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Practicar hábitos saludables como hacer ejercicios, comer sano y dormir también son
herramientas para aprender a ser una persona resiliente. Además, interesarnos por el
bienestar del otro, dedicándole tiempo a la familia, los amigos y la pareja. Ser positivo,
valorar lo que tenemos, nos ayuda a desarrollar el optimismo y a ser realistas. En la vida
debemos considerar no tomarnos las cosas tan en serio, tomar cierta distancia de los
errores y aprender de ellos de la forma más humilde posible, incluso, otorgándole un poco
de buen humor.
Entrenarnos en la resiliencia no es cosa sencilla, es un trabajo que hacemos de adentro
hacia afuera. Si eres constante, con el tiempo se volverá tu estilo de vida. Lograrás ver el
conflicto como una oportunidad y tu escudo serán tus propias potencialidades y
autoestima
Las personas más resilientes son más capaces de reponerse emocionalmente a suceso traumáticos,
situaciones difíciles o periodos de incertidumbre y desasosiego. Si bien las personas somos más o menos
resilientes, la resiliencia no es una capacidad innata Y también podemos esforzarnos
por entrenarla
¿Qué caracteriza a una persona resiliente?
Las personas resilientes practican estos 12 hábitos: