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CHILE200 AÑOS

PATRIA ASESINA!
.
SIGLO XIX: CHILE, PAIS EN GUERRA
El estado chileno habría sido constructor de la sociedad, a
través de la guerra. Históricamente se procedió por medio
de las armas, se incorporó la violencia como tradición
institucional que ha constituido una memoria cultural para
resolver nuestros conflictos. Se comprende entonces el lema
del Escudo Nacional “por la razón o la fuerza”.

La memoria social chilena fue modelada en la violencia. Si se


analiza la forma en que se han resuelto los problemas y las
contradicciones sociales tanto en el plano institucional como
en el plano político y social, la solución ha sido militar en
todos los casos, sin excepción. La sociedad chilena, ha estado
marcada por el ejercicio de una violencia, que a veces ha sido
militar y a veces de otro tipo.

En el siglo XIX después de la Primera Junta Nacional de Gobierno


se vive permanentemente en guerra. Desde la ofensiva de
1813 lanzada por el Virrey del Perú, para la reconquista de
Chile, hasta la derrota definitiva de los españoles en 1818
donde comenzaría realmente la vida independiente de España.

O’higgins nombrado Director Supremo en 1818, debe renunciar


a su cargo en 1823 debido al rechazo de su mandato el cual
fue una verdadera dictadura.

El poder lo asume el general Ramón Freire, quien emprende


una guerra contra el resto de los realistas afincados en Chiloé.
Luego con la unión de los pelucones (conservadores),
estanqueros y o’higginistas, vendrá la batalla de Ochagavía
que produce la caída del régimen liberal e instaura el gobierno
de José Ovalle.

En 1830 en la batalla de Lircay se produce el triunfo definitivo


de los pelucones y sus aliados iniciándose así la república
conservadora.
En 1831 el general vencedor José Joaquín Prieto quien
gobierna el país, de la mano de Portales, en forma dictatorial se
embarca en la guerra contra la Confederación Perú- Boliviana
de Santa Cruz que duró desde 1836 a 1839.

En 1851 después del gobierno del general Bulnes y para evitar


la asunción de Manuel Montt como presidente se produce un
levantamiento que es sofocado en la batalla de Loncomilla.

Entre 1864 y 1866 vendrá la guerra naval contra España y trece


años más tarde la guerra del Pacífico desde 1879 hasta 1883.

Como es posible observar desde 1813 hasta 1883, las guerras,


batallas y alzamientos militares fueron una constante en el
estado chileno. Las luchas políticas, alianzas y características
de los gobiernos no son abordadas en esta apretada síntesis
histórica. Lo que se pretende sacar a luz es la inexactitud del
discurso que nos dice que hemos sido siempre una nación
pacífica y democrática.

Ungenocidiollamado“PacificacióndelaAraucanía”
Históricamente el pueblo Mapuche, nunca ha intentado
invadir otros territorios, este pueblo originario no ha usurpado
la propiedad de otros pueblos, sólo ha tenido que defenderse
para que no le siguieran robando, primero contra los ladrones
que marchaban detrás de la cruz cristiana, los imperialistas
españoles, que finalmente al no conseguir derrotarles
militarmente, tuvieron que respetar por lo menos parte del
territorio.

Pero los principales ladrones (usurpadores) del territorio


mapuche, el Walpamu, fueron la elite oligárquica y luego
burguesa del Estado chileno y argentino.

En el gobierno de O’higgins se comprometió a respetar el acuerdo


firmado entre los españoles y mapuche en el Parlamento de
Quilín, celebrado el 6 de enero de 1641, según el cual la zona
entre el Bío-Bío y el Toltén era autónoma y perteneciente a las
comunidades originarias, acuerdo ratificado el 13 de febrero de
1726 por el Parlamento de Negrete, los posteriores gobiernos
republicanos violaron las propias resoluciones firmadas por el
primer presidente de Chile.

