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LA MASACRE DE UNCIA

ANTECEDENTES.- El español Juan del Valle llego a estas regiones en 1564, como tantos otros españoles
y extranjeros que buscaban riquezas, se ubicó en el cerro que los indígenas llamaban Orko Intijaljata (la
montaña del sol naciente) y le dio el nombre de Espíritu Santo, buscaba plata, pero encontró estaño,
decepcionado de su suerte desapareció, de su presencia solo queda su nombre Juan del Valle.

Justo en este cerro se encuentra la “La Salvadora” la mina que le dio ingentes cantidades del metal del
diablo para el enriquecimiento del “Barón del Estaño”, en sus inicios trabajo junto a sus peones, casi
abandona su mina, apoyado por su esposa continua su labor hasta que encontró una rica veta que seria el
inicio de su riqueza, hasta convertirse en uno de los “Hombres Más Ricos del Mundo”.

Este hallazgo cambio radicalmente la estructura económico regional y nacional, comenzando a concentrar
gran cantidad de fuerza laboral, mucha fue la tentación para los hombres que querían salir de la miserable
vida que estaban sobrellevando en el campo y en algunas regiones del país, además quien no quisiera
tener un centro de abastecimiento para mitigar el hambre, reflejo de la crisis económica que estaba
viviendo el país, teniendo una pulpería barata y a crédito. De esta manera Uncía se convirtió en el centro
del movimiento económico, llegando a ella hombres de toda estirpe, religión y cultura, los datos revelan que
se hablaba más de 30 idiomas, además no fue la excepción de la llegada de las tendencias políticas que se
estaban desarrollando en el viejo mundo, en especial el MARXISMO que llevo a la práctica sus enunciados
plasmándolos en la REVOLUCION RUSA de 1917, a la conclusión de la Primera Guerra Mundial, la crisis
social dio mucho poder y fuerza al sindicalismo.

Se sostiene que en 1919 se produjo la Primera Masacre en la Empresa Minera “La Salvadora” de Simón I.
Patiño al ser sorprendidos en la no cancelación exacta de sus sueldos que indigno a los trabajadores,
empujándoles al levantamiento espontaneo, fue el gobierno liberal que movilizo tropas del ejército y policía
hacia el distrito de Catavi para garantizar “Orden y Trabajo”, la respuesta ante los reclamos fue bala que
mató a varios mineros y sometiendo a los trabajadores a los dictados de la empresa. Todo esto ocurrió por
órdenes del gerente chileno Emilio Díaz quien acentuó la rigidez d la disciplina, ordeno la reducción de los
salarios y pago de los contratistas, por todas las arbitrariedades cometidas es que los trabajadores se
movilizaron, recibieron bala nunca se pudo precisar número de asesinados, algunos cadáveres
desaparecieron convertido en humo en los hornos de calcinación del ingenio Catavi.

Durante la presidencia de Bautista Saavedra se dan muchos movimientos obreros y campesino, los cuales
por medio de votos resolutivos y marchas de protesta; hacían conocer su desacuerdo con el poco salario,
malas condiciones de trabajo (12 horas de trabajo continuo) y sobre todo el mal trato que recibían por parte
de los gerentes y administradores de la mina.

Los obreros vieron con pena como la transición del liberalismo al republicanismo estaba en contra de todos
los pensadores socialistas y por falta de cultura del proletariado era necesario que nazca un sentido de
superación. Después de muchos años de tiranía impuesta por las autoridades mineras, los trabajadores
mineros ya anhelaban formar una organización que los represente y los defienda.

El 3 de abril de 1.923 se reunieron en Uncía el Comité de Primero de Mayo para recordar dicha fecha, en
dicha reunión se informó que el Sub Prefecto y el Intendente de la Policía hicieron un Acto de Justicia con
un trabajador injustamente despedido, por lo cual fueron declarados “desobedientes al Gobierno”, por lo
cual solicitaron al comité un voto de apoyo y solidaridad con esas autoridades.

Los trabajadores por los malos tratos recibido pedían la declaración de “personas ingratas” a Máximo Nava
(Gerente de la Salvadora) y para Emilio Díaz (chileno y Gerente de la Empresa Estañifera “Llallagua”)
además a sus Colaboradores y Abogados. También los trabajadores pedían un voto de aplauso para el :
Intendente de Policía del cantón Llallagua, Capitán del Ejercito y Sub-Prefecto por haber defendido al
obrero injustamente despedido.
Similares levantamientos de obreros se presentaron en otras minas como Huanchaca, en respuesta solo
recibían bala y los muertos incinerados en los hornos de calcinación de minerales, esto para no tener
testimonios de vidas eliminadas injustamente.

También se vio que el ejército ha demostrado de modo indiscutible su decisión de servir incondicionalmente
los negros designios de las grandes empresas mineras.

