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Mateo:
«El evangelio real »

A lo largo del Antiguo Testamento, de Génesis a Malaquías, se anuncia el tema de la venida del Rey y
del reino de Dios (Génesis 3.15; 49:10; 2º Samuel 7.16; Salmos 2.6–8; Malaquías 3.1). Los profetas anunciaron
que el Rey sería tanto humano como divino (Isaías 7.14; 9.6, 7; Daniel 7.13, 14). De acuerdo a Sofonías, sería
«Rey de Israel en medio de ti» (Sofonías 3.15). Sería «justo y salvador», y que, cuando finalmente llegara,
todas las familias de la tierra podrían adorarlo (Zacarías 9.9; 14.17). Pedro nos recordó que ninguno de
estos hombres comprendía lo que estaban profetizando (1ª Pedro 1.10, 11).
La identidad y naturaleza plenas de este Rey se presentan y explican en los cuatro evangelios. Mateo,
el primero en el orden de los libros neotestamentarios, fue uniformemente considerado por los eruditos
primitivos como el primer relato del evangelio en escribirse. 1 Diversos eruditos modernos, sin embargo,
han adoptado el punto de vista de que Marcos se escribió primero.
El hecho de que Mateo, Marcos y Lucas («los evangelios sinópticos») son similares en muchas secciones
ha llevado a interrogantes sobre la relación literaria y su orden de redacción. A este problema se le ha
llamado normalmente «el problema sinóptico». Por lo tanto, basados en estudios lingüísticos, varias ramas
de eruditos neotestamentarios han argumentado que Marcos se escribió primero. El punto de vista depende
enteramente de la lectura de interrelaciones entre Marcos, Mateo y Lucas. No sabemos con certeza cómo
guió el Espíritu Santo a Mateo, Marcos, Lucas y Juan para darnos los cuatro evangelios. Talvez, dependieron
en efecto uno de otro; talvez, usaron una fuente en común. Talvez, hicieron ambas cosas. Probablemente
jamás sabremos, por medio de estudios lingüísticos únicamente, cuál de los evangelios vino primero. 2
En cierto sentido, Dios no nos dio cuatro evangelios; únicamente nos dio el mensaje del evangelio que
es presentado desde cuatro perspectivas. La palabra griega para «evangelio», euj a gge÷ l ion (euangelion),
se uso primeramente en el Nuevo Testamento para describir las buenas nuevas de la venida de Cristo a
la tierra y que trajo con Él el ofrecimiento de la salvación para toda la humanidad. Bien podría ser que el
uso que Marcos hace de la palabra «evangelio» en la primera oración de su relato hizo que se convirtiera
en título para los otros tres relatos de la vida de Cristo.
A Mateo puede vérsele como «el evangelio real» porque presenta a Jesús de Nazaret como el Rey que ha
venido. La palabra «reino» (basilei÷ a , basileia) aparece 162 veces en el Nuevo Testamento.3 En sus varias
1 
Eusebio Historia Eclesiástica 3.24.6–7; 3.39.16; 6.25.4–6; Ireneo Contra las herejías 3.1.1. Agustín escribió: «Marcos sigue
[a Mateo] muy de cerca y parece ser su auxiliar y encarnación» (Agustín Armonía de los evangelios 1.2.4).
2 
Hay una presentación estándar de evidencia para la prioridad de Marcos en B. H. Streeter, The Four Gospels: A Study
of Origins (Los cuatro evangelios: Un estudio de los orígenes) (London: Morrison and Gibb, 1924; reimp., London: Macmillan &
Co., 1953), 151–98. Para cuestionamientos de este punto de vista vea William R. Farmer, The Synoptic Problem (El problema
sinóptico) (New York: Macmillan Co., 1964). Farmer alegó a favor de la prioridad de Mateo. Vea también Robert H. Stein,
«Synoptic Problem» (El problema sinóptico) en Dictionary of Jesus and the Gospels (Diccionario de Jesús y los evangelios), ed.
Joel B. Green y Scot McKnight (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1992), 784–92.
3 
A menos que se haga la observación, el conteo de palabras y frases se basan en el texto griego, usando Accordance®,
© 2003, OakTree Software.

El autor desea expresar su agradecimiento a David Stewart por sus producciones,

aplicaciones, adiciones y sugerencias. Sin él, el estudio no habría sido la extensa
cobertura de cada detalle en este evangelio.

1
formas, ¡el término se usa cincuenta y cinco veces
en el evangelio de Mateo solamente! Una expresión
única en Mateo es «el reino de los cielos», que ocurre
treinta y dos veces.4 A pesar de que la expresión
«el reino de Dios» se usa frecuentemente en los
demás relatos del evangelio, se usa únicamente
cuatro veces en Mateo. En el Nuevo Testamento,
a Jesús se le refiere como «Rey» al menos treinta
y cinco veces, y a Su «reino» se le menciona por
lo menos seis veces. A Él también se le refiere
frecuentemente como «Señor» ( ku/ r ioß , kurios)
—talvez, hasta treinta y dos veces— en el evangelio
de Mateo. Mateo fue el único escritor del evangelio
que usó la palabra «iglesia» ( e˙ k klhsi÷ a , ekklēsia)
(16.18; 18.17), que quiere decir «una asamblea»,
«una congregación», o «un cuerpo de personas
llamadas afuera». La palabra se usa a menudo en
Hechos y en las epístolas, sin embargo, la palabra
«reino» casi nunca se usa en esos libros.
En Mateo a menudo se encuentran alusiones
a Dios como Padre. En referencia a Jesús, la
expresión «Hijo de Dios» aparece siete veces.
