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Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua

Unan León Cur Jinotega

Carrera: Licenciatura en Derecho


Año: 4to.
Componente: Derecho Bancario.
Docente: Ranbindranath Montenegro.
Tema:
 Generalidades de los contratos bancarios.
 Diferencia entre contrato bancario y contrato civil
 Tipos de contratos.
 Elementos de los contratos.
Elaborado por:
 Betzayda Julissa Herrera Hernández
 Madeline Rosbely Zelaya Chavarría.
 Belén del Rosario Delgado Chavarría.

Fecha: 20-04-2020

“A la libertad por la universidad “


Introducción.

Dentro de la legislación nicaragüense existen un sinnúmero de contratos


bancarios, los cuales por su importancia económica han tomado un mayor realce
en el mercado financiero. En ellos tenemos el de apertura de crédito o póliza de
crédito, que dentro de la practica bancaria y la doctrina la podemos definir como
aquel contrato por el cual el banco se obliga dentro del límite pactado y mediante
una comisión e intereses que percibe del cliente a poner a disposición de este o
un tercero que indique, y a medida de sus requerimientos, sumas de dinero o a
realizar otras prestaciones que permitan obtenerlo al cliente.

Otros estudiosos del derecho lo definen como aquel por el cual el acreditante a
cambio de la percepción de una comisión, se compromete, dentro de los límites de
cantidad y tiempo pactado a conceder créditos al cliente, bien haciéndole entregas
de efectivos o efectuando prestaciones que permitan prestaciones que permitan
obtener créditos o que generen un deber aplazado de pago.
Contratos bancarios.

Resulta llamativo de este contrato la disponibilidad que le garantiza el banco de


disponer de los medios de pago o financiamiento que mejor le parezca pudiendo
hacer en ellas, extracciones e ingresos, pero la disponibilidad no es aquí
consecuencia de una previa entrega de fondos como lo es en el deposito sino
consecuencia de la concesión de crédito, y por lo tanto la disponibilidad no
conduce a la restitución como en el depósito. Sino a la entrega de dinero u otros
medios de pagos por el banco al cliente; entonces la esencia principal del contrato
de apertura de crédito no reside tanto en la dación y concesión de crédito sino en
la promesa de concederlo permitiendo al acreditado que mediante sus actos de
disposición se convierta en deudor del banco; eso quiere decir la expresión
apertura de crédito que no es equivalente a la de dar crédito, la cual tiene
significado muy diversos en el campo del derecho. Este contrato de apertura de
crédito esta enunciado por la legislación nicaragüense en la ley general de
bancos, instituciones financieras no bancarias y grupos financieros (ley 561). En el
arto. 53 en el inc. 3 de la re

FUNCIÓN ECONOMICA:

Como todo contrato bancario la apertura de crédito lleva marcado un gran acento
mercantilista convirtiéndose en un instrumento de financiamiento común en el
ámbito de la economía. El banco a través del contrato de póliza de crédito le
concede un crédito al cliente el cual puede utilizar de manera total o parcial según
lo disponga en el convenio previo a la realización del contrato. Este tipo de
contrato por la elasticidad y flexibilidad que presenta ha sido un instrumento
preferido por los comerciantes e industriales a diferencia del préstamo que si
calcula por bajo no será satisfecha la necesidad de dinero y si se calcula con
exceso, el prestatario estará obligado a abonar unos intereses que no tendrá
justificación. Para eludir estos inconvenientes las personas necesitadas de crédito
en vez de concertar un préstamo conciertan una apertura de crédito, es decir un
contrato cuyo objeto no va a ser el dinero sino el crédito mismo como bien
económico, en definitiva mediante la apertura de crédito el cliente obtiene la ayuda
económica del banco como ocurre en el préstamo. Pero es una ayuda que se
adapta elásticamente a las exigencias del momento salvando la desventaja de la
rigidez del préstamo.

