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Perla Zelmanovich
Perla Zelmanovich
EDUCACIÓN INICIAL
FORTALECIMIENTO DE LA TAREA EDUCATIVA EN INSTITUCIONES MATERNALES
Apostar al cuidado
en la enseñanza
Conferencia de Perla Zelmanovich
Perla Zelmanovich
Tratar este tema, para mí es en- ¿Por qué me parece que el apos- está vulnerado. Entonces, lo que
contrarme con un aspecto de mi tar es importante? Porque queda yo invito a pensar, a poner a con-
trayectoria, de mis pensamientos del lado nuestro. Como decía Pa- sideración y a discutir, es en qué
y de mis preocupaciones que me tricia, a mí me preocupa espe- medida sostenernos en una
es especialmente caro, por lo que cialmente en este tiempo, apuesta compartida entre educa-
significa encontrarse con un pensarnos con los niños, es decir, dores/as –y también, en alguna
bebé, con un niño tan pequeño no pensar sobre el niño, como medida con las familias, pero
que es pura promesa. nos pasó en gran parte de nues- particularmente pensando al in-
Yo le puse como título a esta charla tra formación, en que de lo que terior de las escuelas o de otros
con ustedes: "Apostar al cuidado en la se trataba era de hablar y de es- espacios educativos –, nos puede
enseñanza". Quiero empezar por con- tudiar acerca del niño, sobre los ayudar a trabajar sobre nuestro
tarles por qué yo pensé en este título. estadios y su evolución. No digo propio desamparo en función de
En primer lugar, por qué el apos- con esto que no sea en alguna ellos, en función de los niños. En-
tar. En el apostar hay algo que medida necesario. Pero me pa- tonces, esa es la primera cues-
convoca a quien realiza la rece que en esta época, por los tión de mi título: “el apostar”.
apuesta. Y en ese realizar una problemas particulares que hoy Ahora bien, agrego a esto otra
apuesta, uno se sostiene, uno atravesamos y sobre los cuales proposición: sostenernos a no-
confía en que va a “ganar” – me voy a detener luego, es rele- sotros en una apuesta en función
como una apuesta en el juego–, vante subrayar cómo nos ubica- de ellos, pero “en el cuidado”. ¿A
aunque también haya un riesgo mos frente a ellos. qué me refiero con cuidado? Vale
de perder. En una apuesta no hay En este sentido, y en ánimo de la aclaración ya que, como todas
un final cierto y seguro, pero uno pensarlos a ellos con relación a las palabras, ésta también es po-
igual la hace, y va con todo el en- nosotros, es que la apuesta lisémica, y puede significar mu-
tusiasmo, aun sabiendo que es puede ser una manera prove- chas cosas diferentes en
posible que haya avatares, que chosa de hacerlo, porque en la contextos diversos. El sentido
no gane tanto, que pierda, que apuesta estamos nosotros. Es que le doy al cuidado en esta
pierda un poco y gane otro tanto. decir, están ellos, pero a través ocasión, es el de estar atentos al
Lo que importa es la confianza de nosotros. sujeto en el niño, es decir, qué
en que algo bueno puede ocurrir. ¿En qué sentido digo que esta- hay de sujeto en el niño. Y
mos nosotros? En el sentido de cuando digo sujeto, que parece
En el apostar hay algo sostenernos allí. En la actuali- una obviedad, digo qué hay de
que convoca a quien dad, si bien Patricia hablaba de particular, qué hay de singular,
realiza la apuesta. (...) la vulnerabilidad de los niños, en cada uno. También el cuidado
creo que es importante situar refiere a qué hay de particular y
En una apuesta no
también nuestra propia vulnera- de singular en cada uno de no-
hay un final cierto y bilidad. Estamos en una época sotros, en esa apuesta en la cual
seguro, pero uno igual en la cual el desamparo también sostenemos nuestro trabajo, que
la hace, y va con todo nos toca a nosotros como adul- es desde algún deseo particular y
tos. Y es difícil sostener a otro singular. Aun cuando tengamos
el entusiasmo, aun sa-
cuando uno mismo está desam- una apuesta colectiva, para que
biendo que es posible parado, cuando uno mismo está se haga carne en cada uno, re-
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que haya avatares... jaqueado, cuando uno mismo quiere ser atravesada por algún
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deseo personal; que alguna fibra Esa orientación hacia lo simbó- la ficción, me refiero a la litera-
