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Causas y desafíos
Facultad de Economía, UMSNH.
El fenómeno inflacionario
No existe una definición comúnmente aceptada. Cada una de las principales escuelas
del pensamiento económico moderno, sobre todo cuando se trata de explicar las
causas, tiene su propia visión y definición acerca del tema. Sin embargo, si
consideramos la percepción general de fenómeno, es decir, si partimos empíricamente,
la inflación se define como aumento sustancial y sostenido en el nivel general de los
precios. (Teigeiro, 1983a: 63)
Por su lado, Galbraith engloba las anteriores definiciones en una sola, al respecto dice:
Si se pregunta al hombre de la calle qué es la inflación, probablemente no tenga
mayores dificultades para responder y la defina como un aumento en el nivel de
precios o como una situación en la que con la misma cantidad de dinero cada vez
puede comprar menos cosas. De ese modo, se tendrá una definición muy poco
sofisticada, pero básicamente satisfactoria, de lo que es la inflación. La inflación,
agrega, es un aumento en el nivel de precios o disminución en el poder adquisitivo del
dinero (...) es un aumento sostenido en el nivel general de precios. (Galbraith, 1975:
21-23).
Otro autor norteamericano (Bach, 1974:69) nos dice: La inflación, suele decirse a
menudo, consiste en mucho dinero en busca de pocos bienes. Se trata de una
afirmación tosca, pero que contiene sin embargo un elemento de verdad. Esta
definición se deriva de lo que el autor considera la causa fundamental de la inflación,
es decir, cuando la demanda total de bienes y servicios supera a la oferta de los
mismos.
Otras escuelas aducen que la inflación se genera por el aumento de los sueldos y los
salarios, lo cual implica la existencia de mayores cantidades de dinero. Desde luego,
sin más dinero no puede haber inflación, sin embargo debemos considerar que es una
condición necesaria pero no suficiente. Asimismo, para que aumente la cantidad de
dinero en circulación es necesaria la intervención del banco central: cuando el banco
central de un país decide aumentar la cantidad de dinero, no salen a la calle los
funcionarios de dicha institución y empiezan a repartir billetes y monedas entre los
transeúntes que pasan por allí. Es preciso encontrar una forma de canalizar ese
aumento en la circulación de dinero, de manera que se refleje en un mayor poder de
compra. Aquí es donde las distintas escuelas del pensamiento económico se separan y
cada una toma un camino distinto. (Teigeiro, 1983a: 66)
A pesar de las diferencias, entre las distintas teorías existe un denominador común
respecto a la naturaleza básica del proceso inflacionario. Consideran que la inflación es
consecuencia de la lucha de agentes económicos y sociales por el reparto del ingreso
nacional, cuyo resultado dependerá de la fuerza que cada uno tenga. Los agentes son
el gobierno, que trata de apropiarse de una mayor parte del ingreso vía impuestos; el
sector privado, que busca el mismo fin elevando los precios; y los sindicatos que
persigue lo mismo a través de presiones para lograr aumentos de sueldos y salarios,
cuando dicho aumento no es resultado de aumentos de productividad. Por otro lado, la
inflación puede transmitirse de unos países a otros a través del comercio internacional.
1. El deflactor del producto bruto interno: Es el único índice que mide la variación
en los precios de todos los miles y miles de bienes y servicios que se producen
en la economía de un país. Con él se convierte una cantidad nominal en otra
real. Así, si el producto nacional bruto nominal en un año aumentó en un 10%,
habrán contribuido a ello dos elementos: un crecimiento real de la producción y
otro debido a los mayores precios. Si éstos subieron en un 4% del primer año al
segundo, sólo podemos atribuir un 6 % del incremento del producto a una
mayor producción, y el resto al alza de precios. Esta operación de corregir el
incremento del producto debido sólo a los precios se llama deflactar, y el índice
de precios que se utiliza es el deflactor. Esta forma de medir la inflación es la
más completa.
