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Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén.
Niño amable de mi vida, consuelo de los cristianos, las gracias que necesito, pongo en Tus
Benditas Manos. Por los méritos de Tu Divina Infancia, oh Divino Niño, sé que no recurriré
a Ti en vano, amén.
Oración de Santa Brígida de 12 años
Oh Jesús, ahora deseo rezar la oración del Señor siete veces junto con el amor con que Tú
santificaste esta oración en Tu Corazón. Tómala de mis labios hasta Tu Sagrado Corazón.
Mejórala y complétala para que le brinde tanto honor y felicidad a la Trinidad en la tierra
como Tú lo garantizaste con esta oración. Que esta se derrame sobre Tu santa humanidad
para la glorificación de Tus dolorosas heridas y la preciosísima Sangre que Tú derramaste
de ellas. Amén
1. LA CIRCUNSICIÓN: Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de
Jesús, Te ofrezco las primeras heridas, los primeros dolores y el primer derrame de Sangre
como expiación de los pecados de mi infancia y de toda la humanidad, como protección
contra el primer pecado mortal, especialmente entre mis parientes.
2. LA AGONÍA DE JESÚS EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS: Padre Nuestro, Avemaría,
Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de
Jesús, te ofrezco el intenso sufrimiento del Corazón de Jesús en el Huerto de los Olivos y
cada gota de sudor de sangre como expiación de mis pecados del corazón y los de toda la
humanidad, como protección contra tales pecados y para que se extienda el amor divino y
fraterno.
3. LA FLAGELACIÓN: Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de
Jesús, te ofrezco las muchas miles de heridas, los terribles dolores y la preciosísima sangre
de la flagelación como expiación de mis pecados de la carne y los de toda la humanidad,
como protección contra tales pecados y la preservación de la inocencia, especialmente
entre mis parientes.
4. LA CORONACIÓN DE ESPINAS: Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de
Jesús, te ofrezco las heridas, los dolores y la preciosísima sangre de la sagrada cabeza de
Jesús luego de la coronación de espinas, como expiación de mis pecados del espíritu y los
de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y para que se extienda el
reino de Cristo aquí en la tierra.
5. CARGANDO LA CRUZ: Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de
Jesús, te ofrezco los sufrimientos en el camino a la cruz, especialmente la santa herida en
su hombro y la preciosísima sangre como expiación de mi negación de la cruz y la de toda
la humanidad, todas mis protestas contra tus planes divinos y todos los demás pecados de
palabra, como protección contra tales pecados y para un verdadero amor a la cruz.
6. LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS: Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de
Jesús, te ofrezco a Tu Hijo en la cruz, cuando lo clavaron y lo levantaron, las heridas en sus
manos y en sus pies y los tres hilos de la preciosísima sangre que derramó allí por
nosotros, las extremas torturas del cuerpo y del alma, su muerte preciosa y su renovación
no sangrienta en todas las santas misas de la Tierra, como expiación de todas las heridas
contra los votos y normas dentro de las Órdenes, como reparación de mis pecados y los de
todo el mundo, por los enfermos y moribundos, por todos los santos sacerdotes y laicos,
por las intenciones del Santo Padre por la restauración de las familias cristianas, para el
fortalecimiento de la Fe, por nuestro país y por la unión de todas las naciones en Cristo y
su Iglesia, así como también por la diáspora.
7. LA LLAGA DEL COSTADO DE JESÚS: Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, acepta como dignas, por las necesidades de la Santa Iglesia y como
expiación de los pecados de toda la humanidad, la preciosísima sangre y el agua que manó
de la herida del Sagrado Corazón de Jesús. Sé misericordioso para con nosotros. ¡Sangre
de Cristo, el último contenido precioso de su Sagrado Corazón, lávame de todas mis culpas
de pecado y las de los demás! ¡Agua del costado de Cristo; lávame totalmente de las
penitencias del pecado y extingue las llamas del Purgatorio para mí y para todas las almas
del Purgatorio! Amén.
Origen: Jesucristo en una de sus revelaciones otorga 2 juegos de oraciones a Santa Brígida.
Uno de estos juegos de oraciones se reza Durante un año, y otro juego de oraciones para
rezar durante 12 años. Esta devoción tiene la aprobación y recomendación del Sacro
Collegio de Propaganda Fidei y del Papa Clemente XII. Asimismo, El Papa Inocencio X
confirmó esta revelación como “venida del Señor”.
LETANÍAS DE LA VIRGEN
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la misericordia,
Madre de la divina gracia,
Madre de la esperanza,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los migrantes,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
1° Misterio: El anuncio del Ángel, de que lo concebido en María es obra del Espíritu
Santo
El Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar
contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un
hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»
2° Misterio: La búsqueda de posada en Belén
María se quedó tranquila mientras José buscaba inútilmente alojamiento entre las
primeras casas. Había muchos extranjeros y se veían numerosas personas yendo de un
lado a otro. José volvió junto a María, diciéndole que no era posible encontrar
alojamiento. Cuando llegaron a la entrada de otra calle, José iba de casa en casa; pero no
encontró ninguna donde quisieran recibirlos. Volvió lleno de tristeza al lado de María. Esto
se repitió varias veces.
