DESDE LA MARCHA DEL HAMBRE DE 1959 AL GOLPE DE ESTADO DE 1968
8. LA MARCHA DEL HAMBRE.
Se conoce como "la Marcha del Hambre y de la
Desesperación" a la jornada popular de la provincia de Colón,
que por su trascendencia ganó dimensión histórica a través de
los años.
Ocurre en 1959 en un período de grave crisis económica
que sacude al país por casi 10 años. La situación se sintió con
más fuerza en Colón y sus alrededores, castigando a los
sectores populares y los trabajadores asalariados. También
aumentan los desocupados y subempleados, que no podían
cumplir con sus necesidades básicas.
Además de la crisis económica, hay lanzamientos de
inquilinos morosos, agravando más la situación social para las
masas desposeídas y decepcionadas por el abandono e
indiferencia de los políticos tradicionales y electoreros.
Seis meses antes de la ‘marcha’, se inician trabajos para
desmantelar edificios en Coco Solo en la Zona del Canal, sector
Atlántico. Asisten personas desocupadas en busca de empleo,
en donde se enteran que el contratista de las obras no pagaba
el salario básico, o sea, un balboa la hora, de acuerdo a lo
convenido con las autoridades de la Zona del Canal, por lo que
se negaron a trabajar por sólo 0.30 centésimos ofrecidos por
el contratista. Ante la tozudez y despotismo del contratista, los
obreros decidieron boicotear la continuación de los trabajos.
El contratista, haciendo caso omiso a las demandas, trae
obreros de la capital y sus alrededores, que en su mayoría eran
ignorantes de sus derechos, atrasados ideológica y
sindicalmente, a trabajar por 0.30 centésimos la hora.
La actitud del empleador de apellido Achurra produce un
descontento en los colonenses especialmente, entre los
desocupados que inician movilizaciones y protestas. Hacen
reuniones denunciando al empleador de aprovecharse del
hambre de los obreros. Para aglutinar a todos los trabajadores
de Colón, crean la Unión de Sindicatos de Trabajadores de
Oficios Mixtos. Esta organización era presidida por el
sindicalista Andrés Galván, que junto con Eugenio Barrera y
otros, constituyen la directiva y el primer núcleo de activistas
que, en pocos meses, se convirtió en una fuerza que atrajo a
obreros, campesinos, amas de casa y grupos juveniles de
estudiantes.
El núcleo fundamental de esta agrupación lo constituían
los desocupados e inquilinos. La juventud de extracto popular
participó decididamente.
La Marcha buscaba hacer realidad los siguientes
objetivos: establecer el salario mínimo a B/. 0.50 la hora,
rebaja de alquileres y un Código Agrario.
Estas demandas movilizan a distintos sectores de la
población de Colón y alrededores. Los agricultores pobres y
pequeños apoyan la marcha con mucho entusiasmo y decisión.
La noche del 4 de octubre de 1959, unas 5,000 personas
de todos los niveles sociales despiden a los miles de abnegados
y decididos representantes del pueblo colonense que
caminarían 52 millas por sus demandas en una de las más
dramáticas y heroicas acciones populares jamás vistas en
Panamá.
En la Carretera Transístmica, la Marcha fue saludada por
miles de moradores que brindaban apoyo y ayuda material y
moral. Agua para aplacar la sed, merienda para mitigar el
hambre y la fatiga era brindada a los que atravesaban el Istmo.
La solidaridad en el sector de San Miguelito y sus
aproximaciones fueron emocionantes. Próximos a la
Universidad de Panamá, en horas del mediodía del 5 de
octubre, una gran cantidad de estudiantes universitarios y
secundarios se sumaron a la marcha que se dirigía hacia el
Palacio Legislativo.
La llegada de la Marcha fue recibida con nutridos y
estruendosos aplausos y vítores de parte de una gran multitud
de ciudadanos que, desde horas tempranas, se habían
congregado en los alrededores del Palacio Legislativo.
Por iniciativa del Diputado Alfredo Alemán, se solicitó
que los dirigentes Andrés Galván y Eugenio Barrera pasaran al
recinto de la Cámara. El dirigente Galván explicó la situación
colonense. Y se resolvió nombrar a una comisión que diera
respuestas en torno a lo expuesto en un plazo de diez días.
Los manifestantes se disgustaron por el plazo dado por
la Asamblea, exigiendo que la problemática fuera discutida
enseguida. En pocos minutos, la mayoría de los diputados
empezaron a desalojar la sala demostrando desprecio e
indiferencia hacia los que habían recorrido más de 83
kilómetros, entre ellos, jóvenes, mujeres en estado de
gravidez, niños y ancianos.
La indignación fue creciendo en la medida misma en que
aumentaba el número de diputados que abandonaban el
recinto. A los gritos de “abajo los diputados”, los integrantes
de la Marcha ocuparon las curules de los diputados que habían
salido huyendo, los cuales fueron abucheados por la multitud.
Dos diputados fueron detenidos cuando se disponían a tomar
sus automóviles para abandonar el lugar, siendo lanzados a un
estanque de agua del lugar.
A excepción de los diputados Aquilino Boyd y Alfredo
Alemán, que permanecieron en el recinto, los únicos
confirmados como diputados populares, se escogieron nuevos
diputados casi todos de la Marcha.