Los bancos como instrumento de financiamiento dentro del espectro de su


composición pone a disposición del cliente fuentes de financiamiento más factible
para el cliente como es la tarjeta de crédito que en sus diferentes modalidades
puede otorgar a su titular unas series de facultades diversas que hacen del
contenido de la relación jurídica sea notablemente complejo. Así la tarjeta permite
a su titular realizar pagos por la obtención de bienes o servicios, obtener dineros
en efectivo ya sea a través de los cajeros automáticos o a través de la misma
institución. Este tipo de figura bancaria en forma de tarjeta de material plástico que
habitualmente lleva incorporada una banda magnética permitirá a su titular realizar
una serie de operaciones con la propia entidad emisora y con terceros; el cual
nacerá a través de un contrato con el emisor (un banco) el cual podrá ser ya sea
contrato de apertura de crédito con emisión de tarjeta de crédito que es causa de
estudio en los otros capítulos o a través de otras figura que por su naturaleza o
amplitud de las prestaciones que ofrecen, pueden ser de mucha utilidad en la
actividad bancaria como lo es la tarjeta de débito que no es más que el crédito
propio del cliente que se materializa a través de depósitos y el banco lo convierte
en dinero plástico con la misma facultades de la tarjeta de crédito o apertura de
crédito pero con la diferencia con la tarjeta común de que el saldo que arroja en el
estado de cuenta será el valor líquido que el cliente tiene en depósito más una
pequeña comisión y mantenimiento al valor que pueda generar por la utilización
del sistema.

Todos estos instrumentos se materializan a través de un contrato de adhesión el


cual es elaborado por el mismo banco, aprobado por la superintendencia de
bancos y publicado en la gaceta y los diarios de circulación. En ellos la entidad
emisora se obliga a facilitar la tarjeta y la lista de establecimiento de que la
admiten para hacer frente al pago de la factura que presenta de quienes hallan
entregados bienes o servicios, también se obligan en el contrato en sentido
estricto a conceder un crédito al usuario, aplazando y fraccionando el deber de
reembolso de los gastos en que la entidad emisora haya incurrido. Por su parte el
usuario se obliga a rembolsar a la entidad emisora los pagos que esta halla debido
efectuar por el uso de la tarjeta así como los cargos, extra financiamiento,
incluyendo los eventuales intereses después del periodo de gracia (45 días). Si es
que el emisor ha concedido crédito al usuario también incumbe a este último hacer
un uso correcto de la tarjeta custodiándola con la debida diligencia y
comunicándola de inmediata su extravió, así como utilizarla sin exceder los límites
máximos de cantidad y de tiempo, también el de presentar su identificación y
firmar el respectivo recibo que gira el establecimiento (Boucher) y regresar las
tarjetas en caso de resolución y rescisión del contrato. Este tipo de contrato es
mixto, por que funde bajo una causa única elementos de contratos diversos como
el de comisión, el de arrendamientos de servicios y el de apertura de crédito. Esta
figura jurídica está regulada en la ley 515 o ley de promoción y ordenamiento del
uso de la tarjeta de crédito

Naturaleza jurídica:

Dentro la concepción bancaria se estima que el contrato de apertura de crédito


tiene indudable trascendencia practica porque no es un préstamo ni una oferta
aunque tiene estrecho parentesco con aquella de modo que sería posible
considerarlo como variante de una figura superior común, tal vez del contrato de
mutuo pero de un tipo “sui generis”. El doctor Joaquín Garriguez en su ilustre obra
de los contratos bancarios, hace un énfasis en su naturaleza al decir que dentro
de la practica bancaria se han manejado tres teoría diversas que ofrecen
diferentes puntos de vista sobre la apertura de crédito dentro de ellos tenemos la
del contrato de préstamo, la del contrato preparatorio de préstamo y la del contrato
consensual y definitivo de concesión de crédito o apertura de crédito.

