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Cáncer de Tiroides

¿QUÉ ES EL CÁNCER DE TIROIDES?


El cáncer de tiroides es un tumor maligno de la glándula tiroides. Es un cáncer relativamente
poco común comparado con otros cánceres. En los Estados Unidos, se estima que en 2016
aproximadamente 64,000 pacientes han sido diagnosticados con cáncer de tiroides, comparado
con más de 240,000 pacientes con cáncer de mama y 135,000 con cáncer de colon. Sin
embargo, menos de 2000 pacientes mueren de cáncer de tiroides cada año. En el 2013, el
último año para el cual hay estadísticas, más de 630, 000 pacientes vivían con cáncer de
tiroides en los Estados Unidos.
HAY CUATRO TIPOS DE CÁNCER DE TIROIDES:
 El cáncer papilar de tiroides es el más común de todos los tipos de cáncer de tiroides.
El cáncer papilar de tiroides puede ocurrir a cualquier edad. Usualmente crece muy
lentamente y puede invadir los ganglios linfáticos del cuello y en general tiene un
pronóstico excelente.
 El cáncer folicular de tiroides representa 10% de los cánceres de tiroides. El cáncer
folicular de tiroides puede invadir los ganglios linfáticos del cuello, pero en comparación
con el cáncer papilar de tiroides es más propenso a invadir órganos distantes, en particular
los pulmones y los huesos.
 El cáncer medular de tiroides, representa 2% de los cánceres de tiroides.
Aproximadamente 25% de los cánceres medulares de tiroides son hereditarios, por lo
tanto, una prueba en busca de una mutación genética en el proto-oncogen RET puede
facilitar un diagnóstico temprano, y cirugía curativa.
 El cáncer Anaplásico de tiroides es el cáncer más avanzado y agresivo de los
cánceres de tiroides. El cáncer Anaplásico de tiroides es muy raro y se encuentra en menos
de 2% de los pacientes con cáncer de tiroides. Es más común en pacientes mayores de 60
años. La información en este artículo se refiere al cáncer Anaplásico de tiroides.
Cáncer de Tiroides Anaplásico
¿QUÉ ES EL CÁNCER ANAPLÁSICO DE TIROIDES?
El cáncer Anaplásico de tiroides es uno de los cánceres con crecimiento más rápido y agresivo
de todos los cánceres. También se le conoce como cáncer no diferenciado de tiroides porque
sus células no se parecen ni se comportan como típicas células de tiroides. La causa del cáncer
Anaplásico de tiroides es desconocida; sin embargo, en algunos casos, se desarrolla en otros
cánceres diferenciados de tiroides como el cáncer papilar o folicular de tiroides. A pesar de que
las estadísticas de supervivencia son desalentadoras, con un promedio de supervivencia de 6
meses, y un paciente de cada 5 vivo luego de 12 meses del diagnóstico – es importante resaltar
que existen sobrevivientes a largo plazo.
Cáncer de Tiroides Anaplásico FAQS
La glándula tiroides tiene forma de mariposa y normalmente se localiza en la parte de
adelante del cuello. El trabajo de la glándula tiroides es formar las hormonas tiroideas,
volcarlas al torrente sanguíneo y entregarlas a todos los tejidos del cuerpo. Las
hormonas tiroideas ayudan al cuerpo a utilizar energía, mantener la temperatura
corporal y a que el cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos funcionen
normalmente.
El cáncer Anaplásico de tiroides se puede presentar de varias formas. Más
comúnmente, se presenta como un bulto o nódulo en el cuello. Estos tumores crecen
rápidamente y usualmente este crecimiento puede ser evidente para el paciente o sus
familiares y amigos. En algunos casos, el cáncer Anaplásico de tiroides se presenta
como una masa en el cuello que causa dificultad para tragar, respirar, o ronquera en
caso de que una de las cuerdas vocales esté paralizada.
Típicamente, se realiza una biopsia con aguja fina (Vea folleto de Biopsia con aguja fina) o
una biopsia con una aguja más gruesa. Una vez que se confirma el diagnóstico, se
requiere una evaluación completa de la salud general del paciente. Esto incluye pruebas
de laboratorio, además de estudios de imágenes (CT scan, MRI y FDGPET) para
determinar si el cáncer se ha extendido y de ser así, a qué lugares.
Todo cáncer Anaplásico de tiroides se diagnostica como estadio IV debido a la
naturaleza agresiva de este tumor. Hay tres sub-estadios:
 Estadio IVA: cáncer Anaplásico de tiroides que está presente sólo en la tiroides.
 Estadio IVB: cáncer Anaplásico de tiroides que está presente en la tiroides y el cuello,
pero no en otras partes del cuerpo
 Estadio IVC: cáncer Anaplásico de tiroides que está presente en la tiroides y en otras
partes del cuerpo, como los huesos, el pulmón y el cerebro.
Alrededor de 10% de los pacientes tienen cáncer Anaplásico de tiroides que está
presente sólo en la tiroides, y aproximadamente 40% tiene cáncer localizado en el
cuello y los ganglios linfáticos. El resto de los pacientes tiene cáncer Anaplásico de
tiroides que se ha extendido a otras partes del cuerpo al momento del diagnóstico.

El cáncer Anaplásico de tiroides es difícil de tratar porque es muy agresivo y


rápidamente invade el cuello y hace metástasis a diferentes partes del cuerpo. Es
menos predecible que otros tipos de cáncer de tiroides; sin embargo, una cosa que
todos los sobrevivientes a largo plazo tienen en común es el sentido de urgencia en el
diagnóstico y tratamiento.
Es importante trabajar con un doctor o un grupo de doctores que tengan experiencia
con el cáncer Anaplásico de tiroides. Usted debe ser su mejor defensor. Si es posible,
lleve un familiar o amigo a sus citas médicas. Tome notas. Haga preguntas. Si usted no
puede viajar a un centro médico de referencia con experiencia, muchos de estos
centros con más experiencia usualmente pueden darle recomendaciones a sus médicos
locales sobre las mejores opciones de tratamiento. No tenga miedo de pedirle a su
doctor local que colabore con expertos en centros de más experiencia en referencia a
su plan de tratamiento, debido a lo raro que es este diagnóstico. Es también importante
comprender los riesgos y beneficios asociados a las diferentes opciones de tratamiento.
El cáncer Anaplásico de tiroides no responde a la terapia con iodo radioactivo (Vea el
folleto de Iodo Radioactivo) o a la supresión de la hormona estimulante de tiroides, que
son terapias comúnmente usadas en pacientes con otras formas de cáncer diferenciado
de tiroides (papilar y folicular).
El tratamiento del cáncer Anaplásico de tiroides, es mejor con un equipo
multidisciplinario (endocrinólogo, oncólogo médico, oncólogo radiólogo, cirujano y
otros) y típicamente consiste en combinar cirugía, con radiación externa y
quimioterapia.
La Asociación Americana de Tiroides (ATA) recomienda cirugía para todos los pacientes
con cáncer Anaplásico de tiroides, a menos que el paciente tenga otras complicaciones
médicas que hagan que la cirugía sea muy riesgosa.
Desafortunadamente, en muchos casos, la cirugía no es posible, debido al gran tamaño
del tumor, la localización y su naturaleza agresiva. Es importante mencionar, que hay
supervivientes a largo plazo, que no pudieron completar una cirugía, pero que
recibieron una combinación agresiva de radiación y quimioterapia.
La radiación externa dirige los rayos X con precisión a las áreas que deben ser tratadas,
usualmente el tumor o cáncer que ha invadido huesos y otros órganos. La radiación
puede matar el cáncer o hacer que este crezca más lentamente.
Típicamente, la quimioterapia se utiliza para mejorar el efecto de la radiación y hacer al
cáncer más susceptible a la radiación o hacer la radiación más efectiva. Nuevas drogas
de quimioterapia que han mostrado promesa en tratar otros cánceres avanzados se
están haciendo más disponibles para el tratamiento de cáncer avanzado de tiroides.
Estas drogas raramente curan cánceres avanzados que ha se han expandido en el
cuerpo, pero puede hacer más lento, o parcialmente revertir el crecimiento del cáncer.
Estos tratamientos usualmente son prescritos por un oncólogo. Las drogas de
quimioterapia que se usan en cáncer de tiroides incluyen taxoles (paclitaxel o
docetaxel), tetraciclinas (doxurubicin) y análogos de platino (cisplatino o carboplatino).
Estas drogas se pueden usar por sí solas o en combinación.
En algunos casos, es necesario el tratamiento paliativo para manejar los síntomas del
cáncer y los efectos adversos del tratamiento. Estos pueden incluir el obtener una vía
respiratoria con una traqueotomía, colocar un tubo para alimentación o el uso de
drogas para controlar el dolor. El tratamiento paliativo se da adicionalmente al
tratamiento del cáncer, y su uso no significa necesariamente que el tratamiento del
cáncer no será efectivo. Los tratamientos de servicios paliativos usualmente son
cubiertos por los seguros médicos. Medicare y Medicaid cubren los costos de
tratamientos paliativos, dependiendo de la situación.
Así como cada paciente es un individuo, cada cáncer Anaplásico de tiroides se presenta
de forma distinta y responde al tratamiento de forman diferente. Cada día hay
progresos médicos en el tratamiento de cánceres avanzados de tiroides, incluyendo
cánceres no diferenciados y el cáncer Anaplásico. El tratamiento es difícil, pero es
importante no perder la esperanza al momento del diagnóstico.

Un estudio clínico es un experimento científico que se hace con personas que deciden
participar de forma voluntaria.
Como cualquier experimento científico, las condiciones de un estudio clínico se
controlan con mucho cuidado y se monitorean de forma cuidadosa. En general, el
propósito de un estudio clínico es evaluar la seguridad, efectividad y la mejor dosis de
drogas experimentales o dispositivos médicos para personas con enfermedades o
condiciones médicas específicas.
Hay varios estudios clínicos que se enfocan en el cáncer Anaplásico de tiroides. Los
estudios clínicos se desarrollan en diferentes lugares – en centros de cáncer, en centros
médicos grandes, en hospitales comunitarios y clínicas, en oficinas médicas y en los
hospitales de veteranos. Los estudios clínicos pueden incluir una droga o
combinaciones de drogas. En algunos casos, estas drogas pueden estar aprobadas para
el uso en algunos cánceres y están siendo puestas a prueba para su efectividad en
tratar cáncer Anaplásico de tiroides. Se recomienda que los pacientes hablen con sus
doctores sobre estos estudios como una opción antes de comenzar tratamientos. Para
una lista completa de los estudios actuales, puede visitar – https://www.thyroid.
org/clinical-trials/

BOCIO

El término “bocio” simplemente se refiere a un agrandamiento anormal de la glándula


tiroides. Es importante saber que la presencia de un bocio no necesariamente indica que la
glándula tiroides está funcionando mal. El bocio puede ocurrir en una glándula que está
produciendo demasiada hormona (hipertiroidismo), muy poca hormona (hipotiroidismo) o la
cantidad correcta (eutiroidismo). El bocio indica que hay una condición que está causando un
crecimiento anormal de la tiroides.

Una de las causas más comunes de la formación de bocio a nivel mundial es la deficiencia de
yodo. Aunque esta era una causa muy frecuente de bocio en los Estados Unidos hasta hace unos
años, ya no se observa tan frecuentemente. La actividad primaria de la glándula tiroides es
concentrar el yodo de la sangre para producir las hormonas tiroideas. La glándula no puede
producir hormona tiroidea si no tiene suficiente yodo. Por lo tanto, la deficiencia de yodo en un
individuo puede llevar a hipotiroidismo. Como consecuencia, la glándula pituitaria en el
cerebro detecta que los niveles de hormona tiroidea están bajos y envía una señal a la
tiroides. Esta señal se llama hormona estimulante de la tiroides (TSH). Como su nombre lo
indica, esta hormona estimula la tiroides para producir hormona tiroidea y crecer en
tamaño. Este aumento anormal en el crecimiento produce lo que se conoce como “bocio”. Así,
la deficiencia de yodo es una causa de bocio. El bocio es frecuente en aquellos lugares donde la
deficiencia de yodo es común. La deficiencia de yodo sigue siendo la causa más frecuente de
bocio en muchas partes del mundo.
La tiroiditis de Hashimoto es una causa más común de bocio en Estados Unidos. Esta es una
enfermedad autoinmune en el cual hay una destrucción de la glándula por el propio sistema
inmunológico. A medida que la glándula es afectada va perdiendo la capacidad de producir la
cantidad adecuada de hormonas tiroideas (ver folleto sobre Tiroiditis de Hashimoto ), la
glándula pituitaria detecta que los niveles de hormonas tiroideas están bajos y secreta más TSH
para estimular la glándula tiroides. Esta estimulación trae como resultado que la tiroides crezca,
lo que puede producir bocio.
Otra causa común de bocio es la enfermedad de Graves. En este caso, nuestro propio sistema
inmune produce una proteína llamada inmunoglobulina estimulante de la tiroides (TSI). Al
igual que la TSH, la TSI estimula a la glándula tiroides a crecer, produciendo bocio. Sin
embargo, la TSI también estimula a la tiroides a producir exceso de hormona tiroidea y causa
hipertiroidismo. Como la glándula pituitaria detecta que hay mucha hormona tiroidea, suspende
la producción de TSH. A pesar de esto, la glándula tiroides continúa creciendo y produciendo
hormona tiroidea. Por lo tanto, la enfermedad de Graves produce bocio e hipertiroidismo (véase
el folleto de la Enfermedad de Graves ).
El bocio multinodular es otra causa común de bocio. Individuos con este problema tienen uno o
varios nódulos dentro de la glándula lo cual resulta en una tiroides agrandada. Muchas veces
esto se detecta como una sensación nodular cuando se palpa la glándula tiroides en el examen
físico. Los pacientes pueden presentarse con un nódulo grande único o con muchos nódulos
pequeños en la glándula (Ver folleto de Nódulo tiroideo ). De tal manera que en etapas
tempranas del bocio multinodular, cuando hay muchos nódulos pequeños el tamaño de la
glándula puede aún no estar aumentado. A diferencia de otros bocios que hemos discutido, no
se entiende por completo la causa de este tipo de bocio.
Además de las causas comunes de bocio mencionadas anteriormente, hay otras causas menos
comunes. Algunas de ellas son debidas a defectos genéticos, otras a lesiones e infecciones de la
glándula tiroides o secundarias a tumores (cancerígenos y benignos).