3° Misterio: El nacimiento del Niño Jesús en Belén
Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y
dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque
no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían
al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del
Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo:
«No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha
nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor"
4° Misterio: La presentación del Niño Jesús en el templo ofreciendo un par de tórtolas o
dos palomas
Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron
a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo
varón primogénito será consagrado al Señor.
5° Misterio: La huida a Egipto con Jesús y con María
El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño
y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar
al niño para matarle.» Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a
Egipto.
6° Misterio: El regreso de la Sagrada familia a Nazaret
Muerto Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo:
«Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel;
pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.» Él se levantó, tomó consigo al niño
y a su madre, y entró en tierra de Israel.
7° Misterio: La pérdida y hallazgo del Niño Jesús en el templo
Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse,
pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero
creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los
parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y
sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los
maestros, escuchándolos y preguntándoles; su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has
hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.» Él les dijo: «Y
¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»"
8° Misterio: La gloriosa muerte de San José en brazos de Jesús y María
Cuando José murió, estaba María sentada a la cabecera de la cama y le tenía en brazos,
mientras Jesús estaba junto a su pecho. Vi el aposento lleno de resplandor y de ángeles.
José, cruzadas las manos en el pecho, fue envuelto en lienzos blancos, colocado en un
cajón estrecho y depositado en la hermosa caverna sepulcral que un buen hombre le había
regalado. Hubo José de morir antes que Jesús pues no hubiera podido sufrir la crucifixión
del Señor.
Repetir 7 veces en honor a los 7 dolores y 7 gozos de San José:
G: San José, custodio y protector de los corazones unidos y traspasados de Jesús y María.
R: Inflama mi corazón para que en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reinó en tu Santo
Corazón.
Al final de cada misterio:
G: Jesús, José y María,
R: les doy el corazón y el alma mía.
Al finalizar todo el rosario, repetir 3 veces:
G: San José, modelo y Patrono de los amantes del Sagrado Corazón de Jesús.
R: Ruega por nosotros.
Oraciones finales:
San José, que tu poder se extienda sobre todas nuestras necesidades, tú puedes hacer
posible lo que parece imposible, protege con tu paternal amor nuestras familias e
intereses, Amén.
San José, padre adoptivo de nuestro señor Jesucristo y verdadero esposo de la Virgen
María, ruega por nosotros y por los agonizantes de este dia. Amén
San José, Varón prudente y justo, intercede por nosotros ante el Santo de los Santos, Amen.
Acordaos
¡Acuérdate! ¡Oh castísimo esposo de la Virgen María y dulce protector mío, San José, ¡que
jamás se ha oído decir que ninguno de los que han invocado tu protección e implorado tu
auxilio haya quedado sin consuelo!
Animado con esta confianza, vengo a tu presencia y me encomiendo fervorosamente a tu
bondad. No desatiendas mis súplicas, oh padre adoptivo del Redentor, antes bien acógelas
propicio y dígnate socorrerme con piedad. Amén.
Jaculatorias de arrepentimiento
Jesús mío, ¡Te amo sobre todas las cosas!
Por amor a Ti, me arrepiento de todos mis pecados.
Me duelen también los pecados de todo el mundo.
¡Oh Amor misericordioso!, en unión con nuestra Madre Santísima y con su Corazón
Inmaculado, Te suplico a Ti perdón de mis pecados y de todos los pecados de los hombres,
mis hermanos, ¡hasta el fin del mundo!
¡Mi amable Jesús!, en unión a los méritos de tus Sagradas Llagas, ofrezco mi vida al Eterno
Padre, según las intenciones de la Virgen Santísima Dolorosa.
¡Virgen María, Reina del Universo, Intercesora de la Humanidad y esperanza nuestra, ruega
por nosotros!
Jaculatorias varias
-Sagrado Corazón de Jesús en Voz Confío
-Jesús en Tí Confío
-Inmaculado Corazón de María se la salvación del alma mía
-Inmaculado Corazón de María ruega por nosotros que recurrimos a tí
-Inmaculado Corazón de María ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte
-Jesús, José, y María les doy mi corazón, y el alma mía
-Mi Dios, y mi Todo
-Paz y Bien
-Yo creo, te adoro, te espero, y te amo, te pido perdón por aquellos que no creen en Tí, no
te esperan, no te Adoran, y no te Aman.
-María Madre de Gracia, y Madre de Misericordia en la vida y en la muerte ampáranos
Madre Nuestra
- Oh Jesús mío perdona nuestros pecados libranos del fuego del infierno, lleva todas las
almas al Cielo y socorre especialmente a las más necesitadas de Tú Infinita Misericordia.
Bajo tu amparo
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.
Para pedir el Amor de Cristo
“No espere alcanzar misericordia de Dios quien ofenda a su Madre bendita”.
