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La definición de psicología como la ciencia que estudia el comportamiento humano,

implica una aproximación a sus tres componentes: ciencia, comportamiento y humano.

EL ORGANISMO

El último componente de la definición de psicología es el organismo: la psicología es la

ciencia que estudia el comportamiento de los organismos. Para los efectos

de este capítulo, y recordando que está dirigido a abogados sin formación en

psicología, se hace la claridad que, si bien es cierto que los psicólogos estudian el

comportamiento de cualquier organismo, su objeto central de estudio es el

comportamiento humano.

El papel de la psicología jurídica vista como una auxiliadora para, en y del derecho, no

es en modo alguno pasiva. La psicología jurídica está en contra de algunos de los

instrumentos jurídicos que ostenta el poder político que se vale del derecho, como por

ejemplo las leyes, para sus fines egoístas.

Esta explicación resulta bastante clara, pero también bastante extensa por incluir

explícitamente los campos de actuación.

Para Hoyos (2002) la psicología jurídica es la psicología aplicada en el campo del

derecho que le ofrece al psicólogo un espacio de acción interdisciplinaria y le permite, a

través de un acercamiento a dicho orden, asumir su ejercicio utilizando los


instrumentos que le son propios como la intervención individual o grupal, el

psicodiagnóstico, la asesoría, la docencia y en ocasiones la evaluación institucional en

armonía con los elementos que le ofrece el campo jurídico, como son: las actuaciones

judiciales y extrajudiciales, el medio carcelario y el conjunto de individuos sujeto de

obligaciones y derechos que, en forma procesal mediante el litigio o extraprocesal

mediante la conciliación, los hacen valer.

Para Hernández (2010), la psicología jurídica es una subárea de la psicología que

describe, explica, predice y controla la conducta de las personas, conducta ésta que

tiene implicaciones y consecuencias jurídicas. Así como la psicología clínica, la

organizacional, o la deportiva, etc., la psicología jurídica es un campo autónomo de la

psicología cuyo objeto es la conducta humana con implicaciones jurídicas. Así como el

comportamiento fóbico, por ejemplo, es competencia del psicólogo clínico, el

comportamiento que tiene implicaciones o consecuencias jurídicas, es competencia

del psicólogo jurídico.

Campos de acción

Clemente (1995) señala las siguientes:

Psicología policial. Aplicada a la fuerza pública y organismos de seguridad del

Estado. Brindando formación, selección, organización, relaciones con la comunidad.


Psicología judicial. Actuaciones dentro de todas las posibles áreas del derecho, sobre

todo derecho de familia, de menores y laboral, especialmente dedicado a la

evaluación forense.

Psicología penitenciaria. Clasificación y progresión de los internos, permisos

penitenciarios, aspectos organizaciones como el clima social, los tratamientos

individuales y grupales.

Psicología jurídica del menor. Tratamiento resocializador de los menores.

Psicología preventiva del delito. Prevenir la aparición del delito y de los problemas

con la justicia.

Victimología. Se ocupa de las víctimas que acuden al sistema judicial.

Psicología del testimonio. Procesos ps. Involucrados en el testimonio, la memoria, el

lenguaje, la mentira y su detección.

Psicología de los jueces. Estudio de los procesos mentales de los jueces, de su

tipología aptitudes, psicopedagogía y toma de decisiones.

Estudio psicológico de la conducta desviada. Psicología criminal y sus

motivaciones, psicología del conflicto, de la guerra.

Estudios sobre la norma jurídica. De los descriptores y de los reforzadores

así como los procesos psicológicos de su edición.

Psicología de las relaciones conductuales en el mundo jurídico. Reacciones,

mecanismos de adaptación, toma de decisiones de los jurados.


La psicología jurídica es una subespecialización de la psicología, que como ciencia,

describe, explica, predice y controla el comportamiento humano, y cuyo objeto de

estudio es el comportamiento humano con consecuencias

jurídicas (Baena, 2000), a la psicología jurídica le interesa, como su objeto

epistemológico, el ser humano y su comportamiento cuando se evidencia en ambientes

judiciales y con consecuencias en el mismo.

La psicología jurídica parte de una función social, uno de cuyos derroteros

consiste en develar, criticar y destruir los elementos ideológicos y praxiológicos

propios de una clase dirigente corrupta enquistada en el estado (del Estado y sus

aparatos) con el fin de lograr las condiciones de justicia social hacia una sociedad

justa, equitativa e incluyente.

La relación entre psicología y derecho también es abordada desde modelos

complementarios, e incluso, de subordinación, tal como lo plantean Popolo (1996)

y de Lugo y Rivas (2004) quienes exponen dos modelos de interacción psicología derecho: el

Modelo de Subordinación y el Modelo de Complementariedad. El Modelo de

Subordinación, define la actividad de la psicología jurídica como una psicología aplicada al

mejor ejercicio del derecho donde se considera que existe al menos un área del saber

psicológico que tiene como finalidad dar respuestas a las necesidades del mundo jurídico,

satisfaciendo sus preguntas y demandas.

Por otro lado, el Modelo de Complementariedad, implica un riesgo y un desafío mayor

porque implica analizar, comprender, criticar, resolver, interpretar y solucionar


psicológicamente los institutos del derecho, siendo tales actividades útiles, incluso desde

tareas tan prácticas como el cotidiano quehacer pericial del mundo jurídico. El Modelo de

Complementariedad puede inspirar la relación y la reflexión psicojurídica en Iberoamérica.

Según Díaz:

Es un área aplicada de la psicología jurídica, que hace relación a la utilización de los

conocimientos psicológicos que son necesarios para ayudar a resolver un caso judi-

cial (penal, familiar, laboral, civil, etc). Generalmente se encamina hacia la prueba

judicial, al experticio forense.

para Díaz la psicología forense es una subespecialidad de la psi-

cología jurídica. Por su parte, Villa adiciona que “como en Colombia el instituto

que realiza labores periciales se denomina Medicina Legal y Ciencias Forenses, la

psicología aplicada a la labor pericial recibe el nombre de Psicología Forense”.

Y Varela agrega otro matiz cultural:

Algunos colegas españoles establecen la diferencia en que: la psicología forense es la

que desarrollan los colegas que trabajan en los distintos fueros judiciales (penal, civil,

laboral, etc.), o dependientes del cuerpo de psicólogos forenses o de las diversas ofici-

nas periciales, y la psicología jurídica, engloba en este sentido a la psicología forense,

en cuanto abarca no sólo a los psicólogos que trabajan en el fuero, sino a aquellos

que lo hacen en instituciones del tipo de unidades carcelarias, institutos de seguridad

y asistencia de menores, en las diferentes policías, en organizaciones de drogas, o en

servicios de psicología jurídica de diversos hospitales. Tal vez sea una forma muy
práctica de establecer diferencias pero es la que tenemos. Yo creo que se podrían

establecer diferencias más profundas, incluso desde lo epistemológico.

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