Teoría del contrato de préstamo:


Esta teoría dice que el contrato conduce normalmente a la entrega de dinero al
acreditado dinero que ha de ser restituido al banco. resalta en esta teoría la
restitución como elemento principal de este contrato pero dicen algunos autores
de que hayan pensado en el contrato de préstamo como prototipo que producen
una obligación única de restituir el capital recibido no es válida, porque según el
doctor Garriguez esta forma era utilizada por los bancos de España para encubrir
el contrato de apertura de crédito en forma de préstamo pero el cual no se
ajustaba a la verdadera naturaleza del contrato porque las misma pólizas no
guardaban semejanzas con las fórmulas de los contratos de préstamos, en ellas el
prestatario se obliga a devolver no el capital que va a recibir sino el capital que ha
recibido, olvidando que esta obligación no puede nacer sino en el momento en que
el dinero se recibe efectivamente, el cliente se obliga solo en el supuesto de que
reciba alguna cantidad del banco cosa que todavía no se sabe si ocurrida o no, en
el momento en que se pactó el contrato. De esta realidad contractual deriva que la
perfección del contrato a diferencia de lo que ocurre en el préstamo no depende
de ninguna entrega sino de la disposición que le dé el banco al cliente de los
medios de pago.

Teoría del contrato preparatorio del préstamo:

La solución a la antítesis entre del concepto de contrato unilateral y el de apertura


de crédito como contrato bilateral intenta salvarse con la doctrina del contrato
preparatorio de mutuo, nadie puede obligarse a devolver lo que no ha recibido aún
pero todos podemos obligarnos a entregar aquello que luego tendremos derecho a
reclamar, la apertura de crédito sería una promesa de préstamo que se transforma
en préstamo el día en que se cumple el pacto de dar un préstamo. Se diferencia
del préstamo de que es un contrato consensual, y que la obligación no es a cargo
del futuro prestatario sino del futuro prestador pero esta opinión no es convincente
por la diversidad del contrato de apertura de apertura de crédito, por la índole muy
diversa de este y por la tanto imposible de unificar con el préstamo de dinero.

Teoría del contrató consensual y definitivo de la concesión de crédito.


Desde el momento que el banco pone a disposición los diversos medios de pago,
queda claro que ya no sirve la doctrina del préstamo para definir la naturaleza de
este contrato. Dado que el prestamista nuca asume obligación alguna. Tampoco
sirve la doctrina del contrato preparatorio de préstamo porque los actos sucesivos
que habrían de representar el contrato principal no solo son actos de entrega de
dinero. La tercera opinión sobre la naturaleza del contrato se produce por
exclusión de las dos anteriores doctrinas, el contrato que nos ocupa es un contrato
consensual , principal, bilateral y atípico cuyo objeto consiste atribuir al acreditado
una variada disponibilidad sobre los fondos del banco pero esta disponibilidad
tiene un sentido especial que la hace distinta de la disponibilidad inherente a todo
derecho de crédito porque así como en los demás derechos de crédito, el deudor
puede liberarse de su deuda, consignando la suma debida en contra de la
voluntad del acreedor. En la apertura de crédito no puede liberarse de su deudor
sino que tiene que esperar los actos de disposición, es decir las órdenes del
acreditado. Finalmente otra característica del contrato es su carácter bilateral
porque la doctrina que apoya la parte unilateral no tiene apoyo en la práctica
bancaria ya que en el momento del perfeccionamiento del contrato nace una
obligación de pagar una comisión al banco, hágase o no uso del total del crédito
concedido Al quedar definida la naturaleza del contrato de apertura de crédito
concluimos entonces que no debe confundirse con el préstamo pese a su mayor
complejidad. También se trata de un contrato único y definitivo en la medida que
vincula a las partes en el cumplimiento de sus obligaciones sin que sea precisa
ulterior manifestación de voluntad.

Diferencia entre contrato bancario y contrato civil.