Una vez instalados, eligen la Mesa Directiva de la
Asamblea, en que resulta Andrés Galván, Presidente, Eugenio
Barrera, Vicepresidente y Secretario General. Momentos
después, se presentó un pelotón de la Guardia Nacional en
arreos de combate, fuertemente armados al mando del Mayor
Aristides Hassán y, con bombas lacrimógenas bayonetas y
“toletes”, irrumpe en el lugar con furia y ametralladora en
mano.
Los integrantes de la marcha y el público fueron
golpeados salvajemente. Esto sucedía mientras se entonaban
las notas del Himno Nacional y se paseaba la bandera de la
Patria dentro de la sala. Esa noche, decenas de ciudadanos
fueron encarcelados.
 Andrés Galván y Eugenio Barrera fueron conducidos al
Cuartel Central, después de haber sido golpeados y esposados.
Allí permanecieron varios días incomunicados en una de las
asquerosas e inmundas celdas en la cual le comunicaron por
escrito que habían sido sancionados a 90 días de arresto
inconmutables por orden del Diputado Pablo Othon,
presidente de la Asamblea. Los detenidos son trasladados a la
Cárcel Modelo, y por considerar sus detenciones injustas,
Andrés Galván y Eugenio Barrera se declaran en huelga de
hambre.
Luego de 17 días de arresto, con casi dos semanas en
huelga de hambre, los dirigentes Galván y Barrera, fueron
puestos en libertad. El Gobierno Nacional presidido por el
Señor Ernesto de la Guardia aceptó discutir las demandas de
los manifestantes colonenses. Se logró establecer la Ley del
Salario Mínimo; fue un gran avance, ya que frenaba los abusos
de la patronal que imponía salarios y dictaba las condiciones
de los trabajos unilateralmente. Esta Ley estableció una escala
de sueldos de acuerdo con las actividades y ocupaciones en el
territorio nacional. En la Asamblea también se aprobó la rebaja
de alquileres y la redacción de un Código Agrario.
En cuanto al salario mínimo, se estableció que en las
ciudades de Panamá y Colón sería de 0.50 centésimos y el
interior tendría otra tarifa.
9.- INSURRECCION DEL TUTE DE 1959
La revolución cubana triunfante el 1 de enero de 1959
dirigida por Fidel Castro (abogado), Ernesto ‘Che’ Guevara
(médico) y otros, influyó en la juventud de América y de otras
latitudes.
La sublevación del Cerro Tute en Veraguas se da en una
coyuntura especial, tanto nacional como internacional, en que
el pueblo estaba acostumbrado a los enfrentamientos desde
la colonia.
El 5 de marzo de 1959, el grupo Movimiento de Acción
Revolucionaria (MAR) publicó en el Diario La Nación el
“Manifiesto Frente a la Situación Actual”.
En el Manifiesto se exponen las causas que los motivan;
sus propósitos de transformar la estructura gubernamental,
brindar al campesino panameño un plan de reparto
democrático de las tierras; luchar contra el alto costo de la
vida, para contribuir al total desarrollo de la nación; resolver
los problemas educacionales y de salud con criterio altruista y
no exclusivista. También como organización revolucionaria y
nacionalista, luchar por la amistad y el respeto que merece la
nación. Haciendo un análisis de la situación de crisis que vivía
el país, el MAR llamó al pueblo panameño a unirse bajo su
bandera frente a las pretensiones oligarcas de perpetuarse en
el poder.
La noche del 3 de abril de 1959 unos veinte jóvenes
llegan en automóviles a San Francisco de la Montaña, tomando
por la fuerza algunos rifles y municiones que tenía en su
almacén el señor Saturnino Arrocha, además de otras armas
que consiguieron en Santiago, con la ayuda de simpatizantes,
para luego internarse en las montañas, no sin haber dado
antes varios vivas a "la revolución". Se dirigen al distrito de
Santa Fe con la idea de formar un cuartel general en las
serranías imitando, la Revolución Cubana en la Sierra Maestra.
Estos jóvenes tomaron la decisión de luchar por la patria
desafiando a la oligarquía panameña y al imperialismo
estadounidense, según el dirigente Floyd Britton.
Este grupo planteaba la necesidad de reformas agrarias
que le brindaran una buena producción, buenos precios y
garantía de mercado, la industrialización del país, para así
ampliar la productividad y tener independencia económica,
eliminar la corrupción, una democracia con la participación de
las masas populares y establecer un poder estatal no sometido
a los Estados Unidos ni a ninguna otra potencia extranjera.
La columna guerrillera "Manuel Celestino González", fue
conformada al principio por 20 jóvenes combatientes como:
Oscar Navarro, César Jaramillo, Jaime Padilla Béliz, Eduardo
Santos Blanco, Samuel Gutiérrez, Isaías Chang, Campos
Labrador, Márquez Briceño, Luis Chandeck, Rodolfo Murgas
Torraza, Rodrigo Pinzón, Polidoro Pinzón, Rubén Urieta,
Heliodoro Portugal, Aurelio Ali Bonilla, César Manfredo, Eliseo
Alvarez, Rogelio Girón, Álvaro Menéndez Franco, Domingo
Patrocinio García, y otros.
El presidente Ernesto De La Guardia, envió a un
destacamento de la Guardia Nacional formado por 40 hombres
al mando del Capitán Omar Torrijos Herrera, llegando el 5 de
abril.
Los hechos del Tute se extendieron entre los días 6 y 9
de abril donde fueron abatidos cuatro jóvenes idealistas
muertos.
