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Dictamen de la Procuración
-I-
Para así decidir, indicó que la ley 24.073 -al modificar el art. 1° de la ley del impuesto
a las ganancias- se limitó a alcanzar las rentas originadas en el exterior pero sin
efectuar las precisiones necesarias para su liquidación, por lo cual no se ajustaba
debidamente a los requisitos constitucionales.
Añadió que esta circunstancia fue reconocida posteriormente por el Congreso Nacional
al sancionar la ley 25.063, cuyo título III definió el nuevo concepto de fuente
argentina, estableció los principios que regirían la liquidación del gravamen así como
una serie de elementos imprescindibles para que la nueva estructura del tributo
pudiera ser operativa.
Consideró que, en el caso, la viabilidad impresa por la ley 25.063 a la ampliación del
tributo implementada por su similar 24.073 no puede, en modo alguno, aplicarse con
retroactividad pues ello implicaría una clara violación de principios constitucionales, tal
como también lo entendió el Poder Ejecutivo Nacional al observar la vigencia de la
primera en este punto por medio del decreto 1.517/98.
Por esta razón concluyó que, en la especie, medió un pago sin causa, sin que obstara a
ello la liquidación voluntariamente practicada por el actor con las pautas brindadas por
la ley 24.073 toda vez que, de cualquier manera, había abonado una gabela creada
desconociendo inveterada doctrina jurisprudencial sobre los elementos legales
indispensables para su implementación.
- II -
En primer término, resaltó que la ley 24.073 jamás fue derogada, lo que equivale a
decir que desde el 13/04/92 las rentas obtenidas en el extranjero por residentes en el
país se encontraron gravadas y que, por lo tanto, los pagos espontáneos efectuados
por quienes ostentaban tal condición deben ser considerados como legítimos, no
existiendo a su respecto ninguna de las causales que permitan repetirlos por
incausados o erróneos.
En ese orden, subrayó que el concepto de residencia, en cuanto elemento constitutivo
del hecho imponible, podía ser dilucidado antes de la sanción de la ley 25.063 tanto
mediante remisión a los arts. 97 y 99 del Código Civil como por aplicación analógica
del art. 26 de la propia ley del impuesto, que lo define para las deducciones de su art.
23.
Por ultimo, negó que la ya citada ley 25.063 o su observación parcial por el decreto
1.517/98 hubieran afectado la vigencia y eficacia de la ley 24.073. Expresó que, hasta
la sanción de la primera, las normas aplicables a las rentas provenientes del extranjero
eran las contenidas en la segunda, en la ley del impuesto a las ganancias con el texto
vigente a ese momento y en la legislación común. Sin embargo, para evitar que los
vacíos de la ley 24.073 pudieran ser salvados mediante la aplicación retroactiva de su
similar 25.063, cuyas regulaciones en esta materia eran más completas, el Poder
Ejecutivo debió vetar la parte del art. 12 de esta última, donde disponía "y a partir de
la vigencia fijada a los fines pertinentes" por la ley 24.073, respecto de lo dispuesto en
el inciso e')" (cfr art. 6°, decreto 1.517/98). De esta manera, resaltó, la conducta del
Poder Ejecutivo no puede ser entendida como un aval a la pretensión de la actora.
- III -
- IV -
Ello es así, puesto que la residencia devino en un elemento relevante para la nueva
definición del aspecto subjetivo del hecho imponible, tal como acertadamente lo
reconoce el propio Fisco Nacional (ver fs. 144, tercer párrafo).
Así las cosas, la reserva de ley, como principio de histórica raigambre constitucional,
se erige como de cumplimiento inexcusable e ineludible no sólo para la creación de
impuestos, tasas o contribuciones sino también -y en lo que es decisivo para la
solución de esta litis- para la definición de los elementos esenciales que componen el
tributo, es decir, su hecho imponible, los sujetos alcanzados, los criterios de medición
y las exenciones (arg. Fallos: 329:1554. cons 10°). De ahí, pues, que en esta materia,
la competencia del Poder Legislativo es exclusiva y su omisión en este caso no pueda,
como se verá en el acápite siguiente, ser salvada mediante la remisión a otros
preceptos.
Es evidente para mí que solo por medio de esta definición de rango legal se atiende a
la necesidad puesta también de relieve por la Corte en conocidos precedentes -de que
el Estado prescriba claramente los gravámenes y exenciones para que los
contribuyentes puedan fácilmente ajustar sus conductas respectivas en materia
tributaria (Fallos 253:332; 315:820; 116:1115), y se preserva la seguridad jurídica,
valor al que se le ha reconocido jerarquía constitucional (Fallos: 220:5; 243:465;
251:78; 253:47; 254:62; 316:3231; 317:218)
-V-
Idéntica conclusión se impone respecto del art. 26 de la ley del tributo, el cual disponía
"A los efectos de las deducciones previstas en el art. 23, se consideran residentes en la
República a las personas de existencia visible que vivan más de 6 (seis) meses en el
país en el transcurso del año fiscal" (t.o. por decreto 450/86).
Si bien es cierto que debe preferirse la inteligencia que favorece y no la que dificulta
los fines perseguidos por las normas, no lo es menos que el respeto debido a esta
regla no puede llevar al intérprete al extremo de alterar las disposiciones de aquéllas,
ya que el control que ejercen los magistrados de su validez no los autoriza a sustituirse
a un órgano de otro poder del gobierno en una función que le ha sido conferida por ser
el más apto para cumplirla (Fallos 304:438, considerando 5°).
- VI -
LAURA M. MONTI
CONSIDERANDO:
Que las cuestiones planteadas en la presente causa han sido adecuadamente tratadas
en el dictamen de la señora Procuradora Fiscal, a cuyos fundamentos corresponde
remitirse, en lo pertinente, por razones de brevedad.
Ricardo Luis Lorenzetti - E.Raul Zaffaroni - Juan Carlos Maqueda - Carmen M. Argibay