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UNIVERSIDAD METROPOLITANA

CASTRO CARAZO

Tema: Fines de la Educación


Costarricense

ALUMNO: KENNETH SOLANO M.


PROFESORA: EVA NARVAEZ

INTRODUCCION A LA PEDAGOGIA
LIMON, 2020
E
l objetivo primordial de este trabajo es el de analizar los fines de la educación
costarricense, así como también mencionar algunos personajes icónicos de
su época que favorecieron significativamente a la educación costarricense y
sus procesos de reforma.

Como ejemplo de ese impacto que puede tener una sola persona, quiero referirme
precisamente a quien era Ministro de Educación y creador de esta Ley Fundamental
de Educación, el señor Uladislao Gámez. Don Lalo, como era llamado, fue hijo de
un educador y había nacido en Puntarenas, donde no existía ninguna posibilidad de
segunda enseñanza. Además, su familia no tenía medios económicos, por lo que
tuvo que recurrir a una beca para poder cursar sus estudios en la Escuela Normal.

La angustia vivida en esos días fue tan intensa, que años después en uno de sus
discursos, con motivo de la Reforma al Artículo 78 de la Constitución Política, para
hacer obligatoria la Educación General Básica hasta el noveno grado, dijo: "…yo
conocí las fronteras de la frustración y la marginación. En Puntarenas, en mi niñez,
no había ni sexto grado y mi corazón era soñador y sediento de superación. Sufría
en silencio, como se sufre una agonía. Esta injusticia no puede ni debe prevalecer.
¡Educación para todos en medida de sus capacidades! ¡No más Jóvenes frustrados!
¡No más jóvenes marginados!”

Hoy recordamos a Don Lalo, como uno de los educadores más eminentes que ha
tenido este país y además como una de las personas que supo marcar la diferencia
y dejar una huella. El Artículo 1 de la Ley Fundamental proclama de manera
grandiosa un triunfo para todos los costarricenses: “Todo habitante de la República
tiene derecho a la educación y el Estado la obligación de procurar ofrecerla en la
forma más amplia y adecuada”. Este gran logro es resultado del sueño de un niño
puntarenense, que se negó a permitir que otros sufrieran sus mismas dificultades.

Seguidamente mencionamos los fines de la educación costarricense:

Artículo 2°.- Son fines de la educación costarricense:

a) La formación de ciudadanos amantes de su Patria, conscientes de sus deberes,


de sus derechos y de sus libertades fundamentales, con profundo sentido de
responsabilidad y de respeto a la dignidad humana; no existe un llamado más noble
al que un costarricense puede aspirar.
b) Contribuir al desenvolvimiento pleno de la personalidad humana. Noten que no
se refiere solamente al intelecto o competencias profesionales, sino a su desarrollo
integral.
c) Formar ciudadanos para una democracia en que se concilien los intereses del
individuo con los de la comunidad; recuerden que su título no les pertenece
solamente a ustedes, es un instrumento que les ha sido dado para servir a otros.

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d) Estimular el desarrollo de la solidaridad y de la comprensión humanas; de esto
nuestra sociedad tiene una necesidad cada vez mayor.
e) Conservar y ampliar la herencia cultural, impartiendo conocimientos sobre la
historia del hombre, las grandes obras de la literatura y los conceptos filosóficos
fundamentales.

A través de un análisis a estos fines puedo destacar que a don Uladislao le


importaba demasiado dejar como herencia un cultivo de valores morales en la
sociedad, arraigar el patriotismo y la democracia en el corazón de los alumnos,
fortalecer los intereses del individuo a que fueran solidarios con los de la comunidad
y fomentar temas sobre la herencia cultural, los cuales al día de hoy opino que
siguen arraigados en la conciencia de algunos, en especial los que fueron formados
hace décadas atrás; pues muchos de esos valores se han ido difuminando al
permitir el ingreso de extranjerismos y culturas foráneas en nuestros sistemas de
educación y núcleos familiares.

A continuación, y retornando un poco al pasado, mencionamos la reforma liberal en


la educación costarricense que fue iniciada por medio de don Mauro Fernández.

Durante los últimos años que antecedieron a la Reforma Educativa, la educación


costarricense pasaba por una precaria situación. En primer lugar, debemos
mencionar que aún en contra de los esfuerzos del gobierno por ejercer un control
adecuado sobre la instrucción, la dirección y control de esta eran resorte
prácticamente exclusivo de las municipalidades. Por otro lado, la Iglesia Católica
influía decisivamente en el proceso de enseñanza. A esto se agregaba los
problemas económicos que impedían un pago apropiado a los educadores. Estos
aspectos incidían negativamente en la enseñanza puesto que las posibilidades de
formación y capacitación del personal docente eran sumamente limitadas, la falta
de centralización dificultaba una organización apropiada que permitiera señalar
pautas generales que dirigieran el trabajo docente y las directrices de la Iglesia
Católica influenciaban en gran medida el trabajo educativo. Además de estos
aspectos de carácter general podemos señalar algunas situaciones en cuanto a la
problemática particular de cada uno de los niveles de enseñanza.

