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VIDEO CLUB DREAMS

Fecha: 06/06/1995
Partes: Video Club Dreams c. Instituto Nacional de Cinematografía
1)Hechos:
Un video club dedujo acción de amparo frente a una actuación del Instituto Nacional de
Cinematografía, tendiente a regularizar su situación ante el tributo establecido por los
decretos de necesidad y urgencia 2736/91 y 949/92, a los que tacha de inconstitucionales.
El juez de grado hizo lugar al amparo, declarando la inconstitucionalidad de las normas
impugnadas y anulando la intimación realizada al actor. La decisión fue confirmada por la
alzada. Interpuesto recurso extraordinario federal, la Corte Suprema de Justicia de la
Nación confirmó la sentencia.
El instituto apela la decisión del juez de grado frente a a la corte suprema exponiendo
que podía crear ese impuesto y que lo hizo bajo Decreto de Necesidad de urgencia por el
hecho de la celeridad, por el hecho de las divisiones de poderes del sistema
constitucional adoptado por Argentina y mantener la legalidad tributaria. Finalmente, la
corte decide no hacer lugar a la apelación, es decir suspende la creación del impuesto
especial

2)Fallo –
No hace lugar a la apelación del Instituto ante la corte
Considerando: 1. la Cámara de que confirmó la de primera instancia que había hecho
lugar a la acción de amparo, declarando la inconstitucionalidad de los decretos. 2736/91 y
949/92 y anulado la intimación al actor realizada en aplicación de esas normas, la Procuración del
Tesoro de la Nación interpuso recurso extraordinario que fue concedido.
sostuvo que los decretos. 2736/91 y 949/92 crean impuestos, determinan los sujetos obligados al
pago, fijan la base imponible y la alícuota correspondiente, modifican la ley 17.741 en lo que atañe
a las facultades de inspección y verificación, tipifican infracciones y sanciones, erigiendo de tal
modo al Instituto Nacional de Cinematografía en juez administrativo con facultades de control y
fiscalización.
Sobre dicha base señaló que la solución de la controversia pasa por la pertinente aplicación del
principio de legalidad tributaria y la reserva constitucional de ley formal para la imposición de
tributos, imposibles de obviarse mediante el dictado de decretos de necesidad y urgencia.
Que el art. 1 del dec. 2736/91, modificado por el dec. 949/92, establece que: "El
impuesto establecido: a) A la venta o locación de todo tipo de videograma grabado ...”
Los empresarios o entidades exhibidoras adicionarán este impuesto al precio básico
de cada localidad. La aplicación, percepción y fiscalización de este impuesto estará a
cargo del Instituto Nacional de Cinematografía, el que establecerá la forma y el plazo en
que los responsables deberán ingresarlo, así como las normas de liquidación y multas por
omisión o defraudación".
De las normas transcriptas surge con claridad que el Poder Ejecutivo, mediante un
decreto, ha extendido el hecho imponible creado por una ley a otro hecho imponible que
es distinto y nuevo, aun cuando guarda relación con el primero, pues ambos se vinculan
con la actividad cinematográfica, bien que de modo diverso.

3)Motivos del Fallo


Considerando: 1. Que la sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Contencioso Administrativo Federal, al confirmar la decisión de la instancia anterior que
había hecho lugar a la acción de amparo, declaró la inconstitucionalidad de los decs. 2736/91 y
949/92 y anuló la intimación efectuada al actor en aplicación de esas normas.
Contra ese pronunciamiento la Procuración del Tesoro de la Nación interpuso recurso
extraordinario, que fue concedido.
Que mediante el dictado de la ley 17.741 de fomento de la actividad cinematográfica nacional, se
estableció --en lo que interesa-- un "...impuesto equivalente al 10 % del precio básico de toda
localidad o boleto entregado gratuita u onerosamente para presenciar espectáculos cinematográficos
en todo el país, y cualquiera sea el ámbito donde se efectúen.
"Que los principios y preceptos constitucionales --de la Nación y de la Provincia-- son
categóricos en cuanto prohíben a otro poder que el legislativo el establecimiento de
impuestos, contribuciones y tasas y así el art. 17 de la Carta Fundamental de la República
dice que: 'Sólo el Congreso Nacional impone las contribuciones que se expresan en el art.
4°; y el art. 67 en sus incs. 1° y 2° ratifica esa norma...".
Que, en el mismo orden de ideas, el tribunal resolvió que "de acuerdo a bien
sentados principios de derecho público, ninguna carga tributaria puede ser exigible sin la
preexistencia de una disposición legal encuadrada dentro de los preceptos y recaudos
constitucionales, esto es, válidamente creada por el único poder del Estado investido de
tales atribuciones, Constitución Nacional
Que no empecé a lo antedicho la sanción de la ley de presupuesto 24.191,
invocada por el apelante, puesto que de ella no surge ni expresa ni implícitamente la
voluntad del legislador de imponer un tributo como el aquí cuestionado.
Por ello, se declara improcedente el recurso extraordinario

“NAVARRO VIOLA DE HARRERA VEGAS, MARÍA C/ E.N.”


CSJN, 19/12/1989.
1.-) HECHOS:
Él se crea un tributo extraordinario que grava activos financieros. 31 de diciembre de 1981, la Sra.
Navarro poseía al 31/12/81 acciones de Sucesores S.A. y de Cautela S.A., parte de las cuales donó a
la Fundación Navarro Viola el 5/4/82. Sancionada la ley 22.604, la actora pagó el tributo
correspondiente, pero exigió la repetición alegando que
cuando entra en vigencia la ley ella ya había donado las acciones. La cámara hace lugar
a la apelación y exige la repetición. Él estado la eleva a la Corte y esta falla a favor del estado por
motivo de que el tributo gravaba la capacidad contributiva al 31/12/81 y en ese momento las
acciones integraban el patrimonio de la Sra. Navarro.

2.-) SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA:


El magistrado interviniente rechazó la demanda interpuesta ante el Estado Nacional, cuya
resolución fue apelada por la accionante.

3.-) SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA:


Se revocó parcialmente la resolución de la instancia anterior, y admitió la demanda de repetición
por las sumas pagadas en concepto del tributo regulado por la ley 22604. Ante dicho fallo, el Estado
Nacional interpone recurso extraordinario federal, que fue concedido.

4.-) SENTENCIA DE LA CSJN:


El apelante se agravia en que la CNACAF realizó una errónea interpretación de la ley 22604, ya que
su texto no excluye del ámbito del gravamen a aquellos bienes que no integraban el patrimonio del
contribuyente en el momento de sancionarse la ley. Señala que aceptar el criterio de la sentencia
apelada podría frustrar los propósitos de la norma, al posibilitar que los eventuales contribuyentes
detrajeran de su patrimonio los activos a gravar en razón de haber tomado conocimiento previo de
esa forma de imposición. Por último, destaca que, habiéndose admitido la constitucionalidad de la
retroactividad de las leyes en materia tributaria cuando no se afecten derechos adquiridos, se
debería haber aplicado dicho criterio.
Al contestar el traslado de los agravios fundados, el accionante menciona que el alcance que le
pretende otorgar la demandada a la ley 22604 resulta contrario a los principios y garantías
constitucionales.
Para así resolver, la CSJN entendió que la ley 22604 estableció un impuesto de emergencia que
debía aplicarse en todo el territorio de la Nación, por única vez, sobre los activos financieros
existentes al 31/12/1981. Con lo cual, resta resolver si dicha ley puede aplicarse retroactivamente
sobre los bienes que no se encontraban en el patrimonio del sujeto pasivo.
Si bien la ley 22604 tuvo el indudable objetivo de alcanzar con el tributo que creó a los activos
financieros existentes al 31/12/1981, sin que surja ni de su texto ni de la exposición de motivos que
fuera necesario que tales bienes permanecieran en el patrimonio del contribuyente al sancionarse la
ley. Sin embargo, se debe tacha de inválida por el hecho de ser contraria al artículo 17 de la
Constitución Nacional.
El Dr. Carlos Santiago Fayt, considera que no se ha probado efectivamente la confiscatoriedad de
los bienes del contribuyente. Entendiendo, además, que las mutaciones patrimoniales no son por si
motivo suficiente para excluir los tributos que han correspondido a los titulares de los patrimonios
en las ocasiones que la ley señale.
Por último, señala que tal derecho individual no puede entenderse que excluya los poderes
impositivos que la misma Constitución consagra, que hacen a la subsistencia del Estado que aquélla
organiza, y al orden, gobierno y permanencia de la sociedad cuya viabilidad ella procura.

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