Son contratos bancarios aquéllos que sirven al desarrollo de la actividad


típicamente bancaria, siendo lo esencial la pertenencia del contrato al conjunto de
operaciones mediante las cuales las entidades de crédito ejercen, de manera
habitual y con ánimo de lucro, funciones de intermediación en el crédito.
Así, por ejemplo, el contrato por el que un banco alquila a una empresa un local
comercial no tendría el carácter de bancario, a pesar de la intervención de una
entidad de crédito.

Los contratos bancarios, al igual que la inmensa mayoría de los contratos que
suscriben las grandes empresas con sus clientes, no se negocian individualmente
en sus aspectos generales, sino que la libertad de la otra parte consiste
simplemente en aceptar el contenido contractual que se le ofrece o en rechazarlo.
Dependiendo de las circunstancias concretas de la negociación en cada caso
podrán establecerse las condiciones específicas que acuerden las partes.

Por tanto, partiendo de que los contratos bancarios contienen condiciones


generales de la contratación y de que los potenciales clientes sólo podrán aceptar
o rechazar en conjunto el documento que se les ofrece (de ahí la relevancia de
que exista una competencia efectiva entre entidades, para que los potenciales
clientes puedan elegir la opción que más les interese).

Elementos de los contratos bancarios

En todo contrato bancario se pueden distinguir tres elementos, que son los
personales, el objeto y la forma del contrato.

Los elementos personales del contrato son la entidad de crédito que, a través de
la sucursal o agencia, contrata la prestación de determinado servicio financiero
relacionado, generalmente, con la entrega de dinero, y el cliente, en sentido
amplio, sea empresario o consumidor.

La relación del cliente con la entidad de crédito se inicia en la generalidad de los


casos con la apertura de una cuenta a la vista, que servirá de soporte y
contabilización para cuantas relaciones posteriores se inicien entre las partes
(abono de intereses de una imposición a plazo fijo, adeudo de cuotas de
amortización de un préstamo, etc.)

El objeto del contrato bancario es la entrega de dinero o la prestación del servicio


financiero por parte de la entidad a cambio de un precio que satisface el cliente, el
cual, según su naturaleza, recibe habitualmente el nombre de comisión o de tipo
de interés. En la práctica bancaria los contratos tienen por objeto prestaciones
conectadas directa o indirectamente con el dinero. Hay alguna excepción, como el
contrato de alquiler de cajas de seguridad, en el que incluso es frecuente recoger
la prohibición de introducir dinero en la caja.

En cuanto a las operaciones bancarias

Tarjetas bancarias

Instrumento de pago muy extendido, documento de material plástico que identifica


a su titular, con banda magnética que contiene determinados datos que sirven
para operar con ella a menudo en combinación con un pin.

a) Tarjeta De Débito

Es una tarjeta que sirve para utilizar los fondos depositados en la cuenta corriente
o de ahorro a la que está asociada. Por eso, si se es titular de una tarjeta de
débito, se deberá ser también titular de la cuenta.

b) Tarjeta de crédito

Es una tarjeta que permite disponer de una cuenta de crédito, facilitada por la
entidad que la emite. Eso quiere decir que si se es titular de una tarjeta de estas
características puede hacer pagos u obtener dinero, hasta cierto límite, sin
necesidad de tener fondos en su cuenta bancaria en ese mismo momento. Ésa es
la principal diferencia con las tarjetas de débito. A cambio, usted tiene que
devolver el dinero que ha utilizado, en los plazos previstos.

DEPÓSITO BANCARIO DE DINERO

SON DEPÓSITOS IRREGULARES ya que, al ser el dinero fungible, la entidad


depositaria adquiere la propiedad del dinero y, con ella, las facultades de uso y
disposición, quedando frente al depositante obligada a devolver otro tanto de la
misma especie y calidad.