El 6 de abril, fue el primer encuentro entre los rebeldes
y oficiales, cerca del río 'Quebrada Grande' en el Tute. Ocurren
las primeras bajas: Eduardo Santos Blanco (institutor y
universitario) y Rodrigo Alonso Pinzón (normalista), con tiros
de gracia en la cabeza. Sus muertes fueron un duro golpe al
movimiento estudiantil. Es posible que este combate hizo que
la columna de jóvenes se dispersara en pequeños grupos.
También la Guardia Nacional tuvo sus heridos, entre ellos el
Capitán Omar Torrijos Herrera, con un proyectil alojado en uno
de sus glúteos, que lo marcó psicológicamente en el resto de
su vida. La Guardia estuvo armada con ametralladoras,
morteros y artillería.
El 9 de abril, mas al norte en Cerro Banquillo, hubo un
segundo combate con fuego de metrallas, donde caen
abatidos Domingo Patrocinio García (de 15 años estudiante de
la Normal de Santiago) y José Rogelio Girón (universitario);
estuvo presente Polidoro Pinzón Castellón, escapando de la
muerte. Habían sido atacados por la guardia camuflajeada en
el monte; el Sargento López fue herido por Polidoro Pinzón.
En esta batalla, el cansancio, el hambre, las malas
condiciones del clima y otros factores fueron mermando el
ánimo de los jóvenes rebeldes.
El Capitán Boris Martínez fue enviado con refuerzos en
reemplazo de Torrijos, continuando con la operación contra
insurgente, logrando la muerte de otros dos rebeldes y la
captura de los jóvenes que estaban diseminados en distintos
núcleos.
 El día 11, los Profesores solicitan una comisión
mediadora para poner fin al conflicto. La Asociación de
Profesores dijo, “el movimiento armado no es más que una
demostración del descontento popular del país”.
La falla del grupo rebelde se debió a la ausencia de
obreros y campesinos, pese a que este grupo simpatizaba con
estos y con los sectores más explotados. El poco apoyo se
debió a que la militancia obrera era débil y la campesina muy
desorganizada. Las personas que participaban no eran de la
región, de tal manera que los guerrilleros no conocían los
principales poblados del país, para poder conseguir alimentos
e información. Estos errores condujeron a que desapareciera
el movimiento.
Cerro Tute fue una prueba para la juventud panameña,
que demostró no temerle a la pérdida de la vida, si esta
significara modificar el estado caótico del país. Dejó lecciones
que deben asimilar en la actualidad los patriotas panameños.
Llama la atención que los oficiales que reprimen el
movimiento de Cerro Tute y el Banquillo, Omar Torrijos
Herrera y Boris Martínez, fueron los que la historia registra
como los actores intelectuales del golpe militar contra el
presidente Arnulfo Arias, el 11 de octubre de 1968, junto a una
facción Liberal y con el apoyo del gobierno estadounidense;
dando a la represiva y sangrienta dictadura militar que duró 21
años.
10. MARCHA PATRIOTICA DE 1959.
La ‘Marcha Patriótica’ se manifestó en un instante en
que el sentimiento nacionalista se encontraba caliente contra
la presencia de los Estados Unidos en nuestro suelo. Esta
acción buscaba imitar el movimiento patriótico del 2 de mayo
de 1958 cuando estudiantes universitarios sembraron
banderas en el territorio de la Zona del Canal.
El 3 de noviembre de 1959, después de los desfiles
patrios, el Diputado Aquilino Boyd y el catedrático Ernesto
Castillero Pimentel invitaron al pueblo en general a marchar de
manera pacífica portando la bandera panameña como un acto
de reafirmación de soberanía recorriendo las calles de la Zona
del Canal, el Puerto de Miraflores, el Ferry y Cristóbal.
Al principio los policías zoneitas permitieron la marcha
pacífica, pero hubo una contraorden del Gobernador William
Potter, de prohibir la entrada de los demás manifestantes, y
cuando un grupo de jóvenes trató con el emblema panameño
de cruzar los límites de la Zona del Canal, miembros de la
fuerza policial norteamericana iniciaron una violenta
represión, incluso ante la mirada de muchos, la bandera de un
manifestante le fue arrancada y vejada por un policía zoneita.
La situación se agravó por lo ocurrido con la bandera por
parte del policía zonian, hasta el punto que llamaron a un
destacamento del ejército norteamericano con armas de
guerra lo cual ocasionó reacciones más violentas. La policía
continuó reprimiendo con mangueras de agua, toletazos,
bombas lacrimógenas y armas de fuego, en tanto el pueblo
panameño respondió con piedras. Estos hechos ocurren en los
predios de la Asamblea Nacional en los límites con la Zona del
Canal.
Los estudiantes se dirigieron a la embajada de Estados
Unidos en donde arrearon su bandera e izaron el emblema
panameño, y lanzan objetos al edificio. Hubo una gran
cantidad de heridos y detenidos, también daños en la
Compañía Fuerza y Luz, el Ferrocarril y distintos almacenes de
la Avenida Central.
En horas de la tarde, llegaron a la Avenida 4 de julio
soldados del ejército de Estados Unidos, con ametralladoras y
bazucas. El resultado de estos enfrentamientos fue de 64
panameños heridos y 5 detenidos en la Zona del Canal. Por
parte de los norteamericanos, hubo 45 heridos.
