tiene apoyo en la ley.
pacífico en la discusión actual; así las cosas, es prudente examinar algunas Así las cosas, la expresión "necesidad de pena" (distinta del merecimien-
posturas contemporáneas al respecto, que deben ser descartadas. to de pena) hace alusión di principio de necesidad de intervención o de ne-
En efecto, en primer lugar —mirado el asunto de le ge ferenda—, po- cesidad como límite al ejercicio del ius puniendi del Estado, acorde con el
dría entenderse que la susodicha referencia legal se refiere a la concepción cual la injerencia penal y la consiguiente imposición del castigo solo se jus-
minimalista abanderada por L. FERRAJOLI, acorde con la cual la sanción pe- tifica allí donde la intervención punitiva sea indispensable para mantener la
nal tiene un doble cometido preventivo general negativo a partir de los dos organización política dentro de los linderos propios de una concepción de-
fines centrales del derecho penal: la prevención general de los delitos y la mocrática; no se trata, pues, de un nuevo criterio de determinación judicial
prevención general de las penas arbitrarias y desproporcionadas; no obstante, sino de la equívoca repetición de uno de los postulados que informa este pro-
este planteamiento profundamente garantista —perfectamente compartible ceso, ya consignado en el artículo 3 o del Código Penal.
de lege ferenda— no parece tener total eco en el derecho positivo, atendidas Por supuesto, cuando la propia ley penal advierte que este axioma se en-
la mixtura de "funciones" que el Código Penal le asigna a la sanción y la feroci- tenderá "en el marco de la prevención" (confróntese, artículo 3 o , inciso 2o),
dad punitiva observada cuando se introduce la sanción privativa de la libertad. no dispone que se le debe dar cabida de manera preponderante a la prevención
En segundo lugar, podría significar—si se acepta, por ejemplo, la cons- especial en el ámbito de la imposición de la pena, en sentido estricto —aun-
trucción de C. ROXIN— que se reclama la utilización de criterios preventivos que, tanto en materia de medidas de seguridad como en algunos casos en los que
(generales y especiales) en la labor de individualización de la pena; obvia- se tienen en cuenta situaciones predelictivas y postdelictivas, se debe llegar
576 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 577

a otra conclusión—, pues tal finalidad opera básicamente en el campo de la vidualización en un sentido amplio (etapa de la imposición de la pena), al
ejecución de la sanción privativa de libertad de prisión (véase artículo 4o, tornarse en realidad el fin resocializador que —como ya se dijo— por man-
inciso 2o: "La prevención especial y la reinserción social operan en el mo- dato del inciso 2o del artículo 4o, se debe tener en cuenta al "momento de la
mento de la ejecución de la pena de prisión", lo cual no significa que ello ejecución de la pena de prisión"; en un Estado de derecho social y democrá-
suceda de forma exclusiva en tal estadio). Tampoco, obviamente, supone tico, pues, no es posible la existencia de un sistema de penas que imposibi-
que se pueda acudir a pautas propias de la prevención general (positiva o lite el libre desarrollo de la personalidad (Constitución Política, artículo 16)
negativa), porque ello implicaría adoptar construcciones ajenas a las postu- y pregone la cosificación del ser humano. Esto último es producto de que,
ras mixtas que inspiran la Constitución y la ley penal en este ámbito. según el artículo 5.6 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
6. La "función que ella ha de cumplir en el caso concretó". Así mis- incorporada mediante ley 16 de 1972 (30 de diciembre), "las penas privativas
mo, esta alusión a "la función" busca evidenciar cuáles son los fines que con de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la readaptación
la imposición de la pena se persiguen (su teleología); obvio es decirlo, de social de los condenados", temas en los que también repara el legislador al
nuevo se incurre en la confusión entre "fines" y "funciones", ya evidencia- redactar el artículo 4 o y que, por supuesto, no hacen referencia a funciones
da en los artículos 4 o y 5o. Lo procedente, valga la pena repetirlo, es hablar específicas de la pena, sino a desarrollos inherentes a la prevención especial
del objeto o motivo que preside la aplicación de la pena, lo que significa el positiva.
acto de castigar para el propio condenado y la sociedad; y no hacer referencia
De ello se infiere, además, que el legislador no tiene en cuenta la preven-
a la operación o acción dirigida a un fin susceptible de ser realizado —la
ción especial negativa, porque sería abiertamente contrario a la Constitución
función, lo que es—, pues desde esta perspectiva, el ser de la pena no es otra
cosa que un mal infligido por el Estado al infractor, esto es, pura y llana ejecutar una pena desocializadora, inhumana, que le negara al condenado su
retribución, o mera prevención especial negativa. dignidad de persona; igual sucede con la prevención general negativa, fun-
ción que —sea en su variante de la coacción psicológica, otrora defendida
Cuando de la imposición de la pena se trata, no cabe duda de que se deben por P. J. A. FEUERBACH, O en la de algunas de las corrientes propias del psi-
tener en cuenta los cometidos asignados a esta, pero atendidos los diversos
coanálisis— todavía es sostenida. Es más, de lege data tampoco es posible
estadios en los que se manifiesta la sanción penal. En efecto, las diversas "fun-
defender en la etapa de la ejecución la validez de las posturas propias de la
ciones" de la pena expresadas en el artículo 4o encuentran cabal reflejo en
prevención general positiva, función que en el debate juridicopenal actual
los criterios para imponerla: la prevención general positiva tiene un papel
importante a la hora de formular la amenaza penal, mas no al momento de ocupa el primer plano de la discusión científica —a manera de verdadera
su imposición, por cuanto asegura la defensa del orden jurídico; también en quimera, porque se propone como realidad de la pena lo que apenas es un
esta fase opérala prevención especial positiva, porque por mandato consti- fruto de la imaginación—, lugar que dejaron las corrientes resocializadoras
tucional y legal están prohibidas la pena de muerte, la cadena perpetua, los y reeducadoras del decenio del sesenta del pasado siglo, que entendieron que
castigos crueles, inhumanos y degradantes, que imposibilitan la resocializa- la función primordial del castigo era la prevención especial positiva, y ca-
ción del penado (confróntese, artículo 12). Asimismo, la retribución, tildada yeron en un auténtico mito, en una verdadera "estafa de etiquetas", que tan-
de "justa" —no entendida en sentido metafísico—, permite graduar la san- ta importancia tiene para el constituyente y el legislador colombianos.
ción y constituye una limitante al poder punitivo del Estado, cuando se pien- Ahora bien, cuando se habla de la prevención general positiva debe te-
sa en la determinación de la pena en sentido estricto, que no puede desbor- nerse en cuenta que no solo se hace referencia a aquella tendencia según la
dar los marcos legales ni sus postulados fundamentales, dentro del marco cual con la pena se busca asegurar la vigencia del orden jurídico —á la que
trazado por el principio de culpabilidad, que es el fundamento y el límite su- se ha hecho referencia en la etapa de la amenaza de la pena—, sino que tam-
premo de la pena; desde luego, también en este nivel aparece la prevención bién opera por medio de otros modelos: a) la pena de efecto moralizador-
especial positiva en aquellos casos en los que se tienen en cuenta situacio- estabilizante; b) el patrón de la integración; c) el sistémico; d) los modelos
nes predelictivas y postdelictivas (la carencia de antecedentes penales, la re- construidos a partir del psicoanálisis, que también encuentran aquí acogida,
paración, el arrepentimiento, etc., a los que alude el artículo 55 en sus nume- y, e) como complemento formalizado del control social (sobre ello, E. DE-
rales 1 y 5 a 7), o cuando se trata de la imposición de las medidas de seguridad. METRIO CRESPO).
Igualmente, la prevención especial positiva permite una pena racional En fin, a manera de conclusión, cuando el artículo 61, inciso 3o, men-
y proporcionada al hecho cometido cuando se entiende el proceso de indi- ciona la "función" que la pena ha de cumplir "en el caso concreto", es in-
LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 579
578 MANUAL DE DERECHO PENAL

dispensable distinguir cuál es el cometido que el castigo cumple en las di- hablar de "contribución o ayuda" cuando se parte del presupuesto de que existe
versas fases o momentos en los que él aparece: la amenaza penal (etapa le- un hecho principal en cuya realización se participa.
gislativa), la imposición (etapa judicial) y la ejecución (etapa ejecutiva), todo c) Conclusión
ello de la mano de las concepciones mixtas de la pena, acogidas por el de-
Así las cosas, el primer criterio para tasar la pena en un sentido estricto
recho positivo, aunque haciendo hincapié en la prevención especial positi-
es el grado o la magnitud del injusto, dado que la amenaza o lesión sufrida
va. No se alude, pues, a un nuevo criterio de individualización —como a
por el bien jurídico es una de las pautas que se debe tener en cuenta para llevar
primera vista podría pensarse—, sino que se le recuerda al juzgador que la
a cabo dicha tarea, según el postulado de protección de bienes jurídicos. Ello
pena debe cumplir determinados cometidos o propósitos, el aquí llamado explica, por ejemplo, el motivo por el que un homicidio agravado puede ser
principio de la teleología de las sanciones penales. sancionado hasta con cuarenta años de pena privativa de libertad (Código
1. El "mayor o menor grado de aproximación al momento consumati- Penal, artículo 104), mientras que un abuso de autoridad solo dé lugar a una
vo ". Según lo establecido en el inciso 4o del artículo 61, también se debe tener multa y a la pérdida del empleo (Código Penal, artículo 417); y así, se supo-
en cuenta una situación adicional para la tentativa (confróntese, artículo 27), ne, debiera ocurrir con todas las tasaciones llevadas a cabo por el juzgador,
esto es, aquella que permite distinguir entre tentativa acabada e inacabada, que está obligado a proteger de manera adecuada tanto los intereses colecti-
según el grado que haya alcanzado el comienzo de la ejecución de la con- vos como los particulares, tarea que, infortunadamente, no siempre lleva a
ducta típica, sin que el agente logre su realización por circunstancias ajenas cabo respetando los postulados medulares del Estado social y democrático
a su voluntad. En otras palabras: el legislador dispone que a la hora de im- de derecho. Es, pues, este el primer pilar sobre el que se asienta la cuanti-
poner la pena se debe distinguir, necesariamente, entre estas dos especies del ficación penal colombiana en sentido estricto.
dispositivo amplificador del tipo, y debe graduarse la pena —ello significa El segundo criterio consiste en el grado o la magnitud de la culpabili-
que de nuevo entra en escena la gravedad o magnitud del injusto como pauta dad en virtud del cual la pena se debe imponer según el grado de exigibili-
de individualización— según tal consideración; por ello, se debe imponer una dad que le quepa al agente, pues como dice una de las "normas rectoras" de
sanción mayor cuando se trate de una tentativa acabada que cuando ella sea la ley penal, "solo se podrá imponer penas por conductas realizadas con cul-
inacabada. Si se miran así las cosas, el único cometido que tiene la consa- pabilidad" (artículo 12, inciso Io). Como ya se dijo, ello es consecuencia de
gración de esta pauta en la ley es hacer una distinción que el artículo 27 no que la culpabilidad del autor admite ser medida, pues de no ser así habría de
ha contemplado, pues, por lo demás, dicho criterio emerge de otros como el concluirse —en abierta contradicción con el postulado del acto— que para
atinente a la "mayor o menor gravedad de la conducta" señalado en primera el ordenamiento jurídico es equiparable el juicio de exigibilidad formulable
instancia, o del "daño real o potencial creado"; en síntesis, pues, tampoco se a quien incurre en tráfico de mil kilos de cocaína, comete hurto en cuantía de
trata de un criterio distinto en esta materia. mil pesos o le da muerte al padre. Si la culpabilidad es exigibilidad, el juz-
8. El mayor o menor grado de eficacia de la contribución o ayuda. Igual- gador no puede formular juicios iguales ante hechos desiguales; ello es tan
mente, del inciso 4 o en estudio se infiere una pauta de determinación de la evidente, que en diversas hipótesis el mismo codificador se encarga de tasar
pena, que dimana de pautas como la "gravedad de la conducta" y el "daño la pena según dicho criterio: por eso se atenúa la punición para quien obra
real o potencial creado", con lo que se hace una inequívoca referencia a la en un estado de ira o de intenso dolor, proveniente de una provocación aje-
gravedad o magnitud del injusto; tampoco, pues, se trata de un criterio inde- na, grave e injusta (verdadera hipótesis de imputabilidad disminuirá, verti-
pendiente. En virtud de esta pauta, para cumplir con la susodicha tarea se da en el artículo 57 del Código Penal), realiza el hecho movido por un error
debe distinguir entre complicidad necesaria o primaria y complicidad secun- de prohibición indirecto de carácter vencible (artículo 32, numeral 11), rea-
daria o no necesaria —conceptos que tampoco están expresamente compren- liza la conducta "bajo la influencia de profundas situaciones de marginali-
didos en el artículo 30 inciso 2o—, que imponen una pena mayor al primero y dad, ignorancia o pobreza extremas" (artículo 56), etc. Por supuesto, tam-
menor al segundo. Como es obvio, esta regla impone toda la construcción bién se refiere a esta pauta cuando se mencionan las "causales que agraven
propia del concurso de personas en la conducta punible en sus dos modali- o atenúen la punibilidad", pues en ellas también se consignan referencias a
dades (autoría y participación), y su redacción recuerda que uno de los axio- la culpabilidad del agente, como ya se ha dicho. El grado de culpabilidad
mas básicos en esta materia es el atinente a la accesoriedad, pues solo se puede es, pues, el segundo criterio de determinación de la pena, en sentido estricto.
580 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 581

No obstante, al lado de estas dos pautas hay casos en los que se le da a) La sentencia anticipada
cabida a un tercer criterio: la prevención especial positiva —para el caso, la Según el artículo 40 del Código de Procedimiento Penal, cuando el pro-
no desocialización del reo—, como sucede en aquellas circunstancias alusi-
cesado solicite la aplicación de esta modalidad de terminación del proceso
vas a situaciones predelictivas y postdelictivas (artículo 55, numerales 1 y 5
a 7) y, sobre todo, en tratándose de las medidas de seguridad, como luego se en la etapa del sumario, será acreedor a una rebaja punitiva exacta y, por ende,
indica. no susceptible de graduación: "El juez dosificará la pena que corresponda y
sobre el monto que determine hará una disminución de una tercera (1/3) parte
Para ratificar lo que se ha expresado, así el texto en comento —a dife- de ella por razón de haber aceptado el procesado su responsabilidad" (inciso
rencia del artículo 61 del Código Penal de 1980— no aluda a la "personali-
4o). Ello significa, entonces, que por mandato legal se deben agotar los
dad del agente", que la doctrina entendió como un correctivo de la fórmula
estadios ya estudiados y, solo cuando se haya concluido dicha labor, se pro-
adoptada que pretendía hacer hincapié en la función preventivo especial de
la pena (confróntese, F. VELÁSQUEZ V.), obsérvese que esa pauta aparece plas- cederá a señalar la pena final imponible, sin que, se repite, el operador judi-
mada en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, incorporada cial pueda hacer nuevas consideraciones, porque está obligado ineluctable-
mediante ley 16 de 1972 (30 de diciembre) en su artículo 5o, párrafo 3 o , cuyo mente a disminuir la pena final en la tercera parte. Igual cosa sucede si la
rango superior a la ley ordinaria no puede ignorarse (confróntese, Constitu- susodicha institución se aplica en la etapa del juicio, en cuyo caso también
ción Política, artículos 93 y 94), cuando estipula que "la pena no puede procede una atenuante fija, aunque menor: "en este caso la rebaja será de una
trascender la persona del delincuente". Por supuesto, como bien han dicho octava (1/8) parte de la pena" (inciso 5o).
los estudiosos de la materia, en el estado actual de la discusión sobre el asunto Lo anterior, valga advertirlo, opera cuando la rebaja sobre la pena final
parece verdad irrefutable aquella según la cual "no se puede prescindir en la no concurre con ninguna otra atenuante susceptible de ser considerada en las
determinación de la pena del examen de la personalidad del delincuente" (M. mismas condiciones, porque también puede suceder que las rebajas sean dos,
GALLEGO DÍAZ). esto es, que sea necesario deducir una atenuante punitiva por terminación
Ahora bien, si se mira la determinación de la sanción penal en sentido anticipada y otra por confesión (Código de Procedimiento Penal, artículos
amplio, considerada la forma como han sido redactados los artículos 38, 40, incisos 5 o y 6o, y 283); en estos casos es viable hacer una operación arit-
inciso Io, numeral 2; 52, inciso Io; 63, inciso Io, numeral 2, y 64, inciso Io, mética encaminada a acumular los montos señalados para cada una de las ate-
todo indica que se tienen en cuenta consideraciones de tipo preventivo espe- nuantes.
cial positivo —y, en el primero de esos casos, de índole general positiva, lo
que no deja de ser reprobable desde el punto de vista constitucional, como b) La confesión
ya se dijo—, según las exigencias propias del principio de necesidad. Con este mecanismo, en virtud del cual el procesado reconoce su res-
D) El cuarto nivel: las rebajas sobre la pena final ponsabilidad desde el momento que rinde su primera versión ante el funcio-
nario judicial, sucede algo similar a lo ya indicado con ocasión de la figura
En fin, atendidas las previsiones contenidas en la ley procesal penal, es de la sentencia anticipada; en efecto, obsérvese lo que dispone el artículo 283
necesario ocuparse en un último escalón en la materia que se viene tratando, del Código de Procedimiento Penal: "Reducción de pena. A quien, fuera de
esto es, el atinente a la individualización de la pena cuando operan ciertas los casos de flagrancia, durante su primera versión ante el funcionario judi-
figuras de marcado corte procesal, que son la sentencia anticipada, la con-
cial que conoce de la actuación procesal confesare su autoría o participación
fesión y los beneficios por colaboración eficaz. Por supuesto, hay algo de
común en la aplicación de la pena cuando se presentan estas tres institucio- en la conducta punible que se investiga, en caso de condena, se le reducirá
nes jurídicas: las diminuentes sólo se aplican a manera de pena final, cuan- la pena en una sexta (1/6) parte, si dicha confesión fuere el fundamento de la
do ya se ha adelantado todo el proceso de determinación hasta ahora exami- sentencia". A tal efecto, se deben reunir varios requisitos:
nado; proceden, pues, para decirlo de otra forma, sobre la pena final. Es más, En efecto, en primer lugar, tiene que mediar confesión, esto es, el reco-
en principio —salvo alguna precisión en materia de beneficios por colabo- nocimiento del agente de la responsabilidad penal correspondiente a título
ración eficaz— ellas no operan con criterios de individualización distintos de autor o de partícipe (determinador o cómplice), con la observancia plena
de los ya examinados o complementarios de ellos. Así lo muestra la expo- de las formalidades que la ley procesal penal señala (confróntese, artículo
sición siguiente: 280: ante funcionario judicial; con la asistencia de un defensor; que la per-

20. VELÁSQUEZ V., 2


582 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 583

sona haya sido informada del derecho a no declarar contra sí misma). En Como es obvio, la pauta para determinar si procede la rebaja es en
segundo lugar, es indispensable que no se haya presentado una situación de extremo gaseosa, como que, en primer lugar, pende de la "eficacia" de la cola-
flagrancia, porque para esos casos está excluido expresamente el beneficio. boración; además una vez demostrado ese presupuesto, el juez se mueve den-
En tercer lugar, es necesario que la confesión sea el fundamento de la tro de la escala señalada según otro criterio no menos borroso, cual es el del
sentencia condenatoria. En otras palabras: se exige que haya una relación de "grado de colaboración", que debe ser valorado por el funcionario con buen
causa-efecto entre el reconocimiento espontáneo del procesado por el suso- juicio y mucha mesura. Por supuesto, tal manera de concebir este "benefi-
dicho medio de prueba y la providencia judicial por la que se le declara pe- cio" torna inane el mecanismo que, por esta vía, se convierte en una herra-
nalmente responsable, a título de autor o de partícipe. Naturalmente, se debe mienta llamada a entorpecer la marcha de la administración de justicia y no,
ser muy cuidadosos a la hora de valorar esta exigencia, porque un distinto como se quiere, a fortalecerla; así lo ha demostrado, con creces, la abundan-
entendimiento del querer del legislador puede potenciar el abuso y el capri- te práctica judicial colombiana desde que se introdujo un mecanismo simi-
cho. Por eso, no puede olvidarse que la figura en examen busca premiar a lar mediante la derogada ley 81 de 1993. Sea lo que fuere, se reitera, debe
quien se sincera con la justicia y le brinda una ayuda para esclarecer las quedar claro que la disminución de pena solo procede a manera de último
conductas punibles de rigor, sin que ello signifique —como a veces se cree— escalón (último nivel), después que se ha hecho la individualización corres-
la imposibilidad de reconocer este beneficio cuando por otros medios de prue- pondiente, pues como dice el texto legal, se debe partir de la "... pena que co-
ba también se establece la responsabilidad. En definitiva: es trascendental rresponda al sindicado en la sentencia condenatoria", lo que impide acudir
que se beneficie a quien abra los senderos de la investigación mediante esta a las reglas del artículo 60, porque aquí no hay tasación entre un mínimo y
herramienta, sin que importe si de ese medio de prueba quizá surjan otros ins- un máximo, sino a partir, se insiste, de la pena final que proceda.
trumentos de cognición que conduzcan a la condena. Por lo demás, la rebaja es acumulativa, lo que significa que se puede aña-
En cuarto y último lugar, ello debe hacerse en la primera versión que dir a la que proceda por la confesión —sin que esté condicionada a la exis-
rinda el beneficiado ante el funcionario judicial, sea que se trate de mera tencia de este medio de prueba, como expresamente advierte el codificador
versión libre (confróntese, Código de Procedimiento Penal, artículo 324), o en el inciso 6o— o la sentencia anticipada, o ambas; además, se ha dispuesto
de diligencia de indagatoria (ibidem, artículo 333), independientemente del expresamente que no puede conduqir nunca a la exclusión total de la pena
momento procesal en que se produzca; lo importante es que se lleve a cabo (confróntese, inciso 6o). También procede para quien es investigado, juzga-
ante el "funcionario judicial", sea juez o fiscal. do o condenado (inciso I o ); y, finalmente, quedan excluidos de tales prerro-
gativas los determinadores, cabecillas, etc. (confróntese, inciso 5o) y —en
c) Los beneficios por colaboración eficaz una prohibición inconstitucional, por ser violatoria del principio de culpabi-
También prevé la ley procesal la posibilidad de reconocerle al procesa- lidad— los reincidentes (confróntese, inciso 7o).
do o condenado diversos beneficios, entre ellos una rebaja de pena, cuando E) La determinación de la pena pecuniaria
colabore con la administración de justicia suministrando medios de prueba
que contribuyan de manera eficaz al esclarecimiento de la conducta punible, Pese a que el Código establece en los artículos 54 y siguientes —en es-
siempre y cuando se reúnan ciertas exigencias, acorde con los presupuestos pecial en el artículo 61, incisos 3 o y 4o— las pautas de determinación de la
del artículo 413 del Código de Procedimiento Penal. Para-el caso es proce- pena sin hacer diferencia alguna (confróntese, capítulo segundo del título iv),
dente una disminución de pena que fluctúa entre la sexta y la cuarta parte de temibién es cierto que indica criterios propios para la individualización de la
la sanción final, que se impone según el grado de colaboración suministra- peña de multa (en cualquiera de sus dos modalidades: acompañante de la pena
do por el agente; así se desprende del inciso 4o de la disposición: "podrán acor- de prisión y progresiva de unidad multa) que comprenden diversas reglas,
darse, acumulativamente y en razón del grado de colaboración, una dismi- como se deduce del texto del artículo 39.3: "Determinación. La cuantía de
nución de una sexta (1/6) hasta una cuarta (1/4) parte de la pena que la multa será fijada en forma motivada por el juez teniendo en cuenta el daño
corresponda al sindicado en la sentencia condenatoria, sustitución de la pri- causado con la infracción, la intensidad de la culpabilidad, el valor del ob-
sión por prisión domiciliaria, suspensión condicional de la ejecución de la jeto del delito o el beneficio reportado por el mismo, la situación económica
pena o la libertad condicional en los términos previstos en el Código Penal del condenado deducida de su patrimonio, ingresos, obligaciones y cargas
e incorporación al programa de protección a víctimas y testigos" (inciso 4o). familiares, y las demás circunstancias que indiquen la posibilidad de pagar".
584 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (I) 585

Obviamente, lo anterior indica que las cinco pautas previstas en la dis- a) Ubicación
posición se aplican de manera independiente de las contenidas en el artículo
61, inciso 3 o , con mayor razón porque si se comparan ambas disposiciones Si bien el codificador ha plasmado en el capítulo de las "normas recto-
ras de la ley penal colombiana" diversos principios que también imperan en
se encuentra que dos de ellas presentan algunas similitudes. En efecto: el ar-
el campo de las medidas de seguridad, como son los ya expuestos (confrón-
tículo 39.3 habla del "daño causado con la infracción", mientras que el artícu-
tese, artículos Io, 3 o , 5o a 7o y 13, entre otros), en verdad tales previsiones no
lo 61, inciso 3 o , alude al "daño real o potencial creado", esto es, se hace re-
han tenido un cabal desarrollo en el capítulo iv del título iv, del libro primero,
ferencia al grado de injusto como pauta de tasación; así mismo, mientras la
destinado a las medidas de seguridad, pues —a diferencia de las penas, las
disposición arriba transcrita menciona la "intensidad de la culpabilidad", la otras consecuencias jurídicas de la conducta punible previstas en la ley—,
otra incluye la "intensidad del dolo, la preterintención o la culpa concurren- no se ha redactado disposición alguna enderezada a establecer los criterios
tes", esto es, se consagra el grado o magnitud de la culpabilidad como cri- que se deben tener en cuenta para dichos efectos. Sobra decirlo, ello no sig-
terio individualizador, con la advertencia de que esta pauta se establece a partir nifica que la imposición de tales consecuencias jurídicas se deje al capricho
del grado o magnitud del injusto, pues el Código Penal supone que dolo y de cada juzgador, porque, si algo está claro —después de leer el contenido
culpa son formas de conducta y no de culpabilidad. Desde luego, el hecho del articulado respectivo— es que la individualización de estas está gober-
de que al lado de estos dos criterios se consagren otros en cada una de las dis- nada por reglas precisas.
posiciones mencionadas, hace pensar que los puntos de partida del artículo
39.3 son autónomos y no complementarios de los genéricos. b) Criterios de determinación
De esta manera, pues, las pautas del artículo 39.3 son independientes y Del texto del articulado se infieren, por lo menos, tres pautas diferentes.
se sustraen de los "criterios y reglas para la determinación de la punibilidad", 1. La necesidad de tratamiento y asistencia. Como consecuencia di-
señalados en el capítulo segundo para las demás penas, lo que no le quita al recta del principio de necesidad de intervención o de necesidad que, recuér-
artículo 61 su carácter genérico y al artículo 39 su contenido específico. dese, según el artículo 3 o , inciso 2o, del Código Penal, se debe entender en
Por supuesto, cuando el legislador introduce "el daño causado con la in- el "marco de la prevención", el codificador ha sido claro al señalar que la pauta
central para la individualización de esta consecuencia jurídica está dada por
fracción" como criterio de determinación, recuerda que —como ya lo expresó
"las necesidades de tratamiento en cada caso concreto" (artículos 70, inciso
en el artículo 3 o — el principio de proporcionalidad es uno de los axiomas
2o y 71, inciso 2o), "las necesidades de asistencia en cada caso concreto" (ar-
que preside dicha tarea, de donde se deriva el principio de protección de bie-
tículo 72, inciso 2o). Es más, dispone que todas ellas pueden ser suspendi-
nes jurídicos o de lesividad; así mismo, cuando se tienen en cuenta "el valor das cuando la persona puede ser tratada de manera ambulatoria (artículos 70,
del objeto del delito o el beneficio reportado por el mismo, (y) la situación inciso 4o; 71, inciso 4o, y 72, inciso 4o); incluso, se dispone que la suspen-
económica del condenado deducida de su patrimonio, ingresos, obligacio- sión condicional puede ser revocada cuando "se haga necesaria su continua-
nes y cargas familiares", se desarrolla con toda nitidez el principio de igual- ción" (artículo 78).
dad (aquí llamado principio de igualdad de la carga, del impacto o de sacri-
Como se puede ver —y así lo había expresado ya el texto—, en cada
ficio). La alusión a "las demás circunstancias que indiquen su posibilidad
una de esas disposiciones está latente como finalidad de las medidas de segu-
de pagar", al mismo tiempo que reitera el aforismo ya mencionado, es un ridad la prevención especial positiva, lo que es un inequívoco desarrollo del
desarrollo del apotegma de razonabilidad, de idoneidad o de adecuación del artículo 5 o del Código Penal. Obvio es decirlo, de ello se infiere que el fun-
medio al fin; estas pautas, al lado de la "intensidad de la culpabilidad", que damento de esta consecuencia jurídica es la idea de necesidad, que, por ende,
es concreción del principio de culpabilidad, son las introducidas por el co- se torna en la pauta de cuantificación más importante en este ámbito.
dificador en el texto en comento.
2. La gravedad o la magnitud del injusto. Por supuesto, con miras a im-
poner la medida de seguridad y a título de criterio meramente complemen-
F) La determinación de las medidas de seguridad tario del anterior, el legislador tiene en cuenta la gravedad de la conducta por
cuanto se traduce en un atentado contra los bienes jurídicos, e implícitamente
Es este, sin duda, otro problema íntimamente vinculado con la exposi- contra los valores que inspiran la convivencia (desvalor de resultado y des-
ción, que merece una reflexión. valor de acción). En efecto, así se infiere de las diversas disposiciones que
586 MANUAL DE DERECHO PENAL

se ocupan en la duración de las medidas dé seguridad, que no pueden ser ili-


mitadas y están sujetas a unos marcos precisos, pues —por remisión expre-
sa— tienen que coincidir con la de las penas, en lo que constituye un acer-
camiento cada vez más intenso entre ambas consecuencias jurídicas en el
derecho nacional, todo lo cual conduce a un sistema monista de reacciones
CAPÍTULO VIGESIMOPRIMERO
penales. Así se infiere de las siguientes previsiones: "En ningún caso el
término señalado para el cumplimiento de la medida podrá exceder el máxi-
mo fijado para la pena privativa de la libertad del respectivo delito" (confrón- LA DETERMINACIÓN JUDICIAL
tese, artículos 70, inciso 5o; 71, inciso 5o; y 72, inciso 5o); y "cuando la con- DE LA SANCIÓN PENAL (II)
ducta punible tenga señalada pena diferente a la privativa de la libertad, la
medida de seguridad no podrá superar el término de dos (2) años". De esta Bibliografía básica: CADAVID QUINTERO, ALFONSO: Crítica a la condena de ejecución con-
manera, pues, tal como sucede con las penas, el legislador ha previsto unos dicional, Medellín, Tesis de grado, Universidad Pontificia Bolivariana, 1991; id.: "La con-
dena de ejecución condicional en la jurisprudencia nacional", en Revista Nuevo Foro Pe-
límites muy claros que solo se explican a partir del grado de injusto, esto es, nal, número 56, Bogotá, Edit. Temis, 1992, páginas 207 y siguientes; FERNÁNDEZ ESPINAR,
de la magnitud de la afectación a los bienes jurídicos e, implícitamente, de GONZALO: "«Probation» y medidas alternativas a las penas privativas de libertad: delimita-
los valores eticosociales. ción y singularidades a la luz del derecho comparado", en Revista de la Facultad de Dere-
cho de la Universidad Complutense, Anuario 84, Madrid, Facultad de Derecho, Servicio
3. El grado o la magnitud de la culpabilidad. Así mismo, si se tiene en de Publicaciones, 1995, páginas 95 y siguientes; GONZÁLEZ ZORRILLA, CARLOS: "Suspensión
cuenta que también los inimputables son responsables ante la ley penal, aun- de la pena y «probation»", en JOSÉ CID MOLINÉ/ELENA LARRAURI PIJOAN: Penas alternativas
que en un grado disminuido —obsérvese cómo la previsión correspondiente a la prisión, Barcelona, Bosch, 1997, páginas 59 y siguientes; GRACIA MARTÍN, LUIS/MIGUEL
ha sido excluida de la fórmula del artículo 32, que señala los casos de exen- ÁNGEL BOLDOVA PASAMAR/MARÍA DEL CARMEN ALASTUEY DOBÓN: Lecciones de consecuen-
ción de la responsabilidad penal en sentido amplio y destina el artículo 33 a cias jurídicas del delito, Valencia, Tirant lo Blanch, 1998; MAPELLI CAFFARENA, BORJA/JUAN
a
TERRADILLOS BASOCO: Las consecuencias jurídicas del delito, 3 edición, Madrid, Edit.
tales efectos; es más, el artículo 9o, inciso 3 o dispone: "para que la conducta Civitas, 1996; VARONA GÓMEZ, DANIEL: "El arresto de fin de semana: ¿Alternativa a la pri-
del inimputable sea punible se requiere que sea típica, antijurídica y se cons- sión o prisión atenuada?", en JOSÉ CID MOLINÉ/ELENA LARRAURI PIJOAN: Penas alternativas
tate la inexistencia de causales de ausencia de responsabilidad''—, no es de a la prisión, Barcelona, Bosch, 1997, páginas 143 y siguientes.
extrañar que sea el propio legislador quien le haya dado cabida a la magni-
tud de la culpabilidad como pauta que debe tenerse en cuenta como criterio I. INTRODUCCIÓN
para la imposición de estas consecuencias jurídicas; por ello, como se ha
indicado, se remite a la duración de la pena para indicar que el monto de la Después de exponer los conceptos básicos en materia de la determina-
culpabilidad permite, también, determinar el límite máximo de la medida. ción judicial de la sanción penal y de demostrar que ella se puede concebir
En otras palabras: aunque en principio penas y medidas tienen funda- tanto en sentido estricto como amplio, debe ahora emprenderse la no menos
mento diferente —la culpabilidad, en el primer caso, y la necesidad del tra- importante tarea de abordar la segunda modalidad de individualización, que
tamiento en el segundo—, en verdad la culpabilidad tiene cabida, así sea de atiende a razones de tipo cualitativo. Infortunadamente, pese a que existe
manera residual, en el ámbito de las medidas de seguridad; esta conclusión honda preocupación por el tema que motiva el problema ventilado en este y
se impone cuando se tiene presente el texto del artículo 3 o del Código Penal: en el anterior acápite, en verdad, ni los estudiosos ni el propio legislador han
"La imposición de la pena o de la medida de seguridad responderá a los prin- tomado plena conciencia en torno a la necesidad de dotar también de racio-
cipios de necesidad, proporcionalidad y razonabilidad". Es más, a pesar de nalidad el ámbito propio de la determinación de la sanción penal en sentido
que laprevención especial positiva solo puede ser tenida en cuenta de forma amplio; en otras palabras: no obstante que durante los últimos decenios se
excepcional como pauta de individualización de la pena en sentido estricto han hecho grandes esfuerzos teóricos por profundizar en el tema, esas mis-
—lo que no descarta que lo sea en sentido amplio—, es evidente que ella pri- mas inquietudes se deberían trasladar al escenario sobre el cual versa este ca-
ma en materia de medidas de seguridad. pítulo, principalmente si se piensa en el derecho colombiano.
Por ello, pues, a continuación se exponen todas y cada una de esas fi-
guras, cuya trascendencia en la práctica judicial es más que notoria, esto es,
588 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 589

se discurre sobre las penas sustitutivas, las penas potestativas y otros meca- especial: las primeras, porque el funcionario judicial deberá tener en cuenta
nismos sucedáneos de la pena privativa de libertad (la suspensión condicio- —atendiendo a inconstitucionales valoraciones peligrosistas, que pugnan con
nal de la ejecución de la pena; la libertad condicional; la reclusión domici- los principios de acto y de culpabilidad— los intereses de la colectividad (el
liaria u hospitalaria por enfermedad muy grave; el aplazamiento de la riesgo para el colectivo social); y las segundas, porque cumplen tarea pro-
ejecución de la pena; la suspensión de la ejecución de la pena; las redenciones tagónica las evaluaciones de tipo personal referidas tanto al reo como a su
de pena por trabajo, estudio, enseñanza y otras actividades: la remisión) y la entorno familiar, como lo evidencia la redacción del inciso I o del artículo 38,
suspensión condicional de la ejecución de las medidas de seguridad. que le permite al juez —cuando el sentenciado pertenezca al grupo familiar
de la víctima— designar un lugar diferente del de su morada o residencia para
II. LAS PENAS SUSTITUTIVAS
el cumplimiento de la condena respectiva. Así mismo, cuando el numeral
en comento tiene en cuenta la posibilidad de que el condenado no evada el
Como se recordará (confróntese, capítulo decimoctavo), la legislación cumplimiento de la pena, parte de consideraciones propias de la prevención
penal prevé cuatro especies de penas sustitutivas: la prisión domiciliaria en especial positiva, con lo que nuevamente entran en escena los criterios de ne-
reemplazo de la prisión, el arresto de fin de semana como sustitutivo de la cesidad, razonabilidad, idoneidad y proporcionalidad mencionados en el ar-
multa, el arresto ininterrumpido que se impone también en lugar de la pena tículo 3 o del Código.
pecuniaria, y el trabajo no remunerado en asunto de interés social. En fin, la tercera exigencia contenida en el artículo 38, inciso Io, tam-
poco justifica ninguna reflexión adicional, si se tiene en cuenta que se trata
A) La pena de prisión domiciliaria de un asunto de mero trámite consistente en que el beneficiado preste una cau-
ción para garantizar el cumplimiento de las obligaciones que la misma dis-
Si se tienen en cuenta las explicaciones ya dadas, son tres las exigen-
posición indica.
cias que se deben reunir para efectos de determinar la sustitución de la pri-
sión por esta pena. En efecto, en primer lugar, procede cuando la conducta Una reflexión final: debe tenerse en cuenta que cuando se tratare de la
acriminada que ha merecido la emisión de la sentencia condenatoria tenga pena de prisión domiciliaria sujeta a condición, que opera en materia de los
una "pena mínima prevista en la ley" de "cinco (5) años de prisión o menos", beneficios por colaboración eficaz (confróntese, artículos 413 y siguientes),
lo que no posibilita discusión alguna en lo atinente a la determinación de la el juez debe hacer valoraciones adicionales encaminadas a precisar si pro-
pena, pues se trata de hacer una mera comprobación objetiva en la ley, de tal cede el sucedáneo pretendido, que dependen de que se den las exigencias para
manera que cuando el mínimo de la escala punitiva no sobrepase ese monto, el reconocimiento de la susodicha colaboración.
habrá lugar a la sustitución. Sin embargo, recuérdese, en tratándose de la
"mujer cabeza de familia" —también para el hombre: sentencia C-184 de 4 B) El arresto de fin de semana y el arresto ininterrumpido
marzo 2003—, no impera ningún límite punitivo para hacer la sustitución, Ya se dijo que se trata de una doble modalidad de pena sustitutiva: una,
atendidas consideraciones propias de la prevención especial positiva; aun- la que toca con el reemplazo de la multa en su modalidad progresiva por el
que, dándoles cabida a valoraciones propias de la prevención general, se des- arresto de fin de semana; y, otra, la atinente al cambio de la misma pena por
echa esta posibilidad cuando se tratare de delitos graves o la persona conde- la de arresto ininterrumpido, que opera solo en subsidio de la primera de estas
nada tuviere antecedentes penales (ley 750 de 2002, artículo Io). modalidades. Desde luego, lo importante, de cara al tema de la individuali-
Cosa distinta, en segundo lugar, se presenta con la exigencia que prevé zación judicial de la pena en sentido amplio, es que no se consagra ningún cri-
el artículo 38, numeral 2: "Que el desempeño personal, laboral, familiar o terio claro que permita la sustitución racional de la sanción, pues basta —en
social del sentenciado permita al juez deducir, seria, fundada y motivadamen- el primer caso— solo con que el condenado "no pagare o amortizare volun-
te que no colocará en peligro a la comunidad y que no evadirá el cumplimiento tariamente" o "incumpliere" el sistema de plazos que se le ha concedido para
de la pena". Aquí son necesarias diversas consideraciones atinentes a la de- el cumplimiento de la multa progresiva o unidad multa; y, en el segundo, con
terminación de la pena en sentido amplio, pues a más de los criterios gené- "el incumplimiento injustificado, en una sola oportunidad" del arresto, que
ricos de individualización en esta sede, cumplen un papel fundamental tanto es la única pauta para hacer la sustitución. Obviamente, este último meca-
las consideraciones de tipo preventivo general negativo como las de índole nismo termina tornándose en extremadamente severo, hasta el punto de que
590 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 591

los estudiosos de la legislación española de 1995, similar a la colombiana, III. LAS PENAS POTESTATIVAS »
9
la han criticado por disponer que los incumplimientos deben ser como mí- i
nimo dos, y han abogado porque sean siquiera tres, acompañados de una co- A) Ubicación
municación de advertencia adicional (confróntese, D. VARONA GÓMEZ). Solo
Como ya se dijo (confróntese, capítulo decimoctavo), se denominan po-
resta, pues, en este caso y en el primero, demandar de la judicatura una in- testativas aquellas sanciones penales que el juez puede o no imponer en la
terpretación amplia del asunto para evitar atropellos. sentencia, atendiendo a determinados criterios expresados en la ley, etc., tal
Es más, tampoco se ha dicho absolutamente nada —lo que no deja de como sucede con las penas privativas de otros derechos, que se pueden im-
ser preocupante cuando se tienen de presente los esfuerzos del legislador para poner de manera facultativa (confróntese, artículos 43, y 52, incisos I o y 2o).
expresar en la ley unos criterios coherentes de individualización de la pena— Desde luego, estas especies de sanciones interesan para el tema de la indi-
en lo que toca con las pautas que se deben observar para determinar la me- vidualización judicial de la pena en sentido amplio, esto es, se repite, según
dida de los arrestos progresivos que, en el caso del de fin de semana, puede criterios cualitativos. Desde luego, no se incluye aquí la pena de prestación
fluctuar entre 5 y 50 (confróntese, artículo 40, inciso 2o). La pregunta obvia de trabajos no remunerados en asunto de inequívoca naturaleza e interés
es, entonces, la siguiente: ¿con base en qué pautas hace el juez la graduación estatal o social que, pese a ser en principio potestativa —pues, como dice el
dentro de ese marco?, ¿qué le permite imponer 5 ó 50 arrestos de fin de sema- artículo 39.7 inciso Io, el juez la "podrá... autorizar"—, en verdad está con-
na? Era, pues, imprescindible la introducción de pautas complementarias, dicionada a la anuencia del sentenciado condenado a pena pecuniaria de
para que en este campo no se posibilite el arbitrio judicial y campee el caos. unidad multa, razón por la que se le ha incluido dentro de las penas sustitu-
Desde luego, un análisis del asunto desde la perspectiva de una teoría tivas o sucedáneas.
coherente de la determinación judicial de la sanción penal exige, necesaria-
mente, que para proceder a determinar la cantidad de los arrestos de fin de B) Criterios de determinación
semana, se tengan en cuenta los criterios genéricos del artículo 61, que han Las pautas correspondientes emanan del texto del artículo 52, que es
sido concebidos para todo tipo de penas. Igual consideración debe nacerse bueno transcribir: "las penas privativas de otros derechos, que pueden im-
cuando se piensa en las dos modalidades de sustitución, aunque, adviértase, ponerse como principales, serán accesorias y las impondrá el juez cuando
el juzgador deberá ser muy equilibrado a la hora de decidir la sustitución, se- tengan relación directa con la realización de la conducta punible, por haber
gún los principios de razonabilidad, necesidad y proporcionalidad que aquí abusado de ellos o haber facilitado su comisión, o cuando la restricción del
encuentran innegables desarrollos, primordialmente porque el incumplimien- derecho contribuya a la prevención de conductas similares a la que fue ob-
to o la ausencia de pago o amortización tienen que pender de la anuencia del jeto de condena". Obviamente, se concluye que la imposición de estas penas
agente; en otras palabras: como dice la ley, ello tiene que llevarse a cabo potestativas —que no dejan de ser extrañas a los principios de legalidad y de
"voluntariamente". determinación de las consecuencias jurídicas, aunque el legislador ha exigi-
do que su imposición debe ser motivada, como se infiere de los artículos 51,
C) El trabajo no remunerado en asunto de inequívoca naturaleza inciso 2o, y 59— está sujeta, además de las pautas generales, a criterios com-
e interés estatal o social plementarios. En efecto, obsérvese:

Tampoco aquí la ley ha sido muy explícita en materia de la determina- a) Relación de causalidad entre la transgresión a la ley
ción de la sanción, pues se limita solo a señalar la equivalencia de la unidad penal y la sanción
multa en esta sanción, lo que significa que su tasación pende de ella, aunque Se requiere la presencia de un nexo inmediato o directo, de causa a efec-
la ley advierte que su duración diaria no excede de ocho horas (confróntese, to, entre vulneración legal y la imposición de la pena; en otras palabras: las
artículo 39.7, inciso 4o, numeral 1); dicho de otra forma: como es una pena penas potestativas en estudio solo se pueden imponer cuando tengan un víncu-
sustitutiva, su monto se precisa según el de la sanción sustituida y teniendo lo expreso, claro, inequívoco, indubitable, innegable, con la conducta des-
como punto de partida la equivalencia del inciso 2o de la norma que, obvia- plegada. Así, a título de ejemplo, si el agente realiza una conducta punible
mente, concreta los postulados de proporcionalidad, igualdad y razonabilidad. de acceso carnal violento (artículo 205), no se le podrá imponer la prohibi-
592 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 593

ción de conducir vehículos automotores y motocicletas como pena acceso- presión utilizada no es afortunada, habida cuenta de que la misma ley penal
ria potestativa, a no ser que para la realización del comportamiento crimino- prevé otras figuras —para ser más precisos, en el capítulo i del título iv y
so se haya auxiliado o valido de tales medios; de igual forma, si ha incurrido también en el Código de Procedimiento Penal— que, en principio, también
en una conducta punible de contaminación ambiental (artículo 332, inciso parecen operar como verdaderos "sustitutivos", sustitutos, sucedáneos o
Io), no puede ser condenado a la pena accesoria potestativa de prohibición mecanismos reductores de la pena privativa de libertad, esto es, de la prisión,
de consumir bebidas alcohólicas o sustancias estupefacientes o psicotrópi- la única de ese género prevista en ella, como sucede con la prisión domici-
cas, cuando está claro que ningún nexo inequívoco guarda esta sanción con liaria (artículo 38), [la multa (artículo 39), el arresto de fin de semana (artículo
la transgresión a la ley penal llevada a cabo, cosa que no sucedería si se le 40), el trabajo no remunerado en asunto de inequívoca naturaleza e interés
impusiera la prohibición de residir en un determinado lugar, atendido el he- social (artículo 39.7)], el aplazamiento o suspensión de la ejecución de la pena
cho de que allí llevó a cabo la conducta dañosa para los bienes jurídicos. (Código de Procedimiento Penal, artículo 471), etc. figuras todas ellas que,
Para poder evaluar este requisito, el legislador ha consagrado dos pau- por mandato del legislador—aunque no cumplido, como ya se mostró—, se
tas: una, que el agente haya abusado de esos derechos de los cuales se le priva; erigen en penas alternativas a la prisión. Igualmente, también podría criti-
y, otra, que ese exceso haya facilitado la comisión (¡y parece que el legisla- carse la denominación utilizada, si se tiene en cuenta que, a la par de esta, se
dor olvidó las conductas omisivas!) de la misma. De igual manera, no se ol- habla de penas sustitutivas (confróntese, artículo 36) para referirse a la pri-
vide, la relación de causa a efecto tiene que ser directa, esto es, no se trata de sión domiciliaria como reemplazo de la prisión y del arresto de fin de sema-
vinculaciones accesorias o suplementarias, sino de nexos causales directos. na, convertible en arresto ininterrumpido como sustitutivo de la multa, sin
b) La necesidad de imposición incluir dentro de ellas la reclusión domiciliaria u hospitalaria por enferme-
dad grave (artículo 68) que, desde el punto de vista técnico, podría ser en-
También, como desarrollo de los cometidos preventivos (para el caso tendida como una modalidad de prisión domiciliaria. La denominación es,
los de corte general y especial positivos) y, por ende, del postulado de nece-
pues, a todas luces, inapropiada.
sidad de intervención o de necesidad, se ha dispuesto que la imposición de
la pena accesoria potestativa solo procede cuando "contribuya a la preven- Todo ello demuestra, sin duda, que el texto legal es fruto de un legis-
ción de conductas similares a la que fue objeto de condena". Esto significa, lador desorientado en estas materias, que ha hecho oídos sordos a la discu-
entonces, que se busca llamar tanto la atención del condenado como de los sión contemporánea y que, a decir verdad, solo se ha quedado en nombres
demás asociados, en el sentido de que la pena potestativa persigue erradicar pomposos, sin fijarse en los alcances de las designaciones empleadas. De
la realización de la conducta respectiva, todo en aras de un mejor funciona- todas maneras, hechas estas observaciones, deben examinarse a continuación
miento de la organización social o en beneficio del reo cuya rehabilitación las tres figuras incluidas dentro de la inapropiada designación de "sustituti-
se persigue, o ambas; se trata, pues, de un desarrollo de los criterios plasma- vos de la pena privativa de libertad", sin perjuicio de otras previstas en la ley
dos en el artículo 61, inciso 3 o , en este ámbito. procesal penal y en el Código Penitenciario y Carcelario, todas ellas atinen-
tes a la determinación o individualización de la pena en sentido amplio.
I V . LOS MECANISMOS SUSTITUTIVOS DE LA PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD
B) Clases
Ahora se debe precisar qué se entiende por dicho concepto e indicar
cuáles modalidades de esos instrumentos ha previsto la ley penal. En el capítulo m del título iv del libro primero (Código Penal, artículos
A) Concepto 63 a 68), la ley penal prevé tres modalidades de esos mecanismos: la suspen-
sión condicional de la ejecución de la pena, la libertad condicional y la re-
Se trata de algunos dispositivos enderezados a suplantar, mudar, cam- clusión domiciliaria u hospitalaria por enfermedad muy grave; a ellos se
biar, mutar o sustituir la pena privativa de libertad de prisión, como se infie- deben sumar dos institutos del mismo corte previstos en la ley procesal penal
re de la denominación que se le ha dado al capítulo m del título iv, del libro y penitenciaria: el aplazamiento y la suspensión de la ejecución de la pena
primero del Código Penal: "De los mecanismos sustitutivos de la pena pri- (Código de Procedimiento Penal, artículo 471) y la remisión (confróntese,
vativa de la libertad". No se requiere mucho análisis para concluir que la ex- Código Penitenciario y Carcelario, artículos 82 y siguientes).
594 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 595

a) La suspensión condicional de la ejecución de la pena currentes con esta. En todo caso cuando se trate de lo dispuesto en el inciso
final del artículo 122 de la Constitución Política, se exigirá su cumplimiento".
1. Concepto. Con este instrumento individualizador —semejante al
modelo franco-belga de la sursis y a la figura española del mismo nombre Tal como se puede apreciar, este mecanismo permite suspender la eje-
(Código Penal de 1995, artículo 80), mas no al actual sistema inglés de la cución de la pena privativa de libertad impuesta cuando se tratare de senten-
probation, que opera como modalidad de condena comunitaria después de cias en las que se hubiere, impuesto la pena de prisión de hasta tres años, con
las modificaciones introducidas por la Criminal Justice Act de 1991— se la condición de que tanto los antecedentes personales, sociales y familiares
persigue, tal como su nombre lo dice, suspender la ejecución de la sentencia del sentenciado, como la gravedad y modalidad de la conducta llevada a cabo,
condenatoria en lo atinente a la pena privativa de libertad impuesta durante indiquen que no es necesaria la ejecución de la pena privativa de la libertad
un lapso previamente establecido, en busca de prevenir la criminalidad y sus- (inciso Io). No obstante, cuando en el inciso 3 o se dispone que el juez puede
traer del ambiente carcelario a infractores que incurran en comportamientos exigir el cumplimiento de las penas no privativas de la libertad "concurren-
delictivos de poca monta, de tal manera que su rehabilitación pueda cumplirse tes con esta", se contempla la posibilidad de que se suspendan todas las penas
fuera del mundo de las prisiones; si se quiere, con su concesión el legislador impuestas, lo que da lugar al mismo híbrido de entonces, pero con otro nom-
reconoce expresamente que las penas privativas de libertad cortas son un ver- bre: por un lado, se trata de una suspensión condicional de la ejecución de
dadero fracaso y deben ser evitadas. Se habla de suspensión condicional, pues la pena privativa de la libertad, cuando el juez solo deja de aplicar esta san-
el beneficiado está obligado a cumplir ciertas exigencias de las que pende ción; y, por el otro, cuando así lo decide el juzgador, se puede tornar en una
—a manera de condición resolutoria— la extinción de la condena a pena pri- suspensión condicional de ejecución de la condena en su totalidad, esto es,
vativa de la libertad, o la ejecución de la sentencia respectiva con la consi- la figura que la vieja legislación llamaba condena de ejecución condicional,
guiente revocación del beneficio en caso contrario. En la doctrina y en el por eso, pues, bien hace el codificador en llamar dicho híbrido suspensión
derecho comparado —aunque las equivalencias no son siempre acertadas, condicional de la ejecución de la pena, y cobijar con ello las dos institucio-
principalmente porque los matices legislativos varían, pues ellos son fruto nes indicadas.
de la combinación de los modelos anglosajón y continental en esta materia— Por supuesto, resulta absurdo que la suspensión obligatoria solo com-
suele hablarse de "suspensión condicional de la ejecución penal", "juicio con prenda la pena privativa de la libertad de prisión y no suceda, indefectible-
pena condicional", "remisión condicional de pena", "suspensión de pena", mente, lo mismo con las penas no privativas concurrentes con ella que de-
"condena condicional" a secas, probation en sentido estricto (que no supo- bieran suspenderse en todo caso, dado que lo accesorio sigue la suerte de lo
ne la interrupción del proceso), "suspensión de la ejecución de las penas pri- principal (confróntese, artículo 63, inciso 4o); ello, a no dudarlo, implica un
vativas de libertad", o —como prefieren otros (E. R. ZAFFARONI/A. ALACIA/ desconocimiento de los principios de legalidad, igualdad, proporcionalidad,
A. SLOKAR)— "condenación condicional". razonabilidad y necesidad, entre otros, todo lo cual torna esta disposición en
Ahora bien, mirado el texto del artículo 63 del Código Penal —intitulado contraria a la Carta Fundamental.
suspensión condicional de la ejecución de la pena—, se percibe cómo se ha A lo anterior añádase que la figura solo se ha instituido para condenas
introducido la misma figura que preveía el artículo 68 del Código derogado, que versen sobre penas privativas de libertad y deja por fuera aquellas que
pero con un cambio de nombre: "Suspensión condicional de la ejecución de se refieren a otro tipo de sanciones, como la multa o las privativas de dere-
la pena. La ejecución de la pena privativa de la libertad impuesta en senten- chos, con lo cual no se posibilita que el subrogado pueda aplicarse a quienes
cia de primera, segunda o única instancia, se suspenderá por un período de realicen estas conductas punibles; se olvida, en otras palabras, cobijar con el
dos (2) a cinco (5) años, de oficio o a petición del interesado, siempre que mismo régimen, a todas las penas previstas en la ley, con profunda afecta-
concurran los siguientes requisitos: 1. Que la pena impuesta sea de prisión ción de los principios de igualdad y proporcionalidad.
que no exceda de tres (3) años. 2. Que los antecedentes personales, sociales 2. Naturaleza jurídica. Sobre ello se han formulado diversas posturas
y familiares del sentenciado, así como la modalidad y gravedad de la con- y se ha visto en la figura un auténtico acto de gracia, un modo de extinguir
ducta punible sean indicativos de que no existe necesidad de ejecución de la el delito, una pena o sanción de índole moral, una forma de absolución, etc.;
pena. La suspensión de la ejecución de la pena privativa de la libertad no será frente a estas concepciones, que pueden considerarse tradicionales, se alza
extensiva a la responsabilidad civil derivada de la conducta punible. El juez la moderna doctrina que la concibe como "un medio autónomo de reacción
podrá exigir el cumplimiento de las penas no privativas de la libertad con- juridicopenal", o como "una modificación de la pena privativa de libertad".
596 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 597

Sin duda, de lege lata, es una forma de condena que puede significar la legitimar una institución carcelaria deshumanizada, convertida en escuela del
extinción de la pena impuesta; o mejor, una forma restringida de extinguir crimen y administrada por funcionarios no siempre idóneos.
la sanción, aunque nada impide reconocer que, de legeferenda, son posibles En segundo lugar, se deben apreciar la gravedad y las modalidades de
diversas posiciones al respecto. la conducta punible. Tal como se infiere del artículo 63, inciso Io, numeral
3. Los requisitos para su concesión. Las siguientes son las exigencias 1, ya transcrito, este beneficio solo opera bajo la condición de que la pena
legales para el otorgamiento de esta figura: imponible sea la de prisión de tres años o menos, con lo que es impensable
En primer lugar, es indispensable que el sentenciado carezca de ante- su procedencia en los casos en los que se exceda de dicho límite; por supuesto,
cuando la ley habla de la "pena impuesta", deja muy en claro que es la san-
cedentes. Sin duda, burlando el derecho penal de acto y dándoles cabida a
ción resultante de su individualización judicial en sentido estricto, no la seña-
consideraciones propias de un derecho penal de autor, se ha introducido en
lada para el transgresor en los dispositivos legales pertinentes. Por eso, pues,
la ley un criterio que no mira el futuro de la vida del autor, sino su vida anterior
el juzgador debe efectuar un estudio de la entidad del bien jurídico amena-
a la comisión de la conducta punible, que se traduce en el examen detenido
zado o lesionado, de la gravedad del injusto cometido por el agente, según
de su actuar previo en los planos personal, social y familiar; el juez, pues, debe las pautas propias del principio de lesividad, que encuentra aquí otro de sus
analizar la personalidad dz\ agente —no un juicio de peligrosidad—, hacien- desarrollos; en otras palabras, el funcionario judicial debe determinar si el
do uso de las herramientas de que disponga, entre las que se incluye la prue- sentenciado debe ser internado en un reclusorio o centro de rehabilitación
ba pericial, si fuese necesario, de manera que pueda formarse una idea lo más donde se le pueda prestar la asistencia requerida, para lo que debe emitir un
completa posible sobre la persona del encartado. En otras palabras: lo de- juicio fundado, concreto, basado en hechos reales, objetivamente verifica-
cisivo para conceder este sustitutivo o mecanismo reductor de la pena priva- bles y no en meras presunciones, que solo traduzcan la ideología más o menos
tiva de la libertad es la evaluación judicial de toda la vida del transgresor de liberal del administrador de justicia. En algunos casos, dada la gravedad de
la ley penal, tarea que, por supuesto, no se puede llevar a cabo de manera las conductas acriminadas, este beneficio no procede en ningún caso (ley 733
caprichosa, sino que requiere un estudio serio y ponderado de su personalidad, de 2002, artículo 11).
a la luz de las disciplinas que gobiernan la conducta humana (la psicología,
Así mismo, en tercer lugar, se debe comprobar la ausencia de necesi-
la antropología, la sociología, etc.), con miras a decidir con pautas claras,
dad de ejecución de la pena. También es indispensable tener presente las
nítidas y transparentes —sobra decirlo, desarrollando en esta parte los apo- consideraciones de tipo preventivo especial positivo, en la medida que la im-
tegmas de proporcionalidad y racionalidad— si procede la figura en examen. posición de la pena privativa de libertad —y aquí se trata de una de corta du-
Desde el pasado del autor, pues, se evalúa su futuro, con lo que se le da ración— solo debe proceder cuando sea conveniente para la rehabilitación,
cabida a la idea de prevención especial, en desarrollo del principio de la te- la resocialización, la reinserción del reo al seno áe\ conglomerado social; el
leología de las sanciones penales. Esta exigencia dimana del artículo 63, in- instituto en estudio es, entonces, desarrollo del postulado de necesidad de
ciso Io, numeral 2: "Que los antecedentes personales, sociales y familiares intervención como límite a la potestad punitiva del Estado. Así se infiere del
del sentenciado, así como la modalidad y gravedad de la conducta punible numeral 2 del inciso Io, cuando advierte que los juicios sobre la personali-
sean indicativos de que no existe necesidad de ejecución de la pena" y, por dad del agente y la gravedad de la conducta: "... sean indicativos de que no
ende, de tratamiento penitenciario. existe necesidad de ejecución de la pena".
Por supuesto, las dificultades para aplicar esta disposición son bastan- Dicho de otra forma: es indispensable que, previamente, se fraya emi-
tes cuando se piensa que las cárceles colombianas parecen haberse institui- tido una valoración objetiva, imparcial, encaminada a descartar la necesidad
do para fomentar la deshumanización y el maltrato del ser humano, pues la de la pena y, por ende, el merecimiento de pena que, como ya se dijo, es un
"reinserción social" del reo se torna —como con pompa predica el artículo concepto mucho más general.
4o del Código Penal— en mera aspiración teórica con contenido simbólico. En cuarto lugar, debe mediar solicitud del condenado o decisión del juez.
Por ello, ante tan dolorosa realidad, el dispensador de justicia solo podrá negar Es decir, debe concederse de oficio o a petición de parte (Código Penal,
el subrogado en examen cuando, después de una valoración imparcial, idó- artículo 63, inciso Io); esto es, el juez debe reconocerlo motuproprio, así el
nea y objetiva, llegue al firme convencimiento de que el imputado no solo procesado por sí mismo o su defensor no lo invoquen, pudiendo pedirlo cual-
requiere asistencia, sino que también ella puede brindársele; lo contrario sería quiera de las partes (la Fiscalía, la parte civil, etc.).
598 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 599

En fin, en quinto lugar, el beneficiado debe someterse a un período de 5. Las obligaciones. El artículo 65 prevé diversas exigencias que de ma-
prueba. Así mismo, dispone la ley que para la concesión de este beneficio nera acumulativa debe cumplir el sentenciado, si no quiere perder el dere-
es indispensable que el condenado esté dispuesto a cumplir un período de cho a disfrutar de la suspensión condicional de la ejecución de la pena pri-
prueba que va de dos a cinco años, lapso durante el cual queda subordinado vativa de la libertad; sin embargo, parece necesario distinguir dos tipos de
al control de la autoridad judicial respectiva (Código Penal, artículo 63, inciso situaciones.
Io). Desde luego, es facultativo del juez determinar exactamente a cuánto En efecto, en primer lugar, dándole cabida a una exigencia facultativa,
asciende dicho límite, atendiendo a la entidad del hecho y a la persona del la ley ha establecido que el juzgador "podrá exigir el cumplimiento de las
favorecido, que son los criterios rectores de esta institución, como ya se dijo. penas no privativas de la libertad concurrentes con esta", trátese del pago de
Es tan perentoria esta exigencia que, si pasados noventa días desde el mo- multa o de cualquiera de las sanciones accesorias indicadas en el artículo 43,
mento en el cual ha quedado en firme la sentencia, el procesado no se pre- salvo la expulsión del territorio nacional imponible a extranjero. Esta obli-
senta a suscribir la diligencia de compromiso, previo otorgamiento de cau- gación, como se dijo, es absurda y pugna con la naturaleza jurídica unitaria
ción, el beneficio se revocará y la sentencia se ejecutará inmediatamente de la institución, lo que origina el híbrido mencionado más arriba, sin con-
(Código Penal, artículo 66, inciso 2o). siderar que va en contra de los principios de taxatividad y legalidad y des-
conoce el postulado no hay pena sin culpabilidad, pues tales sanciones solo
4. La suspensión condicional de la ejecución de la pena y las penas po-
podrían imponerse a título de responsabilidad objetiva al no suponer la co-
testativas. Según lo ya dicho, esta figura posibilita un nuevo episodio de san- misión de un injusto culpable. Ello evidencia, con claridad, la oposición de
ciones facultativas, como se infiere del artículo 63, inciso 3 o : "el juez podrá tal texto con la Carta Fundamental.
exigir el cumplimiento de las penas no privativas de la libertad concurrentes
con esta". Obvio es decirlo, ello no significa que el juzgador esté legitimado En segundo lugar, se deben imponer ciertos compromisos imperativos
previstos en el artículo 65: informar todo cambio de residencia; observar
para exigir que se cumpla cualquier pena diferente de la privativa de la li-
buena conducta; reparar los daños ocasionados con la conducta punible, salvo
bertad —trátese de la pecuniaria de multa en sus dos modalidades, de las pri-
que demuestre mediante incidente procesal que se encuentra en incapacidad
vativas de otros derechos consagradas como principales en la parte especial,
de hacerlo (Código de Procedimiento Penal, artículo 138 y Código de Pro-
de las sustitutivas o de las accesorias privativas de otros derechos—, sino que cedimiento Civil, artículos 135 y siguientes); someterse a la vigilancia de las
tiene la potestad (por eso dice la ley "podrá") de exigir el cumplimiento de autoridades judiciales que supervisen el cumplimiento de la sentencia, pre-
aquellos castigos que concurran con la pena privativa de libertad que se sus- sentándose cuando fuese requerido para ello; y, para terminar, no salir del
pende. Se hace, pues, referencia solo a aquellas sanciones impuestas al reo país sin autorización del funcionario que vigila la ejecución de la sentencia
en la sentencia respectiva y no a otras, como una primera lectura del texto (Código Penal, artículo 65 y Código de Procedimiento Penal, artículos 483
parece sugerir; no otra conclusión cabe extraer cuando se tiene en cuenta que y 484). Estas obligaciones se deben garantizar mediante caución prendaria
la norma dispone que tales consecuencias jurídicas deben ser "concurrentes (Código de Procedimiento Penal, artículo 369).
con esta", esto es, con la pena privativa de la libertad.
En lo atinente al deber de reparar el daño como condición para disfru-
De esta potestad punitiva no reglada escapa, por supuesto, la pena de tar del beneficio, debe verse una muestra más de los esfuerzos del legislador
inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas (confróntese, artículo para brindarle una adecuada protección a la víctima, disposición que tiene
44), cuando se impone en casos de delitos que afectan el patrimonio del Estado amplios precedentes en el derecho comparado; y, para concluir, es una mues-
(Constitución Política, artículo 122, inciso 5o) —que, contrariando la mis- tra más de que la suspensión de la ejecución de la pena privativa dé libertad
ma Carta Fundamental, se ha introducido con un carácter absolutamente in- —que, como se dijo, puede cobijar toda la condena— no ampara los aspec-
determinado—, cuyo cumplimiento se debe exigir, así obre el mecanismo tos civiles de la sentencia, sin que ello implique una prisión por deudas (con-
sustitutivo en examen, si se tiene en cuenta que es una pena accesoria de fróntese, artículo 63, inciso 2o).
obligatorio cumplimiento y de carácter indeterminado (confróntese, artícu- 6. El momento procesal para su concesión. En principio, y de acuerdo
lo 52, inciso 3o). Así se desprende del inciso final del artículo 63 que se con el contenido del inciso I o del artículo 63, la oportunidad para otorgar este
estudia: "En todo caso cuando se trate de lo dispuesto en el inciso final del beneficio es la de dictar sentencia de primera, segunda o única instancias;
artículo 122 de la Constitución Política, se exigirá su cumplimiento". por ello, se excluye la posibilidad de concederla en sede de casación y con
600 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 601

posterioridad. No obstante, la ley contempla la eventualidad de que el juez que a partir de ese momento se tendrán como inexistentes; ello es producto,
de ejecución de penas la confiera en momento posterior: "el juez de ejecu- como dice la norma, de que "la condena queda extinguida".
ción de penas y medidas de seguridad podrá revocar o negar los mecanis- 8. La suspensión condicional de la ejecución de la pena privativa de la
mos sustitutivos de la pena privativa de la libertad con base en prueba indica- libertad restringida. Finalmente, téngase en cuenta, en virtud de la previ-
tiva de la causa que origina la decisión..." (Código de Procedimiento Penal, sión legal del mecanismo de los beneficios por colaboración eficaz, a los que
artículo 486); que la pueda "revocar" es obvio, pues también lo puede hacer ya se ha hecho referencia, se ha introducido una modalidad de suspensión
el juez ordinario, pero que la pueda "negar" en un momento posterior al de condicional de la pena privativa de la libertad que —por estar sometida a
la sentencia significa, ni más ni menos, que también la puede conceder. Por ciertas condiciones— se denomina aquí restringida, aunque solo obra con
eso, señala la disposición que dichos funcionarios conocen "de lo relaciona- la condición de que se den todas y cada una de las exigencias examinadas.
do con la rebaja de la pena, redención de pena por trabajo, estudio o ense- En otras palabras: en tales casos se deben reunir los requisitos ordinarios y,
ñanza y sobre la sustitución, suspensión o extinción de la sanción penal" al mismo tiempo, es indispensable que se completen las exigencias propias
(Código de Procedimiento Penal, artículo 79, numeral 4). de la figura de la colaboración eficaz', adicionalmente, como el beneficio su-
Ahora bien, no es posible su otorgamiento con anterioridad al momen- sodicho es condicional y puede ser revocado cuando se den ciertos presupues-
to procesal de la sentencia, por la sencilla razón de que todavía no se sabe si tos (Código de Procedimiento Penal, artículo 415), ello significa que tam-
el procesado va o no a ser condenado; no obstante, para efectos de la conce- bién la suspensión condicional de la pena privativa de libertad queda sometida
sión de la libertad provisional, la ley contempla la posibilidad de que se haga a dicho régimen. Por eso, aunque de manera pleonástica —y al legislador
una evaluación con miras a determinar si en caso de una sentencia condena- parecen gustarle los absurdos—, se le podría llamar también suspensión con-
toria el endilgado sería acreedor al subrogado (Código de Procedimiento Pe- dicional de la ejecución de la pena privativa de libertad "condicionada ", por-
nal, artículo 365, numeral 1). que, en verdad, eso sucede.
7. Los efectos procesales. El beneficio examinado puede generar dos En fin, es tan reducido este régimen que de él escapan ciertas delincuen-
consecuencias, según que el sentenciado amparado cumpla o incumpla las cias como las que involucran al determinador, cabecilla, director, financista
obligaciones impuestas; en el primer caso, se habla de extinción de la con- o promotor de la conducta de secuestro o de la asociación organizada para
dena impuesta (artículo 67) y, en el segundo, de la revocación (artículo 66). delinquir, pues para ellos están excluidas estas prerrogativas (Código de
En cuanto a la revocación, ella puede darse en dos situaciones distin- Procedimiento Penal, artículo 413, inciso 4o).
tas: una, cuando durante el período de prueba el agente incumple cualquiera
b) La libertad condicional
de las obligaciones del artículo 65 impuestas en la sentencia (confróntese,
artículo 66, inciso Io), entre las que está la de no cometer nuevas conductas Este instituto aparece en los artículos 64 a 67 del Código Penal, 480 a
punibles; y, la otra, si transcurridos noventa días desde la ejecutoria de la 482 del Código de Procedimiento Penal y, al igual que el anterior, tiene la
sentencia no suscribe personalmente el acta de compromiso y presta la cau- calidad de sucedáneo de la pena privativa de libertad impuesta; también se
ción exigida (confróntese, artículo 66, inciso 2o). En ambos casos, con con- le denomina "liberación condicional" o "suspensión del resto de la pena",
secuencias muy claras: "se ejecutará inmediatamente la sentencia en lo que aunque las equivalencias no siempre son afortunadas. La primera de las cita-
hubiere sido motivo de suspensión y se hará efectiva la caución prestada" das disposiciones expresa: "Libertad condicional. El juez concederá la li-
(Código Penal, artículo 66, inciso Io) o se procederá "a ejecutar inmediata- bertad condicional al condenado a pena privativa de la libertad, cuando haya
mente la sentencia" (artículo 66, inciso 2o). cumplido las tres quintas partes de la condena, siempre que de su buena con-
Ahora bien, la extinción se presenta cuando, transcurrido el término se- ducta en el establecimiento carcelario pueda el juez deducir, motivadamen-
ñalado en el período de prueba sin que el condenado incurra en ninguna de te, que no existe necesidad para continuar con la ejecución de la pena. No
las situaciones que pueden originar la revocación, el funcionario, mediante podrá negarse el beneficio de la libertad condicional atendiendo a las circuns-
resolución judicial, así lo declara (Código Penal, artículo 67 y Código de tancias y antecedentes tenidos en cuenta para la dosificación de la pena. El
Procedimiento Penal, artículo 485). Desde luego, expira no solo la pena pri- período de prueba será el que falte para el cumplimiento total de la condena".
vativa de libertad, sino también las demás penas impuestas, incluso las que 1. Concepto. Este mecanismo —asimilable a la parole del derecho an-
se hubiesen descontado a título de obligación durante el período de prueba, glosajón— actúa en favor del sentenciado que ha cumplido parte de la conde-
602 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 603

na, pues le permite recobrar la libertad de manera provisional durante un pe- En segundo lugar, se debe observar buena conducta en el establecimien-
ríodo de prueba en el que debe cumplir ciertas exigencias, satisfechas las to carcelario. Esta pauta ratifica la función que cumple la prevención espe-
cuales obtiene su liberación definitiva; se trata, en realidad, de un lapso de cial en esta materia, pues si algo está claro es que el legislador espera que la
transición entre la prisión y la reincorporación a la vida en sociedad, de un ejecución de la pena de prisión esté animada por la idea de resocialización;
"aprendizaje de la vida en libertad". Como puede apreciarse, el fenómeno huelga decirlo, esa aspiración no es más que un sueño ajeno, principalmente
en estudio está dirigido a las penas privativas de libertad de larga duración en un sistema penitenciario como el colombiano; así se infiere del texto le-
y busca, mediante la rebaja del resto de la sanción, estimular al condenado gal: "... siempre que de su buena conducta en el establecimiento carcelario...".
para que observe buena conducta y recobre la libertad con su propio esfuer- Así mismo, en tercer lugar, es indispensable que no exista necesidad de
zo y la ayuda de los agentes del Estado, de tal manera que durante el período la ejecución de la pena. Para terminar, se requiere que el juez emita un juicio,
de prueba logre su readaptación y se haga acreedor más tarde a la liberación debidamente razonado —como se infiere del adverbio "motivadamente", que
definitiva. Ahora bien, desde un punto de vista politicocriminal, se le ha asig- expresa el principio de razonabilidad—, encaminado a precisar si quizás
nado a la libertad condicional la función de contribuir a la corrección del reo existe "necesidad para continuar con la ejecución de la pena". En otras pa-
en el sentido de la prevención especial, su resocialización, junto con la pro- labras: de nuevo los criterios preventivos de carácter especial —para el caso
tección de la sociedad frente a formas graves de delincuencia. positivos— fundan la concesión del sustitutivo en examen, como consecuen-
cia de la asunción del postulado de necesidad que, recuérdese, se debe en-
2. Naturaleza jurídica. Al respecto se han planteado diversas teorías: tender en el marco de la prevención (confróntese, artículo 3 o , inciso 2o).
es una gracia, una variación de la cuantía de la pena, una recompensa legal,
En síntesis, pues, la idea de prevención especial positiva —entendida
una interrupción del lapso de la ejecución de la pena, una modificación de
como no desocialización— funda la concesión del sustitutivo en examen,
la sentencia, una forma de cumplimiento de la pena, etc.; sin que falten quienes
como también se infiere del título i del Código Penal. De ello se infiere,
lo entiendan, sencillamente, como "una medida de ejecución penal". No obs-
naturalmente, que en el ámbito de la libertad condicional existen unas pau-
tante, parece lógico asignarle la naturaleza de una causal extintiva de la eje-
tas de determinación que no se pueden confundir con las imperantes en
cución de la sanción, de carácter condicional, pues —tal como acontece con
materia de determinación de la pena; por eso, expresa la ley sustantiva: "No
la suspensión condicional de la ejecución de la pena— si el beneficiario
podrá negarse el beneficio de la libertad condicional atendiendo a las circuns-
cumple con las exigencias impuestas, se agota la pretensión punitiva del Es- tancias y antecedentes tenidos en cuenta para la dosificación de la pena" (con-
tado sobre el resto de la pena inicialmente impuesta. fróntese, artículo 64, inciso 2o).
3. Los requisitos para su concesión. Son diversas las exigencias pre- En cuarto lugar, el sentenciado debe someterse a un período de prueba
vistas por el codificador para que opere este sustitutivo de la sanción priva- equivalente a las dos quintas partes de la pena por descontar (confróntese,
tiva de la libertad. artículo 64, inciso 3o), lo cual significa que su monto dependerá del de la pena
En primer lugar, se requiere que el condenado haya cumplido una parte privativa de la libertad impuesta en cada caso concreto, pues a partir de ella
de la pena impuesta. Este mecanismo sustitutivo solo procede si el conde- se hacen los cómputos correspondientes.
nado ha descontado las tres quintas partes de la condena, lo que, a no dudar- También, en quinto lugar, se requiere resolución favorable del Conse-
lo, constituye una exigencia objetiva que se fundamenta en miras preventi- jo de Disciplina y allegar otros medios de prueba. En efecto, el aspirante a
vo-especiales positivas, pues el legislador aspira a que el tratamiento obtener este beneficio debe obtener que el Consejo de Disciplina del respec-
penitenciario cumpla con sus cometidos; así se desprende del vigente artícu- tivo centro de reclusión emita resolución favorable a sus pretensiones o, en
lo 64 —después de que el límite punitivo de tres años fue declarado inexe- su defecto, lo puede hacer el director del establecimiento carcelario respec-
quible por la Corte Constitucional mediante sentencia C-806 de 3 octubre tivo; adicionalmente, con la solicitud debe presentar la copia de su cartilla
2002—: "El juez concederá la libertad condicional al condenado a pena biográfica y los documentos para acreditar las exigencias aquí examinadas.
privativa de la libertad, cuando haya cumplido las tres quintas partes de la Así se deduce del artículo 480 del Código de Procedimiento Penal: "Solici-
condena...". En algunos casos, atendiendo a una filosofía peligrosista, se tud. El condenado que se hallare en las circunstancias previstas en el Códi-
proscribe este beneficio, aunque se dé el requisito objetivo (confróntese ley go Penal, podrá solicitar al juez de ejecución de penas y medidas de seguri-
733 de 2002, artículo 11). dad, la libertad condicional acompañando la resolución favorable del consejo
604 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 605

de disciplina, o en su defecto del director del respectivo establecimiento car- nos encargados de hacer el control respectivo sobre el beneficiario (Código
celario, copia de la cartilla biográfica y los demás documentos que prueben de Procedimiento Penal, artículo 482).
los requisitos exigidos en el Código Penal, los que deberán ser entregados a 7. La libertad condicional restringida. Así mismo, atendidas las pre-
más tardar dentro de los tres (3) días siguientes". visiones legales en materia de los beneficios por colaboración eficaz, el
Para terminar, en sexto lugar, procede de oficio o a petición de parte codificador ha introducido una modalidad de libertad condicional que está
interesada. Aunque el texto legal no lo diga, parece obvio que la autoridad sometida a ciertas exigencias adicionales, con lo que nada impediría llamar-
judicial puede pronunciarse motuproprio o a instancias de quien tenga in- la libertad condicional condicionada, o cualquier denominación afín (Có-
terés en ello; en este caso se trata del juez que haya dictado la sentencia res- digo de Procedimiento Penal, artículos 413 y 415); ello significa, desde lue-
pectiva, si la concesión del subrogado se decide en dicho momento, o del juez go, que también la figura en examen queda sometida a un régimen adicional.
de ejecución de penas y medidas de seguridad, si ello acontece con posterio-
ridad (Código de Procedimiento Penal, artículo 480). c) La reclusión domiciliaria u hospitalaria por enfermedad muy grave
4. Las obligaciones. El beneficiario de este sustitutivo de la pena pri- Es esta otra modalidad de sustituto o mecanismo reductor de la pena pri-
vativa de la libertad debe cumplir ciertas obligaciones coincidentes con las vativa de libertad, para el caso la prisión, prevista por el legislador.
señaladas para la suspensión condicional de la ejecución de la pena en el 1. Noción. Como su mismo nombre lo indica, este instituto posibilita
artículo 65 del Código Penal, que también se deben garantizar mediante cau- que el penado aquejado de una enfermedad muy grave, incompatible con la
ción prendaria (Código de Procedimiento Penal, artículo 369). vida carcelaria, cumpla la sanción penal en su propia residencia —lo que lo
5. El momento procesal para su concesión. Como lo normal es que el torna en una modalidad de la prisión domiciliaria prevista en el artículo 38
procesado haya cumplido las tres quintas partes de la condena para que tenga o en un centro hospitalario elegido por las autoridades penitenciarias o por
derecho a ampararse en este sucedáneo, esto significa que la oportunidad para él, que asume los costos respectivos, previa autorización judicial después de
poder disfrutarlo se circunscribe a la etapa de la ejecución de la pena —esto que se han reunido los presupuestos legales correspondientes. Así lo dispo-
es, una vez fenecido el proceso penal respectivo—; no obstante, nada impi- ne el inciso I o del artículo 68 del Código Penal: "Reclusión domiciliaria u
de que ello suceda durante el propio decurso del proceso, pues bien puede hospitalaria por enfermedad muy grave. El juez podrá autorizar la ejecu-
suceder que las tres quintas partes de la pena se cumplan en detención pre- ción de la pena privativa de la libertad en la residencia del penado o centro
ventiva o al momento mismo de dictar la sentencia de única, de primera o de hospitalario determinado por el Inpec, en caso que se encuentre aquejado por
segunda instancias. Por esa razón, la ley procesal penal prevé la libertad pro- una enfermedad muy grave incompatible con la vida en reclusión formal,
visional de quien cumple con dichas exigencias (artículo 365, numeral 2). salvo que en el momento de la comisión de la conducta tuviese ya otra pena
6. Los efectos procesales. De la concesión de esta gracia solo pueden suspendida por el mismo motivo". Ello, claro está, salvo los casos en los que
derivarse dos consecuencias: por un lado, la revocación, cuando el agente está prohibido (confróntese ley 733 de 2002, artículo 11).
incumple cualquiera de las obligaciones impuestas, por lo que deben hacer- 2. Criterios para su concesión. Además de las pautas generales de indi-
se efectivas tanto la caución prestada como el resto de la pena por cumplir vidualización de la pena, que como tantas veces se ha dicho, actúan tanto en
(Código Penal, artículo 66, inciso I o y Código de Procedimiento Penal, ar- sentido estricto como amplio, el juzgador debe atenerse a las siguientes reglas.
tículo 482). Por otro lado, si ha transcurrido el período de prueba y el con- En efecto, en primer lugar, para que proceda la sustitución de la pena
denado cumple con sus obligaciones, tiene lugar la extinción del resto de la de prisión por la reclusión domiciliaria u hospitalaria, es indispensable que
pena y procede la liberación definitiva, previa resolución judicial que así lo el penado sufra un quebrantamiento psíquico o físico que el legislador cali-
declare (Código Penal, artículo 67); desde luego, se entiende que a partir de fica como de "muy grave", esto es, se requiere un padecimiento que tenga
ese momento el agente ha satisfecho el compromiso que lo ligaba al Estado la hondura suficiente para motivar el cambio del sitio de reclusión, de tal ma-
por haber transgredido con su actuar la ley penal. nera que —así el condenado no esté en inminente peligro de muerte— no sea
Ahora bien, en lo que hace a la autoridad judicial competente para pro- viable permanecer en el centro penitenciario que se le ha asignado, sea por
nunciarse sobre esta medida, se ha investido de tal potestad al juez de ejecu- la carencia de medios para darle el tratamiento requerido, sea porque a pesar
ción de penas y medidas de seguridad, de oficio o por solicitud de los órga- de que dicho centro los posea, el mal sufrido impida continuar con "la vida
606 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 607

en reclusión formal"; al efecto, el juzgador se debe auxiliar del perito o médico de ordenar la suspensión, el retardo o la postergación de la ejecución de la
especializado (confróntese, artículo 68, inciso 2o). En fin, debe tenerse en pena impuesta al considerar factores como la edad del condenado, el emba-
cuenta que esta pauta es consecuencia directa de los principios de necesidad razo de la mujer o la enfermedad del sentenciado; obviamente, este sustitu-
y de razonabilidad ya expuestos. tivo no supone ausencia de la ejecución de la pena privativa de la libertad,
En segundo lugar, otra pauta que debe observar el administrador de sino su aplazamiento para otro momento en el que las condiciones del sen-
justicia para determinar si se concede el sucedáneo correspondiente es la ati- tenciado lo hagan sujeto pasible de aquella. Se trata, pues, de una medida de
nente a la preexistencia de un mecanismo similar al otorgado, pues este actúa carácter transitorio. Así lo dispone el artículo 471 del Código de Procedi-
"salvo que en el momento de la comisión de la conducta tuviese ya otra pena miento Penal: "Aplazamiento o suspensión de la ejecución de la pena. El
suspendida por el mismo motivo". En otras palabras: no procede para los juez de ejecución de penas y medidas de seguridad podrá ordenar al Institu-
reincidentes, lo que pone en tela de juicio la constitucionalidad de esta dis- to Nacional Penitenciario y Carcelario, el aplazamiento o la suspensión de
posición, porque el criterio tiene un fundamento peligrosista, ajeno a los pos- la ejecución de la pena, previa caución, en los mismos casos de la suspen-
tulados de humanidad, acto y culpabilidad, entre otros, además de que no sión de la detención preventiva".
parece ser trasunto de los axiomas de razonabilidad, necesidad y proporcio- Ahora bien, esta última figura está prevista en el artículo 362 del mis-
nalidad que, según dice el artículo 3 o del Código Penal, son los "principios mo estatuto en cuyo inciso I o dispone: "Suspensión. La privación de la li-
de las sanciones penales". bertad se suspenderá en los siguientes casos: 1. Cuando el sindicado fuere
mayor de sesenta y cinco (65) años, siempre que su personalidad y la natu-
3. Revocatoria y extinción. Comoquiera que el fundamento de este sus-
raleza o la modalidad de la conducta punible hagan aconsejable la medida.
tituto es la situación de grave enfermedad padecida por el condenado, si esa
condición cesa y el agraciado recupera la salud, se impone su revocatoria; 2. Cuando a la sindicada le falten menos de dos (2) meses para el parto o
ahora bien, si en la situación de reclusión domiciliaria u hospitalaria se cum- cuando no hayan transcurrido seis (6) meses desde la fecha en que dio a luz.
ple la pena impuesta en la sentencia, procede su extinción. Así lo dispone 3. Cuando el sindicado estuviere en estado grave por enfermedad, previo dic-
el artículo 68, incisos 5 o y 6o: "En el evento de que la prueba médica arroje tamen de los médicos oficiales".
evidencia de que la patología que padece el sentenciado ha evolucionado al 2. Casos y criterios. Sin desatender las pautas genéricas de determina-
punto que su tratamiento sea compatible con la reclusión formal, revocará ción de la pena ya examinados, el juzgador podrá conceder este beneficio en
la medida. Si cumplido el tiempo impuesto como pena privativa de la liber- las siguientes situaciones:
tad, la condición de salud del sentenciado continúa presentando las caracte- En primer lugar, por razón de la edad, la personalidad y la naturaleza
rísticas que justificaron su suspensión, se declarará extinguida la sanción". o modalidad de la conducta punible. En estas situaciones el aplazamiento
Así mismo, como el artículo 68, inciso 4o, remite a lo dispuesto en el inciso procede si se reúnen tres condiciones: primera, que el condenado haya cum-
3 o del artículo 38, también procede la revocatoria cuando el condenado in- plido sesenta y cinco años de edad, esto es, se tiene en cuenta un factor bio-
cumpla las obligaciones contraídas, se evada, no se recluya en el sitio orde- lógico verificable objetivamente, que se funda en el postulado de humani-
nado, o continúe realizando actividades delictivas, lo que es apenas lógico, dad de las penas; segunda, se debe hacer una evaluación de la personalidad
atendida la filosofía que inspira este mecanismo reductor de la pena priva- del agente, lo que implica partir de la misión preventivo-especial positiva (no
tiva de la libertad. desocialización) asignada a la pena; y, tercera, ha de tenerse en cuenta la natu-
raleza y modalidad de la conducta punible, esto es, se debe atender a la enti-
d) El aplazamiento de la ejecución de la pena dad del comportamiento criminal que ha motivado la condena, con ío que se
También, a título de mecanismo atinente a la individualización o deter- observan los principios del acto y de protección de bienes jurídicos (Código
minación de la pena en sentido amplio, prevé la ley procesal penal otro sus- de Procedimiento Penal, artículos 362, numeral 1, y 471). Pese a ello, en al-
tituto consistente en el aplazamiento de la ejecución de la pena privativa de gunos casos no procede (ley 733 de 2002, artículo 11).
la libertad que, en verdad, parece una variante de la reclusión domiciliaria u En segundo lugar, si se trata de personas de sexo femenino que estén
hospitalaria, aunque sometida a caución. embarazadas. En este tipo de situaciones, el administrador de justicia debe
1. Concepto. Con tal nombre se designa la figura mediante la cual el examinar si ella se encuentra en el período que corre desde los dos últimos
juez —en este caso el de ejecución de penas y medidas de seguridad— pue- meses del embarazo hasta los seis siguientes al parto (Código de Procedimien-
608 MANUAL DE DERECHO PENAL LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 609