Como mencionamos anteriormente, el diagnóstico de bocio usualmente se hace en el momento


del examen físico cuando se encuentra una glándula tiroides aumentada de tamaño. Como la
presencia de un bocio indica que hay una anormalidad de la glándula tiroides, es importante
determinar la causa. Como un primer paso, probablemente se le realizarán pruebas de función
tiroidea para determinar si su tiroides está funcionando mucho o poco (Ver folleto de Pruebas
de función tiroidea ). Cualquier otra prueba que se realice dependiente de los resultados de las
pruebas de función tiroidea iniciales.
Si la tiroides está agrandada de forma difusa y usted está hipertiroideo su doctor lo más seguro
completará pruebas para diagnosticar enfermedad de Graves (Ver folleto de Enfermedad de
Graves ). Si usted está hipotiroideo puede tener tiroiditis de Hashimoto (Ver folleto
de Tiroiditis de Hashimoto ) y requiere pruebas de sangre adicionales para confirmar este
diagnóstico. Otros exámenes que ayudan a diagnosticar la causa del bocio pueden incluir
gammagrama con yodo radioactivo, un ultrasonido de tiroides o una punción con aguja
fina (Ver folleto Nódulo Tiroideo )

COMO SE TRATA

El tratamiento dependencia de la causa del bocio. Si la causa del bocio es deficiencia de yodo
en la dieta (lo cual no es común en los Estados Unidos) usted recibió suplementos orales de
yodo. Esto resultó en una reducción en el tamaño del bocio, aunque muchas veces este no se
resuelve completamente. Si el bocio es causado por tiroiditis de Hashimoto, y usted está
hipotiroideo se le tratará con una píldora diaria de hormona tiroidea. Este tratamiento
normalizará sus niveles de hormona tiroidea, pero usualmente no hace que el bocio desaparezca
completamente. Aunque el bocio suele reducirse de tamaño, muchas veces hay demasiadas
cicatrices en la glándula que no permiten que se reduzca lo suficiente. Sin embargo, el
tratamiento con hormona tiroidea usualmente anterior que el bocio siga creciendo. Aunque
puede ser apropiado en algunas personas,
Si el bocio se debe a hipertiroidismo, el tratamiento dependiente de la causa del hipertiroidismo
(Ver folleto de Hipertiroidismo y de Enfermedad de Graves ). En algunos casos de
hipertiroidismo el tratamiento puede llevar a la desaparición completa del bocio. Por ejemplo,
el tratamiento de la enfermedad de Graves con yodo radioactivo usualmente hace que el bocio
desaparezca o disminuya significativamente.
Muchos bocios, como el bocio multinodular están asociados con niveles normales de hormona
tiroidea en la sangre. Estos bocios usualmente no requieren ningún tratamiento específico una
vez que se haya hecho el diagnóstico adecuado. Si no le sugiere ningún tratamiento específico,
se le puede avisar que usted está en riesgo de desarrollar hipotiroidismo o hipertiroidismo en el
futuro. Sin embargo, si hay problemas asociados al tamaño de la glándula tiroides en sí, como
por ejemplo la glándula es demasiado grande y ejerce presión sobre la vía aérea, su doctor
puede sugerir eliminar el bocio por medio de una cirugía.
Sin importar la causa, es importante seguir un monitoreo regular (anual) cuando ha sido
diagnosticado con un bocio.

Cancer de Tiroides
(de tipo Papilar y folicular)
El cáncer de tiroides es relativamente raro, en comparación con otros cánceres. En los Estados
Unidos se estima que para el año 2016 se diagnosticarán aproximadamente 64.000 pacientes
nuevos con cáncer de tiroides, comparado con más de 240.000 pacientes con cáncer de mama y
135.000 pacientes con cáncer de colon. Sin embargo, menos de 2.000 pacientes mueren de
cáncer de tiroides cada año. En el año 2013, el último año para el cual se dispone de
estadísticas, más de 630.000 pacientes vivían con cáncer de tiroides en los Estados Unidos. El
cáncer de tiroides usualmente responde muy bien al tratamiento y frecuentemente se puede
curar con cirugía (véase el folleto de Cirugía de Tiroides) y, cuando esté indicado, yodo
radiactivo (Véase el folleto de Iodo radiactivo). Aun cuando el cáncer de tiroides está más
avanzado, existe tratamiento efectivo para las formas más comunes de este tipo de cáncer.
Aunque el diagnóstico de cáncer suele ser aterrador, el pronóstico para los pacientes con cáncer
papilar y folicular de tiroides es usualmente excelente.

Cáncer papilar de tiroides. El cáncer papilar es el tipo más común, constituyendo


aproximadamente el 70-80% de todos los cánceres de tiroides. El cáncer papilar puede
ocurrir a cualquier edad. Tiende a crecer lentamente y con frecuencia se extiende a los
ganglios linfáticos del cuello. Sin embargo, a diferencia de otros tipos de cáncer, el
cáncer papilar tiene un pronóstico excelente, aun cuando se haya extendido a los
ganglios linfáticos.
Cáncer folicular de tiroides. Los cánceres foliculares constituyen aproximadamente el
10-15% de los cánceres de tiroides en los Estados Unidos. El cáncer folicular se puede
extender a los ganglios linfáticos en el cuello, pero esto es mucho menos común que
con el cáncer papilar. El cáncer folicular tiene más probabilidad que el papilar de
extenderse a otros órganos, particularmente los pulmones y los huesos.
Los cánceres papilares y foliculares también se conocen como Cáncer de Tiroides bien
Diferenciados (CTD). La información en este folleto se refiere a los cánceres de tiroides
diferenciados. Los otros tipos de cáncer que se mencionan a continuación serán
revisados en otros folletos.
Cáncer medular de tiroides. El cáncer medular de tiroides (CMT) representa alrededor
del 2% de todos los cánceres. Aproximadamente el 25% de todos los CMT suele
presentarse en familias y están asociados con otros tumores endocrinos (Véase folleto
de Cáncer Medular de tiroides). En los miembros de la familia de una persona afectada,
una prueba para detectar una mutación genética en el oncogén RET puede conducir a
un diagnóstico temprano de cáncer medular de tiroides, y como resultado a una cirugía
curativa.
Cáncer anaplásico de tiroides. El cáncer anaplásico de tiroides es el cáncer más
avanzado y agresivo y el menos probable de que responda a tratamiento. El cáncer
anaplásico de tiroides es muy raro y se encuentra en menos del 2% de los pacientes con
cáncer de tiroides.

Síntomas

El signo principal del cáncer de tiroides es un bulto (nódulo) en la tiroides, y la mayoría


de los cánceres no producen ningún síntoma (véase el folleto de Nódulos tiroideo). Las
pruebas de sangre en general no son de ayuda para encontrar el cáncer de tiroides y las
pruebas de tiroides como la TSH generalmente son normales, aun cuando el cáncer
esté presente. El examen del cuello por parte de su médico es la forma más común
como se encuentran los nódulos y cáncer de tiroides. Con frecuencia, los nódulos de
tiroides se encuentran incidentalmente en pruebas de imágenes como las tomografías
computarizadas y los ultrasonidos del cuello realizados por motivos no relacionados con
la tiroides. Ocasionalmente, los mismos pacientes pueden encontrar los nódulos al
notar un bulto en el cuello al mirarse en un espejo, al abotonarse la camisa o ponerse un
collar. Raramente, los nódulos o cáncer de tiroides pueden causar síntomas. En estos
casos los pacientes se pueden quejar de dolor en el cuello, la mandíbula o el oído. Si el
nódulo es lo suficientemente grande para comprimir la tráquea o el esófago, puede
causar dificultad para respirar, para tragar, o causar un “cosquilleo” en la garganta. Rara
vez, puede producir ronquera si el cáncer irrita un nervio que controla las cuerdas
vocales.
Los puntos importantes a recordar son que los cánceres que se originan en los nódulos
tiroideos generalmente no producen síntomas, las pruebas de función tiroidea son
típicamente normales aun cuando el cáncer este presente, y que la mejor manera de
encontrar un nódulo tiroideo es asegurarse de que su médico le examine el cuello como
parte de su chequeo periódico

Causa

El cáncer de tiroides es más común en personas con historia de exposición de la


glándula tiroides a la radiación, con una historia familiar de cáncer de tiroides y en
personas mayores de 40 años. Sin embargo, en la mayoría de los pacientes, no
conocemos la razón específica por la cual desarrollan cáncer de tiroides.
La exposición de la tiroides a altas dosis de radiación especialmente si la exposición
ocurrió durante la infancia, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides. Antes de
los años 1960’s, los tratamientos con rayos X se usaban con frecuencia para tratar
condiciones como el acné, inflamación de las amígdalas, adenoides, nódulos linfáticos o
agradamiento de una glándula en el tórax llamada el timo. Más adelante se encontró
que todos estos tratamientos estaban asociados con un aumento del riesgo de
desarrollar cáncer de tiroides en el futuro. Incluso terapia con rayos X usada para tratar
cánceres como la enfermedad de Hodgkin (cáncer de los ganglios linfáticos) o el cáncer
de mama se ha asociado con un aumento del riesgo de desarrollar cáncer de tiroides si
el tratamiento incluyó exposición de la cabeza, el cuello o el tórax. No se ha
demostrado que la exposición a los rayos X de rutina como rayos X dentales,
radiografías de tórax y mamogramas cause cáncer de tiroides.
La exposición a la radioactividad liberada durante los desastres nucleares (accidente de
Chernobyl 1986 en Rusia o el desastre nuclear de Fukushima, Japón en 2011) también
se han asociado a un aumento del riesgo de desarrollar cáncer de tiroides,
particularmente en los niños expuestos, y los cánceres de tiroides pueden verse hasta
40 años después de que ocurrió la exposición.
Usted se puede proteger de desarrollar cáncer de tiroides debido a una emergencia en
una planta nuclear tomando yoduro de potasio, (Véase el folleto de Radiación Nuclear y
la tiroides) Esto previene la absorción del yodo radiactivo y se ha demostrado que
reduce el riesgo de cáncer de tiroides. La Asociación Americana de la Tiroides (ATA)
recomienda que a todos aquellos que viven a menos de 200 millas de un sitio de
accidente nuclear se les dé yoduro de potasio, para tomar en forma preventiva en caso
de un accidente nuclear. Si usted vive cerca de un reactor nuclear y desea más
información sobre el rol de yoduro de potasio por favor revise las recomendaciones de
su estado en la siguiente página web: www.thyroid.org/web-links-for-important-documents-
about-potassium-iodide/

Dx

Los resultados de la biopsia por aspiración con aguja fina de un nódulo tiroideo pueden
sugerir el diagnóstico de cáncer de tiroides y este puede ser determinado con certeza
una vez que el nódulo es removido con cirugía (Véase el folleto de Nódulos tiroideos).
Aun cuando los nódulos tiroideos son muy comunes, menos de 1 en cada 10 resultaran
ser cáncer de tiroides.
Tto

Cirugía. El tratamiento primario de todas las formas de cáncer de tiroides es la cirugía


(Véase el folleto de Cirugía de la tiroides). La extensión de la cirugía para cáncer
diferenciado de tiroides (remover solo el lóbulo que tiene el cáncer- lo que se conoce
como lobectomía- o la tiroides completa -llamado tiroidectomía) dependerá del tamaño
del tumor y de si el tumor está o no limitado a la tiroides. A veces los hallazgos antes o
al momento de la cirugía- tales como extensión del tumor en las áreas a su alrededor o
la presencia de ganglios linfáticos que están obviamente afectados- indicarán que una
tiroidectomía total sería la mejor opción. Algunos pacientes tendrán cáncer de tiroides
en los ganglios linfáticos del cuello (metástasis a los ganglios linfáticos). Estos ganglios
pueden ser removidos al momento de la cirugía inicial, o algunas veces en una cirugía
posterior si son detectados más adelante. En caso de cánceres muy pequeños (< 1 cm)
que están limitados a la tiroides, que afectan un solo lóbulo y sin evidencia de haber
afectado los ganglios linfáticos, una simple lobectomía (remover solo el lóbulo afectado)
se considera suficiente. Estudios recientes sugieren que tumores pequeños – llamados
microcarcinomas papilares de tiroides- pueden ser observados sin cirugía dependiendo
de su localización dentro de la tiroides. Después de la cirugía, la mayoría de los
pacientes necesitan tomar hormona tiroidea de por vida (véase el folleto
sobre Tratamiento con hormona tiroidea). Con frecuencia, el cáncer de tiroides se cura
con solo la cirugía, especialmente si el cáncer es pequeño. Si el cáncer dentro de la
tiroides es grande o si se ha extendido a los ganglios linfáticos del cuello, o si su médico
piensa que usted tiene un riesgo alto de recurrencia, el yodo radiactivo puede ser
utilizado después de sacar la glándula tiroides.
Terapia con yodo radiactivo. (Se conoce también como terapia con I-131). Las células
tiroideas y la mayoría de los cánceres diferenciados de tiroides absorben y concentran
el yodo. Es por eso que el yodo radiactivo se puede usar para eliminar todo el tejido
tiroideo normal que quede después de la cirugía y potencialmente destruir también
tejido canceroso residual (Véase el folleto de Iodo radiactivo). El procedimiento usado
para destruir tejido tiroideo residual se conoce como ablación con yodo radiactivo. Esto
produce altas concentraciones de Iodo radiactivo en los tejidos tiroideos, lo cual hace
que eventualmente mueran las células. Como la mayoría de los otros tejidos en el
cuerpo no absorben o concentran el yodo en forma eficiente, el yodo radiactivo usado
durante el procedimiento de ablación suele tener muy poco o ningún efecto en los
tejidos fuera de la tiroides. Sin embargo, en algunos pacientes que reciben dosis más
altas de yodo radiactivo para el tratamiento de metástasis de cáncer de tiroides, el yodo
radiactivo puede afectar las glándulas que producen la saliva y resultar en
complicaciones como sequedad de la boca. Si se necesitan dosis altas, puede haber un
riesgo pequeño de desarrollar otros cánceres más adelante. Este riesgo es muy
pequeño y aumenta a medida que aumenta la dosis de yodo radiactivo. Los riesgos
potenciales del tratamiento pueden ser minimizados utilizando la dosis más pequeña
posible. El balancear los riesgos potenciales contra los beneficios de la terapia con yodo
radiactivo es una discusión importante que usted debe tener con su médico si se le
recomienda la terapia con yodo radiactivo.
Si su doctor recomienda tratamiento con yodo radiactivo, su nivel de TSH debe ser
aumentado, lo cual se puede lograr de dos maneras:
La primera es suspender las píldoras de hormona tiroidea (levotiroxina) por 3-6
semanas. Esto trae como resultado que su cuerpo produzca niveles altos de TSH en
forma natural. Esto resultará en hipotiroidismo, lo cual puede traer síntomas como
fatiga, intolerancia al frío, y otros, que pueden ser significativos. Para minimizar los
síntomas de hipotiroidismo, es posible que su médico le recete T3 (Cytomel™,
liotironina) que es una forma de hormona tiroidea de acción corta, que se toma después
de parar la levotiroxina y hasta dos semanas antes del tratamiento con yodo radiactivo.
Alternativamente, la TSH se puede aumentar lo suficiente sin parar la hormona tiroidea,
inyectando TSH en su cuerpo. La TSH recombinante (rhTSH, Thyrogen®) se puede
administrar en forma de dos inyecciones en los días anteriores al tratamiento con yodo
radiactivo. El beneficio de esta forma de tratamiento es que usted puede continuar el
tratamiento con hormona tiroidea y evitar los posibles síntomas relacionados con el
hipotiroidismo.
Independientemente de que usted se vuelva hipotiroideo (suspendiendo la hormona
tiroidea) o use terapia con TSH recombinante, es posible que también su médico le
recomiende una dieta baja en yodo por 1 a 2 semanas antes del tratamiento
(véase Dieta baja en iodo FAQ) lo que resultará en mejorar la absorción de yodo
radiactivo, maximizando el efecto del tratamiento.

Tto avanzado

El cáncer de tiroides que se ha extendido (metastásico) fuera de la región del cuello es


raro, pero puede ser un problema serio. La cirugía y el yodo radiactivo siguen siendo la
mejor manera de tratar esos cánceres siempre y cuando estos tratamientos sigan
funcionando. Sin embargo, para canceres más avanzados, o cuando la terapia con yodo
radiactivo ya no es efectiva, se necesitarán otras formas de tratamiento. La radiación
externa dirige rayos X enfocados en forma muy precisa a las áreas que deben ser
tratadas – con frecuencia tumor que ha recurrido localmente o se ha extendido a los
huesos u otros órganos. Esto puede matar o enlentecer el crecimiento de esos tumores.
El cáncer que se ha extendido más ampliamente requiere tratamiento adicional.
Nuevos agentes quimioterapéuticos que han mostrado cierta efectividad en el
tratamiento de otros cánceres avanzados, se están haciendo más ampliamente
disponibles para el tratamiento del cáncer de tiroides. Estas drogas rara vez curan los
cánceres avanzados que se han diseminado por el cuerpo, pero pueden enlentecer o
revertir parcialmente el crecimiento del cáncer. Estos tratamientos usualmente los
administra el oncólogo (especialista en cáncer) y con frecuencia requieren cuidado en
un centro médico regional o universitario.

Seguimiento

Los exámenes de seguimiento periódicos son esenciales para todos los pacientes con
cáncer de tiroides porque este cáncer puede recurrir- a veces muchos años después del
tratamiento inicial aparentemente exitoso. Estas visitas de seguimiento incluyen una
historia y examen físico cuidadoso, con especial atención al área del cuello. El
ultrasonido del cuello es una herramienta importante para visualizar el cuello y buscar
nódulos, bultos o ganglios linfáticos cancerosos que pudiesen indicar que el cáncer ha
vuelto. También son importantes los exámenes de sangre para los pacientes con cáncer
de tiroides. La mayoría de los pacientes a quienes se les ha extirpado la tiroides por
cáncer requieren reemplazo de hormona tiroidea con levotiroxina (Véase el folleto
de Tratamiento con hormona tiroidea). La dosis de levotiroxina recomendada por su
doctor va a estar determinada en parte por la extensión inicial de su cáncer de tiroides.
Cánceres más avanzados usualmente necesitan dosis más altas para suprimir la TSH
(reducir el nivel de TSH por debajo del límite inferior de lo normal). En casos de
cánceres de mínimo o muy bajo riesgo se considera seguro mantener la TSH en el rango
normal. El nivel de TSH es un buen indicador de si la dosis de levotiroxina está ajustada
correctamente, y debe ser seguido periódicamente por su doctor.
Otra prueba importante es la medición de la tiroglobulina (Tg). La tiroglobulina es una
proteína producida por tejido tiroideo normal y por células cancerosas de tiroides y se
debe medir usualmente al menos una vez al año. Después de tiroidectomía y
tratamiento de ablación con yodo radiactivo los niveles de tiroglobulina generalmente
suelen estar muy bajos o indetectables cuando todas las células tumorales han
desaparecido. Por lo tanto, un nivel de tiroglobulina que está subiendo podría indicar la
posibilidad de recurrencia del cáncer. Algunos pacientes tienen anticuerpos contra la
tiroglobulina lo que puede hacer difícil confiar en el resultado de la Tg, ya que este
resultado puede ser incorrecto.
Además de las pruebas sanguíneas de rutina, su médico puede querer repetir el
gamagrama /rastreo del cuerpo periódicamente para determinar si todavía persisten
células tiroideas. Cada vez más, estos gamagramas suelen hacerse sólo en pacientes de
alto riesgo y están siendo reemplazados por ultrasonidos del cuello de rutina y
mediciones de tiroglobulina que son más confiables para la detección de las
recurrencias de cáncer, especialmente cuando ambas pruebas se hacen juntas.

Pronostico

En general, el pronóstico del cáncer de tiroides es excelente, especialmente en


pacientes menores de 45 años y en aquellos con tumores pequeños. Pacientes con
cáncer papilar que tienen un tumor primario que está confinado dentro de la propia
glándula tiroides tienen un futuro excelente. La sobrevida a los 10 años de dichos
pacientes es del 100% y la muerte por cáncer de tiroides en cualquier momento es
extremadamente rara. Para pacientes mayores de 45 años de edad, aquellos con
tumores más grandes o más agresivos, el pronóstico sigue siendo muy bueno, pero el
riesgo de recurrencia del cáncer es mayor. El pronóstico no es tan bueno en pacientes
cuyo cáncer está más avanzado o no puede ser removido completamente con cirugía o
destruido con tratamiento de yodo radiactivo. Sin embargo, estos pacientes suelen vivir
por mucho tiempo y sentirse bien a pesar del cáncer. Es importante hablar con su
médico sobre su perfil individual de cáncer y su pronóstico. Será necesario el monitoreo
de por vida, aun después de un tratamiento exitoso.