Debido a la presión de los estudiantes, el 25 de
noviembre de 1959, el presidente Ernesto De La Guardia,
solicitó que el pabellón nacional ondeara en la Zona del Canal
como símbolo de soberanía.
También el 28 de noviembre, en la coyuntura de la
independencia de Panamá de España se organizaron
caminatas patrióticas reafirmando la soberanía en todo el
territorio nacional.
En diciembre de 1959, el presidente de Estados Unidos
Dwight Eisenhower reconoció que la bandera panameña
debía ser izada junto con la bandera estadounidense.
El 17 de septiembre de 1960, el presidente
estadounidense ordenó que la bandera de Panamá se izara con
la de los Estados Unidos en el Triángulo Shaler (a un costado
de la asamblea Nacional), la bandera se izó el miércoles 21 de
septiembre.
Puente de las Américas.
El puente sería inaugurado con el nombre de ‘Thatcher
ferry Bridge’ el 12 de octubre de 1962, sin embargo, cientos de
panameños de todas las edades con una profunda
demostración de patriotismo impidieron que el invitado de
honor el norteamericano Maurice Thatcher diera su discurso
de inauguración en el que con aquel nombre se bautizaría la
obra.
Una acción heroica fue la que protagonizan en este acto
varios jóvenes panameños poniendo en peligro sus vidas,
suben por las vigas del puente a unos cuatrocientos pies de
altura, izando la bandera de la patria en lo más alto de la
estructura de acero.
La Unión de Estudiantes Universitarios (UEU) y la
Federación de Estudiantes de Panamá (FEP), (días antes del
acto del 12 de octubre) el primero de octubre, lo inauguran
simbólicamente con el nombre de ‘Puente de las Américas’.
El día 13 de junio de 1962, el presidente de los Estados
Unidos John F. Kennedy y Roberto F. Chiari de Panamá
suscribieron una declaración conjunta en donde se establecía
que la bandera panameña sería izada de manera permanente
en la Zona del Canal junto a la de los Estados Unidos. Pese a las
protestas estudiantiles, esta decisión fue pospuesta hasta
finales de 1963, debido a las demandas de los residentes en la
Zona del Canal ante las autoridades de los Estados Unidos.
11.- SUCESOS DE ENERO DE 1964.
 Los hechos ocurridos en Panamá el jueves 9 de enero
de 1964, tenían el objetivo de reclamar la presencia de la
bandera panameña en el territorio de la Zona del Canal; que es
una franja de tierra alrededor del Canal de Panamá, cedido a
Estados Unidos a perpetuidad mediante el Tratado de 1903.
El Tratado Hay-Bunau Varilla de noviembre de 1903, en
el artículo II expresaba que concedía a perpetuidad a los
Estados Unidos la Zona del Canal, una franja (de 5 millas de
ancho) a cada lado del Canal de Panamá. Incluía la renuncia a
sus puertos internacionales en las ciudades de Panamá y
Colón. Esto generó un alto grado de insatisfacción entre la
población al existir un territorio ocupado por los
estadounidenses, y que dividía al país en dos partes.
Hay distintos hechos que se suceden en Panamá que
provocan la insatisfacción por la presencia norteamericana,
por ejemplo la jornada inquilinaria de 1925, que fue por el
aumento inconsulto de los alquileres a las casas de
inquilinatos. El pueblo afectado se organizó en un movimiento
denominado Liga Inquilinaria, que declaró una huelga de no
pago de los alquileres, y como medida de presión hacían
mitines en el parque de Santa Ana y otros sitios.
El 7 de enero de 1963 la comisión bipartita para resolver
el asunto de la bandera sugirió que el emblema panameño se
izara junto con la estadounidense, en los lugares civiles dentro
de la Zona del Canal; quedarían excluidas las bases militares y
las naves que transitaban por la vía interoceánica. La decisión
no agradó ni a estadounidenses ni a panameños.
El 30 de diciembre del mismo año, el gobernador Robert
Fleming, anunció que la bandera panameña sería izada junto
con la estadounidense, en ciertos sitios de la Zona a partir del
1 de enero de 1964, y añadió que la bandera panameña, no
sería izada en las escuelas exclusivas para los estadounidenses.
Sin embargo, dicha decisión fue ignorada dentro de la Zona del
Canal.
El viernes 3 de enero de 1964, el policía Carlton Bell izó
la bandera estadounidense sin la bandera panameña, frente al
monumento de los Héroes de Guerra en Gamboa, que era un
sitio civil.
El día 7 de enero, estudiantes de la Escuela Superior
de Balboa, izaron la bandera de Estados Unidos frente al
plantel, sin acompañarla de la panameña, rebelándose ante las
autoridades zoneítas. Ese mismo día cumpliendo órdenes del
Gobernador la bandera fue arriada. Al día siguiente, (8 de
enero), los estudiantes en un acto de desafío contra las
autoridades izaron nuevamente el pabellón de los Estados
Unidos y esta vez se mantuvieron en el lugar día y noche, para
evitar que fuese arriada por las autoridades.
En el lado panameño, los estudiantes estaban
preparándose para reclamar la soberanía de la Zona del Canal
e izar la bandera panameña en de la Escuela Superior de
Balboa. Estudiantes de la Asociación Federada del Instituto
Nacional y del Movimiento Vanguardia de Acción Institutora
sacaron unos cintillos que decían: “Panamá es soberana en la
Zona del Canal”. Estos mensajes eran pegados en las defensas
de los automóviles, en un intento por difundir la aspiración
patriótica.
