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RECURSO DE APELACION

S.J. DE FAMILIA ANTOFAGASTA

GONZALO FELIPE GUERRA CASTILLO, Postulante de la Corporacion


de Asistencia Judicial de Antofagasta, Consultorio Jurídico Norte,
por la parte demandada en autos sobre rebaja de alimentos,
caratulados “CASTILLO con CASTILLO”, RIT C-387-2017 de este
Tribunal, a US con el debido respeto digo:

Que estando dentro de plazo y en conformidad al Artículo 67


de la ley 19.968 y del artículo 186 del Código de Procedimiento
Civil, vengo en interponer Recurso de Apelación en contra de la
sentencia de fecha 31 de Mayo de 2017, pronunciada por el Juzgado
de Familia de Antofagasta, la cual acogió parcialmente la demanda
de rebaja de alimentos interpuesta por el padre de mi representado
don LUIS IGNACIO CASTILLO LETELIER en contra de mi representado
IGNACIO NELSON CASTILLO MARTINEZ, la cual decretó en lo pertinente
lo siguiente:

“I. Que se acoge la demanda de rebaja de pensión de alimentos


interpuesta por don LUIS IGNACIO CASTILLO LETELIER, cédula de
identidad N° 13.418.514-7, en contra de don IGNACIO NELSON
CASTILLO MARTINEZ, cédula de identidad N° 19.962.498-1, ambos ya
individualizados, sólo en cuanto esta se reduce a la suma de
$160.000 (ciento sesenta mil pesos) mensuales, a depositarse
dentro de los cinco primeros de cada mes desde que la sentencia
cause ejecutoria, en libreta de ahoro a la vista ya aperturada
para estos efectos.
II. Que, no se condena en costas al demandado.
Solicitando a S.S. desde ya que se conceda el recurso de
apelación ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones de esta ciudad,
en conformidad a los antecedentes de hecho y de derecho que a
continuación se exponen:

1; Tal cual señala la sentencia recurrida, se dedujo demanda


de Divorcio Unilateral en contra de mi representado por su cónyuge
fundado en el quiebre de la relación por un lapso superior a tres
años.
2; Que la demandada principal contestó la demanda allanándose
de manera parcial solo en cuanto reconoce la efectividad del
matrimonio; la existencia de los hijos matrimoniales, y del cese
de la convivencia se produjo hace más de tres años, añadiendo que
el demandante principal omitió indicar antecedentes de violencia
intrafamiliar por parte del actor principal en contra de mi
representada.

3; Que además mi representada deduce demanda reconvencional


de compensación económica, fundándose en que el período de los 11
años de duración de la relación no desarrolló ningún tipo de
actividad lucrativa, no obstante encontrarse calificada como
Técnico en Programación y en aptitud idónea para el trabajo, en
cambio su marido siempre pudo desarrollarse económicamente,
trabajando de forma estable, teniendo la capacidad económica para
acumular ahorros, y oponiéndose siempre a que la actora
reconvencional comience a desarrollar alguna actividad lucrativa.

4; Cabe destacar que, hasta el último momento, la demandante


principal alegó que la razón principal del quiebre de la relación
fueron las supuestas infidelidades por parte de mi representada.
Lo que, contrastado a la prueba vertida en juicio, se puede
deducir claramente que estas declaraciones no son efectivas, toda
vez que para valerse de tales argumentos sólo utilizó prueba
testimonial, los cuales como consta en autos, declararon siempre
que su conocimiento fue adquirido sólo por los dichos del propio
demandado.

Asimismo, estos testigos depusieron sobre aportes que habría


realizado el demandado para la compra del inmueble de propiedad de
mi representada, como también que para guarnecer dicho inmueble el
demandado reconvencional tuvo que incurrir en la obtención de
créditos, dando cuenta de que solo conocían estos antecedentes por
los propios dichos del demandado reconvencional, constando
claramente en autos que ellos no percibieron ni se encontraban
presentes en el tiempo de la relación y que nunca vieron los
supuestos muebles. Lo cual es reconocido en la sentencia en su
considerando decimosegundo.

En este punto, que lo único que se pudo probar por parte del
demandado reconvencional, es la existencia de una deuda por
repetidas renegociaciones por parte de la contraria, más no se
pudo acreditar que esta deuda efectivamente haya sido en beneficio
de mi representada, y ni siquiera fueron capaces de indicar –
muchos menos acreditar- de que bienes se compone este supuesto
ajuar con que abastecieron el domicilio de mi representada.
Así también, la contraparte en todo el juicio, indicó que
su representado habría aportado en beneficio de la demandante
reconvencional la suma de dinero necesaria para que ella comprará
su casa, lo cual tampoco pudo acreditar, es más se acreditó en
audiencia que el valor de la vivienda fue casi en su totalidad
subsidiado por el estado.
Resumiendo, la demandada reconvencional no pudo acreditar
prácticamente ninguna de sus alegaciones, salvo su desmejorada
situación económica.

5.- Que la sentencia usa de base para la determinación del


monto del perjuicio sufrido por mi representada producto de la
relación, el valor aproximado de las cotizaciones que pudo haber
percibido multiplicado los años de vigencia de la relación
marital. Lo que sin perjuicio de las consideraciones que se harán
en los puntos siguientes, parece correcto, salvo que utilizó de
referencia para este cálculo el Ingreso Mínimo Remuneracional, lo
cual a esta parte parece errado, toda vez que en autos se demostró
sobradamente que mi representada ya se encontraba calificada,
antes de la vigencia de la relación, como Técnico en Programación,
por lo que efectivamente podría haber accedido a una renta
superior a la contemplada en la sentencia. Siendo por ello, que la
suma solicitada en la demanda, esto es de siete millones de pesos
parece ajustada a derecho. Para mayor abundamiento, tal y como se
demostró con el respectivo certificado de cotizaciones históricas
de mi representada, que mientras pudo trabajar de forma posterior
a la relación, siempre obtuvo rentas superiores al ingreso mínimo
remuneracional. Por lo que el criterio utilizado por el tribunal
de primera instancia no aparece apegado a la realidad del caso en
cuestión.

6.- Además, parece insuficiente que el tribunal de primera


instancia utilice como criterios para el cálculo del perjuicio
sufrido por mi representada producto del matrimonio, solamente la
duración de la convivencia y la pérdida de beneficios
previsionales, de acuerdo a lo que indica en el considerando
decimotercero de la sentencia recurrida y no haya utilizado como
criterio la cualificación profesional de mi representada al
momento de determinar el monto del perjuicio.

7.- Que el fundamento para determinar la forma del pago se


encuentra establecido en el considerando decimocuarto, esto es de
traspaso de fondo de cuentas de capitalización de AFP. Esta
solución considera esta parte es excesivamente equitativa, sobre
todo al fundarse en el antecedente de que el demandado recibe una
remuneración que promedia mensualmente los 800.000.- pesos. (Lo
que no es efectivo de acuerdo a la prueba rendida en autos, ya que
con mediante certificado de cotizaciones previsionales del
demandado se probó que sus remuneraciones son mayores a este
monto). Además, la sentencia considera su nivel de endeudamiento,
y como se advirtió anteriormente, no fue probado en ninguna parte
del juicio que estas deudas hayan sido en beneficio de mi
representada, y solo dan cuenta del desorden financiero del
demandado, toda vez que, desde la fecha de la obtención de sus
créditos, no ha disminuido el monto de sus deudas, no obstante
declarar que paga regularmente. Considera esta parte, que el
tribunal de primera instancia no puede responsabilizar de este
desorden financiero a mi representada en y no dar lugar por ello
al pago de una compensación económica en la forma solicitada,
aunque sea en cuotas, porque como se indicó anteriormente, el
perjuicio sufrido por mi representada en virtud de la relación
matrimonial, no es sólo previsional, sino que también hay una
pérdida de acceso al mercado, de experiencia en el cargo, de años
de servicio, en general, un menoscabo efectivo del cual el juez de
primera instancia no se hace cargo, añadido el hecho de que fue el
recurrido quien se opuso siempre a que mi representara se
desarrollara económicamente. Es evidente que estos daños no son
cuantificables de la misma manera que el perjuicio previsional,
pero no por ellos deben ser excluidos de la forma como lo fue en
la especie.
Además, teniendo en cuenta que es determinante para el tribunal la
situación patrimonial de ambos cónyuges, de acuerdo al artículo 62
de la ley de Matrimonio Civil, no es menos cierto que el artículo
66 del mismo cuerpo legal relativiza esta disposición al
establecer que “Si el deudor no tuviere bienes suficientes para
solucionar el monto de la compensación mediante las modalidades a
que se refiere el artículo anterior, el juez podrá dividirlo en
cuantas cuotas fuere necesario.” Por lo que esta parte no
encuentra la razón en que todo el perjuicio haya sido calculado
sólo en base al daño previsional y que además se considere de tal
manera la capacidad económica del demandado reconvencional para
determinar que la forma de pago sería solamente el traspaso de
fondos de AFP, establecido en el artículo 80 de la ley 20.255 ya
que es el artículo 66 de la ley de matrimonio civil se hace cargo
de la situación en que el condenado al pago no cuente con los
medios suficientes para realizarlo.
Para mayor abundamiento, el artículo 80 de la ley 20.255, que
motiva esta resolución, no pretende substituir la forma del pago
en virtud de la capacidad económica del condenado, sino que apunta
a la existencia del daño previsional, por lo que la disposición
que debió motivar el fundamento de la situación patrimonial del
condenado al pago es el artículo 66 de la ley de matrimonio civil
y no el artículo 80 de la ley 20.255.
De esto se colige que la razón de fondo para determinar el pago en
el monto y forma que estableció el tribunal fue sólo el daño
previsional existente en la causa, excluyendo los demás daños
efectivos, lo cual es el motivo principal de esta apelación,
resaltando que ninguna de las partes del juicio solicitó este tipo
de modalidad.
Para terminar, no está demás señalar que esta forma excluyente de
pago, posterga en demasía el goce de mi representada del beneficio
que reporta la compensación económica, siendo también por ello
altamente eventual que llegue a disfrutarlos, dado que la
demandante reconvencional es una persona joven.
Por tanto, en conformidad a lo expuesto, y en relación a los
artículos 61, 62 y ss. sobre todo en lo establecido en los
artículos 65 y 66 de la ley de Matrimonio Civil; del artículo 168
del código de procedimiento civil y 67 de la ley 19.968 y demás
normas legales pertinentes, a S.S. pido, se sirva tener a mi parte
por interpuesto el presente Recurso de Apelación en contra de la
sentencia definitiva de fecha 11 de Febrero de 2016, pronunciada
por el Juzgado de Familia de Antofagasta, concederlo y disponer la
elevación de estos antecedentes para ante la Ilustrísima Corte de
Apelaciones de Antofagasta a objeto de que sea ese I. Tribunal el
que enmiende con arreglo a derecho la sentencia recurrida y la
reemplace por una que confirme con declaración la sentencia
recurrida, en el sentido de condenar a don JONATHAN PATRICIO
GAJARDO LIENCURA al pago de una compensación económica por la suma
de 7.000.000.- de pesos, o monto y forma que usted determine
conforme a justicia y equidad.

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