se nos mueva personalmente. Y lico, que está vehiculizada por la tura, al arte, a todos los conteni-
en el cuidado hacia el niño, esto enseñanza, en el caso de los más dos de la cultura que podamos
es crucial. En este sentido, hay pequeñitos, desde mi punto de imaginar y con los cuales ustedes
una reciprocidad. Cuidar es apos- vista, tiene tres grandes pilares. trabajan y les ofrecen cotidiana-
tar y estar atentos al sujeto que Uno de ellos es –por el momento mente a los chicos. Desde poner-
hay en ese niño, a su particulari- de constitución de esa ternura, les a disposición esos estímulos
dad, desde un deseo singular y de esa arcilla tan fresca con la visuales, los mejores posibles,
particular de nuestro lado. que estamos trabajando– el cui- esas imágenes de Miró que po-
dado de la filiación, de la pro- demos colgar en las salas, hasta
Cuidar es apostar y ducción de un amarre. Es un hacerlos escuchar no sólo las
estar atentos al sujeto sujeto que, en esta etapa de la canciones infantiles, sino a un
vida –no solamente, pero espe- Paco de Lucía haciendo sonar su
que hay en ese niño,
cialmente en esta etapa de la guitarra. Se trata de una produc-
a su particularidad, vida–, está construyendo un ción de sensibilidades estéticas,
desde un deseo amarre a un Otro, que es indis- que tiene todos los soportes que
simbólica porque incide en el dar señales de esto. trabajo y Richard Sennet lo tra-
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baja de manera muy elocuente adultos para trasmitir. El caso ex- nes y los niños. Digamos que
en su obra La corrosión del ca- tremo es el de las culturas en las aquí lo que está reposicionado es
rácter. Allí no habría sujeto, sino cuales no es la escritura la que el futuro, no sólo que desconoce-
un objeto que es intercambiable. permite vehiculizar las trasmisio- mos, sino sobre el cual hay una
Esto hace a nuestra propia vulne- nes sino que es necesario el gran incertidumbre. ¿Cómo re-
rabilidad, en tanto conlleva por adulto de cuerpo presente. Allí percute esto en nosotros como
ejemplo, hacernos y gestionarnos los ancianos son los sabios. educadores de niños muy peque-
muy en solitario la vida coti- En cambio, en aquellas culturas ños? Hace veinte, treinta años,
diana; aunque la docencia es uno generacionales que ella llama co- cuando nacía un niño, según
de los espacios laborales en los figurativas, los adultos aprenden cada sector social, según cada
que todavía contamos con una entre sí de sus coetáneos, pro- cultura, había una trayectoria
cierta estructura que nos permite ducto de los grandes cambios imaginada hacia el futuro. Hoy,
y nos da la oportunidad de poder culturales, de los avances cientí- esa trayectoria imaginada se di-
hacer lazo y construir una tarea ficos y tecnológicos. Podría ubi- ficulta, también para nosotros
compartida. car aquí, por ejemplo, a la mismos. ¿Qué imaginamos para
generación de mis padres, que estos chicos? ¿Qué imaginamos
Un aspecto del dis- fue la primera generación de la para nuestros hijos? ¿Qué imagi-
curso de la época que televisión, de la llegada del hom- namos para ellos? ¿Qué prefigu-
bre a la Luna, o del satélite, que ran ellos respecto de ese futuro
hace a nuestro propio
permitió tener información al ins- que a nosotros se nos torna difícil
desamparo (...) es el tante, producida en espacios físi- aprehender?
debilitamiento de los camente alejados entre sí. Sin embargo, una idea que se me
sencia de los ancianos y de los experiencia que tienen los jóve- sociedad, y era para aprender el
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idioma, para aprender la geogra- fines del siglo XIX y principios del ques de pánico, el estrés, las
fía y la historia nacional; el sen- XX. ¿Detrás de qué vamos hoy, adicciones, las impulsividades,
tido era construir la nación, en el XXI? Bueno, hay muchos son parte de los padecimientos
estábamos construyendo una futuros posibles, tal vez, y en con los que nos tenemos que ver
nueva nación. ¿Hoy cuál es ese cada colectivo se trata de poder en esta época y que son expre-
sentido? pensar cómo articulamos, cómo sión de nuestro propio desam-
nos articulamos entre nosotros, paro.
