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Ejemplo de AEC

Fundamentación

En nuestra escuela reconocemos como uno de los ejes centrales la educación de la humana condición de las
personas en tanto promoción de la construcción de su identidad y autonomía, aspecto que heredamos de la
historia de las instituciones azules y de la congregación.

Así aspiramos al desarrollo de todos los sujetos (alumnos, docentes, familias y demás miembros de la
comunidad) desde su ser íntegro, lo que incluye la promoción de su dignidad, la garantía de la libertad y las
relaciones con los otros en términos de hermanos. Todo esto se sintetiza en el promover la construcción de la
identidad de cada uno de los sujetos, con sus singularidades y desde la diversidad como encuentro con la
felicidad y la plenitud.

Aspiramos a construir, como parte de la identidad institucional, algunos principios como el compañerismo, la
bondad, la solidaridad, la generosidad y la autonomía, por ejemplo, a partir de la implementación de una serie
de proyectos que aportan a la formación de los sujetos como seres sociales íntegros desde la experiencia y en
los que aprender a respetar y respetarse.

Asimismo, la responsabilidad, el pensamiento crítico y la constancia son otros principios que consideramos y
esperamos que nos caractericen.

El aprender a vivir con los otros es un compromiso que nos interpela a re-pensar los vínculos interpersonales y
la vida comunitaria, tanto hacia el interior de la Institución (en la que diversas voces manifiestan un sentido de
pertenencia) como hacia afuera. Para aprender a vivir con todos nos proponemos comprometernos con la vida y
cumplir cada uno de los roles que nos tocan con buena disposición y con vocación de servicio. Transcurrimos
por esta Institución con libertad y respeto, con espacios de diálogo y la posibilidad de libre expresión. En tanto
actores institucionales queremos ser promotores, motivadores, generadores del aprender a vivir con todos, en
nuestros alumnos; pues allí vemos el eje de este compromiso.

Los desafíos que nos atraviesan en este punto son muchos. Nos proponemos, ante todo, el trabajo desde y por
un modelo de sociedad incluyente, respetuosa, plural y justa. Esto se manifiesta en la intención de profundizar
la educación en principios hondos: superar la solidaridad, para llegar a la generosidad sin esperar recompensa;
superar la tolerancia, para llegar al respeto; saber que el otro y sus formas de pensamiento son valiosos siempre.
Por sobre todo, el trabajo fundamental está en promover la conciencia colectiva de que es responsabilidad de
todos los agentes la transformación profunda de la sociedad de la que somos parte.

En términos pedagógicos, nos proponemos la formación de actores transformadores de la realidad que les toca
vivir. Resulta central, entonces, la profundización de los vínculos con el medio social; con el objetivo de
generar concientización y participación democrática de los alumnos; en un contexto histórico, en el cual resulta
necesaria la construcción de la memoria colectiva.

En líneas generales, nos desafiamos a la vivencia de la democracia y ciudadanía a través de prácticas concretas.
Hacia el interior de la Institución, esto supone el deseo de avanzar hacia una convivencia que se base en normas
claras, consensuadas y respetadas por todos. Queda implícita la búsqueda de una coherencia en la dinámica
organizacional respecto de las pautas y normas existentes, asumiendo con responsabilidad y compromiso las
tareas que a cada uno de nosotros competen. Así, en cuanto al funcionamiento de la Institución, nos queremos
orientar hacia una dinámica general en la que predominen relaciones de horizontalidad, sin desconocer las
necesarias jerarquías que promuevan el orden, la eficiencia y la eficacia requeridos para el adecuado
funcionamiento.
Específicamente, nos desafiamos como forma de llegar a este objetivo, a mejorar la circulación de la
información, la comunicación institucional y comunitaria; la convivencia de todos los protagonistas del proceso
educativo en base a acuerdos colectivos asumidos responsablemente; el acompañamiento de los alumnos en su
aprendizaje.

Los valores que destacamos son: respeto, responsabilidad, corresponsabilidad social, honestidad, solidaridad,
generosidad, participación, comunicación y diálogo.

