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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE DERECHO

DERECHO INDÍGENA

Profesor: VALTIERRA MATUS GLORIA ELENA


Alumno: Romero Palacios Francisco
Actividad: 3er reporte de Lectura
¨ Papa Francisco, “Fratelli Tutti” Sobre la fraternidad y la amistad social”¨

INTRODUCCIÓN:

La carta encíclica "Fratelli Tutti" del Papa Francisco se centra en la fraternidad y la amistad social. Inspirado por
San Francisco de Asís, el Papa destaca la importancia de un amor que trascienda barreras geográficas y
culturales. San Francisco, conocido por su amor fraterno, se muestra como un ejemplo al visitar al Sultán Malik-
el-Kamil, demostrando un amor que va más allá de diferencias de religión y cultura. La encíclica aborda
cuestiones de fraternidad y amistad social, destacando la importancia de vivir en armonía con todos. También
se menciona la pandemia de Covid-19 como un llamado a actuar conjuntamente y a buscar soluciones más allá
de los sistemas existentes. El Papa aspira a fomentar un deseo mundial de hermandad, reconociendo la
dignidad de cada persona y promoviendo la unidad en la diversidad.

DESARROLLO:

Cap 1.

1- La misma falta de empatía nos puede llevar a olvidar que «las personas no son números o estadísticas,
sino seres de carne y hueso, cada uno con su propia historia, cultura, sentimientos y aspiraciones. No
se trata simplemente de tener en cuenta el número que se presenta, sino de “contar” a las personas que
puedan estar al lado nuestro, Los migrantes no son un problema a resolver, sino personas con dignidad
que deben ser tratadas con respeto.
2- Por lo tanto, a pesar de los temores y las dificultades que puedan presentar, «el encuentro entre
nosotros y los inmigrantes y refugiados es una oportunidad para el crecimiento humano, cultural, y
religioso No olvidemos que el bien común se edifica respetando las diferencias y asegurando a todos
un acceso justo a los bienes básicos: la libertad, la educación, la atención de la salud, el trabajo, y la
asistencia necesaria para las necesidades de la vida diaria
3- El gran desafío es fomentar una cultura del encuentro que, basada en la verdad y la caridad, tenga en
cuenta la dignidad y los derechos de cada persona. El encuentro auténtico entre culturas y religiones es
beneficioso para todos, enriqueciéndonos mutuamente y derribando los muros de desconfianza y
4- hostilidad que nos separan. Ninguna familia, ningún grupo de vecinos, ninguna etnia ni nación puede
vivir aislada, ni tiene una existencia autosuficiente y separada de las demás. La Iglesia, por otra parte, no
es una realidad cerrada en sí misma, sino un pueblo en camino y una comunión de comunidades en
camino hacia el encuentro con el Señor y con la historia
5- Quisiera que el mismo espíritu animara la construcción de un orden internacional más justo y
equitativo, donde se respeten los derechos y la dignidad de cada persona, se promueva el bien común
universal y se eviten los conflictos. «Al no atender a este marco, a este equilibrio, se corre el riesgo de
que el bien común internacional se transforme fácilmente en un bien común global de unos pocos y, en
consecuencia, en un bien común elitista
6- No debemos caer en la trampa de ver a los migrantes como una amenaza. Son personas que, como
todos, tienen la capacidad de dar y de recibir. Acojámoslos con respeto, escuchemos sus historias y
aprendamos unos de otros. La migración no es solo un fenómeno a gestionar, sino una realidad que
nos desafía a construir juntos un mundo mejor, un mundo más justo y fraterno.

El futuro no está cerrado

1- Las sombras de un mundo cerrado no son el último horizonte. Aunque el presente se vea oscurecido, y
aunque el futuro se muestre incierto, no podemos renunciar a la esperanza. El futuro no está cerrado;
está abierto a la acción de Dios y de los hombres. En cada rincón de este planeta, en cada situación de
la historia, la esperanza sigue siendo posible.

2- La esperanza nos impulsa a seguir adelante, a pesar de los obstáculos y las resistencias. La esperanza es
audaz, sabe mirar más allá de las comodidades y las seguridades, y nos anima a ir al encuentro de los
demás con valentía. No es una esperanza ingenua que ignore las dificultades y los problemas, sino una
esperanza que permite mirar más allá de ellos, reconociendo que el mal y la muerte no tienen la última
palabra.

