Está en la página 1de 3

Transmisión de las obligaciones.

Concepto.
La transmisión de las obligaciones es un fenómeno jurídico
que se presenta cuando tiene lugar una sustitución en la
persona del acreedor y del deudor siempre que la causa de
ese fenómeno se relacione con la persona del sujeto que ha
quedado sustituido. La transmisión supone un contenido que
permanece idéntico_ la obligación es la misma_ y un
cambio en el elemento personal del acreedor o deudor. Si
también cambiara la obligación no había transmisión si no
novación.
Diversas clases.
Según el criterio de clasificación que se adopte resultan
diversas clases de transmisión:
a) Según el origen la transmisión puede ser legal como la
sucesión ab_intestato o voluntaria, como la que resulta
de un contrato de cesión de créditos.
b) Según la extinción del título la transmisión es universal,
cuando comprende todo o una parte alícuota del
patrimonio: o singular cuando se aplica a uno o más
bienes particulares.
c) Según la causa que la opera la transmisión es monis
causa como el legado de crédito: o por acto entre vivos
como la que resulta de un contrato.

Principio general de transmisión de la obligación.


Una obligación es transmisible cuando tiene la aptitud de ser
sustituida en alguno de sus elementos personales. Sin
alteración de su sustancia. En principio, todos los derechos y
obligaciones son transmisibles, especialmente por causa de
muerte del acreedor o deudor. Cuando se trata de actos entre
vivos, se admite sin dificultad la transmisión de la calidad
de acreedor; en cambio presenta mayores problemas la
trasmisión de la calidad de deudor a tal punto que la
generalidad de las legislaciones no acepta la transmisibilidad
de las deudas por actos entre vivos, sin el consentimiento del
acreedor.
Limitaciones al principio general de transmisión.
El principio general mencionado no es absoluto, porque la
transmisión de algunos derechos y obligaciones de un sujeto
a otro puede determinar la ruina de ese derecho. Por ellos no
son transmisibles las obligaciones inherentes a la persona del
acreedor o del deudor ya se trate de que lo sean por su
naturaleza o por una disposición de la ley.

En el derecho romano, no era aceptable el cambio de uno u


otro sujeto de las obligaciones, sin extinguirse el vínculo
jurídico originario, a menos que hubiera un traspaso total
del patrimonio como en la adrogatio o en las transmisiones
de mortis causa.
Sin embargo, el derecho romano usó medidas indirectas:
Delegatio: Era el acto por el cual, una persona tomaba el
lugar del deudor o del acreedor.  Delegatio solvendi o
Delegatio obligando. Podía hacerse por estipulación en que
se extinguía la primera obligación.
Procuratio in rem suma: operaba como un mandato
judicial, no era una cesión de créditos, porque no se cedía el
derecho sustancial del crédito, se obtenía el mismo
resultado y el nuevo acreedor tenía la actio iudicati para
conseguirlo en ejecución forzosa.
Cesión de créditos: aunque se prohibió debido a la tendencia
cristiana del favor debitoris.
Se prohibía:
- Si el cesionario era un acreedor poderoso.
- Si los créditos estaban en litigio.
- Si el cesionario era el tutor del deudor.

También podría gustarte