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Andrea Ramal
La escena que propongo transcurre en 2069. Este es el único dato que me parece ficticio:
porque creo que ese cambio en la escuela realmente ocurrirá. Puede ser más tarde, o tal
vez mucho antes. El tiempo depende de nosotros, que estamos en las escuelas, de la
visión de las instancias gubernamentales de la supervisión escolar, y de las políticas
públicas de inversiones para una reforma educativa; pero de cualquier manera, las
prácticas escolares tradicionales no van a poder sustentarse en la cibercultura1. Las
nuevas formas de escribir, leer y manejarse con el conocimiento integran una nueva
ecología cognitiva: maneras diferentes de pensar y de aprender. Conoceremos también
otras formas de enseñar, de organizar la escuela y, evidentemente, de evaluar.
1
- Entiendo el término cibercultura a partir de la definición de Pierre Lévy (1999, p. 17): "el
conjunto de técnicas (materiales e intelectuales), de prácticas, de actitudes, de modos de
pensamiento y de valores que se desarrollan junto con el crecimiento del ciberespacio".
Uno de los cambios será el énfasis que se dará, juntamente con los productos o
resultados, a los procesos. Será tan importante verificar a qué respuestas el alumno
llegó, como saber los caminos que utilizó para eso. Porque los recorridos dicen mucho
más sobre el desarrollo de habilidades y competencias que las respuestas. Por ejemplo,
en matemáticas, una ecuación memorizada puede llevar a una solución, mas nada nos
dice sobre cómo el alumno fue creativo o sobre el modo como articuló el saber en su
raciocinio.
Eso se vincula con una nueva relación con el error. En la época de la lapicera de tinta, el
error era algo abominable. Equivocarse significaba rehacer toda la página. La otra opción
era un trabajo sucio y mal visto por todos. Lo que los líquidos correctores apenas
vislumbraron ocurre plenamente en el monitor de las computadoras. Ahora, el monitor es
el propio esbozo. Aproximándonos de la versión final de un texto, un diseño o cualquier
otra producción multimedia, podemos observar, comparar, cambiar, redimensionar - es el
aprendizaje por simulación. Aprendemos en el ensayo y en el error; podemos conocer
nuestro trabajo antes de verlo impreso. Lectura y escritura adquirieron una tecnología
intelectual que suministró más potencia a nuestras capacidades, además de economizar
tiempo y garantizar la calidad visual. No es de extrañar que, habituados al monitor, mis
alumnos de redacción, adolescentes de quince años, se opongan a hacer borradores. En
nuestra escuela, escribir era algo relacionado al papel. ¿Y en la de ellos?
En la escuela de las próximas décadas, seremos responsables por formar alumnos que
puedan optimizar los propios procesos de construcción del conocimiento. Según una
pesquisa de Peter Drucker (apud Tapscott y Caston, 1995), un trabajador que utiliza las
tecnologías de la era de la información tiene una productividad 45 veces mayor que la de
otro de 120 años atrás. Antes se buscaba el modelo de eficiencia - producir más en
menos tiempo; hoy se busca la eficacia - producir aquello que es necesario, en las
cantidades ideales. Es el modelo del just in time2. Esa nueva forma de organización
empresarial tiene correlación en just in time learning - no es necesario acumular
información, sino estar listo para conseguirla y asimilarla cuando sea necesario.
Educar será, por lo tanto, desarrollar procesos abarcadores, según criterios como
consistencia, previsión, interés, atracción, performance, capacidad de articular
conocimientos, de comunicarse y establecer relaciones. Eso ayudará a preparar al
ciudadano de la era del ciberespacio: como la materia-prima de la producción será la
información, y los contenidos de la formación inicial se tornarán rápidamente obsoletos, él
deberá ser un profesional capaz de aprender siempre; un ser consciente y crítico, que
dialogue con las diferentes culturas y el saber, que sepa trabajar de forma cooperativa y
2
- Por ejemplo tenemos la Librería Amazon Books: ofrece 45 millones de títulos, con stock cero.
que sea flexible, emprendedor y creativo para administrar su carrera y su vida personal,
social y política.
El que cree que eso es poco no debe haber tenido todavía la experiencia de buscar algo
en Internet. En el exacto momento en que escribo este artículo, para dar un ejemplo, abro
una ventana en la Web y uso la herramienta de busca Altavista. Propongo la palabra
clave evaluación; primero en inglés, después en español. La respuesta, casi inmediata,
indica 267.290 y 193.100 páginas, respectivamente. Intento delimitar mejor mi interés:
palabras claves evaluación y cibercultura. Paradójicamente, las referencias aumentan:
ahora tenemos 376.456 páginas relacionadas en inglés y 250.550 en español. Desde ya
sabemos que es ineficaz recurrir a todas las referencias sugeridas para buscar lo que
queremos o comparar los datos. ¿Cómo encontrar, entonces, lo que es más adecuado?
¿Todas las informaciones serán actualizadas y, sobre todo, verdaderas? Las nuevas
formas de actuar con el conocimiento en este nivel, que abarcan desde el refinamiento y
la optimización de las búsquedas hasta cuestiones éticas, son asuntos en pauta de
nuestros encuentros pedagógicos del próximo milenio.