Residentes zoneitas sabían que los institutores se iban a
dirigir a la Escuela de Balboa. Días antes, motociclistas zonians
vistiendo chamarras de cuero y portando cuchillas
automáticas, llegaron al Instituto Nacional, y desde las rejas
gritaban en actitud desafiante; “come on, raise that flag of
yours” (vengan a izar su bandera) y lanzaban improperios.
A pesar que se sabía la respuesta de los panameños, por
el izado de la bandera estadounidense en Balboa, la magnitud
de la crisis tomó a la mayoría de los norteamericanos por
sorpresa.
Las noticias de las acciones en la Secundaria de Balboa,
llegaron a los estudiantes del Instituto Nacional. Liderados por
Guillermo Guevara Paz, un joven de 17 años, y unos 200
estudiantes del Instituto, luego de terminadas las clases, se
organizaron a marchar en dirección a la Secundaria de Balboa.
Antes de iniciar la caminata, informaron al Rector del
Instituto Nacional, Profesor Dídimo Ríos, y a las autoridades de
la Zona. Su intención era izar la bandera panameña en la asta
de la Secundaria de Balboa, donde los estadounidenses habían
izado la suya. La marcha del 9 de enero de los 200 aguiluchos
se inició cargando la bandera panameña, con pancartas
proclamando la soberanía de Panamá en la Zona del Canal.
La manifestación histórica de los institutores fue
acompañada por un grupo de profesores: Arnulfo Martinelli
Camargo (Educ. Física), Rosada G. de González (Geografía e
Historia), Vesta Patiño (Historia), Rubén Oro (Física y Química),
Generoso Emiliani (Química), Bernardo McNally (Inglés),
Rosario Pabilo (Historia), Diamantina Carrera de Calzadilla
(Historia) y Carlos Arrieta de la Hoz (Historia).
En la Escuela de Balboa, los estudiantes fueron
interceptados por la policía de la Zona, y por una multitud de
estudiantes y adultos zoneitas. Después de negociaciones
entre los estudiantes panameños y la policía, se le permitió a
un pequeño grupo acercarse a la asta, mientras que la policía
mantenía a la multitud alejada.
Media docena de estudiantes panameños, cargando su
bandera, se acercaron a la asta, pero los habitantes de la Zona
la rodearon, cantando el himno de Estados Unidos y
rechazaron el trato entre la policía y los estudiantes
panameños. La policía zoneíta intentó obligar a los estudiantes
panameños a que se retirasen del área, provocando actos de
resistencia y violencia entre panameños y norteamericanos,
hasta que, finalmente, desgarraron la bandera de Panamá y
agreden a los institutores. Los estudiantes se retiran con la
bandera destrozada. Fue la bandera histórica, que los
estudiantes del Instituto Nacional habían cargado en 1947,
durante la lucha contra el tratado Filós-Hines, y en demanda
de la retirada de las bases estadounidenses.
La información sobre cómo se rompió la bandera resultó
controvertida: el capitán Gaddis Wall, que estaba a cargo de la
policía en el lugar de los hechos, negó cualquier culpa por parte
de los estadounidenses, y afirmó que los estudiantes
panameños se tropezaron y, accidentalmente, rompieron su
propia bandera.
 Uno de los estudiantes panameños que llevaba la
bandera, Eligio Carranza, dijo: "...empezaron a empujarnos y al
tratar de quitarnos la bandera, mientras nos insultaban. Un
policía levantó su tolete, el cual rajó nuestra bandera. El
capitán trató de sacarnos y llevarnos donde estaban los otros
estudiantes panameños. En el camino a través de la multitud,
muchas manos halaron y rompieron nuestra bandera".
Eran casi las 7:00 de la noche cuando los 200
manifestantes arribaron al Instituto Nacional y casi de
inmediato, la hoy Avenida de los Mártires, se convirtió en un
escenario de luchas entre los estudiantes y los zoneítas.
A las 7:45 de la noche, Ascanio Arosemena fue herido de
muerte por un policía de la Zona del Canal.
A las 9:00 de la noche la multitud de toda la ciudad
capital, invadió el territorio de la Zona por diferentes puntos;
a las 9:30 p.m. eran incontenibles los heridos de bala por parte
del ejército norteamericano.
Los Estados Unidos haciendo uso de la fuerza, tomó
medidas como si Panamá le hubiera declarado la guerra, tales
como: Cierre del Puente de las Américas, ocupación del
corredor a la ciudad Colón, toma de la ciudad de Colón, el
reforzamiento de la zona del límite, y el uso de fuego armado
a las zonas adyacentes al área del límite. Las consecuencias de
las medidas fueron: 21 muertos y 500 heridos por parte de la
población panameña.
Las autoridades zoneitas reclutaron a expertos tiradores
que se ubicaron en lo alto del Hotel Tívoli, los cuales fueron
responsables de la multitud de víctimas panameñas. En el
sector del Palacio Legislativo a las diez de la noche el
estudiante Estanislao Orobio fue herido y fallece de inmediato.
En la ciudad de Colón, conforme se fueron enterando
por la radio y llamadas telefónicas, la población se organizó en
diferentes tareas, entre las que estuvo llegar al consulado
estadounidense para arriar su bandera. A través de la arenga,
la gente fue hasta la avenida Bolívar, donde había propiedades
de estadounidenses, como un supermercado, una casa que
utilizaban los masones y un club para jóvenes. Se consiguieron
unas banderas y las enarbolaron en esos lugares. Las Fuerzas
Armadas de los Estados Unidos impidieron que los panameños
volvieran a entrar a los predios de las hoy áreas revertidas.
No había armas de ningún tipo, se fabricaron bombas
molotov que les tiraban a los militares estadounidenses. A
diferencia de otros lugares, la lucha en Colón duró desde el
mismo día 9 hasta el 12 de enero de 1964; es decir, del jueves
al domingo, cuatro días en total.
En Coclé en horas de la noche del 9 de enero, tan pronto
supieron de los acontecimientos dados en la capital los
estudiantes y profesores se reunieron voluntariamente en el
Colegio Angel María Herrera de Penonomé y constituyeron el
Comité de Defensa de la Soberanía. Acordaron realizar el 10 de
enero una marcha patriótica hacia Río Hato y una caravana con
más de 50 autos. Los estadounidenses abandonan la base
cuando supieron de la marcha. Los manifestantes dirigidos por
Heriberto Torres, izan la bandera nacional, cantan el himno y
se toman la base de Río Hato.
Durante las horas de lucha que pasó el pueblo panameño
frente al ejército más poderoso del mundo la Guardia Nacional
se mantuvo encuartelada, sin cumplir con su obligación. Los
bomberos fueron quienes estaban presentes, para mantener
el orden y proteger los bienes y preservar la seguridad de los
ciudadanos.
También el día 10 de enero, en el Paraninfo Universitario
se reunieron organizaciones populares, sindicales y
estudiantiles para redactar los puntos que sirvieron de base
para que el Presidente de la República, Roberto F. Chiari,
demandara la salida de Estados Unidos del territorio nacional
y se llevara a cabo la ruptura de relaciones diplomáticas con
Washington.
Ese día, el 10 de enero, el Canciller de la República
Galileo Solís, cumpliendo instrucciones del presidente Roberto
Chiari, y por la presión del pueblo comunicó a Washington la
decisión del gobierno panameño de romper relaciones
diplomáticas. Panamá denunció a los Estados Unidos como
agresor ante la O.E.A. y la O.N.U.
El 21 de marzo de 1964, el Departamento de Estado
señaló que Panamá y los Estados Unidos estaban dando los
primeros pasos para que se firmara un documento que
eliminara las causas del conflicto entre ambos países en los
acontecimientos ocurridos el 9 de enero. El 3 de abril de 1964,
se suscribe la declaración conjunta Moreno – Bunker por
medio de la cual se restablece las relaciones entre ambas
naciones.
12.- GOLPE DE ESTADO DE 1968
El 12 de mayo de 1968, se realizaron las elecciones
siendo candidatos David Samudio Ávila del partido Liberal y
Arnulfo Arias Madrid del partido Panameñista. La candidatura
de David Samudio fue denunciada de contar con el apoyo del
Ejecutivo, de la Guardia Nacional y del Tribuna Electoral.
Mientras que la candidatura de Arnulfo Arias fue apoyada por
un gran sector de la oligarquía panameña. Ambos candidatos
se declararon vencedores. Los Boinas Negras militantes del
partido panameñista se prepararon para enfrentar como fuera
un fraude electoral.
El periódico La Hora publicó que pese al robo de urnas y
la destrucción de los recintos electorales por parte de los “Pie
de Guerra” del oficialismo, Arnulfo Arias aventajaba a su
contrincante. Sin embargo, el periódico El Mundo le daba el
triunfo a Samudio. El 30 mayo de 1968 la Junta Nacional de
Escrutinio reconoció como triunfador al Dr. Arnulfo Arias
Madrid. Se hablaba de un acuerdo con el que la Guardia
Nacional respetaría el triunfo de Arias Madrid que consistía en
jubilar al comandante Bolívar Vallarino, siendo reemplazado
por el coronel José María Pinilla. Pero a partir que recibió sus
credenciales de presidente de la República el 1° de octubre de
1968, Arnulfo realiza un gobierno autoritario, a tal punto, de
desconocer las credenciales de los legisladores que habían
salido electos. Removió de sus puestos a los más importantes
oficiales de la Guardia Nacional, para poder asegurar su mando
presidencial.
 El 8 de octubre se dio a conocer el traslado de 10 mayores
y tres capitanes. El 10 de octubre se anunció la jubilación del
General Bolívar Vallarino y el coronel José María Pinilla. El
primero sería reemplazado por el teniente coronel Bolivar
Urrutia y como comandante Segundo Jefe al Teniente Coronel
Aristides Hassan. Al teniente coronel Omar Torrijos que fungía
como Secretario Ejecutivo de la Comandancia se le nombró
agregado militar ante los gobiernos de El Salvador y
Guatemala.
El viernes 11 de octubre, en horas de la mañana, el
presidente Arias dictó un decreto en donde la Guardia
Presidencial quedaba bajo el mando del Coronel Luis Carlos
Díaz Duque edecán de la Presidencia de la República. Estas
medidas que afectaron a los militares fueron la principal causa
del derrocamiento de Arnulfo Arias. En horas de la noche la
Guardia Nacional derrocó al presidente Arias, refugiándose
este en la Zona del Canal.
Desde Chiriquí, el militar Boris Martínez había desafiado
al gobierno nacional, realizando un levantamiento en donde le
sucedieron otros movimientos en la ciudad de Panamá,
tomándose el cuartel y el Palacio Presidencial. El gobierno de
Arias duró solo once días.
Los militares golpistas de la Guardia Nacional
constituyeron una Junta Provisional de Gobierno presidida por
José María Pinilla y Bolívar Urrutia. El mismo día, el gobierno
de los Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con
Panamá debido a que no estaban de acuerdo con el
derrocamiento de Arnulfo Arias Madrid. Pero después de
algunas conversaciones se reanudaron las relaciones.
En la fase inicial del golpe se destacan Boris Martínez y
Omar Torrijos H., que entraron en conflicto ante las
ambiciones del poder. Esta situación hizo crisis en febrero de
1969 y Omar Torrijos mandó a apresar a Boris Martínez,
llevándolo al Aeropuerto de Tocumen rumbo a Miami.
Establecidos los militares en el poder, disolvieron los
partidos políticos, clausuran la Universidad Nacional por varios
meses, fiscalizaron a los medios de comunicación social y hubo
represiones individuales, destinadas a callar toda
manifestación de protesta, crítica o rechazo del régimen
militar.
En el mes de octubre de 1969 al ausentarse Torrijos, en
un viaje privado a México, un grupo de oficiales organizan un
golpe de Estado militar. Al enterarse Torrijos de lo que estaba
ocurriendo regresó rápidamente y el movimiento fue
sofocado.
Torrijos envió al exilio a todas aquellas personas que
estuvieron en contra de su política interna, o internacional. Su
régimen de facto, sobre todo, en los primeros 10 años, se
caracterizó por estar en contra de todos sus adversarios. La
misma noche del 11 se inició una persecución de líderes
sindicales, gremiales, estudiantiles y campesinos con
allanamientos de sus casas. Durante este período, se
cometieron muchos crímenes.
El régimen golpista que inicia el 11 de octubre de 1968,
va crear en 1972 la nueva Constitución dándole al dictador
Omar Torrijos la facultad para actuar por encima de la
Constitución.
El reconocido dirigente popular Floyd Britton Morrison,
fue una de las primeras víctimas del golpe militar. Nunca pensó
que se le arrestaría, pues no tenía relación con los grupos en
pugna: panameñistas, liberales y de la Guardia Nacional.
Fue detenido por agentes de la seguridad del Estado
en su propia casa ubicada en Río Abajo a las 7 de la mañana
del 12 de octubre; llevado a la cárcel Modelo, donde
permaneció un año y luego trasladado a la Isla penal de Coiba
el 2 de noviembre de 1969, en donde muere el 29 de
noviembre de 1969, a la edad de 32 años, por las torturas a
que fue sometido. Su cadáver nunca fue entregado a los
familiares por lo que se desconoce la ubicación de sus restos.
E Graduando de Filosofía e Historia en la Universidad de
Panamá, al momento de su detención realizaba su práctica
docente en el Instituto Nacional. Desde joven había
participado en las actividades patrióticas como la siembra de
banderas de 1958 y 1959, también en las protestas de enero
de 1964.
El 14 de mayo de 1970, Heliodoro Portugal de 36 años
de edad, miembro del “Movimiento de Unidad
Revolucionaria” estando en un café ubicado en la ciudad de
Panamá, fue obligado por dos personas vestidos de civil a subir
a un vehículo, el cual partió con rumbo desconocido. En 1999
se identifica el cadáver del señor Portugal, el cual se
encontraba en el cuartel en Tocumen.
Otra víctima del gobierno fue el sacerdote colombiano
de 33 años de edad Jesús Héctor Gallego. El 9 de junio de 1971
en Santa Fe de Veraguas miembros de la Guardia Nacional lo
secuestran en horas de la noche en el rancho de Jacinto Peña.
Fue llevado hasta el Cuartel de Los Pumas en Tocumen. Nunca
más se volvió a saber del Padre Héctor Gallego.
En 1978, la Asamblea de Representantes de
Corregimientos escogió como presidente de la República a
Arístides Royo, aún en Panamá no había partidos políticos.
Ocupó la Presidencia desde 1978 hasta su renuncia el 31 de
julio de 1982, aduciendo dolores de garganta. Su renuncia fue
conocida como “el gargantazo” por presiones del comandante
de la Guardia Nacional, el General Rubén Darío Paredes.
Testimono del Profesor Álvaro Menéndez Franco a la
Comisión de la Verdad sobre las torturas sufridas por Floyd
Britton.
La tortura que sufrió Floyd Britton antes de su asesinato fue
narrada por su entonces compañero de presidio Álvaro
Menéndez Franco en una declaración jurada en 1991. Esto fue
lo ocurrido cuando los detenidos llegan a la Isla de Coiba:
“Al llegar a la costa en un bote se nos recibió con un disparo al
aire por parte de un oficial a quien los reclusos llamaban
Pancho Pistolas, y en unión del susodicho oficial se encontraba
el oficial Fernández, quien a gritos nos acusaba de ser
terroristas... a medida que el oficial Fernández gritaba estos
improperios fuimos atacados con garrotes, con golpes.... En
uno de los momentos de estas torturas públicas, sentí a Floyd
Britton quejarse, lo vi con las cejas sangrantes y minutos
después caí al lado de él recibiendo ambos una cantidad de
golpes de estos garrotes infringidos por los guardias sobre
nuestras espaldas, riñones, glúteos y muslos. Posteriormente
a eso del medio día se nos colocó descalzos sobre planchas de
hierro caliente, lo que nos produjo un intenso dolor en las
plantas de los pies.... A lo largo de la golpiza el oficial
Fernández manifestaba un gran odio hacia Britton y le decía
cosas como ésta: 'no sé qué te vio una mujer blanca, siendo tú
un negro tan feo, para casarse contigo'; fuimos entonces
llevados a la celda donde se nos echó llave y ya se le había
prohibido a los presos comunes acercarse a dicha celda.
