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Trabajo Humano:
En sentido amplio, se puede definir al trabajo humano como toda actividad realizada por el
hombre, con su esfuerzo físico o intelectual, que produce bienes y servicios, y que tiene por
objeto convertir las cosas, es decir, transformar la realidad. Para el Derecho Laboral el
concepto es más estricto: el trabajo es toda actividad lícita que se preste en favor de quien
tiene la facultad de dirigirla mediante una remuneración; el Derecho del Trabajo no se ocupa de
todo el trabajo humano sino solamente de aquel en relación de dependencia, excluyendo el
trabajo benévolo, el familiar y el autónomo.
El trabajo humano no es un mero instrumento al servicio del interés particular de otro, ni
una mercancía como se presentaba en la esclavitud, sino una actividad creadora de utilidad
que tiene valor social. En el trabajo oneroso hay una relación de cambio de carácter
patrimonial, ya que el trabajador desarrolla tareas para su subsistencia y la de su familia, a
cambio de un salario; pero, por encima de ello, la dignidad humana del trabajador merece una
valoración legal preferente, otorgando cierta satisfacción al trabajador: el “salario psicológico”.
Desde el punto de vista histórico, un antecedente del trabajo son los esclavos, que en
realidad no eran trabajadores porque eran tratados como cosas y carecían de libertad. El
trabajo humano ha evolucionado a lo largo del tiempo pasando de un trabajo esencialmente
físico a uno básicamente intelectual. En la historia, el hombre utilizó para trabajar: sus propias
fuerzas; los animales; las máquinas; finalmente, el avance de la tecnología, de la mano de la
revolución industrial, incorporó al trabajo las computadoras, la robótica, la cibernética.
En cuanto a los tipos de trabajo humano, podemos encontrar:
Trabajo Benévolo: Es aquel que se presta en forma desinteresada, sin buscar el
beneficio propio. Incluye el trabajo comunitario en parroquias u organizaciones no
gubernamentales. No está regulado por la LCT.
Trabajo Familiar: Es aquel prestado en el seno de la familia, generalmente bajo la
dirección del padre. No está regulado por la LCT, aunque existen excepciones.
Trabajo Autónomo: Es un trabajo retribuido pero no incluye la nota típica de
dependencia, sino que se trabaja por cuenta y riesgo propios. Es el ejemplo del dueño
de un local comercial o un cuentapropista, que poseen su propia organización y
trabajan generalmente solos. No está regulado por la LCT.
Trabajo en Relación de Dependencia: Incluye a aquel trabajador que presta su
actividad personal a cambio de una remuneración, en relación de dependencia o
subordinación respecto de otro, el empleador, que requiere de sus servicios. El
trabajador dependiente se caracteriza por ser una persona humana, que trabaja en una
organización ajena sometido a las directivas o instrucciones que se le imparten, bajo el
riesgo de otro; el mismo está protegido por la Constitución Nacional y por la legislación
de fondo (Ley de Contrato de Trabajo, entre otras).
En esta forma de relación jurídica el trabajador pone a disposición del empleador su
fuerza de trabajo y se somete a sus decisiones e instrucciones respecto del trabajo; el
empleador se compromete a pagarle la remuneración pactada y a otorgarle
condiciones de trabajo dignas, seguras e higiénicas para su condición humana. Lo
determinante para saber si existe esta relación laboral es la subordinación, que se
manifiesta en un triple sentido:
o Jurídico: Consiste en la posibilidad jurídica del empleador de dirigir en el
empleo la conducta del trabajador hacia los objetivos de la empresa. El
trabajador se encuentra sometido a la dirección, el control y el poder
disciplinario del empleador.
o Técnico: El empleado somete su trabajo a los pareceres y objetivos señalados
por el empleador. La subordinación técnica resulta más amplia respecto de los
trabajadores con menor calificación, y menor para aquellos más capacitados
profesionalmente.
o Económico: El trabajador pone su fuerza de trabajo a disposición del
empleador a cambio de una remuneración. Las variaciones en los beneficios
solo afectan al empleador.