En el caso del gobierno se supone que eleva su gasto más allá de lo que le permite la
recaudación de los impuestos tradicionales, en consecuencia, para financiar su déficit
entre sus ingresos y sus gastos, será necesario que recurra a fuentes de ingresos
adicionales, tales como créditos del banco central o mediante la deuda pública interior
y exterior.1
Además de las materias primas, la inflación por empujón de costes también puede ser
el resultado de una elevación fuerte y sostenida de los impuestos, los intereses y los
beneficios. El gobierno puede aumentar fuertemente los impuestos para financiar un
aumento de sus gastos sin que se produzca déficit. En respuesta, las familias tratarán
de proteger su ingreso demandando mayores salarios; por su lado los empresarios lo
harán trasladando el impuesto al consumidor vía precios, lo que dará lugar a un nuevo
impulso inflacionista.
Por su lado el sistema financiero también puede impulsar la inflación por medio de la
elevación de los intereses que cobra por los préstamos que otorga. Cuando esto
sucede, lo más probable es que las empresas reaccionen trasladando al consumidor el
aumento de costes en forma de subida de precios.
d) Además de los problemas mencionados hay que añadir las deficiencias de orden
institucional, social y político; las tensiones demográficas, las políticas
económicas inadecuadas, la inestabilidad política, la distribución injusta del
ingreso y la riqueza y la baja productividad, que también han actuado
negativamente en lo que respecta a la estabilidad de precios.
e) Igualmente, las distorsiones del crecimiento económico que resultan de imitar a
las economías avanzadas. Por un lado el consumo conspicuo ha reducido las
posibilidades de inversión y; por otro, la inversión se ha orientado a la
producción interna para satisfacer dicho consumo que propicia un tipo de
crecimiento que difícilmente armoniza con la estabilidad de precios.
Según Rojas y Rojas (1983: 83-84): La inflación se produce cuando el Banco Central
emite una cantidad circulante que sobrepasa las necesidades de mediación de la
circulación de la economía en su conjunto (...) el exceso de circulante en relación a las
necesidades de la realización o venta de las mercancías, conduce a una desvalorización
de la unidad monetaria. Y agrega:
Sin embargo, los críticos de la escuela monetarista arguyen que, al ignorar las causas
de los fenómenos que originan las presiones inflacionarias, el remedio puede ser peor
que la enfermedad. No cabe duda que una reducción suficiente en el ritmo de
crecimiento de la cantidad de dinero, o aun en su nivel absoluto, es un instrumento
capaz de producir una disminución en la inflación. Lo que sucede es que si se trata de
reducir el aumento de los precios solamente por vía de control monetario, se puede
perjudicar gravemente la actividad económica y el empleo, e incluso llegar a inducir la
recesión y el paro.
5. El enfoque de los cambios del sistema capitalista. Existe otro enfoque (Heilbroner y
Thurow, 1985: 144-152) que analiza de manera muy original el fenómeno de la
inflación. Respecto a las causas de la inflación los autores que defiende el presente
enfoque plantean lo siguiente:
b) Dicho marco se conforma con las contradicciones del sistema capitalista, las
cuales ya no desembocan en depresiones sino en inflación y en recesiones
limitadas y persistentes.
c) Esto es así porque en la estructura económica y social del capitalismo han
ocurrido grandes cambios: el surgimiento de los sectores públicos grandes y
poderosos, que a través del gasto público inciden en la economía; el
surgimiento del poder privado, es decir, de las grandes empresas y sindicatos;
la gran proporción de servicios que hay en la economía y con una productividad
que aumenta con más lentitud que la de los bienes, así como la lucha sindical
de policías y barrenderos. El más importante es el primero.
Veamos el enfoque con más detalle. ¿Cuáles son las raíces de la inflación? No existe
una sola respuesta. Las respuestas dependerán de la posición política y del enfoque
teórico de los economistas. De acuerdo con la respuesta los responsables pueden ser:
el banco central por expandir demasiado el crédito (explicación monetarista); las
grandes corporaciones por aumentar sus precios más rápido que la elevación de sus
costos; los sindicatos por demandar aumento de salarios por arriba del aumento de la
productividad; el gobierno (economía de la oferta), porque eleva los costos debido a la
excesiva regulación y desalienta los negocios con altos impuestos; los costos militares;
la elevación de los precios del petróleo; la caída de la productividad; la indexación de
los gastos sociales; la gente quiere vivir bien ahora y pagar más tarde. ¿Cuál es la
explicación correcta? Todas tienen algo de verdad, pero carecen de un marco
coherente que las incluya y que permita su interconexión y reforzamiento mutuo.
Es necesario partir del hecho de que las economías capitalistas están siempre en
estado de tensión nerviosa, de movimiento real o potencial, de desequilibrio patente o
latente.... Esta vulnerabilidad del sistema no se resuelve en depresión sino en
inflación, la cual aparece como el modo en que el sistema capitalista responde a los
golpes y desequilibrios de la situación institucional del fin del siglo XX. Esto se debe a
los grandes cambios que ocurrieron dentro de la estructura social y económica del
capitalismo en todo el mundo.
Hoy la agricultura es una pequeña parte del producto nacional, la tecnología sigue
bajando los costos, pero estos menores costos son anulados por el freno al descenso
que mostraron los salarios y los precios después de la 2. Guerra Mundial. Los salarios
suben, pero rara vez o nunca bajan. La concentración empresarial y el poder sindical,
junto con el temor a la competencia entre las empresas, trajo como resultado que los
salarios y precios generalmente se muevan hacia arriba. Salvo en casos extremos,
ninguna gran compañía baja los salarios. Los aumentos salariales se repercuten en los
precios con un 10% más. Estas tendencias alimentan el impulso inflacionario.
El tercer cambio que estimula la inflación es la gran proporción de servicios que existen
en la economía y el hecho de que su productividad aumenta con más lentitud que la de
los bienes, así como la lucha sindical de policías, barrenderos, etc. La inflación tiene su
origen en acontecimientos específicos que dan inicio al proceso y que después se
alimenta con otros acontecimientos. En el caso de un país deben considerarse tanto los
factores internos como los externos. También contribuye a la presión inflacionaria la
indexación del gasto social que contribuye a sostener las compras; así como el cambio
de mentalidad, es decir las expectativas de la gente de que los precios seguirán
subiendo y que los motiva a comprar antes de que vuelvan a subir. Por lo cual las
expectativas se transforman en realidad.
Según Teigeiro: la inflación de demanda tiende a producir, entre otros, los siguientes
efectos: 1) aumento de precios; 2) aumento de beneficios; 3) disminución de salarios
reales; y 4) aumento del empleo y actividad económica en general, mientras la
inflación va en ascenso. Por su parte, la inflación de costes resulta en: 1) aumento de
precios; 2) disminución de beneficios; 3) aumento de salarios reales; y 4) disminución
del volumen de empleo y actividad. Es decir, los efectos dependerán del origen o causa
de la inflación.
Los autores del enfoque de los cambios del capitalismo niegan que la inflación erosione
el nivel de vida en EUA. Afirman que el deterioro del poder adquisitivo no es uno de los
males de la inflación. En períodos inflacionarios todos tienen un mayor
ingreso nominal. Pierden aquellos cuyos ingresos aumentan menos rápidamente que la
tasa de inflación. En algunos casos el deterioro de los ingresos reales no tiene como
causa la inflación sino la mayor oferta de trabajo respecto a la demanda. La inflación si
redistribuye el ingreso de tal manera que lo que unos pierden otros lo ganan. Los
ganadores pueden ser un grupo de trabajadores estratégicamente ubicado o un grupo
de empresarios.
Tradicionalmente se piensa que las personas de ingresos fijos son los perjudicados, lo
cual sería correcto si los gastos de seguridad social no estuvieran indexados. Los que
pierden son los poseedores de acciones, siempre que los precios de las mismas
permanezcan fijos y los precios de los bienes y servicios crezcan. Las acciones no han
servido de protección contra la inflación por dos razones: el enorme aumento de las
tasas de interés provocado por la inflación y el pesimismo de los inversionistas
respecto al futuro. La inflación sí es un problema económico de primer orden pero
debemos distinguir entre los peligros que representa y los costos reales que impone. El
gran riesgo es que se pierda el control de la inflación y ésta tienda a acelerarse.
Peligros de la inflación
2. El clima inflacionario hace difícil la inversión racional. Muchas familias sucumben
buscando protección en colecciones, monedas de oro, arte, antigüedades y bienes
raíces. No siempre las inversiones salen bien.
3. También la inflación tiene efectos sobre los préstamos. En tiempos de inflación
todos quieren endeudarse si pueden conseguir fondos suficientemente baratos,
pero por la misma razón los bancos sólo prestan a tasas muy altas.
Las tasas de interés aumentan en la lucha por conseguir dinero, lo cual pone serios
obstáculos a muchos tipos de inversión. La economía se carga con
endeudamientos. Los consumidores toman créditos muy grandes que es difícil
soportar, las empresas se cargan con altos costos financieros y disminuye la
flexibilidad y capacidad de readaptación de los mercados crediticios del país. Existe
el peligro de que una gran insolvencia provoque situaciones peligrosas en el mundo
bancario. La inflación aumenta el riesgo y la inestabilidad financiera a escala
nacional.
Para combatir la inflación se recurre a políticas anti inflacionistas, a las cuales -según
sea la forma de su aplicación y su dimensión temporal- se les denomina programas de
estabilización, saneamiento o ajuste estructural.
Las políticas anti inflacionistas repercuten sobre el tipo de cambio y, a través de él,
sobre la balanza de pagos, debido a que una política monetaria restrictiva tiende a
fortalecer artificialmente el tipo de cambio: al reducir el ritmo de crecimiento de las
magnitudes monetarias se disminuye automáticamente la demanda de bienes y
servicios importados. A su vez, el fortalecimiento del tipo de cambio incide
desfavorablemente sobre las exportaciones y alienta las importaciones.
Los autores del enfoque de los cambios en el capitalismo destacan que en gran medida
el costo real es el desempleo provocado por las medidas para remediar la inflación, es
decir, por las políticas monetarias restrictivas. Estos costos aparecen disminuidos en la
consideración política porque son soportados solo por una pequeña porción de la
población. La desocupación, con todas sus repercusiones sociales destructivas,
permanece relativamente desatendida mientras los gobiernos dirigen sus esfuerzos a
controlar la inflación. Por ello, dicen: La parálisis de una política social constructiva es
el mayor desafío de nuestra era inflacionaria.
1. Equilibrar el presupuesto público (gasto igual a ingreso) y mejor aún si se logra que
sea superavitario. El problema es que hay diversas maneras de equilibrar:
aumentar los impuestos para igualar el ingreso con el gasto ¿Quién acepta un
aumento de impuestos? Otra manera es reducir impuestos y recortar gastos hasta
igualarlos con los ingresos. El problema es que harán los ciudadanos cuando
aumente su ingreso disponible ¿Ahorrarán o aumentarán su consumo? Si hacen lo
último presionarán la inflación al alza.
3. Provocar una gran recesión, mediante una política monetaria recesiva severa, que
impida que aumente la oferta monetaria y por lo tanto el crédito. Esta es una
solución ingenieril que se acompaña con los siguientes problemas: a) alto costo
humano y probablemente inaceptable; b) la desocupación es una manera muy
inequitativa de combatir la inflación y; c) la desocupación afecta fundamentalmente
a los más débiles económica y políticamente (jóvenes, negros, mujeres y latinos)
porque están poco entrenados y tienen muy poca capacidad de presión política, por
lo que su impacto sobre la tendencia de los salarios es muy pequeño. Además, la
medida es inequitativa y no es efectiva. Es por ello que las tasas de desocupación
aumentan y las de inflación no bajan obedientemente.
Bibliografía utilizada
Rojas, Antonio y Raúl Rojas, Por qué se devaluó el peso, En: Teoría y Práctica N9, Juan
Pablos Editor, México, enero-marzo 1983.
Teigeiro, José Diego, La inflación, qué es, qué la causa, cómo se mide, En: Enciclopedia práctica
de economía N 4, Ediciones Orbis, S. A., Barcelona, 1983a.
Teigeiro, José Diego, La inflación: causas, efectos, remedios, En: Enciclopedia práctica de
economía N 5, Ediciones Orbis, S. A., Barcelona, 1983b.
1
A este tipo de demanda se le conoce como autónoma, para distinguirla de
la inducida, es decir, aquella que se genera por crecimientos de costos (aumento de
salarios, por ejemplo).
2
Según la curva de Phillips, el paro se reduce (o sea, el empleo aumenta) cuando la
inflación se acelera (o sea, cuando los salarios crecen más aprisa); y cuando la
inflación se reduce, ocurre lo contrario.
3
Además de la presión política hay otra razón que hace difícil que las autoridades
monetarias restrinjan el crédito, pues las grandes empresas tienen acceso al crédito
mediante la emisión de pagarés llamados aceptaciones, sin importar que hagan las
autoridades.