Cáncer Medular de Tiroides


CÁNCER DE TIROIDES
El cáncer de tiroides es relativamente infrecuente, comparado con otros cánceres. En los
Estados Unidos, se estima que en el año 2016 aproximadamente 64,000 pacientes serán
diagnosticados con cáncer de tiroides, comparado con más de 240,000 pacientes con cáncer de
mama y 135,000 pacientes con cáncer de colon. Sin embargo menos de 2000 pacientes morirán
de cáncer de tiroides cada año. En el año 2013, el último año para el cual había estadísticas
disponibles, más de 630,000 pacientes estaban viviendo con cáncer de tiroides en los Estados
Unidos. El cáncer de tiroides usualmente es muy tratable y con frecuencia se puede curar con
cirugía (véase el folleto de cirugía de tiroides) y en casos indicados yodo radioactivo,(véase el
folleto de yodo radiactivo). Aun en los casos de cáncer de tiroides más avanzados, existe
tratamiento efectivo para la mayoría de las formas comunes de cáncer de tiroides. Aun cuando
el diagnóstico de cáncer de tiroides suele ser aterrador, el pronóstico para la mayoría de los
pacientes con cáncer papilar y folicular es usualmente excelente.
CÁNCER MEDULAR DE TIROIDES
El cáncer medular de tiroides (CMT) constituye el 1% a 2% de los cánceres de tiroides en los
Estados Unidos. CMT es diferente de otros tipos de cánceres de tiroides (los cuales se derivan
de células foliculares de la tiroides – las células que producen hormona tiroidea) en que éste se
origina de las células C parafoliculares (también llamadas las células-C) de la glándula tiroides.
Éstas células no producen hormonas tiroideas, sino que producen una hormona diferente
llamada calcitonina.
El CMT puede y frecuentemente suele extenderse a los ganglios linfáticos y también puede
extenderse a otros órganos. El CMT suele presentarse en varios miembros de una familia
(formas hereditarias) en hasta un 25% de los casos y las formas hereditarias se pueden asociar
con otros tumores endocrinos, en síndromes conocidos como Neoplasia Endocrina Múltiple
(NEM) 2A y NEM 2B. Además del CMT, los pacientes con NEM2A pueden tener tumores de
las glándulas adrenales conocidos como feocromocitomas, o en las glándulas paratiroides
(adenomas paratiroideos). Los pacientes con NEM 2B tienen CMT, feocromocitomas y
neuromas (típicamente un crecimiento benigno o un tumor del tejido nervioso) en la mucosa de
la boca o del tracto gastrointestinal.
Los pacientes con una forma hereditaria de CMT usualmente tienen una mutación en un gen
llamado el RET-proto- oncogén. Esta mutación está presente en todas las células de su cuerpo
(una mutación de línea germinal) y esta mutación es responsable del desarrollo del CMT. Esto
es importante porque en los familiares de una persona con una forma hereditaria de CMT, una
prueba de sangre buscando la mutación en el proto- oncogén puede conducir a un diagnóstico
temprano de CMT y a cirugía curativa para removerlo. Sin embargo, en la mayoría de los
pacientes ( 75%), no se encuentra una mutación de línea germinal, indicando que el CMT no es
una condición hereditaria o heredable. En estos casos, el CMT se conoce como esporádico.
Saber si el CMT es esporádico o familiar se puede determinar con una prueba de sangre para el
RET protooncogen. Toda persona diagnosticada con CMT se debe hacerse esta prueba para
determinar si el MTC es familiar (lo que significa que otros miembros de la familia también
pueden tener CMT que no ha sido todavía diagnosticado) o esporádico.
Cáncer Medular de Tiroides FAQs
¿QUÉ ES LA GLÁNDULA TIROIDES?
La glándula tiroides tiene forma de mariposa y normalmente se localiza en la parte de adelante
del cuello; su trabajo es formar las hormonas tiroideas, volcarlas al torrente sanguíneo y
entregarla a todos los tejidos del cuerpo. Las hormonas tiroideas ayudan al cuerpo a utilizar
energía, mantener la temperatura corporal y a que el cerebro, el corazón, los músculos y otros
órganos funcionen normalmente.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DEL CÁNCER MEDULAR DE TIROIDES?
El cáncer medular de tiroides usualmente se presenta como una masa o nódulo en la tiroides.
Esto lo puede notar el paciente, o el doctor lo puede descubrir durante un examen de rutina del
cuello. Algunas veces, el nódulo se descubre incidentalmente por estudios de imágenes hechos
por razones no relacionadas (TAC del cuello, PETscan o ultrasonido de las carótidas). El
nódulo puede no causar síntomas, pero en algunos casos el tumor puede haberse extendido a los
ganglios linfáticos del cuello, los cuales pueden estar agrandados al examen físico.
Los pacientes con CMT avanzado pueden quejarse de dolor en el cuello, la mandíbula o el
oído. Si un nódulo es lo suficientemente grande para comprimir la tráquea, puede causar
dificultad con la respiración o la capacidad de tragar. Puede haber ronquera si el cáncer invade
el nervio que controla las cuerdas vocales.
El CMT usualmente es más agresivo que las otras formas más comunes de cáncer de tiroides
(véase el folleto de cáncer de tiroides papilar y folicular) y usualmente es más fácil de tratar y
controlar si se encuentra antes que se extienda a los ganglios linfáticos en el cuello u otras
partes del cuerpo.
Las pruebas de función tiroidea como la TSH usualmente están normales, aun cuando esté
presente el CMT.
Si usted tiene una historia familiar de CMT y su prueba de la mutación RET ha sido positiva,
entonces usted deberá ver un endocrinólogo para que le ayude a determinar la mejor forma de
seguirlo o tratarlo.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA EL CÁNCER MEDULAR DE TIROIDES?
El diagnóstico de cáncer de tiroides se hace usualmente con una biopsia con aguja fina (PAF)
de un nódulo tiroideo, o después que el nódulo ha sido removido por cirugía. Los pacientes
cuyo resultado de la biopsia PAF (o histopatología) es sugestivo o indicativo de CMT, deben
ser evaluados con la medición de las proteínas calcitonina y antígeno carcinoembrionario
(CEA) en la sangre, los cuales están típicamente elevados en pacientes con CMT.
Estas pruebas son útiles para confirmar el diagnóstico de CMT, lo cual puede asegurar que el
cirujano planifique la cirugía correcta, y también servir como marcadores tumorales durante el
seguimiento a largo plazo para detectar cualquier enfermedad residual o recurrencia del cáncer.
¿QUÉ ES LA MUTACIÓN RET?
El proto-oncogen RET está localizado en el cromosoma 10. Se puede observar una mutación en
el oncogén RET en todas las células del cuerpo en pacientes con las formas hereditarias de
CMT. Las mutaciones en el RET también se pueden observar sólo en las células del tumor en
pacientes con CMT esporádico. Desde el descubrimiento del oncogén RET se han identificado
más de 100 mutaciones diferentes en este gen en pacientes con CMT.
Se debe ofrecer asesoramiento genético y la prueba para las mutaciones del RET a todo
paciente diagnosticado con CMT y a los parientes de primer grado (padres, hermanos e hijos de
alguien diagnosticado con CMT) de todos los pacientes con mutaciones demostradas de la línea
germinal (CMT hereditario). Si a los familiares cercanos, especialmente niños, se les encuentra
la mutación RET en una prueba de sangre, la glándula tiroides puede ser removida antes de que
el CMT tenga chance de desarrollarse, o al menos en sus estados más tempranos.
¿CÓMO SE TRATA EL CÁNCER MEDULAR DE TIROIDES?
El tratamiento primario del CMT es la cirugía, y la estrategia aceptada actualmente es la de
quitar toda la glándula tiroides (tiroidectomía total) (véase el folleto de cirugía de la tiroides).
Los pacientes con CMT frecuentemente tendrán cáncer de tiroides presente en los ganglios
linfáticos del cuello o en la parte superior del tórax. Estos ganglios linfáticos usualmente son
removidos al momento de la cirugía de tiroides, o algunas veces, en una cirugía posterior si es
que se encuentran más adelante. Después de la cirugía, los pacientes deberán recibir tratamiento
de reemplazo con hormona tiroidea de por vida.
A diferencia del cáncer papilar y folicular, el cáncer medular de tiroides no capta el yodo, y por
lo tanto el yodo radiactivo no es una opción de tratamiento para pacientes con CMT.
A los pacientes con CMT que tienen niveles muy altos de calcitonina se les debe hacer estudios
de imágenes antes de la cirugía para determinar si el tumor se ha extendido a sitios fuera de la
tiroides y/o fuera del cuello. Si existe evidencia de cáncer fuera del cuello, la cirugía puede ser
más paliativa, dirigida a reducir las complicaciones locales causadas por el tumor, más que a
tratar de eliminar completamente el tumor. Otras opciones de tratamiento (radiación externa o
quimioterapia) pueden ser necesarias junto con la cirugía después de una discusión cuidadosa
con el paciente.
Nuevos agentes quimioterapéuticos que han demostrado cierta efectividad en el tratamiento de
otros cánceres avanzados están siendo utilizados más a menudo para el tratamiento de los
cánceres de tiroides. Dos de dichos agentes, Vandetanib y Cabozantinib han sido aprobados por
la FDA para el uso en pacientes con CMT. Éstas drogas no curan los cánceres avanzados que se
han extendido por todo el cuerpo, pero con frecuencia pueden enlentecer o revertir
parcialmente el crecimiento del cáncer. Éstos tratamientos usualmente son administrados por
un oncólogo (especialista en cáncer) y requieren cuidado en centros médicos especializados.
¿CUÁL ES EL SEGUIMIENTO DE LOS PACIENTES CON CMT?
Los exámenes de seguimiento periódico son esenciales para todos los pacientes con CMT
porque el cáncer de tiroides puede regresar, algunas veces muchos años después de un
tratamiento inicial exitoso. Estas visitas de seguimiento deben incluir una historia y examen
físico cuidadosos, con atención particular a la zona del cuello. El ultrasonido del cuello es
también una herramienta muy importante para visualizar el cuello y buscar nódulos, masas o
ganglios linfáticos agrandados que puedan indicar que el cáncer ha recurrido.
Las pruebas de sangre también son importantes en el seguimiento de los pacientes con CMT.
Todos los pacientes a quienes se les ha extirpado su glándula tiroides, requieren tratamiento de
reemplazo con levotiroxina.
Los niveles de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) deben ser medidos periódicamente
y la dosis de levotiroxina ajustada para mantener la TSH en el rango normal. No hay necesidad
de mantener la TSH suprimida en pacientes con CMT.
La medición de la calcitonina y CEA son una rutina necesaria en el seguimiento de pacientes
con CMT. Después de la tiroidectomía, es deseable que los niveles de calcitonina sean
esencialmente indetectables de por vida. Un nivel detectable o que va en aumento debe crear
sospecha de una posible recurrencia del cáncer. Los niveles de calcitonina detectables pueden
requerir pruebas adicionales.
¿CUÁL ES EL PRONÓSTICO DEL CÁNCER MEDULAR DE TIROIDES?
El pronóstico del CMT usualmente no es tan favorable como el de los cánceres diferenciados
de tiroides (cáncer papilar y folicular). Sin embargo, si se descubre temprano, la cirugía puede
ser curativa. Aún en los casos en los que no se descubre temprano, la progresión del CMT con
frecuencia es relativamente lenta. La supervivencia a largo plazo depende del estadio de la
enfermedad al momento del diagnóstico. Los niveles sanguíneos de calcitonina o CEA durante
el primer año después de la cirugía también pueden predecir la sobrevida del paciente.
La ATA (Asociación Americana de Tiroides) se asocia con el Consorcio para el Registro del
Carcinoma Medular de Tiroides (CMT)
El Consorcio para el Registro del Carcinoma Medular de Tiroides (CMT) se está asociando con
la Asociación Americana de Tiroides (ATA) para crear un registro (lista) de todos los nuevos
casos de CMT diagnosticados en los Estados Unidos en los próximos 10 a 15 años (el Registro
de CMT). El propósito del registro es ayudar a entender cuáles son los factores de riesgo
asociados con el desarrollo de CMT.
Cirugia De La Tiroides
SÍNTOMAS
Los procedimientos quirúrgicos de la tiroides se indican para pacientes con una variedad de
afecciones tiroideas, incluyendo nódulos tiroideos cancerosos y benignos (no cancerosos),
glándulas tiroides grandes (bocios) y glándulas hiperactivas. Existen varios tipos de
operaciones de tiroides que un cirujano puede realizar, incluyendo
1) Biopsia o extracción de un bulto- quitar una pequeña parte de la glándula tiroides.
2)Lobectomía– sacar la mitad de la glándula tiroides; 3)Quitar casi toda la glándula tiroides
(tiroidectomía subtotal– cuando se deja una pequeña cantidad de tejido tiroideo en ambos
lados o tiroidectomía casi-total– cuando se deja aproximadamente un gramo o centímetro de
tejido tiroideo en un lado); o 4) Tiroidectomía total, en la cual se elimina todo el tejido tiroideo
identificable. Existen indicaciones específicas para cada una de estas operaciones. El principal
riesgo de una operación de la tiroides incluye el posible daño a estructuras anatómicas cercanas
a la misma, principalmente las glándulas paratiroides (que regulan los niveles de calcio) y los
nervios de la laringe recurrentes y externos (que controlan las cuerdas vocales).
Cuando se recomienda cirugía de la tiroides, los pacientes deben hacer varias preguntas en
relación con las operaciones de tiroides, incluyendo:
(1) ¿Por qué necesito una operación?
(2)¿Existen otras alternativas de tratamiento?
(3)¿Qué tipo de evaluación necesito antes de mi operación?
(4) ¿Cómo selecciono al cirujano?
(5) ¿Cuáles son los riesgos de la operación?
(6) ¿Qué porción de mi glándula tiroides se debe sacar?
(7) ¿Qué puedo esperar una vez que decida proceder con la cirugía?
(8) ¿Quedaré normal después de la cirugía? ¿Por qué necesito una operación?
El motivo más frecuente por el que los pacientes necesitan cirugía de la tiroides es después de
la evaluación de un nódulo tiroideo, lo cual generalmente incluye una punción con aguja fina
(Véase el folleto sobre Nódulos tiroideos).
Puede recomendársele cirugía por cualquiera de los siguientes resultados de la punción:
(1) Cáncer (cáncer papilar);
(2) Posible cáncer (neoplasia folicular); o
(3) Benigno.
Se le puede recomendar cirugía por nódulos con punción benigna si el nódulo es grande, si
continúa creciendo o si está causando síntomas (dolor, dificultad para tragar, etc). La cirugía
también es una opción de tratamiento para el hipertiroidismo (Véase el folleto
de Hipertiroidismo), para bocios grandes y multinodulares y para cualquier bocio que este
causando síntomas.
Cirugia De La Tiroides FAQs
QUÉ ES LA GLANDULA TIROIDES?
¿EXISTEN OTRAS ALTERNAT IVAS DE TRATA MIENTO?
La cirugía es necesaria, sin lugar a dudas, cuando se ha diagnosticado cáncer de tiroides o
existe la posibilidad del mismo (Véase el folleto de Cáncer de tiroides). En ausencia de un
posible cáncer de tiroides, puede haber opciones de tratamiento no quirúrgicas, dependiendo
del diagnóstico. Usted deberá discutir las opciones de tratamiento con su médico.
¿QUÉ TIPO DE EVALUACIÓN NECESITO ANTES DE MI OPERACIÓN?
Al igual que para otras operaciones, todo paciente que esté considerando cirugía de la tiroides
debe ser evaluado pre-operatoriamente con una historia médica y examen físico completo,
incluyendo una evaluación cardiopulmonar (de corazón). Generalmente se recomienda un
electrocardiograma y una radiografía de tórax antes de la tiroidectomía para pacientes mayores
de 45 años de edad, o aquellos que tengan síntomas de enfermedad cardíaca. Se hacen
exámenes de sangre para determinar si existe algún trastorno hemorrágico. Cualquier paciente
que haya tenido un cambio en la voz, o que haya tenido una operación previa del cuello deberá
tener una evaluación pre-operatoria de las cuerdas vocales. Esto es importante para determinar
si el nervio de la laringe recurrente, que inerva los músculos de las cuerdas vocales, está
funcionando normalmente. Finalmente, si el tipo de cáncer de tiroides diagnosticado es la
forma poco frecuente de cáncer medular, es importante investigar la posibilidad de tumores
adrenales coexistentes (feocromocitomas) o de hipercalcemia e hiperparatiroidismo (Véase el
folleto de Cáncer de tiroides).
¿CÓMO SELECCIONO AL CIRUJANO?
En general, la cirugía de tiroides la hace mejor un cirujano que haya recibido entrenamiento