El 1ro de Mayo fue recordado con una marcha de Homenaje a los Mártires de Chicago, los trabajadores de
manera espontánea se sumaron a este Acto de Conmemoración, recorriendo las principales calles de
Uncía, al son de estribillos “Viva el 1ro de Mayo” y rendir “Glorias a los Mártires de Chicago”, se reunieron
en la Plaza 6 de Agosto a horas 15:30 pm todos los elementos populares de Uncía y Llallagua en sus
distintas reparticiones gremiales, con objeto de Solemnizar la Gloriosa “Fiesta del Trabajo”, que marcha la
fecha de la emancipación social del proletariado, después del desfile por acuerdo unánime de todos los
concurrentes se resolvió fundar la Federación Obrera Central Uncía, con fines de patriotismo y solidaridad
obrera, desterrando de su seno rencillas y distanciamientos políticos que solo tienden a mantener dispersas
a los trabajadores.

Acto seguido se procedió a la organización de la directiva con el siguiente personal:

. Presidente: Guillermo Gamarra representando a los obreros de la Empresa “La Salvadora” de Sinon I
Patiño.

. Primer Vicepresidente: Gumercindo Rivera L. representando a los obreros del pueblo.

. Segundo Vicepresidente: Manuel Herrera representando a los obreros de la “Compañía Estañifera


Llallagua” Compañía Chilena.

. Tesorero: Julio M Vargas (del pueblo).

. Secretario General: Ernesto Fernández (del pueblo).

. Secretario de Actas: Marcial Arana (La Salvadora).

. Vocales: Ezequiel Pereira, Melquiades Maldonado, Espectador Mendoza, Julio Soto, Francisco Irusta,
Rigoberto Oquendo.

Vocales Suplentes: Todos los presidentes; vicepresidentes y secretarios de las distintas sociedades
existentes en la localidad (en su integridad artesanales).

En seguida se acordó dirigir una nota de protesta ante el supremo Gobierno de la republica contra el
ciudadano chileno Emilio Díaz, por los incalificables abusos y atropellos cometidos frecuentemente contra
los obreros nacionales.

Así se inicia la tensa y apasionada batalla que libra la FOCU durante un mes por afirmar sus derechos a la
existencia. N vista de que los representantes gubernamentales en Uncía no daban garantías para el normal
funcionamiento de la Federación, más bien apuntalaban la conducta despótica de los empresarios, se
acordó enviar una comisión hasta La Paz para que se entrevisten con el Jefe del Poder Ejecutivo.

Partieron el 19 de mayo, Gumercindo Rivera, Melquiades Maldonado, Marcial aran y Juan Sotomayor
portando el siguiente Pliego Petitorio:

Primero.- Aplicación de la Ley de Residencia al gerente de la Compañía Estañifera “Llallagua”(Díaz).


Segundo.- Destitución de los serenos del Ingenio Catavi Gregorio Espinoza, Damaso Arana y N Terrazas,
por ser estos individuos los instrumentos de que se vale el gerente Díaz para hacer cumplir sus órdenes
arbitrarias y despóticas.

Tercero.- Restitución en sus puestos a los obreros Federados expulsados del Ingenio Catavi, que son
Nicolás Borda, Venancio Moya, Fidl Boda, Juan Chavez, Donato Pendon, Jose Garcia y Victor Mancilla.

Cuarto.- Ingreso libre a los campamentos de la Compañía Estañifera “Llallagua” para todos los federados y
amplias garantías para estos.

Quinto.- Reconocimiento de la Federación Obrera Central Uncía y sus Sub-Consejos Federales por parte
de las empresas mineras “La Salvadora” y “Llallagua”.

Sexto.- Amplias garantías para los componentes del Sub-Consejo Federal de Catavi.

Séptimo.- Dejar constancia ante el Supremo Gobierno de las garantías y respetos que otorga la Federacion
Obrera a las dos empresas mineras explotadoras, puesto que su mayor timbre de honor será la rectitud y la
justicia, una vez que el ideal que persigue es solo, el mejoramiento de la clase obrera.

Octavo.- Por ultimo protestar a nombre de la FOCU. Por las imputaciones calumniosas e interesadas
atribuyéndoles fines políticos perniciosos.

Estas son las CAUSAS para que el hecho luctuoso se de ese 4 de junio de 1923.

LA MASACRE

La respuesta gubernamental a los preparativos de Huelga en todo el país no se dejo esperar, el dia 1ro de
junio fue Decretado el Estado de Sitio. Mientras tanto 4 unidades del Ejército se habían ido concentrando
en Uncía: los regimientos “Sucre, Ballivian, Camacho y el Batallón Técnico”. El día 2 de junio patrullas de
soldados armados recorrían las calles de Uncía, era el preludio de las jornadas trágicas que se
aproximaban.

