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UNIVERSIDAD CRISTIANA DE BOLIVIA

CARRERA DE MEDICINA

ARTÍCULO

CÁNCER DE TIROIDES

ASIGNATURA: CIRUGÍA DE CARA Y CUELLO

INTEGRANTES:

Mitzi Ali Capobianco 57938

DOCENTE: Dr. CESAR GARCÍA

SANTA CRUZ – BOLIVIA


2022

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¿Que es lá glândula tiroides?
La glándula tiroides tiene forma de mariposa y normalmente se localiza en la parte de adelante
del cuello; su trabajo es formar las hormonas tiroideas, volcarlas al torrente sanguíneo y
entregarla a todos los tejidos del cuerpo. Las hormonas tiroideas ayudan al cuerpo a utilizar
energía, mantener la temperatura corporal y a que el cerebro, el corazón, los músculos y otros
órganos funcionen normalmente

Cáncer de Tiroides

El cáncer de tiroides es relativamente raro, en comparación con otros cánceres. En los Estados
Unidos se estima que para el año 2016 se diagnosticarán aproximadamente 64.000 pacientes
nuevos con cáncer de tiroides, comparado con más de 240.000 pacientes con cáncer de mama
y 135.000 pacientes con cáncer de colon. Sin embargo, menos de 2.000 pacientes mueren de
cáncer de tiroides cada año. En el año 2013, el último año para el cual se dispone de
estadísticas, más de 630.000 pacientes vivían con cáncer de tiroides en los Estados Unidos. El
cáncer de tiroides usualmente responde muy bien al tratamiento y frecuentemente se puede
curar con cirugía (véase el folleto de Cirugía de Tiroides) y, cuando esté indicado, yodo
radiactivo (Véase el folleto de Iodo radiactivo). Aun cuando el cáncer de tiroides está más
avanzado, existe tratamiento efectivo para las formas más comunes de este tipo de cáncer.
Aunque el diagnóstico de cáncer suele ser aterrador, el pronóstico para los pacientes con
cáncer papilar y folicular de tiroides es usualmente excelente.

Este descontrol en las células y en exceso, pueden favorecer la formación de una masa
o tejido que recibe el nombre de tumos. Existen los tumores benignos y malignos que
los podemos clasificar:

 Tumores benignos que no son cáncer y las células no invaden otras partes del
cuerpo y que generalmente, pueden extirparse y además, no suelen volver
aparecer. Los denominamos adenomas.
 Tumores malignos que sí son cánceres donde las células pueden invadir tejidos
cercanos o diseminarse por otras partes del cuerpo. Los denominamos
Carcinomas.
¿CUÁL ES LA CAUSA DEL CÁNCER DE TIROIDES?

El cáncer de tiroides es más común en personas con historia de exposición de la glándula


tiroides a la radiación, con una historia familiar de cáncer de tiroides y en personas mayores de
40 años. Sin embargo, en la mayoría de los pacientes, no conocemos la razón específica por la
cual desarrollan cáncer de tiroides. La exposición de la tiroides a altas dosis de radiación
especialmente si la exposición ocurrió durante la infancia, aumenta el riesgo de desarrollar
cáncer de tiroides. Antes de los años 1960’s, los tratamientos con rayos X se usaban con
frecuencia para tratar condiciones como el acné, inflamación de las amígdalas, adenoides,
nódulos linfáticos o agradamiento de una glándula en el tórax llamada el timo. Más adelante
se encontró que todos estos tratamientos estaban asociados con un aumento del riesgo de
desarrollar cáncer de tiroides en el futuro. Incluso terapia con rayos X usada para tratar
cánceres como la enfermedad de Hodgkin (cáncer de los ganglios linfáticos) o el cáncer de
mama se ha asociado con un aumento del riesgo de desarrollar cáncer de tiroides si el
tratamiento incluyó exposición de la cabeza, el cuello o el tórax. No se ha demostrado que la

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exposición a los rayos X de rutina como rayos X dentales, radiografías de tórax y mamogramas
cause cáncer de tiroides.

Síntomas
Los síntomas del cáncer de tiroides en su gran mayoría son minoritarios. El principal es
un bulto o nódulo que en la mayoría de las ocasiones es asintomático y está
posicionado sobre la garganta.
Otros de los síntomas que pueden alertar que tienes un problema de tiroides y que es
imprescindible que te dirijas a un endocrino serían:

 Un bulto sobre la tráquea o en alguna zona del cuello.


 Dolor en el cuello, mandíbula u oído.
 Dificultad para tragar y/o dolor al deglutir.
 Ronquera.
 Tos crónica que no se asocia con un resfriado.
 Sensación de presión en la garganta cuando usas corbata, prendas de cuello
cerrado.
 Síntomas que indiquen una disfunción de la glándula tiroides.

