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CUADERNO METODOLÓGICO

Trabajo de fin de grado


Doble Grado Ciencias Políticas - Sociología
Universidad Carlos III de Madrid

Autores:
Julio Alguacil
Patricia Barbadillo
Mª Victoria Gómez
Constanza Tobío

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ÍNDICE

1) Objeto de estudio y problema de investigación


2) Planificación del trabajo
3) Fuentes y bibliografía relevantes
4) Estructura del trabajo
5) Marco teórico
6) Preguntas de investigación
7) Decisiones metodológicas
8) Elaboración de gráficos y cuadros
9) Análisis de datos
10) Redacción de conclusiones
11) Bibliografía y anexos
12) Presentación escrita
13) Presentación oral

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1) Objeto de estudio y problema de investigación

Elegir un objeto de estudio es la primera tarea que debe realizar el estudiante al


afrontar la elaboración del TFG; es muy probable que, a lo largo de los años en la
universidad y entre la diversidad de materias que ha estudiado, alguna o algunas
de ellas le hayan interesado de manera especial. Por tanto, no es extraño que,
desde un primer momento, tenga “intereses” en un sentido amplio más que
“temas” de investigación claramente definidos.

Por ello, en la oferta que hacen los profesores que imparten la asignatura de TFG se
establecen diferentes áreas temáticas o de interés que permiten al estudiante
indicar, desde el momento en que hace la matrícula, en cuál de estas áreas prefiere
desarrollar su trabajo [versión anterior].

En todo caso, tener interés en algún aspecto de la realidad social no es lo mismo


que tener un objeto de estudio; para definir este último el estudiante tendrá el
apoyo de su tutora o tutor y será preciso que tome en consideración algunas
cuestiones esenciales: en primer lugar, que el objeto de estudio pueda ser
investigado en los plazos y con los recursos disponibles, y esto indica la
conveniencia de que exista algún conocimiento previo sobre el mismo, de forma
que el estudiante pueda maximizar su esfuerzo. Además, es imprescindible que
exista posibilidad de acceso a la información y, al tiempo, que la investigación que
se quiere realizar sea relevante, esto es, que pueda aportar hallazgos de interés
que contribuyan a mejorar el conocimiento sobre el objeto elegido.

Decidido el interés y definido el objeto de estudio, el estudiante ha de


problematizar algún aspecto de su objeto, esto es, ha de convertir en problema de
investigación alguna dimensión del mismo y, para ello, tiene que definir las claves
analíticas que le permitirán indagar en ese problema para poder definirlo,
explicarlo y, en último término, mejorar el conocimiento sobre el objeto
investigado.

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2) Planificación del trabajo

Es imprescindible planificar con cuidado las tareas que se han de desarrollar en el


tiempo limitado del que dispone el estudiante para elaborar el TFG.

En el caso del TFG de Sociología, los profesores han elaborado un cronograma


general que indica los días en los que se han de ir entregando diferentes
documentos, entre ellos, el esquema inicial, la relación de fuentes y referencias, el
primer borrador, etc.

Por tanto, se ha establecido un marco general con el que se intenta ayudar al


estudiante en la planificación del trabajo y que permite a los tutores, además, ir
revisando y corrigiendo las tareas realizadas, de forma que la investigación vaya
avanzando sobre bases sólidas.

A partir de ese marco general, cada estudiante debe realizar su propio cronograma
porque las vicisitudes y desafíos de cada investigación son diferentes. En unos
supuestos la búsqueda de fuentes de datos puede ser más compleja que en otros, o
a la realización del trabajo de campo debe destinarse en unos casos más tiempo
que en otros. En las tutorías previstas el estudiante podrá resolver cualquier duda
que la realización de esta tarea le pueda plantear, y podrá revisar su cronograma
con su tutor o tutora, a fin de asignar tiempos realistas a la realización de las tareas
identificadas.