3- En este horizonte, reconocemos que, aunque en la realidad las cosas pueden parecer oscurecidas, y la
presencia del mal pueda hacerse sentir con más fuerza, en verdad ya ha sido vencido en la raíz. La
resurrección de Jesús «es la victoria del amor sobre el odio, de la misericordia sobre la venganza, de la
verdad sobre la mentira, del perdón sobre la agresión. La resurrección de Jesús es la victoria del amor

CAP 2.
"Un Extraño en el Camino," se inicia con una profunda reflexión sobre la realidad actual, donde se destaca la
complejidad de las experiencias humanas: "Todo lo que mencioné en el capítulo anterior es más que una
aséptica descripción de la realidad, ya que 'los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los
hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas,
tristezas y angustias de los discípulos de Cristo.'"
En este contexto, el Papa propone explorar una parábola pronunciada por Jesucristo hace dos mil años, como
una fuente de luz para comprender y abordar los desafíos contemporáneos. Aunque la carta está dirigida a
personas de buena voluntad más allá de sus convicciones religiosas, la parábola es presentada de manera que
cualquiera pueda sentirse interpelado por ella.
La parábola en cuestión es la del buen samaritano, un relato que trasciende su contexto histórico y cultural
para resonar en el corazón de cada individuo. La narrativa gira en torno a la pregunta de un maestro de la Ley
sobre cómo heredar la vida eterna, a lo que Jesús responde destacando el mandamiento de amar a Dios y al
prójimo. La historia se profundiza cuando el maestro de la Ley, buscando justificarse, pregunta: "¿Quién es mi
prójimo?"
El Papa Francisco desentraña el trasfondo de la parábola, señalando su conexión con la realidad humana desde
tiempos remotos. Desde Caín y Abel hasta las tradiciones judías, se destaca la importancia de trascender las
barreras y cuidar al prójimo. La referencia a la experiencia de los judíos como forasteros en Egipto resalta el
llamado a la solidaridad y la compasión hacia los migrantes y aquellos en situación de vulnerabilidad.
La parábola del buen samaritano se presenta como una lección atemporal sobre el amor fraterno y la
compasión. La historia de un hombre herido en el camino, ignorado por figuras prominentes pero socorrido
por un samaritano, se convierte en un poderoso símbolo de la responsabilidad mutua y la superación de
barreras sociales.
El Papa invita a reflexionar sobre el comportamiento de cada individuo en la sociedad actual. La pregunta
directa "¿Con quién te identificas?" busca despertar la conciencia sobre la tentación de desentenderse de los
demás, especialmente de los más débiles. Se critica el individualismo y la indiferencia que caracterizan a
muchas sociedades desarrolladas.
Se subraya la urgencia de resurgir la vocación de ser ciudadanos comprometidos con el bien común. El buen
samaritano se erige como modelo, recordándonos que la sociedad debe orientarse hacia la búsqueda del bien
común y reconstruir constantemente sus lazos sociales y su proyecto humano.
La parábola del buen samaritano, según el Papa Francisco, ofrece una salida clara ante el dolor y la herida
presentes en el mundo actual: ser como el buen samaritano. Cualquier otra opción se percibe como una
posición al lado de los salteadores o de aquellos que pasan indiferentes ante el sufrimiento ajeno. La parábola
sirve como guía para reconstruir una comunidad a partir de la compasión y la solidaridad, levantando y
rehabilitando a los caídos para que el bien sea verdaderamente común. Al mismo tiempo, advierte sobre las
actitudes egocéntricas que perpetúan la indiferencia y la exclusión en la sociedad.

