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ENTROPIA

La palabra «entropía» procede del griego (ἐντροπία) y significa evolución o


transformación. Fue Rudolf Clausius quien le dio nombre y la desarrolló durante la década
de 1850; y Ludwig Boltzmann, quien encontró en 1877 la manera de expresar
matemáticamente este concepto, desde el punto de vista de la probabilidad.
Para comprender la entropía, pongamos un ejemplo al alcance de todos nosotros:
imaginemos que tenemos una caja con un gas en su interior. ¿Qué es más probable? ¿Que
el gas aparezca esparcido por todo el espacio disponible, o que, en cambio, todos sus
átomos se encuentren limitados a un pequeño espacio en un lateral de la caja? 

La entropía es la ley por la que se rigen procesos que consideramos irreversibles, pero no
porque exista una fuerza física que obligue a las partículas a comportarse de esa manera;
sino porque es lo más probable que suceda.  

La idea de entropía vendría a proporcionar una forma matemática de codificar la noción


intuitiva de qué procesos son imposibles, pero sin violar la ley fundamental de
conservación de la energía. Es decir, un jarrón de cristal quieto sobre una mesa tenderá a
conservar su estado, a menos que alguna fuerza incida sobre él. Si tiramos el jarrón al
suelo, éste se partirá, y los pedazos se esparcirán. Si agrupamos todos esos pedazos y los
volvemos a lanzar al suelo, ¿qué probabilidad hay de que vuelvan a adoptar la forma del
jarrón? Por el principio de entropía, lo más probable es que adopten cualquier otra
distribución (que nosotros consideramos subjetivamente como caótica o desordenada).
Hay muy pocas probabilidades de que los pedazos vuelven a reconstruir el jarrón, pero no
hay ninguna ley física que lo impida. Simplemente es extremadamente improbable. Por
eso, relacionar desorden o caos con entropía no es exacto desde un punto de vista
estricto, puesto que el orden es subjetivo. 

Por tanto, la definición más exacta de entropía sería la siguiente: “La entropía es una
magnitud que mide el número de microestados para un mismo macroestado de un
sistema”. Esta definición enlaza con la segunda ley de la termodinámica, que establece
que el cambio espontáneo de un proceso irreversible en un sistema aislado (que no está
sometido a ninguna fuerza ni intercambio de energía con el entorno) siempre procede en
la dirección de una entropía creciente. Es decir, que un sistema siempre evoluciona a su
configuración más probable, que es, al mismo tiempo, la que más microestados tiene, y la
que más entropía posee. 
Desigualdad de Clausius
La igualdad y la desigualdad anteriores son válidas para el caso de que haya sólo dos focos
térmicos. Pero, ¿qué ocurre si tenemos más de dos?

Si el sistema evoluciona variando su temperatura en varios pasos, a base de ponerse en


contacto con distintos ambientes a diferentes temperaturas, intercambiará calor con cada
uno de ellos, y ya no podremos hablar simplemente de Qc y Qf, sino que tendremos una
serie de calores Q1, Q2, Q3,… que entran en el sistema desde focos a
temperaturas T1, T2, T3,…
En este caso, demostraremos más adelante que la desigualdad correspondiente, conocida
como desigualdad de Clausius, es

donde de nuevo, la igualdad corresponde a ciclos reversibles y la desigualdad a


irreversibles.

Podemos generalizar aún más este resultado: supongamos que la temperatura del
ambiente no cambia a saltos, sino que va variando gradualmente de forma continua.
Podemos modelar esto como un conjunto infinito de baños térmicos, situados a
temperaturas que varían en una cantidad diferencial (por ejemplo, que en un momento
está en contacto con un baño a 25.00°C y posteriormente con uno a temperatura
24.99°C).

La cantidad de calor que entrará en el sistema desde cada uno de estos baños será una
cantidad diferencial dQ. La razón es que si el punto por el que entra el calor ha alcanzado
el equilibrio con un baño a 25.00°C y posteriormente se pone en contacto con uno a
temperatura 24.99°C, la cantidad de calor que fluirá como consecuencia de la diferencia
de temperaturas será minúscula.

La suma de una cantidad infinita de pasos diferenciales no es más que una integral, por lo
que la desigualdad de Clausius se escribe para un proceso continuo como

donde la igualdad corresponde a ciclos reversibles y la desigualdad a irreversibles.


Proceso isentrópico

Un proceso isentrópico es un proceso termodinámico , en el cual la entropía del fluido o


gas permanece constante. Si un proceso es completamente reversible, sin necesidad de
aportarte energía en forma de calor, entonces el proceso es isentrópico. En los procesos
isentrópicos o reversibles, no existe intercambio de calor del sistema con el ambiente,
entonces se dice que el proceso es también adiabático.

Para lograr que un proceso reversible sea isoentrópico, se aísla térmicamente el sistema,
para impedir el intercambio de calor con el medio ambiente.

https://quimica.laguia2000.com/conceptos-basicos/proceso-isentropico

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