Política Social:
Política Laboral:
La Política de Empleo es el conjunto de actuaciones que toman los poderes públicos con
el objetivo de alcanzar el pleno empleo o, al menos, corregir los principales desequilibrios del
mercado de trabajo. Está influenciada por la actuación de las asociaciones empresariales y los
sindicatos, y por las fluctuaciones de la economía a nivel nacional e internacional.
El derecho al trabajo es un derecho esencial humano, consagrado en la Constitución
Nacional (artículo 14 bis) y en las normas fundamentales de derechos humanos como la
Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, y en diferentes constituciones a nivel mundial.
Debemos tener en cuenta la siguiente clasificación:
Empleo: El pleno empleo es un concepto económico que hace referencia a la situación
en la cual todos los ciudadanos en edad laboral productiva (población activa), y que
desean hacerlo, tienen trabajo. Es aquella situación en la que la demanda de trabajo es
igual a la oferta en términos de salarios reales.
Desempleo: También denominado desocupación o paro en el mercado de trabajo, hace
referencia a la situación del trabajador que carece de empleo y, por lo tanto, de salario.
Es la parte de la población que estando en edad, condiciones y disposición de trabajar,
carece de un puesto de trabajo.
Subempleo: Se da cuando una persona capacitada para una determinada ocupación,
cargo o puesto de trabajo no está ocupado plenamente, por lo que opta por tomar
trabajos menores en los que generalmente se gana poco. También suele llamarse
subempleados a las personas que no trabajan un número mínimo de horas semanales,
o aquellos que trabajan de manera esporádica sin suficiente regularidad. Hay que
aclarar que estas personas deben encontrarse en esa situación no por voluntad propia.
Fraude y Simulación:
La simulación y las conductas fraudulentas son actos dirigidos a evitar responsabilidades
del empleador. El fraude consiste en obtener un resultado prohibido por una norma jurídica,
amparado en otra disposición legal. La simulación, por su parte, se refiere a ocultar una
relación o un acto verdadero, privando al trabajador de sus derechos y eludiendo el
cumplimiento de las obligaciones laborales; puede ser total (creación aparente de una figura
contractual no laboral) o parcial (aparentar una renuncia que encubre un despido). Para evitar
este tipo de maniobras, la legislación laboral reacciona de tres formas:
Declarando la nulidad del contrato.
Estableciendo la relación de dependencia directa con quien se beneficia o aprovecha
del trabajo, entrando en juego el principio de primacía de la realidad, por medio del cual
prima la verdad de los hechos sobre la apariencia o lo documentado.
Fijando la solidaridad entre los sujetos que intervienen en el negocio. Surgen distintos
supuestos legales:
o Interposición y Mediación: En caso de que los trabajadores sean contratados
por terceros con vistas a proporcionarlos a las empresas, serán considerados
empleados directos de quien utilice su prestación. Los terceros contratantes y
la empresa para la cual los trabajadores prestan o prestaron servicio
responderán solidariamente por las obligaciones emergentes de la relación
laboral y por las que deriven del régimen de la seguridad social. Los
trabajadores contratados por empresas de servicios eventuales se
considerarán en relación de dependencia con dichas empresas.
El empleador que ocupe trabajadores a través de una empresa de servicios
eventuales habilitada, será solidariamente responsable con aquella por todas
las obligaciones laborales y deberá hacerse cargo de los aportes y
contribuciones de la seguridad social. El trabajador contratado de esta manera
estará regido por la convención colectiva, será representado por el sindicato y
beneficiado por la obra social de la actividad o categoría en la que
efectivamente preste servicios en la empresa usuaria.
o Subcontratación y Delegación: Quienes cedan total o parcialmente a otros el
establecimiento o explotación a su nombre, o contraten o subcontraten trabajos
o servicios correspondientes a la actividad normal, deberán exigir a sus
contratistas o subcontratistas el adecuado cumplimiento de las normas
relativas al trabajo y a los organismos de seguridad social. Además deberán
Relación de Dependencia:
El trabajo en relación de dependencia es un trabajo dirigido: el trabajador está bajo la
dependencia o dirección del empleador, pone a disposición su fuerza de trabajo y se somete a
sus decisiones e instrucciones respecto del trabajo, y como contraprestación el empleador se
compromete a pagarle la remuneración pactada y a otorgarle condiciones de trabajo dignas,
seguras e higiénicas para su condición humana; es decir que trabaja en una organización
ajena, sometido a las directivas o instrucciones que se le imparten y bajo el riesgo de otro.