R. T. France dio una lista de cuatro que usan la
designación:
Por lo general, […] el lenguaje acerca de Jesús
como Hijo de Dios no aparece en sus propias
palabras sino en lo que se dice de él, sea de parte
de Dios mismo (3.17; 17.5), Satanás haciendo
eco de la voz de Dios (4.3, 6), demonios con
conocimiento sobrenatural (8.29) o de parte de
los discípulos a medida que lo que entienden
de Jesús comienza a calar en ellos (14.33;
16.16–17).5
La expresión «Hijo del Hombre» aparece treinta y
una veces en Mateo como una designación favorita
que Jesús usó de Sí mismo. En el Antiguo Testamento,
el término a menudo resalta la humanidad de
alguien (como en Ezequiel), sin embargo, también
aparece en la visión profética de Daniel 7.13, 14)
donde Alguien como hijo de hombre viene en las
nubes y recibe un reino imperecedero de manos
del Anciano de días.
autor y título
El nombre del autor no se especifica dentro
del texto de este relato. Sin embargo, el libro era
conocido como «el evangelio según Mateo» a inicios
4 
El término «cielo» a menudo fue usado por los judíos
como una manera ambigua para referirse a Dios, esto es,
como una perífrasis.
5 
R. T. France, The Gospel According to Matthew (El
evangelio según Mateo), The Tyndale New Testament
Commentaries (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans
Publishing Co., 1985), 47.
2
del segundo siglo. Donald A. Hagner creía que a
Mateo se le reconoció como escritor del evangelio
temprano:
Es difícil creer que el evangelio haya sido
atribuido a Mateo sin una buena razón, puesto
que, por lo que podemos decir de la información
disponible, Mateo no fue una figura principal
entre los apóstoles ni en la iglesia primitiva (su
nombre se menciona solamente una vez fuera
de los evangelios en Hechos 1.13). 6
No existe evidencia sustancial de que el libro
haya tenido otro título o que se le haya atribuido
a otro autor. Todo apunta a creer que el autor del
volumen fue Mateo el apóstol, «hijo de Alfeo» (9.9;
vea Marcos 2.14).
Mateo era un recolector de impuestos cuando
Jesús lo llamó del «banco de los tributos públicos»
(Lucas 5.27). Mientras que a Mateo no se le llama
«Leví» en el evangelio escrito por él, en Marcos
y Lucas se usa el nombre «Leví» (Marcus 2.14,
15; Lucas 5.27–29). En estos mismos libros, así
como en Hechos, en la lista de los nombres de los
apóstoles, se le llama «Mateo» y no «Leví» (Marcus
3.18; Lucas 6.15; Hechos 1.13).
El hecho de que a Mateo también se le llama
«Leví» no necesariamente indica que sea
descendiente de la tribu levítica. Su nombre por sí
solo muy difícilmente parece evidencia suficiente
para hacer tal conclusión. Puesto que los levitas
eran muy conocidos y generalmente respetados,
«Leví» era un nombre popular entre los judíos.
Pese a que en los días de Cristo muchos sacerdotes
levíticos eran corruptos, es difícil creer que un
hombre como Mateo hubiera abandonado el oficio
sacerdotal para convertirse en un despreciado
recolector de impuestos.
La anterior ocupación de Mateo como recolector
de impuestos corresponde con su habilidad para
redactar el relato del evangelio. Alguien de
Capernaum, como Mateo, habría hablado griego
y arameo y habría sido capaz de usar y registrar
figuras. Sin duda, habría podido componer un
relato de las enseñanzas y ministerio de Jesús. 7
Algunos han especulado que Mateo fungió como
«registrador» del grupo de apóstoles de Jesús. 8
El texto
Al evangelio de Mateo a menudo se le refiere
6 
Donald A. Hagner, Matthew 1—13 (Mateo 1—13),
Word Biblical Commentary, vol. 33A (Dallas: Word Books,
1993), lxxvi.
7 
Ibíd., 12.
8 
France, 33.
como «El evangelio hebreo». Los escritores de
la iglesia primitiva dejaron pocas referencias en
cuanto a que Mateo haya sido escrito originalmente
en la lengua hebrea/aramea para los judíos y
luego traducida al griego. De acuerdo a Eusebio,
Papías aseveró que «Mateo escribió los oráculos en
lengua hebrea». Orígenes dijo que el evangelio de
Mateo «fue preparado para los que se convirtieron
del judaísmo y publicado en lengua hebrea». 9
Eusebio también dijo que, de acuerdo a Panteno
de Alejandría (aprox. 170 d. C.), Bartolomeo había
visto una copia del evangelio de Mateo en la India.10
Ireneo aseveró que «Mateo también publicó un
evangelio entre los hebreos en su propio dialecto,
mientras Pablo y Pedro estaban predicando en
Roma y estableciendo los fundamentos de la
iglesia». 11 Jerónimo escribió que Mateo, mientras
estaba en Judea, redactó su relato del evangelio
en idioma hebreo. 12
Se han observado varias dificultades con el
punto de vista a favor de que Mateo fue escrito
originalmente en hebreo/arameo. En primer lugar,
la literatura cristiana primitiva no contiene citas
de un algún Mateo escrito en hebreo/arameo. En
segundo lugar, el texto griego de Mateo cita de la
Septuaginta (LXX), y este hecho argumenta contra
el hecho de que el evangelio de Mateo fuera una
traducción de un original en hebreo/arameo. En
tercer lugar, el texto griego tiene varios juegos de
palabras que son solamente posibles en griego
(6.16; 16.18; 21.41; 24.30). 13 En cuarto lugar, el texto
griego no aparece ser una traducción. Leon Morris
reconoció este hecho:
Por un lado, se plantea un enigma por el hecho
de que hay un amplio acuerdo desde hace
mucho en que Mateo era un escrito semita
primitivo y, por otro lado, por el hecho de que al
evangelio que tenemos tiene que considerársele
como originalmente escrito en griego y no una
traducción. Puede que esta sea la razón por la
que algunos eruditos creen que el Mateo griego
que tenemos no constituye una traducción de
un original hebreo/arameo, sino una nueva
revisión del mismo.14
  9 
Eusebio Historia Eclesiástica 3.39.16; 6.25.4.