CAP 3.
1- La promoción del bien moral no puede limitarse a un conjunto de normas externas o a un código ético
superficial. Debe ser una tarea que brote desde lo más profundo de la conciencia y la libertad de las
personas, buscando el bien no solo como una obligación impuesta desde afuera, sino como una
elección interna y consciente. En este sentido, el reconocimiento y el respeto a la libertad personal son
fundamentales, pero también lo es la formación de conciencias que sean capaces de discernir y elegir
el bien en la complejidad de la vida.
2- La educación juega un papel crucial en este proceso. No es solo transmitir información o
conocimientos, sino formar a las personas en valores, en la capacidad de discernir lo que es bueno y
justo. Es necesario cultivar la libertad interior que permite elegir el bien por convicción y no por
imposición externa. La educación moral no debe limitarse al ámbito individual, sino que debe
extenderse a la formación de una ética social que promueva el bien común y la justicia en las relaciones
humanas y sociales.
3- El bien moral no es una restricción arbitraria a la libertad individual, sino la base sólida que permite a la
sociedad desarrollarse de manera armoniosa y promover el bienestar de todos. En este sentido, el
amor fraterno implica no solo respetar los derechos individuales, sino también trabajar activamente
por la construcción de una sociedad justa y solidaria, donde cada persona tenga la oportunidad de
desarrollar plenamente sus capacidades y contribuir al bien común.
4- La fraternidad universal, impulsada por el amor, debe inspirar no solo las relaciones personales, sino
también las estructuras sociales y políticas. En una sociedad verdaderamente fraterna, se busca el bien
de todos, especialmente de aquellos que son más vulnerables y marginados. Las políticas y decisiones
sociales deben orientarse hacia la promoción de la justicia, la equidad y el bienestar de toda la
sociedad.
CAP 4.
de su exhortación apostólica "Fratelli Tutti," el Papa Francisco nos invita a reflexionar sobre los desafíos y
responsabilidades que conlleva la afirmación de que todos los seres humanos somos hermanos y hermanas.
Esta idea, lejos de ser una mera abstracción, se convierte en un llamado a la acción concreta, generando
nuevos paradigmas y reacciones en nuestras vidas.
El Papa aborda de manera específica la complejidad de las migraciones y los desafíos que estas presentan.
Reconoce la importancia de trabajar hacia la creación de condiciones dignas en los países de origen para evitar
migraciones innecesarias. Sin embargo, ante la realidad actual, enfatiza la necesidad de acoger, proteger,
promover e integrar a los migrantes. Estos verbos representan acciones concretas que van más allá de simples
programas asistenciales, buscando la construcción de sociedades abiertas a la diversidad, respetando
identidades culturales y religiosas.
El documento destaca la importancia de ofrecer respuestas específicas a los desafíos humanitarios, como
simplificar la concesión de visados, establecer programas de patrocinio privado y comunitario, y garantizar
condiciones adecuadas para la subsistencia y el desarrollo integral de los migrantes. Se subraya la necesidad de
proteger a los más vulnerables, como los refugiados, asegurando su seguridad, acceso a servicios básicos y
derechos fundamentales.
En la perspectiva de la integración, el Papa propone aplicar el concepto de ciudadanía, basado en la igualdad
de derechos y deberes, evitando el uso discriminatorio de la palabra "minorías". Además, aboga por el
compromiso global, reconociendo que las soluciones efectivas deben surgir de un esfuerzo conjunto, gestando
legislaciones globales para abordar los desafíos migratorios y establecer planes a medio y largo plazo.
Francisco destaca la riqueza que aportan las personas migrantes, considerándolas como dones para las
comunidades y sociedades que las reciben. Aboga por la superación de prejuicios y divisiones, especialmente
entre los jóvenes, invitándolos a no caer en visiones negativas de los que llegan a sus países.
El Papa conecta la realidad migratoria con la necesidad de colaboración global en el desarrollo solidario de
todos los pueblos. Señala que la pobreza y el sufrimiento en un lugar del mundo eventualmente afectarán a
toda la humanidad. En este sentido, aboga por un orden mundial que promueva la colaboración internacional
y el acceso equitativo al mercado global para los países más pobres.
En última instancia, Francisco destaca la importancia de la gratuidad y la capacidad de dar sin esperar
recompensa inmediata. Afirma que la verdadera calidad de los países se mide por su capacidad de pensar y
actuar como una familia humana, superando los nacionalismos cerrados. Invita a mirar lo global sin perder de
vista lo local, promoviendo una apertura auténtica y una sana relación entre el amor a la patria y la inserción
en la humanidad entera.
CAP 5.
En el quinto capítulo de la encíclica, el Papa Francisco aborda la necesidad imperante de una política al servicio