Tras la masacre y la derrota de la resistencia Mapuche, el


estado chileno instalo al pueblo Mapuche en reducciones, y
les concedió títulos de mercedes por tierras marginales donde
debieron instalarse. Pero el Estado agrego un engaño adicional,
los títulos de mercedes no fueron inscritos en el conservador
de bienes raíces, con lo cual las tierras no aparecían con
propietario mapuche.

La “Pacificación de la Araucanía”, no es más que el asesinato


de miles de Mapuche, mujeres, niños y ancianos, un genocidio
que tenía como único objetivo, la apropiación de las tierras
Indigenas.

La “huelga grande” de 1890


En 1890 tuvo lugar la primera huelga general de Chile y de
Latinoamérica, iniciada en Iquique el 2 de julio por impulso de
los trabajadores portuarios y que se extendió hasta las minas
de carbón de Lota y Coronel, pasando por Valparaíso y Viña
del Mar, y fue ampliamente reprimida tanto por el gobierno de
Balmaceda como por los patronos.

Los motivos de la huelga fueron aumentos de salarios,


supresión de la ficha—salario, pago del salario en moneda de
plata en lugar de papel moneda para contrarrestar la inflación
y mejores condiciones de trabajo.

Los lancheros de Iquique iniciaron la lucha el 2 de julio de


1890 con una concentración de 5.000 personas. La huelga se
extendió el 17 de julio a toda la provincia de Tarapacá, a las
oficinas de San Donato, Ramírez, Tres Marías, Sacramento, San
José, Peña Chica, Constancia, Mercedes, Rozario, etc., abarcando
unos 10.000 obreros de las salitreras y a los portuarios de
Pisagua. El 3 de julio se plegaron los portuarios de Arica.

El 11 de julio estalló el paro en Antofagasta, encabezado por


los ferroviarios. Las manifestaciones, que llegaron a contar con
3.000 huelguistas en esta ciudad, fueron reprimidas por los
militares, registrándose numerosas muertes y heridos.

El 21 de julio comenzó la huelga en Valparaíso. Los obreros


de la Compañía Sudamericana de Vapores se pusieron a la
cabeza del movimiento, recibiéndose de inmediato el a poyo
de los portuarios y panaderos. En la tarde de ese día, casi
todos los trabajadores de Viña del Mar y Valparaíso estaban
plegados a la huelga. El ataque de las fuerzas represivas en
Valparaíso provocó la masacre de 12 muertos y 500 heridos.
Los desórdenes duraron tres días, del 21 al 23 de Julio. A
pesar de la represión, la huelga de los lancheros, jornaleros,
panaderos y mecánicos continúo varios días. El movimiento
huelguístico se extendió durante el mes de julio de 1890 a
Santiago, Quillota, Talca, Lota y Coronel.

Genocidio Selk’nam
El genocidio de los selk’nam (u onas) de Tierra del Fuego
tuvo lugar entre la segunda mitad del siglo XIX y las primeras
décadas del siglo XX.

Los selk’nam tuvieron un trágico final. Tras cientos —quizás


miles— de años de vida seminómada, hacia fines del siglo XIX
la isla concitó el interés de las grandes compañías ganaderas.
La introducción de las estancias ovejeras creó fuertes conflictos
entre los nativos y los colonos europeos, Argentinos, Chilenos y
loberos chilotes, que adquirió ribetes de guerra de exterminio.
Las grandes compañías ovejeras llegaron a pagar una libra
esterlina por cada selk’nam muerto, lo que era confirmado
presentando manos u orejas. Las tribus del norte fueron las
primeras afectadas, iniciándose una oleada migratoria al
extremo sur de la isla para escapar a las masacres. En busca de
alternativas a la matanza, en 1890 el Gobierno chileno cedió
la isla Dawson, en el estrecho de Magallanes, a sacerdotes
salesianos que establecieron allí una misión, dotada de
amplios recursos económicos. Los selk’nam que sobrevivieron
al genocidio fueron virtualmente deportados a la isla, la que
en un plazo de 20 años cerró dejando un cementerio poblado
de cruces. Ni un solo selk’nam sobrevivió a la pérdida de la
libertad