Por ello es importante que el estudiante reflexione y detalle con precisión las
diferentes tareas que se incluyen en el desarrollo de cada una de las fases del
proceso de investigación. Junto a ello, cada estudiante deberá tomar en cuenta sus
propias fortalezas y debilidades, de modo tal que su cronograma reserve un
tiempo suficiente para aquellas tareas que le puedan resultar más costosas.

En todo caso, es importante considerar que un cronograma es una herramienta, un


instrumento que se concibe como útil para lograr alcanzar una meta, en nuestro
caso, la realización de una buena investigación, pero una herramienta no es un fin

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en sí mismo, por tanto, el objetivo no es “cumplir el cronograma” sino “llevar a
buen término la investigación”. De esta forma, si a lo largo del proceso el
estudiante considera necesario revisar los tiempos y plazos asignados en principio
a una tarea, debe poder hacer el ajuste necesario y, para ello, contará con la ayuda
de su tutor o tutora.

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3) Fuentes y bibliografía relevantes

La guía docente incluye una serie de referencias bibliográficas generales que tratan
de orientar al estudiante en su tarea investigadora, de una forma más precisa y
detallada, y con mayor profundidad que lo indicado en este cuaderno
metodológico. Por tanto, el estudiante dispone de los recursos suficientes, a través
de estas páginas y de los textos indicados, para poder articular y desarrollar de
forma rigurosa las distintas fases que componen su investigación.

Pero, como es evidente, cada investigación requiere una información concreta. El


estudiante deberá elaborar una estrategia para encontrar la información que
necesita y para seleccionar aquélla que sea relevante. Por eso, se ha establecido en
el cronograma general de la asignatura de TFG un tiempo concreto para la
selección de fuentes y bibliografía que, en todo caso, será revisada por los tutores
para asegurar su calidad, rigor y adecuación al objeto de estudio.

En relación a la obtención de los datos necesarios para llevar a cabo la


investigación, el estudiante podrá recoger datos de fuentes disponibles, es decir,
podrá utilizar los datos recogidos por otros investigadores, citando siempre la
fuente que utiliza, y en este caso hablamos de fuentes indirectas o secundarias;
también podrá producir datos propios y, en este caso, tendrá que definir y utilizar
técnicas concretas para la producción de los mismos, y en este supuesto hablamos
de fuentes directas o primarias. El estudiante podrá utilizar fuentes primarias,
secundarias o una combinación de ambas, siempre en función de los datos que su
investigación demande.

En el epígrafe número 11 (bibliografía y anexos) se explica el modo en que se ha de


citar o recoger la totalidad de las referencias utilizadas. En última instancia es
preciso insistir en el imprescindible reconocimiento científico que han de tener
esas fuentes y referencias; no es posible incorporar a una investigación rigurosa
datos obtenidos de fuentes poco fiables o no reconocidas y, ante la duda, el
estudiante dispondrá de la ayuda de su tutor o tutora para tomar una decisión.

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Por último, la gravedad del plagio en la elaboración del TFG obliga a insistir en la
necesidad de extremar el cuidado para poder utilizar las ideas y los datos de otros
investigadores sin usurparlos, utilizándolos para crear algo nuevo a partir de este
material. Es evidente que al afrontar una investigación, el estudiante parte de un
conocimiento preexistente sobre su objeto de estudio, desarrollado por un
conjunto de teóricos, investigadores y expertos en la materia. Partiendo de esta
base, el estudiante podrá hacer una aportación original, pero sin olvidar el
requisito inexcusable de reconocer el esfuerzo y el trabajo de otros, citándolos de
forma adecuada y completa en su propio trabajo.

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4) Estructura del trabajo

El trabajo se articula en un hilo conductor de comienzo a fin, que guía al estudiante


a lo largo del proceso de elaboración. Hay partes que son fijas, es decir que están
presentes en todos los informes de investigación, y otras que son variables. La
estructura se materializa en el Índice del trabajo que contiene la relación
esquemática de sus distintas partes.