El derecho de dominio del cliente depositante se convierte en un derecho de


crédito a la restitución de la suma dineraria. La obligación de restitución de la
entidad sustituye a la obligación de custodia propia de los contratos de depósito;
aunque la entidad debe hacer uso profesional y diligente de los fondos para
asegurar su restitución.

En el depósito bancario hay dos clases: a vista, a plazo.

En el primero, el derecho de crédito a la restitución de los fondos puede exigirse


en cualquier momento. Imponen un deber de comportamiento diligente a la
entidad que tiene que poder cumplir esa obligación. Son contratos reales y
unilaterales. Las obligaciones de la entidad son

1. Restituir la suma

2. Pagar intereses al depositante

En el caso de los que son a plazo, el depositante, en virtud de pacto expreso, se


obliga a respetar un determinado plazo para exigir la restitución del dinero. A
diferencia de los depósitos a la vista, aquí hay disponibilidad unilateral de los
fondos por la entidad, razón por la que abona al depositante intereses más
elevados.

Habitualmente, los contratos de depósito a plazo incluyen la posibilidad de sacar


dinero del depósito antes de que pase el plazo acordado, a cambio de una
penalización o de una comisión que deberán estar recogidas en el contrato.

PRÉSTAMO BANCARIO

Contrato por el que la entidad prestamista (entidad de crédito o establecimiento


financiero) transmite la propiedad de una suma de dinero al cliente prestatario,
quien se obliga a restituirla y abonar los intereses pactados.
Por lo general la cantidad de dinero solicitada en un préstamo personal o bancario
va destinada a la compra de un bien o servicio concreto. En el caso de las
empresas, quizás estemos más acostumbrados a hablar de operaciones de
crédito materializadas en líneas o pólizas, pero como ya hemos comentado en
otras ocasiones, las cuentas de crédito han de ser solicitadas para afrontar
períodos pasajeros de falta de liquidez o cubrir los gastos de una situación
extraordinaria relacionada con el circulante.

Préstamo de Consumo

Estos préstamos oscilan entre los 1,000 y 120,000 dólares, el banco o institución
financiera al momento de los requisitos la institución que solicita se vuelve un poco
más exigente y estamos obligados a informar el propósito del préstamo. Se usa
Generalmente con el objetivo de adquirir motocicletas y vehículos, deberemos
tener muy en cuenta qué cualquier bien que se adquiera con dicho préstamo
deberá quedar en prendado a favor de la entidad que ha proporcionado el
financiamiento.

Préstamo hipotecario

Crédito que puede estar en un Rango de entre los 15,000 a 150,000 dólares,
aplica cuando se va a adquirir un bien inmueble ya sea casas usadas, casas
nuevas, terrenos vacíos, fincas, lotes y parcelas de tierra; o bien aplica a
préstamos en efectivo dejando como garantía un bien inmueble del tipo descrito
anteriormente.

Entonces básicamente este préstamo se limita a las adquisición de bien inmueble


es muy importante señalar que el bien adquirido es el que quedará hipotecado.
Con el objetivo de aclarar, no es posible hipotecar otro bien inmueble a cambio del
que se está adquiriendo con el propósito de dejar el nuevo bien libre de hipoteca.

Préstamo de Inversión
Relativamente es necesario, cuando requerimos de un crédito como persona
natural o persona jurídica con el objetivo de aumentar nuestro patrimonio, con esto
quiero decir: inyectar capital de trabajo al negocio, mejoras en oficina, aumentó el
inventario, adquisición de mobiliario y equipos informáticos, buses, camiones,
maquinaria de construcción, industrial y agrícola.

Estos préstamos generalmente poseen un plazo de entre los 5 y 10 años,


dependerá del monto, la cantidad y el plan de inversión presentado por el
solicitante. Los montos van desde los 10,000 hasta los 250,000 dólares.