del verdadero bien común para lograr el desarrollo de una comunidad mundial fraterna. Se destaca la
importancia de superar las formas políticas actuales que obstaculizan el camino hacia un mundo más justo y
solidario.
El Papa identifica dos corrientes problemáticas en la política contemporánea: el populismo y el liberalismo.
Advierte sobre el peligro del desprecio hacia los débiles, ya sea mediante el populismo, que a menudo los
utiliza demagógicamente para sus propios fines, o a través de formas liberales que sirven a los intereses
económicos de los poderosos.
En el análisis del término "populismo", el Papa destaca cómo esta palabra ha invadido los discursos mediáticos,
perdiendo su valor original y convirtiéndose en una etiqueta polarizante. Se critica la clasificación simplista de
personas, sociedades y gobiernos como "populistas" o "no populistas", subrayando la importancia de
reconocer la legitimidad de la noción de "pueblo" en la construcción de identidad y proyectos comunes.
El texto advierte sobre la distorsión del liderazgo popular cuando se convierte en populismo insano,
destacando la importancia de líderes que interpreten genuinamente las necesidades de la sociedad y
fomenten proyectos de transformación y crecimiento duraderos. Se critica la manipulación de la cultura
popular con fines políticos y la exacerbación de tendencias egoístas, así como el peligro del inmediatismo en la
respuesta a demandas populares.
El Papa aborda la noción de "pueblo" como una categoría abierta y dinámica que debe estar dispuesta a ser
enriquecida por la diversidad. Se destaca la importancia del trabajo como clave para el desarrollo humano
integral y se critica la visión estrecha de ciertas corrientes liberales que pasan por alto la dimensión
comunitaria y cultural del concepto de "pueblo".
La encíclica también analiza las visiones liberales que tienden a rechazar la categoría de "pueblo" en favor de
una sociedad considerada como la mera suma de intereses individuales. Se subraya la importancia de
incorporar valores y limitar la visión liberal individualista para construir una sociedad más justa y solidaria.
En relación con el poder internacional, se aboga por una reforma de las instituciones internacionales, como la
ONU, y la creación de una autoridad mundial que garantice el bien común global. El Papa destaca la necesidad
de limitar el ejercicio del poder y asegurar la participación y protección de los Estados más débiles en un marco
de justicia y equidad.
CAP 6.
El diálogo, entendido como el arte de acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse y comprenderse,
se erige como la piedra angular de las relaciones humanas y la base fundamental para construir una sociedad
justa y solidaria. En el capítulo sexto de "Diálogo y Amistad Social", se aborda la importancia de esta práctica
en la edificación de un mundo más humano, en el que las diferencias no sean obstáculos, sino oportunidades
para el enriquecimiento mutuo.
En el párrafo 198, se destaca la relevancia del diálogo como medio para encontrarnos y ayudarnos
mutuamente. Se subraya que el mundo se beneficia enormemente del paciente y valiente diálogo de personas
generosas que han mantenido unidas a familias y comunidades a lo largo del tiempo. Aunque el diálogo
persistente no sea noticia de primera plana, su impacto en la mejora del mundo es significativo y subestimado.
El capítulo también advierte sobre la confusión común entre el diálogo auténtico y el intercambio de opiniones
en las redes sociales, destacando que estos últimos a menudo se convierten en monólogos agresivos que no
comprometen a nadie. Se critica la práctica de descalificar rápidamente al adversario en lugar de buscar un
diálogo abierto y respetuoso que permita alcanzar síntesis superadoras.
La reflexión se extiende al ámbito mediático y político, señalando cómo la difusión resonante de hechos y
reclamos en los medios puede cerrar las posibilidades del diálogo al permitir que cada individuo mantenga
intocables sus ideas. Se menciona el riesgo de manipulación de los debates por parte de intereses poderosos,
ya sean económicos, políticos, mediáticos o religiosos.
El llamado a construir en común resuena en el párrafo 203, instando a un diálogo que respete el punto de vista
del otro y busque alcanzar una síntesis superadora. Se destaca que la falta de diálogo implica la ausencia de
preocupación por el bien común, convirtiendo las conversaciones en meras negociaciones egoístas en lugar de
búsquedas conjuntas para generar un beneficio para todos.
El texto aborda la importancia de la comunicación entre disciplinas en el párrafo 204, enfatizando que la
realidad es única y puede ser abordada desde diversas perspectivas. También se destaca la necesidad de
verificar constantemente que las formas actuales de comunicación orienten efectivamente hacia el encuentro
generoso, la búsqueda de la verdad y el servicio a los demás.
La segunda parte del capítulo se adentra en la fundamentación de los consensos, destacando la importancia de