especial y que practique cirugía de tiroides en forma regular. Los pacientes deben preguntarle a
sus médicos a donde irían ellos para operarse de la tiroides o donde enviarían a un familiar, ya
que la frecuencia de complicaciones de operaciones de la tiroides es menor cuando la cirugía la
hace un cirujano que realiza un número considerable de operaciones por año.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS DE LA OPERACIÓN?
Los riesgos más importantes de la cirugía de tiroides incluyen: 1) Hemorragia que puede causar
distrés respiratorio agudo, 2) Daño al nervio de la laringe recurrente que puede causar ronquera
permanente, y 3) Daño a las glándulas paratiroides que controlan los niveles de calcio en el
cuerpo, causando hipoparatiroidismo.
Estas complicaciones ocurren con mayor frecuencia en pacientes que tienen muchos ganglios
linfáticos afectados por el tumor y/o tumores invasivos, en pacientes que requieren una segunda
operación de tiroides, y en pacientes con bocios grandes que se extienden por debajo del
esternón. Las complicaciones también son más frecuentes cuando el cirujano no tiene mucha
experiencia con operaciones de tiroides. En general, el riesgo de cualquier complicación seria,
debería ser menor del 2%. Sin embargo, el riesgo de complicaciones que se discute con el
paciente deberá ser el del cirujano en particular, y no el riesgo citado en la literatura. Antes de
la cirugía, los pacientes deberán dar su consentimiento con información por parte del cirujano,
acerca de las razones para la operación, los métodos alternativos de tratamiento, y los riesgos y
beneficios potenciales de la operación.
¿QUÉ CANTIDAD DE MI GLÁNDULA TIROIDES SE DEBE SACAR?
Los pacientes deberán discutir con el cirujano qué tipo de operación de tiroides se va a realizar,
tal como una lobectomía o una tiroidectomía total, y la razón por la cual se recomienda ese tipo
de procedimiento. Para pacientes con cáncer papilar o folicular, la mayoría, aunque no todos los
cirujanos recomiendan una tiroidectomía total o casitotal cuando piensen que el tratamiento
posterior con yodo radiactivo puede ser útil (Véase el folleto de Cáncer de tiroides). Para
pacientes con tumores primarios grandes (>1.5 cm.) y para cualquier cáncer medular, se
requiere una disección más extensa de los ganglios linfáticos para eliminar posibles metástasis
a los ganglios.
La tiroidectomía es un método excelente de tratamiento para pacientes con nódulos benignos
múltiples y/o bocios grandes, ya sean hiperactivos o con funcionamiento normal. Para pacientes
con nódulos unilaterales, hiperactivos o de funcionamiento normal, la lobectomía de la tiroides
corrige estos problemas en forma satisfactoria. Para pacientes con hipertiroidismo debido a la
enfermedad de Graves o bocios multinodulares (Véase el folleto de Hipertiroidismo), muchos
cirujanos recomiendan una lobectomía total en el lado del bocio o de los nódulos más grandes y
una resección subtotal o casi-total en el lado opuesto.
¿QUÉ PUEDO ESPERAR UNA VEZ QUE DECIDA PROCEDER CON LA
CIRUGÍA?
Una vez que se haya reunido con el cirujano y haya decidido proceder con la cirugía, a usted se
le dará cita para su evaluación pre-operatoria (véase más arriba) y se reunirá con el
anestesiólogo (la persona que le administrará la anestesia durante su cirugía). Usted no deberá
comer ni beber nada después de la media noche anterior al día de su cirugía y deberá dejar sus
cosas de valor y sus joyas en casa. La cirugía usualmente tarda entre 2-2 ½ horas, después de lo
cual usted se despertará poco a poco en la sala de recuperación. Puede haber un drenaje
quirúrgico en su cuello en el lugar de la incisión (el cual se le sacará a la mañana siguiente de
su operación) y puede dolerle la garganta debido al tubo que se le colocó para respirar durante
la operación. Una vez que esté bien despierto, a usted se le llevará a una habitación en el
hospital donde podrá comer y beber cuando lo desee. La mayoría de los pacientes sometidos a
cirugía de tiroides permanecen hospitalizados por aproximadamente 24 horas y puede dárseles
de alta a la mañana siguiente de la operación. La actividad normal puede comenzar en el primer
día post-operatorio. Deberán evitarse los deportes vigorosos como la natación, y actividades
que incluyan levantamiento de cosas pesadas durante al menos 10 días.
¿QUEDARÉ NORMAL DESPUÉS DE LA CIRUGÍA?
Sí. Una vez que se haya recuperado de los efectos de la cirugía de la tiroides, usted podrá hacer
todas las cosas que hacía antes de la operación. Muchos pacientes desarrollan hipotiroidismo
después de la cirugía, requiriendo tratamiento con hormona tiroidea (Véase el folleto
de Hipotiroidismo). Esto es particularmente cierto si su cirugía ha sido por cáncer de tiroides.
Además, si usted tiene cáncer de tiroides, su médico le puede recomendar tratamiento con yodo
radiactivo, antes de comenzar la terapia con hormona tiroidea (Véase el folleto de Cáncer de
tiroides).
TRATAMIENTO
La hormona tiroidea se utiliza en dos situaciones: 1) Para reemplazar la función de la glándula
tiroides que ya no funciona normalmente (terapia de sustitución) y 2) para prevenir el
crecimiento de tejido tiroideo (terapia de supresión).
TERAPIA DE SUSTITUCIÓN CON HORMONA TIROIDEA
Muchas personas tienen una glándula tiroides que no puede producir suficiente hormona
tiroidea para cubrir las necesidades del cuerpo. Esto se conoce como Hipotiroidismo y puede
ser debido a una glándula tiroides que no funciona (por ejemplo en la enfermedad de
Hashimoto), a la destrucción de la glándula por medio de la cirugía o el tratamiento radiactivo o
a una glándula pituitaria que no funciona (véase el folleto de Hipotiroidismo). El
hipotiroidismo es la razón por la que más frecuentemente se necesita tratamiento de sustitución
con hormona tiroidea.
El objetivo del tratamiento con hormona tiroidea es el de reproducir de la forma más cercana
posible el funcionamiento normal de la glándula tiroides. La tiróxina sintética pura (T4)
funciona de la misma manera que la hormona tiroidea del paciente. La hormona tiroidea es
necesaria para la salud de todas las células del cuerpo. Por lo tanto, el tomar hormona tiroidea
es diferente de tomar otros medicamentos, porque su función es la de reemplazar una hormona
que está faltando. El único riesgo asociado con tomar hormona tiroidea es el de tomar
demasiada o muy poca. La función tiroidea va a ser monitorizada por su médico para estar
seguro que esto no suceda.
¿CÓMO SE SELECCIONA LA DOSIS DE LA HORMONA TIROIDEA?
Cuando alguien comienza por primera vez a tomar hormona tiroidea, la dosis inicial se escoge
cuidadosamente basada en información como es el peso de la persona, su edad y otras
condiciones médicas. Luego la dosis deberá ser ajustada por el médico para mantener la
función tiroidea normal. Su médico se asegurará que la dosis de hormona tiroidea sea correcta
haciendo un examen físico y midiendo los niveles de TSH.
Existen varias marcas de hormona tiroidea disponible. Estas incluyen Synthroid®, Levoxyl®,
Unithroid® y Levothroid®. Aunque todas estas marcas contienen la misma T4 sintética, los
ingredientes inertes varían con cada una de las diferentes marcas. En general, es mejor
continuar con la misma marca. Si no se puede evitar cambiar de marca, deberá asegurarse de
que su médico esté en conocimiento del cambio, de modo que se pueda chequear su función
tiroidea. También existen formulaciones genéricas de hormona tiroidea (Levo-T®,
Novothyrox® y levothyroxine sodium). Si su plan de medicamentos cambia su hormona
tiroidea a una preparación genérica, es importante notificar a su médico.
¿CÓMO DEBO TOMAR LA HORMONA TIROIDEA?
La hormona tiroidea es fácil de tomar. Como permanece en su organismo por un largo período,
se puede tomar una sola vez al día, y esto resulta en niveles sanguíneos muy estables de
hormona tiroidea. Cuando la hormona tiroidea se usa para tratar el hipotiroidismo, la meta del
tratamiento es mantener la función tiroidea en el mismo rango de la gente que no tiene
problemas de tiroides. Esto se logra manteniendo los niveles de TSH en el rango normal. El
mejor momento de tomar la hormona tiroidea es a primera hora de la mañana con el estomago
vacío. Esto es debido a que la comida en el estómago puede afectar la absorción de la hormona
tiroidea. Sin embargo, lo más importante es ser constante, y tomar la hormona tiroidea a la
misma hora y de la misma manera todos los días. Si usted está tomando otras medicinas,
debería discutir la mejor hora de tomar la hormona tiroidea con su médico. A veces, tomar la
hormona tiroidea en la noche puede evitar que ésta interaccione con la comida o con otros
medicamentos.
No deje de tomar su hormona tiroidea sin discutirlo antes con su médico. La mayoría de los
problemas tiroideos son permanentes, y por lo tanto la mayoría de los pacientes requieren
hormona tiroidea de por vida. Si usted se olvida de tomar una dosis de hormona tiroidea, lo
mejor es tomar esa dosis en cuanto se acuerde. También, está bien tomar dos tabletas al día
siguiente; una en la mañana y otra en la noche. Es muy importante que sus niveles de hormona
tiroidea y TSH sean controlados periódicamente, aún cuando se esté sintiendo bien, de modo
que la dosis de hormona tiroidea pueda ser ajustada en caso necesario.
¿LA HORMONA TIROIDEA INTERACCIONA CON OTROS
MEDICAMENTOS?
El tomar otros medicamentos puede hacer que una persona necesite una dosis mayor o menor
de hormona tiroidea. Algunos de los medicamentos que pueden hacer que se requiera una dosis
más alta de hormona tiroidea incluyen los anticonceptivos orales, estrógeno, testosterona,
medicamentos anti-convulsivos (por ejemplo Dilantin y Tegretol) y algunos medicamentos para
la depresión. Sin embargo, otros productos pueden impedir la absorción de la totalidad de la
dosis de la hormona tiroidea. Estos incluyen el hierro, calcio, soja y algunos medicamentos
utilizados para bajar el colesterol. Por todas estas razones, es importante que las personas que
toman hormona tiroidea, mantengan a sus médicos informados de cualquier cambio en los
medicamentos o suplementos que están tomando.
¿DEBERÍA TOMAR HORMONA TIROIDEA DURANTE EL EMBARAZO?
Como la hormona tiroidea es una hormona que normalmente se encuentra presente en el
cuerpo, es absolutamente segura de tomar durante el embarazo. De hecho, es muy importante
que las mujeres embarazadas, o las mujeres que estén contemplando quedar embarazadas
tengan función tiroidea normal para proveer un ambiente óptimo para el bebé. Las mujeres que
están tomando hormona tiroidea, con frecuencia necesitan una dosis más alta durante el
embarazo, por lo cual es importante medir los niveles de hormona tiroidea y TSH cuando usted
se entera que está embarazada. Usted deberá discutir el momento de hacerse las pruebas con su
médico, pero con frecuencia la función tiroidea debe ser revisada cada trimestre.
¿QUÉ HAY ACERCA DE LAS HORMONAS TIROIDEAS ``NATURALES``?
La tiroides de animales disecada (secada y pulverizada) (Armour®), que ahora se obtiene
principalmente de cerdos era la forma mas común de terapia tiroidea antes de que las hormonas
tiroideas activas individuales fueran descubiertas. Esta todavía se puede comprar a través de
Internet –legalmente se vende como un suplemento, pero ilegalmente se vende como medicina.
Como las píldoras hechas con tiroides de animales no están purificadas, estas contienen
hormonas y otras proteínas que no existen en el cuerpo fuera de la glándula tiroides. Mientras
que la tiroides disecada contiene tanto T4 como T3, el balance de T4 y T3 en los animales no es
igual que en los humanos, de modo que las hormonas en las píldoras de tiroides de animales no
son necesariamente “naturales” para el cuerpo humano. Más aún, las cantidades de T4 y T3
pueden variar en cada lote de tiroides disecada, haciendo más difícil mantener los niveles
correctos en la sangre. Finalmente, aun las píldoras de tiroides disecada contienen sustancias
químicas para mantener la pastilla unida, así que tampoco son completamente “naturales”. La
tiroides de animales disecada se prescribe rara vez hoy en día, y no existe ninguna evidencia de
que la tiroides disecada tenga ninguna ventaja sobre la T4 sintética.
¿QUÉ HAY DE LA T3?
Mientras que la mayoría de las acciones de la hormona tiroidea son debidas a la T3, la mayoría
de la T3 en el cuerpo proviene de la conversión de T4. La conversión de T4 a T3 ocurre en
forma normal en pacientes hipotiroideos. La T3 tiene una vida media muy corta en el cuerpo,
mientras que la vida media de la T4 es mucho más larga, asegurando un suministro contínuo de
T3. Existe una preparación de T3 sintética (Cytomel®). Después de tomar una tableta de T3
habrá unos niveles muy altos de T3 por un corto tiempo y luego los niveles caen rápidamente.
Esto implica que la T3 tiene que tomarse varias veces al día, y aún haciendo esto no se pueden
estabilizar los niveles de T3 en forma apropiada. Además, es imposible evitar tener demasiada
hormona tiroidea en el sistema poco después de tomar cada dosis de T3. Niveles altos de T3
pueden conducir a síntomas desagradables tales como palpitaciones, insomnio y ansiedad. Los
niveles altos de T3 también pueden afectar el corazón y los huesos. Otro de los inconvenientes
de usar T3 es que el cuerpo no tiene la posibilidad de regular el suministro de T3 de acuerdo a
sus propias necesidades. Por lo tanto, no existe ninguna indicación para el uso de la T3 sola
para el tratamiento del hipotiroidismo.
¿Y QUÉ SE DICE DEL TRATA MIENTO COMBINADO DE T4 Y T3?
En los Estados Unidos existen algunas preparaciones que contienen tanto T4 como T3
(Thyrolar®). Las preparaciones de la combinación T4/T3 contienen mucha más T3 que la que
se produce naturalmente en el cuerpo. Por esta razón pueden tener los mismos efectos
secundarios que cuando se toma la T3 sola. También se administra una vez al día, ignorando la
vida media corta de la T3 en el cuerpo. Existe cierto interés en saber si la combinación de T4 y
T3, con una menor cantidad de T3, administrada más de una vez al día puede resultar en un
mejor tratamiento del hipotiroidismo, especialmente en aquellos pacientes que no se sienten
completamente normales tomando T4 solamente. Un período de prueba de 3 a 6 meses es
razonable para determinar si el tratamiento combinado de T4 y T3 será útil.
¿LA HORMONA TIROIDEA ME PUEDE AYUDAR SI TENGO SÍNTOMAS DE
HIPOTIROIDISMO, PERO NIVELES NORMALES DE HORMONA TIROIDEA?
Algunas personas con niveles sanguíneos normales de hormona tiroidea tienen síntomas
similares a los del hipotiroidismo. Varios estudios científicos han evaluado la pregunta de si el
tratamiento con T4 puede beneficiar a los pacientes con síntomas similares a los del
hipotiroidismo, pero con niveles normales de hormona tiroidea. En todos los casos, no hubo
diferencia entre la T4 y un placebo (pastilla de azúcar) en cuanto a mejorar los síntomas o el
bien-estar.
¿POR QUÉ PODRÍA YO NECESITA R TRATA MIENTO SUPRESIVO CON
HORMONA TIROIDEA?
Cuando la hormona tiroidea se utiliza para tratar el hipotiroidismo, el objetivo del tratamiento
es mantener la función tiroidea dentro de límites normales. La hormona tiroidea también se
puede utilizar para mantener el nivel de TSH en el rango bajo, o normal-bajo. Esto tiene por
efecto el de eliminar una de las señales para que el tejido tiroideo crezca, y se conoce como
tratamiento supresivo con hormona tiroidea. Esta modalidad del uso de la hormona tiroidea se
puede utilizar para tratar de evitar el crecimiento de los nódulos tiroideos o de una glándula
tiroides que ya está aumentada de tamaño. Este tipo de tratamiento debe ser considerado
cuidadosamente antes de comenzarlo. También debe ser controlado cuidadosamente debido al
riesgo de ritmo cardíaco irregular y rápido, exacerbación de dolor de pecho y disminución de la
densidad ósea.
TRATAMIENTO DEL CÁNCER DE TIROIDES
Después de la cirugía para el cáncer de tiroides, se necesita la hormona tiroidea tanto para
reemplazar la función de la glándula que ha sido eliminada, como para evitar el crecimiento de
cualquier pequeño residuo de células cancerosas (véase el folleto de Cáncer de tiroides). El
tratamiento de supresión con hormona tiroidea es una parte importante del tratamiento del
cáncer de tiroides y es efectivo para detener el crecimiento de cáncer de tiroides microscópico o