Don Mauro Fernández llegó a la Secretaría de Instrucción Pública en 1885


nombrado por el Presidente Bernardo Soto. Anteriormente había ocupado
diferentes puestos en la Administración Pública. Con base en ideas político-
filosóficas de corte liberal, se propuso la realización de un plan de reforma global.
Una serie de antecedentes y circunstancias permitieron que su plan pudiera ser
llevado a cabo. En Mauro Fernández, además de Spencer, a quien conoció́
personalmente, influía el pensamiento del norteamericano Horacio Mann, así́ como
Pestalozzi, Fröebel, Herbart, y la práctica educativa de Jules Ferry9. También, como
sucedía en buena parte de América Latina, influyó el pensamiento de Andrés Bello
y Domingo Faustino Sarmiento10. Se tenía conocimiento de la ley fundamental
sobre enseñanza primaria promulgada en Francia en 1882 (Tovar, R., 1913). Sin
embargo, el antecedente más directo en Costa Rica fue el plan de reforma
presentado por Julián Volio en 1867, que no fue aprobado en ese momento.

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(Fischel, A., 1987)11 Así́, en las administraciones de Próspero Fernández y
Bernardo Soto se buscó la edificación del Estado nacional, basándose en un
fortalecimiento de los aspectos jurídico e institucional e intentando un mejoramiento
y centralización de la educación pública. En 1882 se creó una famosa comisión de
juristas que funcionó durante varios años y que estuvo formada por José́ Joaquín
Rodríguez, Ascensión Esquivel, Bernardo Soto, presidida por el guatemalteco
Antonio Cruz, y con la colaboración de Cleto González Víquez y Ricardo Jiménez
Oreamuno, esta comisión preparó el Código Civil y el Código de Procedimientos
Civiles (1888), así́ como los proyectos de leyes orgánicas del Registro Civil, del
Ministerio Público, de notariado y de tribunales. En 1885 también se aprobó́ el
Código Fiscal (Rodríguez, E., 1988).

En el aspecto educativo, dos ejes fueron preponderantes: por una parte, el estado
debía asumir el control de las políticas y la administración educativa y, por otro lado,
se debía avanzar en separar cada vez más a la enseñanza de la influencia religiosa.
Desde luego, esto se lograría a través de la centralización estatal y de una
racionalización de todo el aparato educativo existente en la época. Así́, muchas de
las acciones que se realizaron en esa época y que vamos a reseñar en lo que sigue
tienen que ser explicadas en tal contexto, esto es, un nuevo sistema administrativo
de la enseñanza, una nueva estructuración curricular (que suponía desde la
exclusión de cursos de religión e historia sagrada, la adopción de nuevos textos
para la enseñanza, hasta la obligatoriedad del sistema métrico decimal), y muy
especialmente la creación de mecanismos estatales que permitieran un eficiente
control del desarrollo de estos nuevos planteamientos. Finalmente, antes de entrar
en el fondo de la reforma, agregaremos que varios educadores e intelectuales de la
época jugaron un papel central en la misma, tales fueron: Miguel Obregón Lizano,
Buenaventura Corrales, Carlos Gagini, Pedro Pérez Zeledón. Algunos historiadores
modernos incluso consideran que la reforma se debe más a ellos que al mismo
Mauro Fernández. (Quesada, J., 1991)

Los primeros pasos en dirección a la reforma educativa que intentaba Mauro


Fernández se dieron en sus primeras comunicaciones. Estas estaban dirigidas a las
diferentes autoridades, como gobernantes y miembros de las municipalidades, que
estaban encargadas de la administración y el control del sistema educativo. Sus
lineamientos iban dirigidos hacia una enseñanza gradual y con el propósito de
fortalecer en los niños y jóvenes tres aspectos primordiales; el físico, el intelectual y
el moral.

• En cuanto al aspecto físico, estableció la necesidad de enseñar ejercicios


gimnásticos adecuados al desarrollo físico, ejercicios manuales, canto, limpieza,
higiene y aseo de las personas y las cosas.
• En el aspecto intelectual, el conocimiento a transmitir por el maestro debe ser bien
enseñado y dirigirse hacia resultados prácticos y positivos, estimular al niño para
que cultive su espíritu con el esfuerzo propio e iniciarlo en los primeros
conocimientos de la ciencia, y en términos generales debe preferirse la calidad a la
cantidad de la enseñanza ("poco pero bien enseñado").