�� 
Ibíd., 5.10.3.
�� 
Ireneo Contra las herejías 3.1.1.
�� 
Jerónimo Vidas de hombres ilustres 3; Preface to Matthew
(Prefacio de Mateo).
�� 
Jack P. Lewis, The Gospel According to Matthew (El
Evangelio según Mateo), Part 1, The Living Word Commentary
(Austin, Tex.: Sweet Publishing Co., 1976), 13.
�� 
Leon Morris, The Gospel according to Matthew (El
Evangelio según Mateo), Pillar Commentary (Grand Rapids,
Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1992), 13.
Jack P. Lewis concluyó diciendo:
… pese al hecho de que los padres de la iglesia
hablaron de un original en hebreo, ellos mismos
conocían y usaron personalmente un libro
griego únicamente, dejando sin respuesta la
difícil interrogante de la relación entre este libro
griego que usaron y la versión en hebreo de la
que hablaron.15
Si existió un texto hebreo de Mateo, no tenemos
prueba física aparte de los argumentos de los
padres de la iglesia. Independientemente de su
lenguaje original, el libro fue claramente escrito
para judíos con el propósito de convencerlos de
que Cristo era el cumplimiento de sus esperanzas
mesiánicas. Una expresión frecuente en Mateo es
«Todo esto aconteció para que se cumpliese lo
dicho por el profeta» (21.4). Mateo «cita o alude al
Antiguo Testamento alrededor de 65 veces, usando
a veces el Antiguo Testamento hebreo y a veces
la Septuaginta griega».16 Estas citas son tomadas
de cada una las divisiones de la Biblia hebrea,
incluyendo «la Ley de Moisés y los Profetas y los
Salmos» (Lucas 24.44).
En Mateo se usan referencias antiguo-
testamentarias de varias maneras. Algunas podrían
ser profecías directas que solamente se cumplen
en Cristo. Puede que otras sean profecías de
doble cumplimiento durantes los días del profeta,
seguido de su mayor cumplimiento en Cristo.
Además, se usan algunas referencias en un sentido
tipológico. France alegó que, de acuerdo al método
de tipos y antitipos, a las personas, eventos e
instituciones del Antiguo Testamento que «no
conllevaban una referencia explícita al futuro» se
les da una correspondencia directa en el Nuevo
Testamento.17
El evangelio de Mateo comienza recitando la
genealogía de Cristo (1.1–17). Su linaje familiar
sería de poco interés para los gentiles, sin embargo,
era asunto de seria consideración para los judíos.
De hecho, para ellos, era absolutamente esencial
que el autor probara la afirmación de que Jesús era
«el Hijo de Dios» y, como tal, un heredero legítimo
del trono de David.
La organización
Mateo presenta la vida y obra de Cristo de
una manera bellamente organizada y sistemática.
�� 
Lewis, 14.
�� 
Henry Clarence Thiessen, Introduction to the New
Testament (Introducción al Nuevo Testamento) (Grand Rapids,
Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1943), 138.
�� 
France, 40.
3
Básicamente, el libro puede dividirse en once
secciones. Seis secciones de narrativa, principalmente
compuestas de las obras de Jesús,18 se alternan con
cinco secciones de enseñanza:
Narrativa: Secciones de enseñanza:
1.1—4.25 5.1—7.27
8.1—9.38 10.1–42
11.2—12.50 13.1–52
13.54—17.27 18.1–35
19.2—22.46 23.1—25.46
26.2—28.20
Cada sección de enseñanza concluye con una
oración de transición, como por ejemplo «Y cuando
terminó Jesús estas palabras» (7.28, 29; 11.1; 13.53;
19.1; 26.1).
Los milagros
Mateo registra veinte milagros específicos
realizados por Jesús. Tres de estos son únicos en
el presente relato, a saber: los dos ciegos a quienes
se les restauró la vista (9.27–31), la sanidad del
mudo endemoniado (9.32, 33) y la moneda que
Pedro encontró en la boca de un pez (17.24–27).
Otros milagros mencionados en el registro de
Mateo son los que incluyen la sanidad de diferentes
dolencias: un leproso sin nombrar (8.2–4), el siervo
del centurión (8.5–13), la suegra de Pedro (8.14, 15),
los endemoniados gadarenos (8.28–34), un paralítico
(9.2–8), la mujer con flujo de sangre (9.20–22), el
hombre de la mano seca (12.9–13), la hija de la mujer
cananea (15.21–28), el muchacho endemoniado
(17.14–21) y los dos ciegos cerca de Jericó (20.29–34).
Jesús también realizó varios otros milagros, a saber:
la reprensión de la tormenta (8.23–27), la hija de Jairo
levantada de la muerte (9.18–26), la alimentación
de los cinco mil (14.13–23), el andar sobre el agua
y calmar una tempestad (14.24–33), la alimentación
de los cuatro mil (15.32–38) y la maldición de la
higuera (21.19–21). Todos estos milagros se resumen
con las palabras «… de manera que la multitud
se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los
mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos
ver; y glorificaban al Dios de Israel» (15.29–31).
Las enseñanzas y las parábolas
El evangelio de Mateo da el relato más completo
de las enseñanzas de Jesús. Al menos, el 60 por ciento
del libro se enfoca en lo enseñado por Jesús. Nos
�� 
Las enseñanzas de Jesús a veces se incluyen también
en las secciones narrativas.