Préstamos de Producción Agrícola

Estos crédito son principalmente otorgados a las personas o entidades que


trabajan en el rubro del café, cuando se está comenzando una parcela de café
nuevo este no comienza a generar frutos en los primeros 5 años, entonces puedo
decir que es un crédito especial a largo plazo y por sumas considerables, me limito
a referirme al tema, ya que mi experiencia no llega a tal conocimiento.

CONTRATO DE LEASING

Contrato que tiene por objeto exclusivo la cesión del uso de bienes muebles o
inmuebles, adquiridos para dicha finalidad (de cesión), según las especificaciones
del futuro usuario, a cambio de una contraprestación consistente en el abono
periódico de las cuotas que se establezcan, debiendo quedar los bienes objeto de
la cesión afectados por el usuario a sus explotaciones agrícolas, pesqueras,
industriales, comerciales, artesanales, de servicios o profesionales e incluyendo
en el contrato de arrendamiento financiero necesariamente una opción de compra,
a su término, a favor del usuario.

Su fundamentación legal y la aplicación del contrato de Leasing o arrendamiento


financiero se basa en el principio de autonomía de la voluntad que rige nuestro
sistema de contratación en donde las partes pueden determinar su contenido y
efecto siempre que no sean contrarios a la ley, moral y el orden público. Al carecer
de una regulación propia, las partes se rigen por las normas generales que son
aplicables a los contratos civiles y mercantiles en cuanto a las condiciones
generales de contratación que consagra el Código Civil.

Si bien es cierto, actualmente carecemos de legislación que regule el Contrato de


Leasing o Arrendamiento Financiero, en Nicaragua sí han existido algunas
iniciativas de regulación, tal es el caso de la propuesta de ley presentada por la
Cámara de Comercio Nicaragüense en el año 2009 ante la Asamblea Nacional.
Actualmente la Ley General de Bancos autorizada a las instituciones financieras a
realizar operaciones de arrendamiento financiero y operativo.

CONTRATO DE FACTORING

Contrato atípico y mixto cuyas prestaciones son las propias de los contratos de
comisión, de descuento y, en algunos casos, de garantía y de arrendamiento de
servicios. Responde a la tendencia empresarial a externalizar la gestión para
optimizar su funcionamiento y especializar su actividad.

El objeto del contrato, según Max Arias Schreiber 2002, “está considerado como el
propósito que las partes intervinientes tienen de crear, regular, modificar o
extinguir obligaciones”. En tal sentido afirma que el objeto del contrato desde el
punto de vista del cliente consiste en la intención de obtener los servicios
administrativos y de gestión que el factor puede brindarle, además de la
financiación que puede suponerle la cesión de su cartera

De clientes, no cualquier tipo de créditos, sino los provenientes única y


exclusivamente de su actividad empresarial. Desde el punto de vista del factor,
entonces, el objeto consiste en el propósito de obtener una retribución por los
servicios que brinda y también en caso de financiar al cliente.

TIPOS DE CONTRATOS BANCARIOS

La clasificación más significativa de los contratos bancarios es la que se realiza en


atención a la función económica que desarrollan:
Operaciones pasivas

Son aquellas por las que las entidades de crédito reciben recursos económicos de
sus clientes o de otras entidades para aplicarlos a sus fines propios. Son
operaciones donde el banco recibe crédito de sus clientes, y lo convierte en
deudor de éstos por los capitales recibidos. El banco habrá de restituirles en los
plazos y condiciones contractualmente estipuladas.

El principal contrato son el depósito bancario de dinero, las cuentas de ahorro, las
libretas de ahorro y las imposiciones a plazo, pudiendo señalarse también en este
ámbito el redescuento bancario.

Operaciones activas

Aquellas donde conceden a sus clientes sumas dinerarias o disponibilidad para


obtenerlas. Las entidades conceden crédito, al entregar  o poner a disposición de
sus clientes las cantidades convenidas, y convertirse por tanto en acreedores de
las mismas. Éstas deberán ser restituidas por los clientes en los plazos y
condiciones contractualmente estipuladas.

Las principales operaciones activas son el préstamo y la apertura de crédito. Se


puede incluir también el descuento bancario y el aval bancario, y otras
operaciones financieras tales como el leasing o arrendamiento financiero, el
factoring, o el renting.

Operaciones neutras

No son ni activas ni pasivas, sino que son operaciones de gestión. Están


destinadas a facilitar o propiciar directa o indirectamente la realización de otras
operaciones activas o pasivas. Por cuya realización el cliente paga una comisión.

Son ejemplos de este tipo de operaciones la cuenta corriente bancaria, la


transferencia, el alquiler de cajas de seguridad, el depósito y administración de
valores, entre otros.
Según las características de estos contratos también son:

Contratos consensuales

Se perfeccionan por el acuerdo de voluntades de las partes contratantes, y desde


ese momento obligan a cumplir todo lo pactado y todo lo que se derive de la
propia naturaleza del contrato y de la normativa legal que lo regule.

Excepciones a esta regla algunos contratos que en nuestro Derecho no tienen


carácter consensual sino que tienen carácter real. Sucede con el contrato de
depósito bancario de dinero y con el contrato de préstamo bancario de dinero, los
cuales para perfeccionarse requieren. Además necesita el consentimiento de las
partes, la entrega material o la puesta a disposición de la cantidad de dinero objeto
del contrato.

Contratos bilaterales

Esto significa que para su realización se requiere la concurrencia de la voluntad de


las dos partes intervinientes en la celebración del contrato.

Solamente cabe excepcionar de esta regla al contrato de préstamo, que se


configura como unilateral.

Contratos onerosos

Se conciertan para obtener una ganancia y se celebran a cambio de una


retribución económica, por tanto no son contratos gratuitos.

Contratos conmutativos

Aquel en que las prestaciones de las partes están preestablecidas, sin que las
partes asuma el riesgo de pérdida o ganancia que es consustancial a los contratos
aleatorios.

Contratos de tracto sucesivo


Destinados a durar un el tiempo, de los que derivan obligaciones de ejecución
permanente o de ejecución periódica, y no obligaciones de ejecución instantánea.

Contratos habitualmente acompañados de un sistema de garantías

Los contratos de los que se deriva una obligación de pago a cargo del cliente
bancario suelen acompañarse de diversas medidas de aseguramiento de ese
cobro por parte de la entidad de crédito.

Contratos atípicos

En nuestro sistema jurídico no existe una disciplina completa y específicamente


aplicable a la contratación bancaria como categoría genérica. En muchos casos
nos encontramos bien con normas dispersas reguladoras de cada uno de los
contratos, que se regulan por lo pactado entre las partes.

Contratos de adhesión

La característica anterior, genera que se deje un amplio margen de actuación a la


voluntad de las partes contratantes.

Lo que sucede es que cuando una de las partes es un cliente bancario y la otra es
una entidad de crédito, suele resultar que es ésta la que decide el contenido del
contrato. De esta forma se lo impone a la otra parte, al que no le queda otra
opción que rechazar de plano el contrato o aceptarlo en todos sus términos.
Conclusión.
En una primera impresión parece lógico entender que en el término contratos
bancarios se engloban los contratos que realizan los bancos o que permiten
articular la actividad que estos desarrollan articular la actividad que estos
desarrollan. Sin embargo, tal asimilación no resultan enteramente correcta, ya que
las actividades comprendidas en dichos términos pueden ser desarrolladas
además de por los bancos por otras series de empresas que se engloban dentro
del término entidades o instituciones de crédito. Por eso, podemos decir que es
más correcto referir el término contratos bancarios a la actividad de las entidades
de crédito en general que a los más restringidos de los bancos en particular, es
decir que son contratos bancarios aquellos que realizan o en los que intervienen
una entidad de crédito.

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