Cuerpo normativo

Los Acuerdos Escolares de Convivencia (AEC), son el marco normativo que regula y promueve la convivencia
entre los integrantes de la comunidad educativa. Estas normas se sustentan en valores, contribuyendo a la
construcción colectiva de la convivencia. En ello se requiere la participación democrática de todos los actores
involucrados: equipo directivo, equipo de orientación escolar, docentes, estudiantes, no docentes y padres.

Los AEC se enmarcan dentro de los principios de la Constitución Nacional y las leyes del Estado Nacional o
Provincial pertenecientes a la educación. Como así también la plena vigencia de los Derechos Humanos, en el
marco de una educación respetuosa de la diversidad.

Los valores que nos proponemos vivir en nuestro AEC 

Respeto: Entendemos al respeto como aquel valor fundamental sobre el que debe girar la convivencia diaria y
mediante el cual los miembros de una comunidad deben procurar el cuidado de sí mismos y de los demás,
atendiendo a sus derechos, su condición personal y sus diferencias. Es también aceptar y comprender a los
demás como son, en un mundo donde lo que nos iguala es que somos todos diferentes. El respeto es una forma
de reconocimiento, aprecio y valoración del OTRO; que involucra a las personas, los bienes, las opiniones, las
creencias, las normas, el cuerpo, la integridad psico-física, la vida, los espacios, el clima de estudio y los
símbolos que nos identifican.

Deseamos poder respetarnos y respetar al otro evitando conductas tales como:

–                     El uso de gestos o palabras ofensivas o discriminatorias desde o hacia cualquier persona de la
comunidad educativa.

–                     Las agresiones físicas de cualquier tipo o grado.

–                     La falta de higiene personal y cuidado de sí mismo.

–                     El consumo sustancias nocivas para la salud personal y colectiva.

–                     El hurto, robo o apropiación de bienes ajenos.

–                     La rotura parcial o total tanto de bienes muebles, como del inmueble escolar.

Responsabilidad: La responsabilidad es un valor que atiende a la capacidad de reconocer el vínculo que existe
entre nuestro hacer y las consecuencias que nuestros actos generan. Se es responsable cuando se asumen
plenamente las consecuencias que derivan de un acto voluntario, es decir, realizado con discernimiento,
intención y libertad.
Por ello, nos proponemos promover conductas responsables tales como: el cumplimiento de los horarios
establecidos y de la presentación personal; el compromiso con las obligaciones inherentes al rol de cada actor
en la institución.

Corresponsabilidad social: Es la vinculación e interacción que se establece entre todas las personas, grupos u
organizaciones que en algún aspecto tienen que ver y son responsables de determinada temática o problema que
los afecta. Implica también colaborar unos con otros en la construcción de propuestas educativas que requieren
de una responsabilidad compartida, que unifique criterios, propicie el diálogo y el alcance de consensos.

Por lo tanto, se incentivará a tomar conciencia e intervenir ante problemáticas tales como:

–                     La observancia en el cumplimiento de estos acuerdos.

–                     El acoso y maltrato (verbal, físico o psicológico) entre pares o entre cualquier miembro de la
comunidad educativa.

–                     La contaminación ambiental.

–                     El consumo de sustancias nocivas.

–                     La discriminación y el hostigamiento por ideología, religión, etnia, orientación sexual, identidad
de género, etc.

Honestidad: Este valor es fundamental como base de las relaciones interpersonales dentro de la institución. Se
encuentra relacionado con la sinceridad, la transparencia, la justicia y la verdad.

Por eso, nos proponemos favorecer conductas que se comprometan con la búsqueda y defensa de la verdad y la
justicia. Prescindir de conductas que atenten contra este valor, tales como:

–                     Negar u omitir información que perjudique a los otros.

–                     La adulteración o falsificación de cualquier documento.

–                     La copia de producciones colectivas y/o individuales, incluso durante las instancias evaluativas.

Solidaridad: Encontramos este valor como fundamental en nuestra comunidad, ya que orienta a generar actos a
favor del otro e inclina al hombre a sentirse unido a sus semejantes. La solidaridad es la ayuda mutua y
voluntaria que debe existir entre las personas. Es ocuparse y comprometerse con el otro.

Por lo tanto, estimularemos las actitudes solidarias dentro de la comunidad escolar y en el contexto social.
Como así también intervenciones socio-comunitarias en el marco de los diferentes espacios curriculares y la
ayuda entre los diferentes miembros de la comunidad en el proceso de enseñanza y de aprendizaje.

Generosidad: La entendemos como el hábito de dar y entender a los demás. Es una instancia superadora de la
solidaridad, una entrega que no espera recompensa alguna. Este valor incluye la intención del individuo de
mirar hacia afuera, el otro, el grupo o la sociedad.

Participación: Entendemos que participar de/en una comunidad implica ser parte, tener parte y tomar parte.
Esto implica un compromiso con el otro y con toda actividad que se realice en esta comunidad. Este
compromiso debe manifestarse estando cuando se nos solicita, expresándonos con la palabra, asistiendo cuando
se nos invita, dialogando cuando sea necesario. Participar también es organizarse colectivamente y tomar
decisiones que sean para el bien de todos.

Por eso, valoramos actitudes y conductas que impliquen:

–                     Participar comprometidamente y con entusiasmo en las actividades áulicas, comunitarias y/ o


extra escolares.

–                     Cooperar en el cuidado del colegio y el respeto al medio ambiente.

–                     Participar en asambleas y cuerpos colegiados (consejo de convivencia, centro de estudiantes,


cuerpo de delegados).

Y no aprobaremos conductas como:

–                     La falta de participación no justificada en clase, talleres o reuniones.

–                     La no colaboración en las actividades grupales, comunitarias, áulicas y extra escolares.

Comunicación-Diálogo: Según Paulo Freire (1975), el diálogo es una reivindicación a favor de la opción
democrática de los educadores, a fin de promover un aprendizaje libre y crítico. Este autor entiende que el
diálogo requiere un profundo amor al hombre y al mundo, una humildad verdadera, una intensa fe en los
hombres, una confianza de uno y otro, una esperanza en la búsqueda de ser más; un pensar crítico en sus
sujetos.

El diálogo implica expresarse, hablar, argumentar y contra-argumentar, se trata de la doble posibilidad de


escuchar y escucharse, de hablar y ser oído.

Por lo tanto, se promoverá la resolución de situaciones conflictivas a través del diálogo respetuoso y fraterno.
Para lo cual, se utilizará la mediación escolar como estrategia que privilegia la institución para resolver los
conflictos. También se propiciará la reflexión por parte de alumnos y docentes sobre el proceso de enseñanza y
aprendizaje para transformarlo y mejorarlo.

Tipos de transgresiones

Las transgresiones a la norma pueden ser distinguidas en leves, graves y muy graves.

Leves: consideramos que son aquellas que no interfieren de forma significativa con el normal desarrollo de la
convivencia escolar cotidiana, pero que producen alguna alteración leve en torno a la finalidad educativa de
nuestra institución.

Graves: serán tomadas así aquellas actitudes y comportamientos que vulneran cualitativamente los valores
tomados por estos AEC como pilares para la convivencia; tanto a nivel de relaciones personales como las que
atentan con la finalidad educativa de nuestra institución. Como así también la reiteración de transgresiones
leves.

Muy graves: serán consideradas de esta manera las actitudes y comportamientos que atentan directamente con
la convivencia escolar, la integridad física a algunos de los integrantes de la institución o la finalidad educativa
de nuestra institución, así como también la reiteración de transgresiones graves.

 
Las Sanciones

La presencia de una sanción instaura al menos dos aspectos importantes para la formación de la conciencia ética
y democrática. En primer lugar, la sanción logra un cierto equilibrio, una cierta reciprocidad, entre el colectivo
que se regula por una norma y los miembros que la transgreden. Si no hubiera sanción se diluye lo colectivo y
se acentúa el individualismo, porque el encuadre normativo se debilita.

En segundo lugar, la sanción favorece un aprendizaje cognitivo, que consiste en poder establecer una relación
acción-consecuencia que permita el desarrollo de la capacidad anticipatoria de la mente: mis decisiones
producen consecuencias. Es importante tener en cuenta el valor educativo de la sanción.

Criterios para su aplicación

–                     Contextualizar la sanción en relación a la situación personal, edad de los participantes, rol que
cumple en la institución, reincidencia en la transgresión y espacio en el que se dio la situación.

–                     Establecer la gradualidad: son los procesos previos de advertencia (llamados de atención,
instancias de reflexión, a través de diferentes estrategias).

