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Clase 1 01-04-2017
Liliana Donzis
Liliana Donzis: Les doy la bienvenida. Nos encontramos en este espacio tan querido por
mí, y por muchos de ustedes en la Escuela. Es un placer que me acompañen, y que los
acompañe en el camino del psicoanálisis. Sabemos que el psicoanálisis no es una
práctica fácil sino que propone muchos obstáculos, pero al mismo tiempo ofrece una
posibilidad enorme que es ir más allá de las cuestiones que nos afligen, y poder hacer
algo con eso.
El Seminario tiene por título y por tema de despliegue: “El Sufrimiento y la Emergencia
del Sujeto”.
Siempre me gusta comenzar con algún texto alusivo, la letra de un poeta, hoy es
Miguel Hernández nos dice
“Llegó con tres heridas (falta Serrat, para cantarlo)
la del amor,
la de la muerte,
y la de la vida.
Con tres heridas viene
la del amor,
la de la vida,
y la de la muerte.
Con tres heridas yo;
la de la vida,
la de la muerte,
y la del amor.”
Vamos a trabajar sobre esto todo el año. Por eso les decía, no es un camino sencillo.
Para no hablar sólo sobre el dolor y la herida, también vamos a trabajar sobre el
humor que como dice Freud, es un de tránsfuga del superyó. El que nos permite
escapar del peso del superyó.
Vamos a trabajar sobre el sufrimiento que aporta el superyó. Entonces, les voy a contar
algo que es muy cercano al núcleo de lo aquello que vamos a desplegar.
Se encuentran dos nenes – tal vez algunos lo conocen-, porque está circulando por
Facebook- se encuentran dos nenes, una nena y un nene, que se están mirando con
enorme cariño. Y entonces el nene le dice a la nena: “¿te querés casar conmigo?”.
La nena le responde: “no… porque en mi familia sólo nos casamos entre nosotros; mi
abuela con mi abuelo, mi papá con mi mamá, mi tía con mi tío”.
No sólo el sufrimiento nos hace padecer, sino que también el hilo del humor nos puede
mostrar esta verdad por la cual los niños pueden quedar en posición de sufrientes,
alienados al goce del Otro. Es decir, al goce incestuoso. Goce incestuoso, que Lacan
dice, es el único que hay. Dice: el goce incestuoso existe, pero es justamente por el goce
incestuoso, e “en mí casa sólo nos casamos con la familia”, sabemos bien que la
endogamia es fuente, no sólo de displacer, sino que la endogamia es fuente de
sufrimiento, y es alienación al cuerpo del Otro. Vamos a trabajar esta alienación al
cuerpo del Otro. Que la nena puede decir “sólo nos casamos con la gente de la familia”.
La endogamia trae más de un inconveniente, generalmente una exclusión del lazo social
y algunos otros problemas como ciertas enfermedades transmitidas producidas por la
endogamia, pasa en algunas tribus, particularmente en la antigüedad, la
consanguineidad por el cruce e gametas con los mismos recesivos, ocurre en
colectividades pequeñas cuando el cruce es permanente. Debemos agregar que la
endogamia no solo es por los lazos intrafamiliares sino que la endogamia concierne
también a la exclusión del lazo, y la alienación al Otro.
Algunos de ustedes recordarán que en el seminario del año pasado hablamos de una
niña llamada Paula. ¿Se acuerdan? Fue un Seminario dedicado al trabajo y a la
dificultad que entraña la interdisciplina.
Paula es una nena con bastantes dificultades, trabajaban con ella una fonoaudióloga, y
otros profesionales. No fue posible lograr una interdiscursividad con ellos, por el
contrario parecía una contra discursividad, porque cada uno era dueño de un pedazo
de saber, y la niña estaba tironeada entre pedidos de certificados de discapacidad,
rótulos mal pensados e intentos de medicalización excesiva. Paula tenía un hermano
menor con serias dificultades, un chiquito que había sido diagnosticado dentro del
espectro autista. Entrando en la pubertad un día Paula se despertó y tenía a su
hermanito encima suyo en la cama haciendo toda clase de flexiones, ejercicios y
cuestiones eróticas sobre el cuerpo de la hermana, le pregunte “¿y qué hiciste?” Y
entonces ella me dice “y me hice la dormida”. Bueno, “¿y después?” “y después le
conté a mi mamá”. Ah! menos mal que despertó. Hubo que trabajar lo sucedido con el
hermano. Ella le conto a sus padres quienes intervinieron eficazmente. Asimismo el
analista del hermanito. Paula tuvo que hacer ese derrotero de “en mi familia se casan
con la familia” a “en mi familia no se casan con la familia”. Esto es lo que Freud llamó
Edipo – castración.
El atravesamiento de la castración, la articulación falo - castración, tema que
seguiremos durante este año junto a “la constitución de un sujeto en la cura”.
Tanto en consultas por padecimientos fóbicos, o en los trastornos más graves, el niño
que se acerca, o que consultan por algún síntoma, pregunta, o demanda para articular
es un camino en el que puede emerger el sujeto en la medida que se articule
oportunamente la transferencia.