4
provee con seis de los discursos más importantes
de nuestro Señor, colocados dentro de las cinco
secciones de enseñanzas:
1. El Sermón del Monte (caps. 5—7);
2. El encargo dado por Jesús a los Doce (cap.
10);
3. Las parábolas sobre el reino (cap. 13);
4. La vida en el reino (cap. 18);
5. La denuncia que Jesús hace de los escribas y
los fariseos (cap. 23) y Su discurso profético
en el Monte de los Olivos (caps. 24; 25). 19
El Sermón del Monte es único de Mateo. Lucas
incluye un Sermón del Llano que contiene algunas
ideas similares, sin embargo, puede que no sea el
mismo discurso (Lucas 6.17–49). Mateo es el único
evangelio en el que aparecen escenas del juicio
(caps. 13; 25).
Dependiendo de cómo se clasifiquen las
parábolas, Mateo registra al menos catorce, de las
cuales once son únicas en el relato. Las parábolas
que tiene en común con los demás evangelios son
las parábolas del sembrador (13.1–23), la semilla
de mostaza (13.31, 32) y la viña (21.33–41). Las
parábolas únicas de Mateo son las concernientes
a la cizaña (13.24–30, 36–43), el tesoro escondido
(13.44), la perla de gran precio (13.45, 46), la red
(13.47–50), el padre de familia (13.51, 52), el siervo
ingrato (18.23–35), los obreros de la viña (20.1–16),
los dos hijos (21.28–32), la boda del hijo del rey
(22.2–14), las diez vírgenes (25.1–13) y los talentos
(25.14–30).
Lugar y fecha
El hecho de que a Mateo frecuentemente se le
cita o alude en documentos cristianos de finales del
siglo primero e inicios del siglo segundo constituye
una fuerte evidencia de que el evangelio fue
escrito en algún punto del siglo primero.20 Si bien
no hay suficiente evidencia para ser dogmáticos,
es razonable creer que Mateo fue escrito antes de
la caída de Jerusalén y de su templo en 70 d. C.
Cuando Mateo escribió, es probable que ambos
seguían en pie (24.2, 15–28). Además, la conexión
obvia en Mateo 24 con la destrucción venidera de
Jerusalén le presta apoyo a este punto de vista. La
�� 
Hay una fuerte relación entre los discursos de los
capítulos 23 y 24. Jesús pronunció los «ayes» sobre los fariseos
(cap. 23) con la destrucción de Jerusalén (cap. 24) en mente.
Cuando terminó de denunciar a los fariseos, Jesús dijo: «He
aquí vuestra casa os es dejada desierta» (23.38).
20 
1ª Clemente 13.2; 2ª Clemente 3.2; 4.2; Didache 1.2–5;
3.7; 7.1; 8.2; 9.5; 13.2; Ignacio Esmirnios 1.1; Policarpio 2.2;
Bernabé 4.14; 5.9; Policarpio Felipenses 2.3; 7.2.
inclusión que hace Mateo de las amonestaciones
de Jesús que dicen «huyan a los montes» y «Orad,
pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en
día de reposo» (24.16, 20) parece innecesaria si la
ciudad ya había sido destruida. De haber ya caído
Jerusalén, seguramente Mateo habría mencionado
ese hecho.
Ireneo aseveró que el evangelio de Mateo se
escribió mientras Pedro y Pablo predicaban en
Roma.21 Su declaración, si se sopesa, requiere una
fecha a inicios de los sesenta. J. W. McGarvey fijó
la fecha alrededor de 42 y 58 d. C. Su razonamiento
es que, si Mateo se escribió primero, tenía que
preceder a la redacción de Lucas, la cual fechó
durante el encarcelamiento de Pablo en Cesarea
en 58–60 d. C.22
Eusebio dijo que cuando Mateo se disponía
partir de Palestina y evangelizar en otro lugar,
escribió en idioma hebreo lo que él había estado
predicando. 23 La tradición sugiere que Mateo
ministró en Palestina por varios años después de
la ascensión de Jesús al cielo y luego realizó viajes
misioneros a los judíos de la dispersión que fueron
esparcidos en regiones del Imperio Romano. La
tradición también asocia su redacción con Persia
(Irán moderno), Etiopía, Siria y Grecia.
Sin embargo, no existe nada que pruebe
sustancialmente que Mateo escribiera fuera de
Palestina, pese a que la propuesta de B. H. Streeter
en cuanto a Mateo se escribió en Antioquía de
Syria ha sido aceptada ampliamente.24 William
Hendriksen proveyó una buena declaración de lo
que puede saberse acerca de la fecha de Mateo:
En cuanto a la fecha y lugar de origen mucho
es incierto. El conocimiento que tenía Mateo
del Antiguo Testamento hebreo y su acceso a
los rollos hebreos parecerían demandar una
fecha cuando aún no se había completado la
ruptura con la sinagoga donde se guardaban
dichos rollos, y para Palestina como el lugar o
región general donde se originó la redacción […]
considero 63–66 d. C. como una fecha quizás
no improbable. No pudo haber sido mucho más
�� 
Ireneo Contra las herejías 3.1.1.
�� 
J. W. McGarvey, The New Testament Commentary, Vol.
1, Matthew and Mark (Comentario del Nuevo Testamento, Vol.
1, Mateo y Marcos) (S. l., 1875; reimp., Delight, Ark.: Gospel
Light Publishing Co., s. f.), 9–10. La fecha que McGarvey
le da a Lucas se basó en el hecho de que Lucas y Hechos
constituyen una obra en dos volúmenes (Lc 1.1–4; Hechos
1.1, 2). Puesto que Hechos termina con Pablo bajo arresto
domiciliario en Roma alrededor de 61–63 d. C. (Hechos 28.30,
31), se asume que Lucas terminó Hechos en ese tiempo. El
evangelio de Lucas se escribió justo antes de Hechos.
�� 
Eusebio Historia Eclesiástica 3.24.6.
