En el primer "Congreso Ibérico sobre Energía Eólica y Conservación de la

Fauna" celebrado en 2012, se alertó de la baja calidad de algunos estudios

de Impacto Ambiental y sobre todo de los Planes de Vigilancia Ambiental
de Parques Eólicos.

En los estudios revisados, unos 1000 en los últimos diez años en la mitad
norte de la península ibérica, se han detectado deficiencias importantes
que no permiten evaluar ni concluir adecuadamente los impactos sobre
aves y murciélagos.

Aunque se ha avanzado de forma importante en el desarrollo de los

proyectos de parques eólicos y en su seguimiento ambiental, la política
comercial del sector de la consultoría y la falta de conocimientos
adecuados en el tratamiento de la información son las principales causas
de las carencias detectadas en muchos planes de vigilancia.

¿A qué pueden deberse? ¿A un bajo coste de los estudios, lo que

compromete los resultados finales por falta de recursos? ¿A
una deficiente formación del equipo que realiza el estudio de
impacto ambiental?
Actualmente, existe una cantidad considerable de proyectos de construcción de parques eólicos y
de otras denominaciones que contribuyen a la conservación de la fauna y flora, asimismo a la
sostenibilidad del medio ambiente. Aun así, es preocupante la baja calidad de los estudios de
impacto ambiental y de los planes de vigilancia que se deben aplicar a los proyectos, puesto que
no hay una correcta adecuación de los recursos públicos para este tipo de investigaciones, además
de la inadecuada formación interdisciplinar que recibe el equipo encargado de operar los EIA a la
hora de la implementación de cualquier proyecto.

Una baja destinación de los recursos hace que no haya una integración entre la información
proveniente de las características de las diversas zonas en donde un proyecto va a ser implantado,
y el documento técnico del proyecto; esta integración no puede ser realizada dado que requiere
una inversión importante el establecer los diversos exámenes multicriterio, analizar
específicamente las actividades realizadas y los compuestos fisicoquímicos de cada residuo
generado por el proyecto, si no se establece un programa financiado adecuadamente es imposible
valorar adecuadamente los impactos ambientales y sociales que el programa pueda generar.

Por otro lado, es necesario que el equipo realizador del EIA en cualquier proyecto sea un grupo de
personas con una formación profesional previa puesto que el conocimiento es importante en
cualquier proceso de investigación y evaluación, si por el contrario no tienen suficiente formación
puede llegar a ocurrir problemas en la estimación de los impactos correspondientes a cada una de
las fases de cualquier proyecto y por ende los EIA o los planes de vigilancia presentan muchas
carencias en la estimación de las consecuencias que cualquier proyecto causa al desarrollarse.
Cabe destacar la importancia que representa la inversión tanto a nivel económica como
profesional en la implementación de cualquier Estudio de impacto ambiental puesto que el
recurso humano es fundamental en el análisis de cualquier variable ya que el conocimiento es
clave para no generar información equivocada sobre la incidencia de un proyecto, también el
recurso económico influye en la integración de personal, herramientas y procesos claros de
evaluación ambiental.

Para concluir, estos aspectos son vitales si se quiere tener un análisis especifico y exacto de un
proyecto a implementar, si estas variables no están manejadas adecuadamente no se analizan los
impactos ambientales que posteriormente pueden generar un problema mayor a nivel
medioambiental y sanitario en la zona de aplicación y sus alrededores.