Estos síntomas pueden derivar simplemente de la existencia del bulto o nódulo en el


tiroides. Esto no implica que el nódulo sea maligno. Lo importante es reconocer estos
síntomas para acudir a un endocrinólogo.

Diagnóstico
Algunos procedimientos y pruebas utilizados para diagnosticar el cáncer de tiroides
son los siguientes:

 Examen físico El médico te examinará el cuello para palpar los cambios físicos
de la tiroides, como los nódulos tiroideos. También puede preguntarte sobre
tus factores de riesgo, como la exposición a la radiación en el pasado y los
antecedentes familiares de tumores de tiroides.
 Análisis de sangre. Los análisis de sangre ayudan a determinar si la glándula
tiroides funciona con normalidad.
 Imágenes por ecografía. La ecografía usa ondas de sonido de alta frecuencia
para crear imágenes de las estructuras del cuerpo. Para crear una imagen de la
tiroides, el transductor de ecografía se coloca en la parte inferior del cuello. La
aparición de tu tiroides en la ecografía ayuda al médico a determinar si es
probable que un nódulo tiroideo no sea canceroso (benigno) o si existe el
riesgo de que sea canceroso.

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 Extirpación de una muestra de tejido tiroideo. Durante una biopsia por
aspiración con aguja fina, el médico introduce una aguja larga y fina a través de
la piel y en el nódulo tiroideo. Las imágenes por ecografía se utilizan
típicamente para guiar con precisión la aguja hacia el nódulo. El médico utiliza
la aguja para extraer muestras de tejido tiroideo sospechoso. La muestra se
analiza en el laboratorio para buscar células cancerosas.
 Otras pruebas de imágenes. Para que el médico determine si el cáncer se
propagó más allá de la tiroides, es posible que debas someterte a una o más
pruebas de imágenes. Las pruebas de imágenes pueden incluir TC, IRM y
pruebas de imágenes nucleares que utilizan un tipo radioactivo de yodo.
 Pruebas genéticas. Algunas personas que padecen cáncer medular de tiroides
pueden sufrir cambios genéticos que pueden estar asociados con otros tipos de
cáncer del sistema endocrino. En función de tus antecedentes familiares, el
médico podría recomendar pruebas genéticas para detectar genes que
aumenten el riesgo de padecer cáncer.

Tipos de Cáncer de Tiroides


Existen cuatro tipos generales de cáncer de tiroides:

 Papilar
 Folicular
 Medular
 Anaplásico

1. Cáncer Tiroideo Papilar


El cáncer tiroideo papilar es el tipo más frecuente y representa del 80% al 90% de
todos los tipos de cáncer tiroideo. Es cerca de 3 veces más frecuente en mujeres que
en hombres. Se observa más a menudo en personas de entre 30 y 60 años, pero crece
y se extiende con más rapidez en personas de edad avanzada. Si se ha recibido
radioterapia en el cuello, generalmente por una afección benigna en la infancia o por
algún otro cáncer en la edad adulta, se corre un riesgo mayor de desarrollar cáncer
papilar.
Este tipo de cáncer crece dentro de la glándula tiroidea, pero a veces se extiende
(metastatiza) a los ganglios linfáticos adyacentes. Si no se trata, puede propagarse a
zonas más distantes.
Casi siempre se puede curar. Si el nódulo es más grande (en particular los mayores de
4 centímetros), se extirpa la mayor parte o la totalidad de la glándula tiroidea. A
menudo, se administra yodo radiactivo para eliminar cualquier neoplasia maligna o
tejido tiroideo remanente. También se administra hormona tiroidea en grandes dosis
para inhibir el crecimiento de cualquier tejido tiroideo remanente.

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Los nódulos con un tamaño menor de 1,5 pulgadas (4 centímetros) se extirpan junto
con el tejido tiroideo circundante (lobectomía e istmusectomía), aunque muchos
expertos recomiendan extirpar la glándula tiroidea por completo (tiroidectomía). Los
médicos sugieren una vigilancia activa para las personas con cánceres tiroideos
papilares muy pequeños que no es probable que se diseminen a los tejidos cercanos.
Durante la vigilancia activa, la persona afectada se somete a una ecografía tiroidea
cada seis meses para detectar cualquier diseminación del cáncer.

2. Cáncer Tiroideo Folicular


El cáncer tiroideo folicular representa alrededor del 10% de todas las formas de cáncer
tiroideo y es más frecuente en las personas mayores. Se presenta más a menudo en las
mujeres que en los hombres.
Este tipo de cáncer, mucho más maligno que el papilar, tiende a extenderse
(metastatizar) por el torrente sanguíneo, por lo que propaga células cancerosas a
varias partes del organismo.
El tratamiento requiere la extirpación quirúrgica de la mayor parte posible de glándula
tiroidea y la destrucción con yodo radiactivo de cualquier tejido tiroideo remanente,
incluidas las metástasis. Por lo general se cura, pero en menos ocasiones que el cáncer
papilar.