En otras ocasiones he hablado del currículo en red, tratando transponer la metáfora del
hipertexto para la realidad escolar. El hipertexto digital, nueva forma de escritura y de
comunicación de la sociedad informático-mediática, es también una especie de metáfora
que vale para las otras dimensiones de la realidad. Considero que la internalización por
parte del sujeto de los aspectos formales del hipertexto, así como el hipertexto en sí como
mediación para la producción, la recepción y el significado del conocimiento, se vincula a
las nuevas formas de aprender en nuestro mundo. Su lenguaje es una tecnología
intelectual que tiene influencia en la estructuración de nuestros modos de expresión y en
la manera de organizar el pensamiento, substituyendo sistemas conceptuales
fundamentados en las ideas de márgenes, jerarquías, linealidad, por otros de
multinealidad, nudos, links y redes.
Para George Landow (1997), en lugar de la visión del conocimiento, del saber, o de la
propia sociedad como estructura, tendríamos la concepción de la descentralización – una
infinidad de términos y puntos que no están acabados, y sí en continua (re) producción y
negociación de sentidos e informaciones, generando nuevos discursos, en una permuta
sin reglas fijas y siempre abierta a construcciones diferentes.
3
- La empresa francesa Trivium desarrolló un interesante software de evaluación de
competencias, denominado Gingo. Se trata de un programa que permite visualizar una
representación inmediata (con la forma de un árbol) de los recursos humanos de una empresa o,
en escalas menores, por ejemplo, de una sala de clase. El diagrama es dinámico - habiendo sido
Eso se identifica con la enseñanza por proyectos, concebida hace mucho tiempo por John
Dewey y retomada hoy por educadores como Fernando Hernández, entre otros. En esa
línea, la idea es permitir que el conocimiento sea buscado y construido por los alumnos, a
partir de investigaciones personales y colectivas. Con objetivos pertinentes y temas
volcados para la vida cotidiana, la enseñanza por proyectos tiene más chances de
constituir aprendizaje significativo. Es una práctica que busca el desarrollo de las
capacidades de socialización y de aprendizaje cooperativo. Formando para el espíritu de
investigación, aumenta la iniciativa de los alumnos y, cuando orientada por un profesor
bien preparado, puede ayudar a desarrollar la capacidad de aprender continuamente, ya
que supone diversos procesos cognitivos además de la memorización de contenidos,
como selección de información y articulación del saber interdisciplinario.
Eso sólo será posible en una escuela en que el alumno no estudie “porque el padre lo
obligó”, “para no quedarse de recuperación”, o “para salir rápido”. Deberá ser una escuela
con otras motivaciones, en la cual estudiar sea interesante, investigar sea algo inevitable
para satisfacer las curiosidades despertadas, y aprender sea algo imprescindible en la
conciencia de futuros ciudadanos que desean perfeccionarse y colocar el conocimiento al
servicio de la comunidad.
detectadas las competencias iniciales, ellas pueden ser estimuladas, desarrolladas, u otras áreas
involucradas pueden ser reforzadas en lugar de éstas. Varias empresas han utilizado ese
programa, con la intención de elevar el potencial colectivo de los grupos, descubrir talentos y
sanear deficiencias. Los entusiastas del software indican que los empleados se sienten más
interesados por el estudio y el aprendizaje, ya que perciben mejor el sentido. El interés aumenta,
así como la autonomía y el sentido de responsabilidad por el propio desarrollo. Para mayores
informaciones sobre el software, recomiendo el sitio Trivium: http://www.trivium.fr.
podemos esperar que el alumno del siglo XXI continúe estudiando y trabajando apenas
por la nota del boletín, o porque desconfía que un día los contenidos serán útiles, aunque
aún no sepa decir muy bien para qué. Eso es menospreciar mucho nuestros estudiantes.
Claro que las transformaciones que antevimos no garantizan a priori la resolución de los
problemas que se colocan en la cibercultura y para los cuales ésta todavía no presenta
perspectivas de solución, tales como el tema de las desigualdades y de la exclusión, la
negociación entre los poderes, nuestras relaciones con las ideologías, el trabajo, las
fuerzas políticas y económicas. Los procesos de comunicación del ciberespacio no
presuponen la armonía y el consenso: se reproducen en ellos todos los conflictos entre
los diversos lugares sociales, y la disputa entre las diferentes voces alcanza proporciones
de una red del tamaño del planeta.
La madurez de los niños y jóvenes de hoy, su forma diferente de mirar el mundo, exigen
un currículo amplio, que inclusive incluya esas discusiones. Los estudiantes toleran
cada vez menos los cursos que no tienen relación con sus vidas, distantes de las
necesidades de lo cotidiano y de su mundo. No tenemos más en las salas de clase
alumnos como los del personaje de Robin Williams en Sociedad de los Poetas Muertos.
Tenemos seres más críticos, atentos y perspicaces, que ya llegan a la escuela con
muchas ideas. Es nuestro desafío, al contrario de la película, descubrir con ellos cómo se
puede vivir en la escuela, trabajando juntos y felices, el carpe diem que todos buscamos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: