Curso 

d e Filosofía Política  

Hiistoria dee las ideas políticcas

Es indudaable que las ideas ppolíticas no o han
surgido dee la nada y que, por tanto, tieneen su
historia. El
E conocimiento de laa historia de d las
ideas polítticas puede ser realmennte útil. Y es
e que
confiere, por
p así deccirlo, una ““base de datos”
d
para orientarse. Incluso en el casso de que see opte
por un esttudio centraado en la FFilosofía Po olítica
contemporránea, por un análisis de los tem mas y
los textos más actualles, no estaará de más tener
una ccierta familliaridad con
n las grandees filosofíass políticas de
d la historiia, puesto que
q el
lenguuaje y los conceptos
c qu
ue hoy se eemplean son n herederos de los del ppasado. Conocer
la hiistoria de las ideas políticas pproporciona una cultu ura políticaa necesaria para
enfreentarse a loos problemaas teóricos de la Filo osofía Polítiica y ayudaa a formarsse un
criterrio propio ante
a los prob blemas práccticos de la política.
p

La política en
n la Antig
güedad clásica
c
Aunqque en el Pró óximo Orientte, según alggunos arqueólogos, hay rastros que  podrían indicar la 
l historia,  ccon  lo  cual  allí  se 
existeencia  de  las  primeras  prácticas  polííticas  democcráticas  en  la 
podríía haber enssayado una e especie de “ddemocracia  primitiva”, lo cierto es qque generalm mente 
se pieensa en la Grrecia clásica cuando se hhabla de los o orígenes de la política. Dee hecho, la m misma 
palabbra  “política””  tiene  ya  ra
aíces  griegass,  puesto  qu
ue  deriva  de  “polis”,  la  cciudad‐estad
do  del 
mund do de los helenos. Inventar la polític a implicó hacer argumen ntativo el usoo del poder, crear 
un esspacio de deliberación, d designación dde representtantes y rend dición de cueentas, en el q que el 
recurrso a la pura  fuerza se de ejaba de ladoo y, en su lugar, se erigía a el ideal de  la persuasió ón y la 
palabbra pública. CComo dice Je ean‐Pierre VVernant: 

 “En lugaar del Rey en n el que la so
oberanía se eejercía sin co ontrol, 
sin límitee, en el secreeto de su pallacio, la vidaa política grieega se 
quiere ccomo el objeto de un deb bate público,, a plena luzz en el 
ágora, ppor parte de los ciudadanos definidoos como igua ales, y 
allí  es  ddonde  el  Esta
ado  se  conviierte  en  un  aasunto  comú
ún;  en 
lugar  dee  las  antigu uas  cosmogo onías  asociaddas  a  ritualles  de 
realeza yy a mitos de soberanía, u un pensamieento nuevo in ntenta 
fundar  eel  orden  del  mundo  desde  las  relaciiones  de  sim metría, 
de  equillibrio  y  de  ig
gualdad  entrre  los  diversoos  elementoos  que 
compon en el cosmoss.” (Vernant,, 1962, p. 3)

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La poolis democrrática, cuyo o ejemplo mmejor conociido es la Atenas del sigglo V a.C., fue f el
resulltado de la aplicación de d tres prinncipios funddamentales: la isonomiia (igualdad d ante
la leyy), la isokraatia (igualdaad de poderr) y la isegoría (igualdaad en el usoo de la palab
bra en
el ággora, la plaaza pública)). Convienee no idealizzar el mund do griego, ssin embarg go. Es
ciertoo que no toodos los quee estaban enn la ciudad eran ciudad danos. Com mo se sabe, ni las
mujeeres, ni loss extranjero os ni los eesclavos lo eran. Aho ora bien, paara un con njunto
reduccido y privilegiado de propietarioos o terratenientes fue posible la organizació ón de
unas estructurass de poder basadas
b en eel derecho al
a uso de la palabra en lla asambleaa para
delibberar y deccidir sobre los asuntoss que afecttaban a tod da la ciudadd. Esta nov vedad
históórica fue lo que
q se llamó “política””, es decir, “ciudadanía
“ ”.