¿Qué estamos cui- haciéndole lugar también, in- Frente a ellos, hay recursos dife-
dando cuando cuida- sisto, a aquello que nos van pre- rentes que la propia sociedad se
figurando los niños y los jóvenes. va dando para afrontarlos. Una
mos a este bebé, a
Esta idea de pluralidad la pode- de las formas ilusorias es el con-
este nene? Estamos mos agregar a las tres cuestiones sumo. Otra es la medicalización.
cuidando un futuro, el que señalé y que nos permiten La medicación que se supone va
de todos nosotros, pensar el propio desamparo, que a traernos ese remanso y ese ali-
son: las dificultades en la pro- vio, que puede ser para poder
porque ellos son el fu-
ducción del lazo social, en parti- dormir o para poder calmar a los
turo. Y con una parti- cular el sentirnos necesarios para niños. Y hago acá una acotación
cularidad: que es un otro; la transformación de las re- alarmante sobre –no sé si uste-
futuro sin demasiadas laciones temporales, entre pa- des lo ven en sus propias institu-
sado, presente y futuro en los ciones– lo que es el suministro
certezas.
procesos de transmisión; y junto de Ritalina a niños cada vez más
Hoy el futuro es algo incierto, y a esto último, la incertidumbre pequeños, frente al llamado sín-
nos puede desestabilizar porque con relación a los sentidos que drome de desatención –ADD–,
no hay referencias tan claras, no se dibujan como orientación con o sin hiperactividad.
pero tenerlo como sentido de clara. Ahora bien, ¿cuál es la función
orientación al mismo tiempo, y Voy a incorporar una cuarta cues- de estas respuestas ilusorias?
ubicar qué podemos leer que se tión: el papel de la mercantiliza- Son modos de intentar reponer
va prefigurando sobre el mismo ción en la gestión de nuestras algo en el lugar del sentido. Pero
en cada niño que atendemos, vidas. Los objetos que el mer- nosotros, que tenemos otras he-
que educamos, puede ser una cado ofrece cumplen una función rramientas, que son simbólicas,
oportunidad para construir una que viene a intentar reponer ilu- sabemos que esa necesidad de
orientación anclada en nuevos soriamente un sentido. producir sentidos para un hu-
sentidos en construcción. Una Son al menos esas cuatro cues- mano no se salda con objetos
oportunidad de poder construir y tiones, que me parece impor- sino que, a diferencia de cual-
pensar juntos qué futuro –qué fu- tante situar para nosotros quier otro cachorro de cualquier
turos, en plural– queremos para mismos, y que nos pueden ayu- otra especie, el ser humano se
nosotros, para y con nuestros dar a ubicar las manifestaciones constituye siempre en relación
hijos y alumnos. producidas en los propios adultos con Otro, y es con esa mediación
El plural que agrego habla de y que se traducen en padeci- que es posible producir sentidos.
otro signo de la época, y es que mientos que tienen alguna marca Ejemplo de ello es el ya clásico
no hay tal homogeneidad, que de la época. Porque cada época trabajo de Spitz, cuando relataba
hoy no vamos todos detrás de construye sus propios síntomas y –allá lejos y hace tiempo– la ex-
aprender la lengua castellana sus propios padecimientos. Las periencia de niños huérfanos,
para formar una nación, como a depresiones, los llamados ata- que eran muy bien atendidos en
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hospitales por enfermeras, pero cesario. ¿Cuál es el Otro que ne- ficultades para consentir con re-
sin una filiación singular, que por cesita hoy cada sujeto? cibir el alimento. No sé si ustedes
ello terminaban muriendo de lo Todo el mundo vive apurado, y se encuentran, a veces, con estas
que él llamaba marasmo. Ma- no hay ni tiempo como para con- situaciones de niños que son re-
rasmo, que podríamos llamar versar. Esa pausa para detenerse acios a recibir el alimento o a
simbólico, porque no había un en cada uno, en ese diálogo, en quedarse sentaditos en el lugar
Otro con un deseo particular ese estar atento. Hoy el sujeto que los aloja en la mesa, en la
hacia ese sujeto singular. Ma- necesita de un Otro que cons- sala. Entonces, estar atentos y
rasmo simbólico, desamparo truya una pausa y un estar estar advertidos de que ahí hay
simbólico. atento. Estar atento a qué nece- un niño, queda de nuestro lado.