�� 
Streeter, 502.
temprano, puesto que 27.8 y 28.15 sugieren que
el Calvario había pasado ya hace mucho. 25
El propósito
Como respuesta a la pregunta «¿Cuál es el
propósito del evangelio?», Hendriksen dio el
siguiente resumen:
1. Traslado del reino de las tinieblas al de la luz:
la conversión de los judíos que aún no habían
experimentado la transformación espiritual
básica. A estos se les tenía que recordar de los
grandes privilegios que se les había concedido,
y también de las consecuencias nefastas de
rehusarse a poner atención al llamado de Dios
(10.5 sig.; 11.25–29; 23.37–39).
2. Transformación: una constante renovación
de vida de parte de aquellos (en su mayoría)
judíos que se ha habían rendido a Cristo, esto
es, por el poder del Espíritu. A los tales se les
muestra cómo deben conducirse con el fin de ser
bendición a los demás, para la gloria del Padre
en el cielo (4.19; 5.16, 43–48; 6.19 sig.; 7.1 sig.,
24–27; etc.).
3. Reivindicación de la verdad de Dios ante el
ataque de adversarios implacables (5.17 sig.; 6:2
sig.; cap. 12; 13:10 sig., 54–58; 15:1–20; 16:1–4;
cap. 23; etc.).
4. Evangelización de todas las naciones (8.5–13;
15.21–28; 28.16–20).26
Los destinatarios
La interrogante en cuanto a quiénes recibieron
este evangelio ha sido parcialmente contestada bajo
el estudio sobre el título del libro. Sin embargo,
recurramos a un análisis más detallado de la
interrogante.
En vista de que el propósito del libro es
primordialmente probar que Jesús de Nazaret
era el Mesías que el Antiguo Testamento había
anunciado, tuvo que haber sido escrito por un
judío y primordialmente para lectores judíos.
Mateo usó las profecías antiguotestamentarias
que fueron cumplidas por Jesús para convencer a
los judíos que Jesús era el Cristo. El autor usa una
frase consistentemente para ilustrar la realidad
mesiánica de Jesús: «Todo esto aconteció para que
se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del
profeta» (1.22; vea 2.15, 17, 23; 3.3; 4.14; 8.17; 11.10,
13; 12.17; 13.14, 35; 15.7; 21.4, 42; 26.31, 56; 27.9).
Una característica adicional que apoya el
punto de vista en cuanto a que Mateo fue escrito
primordialmente para una audiencia judía lo
�� 
William Hendriksen, New Testament Commentary:
Exposition of the Gospel According to Matthew (Comentario
del Nuevo Testamento: Exposición del evangelio según Mateo)
(Grand Rapids, Mich.: Baker Book House, 1973), 97.
�� 
Ibíd., 98.
5
constituye la genealogía que muestra la relación de
Cristo con Abraham por medio de David (1.1–17).
Las genealogías eran extremadamente importantes
para los judíos, pero de poco interés para los gentiles.
Si bien Cristo era Dios, se hizo carne mediante la
concepción milagrosa. Siendo nacido de la virgen
María, provino de un extenso linaje de nobles
ancestros. Era «el hijo de Abraham», por lo tanto,
un Hijo del pacto. También era «el hijo de David»,
lo que lo convertía en heredero legítimo del trono de
Israel. La frase «Hijo de David» se usa como título
mesiánico más adelante en el evangelio (9.27; 12.23;
15.22; 20.30, 31; 21.9, 15; 22.42). El hecho de que los
lectores de Mateo eran predominantemente judíos
se demuestra también por las palabras hebreas/
arameas que no son aclaradas. Por ejemplo, asumió
que conocían el significado del nombre hebreo para
«Jesús» (1.21). Puesto que Mateo no dio el significado
(«el Señor salva»), un gentil no comprendería el
juego de palabras («porque él salvará a su pueblo
de sus pecados»). Mateo no tuvo necesidad de
explicar las costumbres judías. Por ejemplo, dio
por hecho el que los lectores judíos entenderían
la tradición del lavado ritual (15.2), mientras que
Marcos lo explicó en detalle para los lectores gentiles
(Marcos 7.3, 4). Mateo también omitió explicaciones
geográficas que serían innecesarias para lectores
judíos que estaban familiarizados con Palestina
(vea 24.3; Marcos 13.3).
Otras evidencias del carácter judío de este
evangelio incluyen la preocupación de Jesús por la
salvación de los judíos (10.5, 6; 15.24), la actitud del
autor para con la Ley (5.17–20) y su actitud para con
los escribas y los fariseos. A pesar de que habían
recibido autoridad en 23.2, 3, fueron condenados en
el mismo capítulo por su hipocresía (23.13–33).
Mientras que Mateo fue escrito principalmente
para judíos, los gentiles no están excluidos (2.1–12;
4.15, 16; 8.5–13; 10.18; 12.18, 21; 15.21–28; 24.14;
28.19). Para usar las palabras de Robert M. Grant,
«Mateo es un cristiano que sabe que el evangelio iba
dirigido no únicamente a los judíos, sino también a
los gentiles, o mejor dicho, “al judío primeramente,
y también al griego” (Romanos 1.16)».27
Además, se puede decir que Mateo escribió su
evangelio para todas las personas de la era cristiana,
pues declaró que Jesús es el Mesías y el Hijo del
Hombre, Señor supremo de Su reino, la iglesia.
�� 
Robert M. Grant, A Historical Introduction to the New
Testament (Una introducción histórica al Nuevo Testamento)
(New York: Simon and Schuster, 1972), 130.
6
Bosquejos
Se han propuesto varios bosquejos de Mateo,
cada uno enfatizando un aspecto diferente del libro.