to Penal, artículos 362, numeral 2, y 471), momento en el que procede el apla- f) Las redenciones de pena por trabajo, estudio, enseñanza
zamiento correspondiente, que atiende, básicamente, a razones humanitarias y otras actividades: la remisión
(principio de dignidad de la persona humana).
De igual forma, en tercer lugar, en casos de enfermedad grave. En esta Esta modalidad de sucedáneo tampoco está prevista en la ley penal sus-
situación, con base en razones humanitarias y a partir del postulado de ne- tantiva y admite varias subdivisiones.
cesidad de la pena, es posible aplazar su ejecución cuando el condenado se 1. Concepto. Se alude a aquellas situaciones en las que la pena de pri-
encuentre en tal estado, previo concepto de los médicos oficiales. sión impuesta se acorta en ciertos casos, si el condenado lleva a cabo deter-
3. Clases. Por supuesto, atendida la redacción legal (confróntese, artícu- minadas actividades según las exigencias legales sobre el asunto; o cuando,
los 362, inciso 2o, y 471), estas figuras pueden asumir diversas modalidades, también por disposición legal, ello sucede de manera automática. Se habla,
pues el juez puede determinar —sin que se señalen pautas para el efecto— pues, de la figura que otras legislaciones denominan remisión. No obstante,
que el beneficiado con la sustitución quede recluido en su morada (verdade- hay casos de prohibición expresa (ley 733 de 2002, artículo 11).
ra modalidad de detención domiciliaria) o en una clínica u hospital (deten- 2. Clases. Este instrumento, en sus diversas modalidades —animadas
ción hospitalaria): "En estos casos, el funcionario determinará si el sindica- por la idea de prevención especial positiva, entendida como no desocializa-
do debe permanecer en su domicilio, en clínica u hospital". De aquí se infiere, ción del reo—, está previsto en el Código Penitenciario y Carcelario (artícu-
entonces, que son posibles dos clases de aplazamiento: el domiciliario y el los 82 y siguientes) al cual remite el Código de Procedimiento Penal (artículo
hospitalario o clínico; no parece, pues, viable el internamiento en lugar dis- 494), y es de cuatro clases.
tinto de los indicados. En primer lugar, se tiene la redención de la pena por trabajo. Según
4. Obligaciones. Tal como sucede con otras figuras encaminadas a ope- esta modalidad, el condenado —lo que también es extensible a los privados
rar como sustitutivos de la pena privativa de la libertad, el beneficiado tiene de la libertad aún no sentenciados— puede descontar la pena de prisión im-
que cumplir con ciertas exigencias; en efecto, debe suscribir un acta de com- puesta mediante actividades laborales cumplidas durante su período de eje-
promiso por medio de la cual promete permanecer en el lugar asignado para cución, de tal manera que cada dos días de trabajo se abonan a uno de reclu-
su permanencia y presentarse ante la autoridad competente cuando se le sión; al efecto, se entiende por día de trabajo aquella jornada equivalente a
requiera. Así se infiere de los incisos 3 o y 4o del artículo 362: "El beneficia- ocho horas diarias (Código Penitenciario y Carcelario, artículo 82), sin in-
do suscribirá un acta en la cual se compromete a permanecer en el lugar o cluir los días domingos y festivos (artículo 100).
lugares indicados, a no cambiar sin previa autorización de domicilio y a pre- En segundo lugar, la redención de la pena por estudio. De igual ma-
sentarse ante el mismo funcionario cuando fuere requerido. Estas obligacio- nera, el privado de la libertad que lleve a cabo labores de aprendizaje duran-
nes se garantizarán mediante caución". Como es obvio, si el inculpado in- te el período correspondiente tiene derecho a que se le abone un día de prisión
cumple tales requerimientos, debe soportar la revocatoria de la medida y por cada dos de estudio; por tal, se concibe la dedicación a dicha actividad
perder el importe de la caución (artículo 362, inciso 5o). por seis horas diarias (confróntese, Código Penitenciario y Carcelario, ar-
tículo 97), sin incluir días domingos y festivos.
e) La suspensión de la ejecución de la pena
Así mismo, en tercer lugar, opera la redención de la pena por enseñanza.
También prevé la ley procesal penal la figura de la suspensión de la eje- Igualmente, la institución de la remisión también actúa en aquellos casos
cución de la pena, que supone su interrupción o su cesación con carácter en los que los privados de la libertad se dedican a la actividad docente en cual-
definitivo o transitorio, según las mismas razones ya dichas (Código de Pro- quier área del conocimiento, en su modalidad de institutores, y tienen dere-
cedimiento Penal, artículos 362 y 471). Obviamente, el aplazamiento estu- cho a que se les computen cuatro horas de enseñanza diarias como un día de
diado en el literal anterior parece ser una verdadera modalidad de suspen- estudio, con lo que se descuenta un día de pena por dos de enseñanza, esto
sión transitoria, con lo que habría sido suficiente que el legislador emplease es, en los mismos términos que la redención por estudio (véase, artículo 98).
solo el vocablo suspensión para aglutinar los dos fenómenos. Por lo demás, En cuarto lugar, la redención de la pena por actividades literarias, de-
los casos y criterios para su imposición, las clases, la revocatoria y la extin- portivas, artísticas y en comités internos. También las actividades enuncia-
ción, se rigen por las mismas reglas del aplazamiento que se han expuesto. das se asimilan a estudio para los efectos del abono correspondiente, con lo
LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA SANCIÓN PENAL (II) 611
610 MANUAL DE DERECHO PENAL

que se introduce otro mecanismo llamado a acortar la pena privativa de li- debieran orientar al juzgador en estas materias, aunados a los criterios de de-
bertad, de amplia operancia (artículo 99). terminación de la pena que señala el artículo 61, inciso 3o, que también han
de regir para estas especies de castigos —verdaderas modalidades de pena,
En fin, en quinto lugar, también existe otra modalidad de remisión para
entendido el concepto en un sentido amplio, como ya se dijo— por cuanto
las "mujeres cabeza de familia" condenadas a pena de prisión o a prisión
no se opongan a su propia naturaleza y cometidos.
domiciliaria, que pueden desarrollar "trabajos comunitarios de mantenimien-
to, aseo, obras públicas, ornamento o reforestación y servicios en el períme-
tro urbano o rural de la ciudad o municipio sede del respectivo centro carce-
lario o penitenciario de residencia fijado por el juez", y que pueden redimir
su pena en los términos señalados en la ley penitenciaria (confróntese ley 750
de 2002, artículo 5o).
g) La suspensión condicional de la ejecución de las medidas
de seguridad
También ha previsto la ley penal la suspensión condicional de la ejecu-
ción de las medidas de seguridad, aunque el legislador se limita a decir que
ello lo hará el juez, previo dictamen de "experto oficial" (Código Penal, ar-
tículo 79, inciso I o ), sin indicar qué pauta o pautas se han de tener en cuenta
para el efecto. Sin embargo, en tratándose de la internación en casa de es-
tudio o de trabajo, se dispone que en lugar del dictamen se debe acudir al "con-
cepto escrito y motivado de la junta o consejo directivo del establecimiento
en donde (el agente) hubiere cumplido la internación, o de su director a falta
de tales organismos" (Código Penal, artículo 79, inciso 2o).
Así mismo, sobre la libertad vigilada —que es una medida accesoria a
la de internación—, se ha dispuesto que las obligaciones señaladas en el ar-
tículo 74 (residir en determinado lugar, prohibición de concurrir a ciertos
lugares y presentación periódica ante las autoridades) "podrán exigirse cuan-
do se suspenda condicionalmente la ejecución de las medidas de seguridad",
aunque "sin sujeción a ningún término" (Código Penal, artículo 74, inciso
2o), con lo cual se imponen exigencias que se tornan en indeterminadas y se
viola —con meridiana claridad— el texto de la Constitución y de la ley, cuan-
do proclaman la vigencia de los axiomas de legalidad y de determinación
también en estos ámbitos.
En fin, no deja de ser muy criticable que este asunto —propio de la deter-
minación judicial de la sanción penal en un sentido amplio— se deje al ca-
pricho y al arbitrio judicial, lo cual genera notoria inseguridad jurídica en un
terreno en el que, justamente, por tratarse de personas disminuidas a las que
el propio constituyente quiere proteger de manera especial (Constitución Po-
lítica, artículo 13, inciso 3o), se deberían prever mecanismos idóneos de in-
dividualización. De todas maneras, pareciera que los principios vigentes en
materia de las sanciones penales —y no solo los previstos en el artículo 3 o —
T

CAPÍTULO VIGESIMOSEGUNDO

CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA PRETENSIÓN


PUNITIVA DEL ESTADO

Bibliografía básica: AMBOS, KAI: "¿Una «ley de punto final» en Colombia?", en Revista
Nuevo Foro Penal, número 57, Santa Fe de Bogotá, Edit. Temis, 1993, páginas 311 y si-
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edición, Madrid, Artes Gráficas y Ediciones, 1986; GRACIA MARTÍN, LUIS/MIGUEL ÁNGEL
BOLDOVA PASAMAR/MARÍA DEL CARMEN ALASTUEY DOBÓN: Lecciones de consecuencias ju-
rídicas del delito, Valencia, Tirant lo Blanch, 1998; LEONE, GIOVANNI: Tratado de derecho
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MADLENER, KURT: "La reparación del daño sufrido por la víctima y el derecho penal", en
Estudios de derecho penal y criminología. En homenaje al profesor José María Rodríguez
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CA, JUAN y AA. VV.: Derecho jurisdiccional, tomo i, parte general, 2 edición, Barcelona,
Librería Bosch, 1989; MORILLAS CUEVA, LORENZO: Teoría de las consecuencias jurídicas del
delito, Madrid, Edit. Tecnos, 1991; REY GONZÁLEZ, CARLOS: La prescripción de la infrac-
ción penal (en el Código de 1995), 2a edición, Madrid, Marcial Pons, 1999; ROXIN, CLAUS:
Derecho procesal penal, traducción de Gabriela E. Córdoba y Daniel R. Pastor, Buenos Aires,
Editores del Puerto, 2000; SANDOVAL HUERTAS, EMIRO: "La prescripción de la pena en el nuevo
Código Penal colombiano", en Revista Nuevo Foro Penal, número 14, Bogotá, Edit. Temis,
1982, páginas 639 y siguientes; id.: La pena privativa de la libertad en Colombia y en Ale-
mania Federal, Bogotá, Edit. Temis, 1988; SOBREMONTE MARTÍNEZ, JOSÉ ENRIQUE: Indultos
y amnistía, Valencia, Universidad de Valencia, 1980; VARGAS, ALVARO: "El régimen de la
acción penal", en Revista Nuevo Foro Penal, número 34, Bogotá, Edit. Temis, 1986, pági-
nas 439 y siguientes.

I. CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA "ACCIÓN PENAL"

Por "acción penal", en un sentido muy amplio, se entiende el poder de


pedirle al juez penal la decisión acerca de una notitia criminis', y, de^sde una
perspectiva estricta, se concibe como el derecho de provocar la decisión del
funcionario judicial, tendente a obtener la declaración de certeza de una notitia
criminis, en relación con un hecho constitutivo de infracción a la ley penal.
Como se desprende de lo anterior, la acción penal —concepto propio de un
proceso penal regido por los principios del sistema acusatorio— puede ser
ejercida de diversas formas, dependiendo de como se conciba, tal como lo
demuestran diversos ejemplos del derecho comparado. En el actual ordena-
miento constitucional impera un régimen que posibilita un verdadero pro-

21. VELÁSQUEZV., 2?
614 MANUAL DE DERECHO PENAL CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA PRETENSIÓN PUNITIVA DEL ESTADO 615

ceso penal acusatorio, pues se le ha atribuido el ejercicio de la acción penal desde.el momento de la comisión de la conducta punible, o de un año, en situa-
a la Fiscalía General de la Nación (véase Constitución Política, artículo 250, ciones de fuerza mayor o caso fortuito, que se contabiliza a partir de la des-
modificado por el acto legislativo 3 de 2002); desde luego, la normativa con- aparición de estos últimos, según indica el artículo 34 del Código de Proce-
tenida en la Carta Fundamental todavía requiere un preciso desarrollo legal. dimiento Penal) están expresamente señalados en la ley procesal penal, donde
Aclarado lo anterior cabe, ahora, preguntar: ¿en qué casos se produce el legislador ha hecho un listado taxativo de ellos en el artículo 35, del que
la extinción de la acción penal? Ello sucede en diversas hipótesis previstas se infiere que ascienden a treinta y ocho, con la condición de que el sujeto
en las leyes sustantiva y procesal, aplicables tanto a quien es sancionado con pasivo no sea menor de edad; en estas hipótesis —de ahí la importancia de
penas como a quien lo es con medidas de seguridad (Código de Procedimiento lo consignado en el texto legal en comento— es admisible el desistimiento.
Penal, artículo 38 y Código Penal, artículos 82 y siguientes y 93). Esta figura puede ser dividida de varias maneras: procesal, cuando la
petición se presenta dentro del mismo rito de juzgamiento, ante el fiscal o
A) La muerte del sindicado juez respectivo y con el lleno de los requisitos legales correspondientes;
extraprocesal, si se realiza por fuera de la actuación, como su nombre lo indi-
Según los artículos 82, numeral 1, del Código Penal y 38 del Código de
ca; igualmente, puede ser expresa si se manifiesta mediante un acto público
Procedimiento Penal, "la muerte del procesado" es causal de "extinción de la
o privado, y tácita cuando se infiere de los actos realizados por el querellan-
acción penal"; este fenómeno, como es obvio, no solo le pone fin a toda la
te que denotan su voluntad de desistir; incluso, puede dividirse en espontá-
actividad material del ser humano, sino al despliegue de la persecución pe-
nea y provocada, según si la manifestación de voluntad es libre o no. De
nal del Estado, pues no tiene sentido procesar penalmente a las personas des-
acuerdo con la regulación legal, no cabe duda de que este fenómeno debe ser
pués que han abandonado la vida. La utilización de la voz "procesado" por
expreso, aunque no necesariamente escrito, pues la ley dice que "... podrá
la ley, quiere llamar la atención sobre el hecho de que la persona puede en-
presentarse por escrito..."; es de carácter estrictamente procesal, pues se debe
contrarse sumariada o enjuiciada, bajo la condición de que en su contra no
hacer "... en cualquier estado de la actuación, antes de que se profiera sen-
se haya dictado sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada, caso en
tencia de primera o de única instancia". Debe, igualmente, ser independien-
el que se extingue la pena.
te, pues "el funcionario judicial verificará que las manifestaciones del mis-
mo se produzcan libremente"; y no admite retractación (Código Penal,
B) El desistimiento
artículo 82 y Código de Procedimiento Penal, artículo 37).
Según se desprende del contenido de los artículos 82, numeral 2, del Có- Sobre las consecuencias del desistimiento, pueden generarse varias si-
digo Penal, y 38 del Código de Procedimiento Penal, "el desistimiento" ex- tuaciones que es indispensable distinguir. En efecto, en primer lugar, es pro-
tingue la "acción penal"; entre tanto, el artículo 37 expresa: "La querella es bable que solo lo haga uno entre varios querellantes, caso en el que no se ex-
desistible. El desistimiento podrá presentarse por escrito en cualquier esta- tingue la "acción penal", pues se requiere la ratificación de los demás; incluso,
do de la actuación, antes de que se profiera sentencia de primera o única ins- si entre varios ofendidos uno solo propone la querella, el desistimiento pre-
tancia, se hará extensivo a todos los copartícipes y no admitirá retractación. sentado por este no perjudica el derecho de los demás a quejarse. Así mismo,
El funcionario judicial verificará que las manifestaciones del mismo se pro- en segundo lugar, puede suceder que el único agraviado desista y sean va-
duzcan libremente". rios los querellados, situación en la que quedan cobijados todos, aunque se
La regulación mencionada obliga a precisar el alcance de dos figuras llegare a presentar solo en favor de uno de ellos (Código de Procedimiento
distintas: el desistimiento y la querella. Mediante la primera, el agraviado Penal, artículo 37, inciso Io). En tercer lugar, puede presentarse un número
con la conducta punible manifiesta su voluntad de renunciar a la acción penal plural de conductas punibles y alguna o algunas de ellas ser de iniciación ofi-
entablada o por entablarse; y, por medio de la segunda, se alude a la facultad ciosa, situación en la que solo quedan cobijadas por lafiguradel desistimiento
conferida por el Estado a los particulares para que a su arbitrio decidan si se las hipótesis que lo admitan.
inicia la correspondiente acción penal, en ciertos casos, lo que constituye una C) La amnistía propia
evidente excepción al carácter irrenunciable de tal acción (véase Código de
Procedimiento Penal, artículos 31 y siguientes). Ahora bien, los casos de deli- Según el mismo artículo 82, numeral 3, del Código Penal, en armonía
tos que admiten querella (que caduca en el término de seis meses, contados con el artículo 38 del Código de Procedimiento Penal, "la amnistía propia"
616 MANUAL DE DERECHO PENAL CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA PRETENSIÓN PUNITIVA DEL ESTADO 617

también es causal de extinción de la "acción penal". Por dicha idea se en- bien a esta clase de infracciones. Al respecto, debe recordarse que existen \
tiende un acto del poder soberano, mediante el cual se borran con el olvido algunas figuras delictivas en las que está vedada la concesión de esta gracia,
total y absoluto las infracciones a la ley penal que sean susceptibles de ser como sucede con el genocidio, la desaparición forzada, el desplazamiento
catalogadas como de carácter político, y se les pone fin tanto a los procesos forzado y la tortura (confróntese ley 589 de 2000, artículo 14; ley 733 de 2002,
comenzados o por iniciarse, como a las condenas pronunciadas. Se trata, artículo 13, declarado exequible por la sentencia C-695 de 28 agosto 2002).
pues, de un suceso propio de la política estatal, en cuya virtud —en épocas En cuarto lugar, implica la supresión de la acción represiva del Estado,
de crisis— los gobiernos tornan nulas las leyes expedidas con miras a res- de tal manera que los hechos y sus autores son objeto de olvido para efectos
tablecer la concordia, la paz y la seguridad de las instituciones estatales, vitales posteriores, y queda a salvo la eventual responsabilidad civil, como ya se in-
para el ordenado funcionamiento de la organización social. Ahora bien, según dicó.
que la amnistía extinga la acción penal o la ejecución de la pena impuesta se Y, para terminar, en quinto lugar, la amnistía puede ser pura o simple
le conoce, respectivamente, como propia o impropia; en este caso, por su- y condicionada, según si se le imponen al imputado ciertas exigencias que
puesto, se trata de la primera. debe cumplir, so pena de perder los beneficios concedidos.
En el derecho vigente es atribución del Congreso de la República con-
ceder, con el voto de una mayoría especial de las dos terceras partes de los D) La prescripción de la "acción penal"
miembros del Senado y la Cámara, "amnistías... generales por delitos polí- De conformidad con los artículos 82, numeral 4, del Código Penal y 38
ticos", que borran el hecho cometido aunque no logran eliminar las conse- del Código de Procedimiento Penal, la acción penal se extingue por "pres-
cuencias de carácter civil emanadas de este, pues la responsabilidad debe ser cripción"; esta consagración debe ser objeto de algunas precisiones. En
asumida directamente por el beneficiado o por el Estado cuando la ley así lo efecto, la figura en estudio es un instituto liberador en cuya virtud —por el
disponga (Constitución Política, artículo 150, numeral 17 y Código Penal, transcurso del tiempo y ante la incapacidad de los órganos de persecución
artículo 99). penal de cumplir su tarea— el Estado, conocedor de esta situación, autoriza
Tratando de caracterizar de manera breve el sistema colombiano en esta a ponerle fin a la "acción penal" iniciada o por entablarse. Su naturaleza ju-
materia, podría decirse lo siguiente: en primer lugar, su concesión es de com- rídica es bastante discutida, según se le asigne origen penal, procesal o mix-
petencia exclusiva del órgano legislativo, no solo por disponerlo así la nor- to, y dependiendo de esto, se le suelen otorgar diversos fundamentos teóri-
ma constitucional que se ha citado, sino también porque ella implica una limi- cos: el transcurso del tiempo, la desaparición de los rastros y efectos del delito
tación a la aplicación de la ley penal, que solo puede ser ordenada por el (la llamada "teoría de la prueba"), la presunción de buena conducta, el olvi-
codificador ordinario y no por ninguna otra rama del poder público; no obs- do social del hecho, la inutilidad de la pena, el fin de la pena, etc.; desde luego,
tante, la misma Carta Fundamental se ha encargado de desvirtuar este rasgo sin entrar a profundizar en este debate, de lege lata parece viable suscribir
de la figura examinada cuando en su artículo transitorio 30 autorizaba al "go- las tesis mixtas en torno a la naturaleza del fenómeno —a lo que contribuye
bierno nacional" para que concediera amnistías durante el período allí seña- su regulación conjunta en los estatutos sustantivo y procesal—, de donde se
lado, ante una situación excepcional. deriva un fundamento plural, aunque haciendo hincapié en el transcurso del
En segundo lugar, es de carácter general, porque debe referirse de ma- tiempo.
nera impersonal al hecho o hechos objeto de la amnistía, lo que la diferencia Ahora bien, si uno de los cimientos que explican esta institución es el
del indulto, que es de índole particular; no obstante, también el mismo cons- transcurso del tiempo, parece lógico que ella esté sometida a términos pre-
tituyente se ha encargado de confundir ambas figuras cuando en la disposi- cisos. En efecto, si se trata de delitos sancionados con pena privativa de li-
ción citada habla de "amnistías o indultos generales", con lo que el alcance bertad, la acción penal prescribe en un término igual al máximo de la pena
de unas y otros termina siendo igual. señalado en la ley, sin ser inferior a cinco ni exceder de veinte años, tenien-
Así mismo, en tercer lugar, solo procede en relación con "delitos políti- do en cuenta al efecto las causas de modificación de la punibilidad; en cam-
cos" (Constitución Política, artículo 150-17), y quedan excluidos los de carác- bio, si la sanción imponible no fuere privativa de libertad, el lapso es de cinco
ter común, así sean "conexos"; sin embargo, la autorización temporal conteni- años (Código Penal, artículo 83, incisos I o y 3o).
da en el citado artículo 30 transitorio hablaba de "delitos políticos y conexos", Las pautas legales anteriores se exceptúan, sin embargo, en tres casos:
y ha sido tradición colombiana extender los beneficios de la amnistía tam- en primer lugar, cuando se trata de delito iniciado o consumado en el exte-
618 MANUAL DE DERECHO PENAL CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA PRETENSIÓN PUNITIVA DEL ESTADO 619

rior, el término se incrementa en la mitad, sin exceder el máximo correspon- diante el pago de la suma señalada por el juez, dentro de un plazo previamente
diente (Código Penal, artículo 83, incisos 6o y 7o); en segundo lugar, si el establecido por la ley; en estos casos, por mandato expreso del artículo 82,
hecho delictivo ha sido cometido dentro del país por servidor público en ejer- numeral 5, se extingue la acción penal: "Son causales de extinción de la acción
cicio de sus funciones o de su cargo, o con ocasión de ellos, el lapso general penal: 5. La oblación...". La figura está prevista en el artículo 87 en los si-
se aumenta en una tercera parte, sin exceder el límite legal (Código Penal, guientes términos: "El procesado por conducta punible que solo tenga pena
artículo 83, incisos 5 o y 7o), incremento aplicable solo a quien tenga dicha de unidad multa, previa tasación de la indemnización cuando a ello haya lugar,
calidad, y no a los concurrentes en la conducta que no la posean. Y, en ter- podrá poner fin al proceso pagando la suma que el juez le señale, dentro de
cer lugar, cuando se tratare de conductas punibles de genocidio, desaparición los límites fijados por el artículo 39". Valga decir que esta institución ha re-
forzada, tortura y desplazamiento forzado, el límite señalado en la ley es de cobrado importancia en el nuevo derecho positivo, si se tiene en cuenta que
treinta años (Código Penal, artículo 83, inciso 2o). el número de conductas punibles acreedoras solo a la susodicha sanción es
Así mismo, en cuanto a la iniciación del término de prescripción, la ley relativamente elevado; aunque, debe observarse, se ha eliminado la posibi-
ha previsto que si el comportamiento es de los considerados como "instan- lidad de que ello se presente en casos de multa acompañante, tal vez porque
táneos", esto es, los que suponen tipos penales que se realizan de una vez o esta sanción no es la única que debe imponerse.
en el acto, tal fenómeno jurídico empieza a contarse desde el día de la con-
F) El pago en diversas hipótesis
sumación de la conducta; si se trata de conductas tentadas o de carácter
permanente, ella se calcula desde el día de la perpetración del último acto De la misma manera, el artículo 82, numeral 6, prevé la extinción de la
(Código Penal, artículo 84, inciso 2o); y, en las conductas omisivas, el lapso acción penal en aquellos casos en los que se produce "el pago en los casos
comienza a correr cuando haya cesado el deber de actuar (Código Penal, previstos en la ley". Es lo que sucede, por ejemplo, en el artículo 248, inciso
artículo 84, inciso 3o). Ahora bien, cuando se trate de varias conductas pu- 2o, según el cual "la acción penal cesará por pago del cheque antes de la sen-
nibles juzgadas en un solo proceso, la acción penal prescribe de manera in- tencia de primera instancia". En verdad se trata de una situación bastante pe-
dependiente para cada una de ellas (Código Penal, artículo 84, inciso 4o). culiar, pues cuando media la emisión o transferencia ilegal de un cheque sin
En cuanto a la interrupción, fenómeno en virtud del cual se borra el que el girador tenga suficiente provisión de fondos, o que luego de emitido
tiempo transcurrido desde la comisión de la conducta, la ley prevé que ello el título-valor diese orden "injustificada" de no pagarlo, resulta favorecido
sucede cuando se dicte "resolución acusatoria o su equivalente debidamen- con la extinción de la "acción penal" si efectúa el pago del importe corres-
te ejecutoriada" (Código Penal, artículo 86, inciso I o ); en esta hipótesis, el pondiente.
término se debe empezar a contar de nuevo, pero esta vez reducido en la mitad, También, en los casos de omisión del agente retenedor o recaudador en
sin que sea inferior a cinco ni superior a diez años para todos los casos (Có- relación con impuestos no cancelados oportunamente (Código Penal, artícu-
digo Penal, artículo 86, inciso 2o, en armonía con el artículo 83). Finalmen- lo 402, parágrafo), actúa este fenómeno cuando se produce el pago o la com-
te, añádase, la figura de la prescripción es renunciable si la manifestación se pensación de la deuda: "Parágrafo. El agente retenedor o autorretenedor,
hace antes de la ejecutoria de la providencia que la declare (Código Penal, responsable del impuesto a las ventas o el recaudador de tasas o contribucio-
artículo 85 y Código de Procedimiento Penal, artículo 44); no obstante, ello nes públicas, que extinga la obligación tributaria por pago o compensación
no necesariamente se produce en el momento en el que este fenómeno ope- de las sumas adeudadas, según el caso, junto con sus correspondientes inte-
ra, sino en el de la declaratoria por parte del funcionario, lo que puede suce- reses previstos en el Estatuto Tributario, y normas legales respectivas, se hará
der hasta dos años después: "En todo caso, si transcurridos dos (2) años con- beneficiario de resolución inhibitoria, preclusión de investigación, o cesa-
tados a partir de la prescripción no se ha proferido decisión definitiva, se ción de procedimiento dentro del proceso penal que se hubiera iniciado por
decretará la prescripción" (confróntese, artículo 85, inciso 2o). tal motivo, sin perjuicio de las sanciones administrativas a que haya lugar".

E) La oblación G) La indemnización integral en algunas figuras delictivas

Es la facultad concedida al encartado por una conducta punible sancio- Tal como lo prevé el Código de Procedimiento Penal en su artículo 42,
nada únicamente con pena de unidad multa, de ponerle fin al proceso me- inciso I o —en armonía con lo señalado en el artículo 82, numeral 7 del Có-
620 MANUAL DE DERECHO PENAL CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA PRETENSIÓN PUNITIVA DEL ESTADO 621

digo Penal—, "en los delitos que admiten desistimiento, en los de homici- de los heridos para que reciba atención médica; etc. Situaciones como es- )
dio culposo y lesiones personales culposas cuando no concurra alguna de las tas, y otras similares, deben ser tenidas en cuenta para evitar la deducción de
circunstancias de agravación punitiva consagradas en los artículos 110 y 121 la agravante a título de mera responsabilidad objetiva y, por ende, para ne-
del Código Penal, en los de lesiones personales dolosas con secuelas transi- gar el reconocimiento de la causal extintiva en estudio; el funcionario, pues,
torias, en los delitos contra los derechos de autor y en los procesos por los está obligado a emitir un juicio racional y ponderado partiendo del hecho con-
delitos contra el patrimonio económico... la acción penal se extinguirá para creto, sin caer en consideraciones abstractas o carentes de realismo.
todos los sindicados cuando cualquiera repare integralmente el daño ocasio- En tercer lugar, la reparación debe ser integral y, por tanto, ha de cubrir
nado". De este listado se excluyen los delitos de hurto calificado, extorsión, todos los rubros constitutivos de perjuicio material y moral, sin darles cabi-
violación a los derechos patrimoniales de autor y violación a sus mecanis- da a indemnizaciones parciales o meramente simbólicas; incluso, basta que
mos de protección (confróntese, artículo 42 inciso 2o). Como se ve, se trata la lleve a cabo uno cualquiera de los sindicados para que los demás queden
de una causal extintiva bastante amplia cuya interpretación no ofrece, en cobijados automáticamente. No obstante, aunque la ley no lo diga expresa-
principio, mayores dificultades, pues el legislador ha dicho cuándo procede mente —cosa que si hace en tratándose de los perjuicios causados por los "pe-
y cuáles son las excepciones pertinentes. nalmente responsables" que, según el artículo 96 se tienen que pagar "en
Ahora bien, al respecto deben hacerse algunas precisiones: en efecto, forma solidaria"—, puede sostenerse que no contraría la finalidad persegui-
en primer lugar, en los delitos imprudentes o culposos contra la vida y la da por el legislador —la de lograr la indemnización sin tener que declarar la
integridad personal, no procede este instituto cuando el agente se encuentre, responsabilidad penal— el hecho de que se prorratee el monto de la repara-
al momento de cometer la conducta punible, "bajo el influjo de bebida ción según el compromiso penal de cada uno de los intervinientes, y le pon-
embriagante o de droga o sustancia que produzca dependencia física o psí- ga fin al proceso penal ante el que cubra la suma que le sea asignada, pues
quica y ello haya sido determinante para su ocurrencia" (Código Penal, ar- de lo contrario habría de concluirse que el sentido del texto legal es obligar
tículo 110, inciso 2o), lo que significa que debe existir una relación de causa al procesado con capacidad económica a sufrir él solo el gravamen; aunque,
a efecto (o, si se quiere, de determinación, por tratarse de una figura impru- por supuesto, esto no sería suficiente para liquidar la acción penal en rela-
dente, que en términos del funcionalismo contemporáneo es un problema de ción con todos los implicados, con quienes debe continuar hasta que paguen
imputación objetiva) entre el consumo de la droga (lo cual encierra una vio- su cuota.
lación del deber de cuidado medio exigible) y el comportamiento llevado a Así mismo, en cuarto lugar, se requiere avalúo pericial de un auxiliar
cabo. Esto último es de suma importancia, pues puede suceder que una de la justicia que sea designado al efecto, lo que no impide que las partes se
persona realice una conducta culposa después de haber consumido una do- pongan de acuerdo en una cifra sujeta a la aprobación del juez o el fiscal, de
sis de cualquier droga que cause dependencia (por ejemplo ingerir alcohol, tal manera que se llegue a una transacción que le ponga fin al proceso co-
consumir cocaína o marihuana, etc.), sin que tal consumo sea determinante rrespondiente; así se infiere del texto legal: "La reparación integral se efec-
para la producción del resultado dañoso para los bienes jurídicos. tuará con base en el avalúo que de los perjuicios haga un perito, a menos que
exista acuerdo sobre el mismo o el perjudicado manifieste expresamente
Lo mismo sucede, en segundo lugar, con la otra situación contemplada
haber sido indemnizado" (Código de Procedimiento Penal, artículo 42, in-
en el numeral 2 del artículo 110 (también aplicable a las lesiones personales,
ciso 5o).
según el artículo 121), de conformidad con la que hay un incremento puni-
tivo para quien abandone el lugar de comisión de la conducta punible "sin En quinto lugar, esta figura puede darse en cualquier momento proce-
justa causa"; como se sabe, puede acaecer que el autor de un actuar culposo sal desde la resolución que decrete la apertura de la instrucción hasta el día
se retire del sitio donde han ocurrido los hechos, por diferentes razones que, de la ejecutoria de la sentencia definitiva, lo que es consecuencia de la am-
atendida la situación concreta en que se halle, lleguen a ser calificadas de plia redacción legal.
"justas" —no necesariamente equivalentes a las causales del artículo 32 nu- También, en sexto lugar, existe una limitante en el sentido de que ella
merales 3 a 7—. Piénsese, por ejemplo, en el temor a ser asaltado o golpea- no procede en favor de la persona que dentro de los cinco años anteriores haya
do; en los estados de miedo o alteración del psiquismo derivados del hecho sido beneficiada por la exclusión de la acción penal con base en el mismo
mismo; en la falta de percepción de lo ocurrido causada por circunstancias motivo (artículo 42, inciso 3o), con lo que se excluye de tal beneficio a quien
climáticas imperantes o a la nocturnidad; en la necesidad de trasladar a uno no cumpla con dicha condición; se busca, pues, evitar que este mecanismo
622 MANUAL DE DERECHO PENAL CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA PRETENSIÓN PUNITIVA DEL ESTADO 623

se vuelva recurrente, una verdadera "patente de corso" para realizar ciertas La anterior es la conciliación que se puede denominar como judicial,
conductas punidas en la ley. por oposición a la extrajudicial, esto es, aquella que se lleva a cabo entre las
En séptimo lugar, en tratándose de los delitos contra el patrimonio eco- partes involucradas sin contar con la intervención del funcionario judicial,
nómico, salvo los dos indicados en el texto, no hay un límite monetario para a cuyos efectos bastará con que —sin necesidad de la celebración de la au-
que proceda el instituto, pues la disposición original —que preveía un mon- diencia de conciliación— el perjudicado manifieste haber sido indemniza-
do o estar de acuerdo con el monto propuesto por la persona encargada de
to de hasta 200 salarios mínimos legales mensuales vigentes— fue declara-
cumplir con dicha obligación. Es más, puede acontecer que este mecanis-
da inexequible por la Corte Constitucional, mediante sentencia C-760 de 18
mo obre con la intervención de servidores adscritos a centros de conciliación
de julio de 2001 que, además, reiteró pronunciamiento anterior en ese sentido.
reconocidos oficialmente o con mediación de los jueces de paz, en cuyo caso
En fin, téngase en cuenta que este mecanismo también se da en otras hi- el funcionario judicial se limitará a aprobar tales acuerdos con la condición
pótesis previstas en la ley sustantiva, aunque sin las condiciones anotadas en de que sean ajustados a la ley (Código de Procedimiento Penal, artículo 41,
el artículo 42 del Código de Procedimiento Penal; así sucede, en efecto, con inciso final).
los casos de daño en bien ajeno cuando el imputado "resarciere el daño oca- Por último, téngase en cuenta, el propio texto legal dispone de un lapso
sionado al ofendido o perjudicado antes de proferirse sentencia de primera de hasta 60 días para que las partes cumplan con el acuerdo y durante el que
o única instancia" (confróntese, artículo 265, inciso 3o). se suspende la actuación. Vencido ese lapso puede suceder una de las dos
siguientes situaciones: que se satisfaga lo pactado, en cuyo caso el fiscal o
H) La conciliación juez dicta la resolución inhibitoria, la preclusión de la instrucción o la cesa-
ción de procedimiento a que haya lugar (Código de Procedimiento Penal, ar-
Otra forma de extinguir la "acción penal" es la institución de la conci-
tículo 41, inciso 7o); o que se incumpla, caso en el que se reactiva la actua-
liación, esto es, el acuerdo, arreglo o compromiso entre las partes, en cuya ción (artículo 41, inciso 8o). Desde luego, se ha señalado un límite de hasta
virtud el funcionario judicial puede ponerle fin a la actuación procesal —en dos audiencias de conciliación, con la advertencia de que las partes podrán
la fase de instrucción o en la del juicio—, mediante petición expresa del pro- provocar la celebración de ellas en cualquier momento procesal, con la con-
cesado, de los titulares de la acción civil, o de oficio, cuando no mediare soli- dición de que se haya agotado la primera, que es de obligatoria convocatoria
citud en dicho sentido (ley 446 de 1998, artículo 64 y Código de Procedimien- para el funcionario judicial (Código de Procedimiento Penal, artículo 41, in-
to Penal, artículo 38), sin que importe el momento preprocesal o procesal en cisos 2o y 3o).
que ello suceda (Código de Procedimiento Penal, artículo 41, inciso 3o).
Desde un punto de vista estrictamente técnico, para que se pueda hablar de I) La retractación
la "extinción de la acción penal" es indispensable que el proceso penal se haya
En algunos casos —como sucede en los delitos contra la integridad
iniciado, pues este mecanismo legal, adviértase, también opera en la inves-
moral (Código Penal, título v, artículos 220 y siguientes)— procede la ex-
tigación previa en la que, por obvias razones, no se puede hablar de proceso
tinción de la "acción penal" (Código Penal, artículo 82, numeral 8) cuando
penal alguno (confróntese, Código de Procedimiento Penal, artículo 41), ni el imputado, antes de que se dicte sentencia de primera o única instancia, se
existe ninguna "acción penal" susceptible de ser liquidada. desdiga de las imputaciones calumniosas o injuriosas realizadas en contra
Ahora bien, la causa de extinción en examen no procede en todos los del sujeto pasivo del delito, bajo la condición de que su declaración en tal sen-
delitos contenidos en la ley penal, sino en casos especiales (Código de Pro- tido se publique a su costa en el mismo medio y con las mismas caracterís-
cedimiento Penal, artículo 41): en efecto, en primer lugar, en aquellas hipó- ticas del que difundió la imputación; no obstante, el funcionario judicial podrá
tesis delictivas que admiten desistimiento, esto es, las de los artículos 35 y señalar otro mecanismo distinto (confróntese, artículo 225). Cabe señalar
37 del Código de Procedimiento Penal (véase supra, B); así mismo, en segun- que si la persona se retracta es porque renuncia expresamente a sus afirma-
do lugar, opera en situaciones en las que es posible la terminación del pro- ciones atentatorias contra la integridad moral o se desmiente de ellas, hecho
ceso por la aplicación del instituto de la indemnización integral al que ya se que es tomado en cuenta por el legislador para eximir de "responsabilidad"
ha aludido, esto es, en los casos del artículo 42 del Código de Procedimiento al agente con la condición de que lo haga antes de que se pronuncie senten-
Penal (véase supra, G)]. cia de primera o de única instancia. Por supuesto, esto último pone a las claras
624 MANUAL DE DERECHO PENAL CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA PRETENSIÓN PUNITIVA DEL ESTADO 625

que lo extinguido es la "acción penal" y no la pena, porque en este caso no En tercer lugar, también se le pone fin a la "acción penal" cuando el fu- )
se ha impuesto sanción alguna; de ahí que su lugar sea este y no las causas gado se presentare voluntariamente dentro de los tres días siguientes a la eva-
de extinción de la sanción penal, que se tratan luego. sión: "Eximente de responsabilidad penal. Cuando el interno fugado se pre-
sentare voluntariamente dentro de los tres (3) días siguientes a la evasión, la
J) Las causas de exención de punibilidad previstas en la ley fuga se tendrá en cuenta únicamente para efectos disciplinarios" (Código
Así mismo, también liquidan o tornan inane la "acción penal" y no la Penal, artículo 452); no se trata, pues, de un caso de "extinción de la sanción
sanción aquellos casos en los que el legislador, expresamente, exime de puni- penal" en los términos del artículo 88, porque aquí, ni siquiera, hay lugar a
bilidad al agente cuando se dan ciertas circunstancias, aunque de forma equi- la tramitación del proceso.
vocada el texto legal disponga que en estas situaciones sucede lo segundo y También, en cuarto lugar, en las hipótesis señaladas por el artículo 34,
no lo primero, como se infiere de una lectura atenta del artículo 88, numeral inciso 2o, cuando se tratare de delitos culposos o de atentados no sanciona-
6, del Código Penal: "Son causas de extinción de la sanción penal:... 6. La dos con pena privativa de la libertad, bajo la condición de que las consecuen-
exención de punibilidad en los casos previstos en la ley". Desde luego, no cias de la conducta recaigan sobre el propio autor o sobre parientes o perso-
se puede hablar de extinción —esto es, la acción y efecto de liquidar la san- nas afines: "En los eventos de delitos culposos o con penas no privativas de
ción; su cesación— cuando el objeto que debe suspenderse ni siquiera ha naci- la libertad, cuando las consecuencias de la conducta han alcanzado exclusi-
do, pues lo que no existe no puede fenecer. Se interrumpe, pues, la mal lla- vamente al autor o a sus ascendientes, descendientes, cónyuge, compañero
mada "acción penal", como lo pone de presente el artículo 38 del Código de o compañera permanente, hermano, adoptante o adoptivo, o pariente hasta
Procedimiento Penal: "Extinción. La acción penal se extingue... en los demás el segundo grado de afinidad, se podrá prescindir de la imposición de la san-
casos contemplados por la ley"; así las cosas, no es necesario agotar el pro- ción penal cuando ella no resulte necesaria".
ceso hasta ponerlo en estado de dictar sentencia para emitir dicho pronun- De igual forma, en quinto lugar, debe procederse en los casos de aborto
ciamiento. cuando este se lleve a cabo en condiciones anormales de motivación, al te-
nor de lo señalado en el artículo 124, parágrafo: "En los eventos del inciso
Lo anterior, justamente, sucede en estos casos: en primer lugar, en los
anterior, cuando se realice el aborto en extraordinarias condiciones anorma-
asuntos de calumnia e injuria, para los que se ha previsto la "eximente de pu-
les de motivación, el funcionario judicial podrá prescindir de la pena cuan-
nibilidad" —el adjetivo eximente viene del verbo eximir, esto es, 'libertar de
do ella no resulte necesaria en el caso concreto" (exequible según sentencia
cargas, cuidados o culpas': hay responsabilidad penal, pero se libera al agente
C-647 de 20 junio 2001). Desde luego, se refiere el codificador a aquellas
de esta; cosa distinta es afirmar que hay imposición de pena de la que se
situaciones en las que esa conducta se produce cuando la mujer ha sido víc-
redime al agente, como para hablar de "extinción de la sanción penal"—
tima de acceso carnal o de acto sexual sin su consentimiento o de carácter
cuando el imputado "probare la veracidad de las imputaciones" (Código
abusivo, de inseminación artificial o de transferencia de óvulo fecundado,
Penal, artículo 224, inciso Io), esto es, cuando lograre demostrar que sus
no consentidas (Código Penal, artículos 124, inciso 2o, y 205 y siguientes).
aseveraciones constitutivas de calumnia e injuria se refieren a hechos que han
tenido real ocurrencia, aunque con las limitaciones contempladas en el pro- En fin, en sexto lugar, ello también sucede en los casos de abandono de
pio texto de la ley (inciso 2o, numerales 1 y 2). menores y personas desvalidas del artículo 129, inciso 2o, del Código Penal:
"Eximente de responsabilidad y atenuante punitivo. No habrá lugar a res-
En segundo lugar, cuando las injurias fuesen recíprocas —esto es, ponsabilidad penal en las conductas descritas en los artículos anteriores,
mutuas, bilaterales, alternas, etc.—, caso en el que también "se podrán de- cuando el agente o la madre recoja voluntariamente al abandonado antes de
clarar exentos de responsabilidad a los injuriantes o calumniantes o a cual- que fuere auxiliado por otra persona, siempre que este no hubiere sufrido
quiera de ellos" (Código Penal, artículo 227); esto es, pese a que en princi- lesión alguna"; obviamente, se refiere a los artículos 128 y 129.
pio se les considera "culpables", se entiende que no hay lugar a imponer pena
alguna, con lo que no hay nada que extinguir o liquidar. No tiene, pues, senti-
K) Otras hipótesis
do adelantar un proceso penal en tales condiciones, máxime que la misma
ley utiliza la inflexión verbal "podrá" para indicar que es una declaración po- De la misma manera, la ley procesal prevé dos situaciones en las que
testativa. también se extingue la respectiva "acción penal", esto es, cuando se dicta re-
626 MANUAL DE DERECHO PENAL CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA PRETENSIÓN PUNITIVA DEL ESTADO 627