Para alcanzar de tu misericordia, una verdadera devoción hacia tu Santísima Madre y
difundir esta devoción por toda la tierra, concédeme amarte ardientemente y acepta para
ello la súplica inflamada que te dirijo con San Agustín y tus verdaderos amigos:
“Tú eres, Oh Cristo, mi Padre Santo, mi Dios Misericordioso, mi Rey Poderoso, mi Buen
Pastor, mi Único Maestro, mi Mejor Ayuda, mi Amado Hermosísimo, mi Pan Vivo, mi
Sacerdote por la Eternidad, mi Guía hacia la Patria, mi Luz Verdadera, mi Dulzura Santa, mi
Camino Recto, mi Sabiduría Preclara, mi Humilde Simplicidad, mi Concordia Pacífica, mi
Protección Total, mi Rica Heredad, mi Salvación Eterna…
¡Cristo Jesús, Señor amabilísimo! ¿Por qué habré deseado durante la vida algo fuera de ti,
mi Jesús y mi Dios? ¿Dónde me hallaba cuando no pensaba en ti?
Anhelos todos de mi corazón, inflámense y desbórdense desde ahora hacia el Señor Jesús;
corran, que mucho se han retrasado, apresúrense hacia la meta, busquen a quien buscan.
¡Oh Jesús! ¡Anatema quien no te ame! ¡Rebose de amargura quien no te quiera!
¡Dulce Jesús, que todo buen corazón dispuesto a la alabanza, te ame, se deleite en ti, se
admire ante ti! ¡Dios de mi corazón! ¡Herencia mía, Cristo Jesús! ¡Desfallezca el latir de mi
corazón! Vive, Señor, en mí; enciéndase en mi pecho la viva llama de tu amor, acrézcase en
incendio; arda siempre en el altar de mi corazón, queme en mis entrañas, incendie lo
íntimo de mi alma, y que en el día de mi muerte comparezca yo del todo perfecto en tu
presencia. Amén”.
Oración de confianza
Acepta, querida Madre y Reina mía, toda mi persona y cuanto con la gracia de tu querido
Hijo he podido hacer de bueno.
Yo mismo no soy capaz de conservarlo dada mi debilidad e inconstancia, ¡y la forma en
que me combaten continuamente mis enemigos espirituales!
Veo todos los días caer por tierra los cedros del Líbano, y convertirse en aves nocturnas las
águilas que volaban en torno al sol.
Mil justos caen a mi izquierda; diez mil a mi derecha… (Sal. 91, 7). Más yo confío en ti mi
poderosa y más que poderosa Madre:
Tenme que no caiga; conserva mis bienes, que no me saqueen; protege en mí la vida
divina.
¡Defiende a quien a ti se ha consagrado! Yo te conozco bien y en ti confío: eres la Virgen
fiel a Dios y a los hombres, que no dejas perder nada de cuanto a ti se confía; eres la
Virgen Poderosa: nadie podrá hacerte daño ni perjudicar tampoco a los que tú amas.
Amén.
Oración a Jesucristo
Gracias, Señor Jesucristo, por haberme concedido la gracia de consagrarme a María.
Ella será mi socorro, que, levantándome de mi propia miseria, me introducirá más y más
profundamente en tu amistad.
Ay, Señor, débil como soy, sin Ella ya hubiera naufragado en mis pecados. ¡Sí, María me
hace falta ante ti y en todas partes!
Con Ella, en cambio me libraré del pecado y de sus consecuencias y podré acercarme a ti,
dialogar contigo y agradarte en todo; aceptar radicalmente tu Evangelio, salvarme e
irradiar tu amor y salvación a mis hermanos.
¡Cómo quisiera, oh Jesús, publicar ante todas las criaturas tu gran misericordia a favor
mío! Y hacer que todo el mundo conozca, que, a no ser por María, hace tiempo estaría yo
condenado ¡y agradecerte dignamente este favor!
¡María está conmigo! ¡Qué tesoro tan precioso! ¡Qué alegría tan inmensa!
Pero Señor, amor con amor se paga: qué ingratitud la mía si no me consagrara a Ella
totalmente.
Salvador mío amadísimo: antes morir que vivir sin Ella mil y mil veces como, Juan ante la
Cruz (Jn 19, 27) he aceptado a María como tu don más precioso, y ¡cuántas veces me he
consagrado a Ella, aunque todavía con tanta imperfección!
Por ello quiero ahora, con la madurez y disponibilidad que esperas de mí, consagrarme a
Ella nuevamente.
Arranca de mi ser cuanto no pertenezca a tan augusta Reina: pues, si no es digno de Ella,
tampoco es digno de ti.
Oh Santa María
Oh Santa María de mares estrella, Virgen de Dios Madre y del cielo puerta.
Retomando el Ave que Gabriel te diera, la paz corrobora cambia el nombre de Eva.
Al ciego ilumina y libra al cautivo, ahuyenta los males da bienes Divinos.
Haz ver que eres Madre, por ti nuestras preces reciban el que es tuyo y ser nuestro
quiere.
Bendita Señora la más dulce y buena: borrando el pecado, endulza las penas.
Danos vida santa y recto camino para que en el cielo veamos a tu Hijo.
Gloria al Padre Eterno, y Gloria a Jesucristo, y Gloria al Santo Espíritu y Gloria a los tres.
Amén.
Coronilla de alabanza a María