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E l relato de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor ocupa un

lugar predominante en los cuatro evangelios. Es la parte más


extensa.

En los comienzos, cuando una persona se acercaba a la Iglesia con el


ánimo de conocer la Buena Nueva, se le explicaban, ante todo, los
sucesos de nuestra Redención, realizada por Jesucristo con su
Pasión y Muerte y sobre todo, con su Resurrección de entre los
muertos.

El relato de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo (Misterio


Pascual) constituye el núcleo de la predicación cristiana, desde los
comienzos. Los restantes datos, que nos narran los evangelios, se
fueron incorporando después a esa predicación.

Es probable que las dos «confesiones de fe» más antiguas del


Cristianismo fueran: la narración de la Eucaristía y la de la
Resurrección. A partir de esas confesiones, es posible que se formara
el relato central. Esas confesiones de fe habrían dado testimonio de
una serie de hechos:

 La conspiración para apoderarse del Señor y entregarle

 La Cena

 El prendimiento

 La Muerte y la sepultura

 La Resurrección

Es muy importante destacar que todos estos relatos expresan la fe


de la Iglesia en el designio salvador de Dios.
PASION ,MUERTE Y RESURECCION CUADRO DE LA
PASION

1ª ESTACIÓN: JESÚS SENTENCIADO A MUERTE

El Juez del mundo, que un día volverá a juzgarnos, está


allí, humillado, deshonrado e indefenso delante del juez
terreno. Pilato no es un monstruo de maldad. Sabe que este
condenado es inocente; busca el modo de liberarlo. Pero
su corazón está dividido. Y al final prefiere su posición
personal, su propio interés, al derecho. También los
hombres que gritan y piden la muerte de Jesús no son
monstruos de maldad.

2ª ESTACIÓN: JESÚS CARGADO CON LA CRUZ

Pilato entrega a Jesús en las manos de los jefes de los


sacerdotes y de los guardias. Los soldados le ponen sobre
la espalda un manto púrpura y en la cabeza una corona de
ramas espinosas. Durante la noche se burlan de él, lo
maltratan y lo flagelan. Después, en la mañana, lo cargan
con un pesado madero, la cruz sobre la que son clavados
los ladrones, para que todos vean cómo acaban los
malhechores. Muchos de los suyos escapan.
3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE, POR PRIMERA VEZ,
BAJO EL PESO DE LA CRUZ

Dios cargó sobre Jesús los pecados de todos nosotros.


«Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó
por su camino, y el Señor descargó sobre él la culpa de
todos nosotros» (Is 53,6).

Jesús cae bajo el peso de la cruz. Sucederá tres veces


durante el camino relativamente corto de la «Vía
dolorosa».

Cae por agotamiento. Tiene el cuerpo ensangrentado por


la flagelación, la cabeza coronada de espinas. Le faltan las
fuerzas. Cae, pues, y la cruz lo aplasta con su peso contra
la tierra.
4ª ESTACIÓN: ENCUENTRO CON LA VIRGEN

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante


Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien
pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo
del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su
padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
reino no tendrá fin» (Lc 1,30-33).

María recordaba estas palabras. Las consideraba a menudo


en la intimidad de su corazón.

Cuando en el camino hacia la cruz encontró a su Hijo,


quizás le vinieron a la mente precisamente esas palabras.
Con una fuerza particular. «Reinará... Su reino no tendrá
fin», había dicho el mensajero celestial. Ahora, al ver que
su Hijo, condenado a muerte, lleva la cruz en la que habría
de morir,
5ª ESTACIÓN: EL CIRINEO AYUDA AL SEÑOR A
LLEVAR LA CRUZ

Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, a que


llevara la cruz de Jesús» (cf. Mc 15,21). Los soldados
romanos lo hicieron temiendo que el Condenado, agotado,
no lograra llevar la cruz hasta el Gólgota.

No habrían podido ejecutar en él la sentencia de la


crucifixión. Simón recibe un don. Se ha hecho «digno» de
él. Lo que a los ojos de la gente podía ofender su dignidad,
en la perspectiva de la redención, en cambio, le ha
otorgado una nueva dignidad.

El Hijo de Dios lo ha convertido, de manera singular, en


copartícipe de su obra salvífica.
6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL
ROSTRO DE JESÚS

en el camino del Calvario una mujer se abrió paso entre


los soldados que escoltaban a Jesús y enjugó con un velo
el sudor y la sangre del rostro del Señor. Aquel rostro
quedó impreso en el velo; un reflejo fiel, un «verdadero
icono».

En cierto modo nos dice: He aquí cómo todo acto bueno,


todo gesto de verdadero amor hacia el prójimo aumenta en
quien lo realiza la semejanza con el Redentor del mundo.

7ª ESTACIÓN: SEGUNDA CAÍDA EN EL CAMINO


DE LA CRUZ

Jesús, que cae por segunda vez bajo la cruz. En el polvo de


la tierra está el Condenado. Aplastado por el peso de su
cruz. Cada vez le fallan más sus fuerzas.