3. Cáncer Tiroideo Medular


Alrededor del 4% de los cánceres tiroideos son cánceres tiroideos medulares, que
comienzan en la glándula tiroidea pero en un tipo de célula distinta de la que produce
la hormona tiroidea. El origen de este cáncer es la célula C, que, en condiciones
normales, está dispersa por toda la glándula tiroidea y segrega la hormona calcitonina,
que ayuda a controlar el nivel de calcio en el torrente sanguíneo. Este cáncer produce
cantidades excesivas de calcitonina. Dado que el cáncer medular de tiroides también
produce otras hormonas, causa síntomas poco habituales.
Tiene tendencia a diseminarse (metastatizar) por el sistema linfático a los ganglios
linfáticos y, a través de la sangre, al hígado, a los pulmones y a los huesos. Se
desarrolla junto con otros tipos de cáncer endocrino en lo que se denomina síndrome
de neoplasia endocrina múltiple.
El tratamiento consiste en la extirpación de la glándula tiroidea. Si el cáncer se ha
extendido a los ganglios linfáticos, puede ser necesario realizar otra intervención
quirúrgica. El yodo radiactivo no se usa en el tratamiento en este tipo de cáncer. Más
de dos tercios de los casos cuyo cáncer medular de tiroides forma parte del síndrome
de neoplasia endocrina múltiple se curan.

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El cáncer tiroideo medular presenta a menudo un componente familiar, por tanto las
personas afectadas se someten a pruebas genéticas para identificar la mutación
genética que causa el cáncer. Si se identifica una mutación, los médicos pueden
recomendar pruebas adicionales para los miembros de la familia y algunos de estos
miembros incluso pueden someterse a una extirpación de la glándula tiroidea antes de
que se desarrolle el cáncer.

4. Cáncer Tiroideo Anaplásico


El cáncer tiroideo anaplásico representa alrededor del 2% de todos los tipos de cáncer
tiroideo y es más frecuente en las mujeres mayores. Crece con rapidez y suele producir
un tumor grande y doloroso en el cuello. Además, tiende a diseminarse por todo el
organismo.
Alrededor del 80% de los casos de este tipo de cáncer mueren en un año, aun si
reciben tratamiento. El tratamiento del cáncer anaplásico puede incluir cirugía para
extirpar la glándula tiroidea (y a veces el tejido circundante), radioterapia,
quimioterapia o una combinación de las anteriores. En algunas personas (como las que
tienen tumores de pequeño tamaño que no se han diseminado), el tratamiento con
quimioterapia y radioterapia, antes y después de la cirugía, ha curado algunos
tumores. El yodo radiactivo no está indicado en este tipo de cáncer.

El cáncer de tiroides y la cirugía


La intervención quirúrgica es una de las principales opciones dentro de un diagnóstico
de carcinoma de tiroides. Además, esta condicionará de forma significativa la
evolución del paciente y su pronóstico. El objetivo de la intervención es eliminar o
frenar la enfermedad y evitar la propagación del cáncer a los órganos vecinos y/o a
distancia. Siendo una opción potencialmente curativa.

- Lobectomía

Una lobectomía es una operación en la que se extirpa el lóbulo que contiene cáncer,
por lo general con el istmo (la parte pequeña de la glándula que actúa como un puente
entre el lóbulo izquierdo y el derecho). Esta cirugía algunas veces se usa para tratar los
cánceres de tiroides diferenciados (papilar o folicular) que son pequeños y que no
muestran ningún signo de propagación fuera de la glándula tiroidea. A veces también
se usa para diagnosticar el cáncer de tiroides si el resultado de una biopsia FNA no
provee un diagnóstico claro.
Una ventaja de esta cirugía consiste en que es posible que algunos pacientes no
tengan que tomar pastillas de hormona tiroidea después de la operación, ya que se
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deja parte de la glándula. Sin embargo, dejar parte de la tiroides puede interferir con
algunas pruebas para determinar si hay cáncer recurrente después del tratamiento,
como por ejemplo gammagrafías con yodo radiactivo y análisis de sangre de
tiroglobulina.