Apuntamos y apostamos al sujeto también en el análisis de un niño, aún de un niño
pequeño o con padecimientos graves. Un psicoanálisis no apunta, lo vamos a ver más
detenidamente, a la evolución, ni a la evolución de la libido, ni a que se lleve mejor o
peor –aunque también nos importa, no es algo que dejemos de lado- en la escuela, que
cumpla con sus cuestiones de aprendizaje, con la familia, que cuente con lazos sociales.
Sí, pero situando el sujeto del inconsciente en las tres dimensiones, -real, simbólica e
imaginaria-, en virtud de un abanico de operaciones , entre las cuales la transferencia
con el niño y los padres es estructural permitiendo que desde la fobia de Juanito, o Dick
de Melanie Klein, o a la tarea con un niño con manifestaciones autistas o psicóticas
con cada uno de ellos apostamos, desde el glugluglu de un autismo, un soliloquio o el
aullido de sonidos, intervenimos para lograr un soplo de sentido en lo real, y que el
glugluglu, con una buena escucha, pueda ser agua, glup, o alguna cuestión relativa al
lengua produciendo una transformación enorme en la cura. Apuntamos entonces al
sujeto en la estructura, y apuntamos a la efectuación de operaciones para que surja un
sujeto, y no para etiquetarlo, ya sea el DSM… ya sean los diagnósticos escolares.
Con lo cual, decimos, apuntamos a una emergencia, ¿Cuál? contamos con el lenguaje y
la función de la palabra que arrastra la imagen, entre trazo e imagen adviene el
mundo. Ahí donde se produce la palabra, y se produce el milagro del lenguaje y de la
lengua, ahí un análisis, un analista no solamente tiene algo por hacer, sino que muchas
veces ya hizo algo, y mucho.
Es decir, el niño en cualquiera de sus posibilidades de emergencia subjetiva, en
padecimientos graves, en padecimientos propios de la latencia, en padecimientos de la
pubertad, momento en que están más jugadas las cartas, esperamos que de las
intervenciones con los padres y el niño surjan transformaciones en relación al goce, en
relación al amor, y en relación al deseo.
Entonces vamos a ver más adelante, en el transcurso del Seminario, si podemos ubicar a
estos tres –amor, deseo y goce- y sus diferencias, en el tiempo de la niñez y en el tiempo
de la pubertad. Las transformaciones de goce arrastran a su vez transformaciones en
relación al amor y al deseo. En consecuencia habrá transformación del sufrimiento.
En los niños en condiciones más graves, puede surgir empatía, lo llamamos eco y
hacen eco, lo llaman “me quiere”… el niño por ahí no nos dice palabras amorosas pero
nosotros somos quienes leemos en sus manifestaciones, “vino y me abrazó”, “me saludó
y me apretó”, “se llevó un juguete de la caja, porque lo quería para él, al modo de algo
del otro para él”, y eso es una operación importantísima con niños graves. Winnicott
hubiera podido insinuar que ese objeto puede entrar en el espacio transicional y haber
un ida y vuelta. Pero esa primera vez de un niño grave que se lleva un pedacito de algo,
un juego, un elemento de nuestro consultorio, que se lo quiere llevar aunque balbucee,
y todavía no esté en condiciones de poder articular la palabra, ese elemento, ese objeto
investido, es un investimento transferencial.
Lacan agrega: “siempre hablamos de amor, en un análisis sólo se habla de amor”. A los
hijos, a los padres, a lo incurable del amor, al amor que hace lazo, al amor que se
desenlaza provocando tormentas y desajustes. Sólo se habla de amor.
Liliana Donzis: es donde habla de su relación con Breuer. Lo que estaban haciendo con
Breuer, y cuando trabaja, particularmente, la abreacción.
Liliana Donzis: muchísimas gracias Laura, porque, en realidad, está más cerca de la
poética con el Aleph y el objeto causa, está en ese lugar… lo tiene todo pero además es
inhallable. Por más de que estemos todo el día con la computadora, con el Iphone y con
la tecno el objeto resulta inhallable, la verdad que porta el Iphone Aleph. Gracias. Sí,
estoy de acuerdo…
Mónica: hola, ¿se escucha? Cuando situabas a Freud, recién, me acordaba de que en el
historial de Catalina, la primera pregunta que le hace a Catalina es: “¿de qué sufre
usted?” Y a la vez, desplegado ese sufrimiento, llega al tema del ultraje. Y a aquello que
había sido acallado. Me pareció volverme a acordar, en relación al sufrimiento, y cómo
un analista, Freud ahí, 1893-95, la primera pregunta que hace es “¿de qué sufre usted?”
