0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
10 vistas3 páginas
El documento resume un estudio que encuentra que la pobreza rural en Perú se debe principalmente a la falta de conectividad y acceso a mercados, servicios e información, debido a barreras geográficas. El estudio muestra que la construcción de carreteras rurales entre 2001-2010 redujo los tiempos de transporte a la mitad, aumentando los ingresos de los pequeños agricultores y la productividad rural. Además, mejoró el acceso a escuelas y centros de salud. Como resultado, los pueblos rurales están creciendo más rá
El documento resume un estudio que encuentra que la pobreza rural en Perú se debe principalmente a la falta de conectividad y acceso a mercados, servicios e información, debido a barreras geográficas. El estudio muestra que la construcción de carreteras rurales entre 2001-2010 redujo los tiempos de transporte a la mitad, aumentando los ingresos de los pequeños agricultores y la productividad rural. Además, mejoró el acceso a escuelas y centros de salud. Como resultado, los pueblos rurales están creciendo más rá
El documento resume un estudio que encuentra que la pobreza rural en Perú se debe principalmente a la falta de conectividad y acceso a mercados, servicios e información, debido a barreras geográficas. El estudio muestra que la construcción de carreteras rurales entre 2001-2010 redujo los tiempos de transporte a la mitad, aumentando los ingresos de los pequeños agricultores y la productividad rural. Además, mejoró el acceso a escuelas y centros de salud. Como resultado, los pueblos rurales están creciendo más rá
La explicación más frecuente del atraso rural en el Perú normalmente es
política. La pobreza rural se atribuye, sea a la explotación, sea a la desatención o “exclusión”. En ambas versiones, la causa de la pobreza sería humana. La hipótesis de este estudio es que la pobreza rural es también efecto de una geografía adversa que ha frustrado la comunicación, el acceso al mercado y la llegada de servicios estatales, y que ambos factores, hombre y geografía, han confluido para producir el atraso rural. Sucesivos presidentes han compartido la frustración por las barreras naturales y la visión de una mayor integración física del país, pero la investigación social ha desestimado el tema geográfico y más bien ha destacado la reforma política como camino principal para luchar contra la pobreza. De esta manera, mientras muchos analistas explican la pobreza rural por razones culturales y por la existencia estructural de dominantes y dominados, Webb encuentra que la causa es fundamentalmente la falta de conectividad, es decir, la dificultad de entrada y salida de bienes, servicios e información, encuentra que esta conexión y las oportunidades que ella trae, han crecido inmensamente.
Así, además de la llegada de la telefonía y la energía eléctrica, señala que
entre el 2001 y el 2010 se construyó un número récord de kilómetros de carreteras rurales. Esto disminuye a la mitad el tiempo de transporte de los productos rurales a los grandes mercados. Con ello suben los ingresos de los pequeños productores agrícolas y el salario de sus trabajadores, y se incrementa su productividad, ya que tienen posibilidad de comprar máquinas y semillas. Y también sube su bienestar, pues van y vienen fácilmente a sus parcelas, mientras sus familias viven en las ciudades, con acceso a escuelas y postas médicas. Entonces, contra la tendencia histórica, Webb muestra que hoy los pueblos chicos crecen más rápido que los medianos, y estos a su vez más que los grandes. Y añadiendo la evidencia de otros estudios, de que las grandes ciudades de provincia han crecido más que Lima, vemos entonces que todo el mapa económico del Perú está cambiando para bien. Tanto como interesan los resultados, también llaman la atención los métodos usados, pues esta investigación combina análisis de la data del INEI con encuestas y visitas a cientos de poblados. Se logra así una imagen desprejuiciada de su realidad, de este modo, en contraste con aquellos investigadores que minimizan el nivel de riqueza de las zonas rurales, pues clasifican sus niveles socioeconómicos usando los mismos criterios de las zonas urbanas (posesión de artefactos eléctricos, entre otros), Webb logra mediante la observación entender crecimientos que las estadísticas esconden. Al contarnos que en algunas ferias rurales se venden libros de gestión empresarial y que un mercado rural se denomina Gamarrita, nos dice que ese crecimiento tiene más potencial que el que muestran las tendencias de ingreso. Gran esfuerzo y tremendo hallazgo. Mucho se habla del crecimiento peruano debido a las exportaciones y poco se dice de la inmensa influencia del crecimiento de la producción y el consumo interno. Hoy esta investigación nos muestra que ese cambio es más profundo todavía, pues va más allá de las ciudades grandes o medianas de provincias, e incluye a las zonas rurales. Y de paso nos dice que la mejor inversión que pueden hacer los gobiernos hoy es en conectividad para los ciudadanos.
Para identificar el impacto empobrecedor de la distancia y la desconexión, es
necesario tener en cuenta que la pobreza rural es el resultado de un conjunto de variables y mecanismos. La educación, la salud, el capital social, las instituciones, la tecnología, la tenencia de capital productivo privado en la forma de tierras, ganado, implementos y maquinarias, la infraestructura y los servicios públicos impactan sobre la productividad, y por consiguiente, sobre los niveles de ingresos. El estudio se ha enfocado en una de esas variables, el efecto de la distancia, variable relativamente poco estudiada, sin pretender ser una evaluación comprensiva del proceso completo de determinación de la pobreza rural. Sin embargo, es evidente que gran parte del impacto de la distancia se produce en forma indirecta, a través de la intervención de otras variables. El acceso a la educación, por ejemplo, es notoriamente desigual entre un barrio urbano y un caserío serrano o en plena selva.
Los principales hallazgos empíricos de esta investigación son, primero, la
aceleración sustancial en el crecimiento productivo del sector rural; y, segundo, una reducción significativa en el grado de desconexión que padece esa población. Cada uno de esos cambios se produce a partir de la década de los noventa, y su magnitud no tiene precedentes en la historia peruana. Conjuntamente, ambos fenómenos constituyen una transformación de la economía rural peruana. La coincidencia sugiere causalidad, y corresponde con la expectativa sustentada por las teorías del crecimiento endógeno y de la aglomeración poblacional. Coincide además con evidencia empírica del efecto positivo que produce la mayor conectividad, obtenida en el Perú y en otros países.
Creo yo que hay investigaciones fundacionales que marcan un camino nuevo
para la ciencia y para la sociedad y esta es una de ellas, pues dentro de poco será natural hablar sobre “las tremendas oportunidades de crecimiento e inversión en las zonas rurales”. No hay que olvidar entonces que antes de este libro nadie siquiera lo imaginaba.