de cáncer de tiroides residual. La duración del tratamiento de supresión en pacientes con cáncer
está siendo debatido actualmente. En este caso, el beneficio de prevenir el crecimiento de
células tiroideas cancerosas sobrepasa el riesgo de un pequeño aumento en la posibilidad de
frecuencia cardíaca rápida e irregular, exacerbación del dolor de pecho y disminución de la
densidad ósea. Un médico debe controlar cuidadosamente este tipo de tratamiento.
Nódulos Tiroideos
El término nódulo tiroideo se refiere a cualquier crecimiento anormal de las células tiroideas
que forman un tumor dentro de la tiroides. Aunque la gran mayoría de los nódulos tiroideos son
benignos (no cancerosos), una pequeña proporción de estos nódulos sí contienen cáncer de
tiroides. La mayoría de los nódulos de tiroides necesitan algún tipo de evaluación para
diagnosticar y tratar el cáncer de tiroides en estadios tempranos.
Preguntas frecuentes sobre Nódulos Tiroideos
¿QUÉ ES LA GLÁNDULA TIROIDES?
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE UN NÓDULO TIROIDEO?
La mayoría de los nódulos tiroideos no causan ningún síntoma. Comúnmente, se descubren
durante el examen físico de rutina o en estudios de imágenes como un tomografía o ultrasonido
del cuello que se realizan por razones no relacionadas con las tiroides. Ocasionalmente, los
pacientes notan los nódulos de tiroides al notar un bulto en el cuello al mirarse en el espejo,
acomodarse el cuello de la camisa, o ajustarse un collar. Pruebas de tiroides anormales pueden
ocasionalmente ser la causa por la que se descubre un nódulo de tiroides. Los nódulos de
tiroides pueden producir cantidades excesivas de hormona tiroidea causando hipertiroidismo
(véase folleto de Hipertiroidismo ).
Sin embargo, la mayoría de nódulos de tiroides, incluidos los que son cáncer, usualmente son
no funcionales, lo que significa que pruebas como la TSH son normales. Raramente, los
pacientes con nódulos de tiroides se quejan de dolor en el cuello, la mandíbula o el oído. Si el
nódulo es lo suficientemente grande para causar presión en la vía respiratoria o el esófago,
puede causar dificultad para respirar, tragar o una sensación de cosquilleo en la garganta. Mas
raramente, puede causar ronquera si el nódulo invade el nervio que controla las cuerdas vocales
y usualmente esto pasa en casos de cáncer.
Los puntos importantes a recordar son:
 Los nódulos de tiroides generalmente no causan síntomas
 Las pruebas de tiroides son usualmente normales - aún cuando el nódulo sea cáncer
 La mejor forma de encontrar un nódulo de tiroides es seguro que su doctor le examine
el cuello.
¿CUAL ES LA CAUSA DE LOS NÓDULOS DE TIROIDES Y QUE TAN COMÚNES SON?
No sabemos cual es la causa de la mayoría de los nódulos de tiroides, pero son extremadamente
comunes. A la edad de 60 años, casi la mitad de las personas tiene un nódulo de tiroides que
puede ser encontrado en el examen físico o por estudios de imágenes. Por fortuna, más de 90%
de los nódulos son benignos. La tiroiditis de Hashimoto que es la causa más común de
hipotiroidismo (ver folleto de hipotiroidismo ), está asociada con un riesgo aumentado de
nódulos de tiroides. La deficiencia de yodo, que es poco común en Estados Unidos, es otra
causa de nódulos de tiroides.
Rara vez es posible determinar solo con el examen físico y los exámenes de sangre si un nódulo
es canceroso, y por eso la evaluación de un nódulo de tiroides con frecuencia requiere de
pruebas especializadas como una punción de tiroides con aguja fina, un centellograma tiroideo,
y / o una ecografía de la tiroides.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA EL NÓDULO TIROIDEO?
Una vez se descubre el nódulo de tiroides, su doctor determinará si el resto de su glándula
tiroides es saludable o si está afectado por una condición más general como hipertiroidismo o
hipotiroidismo.
Su doctor examinará su tiroides para ver si toda la glándula está agrandada o si hay un nódulo
solitario, o múltiples nódulos.
Estudios de laboratorio iniciales pueden incluir los niveles de hormona de tiroides (tiroxina,
T4) y la hormona estimulante de tiroides (TSH) en su sangre para determinar si su tiroides
funciona normalmente.
Ya que usualmente no es posible determinar si un nódulo de tiroides es cáncer solamente con el
examen físico y pruebas de laboratorio, la evaluación de nódulos de tiroides incluye exámenes
especiales como el ultrasonido de tiroides y la biopsia con aguja fina.
ULTRASONIDO DE TIROIDES
El ultrasonido de tiroides es una herramienta fundamental en la evaluación de nódulos de
tiroides. Utiliza ondas de sonido de alta frecuencia para obtener una imagen de la tiroides. Esta
prueba es muy precisa y fácilmente permite determinar si un nódulo es sólido o si está lleno de
líquido (cístico), y además permite medir con precisión el tamaño del nódulo. El ultrasonido
también permite identificar nódulos sospechosos y algunas características del ultrasonido son
más frecuentes en nódulos con cáncer de tiroides que en nódulos que no son cáncer. El
ultrasonido de tiroides también permite identificar nódulos que son muy pequeños para detectar
en el examen físico. El ultrasonido también se usa para guiar la aguja directamente al nódulo
cuando su doctor piensa que una biopsia es necesaria. Luego de completar la evaluación
inicial, el ultrasonido de tiroides puede usar para seguir de cerca a los nódulos de tiroides que
no requieren cirugía para determinar si estos están creciendo o haciéndose más pequeños con el
paso del tiempo. El ultrasonido es una prueba no dolorosa que muchos doctores pueden hacer
en su oficina.
BIOPSIA DE ASPIRACION DE TIROIDES CON AGUJA FINA
El término biopsia de aspiración de tiroides con aguja fina, puede producir temor, pero la aguja
que se utiliza es muy pequeña y el uso de un anestésico local puede no ser necesario. Este
procedimiento sencillo, se realiza con frecuencia en la oficina del médico. Algunas veces, los
medicamentos anticoagulantes se suspenden por algunos días antes del procedimiento. Por lo
demás, la biopsia usualmente no requiere ningún otro tipo de preparación especial (no se
necesita ayunar). Los pacientes usualmente regresan a casa o al trabajo luego de la biopsia sin
necesitar tiritas. Para su biopsia, su doctor usará una aguja muy delgada para obtener células de
su nódulo de tiroides. Generalmente, se tomarán algunas muestras de diferentes áreas del
nódulo para darle a su doctor mayor oportunidad de encontrar células cancerígenas si es que
estas están presentes.
El reporte de una biopsia con aguja fina de tiroides usualmente indicará uno de los siguientes
hallazgos:
1. El nódulo es benigno (sin cáncer).
Este resultado se obtiene en casi 80% de las biopsias. El riesgo de cáncer cuando la biopsia es
benigna es de menos de 3 en 100 biopsias o 3%. Este riesgo es aún menor cuando la biopsia se
revisa por un patólogo con experiencia en un centro médico grande. Generalmente, los nódulos
benignos no son removidos a menos que causen síntomas como dificultad para tragar. En estos
casos, ultrasonidos seriados son importantes. Ocasionalmente, se puede requerir otra biopsia en
el futuro, especialmente si el nódulo crece con el tiempo.
2. El nódulo es maligno (cáncer) o sospechoso para malignidad.
Un resultado maligno se encuentra en casi 5% de las biopsias y es más frecuente debido a
cáncer papilar de tiroides, que es el tipo más común de cáncer de tiroides. Un resultado
sospechoso para malignidad tiene un riesgo de cáncer en el nódulo de 50-75%. Estos resultados
requieren cirugía para remover su tiroides luego de consultar a su endocrinólogo y cirujano.
3. El nódulo es indeterminado.
Este es en realidad un grupo de varios diagnósticos, que pueden ocurrir hasta en un 20% de los
casos. Un resultado indeterminado significa que a pesar de que suficientes células fueron
removidas de su nódulo durante la biopsia, el examen con el microscopio no permite clasificar
el resultado como maligno o benigno. La biopsia puede ser indeterminada porque el nódulo se
describe como lesión folicular. Estos nódulos son cáncer 20-30% del tiempo. Sin embargo, el
diagnóstico sólo se puede hacer con cirugía. Debido a que la probabilidad de que el nódulo no
sea canceroso es alta (70-80%), usualmente solo se remueve con cirugía el lado de la tiroides
que tiene el nódulo. Si se encuentra cáncer, el resto de la tiroides debe ser removida también. Si
la cirugía confirma que no hay cáncer, no se necesita sacar el resto de la tiroides. La biopsia
también puede ser indeterminada porque las células del nódulo tienen características que no
permiten clasificarlas en las otras categorías. Este diagnóstico se llama atipia, o lesión folicular
de significado incierto. Estos nódulos raramente tienen cáncer, así que usualmente se
recomienda una segunda biopsia o una operación quirúrgica para remover el lado de la tiroides
que contiene el nódulo.
4. La biopsia puede ser no diagnosticada o inadecuada.
Este resultado se obtiene en menos de 5% de los casos, cuando se usa ultrasonido para guiar la
biopsia. Este resultado indica que no se obtuvieron suficientes células para hacer un
diagnóstico, pero es un resultado común cuando el nódulo es un quiste. Estos nódulos pueden
requerir una segunda evaluación con una nueva biopsia, o pueden ser removidos con cirugía
dependiendo de la recomendación de su médico.
CENTELLEO DE TIROIDES
El centelleo de tiroides era utilizado en el pasado para evaluar nódulos de tiroides. Sin
embargo, el ultrasonido de tiroides y biopsia han probado ser muy precisos y sensibles para la
evaluación de los nódulos de tiroides, haciendo que el centelleo de tiroides no se considera de
primera línea para la evaluación. El centelleo de tiroides, es importante para la evaluación de
nódulos raros que causan hipertiroidismo. En esos casos, el examen de medicina nuclear de la
tiroides puede sugerir que los nódulos no requieren biopsia ni otras evaluaciones. En la mayoría
de las otras situaciones, el ultrasonido de tiroides y la biopsia son las mejores y más precisas
pruebas para evaluar todos los nódulos de tiroides.
PRUEBAS DIAGNOSTICAS MOLECULARES
¿Pueden otras pruebas ayudar en la evaluación de nódulos de tiroides?
Si, se han desarrollado nuevas pruebas que examinan los genes en el ADN de los nódulos de
tiroides y otras están en desarrollo. Estas pruebas pueden proporcionar información importante
sobre la presencia o ausencia de cáncer. Estas pruebas son de particular ayuda cuando el
espécimen evaluado por el patólogo es indeterminado. Estas pruebas se hacen en muestras que
se obtienen especialmente durante el proceso regular de la biopsia. Existen también pruebas
especiales de sangre que pueden asistir en el diagnóstico de nódulos de tiroides. Estas pruebas
están disponibles sólo en centros altamente especializados, pero su disponibilidad está
aumentado rápidamente. Pregúntele a su médico si estas pruebas están disponibles y si hay de
ayuda para la evaluación de su nódulo de tiroides.
¿CÓMO SE TRATAN LOS NÓDULOS TIROIDEOS?
Todos los nódulos de tiroides que tienen cáncer o que son altamente sospechosos de cáncer
deben ser removidos por un cirujano experto de tiroides. La mayoría de los canceres de tiroides
son curables y rara vez causan problemas que amenazan la vida (vea folleto de Cáncer de
Tiroides ). Los nódulos de tiroides que son benignos o que son muy pequeños para hacerles
biopsia deben ser seguidos con ultrasonido cada 6-12 meses, y un examen físico anual por su
médico. También, aún cuando la biopsia sea benigna, se podrá recomendar cirugía para sacar el
nódulo si este sigue creciendo, o si desarrolla características de riesgo en el ultrasonido.
Radiación Nuclear y la Glándula Tiroides
POR QUE LA GLÁNDULA TIROIDES PRECISA ESPECIAL
PROTECCIÓN LUEGO DE UN ESCAPE DE MATERIAL
RADIOACTIVO?
La glándula tiroides necesita iodo para producir las hormonas que regulan la energía y el
metabolismo del cuerpo. La tiroides absorbe o capta el iodo disponible del torrente sanguíneo.
La glándula no puede distinguir entre el iodo estable o regular del iodo radioactivo y va a
absorber todo lo que le sea posible. En bebés y niños, la glándula tiroides es una de las partes
del cuerpo más sensible a la radiación.
La mayoría de los accidentes nucleares liberan iodo radioactivo en la atmósfera el cual puede
ser absorbido por el cuerpo. Cuando las células tiroideas captan demasiado iodo radioactivo,
puede producirse cáncer de tiroides que se desarrollará varios años después de la exposición.
Los bebés y los niños son los que tienen mayor riesgo. Este riesgo es menor para los individuos
mayores de 40 años de edad.
El cáncer de tiroides parece ser el único cáncer cuya incidencia aumenta luego de un escape
nuclear. El yoduro de potasio protege solamente a la glándula tiroides, pero este el órgano que
corre más peligro frente al iodo radioactivo.
Radiación Nuclear y la Glándula Tiroides FAQs
QUE ES LA GLANDULA TIROIDES?
QUE ES EL IODURO DE POTASIO (KI)?
El ioduro de potasio (KI) es la misma forma de iodo utilizada para iodar la sal. El KI inunda a
la glándula con iodo, previniendo de esta manera que el iodo radioactivo sea absorbido. Si se
toma en el momento adecuado, el KI protege a la glándula tiroides del iodo radioactivo que
provenga de diferentes fuentes: a través del aire, comida, leche y agua. El KI es una medicación
que no necesita receta y puede adquirirse a través de Internet y en algunas farmacias. Se elabora
en pastillas o en forma liquida. Los productos de KI aprobados por la Food and Drug
Administration FDA son: IOSAT (tabletas de 130 mg), THYROSAFE (tabletas de 65 mg) y
THYROSHIELD (Solución de 65 mg/ml). Empaquetado en forma adecuada, el KI puede tener
una fecha de vencimiento de 5 años y a veces hasta de 11 años. Si Ud. toma un comprimido
vencido, puede ser que no funcione pero no le va a producir ningún daño.
CUAL ES LA PRUEBA QUE ASEGURA QUE EL KI FUNCIONA?
Luego del accidente nuclear de Chernobyl en 1986, vientos cruzados llevaron una nube
radioactiva sobre Europa. Casi 3000 individuos fueron expuestos a esta radiación que
desarrolló cáncer de tiroides en los 10 años siguientes. La mayoría de las víctimas habían sido
bebés y niños que vivían en Ucrania,Belarus o Rusia al momento del accidente. La región de
mayor riesgo se extendió en un radio de 200 millas (aproximadamente 321 Km.) desde
Chernobyl.
Polonia, inmediatamente adyacente a Belarus y Ucrania, distribuyó KI a >95% de sus niños
dentro de los tres días posteriores al accidente y no parece haber tenido un incremento en la
incidencia de cáncer de tiroides.
QUIEN DEBERÍA TOMAR KI?
Debido a que los niños son los que tienen mayor riesgo frente a la exposición al iodo
radioactivo, el KI debe estar disponible para todos los niños. Además, debido al riesgo que
corren los fetos que están en desarrollo, las mujeres embarazadas también deberían recibir KI
frente al evento de un accidente nuclear. Los adultos tienen un riesgo menor, pero aun así
pueden beneficiarse con el KI. Sumado al KI, debe darse prioridad a la evacuación y buscar un
refugio, en una habitación sin ventilación con las ventanas y puertas cerradas.
Evitar alimentos, leche y agua contaminados. El KI no debe tomarse en lugar de cualquier otra
medida preventiva.
CUANDO DEBE TOMARSE EL KI?
El KI llena a las células tiroideas y evita que la glándula capte el iodo radioactivo por
aproximadamente 24 hs. Se debe tomar una dosis al día mientras están expuestos al iodo
radioactivo hasta que el peligro se termine. El KI debe ser utilizado solamente bajo
indicaciones de las autoridades de salud local. No todos los escapes radioactivos incluyen el
iodo radioactivo que puede causar cáncer de tiroides. Por ejemplo, una “bomba sucia” no
contiene iodo radioactivo porque tiene una vida media corta. (Una “bomba sucia” es una bomba
convencional con material radioactivo mixto y esta diseñada para explotar y eliminar isótopos
radioactivos y contaminar un área determinada. Las autoridades de salud pueden determinar
que tipo de isótopos radioactivos se han liberado durante un evento nuclear. Si se ha producido
el escape de iodo radioactivo, las autoridades de salud indicarán cuando y cuanto tiempo se
debe tomar el KI.
CUALES SON LA DOSIS RECOMENDADAS DE KI?
La FDA recomienda las siguientes dosis:

EDAD DOSIS

0-1 mes 15 mg

1 mes -3 años 30-35 mg

3-12 años 65 mg

>12 años 130 mg

La manera más sencilla para preparar 16 mg para los recién nacidos menores a 1 mes es
disolver una píldora de 130 mg en 225 ml (8oz) de agua y darle al bebé 28 ml (1oz) del
líquido.
QUIENES NO DEBERÍAN TOMAR KI?
Millones de personas han tomado KI pero se han informado muy pocos efectos adversos. Las
únicas personas que no deberían tomar KI son aquellos que han tenido reacciones alérgicas
mayores al iodo. Durante una emergencia nuclear, el beneficio del KI supera con creces
cualquier otro riesgo potencial. Los adultos mayores de 40 años no necesitan KI a menos que
estén expuestos a niveles extremadamente elevados de iodo radioactivo.
Los pacientes con enfermedad tiroidea pueden tomar de manera segura los comprimidos en las
dosis recomendadas por la FDA. Si se toman por un tiempo suficientemente largo, el KI puede
producir hipotiroidismo temporario (una glándula poco activa o funcionante)
“Suficientemente largo” es diferente para cada individuo. Un tratamiento prolongado puede ser
un serio problema para los niños, estos niños deberá ser evaluados más adelante por un médico.
Los pacientes con Enfermedad de Graves (hipertiroidismo) o con nódulos tiroideos autónomos
(funcionantes) también debes ser evaluados a posteriori.
POR QUE PREOCUPA TANTO EL CÁNCER DE TIROIDES SI LA MAYORÍA
DE LAS PERSONAS SOBREVIVEN AL MISMO?
En general, el 90% de las personas sobreviven al cáncer de tiroides (se curan). Los cánceres
post-Chernobyl han sido muy agresivos y se han desarrollado principalmente en niños menores
a 10 años de edad. Los pacientes con cáncer de tiroides siempre tienen riesgo de recurrencia y
requieren seguimiento de por vida. De esta manera los individuos expuestos a iodo radioactivo
por el accidente de Chernobyl que no han desarrollado cáncer de tiroides tienen riesgo de por
vida de hacerlo y deben continuar siendo evaluados. La demanda de la evaluación regular y el
cuidado de esta gran población implican una gran carga para los pacientes y al sistema de salud.
COMO DEBERÍA SER INCORPORADO EL KI EN UN PLAN DE
EMERGENCIA?
El KI es un adjunto al plan de evacuación, refugio y evitar alimentos, agua o leche
contaminados. El KI no reemplaza otras medidas preventivas.
NO TENER QUE TOMAR LAS PÍLDORAS DE KI LLEVA A LAS PERSONAS A
TENER UN FALSO SENTIDO DE SEGURIDAD?
No es probable. Las autoridades locales recomiendan que las personan abandonen la zona de la
emergencia nuclear tan pronto como sea posible. Se les explica a estas personas que el KI es
simplemente un complemento de la evacuación.
PARA QUE PERDER TIEMPO TOMANDO LAS PASTILLAS SI YA SE INDICÓ
LA EVACUACIÓN?
Los escapes nucleares son impredecibles y si hay tráfico atascado (embotellamiento de tráfico)
es muy probable que endentezca el período de evacuación. Se debe tomar el KI previo a la
evacuación, siguiendo las instrucciones de las autoridades oficiales locales.
POR QUE OFRECER KI A LAS PERSONAS DENTRO DEL RADIO DE LOS 16
O 32KM. (10 O 20 MILLAS) DE LA PLANTA NUCLEAR? LA RADIACIÓN NO
PUEDE DAÑAR EN ZONAS MÁS ALEJADAS?
El departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) ha recomendado la distribución de KI a
los individuos que residen dentro de los 16 Km. (10 millas) de una planta nuclear.
La Asociación Americana de Tiroides (ATA) recomienda que la distribución de KI no debe
limitarse a los 16 o 32 Km. (10 o 20 millas) nadie puede predecir cuan lejos la radiación puede
esparcirse. Luego de Chernobyl, se encontraron tasas más elevadas que las esperadas de cáncer
de tiroides más allá de los 300 Km.(200 millas) de la planta nuclear. Por lo tanto, nadie puede
predecir que tan lejos de la planta nuclear debe distribuirse el KI para proteger a las personas
que pudieron estar expuestas al iodo radioactivo. Como no existe una respuesta correcta, la
Asociación Americana de Tiroides recomienda tres niveles de cobertura, determinado por la
distancia de la planta nuclear:
DISTANCIA ACCIÓN

0 – 50 mi Pre distribuir el KI en las casas, mantener el KI a mano

Tener disponibilidad almacenada de KI en lugares públicos (Hospitales, escuelas,

50 – 200 mi Estaciones de policía y bomberos)

> 200 mi Tener disponibilidad almacenada de KI desde el HHS

QUE ESTÁN HACIENDO OTROS PAÍSES?


La Organización Mundial de la Salud recomienda la distribución de KI. Francia, Irlanda,
Suecia y Suiza no solo almacenan KI sino que lo predistribuyen a su población.

Microcarcinomas de la glándula tiroides


INFORMACIÓN GENERAL
Los nódulos tiroideos son comunes. Prácticamente todo el mundo desarrollará pequeños
nódulos tiroideos (de menos de 1 cm de tamaño) que pueden detectarse mediante ecografía
cuando alcancen los 65 años. La mayoría de estos nódulos no requieren ninguna
investigación. Los nódulos que miden menos de 5-6 mm prácticamente nunca necesitan más
atención. Los nódulos que miden entre 7 y 10 mm ocasionalmente exhibirán características
sospechosas que inducen a una biopsia con aguja (aspiración con aguja fina). Los
microcarcinomas son cánceres de tiroides <1 cm de tamaño. Estos microcarcinomas suelen
ser  cáncer de tiroides papilar , el tipo más común de cáncer de tiroides. Sigue habiendo mucho
debate entre los especialistas en cáncer de tiroides sobre cómo manejar estos pequeños
cánceres.
Preguntas frecuentes sobre microcarcinomas de la glándula
tiroides
¿QUÉ ES LA GLÁNDULA TIROIDES?
ALGUNOS NÚMEROS
Los microcarcinomas (menos de 1 cm) son muy comunes y pueden ocurrir en hasta 1 de cada
10 adultos en los Estados Unidos. La mayoría de los pacientes desconocen su existencia ya que
no presentan ningún síntoma. La mayoría de los microcarcinomas se descubren
accidentalmente, generalmente durante un estudio de imágenes que incluye el cuello realizado
por razones no relacionadas. El pronóstico de estos pequeños cánceres es excelente, pero no
importa cuán pequeño sea el cáncer, la palabra "cáncer" puede dar miedo. De nota:
 Existe un 10% de riesgo de que el tumor crezca alrededor de 3 mm de tamaño en 10
años, lo que significa que aproximadamente el 90% de los cánceres de tiroides
pequeños no crecen.
 Existe un 4% de riesgo de que el tumor se disemine a los ganglios linfáticos alrededor
de la tiroides a los 10 años, lo que significa que aproximadamente el 96% de los
tumores no se diseminan.
 Dado que la gran mayoría de los microcarcinomas de tiroides no causarán ningún
riesgo para la salud durante la vida del paciente, los médicos creen que existen 2 enfoques
correctos para el manejo de estos tumores: escisión quirúrgica versus vigilancia activa.
 El riesgo de morir por un cáncer de tiroides pequeño es extremadamente pequeño
(menos de 1 de cada 1000 personas).
CIRUGÍA
La cirugía de los microcarcinomas papilares de tiroides generalmente consiste en extirpar el
lóbulo de la glándula tiroides que contiene el microcarcinoma. Los ganglios linfáticos alrededor
de la glándula tiroides generalmente no se extirpan a menos que parezcan agrandados o
sospechosos en una ecografía del cuello o en el momento de la cirugía. A diferencia de los
cánceres de tiroides más avanzados, generalmente no es necesario administrar yodo radiactivo
después de la cirugía para los microcarcinomas papilares.
La supervivencia después de la cirugía por microcarcinoma papilar de tiroides es superior al
99%. Las posibilidades de que el cáncer de tiroides reaparezca después de la cirugía están entre
el 2 y el 4%. Si hay una recurrencia, generalmente ocurre en el otro lóbulo de la tiroides o en
los ganglios linfáticos en el área central del cuello (alrededor de la tiroides). Estos ganglios
linfáticos habrían sido demasiado pequeños para que el cirujano los notara y los extrajera en el
momento de la operación inicial. Estos ganglios linfáticos pueden o no crecer con el tiempo y,
si lo hacen, crecen muy lentamente. La probabilidad de que los microcarcinomas de tiroides se
propaguen a partes distantes del cuerpo fuera del área del cuello es mucho menos del 1%.
Si bien la cirugía de microcarcinomas es muy segura en manos de cirujanos experimentados,
existen complicaciones que deben tenerse en cuenta. Al igual que con cualquier cirugía, la
cirugía de tiroides está sujeta a los riesgos típicos de cualquier operación, incluidos sangrado,
infección y problemas con la anestesia. Además de estos riesgos, la cirugía de tiroides
comúnmente resultará en una cicatriz de 1 a 2 pulgadas en la base del cuello que puede sanar de
manera diferente en diferentes personas. Los dos problemas principales asociados
específicamente con la cirugía de tiroides son las complicaciones de la voz y los niveles bajos
de calcio. Ambos pueden ser temporales o permanentes, pero los cambios permanentes son
muy poco comunes en manos de un cirujano de tiroides experimentado.
Otros factores a tener en cuenta a la hora de optar por la cirugía son el tiempo de recuperación y
el seguimiento. El tiempo de recuperación típico después de la cirugía de tiroides es de 5 a 7
días. Algunos pacientes no se sienten del todo bien hasta 8 semanas después de la cirugía. Este
tiempo de recuperación se debe en gran parte al tiempo necesario para determinar si será
necesario un suplemento de hormona tiroidea después de la cirugía y, si es necesario, ajustar la
hormona tiroidea a la dosis adecuada. Aproximadamente la mitad de los pacientes a los que se
les extirpa la mitad de la tiroides necesitarán suplementos de hormona tiroidea, mientras que
todos los pacientes a los que se les extirpe la tiroides por completo requerirán píldoras de
hormona tiroidea.
La mayoría de las personas sienten lo mismo con o sin tiroides. Algunos pacientes tienen que
probar diferentes dosis de hormona tiroidea hasta que se sientan bien. Una pequeña minoría
continúa quejándose de aumento de peso, problemas energéticos y emocionales, así como
deterioro cognitivo, incluso si sus hormonas tiroideas se encuentran en el rango normal.
Después de la cirugía de tiroides, se requiere un seguimiento de por vida. Implica análisis de
sangre anuales para asegurar que los niveles de hormona tiroidea sean normales y una ecografía
ocasional cada 5 años.
VIGILANCIA ACTIVA
No es necesario extirpar todos los microcarcinomas de tiroides en el momento del
diagnóstico. Datos recientes han demostrado que del 5 al 10% de los microcarcinomas de
tiroides pueden crecer o diseminarse a los ganglios linfáticos cercanos en el transcurso de 10
años. Hasta ahora no se han reportado muertes en la vigilancia de microcarcinomas de tiroides,
y ningún paciente ha informado que su cáncer de tiroides se haya extendido a otras áreas de su
cuerpo fuera del cuello. Muchos pacientes sienten que evitar la cirugía cuando las
probabilidades de progresión son tan pequeñas es un beneficio significativo. Afortunadamente,
incluso para el 5-10% de los carcinomas que crecen o se diseminan durante la vigilancia activa,
una cirugía tardía puede curar el cáncer de tiroides con el mismo pronóstico excelente que si la
cirugía se hubiera realizado inmediatamente después del diagnóstico.
Las posibilidades de progresión de los microcarcinomas de tiroides difieren con la edad. En
pacientes de edad avanzada (mayores de 70 años), las posibilidades de que el cáncer de tiroides
crezca o se disemine probablemente se aproximen al 1-2%, mientras que las posibilidades de
progresión en los pacientes de 20 años probablemente se acerquen al 10-15%. Los pacientes
más jóvenes requerirán un seguimiento más prolongado y algunos pueden optar por que se les
extirpe la tiroides inicialmente. Otras pueden optar por posponer su cirugía a un momento
conveniente que no interfiera con eventos importantes de la vida como graduaciones, bodas,
etc. Es bien sabido que las hormonas y los factores de crecimiento asociados con el embarazo
pueden ser un estímulo leve para el nódulo tiroideo y el cáncer de tiroides. crecimiento. Estos
factores rara vez causan un agrandamiento sustancial de los cánceres de tiroides pequeños y la
mayoría de los tumores no cambian en absoluto durante el embarazo.
No todos los microcarcinomas de tiroides pueden ser candidatos para vigilancia activa. Dado
que el daño potencial principal es que un tumor podría crecer o diseminarse durante el tiempo
que se está monitoreando, los tumores que se encuentran en ubicaciones críticas de la tiroides,
muy cerca de los nervios laríngeos recurrentes, por ejemplo, pueden tratarse mejor mediante
escisión quirúrgica, ya que cualquier crecimiento podría llevar a comprometer la voz. Sin
embargo, en su mayor parte, el crecimiento de un tumor localizado en la tiroides significaría
que requiere cirugía en ese punto. Para detectar un cambio en el tamaño o la diseminación a los
ganglios linfáticos fuera de la glándula tiroides, se requerirá una ecografía tiroidea realizada por
un radiólogo experimentado cada 6 meses durante los primeros 2 años y luego anualmente
durante un máximo de 5 años. Después de 5 años sin crecimiento o propagación
documentados, Las ecografías de tiroides se pueden realizar con mucha menos frecuencia. En
general, el número de visitas del paciente que elige la vigilancia activa probablemente será
mayor que el del paciente que elige la cirugía como tratamiento inicial. Al igual que en los
pacientes que se someten a cirugía inmediata, el seguimiento de los pacientes que optan por la
vigilancia activa continúa durante el resto de la vida del paciente. Dependiendo de la cobertura
del seguro y la edad del paciente, el costo de un enfoque de manejo observacional podría ser el
mismo o potencialmente mayor que el costo de la cirugía inmediata. el seguimiento de los
pacientes que optan por la vigilancia activa continúa durante el resto de la vida del
paciente. Dependiendo de la cobertura del seguro y la edad del paciente, el costo de un enfoque
de manejo observacional podría ser el mismo o potencialmente mayor que el costo de la cirugía
inmediata. el seguimiento de los pacientes que optan por la vigilancia activa continúa durante el
resto de la vida del paciente. Dependiendo de la cobertura del seguro y la edad del paciente, el
costo de un enfoque de manejo observacional podría ser el mismo o potencialmente mayor que
el costo de la cirugía inmediata.
Finalmente, si bien no hay daño físico en un programa de monitoreo de vigilancia activa, podría
haber efectos emocionales al saber que el paciente tiene un cáncer de tiroides en su cuerpo que
está siendo monitoreado. Para ciertos pacientes, esta carga emocional puede ser una buena
razón para optar por una cirugía inmediata. Otros se sienten cómodos con este conocimiento y
entienden que se les está siguiendo de manera adecuada y que, si hubiera algún cambio en el
tamaño del tumor o de los ganglios linfáticos del cuello, siempre pueden optar por someterse a
una cirugía en una etapa posterior.
EN RESUMEN
Los microcarcinomas de la glándula tiroides rara vez crecen o se diseminan a los ganglios
linfáticos cercanos en el área central del cuello. Los datos actuales sugieren que estos tumores
pueden tratarse igualmente bien mediante escisión quirúrgica inmediata o vigilancia activa con
o sin cirugía en una etapa posterior. No se ha informado que ningún cáncer de tiroides pequeño
se disemine fuera del cuello durante un programa de vigilancia y ningún paciente ha muerto de
cáncer de tiroides después de elegir un enfoque de observación para un microcarcinoma. Tanto
la cirugía inmediata como un programa de vigilancia activa son seguros y efectivos en manos
de profesionales calificados. Con suerte, este folleto generará una conversación adicional con
su proveedor de atención médica para permitirle tomar la decisión que sea adecuada para usted.

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