La dependencia es uno de los conceptos cuya delimitación fue más difícil en la doctrina.
La LCT no la define concretamente, pero la doctrina estableció sus elementos tipificantes
haciendo hincapié en dos aspectos fundamentales:
Subordinación Jurídica: Es la posibilidad jurídica del empleador de dirigir en el empleo
la conducta del trabajador hacia los objetivos de la empresa, ejerciendo facultades de
dirección, control y poder disciplinario.
Subordinación Económica: El trabajador pone su fuerza de trabajo a disposición del
empleador a cambio de una remuneración. Los beneficios o quebrantos derivados de la
explotación son ajenos al obrero.
Existe una serie de casos especiales que no están regulados por la Ley de Contrato de
Trabajo, por considerarse fuera del típico concepto de relación de dependencia y por poseer
regulación propia. Ellos son:
Empleo Público: Está regulado en una ley especial, la Ley N°25.164, debido a que el
trabajador se encuentra en relación de dependencia pero su empleador, la
Administración Pública, posee una condición especial. Respecto a la naturaleza jurídica
del empleo público existen varias posturas: se trata de una situación estatutaria, legal o
reglamentaria, por lo que no se los emplea sino que se los nombra mediante un acto
administrativo; existe un consenso al momento de la formación del vínculo y una
situación legal o reglamentaria posterior susceptible de ser modificada por la
Administración Pública a su solo arbitrio; se trata de un contrato administrativo.
Trabajo Doméstico: Posee su regulación en la Ley N°26.844, que se aplica a aquellos
trabajadores que presten servicios de limpieza, mantenimiento u otras actividades
típicas del hogar. Hoy en día la regulación es muy similar a lo que establece la Ley de
Contrato de Trabajo.
Trabajo Agrario: Está regido por la Ley N°26.727. También es, actualmente, muy
similar a las disposiciones de la Ley de Contrato de Trabajo.
Voluntariado: Es el denominado trabajo benévolo, amistoso o de vecindad, y se presta
en forma desinteresada, sin buscar el beneficio propio. Incluye el realizado en una
parroquia, en una organización no gubernamental o cualquier otro tipo de trabajo
comunitario.
Trabajo Familiar: Es aquel que se lleva a cabo con los parientes más cercanos: entre
cónyuges o de los padres con sus hijos menores que estén bajo su potestad. No está
regulado por la Ley de Contrato de Trabajo.
Período de Prueba:
En el caso de los contratos por tiempo indeterminado, los primeros tres meses se
consideran un período de prueba en el que cualquiera de las partes podrá extinguir la relación
sin expresión de causa, sin derecho a indemnización con motivo de la extinción, pero con la
obligación de preavisar por escrito con 15 días de antelación; de lo contrario corresponde la
indemnización sustitutiva de preaviso pero sin abonar la integración del mes de despido. Las
reglas aplicables a este período son:
Un empleador no puede contratar a un mismo trabajador más de una vez utilizando el
período de prueba, salvo que la disolución anterior hubiera sido dispuesta por voluntad
del trabajador, caso en el que podría completar el período. Si lo hace, debe abonar una
indemnización equivalente a un mes y la integración del mes de despido.
Su uso abusivo con el objeto de evitar la efectivización de trabajadores será pasible a
sanciones. Se considera abusivo que contrate sucesivamente a distintos trabajadores
para un mismo puesto de trabajo de naturaleza permanente.
El empleador debe registrar al trabajador por el período de prueba. La falta de
registración hace inoponible el contrato al trabajador y éste resulta acreedor a la
indemnización correspondiente.
En él las partes tienen los derechos y obligaciones propios de una relación laboral, y
están obligadas al pago de los aportes y contribuciones de la seguridad social.
El trabajador tiene derecho a las prestaciones por accidente o enfermedad del trabajo e
inculpables, aunque no se aplica la indemnización por incapacidad absoluta.
El período de prueba se computará como tiempo de servicio.
Contratos no Laborales:
Los contratos no laborales, también denominados pre laborales, tienen por finalidad la
capacitación de un futuro trabajador, otorgándole conocimientos en determinado arte, oficio o
profesión. En muchos casos son utilizados en forma fraudulenta, violentando la legislación
laboral, por lo que se busca su reglamentación y control. Entre ellos encontramos:
Pasantías Educativas (Educación Superior): La Ley N°26.427 las define como el
conjunto de actividades formativas que realicen los estudiantes en empresas y
organismos públicos, o empresas privadas, relacionado con la propuesta curricular de
los estudios cursados en unidades educativas, que se reconoce como experiencia de
alto valor pedagógico, sin carácter obligatorio. Sus principales objetivos son: brindar
prácticas complementarias a la formación académica; enriquecer la propuesta
curricular; incorporar saberes, habilidades y actitudes vinculados a situaciones reales
del mundo del trabajo; adquirir conocimientos que mejoren las posibilidades de los
pasantes de inserción en el ámbito laboral; aumentar el conocimiento y manejo de
tecnologías vigentes.
Apuntan a las personas mayores de 18 años, y poseen requisitos específicos en cuanto
a las actividades a realizar (condiciones de seguridad e higiene, excluyendo tareas
penosas, riesgosas o insalubres), la duración (mínimo dos meses, máximo un año, con
posibilidad de renovar por medio año más), la carga horaria (máximo 20 horas
semanales o 6:30 horas diarias, de lunes a viernes, jornada diurna, salvo excepciones),
los beneficios del pasante (regulares, licencias, cobertura de salud). Los pasantes
perciben por ella una asignación estímulo mensual en proporción a las horas
trabajadas y de acuerdo con el convenio de trabajo y la legislación vigente; además, les
corresponde un Certificado de Pasantía Educativa una vez finalizada la misma.
El docente guía, por parte de la institución educativa, y el tutor, por parte del organismo
o empresa, elaboran de manera conjunta un plan de trabajo que determine el proceso
educativo del estudiante para alcanzar los objetivos pedagógicos; ellos se encargan de
la implementación, el control y la evaluación del mismo, realizando informes periódicos.
El Ministerio de Trabajo ejercerá el contralor del cumplimiento de la ley: en caso de
Trabajo de Mujeres:
El trato discriminatorio a la mujer está expresamente prohibido por la Ley de Contrato de
Trabajo, que le otorga la posibilidad de celebrar toda clase de contrato de trabajo, garantizando
la igualdad de retribución por trabajo de igual valor. Está prohibido ocupar a mujeres en
Trabajo de Menores:
La protección de los derechos de los niños fue materia de numerosos convenios
internacionales, algunos de los cuales tienen jerarquía constitucional o superior a las leyes en
nuestro país. La protección especial tiene como finalidad combatir el trabajo infantil y fortalecer
la protección del trabajo adolescente. Establece que no se puede ocupar a menores de 16
años, excepto en empresas familiares, en jornadas que no superen las 3 horas diarias y las 15
semanales, siempre que no se trate de tareas penosas, peligrosas o insalubres y que cumplan
con la asistencia escolar.
En cuanto a aquellos menores de entre 16 y 18 años, establece que poseen capacidad
laboral limitada y se rigen por lo siguiente:
No pueden realizar tareas penosas, peligrosas o insalubres, ni trabajos a domicilio.
Su jornada laboral no puede exceder las 6 horas diarias ni las 36 semanales.
