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TRIDUO A LA SANTISIMA VIRGEN

ORDEN DEL TRIDUO SE SUBE A LAS 19,30

QUIROGA 1° DÍA JUEVES 12-8-

GERMAN LILI 2° DÍA VIERNES 13-8-

PATRY CLAU 3° DIA SÁBADO 14-8-

1-DÍA DEL TRIDUO

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Criador, Padre y Redentor mío, en quien
creo, en quien espero, a quien amo más que a mi alma, más que a mi vida y más que a
todas las cosas: por ser Vos quien sois, y por vuestra bondad infinita, a mí me pesa,
pésame mi Dios de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente nunca más
pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia
que me fuere impuesta. Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos en satisfacción de
todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra divina bondad y
misericordia infinita me los perdonaréis por los merecimientos de vuestra preciosísima
Sangre, Pasión y Muerte, me daréis gracia para enmendar mi vida y para perseverar en
vuestro santo servicio hasta la hora de mi muerte. Amén.

Soberana Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, aquí tenéis postrado a vuestros
sacratísimos pies a este hijo pródigo, penetrado de confusión, de dolor y de
arrepentimiento por haber pecado contra el cielo y contra Vos: conozco, Señora, y
confieso en presencia del cielo y de la tierra, que no soy digno de honrarme con el título
de hijo vuestro: recibid, Madre de misericordia, esta humilde confesión de mi fea
ingratitud, y mala correspondencia, dispensándome la gracia de admitirme en el número
de vuestros esclavos: miradme con ojos de piedad, como acostumbráis ejecutarlo con
vuestros siervos; y alcanzadme del Todopoderoso la gracia que principalmente os pido en
este santo Triduo; y es, que reconocido de todos los yerros y extravíos de mi vida pasada,
empiece desde ahora a llorar con amargas lágrimas todas mis culpas, a implorar las
divinas misericordias, arreglando los pasos de mi vida de tal manera que logre por vuestra
poderosa intercesión una preciosa muerte para gozar de Dios en vuestra compañía por
eternidades de gloria. Amén.

ORACIÓN PARA EL DÍA PRIMERO  TE PÉDIMOS PACIENCIA 

"Necesitáis paciencia en el sufrimiento para cumplir la voluntad de Dios y conseguir


así lo prometido." (Carta a los Hebreos, 10, 36).
La paciencia os es necesaria para que haciendo la voluntad de Dios, recibáis sus
promesas.

Dios de mi corazón, que a pesar de todos los extravíos de mi vida, me sufrís y esperáis
con infinita paciencia para usar conmigo de vuestra misericordia, añadiendo a este
singularísimo beneficio tener la bondad de manifestar vuestra gloria en perdonar mis
pecados: yo os suplico, Señor, por esta dignación vuestra, y por los méritos de vuestra
Madre María Santísima, cuya admirable y prodigiosa vida fue sin intermisión alguna un
continuo ejercicio de sufrimiento y de paciencia, venerando con el más profundo respeto
las sabias disposiciones de vuestra adorable providencia, me concedáis la gracia de que,
a imitación suya, me entregue desde ahora en vuestras manos con una santa y total
indiferencia, así en los sucesos prósperos como en los adversos de mi vida; si me
concedieseis bienes, o si me regalaseis con trabajos y con males, haced, Señor, se cierre
mi boca para la queja, y solo se abra para bendecir y alabar vuestro santísimo Nombre;
dispensadme, Señor, esta gracia, para que adornado de esta conformidad, posea mi alma
en paciencia santa en esta vida, y disfrute después eternamente la paz de vuestra gloria.
Amén.