Pero, aunque con gran esfuerzo, se levanta para seguir el


camino. Más aún que la primera, parece exhortarnos a
levantarnos, a levantarnos otra vez en nuestro camino de
la cruz.
8ª ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE
JERUSALÉN

Mientras seguimos a Cristo en el camino de la cruz, se


despierta en nuestros corazones la compasión por su
sufrimiento, no podemos olvidar esta advertencia. «Si en
el leño verde hacen esto, en el seco, ¿qué se hará?». es la
hora de «reconocer el tiempo de la visita». Ya resplandece
la aurora de la resurrección. «Mirad ahora el momento
favorable; mirad ahora el día de salvación" (2 Cor 6,2).

9ªESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Cristo se desploma de nuevo a tierra bajo el peso de la


cruz. La muchedumbre que observa está curiosa por saber
si aún tendrá fuerza para levantarse.

La tercera caída parece manifestar precisamente esto: El


despojo, la kénosis del Hijo de Dios, la humillación bajo la
cruz. Jesús había dicho a los discípulos que no había
venido para ser servido, sino para servir (cf. Mt 20,28).
10ª ESTACIÓN: JESÚS DESPOJADO DE SUS
VESTIDURAS

Jesús es despojado de sus vestiduras. El vestido confiere al


hombre una posición social; indica su lugar en la sociedad,
le hace ser alguien. Ser desnudado en público significa que
Jesús no es nadie, no es más que un marginado,
despreciado por todos

11ª ESTACIÓN: JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ

Se cumplen las palabras del profeta. Comienza la


ejecución. Los golpes de los soldados aplastan contra el
madero de la cruz las manos y los pies del condenado. En
las muñecas los clavos penetran con fuerza. Esos clavos
sostendrán al condenado entre los indescriptibles
tormentos de la agonía.

En su cuerpo y en su espíritu de gran sensibilidad, Cristo


sufre lo indecible.
Junto a él son crucificados dos verdaderos malhechores,
uno a su derecha y el otro a su izquierda.
12ª ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Jesús muere en la cruz. Entonces, aquí vamos observando


a Jesús, ya ha dejado de existir colgado en una cruz.
También se encuentran ahí los dos soldados, pecadores,
policías, resguardando ahí.
Y de ver esto, mucha gente tuvo lástima, se entristecieron,
en principal tenemos ahí algunos amigos que miraban
solamente desde lejos y Jesús así termina en la cruz su
vida.
13ª ESTACIÓN: JESÚS EN BRAZOS DE SU MADRE

Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, María, mujer de


Cleofás, y María de Magdala», de tal manera que cuando
el cuerpo de Jesús es bajado de la cruz, es indudable que
fue a descansar en el regazo de María, su madre.

Ahora envuelta en llanto, sosteniendo a Cristo entre sus


brazos y experimentando un dolor imposible de narrar,
surge entre el corazón desgarrado de María, el nuevo
pueblo de Dios.

María se yergue, a través del dolor de saber a su hijo


muerto, como madre de una nueva creación, representada
en primera instancia por sus discípulos y seguidores fieles,
y luego, por el pueblo cristiano, que nace con la esperanza
de la resurrección .
14ª ESTACIÓN: EL CADÁVER DE JESÚS PUESTO
EN EL SEPULCRO

El cuerpo sin vida de Cristo fue depositado en el sepulcro.


La piedra sepulcral, sin embargo, no es el sello definitivo
de su obra. La última palabra no pertenece a la falsedad, al
odio y al atropello.

La última palabra será pronunciada por el Amor, que es


más fuerte que la muerte. «Si el grano de trigo no cae en
tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho
fruto» (Jn 12,24).

El sepulcro es la última etapa del morir de Cristo en el


curso de su vida terrena; es signo de su sacrificio supremo
por nosotros y por nuestra salvación.

Muy pronto este sepulcro se convertirá en el primer


anuncio de alabanza y exaltación del Hijo de Dios en la
gloria del Padre.
15ª ESTACIÓN: JESÚS RESUCITA

Van a escondidas al lugar donde Jesús había sido enterrado


para volverlo a ver todavía y abrazarlo por última vez. Las
empuja el amor, aquel mismo amor que las llevó a seguirlo
por los caminos de Galilea y Judea hasta al Calvario.

¡Mujeres dichosas! No sabían todavía que aquella era el


alba del día más importante de la historia. .

«Encontraron que la piedra había sido retirada del


sepulcro». (Lc 24,2). Así lo narra el evangelista Lucas, y
añade que «entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor
Jesús» (24, 3). En un instante todo cambia. Jesús «no está
aquí, ha resucitado».

Este anuncio que cambió la tristeza de estas piadosas


mujeres en alegría, resuena con inalterada elocuencia en la
Iglesia y en todos los fieles. Jesús está vivo y nosotros
vivimos en Él. La resurrección de Cristo inaugura para la
humanidad una renovada primavera de esperanza.

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