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• Con respecto a la moral, el maestro debe ejercer una acción y vigilancia
constantes, debe evitar las discusiones teológicas y filosóficas, dado que no lo
permiten ni el carácter que reviste ni la poca edad de los niños, no debe exponer la
teoría de la moral, sino observar estrictamente los principios de la ley moral, la
conciencia y el deber y trabajar sobre la voluntad del niño para lograr que este obre
bien. (Tovar, R., 1913)

El plan inicial estaba orientado hacia una reforma integral que involucrara los tres
niveles educativos: primaria, secundaria y superior.

La reforma, que se llevaría a cabo por medio de tres etapas:

• En la primera etapa una reorganización total de la enseñanza primaria en sus


diferentes aspectos tales como el administrativo, el académico y el económico.
• En la segunda etapa la organización de la enseñanza media. En este caso, más
que todo, crear instituciones y dictar lineamientos adecuados. Estas acciones
tendrían como meta ampliar las oportunidades para que los jóvenes asistieran a
este nivel educativo y proporcionar, por este medio, una formación académica más
sólida.
• En la tercera etapa: reorganizar la Universidad de modo que representase un papel
más efectivo en la vida académica y cultural del país.

El plan se inició con la emisión de la Ley sobre Juntas de Instrucción Pública (1885),
la Ley Fundamental de Instrucción Pública (1885) y la Ley General de Educación
Común (1886).

Para finalizar, quiero citar a otro de nuestros grandes educadores y para don Lalo,
en sus propias palabras, “su segundo padre”, Don Omar Dengo el maestro de
maestros quien dijo “Yo no me creo maestro ni guía: no soy más que un hombre
que aspira a ser bueno”.

Omar Dengo Guerrero (San José, 9 de marzo de 1888 - Heredia, 18 de noviembre


de 1928) fue un destacado educador, escritor, periodista, abogado, intelectual y
humanista costarricense. Fue profesor de ética, filosofía e historia de la literatura
del Liceo de Costa Rica, y como profesor y director de la Escuela Normal de Costa
Rica (hoy Universidad Nacional de Costa Rica), formador de los primeros docentes
de la historia del país. Educador por antonomasia, fue también maestro de escuela
rural y maestro de obreros en el Centro Germinal. Es una de las figuras más
importantes de la cultura costarricense de la primera mitad del siglo XX.

En 1915 se abrió en la ciudad de Heredia, la Escuela Normal de Costa Rica, y en


ella se reunieron los más distinguidos educadores del país: Arturo Torres, Roberto
Brenes Mesén y Joaquín García Monge. Guerrero fue escogido para formar parte
del grupo de profesores que trabajarían en la nueva institución. Aquí fue profesor
de Legislación Escolar, Historia de la Educación y Lógica y Debate. Llegó también
a tener el cargo de Disciplina Auxiliar, que incluía entre sus múltiples actividades,

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una acción pedagógica de orientación de la vida de los estudiantes fuera y dentro
de la institución; despertar en los futuros maestros el sentimiento de responsabilidad
personal, induciéndolos al autogobierno; además dirigió la Revista Educación.
Entre los años de 1912 y 1914, Omar Dengo Guerrero define plenamente su
posición, respecto a los trabajadores y del imperialismo. En 1912 se funda el Centro
de Estudios Sociales “Germinal”. Entre los intelectuales que fundan este centro se
pueden mencionar a Joaquín García Monge, Carme Lyra y el dirigente obrero Juan
Rafael Pérez.

Durante los años de director en la Escuela Normal, introdujo importantes cambios:


incluyó nuevas materias, las lecciones fueron profusamente documentadas con
libros y le dio importancia a la experiencia pedagógica.
Fue declarado Benemérito de la Patria por decreto N° 973 de la Asamblea
Legislativa de Costa Rica el 6 de octubre de 1969.

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Realimentación

D
e este trabajo puedo rescatar como el espíritu de personas emprendedoras
y con vocación como los nombres mencionados en este escrito, tomaron
para si en su momento, de situaciones contrarias y poco desarrolladas,
experiencias que marcaron no solo sus propias vidas, sino que gracias a esas
vivencias pudieron definir su época y plasmar huellas que aun hoy hacen eco en los
sistemas educacionales y en nuestros marcos legales persisten aun lineamientos
que nos definen a nosotros los docentes nuestro norte a seguir.
Es por eso, que investigaciones como la desarrollada en este trabajo, nos permite
ampliar el conocimiento y valorar aun más los recursos que poseemos actualmente
y como aquellos hombres visionarios dejaron una huella por su empeño y
dedicación a lo que amaban (enseñar), podamos también en nuestro día a día,
marcar con nuestro ejemplo a los que tenemos la responsabilidad y obligación de
formar.

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