Dentro de la celda Floyd Britton me señaló que Fernández era
su cuñado y que no le perdonaba el matrimonio con su señora
esposa a la que repudiaba por esta unión. Posteriormente
Britton se empezó a sentir muy mal de salud y entonces entre
Narciso Cubas y yo lo hicimos entrar a un viejo servicio
higiénico ubicado en una esquina de la celda, para que pudiera
efectuar sus necesidades y quedamos asustados al presenciar
que Britton orinaba y defecaba sangre. A eso de las siete de la
noche fuimos sacados en ropa interior y los cinco fuimos
introducidos en una pequeña celda en la parte lateral del
Cuartel, la cual mira al mar, desde las siete de la noche hasta
las seis de la mañana, un agente al que llamaban el Gallo Ronco
cada media hora nos estuvo rociando agua fría y agua caliente
alternativamente dentro de la celda a los cinco que ahí a duras
penas cabíamos y acompañaba este procedimiento con
insultos personales y políticos, a la vez que nos amenazaba con
repetir la tanda de golpes del día anterior. A las seis de la
mañana se nos llevó a la celda nuevamente para que nos
vistiéramos y se nos hizo formar en el patio junto con los otros
reclusos, sin haber dormido ni un minuto, en más de cincuenta
y cuatro horas desde que partiéramos del Puerto Balboa
rumbo a Coiba, se nos hizo subir grandes lomas con guardianes
armados con palos y fusiles y se nos asignaron tareas de
trabajo en el campo. A Britton y a mí se nos envió sin
instrumentos de trabajo a componer una cerca de un potrero
y nos vimos obligados a hacerlo con las manos. En esta tarea
fuimos vigilados por un llamado Cabo Nicanor, quien al llegar
a las dos de la tarde nos ordenó irnos por la Playa al cuartel
central que él nos esperaría allá, ya para ese momento Floyd
Britton casi no podía caminar y con mi ayuda y una vara que se
había conseguido logramos hacer el trayecto por la orilla de la
playa. Estando a doscientos metros del cuartel central, el cabo
Nicanor apareció en un caballo con una soga, amarró a Britton
por la cintura y me dijo a mí que no intentara hacer nada y que
me quedara firme y lo arrastró hacia el cuartel central.
Posteriormente metiéndome dos palos en la espalda me
ordenó a mí llegar a la celda donde Britton era atendido por
las personas que he mencionado y noté que empezaba a largar
algunas uñas de los pies, sangrando profusamente por una uña
del dedo grande del pie derecho, la cual con los días perdió.
Posteriormente se presentó el oficial que se hacía llamar
Pancho Pistola, con dos hombres armados y nos ordenó salir
de la celda rumbo a los baños comunales, situados al final del
pasillo donde se nos permitió bañarnos, pero manteniendo a
los hombres armados en la puerta, volvimos a la misma celda
después de ponernos ropa seca, fuimos escoltados hasta un
comedor situado en aquella época de que hablo a varios
metros de este cuartel, donde se nos sirvieron alimentos, pero
notamos que Britton, que corrijo, no resistía los alimentos por
lo cual pedimos permiso a los guardianes para encargarle unas
latas de jugos a una pequeña tienda o abarrotería que
funcionaba en el penal. Ya en la celda Britton vomitó los jugos,
nos dimos cuenta entonces de que su estado de salud era muy
malo y pedimos hablar con los responsables del penal, quienes
nos dijeron que en el hospital de este penal sólo tenían
aspirinas y violeta genciana y que no había forma de hacer
nada por él. Le planteamos entonces llevarlo a tierra firme o
traer médicos; esta conversación se sostuvo con el dirigente
del penal de apellido Rodríguez y con el subdirector de apellido
Padilla, sin embargo, no parecieron darle importancia a
nuestra petición. Pasada una semana con trabajos de esta
índole en el campo y la misma jornada de escolta para todos
nuestros movimientos, fuimos separados y los hermanos
Carrasquilla fueron asignados a un campamento llamado
Catival; Narciso Cubas fue asignado al campamento de Punta
Damas y yo fui llevado por mar al campamento de Río San
Juan; Britton permaneció en el cuartel central. La noche del 28
de noviembre de 1969, fuimos traídos todos nuevamente a la
misma celda, pues se esperaba en la mañana del 29 de
noviembre una delegación de médicos y de la Cruz Roja
Nacional e internacional que visitaría la Isla Penal de Coiba.
Nos extrañó que en dicha celda encontramos la ropa de Floyd
Britton empapada en sangre y él no se encontraba en la celda,
pero se nos echó llave y se prohibió a los reclusos políticos que
estaban en otras celdas y a los presos comunes ni siquiera
acercarse a la ya mencionada celda del cuartel central. A eso
de las cinco de la mañana, un preso entró corriendo y gritó 'el
profesor amigo de ustedes acaba de morir y mientras
agonizaba los estuvo llamando a todos”.