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El paradigma academicista

La educación media respondio a imperativos sociopolíticos muy diferentes a los otorgados a la


educación primaria. Si esta estaba destinada a la alfabetización instrumental y moral de las
mayorías, la escuela media nace como una instancia preparatoria para el acceso a la universidad
de los sujetos que tenían posibilidades de acceder a cargos dirigentes.

La tradición academicista respondio a la necesidad de formar los recursos docentes destinados a


la educación de los sujetos que provenían de estratos socioeconómicos diferentes, con intereses
diferentes, centrados en la prosecución de los estudios superiores de diferentes áreas
profesionales.

Este paradigma concibe al alumno como un eminente procesador de información, por lo cual el
docente considera que su objetivo es brindarle toda la información contenido de curricula. Desde
la perspectiva epistemológica, el conocimiento es provisto a partir de la condición de un docente
experto en el área o disciplina determinada y que es producido por el alumno sin cambios; asi el
primero se encarga de hacer llegar al segundo toda la información disponible y evaluada como
relevante de la disciplina en cuestión, mediantes diferentes recursos a que recurre el docente para
que ello sea posible.

En síntesis el perfil epistemológico del modelo positivista es la nutriente de base de este


paradigma de la enseñanza.

En concreto como lo señala Davini, la tradición academica se sustenta bajo dos premisas
fundamentales para la enseñanza, por un lado, los docentes deben poseer una solida formación
disciplinar de la materia que enseñan y por otro lado, la denominada formación pedagógica pasa a
un segundo plano.

En otro orden es particularmente interesante señalar que si bien los primeros docentes que
nutrieron de los recursos a la naciente escuela media provenían de la universidad, ya entrado en el
siglo xx se instituye la formación de profesores para el nivel medio, bajo una curricula basada en
las mismas bases epistemológicas positivistas ya señaladas lo que diferencia a los profesores
provenientes de la universidad.

Las diferencias entre ambos en este punto son irreconciliables, dado que se enfrentan las visiones
de sujetos que provienen de estratos sociales diferentes

El concepto de academicismo es la dominación fuerte de este paradigma que alude los saberes
sólidamente organizados, estructurados y secuenciados bajo el paraguas de la lógica formal de las
ciencias llamadas duras.

En suma si bien nadie niega la necesidad de la que el docente domine aquellos conocimientos que
debe señalar, la tradición academicista deja fuera de toda discusión cuestiones fundamentales a la
hora de evaluar las condiciones de la enseñanza, a partir d la formación inicial de los docentes.
Paradigmas alternativos
Aquí se debe tener en cuenta, entre los mas influyentes en nuestro medio con sus
propuestas alternativas a la pedagogía tradicional. Por su importancia, si bien nunca
termino consolidándose y abriendo un campo de hegemonia como los tres paradigmas
precedentes

En este orden vale recordar que la instauración de la educación publica, masiva y laica
bajo la hegemonia del paradigma normalizador, no careció de resistencias. En este
sentido, el marco del normalismio progresista que Sarmiento intento poner en practica,
que se vio desvirtuado por luchas, donde el proyecto liberal conservador de la época lo
asimilo y amalgamo en base a los principios positivistas. Entre las tendencias que
disputaron el espacio de poder al paradigma normalizador. La tendencia democrático
radicalizada que se diferencio del normalismo en cuanto a la tenaz oposición al corte
autoritario que caracterizaron las practicas impulsadas por este ultimo.

Por otra parte, en este devenir donde el normalísmo determina consolidándose en las
primeras décadas del siglo xx, cobro singular notoriedad una experiencia educativa,
desarrollada en la esfera de la educación pública e inspirada en el paradigma de la Escuela
Activa o Nueva; la escuela Cosettini.

Cuatro ideas de fuerza sustentan esta experiencia, siendo dos de ellas el sello de
distinción de todas las variantes del paradigma de la Escuela Nueva.

1. El alumno como protagonista central del proceso pedadogico

2. El recate de las posibilidades educativas en el hacer

3. La integración del ámbito institucional de la escuela con el contexto natural y social


donde esta se halla inserta

4. La concepción de que se sensibilidad y la capacidad artística y científica son aspectos


diferentes pero integrados de la expresión del niño

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