Entonces, esto que hace a nues- sita ese sujeto singular. Vemos Avancemos un paso más sobre la
tra condición humana, nos ubica así que la atención o la desaten- pregunta “¿qué Otro necesita?”.
hoy, en este panorama de de- ción queda de nuestro lado y nos Necesita de un Otro que no baje
samparo, ante una apuesta convoca a estar advertidos que, su programa de ofrecer aquello
doble. Por un lado ante el des- así como nosotros estamos atra- que un adulto tiene para darle.
amparo de época, pero que se vesados por determinados dis- Porque el primer reflejo suele ser
inscribe en un desamparo estruc- cursos, también los niños, la el rechazo. Entonces, esta persis-
tural, constitutivo para el hu- infancia está atravesada por de- tencia y esa obstinación de la
mano, y que requiere de esa terminados discursos de la que Patricia [Redondo] habla en
mediación que conlleva el am- época. Estar atentos y advertidos su artículo del mismo libro al que
paro simbólico. Siempre, en cada que detrás de las impulsividades, hizo referencia al comienzo, esa
época, hay un malestar. Si bien de las desatenciones, hay un obstinación sé que muchas veces
no me voy a explayar al respecto niño que aparece con una impos- no es fácil de sostener. Sin em-
hoy, quiero señalar que ese ma- tura –esto para los niños más bargo, vale la pena recordarnos
lestar puede ser también el motor grandes, como el que vamos a cada vez, que tenemos algo para
de un impulso. Es eso que falta y ver en un rato en la película– que darles. Aunque muchas veces
nos impulsa a una búsqueda. En- aparece con una impostura de un hay un discurso que nos desauto-
tonces, la apuesta que yo pro- niño terrible, odioso, frente al riza, y los mismos niños lo
pongo es convertir este malestar, cual puede surgir un “más vale hacen, estar advertidos de ello
este desasosiego y este desam- démosle la pastillita o enchufé- permitirá tal vez volver a autori-
paro personal nuestro en una moslo el playstation” para que se zarnos en aquello que tenemos
apuesta en lo simbólico, para el calme, porque no lo soportamos. para darles, para ofrecerles. Ese
cuidado de los niños que llegan Sin embargo detrás de esa forma cuadro de Miró, esa música de
al mundo con ese desamparo de presentarse hay un niño en Paco de Lucía, o ese juego.
constitutivo y que requieren de estado de necesidad. El punto es ¿Qué Otro necesita? Quizás más
una mediación, siempre encar- que es más trabajoso para que en otros tiempos, estar ad-
nada en Otro que cumple la fun- nosotros, en esta época, hacer vertidos de que el juego, asunto
ción adulta. que el niño consienta con que del cual ya hablamos un poco y
Ahora bien, esto puede sonar a nosotros tenemos algo para sobre lo cual ustedes vienen con-
una declamación muy linda y darle, aceptarnos como mediado- versando y practican desde hace
muy interesante. Sin embargo, res, como ese Otro necesario, ya mucho tiempo, es constitutivo
tener en cuenta las particularida- que es más inmediato satisfa- para tejer esa malla simbólica
des de la época y sus discursos, cerse con los objetos de con- que le permite al niño anclarse
nos puede orientar en la pregunta sumo. Esto tal vez, en los más en algún lugar en el mundo. Es
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acerca del mediador, del Otro ne- pequeñitos se traduzca en las di- una herramienta para nuestra
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mediación que recubrimos de fic- quita autoridad, sino por el con- una anciana, que por ahora voy
ción, con la cual es más seguro trario, nos legitima. Es un sí pre- a llamar sólo anciana. Bajo la
que encontremos allí una chance vio necesario, que puede idea –que yo planteo– de que
para que el niño consienta con lo habilitar luego un no. Porque alumnos no llegan a la escuela,
que nosotros le estamos ofre- para que haya un no, para que los alumnos se producen en la
ciendo, con la cual al mismo un no sea aceptado, es necesario escuela, como efecto de una ope-
tiempo estamos construyendo un que haya primero un sí. Un sí de ración de filiación; que hijos no
soporte simbólico, un anclaje aceptación al sujeto, a eso nuevo nacen, nacen bebés y los hijos se
simbólico. que trae y que tiene para ofrecer- producen –y esto vale para los
Entonces, ese Otro que necesita nos. Allí donde el sujeto se siente sobrinos, para los nietos, etcé-
hoy un niño es un otro que le aceptado con su don, allí puede tera–. Las preguntas con las que
provea, mucho más que en otras consentir y puede aceptar un no. invito a mirar la película son:
épocas, de estos recursos simbó- Digamos, que el no tiene un re- ¿qué se produjo en esos dos
licos mediados por el juego y la quisito previo, que es un sí. meses durante los cuales trans-
ficción, como ya advertimos al Vamos a dejarnos llevar ahora curren las situaciones que nos
comienzo. por la metáfora fílmica para pen- muestra la película? Y luego,
sar qué Otro necesita el sujeto en ¿qué Otro fue ese adulto, que es
Un aspecto para seña- esta época. Digo metáfora por- el protagonista de la película;
lar es la necesidad de que no es lo mismo ver una pelí- qué operaciones hizo, en qué lu-
cula acá que verla en el cine. Yo gares se ubicó, qué cualidades
un Otro que no se
la elegí como una metáfora para tuvo ese posicionamiento de ese
erija omnipotente, que poder pensar qué posibilidades Otro para ese niño, para que se
se puede traducir en tenemos de constituirnos en ese produjera algo allí?