Tras el índice aparece siempre la Introducción en la que se presentan brevemente


(4-8 páginas aproximadamente) los contenidos principales del trabajo. Debe
incluir, al menos, una primera parte en la que se explica la razón de la elección del
objeto de investigación, así como su relevancia y las preguntas o hipótesis que se
han planteado. Es decir, se explicita qué es lo que se ha estudiado y por qué. En una
segunda parte de la Introducción se describe de forma somera el contenido de los
capítulos que conforman el cuerpo del trabajo.

El capítulo 1 (8-15 páginas) es siempre el marco teórico de la investigación.


Incluye, por un lado, el conjunto de teorías y conceptos en el que se inscribe el
objeto de análisis elegido. Es el resultado del conocimiento adquirido a lo largo de
la carrera y de la búsqueda de referencias bibliográficas realizadas para el propio
TFG. Por otro lado, se incluyen las propias preguntas de investigación o hipótesis
cuya respuesta constituye la razón de ser del trabajo.

El capítulo 2 (8-15 páginas) es siempre la metodología, es decir, la exposición de


cómo se ha realizado la investigación. Debe explicarse el método utilizado, el
porqué de su elección y en su caso, la aplicación de técnicas concretas de
tratamiento de la información. Por ejemplo, si se hacen entrevistas o se utiliza una
encuesta habrá que explicar el contenido del cuestionario, y cómo se han utilizado
los resultados (material que se debe adjuntar en los correspondientes Anexos).

En los siguientes capítulos, entre dos y cinco, (25-60 páginas) se presentan los
resultados de la investigación. Constituyen la parte principal de trabajo, la
respuesta a las preguntas planteadas a partir del análisis y la discusión crítica de

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los datos obtenidos. Es en estos capítulos donde el estudiante tiene una mayor
libertad para desarrollar y exponer el trabajo realizado.

El último capítulo (5-10 páginas) es siempre la Conclusión. En ella se recuerdan las


hipótesis formuladas al comienzo y se resumen las respuestas obtenidas a partir
de la investigación. Es importante que la Conclusión sea congruente con la
Introducción, es decir, que responda a los interrogantes planteados inicialmente.

El TFG se remata con dos partes fijas: las Referencias Bibliográficas y los Anexos.
Las referencias constituyen todas las fuentes utilizadas directamente en el trabajo
y citadas a lo largo del texto, mientras que los Anexos, cuando existen, pueden ser
varios y se numeran correlativamente, incluyen información de distinto tipo
demasiado precisa o extensa como para ser incorporada en cada uno de los
capítulos (cuestionarios, tabulaciones de encuesta, transcripciones de entrevistas,
etc.).

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5) Marco teórico

El marco teórico se construye sobre la articulación del conjunto de teorías y


conceptos existentes en el área disciplinar de la Sociología que pueden ser de
utilidad para responder al problema de investigación planteado. Según las
características de lo que se quiere averiguar el marco teórico tiene una escala y
una concreción mayor o menor.

Hay grandes teorías o corrientes sociológicas como el estructuralismo o el


interaccionismo simbólico que podrán constituir el marco teórico de
investigaciones que busquen elaborar o precisar conceptos. Las teorías de alcance
medio, como la teoría del currículum oculto o la teoría de la movilidad social,
pueden constituir el referente para el análisis empírico de casos diferentes, lo cual
permite comparaciones espaciales, temporales o institucionales. Puede también
ocurrir que un trabajo de investigación requiera una mini-teoría ad hoc para
preguntas de investigación novedosas no planteadas anteriormente.