Huelga de Valparaiso (1903)


El 15 de abril de 1903 se inició en Valparaíso un movi­miento
que alcanzó contornos dramáticos. Se declararon en huel­ga 600
estibadores de la P.S.N.C. al serles rechazadas sus peti­ciones cíe
mejoramiento económico. Se sumaron a ellos los es­tibadores de
la C.S.A.V., los vaporinos, tripulantes, lancheros, has­ta paralizarse
totalmente el Puerto. Se agregan los jornaleros de aduana. Los
patrones y las compañías traen, entonces, gente de afuera,
originándose incidentes graves. En Santiago se realizan actos de
solidaridad, el 11 de mayo, y en ellos se destaca como orador el
dirigente anarquista Magno Espinoza. El 12 de mayo, en el Puerto,
los huelguistas llegan a los muelles a impedir el trabajo de los
rompehuelgas, produciéndose violentos choques, con muertos
y heridos. Desembarca la marinería, pero se niega a disparar. Los
obreros incendian el edificio de la Compañía Sud­americana de
Vapores; luego, tratan de quemar “El Mercurio”, cuyo personal
mata a siete manifestantes. (Desde entonces lo denominaban
“Matasiete”.) Incendian el malecón y diversos edi­ficios; asaltan
agencias de préstamos y despachos. Hubo más de 50 muertos
y 200 heridos, y centenares de detenidos. El Go­bierno envió
seis regimientos para mantener el orden público. Sólo el 16 de
mayo volvió la normalidad a Valparaíso. La so­lución del conflicto
quedó entregada a una Comisión Arbitral, y ésta dio su fallo el
4 de agosto.
Ante la inmensidad de la huelga, la misma tarde del día 12
las Compañías cedieron y debieron entregar gran parte de lo
solicitado por los huelguistas.

Huelga de la carne Santiago (1905)


El 22 de octubre de 1905, Santiago fue remecido por una
protesta generalizada: la llamada “huelga de la carne”. Esta
se inició a partir de una manifestación para pedir la rebaja
del precio de la carne, el que era alto debido al impuesto
que gravaba la internación de ganado argentino. Esto hacía
imposible el consumo de carne para los más pobres.

Los manifestantes llegaron en pacífico desfile hasta La Moneda,


y solicitaron audiencia con el Presidente Riesco. Sin embargo, a
medida que la marcha avanzaba, había aumentado el número
de manifestantes, juntándose -según la prensa de la época-
alrededor de 25 a 30 mil personas frente a La Moneda.

Los ánimos comenzaron a impacientarse hasta que se llegó a


un enfrentamiento, que la fuerza pública trató de contener a
balazos. La violencia se prolongó casi una semana, que ha sido
llamada la “semana roja”. La información respecto del número
de muertos dio cuenta de entre 200 a 250 muertos.

Masacre de Antofagasta (1906)


En Antofagasta, el 1 de febrero de 1906, los operarios del
ferrocarril de Antofagasta a Bolivia presentan a su administra­
dor una solicitud, pidiendo hora y media para almorzar, pues
con una hora no alcanzaban a llegar a tiempo, motivo por el
cual los multaban y castigaban abusivamente. Es rechazada,
y dos días después se declaran en huelga; se les unen los
obreros do la Compañía de Salitres (quienes solicitan un 20%
de aumento de salarios); pronto solidariza la Mancomunal y
se paran los portuarios y fábricas. Llega el crucero “Blanco
Encalada”, desembarca tropas con ametralladoras; se forman
guardias de oí den. El martes 6 de febrero se lleva a efecto un
mitin en la plaza Colón. La guardia de orden y la tropa disparan:
quedan 48 muertos. El pueblo desesperado quema agencias,
diarios, al­macenes. La represión total dejó más de 100 muertos.
Se clausuró “La Van­guardia” y se apresó a su personal y al del
periódico “El Ma­rítimo”.