El siguiente bosquejo enfatiza la cronología de los
viajes de Jesús.28
I. INTRODUCCIÓN (1.1—4.11)
II. EL MINISTERIO EN GALILEA (4.12—
13.58)
III. ELMINISTERIO EN REGIONESALREDEDOR
DE GALILEA (14.1—16.12)
IV. EL VIAJE A JERUSALÉN (16.13—20.34)
V. LA CONFRONTACIÓN EN JERUSALÉN
(21.1—25.46)
VI. CRUCIFIXIÓN Y RESURRECCIÓN (26.1—
28.20)
Otro bosquejo se relaciona con el patrón
organizacional que se analizó anteriormente y que
tiene once secciones.29
I. UNA INTRODUCCIÓN A JESÚS (1—4)
II. LAS EXIGENCIAS DE JESÚS: EL SERMÓN
DEL MONTE (5—7)
III. LAS OBRAS DE JESÚS PARA CON ISRAEL
(8; 9)
IV. LA COMISIÓN DADA POR JESÚS A LOS
APÓSTOLES (10)
V. ISRAEL RECHAZA A JESÚS (11; 12)
VI. PARÁBOLAS SOBRE EL REINO QUE
EXPLICAN EL RECHAZO DE ISRAEL (13)
vII. EL NUEVO PUEBLO DE DIOS, LA IGLESIA
(14—17)
VIII. LA VIDA EN EL REINO: PERDÓN Y
DISCIPLINA (18)
IX. EL INICIO DE LA PASIÓN (19—22)
X. JUICIO SOBRE JERUSALÉN Y LA SEGUNDA
VENIDA (23—25)
XI. LA CRUCIFIXIÓN Y LA RESURRECCIÓN
(26—28)
El bosquejo que se usa en el presente comentario
resalta las etapas de la vida de Jesús como también
Su señorío:
I. NACIMIENTO Y PRIMEROS AÑOS DE
JESUCRISTO, EL REY (1.1—4.11)
II. EL COMIENZO DEL MINISTERIO DEL REY
Adaptación hecha de France, 58.
�� 
Adaptación de Dale C. Allison, Jr., “Matthew: Structure,
�� 
Biographical Impulse and the Imitatio Christi” («Mateo:
Estructura, impulso biográfico y Imitatio Christi») in The Four
Gospels 1992 (Los cuatro evangelios), ed. F. Van Segbroeck y
otros. (Leuven: Leuven University Press, 1992), 1208.
 (4.12—10.42)
III. LA REACCIÓN ANTE EL MINISTERIO DEL
REY (11.1—12.50)
IV. EL MINISTERIO ININTERRUMPIDO DEL
REY (13.1—18.35)
V. EL VIAJE DEL REY A LA CRUZ (19.1—
25.46)
VI. EL ARRESTO, JUICIO Y CRUCIFIXIÓN DEL
REY (26.1—27.66)
VII. LA RESURRECCIÓN Y COMISIÓN DEL REY
(28.1–20)
BOSQUEJO AMPLIADO
I. NACIMIENTO Y PRIMEROS AÑOS DE
JESUCRISTO, EL REY (1.1—4.11)
A. Capítulo 1: El nacimiento de Jesús
1. La genealogía de Jesús el Mesías
(1.1–17)
2. El anuncio a José y el nacimiento
virginal (1.18–25)
B. Capítulo 2: Los primeros años de Jesús
1. La visita de los magos (2.1–12)
a. Llegada de los magos a Jerusalén
(2.1, 2)
b. Herodes convoca a los líderes
religiosos (2.3–6)
c. Reunión secreta de Herodes con los
magos (2.7, 8)
d. Llegada de los magos a Belén
(2.9–12)
2. Jesús es resguardado (2.13–23)
a. La huida a Egipto (2.13–15)
b. La ira de Herodes (2.16–18)
c. El regreso a Nazaret (2.19–23)
C. Capítulo 3: Preparación para la venida de
Jesús y Su bautismo
1. El precursor de Jesús (3.1–12)
2. El bautismo de Jesús (3.13–17)
D. Capítulo 4: Las tentaciones de Cristo
(4.1–11)
II. EL COMIENZO DEL MINISTERIO DEL REY
(4.12—10.42)
A. Capítulo 4 (continuación): Introducción al
ministerio de Jesús (4.12–25)
1. Establecimiento en Capernaum (4.12–
17)
2. La llamada de los primeros discípulos
(4.18–22)
3. El ministerio temprano en Galilea
(4.23–25)
B. Capítulo 5: El Sermón del Monte, 1ª parte
1. Las bienaventuranzas (5.1–12)
2. La sal y la luz (5.13–16)
3. El cumplimiento de la Ley (5.17–20)
4. La ira y la muerte (5.21–26)
5. El adulterio (5.27–30)
6. El divorcio (5.31, 32)
7. Hacer juramentos (5.33–37)
8. La venganza (5.38–42)
9. El amor a los enemigos (5.43–48)
C. Capítulo 6: El Sermón del Monte, 2ª parte
1. Advertencia general (6.1)
2. El dar (6.2–4)
3. La oración (6.5–15)
4. El ayuno (6.16–18)
5. El hacer tesoros (6.19–21)
6. Una visión clara (6.22, 23)
7. La escogencia entre señores (6.24)
8. Cómo superar la ansiedad (6.25–34)
D. Capítulo 7: El Sermón del Monte, 3ª parte
1. El juicio justo (7.1–6)
2. Perseverancia en la oración (7.7–11)
3. La Regla de Oro (7.12)
4. Exhortaciones finales (7.13–27)
a. Dos caminos diferentes (7.13, 14)
b. Dos clases de árboles y el fruto de
los falsos profetas (7.15–20)
c. Dos clases de discípulos (7.21–23)
d. Dos tipos de constructores (7.24–
27)
5. El asombro de la multitud (7.28, 29)