Cuando el trabajo incluye una indagación empírica es necesario proceder a lo que


se conoce como “operacionalización conceptual”. Consiste en traducir conceptos
teóricos a variables (cuando se utiliza una perspectiva cuantitativa) y categorías
(en la perspectiva cualitativa) aplicables a fenómenos de la realidad social. Ello
suele requerir una desagregación en dimensiones del objeto de análisis para las
que se construyen variables y categorías susceptibles de ser aplicadas a datos
empíricamente observables. Por ejemplo, el concepto de trabajo puede
descomponerse en actividad laboral y cuidado, en prácticas y percepciones; la
actividad laboral en masculina y femenina, manual e intelectual, y así
sucesivamente. Las tasas de actividad miden este fenómeno, al tiempo que la
categoría “trabajar para realizarme” buscaría comprender lo que significa para las
personas.

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6) Pregunta(s) de investigación

La investigación consiste en averiguar algo que no se sabía previamente. Para ello


hay que saber qué es lo que se quiere averiguar. Eso son las preguntas de
investigación.

El TFG debe incluir al menos una pregunta de investigación. Las hipótesis van más
allá al plantear posibles respuestas provisionales que se examinarán a partir del
análisis lógico de los datos. La elaboración de hipótesis consiste en el
establecimiento de relaciones entre variables cuando se utiliza el método
cuantitativo o entre categorías en la perspectiva cualitativa. Generalmente dichas
relaciones se basan en la causalidad, que permite explicar una variable
dependiente por una o varias independientes. Son estas últimas las que
hipotéticamente hacen que la variable dependiente sea cómo es o varíe de una
cierta manera de acuerdo con los cambios en las variables independientes.
Explorar posibles relaciones de causalidad constituiría la tarea principal de la
investigación.

Las variables en la investigación cuantitativa permiten medir cambios en los


fenómenos observados, para lo que se recurre a procedimientos de recuento y
análisis estadístico. Ello exige la disposición de escalas de organización de lo
observado de carácter nominal, ordinal o de intervalo que, al menos, deben ser
exhaustivas (capaces de incluir todos los casos observados) y evitar la duplicidad
en la clasificación (ítems mutuamente excluyentes).

Las categorías que se utilizan en el análisis cualitativo, en cambio, tienen un


carácter exclusivamente nominal, sólo pretenden identificar objetos (posiciones,
acciones o discursos) y relaciones entre ellos. Se organizan en tipologías flexibles
que no requieren exhaustividad ni significados unívocos.

Es importante precisar si las preguntas de investigación o las hipótesis son de tipo


cuantitativo o cualitativo. En el caso de combinar ambas perspectivas se debe
aclarar qué dimensiones del objeto de análisis se abordan con uno u otro método.

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La pregunta de investigación, así como la hipótesis principal, pueden desagregarse
en otras de carácter más parcial o específico. Tienen, sin embargo, que estar
relacionadas y formar parte de una pregunta general que las incluya a todas.

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7) Decisiones metodológicas

Tras identificar el objeto de investigación y de formular las primeras preguntas, hay que
continuar necesariamente reconociendo la complejidad contenida en la realidad social y
la inutilidad de querer abarcarla en su totalidad, aunque esta vocación del estudiante en
relación a su objeto de estudio sea un impulso importante para afrontar la investigación.
Sólo se caminará hacia esa plenitud imposible, especializándose con la experiencia
adquirida a través de diversas investigaciones relacionadas con ese mismo objeto de
estudio.

En la “construcción” de la realidad social intervienen múltiples miradas y dimensiones,


y, en consecuencia, el acceso a ella precisa de distintos procedimientos que hay que
saber complementar y combinar. Las características de nuestro objeto de estudio ya
determinan en buena medida cuál debe ser la forma de proceder, y ésta debe de ser
coherente con el propio objeto de estudio y con los objetivos sobre el tipo de
conocimiento que se pretende producir. Una vez que el estudiante tiene claridad sobre
qué quiere investigar, las decisiones metodológicas deben responder a la siguiente
pregunta: ¿cómo acceder a la parcela de la realidad social que queremos comprender,
explicar y, quizá, contribuir a su transformación?

