Elimina todos los posibles estímulos externos distractores,
juegos, sonidos, objetos, personas, etc.. Elabora una lista de tareas donde organices lo que ha de hacer el niño. Es más difícil centrar la atención cuando no está clara la tarea. Enséñales cómo prepararse para centrar la atención, para ello ayúdales a eliminar las distracciones internas (pensamientos, ideas, creencias, etc.). Para ello pídeles que los dejen fluir y que dirijan su atención hacía el comienzo de la tarea. Si durante la realización de la tarea aparecen pensamientos intrusivos, explícales que han de dejarlos pasar y redirigirse a la tarea como hemos hecho al comienzo. En la preparación, práctica la relajación, les ayudará a dejar fuera de la mente los pensamientos intrusivos. Proponles objetivos que supongan un reto, en cuanto a atención, pero que sean asequibles. Más que por cantidad de tiempo, trata de poner objetivos por tareas (aunque éstas estarán calculadas para cumplir un tiempo determinado que poco a poco iremos aumentando). Enséñales a ser activos en el desempeño de aquellas tareas que requieren más esfuerzo. La mente funciona mejor de forma activa, procura que estudien escribiendo, leyendo en alto, moviéndose por la habitación, etc..