Liliana Donzis: gracias Mónica, es valioso el comentario… sí, “¿de qué sufre usted?”,
y el ultraje también… hay un momento, que creo que está en mi invitación primera, y
bueno, por supuesto que lo vamos a trabajar, que es la cuestión y las cuestiones
vinculadas con los abusos y con los ultrajes a los niños, al cuerpo de los niños, que es
un padecimiento y un sufrimiento muchas veces acallado, silenciado o maltratado. Hay
un texto que voy a hacer circular, que se llama Niños ultrajados, niños indignados, con
una posición personal respecto del abuso paterno filial. En el ultraje no hay más padre,
hay duelo por el padre, tiene que haber una caída del padre, para que se reinstaure la
función simbólica del padre. Pero bueno, me lo evocó inmediatamente tu pregunta,
porque además Catalina, según ella decía, había sido ultrajada por su tío. Y según ese
libro que compartimos, con la compañera y colega, un libro en portugués que tiene
todos los casos de Freud escritos por un anti freudiano, pero que recogió y armó las
biografías de cada uno de los pacientes de Freud, con detalles personalísimos, y
nombres y fotos, creo que lo tengo que dejar en Biblioteca, es muy atractivo el libro, y
cuenta que no se trata del tío sino del padre de Catalina, cuando fue seducida, según
decía Freud.
Gabriela Yankelevich: sí, Lili, en relación al tema del ultraje, hay una duda que yo
tengo hace un tiempo, que observo que muchos papás y mamás le dicen “papi” y
“mami” a sus hijos. Y me parece que es como algo novedoso en relación a ese lugar que
le dan a ese niño, y las consecuencias de esto, que son pibes que a veces no le dicen
papá y mamá al papá y a la mamá, los llaman por su nombre, o, bueno, no saben decir
su apellido, no lo saben escribir… bueno…esto.
Liliana Donzis: coincido, coincido. Cuando ponemos, que no es nuestro caso, pero
cuando se le pone a un niño ADD antes de conocerlo, para decir lo más trillado, estamos
sin entrar reconocer del sufrimiento.
Participante: la emergencia del sujeto. Y me quedé pensando un poco por qué habrás
elegido este título, y pensaba cómo era la clínica en esta época, qué escuchabas… ¿no?
Hablaste del Iphone… hablamos de lo incurable del amor, de la época en que ahora el
objeto es como que hasta parece intercambiable a veces, y si esto tenía algo que ver en
esa relación de estos padres a esos niños… obviamente que es caso por caso, pero me
interesaba saber si el título que habías elegido tenía algo que ver con la época, y si algo
de esto escuchabas por supuesto en el consultorio…
Liliana Donzis: algunas veces sí, algunas veces no. Yo creo que hay invariantes de la
estructura que mencionó Freud, Lacan, y nosotros seguramente también. Digamos,
Edipo, castración, nombre del padre… represión, inconsciente… son invariantes de la
estructura, y no podemos aislarnos ni distanciarnos de esto. Ahora, yo entiendo que hay
a veces condiciones subjetivas, que Lacan decía que hay que estar a la altura de la
subjetividad de la época, y esa frase de Lacan, que no está escrita de cualquier manera,
tampoco, a veces nos lleva a ciertos problemas.
Que, por ejemplo, hay epidemia de autismos… no, no hay epidemias de autismo, me
disculpo por lo que voy a decir, hay cierta ignorancia sobre lo que es el autismo, y a
muchos niños silenciosos o con dificultades de vinculación, se los llama autistas, y ahí
queda, como decía un poquito recién Alejandra, queda lejos de nosotros el sufrimiento
individual de ese sujeto, de ese nene. Entonces, tendemos a hacer masificaciones, esto
es un problema de época. Pero no sé si es un problema de los niños. Que los niños
jueguen con lo que tienen a mano, y sí… de hecho, cuando llegan al consultorio ,
seguramente les pasará lo mismo que a mí, tenemos una caja con maderitas, con autitos
de plástico, con legos, y otras cosas, a los chicos les encanta, porque de eso, en casa, no
hay.
Participante: y una última cosita más, ¿puede ser? Si podes ampliar algo de lo que
dijiste respecto de “el único goce que existe es el goce incestuoso”.
Liliana Donzis: ah, bueno, lo dejamos para la próxima reunión, que vamos a trabajar un
poco sobre la cuestión de frustración, privación, castración y la cuestión del incesto. Ahí
lo dejamos, y le damos la palabra a Olivia, y como se están yendo, vamos a culminar
aquí, no sé si la pregunta es breve…
Olivia: es breve, es breve, gracias Lili. Cuando vos decías que cien años de psicoanálisis
ya nos han enseñado que, el primer objeto de amor que es la madre, lo que interviene
ahí es el cuerpo de la madre. Y yo te quería preguntar, para seguirlo trabajando, que
decís vos, qué querés decir cuando decís “cuerpo de la madre”…
Liliana Donzis: sí, puedo decir el goce del Otro, la voz, la sonoridad del cuerpo de la
madre y la lengua, el falo… Tu trabajo va por ese lado, lo conozco y lo he leído. Ha
sido publicado un trabajo de Olivia sobre la cuestión del falo, así que, bueno, lo vamos a
recomendar especialmente.
(Aplausos)