La metodología en sociología necesariamente acoge una perspectiva pluralista y, por


tanto, se refiere a la diversidad de métodos que puede acoger la ciencia sociológica para
la construcción de la estrategia de investigación, que permita un resultado adecuado a
los objetivos perseguidos por la investigación.

De los métodos derivan las técnicas de investigación social, como se explicaba


anteriormente, es decir, las herramientas o instrumentos que concretan la forma
operativa en cómo se recoge, se produce y se trata la información. Así, cada método
puede desplegar un conjunto de técnicas propias de la perspectiva estratégica que
aporta. La prolongación de los métodos en técnicas se puede resumir en:
Método histórico: análisis estructural de textos, técnicas conversacionales, historias de
vida, entrevistas semi-directivas, análisis longitudinal, etc.

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Método comparativo: técnicas objetivo-distributivas (cuantitativas) tales como
estadísticas, encuestas, registros, censos, etc. También es posible utilizar técnicas
estructurales de forma complementaria.

Método crítico-racional: técnicas estructurales, dialécticas (de conflicto), dialógicas (de


consenso).

Método cuantitativo: técnicas objetivo-distributivas.

Método cualitativo: técnicas subjetivo-estructurales, tales como las entrevistas en


profundidad y los grupos de discusión (de conflicto), conversacionales, asambleas y
talleres proyectivos, prospectivos, de futuro (de consenso), etc.

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8) Elaboración de tablas y gráficos

La inclusión de cuadros, tablas, esquemas, gráficos o figuras representa un conjunto


instrumental que da fundamento y complementa al texto. Tablas y gráficos ayudan a
desarrollar los argumentos y el análisis, organizar el tratamiento de la información,
sintetizar los hechos empíricos, facilitar la comprensión de indicadores, fenómenos o
tendencias, expresar las relaciones, semejanzas y diferencias entre tipos de fenómenos,
actores, grupos, instituciones, territorios, unidades de análisis, colectivos, etc.

Su introducción conlleva, por tanto, una cierta elaboración de la organización de ideas y


datos, que facilitan la comprensión y refuerzan el trabajo, por lo que su presentación
debe ser siempre cuidada, eligiendo con precisión el lugar de su inserción en el cuerpo
de texto.

Los cuadros, gráficos, tablas, esquemas o figuras, deberán de llevar una numeración
independiente, constando al pie la fuente de procedencia. Si han sido creadas por el
autor del trabajo a partir de fuentes primarias, es decir, producidos por el propio
investigador, se expresará de la siguiente manera: “Fuente: elaboración propia”.

Si han sido obtenidas a partir de fuentes secundarias, es decir de datos o ideas


desarrollados por otros agentes, instituciones, organizaciones, investigadores, etc. se
expresará del siguiente modo: “Fuente: elaboración propia a partir de…”, señalando en
todo caso la procedencia de los datos utilizados. Cuando se trate de un cuadro o gráfico
realizado por otros y que es reproducido parcial o íntegramente debe citarse el autor, la
obra y la página de la que haya sido obtenido, tal y como se expresa en el epígrafe 11
relativo a bibliografía y anexos.

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9) Análisis de datos

Una vez completado el trabajo de campo con todos los datos recogidos, en
correspondencia con los objetivos de resolución del problema de investigación, y con la
estrategia adoptada, el estudiante se encuentra con una enorme cantidad de información
que primero tiene que depurar corrigiendo los posibles errores cometidos en la recogida
de datos, para, posteriormente, organizar y clasificar de tal manera que sea útil para
fundamentar y acompañar los argumentos y el análisis.

Se puede desarrollar el tratamiento de la información en cuatro tareas: describir,


clasificar en tipos, comparar y asociar. Cada una de ellas, puede ser una tarea exclusiva
de la investigación o, por el contrario, pueden desempeñarse varias de estas tareas
simultáneamente en la misma investigación.

Cuando se manejan datos numéricos obtenidos de fuentes secundarias es más fácil


obtener agrupaciones y desagregaciones en función de la estrategia de la investigación.
Cuando se trata de datos obtenidos de fuentes directas (por ejemplo, una encuesta), será
necesaria una codificación previa en las preguntas cerradas (asignando ordenadamente
códigos a los atributos del lenguaje ordinario que vamos a utilizar) y una codificación
posterior si se trata de preguntas abiertas. En ambos casos, la realización de la
codificación permite distribuir frecuencias y agrupar los datos, dándoles forma legible y
comprensible creando cuadros y gráficos. La tabulación de cada una de las variables ya
codificadas se realiza con paquetes informáticos específicos. El más conocido es el
SPSS/PC+ (Statical Package for the Social Sciencies).

Si la información se ha obtenido a través de técnicas cualitativas de orden


conversacional, el procedimiento, aun siendo de naturaleza diferente, tiene una cierta
equivalencia. Generalmente la información obtenida a través del trabajo de campo
cualitativo se dispone en transcripciones literales de las conversaciones mantenidas con
los informantes. Una vez realizadas las transcripciones literales de las conversaciones
grabadas procede identificar los conceptos y las ideas significativas, con la intención de
ordenarlas y establecer una suerte de codificación. La disposición y organización de esta
información debe permitir esta codificación. Para ello también existen diversos paquetes
informáticos, cada vez más perfeccionados y orientados para tratar la información

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cualitativa, tales como el QSR -NVIVO o Atlas.ti (más recientemente AQUAD). Si los
informantes son de perfiles distintos, esta diferenciación ya nos permite una organización
y clasificación previa. Por ejemplo, si nuestro objeto de investigación fuera los jóvenes
no emancipados, podemos haber realizado una batería de entrevistas en profundidad a
cuatro perfiles diferentes: responsables institucionales en políticas de vivienda y jóvenes
(técnicos y cargos públicos); empresarios del sector inmobiliario; dirigentes de
organizaciones sociales que trabajan en el ámbito de la vivienda para jóvenes; y expertos
en temas de vivienda y/o jóvenes. En función de ello organizamos los archivos y las
ideas diferenciadas que emergen en cada tipo de entrevista.

Una segunda clasificación posterior se realizaría una vez que se cuenta con los textos
transcritos literalmente, los cuales es aconsejable disponer en dos cuerpos simétricos: por
un lado, el texto de la transcripción literal; y por otro, las anotaciones y codificaciones
que debemos ir incorporando y marcando en la transcripción (subrayado, negrita, a
color), ya que es posible que en la redacción del análisis tengamos que utilizar algunas
de las frases de la transcripción literal que sean significativas en el relato de ese discurso
que se pretende obtener.

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10) Redacción de conclusiones

Tras mucho esfuerzo y horas de dedicación, llega el momento más importante del
recorrido en la elaboración del TFG: la redacción de las conclusiones. Es el punto final
del itinerario, por lo que hay que ser especialmente cuidadoso y tener en cuenta algunas
pautas.

En términos formales, seguiremos las normas sobre escritura académica comentadas en


el capítulo 12, aunque prestando, si cabe, mayor atención al estilo, sintaxis y ortografía
de nuestro trabajo.

En términos de contenido, las conclusiones constituyen el retorno a los interrogantes y


objetivos marcados al comienzo del trabajo. Se trata de comprobar si hemos sido
capaces de darles respuesta y cómo ha sido esa respuesta. Un buen trabajo de
investigación no implica el cumplimiento absoluto de las hipótesis de partida. La
investigación avanza tanto cuando verificamos totalmente nuestro planteamiento inicial
como cuando lo hacemos en parte o entendemos que es preciso modificar las premisas
preliminares.