evitar el relativismo. Se argumenta en contra de la idea de que no hay verdades objetivas o principios sólidos,
ya que esto facilita que los valores morales sean interpretados por los poderosos según sus conveniencias. Se
enfatiza que la falta de fundamentos morales sólidos conduce a la imposición arbitraria de normas y leyes, y se
plantea la pregunta de si los derechos humanos fundamentales podrían ser negados por los poderosos con el
consentimiento de una población adormecida.
El capítulo aborda el tema del consenso y la verdad, argumentando en contra del desplazamiento de la razón
moral y señalando que el relativismo se suma al riesgo de que el poderoso termine imponiendo su versión de
la verdad. Se subraya la importancia de reconocer principios éticos básicos y no negociables,
independientemente de las circunstancias culturales o de consenso, y se enfatiza que estos principios pueden
dar lugar a diversas normativas prácticas.
Conclusión:
1- el Papa Francisco nos invita a reflexionar sobre la importancia de pensar y gestar un mundo abierto,
fundamentado en el amor fraterno. Destaca que la plenitud humana se encuentra en la entrega sincera
a los demás y en el reconocimiento de la interconexión que existe entre los seres humanos. El amor
auténtico nos impulsa a salir de nosotros mismos, a trascender los límites del egoísmo y a construir
relaciones verdaderas y solidarias.
2- El Papa enfatiza que el amor no se limita a relaciones cercanas, como la familia o pequeños grupos, sino
que se extiende a un tejido más amplio de relaciones, incluyendo a aquellos que nos precedieron y
contribuyeron a nuestra formación. La auténtica amistad y el amor deben abrir el corazón en círculos,
permitiéndonos acoger a todos y superar las actitudes cerradas y autorreferenciales.
3- La hospitalidad se presenta como un modo concreto de enfrentar el desafío y el don del encuentro con
la humanidad más allá de nuestro grupo. El Papa destaca la importancia de no privarse de este desafío
y de estar abiertos a los demás, especialmente a aquellos que son diferentes a nosotros.
4- La fraternidad, entendida como un amor que se extiende más allá de las fronteras, se presenta como
un elemento fundamental para la construcción de una sociedad justa y solidaria. El Papa llama la
atención sobre la necesidad de una amistad social genuina que promueva la apertura universal, y
advierte contra las comprensiones inadecuadas de un amor universal, como el falso universalismo que
busca la uniformidad y la pérdida de la diversidad.
5- La fraternidad, en este contexto, se convierte en un motor para la libertad, igualdad y fraternidad. El
Papa destaca que la fraternidad no es solo resultado de respetar las libertades individuales o de lograr
cierta equidad administrada, sino que tiene algo positivo que ofrecer a la libertad y a la igualdad. La
fraternidad cultivada conscientemente, expresada en una educación para la fraternidad y el diálogo, es
fundamental para el desarrollo humano integral y la construcción de un mundo más justo.
6- La promoción del bien moral, basada en una ética social y una formación de conciencias, se presenta
como un elemento esencial para el desarrollo armonioso de la sociedad. La educación moral no solo
busca transmitir información, sino formar a las personas en valores y cultivar la libertad interior que
permite elegir el bien por convicción. El bien moral se convierte así en la base sólida que permite a la
sociedad desarrollarse de manera armoniosa y promover el bienestar de todos.
7- En resumen, el tercer capítulo de la encíclica nos llama a reflexionar sobre la importancia de pensar y
gestar un mundo abierto, fundamentado en el amor fraterno. Este amor nos impulsa a salir de nosotros
mismos, a construir relaciones verdaderas y solidarias, a acoger a los demás y a trabajar por la
construcción de una sociedad justa y fraterna. La fraternidad, impulsada por el amor, se presenta como
un elemento fundamental para el desarrollo humano integral y la construcción de un mundo más justo
y solidario.
8- "Fratelli Tutti" nos desafía a construir sociedades más inclusivas y solidarias, reconociendo la dignidad
de cada persona y enfrentando los retos de la migración con un enfoque de acogida, protección,
promoción e integración.
9- la carta encíclica propone una profunda reflexión sobre la parábola del buen samaritano, desafiando a
cada lector a cuestionarse sobre su propia actitud hacia el prójimo y ofreciendo un camino claro hacia
la construcción de una sociedad más justa y compasiva.

10- la importancia de la política como un medio esencial para alcanzar la fraternidad universal y la paz
social. Aunque la política pueda tener connotaciones negativas debido a errores y corrupciones, el Papa
sostiene que un mundo sin política eficaz no puede avanzar hacia una sociedad más justa y solidaria. La
caridad social y política se presenta como un camino necesario para construir un orden mundial más
equitativo y fraterno.

Fuente:

Papa Francisco, “Fratelli Tutti” Sobre la fraternidad y la amistad social

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