solución de preclusión de la investigación o auto de cesación de procedimien- jurídicas de una condena penal ejecutoriada, impuestas a una persona en un
to (Código de Procedimiento Penal, artículo 39); esta temática, sin embar- caso concreto; esto, justamente, la diferencia de la amnistía, que supone la
go, debe ser examinada a partir de los principios propios del derecho proce- concesión de la impunidad por el del órgano legislativo, mediante una ley
sal penal. debidamente promulgada, y para una generalidad de casos. No obstante, se
considera que esta figura también es aplicable a quienes tienen la calidad de
II. CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA SANCIÓN PENAL procesados, lo que termina confundiéndola con la amnistía; y, según si se con-
cede al momento de emitir la condenación respectiva o después de que esta
Una vez impuesta la pena o la medida de seguridad, pueden sobrevenir ya ha entrado en ejecución, se divide enpropio e impropio. Inclusive, en pug-
factores que las extingan o las hagan fenecer; en estos casos, bueno es ad- na con el carácter concreto del indulto, suele clasificársele en general y par-
vertirlo, el injusto culpable o semiculpable cometido subsiste, pero el legis- ticular, según el alcance que tenga.
lador —pese a que la pena ya ha sido impuesta— dispone renunciar a la eje- Sea lo que fuere, de cara a lo ordenado por la disposición transcrita, esta
cución del castigo o hacer cesar el que ya se esté cumpliendo, atendiendo a gracia solo procede para los condenados; otra cosa es que el legislador, si-
causas o razones de diversa índole: la inconveniencia de llevarlo a cabo, el guiendo la tendencia mencionada, utilice denominaciones equívocas para
transcurso del tiempo, la inoperancia de la pena, la imposibilidad de lograr designar el fenómeno.
la comparecencia del condenado, etc. Las hipótesis en las que ello sucede Según la Carta Constitucional, es potestad del Congreso de la Repúbli-
—referidas tanto a penas como a medidas de seguridad: véase Código Pe- ca conceder, por mayoría de los dos tercios de los votos de los componentes
nal, artículos 88 y siguientes, y 93—, algunas bastante similares a las que li- de las cámaras legislativas, "indultos generales por delitos políticos", y auto-
quidan la mal llamada "acción penal", son las siguientes. rizar al presidente para que los otorgue "con arreglo a la ley"; así mismo, de
A) La muerte del condenado manera concluyente, advierte el constituyente: "en ningún caso estos indul-
tos podrán comprender la responsabilidad que tengan los favorecidos respecto
Según el artículo 88, numeral 1, del Código Penal, uno de los casos de a los particulares" (confróntese, artículo 201-2), aunque, al parecer de ma-
extinción de la sanción penal es "la muerte del condenado" a pena o a me- nera poco coherente, se prevé la posibilidad de que el Estado asuma tales
dida de seguridad; ello es lógico, puesto que al morir el penado desaparece cargas (artículo 150-17 y Código Penal, artículo 99).
la posibilidad de imponer o ejecutar la sanción penal pertinente, o de conti- En fin, por expresa prohibición legal y atendidas comprensibles razo-
nuar descontando la que ya se empezó a ejecutar. Ya pasaron, por fortuna, nes propias de la política criminal del Estado, este instituto no procede en
los tiempos en que se les imponían sanciones a los cadáveres o estas trascen- algunas situaciones, tal como acaece con los delitos de genocidio, secues-
dían a los herederos del culpable. El fundamento de ello es el principio de tro, terrorismo, desaparición forzada, desplazamiento forzado, tortura, ac-
personalidad de la pena, firmemente arraigado en el mundo moderno y al tos atroces de ferocidad o barbarie, homicido fuera de combate o que ponga
que se ha hecho referencia al exponer el apotegma de culpabilidad como lí- a la víctima en situación de indefensión, entre otros (leyes 589 de 2000,
mite al iuspuniendi del Estado. Para terminar, téngase en cuenta, si bien la artículo 14, y 782 de 2002, artículo 19 inciso 3o); en otros casos se atiende
muerte apaga la aplicación o ejecución de la pena o medida de seguridad, no a inconstitucionales razones de tipo peligrosista (ley 733 de 2002, artículo
acontece lo mismo con la responsabilidad civil derivada de la conducta 13, declarado exequible por la sentencia C-695 de 28 agosto 20Q2).
punible, pues ella se les transmite a los herederos del condenado (confrón-
tese, Código Penal, artículo 99). C) La amnistía impropia
B) El indulto Según reza el artículo 88, numeral 3, la "amnistía impropia" también
sofoca la sanción penal. Como es obvio, una vez puesta en vigencia la ley
Como lo señala el artículo 88, numeral 2, del Código Penal, también se consagratoria de esta gracia, las penas impuestas mediante sentencia en fir-
liquida la sanción penal en los casos de "indulto". Esta causal debe enten- me no pueden ejecutarse, y si el procesado ya ha descontado parte de la
derse como un acto soberano del órgano ejecutivo mediante el cual se dis- sanción el resto se extingue ipsofacto, con olvido total del hecho y del autor
pone atenuar, suspender condicionalmente o perdonar las consecuencias para efectos jurídicos, bajo la condición de que el beneficio no esté prohibi-
628 MANUAL DE DERECHO PENAL CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA PRETENSIÓN PUNITIVA DEL ESTADO 629

do, como sucede en algunos eventos (ley 733 de 2002, artículo 13); sin em- . También, en cuanto a la iniciación del término de prescripción, el es-
bargo, el autor no queda exonerado de responsabilidad civil y está obligado tatuto punitivo no trae previsiones, aunque lo lógico es entender que ello su-
a resarcir los daños y perjuicios causados con su actuar, aunque el Estado cede a partir del momento en el que queda ejecutoriada la sentencia; no obs-
puede hacerlo en su lugar, cuando así se disponga de manera expresa (Cons- tante, ello no es claro en diversas circunstancias. En efecto, en primer lugar,
titución Política, artículo 150, numeral 17 y Código Penal, artículo 99). Como en situaciones como la derivada de la evasión del condenado del centro de
se desprende de lo anterior, no parece apropiado hablar en este caso de la ex- reclusión donde se hallare internado, parece lógico entender que el lapso se
tinción de la pena, a menos que la naturaleza de dicho fenómeno se entienda debe contar a partir de dicho día; así mismo, en segundo lugar, en hipótesis
también parcialmente. en las que el condenado se encontrare gozando de un sustitutivo de la pena
privativa de libertad (suspensión de la ejecución de la pena privativa de li-
D) La prescripción de la ejecución de la pena bertad, libertad condicional, no así en los casos de reclusión domiciliaria u
hospitalaria por enfermedad muy grave, en los cuales solo hay un cambio del
Las mismas explicaciones dadas sobre la naturaleza jurídica y el fun- lugar donde se descuenta la pena) o de beneficios similares (Código Penal,
damento de esta institución, al estudiarla como causa impeditiva de la "ac- artículos 63 y siguientes) y estos se revocan, debe entenderse que el lapso de
ción penal", son aquí de recibo; por eso debe examinarse la regulación vi- prescripción ha de contarse a partir del día siguiente de la ejecutoria de la pro-
gente y advertir que la Constitución se ocupa de manera general en torno al videncia respectiva, bajo la condición de que el sentenciado no sea aprehen-
asunto, al establecer que "en ningún caso podrá haber... penas... imprescrip- dido.
tibles" (artículo 28, inciso 2o). De igual forma, en tercer lugar, en situaciones en las que se revoca o
Desde luego, no existe un lapso fijo de prescripción de la ejecución de vence el aplazamiento de la ejecución de la pena (Código de Procedimiento
la pena impuesta, pues ella varía según la clase de sanción y la conducta pu- Penal, artículo 471), el término se debe contar a partir del día siguiente a la
nible. En efecto, en tratándose de delitos sancionados con pena privativa de ejecutoria de la providencia respectiva o al de la fecha en que termine el apla-
la libertad, el límite es el señalado para ella en la sentencia, aunque con un zamiento, siempre y cuando, se insiste, la persona no sea capturada.
mínimo de cinco años, término este último que también se les aplica a los de- Finalmente, en cuarto lugar, cuando se tratare de la pena de multa (acom-
litos sancionados con otras reacciones punitivas; no obstante, por compren- pañante o progresiva), el lapso para contabilizar la prescripción de la ejecu-
sibles razones propias de la política criminal del Estado, sobre todo en el ción de la sanción penal se debe computar a partir de la ejecutoria de la pro-
contexto de las relaciones internacionales, definidas en tratados con otras videncia que revoque la concesión del plazo o el pago por cuotas; desde luego,
potencias debidamente incorporados al ordenamiento nacional, se puede como en los dos primeros casos se ha concedido el período de dos años (ar-
disponer otra cosa (Código Penal, artículo 89). tículo 39, numeral 6), la contabilización se debe hacer al vencer este, con la
Lo anterior es claro cuando se trata de determinar el tiempo en el que condición de que no sea capturado el condenado en los casos en que ello sea
posible. Ahora bien, en cuanto tiene que ver con la modalidad progresiva
expira el total de la pena, no así en casos de fracción de esta; en otras pala-
de unidad multa, puesto que esta puede ser amortizada mediante trabajo cuan-
bras, no se prevé en el texto legal la situación del condenado que ha descon-
do se acredite la imposibilidad del pago o ser convertida en arrestos progre-
tado una parte de la sanción impuesta y que por algún motivo (por ejemplo,
sivos (de fin de semana e ininterrumpido), el término en mención se ha de
la evasión del centro de reclusión, haber sufrido detención preventiva, la re- contabilizar a partir del momento en el que quede ejecutoriada la providen-
vocación de la concesión de un subrogado, etc.) no cumple con el resto. En cia donde se disponga la amortización o la conversión respectiva, sin que ella
estos casos lo lógico es postular que cuando se ha satisfecho parte de la san- se cumpla.
ción, el término correspondiente resulta reducido proporcionalmente, aun-
Así mismo, cuando se impongan penas diferentes en una misma sen-
que sin olvidar que el artículo 89 establece un mínimo irrebasable de cinco tencia, lo lógico es que la prescripción se cumpla de forma independiente en
años, aunque la fracción restante sea inferior a él. Y, cuando se tratare de cada una de ellas, aunque la ley no lo disponga —cosa que sí hacía el estatu-
pena pecuniaria, la parte que reste por cumplirse (por ejemplo, solo se ha paga- to punitivo derogado—, si bien pueden ocurrir varias situaciones: en primer
do la mitad de la multa impuesta) debe computarse en igual proporción para lugar, la condena del sentenciado a pena de prisión comporta la imposición
completar el total de cinco años señalado en el artículo 89 (en la hipótesis automática de la accesoria de inhabilitación para el ejercicio de derechos y
mencionada, prescribiría en dos años y medio). funciones públicas (Código Penal, artículo 52, inciso 3o); en segundo lugar,
630 MANUAL DE DERECHO PENAL CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA PRETENSIÓN PUNITIVA DEL ESTACO 631

es viable que el juez también atribuya sanciones accesorias de carácter dis- reglas anteriormente enunciadas se aplicarán a las medidas de seguridad, en i
crecional (artículo 52, inciso Io); en tercer lugar, existen hipótesis en las que cuanto no se opongan a la naturaleza de las mismas".
la norma penal contiene varias penas principales imponibles (piénsese, v. gr.,
en los casos de los artículos 220,221, 313, inciso I o , etc.); y, finalmente, en E) 1M rehabilitación de la sanción penal
cuarto lugar, es posible que varias personas concurran como autoras o par-
Esta figura consiste en la restitución del condenado al status jurídico en
tícipes de la conducta. En todos estos casos, se insiste, la prescripción se que se encontraba antes de proferirse la sentencia, y opera en tratándose de
cumple de forma autónoma para cada uno de los castigos. penas privativas de otros derechos (Código Penal, artículo 92-1); esta insti-
En cuanto al fenómeno de la interrupción del término, debe decirse que tución jurídica, repárese, tiene su fundamento constitucional en el artículo
también en este campo las previsiones legales se han quedado cortas, pues 98 de la Carta. Ahora bien, puede ser de tres clases, según sea concedida por
el artículo 90 solo contempla dos hipótesis; en efecto: "El término de pres- la autoridad judicial, un órgano administrativo o la propia ley: judicial, ad-
cripción de la sanción privativa de libertad se interrumpirá cuando el senten- ministrativa y legal. En el sistema colombiano, es de carácterjudicial cuando
ciado fuere aprehendido en virtud de la sentencia, o fuere puesto a disposi- se trata de la inhabilitación de derechos y funciones públicas, pues corres-
ción de la autoridad competente para el cumplimiento de la misma". Y, ponde determinarla al juez de ejecución de penas o medidas de seguridad,
aunque no precisa los efectos de dicho fenómeno, debe suponerse que el lapso previa solicitud del condenado y con la condición de que ello se haga dentro
prescriptivo permanece en suspenso mientras subsista la razón que motivó de los términos legales (Código de Procedimiento Penal, artículo 490); y la de
su paralización, desaparecida la cual, empieza a contarse de nuevo; ahora las demás penas privativas de otros derechos también le corresponde al juez
bien, también se presenta aquí el problema de saber en qué lapso prescribe de ejecución de penas y medidas de seguridad o, en su defecto, al juez que
la ejecución de la pena una vez ocurrida la interrupción, lo que ha sido res- dictó la sentencia respectiva (Código de Procedimiento Penal, artículo 97,
pondido en el sentido de que el lapso correspondiente prosigue con base en inciso 2o, y parágrafo transitorio).
el que se hubiese acumulado antes de la presencia de dicha situación, por ser No obstante, se habla también de una rehabilitación que actúa ipso iure.
lo más favorable para el encartado. o impropia, que se deriva del artículo 71 del decreto 2241 de 1986 o Código
Además de los dos casos anteriores, la ley dispone en qué situaciones Electoral.
se interrumpe el término prescriptivo de la multa: "se interrumpirá con la de- Téngase en cuenta, así mismo, que la ley penal señala términos peren-
cisión mediante la cual se inicia el procedimiento de ejecución coactiva de torios dentro de los que puede solicitarse la declaratoria correspondiente: si
la multa o su conversión en arresto" (Código Penal, artículo 91). la pena privativa de derechos concurre con una privativa de la libertad, solo
Así las cosas, son tres los casos de interrupción: cuando el condenado puede gestionarse dos años después de concluida esta última, y si ha trans-
es aprehendido en razón de la sentencia proferida en su contra; en casos de currido la mitad del término impuesto. Así lo dispone el artículo 92, inciso
multa, si se señala plazo, se autoriza el pago por cuotas, la amortización Io, regla 2a, párrafo 3o: "Si la pena privativa de derechos concurriere con una
mediante trabajo o el arresto progresivo (Código Penal, artículos 39, nume- privativa de la libertad, solo podrá pedirse la rehabilitación después de dos
ral 7, y 40); y, finalmente, si se concede un sustitutivo penal (suspensión de (2) años contados a partir del día en que el condenado haya cumplido la pena
la ejecución de la pena privativa de libertad, libertad condicional, etc.), la privativa de la libertad, si hubiere transcurrido la mitad del término impues-
libertad preparatoria, la franquicia preparatoria o el aplazamiento de la eje- to". Esta regla tiene, sin embargo, una excepción: si la sentencia le conce-
cutoria de la pena. diere al imputado la suspensión condicional de la ejecución de la pena pri-
Un problema de interés es el atinente a Xa. prescripción de la ejecución vativa de la libertad y no se exceptúa de ella la pena accesoria privativa de
de las medidas de seguridad. Al respecto, debe decirse que también ellas son otros derechos, esta se liquida al cumplirse el período de prueba fijado en el
objeto de tal figura, primordialmente porque el ordenamiento constitucional fallo (confróntese, artículo 92, regla 3 a , párrafo I o ); ahora bien, en la situa-
así lo exige: "en ningún caso podrá haber... medidas de seguridad impres- ción contraria —esto es, cuando se concede tal beneficio sin cobijar la pena
criptibles" (Constitución Política, artículo 28-3). Ahora bien, en cuanto al accesoria— la rehabilitación solo se puede solicitar dos años después de eje-
término de ella y a su iniciación e interrupción, se deben aplicar las mismas cutoriada la sentencia en que fue impuesta, siempre y cuando hubiere trans-
reglas expuestas, pues el régimen en esta materia se extiende también a tales currido la mitad del término impuesto (Código Penal, artículo 92, regla 3a,
consecuencias jurídicas; así lo dispone el perentorio texto del artículo 93: "Las párrafo 2o).
632 MANUAL DE DERECHO PENAL

Desde luego, si la pena privativa de derechos no coincide con la priva-


tiva de libertad, la operancia de este instituto solo puede demandarse dos años
después de ejecutoriada la sentencia en la que las penas respectivas hayan
sido impuestas, si ha transcurrido la mitad del término impuesto. Así lo
dispone el artículo 92, inciso Io, regla 2a, párrafo 2o: "... si la pena privativa
CAPÍTULO VIGESIMOTERCERO
de derechos no concurriere con una privativa de la libertad, la rehabilitación
podrá pedirse dos (2) años después de la ejecutoria de la sentencia que la
impuso, si hubiere transcurrido la mitad del término impuesto". LA RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA
Obsérvese que la ley —siguiendo una amañada interpretación del tex- DE LA CONDUCTA PUNIBLE
to constitucional— prevé un caso en el que es imposible que obre la rehabi-
litación, y es el contenido en el artículo 122, inciso 5o, de la Constitución Po- Bibliografía básica: BERNAL CUÉLLAR, JAIME: "El comiso frente al nuevo Código Penal",
en Revista de Derecho Penal y Criminología, volumen iv, números 13 y 14, Bogotá, Uni-
lítica en armonía con el acto legislativo 01 de 2004, atinente a las penas versidad Externado de Colombia, 1981, páginas 183 y siguientes; GARCÍA PABLOS, ANTO-
accesorias impuestas a los servidores públicos condenados por atentados NIO: Derecho penal. Introducción, Madrid, Servicio Publicaciones Facultad de Derecho,
contra el erario (Código Penal, artículo 92, inciso 2o). Sin duda, esta prohi- Universidad Complutense, 2000; GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ: "El artículo 444 del Código Penal
bición violenta el espíritu de la misma Carta Fundamental, en la medida que y el régimen general de la responsabilidad civil derivada del delito", en Anuario de Dere-
todo su contenido se opone a las penas indeterminadas y a aquellas que no cho Penal y Ciencias Penales, tomo xxxn, Madrid, Publicaciones del Instituto Nacional de
Estudios Jurídicos, 1979, páginas 380 y siguientes; GRACIA MARTÍN, LUIS/MIGUEL ÁNGEL BOL-
admiten la rehabilitación (confróntese, artículos Io, 5o, 12, 28, 34, etc.).
DOVA PASAMAR/MARÍ A DEL CARMEN ALASTUEY DOBÓN: Lecciones de consecuencias jurídicas
del delito, Valencia, Tirant lo Blanch, 1998; MADLENER, KURT: "La reparación del daño su-
frido por la víctima y el derecho penal", en Estudios de derecho penal y criminología. En
homenaje al profesor José María Rodríguez Devesa, tomo n, Madrid, Rufino García Blan-
co, 1989, páginas 9 y siguientes; MAPELLI CAFFARENA, BORJA/JUAN TERRADILLOS BASOCO: Las
consecuencias jurídicas del delito, 3a edición, Madrid, Edit. Civitas, 1996; MORILLAS CUE-
VA, LORENZO: Teoría de las consecuencias jurídicas del delito, Madrid, Edit. Tecnos, 1991;
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1978; TAMAYO JARAMILLO, JAVIER: La indemnización de perjuicios en el proceso penal,
Medellín, 2a edición, Bogotá, Legis, 2003; id.: "Límites indemnizatorios en el proceso penal",
en Ámbito Jurídico, año iv, número 91, 2001, Bogotá, Legis, 2001, página 13; VALENCIA,
JORGE ENRIQUE: "Algo más sobre el comiso", en Revista Nuevo Foro Penal, número 13,
Bogotá, Edit. Temis, 1982, páginas 538 y siguientes.

I. PRECISIONES INICIALES

La infracción a la ley penal origina no solo consecuencias de orden penal,


sino también civil, por lo que, en principio, toda persona que realice una con-
ducta típica, antijurídica y culpable, debe restituir las cosas al estacó en que
se encontraban en el momento anterior a la comisión del ilícito, cuando ello
fuere posible, y resarcir los daños o perjuicios ocasionados al perjudicado;
nace de esta manera la responsabilidad civil derivada de la conducta puni-
ble, como capítulo que debe ser estudiado dentro de la parte general del dere-
cho penal. Lo anterior no significa, sin embargo, que esta forma de respon-
sabilidad se gobierne por reglas de índole penal, pues está contemplada en
el derecho civil sustantivo y a ella se le aplican los principios inspiradores
de la responsabilidad de carácter extracontractual imperantes en dicho ám-
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bito; es más, en principio, el funcionario legitimado para desatar los litigios lia", o "el que ha cometido un delito o culpa, que ha inferido daño a otro, es
trabados en esta materia es el civil. No obstante, con el ánimo de proteger obligado a la indemnización, sin perjuicio de la pena principal que la ley
más ampliamente a las víctimas del comportamiento criminal, los legisladores imponga por la culpa o el delito cometido", ponen de manifiesto que cuando
suelen prever la posibilidad de que la pretensión civil se haga valer en el se infringe la ley penal no solo se afectan los bienes jurídicos tutelados en
proceso penal respectivo y ante el mismo dispensador de justicia que lo ri- cada caso, sino que, además, se produce un daño privado que afecta a una
túa, a elección del perjudicado. persona o a un colectivo de ellas. De ahí la preocupación de los teóricos y de
Lo anterior explica, entonces, por qué el Código vigente ha destinado las legislaciones por diseñar un sistema adecuado que permita compaginar
el capítulo vi, del título iv, de su parte general (artículos 94 a 100) a regular ambos fenómenos.
este fenómeno, en armonía con los artículos 2341 a 2360 del Código Civil, Históricamente, se han diseñado tres mecanismos para lograrlo: en
complementándolo con el régimen de la "acción civil" dentro del proceso primer lugar, el de la unidad total, que plantea la equiparación entre la ac-
penal previsto en los capítulos n y m, título i, del libro primero del Código de ción civil (verdadera pretensión, o acción-pretensión en términos procesa-
Procedimiento Penal (artículos 45 y siguientes). Esta regulación, sin embar- les) y la penal, entre ofensa al bien jurídico y daño, como lo quería el posi-
go, no responde a las exigencias de una técnica legislativa depurada, pues el tivismo italiano al postular el resarcimiento como una función pública del
novísimo legislador con sus usuales muestras de desorden e improvisación, Estado, de tal manera que este pudiera velar tanto por el interés particular
ha modificado en algo los preceptos de aquella y olvida respetar la unidad como por el público, en aras de la defensa social; por ello, la obligación de
temática e incumple con la obligación de complementar armónicamente los reparación se entendía como auténtica sanción punitiva de carácter comple-
preceptos de los tres ordenamientos; ello, como es obvio, solo contribuye a mentario que podía llegar, incluso, a reemplazar la pena. El segundo es el
generar más desorden y a propiciar que la protección de la víctima, por la que de la completa autonomía e independencia de ambas acciones, propugnado
tanto clama el derecho penal contemporáneo, se quede en el papel y siga sien- en su momento por la escuela clásica italiana, según el cual debe hacerse una
do objeto de platónicas y simbólicas remembranzas. separación tajante entre el delito-pena y el daño-resarcimiento; ello, como
En otras palabras: la legislación existente en este campo carece de la di- puede suponerse, permite afirmar el carácter público de la acción penal frente
námica necesaria para dotar al administrador de justicia de las herramientas a la índole privada de la civil. Finalmente, en tercer lugar, cabe el sistema
idóneas que le permitan brindar una adecuada protección a los perjudicados, de la interdependencia de las dos acciones, lo que no les quita su autonomía
trátese de personas aisladas o de colectividades enteras. El día que el codi- e independencia, y pueden concebirse de manera conjunta conducta punible
ficador diseñe, por ejemplo, mecanismos que sean idóneos para proteger a y daño, como hace la legislación nacional, que sigue en este campo el mo-
las víctimas de atentados terroristas, de crímenes contra el ambiente, el or- delo ítalo-hispánico. Es por ello posible, al reunir ambas "acciones", enta-
den economicosocial o la salubridad pública, etc., y que miren más allá del blar una reclamación conjunta, como se verá luego.
mero interés particular y no se queden en meras declaraciones (confróntese, Este último sistema es el más adecuado y se abonan en su favor las
a título de ejemplo, la contenida en la Constitución Política, artículo 277, nu- siguientes ventajas: se compadece con el principio de la economía procesal;
meral 4, por medio de la cual se atribuye al procurador general como fun- permite que el perjudicado de manera más cómoda haga su reclamación
ción la de "defender los intereses colectivos, en especial el ambiente"), será dentro del mismo proceso penal, sin tener que acudir a la vía civil; facilita y
posible que el panorama existente cambie en alguna medida; lo demás es llo- asegura el éxito de la reparación, lo que es indudable ventaja para el afecta-
ver sobre mojado. do; posibilita un mayor imperio del arbitrio judicial, en lo que se ve uri medio
para proteger de mejor manera a la víctima. En fin, la llamada acción civil
II. LA RESPONSABILIDAD PENAL Y LA RESPONSABILIDAD CIVIL logra una mayor fuerza intimidatoria derivada de la penal; y, para terminar,
el perjudicado tiene la posibilidad de acudir a una de las dos vías, a su elec-
A) Las relaciones entre conducta punible y daño ción. No obstante, también puede ser objeto de algunas críticas: entorpece
la marcha de la justicia penal y torna más pesada la tarea de los jueces pena-
Las afirmaciones contenidas en los artículos 94 del Código Penal y 2341 les; supone entregarle una contienda de índole puramente civil a un funcio-
del Código Civil, en el sentido de que "la conducta punible origina obliga- nario casi siempre impreparado para ello; para el éxito de la denominada
ción de reparar los daños materiales y morales causados con ocasión de aque- acción civil, debe demostrarse la responsabilidad penal, a diferencia de lo que
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ocurre en la vía civil, en la que solo basta con probar los extremos de la res- voluntad del particular o del colectivo agraviado, quien puede renunciar a ella,
ponsabilidad civil —-daño, resultado y nexo causal—. En fin, en sistemas la penal es obligatoria e irrenunciable, ya que —como norma general— el
penales como el colombiano, donde el grado de impunidad alcanza cifras Estado tiene la obligación de investigar los hechos contrarios a la ley penal
preocupantes, la "acción civil" no tiene mayor vigencia porque pende del y castigar a los responsables, sin que pueda ser objeto de negociación o penda
ejercicio de la tarea de persecución penal que realiza el Estado. de la voluntad del procesado. En cuarto lugar, en tanto que la penal es per-
Para terminar, cabe preguntar si toda conducta punible genera siempre sonal e intransferible y se extingue con la muerte del responsable, la acción
la obligación de indemnizar; en otras palabras, se trata de precisar si de las civil es transmisible, mutable, y solo expira en las condiciones señaladas en
dos disposiciones legales transcritas al comienzo de este literal se despren- la ley civil, y puede recaer tanto sobre el condenado por el hecho criminal
de una relación ineluctable entre hecho criminoso y daño. Tal nexo no siem- como sobre terceros ajenos a este; y, para terminar, en quinto lugar, mien-
pre es absoluto, pues existen infracciones que, por su carácter y naturaleza, tras que como norma general —siempre que se entable dentro del proceso
no generan daño alguno; la doctrina no es unánime, sin embargo, al señalar penal— puede decirse que la civil es accesoria, pues casi siempre pende de
esas figuras, aunque no se discute su existencia. Por ejemplo, se mencionan la penal, esta última es de carácter principal.
algunos casos de tentativa, los llamados "delitos de peligro" (en sus moda-
C) La naturaleza jurídica de la obligación de restituir y de reparar
lidades abstracta y concreta), que dan lugar a la existencia de tipos de la misma
índole, como ya se dijo, las infracciones contra el Estado, la colectividad e En armonía con lo dicho, cuando se trata de establecer la esencia del ins-
incluso algunas dirigidas contra los particulares —se destacan dentro de estos tituto que se examina, las posiciones doctrinarias varían: mientras que una
últimos el aborto realizado por la mujer o con su consentimiento (véase, Có- corriente se inclina a darle carácter estrictamente civil, otra se pronuncia por
digo Penal, artículo 122)—, en los que difícilmente se llega a concretar res- su índole penal, y no falta una tercera que le asigne una naturaleza mixta. Sin
ponsabilidad civil. En fin, advirtiendo que una cosa es la dificultad para es- duda, la razón la lleva el primer planteamiento, pues el hecho de que ella
tablecer la responsabilidad civil y otra muy distinta que esta no se produzca, aparezca regulada en la ley penal no le quita su carácter ni su contenido pura-
parece evidente que en algunos de los ejemplos citados realmente ella no exis- mente civil, con mayor razón si se ha mostrado cómo es posible armonizar
te; el mismo legislador es consciente de ello cuando utiliza voces como la acción penal con la acción-pretensión civil.
"origina" o "es obligado", de las que no se sigue el carácter terminante que
a primera vista parece derivarse de las redacciones legales. La susodicha pre-
misa no tiene carácter absoluto, como tampoco aquella según la cual quien III. EL SISTEMA ADOPTADO POR LA LEY PENAL
no es responsable penalmente tampoco lo es en la esfera civil, que, como se
verá luego, tiene bastantes y bien nutridas excepciones. Como ya se indicó, de lege lata rige un patrón de interdependencia entre
las acciones civil (pretensión) y penal, en cuya virtud la conducta punible
B) Las diferencias entre la acción penal y la civil origina la obligación de restituir y reparar el daño; sin embargo, debe estu-
diarse la regulación respectiva de manera armónica, realizando algunas ob-
Presupuesto ineludible de cualquiera de las dos formas de responsabi- servaciones generales en primera instancia, para proceder luego a explicar
lidad mencionadas es la existencia de una acción, sea de carácter civil (ver- las instituciones contempladas en ella.
dadera pretensión) o penal; ello, sin embargo, obliga a intentar un distingo
entre estas dos últimas manifestaciones de aquella (Código de Procedimiento A) Observaciones generales
Penal, artículos 25 y siguientes). En efecto, se afirma, en primer lugar, que
la llamada acción civil es de carácter patrimonial, pues persigue la restitu- Varios aspectos llaman la atención cuando se examina la regulación
ción y la reparación de los daños y perjuicios irrogados a la víctima; entre vigente. En efecto, en primer lugar, el asunto está contemplado en tres nor-
tanto, la penal pretende el castigo de quien ha transgredido la ley penal. Así matividades, una de ellas correspondiente a una época diferente: el Código
mismo, en segundo lugar, mientras la denominada acción civil es de índole Civil, el Código Penal y el Código de Procedimiento Penal, las que se pro-
privada porque está concebida en función de los derechos del afectado, la nuncian sobre las mismas figuras jurídicas y emplean contenidos lingüísti-
penal es pública por el interés que en ella tiene toda la comunidad; además, cos no siempre coincidentes, lo que dificulta sobremanera la tarea interpre-
en tercer lugar, mientras que la civil es facultativa, porque está librada a la tativa; es más, la falta de una técnica legislativa idónea se aprecia cuando,
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f verbigracia, el Código Penal trata estas materias en otras disposiciones por 3o). Desde luego, esta previsión legal torna nugatoria la pretensión de las víc-
fuera del mismo capítulo vi del título iv del libro primero, sea para referirlas timas, pues cualquier persona a quien se le impute la comisión de un atenta-
1 do criminoso tiene la posibilidad de traspasar sus bienes antes de su compa-
a todas las figuras delictivas (artículo 55, numerales 5 y 6) o solo a algunas
de ellas (artículos 269 y 401, por ejemplo). recencia procesal, sin que exista la posibilidad de oponer herramienta alguna
Así mismo, en segundo lugar, al mencionar el contenido de la respon- en dicho caso.
sabilidad civil derivada de la conducta punible, se observa una notable in- En fin, esto significa que las pretensiones del constituyente encamina-
coherencia: nuestro Código Civil la denomina indistintamente indemniza- das a darles un tratamiento justo a las víctimas, en procura de lo cual otorgó
ción (confróntese, artículos 2341 a 2343 y 2347) o reparación del daño o a la Fiscalía General de la Nación la facultad de "Solicitar ante el juez de
perjuicio (artículos 2352, 2356 y 2358), contemplando un caso de restitu- conocimiento las medidas judiciales necesarias para la asistencia a las víc-
ción (artículo 2343-2); entre tanto, el Código Penal habla de la reparación timas, lo mismo que disponer el restablecimiento del derecho y la reparación
del daño (artículos 94 y 96), pero también se refiere a la indemnización por integral a los afectados con el delito" (artículo 250, inciso 4o numeral 6, mo-
daño (artículo 97), sin mencionar la restitución —salvo los casos ya señala- dificado acto legislativo 03 de 2002, en concordancia con la "norma recto-
dos, por fuera del capítulo vi del título iv—, ni mencionar el "perjuicio"; y, ra" contenida en el artículo 21 del Código de Procedimiento Penal y con la
para concluir, el Código de Procedimiento Penal alude a la reparación del facultad otorgada por el artículo 114, numeral 3 de este Código), no han sido
daño, al resarcimiento de los perjuicios (artículo 46, inciso Io) o, sencilla- verdaderamente desarrolladas. Es más, ni siquiera se ha dispuesto —cosa
mente, al resarcimiento de los daños y perjuicios (artículo 45) o a la indem- que sí hacía el artículo 103 del derogado Código Penal— que esta obligación
nización de daños y perjuicios (artículos 48 y 62). prevalezca sobre cualquiera otra que contraiga el imputado a partir de la comi-
sión de la conducta punible.
También, en tercer lugar, se habla de una acción civil popular (Código
Penal, artículo 95, inciso 2o y Código de Procedimiento Penal, artículos 45 C) Los titulares de la acción indemnizatoria
y 47), con la que se quieren asegurar los derechos de los afectados por daños
y perjuicios colectivos, según las previsiones constitucionales (artículos 277, a) Por activa
inciso Io, numeral 4, e inciso 2o y 282, numeral 5) pretensión muy loable que,
Se alude a las personas legitimadas para ejercer su pretensión dentro del
no obstante, corre el riesgo de seguir en el papel como hasta ahora, pese a su
proceso penal, por medio de un apoderado de la parte civil designado al efecto
consagración en la ley civil sustantiva desde antaño (artículo 2360).
(Código de Procedimiento Penal, artículo 45); esto es, se hace referencia a
B) La prohibición de enajenar bienes sujetos a registro aquellos sujetos de derecho facultados para incoar la pretensión indemniza-
toria correspondiente, bien dentro del proceso penal, bien fuera de él, a su
Esta figura busca asegurarles a las víctimas el derecho a la indemniza- elección. Tienen esa atribución: las personas naturales o sus herederos; las
ción y, en teoría, se muestra como una herramienta idónea para contrarres- personas jurídicas, bajo la condición de que sean verdaderas perjudicadas;
tar los posibles traspasos de bienes que hacen los compelidos a indemnizar, el ministerio público, que lleva la vocería de la sociedad; y el "actor popu-
para que los agraviados no sean burlados; por ello, la ley procesal penal dis- lar... cuando se trate de lesión directa de bienes jurídicos colectivos" —fi-
pone que el sindicado no puede enajenar sus bienes sujetos a registro dentro gura prevista expresamente por la ley sustancial (Código Penal, artículo 95,
del año siguiente a la vinculación: "Prohibición de enajenar. El sindicado inciso 2o; Código de Procedimiento Penal, artículo 45 y Código Civil, artículo
dentro del proceso penal no podrá enajenar bienes sujetos a registro durante 2360)—. Véase lo que dispone la ley procesal penal: "Titulares. La acción
el año siguiente a su vinculación, a menos que esté garantizada la indem- civil individual o popular para el resarcimiento de los daños y perjuicios in-
nización de perjuicios o se hubiere producido pronunciamiento de fondo dividuales y colectivos causados por la conducta punible, podrá ejercerse ante
sobre su inocencia. Esta obligación deberá ser impuesta expresamente en la la jurisdicción civil o dentro del proceso penal, a elección de las personas
diligencia de indagatoria. Cualquier negociación que se haga sobre los bie- naturales o jurídicas perjudicadas, por los herederos o sucesores de aquellas,
nes sin autorización del funcionario judicial, será nula y así se lo deberá decre- por el ministerio público o por el actor popular cuando se trate de lesión directa
tar en la sentencia. No obstante, en el curso del proceso, se podrá cancelar a bienes jurídicos colectivos. En este último evento, solo podrá actuar un ciu-
provisionalmente el registro del negocio jurídico" (artículo 62, incisos I o a dadano y será reconocido quien primero se constituya. El actor popular
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gozará del beneficio de amparo de pobreza de que trata el Código de Proce- En segundo lugar, los que de acuerdo con la ley civil están obligados
dimiento Civil" (Código de Procedimiento Penal, artículo 45, incisos I o a 3o). al resarcimiento (la llamada responsabilidad civil "extra delicio"), es decir,
Al respecto es bueno recordar, en relación con las dos primeras catego- todas aquellas personas que sin haber concurrido a la realización de la con-
rías mencionadas en el párrafo anterior, cómo la ley civil establece que pueden ducta punible deben asumir dicha carga por sus relaciones con el acto delic-
ejercer tal derecho no solo el dueño o poseedor de la cosa o su heredero, sino tivo o con el autor de la infracción a la ley penal (Código Penal, artículo 96
también el usufructuario, habitador, usuario y aun el que tiene la cosa en su y Código de Procedimiento Penal, artículo 46); se trata, pues, de una verda-
poder, en ausencia del dueño, con la exigencia de que se cumplan las con- dera responsabilidad civil indirectamente derivada de la transgresión a la
diciones establecidas al respecto (Código Civil, artículos 2342 y concs.). ley penal. Así sucede con los siguientes tipos de personas (Código Civil, ar-
tículos 2343 y siguientes): los herederos del que causó el daño, pues la muerte
b) Por pasiva no extingue las obligaciones civiles; quien recibe beneficio del dolo ajeno
Se hace referencia a los obligados a la restitución o al resarcimiento del sin haber tenido parte en él, "hasta la concurrencia de lo que valga el prove-
daño por el hecho imputado, que comprende de lege lata dos grupos de cho que hubiere reportado" (Código Civil, artículo 2343-2), figura denomi-
personas: nada por la doctrina "responsabilidad civil ex delicio por lucro"; el ebrio por
su daño; los que tengan a su cargo menores de diez años o dementes, por los
En primer lugar, los penalmente responsables (la llamada responsabi-
daños causados por ellos. Así mismo, todo aquel que tenga a su cuenta el
lidad civil "ex delicio'"), esto es, quienes han sido declarados autores de la
cuidado de otras personas, por los daños cometidos por ellas, como sucede
conducta punible o partícipes en ella, mediante sentencia condenatoria en fir-
con los padres en relación con los hijos menores; el tutor o curador con su
me, que están obligados a restituir y reparar de manera solidaria, lo que sig-
pupilo; los directores de colegios y escuelas por el hecho de sus discípulos
nifica que, en principio, cualquiera de ellos debe responder por la totalidad
de la obligación, sin que sea posible dividirla o prorratearla por cuotas se- "mientras estén bajo su cuidado"; los "amos" en relación con sus "criados
gún el grado de responsabilidad penal (Código Civil, artículo 2343; Código o sirvientes"; el dueño de un edificio que amenaza ruina; en fin, el propie-
Penal, artículo 96 y Código de Procedimiento Penal, artículo 46). Así, por tario de un animal o el que se sirva de él —también cuando es fiero— sin olvi-
lo demás, lo expresa con claridad el artículo 2344 del Código Civil: "Si un dar, por supuesto, la responsabilidad de los empleadores.
delito o culpa ha sido cometido por dos o más personas, cada una de ellas será Y, para terminar, los dueños o habitantes de un edificio en situaciones
solidariamente responsable de todo el perjuicio procedente del mismo deli- especiales, tal como todo aquel que cause un daño imputable a malicia o ne-
to o culpa, salvas las excepciones de los artículos 2350 y 2355. Todo fraude gligencia suya —quien dispara un arma de fuego de manera imprudente,
o dolo cometido por dos o más personas produce la acción solidaria del pre- quien remueve o descubre las losas de una acequia o cañería sin las debidas
cedente inciso". Los dos casos en los que se excepciona dicha regla son los precauciones y el obligado a construir o reparar un acueducto o una fuente
del edificio que ocasiona ruina, o los daños causados por cosa que se arroja que atraviese un camino cuando lo tenga "en estado de causar daño"—; igual
desde la parte superior de un edificio, en los que la responsabilidad se divide cosa sucede con las compañías aseguradoras cuando celebran contratos de
entre todos los propietarios o inquilinos del respectivo edificio. seguro directo o voluntario con sus clientes (asegurados), cuyo supuesto más
Este sistema, al no permitir la división por cuotas según el diverso gra- importante es el derivado del uso de vehículos de motor (Código de Comer-
do de responsabilidad del agente, lleva a soluciones no siempre satisfacto- cio, artículos 1127 y 1133).
rias desde un punto de vista politicocriminal; por lo menos debería permitír- En estos casos, se reitera, debe existir una relación de causa a efecto
sele al juez respectivo hacer una individualización de la responsabilidad por (nexo causal) entre el tercero y la persona que concurrió a la comisión de la
cuotas, según el diferente grado de responsabilidad penal para dichos efec- conducta punible, o entre ese tercero y la conducta punible misma, de tal ma-
tos, de acuerdo con un sistema mixto de subsidiariedad y de solidaridad, como nera que se cumpla con el presupuesto legal: que desde la perspectiva de la
acontece en otros ordenamientos. ley civil sustantiva, el tercero sea responsable civilmente.
Si se quiere resumir el alcance de esta primera categoría, podría decir- Para culminar el análisis de este segundo grupo de sujetos pasivos de
se que comprende aquellas hipótesis en las que la responsabilidad penal y la la restitución y el resarcimiento del daño realizado, debe indicarse que la ley
civil coinciden en la misma persona, que constituye la regla general. procesal ha establecido un mecanismo para vincular al proceso penal a tales
642 MANUAL DE DERECHO PENAL LA RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA DE LA CONDUCTA PUNIBLE 643