En los considerandos del Decreto de Estado de Sitio se sostenía que en determinados centros de la
Republica se presentaron “Síntomas evidentes de una honda conmoción política que viene envolviendo a
elementos obreros en un movimiento general de alteración del orden público. Además se hablaba de la
manifiesta intervención de agitadores anarquistas y políticos revolucionarios”. Leído en el mensaje
presidencial del 6 de agosto de 1923.

Los días previos al 4, las autoridades militares y la Empresa ofrecieron a los dirigentes mineros sobornos
económicos y otros con el fin de que renuncien a la Federación y se fueran del lugar, dicho sobornos fueron
rechazados enfáticamente.

El 4 de junio a horas 11, el Tcnl Villegas, el My Ayoroa y el señor Bleik visitaron a Gamarra en el lugar
mismo de su trabajo, la maestranza de Socavon Patiño para charlar en la Sub-prefectura y buscar areglo al
problema, una vez que llegaron a la oficina Gamarra se encontró con Gumercindo Rivera, Dr Meliton Goitia:
Presidente del Partido Republicano Saavedrista, con el Dr Silverio Saravia: Juez de Partido y con el Dr
Gregorio Vincenti. Entonces el Tcnl Villegas: Sub-prefecto accidental les dijo a estas cinco personas: tengo
el sentimiento de notificarles que quedan presos por orden del Gobierno.

Mientras tanto los trabajadores anoticiados de la situación de sus dirigentes se habían concentrado en la
Plaza “Alonso de Ibañes”, sitio donde está ubicado la Sub-prefectura y seguros de que sus dirigentes
habían sido apresados, lanzaban gritos pidiendo su libertad. Gamarra y Rivera interesados que los
trabajadores no sean asesinados por el ejército salieron a la puerta para exhortarlos a retirarse a sus
casas, porque todo reclamo será inútil ante la fuerza de las bayonetas. La masa obrera no se movió y
siguió reclamando la libertad de sus dirigentes.
Frente a tal actitud el Mayor Ayoroa conmino a los trabajadores a disolverse y ante la tenaz negativa
ordeno los soldados del Batallón Técnico que hicieran fuego, los soldados se negaron a salir a la calle,
Ayoroa se encolerizo y obligo a los soldados que disparen, los soldados dispararon pero por encima de las
cabezas. Encolerizado les increpo a los soldados con palabras obscenas y cogiendo una ametralladora
mato a 4 trabajadores e hirió a doce, de estos tres murieron en los siguientes días, asi comenzó la brutal
masacre. Sin contemplación alguna se disparó a quemarropa a todos los concentrados que estaban
cercados por las esquinas a cargo de los regimientos militares que tenían órdenes de sofocar esta
movilización, que sería el foco de levantamiento en los centro productivos, los heridos fueron ultimados
para no dejar testigos de esta cruel masacre.

Como había Estado de Sitio no se pudo recibir ninguna ayuda de las demás federaciones del interior del
país, además la población tenía órdenes de no salir de sus casas hasta el día siguiente. Noticias
extraoficiales indican que pasarían más de un centenar los muertos, a los que durante la noche los
arrojaron al lago o incinerados en los hornos de Catavi y algunos enterrados en lugares clandestinos.

La información oficial que se elevó ante instancias de gobierno por la oficialidad asignada a esta labor de
ataque frente a la ciudadanía Uncieña que solo pedía libertad para sus representantes, solo eran más de
10 revoltosos que fueron disciplinados, tal como era la orden, no permitir ningún acto contrario a los
intereses de la “Rosca Minero Feudal”.

Gamarra y Rivera fueron embarcados con rumbo a Oruro el día 5 a horas 10, pero antes de llegar a destino
fueron trasladados a Toledo, al día siguiente se los confino a Corque, donde permanecieron hasta el 28 de
noviembre de 1923. Igual suerte corrieron Primitivo Albarracin y Nestor Camacho, Ernesto Fernández fue
apresado en Oruro y desterrado al Perú.

Catavi y Uncía, son la primeras masacres de obreros de gobiernos liberales y republicanos quienes eran la
fiel expresión de la rosca minero feudal y que se constituyeran en parámetros de casi permanente
confrontación entre los movimientos sociales en formación y el Estado Oligárquico.

Fue estos primeros movimientos sindicales que arrancarían las primeras leyes protectoras para los obreros
bolivianos ante las inhumanas condiciones de trabajo estableciéndose: El descanso dominical, el derecho a
la huelga, la jornada máxima de 8 horas, la creación del Departamento Nacional del Trabajo y otros.

Todo lo que los obreros han logrado en las conquistas sociales- económicas y políticas sangre le ha
costado, por eso debemos valorar al MOVIMIENTO OBRERO a lo largo de la historia boliviana.

La F.O.C.U. como primera organización obrera toma real importancia ya que a partir de esta experiencia, el
proletariado se preparó para conformar sus organizaciones sindicales que puedan coadyuvar en la mejora
de sus condiciones de vida.

Lora/ Sandoval/Echazu

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