Uno de los primeros filósofos, el materiialista

Demóócrito de Abdera, dice d en uno
no de los pocosp
fragmmentos de su obra que q se connservan quee “es
preferrible la poobreza en democracia
d que la llaamada
“feliccidad” que otorga
o un goobierno autooritario, commo lo
es la libertad a la esclavitud
d” (en Estobbeo, Flor. IV,I 1,
43). E Esta afirmaación es reeveladora dde la estimaa que
teníann los grieegos por la vida ppolítica, qu ue se
contraaponía a la vida de dominaciónn propia de d los
esclavvos o los bárbaros. La L libertad política, porp lo
tanto,, no estaba en venda, sino que teenía valor por p sí
mismma. La inv vención dee la dem mocracia an ntigua
consttituyó la creeación de un
n espacio dee libertad, que
q no
se poodía reducir a la vidaa económicca (del oiko os, el
hogarr) pero que también se distinguía dde las relaciiones,
a mennudo bélicaas, que se esstablecían eentre las disstintas
ciudaades. La política
p fuee, pues, eeste espacio de
segurridad cívicaa y de ejerccicio de las funciones propias
p del hombre libbre. En efeccto, la
educación ciudaadana tenía por objetivvo la formaación del caarácter y laas virtudes éticasé
que cconseguían realizar la naturaleza
n hhumana en todas
t sus po
otencialidaddes.

Nadaa expresa mejor

m esta idea antiguua que lass palabras de d Pericless, recogidas por
Tucíídides, en su Oración n Fúnebre dedicada a los soldaados que peerdieron la vida
durannte las Gueerras del Peeloponeso, cuando reiv vindica quee “los ateniienses somo os los
únicoos, en efectto, que conssideramos aal que no paarticipa de las
l cosas púúblicas, no ya y un
tranqquilo, sino un inútil”” (Tucídidees: Oración Fúnebree, 40). Y añadía que los
ciudaadanos atennienses no ses medían ppor su riqueeza o su po obreza, sinoo por su virrtud y
comppromiso conn la ciudad d. El movimmiento de loos sofistas dio un nueevo impulso o a la
reflexxión sobre la justicia de
d la polis een Atenas, puesto que se definíann como maeestros
de viirtud y ciudaadanía.

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P
Platón: los
l inicioos de la Filosofía
F a Políticaa
El primer gran teórico dee la polític a fue Plató ón (427-3447 a.C.). Pllatón no fuue un
partiddario de laa democraciia ateniensee que Periccles había representado
r o. Puede qu ue su
rechaazo a la demmocracia coomo sistemaa político see debiese a sus
s orígeness aristocrátiicos o
puedde que fuesee resultado del conociidísimo juiccio contra Sócrates,
S suu maestro, en el
que lla democraccia ateniensse lo condennó a muerte mediante la cicuta. SSea como sea, la
Filossofía Políticca, tal y como
c la enntendemos, nace com mo una crítiica radical a la
demoocracia y al movimientto de los soffistas que lee daba su ap
poyo.

Platóón hereda ell intelectuallismo morall de Sócratees. Tanto paara el maesttro como paara su
discíípulo, la viirtud depen nde del coonocimiento o. Recordem mos que SSócrates, qu ue no
escriibió ningún libro, se paaseaba por A Atenas conversando co on sus concciudadanos sobre
un grran abanicoo de cuestio ones, desde la belleza hasta
h la justticia. El núm
mero, la reggla de
la mayoría o la contabilizaación de vootos en la asamblea
a noo podían serr el criterio
o para
estabblecer la verrdad de las proposicionnes en discu usión. Uno tenía que ppensar, haceer uso
de laa razón, parra encontraar las ideas o definicio ones de las cosas. Y PPlatón, insp pirado
segurramente en el paradigm ma de la maatemática, sostuvo
s quee la realidadd de las cossas no
estabba en el ámbbito de lo sensible,
s sinno que se teenía que capptar mediannte la razón en el
ámbiito de las ideas,
i perfeectas, inmuutables, imp perecederass, universalles y necessarias,
comoo si fuesen fórmulas matemáticas
m o figuras geométricas.
g . El problemma de la política,
que ssiempre inteeresó a Plattón, se desaarrolla en un na de sus ob bras maestrras, el diálogo de
la Reepública. Alllí, la cuestiión es: ¿cómmo sería unaa polis justaa?

Se ha dicho que la Repúbliica de Plató ón es

una de las primeraas utopías dde la historia. No
es exaccto. Platón reconstruyee, en el diáálogo,
la ideaa de ciudadd y, de hechho, empiezza por
tratar las cuesstiones m más básicaas y
elemen ntales, las necesidaddes materriales.
Luego establece tres clases de ciudad danos:
los prooductores y artesanos,, los guard dianes
(que caarecerán de propiedad y vivirán en n una
especiee de régimeen comunistta), y finalmmente,
el gobeernante o “Rey
“ Filósoofo”. El objjetivo
es m
mostrar que la l ciudad, sii se quiere qque sea justta, debe ser gobernada por aquello os que
tieneen más connocimiento, y no por llas opiniones de la mayoría. m La justicia poolítica
equivvale, así, a la
l harmoníaa entre las ddistintas classes. Para co
onseguir reaalizar esta ciudad
ideall, los filósoffos tienen que
q gobernaar o bien lo os gobernan ntes tienen qque filosofaar. La
introducción dee esta categ goría del RRey Filósofo o, precisammente, tiene el cometid do de
efecttuar el pasoo del modello teórico a la prácticaa real. Por lo l tanto, la República no es
una nnovela imaginaria sobre una políítica utópicaa, sino que es casi com mo un prog grama
polítiico.

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Platóón, todo hayy que decirllo, corrigió los excesoss de su teoría política iideal en diáálogos
posteeriores com
mo el Político y las Leeyes. Al arb bitrio de unn gobernannte todopod deroso
ilumiinado por el mundo de las ideas lee contrapuso o finalmentee el respeto al derecho,, a las
leyess. Platón accabó defend
diendo que todos los ciudadanos,
c gobernantees o gobern nados,
debíaan sometersse a las missmas leyes para garantizar la libeertad y evittar los abusos de
podeer.

La
L polítiica de Arristóteles
Aristtóteles (3844-322 a.C.) fue discípuulo de Platón n. Podríamo os decir, commo apunta G. H.
Sabinne, que la reflexión
r ariistotélica soobre la políttica empieza justamentte en el pun nto en
el quue la dejó Platón en su última obraa, el diálogo o inacabado o Leyes. Laa posición teeórica
de AAristóteles, en
e efecto, dista
d muchoo del planteeamiento plaatónico de lla Repúblicca: ya
no see trata de buscar
b un Rey
R Filósofoo que solucione todos los problem mas del Estado a
travéés de una Ciencia
C pollítica en mmayúsculas. El saber teeórico no ees suficientte: es
necesario algúnn tipo de saaber prácticco, que Arisstóteles llam ma “prudenncia”, para saber
apliccar los princcipios generrales a las ccircunstanciias particulaares, variablles, conting
gentes
e irreepetibles. Por
P ello, Ariistóteles elaaboró un cu uerpo de inv vestigación sobre la po olítica
muchho más emppírico. Reco opiló y commentó constituciones dee muchas ciuudades grieegas y
bárbaaras, por ejeemplo. Sus pensamienttos sobre Fiilosofía Políítica se pueeden encontrrar en
los oocho libros de
d la Políticca y en sus oobras de ética.

La prrimera intuición aristootélica es que q el

homb bre es un u animal político por
naturaaleza. Estoo significa que su medio m
naturaal es la polis, la civvilización. Dice
Aristóóteles que solo un diios o una bestia b
podríaan vivir en soledad. Quue el hombrre sea
un annimal polítiico se debee entender en el
sentid
do de ser cíívico, sociaal o gregario por
naturaaleza. Dessde la fam milia hastaa las
agruppaciones relligiosas anttiguas, todaas las
unidaades socialees, dice A Aristóteles en e el
mer libro de la Política, tienden a laa ciudad, a la polis, pu
prim uesto que elllla es la finaalidad
que llas une y laas subsume.. Asimismoo, según Ariistóteles, no o existe unaa ruptura en ntre la
éticaa y la políticca, ya que ambas
a perteenecen a lass “ciencias de las cosaas humanas””. Las
virtuudes éticas, según Aristtóteles, son antes que nada n virtudes políticas en el sentido de
que correspondden a la vida ciudadaana; y al mismo m tiem
mpo, la poliis es el esspacio
priviilegiado donnde se pueden dar las reelaciones étticas. El bueen ciudadanno en un rég gimen
buenno será neceesariamente un hombree bueno. Laa idea de fon ndo es que la ciudad-eestado
antiggua se conccebía como o un todo orgánico, una u comun nidad de víínculos socciales,
juríddicos y reliigiosos quee otorgabann una iden ntidad y un nas funcionnes a todos sus
miem mbros de pleno
p derechho. Aristóteeles, en el tercer libro de la Poolítica, defiine la
ciudaadanía com mo participacción en los asuntos jud diciales y loos de gobierrno. Así pu ues, el
criterrio de la pollítica es la participació
p ón en los queehaceres dee la ciudad.

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La ppropuesta poolítica de Aristóteles

A sse caracteriiza por tratar de enconntrar un térrmino
mediio entre los abusos dem mocráticos (el despotissmo de la mayoría
m pobbre) y los ab busos
de laa oligarquíaa (el despotiismo de la m minoría ricaa). Por ello, el Estagiriita era partiidario
de unn régimen mixto
m que supiese
s corrregir los exccesos de la democraciaa plebeya raadical
ateniiense. A estto lo llamarrá régimen de politeía, es decir, de d ciudadannía, en el qu ue no
hay una separración entree los que gobiernan n y los qu ue son gob obernados y, y en
conseecuencia, laa sociedad civil
c y la soociedad pollítica son, en
e el fondo,, una y la misma
m
cosa.. Ciudadanoo y político,, entonces, sserán equivalentes.

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