que se deje enseñar Otro necesario que pueda incidir Después de la proyección las re-
con su eficacia simbólica en la tomamos.
también por el niño.
relación con los niños en las par-
ticularidades de esta época, que (Proyección de la película Ca-
Un último aspecto para señalar se traducen en discursos particu- mino a casa.)
es la necesidad de un Otro que lares, que llamaré también cli-
no se erija omnipotente, que se mas sentimentales. Ustedes van Yo los había invitado a ver la pe-
puede traducir en que se deje en- a ver que esta película, que se lícula con un par de preguntas.
señar también por el niño –prefi- filmó en el año 2002 y se estrenó Una, qué pasó en estos dos
gurativamente, poniendo a jugar en la Argentina en el año 2003, meses. Qué se produjo. Y la otra,
la categoría que nos ofrece Mar- es una de las pocas y primeras cuáles fueron las condiciones y la
garet Mead–. Lo vemos en películas filmadas en Corea del posición de este Otro para que
cuánto disfrutan los niños Sur, y van a ver que allí están ju- algo de lo que vamos a ver que
cuando nos dejamos dar de gando dos climas sentimentales se produjera, se pudiera producir.
comer por ellos, o con los más hacia la infancia, dos discursos Entonces, abramos un poquito el
grandes, cuando nos dejamos simbólicos en relación con la in- juego para ver qué es lo que us-
enseñar cómo funciona la Inter- fancia muy distintos. Uno, que tedes vieron, porque segura-
net o cómo se usa un programa viene de la mano de la mamá; y mente vieron otras cosas.
de computación, y que no nos otro, que viene de la mano de
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DOCENTE. YO NOTÉ, DESDE UN PRIMER MOMENTO, QUE LA COMUNICACIÓN ENTRE
MADRE E HIJO ERA MUY DIFERENTE A LA COMUNICACIÓN ENTRE ABUELA Y NIETO.
NO HABÍA PALABRAS DE POR MEDIO, HABÍA MUCHOS GESTOS. O SEA, LA GRAN DI-
FERENCIA ESTÁ ENTRE LA COMUNICACIÓN MADRE-HIJO Y ABUELA-NIETO. SI BIEN EN
LA DE MADRE-HIJO HABÍA PALABRAS DE POR MEDIO –ENTRE COMILLAS PALABRAS,
PORQUE NO HABÍA MUCHAS, MÁS BIEN HABÍA MUCHOS GESTOS; LA MADRE COMO
Devolver algo que da cuenta de que primero hubo algo que él recibió.
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Como una condición del dar, que requiere previamente de un recibir. El
ser necesario para el otro sobre lo cual se construye el lazo, decíamos
al comienzo. Es importante pensar esta cuestión en esta etapa de la
vida con la cual nosotros trabajamos, en donde el recibir tiene una re-
levancia tan importante y que sienta las bases de la posibilidad de que
el niño después pueda dar.
haya venido o que no. Y una inscripción en una genealogía: ser abuela
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de, ser nieto de, ser alumno de.
Recuerdo ahora una anécdota que me contaron hace poquito, que me
llamó mucho la atención. Hablando ya de chicos más grandes, de ado-
lescentes. Un chico judicializado, que llama a la directora de la escuela
estando en la cárcel y le pide que le guarde la vacante. Digamos, ahí
hay un punto de inscripción, un punto de anclaje, aunque sea mínimo.
Pensarlo en los gestos y en los detalles, que construyen grandes cosas,
como en este ejemplo.
