Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Camino A Cristo - 5
Camino A Cristo - 5
Este capítulo resalta lo importante que es cuando nos colocamos en las manos de Dios para
que nuestra influencia, siempre sea totalmente positiva, es importante no hablar de algo que no
construya, reconforte, edifique o fortalezca. Las aflicciones no nos afectaran si hemos llevado
nuestras cargas a Cristo y poniendo toda fe en Él nos decidamos a actuar según nos ilumine.
Somos comprados por precio carísimo, somos valiosísimos para nuestro padre que nunca nos
dejará, un padre que hasta aquí nos ha ayudado y estará con nosotros hasta el fin.
Los primeros capítulos tienen un alto contenido histórico, el primer capítulo comienza con la
Nos encontramos ante un primer capítulo que resume siglos de historia, siglos de apostasías y
rebeliones, y una ciudad que podría haber sido para siempre la elegida de Dios. A pesar de
que el cielo derramó todo ese precioso don, Jesús, que labró y podó con esmero aquella viña
que el mismo había plantado, ese amor fue despreciado, rechazados sus más dulces consejos y
ridiculizadas sus maravillosas amonestaciones. Jerusalén tenía los días contados, quién podía
forma dramática los sentimientos que Jesús tuvo por Jerusalén, anheló salvarlos a todos pero
muy pocos iban acudir a él para tener vida eterna. Cuando se apartó su presencia se
que Dios los protegería puesto que eran el pueblo escogido. Las escenas eran cada vez más
horribles y presagiaban el fin. Leemos que cuando el general Sestio Gallo retiro sus tropas sin
previo aviso y sin razón aparente, Los cristianos que habían creído de las palabras de Jesús
Los obstinados judíos habían pensado que Dios había entregado en sus manos a los ejércitos
romanos, y salieron de la ciudad para matar por la retaguardia al ejército en su marcha, cuando
los romanos por mando de Tito volvieron a sitiar la ciudad, el odio y la sed de venganza de los
soldados ya no conocían límite alguno. Terribles escenas son descritas en este capítulo en el
destrucción de Jerusalén es una advertencia terrible para aquellos que desprecian los dones de
la gracia divina y que desisten de las instancias divinas de la misericordia de Dios. Esta
profecía tendrá otro cumplimiento de lo que sucedió en esa ciudad, no será más que un pálido