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DIA DEL PADRE NICARAGÜENSE

El Día del Padre nicaragüense, fecha establecida mediante un decreto


presidencial, y que se celebra cada año desde 1960.

Esta fecha se aprovecha para reforzar los valores y conductas de


paternidad responsable, así como para destacar ejemplos de padres
responsables.

En el Día del Padre nicaragüense, rinde honor a aquellos hombres que día
a día se enfrentan a muchas dificultades para sacar a su familia adelante, a
los hombres que representan la máxima autoridad en el hogar, que inspiran
respeto, autoridad y ejemplo entre los miembros de la familia.

Mediante la Ley N° 811 se estableció que el 23 de junio de cada año se


celebraría el Día del Padre.

El 2 de octubre se oficializó la celebración de esta efeméride, al reconocer


al padre como miembro de la familia. Con la intención de reconocer la
paternidad responsable y amorosa se originó la celebración internacional
contemporánea del Día del Padre. Se dice que por primera vez se realizó en
junio de 1909, cuando Sonora Smart, de Estados Unidos, quiso rendir
homenaje a su padre, el cual enviudó al morir su esposa durante el parto del
sexto hijo, haciéndose cargo de criar y educar a los hijos con cariño y
responsabilidad, por lo que esta hija quiso destacar el ejemplo de su padre y
de hombres como su padre. La idea fue bien acogida y se difundió por todo
el mundo, adoptando en cada país características de su propia cultura.

El hecho y gracia de ser padre, denota a la vez una condición y una


potencia. Por condición se es padre biológico, pero sólo en potencia se está
siendo padre de vida. En una se es, en la otra se está. Asumir libre,
responsable y alegremente la condición de padre biológico es un signo de
nuestros tiempos. Asumir libre, responsable y alegremente la potencia de
padre de vida es una señal de futuro. Sintetizar ambas es asumir la
paternidad: ser padre y estar papá.
En unos años nos parecerá una verdadera necedad e incluso estupidez por
su inmensa obviedad, pero ahora debemos celebrar que, como signo de los
nuevos tiempos, los hombres asumamos cada vez más nuestra paternidad.
Después, nuestra potencia de padre de vida en la festiva y profunda
conciencia de la inmensa responsabilidad de no solo procrear carne de
nuestra carne, sangre de nuestra sangre, sino –y sobre todo- de formar
conciencias libres y responsables de personas autónomas, críticas, alegres,
solidarias, comprometidas con su vida y la de los demás.

Toca ahora acabar de asumir la paternidad como complemento y compañía


recíproca de la maternidad. Que lo asumamos los hombres, que lo asuman
las mujeres; que lo reciban nuestr@s hij@s.

Es este nuestro derecho a sentir: a asumirnos, a sintetizarnos, a


consagrarnos, a realizarnos, a ser y estar como las existencias inconclusas
que somos. Es reivindicar nuestra vocación por la ternura, el lado suave de
nuestra existencia, el perfil firme de nuestra conciencia. Ahora solo así,
suaves y tiernos, libres y responsables, firmes y amorosos, podremos ser
realmente papás y ejercer con amor humano nuestro mandato de padres.

Antes de terminar tendremos que rendirle homenaje a todos los padres


tanto biológicos como de crianza ya que es dura la responsabilidad y el
valor de ser padres, de ser pilar en los hogares y muchas veces este valor
es in-medido porque es asumido por tíos, abuelos y padres de crianza que
le dan más amor que el propio padre de sangre. Este día se le rinde
homenaje a ese hombre digno de imitar, digno de seguir, quien es héroe en
nuestros hogares, que sale y lucha dia a dia por darnos una vida mejor a
toda su familia.

Gracias padre por tu apoyo y amor sin medida.

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