–                     Garantizar la proporcionalidad: en relación a la transgresión cometida (leves, graves o muy


graves), fundamentándola con argumentos lógicos y no arbitrarios.

–                     Garantizar la neutralidad en la intervención, es decir ser justo y equitativo.

–                     Promover instancias de diálogo, análisis y reflexión sobre lo sucedido con todos los implicados.

–                     Favorecer el reconocimiento del error, como proceso de aprendizaje en relación a la


internalización de las normas de convivencia escolar.

–                     Propiciar la reparación del daño, a fin de internalizar la responsabilidad frente al daño moral,
físico o material.

–                     Solicitar la intervención de los especialistas (equipo técnico propio de la institución y de otros
ámbitos) para atender y asesorar en las situaciones que así lo requieran.

–                     No pueden ser utilizadas como sanciones las calificaciones académicas, ni tampoco medidas que
en sí mismas lleven a una pérdida de la regularidad.

–                     Destacar el valor educativo de las sanciones que se implementen por no cumplir los Acuerdos
Normativos.

Tipos de sanciones:

a) Punitiva: son sanciones que surgen ante el incumplimiento reiterado de los Acuerdos Escolares de
Convivencia. Implica la aplicación de una pena, como las amonestaciones, la suspensión transitoria de la
institución y el cambio de escuela.

b) Reparatoria: si se ha cometido un daño se propone una reparación. El daño puede ser moral o material y la
reparación también lo será. Es clara la ventaja educativa que tiene el enfoque reparatorio porque permite tener
una mayor conciencia del daño que puede producir una transgresión a la norma. Arreglar lo que se ha roto,
reponer lo que se ha perdido o sustraído, favorece la percepción de los acontecimientos desde la perspectiva de
los otros.

c) De contrato de cambio: persigue el cambio de conducta y adopta la modalidad de un contrato en un tiempo


determinado (actas acuerdos).

d) Experiencial: propone experiencias que favorezcan la empatía con los otros y el sentido colectivo, por
ejemplo, trabajos comunitarios, experiencias en otros contextos, etc. Se intenta ofrecer a quien ha transgredido,
la posibilidad de posicionarse en un rol o perspectiva distintos.

El Consejo de Convivencia Escolar

El Consejo de Convivencia Escolar, de acuerdo a lo enunciado por la Asamblea Federal de Educación, debe ser
un dispositivo que ofrece la escuela a sus miembros como parte de su tarea de enseñanza, como así también
constituirse en un espacio reflexivo de las normas de convivencia de la vida de la escuela.

Por esta razón las tres principales finalidades de los Consejos Escolares de Convivencia son:

1. Consultiva y de promoción de participación de los actores educativos en la regulación de las relaciones


cotidianas.
2. Prevención de los problemas de convivencia escolar.
3. Organizativa en diversos aspectos que hacen a la vida cotidiana de los distintos actores educativos.

Este Consejo en nuestra institución, funciona desde hace dos años y está constituido por distintos representantes
de la comunidad educativa: seis alumnos (uno por cada año), dos docentes (uno por el CB y otro por CO), un
preceptor, un miembro del E.O.E. (Equipo de Orientación Escolar), dos directivos y la dirección general.

Además de las finalidades enunciadas, también tendrá la de difundirlos Acuerdos Escolares de Convivencia. 

Plazo de renovación del AEC

Al igual que ocurre con el PEI, entendemos que el AEC es una herramienta dinámica  y que debe estar en
permanente proceso de adecuación. No obstante, consideramos oportuno la revisión y renovación del mismo
cada tres años. 

Bibliografía

–          Freire, Paulo (1975); Pedagogía del oprimido, Ed. Siglo XXI, Madrid.

–          Gobierno de Córdoba, Ministerio de Educación; Resolución Nº 149/10.

–          Instituto Nuestra Señora; Proyecto Educativo Institucional.

–          Presidencia de la Nación, Ministerio de Educación; Renovación del Acuerdo Normativo sobre
Convivencia Escolar.

–          Presidencia de la Nación, Ministerio de Educación (2010); Programa Nacional de Convivencia Escolar.
Consejos Escolares de Convivencia. Cuadernillo de trabajo en las escuelas.

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