En el apartado de conclusiones expresaremos, por tanto, el planteamiento inicial y el


grado en el que éste se verifica a partir del desarrollo seguido y la metodología
empleada. Relataremos los hallazgos y las ideas fundamentales de la investigación de
forma articulada, rigurosa y honesta, mostrando claramente el contraste con las
hipótesis de partida. A partir de este contraste, comentaremos, en su caso, los aspectos
que convendría modificar, ampliar y los nuevos interrogantes que la investigación nos
abre y que habría que examinar con mayor profundidad en etapas posteriores.

El capítulo de conclusiones debe poseer entidad en sí mismo, de forma que sea posible
su lectura independiente del resto de los apartados del trabajo de investigación.

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11) Bibliografía y anexos

En este apartado debemos reseñar todas las fuentes y recursos que hemos utilizado a lo
largo del proceso de investigación, evitando incurrir en toda forma de plagio, aunque
sea involuntaria o accidental. El apartado de bibliografía exige dedicación minuciosa,
razón por la cual es preciso llevarla a cabo con especial atención.

Con bastante frecuencia nos olvidamos de incluir alguna de las referencias, por lo que,
para evitarlo, lo más recomendable es incorporar cada una de ellas al listado de forma
automática tras haberlas utilizado y así soslayar posibles errores, inevitables cuando
dejamos la organización de las citas para el final. En todo caso, una labor ineludible es
el repaso escrupuloso de las referencias antes de dar el apartado por finalizado. Una
buena opción, para simplificar este proceso, es la utilización de programas informáticos
como EndNote, especialmente diseñados para conseguir el mejor resultado posible en la
ordenación de la bibliografía.

La organización de las referencias utilizadas en la investigación puede adoptar


diferentes formas. En el ámbito de la sociología, normalmente se utiliza APA 6ª edición
o la Norma ISO 690-2013 para citar documentos tanto impresos como en formato
electrónico. Los distintos formatos de la norma contienen tanto los criterios para la
elaboración de las referencias, como el orden que debe seguir la información en cada
una de ellas y múltiples ejemplos concretos de utilización de diversos tipos de
documentos. Son de fácil localización. En nuestra universidad, se hallan en la siguiente
dirección electrónica:
http://uc3m.libguides.com/guias_tematicas/citas_bibliograficas/estilos

Los anexos incluyen el material utilizado en el proceso de búsqueda, recogida y


producción de la información. A través de los anexos, añadimos fiabilidad y validez a
nuestro trabajo, al mismo tiempo que facilitamos la comprensión (en su caso) de las
técnicas utilizadas. Modelos de cuestionarios, guiones y transcripciones completas de
entrevistas en profundidad o tablas estadísticas son elementos típicos constitutivos de
los anexos.

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12) Presentación escrita

La presentación del documento final del TFG reviste especial importancia. De alguna
forma, constituye una muestra de nuestra capacidad para organizar y presentar la
información pero una buena presentación, además, nos permite dar un mayor realce al
trabajo de investigación.

En primer lugar, a la hora de redactar, debemos prestar atención a la ortografía


(utilizando, si es preciso, la ayuda de los procesadores de texto de forma que no
aparezca ni una sola falta), a la puntuación, y a la sintaxis y la forma en la que
encadenamos las ideas. En la medida de lo posible, intentaremos que los párrafos
guarden cierto equilibrio entre sí, evitando que unos sean muy largos y otros muy
escuetos.

Nos guiaremos siempre por el estilo académico de escritura, evitando el lenguaje y las
expresiones coloquiales pero también la rigidez y la profusión de oraciones
excesivamente alambicadas. La redacción buscará la mayor coherencia, claridad
expositiva, precisión y sencillez, estructurando las ideas de forma lógica y transitando
de lo más general a lo más particular.

En términos de contenido, evitaremos el recurso a afirmaciones demasiado categóricas


y los juicios normativos, contraponiendo ideas y argumentos de forma razonada, y
utilizando un discurso lo más matizado posible.

