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Caperucita vintage caperucita millennials

¿una misma infancia?


La mayoría de nosotros coincidimos en que la infancia ha sido la mejor época
de nuestras vidas esa época de juegos, caramelos y muchas veces cuentos.
Pero también coincidimos en que los niños al igual que la literatura infantil se han
centrado en su contenido moralista o educativo que integre al niño en lo que el
adulto considera adecuado o representativo de este.
Por eso pretendo abordar la niñez a partir de los cambios históricos que esta
noción ha tenido y su repercusión en la literatura, para ello utilizare dos versiones
muy diferentes del cuento popular Caperucita Roja.
Para abordar la concepción de la infancia comenzaremos por entender que:
Hoy todo el mundo habla de infancia. Sabemos sin embargo, que durante
muchísimos años la cultura occidental se desentendió de los chicos ( tal vez,
sugieren los historiadores, porque los chicos se morían como moscas y no valía la
pena el esfuerzo de detener la mirada en ellos) y que, tardíamente, en el siglo XVll
muy especialmente, se empezó a hablar de infancia [CITATION mon01 \p 13 \t \l
11274 ]
A partir del XVIIl se comienza a tener una nueva concepción de niñez, surge
la afectividad (se entiende al niño como alguien en necesidad de afecto) y es
justamente en 1812 que los hermanos Grimm reescribieron el tradicional cuento
"caperucita roja”. La diferencia principal de esta versión con respecto al anterior, es
el final feliz, ya que creían que este era inapropiado para niños: Caperucita y la
abuela son rescatadas por el guarda bosques y el lobo es muerto por este. Es la
versión de Caperucita más recordada hasta la actualidad. Cabe destacar que
también optaron por dicho final puesto que les pareció más apropiado un final que
lleve a los niños al suspenso y la reiterada pregunta ¿y qué pasó con caperucita?
que el trágico final que atemorizaba a los niños.
Un pensamiento propio de la época, en el cual surge la infantilización donde
la sociedad comienza a proteger, amar y considerar a los niños como tal.
En dicho relato también se representa la visión del bien y el mal, por ejemplo:
Ya en la casa de la abuela, la bestia finalmente devora a la pequeña niña. Al llegar
el cazador, este tilda al lobo de ―pecador― [ CITATION Gri \l 3082 ] , término con
claras connotaciones religiosas, pues ya no nos encontramos frente a una bestia
que se deja llevar por sus instintos, sino ante la encarnación de la ino cencia en la
dulce caperucita y la malicia en el ya mencionado lobo feroz.
Y hasta acá esta caperucita tradicional y vintage atravesada por esta construcción
de infancia.
Pero… ¿Qué pasaría con una caperucita del siglo XXI? Una caperucita
millennials como la que nos presentan la autora Verónica Álvarez Rivera en Una
Caperucita Rebelde con Causa.
Esta versión renovada nos cuenta la historia de una caperucita más
desobediente, deja de ser una niña para convertirse en una adolescente en una
“niña-grande” como diría la doctora María Cristina Rojas.
En esta ocasión se nos presenta una caperucita un tanto caprichosa y
soberbia, lejos de lo que los hermanos Grimm nos transmiten en el cuento
tradicional.
La diferencia principal de esta versión con la de los hermano Grimm es el
contexto y desarrollo de la historia, esta vez caperucita conducía una tricicleta por
el bosque de había una vez, Y por no respetar la luz roja tuvo un accidente de
tránsito con un agente municipal, un tanto peludo, con orejas grandes y dientes
afilados pero ojo es buena persona y además vegetariano ¿ya se imaginaron de
quien hablo? Así es el lobo feroz no tan feroz.
Uno de los momentos en los que se hace notar esta “niña-grande” es en el
dialogo entre caperucita y el lobo
Le dijo muy disgustado: -¿Qué haces, caperucita, estas loquita? !tendrías que
haber frenado!-
Caperucita, furiosa con manito en la cintura, le dijo con ironía: -si cruce
cuando el semáforo estaba en colorado- y agrego convencida -para que sepas,
papafrita, el rojo es el color con el que cruzan las caperucitas-
Observamos que esta caperucita representa una niñez de la posmodernidad,
que tiende a diluirse y va perdiendo algunos de sus rasgos específicos. Como
menciona M. Rojas el niño es sujeto en actualidad, no en función de un futuro.
Estos niños nacen en un mundo donde las leyes (si bien no han dejado de existir)
ya no son el fundamento del lazo social.
También notamos, en esta caperucita, una tendencia a la perdida de la
asimetría propia del vínculo entre adultos y niños, esto lo notamos cuando
caperucita le miente al lobo y a sus padres por el deseo de ver a su cántate
favorito.

Entonces es posible afirmar que ¿si bien las historias son similares cada una
representa a una niña diferente? es decir ¿cada autor es atravesado por una
concepción de infancia diferente? Pues sí, no solo hemos visto que en cada época
en la cual fue escrita cada obra la concepción de infancia era diferente, sino que
cada autor como menciona Elena Stapich, en cada versión no solo representan a
esa concepción de niña que la sociedad impone, sino también se auto representan,
dichos autores que están atravesados por estas representaciones de infancias que
encaran una coherencia de una comunidad, la fuerza de una identidad o la
permanencia de un poder.
En base a lo todo lo mencionado, puedo reafirmar que si la literatura en un
primer momento se han centrado en su contenido moralista o educativo que
integre al niño en lo que el adulto considera adecuado o representativo de este,
como ocurre en el cuento escrito por los hermanos Grimm, pero hoy en día la
literatura se ha alejado del contenido educativo y moralista como hemos podido
notar en el relato escrito por la autora Verónica Rivera aunque aun así, la misma
intenta representar esta nueva concepción de infancia en el comportamiento de
caperucita.

Bibliografía
Grimm. (s.f.). Caperucita Roja.

Montes, g. (2001). El corral de la infancia. Mexico: Fondo de Cultura Economica.

Rivera, V. À. (2016). Caperucita Rebelde (con causa). Buenos Aires: Riderchail.

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