Entonces, filiación implica inscripción; un proceso de inscripciones. Y
también, de reconocimiento. Acá hubo un proceso de reconocimiento;
reconocimiento de que ahí había un sujeto con otros saberes, con otras
experiencias, que ella no conocía. Otros tiempos. Me parece muy inte-
resante para pensar, además, cómo movernos en un marco de desco-
nocimiento de lo que hay del otro lado. Abrirnos. Digamos, transitar
del estigma –toda la primera parte y hasta ya bastante avanzada la pe-
lícula, uno podría rápidamente situar un estigma para este chico: es un
hiperquinético, un insolente, un maleducado- al reconocimiento de un
sujeto.
CIANA, QUE FUE LA ABUELA, Y QUE TODAS LO CREÍAMOS, PORQUE EN ALGÚN PUNTO
NOS AFECTABA TAMBIÉN ESE JUEGO DE ESE NENE, QUE NO TENÍA NADA QUE VER
RENO, DIVINO, Y CÓMO PERMITIÓ QUE ESE NENE SEA. ESE JUEGO QUE ÉL HACÍA,
PZ. Uno no termina de ser dócil –ahí está la docilidad–, de dejarse lle-
var, acompañar, pero no consentir con todo. Y lo que vos decís, me
hace pensar en algo que me parece importante. Si pensamos a la
abuela como una metáfora de la escuela y a la mamá como una metá-
fora de las familias, dimensionar el desarraigo cultural que siempre, en
cualquier caso, a veces más y a veces menos, significa entrar en la cul-
tura escolar. En esta escena que vos señalás y que me parece intere-
sante: el nene con sus patines, con sus rollers, y la abuela ahí, con su
horizonte. Ahí hay dos universos, que requirieron de determinados mo-
vimientos de este adulto.
tercambio.
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Por ejemplo, la puerta del jardín puede ser ese espacio de intercambio.
En el artículo que les mencioné, es muy interesante el lugar que le dan
a la puerta como ese lugar donde se está atento a escuchar a la familia,
a quien trae a los niños. Y la escena que se da. Estar atento y advertido
acerca de por dónde le va a este sujeto en particular. Y que, de algún
modo, esto que parece por momentos tan difícil porque tenemos tantos
chicos, y parece muy difícil hacerle lugar a la particularidad de cada
uno, sin embargo, vemos que después esto revierte en favor también de
nuestra propia tarea, porque lo que logramos es que el niño consienta,
que dé su sí a recibir de nosotros, como pasó en la película. Al principio
era un no, porque no había un sí previo. Sin embargo, esa construcción
permitió que nuestro protagonista en la película consintiera, por ejem-
plo, a la caricia. Cuando la ve a la abuela, ahí aparece el niño; esa im-
postura del nene malo se cae y en el llanto aparece el niño.
ARRAIGADO. PORQUE NOSOTRAS SOMOS LAS QUE SABEMOS. POR EJEMPLO, LLEGA
UN NIÑO Y YA DIAGNOSTICAMOS. O CREEMOS SABER LO QUE SUCEDE EN UNA FA-
PZ. Y en donde hay una ilusión en un saber, que en realidad, deja afuera
al sujeto. Me parece que el saber del cual nosotros no podemos desen-
tendernos es el de la orientación, hacia dónde nos orientamos. Esto que
yo planteaba al comienzo. Cuál es nuestra orientación en el trabajo con
un niño. Hacia dónde orientamos ese trabajo. Yo decía: hacia el sujeto
del niño. Esto nos orienta. Y todas las herramientas que tenemos están
a disposición de eso. Por un lado, orientarnos con relación al niño, y
también con relación a nuestra posición. Hay dos campos de preguntas
que me parecen importantes. Uno, con relación a dónde está el sujeto,
por dónde va. El otro campo de preguntas es en relación al Otro que ne-
cesita ese sujeto. Y acá podríamos decir, sintetizando las operaciones
que hace esta abuela, que por un lado, está advertida de que ahí hay
un niño, y se sigue sosteniendo en una posición de asimetría, no se pone
en el plano simétrico en ningún momento, a pesar de que el niño la in-
sulta y le dice que no sabe. Y es cierto que no sabe. Sin embargo, la pre-
gunta es cómo sostenerse en una asimetría, en una autoridad,
reconociendo que hay cosas que no sabemos, que hay muchas de las
cosas que traen los niños que no sabemos. Y en este sentido, convertir
este primer estigma –rápidamente: es un ADD, o es un niño hiperqui-
nético, o es un niño terrible, en fin, todos los estigmas que conocemos–
LECTURAS
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DOCENTE. CUANDO ENTRA EL TERCERO, ENTRA LA CULTURA Y ENTRA LA LEY. O
SEA, DE UNA ENDOGAMIA VA A UNA EXOGAMIA.
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