No pueden ser ocupados en trabajos nocturnos o en establecimientos fabriles que
desarrollen tres turnos diarios que abarquen las veinticuatro horas del día.
Deben contar con autorización de sus padres, responsables o tutores, aunque se
presume la misma si viven independientemente de ellos.
Poseen capacidad procesal, es decir, están facultados para estar en juicio laboral en
acciones vinculadas al contrato de trabajo y para hacerse representar por mandatarios.
Están facultados a afiliarse o desafiliarse a los sindicatos, a pesar de que deben tener
18 años para ser delegados o integrar comisiones internas y 21 años para integrar
órganos directivos.
En caso de trabajar de mañana y tarde deben tener un descanso de dos horas al
mediodía, que podrá reducirse o suprimirse previa autorización de la autoridad de
aplicación.
No podrán trabajar los días sábados después de las 13 ni los días domingos.
Las vacaciones nunca podrán ser inferiores a quince días laborables.
Se debe solicitar un certificado de aptitud física, al margen de los controles médicos
periódicos.
Está prohibido abonarles remuneraciones inferiores que las que corresponden al
trabajo de mayores.
En caso de accidentes o enfermedades inculpables o del trabajo, se presume que es el
empleador el responsable, salvo prueba en contrario.
Preaviso:
El preaviso es una obligación y una garantía bilateral de las partes que consiste en el
deber de notificar la extinción del contrato de trabajo con la antelación dispuesta por ley. Busca
evitar los perjuicios que produce la ruptura intempestiva; la debe otorgar el empleador para que
el trabajador busque trabajo y el trabajador para que el empleador pueda cubrir la vacante.
Los plazos de antelación del preaviso cursado por el empleador varían según la
circunstancia: en caso de encontrarse en el período de prueba debe ser de 15 días; si el
trabajador tiene menos de 5 años de antigüedad, de un mes; y si el trabajador tiene más de 5
años de antigüedad la anticipación deberá ser de dos meses. En caso de pymes siempre será
de un mes, y ciertas actividades tienen plazos distintos o es inaplicable el preaviso. Para el
trabajador siempre será con 15 días de antelación.
En cuanto a la forma, la ley establece que el preaviso se trata de una declaración
unilateral de la voluntad que debe realizarse por escrito; no solo debe ser emitido, sino que
debe llegar al destinatario para cumplir su efecto. No puede ser revocado salvo acuerdo
expreso o tácito de las partes. Comienza a correr a partir del día siguiente a la notificación y, en
caso de no otorgarse, se debe abonar la integración del mes de despido.
Existen ciertas circunstancias especiales en las que el preaviso merece tratamiento
distinto. En caso de que el contrato se encuentre suspendido por alguna causa que genere
derecho a percibir remuneración, el preaviso no tendrá efecto salvo que se especifique que
empieza a correr luego de finalizada la suspensión; si la misma no genera derecho a
remuneración, el preaviso es válido pero desde su notificación y hasta el fin del plazo el
empleador está obligado a pagar salarios; si la suspensión se da durante el plazo de preaviso,
el mismo se suspende hasta que cese la misma. En casos de despido por falta o disminución
de trabajo y fuerza mayor no se produce la extinción automática del contrato, por lo que se
debe otorgar preaviso.
En relación a los efectos del preaviso, las condiciones del contrato continúan y ambas
partes mantienen sus derechos y obligaciones. En caso de preaviso emitido por el empleador,
el trabajador tiene derecho a gozar de una licencia de dos horas diarias dentro de la jornada
legal de trabajo, pudiendo optar por las dos primeras o las dos últimas, para buscar un nuevo
empleo; las mismas podrán acumularse en una o más jornadas íntegras.