terceros civilmente responsables (Código de Procedimiento Penal, artículos hubieren beneficiado" del "enriquecimiento ilícito", como uno de los casos
69 y siguientes), aunque la regulación presenta algunos vacíos. de restitución que ha de tenerse en cuenta para efectos de la reparación civil.
Desde luego, adviértase, esta disposición tiene su asiento en el artículo 34,
D) El objeto de la responsabilidad civil derivada de la inciso 2o de la Constitución Política, según el cual"... por sentencia judicial,
conducta punible se declarará extinguido el dominio sobre los bienes adquiridos mediante
enriquecimiento ilícito, en perjuicio del tesoro público o con grave deterio-
En verdad, como ya se dijo, la terminología utilizada por la ley al refe- ro de la moral social"; naturalmente, la extinción del dominio, en ningún caso,
rirse a este asunto no es uniforme, y se observa una influencia parcial del
puede ser de carácter retroactivo, a no ser que se quiera arrasar con el prin-
modelo en el artículo 101 del derogado Código Penal español cuando estu-
cipio de legalidad y resquebrajar las bases del Estado de derecho, como lo
dia la redacción contenida en los artículos 45 y siguientes, que distinguen los
hace —de manera increíble— el artículo 24 de la ley 793 de 2002, de mane-
conceptos de reparación del daño y resarcimiento de los perjuicios, utili-
ra similar a como lo hacía la derogada ley 333 de 1996 en esta materia.
zando como expresión genérica la de indemnizar, incluso, esta normativi-
dad se debe complementar con la atinente a la extinción del dominio cuando b) El resarcimiento del daño
se tratare de bienes adquiridos ilícitamente (ley 793 de 2002) y con lo pre-
Esta figura equivale a indemnizar al ofendido o agraviado con ocasión
visto en otras disposiciones, con lo que entra a operar la figura de la restitu-
de todos los perjuicios sufridos a causa de la comisión de una conducta
ción en el enriquecimiento ilícito.
punible. Ahora bien, los daños han sido divididos por la ley en dos clases
No obstante, no tiene sentido separar dos expresiones sinónimas como (Código Penal, artículo 94): en primer lugar, el material, o menoscabo de
son daño y perjuicio, correctamente identificadas por el Código Civil que, índole patrimonial derivado de la pérdida sufrida, determinable por el valor
además, equipara reparar e indemnizar. En fin, para no insistir más en estas de la cosa sobre la que recae la infracción o por la estimación del daño cau-
disquisiciones terminológicas, parece que la clave la diera el artículo 45 del sado realizada por perito idóneo (el daño emergente o perjuicio propiamen-
Código de Procedimiento Penal al hablar del resarcimiento de los daños y te dicho); y la utilidad que deja de percibirse por el empleo o función de la
perjuicios como denominación genérica, lo que permite afirmar que el con- cosa, o la "ganancia que, de ordinario, se determina por los intereses legales
tenido de la responsabilidad civil se reduce a dos clases de figuras: la resti- de la cantidad que se fije como monto del daño emergente" (el lucro cesante
tución y el resarcimiento de los daños o perjuicios causados, que deben ser o perjuicio, Código Civil, artículos 1316 y siguientes). En segundo lugar, el
objeto de estudio separado. moral, constituido por un sufrimiento de índole psíquica padecido por el
a) La restitución perjudicado (perturbación del ánimo, dolor, angustia, etc.), que puede tener
repercusiones de índole económica; se puede, a su vez, dividir en daño moral
Por tal se entiende el fenómeno mediante el cual el responsable resta- subjetivo, que abarca el dolor, la aflicción o el abatimiento generados por la
blece las cosas al estado en que se encontraban antes de la comisión del hecho infracción, de imposible evaluación pecuniaria, y objetivo, o menoscabo
criminoso; así, por ejemplo, sucede cuando el hurtador devuelve en simila- patrimonial sufrido como consecuencia del traumatismo psíquico causado
res condiciones la joya valiosa o el vehículo sustraídos, o el partícipe en el
por la conducta punible.
lucro derivado de un enriquecimiento ilícito entrega la cantidad de dinero con
los intereses devengados, etc. Esta figura, como se anotó, está prevista en Tales daños deben ser objeto de tasación dentro del respectivo proceso
el artículo 269 del Código Penal a título de atenuante punitiva de los delitos penal (Código Penal, artículo 97, inciso 3o), mediante dictamen practicado
contra el patrimonio para el responsable que —además de indemnizar los per- por perito idóneo o acudiendo a los demás medios de prueba ordinarios; si
juicios causados— "restituyere el objeto material del delito", y en el artícu- esa valoración no fuere factible, la ley ha previsto límites dentro de los que
lo 401, referido a los delitos de peculado cuando "reintegrare lo apropiado"; puede moverse el funcionario para imponer la condena respectiva, aunque
así mismo, como ya se indicó, es de muy antigua consagración en el derecho —por disponerlo así la sentencia C-916 de 29 octubre 2002, mediante la cual
nacional, pues el artículo 2343 del Código Civil la describe diciendo: "el que se declaró la exequibilidad condicionada de los dos primeros incisos de la
recibe provecho del dolo ajeno sin haber tenido parte en él, solo es obligado norma— el monto de 1000 salarios mínimos legales mensuales vigentes en
hasta concurrencia de lo que valga el provecho que hubiere reportado", pauta ella señalados se refiere solo a los perjuicios morales. A tal efecto, se deben
observada por el estatuto procesal penal para aludir a las personas "que se tener en cuenta factores como la naturaleza de la conducta y la magnitud del
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daño causado (Código Penal, artículo 97, inciso 2o): "Indemnización por En fin, en quinto lugar, no se olvide que existen comportamientos ge-
daños. En relación con el daño derivado de la conducta punible el juez podrá neradores de responsabilidad penal que no engendran responsabilidad civil;
señalar como indemnización, una suma equivalente, en moneda nacional, por ello, como ya se dijo más arriba, no parece apropiada la redacción del
hasta mil (1.000) salarios mínimos legales mensuales. Esta tasación se hará artículo 94 cuando dice que "la conducta punible origina obligación de re-
teniendo en cuenta factores como la naturaleza de la conducta y la magnitud parar los daños materiales y morales causados con ocasión de aquella".
del daño causado. Los daños materiales deben probarse en el proceso". Desde
luego, esa liquidación debe realizarse en concreto y se ha de hacer en la misma E) La prescripción de la acción civil
sentencia que declare la responsabilidad penal (confróntese, Código de Pro-
cedimiento Penal, artículos 56 y siguientes). Como la facultad de los agraviados con la conducta punible de hacer
efectiva la pretensión de naturaleza patrimonial reparatoria no puede exten-
No obstante, lo dispuesto en ese texto legal obliga a hacer algunas pre-
derse ilimitadamente en el tiempo, la ley se ha encargado de determinar plazos
cisiones: en primer lugar, la norma no puede aplicarse si existe duda en tor-
perentorios dentro de los que ello debe hacerse (confróntese, Código Civil,
no a la presencia de los perjuicios materiales o morales, o ambos, entre otras
artículo 2358 y Código Penal, artículo 98); al efecto, debe distinguirse si la
razones porque en esta materia también rigen los axiomas elevados al rango
acción (pretensión) es de carácter directo (la iniciada contra el responsable
de normas rectoras: debido proceso, in dubiopro reo, presunción de inocen-
penalmente) o indirecto (contra el tercero civilmente responsable). La ac-
cia, etc.; además, no debe olvidarse que según el artículo 94 los daños tienen
ción-pretensión civil directa prescribe en un lapso de veinte años, contados
que ser "causados" con la conducta punible, y de acuerdo con el inciso 3o,
a partir del momento de la conducta punible, si se entabla por fuera del pro-
los perjuicios "materiales" tienen que probarse en el proceso. En fin, el ar-
ceso penal; y, si se hace dentro de este, el lapso coincide con el de prescrip-
tículo 56, inciso Io, del Código de Procedimiento Penal, dice que el juez solo
ción de la respectiva "acción penal" que, como se dijo, equivale al monto de
procederá a liquidar los perjuicios que provengan del hecho investigado,
la pena sin ser inferior a cinco ni superior a veinte años, atendidas ciertas
cuando "se haya demostrado la existencia" de estos en el proceso penal res-
precisiones y excepciones legales (confróntese, artículos 83 y siguientes).
pectivo, con lo que parece claro que el sistema vigente no permite condenar
al pago de perjuicios cuando no se han establecido. En cuanto a la responsabilidad indirecta, se ha previsto que el lapso es
de tres años contados desde la perpetración del acto (así lo advierte el Código
Así mismo, en segundo lugar, si está establecida la existencia de los per-
Civil, artículo 2358, inciso 2o, en armonía con el Código Penal, artículo 98).
juicios morales, pero no se sabe cuál es su monto o cuantía, parece obvio que
la disposición le da al juez la posibilidad de acudir al marco señalado en el Finalmente, como muestra de que se busca darle garantías a la víctima,
inciso I o —entre uno y mil salarios mínimos legales mensuales vigentes— se ha dispuesto que las causas de extinción de la punibilidad, ya vistas, no
("el juez podrá señalar como indemnización") como, por lo demás, lo dis- comprenden las obligaciones civiles derivadas de la conducta punible (Có-
pone el artículo 56, inciso 5o, del Código de Procedimiento Penal: "En los digo Penal, artículo 99).
casos de perjuicios no valorables pecuniariamente, la indemnización se fi- Ahora bien, desde un punto de vista temporal, no existe ninguna restric-
jará en la forma prevista en el Código Penal", esto es, acorde con lo dispues- ción para el ejercicio de la acción civil dentro del trámite del proceso penal,
to en el artículo 97. Cabe decir que, cuando se trate de los llamados perjui- pues ella se puede entablar en cualquier momento e incluso en la etapa pre-
cios morales subjetivos, el juez debe acudir a la tabulación legal, pues su procesal de la investigación previa—lo que genera no pocas dificultades des-
monto no es susceptible de ser probado. de la perspectiva de la teoría del proceso penal— (Código de Procedimiento
También, en tercer lugar, si en el proceso penal se acredita una cuantía Penal, artículo 47, texto vigente tras las parciales declaratorias de inexequibili-
de perjuicios morales superior al monto legal, todo indica que el juzgador bien dad contenidas en las sentencias C-760 de 18 julio 2001 y C-228 de 3 abril
puede condenar rebasando ese límite legal, pues en ninguna parte ha dicho 2002).
el legislador que ello no pueda ser así (confróntese, J. TAMAYO JARAMILLO).
En cuarto lugar, queda claro que el monto legal de hasta 1000 salarios F) El comiso
mínimos legales mensuales vigentes no ha sido señalado para los perjuicios El comiso o decomiso, voces sinónimas en lengua española, es la pér-
materiales que se deben imponer según lo probado en el proceso penal res-
dida de los efectos e instrumentos del hecho o conducta punible en favor del
pectivo.
Estado o de la institución oficial designada al efecto. Ahora bien, en torno

22 V E L Á S O U F 7 V 2«
646 MANUAL DE DERECHO PENAL LA RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA DE LA CONDUCTA PUNIBLE 647

a la naturaleza jurídica de esta institución, se debaten diversas posturas: en ellos. La entrega será definitiva cuando se garantice el pago de los perjui-
las doctrinas española y argentina se le concibe como "una pena", o como cios, se hayan embargado bienes del sindicado en cuantía suficiente para
"una pena accesoria"; en la alemana se le entiende como una auténtica medida atender al pago de aquellos, o hayan transcurrido diez y ocho (18) meses desde
de seguridad; en el derecho nacional se ha dicho que es una verdadera "ga- la realización de la conducta, sin que se haya producido la afectación del bien".
rantía para la efectiva indemnización de los perjuicios ocasionados con el Ahora bien, aunque la ley penal no lo explicite, al momento de dictar
delito", etc. Todas estas posiciones muestran que esta figura no tiene natu- sentencia la situación anterior adquiere carácter permanente, pues en ella el
raleza jurídica unitaria, sino de carácter complejo, pues al mismo tiempo reúne juez debe ordenar el comiso de los mencionados elementos, para efectos de
las notas propias de la sanción penal, la indemnización para el perjudicado indemnización, cuando ella fuere condenatoria. Si, en cambio, se profiere
con la conducta punible, simple efecto civil de la infracción o mera determi- absolución, o con anterioridad a dicho instante se cancelan los daños peri-
nación de carácter procesal para efectos probatorios. cialmente avaluados, o se garantiza el pago de estos (por ejemplo, mediante
La ley penal consagra esta figura en el artículo 100 del Código Penal, una caución otorgada por una compañía aseguradora para el cumplimiento
complementado en su redacción por el artículo 67 del Código de Procedi- de la obligación) o el proceso termina mediante cualquiera de las formas
miento Penal, en virtud de los cuales los instrumentos o efectos con los que legalmente previstas para ponerle fin (cesación de procedimiento o preclu-
se haya cometido la conducta punible, junto con los que provengan de su eje- sión definitiva de la instrucción, según indica la ley procesal penal), proce-
cución que no tengan libre comercio —esto es, cuando son de carácter ilí- derá la entrega definitiva de los bienes de libre comercio afectados con la
cito, como sucede con las sustancias estupefacientes o alucinógenas, con las medida de retención provisional. Este parece ser el verdadero alcance del
armas de uso privativo de las fuerzas militares o sin salvoconducto legal, artículo 100 del Código Penal, pese a que la redacción del texto no es la más
etc.— pasan a poder de la Fiscalía General de la Nación de manera provisio- afortunada, pues —en vez de sentar de manera clara el principio general
nal mientras se adelanta el proceso respectivo, y procede incluso su destruc- haciendo luego las especificaciones de rigor— acude a una redacción casuista
ción desde este momento cuando la ley así lo disponga. Si se trata de bienes poco aconsejable que, además, desdibuja los alcances de la figura.
que tengan libre comercio, en cambio, se procede a someterlos a los exper-
ticios técnicos pertinentes y se le entregan en depósito al propietario o al tene-
dor legítimo, o a los terceros que conforme a la ley acrediten derecho sobre
ellos, como sucede con los vehículos automotores, las unidades montadas
sobre ruedas, aviones, barcos, etc. De todos modos, téngase en cuenta, la ley
dispone que la afectación del bien se debe llevar a cabo dentro del término
de dieciocho meses contados desde la realización de la conducta (Código Pe-
nal, artículo 100, inciso final).
El texto del artículo 100 es el siguiente: "Comiso. Los instrumentos y
efectos con los que se haya cometido la conducta punible o que provengan
de su ejecución, y que no tengan libre comercio, pasarán a poder de la Fis-
calía General de la Nación o a la entidad que esta designe, a menos que la ley
disponga su destrucción. Igual medida se aplicará en los delitos dolosos,
cuando los bienes, que tengan libre comercio y pertenezcan al responsable
penalmente, sean utilizados para la realización de la conducta punible, o
provengan de su ejecución. En las conductas culposas, los vehículos auto-
motores, naves o aeronaves, cualquier unidad montada sobre ruedas y los de-
más objetos que tengan libre comercio, se someterán a los experticios téc-
nicos y se entregarán provisionalmente al propietario, legítimo tenedor salvo
que se haya solicitado y decretado su embargo y secuestro. En tal caso, no
procederá la entrega, hasta tanto no se tome decisión definitiva respecto de
CAPÍTULO VIGESIMOCUARTO

EL MÉTODO DEL CASO

Bibliografía básica: AGUDELO BETANCUR, NÓDIER: Casos de derecho penal, 2a edición, Me-
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El derecho penal en casos, 2a edición, Valencia, Tirant lo Blanch, 1996.

I. INTRODUCCIÓN

El estudio del derecho a partir de casos y problemas para la reflexión,


es uno de los grandes aportes del derecho anglosajón que ha penetrado con pro-
fundidad en el derecho penal de corte occidental europeo, sobre todo después
de la segunda guerra mundial mediante la influencia ejercida por los tribunales
presididos por las potencias aliadas en territorio alemán, aunque en esta última
nación sus precedentes más antiguos parecen remontarse a R. VON IHERING,
que, ya desde 1847, utilizaba hipótesis de la vida práctica en sus clases.
El ejemplo del país nórdico ha servido para que otros derechos penales
de la misma órbita cultural hayan impulsado decididamente tal herramienta
metodológica (Italia, España, e incluso Francia). En el ámbito latinoameri-
cano, este sistema de ayuda docente ha sido conocido, sobre todo, gracias a
650 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 651

las contribuciones del profesor español L. JIMÉNEZ DE ASÚA, que, con vehe- las falencias en la formación intelectual pueden, pues, conducir al fracaso.
mencia, impulsó la versión alemana del método del caso —que combina el Por ello, lo primero que debe hacer el aprendiz es adquirir conocimientos
seminario, donde se debaten los problemas prácticos, con la exposición teó- sólidos y precisos en el ámbito de la parte general del Derecho penal, para
rica de la cátedra— en los países de habla hispana del continente hacia el lo que debe avanzar en la lectura de los diversos capítulos del texto o textos
decenio del cuarenta del siglo xx; obviamente, en el norte del hemisferio ha suministrados como instrumento pedagógico, de tal manera que alcance un
regido de manera generalizada y como única herramienta de docencia uni- nivel adecuado de discusión y logre entrelazar con suficiencia la teoría y la
versitaria el case system, por influencia británica. práctica.
En lo que a Colombia respecta, el método del caso no es ni mucho menos 2. Así mismo, el estudioso debe leer con detenimiento la hipótesis plan-
nuevo. En efecto, debe recordarse —sin olvidar otros aportes y preceden- teada para lograr una comprensión cabal de los hechos sin suponer situacio-
tes— , ya en el decenio del setenta del siglo pasado el profesor A. REYES nes que no aparezcan consignadas en ella, de tal manera que pueda apreciar
ECHANDÍA difundió esta metodología en su cátedra de la Universidad Exter- todos y cada uno de los elementos suministrados en función de su importan-
nado de Colombia; cosa similar hizo, en la Universidad de Antioquia, el cia juridicopenal. Desde luego, salvo indicación en contrario, debe partir del
profesor N. AGUDELO BETANCUR, tras su paso por universidades alemanas des- presupuesto de que los datos suministrados han sido debidamente estable-
de mediados de ese decenio. cidos según los medios de prueba correspondientes (confróntese, Código de
En este acápite se plasma una guía para la solución de los casos, que co- Procedimiento Penal, artículos 244 y siguientes); por ello, no debe llenar los
incide con la sistemática del delito propuesta a lo largo del texto; desde lue- vacíos presentados por la hipótesis de manera arbitraria o caprichosa. Aho-
go, ello no significa que una hipótesis determinada no se pueda resolver a ra bien, si el supuesto examinado tiene un nivel de complejidad elevado, en
partir de una alzadura teórica distinta. A continuación, se inserta un banco la medida que involucra diversos comportamientos de una o varias perso-
de casos y de problemas recopilados y elaborados a lo largo de veinticinco nas que pueden, incluso, actuar en distintas circunstancias de tiempo, modo
y lugar, es indispensable que haga un inventario cronológico de los sucesos
años de docencia universitaria, algunos tomados de otros autores o suminis-
involucrados y de los aportes de cada uno de los participantes.
trados por colegas, y que recogen, por supuesto, las enseñanzas derivadas de
las incursiones por escenarios académicos alemanes y colombianos, básica- 3. De igual forma, el investigador debe mirar el caso no solo desde la
mente. Ello explica la clasificación y organización temática de cada una de perspectiva del derecho positivo, sino también desde el ángulo de la teoría,
las hipótesis suministradas con miras a que el estudioso —y sobre todo el y tratar de precisar los problemas jurídicos involucrados en aquel. Por eso,
aprendiz de estas disciplinas— las resuelva con base en la lectura del capí- debe observar si en la hipótesis suministrada se presenta algún fenómeno ati-
tulo respectivo. Desde luego, adviértase, también aparecen consignadas en nente a los ámbitos de validez de la norma penal; si el comportamiento exa-
tal recopilación decisiones de los altos tribunales y algunos párrafos de tex- minado tiene o no trascendencia penal (juicio de conducta); si esa actividad
tos fundamentales cuya metodología de análisis difiere de la del caso, con humana encaja o no en la descripción típica (juicio de tipicidad); en caso afir-
los que se busca completar el repertorio de ayudas pedagógicas para hacer mativo, si dicha conducta es antijurídica tanto formal como materialmente
más productiva y rentable esta búsqueda académica. (juicio de antijuridicidad); y, si se configura un injusto, si ella le es o no exi-
gible al agente (juicio de culpabilidad). Finalmente, debe imponer la pena
o penas correspondientes (juicio de individualización judicial de la pena),
II. GUÍA PARA LA SOLUCIÓN DE CASOS amén de la responsabilidad civil derivada de la conducta punible (juicio de
responsabilidad civil).
A) Precisiones iniciales 4. Cuando la hipótesis de trabajo suministrada aparezca acompañada de
referencias legales para el análisis, el experto debe tener en cuenta que tales
1. Para poder orientar debidamente la solución del caso, el analista debe citas son apenas una guía para el estudio del caso y no obligan al intérprete
tener una preparación teórica suficiente que le permita abordar con claridad o analista a aplicarlas; ello es producto de que algunas referencias se brin-
las hipótesis suministradas. Parece verdad de Perogrullo, pero no se puede dan con la finalidad de llevar a cabo una tarea de confrontación con otras des-
estudiar un problema determinado con rigor y seriedad académicas, si no se cripciones típicas que, de todos modos, deben ser tenidas en cuenta para la
está debidamente empapado de la discusión juridicopenal que este plantea; solución, aunque sea para descartarlas. Ahora bien, si no se menciona apo-
652 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 653

yo legal alguno o el comportamiento o comportamientos examinados se pue- nística en esta área, sino también un avezado profesional que utilice adecua-
den ubicar en otras figuras, ello no significa que la solución se pueda llevar damente las técnicas de la enseñanza y, en especial, el manejo de los grupos
a cabo de espaldas a la realidad normativa, puesto que ella, si se quiere hacer de trabajo, para evitar que el aprendiz se malogre o el experto no preste la
auténtica dogmática penal, es un referente obligado. atención requerida. Este tipo de herramientas pedagógicas, pues, no es
5. El analista tampoco debe olvidar que no existe una única solución pensable sin la mayéutica socrática, esto es, ese raro arte —tan escaso en la
posible, lo normal es que se presenten discrepancias y posiciones enfrenta- actual docencia universitaria— en cuya virtud el maestro, mediante su pa-
das —cosa, desde luego, muy saludable—, aunque se debe optar por una de labra elocuente, va alumbrando en el alma del discípulo nociones que este
ellas y fundar debidamente la respuesta. Lo definitivo, pues, es la manera tenía en sí, sin él saberlo.
como se conduce el análisis y se plasman los razonamientos, no si se logra
adivinar la respuesta deseada por el profesor. Ello requiere un proceso mental B) Pasos para la solución del caso
de reflexión y maduración de ideas prolongado, arrojo intelectual, osadía aca- La exposición siguiente indica, a grandes rasgos, cuáles son las sendas
démica; una mente ágil y creativa dispuesta a enfrentar, en el marco del ne-
y las comprobaciones que se deben hacer.
cesario debate colectivo, las ideas decantadas. En esta materia, como en otras,
es válido el antiguo proverbio chino: "si uno no entra en la guarida del tigre, 1. Validez de la ley penal
¿cómo podrá apoderarse de sus cachorros?". a) Problemas de validez temporal. Se debe establecer el tiempo de co-
6. Igualmente, el estudioso no puede perder de vista que el análisis debe misión de la conducta punible o tempus comissi delicti, tanto como la ley vi-
ser rigurosamente técnico, esto es, acorde con los principios generales y el gente al momento en que se cometió, siguiendo las pautas establecidas en el
método de trabajo utilizado por la dogmática juridicopenal, tal como es artículo 26 del Código Penal según la teoría de la acción.
concebida en la discusión contemporánea. En este contexto, la interpreta- Así mismo, debe comprobarse si con posterioridad al momento de la co-
ción de la norma penal juega un papel fundamental, pues en la medida en que
misión de la conducta entró en vigencia una nueva legislación, para detectar
se respeten los principios hermenéuticos básicos y los postulados generales
un posible tránsito de normas penales en el tiempo que genere un conflicto
del derecho penal, se lograrán resultados más óptimos y convincentes. Jus-
normativo, en el cual pueden estar involucradas dos o más leyes de carácter
to es decirlo: cuando alguien se enfrenta a la solución de un asunto concreto,
permanente o transitorio. Por supuesto, ello es de importancia para verifi-
está poniendo en escena todo su bagaje cultural y académico, su formación
car la posible aplicación extraactiva de la ley (retroactividad o ultractividad)
dogmática y su solidez intelectual.
en casos de favorabilidad (confróntese, Constitución Política, artículo 29,
7. Lo deseable es que quien se inicia en estas faenas reciba un adiestra- inciso 3 o ; Código Penal, artículo 6o, incisos 3 o y 4o y ley 153 de 1887, artícu-
miento que le permita combinar adecuadamente la teoría con la práctica y lo 44).
esta con aquella. La mejor teoría siempre es fruto de una buena práctica, y al
contrario, el verdadero conocimiento es aquel que se nutre con la experien- b) Problemas de validez espacial. Es indispensable determinar el lu-
cia. Todas las elaboraciones académicas de la moderna ciencia del derecho gar de comisión de la conducta punible o locus comissi delicti, teniendo en
penal han nacido de los casos de la vida real, no a la inversa. Por eso, el experto cuenta, como punto de partida, la teoría de la ubicuidad consagrada en el
no debe caer en un yerro frecuentemente observado en la docencia univer- artículo 14 del Código Penal. Si la conducta punible se cometió en el extran-
sitaria: se pretende justificar los clásicos problemas teóricos, que se heredan jero, es necesario precisar si sus efectos se produjeron en territorio colom-
de generación en generación, acudiendo a hipótesis diseñadas con antelación, biano; y, al contrario: si el hecho se empezó a gestar en suelo nacional, debe
cuando debería ser lo contrario: se debe mostrar que esas elaboraciones son determinarse si el resultado o resultados se cometieron fuera de aquel.
producto de los problemas de la vida real. c) Problemas de validez personal. Debe verificarse si en la hipótesis
8. Finalmente, así como para el éxito de esta ayuda didáctica son indis- existe algún evento que excepcione la aplicación igualitaria de la ley penal,
pensables ciertas condiciones innatas en el aprendiz o estudioso, amén de un porque alguna persona goce de tratamiento preferencial: indemnidad, inmu-
adecuado adiestramiento, también es cierto que los resultados dependen de nidad (véanse, leyes 17 de 1971 y 6a de 1972) o fueros (confróntese, Cons-
similares dotes y formación del docente, que no solo tiene que ser persona titución Política y Código de Procedimiento Penal). Desde luego, es factible
con gran capacidad de diálogo y comprobadas formación intelectual y huma- que se requiera el estudio de algún fenómeno propio de la asistencia y coo-
654 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 655

peración internacionales entre los diversos países, como la extradición (con- La operación mental que debe realizar el estudioso o analista supone,
fróntese, Constitución Política, artículo 35; Código Penal, artículo 18 y Có- pues, un proceso progresivo que va desde la determinación del tipo penal en
digo de Procedimiento Penal, artículos 508 y siguientes). concreto, pasa por el juicio de tipicidad, y llega hasta la afirmación o nega-
2. La conducta humana (comisiva u omisiva) ción de la adecuación típica, trátese de un solo tipo penal o de varios.
Finalmente, para que el análisis sea exitoso se debe tener en cuenta que
Como el Código Penal establece que "para que la conducta sea punible el legislador maneja cuatro estructuras típicas distintas: comisivas dolosas,
se requiere que sea típica, antijurídica y culpable" (confróntese, artículo 9o,
comisivas imprudentes, omisivas dolosas y omisivas imprudentes —e incluso
inciso I o ), el análisis del delito o hecho punible debe comenzar por la emi-
las preterintencionales—, lo que obliga al intérprete a elegir la que corres-
sión del respectivo juicio de conducta.
ponda para emitir el juicio de tipicidad acorde con las características propias
a) Clases de conducta. Dado que el comportamiento humano, desde la de cada clase de figura penal. Para decirlo en otras palabras: no se puede
perspectiva penal, puede asumir dos formas, es indispensable —como paso emitir un juicio de tipicidad en relación con un supuesto de hecho imprudente
inicial— precisar si es comisivo (de acción) u omisivo (de omisión) (Códi- utilizando los elementos propios del de comisión dolosa o del de omisión, o
go Penal, artículo 25).
al contrario. Cada uno, pues, tiene su propia conformación.
b) Causas de exclusión. Si la respuesta es afirmativa, debe examinarse a) El tipo en las conductas de comisión dolosa. 1) Aspecto objetivo.
si concurre alguna de las causales de exclusión de la conducta que, no se ol-
Deben responderse interrogantes como los siguientes:
vide, es el carácter genérico de delito: movimientos reflejos, estados de ple-
na inconsciencia, fuerza irresistible (confróntese, Código Penal, artículos 25, a') ¿Falta alguno de los elementos del aspecto objetivo? Se deben exa-
32, numerales 1 y 8), etc. Por supuesto, debe tenerse en cuenta que tales minar todos los elementos de la figura típica, sean de índole descriptiva o
eventos presentan manifestaciones distintas, según se trate de una acción o normativa: el sujeto activo y pasivo, la acción, el nexo de causalidad (o de
de una omisión. Una vez establecida la existencia de una conducta concre- imputación objetiva), el resultado, el bien jurídico tutelado, los medios, el
ta, que el analista debe claramente individualizar, con relevancia penal —esto momento de la acción, el lugar de la acción, el objeto de la acción, etc. Por
es, causal, final y con trascendencia social— el análisis debe continuar. supuesto, se debe tener en cuenta que no todos los caracteres concurren en
los diversos supuestos de hecho, pues —a título de ejemplo— existen tipos
3. La tipicidad de mera conducta que no exigen resultado y nexo de causalidad (imputación
Agotado el proceso anterior, ha de estudiarse el primero de los elemen- objetiva), o algunas de las exigencias mencionadas son accidentales y no
tos específicos del hecho punible dogmáticamente entendido, esto es, la tipi- indispensables en diversas figuras punibles. Por ello, de manera previa, el
cidad. Desde luego, no pueden confundirse los conceptos de tipo —la des- estudioso debe detectar con claridad cuáles son los elementos de la descrip-
cripción o supuesto de hecho plasmado por el legislador en la ley penal—, ción legal respectiva, para poder emitir el correspondiente juicio de tipici-
juicio de tipicidad—el proceso mental llevado a cabo por el analista, encami- dad y precisar si la conducta examinada coincide con los caracteres plasma-
nado a precisar si la conducta encaja o no en una de las descripciones con- dos por el legislador.
tenidas en la ley penal— y la tipicidad —o la resultante afirmativa de ese jui- b') ¿Demuestra el examen efectuado hasta este momento que se debe
cio— o la atipicidad —esto es, la imposibilidad de adecuar la conducta elegir otro tipo penal distinto; o, por el contrario: se reúnen todas las exigen-
examinada a la descripción típica elegida, lo que no significa que no pueda cias correspondientes?, ¿debe continuar el juicio de tipicidad? '
encajar en otra u otras—. 2) Aspecto subjetivo, a') Se debe precisar si hay dolo directo (confrón-
El fenómeno de la tipicidad puede ser plural en aquellos sucesos en los tese, Código Penal, artículo 22): ¿tuvo el autor el conocimiento de las cir-
que una misma conducta ha sido valorada negativamente por la ley penal en cunstancias del hecho y previo el desarrollo del suceso incluidas la causa-
más de una oportunidad {concurso ideal); o cuando se presentan diversas con- lidad y el resultado, esto es, se satisfacen las exigencias del componente
ductas que también dan lugar a un fenómeno de tipicidad plural, pero, a cognoscitivo del dolo?, ¿se decidió —quiso— el agente realizar la conducta
diferencia del anterior evento, con repercusiones de tipo procesal (casos de tipificada en la ley, esto es, se reúne el elemento volitivo del dolo?, ¿el dolo
concurso material o de delito continuado). es eventual?
656 MANUAL DE DERECHO PENAL
EL MÉTODO DEL CASO 657

b') ¿Existen elementos subjetivos del tipo distintos del dolo en la des- 2) El aspecto subjetivo, a') ¿Actuó el agente con la voluntad de realizar
cripción examinada?, ¿cuál o cuáles?, ¿ha actuado el agente dentro de tales la conducta final-social de que se trata con los medios elegidos (aspecto
previsiones? volitivo)?, ¿tenía la posibilidad de conocer la amenaza que la conducta re-
3) Causas de atipicidad. También este elemento tiene, a más de la faz presentaba para los bienes jurídicos y de prever el resultado de acuerdo con
positiva, una negativa atinente a los casos en los que no se alcanza a confi- ese conocimiento (aspecto cognoscitivo)?
gurar, sea de manera absoluta —si la conducta examinada no encaja en nin- b') ¿Y, si se reúnen las dos exigencias del aspecto subjetivo de la figura
gún tipo penal—, sea de manera relativa —cuando, pese a no coincidir con imprudente, con qué clase de culpa actuó: ¿consciente o inconsciente?, ¿por
el supuesto de hecho examinado se adecúa a otro tipo penal distinto—. Por qué?; explique (confróntese, Código Penal, artículos 21 y 23).
eso el analista debe responder las siguientes cuestiones: 3) Las causas de atipicidad. Como también el tipo imprudente o cul-
a') ¿Falta alguno de los elementos objetivos de la figura legal? poso muestra una faz o cara negativa, pues de la misma manera que pueden
b') ¿Se presentan o no los elementos subjetivos?, ¿hay ausencia de dolo reunirse todos los presupuestos para afirmar la tipicidad de un comportamien-
por carencia del aspecto cognoscitivo de este, a raíz de la presencia de un error to también es posible que acontezca lo contrario, el analista debe responder
de tipo?, y, si hay error de tipo: ¿es vencible o invencible?, ¿se configura un a las siguientes cuestiones:
caso de error especial de tipo: sobre el nexo de causalidad y el resultado (esto a') ¿Hay ausencia de elementos objetivos?
es: un error sobre el objeto de la acción, un error en el golpe, o un error sobre b') ¿Se excluye alguno de los componentes subjetivos: ¿el resultado rea-
el nexo de causalidad en sentido estricto), sobre atenuantes y agravantes, o lizado se hallaba más allá de la capacidad de previsión, esto es, se presenta
sobre elementos que posibilitarían un tipo más benigno?, ¿cuáles son los efec- una situación de ignorancia invencible?; ¿le es imposible al autor conocer la
tos de esa forma o formas de error, en caso de presentarse? (confróntese, amenaza que la conducta crea para los bienes jurídicos, esto es, se encuentra
Código Penal, artículos 22 y 32, numeral 10). en una situación de error de tipo invencible? (confróntese, artículo 32, nu-
¿Hay ausencia de dolo por inexistencia del aspecto volitivo? meral 10).
¿Falta alguno de los elementos subjetivos distintos del dolo?, ¿Cuál?; c') ¿Hay dañosidad social por tratarse de una acción socialmente ade-
explique. cuada, u obró el agente dentro de los presupuestos propios del consentimiento
c') ¿Hay ausencia de dañosidad social de la conducta, por tratarse de del sujeto pasivo?
un riesgo jurídicamente irrelevante?, ¿la acción llevada a cabo es socialmente d') ¿Se trata de una hipótesis de obediencia debida; de un caso de es-
insignificante?, ¿existe un caso de consentimiento del sujeto pasivo (confrón- tricto cumplimiento de un deber legal: o de una situación de ejercicio legí-
tese, Código Penal, artículo 32, numeral 2).
timo de un derecho, de una actividad lícita, o de un cargo público (artículo
d') En fin: ¿se trata de un evento de estricto cumplimiento de un deber 32, numerales 3 a 5), que operan como causales de exclusión de la tipicidad?
legal; de obediencia debida; un ejercicio legítimo de un derecho, de una
c) El tipo en las conductas preterintencionales. Habida cuenta de que
actividad lícita o de un cargo público (artículo 32, numerales 3 a 5), que operan
los elementos configuradores del tipo ultraintencional resultan de fusionar
como causales de exclusión de la tipicidad?
las circunstancias correspondientes al tipo base doloso (acción, nexo de cau-
b) El tipo en las conductas de comisión imprudente. 1) El aspecto ob- salidad, resultado, sujeto, objeto de la acción idéntico, bien jurídico, dolo ini-
jetivo. Es indispensable esclarecer preguntas como estas: cial e incluso elementos subjetivos del tipo) con los correspondientes a la fi-
a') ¿Se configuran los elementos de la estructura típica objetiva? Se gura imprudente (violación del deber de cuidado al producir el resultado
deben examinar los componentes de la descripción: el sujeto activo y pasi- excedido, relación de determinación entre la violación del deber de cuidado
vo, la acción social dirigida a una finalidad extratípica, el resultado, el nexo y el resultado, posibilidad de conocer la amenaza que la conducta representa
de causalidad, la violación del deber de cuidado, la relación de determina- para los bienes jurídicos y la previsión del resultado excedido), el analista
ción entre la violación del deber de cuidado (o imputación objetiva) y el deberá hacer un examen conjunto de las dos formas de descripción típica que
resultado, el bien jurídico, el objeto de la acción, los medios, etc. (confrón-
confluyen en esta figura (confróntese, Código Penal, artículo 24).
tese, Código Penal, artículo 23).
b') ¿Se reúnen todos los caracteres de la descripción?, ¿se debe conti- En torno a las causas de atipicidad, debe estarse a lo dicho sobre los ti-
nuar con el análisis? pos penales dolosos e imprudentes.
658 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 659

d) El tipo en las conductas de omisión dolosa. 1) Aspecto objetivo. e) El tipo en los conductas de omisión imprudente. Ya se dijo que los
También, se deben examinar las diversas exigencias necesarias para que el casos de culpa son muy restringidos en el derecho penal colombiano (Códi-
hecho corresponda a su descripción legal, sean de índole descriptiva o nor- go Penal, artículo 21), máxime si se trata de conductas omisivas; desde luego,
mativa, debe advertirse que la configuración del aspecto objetivo de estos ti- ello no significa que no existan tales figuras y que estos eventos no se pre-
pos varía según si se trata de una omisión propia o impropia (de comisión senten en la práctica. Ahora bien, así la estructura de estos tipos coincida con
por omisión). En la primera clase de figuras, recuérdese, los tipos son de pura la de la comisión imprudente, es necesario precisar la violación del deber de
omisión, lo cual significa que no hay lugar a estudiar ni el resultado ni la cau- cuidado que puede surgir de la falta de diligencia al juzgar la situación típi-
salidad hipotética o nexo de evitación (para otros imputación objetiva); lo ca; de la falta de atención al ejecutar el mandato; de la indebida apreciación
contrario sucede en las segundas figuras. Así las cosas, deben responderse de la posibilidad física de ejecución y de la carencia de celo en la aprecia-
inquietudes como estas: ción de las circunstancias que fundan la posición de garante del autor.
a') ¿Falta uno de los elementos objetivos? Se deben tener en cuenta los Sobre los aspectos objetivo y subjetivo del tipo y sobre las causas de ati-
diversos componentes de la descripción: el sujeto (activo y pasivo), la situa- picidad, téngase en cuenta lo dicho más arriba [véase b) 1), 2), y 3)].
ción típica, la no realización del mandato, la posibilidad de realizar la acción 4. La antijuridicidad
ordenada, la causalidad hipotética, el resultado, el bien jurídico, el objeto de
Afirmada la existencia de una conducta típica comisiva u omisiva (do-
la acción, el tiempo de la acción, el lugar de la acción y los medios (confrón-
losa o imprudente) o preterintencional, a continuación debe examinarse si
tese, Código Penal, artículos 9o, inciso 2o, y 25, inciso 2o). ella es antijurídica, esto es, si se conforma un injusto; es, pues, indispensa-
b') ¿Demuestra el análisis anterior que se reúnen con satisfacción to- ble, emitir un juicio de antijuridicidad. Naturalmente, no debe olvidarse que
das las exigencias objetivas y se debe continuar con la otra faceta del tipo? los aspectos positivo y negativo de la antijuridicidad son en esencia simila-
2) Aspecto subjetivo, a') ¿Actúa el agente con dolo (Código Penal, ar- res en las diversas clases de conducta típica, aunque se discute —por ejem-
tículo 22)?; ¿conoce la posición de garante, conoce la situación típica y el plo— si en los hechos de comisión imprudente existen o no elementos sub-
curso causal —tipos de resultado—, tenía posibilidad de representarse la jetivos en las justificantes, amén de que algunas de ellas serán más usuales
conducta debida y —en los tipos de resultado— la vía para evitarlo (aspecto en las conductas dolosas que en las imprudentes. Para tal efecto, se deben
cognoscitivo)?; ¿quiere el agente la realización del tipo en su aspecto obje- responder diversos interrogantes:
tivo, esto es, tiene voluntad de llevar a cabo la conducta social omisiva acor- a) ¿Es formalmente antijurídica la conducta típica realizada?
de con la nota de la finalidad? b) Y, si no lo es, ¿cuál figura justifica su realización por el agente?
b') ¿Se configura el elemento subjetivo del tipo distinto del dolo? c) ¿Se reúnen los requisitos de índole objetiva y subjetiva exigidos por
3) Causas de atipicidad. a') ¿Se echa de menos un elemento del aspec- la causa de justificación respectiva, en el caso concreto? (confróntese, Có-
to objetivo del tipo? digo Penal, artículos 11 y 32, numerales 3 a 7).
b') ¿Falta el dolo por ausencia de su componente cognoscitivo, por la d) ¿Se trata de un caso en el que se configuran los elementos objetivos
presencia de un error de tipo?; ¿falta el componente volitivo? (confróntese, de la justificante y se carece del subjetivo?
Código Penal, artículo 32, numeral 10). e) ¿Faltan los requisitos objetivos pero se presenta el subjetivo, y debe
c') ¿Se cumple el elemento subjetivo del tipo distinto al dolo? examinarse tal problema en sede de culpabilidad? (confróntese, Código
Penal, artículo 32, numeral 10).
d') ¿Hay ausencia de dañosidad social, por tratarse de un riesgo jurídi-
camente irrelevante, o porque la acción llevada a cabo es socialmente insig- f) ¿Afirmada la antijuridicidad, se trata de una hipótesis en la que se con-
nificante, o existe un caso de consentimiento del sujeto pasivo? figura un posible exceso en el ejercicio de las causales de justificación?
(confróntese, Código Penal, artículo 32, numeral 7, inciso 2o).
e') ¿Se trata de un evento de obediencia debida; de un caso de estricto
cumplimiento de un deber legal; de un ejercicio legítimo de un derecho, de 5. La culpabilidad
una actividad lícita, o de un cargo público (artículo 32, numerales 3 a 5), que Los presupuestos sobre los que descansa el juicio de culpabilidad son
operan como causales de exclusión de la tipicidad? los contenidos en el Código Penal, artículos 32, numeral 11, inciso 2o, y 33,
660 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 661

inciso Io: la capacidad de comprender la ilicitud del acto y la capacidad de a) ¿Se presentan en el caso concreto los elementos que configuran la ten-
autodeterminarse de acuerdo con esa comprensión; por ello, si falta una tativa? (confróntese, Código Penal, artículo 27, inciso I o ).
cualquiera de tales exigencias, o ambas al mismo tiempo, no se puede emitir b) En caso de responder al interrogante anterior de forma positiva, ¿qué
en contra del agente ningún juicio de responsabilidad penal. clase de tentativa se presenta?; ¿porqué?; explique (confróntese, artículo 27,
Por supuesto, el analista debe tener en cuenta que el examen de la cul- incisos I o y 2o).
pabilidad en las conductas de comisión imprudente y en las de omisión, no 7. El concurso de personas en la conducta punible
presenta diferencias sustanciales con las de comisión dolosa. Por eso, pro-
ceden en esta sede las mismas causales de inculpabilidad o de exclusión de Cuando la hipótesis en estudio muestra la intervención de un número
la responsabilidad, aunque se observan ligeros matices: en los hechos impru- plural de personas que, de manera mancomunada, realizan de consuno el
dentes (de comisión y de omisión), es de particular trascendencia la incul- comportamiento criminal y pueden contar con la ayuda o determinación de
pabilidad por incapacidad del agente de autodeterminarse, pues figuras como otro u otros, se debe determinar cuál es el papel representado por cada uno
el estado de necesidad tienen mayor cabida; así mismo, la posibilidad de de los concurrentes (partícipes en sentido amplio) deslindando claramente
conocimiento de la antijuridicidad se torna aquí en el potencial conocimien- sus aportes. Por eso, deben resolverse preguntas como estas:
to del deber de cuidado, cuya ausencia puede generar un error de prohibición. a) ¿Presenta el caso examinado alguna hipótesis constitutiva de coauto-
A su vez, esta última forma de error, en los hechos omisivos, se torna en error ría?, ¿por qué?; explique (confróntese, Código Penal, artículo 29, inciso 2o).
de mandato que recae sobre el potencial conocimiento de este. b) ¿Puede calificarse la actividad de alguno de los agentes como auto-
En tales condiciones, una vez comprobada la existencia de un injusto ría mediata?, ¿por qué?; explique (confróntese, Código Penal, artículo 29,
desde la perspectiva del derecho penal, el analista o estudioso debe emitir el inciso Io).
correspondiente juicio de culpabilidad o de responsabilidad. Para tal efec- c) ¿Alguno de los participantes ha gestado en otro u otros la idea crimi-
to, debe responder las siguientes cuestiones: nal, en su calidad de determinador?; explique (confróntese, Código Penal,
a) ¿Se encuentra el agente, al momento de realizar la conducta típica y artículo 30, incisos I o y 2o).
antijurídica, en una situación de error de prohibición?; en caso afirmativo, d) ¿Se presenta alguna contribución en el injusto doloso de otro, cali-
¿de qué clase es el error: directo o indirecto, vencible o invencible? (confrón- ficable de complicidad?, ¿A qué título?; explique (confróntese, Código Penal,
tese, Código Penal, artículo 32, numerales 10 y H). artículos 30, inciso 3 o , y 61, inciso 4o).
b) ¿Obra el autor en una situación constitutiva de estado de necesidad
excluyente de la culpabilidad o de supuestos afines?; ¿en caso de ser afirma- 8. Unidad y pluralidad de conductas típicas
tiva la respuesta, se reúnen los presupuestos correspondientes?; explique Si se presentaren casos en los que una misma persona realiza una con-
(confróntese, artículo 32, numeral 6). ducta penalmente relevante susceptible de agruparse en dos o más tipos pe-
c) ¿Actúa el sujeto activo de la conducta típica y antijurídica en situa- nales, o un número plural de conductas que encajen en idéntico supuesto de
ción de inimputabilidad? (confróntese, Código Penal, artículo 33, inciso Io). hecho o en varios, el estudioso debe precisar si quizá se trata de una situa-
6. La tentativa ción constitutiva de verdadera concurrencia de tipos penales para gobernar
una conducta. Por eso, es indispensable responder las siguientes cuestiones
Si el estudioso debe examinar una conducta debidamente programada básicas:
y puesta en marcha por el sujeto activo, que no llega a la meta esperada por
a) En el caso en estudio ¿hay unidad de acción?; explique.
la presencia de circunstancias ajenas a su voluntad —o por decisión del mismo
sujeto en los casos de desistimiento, incluida la modalidad malograda—, debe b) ¿Existe en la hipótesis en examen un evento constitutivo de delito con-
ocuparse en la tentativa de realización de la conducta típica, que es una te- tinuado porque concurren los requisitos de la figura?; explique.
mática íntimamente ligada con la tipicidad, aunque —huelga repetirlo— está c) ¿Se presenta una situación constitutiva de concurso material de ac-
circunscrita a los hechos dolosos, no así a los imprudentes. Por ello, debe ciones independientes, susceptibles de encuadrarse en uno o en varios tipos
responder preguntas como estas: penales, según las exigencias de la figura?
662 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 663