Matanza de Santa Maria de Iquique (1907)

Ese día el ejército, comandados por el general Roberto Silva,


bajo órdenes del ministro de interior Rafael Segundo y del
presidente Pedro Montt Montt, abrió fuego contra una marcha
de unos 10.000 mineros (algunos incluso estiman 14.000)
chilenos, bolivianos y peruanos (con sus familias), de las
salitreras del interior; que habían marchado a la ciudad en
protesta por condiciones de trabajo dignas, eliminación de las
fichas y jornadas laboral más flexibles, y que se habían alojado
en la escuela. Fueron asesinadas en poco más de 3 minutos,
más de 3.500 personas (no se supo nunca el número exacto y
la versión oficial del ejército cifró en solo 140 muertos ). Los
sobrevivientes de la matanza posteriormente fueron llevados
literalmente a sablazos hasta el local del Club Hípico, y desde
allí a la pampa, donde se les impuso un régimen de terror.

Años más tarde, el 14 de diciembre de 1914 exactamente, en


pleno centro de Santiago, Antonio Ramon Ramon, un anarquista
español, vengando la muerte de su medio hermano, Mauricio
Vaca, que fue muerto cruelmente en masacre; asesto sobre
Silva Renard cinco puñaladas, una de ellas, obligo al general
llevar un parche en el ojo hasta su muerte en 1920.

Masacre Puerto Natales y Puerto Bories (1919)

El 23 de enero de 1919 fue un día trágico. Aún es recordado


en la memoria natalina la matanza que se sucedió en Bories,
la cual dejó un saldo de diez muertos, seis trabajadores y
cuatro carabineros. Dos son las tesis del porqué sucedió todo.
La primera habla de un fuerte discusión entre los obreros
con el capataz que terminó a balazos sucediéndose una serie
de amotinamientos, mientras que la versión oficial habla de
peticiones desmedidas por parte de los empleados, que al
ver sin respuesta a sus peticiones decidieron incendiar las
instalaciones.

Masacre de la federación obrera de Magallanes


(1920)
En la madrugada del 27 de julio de 1920 comienza una de
las mas grandes matanzas ocurridas en Magallanes. Los grupos
civiles se hacían llamar la “guardia blanca” y que dependía de
los intereses de la clase burguesa, en conjunto a ello, inician
el ataque a la F.O.M sitiando el lugar por las cuatro esquinas
y disparando desde los distintos puntos a la federación,
con golpes de hachas y combos entrar al lugar, los llamados
“guardianes del orden publico” y en forma inhumana arrasan
con todo lo que encuentran al pasar. Los obreros que se
encontraban en el lugar resisten el ataque y son asesinados
cobardemente.

Luego los verdugos incansables prenden fuego al lugar


para no dejar rastro de los crímenes cometidos. Muchos
obreros lograron escapar pero fueron detenidos sin ninguna
razón. Varios estaban fuertemente golpeados muriendo al
día siguiente. En el lugar se encontraron cuatro cadáveres
carbonizados y solo uno pudo ser identificado. Nunca se a
logrado saber cuantas personas murieron pero se cree que
fueron alrededor de treinta los que murieron. El hecho estuvo
rodeado de contradicciones y mentiras por parte de las
autoridades de la época. Solo la historia se ha encargado de
contarnos la verdad de lo ocurrido en aquella masacre del 27
de julio de 1920.
Matanza de San Gregorio (1921)
Ante el anuncio del cierre de la oficina salitrera de San Gregorio,
a comienzos del mes de febrero de 1921, un grupo de obreros
decide permanecer en ella hasta el pago de su desahucio,
evento que nunca se realizaría.

“..El jueves 3, al mediodía, se concentraron en la salitrera mil


trescientos trabajadores. Avisadas de este hecho, las autoridades
enviaron nuevos refuerzos de tropa. A las cinco y media de la tarde
del mismo jueves 3, los trabajadores reunidos se presentaron al
administrador, don Daniel Jones, quien los recibió acompañado
del teniente Argandoña, del Regimiento Esmeralda, y del teniente
Gaínza, del destacamento de carabineros. Veinte pasos antes de
llegar a la administración, el teniente Argandoña, ordenó hacer
alto, lo que los obreros no aceptaron, estimando irracional la
orden. En vista de esto, el teniente Gainza hizo fuego y el teniente
Argandoña ordenó también hacer lo mismo. Mientras la tropa de
veinte soldados y ocho carabineros hacía fuego, algunos obreros
los imitaron avanzando sobre ellos. Los soldados huyeron
haciendo fuego en retirada. Indignados los trabajadores al verse
masacrados, lincharon al teniente Argandoña y al cabo Faúndez,
únicos militares que cayeron a sus pies; también fue ultimado
el administrador, don Daniel Jones. Entre los trabajadores se
calcula en sesenta el número de muertos y en un centenar los
heridos. Este resultado prueba que los trabajadores carecían de
armas de fuego...”

Masacre de Marusia (1925)


Hechos ocurridos en marzo de 1925, y fue la respuesta del
gobierno de Chile bajo la presidencia de Arturo Alessandri a
una huelga por los trabajadores de una mina de salitre que
conduce a más de 500 muertos, más de noventa por ciento
son huelguistas o sus familiares.

El sindicato, bajo el liderazgo de Domingo Soto, tenía miedo


de represalias, y especialmente de otra masacre como la que
había sucedido unos años antes en San Gregorio, por lo que
decidió tomar varias medidas preventivas. Se pusieron en
contacto con las otras minas, y propusieron volar las vías del
ferrocarril con el fin de impedir la llegada de los rompehuelgas.
El gobierno, al tener conocimiento de los disturbios, respondió
enviando a cuarenta soldados bajo el mando del capitán
Gilberto Troncoso, conocido como la “Hiena de San Gregorio”
por su comportamiento violento.
Las mujeres de Marusia se organizaron bajo la dirección de
Selva Saavedra, y decidieron resistir el avance de las tropas.
Cuando los soldados llegaron, entraron a la ciudad disparando.
Un grupo de trabajadores respondieron lanzando cartuchos de
dinamita en ellos, matando a varios soldados y apoderándose
de sus armas. Entonces, los trabajadores organizaron una
contraofensiva, tomando el relevo el depósito de explosivos
de la mina y el corte de los cables telegráficos. El capitán
Troncoso, se vio obligado a retirarse.

Los mineros procedieron a armar toda la ciudad (cerca de


2.400 personas). En una asamblea abierta, los dirigentes
sindicales propusieron negociar su rendición, mientras que
algunos mineros defendieron un llamamiento a la ayuda de los
trabajadores de otras minas. Al final, una moción de Soto que
se preguntó el sacerdote del pueblo para mediar fue aprobado.