E. Capítulos 8 y 9: Sus credenciales
milagrosas
1. La primera serie de milagros (8.1–17)
a. Curación de un leproso (8.1–4)
b. Curación del siervo de un centurión
(8.5–13)
c. Curación de la suegra de Pedro (8.14,
15)
d. Resumen de las sanidades de Jesús
(8.16, 17)
2. El costo del discipulado (8.18–22)
3. La segunda serie de milagros (8.23–
9.8)
a. Jesús calma la tormenta (8.23–27)
b. Curación de dos hombres
endemoniados (8.28–34)
c. Curación de un paralítico (9.1–8)
4. Llamado al discipulado (9.9–17)
a. El llamado de Mateo (9.9)
b. La invitación de Jesús a los pecadores
(9.10–13)
c. El discipulado y el ayuno (9.14–
17)
5. La tercera serie de milagros (9.18–34)
a. Curación de la mujer con flujo de
sangre y la resurrección de la hija
7
 de Jairo (9.18–26)
b. Curación de dos ciegos (9.27–31)
c. Curación del mudo endemoniado
(9.32–34)
6. Resumen de la obra de Jesús (9.35–
38)
F. Capítulo 10: Sus mensajeros, misión y
mensaje de ellos
1. Su llamado de los doce apóstoles
(10.1–4)
2. Su comisión limitada (10.5–15)
3. Sus advertencias (10.16–23)
4. Sus instrucciones adicionales (10.24–
42)
III. LA REACCIÓN ANTE EL MINISTERIO DEL
REY (11.1—12.50)
A. Capítulo 11: De parte de quienes vieron
Sus obras
1. Juan el Bautista y Jesús (11.1–19)
2. Ciudades impenitentes (11.20–24)
3. La oración de Jesús y Su gran invitación
(11.25–30)
B. Capítulo 12: De parte de los fariseos
1. Preguntas sobre el día de reposo
(12.1–14)
2. Un interludio: Jesús se retira (12.15–
21)
3. Un desafío contra la autoridad de Jesús
(12.22–37)
4. Se pide una señal (12.38–45)
5. Un epílogo: el verdadero parentesco
con Jesús (12.46–50)
IV. EL MINISTERIO ININTERRUMPIDO DEL
REY (13.1—18.35)
A. Capítulo 13: Las parábolas del Reino
1. La parábola del sembrador (13.1–9)
2. El propósito de las parábolas (13.10–
17)
3. La explicación de la parábola del
sembrador (13.18–23)
4. Tres parábolas (13.24–33)
a. La cizaña (13.24–30)
b. La semilla de mostaza (13.31, 32)
c. La levadura (13.33)
5. El propósito de las parábolas (13.34,
35)
6. La explicación de la cizaña (13.36–43)
7. Tres parábolas más (13.44–50)
a. El tesoro escondido (13.44)
b. La perla valiosa (13.45, 46)
c. La red (13.47–50)
8. Una parábola final: el padre de familia
8
(13.51, 52)
9. Rechazo en Nazaret (13.53–58)30
B. Capítulo 14: Reacción adicional para con
el ministerio de Jesús (1ª parte)
1. Muerte de Juan el Bautista (14.1–12)
a. Visión errónea de Herodes acerca
de Jesús (14.1, 2)
b. Registro del arresto y muerte de Juan
(14.3–12)
2. Alimentación de los cinco mil (14.13–
21)
a. Jesús se retira (14.13, 14)
b. Jesús alimenta a la multitud (14.15–
21)
3. Jesús anda sobre el agua (14.22–33)
a. Jesús ora solo (14.22, 23)
b. Jesús anda sobre el agua (14.24–
27)
c. Pedro viene a Jesús sobre el agua
(14.28–33)
4. Curaciones adicionales (14.34–36)
C. Capítulo 15: Reacción adicional para con
el ministerio de Jesús (2ª parte)
1. Conflicto con los fariseos (15.1–20)
a. Las tradiciones humanas frente a la
ley de Dios (15.1–9)
b. La verdadera contaminación (15.10–
20)
2. La fe de la mujer cananea (15.21–28)
3. Recepción entre los gentiles (15.29–
39)
a. Jesús sana las multitudes (15.29–
31)
b. Jesús alimenta a los cuatro mil
(15.32–39)
D. Capítulo 16: Reacción adicional para con
el ministerio de Jesús (3ª parte)
1. Las personas piden una señal (16.1–
4)
2. Advertencia de Jesús a Sus discípulos
(16.5–12)
3. La buena confesión y el anuncio de Jesús
de que edificaría Su iglesia (16.13–20)
4. La aproximación de la cruz y primer
anuncio de Jesús acerca de Su inminente
muerte (16.21–23)
5. Declaración de Jesús sobre el costo del
discipulado (16.24–27)
6. Promesa de Jesús de que algunos verían
�� 
El bosquejo del capítulo 13 se adaptó de R. T. France,
The Gospel According to Matthew (El Evangelio según Mateo),
The Tyndale New Testament Commentaries (Grand Rapids,
Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1985), 65.