d) ¿Puede hablarse en el caso examinado de un concurso aparente?, ¿cuál En primer lugar, se debe leer cuidadosamente el texto y tratar de pre-
o cuáles principios imperantes en esta materia explican la presencia de di- cisar el problema o problemas contenidos en él, los conceptos planteados,
cha institución en el evento en examinado en concreto?; explique. los hechos más trascendentales, los principios invocados, la normatividad ju-
e) ¿Se trata de una hipótesis de concurrencia de tipos penales para gober- rídica citada y, por supuesto, las valoraciones plasmadas en ella.
nar una conducta, esto es, de un concurso ideal?; ¿por qué?; explique (con- En segundo lugar, es prudente clasificar los datos contenidos en la
fróntese, Código Penal, artículo 31). decisión, es decir, se debe precisar cuáles son los hechos que fundan el de-
bate, la calificación jurídica que se les ha dado y los problemas que en ella
9. Las consecuencias jurídicas derivadas de la conducta punible son objeto de discusión.
En tercero y último lugar, es indispensable que el estudioso haga su
Comprobada la existencia de un delito o hecho punible, entendido como
conducta típica, antijurídica y culpable, la tarea subsiguiente es la atinente propio comentario sobre la providencia, de tal manera que siente su postura
a la imposición de las consecuencias jurídicas derivadas de este, sean de na- personal, partiendo de los antecedentes legislativos, jurisprudenciales y
turaleza penal (penas o medidas de seguridad) o civil (la responsabilidad civil doctrinarios del caso, que destaque la importancia de la decisión —hasta don-
derivada de la conducta punible). Para cumplir con tal tarea, se deben resol- de fuese posible— y la aborde desde la perspectiva de la reforma penal y del
ver diversos problemas: derecho comparado.
a) ¿El autor de la conducta típica, antijurídica y culpable (responsable),
es imputable o inimputable? IV. LECTURA DE TEXTOS FUNDAMENTALES

b) Establecido que el autor es imputable, ¿qué penas principales se le Finalmente, de suma utilidad para habituar al estudiante o analista a las
deben imponer?; ¿cuáles penas privativas de otros derechos?; ¿con base en
discusiones teórico-prácticas propias de una disciplina como el derecho penal
qué criterios se lleva a cabo la tasación de las penas?; explique. ¿Cuál es la
es el examen de documentos básicos para el aprendizaje, que deben ser leí-
duración de estas?; explique (confróntese, Código Penal artículos 34 y si-
guientes y 61). dos y examinados respetando también ciertas pautas de análisis.
En efecto, el texto o su aparte debe ser objeto de una lectura detenida
c) ¿Ese autor imputable es acreedor a alguno de los mecanismos susti-
con miras a clarificar los conceptos que involucra; es indispensable analizar
tutivos de la pena contemplados en la ley penal?, ¿en qué supuestos?; expli-
sus argumentos centrales; y, lo que es más importante, es necesario recons-
que (confróntese, Código Penal, artículos 63 y siguientes).
truir el sistema plasmado por el autor. Obviamente, es imprescindible situar
d) Si es inimputable, ¿qué medidas de seguridad le son imponibles?, ¿por al pensador en su contexto histórico, aunque sin perder de vista la perspec-
qué?; explique (confróntese, Código Penal, artículos 69 y siguientes). ¿Cuál tiva vigente al momento en el que el lector entra en escena y tratar, al mismo
es el término de duración de estas?, ¿por qué?; explique. ¿Se trata de un even- tiempo, de hacer una lectura comparativa que tenga en cuenta las ideas que
to de inimputabilidad que no da lugar a la imposición de medidas de segu- se relacionan con él, sin descartar la necesaria crítica. Esto es, a título de ejem-
ridad?; explique (confróntese, Código Penal, artículo 75). plo, lo que debe hacerse con lecturas como la del libro de CESARE BECCARIA,
e) ¿Cuáles son los presupuestos de la responsabilidad civil derivada de De los delitos y de las penas, de obligada realización en el curso de Derecho
la conducta punible?; explique. ¿Cómo se tasan los perjuicios y quién los penal, parte general.
debe cancelar?; ¿en favor de quién se debe proferir la condena civil respec- Naturalmente, la asimilación de textos básicos requiere una sólida for-
tiva?; explique (confróntese, Código Penal, artículos 94 y siguientes). mación intelectual que involucre no solo al derecho penal, sino también disci-
plinas como la política, la sociología, la historia, la lingüística, etc., de la que
III. EL ANÁLISIS DE PROVIDENCIAS JUDICIALES suele carecer el estudiante que apenas se inicia; sin embargo, ello no signi-
fica que deba prescindirse de este valioso auxiliar que —lenta, pero segura-
Si se trata de examinar decisiones judiciales (una sentencia de consti- mente—debe ser introducido en el aprendizaje y en la formación de las nue-
tucionalidad o una providencia de carácter penal), es aconsejable seguir un vas generaciones de estudiosos, sobre todo complementándolo con el estudio
método determinado de estudio acorde con pautas como las siguientes. de casos y problemas y la lectura de sentencias, como ya se dijo.
664 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 665

V. PROBLEMAS Y CASOS PARA EL ESTUDIO DE LA PARTE GENERAL dentes penales y no haya ocasionado grave daño a la víctima, atendida su
situación económica".
A) La dogmática y los saberes penales
4. Problema. El Código Penal no castiga el delito imposible (confrón-
1. Caso. A bordo de un avión de la compañía aérea "El Embrujo", en tese, artículo 27), pues para que la conducta alcance las mallas de la ley penal
el aeropuerto de Barranquilla, fueron encontrados 50 kilos de una sustancia es indispensable que llegue a constituir un "comienzo de ejecución". Sírva-
de color blanco, al parecer cocaína. El alijo había sido enviado desde Bogo- se precisar cuál norma rectora de la ley penal colombiana le ha permitido al
tá por un ciudadano colombiano —que le pagó 50 millones de pesos al pi- legislador eliminar tal figura; ¿por qué?; explique.
loto del avión y a un encargado de la vigilancia del aeropuerto— con desti- 5. Problema. El decreto 2490 de 1988 —declarado inexequible—, ex-
no a la ciudad de Miami, donde un traficante de drogas ilícitas de nacionalidad pedido con base en las atribuciones del artículo 121 de la Constitución de
estaudinense esperaba comercializarlo. Se pregunta: explique cómo abor- 1886, consagró como pena la prisión perpetua imponible a personas que reali-
daría este caso, desde su perspectiva, un teórico del derecho penal, un crimi- zaran el delito de homicidio cuando estas pertenecieran a "grupo armado no
nólogo, un experto en política criminal y un estudioso de la criminalística. autorizado legalmente" (artículo Io). En el supuesto de que una normativi-
2. Problema. Distinga los diversos saberes penales teniendo en cuenta dad semejante fuese expedida en virtud de lo consagrado en el artículo 213
los postulados fundamentales, el objeto, el método de trabajo y las caracte- de la Constitución de 1991 y en el Código Penal vigente, sírvase indicar si
rísticas propias de cada uno de ellos. dicha regulación legal se ajustaría a las normas rectoras de la ley penal co-
lombiana. ¿A las leyes 16 de 1972 y 74 de 1968, consagratorias de pactos
B) El derecho penal subjetivo y sus límites internacionales de derechos civiles y políticos y de derechos humanos?; ¿por
qué?; explique.
1. Problema. El Código Penal vigente (ley 599 de 24 julio 2000) fue 6. Problema. Dice el artículo 144 del Código Penal, lo siguiente: "Ac-
expedido por el Congreso de la República mediante el trámite propio de una tos de terrorismo. El que, con ocasión y en desarrollo de conflicto armado,
ley ordinaria. ¿Cómo concibe usted la vigencia de dicho estatuto de cara a realice u ordene llevar a cabo ataques indiscriminados o excesivos o haga
lo establecido en la Constitución Política, artículos 152, literal a), y 153?; objeto a la población civil de ataques, represalias, actos o amenazas de vio-
explique. lencia cuya finalidad principal sea aterrorizarla, incurrirá por esa sola con-
2. Problema. El Código de Procedimiento Penal fue expedido por el ducta en prisión de quince (15) a veinticinco (25) años, multa de dos mil
Congreso de la República (confróntese, ley 600 de 24 julio 2000) mediante (2.000) a cuarenta mil (40.000) salarios mínimos legales mensuales vigen-
el trámite de una ley ordinaria. ¿Cómo concibe usted la vigencia de dicho es- tes, e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas de quin-
tatuto de cara a lo establecido en la Constitución Política en los artículos 152, ce (15) a veinte (20) años".
lit. a), y 153?; explique. Véase sentencia C-646 de 20 junio 2001. Se pregunta: ¿se ajusta dicha norma al título i del Código Penal?; ¿por
3. Problema. El artículo 319, inciso 3 o (ley 788 de 2002, artículo 69), qué?; explique.
del Código Penal, prevé una agravante punitiva para aquellos sujetos acti- 7. Problema. Si el ejecutivo, mediante un decreto en el que invoca las
vos que reincidan en materia de contrabando: "Las penas previstas en el pre- facultades propias de los estados de excepción, establece que a partir de la
sente artículo se aumentarán de la mitad a las tres cuartas (3/4) partes cuan- fecha los delitos de terrorismo, extorsión, tráfico de drogas y secuestro, van
do se demuestre que el sujeto activo de la conducta es reincidente". Sírvase a ser juzgados por jueces penales militares aplicando el Código Penal Mili-
precisar si dicha disposición se ajusta a las normas rectoras de la ley penal; tar (ley 522 de 1999) y según el procedimiento allí previsto, se vulneraría al-
¿por qué?; explique. guna norma rectora de la ley penal colombiana?; ¿por qué?; explique.
3.1. Variante. Haga el mismo análisis en relación con el artículo 268 8. Problema. El Código Penal impone la misma pena para los autores
del Código Penal: ""Circunstancia de atenuación punitiva. Las penas seña- y los determinadores (partícipes, en sentido estricto) (confróntese, artículo
ladas en los capítulos anteriores, se disminuirán de una tercera parte a la mitad, 30, inciso 2o). ¿Qué norma rectora de la ley penal colombiana se transgrede
cuando la conducta se cometa sobre cosa cuyo valor sea inferior a un (1) sala- cuando se identifican ambas figuras desde el punto de vista punitivo?; ¿por
rio mínimo legal mensual vigente, siempre que el agente no tenga antece- qué?; explique.
666 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 667

9. Problema. Con base en las consideraciones plasmadas en este acá- cionario es coherente con alguna de las excepciones al carácter judicial del
pite, sírvase precisar cómo opera el ius puniendi en Colombia. Explique. derecho penal?; ¿con su carácter público?; ¿por qué?; explique (confrónte-
Tenga en cuenta la sentencia C-038 de 9 de febrero de 1995. se, Código Penal, artículo 239, inciso 2o y Código de Procedimiento Penal,
10. Problema. Sírvase leer la sentencia C-559 de 4 de agosto de 1999 artículo 5).
y precisar, según la legislación vigente, los alcances del principio de legali- 4. Caso. Juana, de 17 años de edad, conduce su vehículo a gran velo-
dad y de las garantías derivadas de este; explique. cidad, no se detiene en una señal de "pare" y atropella a un peatón, Diego,
11. Problema. Dice el inciso I o del artículo 180 del Código Penal: "Des- a quien le causa lesiones personales de 70 días de incapacidad para trabajar,
plazamiento forzado. El que de manera arbitraria, mediante violencia u otros certificadas por el médico legista. Sírvase precisar cuál o cuáles de las ra-
actos coactivos dirigidos contra un sector de la población, ocasione que uno mas en que se divide el derecho penal sustantivo están relacionadas con esta
o varios de sus miembros cambie el lugar de su residencia, incurrirá en pri- hipótesis; ¿por qué?; explique.
sión de seis (6) a doce (12), o multa de seiscientos (600) a mil quinientos 5. Problema. Sírvase indicar con cual sector del ordenamiento jurídi-
(1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes y en interdicción de co se relaciona el derecho penal objetivo, cuando en el título vn del libro n
derechos y funciones públicas de seis (6) a doce (12) años". Precise qué críti- del Código Penal se regulan los "Delitos contra el patrimonio económico";
cas cabría hacerle a esta disposición desde la perspectiva de los límites for- ¿por qué?; explique.
males y materiales al ejercicio del ius puniendi del Estado; ¿por qué?; expli- 6. Problema. Precise los alcances del derecho penal (fundamental y com-
que. Confróntese el decreto 2667 de 10 de diciembre de 2001 y la sentencia plementario) transitorio, acorde con los lineamentos contenidos en la sen-
C-232 de 4 de abril de 2002. tencia C-939 de 31 de octubre de 2002. Explique.
12. Problema. Responda a la misma pregunta formulada en el numeral
D) Las fuentes del derecho penal
anterior teniendo como punto de partida el contenido del artículo 212 del
Código Penal: "Acceso carnal. Para los efectos de las conductas descritas 1. Problema. En el derecho anglosajón impera de manera casi genera-
en los capítulos anteriores, se entenderá por acceso carnal la penetración del lizada el precedente judicial, esto es, se trata de un derecho penal consuetu-
miembro viril por vía anal, vaginal u oral, así como la penetración vaginal dinario. Se pregunta: ¿es compatible dicho sistema con el continental euro-
o anal de cualquiera otra parte del cuerpo humano u otro objeto". peo vigente aquí? ¿Por qué?; explique. ¿Qué papel juega la costumbre en el
derecho penal?; explique.
C) El derecho penal objetivo
2. Problema. Una decisión de la Corte Constitucional, por medio de la
1. Caso. El abogado Alberto, en un informe dirigido a un cliente, incu- cual se declara inexequible una normatividad penal —por no encontrarla
rre en una inexactitud manifiesta al afirmar que llevó a cabo una gestión ajustada a la Constitución— ¿es fuente del derecho penal?; ¿por qué?; ex-
judicial que —en realidad— no ejecutó. Sírvase precisar si esta conducta es plique (confróntese, Constitución Política, artículos 241 y 243).
del resorte del derecho penal o del derecho administrativo sancionador, ¿por 3. Problema. Los manuales y los artículos científicos publicados por
qué?; explique (confróntese, decreto 196 de 1971, artículos 51 y siguientes). los autores colombianos en el campo juridicopenal, ¿son fuentes del iuspoe-
2. Caso. El jefe de seguridad de una gran cadena de almacenes, acatan- nale!; ¿por qué?; explique.
do directrices superiores, les ordena a sus subalternos arrestar durante un día 4. Problema. Las decisiones de la Corte Suprema de Justicia, sala de
y duchar con agua fría —en calabozos diseñados al efecto— a los "escape- casación penal, son fuente del derecho penal?; ¿por qué?; explique.
ros" sorprendidos en sus almacenes tratando de sustraer mercancías. Indi- 5. Problema. Los tratados internacionales suscritos por el Estado co-
que usted cuál o cuáles características del ius poenale están enderezadas a lombiano en materia juridicopenal, ¿son fuentes del derecho penal?; ¿por
imposibilitar ese tipo de comportamientos; ¿por qué?; explique. qué?; explique.
3. Caso. Luis comete un hurto simple en contra de Carlos en cuantía de 6. Problema. Ninguna de las regulaciones penales vigentes, anteriores
$ 500.000. El ofendido, sin embargo, no se queja ante las autoridades, pero y posteriores a la puesta en vigencia de la Constitución de 1991, ha sido expe-
sí lo hace Martha —una amiga cercana—, lo que le permite al fiscal compe- dida siguiendo el rito constitucional propio de las leyes estatutarias (Cons-
tente iniciar una investigación formal. Se pregunta: ¿este proceder del fun- titución Política, artículos 150, numeral 2,152 a) y 153). Se pregunta: ¿pue-
668 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 669

den considerarse derecho penal objetivo?, ¿por qué?; explique. Consulte los F) Interpretación de la norma penal
ejercicios indicados para el capítulo n y la sentencia C-313 de 7 de julio de
1994. 1. Problema. El Código Penal, artículo 33, define, para todos los efec-
tos previstos en la ley penal, el concepto de inimputabilidad. Sírvase preci-
7. Problema. En el derecho indígena patrio imperan diversas normas sar si dicha disposición contiene alguna forma de interpretación de la ley
no escritas en el ámbito penal (conductas punibles, castigos, etc.); sírvase afir- penal; ¿por qué?; explique.
mar si tales reglas jurídicas son o no derecho penal objetivo. ¿Opera en este 2. Problema. Según reza el artículo 150, numeral 1 de la Constitución
caso la costumbre como fuente del derecho penal? Explique teniendo como Política, una de las funciones del Congreso de la República es la de "inter-
punto de partida la Constitución Política en su artículo 246. Consulte las sen- pretar... las leyes". Teniendo en cuenta las nociones adquiridas a lo largo del
tencias C-139 de 9 de abril de 1996 y T-934 de 19 de noviembre de 1999. capítulo, sírvase indicar a que clase de "interpretación" se refiere el texto cons-
titucional; ¿por qué?; explique.
E) La norma penal 2.1. Variante. Responda las mismas preguntas en relación con el artícu-
lo 25 del Código Civil.
1. Problema. Dice el Código Penal, artículo 103: "El que matare a otro, 3. Problema. ¿A cuál de las clases de interpretación de la ley penal es-
incurrirá en prisión de trece (13) a veinticinco (25) años". Teniendo en cuenta tudiadas aquí se refiere el Código Civil en los artículos 27 a 29 y 31?; ¿por
la estructura lógica de la norma penal, sírvase clasificar la regla allí consig- qué?; explique.
nada. Indique, además, cómo explicarían dicha norma las teorías monista o 4. Problema. Precise a cuál de los principios vigentes en materia de in-
de los imperativos, de BINDING, la dualista, la de HART, la de CALLIESS y la de terpretación se refiere la Constitución Política en los artículos 4o, inciso Io,
KELSEN. y 93, inciso 2o; la ley 153 de 1887 en los artículos 4o, T y 9o; y la ley 57 de
2. Problema. Dice el Código Penal, artículo 9o, inciso Io: "Conducta 1887 en su artículo 5o; ¿por qué?; explique.
punible. Para que la conducta sea punible se requiere que sea típica, antiju- 5. Problema. Precise a que principios en materia de interpretación se
rídica y culpable". Teniendo como punto de partida la estructura lógica de refieren el Código Civil en los artículos 30 y 31; ¿por qué?; explique.
la norma penal, sírvase indicar a cuál de las clasificaciones de las reglas ju-
rídicas corresponde; ¿por qué?; explique. G) Los ámbitos de validez de la norma penal
3. Problema. Sírvase examinar el derecho penal fundamental y extraer 1. Caso. Pedro fue condenado, durante la vigencia del derogado esta-
de él cinco ejemplos de normas penales completas, incompletas y en blan- tuto punitivo, a treinta y cinco años de prisión como autor responsable de un
co. Explique detalladamente que características propias de dichas divisio- homicidio simple (confróntese, artículo 323); al entrar a regir el nuevo Código
nes encuentra plasmadas en los respectivos ejemplos. Penal, que castiga dicha conducta con pena de prisión de 13 a 25 años (con-
4. Problema. Dice el Código Penal, artículo 4o: "Funciones de la pena. fróntese, artículo 103), se encontraba descontando su pena. Sírvase preci-
La pena cumplirá las funciones de prevención general, retribución justa, sar qué fenómenos atinentes al ámbito de validez temporal se derivan de este
prevención especial, reinserción social y protección al condenado. tránsito legislativo; ¿por qué?; explique.
2. Caso. A bordo de un avión comercial colombiano, que se encuentra
"La prevención especial y la reinserción social operan en el momento posado sobre las pistas del aeropuerto Charles de Gaulle de París, el capitán
de la ejecución de la pena de prisión". Teniendo en cuenta las diversas postu- Alfonso Ramírez da muerte por sofocación a la cabinera colombiana Leo-
ras teóricas sobre la pena, explique a cuál de dichas concepciones corresponde cadia Morales, que no aceptó sus requerimientos amorosos. Se pregunta: ¿se
el texto legal; ¿por qué?; explique. aplica en dicho caso la ley penal colombiana?; ¿por qué?; explique.
5. Problema. Según lo planteado en la sentencia T-153 de 28 de abril 3. Caso. En un agasajo ofrecido en la legación diplomática del Japón
de 1998, dedicada al "estado de cosas inconstitucional en los centros de re- en Bogotá, el embajador de Estados Unidos de Norteamérica en Colombia
clusión del país", sírvase explicar qué funciones cumple la pena en el dere- viola sexualmente a la colombiana Clemencia Pantoja, novia del hijo del em-
cho penal colombiano; ¿por qué?; explique. bajador chino en el país. Se pregunta: ¿qué fenómenos relacionados con los
670 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 671

ámbitos de la validez de la ley penal se plantean en esta hipótesis?; expli- el resultado de la buena o mala lógica de un juez, de su buena o mala diges-
que. ¿Se ha realizado la conducta en territorio colombiano?; ¿por qué?; explique. tión..." {De los delitos y de las penas, Bogotá, Universidad Externado de Co-
¿Se aplica la ley penal colombiana?; ¿por qué?; explique (confróntese, leyes lombia, 1994, páginas 13 y 14, edición a cargo de NÓDIER AGUDELO BETAN-
6a de 1972 y 17 de 1971). CUR). Teniendo en cuenta el contexto histórico en el que aparece la obra,
3.1. Variante. El hecho fue cometido por el cónsul de Estados Unidos explique el contenido y los alcances de esta transcripción e indique —con
de Norteamérica en Medellín, que también asistía al acto. argumentos— si tal postura se compadece con el derecho penal objetivo.
3.2. Variante. La conducta ha sido realizada por el hijo del embajador 2. Problema. Afirma FRANCESCO CARRARA: "El derecho es congénito
japonés. al hombre, porque fue dado por Dios a la humanidad desde el primer momento
4. Caso. Pedro Domicó, ciudadano colombiano, ha sido condenado a de su creación, para que aquella pudiera cumplir sus deberes en la vida te-
20 años de pena privativa de la libertad en Estados Unidos de Norteamérica, rrena. Por lo tanto, el derecho debe tener vida y criterios preexistentes a los
pues un juez de aquel país lo encontró autor responsable de haber realizado pareceres de los legisladores humanos, criterios infalibles, constantes e in-
en esa nación diversas conductas de tráfico ilegal de cocaína. Se pregunta: dependientes de los caprichos de esos legisladores y de las actividades ávi-
¿se puede aplicar la ley penal colombiana en este caso?; ¿por qué?; explique. damente codiciadas por ellos" (confróntese, Programa de derecho criminal,
En caso de que la respuesta a la pregunta anterior sea afirmativa, indique si volumen, i, traducción de José J. Ortega Torres y Jorge Guerrero, Bogotá,
se le pueden adelantar dos procesos por los mismos hechos; explique. Edit. Temis, 1971, página 5). Atendida la concepción del derecho penal de-
fendida por el autor, sírvase aclarar las diversas implicaciones de los plan-
4.1. Variante. Resuelva la hipótesis teniendo en cuenta que Pedro es teamientos contenidos en dicho párrafo; explique.
ciudadano guatemalteco.
3. Problema. Expresa ENRICO FERRI: "Todo hombre, por el solo hecho
4.2. Variante. Tanto en la hipótesis inicial como en la variante 1, las
de vivir en sociedad y, por tanto, de poseer todas las ventajas, protecciones
conductas castigadas se realizaron parcialmente en suelo colombiano.
y garantías del consorcio civil, debe responder ante la sociedad de su modo
5. Caso. Pierre Cardin, ciudadano belga, le dio muerte al colombiano de conducirse (responsabilidad social), cuando ofenda en los otros hombres
Joaquín Rúa en la ciudad de Bern (Suiza). Se pregunta: ¿puede aplicársele o en la colectividad las condiciones de existencia y los consiguientes dere-
la ley penal colombiana al autor de tal conducta punible?; explique. ¿En qué chos; esto es, cuando ejerza una forma de actividad que sea inferior a aquel
condiciones puede ser extraditado el autor del hecho a suelo patrio?; expli- mínimo de disciplina social, variable en las distintas épocas, pero sin el que
que. no es posible la convivencia humana" (confróntese, Principios de derecho
6. Problema. Después de leer la sentencia SU-047 de 29 de enero de criminal, traducción de José Arturo Rodríguez Muñoz, Madrid, Edit. Reus,
1999 y sus salvamentos de voto, indique si estos tienen alguna relación con 1933, páginas 571 y 572). Sin perder de vista los planteamientos sostenidos
los problemas planteados por el ámbito de validez personal de la ley penal; por el autor, sírvase indicar las diversas implicaciones de las reflexiones con-
¿por qué?; explique. Señale, igualmente, cuál es el alcance de la Constitu- tenidos en este párrafo; explique.
ción Política en los artículos 185 y 186; explique. 4. Problema. Sírvase explicar cómo concibe ARTURO ROCCO el método
H) La historia del derecho penal de la ciencia del derecho penal. Indique si dicha postura coincide con las
líneas centrales de la metodología de la ciencia penal alemana; explique.
1. Problema. Dice CESARE BECCARIA: "Tampoco la autoridad de inter- 5. Problema. Dice FRANZ VON LISZT: "El derecho es la ordenación de la
pretar las leyes penales puede residir en los jueces criminales por la misma Sociedad organizada en Estado; se manifiesta en un sistema de normas coer-
razón que no son legisladores... En todo delito debe hacerse por el juez un citivas que ligan a los particulares como a la comunidad y que garantiza la
silogismo perfecto. La premisa mayor será la ley general; la menor la ac- consecución de los fines comunes. Todo derecho existe para el hombre.
ción conforme o no con la ley, de donde inferirá por consecuencia la libertad Tiene por objeto la defensa de los intereses de la vida humana (Lebensinter-
o la pena. Cuando el juez por fuerza o voluntad quiere hacer más de un si- essen). El derecho es, por naturaleza, la protección de los intereses; la idea
logismo, se abre la puerta a la incertidumbre. (...) No hay cosa tan peligrosa de fin da fuerza generadora al derecho. Nosotros llamamos bienes jurídicos
como aquel axioma común de que es necesario consultar el espíritu de la ley. a los intereses protegidos por el derecho. Bien jurídico es el interés jurídi-
Es un dique roto al torrente de las opiniones... El espíritu de la ley sería, pues, camente protegido. Todos los bienes jurídicos son intereses vitales del in-
672 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 673

dividuo o de la comunidad. El orden jurídico no crea el interés, lo crea la vida; co que tengan abortos. Puede exigirles, en cambio, que se comporten de modo
pero la protección del derecho eleva el interés vital a bien jurídico... los in- que no produzcan ningún aborto y puede prohibirles que provoquen abor-
tereses vitales resultan de las relaciones de la vida entre los mismos indivi- tos. Las normas del derecho no pueden ordenar o prohibir meros procesos
duos o entre los particulares y la sociedad organizada en Estado, y vicever- causales, sino solo actos dirigidos finalmente (por consiguiente, acciones) o
sa. Donde hay vida existe la fuerza que aspira a manifestarse libremente, a la omisión de tales actos. De este hecho, a mi juicio, difícilmente discutible,
desarrollarse y formarse sin trabas... Para no encender la guerra entre todos se deriva todo lo demás por sí mismo. El sustrato de la regulación del dere-
se necesita un orden de paz (Friedensordnung), una demarcación de las cho es desconocido completamente, si se considera «primero» a la acción
esferas de acción (Machtkreise), amparar unos intereses y rechazar otros. La como un proceso causal ciego y se añade solo después (en la culpabilidad)
voluntad general, que está por encima de las individuales, se encarga de esta la voluntad, donde esta puede ser solo un fenómeno subjetivo acompañante,
misión, resolviéndola en el orden jurídico: en la separación de los intereses un «reflejo», pero no puede ser ya un factor configurante de la acción" (véa-
autorizados de los no autorizados... «Bien jurídico» y «norma» son los dos se El nuevo sistema del derecho penal, traducción de José Cerezo Mir, Bar-
conceptos fundamentales del derecho" (véase Tratado de derecho penal, 2a celona, Ediciones Ariel, 1964, páginas 14 y 15). Sin perder de vista la evo-
edición, tomo n, traducción de Luis Jiménez de Asúa, Madrid, Reus, 1927, lución de la ciencia del derecho penal en Alemania, precise el contenido y
páginas 1 a 4). Teniendo en cuenta la evolución de la ciencia del derecho los alcances de este párrafo; explique.
penal en Alemania, ¿cuáles son el contenido y los alcances de este párrafo; 8. Problema. Enseña CLAUS ROXIN: "El camino acertado solo puede con-
explique. sistir en dejar penetrar las decisiones valorativas político-criminales en el
6. Problema. Afirma EDMUND MEZGER: "La potente revolución políti- sistema del derecho penal... las concretas categorías del delito —tipicidad,
ca y espiritual del movimiento liberador en Alemania ha colocado a la vida antijuridicidad y culpabilidad— deben sistematizarse, desarrollarse y con-
estatal de este país sobre una nueva base de cultura. El nuevo Estado tota- templarse desde un principio bajo el prisma de su función político-criminal"
litario se eleva apoyándose en los principios básicos de pueblo y raza. Tam- (véase Política criminal y sistema del derecho penal, traducción de Francis-
bién el derecho punitivo habrá de ser afectado de modo profundo por esta co Muñoz Conde, Barcelona, Bosch, 1972, páginas 30 y 40). A partir de la
transformación. La reforma del derecho penal alemán en los años anterio- postura teórica avalada por este expositor germano, precise cuál es el con-
res no pudo llegar a conseguir un resultado definitivo; fracasó lamentable- tenido de dicho párrafo; explique.
mente en el escollo insuperable que representaban la interna disonancia y 9. Problema. Dice GÜNTHER JAKOBS: "La pena es siempre reacción ante
contradicción de las dos escuelas que combatían entre sí. Para el nuevo la infracción de una norma. Mediante la reacción siempre se pone de mani-
derecho penal serán esenciales dos puntos de partida, pero no en el sentido fiesto que ha de observarse la norma. Y la reacción demostrativa siempre
de una transacción, como hasta ahora, sino como síntesis más alta, a saber: tiene lugar a costa del responsable por haber infringido la norma... Se trata
el pensamiento de la responsabilidad del individuo ante su pueblo y el de la de un problema normativo: de la asignación de un suceso perturbador a quien
regeneración racial del pueblo como un todo" (véase Criminología, traduc- ha de soportar aquellos costes que son necesarios para eliminar la perturba-
ción de José Arturo Rodríguez Muñoz, Madrid, Editorial Revista de Dere- ción" (véase Derecho penal, traducción de Joaquín Cuello Contreras y José
cho Privado, 1950, página 3. Tomado del "prólogo" escrito el 15 de octubre Luis Serrano González, Madrid, Marcial Pons, 1995, página 8). Exprese qué
de 1933). Atendida la postura teórica patrocinada por el autor —que, por lo implicaciones tiene dicha afirmación en el ámbito de la teoría actual del
demás, es el gran teórico de la sistemática neoclásica del delito en Alema- derecho penal. ¿Por qué?; explique.
nia—, sírvase indicar las diversas implicaciones de los planteamientos con- 10. Problema. Expresa LUIGI FERRAJOLI: "... el derecho penal asume
tenidos en dicho párrafo; explique. como fin una doble función preventiva, una y otro de signo negativo: la pre-
7. Problema. Dice HANS WELZEL: "Por lo que respecta a las «estructu- vención general de los delitos y la prevención general de las penas arbitra-
ras lógico-objetivas», que pertenecen a este lugar y especialmente la afirma- rias o desproporcionadas. La primera función marca el límite mínimo y la
ción de que el derecho penal está vinculado a la estructura final de la acción, segunda el límite máximo de las penas. Una refleja el interés de la mayoría
necesito solo referirme a un hecho conocido por todos: del mismo modo que no desviada; la otra, el interés del reo y de todo aquel del que se sospecha y
el derecho no puede ordenar a las mujeres que aceleren el embarazo y que a es acusado como tal. Los dos fines y los dos intereses entran en conflicto,
los seis meses traigan al mundo niños viables, no puede prohibirles tampo- y son sus portadores las dos partes de un proceso penal contradictorio: la acu-
674 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 675

sación, interesada en la defensa social y, por consiguiente, en maximizar la da en la Gaceta Judicial, tomo CLXXXV, 2424, segundo semestre, Bogotá,
prevención y el castigo de los delitos; y la defensa, interesada en la defensa 1986, páginas 505 y siguientes—, sírvase explicar —según lo planteado en
individual y, por tanto, en maximizar la prevención de las penas arbitrarias" dicha decisión judicial— si el Código Penal de 2000 se afilia a una de las dos
(véase Derecho y razón, traducción de Perfecto Andrés Ibáñez y otros, Ma- corrientes dogmáticas allí expuestas; explique.
drid, Edit. Trotta, 1995, página 334). Teniendo en cuenta el punto de parti-
da asumido por el autor, ¿cuáles son el contenido y el alcance de dicho pá- J) La conducta
rrafo. ¿Por qué?; explique.
1. Caso. Armando conduce su coche. Repentinamente, una avispa lo
11. Problema. Afirman CARLOS AUGUSTO GÁLVEZ ARGOTE y AA.VV.:
"A no dudarlo, el estudio analítico y crítico del pensamiento penal colom- pica cerca de un ojo y le produce agudo dolor; pierde el control y choca el
biano está por hacerse, y en verdad que constituye una necesidad para que auto de Juana, a quien le causa la muerte.
sea posible determinar cuáles han sido su secuencia ideológica, sus varian- 1.1. Variante. Armando, para alejar al insecto, que ha penetrado en el
tes filosófico-jurídicas, sus fines específicos en los diversos momentos so- vehículo, manotea, pierde el control de este y causa el resultado anotado.
ciopolíticos por los que ha atravesado y, principalmente, determinar si los 1.2. Variante. Armando, a causa de una inmensa mancha de aceite sobre
cambios de corrientes doctrinarias han servido para avanzar en el logro de el piso, no logra controlar el automotor y se produce la muerte de Luis.
un sistema penal más justo, respetuoso de los principios de dignidad huma- En todos los casos analice la conducta de Armando.
na, legalidad y culpabilidad como fundamento de la responsabilidad puni- 2. Caso. Óscar, que conduce un autobús de servicio urbano con 20 pa-
tiva para evitar el abuso del poder en los Estados de derecho" (véase "Hacia sajeros, sufre un preinfarto y —a causa del terrible dolor— no puede con-
un derecho penal real", en Revista Nuevo Foro Penal, número 38, Bogotá,
trolar el vehículo, que se estrella contra un poste del alumbrado eléctrico.
Edit. Temis, 1988, página 405). Teniendo en cuenta la evolución del dere-
Mueren dos pasajeros y cuatro sufren lesiones de consideración. Analice la
cho penal en Colombia, indique cuál es el alcance de dicho párrafo; ¿por qué?;
conducta del sujeto activo.
explique.
3. Caso. Serafina, que se encuentra internada en la clínica, en la sala de
I) Teoría del delito cuidados intensivos recién operada con anestesia general, golpea en tal es-
tado un valioso equipo quirúrgico y causa daños por cuarenta y cinco millo-
1. Caso. Pedro, obrando con la finalidad de matar, le propina dos dis- nes de pesos.
paros a Juan, que muere en el acto. Con base en el artículo 9o, inciso I o del 4. Caso. Fabiola guía su vehículo por la carretera. Una inmensa roca
Código Penal, sírvase precisar si, acorde con el concepto causalista del de-
se desprende y ella —levemente alcanzada por el objeto— golpea el caballo
lito, existe conducta típica, antijurídica y culpable. Haga el mismo ejercicio
de Luis que, a raíz del impacto, muere.
desde las perspectivas finalista y funcionalista (variantes de G. JAKOBS y C.
ROXIN). 4.1. Variante. Fabiola golpea a un peatón y le causa lesiones de con-
2. Problema. Examine todo el articulado de la parte general del Códi- sideración.
go Penal e indique qué elementos propios de las sistemáticas causalista y fi- En ambos casos analice la conducta de la mujer.
nalista del delito encuentra contenidos en dichas disposiciones; ¿por qué?; 5. Caso. Juana, Nicolás y Yamile se encuentran acampando en una
explique. región calurosa. De repente Nicolás toma una manguera y sin ser visto, que-
3. Problema. Lea detenidamente la sentencia C-456 de 23 de septiem- riendo jugarle una broma a Juana, le echa agua fría en la espalda; esta, tiene
bre de 1997 y su salvamento de voto, e indique qué concepción del delito po- un puñal en la mano con el cual pela una fruta, que arroja instintivamente hacia
lítico defiende la ponencia mayoritaria y cuál el salvamento; explique. ¿Cuál atrás y se lo clava en el pecho al bromista, quien muere al instante. Analice
es la situación del delito político en el ordenamiento colombiano, tras la emi- la conducta de Juana.
sión de dicha providencia?; explique. ¿Qué diferencias entre delito político 6. Caso. Carlos y Felipe toman cerveza y juegan tejo. Aquel se aga-
y delito común plantean la ponencia mayoritaria y salvamento?; explique. cha, oportunidad que aprovecha su acompañante para —en plan de jugarle
4. Problema. Después de leer la sentencia de la Corte Suprema de Jus- una broma— tomarle de los testículos bruscamente. Carlos, indignado, hace
ticia, sala de casación penal, fechada el 11 de noviembre de 1986 —publica- un movimiento hosco y golpea a su amigo, que cae al piso, se golpea en la
676 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 677

cabeza y queda inconsciente. Horas más tarde, muere a raíz de una "contu- 7. Caso. Camilo es lesionado por Zoraida en una riña. Decepcionado
sión frontoparietal izquierda y un hematoma apareinquimatoso". Analice la de la vida, decide no curarse las heridas y se las lava con agua sucia; a raíz
conducta de Carlos. de esto, se produce una gangrena y le tienen que amputar una mano; después
7. Problema. Teniendo en cuenta la exposición sobre la teoría de la con- muere por la misma causa. Las lesiones recibidas habrían generado, en condi-
ducta, sírvase precisar si los argumentos planteados por la Corte Constitucio- ciones normales, una incapacidad para trabajar de 60 días sin ninguna secuela.
nal en las sentencias C-320 de 30 de junio de 1998, C-674 de 18 de noviembre Analice la conducta de Zoraida.
de 1998 y C-843 de 27 de octubre de 1999 en torno a la responsabilidad pe- 7.1. Variante. Camilo, a quien —a raíz de las lesiones sufridas— se le
nal de las personas jurídicas, se ajustan a los dictados de la Constitución y debe hacer una transfusión de sangre, se niega a ello invocando sus creen-
de la ley penal; explique. Indique, así mismo, qué críticas se le pueden hacer cias religiosas. Muere.
al artículo 65 del Código de Procedimiento Penal. Explique. 8. Caso. Fermín —en una relación sexual— ha sido contaminado de
8. Caso. Luis, domador de fieras, ha dejado abierta la reja de la jaula sida por Cleopatra, que nunca le advirtió que era portadora del virus; el va-
donde mantiene encerrado un león, utilizado en uno de los números del cir- rón muere. Analice la conducta de la mujer.
co. La bestia siembra el terror en las calles de la ciudad dando muerte a dos 8.1. Variante. Fermín tiene relaciones sexuales con Cleopatra, a sabien-
niños. Analice la conducta de Luis. das de que esta es portadora del virus. Analice la conducta de la mujer.
9. Caso. Joaquín le paga a Ernesto la suma de $ 50.000.000 que le
K) La tipicidad en las conductas de comisión dolosa adeuda, a sabiendas de que este se propone utilizar esa cantidad para contra-
tar un sicario que atente contra la vida de Nepomuceno, lo que sucede efec-
1. Caso. Luis se apodera de la bicicleta de Ernesto, avaluada en $ 1.000.000, tivamente. Analice la conducta de Joaquín.
creyendo que era la propia. Analice la conducta de Luis (confróntese, Có-
10. Problema. Teniendo en cuenta la clasificación de los tipos pena-
digo Penal, artículo 239, inciso 2o).
les, cómo agruparía usted dentro de ella los supuestos de hecho del Código
2. Caso. María, mujer embarazada, quiere mitigar un dolor. Ingiere un Penal en los artículos 106, 205, y 239, inciso Io.
supuesto calmante que en realidad era un poderoso abortivo; la criatura es
expulsada del vientre y muere. Analice la conducta de la mujer. L) La tipicidad en otras formas de aparición de la conducta punible
3. Caso. Leandro, pordiosero, se apodera de un banano en uno de los su-
permercados más concurridos de la ciudad. Califique la conducta del agente. 1. Caso. Emilio conduce su motocicleta a una velocidad permitida por
4. Caso. Pedro vierte cianuro en abundante cantidad en la sopa de Diego, una de las vías de la ciudad. El suicida Píndaro se arroja a las llantas del
que es trasladado a la clínica. José Luis, enterado de este hecho, hace dete- vehículo y perece atropellado, pese a los esfuerzos del conductor por evitar
ner la ambulancia y le da muerte de dos tiros al envenenado, a quien había el hecho. Conducta de Emilio (confróntese, Código Penal artículos 21,109
jurado matar. Analice la conducta de Pedro y de José Luis. y 110).
4.1. Variante. José Luis lesiona a Diego en un dedo y en una oreja, pero 1.1. Variante. Emilio conduce embriagado y a un límite de velocidad
este muere por la ingestión de cianuro. no permitido.
4.2. Variante. Pedro le cuenta a José Luis lo que ha hecho y le sugiere 1.2. Variante. Suponga usted que en la variante número 1. Píndaro es
que le propine los dos tiros a Diego, que muere. un escolar que espera el autobús del colegio, cuando es atropellado.
5. Caso. María se entera de que su hijo Juan ha sido muerto por Ernes- 2. Caso. Juana, mujer artrítica, presencia cuando el niño Luis se ahoga
to; a causa de la profunda impresión que le produce el hecho, sufre un infar- en la piscina del club donde se encuentra. Da gritos para pedir ayuda, pero
to al miocardio y muere en el acto. nadie le oye, y no se lanza a la piscina por imposibilidad física de hacerlo.
6. Caso. Narciso se encuentra en la clínica en cuidados intensivos, des- El niño muere ahogado. Conducta de la mujer.
ahuciado, sin posibilidad alguna de vivir; según ha dicho el médico, su de- 2.1. Variante. Juana es una joven y esbelta mujer que se dedica a tomar
ceso es cuestión de días. Juana, única descendiente del moribundo, impa- el sol; no tiene impedimentos físicos de ninguna índole y no pide ayuda (con-
ciente, esperando heredarle, le desconecta los respiradores que lo mantenían fróntese, Código Penal, artículos 25, 103,109 y 131 y Constitución Política,
con vida. Analice la conducta de la mujer. artículos I o y 95-2).