Los refuerzos del Ejército llegaron en la forma de un batallón


de 300 hombres bajo el mando del Coronel Pedro Schultz. Ellos
atacaron la ciudad en medio de la noche y la ametrallaron a la vista
todo el mundo. Cientos de personas murieron, entre ellos mujeres
y niños - el número exacto nunca fue debidamente establecido.
Un grupo de trabajadores fueron capaces de montar una defensa
apresurada, lanzando cartuchos de dinamita sobre el avance de
las tropas, y se las arreglaron para matar a 36 soldados y herir a
otros 64. Los mineros sobrevivientes escaparon con sus familias
en las altas montañas. Esto puso fin a la huelga de inmediato, pero
el conflicto estalló de nuevo a menos de dos meses más tarde, y
condujo a la La Coruña masacre.
Matanza de Coruña y Pontevedra (1925)
Cayeron allí, bajo el fuego de las ametralladoras más de 1.200
trabajadores; los Campamentos fueron arrasados con artillería
de campaña, y a los detenidos se les asesinaba arrojándoles
a las calicheras. “La tropa al mando del comandante Acacio
Rodríguez -dice Carlos Vicuña- bajaron del tren a varios
kilómetros del Alto de San Antonio y, desde allí, con cañones
de campaña, bombardearon los campamentos obreros, como
si se tratara de reductos fortificados... Los trabajadores inermes
como estaban y sin propósitos revolucionarios, en cuanto
vieron la tropa se rindieron sin proferir una palabra. Pero los
tenientes y capitanes, por saña y placer, fusilaron a mansalva
hombres, mujeres y niños, en grupos, al montón, y después
aisladamente a todo aquel a quien los pulperos señalasen
como subversivo o rezongón. No dieron cuartel, no recogieron
heridos, no perdonaron la vida a nadie; el que huía por las
calicheras era alcanzado por las balas. A muchos infelices los
hacían cavar sus propias fosas y los fusilaban en seguida, sin
piedad alguna.”

Ibáñez, entonces Ministro de Guerra, dio instrucciones al


general Florentino de la Guardia, jefe de la guarnición de
Iquique, reprimiera enérgicamente el movimiento obrero a
sangre y fuego, órdenes que ejecuta enviando fuerzas de
artillería e infantería a la pampa al mando del comandante
Acacio Rodríguez. Se afirma que Ibáñez sólo dio cuenta a
Alessandri de la masacre cuando ya estaba consumada. Sin
embargo, tanto uno como el otro, felicitaban “a las autoridades
de la provincia, General de la Guarda, oficiales y tropas, por
haber defendido la propiedad y la vida, injustamente atacada”.

La Pascua trágica Vallenar y Copiapo (1931)


Fue en Copiapó donde un 24 de diciembre cuando un grupo
de militantes del PC, también afiliados a la FOCH, intentaron
de manera aventurera tomar por asalto el cuartel “Esmeralda”
de Copiapó e iniciar la insurrección en el país. Se dice que eran
30 hombres armados que realizarían lo que en jerga militar
se conoce como una acción putschista o en términos políticos
como blanquismo. La característica principal de esta acción
es que es realizada por un grupo de profesionales que sin
contacto con las masas llevan a cabo una toma del poder.

Como es de esperar, los sucesos de Copiapó terminaron en


tragedia y pasaron a recordarse como la Pascua trágica de
1931. El fracaso al parecer se produjo porque el grupo estaba
infiltrado y cuando llegaron al cuartel fueron repelidos por los
militares, obligando a iniciar el repliegue luego de 3 horas de
tiroteo. Paralelamente, carabineros rodeó una casa en Vallenar
donde se encontraban reunidos militantes del PC, provocando
un enfrentamiento armado, lo que da a entender que en esa
ciudad también se realizaría un asalto a algún cuartel. En
ambos casos todos los militantes fueron asesinados sin juicio
alguno por el delito de ser “comunistas”

La Masacre de Ránquil (1934)


Se produjo en junio y julio de 1934, cuando grupos de
campesinos e indigenas Mapuche de la Provincia de Malleco,
en la IX Región de la Araucanía, Chile, se sublevaron en contra
de los abusos de los patrones, provocando una revuelta de
proporciones insospechadas.