Dios de bondad, en quien vivo, en quien me muevo, y en quien disfruto el ser que tengo:
que por un efecto de vuestra infinita misericordia tenéis empeñada vuestra divina palabra,
de que no queréis la muerte eterna del pecador, sino que se convierta a Vos para vivir
eternamente en vuestra amistad y gracia: yo os suplico, Señor, por vuestra bondad, por la
vida, muerte y pasión de mi Redentor Jesucristo, y por los méritos de vuestra Madre
María Santísima, elevada a los Cielos en cuerpo y alma, me otorguéis la gracia de
convertirme a Vos con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas las fuerzas de mi
vida; viva yo, Señor, en adelante para amaros, muévame para serviros y emplee todo
cuanto soy en obedeceros; no permitáis, Señor, se abran mis ojos, sino para miraros; no
se empleen mis oídos, sino en escucharos; mi lengua no tenga otro ejercicio que alabaros
y bendeciros; no se dirijan mis pasos sino a buscaros. Hacedme en fin, Señor, la
misericordia de que mi alma y mi cuerpo detesten y aborrezcan sobre todo la muerte
eterna de la culpa y suspiren incesantemente por la vida de vuestra amistad y gracia, para
bendecir y alabar vuestras misericordias eternamente en la gloria. Amén.

La Virgen María subiendo al cielo, regocíjate que reina con Cristo por los siglos.. por
encima del reino celestial de los ángeles.

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado .

SEGUNDO DÍA
Que debe procurar el cristiano para hacer el Triduo con aprovechamiento de su alma.
Será la primera disposición un buen acto de contrición y, de ser posible, una buena
confesión.

TE PEDIMOS PERDON POR NUESTROS PECADOS Señor mío Jesucristo, Dios y


Hombre verdadero, Criador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a
quien amo más que a mi alma, más que a mi vida y más que a todas las cosas: por ser
Vos quien sois, y por vuestra bondad infinita, a mí me pesa, pésame mi Dios de todo
corazón de haberos ofendido: propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de
todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere
impuesta. Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis
pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra divina bondad y misericordia
infinita me los perdonaréis por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión
y Muerte, me daréis gracia para enmendar mi vida y para perseverar en vuestro santo
servicio hasta la hora de mi muerte. Amén.

Aquí se rezarán tres Ave Marías.

TE PEDIMOS VIRGEN QUE INTERCEDES PIDIENDO PARA NOSOTROS LA


POBREZA

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Dios mío y todas mis cosas, que siendo infinitamente rico y señor de todos los bienes del
Cielo y de la tierra, tuvisteis la bondad de haceros voluntariamente pobre, con el designio
de que vuestra santa pobreza enriqueciese a todos los hombres con los dones de vuestra
gracia; yo os suplico, Señor, por aquella pobreza en que vivió y murió vuestra Santísima
Madre, sin querer ni desear jamás otra posesión, ni otra herencia, que a Vos en el Cielo y
en la tierra, me concedáis la gracia, de que mirando al mundo como lugar de mi destierro,
esté siempre desprendido mi corazón de todos los bienes de esta vida perecedera.
Haced, Señor, los repute todos como un poco de estiércol y basura, para que, viviendo en
pobreza de espíritu, desde ahora en vuestras manos con una santa y total indiferencia,
así en los sucesos prósperos como en los adversos de mi vida. Si me concedieseis
bienes, o si me regalaseis con trabajos y con males, haced, Señor, se cierre mi boca para
la queja y sólo se abra para bendecir y alabar vuestro santísimo Nombre. Dispensadme,
Señor, esta gracia, para que, adornado de esta conformidad, posea mi alma en paciencia
santa en esta vida y disfrute después eternamente la paz de vuestra gloria. Amén.

Dios de bondad, en quien vivo, en quien me muevo, y en quien disfruto el ser que tengo:
que por un efecto de vuestra infinita misericordia tenéis empeñada vuestra divina palabra,
de que no queréis la muerte eterna del pecador, sino que se convierta a Vos para vivir
eternamente en vuestra amistad y gracia: yo os suplico, Señor, por vuestra bondad, por la
vida, muerte y pasión de mi Redentor Jesucristo, y por los méritos de vuestra Madre
María Santísima, elevada a los Cielos en cuerpo y alma, me otorguéis la gracia de
convertirme a Vos con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas las fuerzas de mi
vida; viva yo, Señor, en adelante para amaros, muévame para serviros y emplee todo
cuanto soy en obedeceros; no permitáis, Señor, se abran mis ojos, sino para miraros; no
se empleen mis oídos, sino en escucharos; mi lengua no tenga otro ejercicio que alabaros
y bendeciros; no se dirijan mis pasos sino a buscaros. Hacedme en fin, Señor, la
misericordia de que mi alma y mi cuerpo detesten y aborrezcan sobre todo la muerte
eterna de la culpa y suspiren incesantemente por la vida de vuestra amistad y gracia, para
bendecir y alabar vuestras misericordias eternamente en la gloria. Amén.

