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La Crisálida

Me levanto, desayuno, me baño y empieza la rutina diaria, tan rutinaria que a veces ni me acuerdo de
lo que hice ayer, sino que lo supongo, total siempre es lo mismo; dicen que el afán de cambio es el
motor del ser humano, ¿espera así era la frase?, ya ni me acuerdo.

No recuerdo muy bien lo que sueño cuando despierto, siempre pensé que era cosa mía; hasta que un
día caí en cuenta en que era lo común en una conversación con un amigo, de esas conversaciones que
tienes cuando no sabes distinguir entre sueño y vigilia, y la fina línea que los separa es el hecho de que
no puedes quedarte dormido, ya que, estás de pie en la mitad del metro, camino a casa donde podrás
dormir, y soñar; qué irónica es la vida, porque esa misma noche iba a ser testigo de aquel sueño que,
infortunadamente, iba a recordar a la perfección, ya que, la fina línea entre el sueño y la vigilia iba a
desaparecer para dar lugar a la lucidez del inconsciente.

Ni siquiera recuerdo muy bien que pasó antes de dormir, solo sé que desperté en ese estado,
desorientado, nauseabundo, desde el primer momento supe que era en sueño, pero aun así no podía
despertarme, me sentía atrapado. Trate de levantarme de mi cama, pero sentía un vacío tremendo, y
no, no estoy hablando metafóricamente, me faltaba algo, mis brazos; y mi sábana pesaba más de lo
normal, parecía como si el mundo estuviese conspirando para que no me levantara, al principio ni me
esforcé por entender nada, pensé: - es un sueño, ¿que es lo peor que puede pasar? – Pero poco a poco
se me fue aclarando la mente, el mareo se esfumó y la extraña sensación de realidad me atravesó
como un rayo, y se intensificó cuando sentí dolor, sí dolor; el dolor de espalda matutino propio de las
mañanas, para esto hay una solución sencilla; quitar la sábana de mi cuerpo, levantarme de mi cama y
estirar, claro esto no es tan fácil cuando la sábana es pupa y la cama una crisálida.

Sí, una crisálida, mágicamente me había convertido en oruga lo cual me encanta, siempre me ha
parecido fascinante el proceso de la metamorfosis, es espectacular, pareciera que el destino le tuviera
preparado a cada oruga su cuerpo de mariposa, algunos realistas me dicen que tengo una visión muy
romántica de la vida, que es una estupidez; otros, intelectuales de la biología dicen que la
metamorfosis es un proceso mucho más complejo que eso, que requiere de que la oruga sacrifi… bla,
bla, bla; a veces es bueno dejar a la gente ser feliz, aunque esta frase sea pura retórica, ya que, al
parecer aunque me dejen no lo consigo.

El sueño cada vez se hizo más vívido, no sentía absolutamente nada en mi cuerpo de oruga, como si
estuviera anestesiado, pero por alguna razón sentía en lo más profundo de mi ser que el momento
llegaría, el momento de mi transformación; no soy para nada egocéntrico y siempre he sido muy
pesimista, pero ese día… mas bien, noche; de verdad veía mi futuro en el cielo, volando por los aires, y
esto no es una alegoría a la libertad, mas bien a una fantasía, a veces una mentira que te haga feliz,
vale más que una verdad que no; además, libertad es sinónimo de responsabilidad, y es mi sueño, lo
último que quiero es pensar en ataduras.

Podría describir como fue el proceso, como sentía la crisálida rompiéndose, mis alas surgiendo, pero
estaría mintiendo, en realidad no sentía nada, pero aun así estaba seguro de que el momento estaba
cerca, pero un águila sobrevoló sobre mí y decidió comerme; que rabia, era mi momento y me lo
quitaron, además, ¿qué hace un águila alimentándose de orugas? Finaliza el sueño.

Me levanto, desayuno, me baño y empieza la rutina diaria, tan rutinaria que a veces ni me acuerdo de
lo que hice ayer, sino que lo supongo, total siempre es lo mismo; dicen que el afán de cambio es el
motor del ser humano, ¿espera así era la frase?, ya ni me acuerdo.

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