El levantamiento de los campesinos mapuches fue


consecuencia a su vez de la sublevación de los trabajadores de
los lavaderos de oro de Lonquimay. Estos se alzaron en contra
del patrón de la pulpería por los tratos abusivos y la asaltaron
y quemaron. Ante esta situación el gobierno del presidente
Arturo Alessandri Palma envió un cuerpo de Carabineros y de
fuerzas militares a la zona, que atacó a los insurgentes y en vez
de disolver la revuelta provocó la unión de los obreros con los
campesinos y las comunidades Mapuche.
Estos se reunieron en los alrededores, se armaron con escopetas
y armas de todas las especies y marcharon sobre Temuco. El
gobierno, sumamente alarmado, dado los antecedentes de la
República Socialista recién sofocada, envió a un regimiento
entero de policías. La batalla se produjo cerca del Fundo
Ranquil, donde los alzados fueron rodeados por carabineros
el día 6 de julio de 1934. Estos tenían la orden de no dejar
prisioneros. por lo que se produjo una matanza a sangre fría
espeluznante. Según algunas fuentes los muertos llegaron a
cerca de los quinientos, pese a que la versión más aceptada los
sitúa entre los 150 y 200 muertos.

Matanza del Seguro Obrero (1938)


La Matanza del Seguro Obrero fue una masacre de carácter
político contra jovenes del partido Nacional Socialista pro-
ibañistas ocurrida en Chile el 5 de septiembre de 1938 durante
el gobierno de Arturo Alessandri Palma.

“...Ya desarmados y separados de los funcionarios policiales,


los cerca de 60 jóvenes fueron puestos contra la pared y
acribillados, rompiendo así la promesa de respetar sus vidas;
sólo 4 jóvenes lograron salvarse, haciéndose los muertos.

Los jóvenes presentaban atroces desfiguraciones en su cuerpo


y cara por la bestial cantidad de balas y por los profundos y
persistentes cortes con sables y bayonetas. Hasta el día de
hoy es una incertidumbre de quién dio la orden de matar a
los nacistas. Algunos aseguran que escucharon, fuera del
despacho presidencial, a un iracundo Arturo Alessandri Palma
decir: “Mátenlos a todos”. El mismo Alessandri quiso hacer
creer que los nacistas se habían asesinado entre sí, lo que
finalmente se comprobó que era una mentira.

Pese a esto las acusaciones contra Alessandri están cimentadas


en especulaciones y muy pocas pruebas palpables; lo cierto es
que no existe una historia oficial en relación a este tema que
es y seguirá siendo una fuerte pugna entre historiadores.”

Masacre de la Plaza Bulnes (1946)


El 28 de enero de 1946, los obreros de las oficinas salitreras
Humberstone y Mapocho, declararon una huelga en la famosa
Plaza Bulnes. El Gobierno de Duhalde, les anuló la personalidad
jurídica a ambos sindicatos, favoreciendo con ello a las
empresas estadounidenses que explotaban esas salitreras.

La Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH) protestó


por la medida y llamó a una concentración en la Plaza Bulnes
para el día 28 de enero. A esta concentración, concurrieron
gran cantidad de manifestantes. La policía provocó y baleó a
los trabajadores indefensos.

Seis fueron asesinados, entre ellos la joven comunista


Ramona Parra, dirigente del Comité Regional Santiago. que
se transformó en un ícono de las víctimas de esta masacre.
Muchos otros resultaron heridos.

Matanza de Santiago y Valparaiso (1957)

El 2 de Abril en Valparaíso la represión policial se descarga con


fuerza contra los estudiantes durante las primeras horas de la
mañana y luego, contra los trabajadores y la población.

En Santiago el general Horacio Gamboa, que encabezó la


masacre, en un parte de guerra, transmitido por cadena de
radioemisoras, calificó los hechos como “la batalla de Santiago,
en que el enemigo tuvo 18 muertos y 500 heridos”.

Las fuerzas represivas, en especial los efectivos del ejército,


utilizaron la experiencia internacional acumulada por el
imperialismo. Hay que tener en cuenta que desde 1945 -y más
específicamente desde abril de 1952, cuando el gobierno de
González Videla suscribió el pacto militar con Estados Unidos-,
las fuerzas armadas chilenas quedaron subordinadas a las
instituciones militares estadounidenses.