23. VELÁSQUEZ V., 2*


678 MANUAL DE DERECHO PENAL
EL MÉTODO DEL CASO 679

2.2. Variante. En la variante anterior, Juana —profesora de natación 7. Caso. Celedonio, después de haber ingerido abundante licor en una
del infante—, por descuido, no repara en que el niño se ahoga (confróntese, reunión navideña con empleados de su empresa, se dirige a casa manejando
Código Penal, artículo 131). su auto. Avanza por una vía con paso preferencial, por su derecha, despa-
2.3. Variante. En la variante 1, Juana quiere la muerte de Luis (con- cio, según lo corroboran los testigos del hecho; de repente, al llegar a un cruce,
fróntese, Código Penal, artículos 103 y siguientes, 131). aparece sobre el lado izquierdo un motociclista —cuyo examen de alcoho-
3. Caso. Pedro, con dolo de lesionar, le dispara a Juan y le hiere en una lemia reveló un tercer grado de embriaguez, sin casco protector, sin luces,
de las piernas. El disparo, desgraciadamente, le perfora la arteria tibial an- con la licencia de conducción vencida—, quien, sin observar la señal de
terior y muere desangrado. Analice la conducta del agresor. "pare" visible en la calzada, continúa la marcha y golpea el vehículo de
4. Caso. Pedro embaraza a su novia Lucrecia y, como no quiere que naz- Celedonio, cae al pavimento, se golpea en la rodilla y en la cabeza, y trasla-
ca la criatura, le propone que se practique un aborto. Juntos acuden al far- dado a la clínica, muere. Analice la conducta de Celedonio (confróntese, Có-
macéutico Conrado, que tras recibir $ 2.000.000 de Pedro cuando el embarazo digo Penal, artículo 109).
se encontraba en la octava semana, le extrae el cigoto en pésimas condicio- 8. Caso. Pedro —conductor de servicio público— atropella a Luis y le
nes de asepsia; la mujer sufre una septicemia generalizada y muere. Analice causa graves heridas; no obstante, pudiendo prestarle ayuda, le abandona y
la conducta de Pedro y Conrado, teniendo como punto de partida la senten- muere. Analice la conducta de Pedro (confróntese, Código Penal, artículos
cia de la sala de casación penal de la Corte Suprema de Justicia, de 13 de abril 109 y 131).
de 1984. 9. Problema. Precise a cuál de las modalidades especiales de error de
4.1. Variante. Lucrecia sufre una incapacidad para trabajar de doscien- tipo alude la providencia de la Corte Suprema de Justicia, sala de casación
tos días y una perturbación psíquica transitoria. penal, emitida el 10 de junio de 1998, radicado 10192 (también sentencia de
4.2. Variante. El farmacéutico sabe que Lucrecia puede morir y asume 14 de diciembre de 1999, radicado: 12343); ¿porqué?; explique. ¿Cómo re-
la producción del resultado. solvería usted el caso de cara al Código Penal de 2000?; ¿por qué?; expli-
5. Caso. Ulpiano, secuestrado por Blanca y Napoleón, que obran con que.
ánimo de lucro, es trasladado por sus captores en un vehículo hacia un es-
condite; el rehén, dada la angustia que le ha producido el secuestro, sufre un M) La antijuridicidad
infarto y muere en el acto. Conducta de los dos agentes (confróntese, Códi- 1. Caso. Pedro, policía, persigue a Juan, que acaba de consumar un ho-
go Penal, artículos 169 y 170, modificados por la ley 733 de 2002,103 y 104). micidio en la vía pública. Como este busca refugio en casa de Alfonso, Pedro
5.1. Variante. Blanca y Napoleón saben que la muerte se puede produ- penetra en ella y lo aprehende, tras recibir permiso del dueño de la morada.
cir y no hacen nada para evitarlo, pues les es indiferente el resultado. 1.1. Variante. Juan penetra en su propia morada.
5.2. Variante. Los secuestradores violan el deber de cuidado al no aten- 1.2. Variante. Alfonso no le da permiso al agente de la autoridad para
der debidamente al secuestrado (confróntese, Código Penal, artículos 109 penetrar en su casa.
y 131).
1.3. Variante. Pedro, con la finalidad de cumplir el deber legal, pene-
6. Caso. Juan Pablo, médico, debidamente advertido sobre ello, emplea tra en la morada de Alfonso forzando la puerta de entrada, pero golpea a los
sangre contaminada con el virus del sida para realizarle una transfusión a Gui- presentes.
llermo, que gracias a ello, salva momentáneamente la vida. Diez años des-
1.4. Variante. Pedro, en las variantes 1.2. y 1.3., obra cumpliendo ór-
pués, el paciente muere víctima de la susodicha infección. Analice la con-
ducta del médico (confróntese, Código Penal, artículo 370). denes del superior jerárquico.
1.5. Variante. Pedro, después que ha esposado a Juan, aprovecha la
6.1. Variante. No sabía que la sangre estaba contaminada..
oportunidad para apoderarse de algunos bienes pertenecientes a Alfonso.
6.2. Variante. Pudo haber utilizado otra sangre, si hubiese tenido algu-
na diligencia y cuidado. 1.6. Cuando Pedro, en la variante 1.3., penetra violentamente en la mo-
rada de Alfonso, este, creyendo en peligro su integridad física y la de los su-
6.3. Variante. Guillermo acepta la transfusión a sabiendas del riesgo yos, se defiende con un arma amparada por las autoridades competentes y le
que corre. causa lesiones personales a Pedro (confróntese, Constitución Política, artículo
EL MÉTODO DEL CASO 681
680 MANUAL DE DERECHO PENAL

32; Código de Procedimiento Penal, artículo 294; decreto 1355 de 1970, 4.3. Variante. Cuando emite la orden de captura, también María está
artículo 81; Código Penal, artículos 182, 189, y 190. plenamente convencida de la inocencia de Dionisio.
Nota. Tenga en cuenta la sentencia C-024 de 27 de enero de 1994. En 5. Caso. Angelina, en una reunión pública, en presencia de toda la fa-
todas las hipótesis, salvo en la última, en la que también debe analizar el com- milia, se refirió a su padre Artemio —hombre acrisolado y cumplidor del de-
portamiento de Alfonso, debe estudiar la conducta de Pedro. ber— en términos soeces y burlones; este la golpea y le causa lesiones per-
2. Caso. El médico Joaquín debe atender a dos heridos graves en una sonales en el rostro con una incapacidad para trabajar de 40 días.
clínica estatal, donde presta sus servicios; ante la ausencia de instrumental, 5.1. Variante. El padre trata de persuadir a su hija para que se compor-
de recursos y de medios suficientes, toma la decisión de atender —al azar— te respetuosamente, esta manotea y lo empuja. Artemio reacciona y le cau-
sólo a uno de los pacientes, que, dadas las condiciones, era el único al que sa las lesiones personales ya indicadas.
se le podía salvar la vida, cosa que sucede. El otro fallece por imposibilidad 5.2. Variante. La golpea sin producirle ninguna incapacidad para tra-
de recibir la atención médica requerida (confróntese, Código Penal, artícu- bajar y la reprende de manera moderada (confróntese, Código Penal, artícu-
los 103, 109 y 131). los 55, numeral 3, 57, 111, 112, inciso 2o, 119 y 104, numeral 1).
2.1. Variante. El galeno sólo atiende a uno de ellos y deja morir al otro, 6. Caso. El médico Armando le abre el abdomen a una mujer para ex-
porque este ha tenido amores con su esposa. traerle un tumor y le deja una cicatriz normal en tal tipo de cirugía.
2.2. Variante. La carencia de medios en el centro hospitalario se debe 6.1. Variante. Suponga usted que por descuido le dejó en el abdomen
a la conducta negligente de Joaquín.
unas pinzas que le causan una incapacidad para trabajar de 120 días (con-
3. Caso. Luis, fiscal, intercepta personalmente y según las formalida- fróntese, Código Penal, artículos 111 y siguientes).
des legales la línea telefónica de Demetrio, contra el que sigue un proceso
por extorsión. 7. Caso. Juan, boxeador, golpea a Jorge en una pelea profesional y le
causa lesiones personales con 50 días de incapacidad. Se observaron todas
3.1. Variante. El fiscal le ordena hacerlo a Nepomuceno, operario de
la telefónica. las reglas inherentes a la actividad boxística.
3.2. Variante. En la hipótesis básica, Luis no observa las formalidades 7.1. Variante. No se observan los reglamentos.
legales, pero obra con la finalidad de obtener medios de prueba. 7.2. Variante. Se observan los reglamentos, pero Juan actúa porque
3.3. Variante. Luis le da la orden a Nepomuceno sin llenar las forma- quiere lesionar a Jorge y cobrarse venganza (confróntese, Código Penal
lidades de ley. artículos 111 y siguientes). Precise qué papel juega el consentimiento de la
Nota. En las variantes 3.1 y 3.3. analice la conducta de ambos (confrón- víctima en las anteriores hipótesis.
tese, Constitución Política, artículo 15, inciso 2o; Código Penal artículos 182 8. Caso. Horacio —requerido por las autoridades—, instado por el po-
y 192; Código de Procedimiento Penal, artículo 301). licía Ernesto para que se detenga, no lo hace y emprende veloz carrera. El
4. Caso. Pascual, agente de la fiscalía, captura al médico Dionisio, ciu- servidor público le hace dos disparos de advertencia, pero Horacio no le atien-
dadano ejemplar, a quien él sabe plenamente inocente, contra quien la fiscal de. Un tercer disparo le causa graves heridas.
María ha proferido orden de captura con el lleno de todos los requisitos lega- 8.1. Variante. Suponga usted que Horacio portaba un revólver y le hizo
les. Conducta de María y de Pascual (confróntese, Código Penal, artículos dos disparos a Ernesto sin lograr herirle.
182 y 416; Código de Procedimiento Penal, artículo 350; Constitución Po- 8.2. Variante. En la hipótesis de la variante anterior, Ernesto se encon-
lítica, artículo 91). traba de franquicia (confróntese, Código Penal, artículos 111 y siguientes y
4.1. Variante. Pascual, antes de realizar la captura, por escrito entera Código de Procedimiento Penal, artículo 348).
a María de los hechos conocidos por él y de los que deduce que el ciudadano 9. Caso. Pedro y Orlando riñen armados de sendos machetes. Pedro es
es inocente. La funcionaría, ateniéndose a los medios de prueba obrantes en muy corpulento y Orlando, para salvar la vida, le propina un machetazo y le
el expediente, insiste en la orden y Pascual la cumple.
da muerte.
4.2. Variante. Pascual cumple la orden y en el informe escrito de cap-
tura consigna los hechos de los que tiene conocimiento y de los que se des- 9.1. Variante. Orlando actúa con dolo de lesionar y se produce la muerte
prende la inocencia de Dionisio. de Pedro.
682 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 683

9.2. Variante. Suponga que quien le propina el machetazo a Pedro es mencionada y el celador estaba muy nervioso y prevenido (confróntese, Có-
Carlos, el padre de Orlando, que obra para salvarle la vida (confróntese, Có- digo Penal, artículos 103 y siguientes y 109).
digo Penal artículos 103 y siguientes y 111 y siguientes). 15. Caso. Pablo, que se encuentra en un concurrido restaurante, al pro-
10. Caso. Juan, a altas horas de la noche, con la finalidad de visitar en ducirse un incendio emprende veloz carrera. Al salir atropella a la anciana
la alcoba a su novia Josefina, sube hasta la habitación de esta, situada en el Josefina y le causa lesiones personales de 60 días de incapacidad, pero logra
tercer piso de la casa, asido a unas sábanas anudadas que aquella le lanza, salvar la vida.
según ha acordado la pareja en otras oportunidades. Margarita, la madre de 15.1. Variante. Josefina muere.
la novia, se da cuenta de esto, y cuando Juan se encuentra en el lecho con su 15.2. Variante. En ambos casos Pablo pudo salir por la ventana que-
hija, le da muerte (confróntese, Código Penal, artículos 103 y siguientes). brando un vidrio (confróntese, Código Penal, artículos 103 y 111 y siguien-
11. Caso. Jacobo y Plinio pelean, se hacen disparos el uno al otro. Plinio tes).
logra herir a Jacobo en un pie y desarmarlo; no contento con ello, le dispara
en dos oportunidades más y le da muerte (confróntese, Código Penal, artículos N) La culpabilidad
103 y siguientes). 1. Caso. Esteban, paranoico, mata a Carlos, su vecino, convencido de
12. Caso. Clímaco azuza a su perro Nerón, ejemplar de reconocida fe- que es su supuesto perseguidor.
rocidad, para que muerda al celador Néstor, persona encargada de la vigi- 1.1. Variante. Esteban, dado el comportamiento equívoco observado
lancia de un conjunto residencial, produciéndole lesiones de consideración. por Carlos, cree que va a ser atacado por él, le dispara y le causa la muerte.
Néstor repele el ataque y lesiona gravemente a la bestia e incluso, como 1.2. Variante. En la hipótesis básica, Esteban es un joven de 15 años
Clímaco sigue hostigándola, le propina heridas a este de una incapacidad para de edad.
trabajar de 90 días. Analice la conducta del celador (confróntese, Código
Penal, artículos 27, 103, 111 y siguientes y 265). 1.3. Variante. En la hipótesis básica, Esteban es un indígena que habi-
ta en las selvas amazónicas.
13. Caso. Julián —vigilante de un conjunto residencial— encuentra a
Analice la conducta de Esteban (confróntese Código del Menor, artícu-
los jóvenes Diego, Luis y José, subidos en unos árboles en la zona verde de
los 204 y siguientes ; Código Penal, artículos 9 inciso 3 o y 33).
la propiedad, hurtando frutas. Como de manera repetida les había advertido
que debían abstenerse de realizar tal conducta y aquellos solo se limitaban 2. Caso. Raúl, bebe dos cervezas y se embriaga patológicamente. En
a proferirle burlas como respuesta, el día de los hechos que usted debe ana- este estado llega a su casa, golpea a Julia, su mujer, y le causa lesiones per-
lizar decide dispararles. José muere; Diego sufre lesiones personales de 60 sonales que le producen incapacidad de cien días.
días de incapacidad para trabajar. Analice la conducta de Julián (confrón- 2.1. Variante. Raúl es un ciudadano indígena de 17 años de edad.
tese, Código Penal, artículos 103,111 y siguientes y Código de Procedimiento 3. Caso. Plinio, campesino de la vereda "Yarumales" del municipio de
Penal, artículos 345 y siguientes). Lebrija, tiene conocimiento de un secuestro extorsivo que adelantan los
14. Caso. Benjamín, maestro de escuela y practicante del billar, acom- sujetos A y By pertenecientes a un movimiento guerrillero, contra Luis; no
paña a su esposa Leocadia hasta las instalaciones del "Banco Bonanza", don- obstante, se abstiene de informarle a las autoridades, pues ignora que la ley
de esta debe cambiar un cheque. Mientras la mujer hace fila, Benjamín se penal consagra dicho comportamiento como punible (confróntese, Código
pasea a la entrada de la entidad crediticia, de arriba abajo, impaciente, con Penal, artículo 441). /
un estuche donde guarda implementos de billar bajo el brazo. Como la mujer 3.1. Variante. Plinio sabe que A y B forman parte de una banda orga-
demora, entra a las instalaciones y se percata de que aún espera ser atendida, nizada y conoce sus planes. Conducta de Plinio.
vuelve a salir, impaciente, nervioso, fumando. Esta conducta es observada 3.2. Variante. Plinio es un reputado periodista a quien los delincuentes
de cerca por el celador Elias, que, creyendo que se trata de una persona que citaron al lugar del hecho para que acreditara la supervivencia de los secues-
pretende atracar el banco, desenfunda un arma y le da muerte. trados.
Nota: tenga en cuenta que días antes del hecho que se ha narrado, se ha- 4. Caso. Orlando tiene relaciones sexuales con Ernestina, mujer de 13
bían presentado varios asaltos armados en las instalaciones de la entidad años de edad, que —según ella misma le corroboró— no era virgen al momen-
684 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 685

to del hecho. Él actuó firmemente convencido de que tener relaciones sexua- 3. Caso. Argemiro, revólver en mano, espera a Dorotea, de 18 años de
les con una menor no virgen no era delito. Conducta de Orlando (confrón- edad, a la salida del colegio. Mediante amenazas y con la finalidad de acce-
tese, Código Penal, artículo 208). dería carnalmente mediante violencia, la lleva hasta un solar vecino y la obliga
4.1. Variante. Orlando le dijo al fiscal que había realizado el hecho a despojarse de las prendas de vestir. Dorotea empieza a gritar y, en ese mo-
porque creía, firmemente, que cuando la mujer prestaba su consentimiento mento, se presentan varios vecinos armados de palos y garrotes, que apre-
no se cometía delito alguno. henden al infractor y lo ponen a disposición de las autoridades. Analice la
4.2. Variante. Ernestina le ha hecho creer a Orlando, acudiendo a pro- conducta de Argemiro.
cedimientos que no dejan ninguna duda, que es mayor de catorce años. 3.1. Variante. Argemiro logra que Dorotea se quite las prendas y en el
5. Caso. Pedro y Jorge quedan a la deriva después de que el avión en momento en que se apresta a accedería tiene una eyaculación precoz, por lo
el cual viajan naufraga en alta mar. Alcanzan un bote salvavidas que, en con- que decide emprender la retirada. La ofendida da cuenta del hecho a las au-
diciones normales, solo puede con el peso de uno de ellos. Pedro, luchando toridades, que capturan al presunto violador.
por la posesión del instrumento con Jorge, perece ahogado. 3.2. Variante. Argemiro, después que desviste a Dorotea, se apiada de
5.1. Variante. Jorge cree que el bote solo puede con uno de los dos, pero ella, no la accede y se marcha del lugar.
realmente, ambos se habrían podido salvar. 3.3. Variante. En la hipótesis anterior, el autor del hecho no accede a
6. Caso. Jorge, retrasado mental, comete un asalto bancario y se apo- su víctima porque le sintió un terrible mal aliento.
dera de 10 millones de pesos. 4. Caso. Clímaco dispara en 10 oportunidades sobre la humanidad de
6.1. Variante. Suponga usted que Jorge apenas tiene 11 años de edad Pericles —su enemigo—, a quien ha jurado matar. Este último, con graves
(confróntese Código del Menor, artículo 211). heridas, es trasladado a la clínica, donde los médicos logran salvarle la vida.
7. Caso. Felipe, soldado raso, cumple una orden ilegítima del teniente Un mes después de sucedidos los hechos el herido se reintegra a sus activi-
Leandro, en virtud de la cual lo compele —so pena de fusilarle— a violar dades normales. Conducta del agresor.
sexualmente a la retenida Juana, guerrillera, a quien este pretende escarmentar 4.1. Variante. Clímaco solo dispara en una oportunidad con dolo de le-
(confróntese Constitución Política, artículo 91). sionar, pero no logra impactar en el cuerpo de Pericles, que, oportunamente,
8. Problema. Lea la sentencia C-370 de 14 de mayo de 2002 e indique alertado por un vecino, se esconde tras un poste del alumbrado público.
cuáles son las repercusiones de esta decisión en los ámbitos de la inimputa- 4.2. Variante. Clímaco porta ilegalmente el arma.
bilidad y del error de prohibición. 5. Caso. Doris, abandonada por su novio Telémaco, que la ha dejado
por una compañera de estudio de la Facultad de Derecho, va donde la hechi-
Ñ) La tentativa
cera Carmina y le lleva unas fotografías del antiguo novio. Le ruega que le
1. Caso. Pedro planea cometer un hurto en la casa de Juan y le comenta haga un embrujo para que muera, pues —según le dice— "como ese hom-
a Diego su propósito. Esa conversación fue escuchada por Ernesto, agente bre no es mío, no puede ser de ninguna otra". La sibila le da unos polvos espe-
de la policía, que procede a capturarles y a ponerles a disposición de un fis- ciales preparados por ella —que "nunca fallan"— y le recomienda que pon-
cal. Analice la conducta de Pedro y Diego. ga la fotografía en su habitación y todos los días le esparza cierta cantidad,
1.1. Variante. Pedro y Diego se ponen de acuerdo y planean manco- hasta que la víctima muera. Un mes después, Telémaco perece en un acci-
munadamente el hurto en casa de Juan, junto con otros hechos punibles. dente de tránsito. Analice la conducta de Doris y de Carmina. ¡
2. Caso. Luis, que acababa de purgar una condena por hurto en la cár- 5.1. Variante. A Telémaco no le sucede nada.
cel municipal, fue capturado por la policía cuando se encontraba en el interior 6. Caso. Pedro, con dolo de matar, le dispara en cinco oportunidades
de la tienda de abarrotes de don Joaquín —próspero negociante de la locali- a su enemiga Ernestina, que se esconde tras un taxi que se encontraba par-
dad—, tras haber traspasado el mostrador, mientras miraba los productos allí queado en el lugar; ella le suplica a Pedro que no la mate, pues deja tres niños
exhibidos. Luis había penetrado al negocio por una de las cinco puertas, mien- huérfanos. Pedro, conmovido por tal hecho, pese a que puede seguir dispa-
tras el propietario, parado en una de ellas, se dedicaba a mirar hacia la calle rando, cesa de hacerlo y abandona el lugar. Analice la conducta de Pedro.
sin haberse percatado de la llegada de aquel. Analice la conducta del agente. 6.1. Variante. Pedro porta el arma ilegalmente.
686 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 687

6.2 Variante. Ernestina se encuentra con tres personas en el interior del previamente ha introducido en una jeringa. Hernán muere envenenado. Dio-
vehículo sobre el que dispara el agresor. celina obra porque creyó aplicarle un sedante inofensivo al enfermo. Ana-
7. Problema. Analice la sentencia de 6 de mayo de 1999, expedida por lice la conducta de Abelardo y de Diocelina.
la sala de casación penal de la Corte Suprema de Justicia con ponencia del 3.1. Variante. Diocelina sabía que le administraba veneno y lo hizo
magistrado Carlos Augusto Gálvez Argote, y haga un análisis crítico de la porque se encontraba "muy enamorada" de Abelardo.
misma.
4. Caso. Juan, servidor público, con la intervención conjunta del par-
O) El concurso de personas en la conducta punible ticular Alfonso, se apropia de la suma de $ 5.000 millones pertenecientes al
erario y que se le han confiado con ocasión de sus funciones; Cleopatra,
1. Caso. Pedro, Juan, Diego y Albertina penetran al Banco "Bonanza", ar- secretaria privada del segundo, les presta su colaboración. Analice la con-
mados de ametralladoras y revólveres, y se apoderan de de $ 200.000.000 que ducta de Juan, Alfonso y Cleopatra (confróntese, Código Penal, artículos 28
se hallaban en la caja fuerte. Tenga en cuenta que todos actuaron de consuno a 30,239 y siguientes, 241-10,267,340 y 397 y siguientes, 434); explique.
y se reparten las utilidades. El cajero Elias, tras recibir un millón de pesos, 5. Caso. Pedro, residente en Bogotá, se traslada a Cali para darle muerte
les suministró la clave; y Dalirio, antiguo gerente despedido por malos a su enemigo Alfonso; lo mismo hace Nicómaco, desde Medellín. Ambos,
manejos, les sugirió llevar a cabo dicha empresa criminal, pues quería ven- que se conocen, aunque sin mediar ningún acuerdo previo o concomitante
garse. Analice la conducta de Pedro, Juan, Diego, Albertina, Elias y Dalirio.
al hecho, le disparan al mismo tiempo a su víctima: el primero le propina un
1.1. Variante. Diego, impactado por la belleza de Lucrecia —una her- tiro en la cabeza, y el segundo, en el corazón. Las dos heridas son nece-
mosa y atractiva secretaria que trabaja allí—, la violenta sexualmente en uno sariamente mortales. Analice la conducta de Pedro y de Nicómaco.
de los baños de la institución crediticia.
6. Caso. Pedro, en estado de ira causado por un comportamiento aje-
1.2. Variante. La banda de asaltantes es dirigida por Clodomiro, que, no, grave e injusto, le da muerte a Juan utilizando un revólver que le ha pres-
desde su oficina y valiéndose de la moderna tecnología, mediante una cámara
tado Carlos. Analice la conducta de Pedro y de Carlos.
de vídeo y micrófonos que lo conectan con un vehículo situado a la entrada del
banco —conducido por Rubiel—, dirige toda la operación. Analice, la con- 6.1. Variante. Carlos no sabía que Pedro iba a matar a Juan.
ducta de Clodomiro y de Rubiel. 6.2. Variante. El juez absolvió a Pedro por haber obrado en legítima
2. Caso. Jerónimo contrata a Heráclito por la suma de diez millones de defensa y condenó a Carlos como cómplice de homicidio simple.
pesos para que secuestre a Próspero, un comerciante de la ciudad. Heráclito 7. Caso. Nemecio mata a su padre Abigaíl, instigado por Diego y con
cumple con lo mandado por Jerónimo y retiene a su víctima durante seis la colaboración de Yolima, su mujer. Analice la conducta de los tres inter-
meses, en una casa situada en una de las comunas. Por la libertad del secues- vinientes.
trado recibe $ 2.000.000.000, que le entrega a Jerónimo. Herminia le prestó 8. Problema. Analice la sentencia del 10 de mayo de 1991, expedida
a Jerónimo —que, además, coordina todas las operaciones mientras dura el por la Sala de casación penal de la Corte Suprema de Justicia (véase revista
secuestro— la casa donde estuvo retenida la víctima, y Flavio, taxista, lo Revista Nuevo Foro Penal, número 55, Bogotá, Edit. Temis, 1992, páginas
transportó; cada uno de ellos recibió la suma de diez millones de pesos. 111 y siguientes), y hágale un análisis crítico desde la perspectiva de la ac-
Analice la conducta de Jerónimo, Heráclito, Flavio y Herminia (confrónte- tual teoría del concurso de personas en la conducta punible. Lleve a cabo
se, ley 733 de 2002). igual examen de los salvamentos de voto de dicha providencia. '
2.1. Variante. La banda de secuestradores se ha concertado para cometer
otras conductas punibles del mismo género, en diversas ciudades del país. P) La unidad y la pluralidad de conductas típicas
3. Caso. Abelardo, médico, atiende de una grave dolencia a Hernán —el
amante de su mujer—. El día de los hechos que usted debe analizar, Abe- 1. Caso. Efrén realiza una conducta típica de estafa en contra de Ernes-
lardo se encontraba de guardia y tenía a su cuidado al enfermo, al que había tina, por una cuantía de $ 100.000.000 (Código Penal, artículos 246 y 267),
que suministrarle una droga a las 7 p. m.; simulando una equivocación, le viola carnalmente a Clemencia (205); y comete homicidio simple en la per-
encomienda a la enfermera Diocelina que le inyecte un medicamento que sona de Filomena (artículo 103). Conducta de Efrén.
688 MANUAL DE DERECHO PENAL EL MÉTODO DEL CASO 689

2. Caso. Luis falsifica 10000 boletos de entrada a fútbol y los vende a inciso 3 o del artículo 397 del Código Penal. Sírvase tasar la pena de inhabi-
los espectadores que concurren al encuentro matutino (confróntese, Código litación para el ejercicio de derechos y funciones públicas imponible en este
Penal, artículos 246 y 289). caso (confróntese, Código Penal, artículos 44 y siguientes).
3. Caso. Carlos secuestra (artículos 168, 169 y 170, numerales 1, 2, 3 4. Caso. Dice la Constitución Política en su artículo 122, inciso 5 o mo-
y 8, concordancia artículos 1 a 3 de la Ley 733 de 2002) a Lucrecia, mujer dificado por el acto legislativo 1 de 2004: "Sin perjuicio de las demás san-
menor de 13 años, y durante un año seguido tiene con ella relaciones sexua- ciones que establezca la ley, no podrán ser inscritos como candidatos a car-
les en 200 oportunidades (artículo 208). gos de elección popular, ni elegidos, ni designados como servidores públicos,
4. Caso. Mauricio, utilizando un instrumental quirúrgico infectado, le ni celebrar personalmente, o por interpuesta persona, contratos con el Esta-
practica un aborto a Pilar, que —luego de sufrir una infección generalizada— do, quienes hayan sido condenados, en cualquier tiempo, por la comisión
muere a los treinta días (artículos 109 y 122). de delitos que afecten el patrimonio de 1 Estado". Se pregunta: ¿armoniza
5. Caso. Hortensia le da muerte a Clímaco, su padre (artículos 103 y dicha disposición con las normas rectoras de la ley penal colombiana, ¿por
104 numeral 1); días después, con un puñal, le quita la vida a su hermano qué?; explique.
Leandro (artículos 103 y 104, numeral 1); luego espera a Marcos, su vecino, 5. Problema. Consulte la sentencia C-038 de 5 de febrero de 1996 y
armada de revólver y le ocasiona la muerte de 6 disparos (artículo 103). analícela críticamente desde la perspectiva de los postulados inspiradores de
6. Caso. Joaquín, servidor público, se apodera de $ 50.000.000 en efec- la pena.
tivo que Eloísa —su secretaria— ha dejado olvidados en una gaveta del es- 6. Problema. Lea la sentencia de 11 de abril de 2002, Corte Suprema
critorio (artículos 239; 241, numeral 2; 249, 267 y 397). de Justicia —Sala de casación penal—, Radicado: 12579, con salvamento y
7. Caso. Juan Enrique —servidor público— se apropia de la suma de aclaración de voto. Hágale un estudio crítico desde la perspectiva de los
$ 50.000.00, pertenecientes al erario, que se le han confiado en razón de sus postulados inspiradores de la pena.
funciones. Para que el hecho no sea muy notorio, cada mes sustrae la suma
de 1 millón de pesos hasta lograr apoderarse de la totalidad (artículo 397). R) La medida de seguridad
8. Problema. Analice la sentencia de 3 de diciembre de 1996, expedida
por la Sala de casación penal de la Corte Suprema de Justicia (véase revista 1. Caso. Laurentino ha sido declarado inimputable por enfermedad
JD, número 303, tomo xxvi, Santa Fe de Bogotá, Ed. Legis, 1997, páginas mental permanente y se le acusa de haber realizado un acceso carnal violen-
255 y siguientes) y hágale un estudio desde la perspectiva de la teoría de la to en la persona de Clotilde. Se pregunta: ¿qué condena le impondría usted?;
unidad y pluralidad de acciones típicas. ¿por qué?; explique.
1.1. Variante'. Laurentino es un indígena que vive en lo profundo de la
Q) La pena selva y realizó ese hecho; ¿cómo responde a lo preguntado?
1. Caso. León ha sido condenado a la pena de 25 años de prisión, por- 2. Caso. Juan le dio muerte a Leopoldo en estado de embriaguez patoló-
que fue encontrado culpable de darle muerte a Hipólito (confróntese, artícu- gica comprobado por los médicos legistas. Se pregunta: ¿qué condena le
lo 104, numeral 2). Sírvase tasar las penas accesorias que debe imponerle impondría usted?; ¿por qué?; explique. ¿En qué eventos puede ser sustitui-
el funcionario judicial al condenado. da o prorrogada la medida imponible?; ¿cuándo puede ser suspendida?;
¿cuándo cesa?; ¿puede gozar Juan de la libertad vigilada?; explique.
2. Caso. Anaximandro ha sido condenado a la pena de 2 años de pri-
sión, porque el funcionario judicial le halló penalmente responsable de la rea- 2.1. Variante. Suponga usted que Juan apenas tiene 17 años de edad
lización de una conducta típica, antijurídica y culpable de violación ilícita de (confróntese, Código Penal, artículo 33, inciso 3o).
comunicaciones (confróntese, artículo 192). Sírvase tasar las penas priva-
tivas de otros derechos que procedan en este caso. S) La determinación judicial de la sanción penal (I)
3. Caso. Eurípides, servidor público, fue condenado por un juez a la pena 1. Caso. Ernesto, obrando en estado de ira causado por comportamiento
de 4 años de prisión y al pago de la multa de diez millones de pesos, por haber ajeno, grave e injusto, le causa la muerte a Leonisa (artículo 103). Sírvase
sido encontrado responsable de la conducta de peculado en la hipótesis del tasar las penas aplicables.
EL MÉTODO DEL CASO 691
690 MANUAL DE DERECHO PENAL

2. Caso. Manuel, condenado a 18 años de prisión, amén de las penas


1.1. Variante. La conducta de Ernesto no alcanza a consumarse por cir-
cunstancias ajenas a su voluntad. accesorias por haber secuestrado a María, por cuyo rescate cobró $ 2.000 mi-
llones, ha descontado a la fecha 12 años de pena privativa de libertad. Se
2. Caso. Maximiliano le presta su revólver a Juan que, con él, le da pregunta: ¿puede invocar su libertad?; ¿por qué?; explique (confróntese,
muerte a su padre en estado de ira causado por un comportamiento ajeno, Código Penal, artículo 64, ley 733 de 2002, artículos 2 y 11).
grave e injusto. Sírvase tasarles la pena a ambos (Código Penal, artículos
57, 103 y 104, numeral 1). 3. Caso. Jairo es condenado por el juez Alberto a la pena de dos años
de prisión y a las accesorias de rigor por la comisión de un hurto simple, y
2.1. Variante. El agente porta el revólver ilegalmente se le niega la suspensión condicional de la ejecución de la pena. Jairo ha des-
3. Caso. Luis contrata al sicario Josué, por la suma de diez millones de contado 18 meses de prisión y solicita su libertad. ¿Cómo resolvería usted
pesos, para que le dé muerte a Joaquina, hecho que efectivamente sucede. dicha petición?; ¿por qué?; explique.
Sírvase tasarle la pena a Luis y a Josué. 4. Caso. Dispone el Código Penal en su artículo 63, inciso 3 o que "El
4. Caso. José y León pelean a pedradas. En determinado momento, juez podrá exigir el cumplimiento de las penas no privativas de la libertad
León —lleno de ira— recuerda que tiene una navaja en el bolsillo; la extrae concurrentes con esta...". Se pregunta: ¿armonizan dichas disposiciones con
y con ella hiere a José, que muere en el acto. la Constitución de 1991 y con el título i del Código Penal?; ¿por qué?; ex-
5. Caso. Pedro, procesado por homicidio simple, le solicita al fiscal que plique.
celebre una audiencia de terminación anticipada del proceso en la que le 5. Problema. Sírvase leer los artículos 63 y siguientes del Código Penal
formule los cargos correspondientes. Sírvase tasar la pena imponible. e indique qué críticas se le pueden hacer a dicha regulación en cuanto pre-
5.1. Variante. Pedro actuó en estado de ira (Código Penal, artículo 57). tende consagrar los "mecanismos sustitutivos de la pena privativa de la li-
6. Caso. Juan, suboficial despedido de la escuela de Policía, se provee bertad"; ¿por qué?; explique.
de un galón lleno de gasolina y de una caja de cerillas. Penetra hasta la oficina Nota: Tenga como punto de partida el libro de JOSÉ CID MOLINÉ/ELENA
donde se encuentra el mayor Argemiro, su antiguo profesor, le lanza la ga- LARRAURI PIJOAN (coordinadores): Penas alternativas a la prisión, Barcelo-
solina y antes de que este pueda reaccionar, enciende un fósforo y le prende na, Bosch, 1997.
fuego. Argemiro sufre graves quemaduras y muere. Impóngale la sanción
correspondiente a Juan. U) Causas de extinción de la pretensión punitiva del Estado
7. Caso. Emilio le da muerte a Luis (artículo 103), viola carnalmente
1. Caso. El juez Amoldo tiene a despacho, para dictar sentencia, la causa
a Ernestina (artículo 205) y comete un peculado por la suma de 200 millo-
que se sigue contra Nepomuceno, sindicado de extorsión (Código Penal,
nes de pesos (artículo 397). Sírvase aplicarle la pena a Emilio.
artículo 244). El procesado sufre un infarto en la clínica, adonde había sido
8. Caso. Lisandro viola a su hija Josefina, y le causa perturbación psí- llevado para que le curaran unas lesiones, y muere; ¿qué debe hacer el juez?;
quica permanente. Impóngale la pena. ¿por qué?; explique.
9. Caso. Pitágoras —terrorista profesional—, quien obra en estado de 1.1. Variante. Suponga usted que Nepomuceno había sido condenado
ira, lanza una granada contra un grupo de escolares que espera el autobús. a diez años de prisión, y al momento del fallecimiento había descontado cinco
Mueren 10 niños; ninguno de los sobrevivientes sufre lesiones personales años de pena. Responda a las mismas preguntas.
(artículos 103,104, numerales 7 y 8 y 366, entre otros). Impóngale la pena
a Pitágoras, teniendo en cuenta que desde su primera intervención ante las 2. Caso. El Congreso de la República ha expedido una ley que perdona
autoridades confiesa el hecho y solicita que se dicte sentencia anticipada a todos los procesados y condenados por los delitos de rebelión, sedición y
(Código Penal, artículo 55, numeral 3 y Código de Procedimiento Penal, asonada. Pedro se encuentra privado de la libertad, acusado de haber come-
artículos 40 y 283; ley 733 de 2002, artículo 11). tido uno de esos tres comportamientos; ¿cuál causa de extinción de la acción
penal puede invocar Pedro?; ¿por qué?; explique. ¿Quien debe pagar los
T) La determinación judicial de la sanción penal (II) perjuicios que se derivan de la conducta punible?; ¿por qué?; explique.
2.1. Variante. Suponga usted que Pedro ha sido condenado por tales
1. Caso. Edilberto ha sido condenado a la pena de 6 años de prisión, hechos. Responda a lo preguntado.
amén de las accesorias como autor de una conducta típica, antijurídica y cul-
3. Caso. Clímaco está siendo procesado por la comisión de presuntos
pable de hurto calificado. ¿Es acreedor a algún mecanismo sustitutivo de la
delitos de calumnia e injuria, a raíz de denuncia instaurada por Ernestina, que
pena privativa de la libertad?; ¿por qué?; explique.
692 MANUAL DE DERECHO PENAL

ha entablado la querella correspondiente. La denunciante concurre donde


el fiscal que instruye el caso y le manifiesta, por escrito, su voluntad de no
continuar adelante con la acción penal entablada. Se pregunta: ¿qué mecanis-
mo procesal debe invocar la mujer para que el funcionario judicial ponga fin
a la acción penal?; ¿por qué?; explique. ¿Qué herramienta puede emplear el
procesado con las mismas finalidades? Explique. BIBLIOGRAFÍA
4. Caso. Rodrigo, procesado por el homicidio de su cuñado Plinio, se
encuentra huyendo y han transcurrido 22 años desde la comisión del hecho AA. VV.: Lecciones de derecho penal, parte general, Bogotá, Universidad Ex-
sin que se haya dictado sentencia condenatoria en su contra. Sírvase preci- ternado de Colombia, 2002.
sar si opera en este caso algún fenómeno en cuya virtud se le pueda poner fin ANTOLISEI, FRANCESCO: Manual de derecho penal, traducción de Jorge Guerrero
a la acción penal; ¿por qué?; explique (confróntese, artículos 89 y 90). y Marino Ayerra, Bogotá, Edit. Temis, 1988.
a
4.1. Variante. Rodrigo fue condenado a 20 años de pena privativa de BACIGALUPO, ENRIQUE: Principios de derecho penal, parte general, 5 edición, Ma-
la libertad y es capturado cuando ha transcurrido el lapso mencionado. drid, Edit. Akal, 1998.
4.2. Variante. Suponga usted que en la variante número 1 Rodrigo fue — Lincamientos de la teoría del delito, 3a edición, Buenos Aires, Edit. Hammu-
declarado inimputable, porque actuó en un evidente estado de trastorno men- rabi, 1994.
tal permanente. BAUMANN, JÜRGEN/ULRICH WEBER/WOLFGANG MITSCH: Strafrecht, Allgemeiner Teil,
5. Caso. Arcángel, conduciendo su vehículo en condiciones normales, 10a edición, Bielefeld, Gieseking Verlag, 1995.
a
atropello al carpintero Luis, que —en avanzado estado de embriaguez— in- BETTIOL, GIUSEPPE: Diritto pénale, 1 I edición, Padova, Cedam, 1982.
tentaba cruzar una de las vías más concurridas de la ciudad. El fiscal Elias BLANCO LOZANO, CARLOS: Derecho Penal, Parte General, Madrid, La Ley, 2003.
a
instruye el negocio. Como el agente ha indemnizado integralmente a los fa- BOCKELMANN, PAUL/KLAUS VOLK: Strafrecht, Allgemeiner Teil, 4 edición, München,
miliares del occiso, sírvase precisar qué fenómeno encaminado a ponerle fin C. H. Beck, 1987.
a
al proceso iniciado puede invocar aquel; ¿por qué?; explique. BUSTOS RAMÍREZ, JUAN: Manual de derecho penal, parte general, 3 edición, Bar-
6. Problema. Lea la sentencia C-695 de 28 de agosto de 2002 y sus acla- celona, Edit. Ariel, 1989.
raciones de voto. Precise cuáles son las posturas allí expuestas en torno a los BUSTOS RAMÍREZ, JUAN/HERNÁN HORMAZÁBAL MALLARÉ: Lecciones de derecho pe-
alcances del delito político, de la amnistía y del indulto en el ordenamiento nal, volúmenes i y II, Madrid, Edit. Trotta, 1997-1999.
vigente. Explique y asuma una postura sobre el asunto. CARACCIOLI, Ivo: Manuale di diritto pénale, parte genérale, Padova, Cedam, 1998.
CEREZO MIR, JOSÉ: Curso de derecho penal español, parte general i, Introducción,
V) La responsabilidad civil derivada de la conducta punible 5a edición, Madrid, Edit. Tecnos, 1998.
1. Caso. Juan se apodera, mediante violencia, de un diamante perte- — Curso de derecho penal español, parte general II, Teoría jurídica del delito n, 6a
neciente a Josefina avaluado en la suma de $ 50 millones. El juez lo condena edición, Madrid, Edit. Tecnos, 1998.
a 5 años de prisión y a las penas accesorias de rigor. Usted debe tasar los daños — Curso de derecho penal español, parte general m, Teoría jurídica del delito n,
y perjuicios ocasionados con el hecho e imponerle la condena civil respec- Madrid, Edit. Tecnos, 2001.
tiva, dentro del mismo proceso penal (confróntese, Código Penal, artículo 97). COBO DEL ROSAL, MANUEL/TOMÁS SALVADOR ANTÓN VIVES: Derecho penal, parte
2. Caso. Nicolás, con su vehículo, atropella a Celestina causándole general, 5a edición, Valencia, Tirant lo B lanch, 1999. ,-
lesiones que le generan una incapacidad para trabajar de sesenta días, sin COUSIÑO MAC IVER, LUIS: Derecho penal chileno, tomo i, Santiago de Chile, Jurídi-
ninguna secuela. La lesionada tiene que pagar $ 6.000.000 por gastos médi- ca de Chile, 1975; tomo ii, 1979; tomo ni, 1992.
cos; durante dos meses no puede laborar, por lo cual no percibe $ 2.000.000 CUELLO CONTRERAS, JOAQUÍN: Derecho penal español, Parte general, nociones
como sueldo; y debe invertir $ 4.000.000 para contratar un abogado que se introductorias, Teoría del Delito, 3a edición, Madrid, Dykinson, 2002.
a
constituya en parte civil, dentro del proceso correspondiente. Dicte la sen- EBERT, UDO: Strafrecht. Allgemeiner Teil, Heidelberg, C. F. Müller, 3 edición, 2001.
tencia en contra de Nicolás, abarcando los tópicos penales y civiles (confrón- ESER, ALBIN/BJÓRN BURKHARDT: Derecho penal. Cuestiones fundamentales de la
tese, Código Penal, artículos 59 y siguientes, 97 y Código de Procedimiento teoría del delito sobre la base de casos de sentencias, traducción de Silvina
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Ancel, Marc: 114. Borja Jiménez, Emiliano: 163, 209, 429, 549.
Antolisei, Francesco: 180. Bricola, Franco: 181.
Aragón, Arcesio: 206. Bringewat, Peter: 190.
Arcila Arenas, Darío: 341. Büchner, Luis: 176.
Ardigó, Roberto: 176. v. Buri, Maximilian: 268.
Arenas, Antonio Vicente: 206. Burkhardt, Bjorn: 403.
Aretinus, Ángelus: 170. Busch, Richard: 237.
Aristóteles: 270. Bustos Ramírez, Juan: 1,21, 42, 75, 101, 118, 139,
Austin, John: 102. 307, 389.
Azuero, Vicente: 196.
—C—
—B—
Cadavid Quintero, Alfonso: 21, 101,307,535,587.
Bacigalupo, Enrique: 1, 101, 307, 649. Calliess, Rolf Peter: 51, 105, 117, 190.
Baldó Lavilla, Francisco: 341, 649. Cando Meliá, Manuel: 253.
Boldova Pasamar, Miguel Ángel: 533, 587. Carbonell Mateu, Juan Carlos: 1,21,75,89,139,341.
v. Bar Ludwig: 269. Cárdenas, Parmenio: 176, 200.
Baratta, Alessandro: 1, 6, 21. Carlos, Eduardo B.: 649.
Barbero Santos, Marino: 535. Carmignani, Giovanni: 174.
Barnes, Javier: 21. Carnevale, Manuel: 178.
Barrera Domínguez, Humberto: 206. Carpzov, Benedict: 170.
Barrientos Restrepo, Samuel: 206. Carrara, Francesco: 174, 671. i
Basedow, Hermann: 398. Casañanas Levi, José: 649.
Bauch, Bruno: 186. Castro Ospina, Sandra Jeannette: 163.
Baumann, Jürgen: 189,649. Cerezo Mir, José: 75.
Baumgarten, Arthur: 258. Chacón Cárdenas, Manuel: 495.
Baurmann, Michael: 392. Chambliss, WilliamJ.: 106
Beccaria, Cesare: 21,32,163,171,173,174,181,663. Choclán Montalvo, José Antonio: 475.
Behrendt, Hans Joachim: 183, 216, 240. Cid Moliné, José 1, 495, 496, 549, 550, 587, 691.
v. Beling, Ernst: 62,180,217,218,257,259,261,344, Clarus, Julius: 170.
345, 399. Comte, Augusto: 176, 182.
Bentham, Jeremy: 113. Concha, José Vicente: 199, 200, 206.
Berg, Otto: 400. Corcoy Bidasolo, Mirentxu: 307, 310, 649.
698 ÍNDICE DE AUTORES ÍNDICE DE AUTORES 699