- Tiroidectomía

En esta cirugía se extirpa la glándula tiroidea. Esta cirugía es la más común para el
cáncer de tiroides. Al igual que en la lobectomía, este procedimiento generalmente se
realiza a través de una incisión de unas pocas pulgadas de diámetro en la parte frontal
del cuello. Usted tendrá una pequeña cicatriz en la parte frontal del cuello después de
la cirugía, pero esta cicatriz se vuelve menos notable con el paso del tiempo.
Si se extirpa toda la glándula tiroides, a la cirugía se le llama tiroidectomía total. Es
posible que algunas veces el cirujano no pueda extirpar la tiroides por completo. En
caso de que se extirpe casi toda la tiroides, a la cirugía se le llama tiroidectomía casi
total.
Después de una tiroidectomía total o casi total, usted necesitará tomar pastillas de
hormona tiroidea (levotiroxina) diariamente. Sin embargo, una ventaja de esta cirugía
sobre la lobectomía consiste en que después de esta operación su médico podrá vigilar
si la enfermedad recurre (regresa) con gammagrafías con yodo radiactivo y análisis de
sangre de tiroglobulina.

Extirpación de los ganglios linfáticos


Si el cáncer se propagó a los ganglios linfáticos adyacentes al cuello, éstos se extirpan
al mismo tiempo que se realiza la cirugía en la tiroides. Esto es especialmente
importante para el tratamiento contra el cáncer de tiroides medular y el cáncer
anaplásico (cuando la cirugía es una opción).

Para el cáncer papilar o folicular, en el que se cree que sólo uno o dos ganglios
linfáticos agrandados contienen cáncer, estos ganglios pueden extirparse y cualquier
depósito pequeño de células cancerosas que pudiera quedar se trata con yodo
radioactivo.
Con mayor frecuencia, se extirpan varios ganglios linfáticos cercanos a la glándula
tiroides mediante una operación llamada disección del compartimiento central del
cuello. La extirpación de más ganglios linfáticos, incluidos aquellos en el lado del
cuello, se llama disección radical modificada del cuello.

Terapia con yodo radiactivo (radioyodo) para el cáncer de tiroides

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La glándula tiroides absorbe casi todo el yodo de su cuerpo. Debido a esto, se puede
usar yodo radioactivo (RAI, también llamado I-131) para tratar el cáncer de tiroides. El
RAI se acumula principalmente en las células de la tiroides, donde la radiación puede
destruir la glándula tiroides y cualquier otra célula tiroidea (incluyendo las células
cancerosas) que absorbe el yodo, con poco efecto en el resto del cuerpo. La dosis de
radiación utilizada es mucho más potente que la usada en las gammagrafías con yodo
radiactivo.
Este tratamiento se puede usar para extirpar (destruir) cualquier tejido tiroideo que no
haya sido extirpado mediante cirugía o para tratar algunos tipos de cáncer de tiroides
que se hayan propagado a los ganglios linfáticos y a otras partes de su cuerpo.
¿QUÉ TIPO DE SEGUIMIENTO NECESITAN LOS PACIENTES CON CÁNCER DE TIROIDES?

Los exámenes de seguimiento periódicos son esenciales para todos los pacientes con cáncer
de tiroides porque este cáncer puede recurrir- a veces muchos años después del tratamiento
inicial aparentemente exitoso. Estas visitas de seguimiento incluyen una historia y examen
físico cuidadoso, con especial atención al área del cuello. El ultrasonido del cuello es una
herramienta importante para visualizar el cuello y buscar nódulos, bultos o ganglios linfáticos
cancerosos que pudiesen indicar que el cáncer ha vuelto. También son importantes los
exámenes de sangre para los pacientes con cáncer de tiroides. La mayoría de los pacientes a
quienes se les ha extirpado la tiroides por cáncer requieren reemplazo de hormona tiroidea
con

Riesgos y efectos secundarios de la cirugía de la tiroides


Las complicaciones son menos probables cuando la operación la realiza un cirujano
con experiencia en la cirugía de la glándula tiroides. Por lo general, los pacientes que
se someten a cirugía de tiroides están listos para dejar el hospital un día después de la
operación. Algunas complicaciones potenciales de la cirugía de tiroides son:

 Ronquera o pérdida de la voz temporal o permanente. Esto puede ocurrir si la


laringe o la tráquea está irritada debido al tubo de respiración que se usó
durante la cirugía. También puede ocurrir si los nervios de la laringe fueron
dañados durante la cirugía. El médico debe examinar sus cuerdas vocales antes
de la cirugía para ver si se mueven normalmente.
 Daño a las glándulas paratiroideas (glándulas pequeñas que se encuentran
detrás de la tiroides que ayudan a regular los niveles de calcio). Esto puede
causar bajos niveles de calcio en la sangre, lo que conduce a espasmos
musculares y a sensaciones de entumecimiento y hormigueo.
 Sangrado excesivo o formación de un coágulo sanguíneo mayor en el cuello
(hematoma)
 Infección.

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Anexos

Bibliografía
 Asociación Española Cáncer Tiroides. 2022. El cáncer de tiroides.
https://www.aecat.net/el-cancer-de-tiroides/
 www.thyroid.org
 http://www.thyroid.org/wp-content/uploads/patients/brochures/
espanol/cancer_de_tiroides.pdf

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