Masacre Población José María Caro (1962)


El 19 de noviembre del año 1962 se lleva a cabo un paro
nacional en defensa de mejores condiciones salariales, al cuál
adhieren aproximadamente 200.000 trabajadores.

En la población José María Caro, el movimiento adquiere


dimensiones que fueron repudiadas desde todos los sectores
de la vida nacional, ya que, si bien éste se desarrolló bajo las
mismas características que en otros sectores de la ciudad,
pasado el mediodía de aquel lunes, los incidentes dieron
un vuelco hacia la violencia, y porque no decirlo, hacia la
injusticia cuyo resultado fue la pérdida de seis vidas humanas,
aproximadamente 40 heridos y un centenar de detenidos.

Había un paro ordenado por la CUT. Familias enteras se habían


apostado sobre los durmientes en un intento de impedir el
paso del tren. Carabineros no había logrado que los pobladores
se retiraran, así que llegaron tropas del Ejército. Unas 500
personas, incluyendo niños avanzaron por la línea hacia los
soldados llevando una bandera chilena.

No alcanzaron a llegar donde estaban pues, algunos desde


atrás lanzaron piedras. Se escucha una voz de un oficial que
grita ¡FUEGO! y una descarga cerrada salpica puntos acerados
de muerte. Los civiles huyen, el desbande es desesperado. Sin
embargo, se sigue lanzando piedras, el oficial da la orden de
alto al fuego. Es obedecido con lentitud.

El resultado de aquel brutal episodio es de seis víctimas


fatales, de las cuales cinco mueren el mismo día: dos padres
de familia; una muchacha de 16 años, que es impactada por
las balas dentro de su casa mientras planchaba; un joven de
18 años y otro de 22. El sexto poblador muere al día siguiente.
Masacre El Salvador (1966)
Asesinato de trabajadores en el mineral de cobre de El Salvador
el 11 de marzo de 1966. 8 muertos y 37 heridos fue el saldo de
la represión. La orden de atacar a los trabajadores, sus mujeres
e hijos, en el interior del local del sindicato obrero, por tropas
regulares, emanó del ministro de defensa a cargo de Juan de
Dios Carmona.

Masacre de Puerto Montt (1969)

Ocurrida el 9 de marzo de 1969, fue uno de los hechos de


violencia más graves del gobierno demócrata cristiano de
Eduardo Frei Montalva. Diez pobladores (pobres urbanos)
murieron a manos de efectivos de Carabineros de Chile
-incluyendo un menor de nueve meses de edad que falleció
a causa del gas lacrimógeno- y otras cincuenta personas
resultaron heridas con diversa gravedad. Las responsabilidades
políticas por lo sucedido han sido objeto de larga polémica
en Chile, siendo el principal inculpado en esos términos el
entonces Ministro del Interior Edmundo Pérez Zujovic.

Pueden existir errores en algunas


fechas o en la redacción, comprensión.

“... Entonces lo que hizo Portales fue organizar
y costear ‘de su platita’ un ejército mercenario
y dio un golpe de Estado y con ese ejército con-
struyen un Estado ‘a su pinta’, un Estado con
un ejército privativo de esa oligarquía y que
gobierna desde 1833 hasta 1925. Este Ejército
además actuaba como policía interna debido
a la incapacidad de la otra policía para con-
trolar a las masas marginales y como ejército
externo. Y el único método para establecer el
orden fue ‘matar rotos’… El ejército chileno
ha combatido más hacia adentro que hacia
afuera. Comenzó combatiendo a los Mapuche
en la frontera, primero, y luego durante todo
el siglo XIX y XX yo he contado 23 masacres y
todas contra la clase popular”

Gabriel Salazar
(Premio Nacional de Historia 2006)
P R O P A G A N D A . T K

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