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Mujer negra de caderas

anchas
Ezequiel Fernández Moores

11 de septiembre de 2018

Serena Williams nombra a la escritora negra Maya Angelou. El poema que


comienza "Tú puedes escribirme en la historia/ con tus amargas, torcidas
mentiras/ puedes arrojarme al fango/ y aún así, como el polvo ‘yo me
levanto’". Siguen preguntas: "¿Mi descaro te molesta? ¿Mi arrogancia te
ofende? ¿Mi sensualidad te molesta? ¿Surge como una sorpresa que yo
baile como si tuviera diamantes ahí, donde se encuentran mis muslos?". El
rapero Common, que la entrevista para ESPN, le dice entonces a Serena
que él supo lo que era ser negro cuando a los 8 años su madre lo dejó solo
en una tienda de blancos y dos niños le decían "b-l-a-c-k, b-l-a-c-k". Serena
le cuenta que tenía 7 años, ella y su hermana Venus eran las únicas niñas
negras jugando tenis. Les decían "Blacky and Blacky". Mujer negra de
caderas anchas, la mejor tenista de la historia. "¿Alguna vez sentiste que la
presión era excesiva?", pregunta Common . "Solo algunas veces dentro de
la cancha. Cuando juego una final de Grand Slam".

El último sábado, Serena Williams estaba jugando su enésima final de


Grand Slam (31 en singles, tiene otras 18 en dobles). A solo un año de
haber sido madre. Al día siguiente del parto, sintió algo extraño. Creyeron
que exageraba. Sufrió embolia pulmonar. Su confesión recordó que el
riesgo de muerte de mujeres negras embarazadas y parturientas es entre tres
y cuatro veces mayor que las blancas. No es solo dinero. Es también trato
al paciente.

Alexis nació bien. "Chocolate con leche", se burló Ilie Nastase , ex gloria
del tenis mundial. Serena jugó en junio Roland Garros con una malla
enteriza. Le advirtieron que nunca más. Aclaró que, posparto, lo hizo
justamente para evitar más coágulos en la sangre. Buena parte del tenis
censuró su malla justo en la cancha Suzanne Lenglen, "La Divina", una
campeona censurada en los años 20 porque renunció a jugar cubierta hasta
los tobillos y porque, además, fue profesional. Anne White, blanca y
delgada, sorprendió con su malla blanca en Wimbledon 85. Se la
prohibieron pero recibió elogios. Serena no. Cambió de Pantera Negra al
tutú del US Open , más zapatillas con la inscripción "Queen Serena". Ideal
para la caricatura racista publicada este lunes por el diario australiano
Herald Sun, propiedad de Rupert Murdoch. Serena orangutana.
El US Open padeció el azote del calor. Decenas de hombres cambiaron sus
remeras empapadas. Una tenista (Alize Cornet) lo hizo y fue amonestada.
El US Open es el primer Grand Slam que igualó premios entre géneros. Y
en esta edición amonestó más hombres que mujeres (23-9). Pero a Nick
Kyrgios un juez, paternal, hasta bajó de su silla para pedirle que cambiara
su actitud. Y Dominic Thiem , que rompió furioso una raqueta, recibió
elogios porque se la regaló a un fan. Serena, a los 36 años, la número uno
más veterana de la historia, recomenzando porque no hay ranking protegido
por embarazo, jugaba el sábado la posibilidad de igualar a Margaret Smith
Court como la máxima campeona de Grand Slam (24 títulos). Su peor
experiencia en el US Open sucedió en 2004, claramente perjudicada en un
partido ante Jennifer Capriati. Un año antes, Yetunde, su hermana mayor,
había sido asesinada porque estacionó su auto justo frente a la casa de una
banda narco. El asesino quedó libre en julio pasado. Serena se enteró 10
minutos antes de jugar. Johanna Konta le ganó 6-1 y 6-0. Fue la peor
derrota de su vida. Había decidido su vuelta al tenis tres meses antes, en
Indian Wells, el mismo torneo al que boicoteó 14 años, tras sufrir furia
racista en 2001, cuando las hermanas Williams ya nos anunciaban su
reinado. "Desearía que fuera 1975, te despellejaríamos vivo", llegó a
decirle un fanático a Williams padre.

Fiel a su tiempo, Serena, millonaria, pero solidaria, tomó partido en el


Estados Unidos de Donald Trump y en años de #metoo. El sábado, cuando
explotó, no le gritó al juez de silla portugués Carlos Ramos que ella era la
mejor jugadora de la historia. No. Le dijo que era madre. La primera de las
tres amonestaciones que precipitaron su derrota fue por una reglamentación
tan estúpida que todos la violan y casi nadie sanciona. No mirar al
entrenador en pleno partido, más cruel aún para su rival, la japonesa de 20
años Naomi Osaka , campeona desamparada en medio del escándalo. Es
cierto que Ramos es uno de los jueces más severos y que alguna que otra
vez aplicó la misma sanción a estrellas masculinas que, acaso lo insultaron
aún peor. Pero no una mujer. Serena, que no sonríe para agradar, derrapó
porque, como dijo la experta legal en discriminación racial Trina Jones a la
BBC, "conoce el contexto". Conoce también a Angelou, la poeta que
permaneció cinco años muda después de que fue violada por el novio de su
madre. Tiempos en los que el Ku Kux Klan recorría poblados a caballo
para "cazar negros" y cuando ella soñaba que decía "abracadabra" y se
volvía blanca. "¿Me quieres ver destrozada?...De las barracas de la
vergüenza/ yo me levanto ‘Soy un océano negro, amplio e inquieto. Soy el
sueño y la esperanza del esclavo. Me levanto. Me levanto’. Me levanto".

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