 el reino (16.28)
E. Capítulo 17: Reacción adicional para con
el ministerio de Jesús (4ª parte)
1. La transfiguración (17.1–13)
a. Jesús es glorificado en el monte
(17.1–8)
b. Los discípulos preguntan sobre Elías
(17.9–13)
2. Curación del hijo endemoniado (17.14–
21)
a. Jesús sana un muchacho (17.14–
18)
b. Jesús explica en qué fallaron los
discípulos (17.19–21)
3. Segundo anuncio de Jesús sobre Su
inminente muerte (17.22, 23)
4. El pago de los impuestos (17.24–27)
F. Capítulo 18: Relaciones en el Reino
1. La grandeza en el reino (18.1–4)
2. Una advertencia contra los que son
piedras de tropiezo (18.5–9)
3. La parábola de la oveja perdida (18.10–
14)
4. Resolución de conflictos (18.15–20)
5. La parábola del siervo sin misericordia
(18.21–35)
V. EL VIAJE DEL REY A LA CRUZ (19.1—
25.46)
A. Capítulo 19: Ministerio de Jesús en Judea
y Perea (1ª parte)
1. Jesús es cuestionado sobre el divorcio
(19.1–12)
a. Viaje de Jesús a Perea (19.1, 2)
b. La pregunta de los fariseos (19.3–
9)
c. La respuesta de los discípulos
(19.10–12)
2. Bendición de los niños (19.13–15)
3. La enseñanza sobre las riquezas y el
discipulado (19.16–30)
a. La pregunta del joven rico (19.16–
22)
b. Evaluación de Jesús (19.23–26)
c. Los sacrificios de los apóstoles
(19.27–30)
B. Capítulo 20: Ministerio de Jesús en Judea
y Perea (2ª parte)
1. La parábola de los obreros de la viña
(20.1–16)
2. Tercer anuncio de Jesús sobre Su
inminente muerte (20.17–19)
3. La grandeza en el reino (20.20–28)
4. Dos ciegos reciben su vista (20.29–34)
C. Capítulo 21: Jesús en Jerusalén:
Controversia
1. La entrada triunfal (21.1–11)
a. La preparación (21.1–7)
b. La bienvenida (21.8–11)
2. La purificación del templo (21.12, 13)
3. Los últimos milagros de sanidad en
Jerusalén (21.14–17)
4. Maldición de la higuera (21.18–22)
5. El desafío contra la autoridad de Jesús
(21.23–27)
6. Una serie de parábolas (21.28–46)
a. La parábola de los dos hijos (21.28–
32)
b. La parábola del propietario y la viña
(21.33–46)
D. Capítulo 22: Jesús en Jerusalén: Sus
opositores
1. Concluye una serie de parábolas: la
parábola de la boda del hijo del rey
(22.1–14)
2. Jesús responde a Sus enemigos (22.15–
46)
a. La pregunta sobre el pago de tributo
(22.15–22)
b. La pregunta sobre la resurrección
(22.23–33)
c. La pregunta sobre el mandamiento
más importante (22.34–40)
d. La pregunta sobre el Mesías (22.41–
46)
E. Capítulo 23: Jesús en Jerusalén: Siete ayes
sobre los líderes
1. Su advertencia a los dirigentes (23.1–
12)
2. Sus siete ayes (23.13–36)
3. Su lamento sobre Jerusalén (23.37–
39)
F. Capítulo 24: Jesús en Jerusalén: Su
enseñanza sobre su destrucción y Su
segunda venida
1. Su predicción de la destrucción de
Jerusalén (24.1, 2)
2. Preguntas de los discípulos (24.3)
3. Situación antes de la destrucción de
Jerusalén (24.4–14)
a. «Mirad que nadie os engañe»
(24.4–8)
b. «Guardaos de las muchas pruebas
que vienen a vosotros» (24.9–14)
4. La destrucción de Jerusalén (24.15–
35)
a. «Huid cuando veáis la abominación
desoladora» (24.15–22)
9
 b. «No crean en los falsos Cristos»
(24.23–28)
c. «La señal del Hijo del Hombre»
(24.29–31)
d. «Jerusalén será destruida dentro de
esta generación» (24.32–35)
5. La segunda venida (24.36–51)
a. «Nadie sabe la hora» (24.36–41)
b. «Velad» (24.42–51)
G. Capítulo 25: Jesús en Jerusalén: Sus
parábolas sobre el fin de los tiempos
1. La parábola de las diez vírgenes
(25.1–13)
2. La parábola de los talentos (25.14–30)
3. La parábola del pastor que separa las
ovejas de los cabritos (25.31–46)
VI. EL ARRESTO, JUICIO Y CRUCIFIXIÓN DEL
REY (26.1—27.66)
A. Capítulo 26: Arresto de Jesús y el juicio
judío
1. El complot para matar a Jesús (26.1–
5)
2. La unción de Jesús (26.6–13)
3. Acuerdo de Judas para traicionar a
Jesús (26.14–16)
4. La Pascua (26.17–29)
a. La preparación (26.17–19)
b. El anuncio de un traidor (26.20–
25)
c. Institución de la Cena del Señor
(26.26–29)
5. En el Monte de los Olivos (26.30–46)
a. Anuncio de la traición de los
apóstoles (26.30–35)
b. Un tiempo de angustia (26.36–38)
c. Un tiempo de oración (26.39–46)
6. Arresto de Jesús (26.47–56)
a. El beso traidor de Judas (26.47–50)
b. La espada agresora de Pedro (26.51–
54)
c. Jesús reprende de la multitud (26.55,
56)
Autor: Sellers Crain
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10
7. El juicio judío (26.57–68)
8. La negación de Pedro (26.69–75)
B. Capítulo 27: El juicio romano de Jesús y
Su crucifixión
1. Sentencia del consejo (27.1, 2)
2. Remordimiento y muerte de Judas
(27.3–10)
3. El proceso romano, 1ª parte (27.11–
14)
4. El proceso romano, 2ª parte (27.15–
31)
a. Solución propuesta por Pilato (27.15–
18)
b. El clamor de la multitud (27.19–23)
c. Pilato cede ante el pueblo (27.24–
26)
d. La burla de los soldados (27.27–
31)
5. La crucifixión de Cristo (27.32–56)
a. El viaje a la cruz (27.32)
b. La ubicación (27.33, 34)
c. La forma de la crucifixión (27.35–
37)
d. Los que fueron crucificados con Él
y más insultos (27.38–44)
e. El final de la crucifixión y las señales
que la acompañaron (27.45–54)
f. Las mujeres que miraban desde lejos
(27.55, 56)
6. El entierro del cuerpo de Cristo (27.57–
61)
7. La orden preventiva dada por Pilato
(27.62–66)
VII. RESURRECCIÓN Y COMISIÓN DEL REY
(28.1–20)
A. Capítulo 28: Resurrección de Jesús (28.1–
15)
1. La tumba vacía (28.1–7)
2. Los testigos asombrados (28.8–10)
3. El reporte falso (28.11–15)
B. Capítulo 28 (continuación): La Gran
Comisión (28.16–20)