Córdoba Ángulo, Miguel: 429. Feijoo, Bernardo: 307. Gracia Martín, Luis: 307, 334, 495, 530, 533, 535, Jakobs, Günther: 51,13,17,89,90,91,209,225,231,
Córdoba Roda, Juan: 209. Fernández Carrasquilla, Juan: 21, 206, 475. 549, 587, 613, 633. 241, 242, 253, 262 270, 307, 310, 313, 321, 389,
Cordova, Antonino: 200. Fernández Espinar, Gonzalo: 231, 587. Grispigni, Filippo: 176. 392, 395, 402, 447, 451, 461, 579, 673.
Covarrubias y Ley va, D.: 170. v. Ferneck, Alexander Hold: 102, 344. v. Grolmann, Karl L. W.: 182. Jareborg, Nils: 553.
Cremani, Aloysi: 170. Ferrajoli, Luigi: 22,23,27,42,71,101, 111,118,125, Gropp, Walter: 189. Jescheck, Hans Heinrich: 89,239,306,402,411,495,
Cuello Calón, Eugenio: 495, 496. 181, 192,507,509,578,674. Grosso García, Manuel Salvador: 163, 205. 507.
Cuello Contreras, Joaquín: 127. Ferri, Enrico: 4, 114, 176, 177,201,671. Grotius, Hugo: 117, 171. Jiménez de Asúa, Luis: 69, 163, 176, 649.
Cuerda Arnau, María Luisa: 21. Feuerbach, Paul Johann Anselm: 59, 113, 124, 172, Guastini, Riccardo: 127. Jorge Barreiro, Agustín: 535.
Cueto Rúa, Julio: 89. 182,257,343,397,577. Günther, A. E.: 184.
Cury Urzúa, Enrique: 101, 429. Fiandaca, Giovanni: 181,448. Gutiérrez Anzola, Jorge Enrique.: 206. —K—
Fierro, Guillermo: 139. Gutiérrez Gómez, Jorge: 206.
—D— Filangieri, Gaetano: 174. Gutiérrez Jiménez, Luis: 206. Kahrs, Hans Jürgen: 240.
Finger, Augusto: 346. Kaiser, Günther: 190.
Da Costa Andrade, Manuel: 21, 495, 549. Fischer, Hans Albrecht: 345. —H — Kant, Immanuel: 4, 112, 182, 186, 189, 414.
Dahm, Georg: 184, 222, 260. Florián, Eugenio: 176. Kargl, Walter: 392.
Dahrendorf, Ralf: 106. Frank, Reinhard: 221, 261, 346, 417, 435. Habermas, Jürgen: 105. Kaufmann, Armin: 102, 186,226,231,237,238,242,
Darwin, Charles: 176. Freud, Sigmund: 113. Haeckel, Ernst: 176. 253,327,331,346,401.
De Belvisio, J.: 170. Freudenthal, Berthold: 400. Haferkamp, Hans: 106. Kaufmann, Arthur: 320, 402.
De Castro, Alfonso: 170. Frisch, Wolfgang: 209,231,253,270,307,313,389, Haft, Fritjof: 189. Kelsen, Hans: 103, 139.
De Durantis, Guillermo: 170. 447. Hálschner, Hugo: 182. Kem, Eduard: 221.
De Marsico, Alfredo: 176. Frosini, Vittorio: 127, 129. Hart, Herbert L. A.: 104, 105. Klein, Ernst Ferdinand: 182, 257.
De Quirós y Pérez, Constantino Bernaldo: 176. Hartmann, Nicolai: 189, 237. Kleinschrod, Gallus Aloys Caspar: 182.
De Romanciis, Rolandino: 170. —G— Hassemer, Winfried: 1,21,38,51,56,101,113,190, Klenze: 182.
De Sassoferrato, Bartolo: 170. 389,391,649. Kluth, Winfried: 21.
De Secondat, Charles Louis, barón de la Bréde y Mon- Gaitán, Jorge Eliécer: 176. Hegel, Georg Wilhelm Friedrich: 4, 112, 182, 189, Kóhler, August: 344.
tesquieu: 26, 171. Gaitán Mahecha, Bernardo: 206. 242, 270, 397. Kóhler, Michael: 189, 209, 231, 253, 307, 320, 389,
De Suzaria, Guido: 170. Gálvez Argote, Carlos Augusto: 163, 206, 209,535, Hegler, August: 259, 346, 399. 447.
De Ubaldis, Baldo: 170. 674. Heinitz, Ernst: 402. Kohlrausch, Eduard: 344, 398.
De Vouglans, Mooyart: 170. Gallas, Wilhelm: 209, 261, 346, 402. Henke, Hermann Wilhelm Eduard: 182. Kollmann, Horst: 399.
Decianus, Tiberius: 170, 216, 343. Gallego Díaz, Manuel: 549, 580. Henkel, Heinrich: 553. Kóstlin, Christian: 182.
Del Vecchio, Giorgio: 21, 30. Gandinus, Albertus: 170. v. Hentig, Hans: 16. v. Kries, J.: 269.
Della Vechia: 200. García Albero, Ramón: 475. Herce Quemada, Vicente: 613. Kühl, Kristian: 189.
Demetrio Crespo, Eduardo: 101, 389,549, 553,577. García Aran, Mercedes: 549. Hernández Beltrán, Harold Mauricio: 549.
Devlin, Lord: 191. García Máynez, Eduardo: 89. Hertz, Eduard: 344. —L—
Díaz Pita, María del Mar: 253. García Olano, Fernando: 89. Herzberg, Rolf Dietrich: 231, 240, 288.
Díaz y García Conlledo, Miguel: 447. García-Pablos de Molina, Antonio: 1,21,127,75,101, v. Hippel, Robert: 219, 346. Lalaguna, Enrique: 89.
Diez de Velasco, Manuel: 139. 163,633. v. Hirsch, Andrew: 553. Lampe, Ernst-Joachim: 346.
Diez Ripollés, José Luis: 307, 341, 447. García Villegas, Mauricio: 101. Hirsch, Hans-Joachim: 101, 163, 209, 389, 393. Landrove Díaz, Gerardo: 475.
Dilthey, Wilhelm: 184. García-Dorado y Montero, Pedro: 176. Hobbes, Thomas: 26. Lang-Hinrichsen, Dietrich: 261.
Dohna, Alexander Graf zu: 186, 221, 224, 237, 260, Garofalo, Rafael: 4, 176. Hommel, Karl Ferdinand: 181. Larenz, Karl: 1, 7, 101, 127, 163, 270.
344,348,395,399,401. Gemmingen, H. D. Freiherr: 184. Honig, Richard: 270. Larrauri Pijoan, Elena: 1, 253, 495, 496, 549, 550,
Doval País, Antonio: 21, 101. Ghedini: 200. Hónigswald, S.: 237. 587,691.
Du Puit, Joseph: 495, 549. Gimbernat Ordeig, Enrique: 1, 127, 209, 231, 253, Hormazábal Malarée, Hernán: 21, 253. Lascuraín Sánchez, Juan Antonio: 21.
Durkheim, Emile: 106, 191. 307,327,341,389,392,447. Horn, Eckhard: 346, 553. Lask, Emil: 184, 191.
Glaser, Julius: 268. Howard, John: 171. Laurenzo Copello, Patricia: 649.
—E— Gleispach Wenzel, Graf: 184. Huber, Bárbara: 495. Leone, Giovanni: 613.
Goldschmidt, James: 221, 258, 346, 399. Huerta Tocildo, Susana: 231, 341. Liepmann, Moritz: 398.
Eisenberg, Ulrich: 190. Gómez Benítez, José Manuel: 341. Hugo, Gustavo: 183. Linke, P. F.: 186, 237.
Ellenberger, H.: 16. Gómez, Eusebio: 176. Hurtado Pozo, José: 1, 127, 495, 649. v. Liszt, Franz: 5,27,50,80, 103,114, 180, 183,191,
Engisch, Karl: 190, 239, 346. Gómez Gallego, Jorge Aníbal: 549. 216, 217, 218, 220, 236, 258, 342, 344, 345, 398,
Escallón, Rafael: 200. Gómez Mejía, Fernando: 127. —I— 400,401,671.
Escobar Mejía, J. Guillermo: 535. Gómez Orbaneja, Emilio: 613. Locke, John: 26.
Eser, Albin: 341,403. Gómez Prada, Agustín: 206. v. Ihering, Rudolf: 57, 216, 221, 398, 649. Lóffler, Alexander: 344, 398.
Estrada Vélez, Federico: 206. González Roura, Octavio: 176. Impallomeni, Gian Battista: 178. Lombroso, Cesare: 4, 176.
González Rus, Juan José: 633. Londoño Berrío, Hernando León: 253.
—F— González Zorrilla, Carlos: 587. —J— López Díaz, Claudia: 253.
González-Cuéllar Serrano, Nicolás: 21. López Londoño, César Augusto: 475.
Farinacius, Prosper: 170. Góppinger, Hans: 190. Jaén Vallejo, Manuel: 231. Lozano y Lozano, Carlos: 176, 200, 206.
Farré Trepat, Elena: 429. Góssel, Karl-Heinz: 189, 209, 307. v. Jagemann, Ludwig: 257. Luden, Heinrich: 216, 257.
700 ÍNDICE DE AUTORES ÍNDICE DE AUTORES 701

Lüderssen, Klaus: 190, 346. Núñéz, Agustín: 198. Rodríguez Devesa, José María: 535. Smith, Juan Carlos: 89.
Luhmann, Niklas: 105, 106, 190, 191. Rodríguez Molinero, Marcelino: 101, 127. Sobremonte Martínez, José Enrique: 613.
Lumia, Giuseppe: 75, 127. Núñez Paz, Miguel Ángel: 429. Rodríguez Muñoz, José Arturo: 671. Sola Reche, Esteban: 429.
Luzón Peña, Diego Manuel: 21, 43, 341, 549. Roffredus: 170. Soler, Sebastián: 127,535.
Lynch, Gerard E.: 549. —O— Romagnosi, Giandomenico: 174. Sotomayor Acosta, Juan Oberto: 75, 389, 535.
Romano, Mario: 22, 495, 549. Spencer, Herbert: 176, 183.
—M— Obregón García, Antonio: 549. Romeo Casabona, Carlos María: 307, 535. Stein, Ulrich:451.
Octavio de Toledo y Ubieto, Emilio: 22, 75. Romero, Gladys: 649. Stephen, J.: 191.
Madlener, Kurt: 613,633. Oehler, Dietrich: 346. Romero Soto, Luis Enrique: 206, 341, 475. Stooss, Cari: 27, 348.
Maggiore, Giuseppe: 180. Olesa Muñido, Felipe: 535. Ross, Alf: 113. Stratenwerth, Günther: 189, 237, 389, 402.
Maihofer, Werner: 239. Otto, Harro: 189. Rossi, Pellegrino: 174. Streuensee, Eberhard: 307, 318.
Malamud Goti, Jaime E.: 307. —P— Rousseau, Jean Jacques: 26, 171. Stübel, Christoph Karl: 182, 216, 257.
Mancini, Pasquale Stanislao: 199. Roxin,Claus:6,24,51, 101, 116, 189, 190, 191,209, Suárez Sánchez, Alberto: 447.
Mantovani, Ferrando: 163, 181. Páez Polo, Esteban: 206. 231, 242, 253, 270, 288, 306, 307, 313, 317, 321, Suazo Lagos, Rene Agustín: 550.
Manzanares Samaniego, José Luis: 495. Pagliaro, Antonio: 181. 348, 389, 393, 395,403, 429,447,455, 550, 574.
Manzini, Vincenzo: 180. Parsons, Talcott: 106, 190. Rudolphi, Hans Joachim: 22, 242, 253.
Mapelli Caffarena, Borja: 495, 549, 587, 633. Paul, Wolf: 101. Ruiz, Servio Tulio: 206. —T—
Maqueda Abreu, María Luisa: 649. Perdomo Torres, Jorge Fernando: 231,241,307,330,
Marinucci, Giorgio: 231. 337.
Pérez, Luis Carlos: 206. —S— Tamayo Jaramillo, Javier: 633, 644.
Marroquín Grillo, Germán: 549.
Martin, Christoph: 182. Pérez Manzano, Mercedes: 389. Tavares, Juárez E. X: 209.
Martínez Escamilla, Margarita: 253, 429, 442. Perron, Walter: 341, 389, 393. Saavedra Rojas, Edgar: 495. Terradillos Basoco, Juan: 101, 495, 549, 535, 587,
Martos Núñez, Juan Antonio: 21. Pessina, Enrique: 174. Sack, Fritz: 392. 633.
Marx, Michael: 51. Pfánder, S. A.: 237. Sainz Cantero, José Antonio: 389, 475. Terragni, Marco Antonio: 307.
Matus Acuña, Jean Pierre: 495. Platón: 114. Salazar Marín, Mario: 447, 550. Tesar, Otto: 399.
Maurach,Reinhart:81, 186, 189,209,237,260,401. Platt, Anthony: 106. Saldaña, Quintiliano: 176. Theodoricus, Petrus: 216.
Mayer, Hellmuth: 185. Platzgummer, Winfried: 284. Saleilles, Raymond: 550. Thomasius, Christian: 171.
Mayer, Max Ernst: 106,184,219,258,259,346,398. Porras, Demetrio: 199, 206. Sancinetti, Marcelo A.: 429. Thon, August: 102, 344.
Meini Méndez, Iván Fabio: 447. Posada Echavarría, Plinio: 447, 455. Sánchez García, María Isabel: 22, 341. Tiedemann, Klaus: 1,231.
Melendo Pardos, Mariano: 389. Posada Maya, Ricardo: 549. Sandoval Fernández, Jaime: 101, 341. Tittmann, Karl August: 182.
Mendelsohn, M. B.: 16. Protágoras: 114. Sandoval Huertas, Emiro: 101, 495, 550, 613.
Merkel, Adolf: 183,217,258,261,344,345,348,398. Puchta, Georg Friederich: 183. Sanz Moran, Ángel José: 341, 475.
Merton, Robert: 106. Pufendorf, Samuel: 171,216, 397. Sauer, Wilhelm: 183, 184, 219, 221, 259, 261, 348, —V—
Puglia, Fernando: 176. 402.
Mesa Velásquez, Luis Eduardo.: 206.
Puig Peña, Federico: 89. v. Savigny, Friedrich Karl: 131, 182, 183.
Mezger, Edmund: 103, 184, 185,209,219,220,222,
Valbuena, Francisco: 389.
236, 259, 261, 270, 346, 400, 672. Schaffstein, Friedrich: 184, 222, 237, 260.
- Q - Valencia, Jorge Enrique: 633.
Mir Puig, Santiago: 22, 38, 53, 75, 101, 163, 209. Scheffler, Uwe: 392.
Valencia Restrepo, Hernán: 22, 30, 139.
Mitsch, Wolfgang: 189. Schmidháuser, Eberhard: 117, 189, 209, 346, 348.
Mittasch, Hellmut: 191. Queralt Jiménez, Joan: 341. Valle Muñiz, José Manuel: 550.
Schmidt, Eberhard: 220, 239, 400.
Mittermaier, Karl Joseph Antón: 182. Quintero Olivares, Gonzalo: 549. Schneider, Hans Joachim: 190. Vargas, Alvaro: 613.
Moleschott, Jacobo: 176. Schoch, Heinz: 553. Varona Gómez, Daniel: 496, 550, 587.
Molina Fernández, Fernando: 341. —R— Vásquez Abad, Ángel Martín: 206.
Schone, Wolfgang: 649.
Montero Aroca, Juan: 613. Schopenhauer, Arthur: 113. Velásquez Velásquez, Fernando: 209, 253, 390,411,
Moreno-Torres Herrera, María Rosa: 429. Radbruch, Gustav: 183, 184, 219, 220, 238, 398. 475, 496, 535, 550, 580.
Schünemann, Bernd: 163, 190, 209, 231, 253, 307,
Morillas Cueva, Lorenzo: 341, 495, 613, 633. Ragúes i Valles, Ramón: 253, 287. Verdross, Alfred: 139.
Ramos, Juan Pablo: 176. 389,447,553.
Muñoz Conde, Francisco: 1, 75, 101, 163, 209, 389, Schwind, Hans Dieter: 190. Viehweg, Thomas: 189.
Ranieri, Silvio: 180. Vilanova, José: 89.
429, 440, 442, 535. Séneca: 114.
Reale, Miguel: 89. Villamil, Francisco: 89.
Muñoz, Jesús Antonio: 1. Serrano Maíllo, Alfonso: 550.
Renart García, Felipe: 495. Vives Antón, Tomás S.: 231.
Musco, Enzo: 181,448. Serrano-Piedecasas, José Ramón: 429.
Renazzi: 170.
Sheler, Max: 237. Volk, Klaus: 189.
Rendón Gaviria, Gustavo: 206.
—N— Restrepo, Juan Pablo: 199, 206. Siegert, Karl: 399.
Rey, Carlos V.: 200. Sierra López, María del Valle: 535. —W—
Nagler, Johannes: 220. Rey González, Carlos: 613. Silva Sánchez, Jesús María: 1,21, 22, 75, 101, 127,
Nicolai, Helmut: 184. Reyes Alvarado, Yesid: 206, 253, 475. 163, 209, 231, 253, 307, 447, 495, 535, 549, 550,
Niese, Werner: 237. Reyes Echandía, Alfonso: 206, 429, 447, 633, 650. 649. v. Wáchter, Karl Georg: 182.
Niño, Carlos Santiago: 127. Rickert, Heinrich: 184, 186,398. Silvela, Luis: 199. v. Weber, Wellmuth: 186, 189,210,237,260,401.
Noli, Peter: 348. Rocco, Arturo: 163, 179, 180, 183, 671. Slokar, Alejandro: 2,55, 118,236,312,315,349,395, Weigend: 507.
Novoa Monreal, Eduardo: 307. Rodríguez Carrión, Alejandro J.: 139. 456, 458, 466, 536, 552, 594. Weigend, Thomas: 189.
702 ÍNDICE DE AUTORES

Welzel, Hans: 50, 186, 187, 189, 190, 192,210,222, _ Z —


223, 224, 231, 237, 238, 239, 253, 260, 327, 341,
401,402,451,672. Zaffaroni, Eugenio Raúl: 1, 2, 14, 22, 55, 101, 118,
Wessels, Johannes: 189, 240, 402. 119, 210, 232, 236, 243, 254, 260, 312, 315, 322,
Windelband, Wilhelm: 398. 336, 340, 349, 395, 447,456, 458, 466, 496, 536,
Wolf, Erik: 400. 550, 552, 554, 594.
Wolff, Christian: 216. Zagrebelsky, Gustavo: 22.
Wolfgang, M : 16. Zanardelli, José: 199. ÍNDICE DE DISPOSICIONES
Wundt, Max: 186. Zielinski, Diethart: 346.
Würtenberger, Thomas: 189. Ziffer, Patricias.: 550.
Zimmerl, Leopold: 221. Actos legislativos Código Civil
—Y— Zipf, Heinz: 1, 189,550.
Zugaldía Espinar, José Miguel: 1, 22, 75, 89, 127, Núm. Año Pág. Art. Pág.
Yungano, Marta Aurora: 210. 139,649.
6 1954 201 2358 634, 638,645
2 1995 86 2359 634
3 2002 83, 614,639 2360 634, 638,639
1 2004 66, 492, 525, 526, 689, 632
Código de Comercio
Código Civil
1127 641
Art. Pág. H33 641
1777 149
4° 342 1778 149
7° 134 1779 149
8o 92
14 129 Código de Minas
17 94
25 129,669 159 84
26 129 163 532
27 131, 133,669
28 131,669 Código de Procedimiento Civil
29 131, 669
30 133, 134, 137,669 135 599
31 131, 137, 669
32 133 Código de Procedimiento Penal
63 405
428 529 Io 33, 162
1316 643 5o 667
1513 355 6o 62, 68, 70, 142
2009 92 11 72
2044 92 12 72
2341 634, 638 19 74
2342 634, 638,640 21 639
2343 634, 638, 640, 641, 642 25 636
2344 634, 640 31 614
2345 634 34 615
2346 634 35 í 615, 622
2347 634, 638 37 614,615, 622
2348 634 38 614, 615, 617, 622,624
2349 634 39 626
2350 634, 640 40 551, 581, 690
2351 634 41 622, 623
2352 634, 638 42 619, 621, 622
2353 634 44 618
2354 634 45 634, 638, 639, 640,642
2355 634, 640 46 638, 640, 641
2356 634, 638 47 645
2357 634 48 638
704 ÍNDICE DE DISPOSICIONES ÍNDICE DE DISPOSICIONES 705
Código de Procedimiento Penal Código de Procedimiento Penal Código Penal de 1837 Código Penal de 2000
Art. Pág. Art. Art. Pág. Art.
56 644, 696 512 161 o
I 197, 211 6o 48, 57, 60, 62, 67, 68, 69, 70, 72, 107, 108
57 350 523 160 2o 197, 211 109, 141, 142, 143, 156, 161, 215, 229,246
62 638 17 197 254, 255, 271, 302, 498, 502, 585, 653
65 247, 533, 676 19 197 T 35, 109, 156, 215, 229, 499,585
Código de Régimen Político
67 646 20 197 8o 48, 74, 161, 211,489
y Municipal
69 642 26 197 9o 48, 109, 129, 211, 213, 215, 229, 233,246
79 489, 600 32 197 249, 250, 255, 267, 268, 271, 302, 310, 313
97 631 51 96 340, 457, 586, 658, 668, 683
95 197
114 639 52 98, 139
96 197 10 ...60, 67, 109, 156, 215, 229, 254, 255,263
138 599 53 96, 98, 139 97 197 329, 330, 334
205 503 57 157 98 197 11 48, 53, 54, 55, 109, 211, 215, 229, 255, 278
220 503 99 197 288, 294, 302, 349, 501, 570,659
244 651 Código del Menor 106 197 12 ...48, 57, 109, 120, 215, 229, 323, 326, 396
249 544 107 197 405, 457, 460, 466, 473, 502, 551, 569, 570
283 581, 690 36 542 119 555 574,579
294 351, 680 37 542 919 197 13 31, 585
301 352, 680 38 542 14 .35, 147, 148, 151, 152, 156, 211, 267,653
324 582 39 542 Código Penal de 1936 15 150, 151, 154, 155, 156,211
333 582 40 542 16 153, 155, 156
345 682 41 542 2o 211 17 151, 154, 155, 156, 160,551
348 681 42 542 18 153, 160, 162,654
350 358, 680 43 542 29 417 19 86, 110, 211,229
357 507 44 542 20 357
362 503, 607, 608 Código Penal de 1980 21 ..48, 57, 120, 297, 301, 309, 323, 324, 325
45 542
365 600, 604 46 542 326, 336, 340, 396, 473, 574, 657, 659, 677
369 599, 604 Io 29 22 .48, 129, 229, 255, 263, 282, 283, 285, 286
47 542
375 540 48 542 2o 29 287, 320, 328, 337, 338, 349, 405, 406, 474,
376 539, 541 49 542 30 29 574, 655, 656,658
380 540 50 542 4o 29 23 48, 65, 129, 229, 267, 309, 310, 312,313
381 539 5o 29 314, 317, 319, 320, 340, 349, 574, 656, 657
51 542
413 517, 601, 605 60 29 24 48, 129, 229, 267, 323, 325, 574, 657
52 542
415 601, 605 7o 29 25 48, 65, 211, 229, 233, 246, 249, 250,267
53 542
469 543 8o 29 268, 301, 312, 326, 327, 328, 329, 330, 331
54 542
470 489, 492, 493 9o 29 333, 334, 335, 336, 337, 340, 654, 658, 677
55 542 10 29
471 503, 593, 607, 608,629 26 145, 146, 211, 267,653
56 542 11 29 27 153, 211, 229, 297, 299, 432, 437, 440, 442
472 526, 527, 528, 529, 530, 531,532 57 542
474 539 12 29 444, 560, 578, 661, 665, 682
163 62, 86 15 154 28 67, 211, 229, 263, 448, 461,687
475 539, 541 164 542 18 211 29 153, 211, 229, 245, 246, 263, 448, 458, 460,
477 544, 545, 546 165 421 32 426 461, 466, 467, 561, 661, 687
478 545 169 45, 542 61 580 30 146, 153, 229, 263, 448, 461, 462, 465, 466
480 601, 603, 604 178 541, 542 68 594 467, 468, 561, 578, 661, 665,687
481 601 201 542 323 669 31 145, 152, 211, 229, 476, 489, 490, 491, 492,
482 601, 604 202 542 357 136 493, 551, 557, 55¿, 559, 662
483 599 203 86 372 136 32 .40, 157, 211, 229, 246, 248, 251, 254, 255
484 599 204 45, 542 Código Penal de 2000 263, 278, 282, 283, 299, 300, 301, 304, 305
485 600 211 684 306, 325, 328, 339, 342, 350, 351, 354, 359
486 600 216 45, 542 Io 33, 124, 162, 225, 497, 585 362, 363, 365, 368, 372, 376, 378, 379, 385
490 631 217 45, 542 2o 33, 497 386, 387, 405, 406, 410, 412, 413. 414, 561
494 508, 609 261 542 3 o .37, 38, 40, 41, 44, 309, 406, 466, 490, 499 562, 579, 586, 620, 654, 656, 657, 658, 659
505 493 500, 501, 513, 526, 543, 551, 570, 575, 585 660
508 160, 162,654 586, 589, 603, 606,610 33 . 85, 129, 146, 250, 255, 397, 403, 405, 417
Código Nacional de Policía
509 160 4 o ... 37, 45, 119, 300, 396, 502, 543, 569, 575 418, 419, 422, 423, 424, 426, 427, 472, 541
510 160 576, 577, 596,668 542, 586, 659, 660, 662, 668, 669, 683, 689
174 532
511 160, 161, 162 5o 37, 45, 543, 569, 576,585 34 304, 322, 505,506
ÍNDICE DE DISPOSICIONES 707
706 ÍNDICE DE DISPOSICIONES
Código Penal de 2000 Código Penal de 2000
Código Penal de 2000 Código Penal de 2000
Art. Pág. Art. Pág.
Art. Pág. Art. Pág.
121 309, 571, 620 188B 84
35 506, 513, 515, 517,519 76 211, 255, 540, 541,542 122 263, 268, 285, 293, 298, 305, 488, 636, 688 189 280, 305,486, 680
36 506, 521, 593 77 543 123 268, 305,325 190 351, 514,680
37 490, 503, 506, 508,517 78 545, 585 124 416, 571,625 192 351, 680, 688
38 ...40, 84, 506, 515, 516, 517, 518, 519,580 79 546, 610 125 292, 328, 514,528 196 308, 328
588, 589, 593,606 80 543 126 309, 514,528 198 323,512
39 ... 41, 66, 211, 492, 506, 508, 509, 510, 511 81 482, 546 127 54, 232, 294, 323, 325, 327, 329, 339 199 288, 291, 323,487
512, 515, 518, 521, 522, 523, 551, 583, 584 82 503, 614, 615, 617, 619, 623 128 54, 234, 263, 264, 323, 325, 327, 329,625 200 108
590, 591, 593, 619, 629, 630 83 211, 617, 618,645 129 54, 474, 571,625 201 295
40 511, 515, 517, 518, 519, 520, 529, 590, 593 84 211,618 130 54, 234, 323, 325, 327, 329, 571,591 202 328
41 510 85 618 131 292, 327, 329, 333, 339, 677, 678, 679, 680 204 512
42 620, 621 86 618 132 129, 288 205 64, 264, 279, 280, 281, 289, 292, 305, 323
43 490, 506, 513, 524, 525, 527, 528, 530, 531 87 619 134 288 332, 409, 437, 451, 475, 476, 477, 483, 484
532, 538, 547, 591,599 88 503, 624, 625, 626,627 135 294, 328, 514 488, 558, 591, 677, 687, 690
44 24, 598, 689 89 628, 692 136 309, 328, 514, 530 206 305, 332, 487
45 524, 527 90 630, 692 137 267, 328, 514 208 264, 284, 305, 332, 408, 410, 479, 684, 688
46 527, 529 91 630 140 290, 571 209 264, 293, 305, 332, 447, 487,488
47 529 92 631, 632 141 471 211 281, 323, 332, 488,571
48 529 93 614, 626 142 -.291,514 212 64, 129, 134, 332,666
49 530 94 211, 265, 634, 638, 643, 644, 645, 662 144 64, 514, 665 213 254, 255, 264, 289, 293, 332
50 531 95 211, 634, 638,639 146 267, 514 214 289, 301, 332
51 .66, 492, 506, 525, 526, 527, 529, 530, 591 96 621, 634, 638, 640, 641 147 65, 267,514 215 84
52 211, 506, 514, 525, 526, 527, 531, 559, 580 97 211, 634, 638, 643, 644, 612 148 514 216 281, 332,571
591, 598, 629,630 98 211, 564, 634,645 152 327 217 '. 292,332
53 506, 526 99 616, 626, 627, 634,645 153 108, 328 218 84, 332
54 583 100 634, 646, 647 154 129 219 327, 332
55 211, 281, 289, 290, 443, 470, 471, 556, 557 101 85, 215, 267, 288, 514, 570,590 157 323, 325, 514 219A 84, 254, 327
558, 559, 562, 565, 566, 567, 568, 571, 572 102 64, 514 158 54 219B 84, 254
573, 574, 576, 580, 638, 681, 690 103 . 63, 78, 102, 104, 107, 234, 254, 256, 264 159 514 220 107, 254, 264, 284, 290, 291, 478, 623,630
56 211, 281, 473, 562, 572,579 265, 266, 267, 268, 274, 279, 280, 289, 290 161 327 221 264, 484,630
57 211, 281, 387, 473, 474, 562, 572, 579, 681 291, 292, 295, 297, 298, 299, 302, 323, 325 164 514 222 474
690 328, 332, 333, 336, 337, 342, 476, 478, 483 165 84, 514 223 279, 290,571
58 211, 281, 289, 471, 472, 473, 556, 557, 558 486, 491, 561, 562, 568, 639, 668, 669, 677 166 267, 281, 514, 571 224 471, 472, 624
566, 567, 568, 571, 572, 573 678, 680, 682, 683, 687, 688, 689, 690 167 514, 571 225 443, 472, 623
59 41, 513, 526, 551,591 104 234, 254, 264, 274, 279, 281, 289, 290, 292 168 .84, 264, 288, 291, 305, 325, 328, 352,437 226 107
60 . 4 1 , 551, 555, 556, 558, 559, 560, 561, 563 299, 302, 323, 325, 328, 332, 333, 336, 337 688 227 452, 624
565, 566, 583 338, 380, 471, 478, 483, 488, 525, 571, 573 169 74, 264, 325, 328, 478, 678,688 228 157
61 38, 41, 57, 204, 286, 326, 396, 437, 439, 444 579, 678, 681, 688,690 170 84, 281, 328, 571, 678,688 231 84
465, 466, 467, 527, 551, 555, 556, 558, 559 105 234, 298, 325,445 171 328, 443,571 233 327, 328, 329,488
561, 565, 566, 568, 569, 571, 573, 577, 578 106 234, 289, 305, 328, 415, 486, 677 172 84 234 328,571
583, 584, 590, 592, 611, 661,662 107 234, 277, 305 175 292, 514 236 487
62 470, 473, 572 108 234, 279, 415 176 514 237 264, 280, 294, 408, 410, 451, 475, 477, 558
63 503, 580, 593, 594, 595, 596, 597, 598, 599 109 234, 275, 292, 297, 298, 299, 309, 310, 311 177 328,514 239 63, 84, 105, 220, 232, 254, 264, 265,266
629, 662, 691 312, 316, 321, 328, 478, 488, 514, 530, 677 178 267, 328, 514 278, 280, 284, 289, 290, 292, 293, 294, 295
64 84, 580, 593, 601, 602, 603,691 678, 679, 680, 683,688 179 281, 328, 514, 571 301, 305, 451, 476, 483, 484, 487, 557, 565
65 593, 599, 600,601 110 309, 328, 514, 530, 571. 620,677 180 66, 291, 514, 666 570, 667, 676, 677, 687, 688
66 593, 598, 600, 601, 604 111 107, 264, 266, 267, 268, 272, 273, 280, 290 181 281, 514,571 240 .84, 134, 279, 304, 471, 478, 486, 512,557
67 593. 600, 601,604 292, 293, 294, 296, 298, 303, 304, 309, 328 182 305, 352, 413, 437, 452, 486, 680 571
68 517, 593, 605,606 409, 437, 478, 488, 571, 681, 682, 683 183 305,571 241 134, 254, 279, 280, 281, 290, 295, 471,485
69 84, 538, 662 112 107, 264, 266, 272, 279, 280, 292, 294, 298 184 305 557, 571, 687,688
70 . 4 1 , 419, 538, 539, 544, 545, 546, 585, 586 303, 309, 320, 328, 478, 681 185 281, 571 242 279
71 419, 420, 538, 540, 545, 546, 585, 586 115 267, 309, 328, 475, 478,488 186 291 244 84, 305,691
72 419, 540, 541, 545, 585, 586 116 328 187 514, 528 245 84, 571
73 84, 419 118 309, 323, 325,445 188 460 246 264, 266, 303, 487, 491, 559, 687,688
74 419, 541, 542, 545,610 119 290, 292, 309, 323, 571,681 188A 84, 460 247 571
75 419, 420, 540,662 120 309, 311, 312, 320, 323, 478, 514, 530
708 ÍNDICE DE DISPOSICIONES
ÍNDICE DE DISPOSICIONES 709
Código Penal de 2000 Código Penal de 2000
Código Penal de 2000 Código Penal de 2000
Ait. Pág. Art. Pág.
Art. Pág. Art. Pág.
248 266,619 326 84
249 254, 264, 266, 280, 292, 409, 485, 688 327 281,487 401 290, 443, 514, 564, 638,642 472 288
251 323 328 65, 108 402 264, 327, 329, 459,619 473 571
253 280 330 54, 65, 108,294 403 514 474 84, 86
254 280 331 54, 108,309 404 263, 284, 514
255 63 332 54, 108, 264, 293, 295, 309, 562,592 405 263, 293, 295, 304, 409, 514 Código Penal Militar
257 84, 135 333 54, 309 406 263, 514
261 288 334 108,291 407 293, 304,514 \° 86
263 565 336 108,291 408 108, 263,514 6° 62
265 .63, 107, 267, 273, 295, 297, 303, 379,437 337 108 409 263,514 7° 4g
484, 487, 682 338 84, 108, 291, 532 410 108, 263,514 8<> 67
266 281, 571 339 211, 309 411 514 90 54
267 280, 565, 571, 687, 688 340 54, 84, 288, 291, 452, 469, 687 412 514 10 " Z . . . L ! '. 57
268 557, 565, 571, 664 342 571 413 254,265,471,514,561,564,589 n 68
269 443, 638,642 343 63 414 292, 328,514 n 69
273 279, 292 344 571
274 84 347 54,293
415
416
328, 564
357, 409, 514,680
, 3 ZZZZZZZZZZZZZ. 36
14 74
276 514 348 452, 478 417 327, 329, 335, 465, 514,579 16 159'
277 491 350 .54, 280, 291, 292, 294, 309, 317, 323, 325 418 323, 514 17 45
278 491 328, 452, 484 419 : 514 25 442
280 478 351 54, 280, 309, 317, 323, 325 420 514 39 : 57
282 514 354 54, 268, 280, 309, 317, 323, 325 421 514
196 72
285 84 355 54, 267, 294, 309, 317, 323, 325 422 514
198 33
286 107, 254, 284,514 356 54, 266, 309, 312, 317, 323, 325 423 514
287 488, 514 357 54, 136, 309, 317, 323, 325 424 266, 328, 335,514
289 479, 688 358 309, 312, 317, 323, 325, 469 428 357, 514
290 514, 571 359 309, 312, 317, 323, 325, 487 429 452, 485, 491 Código Penitenciario y Carcelario
292 328, 514 360 292, 309, 312, 317, 323, 325 435 281, 290, 291,452
293 266,328 361 54 436 289, 488 20 62
294 129 362 54 438 571 3o 36
295 107,288 363 54 439 512 5o 33
296 289 364 54, 325 440 290
6o 33
297 264, 267, 491 365 54, 342, 485, 571 441 84, 292, 327, 329,683
9o 45
298 491 366 323, 690 442 328, 451, 488
299 491 367 323 21 520
443 328, 571
300 491 367A 84, 514 82 508, 593, 609
445 293, 488, 514
302 323 367B 54, 84 97 609
446 452
304 267, 288,408 368 54, 65, 108, 291,323 447 211, 452 99 610
305 143 369 54, 323,408 448 264 100 609
308 280 370 678 449 514
309 108 371 483 450 84, 309, 327,514 Constitución Política de 1886
312 564 372 136, 292, 294, 323, 514,528 451 571
313 630 373 323, 514,528 452 625 16 • 29
314 293 374 323, 514,528 453 443, 514 20 i 29
316 491 375 508 454 327, 329 23 29
318 328, 459,514 376 266, 290,408 455 64 26 29, 36, 48,226
319 48, 57, 84, 664,684 383 134 456 281, 323 28 29
319-1 84 384 571 457 323 121 665
320-1 84 386 292 458 452
320 84, 514,528 396 328 465 158 Constitución Política de 1991
322 84, 514 397 107, 263, 290, 293, 451, 476, 478, 514, 573 466 158, 290
322-1 84, 514 687, 688, 689, 690 467 263, 281, 293, 452,483 Io 33, 37, 122, 162, 225, 226, 227, 228,334
323 153, 154, 669 398 263, 514 468 263, 293, 452 358, 396, 415, 417, 497, 498, 499, 501, 632
324 459,571 399 263,514 469 263, 293, 452 677
325 108, 327, 329 400 263, 309, 311,514 470 490 2o 37, 43, 53, 54, 162, 227, 228, 302, 358, 361
471 263, 293, 452, 469 499, 501, 539
710 ÍNDICE DE DISPOSICIONES ÍNDICE DE DISPOSICIONES 711

Constitución Política de 1991 Constitución Política de 1991 Decretos Leyes


Art
- Pág. Art. Núm. Año Pág. Núm. Año Pág.
Pág.
4o 136, 142, 145,669 166 98 2490 1988 66, 665 16 1972 29, 33, 36, 79, 142, 157, 162, 226, 498
5o ... 33, 37, 162, 225, 361, 396, 497, 499, 501 167 97, 98 2371 1996 532 502, 577, 580,665
632 168 98 1892 1997 202 10 1978 149
6o 37, 226, 228, 229, 334, 399, 499, 502 170 96 1181 1999 154 5a 1979 202
11 37, 43, 161, 228, 349, 497,499 174 159 2667 2001 66,666 57 1985 140
12 33, 37, 43, 45, 119, 162, 225, 300, 396, 417 175 159 2764 2002 33, 151,162 30 1986 129
497, 499, 500, 501, 507, 519, 574, 632 179 214, 226 21 1991 93
12 T 214 185 157, 670 Leyes 65 1993 29, 84
13 35, 36, 37, 156, 397, 499,610 186 670 81 1993 583
13 T 214 189 98 112 1873 198 190 1995 66
15 680 200 98 57 1887 137, 199,486,669 333 1996 643
16 33, 45, 225, 228, 396, 497, 502, 577 201 214, 627 153 1887 ....68, 92, 134, 135, 136, 140, 141, 142 365 1997 533
17 33 209 355 143,145, 503, 653,669 446 1998 622
18 352 210 355 19 1890 199 491 1999 533
18T 214 212 85 169 1896 94 589 2000 617, 627
25 363, 528 213 665 109 1922 199,200 600 2000 83,664
26 363, 364,528 214 37 14 1923 149 679 2001 84, 264,477
28 33, 43, 45, 60, 67, 70, 72, 119, 227, 497, 628 216 159 81 1923 199 733 2002 . 54, 84, 288, 291, 305, 309, 317, 327
630, 632 221 72, 86, 159 57 1930 158 328, 329, 437, 452, 469, 478, 516, 571
29 48, 62, 67, 68, 69, 70, 72, 74, 88, 95, 109 230 93, 95 41 1936 158 597, 602, 605, 607, 609, 617, 627, 628
119, 120, 124, 141, 142, 145, 161, 215,216 231 72 48 1936 201 678, 686, 688, 690,691
227, 246, 271, 302, 390, 489, 498, 502, 653 232 214, 226 95 1936 200 742 2002 33,38,45,67, 151, 162,498,500
30 70 235 159 89 1938 149, 150, 151 745 2002 86,532
30 T 214,616 237 96 50 1939 201 747 2002 84,460
31 70 241 98, 140,667 9a 1961 149 750 2002 84,516,517,588,610
32 349, 351,680 243 94, 140,667 141 1961 201 759 2002 84,514
33 70 246 72, 93, 159,668 74 1968 29,33,36,38,79,142,157,162,226 777 2002 84
34 43, 45, 60, 67, 119, 227, 497, 509, 632, 643 247 72 498,665 782 2002 84, 146, 571,627
35 214, 162,654 250 159, 614,639 75 1968 529 788 2002 48, 57, 84, 514, 528, 664
42 228 251 96 17 1971 158, 653,670 793 2002 642,643
49 226 252 72 6a 1972 149, 158,653,670 813 2003 84,452
78 228 277 634, 638
86 70 282 638
90 225, 226 299 214, 226
91 229, 356, 357, 413, 680,684
93 33, 45, 67, 136, 498, 580, 669
94 33, 72, 580 Decretos
95 226, 334,677 Núm. Año Pág.
98 631
101 149 615 1935 158
103 96 14 1955 201
113 96 434 1956 201
116 72, 159 3135 1956 158
122 . 66, 226, 492, 525, 526, 595, 598, 632, 689 250 1958 201
124 228 1699 1964 201
145 97 1355 1970 351, 680
146 97 196 1971 666
150 ...9ó, 97, 98, 99, 129, 214, 616, 627, 628, 667 416 1972 202
669 2246 1974 202
152 97, 99, 205, 664,667 2597 1974 202
153 97, 664,667 3 1976 202
154 96 100 1980 .' 202
156 96 141 1980 129
157 97, 98 172 1980 129
165 98 2247 1986 631
ESTE LIBRO SE TERMINÓ DE IMPRIMIR EN LOS TALLERES DE
EDITORIAL NOMOS, EL DÍA VEINTINUEVE DE MARZO DEL
AÑO DOS MIL CUATRO, ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO
DE HEINRICH BERNHARD OPPENHEIM (n. 20,
V n , 1819 y m. 29,111, 1880).

LABORE ET CONSTANTIA

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