Más concretamente, nos atendremos al tipo y tamaño de letra indicados, así como a las
especificaciones relativas al interlineado, extensión mínima y máxima y número
referencias bibliográficas. Las tablas y los gráficos serán claros y estarán numerados
correlativamente (incluyendo siempre la referencia correspondiente al pie).

Las citas literales se entrecomillarán siempre que no excedan tres líneas o cuarenta
palabras, en cuyo caso irán en párrafo aparte sangrado, entrecomillado y con
interlineado sencillo. Todas las citas deben acompañarse del apellido del autor, seguido
del año de publicación y la página de referencia, todo ello entre paréntesis. Utilizaremos

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notas a pie de página sólo si necesitamos aclarar conceptos o ampliar o explicar ideas
que conviene incorporar pero que se desvían del curso general del texto.

Las pautas de la presentación escrita están disponibles desde el inicio del proceso, pero
además, cada tutor las explica en el transcurso de las sesiones colectivas. Debemos
respetarlas escrupulosamente, atendiendo a cada uno de los aspectos y siguiendo el
orden indicado:

La portada ha de seguir las indicaciones de la universidad para todos los TFG


(http://uc3m.libguides.com/guias_tematicas/citas_bibliograficas/estilos)
que incluyen todos los datos de identificación de nuestro TFG (título, nombre
del autor, tutor, grado, institución (Universidad Carlos III, Facultad de Ciencias
Sociales y Jurídicas), ciudad (Getafe) y curso académico.
- Índice: Debe mostrar de forma clara todos los elementos que constituyen el
trabajo (incluyendo, en su caso, subcapítulos y epígrafes) con indicación del
número de página.
- Introducción
- Capítulos de exposición, análisis metodología y desarrollo del trabajo
- Conclusiones: Constituye el último capítulo y, como se indicaba anteriormente,
debe tener entidad en sí mismo para que sea posible leerlo de forma
independiente.
- Bibliografía: Debe ser sencilla y clara e incluir todas las referencias utilizadas en
el trabajo
- Anexos: Deben numerarse y en cada caso llevar el título de lo que contienen

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13) Presentación oral

Llegados a este punto, hemos llevado a cabo nuestro trabajo y contamos con la
aceptación de nuestro tutor, lo que debe llevarnos a preparar con esmero la presentación
oral, el último hito del recorrido. La presentación oral siempre suscita preocupación por
lo que conviene abordarla con tranquilidad, aunque sin descuidar ningún aspecto que
pueda ayudar a coronar el itinerario con éxito.

En primer lugar, hemos de respetar la duración programada de la presentación, para lo


cual mediremos bien el tiempo de nuestra intervención. Partiendo de la base de que la
exposición no será leída, lo idóneo es utilizar como apoyo una presentación informática
que también prepararemos con cuidado.

Debemos tener en cuenta que en la exposición estamos obligados a captar la atención de


nuestra audiencia por lo cual pondremos el máximo cuidado en suscitar su interés.
Haremos un esfuerzo de síntesis en señalar los puntos más relevantes de nuestra
investigación, comenzando desde la pregunta inicial y el estado de la cuestión y
describiendo de forma sintética la metodología utilizada, los hallazgos más relevantes y
lo que creemos que sería interesante desarrollar en investigaciones futuras. En la
presentación cuidaremos la ortografía y evitaremos mostrar textos densos o de difícil
lectura, tratando, simplemente, que quede claro el hilo conductor de nuestro estudio.

El momento de la exposición suscita tensión y nerviosismo en algunos estudiantes pero


debemos hacer un esfuerzo por hablar de forma pausada, mirando y dirigiéndonos a los
miembros de la comisión evaluadora que juzgará nuestro trabajo. Intentaremos ser
precisos en la respuesta a las preguntas que nos formulen, y comentaremos con
tranquilidad, en su caso, los aspectos de nuestra investigación no abordados por las
características del trabajo pero que merecerían ser estudiados con mayor profundidad.

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