Sebastián Horacio Foronda González

Universidad Icesi – Ingeniería Bioquímica

Curso: Comunicación escrita I

Resumen

El autor Yuval Noah Harari en el texto “¿Por qué la ficción triunfa sobre la verdad?”
publicado en el periódico The New York Times, introduce en primera instancia el
significado de poder desde dos ámbitos de la vida cotidiana, tener la capacidad de
la manipulación objetiva de las realidades y lo más importante que es tener la
capacidad de manipular con lo ficticio las creencias humanas, haciendo que
muchas personas busquen la cooperación efectivamente, generando cohesión
social.

No obstante, los seres humanos, así como creemos en muchas verdades, también
en insensateces, por lo tanto, cuando se trata de la unión de las personas en torno
a un mismo relato, la ficción posee ventajas claras. La primera de ellas tiene
relación con la identidad , mientras que la verdad es universal, la ficción es local
pudiendo así incluso suscitar creencias y nuevas culturas, dando sentido de
pertenencia.

La segunda, tiene que ver con la lealtad, si la midiéramos a través de creer una
historia verídica, sería muy fácil fingirla, mientras que creer en historias de ficción
genera un mayor costo para el creyente , por lo que se demuestra mayor lealtad,
como lo es el caso de los nazis que se disponían a los argumentos que Hitler les
daba para asesinar a los judíos.

La tercera tiene que ver con la realidad, si la verdad suele ser incómoda, la ficción
es reconfortante, como es el caso de los políticos, que si llegan a decir la verdad
nunca los escogerían, o el caso de los israelíes, italianos o indios con sus
naciones. En conclusión, La sociedad y enfáticamente los académicos han sabido
esta realidad del mundo, y es aquí donde inicia el raciocinio de elegir entre el
camino de la verdad o la armonía social, razón por la cual siempre triunfara la
ficción sobre la verdad, no se desea pagar el precio de la desunión, sentido por el
cual las instituciones académicas más poderosas, antepusieron la unidad a la
verdad, proclamando su éxito continuo, mientras que Sócrates escogió la verdad y
lo mataron.