Oh Señor, manifiesta tu poder omnipotente la mayoría de las ofensas y perdónanos, con


nuestros actos , por la intercesión de la Madre de nuestro Señor, Tu Hijo, seamos salvos.

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado.

TERCER DÍA

LA ARMADURA DE DIOS

Soberana Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, aquí tenéis postrado a vuestros
sacratísimos pies a este hijo pródigo, penetrado de confusión, de dolor y de
arrepentimiento por haber pecado contra el cielo y contra Vos: conozco, Señora, y
confieso en presencia del cielo y de la tierra, que no soy digno de honrarme con el título
de hijo vuestro: recibid, Madre de misericordia, esta humilde confesión de mi fea
ingratitud, y mala correspondencia, dispensándome la gracia de admitirme en el número
de vuestros esclavos: miradme con ojos de piedad, como acostumbráis ejecutarlo con
vuestros siervos; y alcanzadme del Todopoderoso la gracia que principalmente os pido en
este santo Triduo; y es, que reconocido de todos los yerros y extravíos de mi vida pasada,
empiece desde ahora a llorar con amargas lágrimas todas mis culpas, a implorar las
divinas misericordias, arreglando los pasos de mi vida de tal manera que logre por vuestra
poderosa intercesión una preciosa muerte para gozar de Dios en vuestra compañía por
eternidades de gloria. Amén.
Aquí se rezarán tres Ave Marías.

ORACIÓN PARA EL DÍA TERCERO DEL TRIDUO JESUS DANOS PERSEVERANCIA

El que perseverare hasta el fin, éste se salvará. MATEO CAP.20

Omnipotente Dios, liberalísimo remunerador, que conducís al puerto de salvación a todas


las almas que perseveran en la observancia de vuestros divinos mandamientos hasta el
fin de la carrera de esta vida mortal; y así mismo, nos aseguráis que el alma que pone la
mano sobre el arado y vuelve atrás no es a propósito para el Reino de los Cielos: yo os
suplico, Señor, por la intercesión de María Santísima, cuya perseverancia en toda clase
de virtud hasta el último momento de su preciosa vida habéis remunerado con un peso de
indecible gloria, me concedáis la gracia de fijar mis pasos en la observancia de vuestra
divina ley; confirmad, Señor, en mí los propósitos y resoluciones que he formado en este
santo Triduo, que son: de vivir en adelante animado de una fe viva, de una firme
esperanza, de una caridad ardiente, de una humildad verdadera, de una pureza y
castidad conforme al estado en que me hallo al presente, o a aquel a que me destine
vuestra divina providencia; de una paciencia inalterable, de una pobreza de espíritu que
desprenda mi corazón de todos los bienes de la tierra, y suspire incesantemente por la
posesión de mi eterna bienaventuranza; dispensadme en fin, Señor, la misericordia de
que yo persevere a imitación de mi Madre y Señora María Santísima, en el ejercicio de
estas y las demás virtudes hasta respirar el último aliento de mi vida, para que entregando
mi espíritu en vuestras manos, en las de mi amado Jesús y de María, mi venerada Madre
y Señora, pase a veros, gozaros, alabaros y bendeciros eternamente en vuestra gloria.
Amén.

Sea todo para honra y gloria de Dios y de su Santísima Madre, que sea nuestra Abogada
en vida y en muerte.

Oh Señor, manifiesta tu poder omnipotente la mayoría de las ofensas y perdónanos, con


nuestros actos , por la intercesión de la Madre de nuestro Señor, Tu Hijo, seamos salvos.

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado.

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