En caso de que el preaviso se haya omitido corresponde una indemnización sustitutiva,
que procede ante incumplimiento total o parcial. La misma es equivalente a uno o dos meses,
según corresponda, de la remuneración bruta del trabajador al momento del cese, es decir, lo
que perdió por la omisión; se excluyen los rubros no remuneratorios y se deben tener en cuenta
Despido:
Como ya dijimos, es una de las formas de extinción del contrato de trabajo y surge de la
voluntad de alguna de las partes; puede fundarse en justa causa o disponerse sin expresión de
causa. Es un acto unilateral del trabajador o el empleador que extingue el contrato desde el
momento en el que el acto llega a conocimiento del destinatario. En principio es un acto
informal, por lo que se puede manifestar verbalmente o por escrito; en caso de existir preaviso
y justa causa es ineludible la forma escrita.
Una vez notificado el despido, no resulta admisible su retractación o revocación unilateral.
La parte que decide despedir o considerarse despedida es responsable del medio elegido para
transmitir la noticia; si el trabajador no tiene actualizado su domicilio, la notificación se
considera válida aunque no haya sido recibida; en caso de pérdida o diligenciamiento irregular
del despacho telegráfico quien lo envió asume la responsabilidad.
Teniendo en cuenta la parte que lo decide, el despido puede ser:
Directo: Lo efectúa el empleador. Puede ser:
o Sin Causa: El despido es arbitrario o inmotivado, por lo que corresponde la
indemnización por antigüedad, aquella sustitutiva del preaviso, la integración
del mes de despido y las que correspondan según el caso particular.
o Con Justa Causa: El despido está fundado en el incumplimiento grave, por
parte del trabajador, de alguna de sus obligaciones. La causa debe ser
expresada claramente por escrito y debe constituir una injuria que impida la
prosecución del contrato. La carga de la prueba recae en el empleador quien
demostrándola no deberá pagar indemnizaciones; de lo contrario corresponde
la indemnización por despido sin justa causa.
Indirecto: Lo efectúa el trabajador ante el incumplimiento del empleador que deriva en
injuria grave que impide la continuación del contrato. Debe realizarse la notificación por
escrito, expresando claramente los motivos de la decisión. El trabajador tiene la carga
de la prueba y, en caso de demostrarla, tiene derecho a cobrar las indemnizaciones por
despido directo sin justa causa.
Particularmente en el caso del despido con justa causa, el incumplimiento de lo pactado
permite responsabilizar al deudor por las consecuencias del hecho. La expresión de la causa
debe realizarse por escrito y en forma suficientemente clara, mediante telegrama o carta
documento, aunque también son admisibles una misiva simple o una nota interna con
constancia de recepción del destinatario; en caso de demanda judicial no es admisible
modificar la causa consignada, por lo que la misma debe estar, desde un principio, clara y
precisa, especificando las injurias o incumplimientos de manera detallada. Para que exista justa
causa debe producirse inobservancia de las obligaciones de alguna de las partes que, por su
gravedad, torne imposible la continuidad del vínculo; la valoración de la existencia de injuria
grave la efectúa prudencialmente el juez, teniendo en cuenta: particularidades del caso, lesión
de intereses y su magnitud, antecedentes.
Régimen Indemnizatorio:
Cuando el despido sea directo sin causa o sin justa causa, o indirecto con justa causa,
corresponden las siguientes indemnizaciones, que pueden ser agravadas en ciertos casos:
Indemnización por Antigüedad: Equivale a un mes de sueldo por cada año de servicio o
fracción no menor a tres meses, tomándose como base la mejor remuneración
mensual, normal y habitual devengada durante el último año o durante el tiempo de
prestación de servicios si éste fuera menor. Dicha base no podrá exceder el
equivalente a tres veces el importe mensual de la suma que resulte del promedio de
todas las remuneraciones previstas en el convenio colectivo de trabajo aplicable al
trabajador al momento del despido, por la jornada legal o convencional, excluida la
antigüedad; en caso de trabajadores excluidos del convenio colectivo se tomará el
aplicable a la empresa o establecimiento; en caso de aquellos trabajadores
remunerados a comisión o con remuneraciones variables se aplicará el convenio
colectivo al que pertenezcan o el aplicable a la empresa. En ningún caso la
indemnización podrá ser inferior a un sueldo calculado al procedimiento establecido. La
misma está exenta del impuesto a las ganancias.